* Profesor e investigador de El Colegio de México.
1 Max Weber, Economía y sociedad. Esbozo de sociología comprensiva, trad. de José Medina Echavarría et al., México, FCE, 1964, especialmente pp. 945-1042.
2 Paul Honigsheim menciona a este respecto la airada protesta de Max Weber ante el intento de uno de sus admiradores, Hans Delbrück, por difundir la llamada “teoría calvinismo-capitalismo” en la dirección de una interpretación “idealista” de la historia de corte antimarxista. Según Honigsheim, Weber declaró en señal de protesta: “Debo defenderme contra eso, porque yo soy mucho más materialista de lo que cree Delbrück” (“Ich muss mich dagegen wehren; ich bin viel materialistischer als Delbrück glaubt”); véase Paul Honigsheim, “Max Weber in Heidelberg”, en René König y Johannes Winckelmann (eds.), Max Weber zum Gedächtnis, 2ª edición de la reproducción del número conmemorativo dedicado a Max Weber en 1963 de la Kölner Zeitschrift für Soziologie und Sozialpsychologie, Francfort, Westdeutscher Verlag, 1985, p. 202.
3 Max Weber, “La ‘objetividad’ cognoscitiva de la ciencia social y de la política social (1904)”, en Ensayos de metodología sociológica, trad.de José Luis Etcheverry, Buenos Aires, Amorrortu, 1973, pp. 39-101.
4 Max Weber, Economía y sociedad, op. cit., especialmente pp. 945-1042.
5 H. M. Robertson, Aspects of the Rise of Economic Individualism, Cambridge, Cambridge University Press, 1933, p. xii. El jesuita James Broderick pulverizó el libro de Robertson al año siguiente de su aparición, como también lo haría Talcott Parsons, pero esto forma parte de la polémica de la tesis weberiana que analizaremos con mayor detalle en una próxima publicación. Véase James Broderick, The Economic Morals of the Jesuits: An Answer to Dr. H. M. Robertson, Londres, Oxford University Press, 1934, y Talcott Parsons, “H. M. Robertson on Max Weber and his School”, Journal of Political Economy, vol. 43, 1935, pp. 688-696, reimpreso en Peter Hamilton (ed.), Max Weber: Critical Assessments, vol. III, Londres, Routledege, 1991, pp. 60-67.
6 Richard Henry Tawney, Religion and the Rise of Capitalism, Harmondsworth, Penguin Books, 1938, p. x.
7 Véase Max Weber, Historia económica general, trad. de Manuel Sánchez Sarto, México, FCE, 1946.
8 Hay una excelente traducción castellana de esta obra: Max Weber, Ensayos sobre sociología de la religión, 3 vols., trad. de José Almaraz, Julio Carabaña y Jorge Vigil, Madrid, Taurus, 1983-1987. Los textos correspondientes a los ensayos de “la ética protestante” pueden encontrarse en el vol. I, pp. 23-167.
9 Véase Max Weber, The Protestant Ethic and the Spirit of Capitalism, trad. de Talcott Parsons con prólogo de R. H. Tawney, Londres, George Allen & Unwin, 1930, 292 pp.
10 Véase Benjamin Nelson, “Max Weber’s ‘Author’s Introduction’: A Master Clue to his Main Aims (1920)”, en Sociological Inquiry, vol. 44, núm. 4, 1973, pp. 269-278.
11 Max Weber, La ética protestante y el espíritu del capitalismo, trad. de Luis Legaz Lacambra, Madrid, Editorial Revista de Derecho Privado, 1955, 251 pp.
12 Véase Max Weber, Die protestantische Ethik und der Geist des Kapitalismus (Sonderdruck aus den Gesammelte Aufsätze zur Religionsoziologie, 1. Band, S. 1-206), Tubinga, Mohr-Siebeck, 1934, 206 pp.
13 “Quien tenga interés en ello, podrá comprobar […] que no he suprimido, alterado ni atenuado una sola afirmación de mi artículo que yo considerase esencial al escribirlo, y tampoco he añadido nada que se desvíe del sentido doctrinal de mi primer trabajo”, Max Weber, La ética protestante…, op. cit., nota 1, p. 20. A pesar de esta afirmación, Weber sí modificó, y mucho, el contenido de sus primeros artículos de 1904/1905, pues en la versión de 1920 introduciría conceptos fundamentales, como el del “desencantamiento del mundo”, cuya comprensión sólo adquiere pleno sentido en el contexto de la vasta sociología de la religión que emprendió a partir de 1913.
14 Véase Friedrich H. Tenbruck, “Das Werk Max Webers”, Kölner Zeitschrift für Soziologie und Sozialpsychologie, vol. 27, 1975, p. 667. Las cuatro menciones de la noción del “desencantamiento del mundo” (die Entzauberung der Welt), es decir, la eliminación de la magia como medio de salvación, aparecen localizadas en Max Weber, La ética protestante…, trad. de Legaz Lacambra, op. cit., pp. 118, 141, 190 y 193. En la nota de pie número 20, en la página 118, Weber se refiere de manera ambigua a un artículo sobre “La ética económica de las religiones del mundo” para explicar el proceso de desencantamiento, pero no indica ni la fecha (1916) de aparición del artículo, ni que tal noción estaba ausente en la primera versión de sus ensayos. Para una traducción castellana de tan importante texto, véase Max Weber, Ensayos sobre sociología de la religión, vol. I, trad. de Almaraz y Carabaña, op. cit., pp. 193-222.
15 Hartmut Lehmann, Max Webers “Protestantische Ethik”, Gotinga, Vandenhoeck & Ruprecht, 1996, p. 104.
16 Véase Max Weber, Die protestantische Ethik und der “Geist” des Kapitalismus. Textausgabe auf der Grundlage der ersten Fassung von 1904/1905 mit Veränderungen aus der zweiten Fassung von 1920, edición y estudio introductorio de Klaus Lichtblau y Johannes Weiß, Bodenheim, Beltz-Athenäum, 1996, 203 + XXXV pp.
17 Lo cual constituye uno de los principales referentes para la erudita investigación que al respecto presenta un investigador japonés. Véase T. Hanyu, “Max Webers Quellenbehandlung in der ‘Protestantischen Ethik’; Der Berufsbegriff”, Archives Européennes de Sociologie, vol. 35, núm 4, 1994, pp. 72-101.
18 Las dos traducciones castellanas más difundidas siguen el aquí denominado modelo Parsons, es decir la traducción de las primeras 206 páginas del primer volumen de los Gesammelte Aufsätze zur Religionssoziologie, sin indicar que la “Introducción” no es al texto de La ética protestante, sino a todo el conjunto de los tres volúmenes de ensayos. Véase Max Weber, La ética protestante…, trad. de Luis Legaz Lacambra, op. cit., Madrid, Revista de Derecho Privado, 1955; Barcelona, Península, 1969; México, Colofón, 1998; y la traducción de José Chávez Martínez, México, Premia, 1979, y México, Ediciones Coyoacán, 1994. La reciente edición de Joaquín Abellán se basa en la traducción de la primera versión de los ensayos de 1904/1905 sobre la ética protestante y envía a un apéndice las variantes introducidas en la segunda versión de 1920. No obstante, dado lo reciente de esta edición, todavía no tiene una difusión comparable a la que tuvieron las traducciones más antiguas. Véase Max Weber, La ética protestante y el “espíritu” del capitalismo, trad., estudio preliminar y glosario de Joaquín Abellán, Madrid, Alianza Editorial, 2001.
19 Véase Max Weber, L’ éthique protestante et l’espirit du capitalisme, traducción, estudio introductorio y notas de Isabelle Kalinowski, París, Flammarion, 2000; y Max Weber, The Protestant Ethic and the Spirit of Capitalism, trad. de Talcott Parsons, con estudio introductorio y notas de Randall Collins (con la traducción de Gerth y Mills del ensayo “The Protestant Sects and the Spirit of Capitalism”, pp. xlii-lxxiv), Los Ángeles, Roxbury, 1998. Hay dos traducciones al castellano del ensayo de Weber de 1906 sobre las sectas protestantes: la primera en Max Weber, Ensayos de sociología contemporánea, vol. II, trad. de Mireia Bofill, México, Artemisa, 1986, pp. 54-81, y la segunda en Max Weber, Ensayos sobre sociología de la religión, vol. I, trad. de José Almaraz y Julio Carabaña, Madrid, Taurus, 1983, pp. 169-192.
20 Max Weber, Die protestantische Ethik I. Eine Aufsätzsammlung, ed. de Johannes Winckelmann, Hamburgo, Siebenstern, 1981; véase también Max Weber, Historia económica general, trad. de Manuel Sánchez Sarto, op. cit., pp. 364-380.
21 Max Weber, Die protestantische Ethik II. Kritiken und Antikritiken, comp. de Johannes Winckelmann, Hamburgo, Siebenstern, 1981
22 Max Weber, Die protestantische Ethik…, editada por Lichtblau y Weiß, op. cit., pp. 158-203, como apéndice donde en 448 adiciones (Zusätze) se incluyen todas las modificaciones y variantes que Weber introdujo en su versión final de 1920 frente a la original de 1904/1905.
23 Véase Max Weber, La ética protestante y el “espíritu” del capitalismo, trad. de Joaquín Abellán, Madrid, Alianza Editorial, 2001.
24 Guy Oakes, “Four Questions Concerning The Protestant Ethic”, Telos, A Quarterly Journal of Critical Thought, núm. 81, otoño de 1989, p. 91, nota 17.
25 Wilhelm Hennis, Max Webers Fragestellung. Studien zur biographie des Werks, Tubinga, Mohr, 1987, p. 14. Para una exposición más detallada del interesante planteamiento de Hennis, así como de nuestras críticas y reservas al mismo, véase nuestro estudio “Importancia de las cuatro respuestas de Max Weber a sus primeros críticos” que aparece como último anexo, al final de la presente edición, antes de la bibliografía cronológica.
26 Guy Oakes, op. cit., p. 82.
27 Cf. Hartmut Lehmann, Max Webers “Protestantische Ethik”. Beiträge aus der Sicht eines Historikers, Gotinga, Vandenhoeck & Ruprecht, 1996.
28 Cf. Francisco Gil Villegas, “A propósito de las obras completas de Max Weber”, en Diálogos, El Colegio de México, vol. 18, núm. 107, septiembre-octubre de 1982, pp. 65-70.
29 Jean Pierre Grossein, “Peut-on lire en Français L’Étique protestante et l’espirit du capitalisme?”, Archives Européennes de Sociologie, vol. XL, núm. 1, 1999, pp. 125-147, y Peter Ghosh, “Some Problems with Talcott Parsons’ version of ‘The Protestant Ethic’”, Archives Européennes de Sociologie, vol. XXXV, núm. 1, 1994, pp. 104-123.
30 En efecto, Dilthey había señalado desde sus primeras obras (1870) una influencia recíproca entre el protestantismo y el capitalismo al discutir el papel de las sectas protestantes, aunque sólo fuera de pasada, en el contexto biográfico de la formación pietista del teólogo protestante Friedrich Schleiermacher (1768-1834); véase W. Dilthey, Leben Schleiermachers. Auf Grund des Textes der 1. Auflage von 1870 und der Zusätze aus dem Nachlass, edición de Martin Redeker, vol. 13 de los Gesammelte Schriften, Gotinga, Vandenhoeck & Ruprecht, 1970, pp. 209-217. “La vida de Schleiermacher” de Dilthey no fue traducida por Eugenio Ímaz ni por nadie de su equipo encargado de traducir 10 tomos de las obras de Dilthey para el FCE. No obstante, hay un breve capítulo sobre Schleiermacher, incluido por Dilthey en 1905 en su “Historia juvenil de Hegel”, traducido por Ímaz en W. Dilthey, Hegel y el idealismo, México, FCE, 1944, pp. 307-358.
31 Otro autor que abordó el tema de las relaciones entre capitalismo y protestantismo desde 1892 y que Max Weber tomó muy en cuenta al momento de redactar en 1904 sus ensayos, aunque sólo fuera porque era su colega en Heidelberg, fue el historiador Eberhard Gothein, quien en su Wirtschaftsgeschichte des Schwarzwalds (“Historia económica de la Selva Negra”), Estrasburgo, Trubner, 1892, especialmente las pp. 673-714, pone un fuerte énfasis en la importancia de la diáspora calvinista, después de la Masacre de san Bartolomé en 1572, como semillero del desarrollo de la economía capitalista en diversas partes del mundo. Hay un reconocimiento expreso por parte de Weber a la obra de Gothein en el cuerpo del texto original (p. 31): “Tiene razón Gothein cuando califica a la diáspora calvinista como el ‘vivero de la economía capitalista’”. Pero Weber también menciona explícitamente a diversos escritores del siglo XIX, especialmente ingleses, que también ya habían señalado la relación entre las creencias religiosas y la industrialización o el progreso económico: Matthew Arnold, John Keats, H. T. Buckle, J. E. T. Rogers, William Petty, Carlyle, Manley, Temple, Wiskemann, Macaulay, Ashley, Doyle, Bernstein y Cunningham, pero también aparecen por ahí Heine, Hermann Levy y hasta alguna referencia en El espíritu de las leyes de Montesquieu (véase especialmente la nota de pie 95 en la página 239; la referencia a Montesquieu en la página 34 y la observación en la nota de pie núm. 22 de la página 33 donde, después de mencionar a Keats y Buckle, Weber concluye: “Por tanto, no constituye una ‘novedad’ afirmar aquí esta conexión sobre la que ya disertaron Laveleye, Matthew Arnold y otros; lo raro es la duda totalmente infundada sobre ella que hay que proceder a explicar”).
32 Max Weber, Economía y sociedad, op. cit., p. 5.
33 Max Weber, “Die Wirtschaftsethik der Weltreligionen (Einleitung) (1919)”, en Gesammelte Aufsätze zur Religionssoziologie, vol. I, Tubinga, Mohr, 1978, p. 252. Una traducción alterna puede encontrarse en Max Weber, Ensayos sobre sociología de la religión, vol. I, op. cit., p. 204: “Son los intereses, materiales e ideales, no las ideas, quienes dominan inmediatamente la acción de los hombres. Pero las ‘imágenes del mundo’ creadas por las ‘ideas’ han determinado, con gran frecuencia, como guardagujas, los raíles en los que la acción se ve empujada por la dinámica de los intereses”. El “guardagujas” es el empleado ferroviario que tiene a su cargo, en los cambios de vía, el manejo de las agujas para que cada tren marche por la vía que le corresponde.
34 Georg Simmel, Filosofía del dinero, trad. de Ramón García Cotarelo, Madrid, Instituto de Estudios Políticos, 1976. Probablemente es en la distinción entre “forma” y “vida” del capitalismo donde más perceptible es la influencia de esta obra de Simmel en los ensayos de Weber sobre el protestantismo, pero también lo es en el tema de la dialéctica de los medios que se pervierten en fines en sí mismos, en cuanto destino fatídico de la modernidad. Véase al respecto Francisco Gil Villegas M., Los profetas y el Mesías, México, FCE-El Colegio de México, 1996, especialmente las pp. 156-157 y 220-222.
35 Werner Sombart, Der moderne Kapitalismus, 2 vols., Leipzig-Munich, Duncker und Humblot, 1902. No hay traducción castellana de estos dos volúmenes, aunque sí de un tercero, publicado en 1927 y que por consiguiente ya no influyó en la obra de Weber. Véase Werner Sombart, El apogeo del capitalismo, 2 tomos, trad. de José Urbano Guerrero, México, FCE, 1946.
36 Véase Georg Jellinek, La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. Estudio de historia constitucional moderna, trad. de Adolfo Posada, Madrid, Librería General de Victoriano Suárez, 1908, actualmente reimpreso, junto con otros textos de la polémica desatada en Francia por la provocadora tesis del jurista de Heidelberg, en G. Jellinek, E. Boutmy, E. Doumergue y A. Posada, Orígenes de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, edición de Jesús G. Amuchastegui, Madrid, Editora Nacional, 1984, especialmente las pp. 225-260 para el texto de Jellinek. La traducción de Posada se basa en la segunda edición de 1903 e incluye muchas de las réplicas que elaboró Jellinek contra sus detractores franceses; la primera edición de Die Erklärung der Menschen und Burgerrechte fue publicada en Leipzig por la editorial Duncker & Humblot, en 1895, y traducida al inglés por Max Farrand: G. Jellinek, The Declaration of the Rights of Men and of Citizens, Nueva York, Henry Holl & Co., 1901; un año después, en 1902, fue traducido el texto de Jellinek al francés. Max Weber se sintió en 1896 fuertemente atraído por la tesis de Jellinek y desarrolló un paralelismo al estudiar las relaciones con el protestantismo, no de la Declaración de los Derechos del Hombre, sino del “espíritu del capitalismo”. La primera vez que Weber expuso los avances de su tesis en público fue en el seminario de Jellinek en 1896, pero una enfermedad nerviosa lo obligó a no poder redactarla sino hasta la segunda mitad de 1903. Véase Guenther Roth, “Jellinek and Weber”, en R. Bendix y G. Roth, Scholarship and Partisanship: Essays on Max Weber, Berkeley, University of California Press, 1971, pp. 308-310.
37 Puede encontrarse un estudio que analiza buena parte de las consecuencias que la tesis de Jellinek tiene para la interpretación del desarrollo del pensamiento político moderno en. F. Gil Villegas M., “De los monarcómacos a la Declaración de los Derechos del Hombre, pasando por la teoría de la soberanía”, en Fernando Serrano Migallón (coord.), Homenaje a Rafael Segovia, México, El Colegio de México-FCE-Conacyt, 1998, pp. 507-531.
38 Heinrich Rickert, Die Grenzen der naturwissenschaftlichen Begriffsbildung, Tubinga, Mohr, 1902. No hay traducción castellana de esta voluminosa obra, pero puede encontrarse un breve resumen, esquemático y muy incompleto, en una obra posterior de Rickert que ha gozado de mayor difusión: H. Rickert, Ciencia cultural y ciencia natural (1920), trad. de Manuel García Morente, Madrid, Espasa-Calpe, Colección Austral, 1943. En 1921 Heinrich Rickert dedicó a la memoria del recién fallecido Max Weber la cuarta edición de su obra, orgulloso de que hubiera servido de cantera para una parte de la metodología de Weber.
39 Véase sobre todo Max Weber, “La ‘objetividad’ cognoscitiva en la ciencia social y la política social” (1904), en Ensayos de metodología sociológica, Buenos Aires, Amorrortu, 1973, pp. 39-101.
40 Georg Jellinek, Teoría general del Estado (1900), trad. de Fernando de los Ríos, Buenos Aires, Albatros, 1981, pp. 25-30
41 Max Weber, “Gedenkrede auf Georg Jellinek am 21. 3. 1991”, en René König y Johannes Winckelmann (eds.), Max Weber zum Gedächtnis, op. cit., p. 15.
42 El pasaje suprimido se encuentra reproducido dentro de mi nota crítica a la nota 111 de la página 162 (en negrita): empieza con la referencia a “Roger Williams” y termina con el reconocimiento al estudio de Jellinek: “Agradezco personalmente a este escrito el incentivo para renovar mi ocupación con el puritanismo”. Puede encontrarse más información de la importancia del estudio de Jellinek en la génesis de los ensayos sobre el protestantismo, tanto de Weber como de Troeltsch, en Friedemann Voigt, “Vorbilder und Gegenbilder. Zur Konzeptualisierung der Kulturbedeutung der Religion bei Gothein, Sombart, Simmel, Jellinek, Weber und Troeltsch”, en Wolfgang Schluchter y Friedrich Wilhelm Graf (eds.), Asketischer Protestantismos und der “Geist” des modernen Kapitalismus, Tubinga, Mohr, 2005, pp. 155-184.
43 Véase la nota de pie núm. 5 en la página 42, donde Weber habla de “las brillantes imágenes que se encuentran en la Philosophie des Geldes de Simmel (último capítulo)”.
44 Para una exposición de la dialéctica entre la “vida”, el “alma” y las “formas”, así como el sentido de los medios pervertidos en fines como diagnóstico de la tragedia de la cultura de la modernidad, véase F. Gil Villegas M., “El fundamento filosófico de la teoría de la modernidad en Simmel”, Estudios Sociológicos, El Colegio de México, vol. XV, núm. 43, enero-abril de 1997, pp. 3-46. Para la influencia de Simmel en Weber en lo referente al diagnóstico de la modernidad como un problema de medios instrumentales transfigurados en fines, puede consultarse asimismo F. Gil Villegas M., “Max Weber y Georg Simmel”, en Sociológica, UAM Azcapotzalco, vol. I, núm. 1, primavera de 1986, pp. 73-79.
45 Véase Marianne Weber, Biografía de Max Weber, trad. de María Antonia Neira Bigorra, con introducción y notas de Guenther Roth y Harry Zohn, México, FCE, 1995, pp. 263 y 324.
46 Werner Sombart, Der moderne Kapitalismus, op. cit., vol. I, pp. 21-22.
47 Ibid., p. 25
48 Sombart desarrolló más ampliamente este punto en Der Burgeois, obra publicada en 1913 a la que Weber presentaría una fuerte crítica en las notas de pie de su versión modificada en 1920 de sus ensayos sobre el protestantsimo. Véase Werner Sombart, El burgués. Contribución a la historia espiritual del hombre económico moderno, trad. de María Pilar Lorenzo y Miguel Paredes, Madrid, Alianza Editorial, 1977, especialmente los capítulos 9 y 13. También puede consultarse el excelente estudio elaborado por el investigador escocés Gordon Marshall, En busca del espíritu del capitalismo. Ensayo sobre la tesis de Max Weber acerca de la ética protestante, trad. de Eduardo L. Suárez, México, FCE, 1986, p. 68.
49 Werner Sombart, Der moderne Kapitalismus, op. cit., vol. I, pp. 378-397, especialmente las pp. 380-381 (los párrafos de esta sección decisiva de la primera edición de 1902, donde Sombart lanzó su desafío, fueron suprimidos en las ediciones posteriores a 1916).
50 Ibid., p. 379: “¿Quién duda que el dinero improductivo [o no usado] es inútil?”
51 Ibid., pp. 380-381. La cita entrecomillada de la obra de Gothein, Historia económica de la Selva Negra (1892), aparece en una nota de pie en la página 381, y nosotros la incrustamos en la cita textual para darle mayor continuidad al argumento desarrollado por Sombart. Por otro lado, éste es precisamente el párrafo que Sombart suprimió en ediciones posteriores de Der moderne Kapitalismus, probablemente porque ya no le pareció que Weber hubiera aceptado el desafío para elaborar el estudio que, todavía en 1902, Sombart pensaba era irrealizable.
52 Werner Sombart, Der moderne Kapitalismus, op. cit., vol. I, pp. 383-384. La cita de la carta de Colón la reproduce Sombart así, sin ningún acento y con un “excellentissimo” que parece más italiano que castellano, pero es que ésta la toma a su vez de una versión en francés de una obra de Alexander von Humboldt: Examen critique de l’histoire de la Géographie du nouveau continent, vol. 2 (1837), p. 40.
53 Ibid., p. 383.
54 Ibid., pp. 382-383.
55 Talcott Parsons, “Capitalism in Recent German Literature: Sombart and Weber I”, Journal of Political Economy, vol. 36, diciembre de 1928, p. 659, reproducido en Peter Hamilton (ed.), Max Weber: Critical Assessments, vol. III, Londres, Routledge, 1991, p. 42.
56 Arthur Mitzman, Sociology and Estrangement. Three Sociologists of Imperial Germany, 2ª ed., New Brunswick, Transaction Books, 1987, pp. 188-189.
57 Werner Sombart, Die Juden und das Wirtschaftsleben, Leipzig, Duncker & Hum-blot, 1911. Siguiendo a Lujo Brentano, Weber criticó esta obra de Sombart desde la primera nota de la versión modificada en 1920 de sus ensayos sobre el protestantismo (véase la p. 20). Para una discusión más detallada de los múltiples prejuicios y debilidades de la tesis de Sombart sobre los judíos, véase Jeffrey Herf, Reactionary Modernism. Technology, culture, and Politics in Weimar and the Third Reich, Cambridge, CUP, 1984, capítulo 6.
58 A este respecto son particularmente pertinentes las observaciones de Gordon Marshall, En busca del espíritu del capitalismo, op. cit., capítulo III.
59 Werner Sombart, Lujo y capitalismo (1912), trad. de Luis Isábal, Madrid, Revista de Occidente, 1928 (hay reimpresión en Alianza Editorial, 1979). Véase especialmente el capítulo 4, donde Sombart llega al extremo de sostener que el lujo de tener una casa chica con una amante fomentó el desarrollo del capitalismo; que los caprichos de Madame Pompadour ayudaron al mismo proceso, así como también contribuyó María Antonieta porque “fue la última ‘grande cocotte’ que dominó la corte de Francia”; o bien la siguiente expresión del manejo de fuentes a las que recurre Sombart: “Fuente de inapreciable valor para el conocimiento del desarrollo del capitalismo temprano son las cuentas de Madame du Barry que han llegado completas a nuestras manos” (p. 121). A Weber todo esto le parecía una manera de desvirtuar la seriedad de la investigación social. El volumen complementario sobre la guerra como promotora del espíritu capitalista, publicado en el mismo año de aparición de Der Burgeois, tampoco ayudó a que Weber modificara su opinión. Werner Sombart, Krieg und Kapitalismus. Studien zur Entwicklungsgeschichte des modernen Kapitalismus, vol. 2, Leipzig, Duncker & Humblot, 1913. (El volumen 1 de estos “Estudios sobre el desarrollo histórico del capitalismo moderno” lo constituye el ya citado Lujo y capitalismo, publicado en 1912.)
60 Friedrich Wilhelm Graf, “Friendship between Experts: Notes on Weber and Troeltsch”, en Wolfgang J. Mommsen y Jürgen Osterhammel (eds.), Max Weber and his Contemporaries, Unwin Hyman, 1989, pp. 215-233.
61 Troeltsch se refugió en una cátedra de filosofía de la Universidad de Berlín en 1915 porque ya no podía seguir ocupando la de teología en Heidelberg. Sus ensayos y discursos políticos con motivo de la primera Guerra Mundial pueden encontrarse recopilados en: E. Troeltsch, Deutscher Geist und Westeuropa. Gesammelte kulturphilosophische Aufzätze und Reden, ed. Friedrich von Hügel, Tubinga, Mohr, 1925. Los ensayos y cartas sobre la revolución espartaquista de 1918 y los primeros años de vida política en la República de Weimar se encuentran recopilados en E. Troeltsch, Spektator-Briefe. Aufsätze úber die deutsche Revolution und die Weltpolitik 1918/1922, introducción de Friedrich Meinecke y edición de Friedrich von Hügel, Tubinga, Mohr, 1924.
62 Ernst Troeltsch, Aufsätze zur Geistesgeschichte und Religionssoziologie. Gesammelte Schriften, vol. IV, ed. Hans Baron, Tubinga, Mohr, 1925, p. 11.
63 Ibidem.
64 Ernst Troeltsch, El protestantismo y el mundo moderno (1911), trad. de Eugenio Ímaz, México, FCE, 1951.
65 Reseñas de la época citadas en Friedrich Wilhelm Graf, “The German Theological Sources and Protestant Church Politics”, en Hartmut Lehmann y Guenther Roth (eds.), Weber’s Protestant Ethic. Origins, Evidence, Contexts, Cambridge, Cambridge University Press, 1987, pp. 32-33.
66 Max Weber, “Antikritisches Schlusswort zum ‘Geist’ der Kapitalismus” (1910), en Johannes Winckelmann (ed.), Die protestantische Ethik II. Kritiken und Antikritiken, Hamburgo, Siebenstern, 1981, p. 150.
67 Carta citada en Friedrich Wilhelm Graf, “The German Theological Sources…”, op. cit., p. 33.
68 Véase el final de la nota de pie en la página 20 del texto aquí editado, donde Weber señala las diferencias entre él y Troeltsch en virtud de que mientras el segundo “se fija principalmente en la doctrina, a mí me interesa sobre todo el efecto práctico de la religión”.
69 Weber cita en la primera versión de La ética protestante el artículo de Troeltsch; véanse las notas de pie núm. 87, p. 148, y núm. 6, p. 109, del texto aquí editado: “véase también el artículo sobre los ‘moralistas ingleses’ de E. Troeltsch en la Realenzyklopädie für Protest. Theol. u. Kirche (Enciclopedia de la Iglesia y la teología protestante), 3ª ed.”, es decir, la correspondiente a 1903, un año antes de la aparición del primer artículo de Weber sobre el protestantismo. Este importante artículo fue reproducido póstumamente en Ernst Troeltsch, Aufsätze zur Geistesgeschichte und Religionssoziologie. Gesammelte Schriften, vol. IV, op. cit., pp. 374-429. Más detalles sobre su innegable carácter precursor de la tesis weberiana en mis notas críticas a las páginas en negritas 109 (nota 6) y 148 (nota 87) del texto aquí editado.
70 Hubert Treiber, “Der ‘Eranos’-Das Glanzstück im Heidelberger Mythenkranz?”, en Wolfgang Schluchter y Friedrich Wilhelm Graf (eds.), Asketischer Protestantismus und der ‘Geist’ des modernen Kapitalismus. Max Weber und Ernst Troeltsch, Tubinga, Mohr, 2005, p. 133.
71 Friedrich Wilhelm Graf, “Friendship between Experts…”, op. cit., p. 223.
72 Max Weber, “Las sectas protestantes y el espíritu del capitalismo”, en Ensayos sobre sociología de la religión, op. cit., nota 1, p. 169. La gran obra de Troeltsch a la que se refiere Weber en esta nota es E. Troeltsch, Die Soziallehren der christlichen Kirchen und Gruppen, Tubinga, Mohr, 1912. No hay traducción castellana, pero sí hay una inglesa: E. Troeltsch, The Social Teaching of the Christian Churches, 2 vols., trad. de Olive Wyon, Londres, George Allen & Unwin, 1931.
73 Friedrich Wilhelm Graf, “Friendship between Experts…”, op. cit., p. 222.
74 Ibidem.
75 Véase el desarrollo mucho más extenso que a este respecto presenta Friedrich Wilhelm Graf en “The German Theological Sources…”, op. cit., pp. 34-46.
76 Ibid., p. 34: “La fuente teológica más importante para La ética protestante proviene del teólogo de Berna, Matthias Schneckenburger, Vergleichende Darstellung des lutherischen und reformierten Lehrbegriffs, Stuttgart, 1855”. Véase la referencia de Weber a esta obra, especialmente en la nota de pie núm. 16 de la página 92 del texto aquí editado.
77 Para el caso del reconocimiento de Weber véase supra nota de pie núm. 36; el reconocimiento de Troeltsch es de la misma época y se encuentra en una nota que escribió en 1911 a petición expresa de la hija de Jellinek para la publicación de unos ensayos póstumos del gran jurista de Heidelberg. Referencia citada en Friedrich Wilhelm Graf, “Friendship between Experts…”, op. cit., nota de pie núm. 52, pp. 231-232.
78 Cf. Daniel Bell, “Afterword: 1996”, en The Cultural Contradictions of Capitalism: Twentieth Anniversary Edition, Nueva York, Basic Books, 1996, p. 287, donde Bell considera a La ética protestante y el espíritu del capitalismo como “probablemente la obra sociológica más importante del siglo XX”.
79 Hill, quien fuera discípulo de otro célebre historiador de Balliol, Richard Henry Tawney, presentó su posición teórica más explícita con respecto a Weber en un ensayo de homenaje a su maestro. Véase Christopher Hill, “Protestantism and the Rise of Capitalism”, en F. J. Fisher (ed.), Essays in the Economic and Social History of Tudor and Stuart England in Honour of R. H. Tawney, Cambridge, Cambridge University Press, 1961, pp. 15-39. No obstante, la tesis weberiana es puesta a prueba con mayor evidencia documental en Christopher Hill, Society and Puritanism in Pre-Revolutionary England, Londres, Secker & Warburg, 1964. Para dos registros recientes que ven en Christopher Hill a un historiador que se vale de la tesis weberiana en sus investigaciones históricas, véase Philip Benedict, “The Historiography of Continental Calvinism”, en Hartmut Lehmann y Guenther Roth (eds.), Weber’s Protestant Ethic, op. cit., p. 317, y Alaistar Hamilton, “Max Weber’s Protestant Ethic and the Spirit of Capitalism”, en Stephen Turner (ed.), The Cambridge Companion to Weber, Cambridge, Cambridge University Press, 2000, p. 161, donde se afirma: “Weber still has a distinguished and influential follower in Christopher Hill”.
80 A lo largo del siglo XX aparecieron diversas reseñas de la polémica generada por la tesis de Weber sobre el protestantismo. Algunas son incompletas, otras injustas y en todo caso ninguna cubre el siglo completo con el detalle que actualmente exige el debate teórico e histórico sobre este tema. Tal deficiencia intentaremos subsanarla mediante una extensa investigación que publicaremos próximamente. Por lo pronto, basten las siguientes referencias bibliográficas en torno a la polémica centenaria de la tesis weberiana sobre el protestantismo: Ephraim Fischoff, “The Protestant Ethic and the Spirit of Capitalism: The History of a Controversy”, Social Research, vol. XI, 1944, pp. 53-77; Robert W. Green (ed.), Protestantism and Capitalism. The Weber Thesis and Its Critics, Boston, Heath and Company, 1959; Johannes Winckelmann (ed.), Max Weber. Die protestantische Ethik II: Kritiken und Antikritiken, Munich y Hamburgo, Siebenstern, 1968; Vicente Gonzalo Massot, Max Weber y su sombra. La polémica sobre la religión y el capitalismo, Buenos Aires, Grupo Editor Latinoamericano, 1986; Gordon Marshall, En busca del espíritu del capitalismo, trad. de Eduardo L. Suárez, México, FCE, 1986; Hartmut Lehmann y Guenther Roth (eds.), Weber’s Protestant Ethic. Origins, Evidence, Contexts, Cambridge, Cambridge University Press, 1987; Friedhelm Guttandin, Einführung in die “Protestantische Ethik” Max Webers, Opladen, Westdeutscher Verlag, 1998; Alastair Hamilton, “Max Weber’s Protestant Ethic and the Spirit of Capitalism”, en Stephen Turner, The Cambridge Companion to Weber, Cambridge, Cambridge University Press, 2000, pp. 151-171.
81 Véase Imre Lakatos y Alan Musgrave (eds.), Criticism and the Growth of Knowledge, Cambridge, Cambridge University Press, 1970.
82 David J. Chalcraft, “Introduction” a The Protestant Ethic Debate. Max Weber’s Replies to his Critics, 1907-1910, Liverpool, Liverpool University Press, 2001, p. 2.