La velocidad mental es algo difícil de medir, aunque eso es exactamente lo que hacen algunos científicos. En general, la velocidad a la que nuestro cerebro procesa la información y toma decisiones va aumentando desde la infancia hasta bien superada la adolescencia y la larga etapa de juventud y madurez (14-40 años), y luego se mantiene estable hasta la edad adulta (40-60 años). En ese punto, por lo general comienza a disminuir, pero la rapidez y magnitud con que lo hace varía según el tipo de persona.
Ejercicio 1: Cuenta rápidamente
Paso 1: Examina la imagen de la derecha. Cuenta las caras felices y las tristes lo más rápido que puedas.
Paso 2: Examina la imagen nuevamente. ¿Cuántas caras son notablemente más grandes que las demás?
Paso 3: Examina la imagen nuevamente. De esos rostros más grandes, ¿cuántos de ellos están felices y cuántos están tristes?

¿Qué se consigue con este ejercicio?
Se pide que proceses dos tipos diferentes de información visual y hagas comparaciones (tamaño y expresión emocional). Esto requiere un procesamiento basado en la geometría, pero también en la interpretación de las expresiones. Por lo tanto, estás creando subcategorías al contar caras felices frente a caras tristes dentro de la categoría de caras «notablemente más grandes».
Para trabajar a gran velocidad, el cerebro debe operar y coordinar varios subcentros, algo en lo que es bastante bueno. Participar en actividades que nos ayuden a equilibrar diferentes tareas cerebrales puede reforzar algunos aspectos de la velocidad mental. Pero también hay otros factores que influyen, como una buena circulación sanguínea en nuestro cerebro y la cantidad de materia gris (neuronas) y materia blanca (los conectores que las neuronas envían para comunicarse entre sí) que poseamos. Por eso la salud física y la buena nutrición también son fundamentales.
Ejercicio 2: Matemática mental
Paso 1: Cuando vayas a hacer la compra, mira el precio de dos productos similares y compara la cantidad (peso o volumen) del contenido que figura en el paquete.
Paso 2: Observa la rapidez con que puedes calcular mentalmente el coste unitario de cada uno de los dos productos (coste dividido por cantidad). Por ejemplo, podrías calcular el precio por kilo de dos paquetes distintos de jamón envasado teniendo en cuenta su precio y su peso.
Paso 3: Comprueba el resultado. ¿El cálculo coincide con el coste unitario del producto, que normalmente aparece reflejado en la etiqueta del precio del producto en el estante (suele aparecer en unos números más pequeños que el precio de venta)? ¡Pero sin trampas! Mira primero los productos y su precio de venta al público (el de los números grandes), e ignora el coste unitario. (Si es necesario, aléjate un poco de la etiqueta para que te resulte más difícil ver los números más pequeños).
Lleva contigo una pequeña libreta de papel y un bolígrafo o un lápiz para anotar tu respuesta. Si alguien te puede cronometrar, mejor aún. Si puedes repetir este ejercicio tres veces por semana, será una buena excusa para comprar productos frescos que proporcionen nutrientes que fortalezcan la salud de tu cerebro.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Este ejercicio de aritmética mental es simple pero importante, porque muchos de nosotros no tenemos la necesidad de realizar estos cálculos a diario, y cuando lo hacemos normalmente sacamos nuestros móviles y usamos su calculadora. Usar la calculadora favorece que nuestras habilidades aritméticas se debiliten. Hacer este ejercicio fortalecerá tus capacidades matemáticas.
Ejercicio 3: Ordenar diferentes tipos
Paso 1: Pídele a alguien (un familiar, un amigo…) que entre en tu despensa y retire dos artículos de cada uno de los cinco tipos de alimentos enlatados o empaquetados (dos botes de legumbres distintas, dos conservas, dos pastas, etc.). Mientras lo hace, tú debes estar en otro espacio. Luego, tu ayudante mezclará los diez paquetes y los colocará en una mesa para ti.
Paso 2: Entra en el espacio donde se han preparado los alimentos y clasifícalos por parejas según el tipo de alimento mientras tu ayudante te cronometra.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Estás fortaleciendo tu capacidad para clasificar objetos similares en una dimensión física y bajo una presión de tiempo.
Ejercicio 4: Deletrear al revés
Paso 1: Escucha atentamente mientras la persona que te ayuda pronuncia, en voz alta, el nombre y el apellido de, por ejemplo, una celebridad o un político conocido.
Paso 2: Deletrea el nombre y el apellido de la persona al revés, en voz alta, mientras tu ayudante mide el tiempo. (Si prefieres hacer este ejercicio por tu cuenta, mira el primer nombre completo que reconozcas en una noticia en papel o en un medio digital. Luego, aparta la vista y deletréalo al revés, en voz alta, mientras controlas el tiempo que tardas.)
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Al hacer este ejercicio, primero debes recordar el nombre y luego usar tu memoria auditiva para deletrearlo al revés. Si te has imaginado mentalmente el nombre deletreado, también estás utilizando tu memoria visual.
Ejercicio 5: Interpreta las instrucciones
Paso 1: Elige un dispositivo electrónico (como un reproductor de DVD, un smart-phone o un reproductor de audio digital) que tenga una función que nunca hayas aprendido a usar (por ejemplo, una función de grabación automatizada o una forma de cambiar la apariencia de la pantalla).
Paso 2: Encuentra las instrucciones para activar y usar esta función; pueden estar escritas en un manual impreso o digital o en el menú Ayuda del dispositivo.
Paso 3: Lee atentamente las instrucciones una vez.
Paso 4: Vuelve hacia atrás y luego vuelve a leer las instrucciones. Esta vez, visualiza lo que vas a hacer, paso a paso.
Paso 5: Vuelve hacia atrás y luego relee las instrucciones por tercera vez, esta vez simplemente hojeándolas y confiando en tu imagen mental de lo que necesitas hacer. Si lo deseas, usa tus manos para ensayar los movimientos.
Paso 6: Realiza la tarea utilizando tu imagen mental paso a paso. Consulta las instrucciones solo si es necesario.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Esta no es una prueba de memoria, ni siquiera una prueba de velocidad. Este ejercicio hace trabajar a tu cerebro porque te permite procesar entradas sensoriales creando un modelo mental basado en ellas. Luego, debe convertir este modelo en acciones físicas. Con este ejercicio, estás interpretando palabras escritas, utilizando tu memoria a corto plazo y procesando la información presente en las instrucciones.
Paso 1: Crea una tabla con cinco columnas y cinco filas. Puedes crear una con un ordenador e imprimirla, o simplemente dibujarla en un papel con un bolígrafo o un rotulador. Si una persona puede ayudarte a preparar este ejercicio, mejor aún.
Paso 2: Escribe el nombre de un color (rosa, naranja, azul, rojo, etc.) en cada casilla de la tabla. Sin embargo, en la mayoría de los casos debes escribir cada palabra en un color diferente al que la propia palabra designa; por ejemplo, escribe la palabra naranja en azul.
Paso 3: Guarda la tabla durante dos semanas sin mirarla.
Paso 4: Pasado este tiempo, mira la tabla y, lo más rápido que puedas, di los colores que ves, no las palabras escritas.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
En este juego, la función ejecutiva del cerebro debe anular los rápidos mensajes de tu centro visual. Reconocemos siempre las palabras por la vista, como en los letreros: «Stop», «Se vende» o «Rebajas», por ejemplo. Cuando veas la palabra azul, querrás decir esa palabra rápidamente. Para decir el color en el que está escrita la palabra (en lugar de la palabra en sí), debes percibir el color e identificar el nombre antes de que tus centros de pensamiento superior puedan anular tu impulso de leer la palabra tal como está escrita.

Ejercicio 7: Hacer una clasificación perceptiva
Paso 1: Elige una habitación de tu casa en la que puedas estar solo y obsérvala bien durante 10 minutos.
Paso 2: Abandona la habitación. Mantenla fuera de tu alcance visual y auditivo para que no puedas ver ni oír lo que está sucediendo en la habitación.
Paso 3: Haz que una persona que te ayude mueva de sitio diez objetos de la habitación. Los cambios deben ser lo bastante obvios como para que puedas verlos fácilmente (no podrías notar que una lámpara se ha movido solo 1 cm de su lugar). Pídele a tu ayudante que te llame cuando haya terminado.
Paso 4: Cuando entres en la habitación, deberás detectar los cambios realizados. Date unos cinco minutos para encontrarlos todos. Puedes mirar al azar alrededor de la habitación o dividir esta en secciones y examinarlas una por una. Como alternativa, también puedes dividir la habitación en categorías de objetos (como suelos, paredes, muebles, lámparas, arte o libros) y examinar cada una para ver qué ha cambiado.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Al buscar los cambios, estás comparando información sensorial con un mapa mental que tienes de la habitación. Este ejercicio desafía tanto la memoria como la velocidad de procesamiento mental, dos funciones que están relacionadas de forma natural.
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Ejercicio 8: Razonar y visualizar
Paso 1: (Mientras intentas resolver este acertijo debes medir el tiempo.)
Tu cajón de ropa interior contiene 24 calcetines blancos y 30 calcetines negros (no están emparejados). Las luces de tu habitación están apagadas, por lo que no puedes ver el color de los calcetines. ¿Cuál es la cantidad mínima de calcetines que debes tomar para asegurarte de tener un par del mismo color? _________
Paso 2: Verifica tu solución en la clave de respuestas (página 57).
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Al imaginar el resultado de este acertijo, debes visualizar los calcetines y usar el razonamiento para llegar a la conclusión correcta.
Ejercicio 9: Suma y sigue
Paso 1: Haz el siguiente cálculo en tu cabeza (sin usar lápiz y papel ni calculadora):
Empieza con 500.
Suma 50.
Suma 550.
Suma 150.
Suma 1000.
Suma 75.
Suma 275.
Suma 25.
=
______________________
Paso 2: Escribe tu respuesta.
Paso 3: Verifica tu solución en la clave de respuestas (página 57).
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Aunque estás haciendo una suma simple, debes mantener tu concentración y usar tu memoria a corto plazo para evitar pequeños errores en cada paso.
Paso 1: Observa la siguiente ilustración.

Paso 2: De izquierda a derecha y de arriba abajo, di en voz alta la dirección en la que miran los ojos de los búhos desde tu perspectiva (abajo, arriba, izquierda o derecha) mientras una persona que te ayuda te cronometra.
Paso 3: Repite el ejercicio hasta que puedas hacerlo en 30 segundos sin errores.
Paso 4: Sigue practicando hasta que puedas hacerlo en 15 segundos sin errores.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Este ejercicio requiere un procesamiento rápido de la información visual, seguido de la determinación de la orientación espacial de los ojos en la imagen, lo que lleva a una expresión verbal («abajo», «arriba», etc.). Esto vincula el pensamiento que se encarga de la interpretación visual y espacial con la expresión verbal.
Paso 1: Observa la siguiente ilustración.

Paso 2: De izquierda a derecha y de arriba abajo, di en voz alta la dirección en la que miran los ojos desde la perspectiva de los búhos (abajo, arriba, izquierda o derecha) mientras una persona que te ayuda te cronometra.
Paso 3: Repite el ejercicio hasta que puedas hacerlo en 30 segundos sin errores.
Paso 4: Sigue practicando hasta que puedas hacerlo en 15 segundos sin errores.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Al igual que sucedía con el «Ejercicio 10: perspectiva (1)», este ejercicio requiere un procesamiento rápido de la información visual, seguido de la determinación de la orientación espacial de los ojos en la imagen, lo que conduce a una expresión verbal. Esto vincula el pensamiento que se encarga de la interpretación visual y espacial con la expresión verbal. En este caso, debes cambiar tu punto de vista y ponerte en el lugar de los búhos de la ilustración, lo que significa que tu cerebro debe rotar la imagen.
Paso 1: Observa la siguiente ilustración.

Paso 2: De izquierda a derecha y de arriba abajo, di la dirección en la que miran los ojos desde tu perspectiva (abajo, arriba, izquierda o derecha) mientras con un dedo apuntas en la dirección opuesta (por ejemplo, di «abajo» mientras apuntas hacia arriba). Haz que un ayudante controle el tiempo que tardas en completar el ejercicio.
Paso 3: Repite el ejercicio hasta que puedas hacerlo en 30 segundos sin errores.
Paso 4: Sigue practicando hasta que puedas hacerlo en 15 segundos sin errores.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Este ejercicio es similar al «Ejercicio 10: Perspectiva (1)», pero incorpora un componente psicomotriz. En este caso requiere que pienses dos veces (sobre la información visual y espacial que has recopilado) y que luego expreses físicamente esta información mediante el gesto de señalar en la dirección contraria.
Paso 1: Lee atentamente el siguiente texto:
¿Puedes encontrar el el error?
1 2 3 4 5 6 7 8 9
Paso 2: Escribe tu respuesta.
____________________________________
Paso 3: Verifica tu solución en la clave de respuestas (página 57).
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Este ejercicio trata de reducir la velocidad para que puedas pensar en cada una de las palabras y números que ves. El cerebro tiende a leer con anticipación, completando u omitiendo elementos repetidos para que la escritura tenga sentido.
Ejercicio 14: Prueba una nueva fragancia
Paso 1: La próxima vez que vayas a trabajar (ya sea en la oficina o en casa), llévate contigo un pequeño frasco con un aceite esencial o un extracto de olor agradable (como lavanda, vainilla o cítricos).
Paso 2: Elige una tarea repetitiva que hagas cada día sin pensar mucho (como archivar, leer un informe estándar o doblar la ropa). El mejor momento para realizar este ejercicio es durante tu rutina diaria. Justo antes de comenzar la tarea, saca el aceite esencial e inhala el aroma profundamente.
Paso 3: Concéntrate en el aroma mientras realizas la tarea. Dirige toda tu atención hacia lo que estás experimentando. Si no estás leyendo, cerrar los ojos te puede ayudar a concentrarte.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Las tareas repetitivas requieren poca reflexión. Con la nueva información sensorial del aroma, vas a despertar a tu cerebro.
Ejercicio 15: Escritura opuesta (1)
Paso 1: Coloca un bolígrafo y una hoja de papel en una mesa, frente a ti.
Paso 2: Si sueles escribir con la mano derecha, toma el bolígrafo con la mano izquierda (o con la derecha si eres zurdo).
Paso 3: Escribe cinco palabras que sepas deletrear correctamente.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Al usar tu mano no dominante para escribir, se activa la corteza motora en el lado de tu cerebro opuesto al que usas habitualmente. Al mismo tiempo, tu cerebro también procesa información visual a medida que lee y coordina los movimientos de tu mano. Escribir una palabra que ya sabes cómo deletrear asegura que tu actividad cerebral cambie al lado opuesto.
Ejercicio 16: Escritura opuesta (2)
Paso 1: Coloca un bolígrafo y una hoja de papel en una mesa, frente a ti.
Paso 2: Cierra los ojos. Si sueles escribir con la mano derecha, toma el bolígrafo con la mano izquierda (o viceversa).
Paso 3: Con los ojos cerrados, escribe cinco palabras que sepas deletrear correctamente.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Muchos de los resultados del «Ejercicio 15: Escritura opuesta (1)», con la diferencia de que tu cerebro también tiene que usar información de tus dedos y tu mano para guiarlos en la escritura de letras sin señales visuales.
Paso 1: Toma dos barajas de cartas y crea parejas idénticas (como ases de tréboles, o reyes de espadas, según el tipo de baraja).
Paso 2: Quédate con cuatro de las parejas que hayas formado y luego coloca las ocho cartas al azar en una mesa, boca arriba.
Paso 3: Coloca las ocho cartas boca abajo.
Paso 4: Dale la vuelta a una carta al azar, e inmediatamente intenta encontrar su pareja (solo una carta a la vez). Si le das la vuelta a la carta incorrecta, colócala boca abajo nuevamente y continúa tratando de encontrar una coincidencia con la carta original.
Paso 5: Continúa volteando cartas has-ta que consigas parejas idénticas, y observa cuántos errores cometes antes de tener las cuatro parejas.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Este sencillo ejercicio ayuda a reforzar tu memoria a muy corto plazo (o «memoria de trabajo»). Una buena observación de la carta que se ha volteado ayuda a consolidar la memoria a corto plazo.
Ejercicio 18: Memory (2)
Paso 1: Toma dos barajas de cartas y crea parejas idénticas (como ases de tréboles, o reyes de espadas, según el tipo de baraja).
Paso 2: Quédate con cinco de las parejas que hayas formado y luego coloca las diez cartas al azar en una mesa, boca arriba.
Paso 3: Coloca las diez cartas boca abajo.
Paso 4: Dale la vuelta a una carta al azar, e inmediatamente intenta encontrar su pareja (solo una carta a la vez). Si le das la vuelta a la carta incorrecta, colócala boca abajo nuevamente y continúa tratando de encontrar una coincidencia con la carta original.
Paso 5: Continúa volteando cartas has-ta que consigas parejas idénticas, y observa cuántos errores cometes antes de tener las cinco parejas.
Paso 6: Continúa añadiendo más pares de cartas a este ejercicio a medida que aumente tu competencia.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Al igual que el «Ejercicio 17: Memory (1)», este ejercicio ayuda a trabajar la memoria a corto plazo.
Paso 1: Toma dos barajas de cartas y crea parejas idénticas (como ases de tréboles, o reyes de espadas, según el tipo de baraja).
Paso 2: Quédate con cinco de las parejas que hayas formado y luego coloca las diez cartas al azar en una mesa, boca arriba.
Paso 3: Coloca las diez cartas boca abajo.
Paso 4: Aléjate de la mesa y deja que pasen cinco minutos.
Paso 5: Dale la vuelta a una carta al azar, e inmediatamente intenta encontrar su pareja (solo una carta a la vez). Si le das la vuelta a la carta incorrecta, colócala boca abajo nuevamente y continúa tratando de encontrar una coincidencia con la carta original.
Paso 6: Continúa volteando cartas hasta que consigas parejas idénticas, y observa cuántos errores cometes antes de tener las cinco parejas.
Paso 7: Continúa añadiendo más pares de cartas a este ejercicio y añade más tiempo en el Paso 4 a medida que aumente tu competencia.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Este ejercicio requiere que confíes más en tu memoria a largo plazo que en la de a corto plazo.
Soluciones de los ejercicios de calentamiento para ejercitar la velocidad mental
Ejercicio 8: Razonar y visualizar (página 49)
Tres. Podrías estar de suerte y conseguir una combinación del mismo color con los dos primeros calcetines. Pero si los dos primeros calcetines que tomas no coinciden (uno es negro y el otro es blanco), entonces seguro que el siguiente calcetín que saques se emparejará con uno u otro.
Ejercicio 9: Suma y sigue (página 49)
2625.
Ejercicio 13: Lee lentamente (página 53)
La palabra el aparece dos veces en la oración.
Estos ejercicios están enfocados, principalmente, al uso de la inteligencia visual-espacial, lo que requiere que tu cerebro dé sentido a los estímulos que llegan a través de la percepción visual, así como requiere la acción correspondiente. Una habilidad recurrente que se precisa en muchas operaciones visuales-espaciales (ya sea en ejercicios o en la vida real) es saber rotar una imagen, es decir, poder imaginarla en tres posiciones diferentes. Una parte de este tipo de memoria también está relacionada, pues, con estructuras, rotaciones o recorridos complejos (como seguir direcciones). Algunas personas solucionan con mucha naturalidad este tipo de cuestiones, pero hay otras a las que estas tareas les resultan muy confusas. Si estás en esta segunda categoría, probablemente esta sea una buena área para que la practiques.
Ejercicio 1: ¿Hacia dónde?
Paso 1: Observa la imagen de la derecha. Yendo de izquierda a derecha, y de arriba abajo, nombra la dirección en la que apunta cada flecha mientras un ayudante te cronometra.
Paso 2: Repite el ejercicio hasta que puedas hacerlo en 30 segundos sin más de un error.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Este ejercicio requiere un procesamiento rápido de la información visual con el añadido de convertir esa información en una expresión verbal (cuando se indica la dirección en voz alta).

Paso 1: Imprime o busca un mapa de tu ciudad y estúdiatelo.
Paso 2: Haz que un ayudante tape el nombre de una calle que aparece en el mapa. Mira si puedes recordar cuál era.
Paso 3: Estudia el mapa de nuevo.
Paso 4: Elige un punto de partida y un punto final en el mapa. (Elige una parte de la ciudad que no conozcas tanto y que sea segura y transitable.) Escribe las instrucciones sobre cómo llegar desde el inicio al fin en una hoja de papel.
Paso 5: Estudia las instrucciones con atención.
Paso 6: Guarda las instrucciones en tu cartera o bolso.
Paso 7: Sitúate en el punto de partida y dirígete hacia tu punto final sin consultar el mapa ni tus instrucciones.
Paso 8: Cuando llegues a tu destino o empieces a sentirte perdido, saca el mapa y tus instrucciones. (Si estás conduciendo o yendo en bici, primero detente en un lugar seguro.) ¿Llegaste a tu destino? Si es así, ¿llegaste siguiendo tus instrucciones o terminaste tomando una ruta diferente? Si no llegaste a tu destino, ¿estabas muy cerca?
Paso 9: A medida que vayas mejorando en esta tarea, crea rutas que tengan más giros o itinerarios más complejos.
Precaución
Si este ejercicio te causa confusión mientras conduces o te hace sentir inseguridad o ansiedad, prescinde de él. Nada es más importante que la seguridad vial. Elige la seguridad antes que la exhaustividad al realizar esta actividad: si necesitas girar en una dirección diferente a la planeada porque es lo más seguro, lo legal o lo más cauto, hazlo.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Esta actividad requiere la memorización del mapa y la comprensión de las direcciones. A medida que recorres tu ruta, debes procesar la información visual entrante y relacionarla con la imagen del terreno que quedó impresa en tu cerebro mientras estudiabas la ruta. Dependiendo del número de giros que necesites para llegar a tu destino, el uso del pensamiento rotacional también podría ser importante.
Paso 1: Elige un material de lectura. Pídele a un amigo que te ayude en la elección.
Paso 2: Tápate un ojo y lee un párrafo en voz alta.
Paso 3: Hazle a tu ayudante una síntesis de lo que acabas de leer.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Este ejercicio trabaja la comprensión de una lectura estándar, pero añade el desafío de que la información visual solo provenga de un ojo. El cambio de perspectiva que se produce en el caso de aquellas personas que tienen dos ojos sanos puede ser importante. El cambio de visión binocular a monocular requiere que tu cerebro se adapte y, en cierto sentido, que hagas dos cosas al mismo tiempo.

Paso 1: Reúne los ingredientes que necesitarás para este ejercicio. Necesitas una masa de pizza preparada (o una casera, si lo prefieres), 2 tazas (500 ml) de mozzarella rallada, 1 taza (250 ml) de salsa de tomate, 8 rodajas finas de chorizo, 8 rodajas finas y redondas de zanahoria, 8 tiras de pimiento verde y 8 aceitunas negras sin hueso. (Puedes sustituir estos ingredientes por otros, pero deben ser aproximadamente similares en forma y tamaño.)
Paso 2: Coloca la masa en una bandeja de horno y sitúala frente a ti en una mesa. Siéntate frente a la masa, con los ingredientes a mano. (Debes permanecer sentado durante el resto del ejercicio.)
Paso 3: Unta la salsa sobre la base.
Paso 4: Espolvorea el queso uniformemente sobre la salsa.
Paso 5: Visualiza la pizza cortada en ocho porciones. (Haz mentalmente un corte vertical y un corte horizontal, luego dos cortes diagonales para crear las ocho porciones.) ¡No cortes la pizza todavía! Solo imagínatelo.
Paso 6: Imagínate cómo colocas una rodaja de chorizo y de zanahoria, una tira de pimiento y una aceituna en la primera porción de la pizza (la situada en la parte superior). Si la pizza fuera un reloj, colocarías los primeros ingredientes en la porción más cercana a las 12 en punto.
Paso 7: Repite el paso 6, moviéndote mentalmente en sentido contrario a las agujas del reloj hasta la siguiente porción. Imagínate la incorporación de cada ingrediente en el mismo orden y lugar que en esa primera porción.
Paso 8: Repite el paso 7 hasta que completes las ocho porciones.
Paso 9: Observa mentalmente tu pizza. ¿Las porciones son aproximadamente simétricas y de tamaño similar?
Paso 10: Observa mentalmente tu pizza de nuevo. ¿Están los ingredientes dispuestos del mismo modo en cada porción?
Paso 11: Termina preparando de verdad la pizza y hornéala de acuerdo con las instrucciones del paquete de la masa hasta que esté dorada y el queso se haya fundido. Saborea los resultados.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Esta actividad te pide que te formes una imagen mental de las porciones y que coloques los ingredientes en una determinada configuración espacial. Debido a que estás sentado en una misma posición durante todo el ejercicio, verás que las porciones más cercanas a ti (las más cercanas a las 6 en punto) son las más difíciles de hacer. Este es un ejemplo de cómo la rotación, que parece simple, ¡puede resultar bastante exigente para algunos de nosotros!
Ejercicio 5: Embolsa tus alimentos
Paso 1: Compra algunas frutas y verduras, muy saludables para el cerebro (consulta la parte 5), en una tienda que disponga de las clásicas bolsas grandes de papel marrón (deben tener aproximadamente 45 cm de profundidad). También puedes usar las bolsas de plástico rígido reutilizables, esas que son más cuadradas y se pueden doblar para guardarlas. Compra hasta llenar al menos dos bolsas de comida, asegurándote de que los artículos sean variados en tamaño y forma.
Paso 2: Cuando llegues a casa, coloca las bolsas en una mesa.
Paso 3: Saca el contenido de una bolsa y colócalo sobre la mesa.
Paso 4: Vuelve a colocar los alimentos en la bolsa vacía de la manera más eficiente posible, añadiendo artículos de otra bolsa llena. Trata de que quepa tanto como sea posible, ¡pero no debes superar el borde de la bolsa ni aplastar los alimentos!
Paso 5: Repite este juego cuando compres cada semana, para mejorar tus habilidades a la hora de embolsar. No solo reducirás la utilización de bolsas de plástico de un solo uso (tan perjudiciales para el medio ambiente), sino que también te proporcionará un desafío mental recurrente. Verás cómo te conviertes en todo un profesional.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Cuando vuelves a recolocar las cosas dentro de la bolsa, utilizas la vista y, en menor grado, el tacto para determinar el tamaño y la orientación de los alimentos. Tu imagen mental de la geometría de estas cosas, y tu imagen mental de la capacidad y el espacio dentro de la bolsa, te ayudan a elegir dónde colocar los diferentes elementos. ¡Es un rompecabezas visual-espacial en 3D!
Ejercicio 6: Montar una maqueta
Paso 1: Ve a una tienda de juguetes y compra una maqueta para montar. Que sea algo sencillo, en especial si no eres un entusiasta de este tipo de juegos. Elige una figura que te interese, como un automóvil, un tren, un avión, un barco o un edificio.
Paso 2: En casa, en un lugar tranquilo donde puedas concentrarte, coloca los componentes de la maqueta y el adhesivo sobre una superficie de trabajo.
Paso 3: Monta la maqueta siguiendo las instrucciones del fabricante. Para ello, lee cada paso con atención, escribe las instrucciones y luego realiza cada paso de memoria.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Es posible que nunca hayas montado antes una maqueta, o puede que no lo hayas hecho desde la infancia. De cualquier manera, con este ejercicio tu cerebro tomará una instrucción escrita y la convertirá en una imagen mental. Luego aplicará la imagen a la labor de montar un objeto tridimensional. Este ejercicio es más enriquecedor si visualizas cada paso antes de hacerlo.
Precaución
Si el adhesivo emite vapores nocivos, asegúrate de ventilar adecuadamente el área de trabajo, de descansar un poco de vez en cuando y de tomar vitamina C adicional ese día. Detente de inmediato si te sientes mareado, desorientado o con náuseas.
Ejercicio 7: Arma un rompecabezas
Paso 1: Coloca las piezas de un rompecabezas sobre una mesa.
Paso 2: Estudia la imagen del rompecabezas completo que aparece en la caja.
Paso 3: Busca las cuatro piezas de las esquinas (con dos bordes planos, rectos) y luego busca las piezas que encajen (con un borde plano).
Paso 4: Primero completa el marco exterior del rompecabezas, luego arma el interior a partir de lo construido.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Todo el mundo está familiarizado con esta actividad infantil, pero es un ejercicio fantástico para la memoria espacial y las habilidades de razonamiento. Al mismo tiempo, el cerebro usa la imagen de la caja, las formas de las piezas entrelazadas y los pequeños detalles de la imagen para guiarse en el montaje. Tu memoria a corto plazo retiene la imagen del rompecabezas completado, y usas tu capacidad para examinar los detalles con el fin de colocar las piezas en su lugar de modo que coincidan con esta imagen mental.
Juegos mentales gratuitos
Internet ofrece, de forma gratuita, muchos ejercicios para desarrollar el cerebro. Trata de conseguir juegos visuales-espaciales, así como otras actividades para fortalecer la mente.
Ejercicio 8: Memoriza un mapa
Paso 1: Elige un mapa político que contenga los nombres de varios países.
Paso 2: Elige un país con el que no estés familiarizado (uno que no esté rodeado de agua).
Paso 3: Pídele a alguien que te ayude a controlar el tiempo. Durante 60 segundos, estudia los nombres y las posiciones de los países al norte, sur, este y oeste del país elegido.
Paso 4: Dale la vuelta al mapa para que no puedas verlo y espera 60 segundos.
Paso 5: En una hoja de papel, escribe el nombre del país elegido y rodéalo con un círculo. Imagina que el norte está en la parte superior de la página, encima del nombre que anotaste.
Paso 6: Escribe los nombres de los países vecinos en sus ubicaciones correctas alrededor de tu país rodeado por un círculo. Un ejemplo podría ser:

¿Qué se consigue con este ejercicio?
Este ejercicio requiere que proceses información visual y que luego la comprendas, la recuerdes y que expreses las relaciones espaciales entre los países que ves en el mapa.
Ejercicio 9: Aprendiz de cartógrafo (1)
Paso 1: Con una hoja de papel y un lápiz en la mano, dirígete a un pequeño parque o al jardín de algún amigo; cualquiera de los dos debe ser un lugar en el que no pases mucho tiempo, es decir, que no conozcas muy bien. El área debe ser lo bastante pequeña como para poder examinarla fácilmente con la vista.
Paso 2: Examina con la mirada todo el terreno.
Paso 3: Divide mentalmente el área en cuadrantes.
Paso 4: Camina por toda la zona. En cada cuadrante, observa los puntos de referencia (árboles grandes, mesas de pícnic, columpios, parterres de flores, etc.) y toma nota mental de dónde se encuentran. ¿Están en el centro del cuadrante? ¿A un lado?
Paso 5: Detén el examen. Sin volver a mirar de nuevo el terreno, dibuja un mapa del área en tu papel, dividiéndola en los cuadrantes que visualizaste en el paso 3. Incluye tantos puntos de referencia en cada cuadrante como puedas.
Paso 6: Vuelve a examinar con la mirada y refresca tu memoria.
Paso 7: Detén el examen y añade más detalles a tu mapa.
Paso 8: Repite los pasos 6 y 7 hasta que creas que tu mapa está completo.
Paso 9: Camina por el área y compara lo que ves ante ti con el mapa que has creado. ¿Tu mapa es completo y preciso?
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Esta actividad requiere cierto nivel de memoria para la información visual, pero en última instancia requiere que seas observador. Algunas personas pueden asimilar una gran cantidad de información visual (piensa en un diseñador de interiores o en un experto en reformas de viviendas); otras solo perciben algunas cosas.
Ejercicio 10: Aprendiz de cartógrafo (2)
Paso 1: Con una hoja de papel y un lápiz a tu lado, conduce hasta una parte de la ciudad que no te resulte familiar.
Paso 2: Elige un punto de partida y otro de llegada. Empieza a conducir, y repite el mismo recorrido cuatro veces. Mientras conduces, toma nota mental de los nombres de las calles.
Precaución
Al conducir, presta mucha atención a la carretera. Nunca escribas notas ni dibujes mientras conduces.
Paso 3: Detente y estaciona en un lugar tranquilo, donde puedas escribir.
Paso 4: Con papel y lápiz, dibuja un mapa de la ruta que has seguido desde el punto de partida, incluidos los nombres de las calles, cruces y ubicaciones que recuerdes.
Paso 5: Compara tu trabajo con un mapa impreso, o con uno que encuentres en tu ordenador o smartphone. ¿Tu mapa es tan completo como pensabas?
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Este ejercicio requiere que recuerdes una serie de tareas y experiencias visuales-espaciales. Probablemente será más fácil para aquellos con un buen sentido de la orientación.
Ejercicio 11: Describe una pintura
Paso 1: Ve a una galería de arte o museo (no importa su tamaño) con alguien que te acompañe. Este ejercicio es una buena excusa para salir en compañía.
Paso 2: Busca una pintura que incluya figuras o escenas que sean fáciles de describir. Las pinturas realistas son más fáciles de describir que las abstractas.
Paso 3: Estudia la pintura durante 30 segundos.
Paso 4: Dale la espalda a la pintura. Descríbele la pintura en detalle a tu acompañante.
Paso 5: Vuelve a examinar la pintura.
Paso 6: Vuelve a darle la espalda y añade detalles adicionales a tu descripción (como «el príncipe lleva la espada a su derecha»).
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Esta actividad requiere mucha atención a los detalles y un uso más intenso de la percepción visual. El arte es una forma de comunicarse y es por ello que los artistas incluyen importantes detalles en sus pinturas. Esta es una buena forma de practicar la ampliación de tu percepción visual.
Ejercicio 12: Encuentra las diferencias
Paso 1: Con un cuaderno y un lápiz en la mano, visita una tienda de ropa que tenga distintos tipos de camisas elaboradas por diseñadores diferentes. Las camisas de vestir para hombres funcionan bien en este ejercicio porque, de entrada, todas son muy similares. (Si te da vergüenza o no te apetece ir a una tienda, puedes hacer este ejercicio con las camisas de algún familiar, o de varios de ellos.)
Paso 2: Elige tres marcas diferentes para que puedas comparar tres diseñadores distintos. Asegúrate de que las marcas que eliges reúnan en su conjunto más de un estilo o patrón.
Paso 3: Escribe los nombres de los diseñadores en tu cuaderno.
Paso 4: Examina las camisas del primer diseñador o diseñadora durante 30 segundos. Debajo de su nombre, ve tomando nota sobre los detalles de las camisas (como los tipos de cuello, botones, costuras, etc.).
Paso 5: Repite el paso 4 con las camisas del segundo diseñador.
Paso 6: Repite el paso 4 con las camisas del tercer diseñador.
Paso 7: Con tu cuaderno abierto, revisa tus notas mientras vuelves a examinar cada marca de camisas. ¿Hay algún elemento sutil que se te pasó por alto?
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Este ejercicio ayuda a mejorar tus habilidades de discriminación visual, ya que requiere que prestes mucha atención a los detalles. Esta habilidad es fácil para algunas personas, mientras que otras pueden sorprenderse de lo mucho que se les pasó por alto.
Ejercicio 13: Expande tus colores
Paso 1: Empieza a prestar atención a la ropa que vistes a diario.
Paso 2: Durante una semana, anota cada día los colores de tu ropa (por ejemplo: «Lunes: azul y naranja» o «Martes: verde, blanco y azul»).
Paso 3: Durante esa semana, añade cada día a tu indumentaria un color que no uses normalmente. Puedes crear nuevos conjuntos que combinen un mayor número de colores de los que usas habitualmente, incorporando una corbata más vistosa o una bufanda multicolor. (Pídele consejo a un amigo de confianza si estás preocupado por tu sentido de la moda o del color.)
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Cuando añades más tonos a tu ropa, usas la parte de tu cerebro que ve e interpreta el color. Es posible que ya lo hagas muy bien y necesites poca práctica, mientras que otros pueden necesitar más tiempo para resolver el reto.
¿Sabías que…?
Laberintos y unir los puntos
¿Conoces esas publicaciones de pasatiempos que venden en los quioscos (especialmente en los aeropuertos)? Son económicas, fáciles de llevar y están repletas de excelentes juegos para desarrollar el cerebro. Busca las que estén llenas de laberintos y de juegos de unir los puntos para desarrollar tus habilidades visuales-espaciales. También puedes encontrar muchas versiones gratuitas en internet que puedes imprimir.
Ejercicio 14: ¿Qué animal soy?
Paso 1: Primero reúne el material que necesitarás para este ejercicio: una cartulina pequeña, unas tijeras y un libro sobre naturaleza salvaje con muchas imágenes grandes de diferentes animales.
Paso 2: Recorta un agujero cuadrado de 2,5 cm en la cartulina.
Paso 3: Pídele a otra persona que coloque la cartulina sobre una imagen cualquiera del libro y que luego te lo dé con la imagen tapada.
Paso 4: Examina lo que ves a través del agujero. ¿Puedes identificar al animal a través de este pequeño cuadrado?
Paso 5: Si no puedes, mueve la cartulina a un lugar diferente de la imagen. ¿Puedes identificarlo ahora?
Paso 6: Continúa moviendo la cartulina alrededor de la imagen para obtener más visión del animal hasta que puedas identificarlo correctamente.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
En este ejercicio, aprovechas las habilidades visuales y mentales que usa tu cerebro para completar una imagen. Al ver pequeñas partes, obtienes pistas sobre la imagen completa. Un pequeño detalle podría conectarte con la imagen mental que tienes de ese animal (por ejemplo, si ves parte de un colmillo, podrías conectar eso con tu imagen mental de un elefante). Este ejercicio también requiere capacidad memorística, porque puedes mirar activamente solo un área pequeña a la vez. Puedes jugar a este juego con todo tipo de imágenes. Los animales son una buena opción porque la gente está familiarizada con muchos de ellos. También puedes intentar usar álbumes de fotos de la familia o lugares que hayas visitado varias veces.
Ejercicio 15: Memoria visual (1)
Paso 1: Examina de cerca esta imagen durante 30 segundos.
Paso 2: Cubre la imagen por completo para que no puedas verla.
Paso 3: Escribe 10 detalles sobre la imagen que recuerdes.

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Paso 4: Descubre la imagen. ¿Han sido precisos tus recuerdos?
¿Qué se consigue con este ejercicio?
La memoria visual es la capacidad de convertir una memoria sensorial a muy corto plazo en conocimiento a corto plazo sobre el entorno que te rodea. La memoria sensorial pura solo dura un segundo, pero se puede convertir en memoria a corto plazo, donde evocamos o imaginamos lo que acabamos de ver. Ahora está involucrada una parte diferente del cerebro: ya no es una experiencia puramente sensorial. Para hacer bien este tipo de ejercicio, debes, al tiempo que utilizas tus habilidades de percepción, prestar atención a los detalles mientras examinas la imagen.
Ejercicio 16: Memoria visual (2)
Paso 1: Examina detenidamente la imagen durante 45 segundos.
Paso 2: Cubre la imagen por completo para que no puedas verla.
Paso 3: Escribe 10 detalles que recuerdes sobre la imagen.

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Paso 4: Descubre la imagen. ¿Han sido precisos tus recuerdos?
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Este ejercicio te da más tiempo para estudiar la imagen que el «Ejercicio 15: Memoria visual (1)», pero no es necesariamente más fácil. La imagen del ejercicio 15 es un primer plano de un conjunto de objetos (principalmente alimentos), mientras que esta otra imagen está menos definida y tiene un sombreado más sutil que requiere un poco más de atención.
Ejercicio 17: Revisa tu punto ciego
Paso 1: Cubre por completo tu ojo derecho. Ahora, solo con el izquierdo, mira fijamente la imagen de la derecha. Concéntrate en la cruz rodeada por el círculo.

Paso 2: Inclínate hacia delante y hacia atrás para que tus ojos estén a diferentes distancias de la imagen. Observa que, a ciertas distancias, la cruz del lado izquierdo parece desvanecerse.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Este ejercicio pone en evidencia que la información visual que percibimos en realidad proviene de diferentes fuentes. Si hay puntos en los que un ojo está «ciego», el cerebro toma información del ojo opuesto. Sin embargo, la imagen se percibe como información continua y completa, no como una experiencia unilateral. Pero la cosa cambia si nos tapamos un ojo.
Ejercicio 18: Test de retención visual
Paso 1: Estudia la imagen durante 10 segundos y luego cúbrela.
Paso 2: Espera 30 segundos y luego observa las cuatro opciones siguientes. ¿Cuál coincide con el diseño del paso 1?

Fuente: Imágenes basadas en la prueba de retención visual de Benton, desarrollada por el Dr. Arthur Benton.
Paso 3: Descubre la imagen original del paso 1 y compárala con tu selección. Si no has acertado, ¿puedes ver ahora cuál es el diseño correcto?
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Este ejercicio pone a prueba tu memoria de estructuras visuales complejas, que requiere que tu cerebro comprenda los ángulos, las curvas y la geometría general de la imagen original y luego lo compare con una selección de cuatro imágenes. (Nota: La prueba de retención visual de Benton también se utiliza como diagnóstico para ayudar a desvelar problemas cerebrales que podrían surgir de diversas afecciones, como una lesión cerebral. Este aspecto de diagnóstico va más allá del alcance de este libro.)
Estamos rodeados de palabras todo el día. Hablamos, escuchamos y todo nuestro entorno sonoro, ya sean telediarios o programas de radio, nos expone a un diluvio de palabras. Entonces, ¿por qué hay que desarrollar el lenguaje? La razón es que nuestra forma típica de hablar y oír, aunque sea asombrosa en sí misma, tiende a utilizar vías cerebrales muy trilladas que establecimos cuando éramos pequeños. Hacer ejercicios de lenguaje más concretos y extensos hace que algunos centros vitales de nuestro cerebro se activen y trabajen más. Además, aprender nuevos idiomas puede estimular estructuras cerebrales vitales como el hipocampo, que es el generador de índices de memoria del cerebro.
Para los lectores que, gracias a su trabajo, escriben o leen con frecuencia (como maestros, escritores, editores, etc.), algunos de estos ejercicios pueden resultarles menos efectivos. Pero son buenos entrenamientos para la mayoría de nosotros.
Ejercicio 1: Lee y resume
Paso 1: Elige un pasaje de un libro o revista que tenga aproximadamente una página. El libro o revista puede ser impreso o digital. El texto elegido puede ser de ficción o no ficción, y de cualquier temática.
Paso 2: Lee el pasaje.
Paso 3: Vuelve a leer el pasaje.
Paso 4: Cierra el libro (o la revista, el navegador o la tableta) para que no puedas ver el pasaje.
Paso 5: Escribe un resumen de un párrafo de lo que leíste.
Paso 6: Deja tu resumen a un lado durante al menos una hora.
Paso 7: Vuelve a leer el pasaje y evalúa lo bien que tu resumen capta los puntos principales.
Paso 8: Si lo deseas, pídele a alguien que lea tu resumen, que luego lea el pasaje y que compare los dos.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Cuando escribes el resumen, creas una nueva forma de contar la historia que emplea tus habilidades lingüísticas. Esta actividad no solo trabaja los muchos centros cerebrales necesarios para leer, sino que también utiliza la memoria y los centros superiores del cerebro (como la corteza prefrontal) para interpretar una historia y dar sentido a las cosas.
Paso 1: Elige un artículo de opinión de un periódico o revista (una edición impresa o digital).
Paso 2: Lee el artículo.
Paso 3: Cierra la publicación o el navegador para que no puedas ver el artículo. Espera 20 minutos.
Paso 4: Escribe la conclusión principal del artículo, algo así como: «Según el autor, el petróleo no es sostenible debido a la corta vida útil de los pozos y a la necesidad de financiación perpetua para abrir otros nuevos».
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Al leer y luego resumir el punto principal de un artículo de opinión, practicas tu comprensión del lenguaje escrito y las habilidades lingüísticas necesarias para reformular el texto originario en una conclusión. Esto también requiere cierto uso de la memoria a corto plazo y puede ayudar a mejorar el funcionamiento de esa área del cerebro.
Ejercicio 3: Aprende palabras de otro idioma
Paso 1: Visita una página web o elige un libro que esté escrito en un idioma que te interese (debe estar en una lengua distinta a la tuya y que no conozcas).
Paso 2: Examina el texto e identifica las cinco palabras que deseas aprender.
Paso 3: Con un diccionario o consultando en internet, estudia el significado y la pronunciación de las cinco palabras.
Paso 4: Practica la pronunciación de las palabras y memoriza sus significados.
Paso 5: Escribe las palabras y sus significados. Deja tus notas a un lado y espera 24 horas.
Paso 6: Al día siguiente, intenta recordar y decir las cinco palabras.
Paso 7: Compara lo que recuerdas con lo que escribiste.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Este ejercicio implica el aprendizaje de nueva información de vocabulario e involucra los centros de procesamiento del lenguaje presentes en el cerebro. Tu cerebro establece nuevos patrones y nuevas asociaciones a medida que aprende nuevas palabras.
Ejercicio 4: Aprende una frase de otro idioma
Paso 1: Visita una página web o elige un libro que esté escrito en un idioma que te interese, pero que no hables.
Paso 2: Examina el texto y elige una frase relacionada con una situación o solicitud común, una frase cotidiana como: «¿Cómo estás hoy?» o «¿Dónde hay un buen restaurante por aquí?».
Paso 3: Con un diccionario o consultando en internet, estudia el significado y la pronunciación de cada palabra de la frase.
Paso 4: Practica la pronunciación de la frase y memoriza su significado.
Paso 5: Enséñale la frase a otra persona o úsala con un amigo que ya hable ese idioma.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Esta actividad trabaja habilidades y partes del cerebro similares a las del «Ejercicio 3: Aprende palabras de otro idioma». La ventaja es que te obliga a vincular las palabras con el significado general más complejo de la frase.
Ejercicio 5: Aprende cinco sinónimos
Paso 1: Elige cualquier palabra que se te ocurra o elige una al azar de un periódico o revista.
Paso 2: Con un diccionario de sinónimos (de edición impresa o digital), busca cinco sinónimos (palabras con significados similares) de la palabra que has elegido.
Paso 3: Escribe la palabra y sus cinco sinónimos. Intenta usar estas palabras en tus conversaciones durante las próximas semanas.
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¿Qué se consigue con este ejercicio?
Esta es una forma de expandir tu vocabulario, codificando nuevos conocimientos sobre el significado de las palabras en tu memoria a largo plazo.
Ejercicio 6: Aprende cinco antónimos
Paso 1: Elige cualquier palabra que se te ocurra o escoge una al azar de un periódico o revista.
Paso 2: Con un diccionario de sinónimos y antónimos (edición impresa o digital), busca cinco antónimos (palabras con significado opuesto) de la palabra elegida.
Paso 3: Escribe la palabra y sus cinco antónimos. Intenta usar estas palabras en tus conversaciones durante las semanas siguientes a este ejercicio.
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¿Qué se consigue con este ejercicio?
Al igual que el anterior, este ejercicio amplía tu vocabulario. En este caso, comparar palabras que tienen significados opuestos te ayuda a aprenderlas y recordarlas.
Ejercicio 7: Construye nuevo vocabulario
Paso 1: Busca un diccionario impreso (si no dispones de uno, en la biblioteca de tu localidad seguro que tienen).
Paso 2: Abre una página al azar.
Paso 3: Examina las palabras de la página hasta que encuentres una que no conozcas.
Paso 4: Lee y memoriza el significado y la pronunciación de esa palabra.
Paso 5: Comparte esta nueva palabra con un amigo.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Este ejercicio fomenta la expansión del vocabulario, que tiende a involucrar al hemisferio izquierdo del cerebro.
Ejercicio 8: Retransmite un evento deportivo
Paso 1: Planifica con antelación el visionado de un evento deportivo, ya sea en la tele o en internet. Elige un deporte con el que estés familiarizado y que comprendas.
Paso 2: Pide ayuda a un amigo o familiar que también sea seguidor de este deporte.
Paso 3: Llama por teléfono al amigo cuando comience el evento deportivo y siéntate frente al televisor.
Paso 4: Baja el volumen para no escuchar la retransmisión.
Paso 5: Cuando comience el juego, actúa como si fueras el locutor. Describe a tu amigo o familiar, con el mayor detalle posible, la acción y las jugadas que se producen. No te preocupes por la información que transmites, pues no dispones de los mismos puntos de vista e información que el locutor original. Continúa durante 20 minutos.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Ver un evento deportivo en una pantalla y describírselo a alguien por teléfono requiere absorber información visual, interpretarla y luego convertirla en un lenguaje descriptivo, todo de forma muy rápida. Un deporte donde se produzcan movimientos o cambios rápidos, como el baloncesto o el fútbol, requerirá más agilidad verbal que un deporte más tranquilo como el ciclismo o el golf. Pero describir cualquier evento deportivo produce beneficios.
Ejercicio 9: Gesticula con las manos
Paso 1: Aprovecha cuando tengas delante a un amigo o familiar para que te escuche mientras le cuentas una historia.
Paso 2: Elige una historia o anécdota que conozcas bien, como algo que te sucedió o que presenciaste. La explicación debería alargarse unos 5 minutos.
Paso 3: Cuando cuentes la historia a tu audiencia, debes usar las manos tanto como te sea posible. Gesticula, traza formas y señala direcciones de elementos en tu historia.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Al usar las manos mientras hablas, coordinas la actividad física con la actividad verbal. Este ejercicio estimula dos centros de control del cerebro que se encuentran separados pero que trabajan juntos (la corteza prefrontal, que controla el movimiento, y el lóbulo frontal izquierdo, que controla el habla).
Paso 1: Escribe una lista de cinco palabras al azar.
Paso 2: Para cada una de tus cinco palabras, escribe otra más que rime con ella.
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¿Qué se consigue con este ejercicio?
Este es un simple ejercicio de entrenamiento lingüístico, pero requiere que examines mentalmente tu vocabulario y que uses tu representación mental de sonidos similares para generar la lista.
Ejercicio 11: Escribe un poema
Paso 1: Piensa en una idea o sentimiento que quieras expresar.
Paso 2: Estudia un poco los estilos de poesía para determinar cuál te gustaría probar. Hay muchos recursos excelentes en internet que ofrecen la posibilidad de escribir poesía. Las bibliotecas son otro gran recurso: puedes hojear un libro de poemas e intentar copiar el estilo que más te guste.
Paso 3: Escribe tu poema.
Paso 4: Guarda el poema donde no puedas leerlo. Espera 24 horas.
Paso 5: Saca tu poema y vuelve a leerlo.
Paso 6: Pídele a una persona cercana que lea el poema y te diga lo que significa para ella.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Este ejercicio es una excelente manera de desarrollar el centro del lenguaje del cerebro. Cuando escribes poemas, tienes que encajar las palabras en una estructura específica, lo que hace que el cerebro se ajuste a unas reglas. También estimula la expresión creativa de tus pensamientos en palabras.
Ejercicio 12: Escribe un relato breve
Paso 1: Elige un tema, situación o periodo de la historia que te interese.
Paso 2: Lee acerca de los aspectos prácticos de la escritura de cuentos. Determinados libros y páginas web, como www.literautas.com/es/blog/post-3910/como-escribir-un-cuento-corto/, te pueden ayudar. Pero hay muchos más.
Paso 3: Resérvate un tiempo sin interrupciones y comienza a escribir tu historia.
Paso 4: Tómate tu tiempo para completar la labor, y no te rindas si ves que hay algunos días que resultan improductivos.
Paso 5: Cuando hayas terminado de escribir, editar y corregir tu historia, pídele a un amigo cercano que la lea y luego contrasta sus impresiones con las tuyas.
Paso 6: Guarda la historia durante una semana y luego vuelve a leerla. Pensando en las impresiones de tu amigo sobre la historia, trata de releerla con una nueva perspectiva. Si una semana de espera no es suficiente (los escritores a veces necesitan distanciarse de sus creaciones mucho más tiempo), tómate dos semanas.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
La escritura de relatos breves es tanto un esfuerzo creativo como una forma de ejercitar las habilidades lingüísticas. En este ejercicio, se usa el lenguaje para transmitir las acciones, pensamientos, sentimientos y diálogos de los personajes del relato, se dispone el idioma en un orden determinado (cronológico o de otro tipo) y se deben elegir las palabras con cuidado. Trabajar con el cerebro de esta manera desarrolla tu inteligencia lingüística general.
Ejercicio 13: Encuentra la falacia
Paso 1: Estudia la naturaleza de las falacias lógicas. Hay muchos libros sobre las teorías de la argumentación y la lógica informal. También hay páginas web donde encontrar más información. He aquí una de ellas: https://psicologiaymente.com/inteligencia/tipos-falacias-logicas-argumentativas.
Paso 2: Una vez que estés familiarizado con los tipos de falacias lógicas, es hora de practicar. Compra un periódico y lee una de las cartas al director. Este enfoque es más eficaz que leer comentarios sobre noticias en internet, que están repletos de falacias lógicas y comentarios insultantes e incendiarios.
Paso 3: Lee la carta y analiza el argumento del escritor. ¿Existen falacias lógicas, como ad hominem, ad populum o argumentos del hombre de paja?
Paso 4: Mientras la revisas, toma notas sobre dónde están las falacias.
Paso 5: A medida que este ejercicio se te vaya haciendo más fácil, escucha los argumentos de las noticias de televisión o los programas de actualidad, donde los oradores tienen tiempo suficiente para diseñar su lógica. Repite tu proceso de revisión crítica de estos argumentos en tiempo real. También puedes utilizar este tipo de revisión para analizar la lógica empleada en los editoriales de los periódicos y en los artículos de opinión de los columnistas habituales.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Este es un ejercicio complejo pero útil para tus habilidades lingüísticas. Debes interpretar y ensamblar los significados de las palabras y pensar en los conceptos que se describen en un nivel abstracto. Esto requiere habilidades de razonamiento, pero está estrechamente relacionado con las capacidades lingüísticas del cerebro.
Ejercicio 14: Cambia tu acento
Paso 1: Mira un vídeo de un orador en YouTube (puede ser un youtuber o una persona famosa). Procura que tenga un acento notablemente diferente al tuyo.
Paso 2: Reproduciendo el vídeo las veces que sea necesario, repite lo que dice el orador y escribe dos o tres palabras que tú y el orador pronunciéis de manera muy diferente.
Paso 3: Di estas palabras en voz alta y escúchate a ti mismo. Comprueba si puedes detectar exactamente en qué se diferencia tu pronunciación de la pronunciación del orador.
Paso 4: Repite este ejercicio utilizando vídeos de un orador de otro país.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Este ejercicio desarrolla la capacidad de tu cerebro para comprender los matices del lenguaje, tanto los de los demás como los tuyos. Nuestro cerebro hace esto automáticamente, por lo que, a menudo, podemos saber intuitivamente si alguien no es de «por aquí» (donde sea que estés). Sin embargo, a menudo no nos fijamos realmente en cuáles son esas diferencias. Este es un ejercicio de escucha atenta que también mejorará tu capacidad de observación.
¿Sabías que…?
Aumenta la conciencia sobre tu acento
Si deseas aumentar tu conocimiento acerca de las diferencias que existen en el habla, tan evidentes por mucho que a veces escapen a nuestra conciencia, mira durante unos minutos un vídeo de YouTube. Escuchar incluso las diferencias regionales en la pronunciación y el uso de palabras en tu mismo idioma resulta muy interesante.
Paso 1: Busca trabalenguas en un libro o en internet.
Paso 2: Elige un trabalenguas nuevo cada día durante una semana y practica diciéndolo. Por ejemplo, prueba con el clásico «Tres tristes tigres comen trigo en un trigal».
Paso 3: Elige trabalenguas cada vez más difíciles a medida que mejore tu precisión. Cuando empieces a dominar ciertos trabalenguas que anteriormente te suponían un desafío, elige los más largos o aquellos con fonemas (sonidos) que te resulten más difíciles.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Recitar un trabalenguas es una forma de trabajar la capacidad de habla de tu cerebro mientras lees y procesas simultáneamente palabras en una página o en la pantalla.
Ejercicio 16: Crea una metáfora
Paso 1: Si no estás familiarizado con el término, primero busca un poco de información sobre qué es una metáfora. Se trata de una figura retórica en la que se vinculan dos palabras o frases para hacer una comparación, pero la oración no es literalmente verdadera. Un ejemplo sería: «El ejercicio cerebral es una actividad de gimnasio para la mente». Tu cerebro no va literalmente al gimnasio, pero ambas son formas de ejercicio, lo que las hace fáciles de comparar.
Paso 2: Elige una situación, lugar o historia que te resulte familiar, y luego considera otro ejemplo que sea similar en algún detalle importante. Crea tu metáfora.
Paso 3: Crea una nueva metáfora cada día durante una semana.
Paso 4: Comparte tus metáforas con alguien que pueda ayudarte y vea si tienen sentido.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
En este ejercicio utilizarás tanto el lenguaje como las partes de tu cerebro que procesan comparaciones y realizan análisis. Cuando analizas detenidamente el significado de las palabras, desafías tus habilidades lingüísticas.
Paso 1: Si no estás familiarizado con el término, primero busca un poco de información sobre qué es un símil. Es una comparación de dos palabras o frases en la que se utilizan los términos parecido a o como. Un ejemplo sería: «El ejercicio mental es como levantar pesas».
Paso 2: Elige una situación, lugar o historia que te resulte familiar, y luego considera otro ejemplo que sea parecido en algún detalle importante. Crea tu símil.
Paso 3: Crea un nuevo símil todos los días durante una semana.
Paso 4: Comparte tus símiles con un amigo que vea si tienen sentido.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Al igual que el ejercicio anterior, esta actividad desafía tu vocabulario y el uso del lenguaje descriptivo.
Ejercicio 18: Crea una aliteración
Paso 1: Si no estás familiarizado con el término, primero busca un poco de información sobre qué es una aliteración. Se trata de una serie de palabras en la mayoría de las cuales se repite una letra o sonido.
Paso 2: Haz una descripción en la que uses una frase formada por palabras aliteradas. Quizás algo como este verso de Rubén Darío: «Los suspiros de escapan de su boca de fresa».
Paso 3: Crea una nueva oración en la que uses la aliteración todos los días durante una semana.
Paso 4: Comparte tus oraciones aliteradas con un amigo que te ayude y vea si tienen sentido.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Esta divertida actividad te sirve para entrenar tu vocabulario y fortalece tu sentido de los sonidos de las palabras. En cierto modo, la aliteración tiene un vínculo con los trabalenguas, ya que todos se basan en la repetición de un sonido.
Ejercicio 19: ¡No digas «mmm…»!
Paso 1: Piensa en un tema sobre el que te gustaría dar un discurso. Limítate a unos tres minutos para hablar.
Paso 2: Escribe tu discurso. Empieza por explicar por qué crees que el tema es importante y luego indica tu punto de vista. A continuación, da tres razones que apoyen tu posición. Resume y reafirma tu posición como conclusión.
Paso 3: Lee tu discurso escrito en voz alta.
Paso 4: Recita el discurso a un amigo o grábalo (para que puedas escucharte a ti mismo más tarde). Empieza con una puntuación completa de 10/10 y resta un punto por cada vez que digas «ah…» o «mmm…» o hagas una pausa de más de 2 segundos. ¿Qué puntuación consigues?
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Este es un ejercicio de fluidez verbal para tu cerebro, y es más difícil de lo que la mayoría de la gente piensa. Naturalmente, hacemos pausas cuando hablamos y, a menudo, dejamos palabras a medio terminar o usamos recursos para ganar tiempo tales como «ah…» y «mmm…». Realizar un discurso fluido y claro es bastante desafiante.
El sistema sensorial es clave para despertar el cerebro. Dependemos de la información sensorial para activar muchos de nuestros pensamientos y movimientos. Los bebés dependen del tacto y usan la vista como una herramienta para orientarse en su entorno. Como adultos, a veces nos encontramos en entornos con pocas opciones de enriquecimiento sensorial, o en otros que proporcionan información sensorial muy repetitiva.
¿Sabías que…?
Compensación de los sentidos
Cuando una persona pierde un sentido (como la vista o el oído), esa pérdida puede ser difícil o incluso traumática al principio, pero, con el tiempo, los otros sentidos de la persona comenzarán a alimentar al cerebro con más información y estimulación. El cerebro humano intenta siempre compensar y adaptarse a casi cualquier desafío.
Ejercicio 1: Atrapa una ola
Paso 1: Si no vives cerca de la playa, consigue grabaciones de sonidos del mar. Hay muchas disponibles en el mercado; la mayoría contiene música tranquila junto con el sonido de suaves olas. Si tienes la suerte de vivir cerca del mar, ve a un tramo tranquilo de playa y siéntate en la orilla.
Paso 2: Cierra los ojos y concéntrate en escuchar las olas. Concéntrate en su ritmo.
Paso 3: Toma conciencia de tu respiración en relación con las olas. Deja que tu respiración sea regular y rítmica como el mar (aunque probablemente no será al mismo ritmo).
Paso 4: Concéntrate en tu respiración durante 15 minutos.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Este ejercicio induce un estado meditativo. La clave es el sonido repetitivo y tranquilizador de las olas. Hay algo relajante y primordial en el agua en movimiento, por lo que escuchar las olas es una herramienta excelente para crear una experiencia rica en sentidos para tu cerebro.
Paso 1: Inscríbete en un curso de pintura para principiantes en un centro de actividades culturales local o compra un buen libro de iniciación a la pintura.
Paso 2: Compra los utensilios necesarios.
Paso 3: Establece un lugar en tu hogar donde puedas pintar sin preocuparte por las manchas o el desorden, y donde sea fácil guardar los materiales. Si estás pintando temas fuera de casa, prepara un estuche que te permita transportar tus materiales.
Paso 4: Empieza a pintar. Practica, practica y practica.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Muchas personas se inician en la pintura como hobbie, a menudo a una avanzada edad. Hay buenas razones para ello: la pintura conlleva un esfuerzo creativo, rico en sentidos. También requiere cierto grado de coordinación y habilidad (dependiendo del estilo de pintura que se elija). El uso de colores, incluida su elección y combinación, es una fuente de esa información sensorial. La aplicación de la pintura es diferente según se trate de lienzo, papel u otra superficie. Las formas o imágenes que creas estimulan tu mente. Este es el tipo de nutrición sensorial rica que anhela el cerebro.
¿Sabías que…?
La cerámica es un trabajo cerebral
Otro hobbie que fortalece el cerebro y estimula los sentidos es la cerámica. Hay muchos lugares para emprender esta búsqueda creativa: en las escuelas, los talleres locales y los centros de actividades culturales a menudo ofrecen cursos. Tocar y manipular la arcilla es una experiencia rica y divertida para los sentidos. Aprenderás una nueva habilidad, que es vital para mantener tu cerebro activo y prevenir el estancamiento mental.
Ejercicio 3: Disfruta de la aromaterapia
Paso 1: Deja correr agua tibia en tu bañera; debe estar lo suficientemente caliente como para ser relajante, pero no demasiado. No la llenes hasta arriba. El nivel de agua debe ser lo bastante profundo como para proporcionar un baño cálido, nada más.
Paso 2: Añade al agua unas gotas de un aceite esencial relajante. Los aceites de lavanda y cítricos funcionan mejor a la hora de proporcionar relajación.
Precaución
Si tienes la piel sensible, asegúrate de elegir el mejor aceite esencial posible para ti.
Paso 3: Métete en la bañera y sumérgete durante 15 minutos. Reduce tu ritmo interior y calma tu respiración.
Paso 4: Toma conciencia del aroma del aceite esencial. Concéntrate en ello. Fíjate en qué recuerdos te trae o en qué te hace pensar.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Los beneficios de esta experiencia sensorial son bien conocidos. La sensación de estar en el agua es poderosa porque toda persona flotaba en el útero al comienzo de la vida; la experiencia como adulto es reconstituyente. Añadir un aroma botánico es importante en este ejercicio porque el olfato (el sentido del olfato) trae información a un punto del cerebro que está situado muy cerca de los centros de emoción. La información sensorial de los aromas puede llegar a estos centros emocionales más rápido que a los centros superiores de la corteza cerebral, donde interpretamos o pensamos en la información. Oler algo relajante mientras estás tumbado en un cómodo baño es una rica experiencia para tus sentidos y estimula las áreas emocionales del cerebro.
Paso 1: Pide cita en un centro de masaje profesional, limpio y relajado.
Paso 2: Pídele al terapeuta un masaje relajante.
Paso 3: Mientras disfrutas de tu masaje, concéntrate en los diferentes aspectos de la experiencia. ¿En qué área está trabajando el terapeuta? ¿El masaje se percibe diferente en el cuello que en la parte baja de la espalda? ¿Cuánta presión está aplicando el terapeuta? ¿Hay áreas sensibles? (Si es así, no dudes en comunicarlo.) ¿El terapeuta está usando aromaterapia y/o música para relajarte aún más? ¿Eres capaz de deslizarte hacia un estado neutral en el que no pienses mucho?
¿Qué se consigue con este ejercicio?
No hace falta decir que un masaje relajante te sentará bien. El sistema nervioso está programado para anhelar el tacto. Al satisfacer esta necesidad, alimentas a tu cerebro con una gran cantidad de información sensorial que podría faltar si no experimentas con frecuencia este tipo experiencia. El masaje también es un gran remedio para el estrés.
Ejercicio 5: Masaje terapéutico
Paso 1: Pide cita en un centro de masaje profesional, limpio y relajado.
Paso 2: Pídele al profesional un masaje terapéutico que incluya múltiples técnicas. Esto también puede incluir técnicas de relajación, pero las deberá combinar con una variedad de otras técnicas de masaje, como estiramiento muscular, vibración suave aplicada a áreas musculares tensas o nudosas, o enrollamiento de la piel, para conseguir resultados terapéuticos.
Paso 3: Presta atención a los detalles de las diferentes técnicas. Si el terapeuta trabaja profundamente y separa un poco los músculos o hace girar la piel y la levanta, ¿cómo te sientes? ¿Qué te hace recordar? ¿Cómo te sientes después? ¿Relajado? ¿Contento? ¿Cansado?
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Como se explica en el «Ejercicio 4: Masaje relajante», nuestro sistema nervioso necesita ser tocado para prosperar. Al satisfacer esta necesidad, se refuerza el cerebro y el sistema nervioso. En este caso, hay más variedades de información sensorial para explorar. El estiramiento de los músculos o la sensación de que la piel se enrolla envían toneladas de información estimulante al cerebro.
Ejercicio 6: Disfruta del watsu
Paso 1: La palabra watsu proviene de la abreviatura de water shiatsu, es decir, «agua shiatsu». El shiatsu es un tipo de masaje terapéutico que utiliza una presión suave para estimular los puntos de acupresión. El watsu se hace en agua tibia con sal, porque ayuda al paciente a flotar casi sin peso.
Paso 2: Llama y pregunta al terapeuta sobre tarifas, su formación y cómo funciona. Si tienes problemas de movilidad, pregunta sobre la accesibilidad de la instalación. Si no puedes nadar, pregunta el grado de flotabilidad que ofrece el agua salada, si pueden proporcionar dispositivos de flotación y cómo supervisarán el tratamiento para garantizar tu seguridad. Pide una cita para un tratamiento si te sientes cómodo con las respuestas.
Paso 3: Experimenta el tratamiento. ¿Cómo te sientes flotando libremente o deslizándote por el agua? ¿El patrón ondulado te relaja o te hace dormir? ¿Qué se te pasa por la cabeza durante el tratamiento? ¿Hay un punto en el que tu pensamiento se ralentiza y se olvida de que tenías un día ajetreado? ¿Cuál es tu estado emocional cuando finaliza el tratamiento?
Paso 4: Cuando termine el tratamiento, espera un poco antes de conducir a casa. (Mejor aún, pide un taxi o a alguien que te lleve.) Algunas personas encuentran el watsu muy estimulante, mientras que otras pueden encontrarlo desorientador o incluso sedante.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
El trabajo acuático es un festín para los sentidos. Como sabes, la inmersión en agua es una poderosa experiencia sensorial. Combinar el poder del toque terapéutico y la sensación de flotar estimula múltiples vías sensoriales. Las personas a menudo experimentan importantes beneficios con esta terapia, incluida una mayor relajación y una reducción del dolor, la rigidez y otras molestias.
¿Sabías que…?
Conceptos básicos del watsu
Durante un tratamiento de watsu, el terapeuta guía al paciente a través de una serie de movimientos suaves, como mecerse y deslizarse, y ofrece un tratamiento de acupresión mientras aquel flota en el agua. Muchos pacientes se duermen o entran en un estado de relajación profunda. Visita www.watsu.com/spanish/ para obtener más información sobre esta técnica.
Ejercicio 7: Prueba la acupuntura
Paso 1: Infórmate y aprende un poco sobre la acupuntura. Se trata de una práctica utilizada en la medicina tradicional china. Consiste en insertar una aguja estéril, muy fina y firme, en un punto específico del cuerpo. Estos puntos están alineados a lo largo de rutas de energía asociadas con funciones y/u órganos específicos. Los puntos de acupuntura a menudo se encuentran cerca de múltiples nervios y pueden transmitir fácilmente señales poderosas al cerebro.
Paso 2: Encuentra un acupuntor cualificado. Esta persona debe contar con el permiso de la autoridad estatal o provincial. Algunos naturópatas, quiroprácticos, fisioterapeutas, osteópatas y médicos convencionales también realizan acupuntura.
Paso 3: Solicita consulta y tratamiento.
Paso 4: Experimenta el tratamiento. Comunícate claramente con tu terapeuta y asegúrate de que sepa cómo te sientes durante la visita.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
La acupuntura es mucho más que una terapia sensorial. Es un tipo de tratamiento potente y sofisticado que se ha utilizado durante miles de años. Introduce información sensorial muy poderosa en tu cuerpo, que la transmite a tu cerebro a través de la médula espinal.

Ejercicio 8: Experimenta el shiatsu
Paso 1: Infórmate sobre las características y beneficios del shiatsu (o acupresión). También procede de la medicina tradicional china, como la acupuntura, pero en lugar de agujas se utilizan el tacto y la presión para estimular puntos específicos del cuerpo.
Paso 2: Encuentra un experto cualificado en shiatsu cerca de tu localidad. Busca un centro con un historial sólido: las buenas reseñas en internet o las recomendaciones del boca a boca son los mejores indicadores de calidad. Es posible que desees comenzar hablando con un terapeuta de shiatsu que trabaje en la consulta de otro médico o terapeuta, como un naturópata, un quiropráctico, un osteópata o un médico convencional.
Paso 3: Solicita consulta y tratamiento.
Paso 4: Experimenta el tratamiento. Comunícate con tu terapeuta antes, durante y después del tratamiento. Comparte cómo estás a lo largo del tratamiento y qué necesitas.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Los tratamientos de shiatsu son ricas experiencias sensoriales. Cuando se presionan puntos de acupresión, especialmente los sensibles, con el pulgar u otro dedo, tu cerebro recibe una gran cantidad de información sensorial. Los receptores especiales para el tacto, la presión y el estiramiento en la piel, los músculos y los tejidos intermedios enviarán al cerebro una gran cantidad de información.
Ejercicio 9: Relájate con la reflexología
Paso 1: Infórmate sobre las técnicas y los beneficios de la reflexología, una forma de terapia manual en la que las manos estimulan puntos en los pies. Puede ser relajante y muchas personas que la practican opinan que aporta otros beneficios que aumentan el bienestar.
Paso 2: Encuentra un reflexólogo titulado. Empieza por buscar un terapeuta de masajes bien capacitado que tenga un título oficial. Averigua si también tiene formación en reflexología.
Paso 3: Pide cita para la consulta y un tratamiento.
Paso 4: Experimenta el tratamiento. ¿Se relajan los músculos de tus pies sobrecargados? ¿Experimentas una sensación general de relajación? Asegúrate de que el reflexólogo conozca todos los datos importantes sobre tu historial médico, como artritis o problemas de circulación o con los nervios de los pies.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Los pies están increíblemente bien provistos de nervios, y se asignan áreas bastante grandes del cerebro para procesar su información sensorial (ocurre lo mismo con las manos y la cara: reciben una atención adicional del cerebro). Un tratamiento de reflexología estimula puntos específicos en tus pies y no solo alivia la tensión y el dolor, sino que también puede brindar mucha información a tu corteza sensorial (la parte del cerebro que lee lo que sucede en diversas partes del cuerpo).
Ejercicio 10: Procesamiento sensorial
Paso 1: Compra un cepillo de dientes ultrasónico, si todavía no lo tienes. Si has tenido complicaciones en tu boca anteriormente, consulta con tu dentista antes de realizar este ejercicio.
Paso 2: Lee las instrucciones antes de usar el cepillo de dientes.
Paso 3: Cepilla tus dientes de acuerdo con las instrucciones. El cabezal del cepillo utiliza vibraciones finas en lugar de fricción para «cepillar» los dientes. Descubrirás que solo tienes que pasar suavemente el cepillo a lo largo de las líneas de las encías y la superficie de los dientes en lugar de moverlo de un lado a otro como harías con un cepillo de dientes manual o eléctrico.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Un cepillo de dientes ultrasónico es una nueva sensación para muchas personas (y una herramienta eficaz para una buena higiene dental). Al utilizar un nuevo medio y un nuevo método para cepillarte los dientes y experimentar las nuevas sensaciones que acompañan la experiencia, das a tu cerebro una nueva información en lugar de una información de rutina. Es una excelente actividad para desarrollar el cerebro y, al mismo tiempo, puede tener un impacto positivo en tu sonrisa.
Ejercicio 11: Usa una tela diferente
Paso 1: Echa un vistazo a las prendas de tu armario. ¿De qué tipo de tejidos están hechas? ¿Son en su mayoría de algodón, lana o sintéticas?
Paso 2: Observa más de cerca la textura de las telas y siéntelas con las manos. ¿Tienen la superficie lisa? ¿O bien lanosa? ¿O plana como el algodón planchado?
Paso 3: Encuentra una tela en tu armario que tenga una textura que no uses con frecuencia. Si no la encuentras, es posible que debas salir y comprar algo un poco diferente. Por ejemplo, si usas principalmente algodón, ¿cómo sentirías una prenda de lana?
Paso 4: Usa esta tela menos familiar durante un día. Asegúrate de que entra en contacto con tu piel. Concéntrate en la sensación de la tela en tu cuerpo.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
El sentido del tacto que posee la piel es muy sensible y puede hacer distinciones sutiles. A menudo nos acomodamos al mismo estilo de ropa, hecha con los mismos materiales, por lo que siempre sentimos lo mismo a medida que avanzamos en nuestras vidas. Este ejercicio es una forma de introducir nuevas sensaciones en tu piel, nervios y cerebro. El sentido del tacto puede atenuarse cuando se expone siempre a los mismos estímulos, por lo que la entrada de una nueva tela puede estimular tu cerebro y tu sistema nervioso de una manera positiva.
Ejercicio 12: Escucha nueva música
Paso 1: Haz un inventario de los estilos de música que sueles escuchar.
Paso 2: Ahora piensa en un tipo de música que no suelas escuchar. Asegúrate de que sea uno que encaje contigo. En otras palabras, debe ser diferente pero no entrar en colisión con tus creencias ni resultar inapropiado en el entorno de tu hogar (si tienes hijos, ellos deben poder escucharlo).
Paso 3: Consigue una lista de canciones de este nuevo tipo de música.
Paso 4: Durante una semana, escucha varias canciones de este género todos los días.
Paso 5: Una semana más tarde, en lugar de volver a tus gustos musicales habituales, busca otro género para explorar.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
La música es un buffet sensorial, con armonías, melodías (como solos vocales o instrumentales), ritmos y letras, todo en uno. Todos tenemos un estilo favorito, y después de un tiempo comenzamos a escuchar las canciones de forma pasiva, limitándonos a percibir solo una parte de lo que tienen para ofrecer. Cuando eliges un estilo de música diferente, le das a tu cerebro una novedad, que es una señal importante para la estimulación y el nuevo aprendizaje.
Paso 1: Coloca dos toallas grandes (una al lado de la otra) en el suelo frente a una silla cómoda.
Paso 2: Coloca una palangana pequeña sobre una de las toallas; debe tener una capacidad de aproximadamente 20 litros y una forma que se adapte cómodamente a tus pies.
Paso 3: Llena la palangana con agua helada. Es mejor hacer varios viajes con una jarra de agua, porque la palangana llena será pesada y difícil de transportar.
Paso 4: Programa un minuto en un temporizador. Sumerge tus pies en el agua helada y activa el temporizador.
Paso 5: Retira tus pies del agua helada y apóyalos sobre la toalla adyacente de tres a cinco minutos, hasta que la circulación haya regresado completamente a tus pies. (Si no es así o sientes dolor, no continúes con este ejercicio.)
Paso 6: Repite los pasos 4 y 5 dos veces más. (Nuevamente, si comienzas a sentir dolor, no continúes con este ejercicio.)
Paso 7: Retira tus pies del agua helada y sécalos bien.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
En realidad, este ejercicio es un tipo de hidroterapia, que utiliza el agua y la temperatura para estimular tu cuerpo y mejorar la circulación. La aplicación directa del frío, la sensación de inmersión en el agua y el contraste de temperatura ambiente y frío proporcionan fuertes señales sensoriales a tu cerebro.
Precaución
No intentes realizar este ejercicio si tienes algún problema circulatorio o de salud que te impida sumergir los pies en agua fría.
Ejercicio 14: El placer de andar descalzo
Paso 1: Elige un día para caminar al aire libre, temprano (por la mañana). Asegúrate de que la temperatura sea superior a 10 °C (una temperatura agradablemente fresca está bien).
Paso 2: Elige un área con césped o un espacio verde cercano, que esté limpio, seguro y libre de desechos de animales, cristales rotos u objetos afilados.
Paso 3: Poco después del amanecer, mientras la hierba todavía está húmeda, dirígete al lugar que hayas elegido.
Paso 4: Quítate los zapatos y los calcetines y camina descalzo sobre la hierba cubierta de rocío durante cinco minutos. Ve cambiando la forma en que tus pies tocan la hierba. Ponte bien erguido y planta tus pies firmemente, consciente de cómo toda la superficie de tu pie entra en contacto con la hierba y la tierra. Luego camina por el área con normalidad durante un rato. También puedes intentar caminar de puntillas y luego sobre los talones.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Las superficies de tus pies están muy bien conectadas con diversas áreas del cerebro (consulta la página 94 para obtener más información sobre reflexología). Contienen muchos nervios y receptores sensoriales que recogen información sobre tu entorno. Caminar descalzo es una experiencia natural muy rica en estimulación sensorial. Caminar descalzo, sobre una superficie natural y, a veces, irregular, activa pequeños músculos y nervios en los pies y tobillos y envía aún más información a tu cerebro.
Ejercicio 15: Prueba y saborea algo nuevo
Paso 1: Piensa en los tipos de alimentos y platos que sueles comer.
Paso 2: Escribe una lista de alimentos que no forman parte de tu dieta habitual. Si necesitas ideas, consulta una guía gastronómica o una página web sobre alimentos o sobre cocina. Allí encontrarás reseñas y recomendaciones de restaurantes que cubren una amplia variedad de cocinas internacionales interesantes.
Paso 3: Elige un restaurante que sirva un tipo de cocina desconocida para ti y que te gustaría probar. La única precaución es que te asegures de que sea apropiado para ti, en términos de restricciones dietéticas, tolerancia al picante, etc. Si no tienes ese tipo de restaurantes cerca, puedes intentar cocinar una receta nueva y diferente en casa.
Paso 4: Ve al restaurante y disfruta de una comida diferente.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Los sentidos del gusto y el olfato son primarios y poderosos, pero a menudo se ven debilitados por la exposición a los mismos alimentos todos los días. Cuando cenas algo diferente, como un plato que contiene especias, sabores o ingredientes desconocidos, o que se cocina con una técnica diferente, asimilas una gran cantidad de información sensorial nueva.
Ejercicio 16: Ve al zoológico
Paso 1: Encuentra un parque zoológico en tu zona o cerca de tu localidad y planifica una visita.
Paso 2: Elige un día en el que no haya mucha gente en el zoológico. Evita los días con mucho público, como uno festivo o de acceso gratuito, pues pasarás más tiempo esperando que visitando todo lo que hay por ver.
Paso 3: ¡Explora! A medida que pasas de unos animales a otros, concéntrate en las nuevas vistas y sonidos que te rodean. ¿Hay diferentes olores? ¿Cómo son los hábitats de los animales? ¿Los animales parecen diferentes de cerca y en vivo, en comparación con lo que ves habitualmente en las imágenes?
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Este ejercicio proporciona una experiencia viva y novedosa con múltiples estímulos sensoriales. Nuestras mentes y sentidos anhelan este tipo de información. Un zoológico ofrece la oportunidad de ver muchas especies diferentes en recintos que imitan sus hogares naturales. Y si bien es un entorno artificial mantenido por humanos, un zoológico te permite conectarte con los animales y la naturaleza.
Ejercicio 17: Experimenta el arte
Paso 1: Encuentra una galería de arte cerca de tu localidad.
Paso 2: Visita la galería en un día tranquilo cuando puedas explorar sin distracciones.
Paso 3: Si te resulta difícil concentrarte en las obras de arte en solitario, únete a un grupo dirigido por un guía experto. Recuerda: ¡fuera las manos! Este ejercicio sensorial es para los ojos, no para las manos.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Se trata de un recorrido sensorial visual en el que absorbes los colores, la geometría, la iluminación y otras técnicas que los artistas utilizan para comunicar ideas y sentimientos. El gran arte no se limita a mostrar experiencia técnica, sino que también es una forma de comunicación que estimula el área de entrada visual de tu cerebro.
Ejercicio 18: Vístete en la oscuridad
Paso 1: Elige la ropa que te vas a poner ese día y distribúyela cerca, por tu habitación. Debes conocer bien la habitación en la que te vas a vestir.
Paso 2: Ahora cierra los ojos y vístete. No eches un vistazo a menos que no puedas encontrar una prenda de vestir o si sientes que estás a punto de caer.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Al cerrar los ojos y vestirte, confías en el tacto y en tu sentido de la posición de las extremidades en el espacio, en lugar de depender de la información visual. Tus dedos son capaces de captar mucha información mientras te vistes y manipulas la ropa. La clave es reducir la velocidad y prestar mucha atención.
Precaución
No intentes este ejercicio si sufres problemas de equilibrio o tienes un mayor riesgo de caerte.
Ejercicio 19: El parque de atracciones
Paso 1: Busca un parque de atracciones que tenga un excelente historial de seguridad y una buena reputación. Este es un ejercicio divertido para probar cuando estás de vacaciones.
Paso 2: Elige cinco atracciones diferentes que ofrezcan una variedad de experiencias sensoriales. Pueden incluir música, diferentes movimientos, diferentes estructuras de vehículos o asientos, etc.
Paso 3: Móntate en ellas. A medida que las experimentes, intenta cerrar los ojos y luego mantenerlos abiertos. ¿El viaje se percibe diferente con los ojos cerrados? Intenta escuchar los sonidos de otras personas durante el viaje y compáralos con los que haces tú, si los hay.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Este es un tipo de ejercicio sensorial muy intenso, que estimula tu cerebro mediante sensaciones de movimiento, velocidad y rotación, así como mediante la percepción de imágenes y sonidos. Es posible que la montaña rusa y otras atracciones no sean para todos, pero pueden ser una poderosa alternativa a las adormecedoras rutinas sensoriales a las que confinamos nuestro cerebro en la vida cotidiana.
Precaución
Realiza este ejercicio según tu nivel de comodidad y hasta donde consideres. Evítalo por completo si tienes alguna restricción médica (como una afección cardiaca) que te impida montarte en las atracciones.
El movimiento es esencial para nuestro desarrollo neurológico como bebés. Incluso en el útero, durante las primeras semanas del embarazo, ya somos muy activos. El movimiento no es solo la aplicación de una coreografía compleja de músculos y articulaciones, sino que también representa toda una sinfonía de actividad cerebral. Algunas células cerebrales son las encargadas de mover los músculos, mientras que otras amortiguan esas señales para evitar espasmos musculares o músculos demasiado rígidos.
El movimiento muscular aprendido y coordinado requiere la actuación del cerebelo, el cual, a medida que nos movemos, procesa mucha información sensorial. Constantemente nuestro cerebro está recibiendo información sobre dónde se encuentra nuestro cuerpo, sus extremidades, el tronco y la cabeza en un espacio tridimensional. De manera menos consciente, nuestros músculos deben coordinarse para saber cuándo relajarse y cuándo activarse. Con los ejercicios de movimiento no solo se ejercitan los músculos, ya que suponen también un gran trabajo para el cerebro. La sincronización del cerebro y el cuerpo es importante y requiere práctica.
¿Sabías que…?
Aprendizaje en el útero
En la undécima semana de gestación en el útero de la madre, el feto ya puede chuparse el dedo. ¡Algunos movimientos comienzan incluso antes!
Ejercicio 1: Gateo cruzado (1)
Paso 1: Ponte de pie, con los pies alineados con los hombros y los brazos pegados a los lados.

Paso 2: Simultáneamente, levanta el brazo derecho (por encima de la cabeza) y la pierna izquierda (dobla la rodilla y levántala lo más alto que puedas).

Paso 3: Mantén los músculos centrales tensos para sostener el cuerpo y mantener el equilibrio, y luego baja simultáneamente el brazo derecho y la pierna izquierda a la posición inicial. Justo cuando tu pie izquierdo regresa al suelo, repite el paso 2 pero con las extremidades opuestas (tu brazo izquierdo y tu pierna derecha se mueven a la vez).
Paso 4: Haz 50 repeticiones de los pasos 2 y 3, desarrollando un ritmo de marcha a medida que avanzas.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Este ejercicio estimula tu cerebro y tu médula espinal mientras controlan tu coordinación muscular. Al practicar estos movimientos, estás repitiendo los mismos patrones que comenzaste a ejecutar cuando eras un bebé, cuando aprendiste a gatear y luego cuando aprendiste a caminar. Repetir estos movimientos de desarrollo puede ayudar a tu cerebro a reforzar los movimientos coordinados de ambos lados a través de un núcleo corporal estable.

¿Sabías que…?
Gatear es vital
Cuando somos bebés, nuestro sistema nervioso comienza a desarrollar el control sobre nuestros cuerpos mediante un movimiento de gateo cruzado. Los ojos de un bebé se fijan en algo y luego se mueven hacia allí. Inicialmente, gatear implica un movimiento primario simultáneo en el que el brazo y la pierna opuestos se mueven en sincronía mientras los músculos centrales del tronco y el abdomen estabilizan el cuerpo. Cuando los bebés prueban este movimiento por primera vez, se deslizan sobre su vientre, pero a medida que ganan fuerza pueden levantarse, aumentar la velocidad y moverse rápidamente por el suelo. Este movimiento de gateo cruzado es un hito importante para aprender a caminar, porque una pierna debe lograr mantenerse estable mientras la otra se mueve. Se trata de un movimiento muy primitivo que también realizan muchos otros animales (algunos, como los reptiles, a menudo usan el gateo cruzado como movimiento principal).
Ejercicio 2: Gateo cruzado (2)
Paso 1: Ponte a cuatro patas. Asegúrate de llevar ropa cómoda y de arrodillarte sobre una superficie que sea suave para las rodillas. Mantén la cabeza en una posición neutra, mirando hacia el suelo justo enfrente de tus manos.

Paso 2: Simultáneamente, levanta el brazo derecho y la pierna izquierda hasta que queden en paralelo al suelo. Apunta con tu brazo y tu mano hacia delante y extiende tu pierna completamente detrás de ti, apuntando hacia atrás con los dedos del pie. Mantén tu espalda paralela al suelo y tus músculos centrales tensos para sostener tu cuerpo.

Paso 3: Baja simultáneamente la mano derecha y la rodilla izquierda a la posición inicial. Repite el paso 2 con las extremidades opuestas (brazo izquierdo y pierna derecha se mueven a la vez).

Paso 4: Haz 20 repeticiones (10 por cada lado) de los pasos 2 y 3.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Al igual que en el «Ejercicio 1: Gateo cruzado (1)», se trata de una llamada de atención para el sistema nervioso. Esta versión coloca tu cuerpo en una posición horizontal y es aún más similar al movimiento de gateo de cuando eras un bebé.
Precaución
Evita este ejercicio si tienes problemas en las rodillas o dificultad para agacharte o incorporarte; en ese caso, quédate con el «Ejercicio 1: Gateo cruzado (1)».
Ejercicio 3: Gateo cruzado (3)
Paso 1: Ponte a cuatro patas. Asegúrate de llevar ropa cómoda y de arrodillarte sobre una superficie que sea suave para las rodillas. Un espacio abierto con césped funciona bien, dada la distancia que necesitas recorrer.
Paso 2: Fija la vista en un objeto que se encuentre a unos 9 o 10 m de distancia. Pide a un ayudante que te controle el tiempo.
Paso 3: Gatea hacia el objeto, manteniendo tus ojos fijos en él.
Paso 4: Al llegar, gatea de vuelta hasta el lugar de inicio.
Paso 5: Repite los pasos 3 y 4 durante 3 minutos.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Como en los ejercicios de gateo anteriores, estás reviviendo las actividades de desarrollo que hacías cuando eras bebé. En esta actividad motriz y del sistema nervioso, tus ojos marcan el camino, lo que la hace casi idéntica a la experiencia de gatear de un bebé.
Precaución
Evita este ejercicio si tienes problemas en las rodillas o dificultad para agacharte o incorporarte; en ese caso, quédate con el «Ejercicio 1: Gateo cruzado (1)».
Ejercicio 4: Movimientos alternos
Paso 1: Siéntate cómodamente en una silla con las manos apoyadas en los muslos.
Paso 2: Gira la palma de la mano izquierda para que mire hacia arriba.
Paso 3: Mueve la mano derecha de modo que quede suspendida sobre la palma izquierda. Pide a un ayudante que te controle el tiempo.
Paso 4: Toca tu palma izquierda con tu palma derecha, luego gira rápidamente tu mano derecha y toca tu palma izquierda con el dorso de tu mano derecha. (Tu mano izquierda no se ha movido de su lugar en tu muslo.)
Paso 5: Repite el paso 4 durante 30 segundos, marcando un ritmo a medida que avanzas.
Paso 6: Repite los pasos del 1 al 5 en el lado opuesto. Tu mano derecha estará descansando, con la palma hacia arriba, sobre tu muslo, mientras tu mano izquierda golpea ligeramente.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
En este ejercicio, trabajarás el área del cerebelo. Esta tarea requiere movimientos alternos coordinados. De hecho, los médicos utilizan este ejercicio y sus variaciones para evaluar el funcionamiento del cerebelo de sus pacientes.
Ejercicio 5: Conciencia muscular
Paso 1: Siéntate cómodamente en una silla con las manos apoyadas en tu regazo.
Paso 2: Cierra los ojos.
Paso 3: Visualiza tu bíceps derecho.
Paso 4: Contrae lentamente el bíceps derecho. Ténsalo, pero no dobles el brazo. Trata de dejar los músculos circundantes lo más relajados posible. Si concentras tu mente en el bíceps derecho, te resultará más fácil.
Paso 5: Mantén la tensión en el bíceps derecho durante 10 segundos.
Paso 6: Suelta lentamente.
Paso 7: Repite los pasos 3 a 6 con el bíceps izquierdo.
Paso 8: Repite los pasos 3 a 6 con el tríceps derecho.
Paso 9: Repite los pasos 3 a 6 con el tríceps izquierdo.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Cuando tensas cada músculo por separado, estás practicando el control mental sobre los músculos y aislando tus contracciones. Al mismo tiempo, mantienes los músculos circundantes lo más relajados posible. En nuestras rutinas diarias, a menudo activamos muchos músculos a la vez cuando no es necesario, sobre todo como parte de un patrón repetitivo. Este ejercicio de mover solo un músculo a la vez ayuda a restablecer los aspectos más finos del movimiento controlado frente al torpe reclutamiento de todo un grupo de músculos.
Paso 1: Camina por una habitación sosteniéndote sobre los talones. Si no puedes mantener el equilibrio, separa más los pies para mejorar la estabilidad.
Paso 2: Date la vuelta y vuelve a cruzar la habitación, pero ahora caminando sobre los dedos de los pies.
Paso 3: Haz tres repeticiones de los pasos 1 y 2.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Este ejercicio te permite aislar diferentes grupos de músculos y probar la fuerza de algunos de los que sueles usar para caminar. Parcialmente, también es un ejercicio de equilibrio. Si padeces artritis o te falla el equilibrio, camina junto a una cama o un sofá al que puedas agarrarte, o evita este ejercicio por completo.
Ejercicio 7: Aprende un nuevo estilo de natación
Paso 1: Ve a una piscina y métete en el agua. Si no eres un buen nadador, puede que te sientas más cómodo en el extremo menos profundo.
Paso 2: Prueba a nadar en un estilo nuevo o que te resulte menos familiar. Por ejemplo, si normalmente nadas a crol, prueba el estilo de espalda.
Paso 3: Nada en este estilo hasta que estés cansado. Nunca lo hagas hasta el punto del agotamiento; asegúrate siempre de poder nadar hasta el borde de la piscina.
Paso 4: Cada vez que vayas a la piscina para hacer ejercicio, usa este estilo e intenta aumentar la duración de tu sesión.
Paso 5: Toma nota de cuánto tardas en conseguir que este nuevo estilo se convierta en un movimiento suave y coordinado en el que no tienes que pensar. ¿Cuánto tiempo ha tardado en convertirse en un movimiento natural?
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Probar un nuevo estilo de natación (o uno menos familiar) hace que el cerebro aprenda un patrón de movimiento completamente nuevo. En el agua, es poco probable que se tuerza o se lastime una articulación, por lo que es un buen ejercicio de bajo impacto.
Ejercicio 8: Cambia tus rutinas
Paso 1: Elige una de tus rutinas diarias que puedas variar de forma segura. La mayoría de las actividades de higiene personal son una buena opción (pero no las asociadas con el cuidado de bebés y ancianos).
Paso 2: Cambia la secuencia de acciones que conforman tu rutina elegida. Por ejemplo, si normalmente te afeitas, te cepillas los dientes, usas hilo dental y luego te peinas, ahora puedes peinarte, afeitarte, usar hilo dental y luego cepillarte los dientes.
Paso 3: Repite la secuencia que elegiste en el paso 2 al día siguiente.
Paso 4: Cada día, sigue repitiendo tu rutina en la nueva secuencia hasta que la variación se convierta en una nueva rutina ligera.
Paso 5: Cambia la secuencia de tu rutina nuevamente, realizando los pasos en un orden nuevo y diferente. Repite la nueva secuencia todos los días hasta que la variación se convierta en otra rutina ligera.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Cambiar el orden en el que realizas tu higiene personal es una forma directa de hacer que el cerebro trabaje más y se vuelva más inteligente. Muchas rutinas diarias consisten en movimientos coreografiados que se han repetido miles de veces. Cuando repites las mismas secuencias sin variaciones a lo largo de la vida, pierdes una forma simple y efectiva de entrenar el cerebro para que establezca nuevas conexiones.
Paso 1: Siéntate cómodamente en una silla con las manos apoyadas en tu regazo.
Paso 2: Cierra los ojos.
Paso 3: Pídele a un ayudante que doble tu dedo gordo del pie hacia arriba o hacia abajo, luego dile en qué dirección está doblado. El ayudante te dirá si estás en lo cierto.
Paso 4: Repite el paso 3 con el dedo gordo del pie opuesto.
Paso 5: Si identificas erróneamente en qué dirección se dobla el dedo del pie en el paso 3 y/o 4, repite los pasos hasta que lo hayas identificado correctamente. Si después de tres intentos en cada lado aún no puedes saber en qué dirección apunta el dedo del pie, es probable que nunca puedas acceder a esta información sensorial en particular (consulta el cuadro a continuación).
¿Qué se consigue con este ejercicio?
En gran medida, este es un ejercicio sensorial que se centra en el tipo de información que necesitas para utilizar tus músculos correctamente. Este ejercicio puede parecer fácil, pero las personas que padecen diabetes u otras afecciones que adormecen los pies pueden encontrarlo todo un desafío.
¿Sabías que…?
Dedos del pie entumecidos
Cuando estés haciendo el «Ejercicio 9: ¿Arriba o abajo? », mantente centrado en las sensaciones que experimentas. Si descubres que no puedes sentir la posición de los dedos de los pies en este ejercicio, habla con tu médico de inmediato. La falta de sentido de la posición puede ser un signo de daño nervioso.
Paso 1: Pon la mano derecha detrás de la cabeza y toca tu hombro izquierdo una vez.
Paso 2: Con la mano izquierda, toca tu rodilla izquierda dos veces.
Paso 3: Si estás sentado, levántate. Con tu pie izquierdo toca la rodilla derecha, luego deslízalo por el interior de la pierna hasta el tobillo.
Paso 4: Pon ambos pies en el suelo, luego levanta la pierna derecha frente a ti, doblándola por la rodilla.
Paso 5: Pon ambos pies en el suelo, luego agáchate hasta el suelo.
Paso 6: Ponte de pie y da un salto.
Paso 7: Ponte de pie completamente erguido, como si una cuerda tirara de la parte superior de tu cabeza, y mira hacia delante.
Paso 8: Mete la barbilla hacia dentro, hasta tocar el pecho.
Paso 9: Mira hacia el techo.
Paso 10: Vuelve a ponerte erguido, pero en una postura más relajada.
Paso 11: Corre sin moverte del sitio durante 15 segundos.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Este ejercicio es simplemente una forma de hacer que tu sistema nervioso concilie la información sensorial de tus extremidades y tus ojos para que el cerebro, el sistema nervioso y los músculos se coordinen y presten atención. Al cambiar de un movimiento al siguiente en rápida sucesión, tu cerebro debe procesar la información sensorial y enviar órdenes a tus músculos con bastante rapidez. Si bien los ejercicios de meditación con propósito, como la natación y el taichí, son importantes en una planificación de actividades, los ejercicios rápidos como estos también son importantes y brindan una experiencia diferente a tu cerebro.
Ejercicio 11: ¡Danzad, danzad, malditos!
Paso 1: Visita una página web en la que puedas consultar instrucciones detalladas sobre pasos de baile específicos.
Paso 2: Elige un baile que no conozcas. (¡Asegúrate de que puedas hacerlo sin lastimarte!)
Paso 3: Estudia las instrucciones escritas cuidadosamente y visualízate haciendo esos movimientos.
Paso 4: Sigue los pasos, uno por uno, hasta que el patrón de movimiento tenga sentido.
Paso 5: Intenta seguir los pasos lentamente y en orden, hasta el final (consulta las instrucciones cuando sea necesario).
Paso 6: Sigue los pasos hasta el final, sin leer las instrucciones.
Paso 7: Haz cinco repeticiones del patrón de movimiento completo con la mayor fluidez posible. No descanses entre repeticiones.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Al intentar un nuevo baile, tu cerebro aprende un nuevo patrón de movimiento. Aquí están implicadas muchas partes del cerebro: la parte que inicia el movimiento, la parte que ayuda a afinarlo y la parte que lo coordina. Además, ¡este ejercicio podría potenciar incluso tu vida social!
Ejercicio 12: Cocina algo nuevo
Paso 1: Consulta un libro de cocina (pueden ser las recetas de este libro) o una página web y elige una técnica de cocina que nunca hayas probado. Podría ser algo complicado como deshuesar un pavo o algo simple como rellenar una berenjena. Elige una técnica que requiera destreza manual e implique una serie de pasos. Asegúrate de que sea factible (es posible que no desees intentar técnicas de corte sofisticadas si no tienes buenas habilidades básicas con el cuchillo o un agarre firme).
Paso 2: Trabaja la técnica siguiendo las instrucciones. Antes de realizar cada nuevo paso (por ejemplo, mezclar dos ingredientes), visualiza cómo lo vas a hacer.
Paso 3: Selecciona otras técnicas que puedas probar. Practícalas con las deliciosas recetas para estimular el cerebro que comienzan en la página 216. Hay innumerables opciones para cocinar y disfrutar.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Realizar una tarea física desconocida, especialmente una que implique cierta coordinación mano-ojo, hace que tu cerebro requiera el uso de los músculos que están bajo el control de la corteza frontal (para seguir las instrucciones) y la corteza prefrontal (para planificar con anticipación). La textura y el aroma de la comida también son agradables y estimulantes.
Paso 1: Aprende un poco sobre las posturas de yoga. Puedes buscar en un libro o en vídeos de internet (por ejemplo, en https://yogainternational.com o en You-Tube).
Paso 2: Elige una postura que puedas hacer cómodamente, una que no fuerce tu cuerpo. Debe ser apropiada para tu condición física y tu nivel de flexibilidad.
Paso 3: Estudiando las instrucciones escritas o habladas, lleva a cabo la postura (observa bien las posiciones específicas de las manos, pies, tronco, cabeza, etc.).
Paso 4: Cuando hayas interiorizado la posición correcta de las distintas partes del cuerpo, intenta realizar cuidadosamente la posición de yoga al completo.
Precaución
No te provoques dolor ni te fuerces en la realización del ejercicio si no entiendes la postura y el movimiento. Una sesión individual con un buen profesor de yoga, que te explique la posición, te ayudará a realizar el ejercicio sin forzarte.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
El yoga es una forma de ejercicio muy especial que enfoca la mente y la respiración y estimula el cerebro. Investigaciones recientes han demostrado que la materia gris del cerebro (donde se encuentran las células involucradas en el procesamiento de la información) aumenta en los practicantes habituales de yoga. Al desarrollar esta área, mejoran aquellas partes del cerebro que «mapean» el cuerpo y que contienen el conocimiento de otras partes del cuerpo y su ubicación en el espacio. ¡Ese mapeo puede aumentar el crecimiento de las células cerebrales!
No te estreses con el yoga
El yoga suele ser relajante, pero puede llevar años de práctica alcanzar un alto nivel de habilidad. Cuando estés comenzando, ten cuidado y evita estresar excesivamente tus articulaciones o tus músculos. Tomarse el tiempo necesario para encontrar un instructor de yoga cualificado y bien informado es una buena inversión que te ayudará a disfrutar y a beneficiarte de esta práctica de mente y cuerpo.
Ejercicio 14: Observa tu respiración
Paso 1: Siéntate en un lugar cómodo y tranquilo y relájate.
Paso 2: Toma conciencia de tu respiración.
Paso 3: Coloca una mano sobre el abdomen.
Paso 4: Respira lentamente con el abdomen, hinchando el diafragma (el músculo que hay bajo los pulmones que impulsa el aire hacia fuera y lo aspira). Esto empujará tu mano hacia fuera.
Paso 5: Exhala lentamente y observa cómo tu mano vuelve a hundirse. Con cada inhalación y exhalación, visualiza tu diafragma trabajando duro.
Paso 6: Repite cinco veces los pasos 2 a 5.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Este ejercicio te ayuda a concentrarte en el músculo del diafragma, a menudo infrautilizado. La mala postura y el hecho de estar sentados durante periodos prolongados nos obligan a respirar de forma superficial, en lo alto del pecho. La respiración profunda es una forma mejor y más saludable de inhalar lo que necesitas y exhalar lo que no. También ayuda a activar los músculos centrales. Respirar profundamente con el diafragma proporciona mucho oxígeno al torrente sanguíneo, algo que es de vital importancia para un cerebro sano.
Ejercicio 15: Come con palillos chinos
Paso 1: Ve a una tienda de artículos de cocina y compra varios juegos de palillos.
Paso 2: Busca información sobre cómo usar los palillos. En internet hay muchos tutoriales que enseñan cómo agarrar y manipular los palillos correctamente.
Paso 3: Levanta y usa tus palillos en el aire, practicando los movimientos adecuados de agarre y pellizco.
Paso 4: A medida que el movimiento se vaya haciendo más fácil y natural, practica el uso de los palillos para pinzar trozos de comida más grandes. Unas albóndigas pequeñas o unos trozos de brócoli o de salmón pueden ser un buen (y delicioso) modo de comenzar.
Paso 5: Según vayas mejorando, practica el uso de los palillos para pinzar alimentos más pequeños, como guisantes o arroz.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Aprender a usar los palillos con éxito es un tipo de entrenamiento continuo y con propósito que ejercita las habilidades motrices. Tampoco hay que olvidar la importancia de disfrutar de aromas y sabores interesantes mientras se practica.

Paso 1: Aprende un poco sobre esta antigua arte marcial. El taichí es una forma antigua de ejercicio físico y respiratorio que también conlleva la práctica meditativa. Está estrechamente relacionado con la medicina tradicional china (MTC) e implica patrones de movimiento suaves que no ejercen presión sobre las articulaciones ni el corazón. En la medicina tradicional china, el objetivo es equilibrar las energías del cuerpo y armonizar a la persona tanto con el mundo interno como con el natural.
Paso 2: Busca un centro o gimnasio en tu población que ofrezca clases de taichí para principiantes.
Paso 3: Habla con el profesor sobre cualquier necesidad específica que puedas tener y que te cuente que se hará en cada clase.
Paso 4: Acude a clase y practica los movimientos.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
El taichí es conocido por aumentar la sensación de bienestar en sus practicantes. Está recomendado para personas de todas las edades, pero las personas mayores se benefician especialmente porque promueve una mayor libertad de movimiento y respiración. Algunas investigaciones científicas sobre el taichí afirman que mejora la memoria y la neuroplasticidad (consulta la página 31). Lo que tiene mucho sentido, porque el movimiento estimula el crecimiento del cerebro, y el taichí trabaja mucho con el movimiento.
Paso 1: Busca a alguien que pueda darte clases de costura, como un familiar con experiencia o un profesor en una tienda de telas o un taller de manualidades. Si no puedes recibir clases presenciales, hay libros o vídeos en internet que pueden enseñarte los conceptos básicos.
Paso 2: Elige un patrón y reúne los materiales que necesites. El proyecto debe ser desafiante pero no demasiado complejo. Que sea divertido.
Paso 3: Con la ayuda de tu profesor, sigue el patrón y finaliza el proyecto.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
La costura es fantástica para desarrollar el control de la motricidad y la coordinación ojo-mano. Coordinar lo que se ve y se siente requiere que tu cerebro afine y realice pequeños movimientos. Enhebrar una aguja es particularmente desafiante para el cerebro (y las manos), porque requiere un control muscular muy preciso. Coser no es una actividad diaria para la mayoría de las personas, como lo era antes, pero todavía quedan algunas costureras y costureros. Además de ser un pasatiempo divertido, coser une a generaciones y es económico. ¡No más gastos en remiendos!
¿Sabías que…?
Tu cerebro cuando tejes
Una forma de fortalecer las áreas sensoriales de tu cerebro es empezar a tejer como pasatiempo. Tejer requiere información sensorial de tus manos y ojos, pero también permite que esa actividad sensorial guíe la actividad muscular de tus manos. Además, puedes darle uso a lo que hagas y tener la satisfacción de crear algo hermoso.
Ejercicio 18: Prueba el pilates
Paso 1: Busca información sobre el pilates, ya sea leyendo sobre el tema o hablando con un profesor. El pilates implica un uso muy deliberado de la posición del cuerpo, la velocidad y la fuerza en ejercicios que fortalecen el centro del cuerpo (el core), que se concentra alrededor de los músculos abdominales. Este increíble sistema de ejercicios fue creado por Joseph Pilates en las primeras décadas del siglo xx.
Paso 2: Asiste a una clase de nivel inicial impartida por un profesor certificado de pilates (consulta el recuadro a continuación). Puedes participar en una clase grupal o recibir una sesión individual.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
El pilates es un método de fortalecimiento increíble, aunque ofrece mucho más, ya que estimula la conciencia mental del movimiento y te asegura que tengas un core fuerte que sostenga otros músculos. A medida que nos hacemos mayores, tendemos a descuidar nuestros músculos centrales (todo el día sentados en el trabajo, en casa o en el coche) y perdemos la capacidad de integrar el movimiento como lo hacíamos cuando éramos niños. También descuidamos el core cuando nos centramos demasiado en ejercicios cardiovasculares.
¿Sabías que…?
Profesores cualificados
Cuando un profesor no cualificado de pilates, yoga u otra disciplina de cuerpo y mente carece de experiencia o de comprensión de la anatomía humana, se pueden producir lesiones. Los profesores bien cualificados se han tomado el tiempo de estudiar y afinar los movimientos que enseñan a sus alumnos. En cualquier caso, nunca dejes que un profesor te lleve más allá de lo que parece correcto o cómodo.
Ejercicio 19: Postura perfecta
Paso 1: Ponte frente a un espejo de cuerpo entero. Si dispones de un espejo de tres direcciones es mejor porque puedes ver varios ángulos a la vez (como en el cambiador de una tienda de ropa).
Paso 2: Examina tu postura. ¿Tus hombros caen hacia delante? ¿Está tu cabeza adelantada mientras tu barbilla apunta hacia arriba? ¿Tu espalda está demasiado arqueada? Ten en cuenta que el cuerpo humano no es lineal, tiene curvas naturales y normales, como la curva en S de la columna vertebral. Esto significa que una espalda de estilo militar y recta como una tabla de madera no es señal de una buena postura.
Paso 3: Planta los pies firmemente en el suelo, separados por un palmo aproximadamente.
Paso 4: Coloca las manos sobre el sacro, el hueso triangular de la parte baja de la espalda que se encuentra justo encima del coxis. Por lo general, comienza alrededor de las esquinas de los bolsillos traseros de tus tejanos. Intenta sentir toda esta zona mientras estás de pie. ¿Está tu sacro comprimido debajo de tu cuerpo? ¿Está la parte inferior del hueso inclinada hacia la parte delantera de tu cuerpo? Esto puede hacer que tus hombros se curven y que adoptes una mala postura.

Paso 5: Presiona suavemente el sacro hacia atrás para que apunte más hacia la parte posterior de tu cuerpo. Una sección importante del hueso debe presionar contra tu mano en esta posición, de modo que sientas que la curva normal regresa a la parte inferior de la columna.
Paso 6: Ahora que tienes una base sólida, respira hondo. Exhala.
Paso 7: Cuadra tus hombros. Muévelos un poco hacia atrás, pero no demasiado.
Paso 8: Mete la barbilla ligeramente hacia dentro, sin sentir ninguna opresión alrededor de la garganta. Asiente muy levemente.
Paso 9: Mueve la cabeza un poco hacia atrás para que su peso descanse uniformemente sobre los hombros, que están alineados con tu espalda. En este punto, podría ser útil imaginarse una cuerda en la parte superior de la cabeza tirando hacia arriba, mientras el suelo tira de tus pies hacia abajo.
Paso 10: Haz otra respiración profunda y exhala.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
La gravedad, las malas posturas, las sillas mal diseñadas, los colchones en mal estado y el envejecimiento pueden hacer mella en nuestra postura a lo largo de los años. Este ejercicio ayuda a restaurar la estructura y función normales de tu cuerpo, alineándote para que todo el cuerpo se mueva de manera más eficiente. Esto permite que tu cerebro controle suavemente el movimiento y que las articulaciones y los músculos funcionen para lo que fueron diseñados.
Precaución
Si has sufrido alguna cirugía o lesiones, o no puedes corregir tu postura, asegúrate de revisar este ejercicio con tu médico antes de intentarlo. Es posible que también desees revisar tu postura con un médico, un quiropráctico, un fisioterapeuta o un osteópata. Los especialistas en técnica Alexander también son muy buenos para la corrección postural.
La memoria es esencial para nuestras vidas, aunque todavía estamos aprendiendo cómo funciona. Sin duda, los ejercicios de memorización pueden resultar muy beneficiosos para nuestra salud mental, al igual que el desarrollo de mejores estrategias para la memorización, como ofrecerle al cerebro pistas y ayudas en las que confiar para reforzar nuestra memoria.
Ejercicio 1: Escoge una carta
Paso 1: Abre una baraja de 52 cartas y barájala.
Paso 2: Reparte tres cartas boca abajo.
Paso 3: Toma cada carta, mírala y vuelve a ponerla boca abajo.
Paso 4: Espera 10 segundos.
Paso 5: Nombra las tres cartas en voz alta.
Paso 6: Da la vuelta a las cartas y mira si es correcto.
Paso 7: Repite los pasos 1 a 6, aumentando el tiempo de espera en el paso 4 a 20 segundos.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
En esta actividad estás probando tu memoria a corto plazo. Al esperar 10 o 20 segundos antes de nombrar las cartas, mueves una imagen (y el reconocimiento de lo que significa) de tu memoria sensorial a tu memoria de trabajo.
Paso 1: Elige un tema que te interese o sea importante para ti, con elementos que puedas clasificar. Puedes intentar enumerar tus 5 actores favoritos, tus 5 restaurantes preferidos o tus 5 personajes históricos más admirados.
Paso 2: Crea una lista de los 5 principales elementos de tu tema elegido.
Paso 3: Escribe la lista y memorízala.
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Paso 4: Guarda la lista y no la mires durante 24 horas.
Paso 5: Al día siguiente, intenta recordar la lista de tus 5 favoritos. Verifícalo en la lista escrita: ¿recuerdas todos los elementos que anotaste?
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Se trata de un ejercicio para desarrollar la memoria, especialmente la relacionada con la conversión de la de corto a largo plazo. Puedes crear muchas listas de tus 5 favoritos que te ayudarán a recordar hechos importantes. Cinco es un número pequeño y fácil de administrar para la memoria. Para seguir potenciando tu memoria, repite este ejercicio todos los días, con una nueva lista cada jornada. Mantén una lista actualizada de los temas de tus listas de los 5 favoritos y comprueba lo bien que los recuerdas todos.
Ejercicio 3: Reconstruir el día
Paso 1: Al final del día, relájate en un lugar tranquilo. Debes estar tranquilo y no demasiado cansado.
Paso 2: Piensa en lo que has hecho durante el día.
Paso 3: Identifica los principales eventos y los momentos del día en que tuvieron lugar. ¿Dónde fuiste? ¿Qué cosas importantes sucedieron? ¿Con qué acontecimientos tienes una fuerte conexión emocional? ¿A qué actividad le dedicaste mucho tiempo?
Paso 4: Pon estos acontecimientos en secuencia (lo ideal es que lo hagas mentalmente, pero puedes escribir una lista si lo necesitas).
Paso 5: Repite la lista para ti mismo, enumerando cada acontecimiento en el orden cronológico correcto. Puedes hacerlo en silencio o en voz alta.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Además de un ejercicio de memoria, también es una herramienta que te ayudará a ordenar los elementos de una lista. Poner en orden los acontecimientos del día mentalmente te ayuda a recordar secuencias, al igual que organizar un armario te ayuda a recordar dónde encontrar la ropa que contiene. Este ejercicio ayudará a tu cerebro a transferir información de la memoria a corto plazo a la memoria a largo plazo, un proceso que implica a muchas regiones del cerebro, pero particularmente al hipocampo (la estructura responsable de la creación de recuerdos a largo plazo).
¿Sabías que…?
Memoria a corto plazo frente a memoria sensorial
La memoria a corto plazo es realmente muy corta, solo unos segundos, pero aún lo es más la huella que deja en nuestro cerebro la información sensorial, también llamada memoria sensorial (es algo así como seguir viendo una luz fuerte durante una fracción de segundo después de apagar el interruptor; así de poco dura).
Ejercicio 4: Memoriza un lugar nuevo
Paso 1: Ve a un lugar desconocido, como pueda ser un barrio de tu ciudad que nunca has visitado, una ciudad vecina o un nuevo centro comercial.
Paso 2: Camina por este nuevo lugar. Mientras lo observas, crea una historia sobre la experiencia. Por ejemplo, si has ido al centro comercial, repítete a ti mismo que no estás simplemente paseando sin rumbo, sino que estás buscando algo (quizás unos zapatos nuevos).
Paso 3: Descríbete los lugares que vas visitando y las personas interesantes que has conocido o que te has cruzado en este paseo. Concéntrate en los detalles importantes.
Paso 4: Vuelve a contar esta historia a un amigo o familiar, incluidos todos los detalles importantes que anotaste.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
El uso de esta técnica narrativa te ayuda a memorizar nuevas experiencias y lugares de forma más eficaz. Te permite colocar tus recuerdos en un marco que se pueda recordar en otro momento.
¿Sabías que…?
El drama ayuda a la memoria
Las personas a menudo recuerdan mejor escenas de una película si estas tenían un buen nivel dramático. Hacer ejercicios que conlleven crear una historia en torno a una actividad te ayuda a recordar detalles dentro del contexto de la historia. Al parecer, el cerebro prefiere capturar experiencias importantes de esta manera.
Ejercicio 5: Memorizar una tarea
Paso 1: Elige una nueva tarea que desees aprender a hacer. Puede ser reparar algo en casa, hacer un proyecto de manualidades o crear algo artístico.
Paso 2: Aprende los pasos necesarios para la realización de esta nueva tarea. Sigue las instrucciones escritas, mira un vídeo o pídele a un amigo que te enseñe cómo hacerlo.
Paso 3: Piensa en los pasos necesarios para la tarea, pero sin llevarlos a cabo.
Paso 4: Ejecuta los pasos y ve superando las etapas del proyecto hasta que lo hayas terminado. Mientras trabajas, describe cada parte del proceso.
Paso 5: Describe esta nueva tarea a un amigo o familiar, incluidos todos los detalles que puedas recordar.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Este ejercicio se basa en la técnica de memoria narrativa trabajada en el «Ejercicio 4: Memoriza un lugar nuevo». El cerebro construye recuerdos con más éxito cuando la información se nos repite o cuando se la transmitimos a otra persona. Esta es la razón por la que los estudiantes a menudo descubren que recuerdan mejor la lección cuando forman grupos de estudio y se «enseñan» los unos a los otros.
Ejercicio 6: Comprar de memoria
Paso 1: Haz una lista de 20 alimentos que necesites comprar. Incluye algunos que no compres habitualmente o no todas las semanas y algunos que te ofrezcan posibilidades distintas (como «fruta», que incluye comprar plátanos, naranjas…).
Paso 2: Revisa tu lista de forma minuciosa, luego guárdala para que no puedas consultarla.
Paso 3: En las siguientes dos a seis horas, haz tus compras sin consultar la lista.
Paso 4: Vete a casa, saca la lista y compárala con lo que has comprado. ¿Está todo lo que había en la lista?
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Este ejercicio es una forma de practicar la transformación de recuerdos a corto plazo en recuerdos a largo plazo. Ese proceso puede requerir repetición y tiempo, pero sabemos que los cambios estructurales en el cerebro pueden darse en los primeros minutos y horas después de escuchar o aprender algo nuevo. Puedes modificar este ejercicio para hacértelo más interesante. Intenta ordenar tu lista por secciones (como productos de limpieza, panadería, lácteos, etc.) y memoriza lo que se encuentra en cada sección. O espera un día completo después de guardar tu lista: demorar la actividad la hace un poco más difícil.
Ejercicio 7: Memoriza nuevos países
Paso 1: Toma tu viejo atlas de la estantería o busca algunos mapas en internet.
Paso 2: Elige 10 países pertenecientes a continentes en los que no habites.
Paso 3: Escribe tu lista de países y su respectivo continente.
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Paso 4: Revisa la lista cuidadosamente, al menos tres veces, mirando los nombres y escuchándote (en voz alta o mentalmente) decir los nombres de los países y su continente. Guárdala para que no puedas consultarla y espera 24 horas.
Paso 5: Al día siguiente, intenta escribir tu lista sin consultarla ni utilizar otras ayudas.
Paso 6: Saca la lista original y compárala con la que acabas de escribir. ¿Cuántos países has podido recordar?
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Este ejercicio de memoria ejercita los sistemas de aprendizaje del cerebro que toman información declarativa (como decir algo) y la codifican en tu memoria a largo plazo. Hasta cierto punto, se forman nuevas sinapsis (las conexiones químicas entre las células del cerebro) para fortalecer la memoria.
Ejercicio 8: Memoriza 10 capitales mundiales
Paso 1: Consigue un atlas del mundo o busca en internet una lista de capitales mundiales.
Paso 2: Elige 10 países con capitales que no te resulten familiares.
Paso 3: Escribe tu lista de países y sus capitales.
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Paso 4: Revisa la lista cuidadosamente, al menos tres veces, mirando los nombres y escuchándote (en voz alta o mentalmente) decir los nombres de las ciudades. Guarda la lista para que no puedas consultarla y espera 24 horas.
Paso 5: Al día siguiente, intenta escribir tu lista sin consultarla ni utilizar otras ayudas.
Paso 6: Saca la lista original y compárala con la que acabas de escribir. ¿Cuántas capitales has acertado?
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Al igual que el «Ejercicio 7: Memoriza nuevos países», es una actividad que requiere procesar información desconocida y memorizarla a largo plazo.
Ejercicio 9: Asociación de nombres
Paso 1: Prueba este ejercicio la próxima vez que conozcas a alguien nuevo. Debería ser alguien a quien seguramente te volverás a encontrar. Después de escuchar el nombre de la persona por primera vez, utilízalo de inmediato. Podrías decir: «Es un placer conocerte, Lucía» o «¿Vienes a menudo a esta cafetería, Carlos?».
Paso 2: Crea una asociación que te ayude a memorizar su nombre. Puedes conectar el nombre y la cara de este nuevo conocido con otra persona que conozcas o pensar en una palabra que rime con su nombre. También puedes asociar su nombre con alguna particularidad suya (como «Ana la vegana»).
Paso 3: La próxima vez que veas a esta persona, intenta recordar la asociación que creaste. Saluda a la persona por su nombre. Si lo has olvidado, pregúntaselo de nuevo y repite los pasos 1 a 3.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Esta actividad utiliza una técnica muy útil para reforzar la memoria. Al crear asociaciones mentales, contribuyes a instalar una pieza de información verbal (el nombre) en tu memoria a largo plazo. Esto crea conexiones que te ayudarán a recuperar la información en una fecha posterior.

Ejercicio 10: Crea un recurso mnemotécnico
Paso 1: Piensa en una lista que quieras recordar. Pueden ser los nombres de las personas de un grupo o los ingredientes de una receta.
Paso 2: Escribe los nombres o ingredientes y anota la primera letra de cada palabra.
Paso 3: Intenta crear una palabra con estas letras. Si lo consigues, habrás creado un recurso mnemotécnico. Si no puedes formar una palabra con todas las letras, intenta sustituir algún elemento por otro de los nombres de tu lista para ayudarte a crear una palabra fácil de recordar.
Paso 4: Varias veces durante los próximos días, recupera el recurso mnemotécnico en voz alta.
Paso 5: Escribe una nota en tu calendario para revisarlo dentro de una semana.
Paso 6: Cuando haya pasado la semana, comprueba si puedes usar el recurso mnemotécnico para recordar la lista de nombres o ingredientes.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Los recursos mnemotécnicos te ayudan a almacenar información en tu memoria a largo plazo. Son útiles para las personas que tienen problemas para retener listas de información nueva. Cuando un recurso mnemotécnico está bien elaborado, generalmente el cerebro puede recordar, decodificar y expandir la palabra para recrear la lista de cosas que estás tratando de recordar. Con ello, estás «fragmentando» la información en partes más manejables y usando imágenes de algún tipo (sin duda un aspecto muy interesante de la mnemotécnica) para crear asociaciones perennes.
¿Sabías que…?
Recursos mnemotécnicos famosos
Los recursos mnemotécnicos son herramientas para la memoria de uso común. Implican, por ejemplo, memorizar una palabra formada por las primeras letras de los elementos de una lista; por ejemplo, Van Riva, que suena como el nombre de alguien, es un recurso mnemónico útil que te ayuda a recordar los colores del arco iris (verde, amarillo, naranja, rojo, índigo, violeta, azul). Otro recurso mnemotécnico famoso es «La BBC NO FuncioNa», que te ayuda a recordar la segunda fila de la tabla periódica de los elementos (litio, berilio, boro, carbono, nitrógeno, oxígeno, flúor, neón).
Ejercicio 11: Sigue un mapa mental
Paso 1: Elige un destino en una parte menos conocida de tu ciudad o de una cercana. Elige un lugar que no sea tan remoto como para perderte o donde sería estresante estar desorientado (en otras palabras, no elijas un lugar en el centro de la ciudad, ya que estará muy concurrido).
Paso 2: Piensa en el recorrido que tendrías que seguir para llegar a ese destino. (El recorrido debe poder hacerse a pie y en coche.)
Paso 3: Visualiza la calle donde comienza tu viaje, y luego el primer giro que realizarás. ¿Qué puntos de referencia verás en el camino? ¿Qué calles están en la intersección donde harás ese primer giro?
Paso 4: Continúa construyendo mentalmente tu mapa de esta manera, paso a paso. Detente después de cuatro o cinco giros, ya es suficiente.
Paso 5: Conduce hasta tu destino, siguiendo tu mapa mental. No te frustres si no das en el blanco. Detente en un lugar seguro y mira un mapa o un dispositivo GPS. ¿Has estado cerca?
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Este ejercicio proporciona un entrenamiento para tu memoria a largo plazo, pues te obliga a recordar información que ya conoces sobre la geografía local y a recordar tus propias direcciones mentales. También implica a tu inteligencia visual-espacial.
Ejercicio 12: Estar alerta
Paso 1: Ve a un lugar completamente nuevo, como una tienda o restaurante que acaben de abrir.
Paso 2: Observa los detalles del entorno. ¿Qué hace el personal? ¿Dónde elaboran y guardan sus productos? ¿A dónde van los clientes para ser atendidos? ¿Qué aspecto tiene la decoración? ¿Cuál es el diseño del espacio?
Paso 3: Vuelve a casa. Una hora después, escribe todos tus recuerdos de ese nuevo lugar.
Paso 4: Regresa de nuevo al lugar con la relación en la mano y revísala. ¿Anotaste los detalles correctamente? ¿Cuántas cosas ves que te has dejado?
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Cuando practicas la conciencia situacional, como en este ejercicio, aumentas tus poderes de observación y la capacidad de tu memoria para codificar los detalles de lo que sucede a tu alrededor. Practicar esta habilidad a baja intensidad puede ayudarte a captar más detalles de tu entorno, así como a recordar mejor lugares y eventos.
Conciencia situacional
El hecho de realizar tareas automáticas en nuestros hogares, en nuestros automóviles, en el trabajo y en el mundo en general puede estar disminuyendo crónicamente nuestra conciencia situacional. Puedes escuchar una breve charla sobre este tema en: https://www.youtube.com/watch?v=mCWz-LPu86Y
Ejercicio 13: Memoriza direcciones de correo electrónico
Paso 1: Revisa tu bandeja de entrada de correo electrónico o tu lista de contactos.
Paso 2: Elige una dirección de correo electrónico (una que te resulte útil recordar, por ejemplo). Memoriza esta dirección.
Paso 3: Todos los días durante la próxima semana, recuerda la dirección de correo electrónico que memorizaste el día anterior, luego repite el paso 2 con una nueva dirección.
Paso 4: Al final de la semana, recuerda las 7 direcciones de correo electrónico que has memorizado.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Este ejercicio se centra en tu capacidad de recordar. El uso de direcciones de correo electrónico personales lo hace más desafiante, porque la mayoría de los correos electrónicos corporativos a menudo tienen una nomenclatura simple, como la inicial más el apellido, que no requieren memorizar mucho. (Nota: Si no usas el correo electrónico, puedes sustituirlo por números de teléfono.)
Ejercicio 14: Nombra 10 alimentos
Paso 1: Utiliza un diccionario (ya sea impreso o en internet) para buscar 10 alimentos diferentes en un idioma que no hables.
Paso 2: Haz una lista con estas palabras y sus traducciones: palabras originales en una columna y traducciones en la otra.
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Paso 3: Lee tu lista todos los días durante tres días. Trata de usar las palabras en tu día a día: cuando cocines o comas estos alimentos, o los veas en el supermercado, nómbralos en el nuevo idioma.
Paso 4: Pasados unos días, cubre el lado de la lista correspondiente a las palabras en tu idioma y trata de recordar la traducción de cada alimento.
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Algunos recuerdos se crean ampliando o añadiendo nuevos significados a los antiguos. Este ejercicio hace precisamente eso: te ayuda a incorporar nuevos recuerdos a la vida cotidiana y añade una nueva palabra a una existente que ya tiene significado para ti.
Ejercicio 15: Resumen de una serie
Paso 1: Mira un capítulo de una serie de televisión que no hayas visto antes.
Paso 2: Una vez termines de verlo, tómate un descanso de una hora.
Paso 3: Escribe una sinopsis de la trama del capítulo. Describe los sucesos principales en 12 puntos como mínimo y 15 como máximo. Guarda tu sinopsis y espera 24 horas.
Paso 4: Al día siguiente, repasa mentalmente la trama del capítulo y tu sinopsis.
Paso 5: Saca tu sinopsis escrita y léela de nuevo. ¿Eran precisos tus recuerdos?
Paso 6: Mira el capítulo nuevamente. ¿Te dejaste algo importante?
¿Qué se consigue con este ejercicio?
Esta actividad anima a tu cerebro a recordar elementos prioritarios en un contexto dramático. Cuando asignas importancia a eventos o ideas, tu cerebro los registra como importantes. El acto de revisar tu sinopsis escrita y compararla con tus recuerdos, y luego compararla con la serie real, es una excelente manera de medir la calidad y precisión de tus recuerdos.