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Ortotipografía

 

 

3.1Con la llegada de los medios digitales, los periodistas ya no solo escriben las noticias, sino que a menudo tienen que trabajar con el formato, aspecto este último que en la prensa tradicional quedaba en manos de los tipógrafos y de los diseñadores. Hoy, en cambio, la publicación directa está al alcance de todos, ya sea como página web o como documento electrónico (por ejemplo, PDF). Se ha dicho en ocasiones que hoy todo el que escribe es, de un modo u otro, tipógrafo.

 

3.2La ortotipografía trata de la aplicación de la ortografía a la tipografía con el principal propósito de facilitar la lectura y, más precisamente, su comprensión visual. La forma como se hace depende de muchos factores, incluyendo el diseño y los medios técnicos.

 

3.3Así, mientras que la ortografía proporciona un conjunto fijo de reglas que hay que observar, la ortotipografía ha de adaptarse a circunstancias muy diversas y que evolucionan con el tiempo, mediante la continua introducción de nuevas soluciones a problemas concretos. Algunas de estas soluciones se acaban imponiendo y otras acaban desapareciendo porque no han dado el resultado que se esperaba.

 

3.4Un principio básico de la ortotipografía es la uniformidad: en un texto o medio debe guardarse la coherencia en el tratamiento de las mayúsculas, la puntuación, los tipos de letras, las abreviaturas..., para que sea más fácil interpretar el mensaje sin tener que preguntarnos a cada paso por su sentido. En cierto modo, la uniformidad hace que las convenciones aplicadas nos resulten invisibles y al tiempo reconocibles.

 

Tipografía

 

3.5La elección de una fuente tipográfica depende de muchos factores: no solo hay que tener en cuenta los estéticos, sino también las posibles necesidades especiales del lector, los medios técnicos (tipo de papel y sistema de impresión) o el contenido (presencia de matemáticas, abundancia de siglas, necesidad de versalitas...). Incluso se han diseñado familias para las necesidades tipográficas de la prensa escrita: el caso paradigmático es la ubicua Times (con múltiples variantes) para el diario británico The Times.

 

3.6Hay diversos criterios para clasificar las familias tipográficas: morfología, función, evolución histórica, carácter, etc. De forma muy esquemática, algunas clasificaciones básicas son las siguientes:

 

La letra de texto es la que se considera adecuada para la lectura continuada, mientras que la letra decorativa o de fantasía suele tener función expresiva y sirve para crear contraste y variedad en algún elemento. Un ejemplo de letra decorativa es:

 

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La letra con remates es la que tiene pequeños adornos en los extremos de algunos trazos, sobre todo los verticales, mientras que la letra sin remates o de palo seco carece de esos adornos. Dos fuentes características son, respectivamente:

 

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La letra monoespaciada es la que tiene todas las letras del mismo ancho, desde la i hasta la M, como:

 

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La letra caligráfica es la que imita la manuscrita:

 

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3.7Suele decirse que las letras con remates son más adecuadas para la lectura en papel y las letras sin remates para la lectura en pantalla, pero los estudios de legibilidad no son concluyentes y por tanto hoy se sigue considerando una decisión de estilo editorial. En cualquier caso, el mero hecho de que una letra sea sin remates no la convierte automáticamente en apropiada para internet.

 

3.8Cada familia de letras, dentro de un diseño general básico, puede tener varios estilos. Algunas familias solo tienen uno único, en especial las decorativas, mientras que otras pueden tener una docena de variantes o más. Estos estilos se agrupan en varias categorías en función de ciertos rasgos que los diferencian de la forma básica; los más comunes y los que tienen más importancia desde el punto de vista ortotipográfico son los siguientes:

 

por la inclinación: cursiva;

por la forma de las minúsculas: VERSALITA;

por el grueso del trazo: negrita;

por la posición y el tamaño: voladitas.

 

Estas variantes se pueden combinar, como la versalita con la negrita, pero lo normal es usarlas por separado para que la información que se desea transmitir sea clara. Solo en los títulos se combinan en ocasiones, aunque tampoco es la práctica mayoritaria.

 

3.9La letra versalita es la que tiene idéntica forma que la mayúscula (también llamada versal), pero con un tamaño similar al de la minúscula. Su función es casi siempre estética o como medio alternativo de énfasis. La versalita sirve sobre todo como variante estilística de la minúscula, pero por su carácter híbrido en ocasiones también se emplea a modo de mayúscula disminuida. Usos característicos son los números romanos de los siglos, los milenios, los capítulos y las páginas de los principios de los libros:

 

La muestra recoge piezas de cerámica de entre los siglos IV y XIX.

 

Sin embargo, pocas familias de letras tienen versalitas y las que se obtienen en los procesadores de textos no son reales y se generan con el método expeditivo y algo tosco de reducir las mayúsculas de tamaño. A menos que resulte imprescindible para convenciones específicas de alguna rama especializada, si no se dispone de una versalita real es preferible prescindir de ella por completo y usar la versal, y más en prensa escrita, pues en ningún caso es de uso obligatorio.

 

3.10Los números llamados elzevirianos, que son los usados en este manual, tienen ascendentes y descendentes, como las minúsculas (0 1 2 3 4 5 6 7 8 9). Son particularmente útiles cuando se desea que los números queden visualmente integrados en el texto (por ejemplo, una revista de historia con muchas fechas):

 

Tras la derrota de Sedán, el 1 de septiembre de 1870, Napoleón III capituló, y en enero de 1871 se firmó el armisticio.

 

Cursiva

 

3.11La cursiva es, junto con las mayúsculas y las comillas, uno de los tres procedimientos básicos para indicar que una palabra o grupo de palabras tiene un sentido especial que no se corresponde con el del léxico común de la lengua. Estos tres procedimientos rara vez se combinan (salvo en los nombres propios y la mayúscula de la primera palabra de una expresión, título, cita o similar).

 

3.12Las principales funciones de la cursiva son de énfasis y para señalarle al lector que un sintagma o una palabra común puede resultarle ajeno por ser un neologismo, formar parte de una jerga o argot, adoptar una forma incorrecta o funcionar como metalenguaje, es decir, no formar parte del discurso con el sentido propio de las palabras. Contrasta con las comillas en que estas marcan vocablos, probablemente conocidos por el lector, que se usan con un sentido que no les es propio o con el que el autor no se identifica.

 

3.13En textos periodísticos a veces se compone íntegramente en cursiva un bloque de texto, que suele corresponder a explicaciones de importancia secundaria o a artículos de opinión. En tal caso, las funciones de la redonda y de la cursiva se invierten, salvo en algunos casos excepcionales, como en los símbolos de unidades físicas.

 

3.14Las cursivas se han de utilizar con criterios uniformes, lo que en ocasiones implica cierta flexibilidad en su aplicación. Por ejemplo, las palabras yin y yang suelen aparecer unidas y, de aplicarse las propuestas académicas con rigidez, se tendrían que escribir una en redonda y otra en cursiva; esta ruptura de la uniformidad no es deseable, por lo que en prensa se recomienda pasar ambas a cursiva:

 

Ambos serán el yin y el yang del fútbol del futuro.

 

3.15Se ha extendido la creencia de que toda voz extranjera ha de escribirse forzosamente en cursiva. En realidad, esta regla es aplicable a los nombres comunes en textos generales y no a los nombres propios (John Wayne, Düsseldorf, Qatar Airways) ni a las citas de personas que se expresan en otros idiomas. La grafía de los títulos, ya sean en cursiva o entrecomillados, también es independiente de la lengua:

 

La primera cría de pingüino nacida en Nueva York ya se puede visitar en el zoológico de Central Park.

 

El Bundestag aprueba la cuota femenina en grandes empresas.

 

El lema «Yes, we can!» llegó a todo el mundo.

 

La película Minority Report está basada en un relato titulado El informe de la minoría.

 

Tampoco se aplica a contextos específicos en los que, por la naturaleza del escrito, puede ser conveniente fijar otros criterios estilísticos, tanto para escribir en ciertos casos en redonda voces extranjeras, como para escribir en cursiva voces españolas.

 

3.16Las siglas no se escriben en cursiva, aunque sean extranjeras:

 

La organización WWF presentó al Convenio OSPAR, dependiente de la ONU, una propuesta de áreas protegidas.

 

3.17No es cierto que toda voz que no tiene registro académico (es decir, que no esté incluida en el Diccionario de la lengua española) haya de ir por este solo hecho en cursiva: si la palabra está bien formada, es reconocible o ha sido adaptada al sistema gráfico y fonológico del español (o no entra en conflicto con él) lo normal es escribirla en redonda.

 

3.18En particular, se usa la redonda en las voces formadas según las reglas morfológicas de español con la adición de sufijos como -ismo, -nte, -ito, -izar, -dad, etc., y de prefijos como des-, re-, super-, etc., estén o no en el diccionario académico. También se escriben en redonda las voces derivadas en español a partir de bases extranjeras:

 

Las mejores pizzas las tienen en esa pizzería.

 

La lejanía entre escena y realidad irrita a los washingtonianos.

 

Otros problemas

 

3.19Las siglas presentan un serio problema ortotipográfico, pues crean manchas visuales en el texto. Se han propuesto diversas soluciones, como aplicarles versalitas (que decae en popularidad, pues también presenta problemas) o reducir algo el tamaño de las mayúsculas (fórmula aplicada en este libro, aunque tampoco está exenta de inconvenientes); pero lo óptimo, siempre que sea posible, es seleccionar una fuente en la que las mayúsculas contrasten poco con las minúsculas.

 

3.20Las siglas presentan un serio problema ortotipográfico, pues crean manchas visuales en el texto. Se han propuesto diversas soluciones, como aplicarles versalitas (que decae en popularidad, pues también presenta problemas) o reducir algo el tamaño de las mayúsculas (fórmula aplicada en este libro, aunque tampoco está exenta de inconvenientes); pero lo óptimo, siempre que sea posible, es seleccionar una fuente en la que las mayúsculas contrasten poco con las minúsculas.

 

Palabras extranjeras no adaptadas

En varios casos no hay en la escritura elementos ajenos al español, pero es precisa la cursiva porque la pronunciación es la que corresponde a la lengua original: /bléizer/ para blazer, /maus/ para mouse.

 

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Locuciones

Se incluyen locuciones del latín y de otras lenguas.

 

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Extranjerismos adaptados

En todos los casos la pronunciación es la que corresponde a la forma escrita según las normas españolas: /punk/ y no /pank/, /forfáit/ y no /forfé/.

 

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Palabras latinas

Se prefieren las formas en las que se evitan secuencias de letras ajenas al español: adenda y no addenda, cuórum y no quorum.

 

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3.21En tipografía hay diversos tipos de espacios, que también conviene administrar con tiento. Cuídese, por ejemplo, de no usar dos espacios seguidos, que restan regularidad visual al texto. Tampoco debe haber espacio antes de una coma, dos puntos o un punto y coma, así como justo antes de los paréntesis y las comillas de cierre.

 

3.22No obstante, ciertos tipos de espacios se usan para ajustes tipográficos y no deben ser considerados espacios ortográficos. Compárense f), que es resultado de limitaciones del sistema o de un pobre diseño de la fuente tipográfica, y f ), con el espacio compensado. Tampoco es rara la asimetría visual del texto parentético en cursiva: (verdad). Estos defectos resultan especialmente aparentes en las páginas web cuando la fuente no ha sido pensada para la pantalla.

 

3.23Un espacio particularmente útil es el fino (nombre que se suele aplicar al que es menor que el normal, aunque sea una denominación imprecisa), que permite cierta compensación visual en números, símbolos, abreviaturas, etc.

 

3.24Se deja un espacio ante los símbolos de unidades que no están íntegramente volados, es decir, todos excepto el grado de ángulo, el minuto y el segundo. Sí se deja espacio ante otros símbolos, en particular ante los grados Celsius y el porcentaje:

 

El precio ha subido un 15 % en el último año.

 

Este espacio ha de ser de no división, para que no se separe de la cifra.

 

3.25Evítense las fuentes que añaden una subraya a las letras voladas ª y º , usadas en abreviaturas. Se trata de una alternativa al punto abreviativo que es más propia de los textos manuscritos que de los tipográficos.

 

3.26Elíjase el carácter apropiado. Aunque en textos mecanográficos y manuscritos hay símbolos que son idénticos, en tipografía están claramente diferenciados, gracias a su mayor precisión gráfica. Por ejemplo, el signo mecanográfico único de - tiene en la tipografía moderna cuatro variantes: el guion propiamente dicho (-), la raya (—), la semirraya (–) y el menos matemático (-). También conviene evitar las comillas que están en la tecla del 2 (las dobles) y las que están en la de la interrogación (las simples); algunos programas las convierten de modo automático en las tipográficamente adecuadas, pero no todos. La figura del apartado 3.34 muestra estos y otros caracteres que se prestan a confusión y en los que conviene abandonar la inercia de la mecanografía.

 

3.27Los signos de puntuación tras un texto en cursiva o negrita se han escrito a menudo en este mismo estilo, lo que facilitaba la labor del cajista. Actualmente, sin embargo, la tendencia es a conservar el estilo del contexto en que se encuentran, pues los sistemas de composición actuales no suelen tener problemas para un correcto espaciado:

 

Su primera novela fue El sueño eterno; después escribió seis más. { ; en cursiva }

 

Su primera novela fue El sueño eterno; después escribió seis más. { ; en redonda }

 

Lo mismo se aplica a los paréntesis y los corchetes. En cualquier caso, la decisión final puede depender de múltiples factores estilísticos y de necesidades tipográficas.

 

3.28El último renglón de un párrafo no debería tener solo dos o tres caracteres, y es conveniente que tenga al menos cinco. Esta vieja regla tipográfica tiene su justificación en que normalmente la lectura se hace en bloques de tres o cuatro letras, y en consecuencia una línea más corta podría pasarse por alto. Además, este último renglón no debería ser menor que la sangría, para evitar un escalón visual entre dos párrafos.

 

3.29En las páginas web lo habitual es separar párrafos con un blanco, sin sangrar la primera línea. En textos impresos es más frecuente indicar uno nuevo con una sangría en la primera línea. Ambas opciones son válidas, cualquiera que sea el medio, pero conviene no mezclarlas (aunque en textos con sangrías a veces se deja un blanco generoso entre dos párrafos para indicar un cambio de tema significativo, a modo de sección sin título).

 

3.30El uso de la abreviatura etc. sigue siendo universal en la tipografía moderna, aunque solo sea por razones prácticas, pues facilita el ajuste de líneas: siempre será mejor acabar un renglón con etc. que encontrarse con la división etcé-tera. Pero los estilos editoriales, basándose en diversas consideraciones, pueden proponer otros tratamientos de la abreviatura, igual de legítimos.

 

3.31En los signos dobles, es decir, con apertura y cierre, estos han de ir pegados al texto que delimitan, sin que haya un espacio o un salto de línea tras el de apertura ni ante el de cierre. Aunque la mayoría de los programas tratan correctamente las comillas, los paréntesis o las interrogaciones, algunos tienen problemas con las rayas, que se parten al final de renglón según las normas anglosajonas.

 

3.32El signo del peso o del dólar presenta dos variantes: con una sola barra ($) o con dos. Desde el punto de vista notacional son completamente equivalentes y por ello rara vez las fuentes tipográficas dan la opción de elegir entre una u otra. Sin embargo, hay ciertas preferencias según el país: Colombia y la República Dominicana se inclinan por la barra doble y el resto por la barra simple.

 

3.33En la tradición tipográfica española los puntos suspensivos se han compuesto sin apenas espacio entre ellos. Las fuentes modernas incluyen un carácter que ya combina los tres puntos, pero a menudo están marcadamente espaciados, según la tradición anglosajona. Tal como explica el estándar Unicode, es posible la representación alternativa con una secuencia de tres puntos ordinarios, opción que puede resultar preferible en español, en función del texto, el estilo y la fuente tipográfica.

 

Ortotipografía en ciencias y técnica

 

3.34El interés de los lectores por los avances tecnológicos y científicos de los últimos años no deja de crecer, sobre todo con la universalización de la educación. Las noticias de este tipo vienen acompañadas por términos, notaciones y convenciones que les son propias y que están reguladas por organismos internacionales.

 

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3.35Las abreviaciones de todo tipo proliferan en escritos científicos. Permiten representar de modo conciso muchos conceptos, así como relacionarlos para crear otros nuevos. A veces son más propiamente lenguajes formales sujetos a su propia lógica interna: en «km/h», tanto «km» como «h» son entidades matemáticas simbólicas, que se operan, literalmente, por medio de un signo de división.

 

3.36Incluso el tipo de letra puede tener un sentido propio: algo como «V = 220 V» tiene plena lógica porque la cursiva de la primera V señala que se refiere a un concepto diferente al de la segunda (tensión eléctrica y voltio, respectivamente).

 

3.37En aquellos casos en que se considere conveniente emplear abreviaciones o símbolos científicos, es aconsejable, en la medida de lo posible, respetar sus convenciones, incluyendo signos como barras o guiones, la presencia o ausencia de espacios, la mayúscula y la minúscula o el tipo de letra:

 

CO2

dióxido de carbono

IgA

inmunoglobulina A

α-amilasa

cierta enzima

carbono-14

isótopo del carbono, de símbolo 14C

dGlcp

cierto carbohidrato

 

No obstante, puede ser necesaria cierta flexibilidad: por ejemplo, en la prensa diaria se puede remplazar una letra griega por su nombre: alfa-amilasa.

 

3.38En las operaciones 3 − 2, 3 + 2 y 3 × 2 se dejan espacios a ambos lados del signo. No se dejan espacios en la división (3/2), como tampoco cuando se expresa que un número es negativo o positivo (−1, +1). El símbolo ÷ para la división es propio de la aritmética elemental y comercial anglosajona, y no está reconocido en las normas internacionales.

 

3.39Las unidades de medida se pueden expresar bien mediante símbolos, que son universales, bien mediante sus nombres, que son los propios de cada lengua. Son preferibles, en consecuencia, nombres como amperio, voltio, julio y vatio a ampere, volt, joule y watt. Los nombres no se pueden operar y se escriben en minúscula; tanto su plural como los prefijos siguen las normas generales:

 

*El parque eólico ha producido hasta la fecha 97 mega Watt hora.

El parque eólico ha producido hasta la fecha 97 megavatios hora.

 

3.40Los símbolos de unidades no llevan punto abreviativo, aunque pueden ir seguidos de un punto de final de oración:

 

La temperatura fue de 15 °C y la precipitación de 1.4 mm; se registraron rachas de viento de hasta 85 km/h.

 

3.41No se pueden escribir cambiando las mayúsculas por minúsculas y viceversa, pues podríamos cambiar el significado del símbolo: así, hay que distinguir entre «Mg» (megagramo) y «mg» (miligramo). Lo mismo se aplica a otras abreviaciones: las vacunas identificadas como «DTPa» y «dTpa» son distintas; «CO» es el monóxido de carbono y «Co» es el cobalto.

 

3.42Además, hay símbolos que comienzan con una minúscula y siguen con una mayúscula: «kHz» (kilohercio), o que combinan caracteres latinos con griegos o con otros símbolos, como «kΩ» (kiloohmio), «μm» (micrómetro) y «°C» (grado Celsius).

 

3.43Todos los seres vivos (plantas, hongos, animales y bacterias) identificados tienen un nombre científico, que se basa en el latín y el griego, es internacional y se rige por sus convenciones propias. Los nombres de género y especie se escriben en cursiva, aunque en los niveles superiores (familia, reino...) no hay un criterio único:

 

El Spinosaurus aegyptiacus es mayor que el Tyrannosaurus rex y desconcertó a los científicos durante mucho tiempo.

 

Carecen de plural, pues en rigor se refieren a la especie, pero incluso si se aplican a un individuo (para lo cual es preferible el vernáculo) se mantienen invariables.

 

3.44Los nombres vernáculos son los que tienen generalmente en cada lengua, como león u orquídea: son comunes y se escriben por tanto en minúscula y, de ser necesario, adaptados. Así, el Tyrannosaurus es el tiranosaurio. Forman el plural con normalidad y van con artículo si les corresponde por la sintaxis: el reino Plantae, pero el reino de las plantas.

 

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Números

 

3.45Las principales normas internacionales que regulan la escritura de números son el Sistema Internacional de Unidades (SI), de la Oficina Internacional de Pesas y Medidas, y el Sistema Internacional de Magnitudes (ISQ), de la ISO, que la Academia ha recogido en parte en su ortografía. A continuación se dan las pautas básicas tal como las establecen las normas internacionales.

 

3.46Para facilitar la lectura, los números de más de cuatro dígitos pueden escribirse con espacios que separan grupos de tres cifras, empezando por la derecha: 12 345, 678 901, 4 500 000. Según las normas internacionales y las de las Academias, es impropio emplear punto o coma en lugar del espacio, pues estos signos tienen como función separar los decimales. En los números de cuatro dígitos es frecuente y válido omitir el espacio, aunque se siga incluyendo en los de cinco o más: El aforo proyectado es de entre 9500 y 10 200 personas.

 

3.47Este espacio se omite siempre en los años: Es el mejor dato desde 1998, y no *Es el mejor dato desde 1 998.

 

3.48Una cifra como 12 140 ya expresa de por sí el número doce mil ciento cuarenta. En consecuencia, es inadecuado intercalar la palabra mil, como en 12 mil 140.

 

3.49No hay un signo especial para los millones, que se marcan igualmente con un espacio. Se desaconsejan, por tanto, grafías como 1’000,000 (con apóstrofo) y 1,000.000 (coma y punto), que se ven ocasionalmente en los medios.

 

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3.50Los códigos postales, referencias de productos, números telefónicos y otros conjuntos similares de dígitos son más propiamente códigos y se escriben según las convenciones que les resulten propias.

 

3.51Especialmente problemática es la dispersión de las notaciones para los decimales. Abandonado el signo tradicional del apóstrofo, que se desaconseja, algunos países han mirado a la norma francoalemana de la coma mientras que otros han mirado a la anglosajona del punto.

 

No hay razones tipográficas de peso para optar por una u otra, pero en la Ortografía de la lengua española, de las Academias de la Lengua, se señala que, «con el fin de promover un proceso tendente hacia la unificación, se recomienda el uso del punto como signo separador de los decimales», al tiempo que aclara que la coma sigue siendo igualmente válida, de modo que puede escribirse tanto 11.5 como 11,5 para la cantidad de ‘once y medio’.

 

Monedas

 

3.52Se ha establecido un conjunto de códigos de tres letras, que a menudo son preferibles a otros signos como $, £, ₡, ₧, ¥, etc. En la norma ISO 80000 estos códigos van escritos tras la cifra, pero no hay un estándar internacional que fije su posición, por lo que las Academias admiten ambas posibilidades. Pospuestos van con espacio, pero antepuestos los símbolos van pegados y los códigos de tres letras van separados.

 

3.53Los símbolos y códigos de monedas pueden tener antepuesto el prefijo «M» (de mega-) para expresar millones: 5 MG y 5 MPYG son cinco millones de guaraníes. También es válido, según la ISO, el prefijo «k» (de kilo-) para los miles: 5 k€ y 5 kEUR son cinco mil euros. Pero en estos casos, la cifra debería preceder a la unidad.

 

3.54Así, por ejemplo:

 

$800

800 $

USD 800

800 USD

800 dólares

$500 millones

USD 500 millones

500 000 000 USD

$500 000 000

500 MUSD

500 millones de dólares