Capítulo II
Viviendo una economía alternativa
En este capítulo nos centramos en la descripción de las prácticas económicas alternativas en Cataluña. Si bien este es un país que siempre se ha caracterizado por una cultura rebelde, innovadora, así como por los movimientos sociales, y aun reconociendo su legado histórico, no hay que olvidar, por ejemplo, que la ciudad de Barcelona fue bautizada como la Rosa de Foc a principios del siglo XX, no estamos haciendo ninguna distinción especial para nuestro campo de estudio. De hecho, creemos que cualquier otro país daría una cosecha similar de prácticas alternativas. Simplemente aprovechamos el privilegio de tener acceso directo a los procesos de transformación de la sociedad catalana. Nuestra observación se centra en el período 2009-2012, aunque estas prácticas económicas estaban presentes mucho antes de la crisis. Por tanto, no son una reacción a la crisis, si bien el período de observación corresponde a este momento.
Para hacer la descripción de las prácticas económicas alternativas observamos redes, organizaciones, grupos e individuos que en el momento de la observación, viven al margen, totalmente o en parte significativa, de los patrones capitalistas de comportamiento económico, y viven de acuerdo a las normas y valores que construyen. El material que hemos usado para la elaboración de este capítulo es el resultado de la metodología escogida, la observación participante, a lo largo de los tres años de investigación, y las entrevistas en profundidad, más de ochenta entrevistas realizadas en quince lugares del territorio catalán. Mientras que las prácticas económicas que no encajan en el modelo estructurado por las reglas del mercado capitalista permean en toda la sociedad en la vida cotidiana de la gente, aquí nos referiremos a los casos en los que hay un intento deliberado para conectar estas prácticas con una visión alternativa del significado de la vida. Nos referiremos a prácticas que se organizan de diversas maneras, ya sea en redes, en asociaciones, en colectivos o en cooperativas de régimen jurídico diverso. La característica determinante y común a todo este universo de prácticas económicas es que las formas de producción, consumo y istribución tienen por objetivo la satisfacción de necesidades. Por el contrario, en la economía hegemónica capitalista el objetivo es la maximización del beneficio.
En el momento de iniciar la observación constatamos que estas prácticas son invisibles para la mayoría de las personas, lo que no significa que sean minoritarias. Para facilitar la identificación, hemos agrupado el universo de prácticas y redes en una tipología presentada en la figura 1. En esta tipología agrupamos las prácticas según ámbitos relacionados con las necesidades de las personas. El resultado son las siguientes categorías, prácticas de producción, prácticas de consumo, prácticas de intercambio, prácticas de intercambio con moneda social, prácticas de finanzas, prácticas urbanas, prácticas de vivienda, prácticas de educación, prácticas de conocimiento compartido, prácticas de comunicación, prácticas de arte y cultura.

Figura 1. Universo de prácticas económicas alternativas en Cataluña, 2009-2012
Fuente: Elaboración propia.
Las descripciones de este capítulo siguen esta agrupación, si bien debe ser entendida como un intento de clarificar al servicio de la comprensión. Porque, en adelante, aparecerán múltiples sinergias, conexiones y similitudes entre diferentes categorías. Y con ellas quedará claro que el universo de prácticas conforma un todo indisoluble, en el que es más importante el conjunto que las partes. Así se construye esta economía sostenible, solidaria y descentralizada, con nuevas formas de organización que superan la individualización y las divisiones jerárquicas.
En los procesos productivos se transforman objetos, ya sean naturales o elaborados, y se convierten en bienes necesarios para el consumo. La producción es la actividad principal de cualquier sistema económico, la singularidad de la economía alternativa es que la producción está enfocada a la satisfacción de necesidades. Nos referiremos a la agroecología para ilustrar la producción de bienes, a las formas cooperativas de trabajo para hablar de la producción de servicios, y añadiremos la autoproducción de bienes y de servicios, relatando los huertos en los balcones, las reparaciones y la incorporación de la facilitación en los procesos de grupo.
Bancos de semillas
En qué mundo vivimos
En los últimos quince años se ha perdido en la Tierra un 75% de las variedades locales de plantas de cultivo, según cálculos de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura)5. Una extinción masiva y silenciosa de semillas que ha tenido lugar mientras las personas estábamos preocupadas en otros asuntos. Esta es la historia invisible de la desaparición de la biodiversidad, nuestra fuente de alimento. Principalmente se explica por dos factores. El primero, la entrada en vigor de la Directiva 2201/18/CE sobre liberación intencional en el medio ambiente de organismos modificados genéticamente, que permite su comercialización y experimentación en el ámbito europeo. El segundo, las políticas que favorecen la agricultura industrializada. En este contexto, los Bancos de Semillas son la única práctica que asegura la conservación de las semillas que han sobrevivido a la gran hecatombe ecológica de nuestro siglo.
Desde los comienzos de la agricultura en el neolítico, esta se ha basado en mejorar las semillas cosecha tras cosecha, seleccionando las mejores para la siguiente. De esta manera, se aseguraba que fueran las idóneas para cada lugar, porque cada variedad se había ido adecuando a una geografía y clima concretos. Pero en el siglo XX esto cambió, el mercado monopolizó las semillas y se convirtieron en propiedad privada. La empresa propietaria las vende según sus políticas de uso, decide cuáles comercializar, cómo y cuándo deben ser usadas y marca el precio. Ocurrió que las empresas de semillas decidieron que lo más productivo era comercializar pocas variedades uniformizadas. Así, podían crear toda una gama de productos asociados sin el engorro de la diversidad, maquinaria, productos químicos, procesos de comercialización, cajas de envase, y un largo etcétera en forma de larga cadena de producción, distribución y consumo. A día de hoy, las semillas tienen patente. Eso quiere decir que vender tus propias semillas es ilegal. Y si alguna semilla con patente llega volando a tu huerta y poliniza tus verduras, estas no serán tuyas y además te enfrentarás a los abogados de Monsanto. Así empezó la pérdida de variedades locales y con ellas, del patrimonio asociado que nos habla de sabores y de nutrientes, y de cómo la selección natural de miles de años daba lecciones de resistencia en forma de pequeñas semillas capaces de superar los temporales más adversos. Las semillas del siglo XXI son débiles y dependientes de pesticidas y fertilizantes químicos, sin los que morirían bajo las primeras nevadas de invierno o los aguaceros que anuncian la primavera.
Empezamos hablando de semillas porque son el primer eslabón de la vida. Pero sobre todo porque son una metáfora del mundo en el que vivimos y del futuro que soñamos. Por eso vamos a relatar la historia de los guardianes de semillas para encabezar esta descripción de prácticas, porque sin duda alguna, ellos son los guardianes de la vida.
Tener el control de las semillas supone tener el monopolio agrícola. El 70% del mercado mundial de semillas está en manos de diez empresas. De esas, Monsanto es la que concentra más poder. Se trata de una compañía química que en los años setenta fue la primera en apostar por la Revolución Verde comercializando el famoso Roundup. Entre sus méritos destacan ser la principal productora mundial de semillas genéticamente modificadas que incorporan un gen de resistencia a su propio herbicida Roundup, por ejemplo las famosas semillas de soja Roundup Ready. El 90% de las plantas modificadas genéticamente del mundo son de su propiedad. ¿Les resulta curiosa esta nueva tendencia hacia el maíz? ¿Han oído hablar de MON863? Es la variedad de maíz modificada genéticamente que comercializa Monsanto, aprobada en nuestro país para el consumo humano, por cierto. Pero Monsanto no solo ha colonizado el planeta, también la historia. Empezó suministrando sacarina y cafeína a la compañía Coca-Cola a principios del siglo XX y en los años sesenta era la principal productora del Agente Naranja que se usaba en la Guerra de Vietnam. Por estas razones, sus proclamas de presentación, Ayudando a los agricultores a cubrir las necesidades de un planeta en crecimiento6, contrastadas con sus cifras de facturación, 8,5 billones de dólares en el año 2007, son un alarde de cinismo.
Volviendo al huerto, las variedades híbridas que comercializan Monsanto y compañía no son aptas para la reproducción, de modo que hay que comprarlas cada año. Como resultado de este liberalismo salvaje, la agricultura se está uniformizando porque nuestra alimentación depende de cada vez menos variedades de semillas y de peor calidad. Hemos pasado de cultivar miles de variedades de tomate, de lechuga, de patata, etcétera, a basar nuestra alimentación en quince variedades de cultivo. El 95% de las cosechas de arroz, por ejemplo, se reducen a cinco variedades. Sin embargo, los supermercados son capaces de crear el espejismo de que podemos elegir entre una variedad infinita de alimentos. Es la ficción de la libertad, pero la uniformización es irreversible. Ni más ni menos que un terrible oxímoron, semillas sin vida, incapaces de sobrevivir por sí mismas e incapaces de dar vida.
Deshacer el camino, de la uniformización a la diversidad
Los bancos de semillas son un pequeño bastión para preservar la biodiversidad. Se encargan de reproducir y recuperar semillas locales. Como no pueden ser comercializadas, el único modo de obtenerlas es intercambiarlas. Los bancos de semillas agilizan el intercambio. Su objetivo es fomentar el uso de estas semillas, que vuelvan a las huertas y de ahí al plato. Inician el proceso haciendo prospecciones para recoger las semillas de mano de los agricultores locales y recuperar también el conocimiento tradicional. Luego las multiplican para asegurar su supervivencia. Y ahí empieza la tarea de difusión organizando talleres y charlas, regalando semillas y plantel, haciendo catas de variedades locales y poniendo al alcance de quien lo desee los protocolos para crear nuevos bancos de semillas.
Pero los bancos de semillas no reportan beneficios económicos. La legislación de la Comunidad Europea es muy estricta, solo permite comercializar una serie de especies en cada país. A todas las semillas, no solo a las transgénicas, se le aplica un tipo de legislación, parecida a los derechos de autor, una patente que limita su comercialización, alegando que existe un conocimiento privado asociado a cada semilla. Sin embargo, los bancos de semillas son imprescindibles para satisfacer la más básica de las necesidades humanas, la alimentación. De modo que en la economía alternativa, la más vital de las prácticas es también la más amenazada, ya que debe ser sostenible sin intermediación de dinero. “Vives de colaboraciones y de apadrinamientos7” .
La Red Catalana de Graneros
La Red Catalana de Graneros funciona desde 2004. Está formada por cinco bancos de semillas. Recordamos que las semillas son genuinas de zonas geográficas muy concretas, por eso, los bancos de semillas deben ser locales. Algunos cuentan con más de treinta casas reproduciendo semillas a través del sistema de apadrinamiento. Ecollavors de Girona, L’Almaixera de Tarragona, el Banco de semillas orientales del Vallès Oriental, el Banco de semillas del Barcelonés, Esporus del Bages y el Grupo del Pallars. La Xarxa Catalana de Graners está integrada en la Red de Semillas Estatal. Así dicen en su manifiesto: «la gran mayoría de los consumidores no son conscientes de esto, bastante tienen con poder trabajar, pagar hipotecas y tirar adelante con sus familias en esta sociedad tan competitiva. Desde hace años, muchos de los pequeños productores más sensibilizados con el problema de la pérdida de variedades agrícolas nos estamos organizando de forma local para poder hacernos nuestras propias semillas. Conservar variedades locales y autoabastecernos, en la medida que podemos, para poder tener un plantel digno y que seamos nosotros los que elegimos las variedades que queremos cultivar, no las que nos marca el mercado8.»
Producción agroecológica
Según estadísticas del Consejo Catalán de la Producción Agraria Ecológica9, en 2010 había en Catalunya 83.506 hectáreas dedicadas a la producción ecológica con un total de 1.639 operadores (productores, elaboradores, y comerciales). Frente a los 450 operadores y las 10.827 hectáreas que había en el año 2000 podría parecer un crecimiento rápido y positivo. Pero si miramos atentamente los datos, observamos un fuerte crecimiento entre 2000 y 2001, cuando las producciones que ya existían se certificaron, luego el crecimiento es muy lento entre 2001 y 2008, con algo de repunte de 2008 a 2010. Del total de la superficie del territorio catalán, en el año 2009, el 26%10 se dedicaba a cultivos. De este total, solo el 8,4% se dedica al cultivo ecológico. Y de ese, el 82% pertenece a pasto, prados y forrajes en primer lugar, y bosques, matojos y recolección silvestre en segundo. El 18% restante representa el 0,5% del territorio catalán. Además, solo el 2,46% de la población activa se dedica a la agricultura y este porcentaje envejece año tras año. En el año 2011 se sumaron 478 personas y en el 2008 solo 49. La causa no es otra que la caída de la renta agraria, desde 2001 un 43,7%11. ¿Entonces quién está manteniendo el mundo rural? Desde luego hay algo que no funciona. Ser productor, hoy en día, es una profesión de riesgo. «Nosotros estamos haciendo agricultura ecológica porque creemos en ello, no porque sea un negocio12.»
Agroecológico vs ecológico
Antes de continuar, es preciso hacer una distinción clara entre lo ecológico y lo agroecológico. La agroecología plantea un enfoque múltiple que tiene en cuenta las interacciones que se producen entre las partes. En este caso es esencial esta forma de abordar la realidad, dado que nuestro interés es el de relatar prácticas económicas. Precisamente, la agroecología tiene en cuenta todas las dimensiones de la agricultura, eso es, el medioambiente, las personas que trabajan la tierra, las que consumen los productos y la ecología. Por el contrario, la ecología solo tiene en cuenta el uso de elementos químicos y transgénicos, pero no se preocupa por las condiciones en que se está trabajando esta tierra o bien si esas verduras van a ir a la otra punta del plantea. Por definición, la agroecología plantea un consumo local y de temporada basado en relaciones de horizontalidad. Distinguir ambos conceptos es fundamental, porque la lógica del cambio reside en las nuevas relaciones. Y así como la agroecología está asociada al cambio, la agricultura ecológica tiende a integrase en el paradigma económico actual. De hecho, la moda de lo ecológico se conoce como capitalismo verde. Son ecológicos, cierto, pero no implican nuevas relaciones económicas. En otras palabras, que El Corte Inglés venda productos ecológicos no quiere decir que sean agroecológicos. Así que añadamos al pobre 0,5% de territorio dedicado a la producción ecológica esta nueva segmentación. Si conocen a algún agricultor agroecológico, no duden en ponerlo en su vida, son una especie en peligro de extinción.
Los productores agroecológicos son las personas que cultivan, producen, elaboran o distribuyen alimentos según los criterios agroecológicos. Son un colectivo muy heterogéneo difícil de categorizar dada la enorme diversidad de producciones. Se trata, por su naturaleza, del colectivo más disperso a lo largo y ancho del territorio catalán. Además están poco organizados, en tanto que la mayoría de producciones no están inscritas en redes de coordinación, y eso dificulta la recogida de datos. Aunque existen redes de agricultores que son significativas cualitativamente por la eficiencia del modelo que proponen. La forma más eficaz para hacerse una idea de cuantos son es acercarse a las redes de productores o a las cooperativas de consumo agroecológico, dado que suministran a las más de ciento veinte cooperativas de consumo de Cataluña. Aunque también existe la venta en mercados, agroecológicos y convencionales, venta directa y venta a domicilio.
Origen y evolución
En los años sesenta del pasado siglo, llegó la agricultura química a nuestras huertas. Uno de los primeros agricultores agroecológicos de Cataluña cuenta así la transición: «nos lo vendieron como una gran mejora, como un gran avance para la agricultura porque eran unas semillas muy productivas que tenían un rendimiento muy alto. Pero estas semillas son muy exigentes en adobes y productos químicos. [...] Te gastabas más dinero en productos químicos, cogías más kilos, a precios más bajos, y eras más pobre13.» En los años ochenta, algunos buscaron alternativas. En ese momento, en Francia ya se practicaba la agricultura biológica y fueron allí en busca de aprendizaje. Conseguían libros sobre los nuevos métodos, pero no solo estaban escritos en inglés, alemán o francés, sino que estaban pensados para un clima que no era el suyo. Aprender era complicado y la única manera consistía en experimentar y equivocarse muchas veces. «Los primeros años fueron muy duros, porque todo nos salía mal, no sabíamos. Y poco a poco nos fuimos apañando, no es que ahora sepa mucho, pero al menos ahora considero que sé lo que hago y porque lo hago14.» Tenien1 do en cuenta que en ese momento la conciencia ecológica era inexistente, lo suyo fue un trabajo de pioneros. Pronto se juntaron y crearon la CAE, Coordinadora de Agricultura Ecológica de Catalunya, donde impartieron los primeros estudios de ecología. De ahí nació la actual Escuela Agraria de Manresa, donde se han formado nuevas generaciones de productores agroecológicos.
Objetivos
A modo de ejemplo, citamos los objetivos de un proyecto de producción de huerta que funciona desde el año 2000. La agricultora15 que lo inició pertenece a la generación puente entre los pioneros y los jóvenes agricultores. Sus objetivos son los siguientes. Reconocer la importante tarea de las personas que trabajan el campo independientemente de su sexo y cultura, para dignificar este trabajo y acercar el campo y la ciudad. Trabajar en colectivo con una organización horizontal, para formar a sus participantes como trabajadores del campo recuperando la cultura tradicional agraria y combinándola con técnicas modernas. Aplicar un modelo de autogestión estableciendo relaciones cooperativas con otras experiencias rurales y periurbanas para favorecer su desarrollo. Gestionar de manera sostenible y respetuosa los sistemas agrícolas y mantener las tierras agrícolas frente a la especulación y las recalificaciones interesadas. Ensayar un modelo de producción y de consumo alternativo al sistema imperante que propicia un desequilibrio social y económico injusto, con criterios de solidaridad y responsabilidad económica y social. Potenciar una relación entre productor y consumidor que no se base en las leyes de la oferta y la demanda, sino en la confianza y el compromiso mutuo, desarrollando la conciencia crítica y política que hay detrás del consumo. Mejorar el autoabastecimiento local de las necesidades básicas teniendo en cuenta los flujos energéticos, en la medida que se pueda, apostando por una comercialización local y una reducción de intermediarios, y potenciar los intercambios sin tener que usar la moneda. Revalorizar los alimentos ofreciéndolos a un precio justo que permita el acceso a los consumidores con diferentes niveles adquisitivos (no queremos productos ecológicos de lujo) y que posibilite el hecho de que existan personas que puedan vivir de la agricultura agroecológica sin caer en la autoexploración.
Convivir con la legalidad
Las trabas a las que se enfrentan los que se dedican a la producción agroecológica son propias de una carrera de obstáculos. «Están intentando sobrevivir en un sistema que no cuenta con ellos. [...] Toda la legislación que conozco, referente a la producción de alimentos y a la que tendrían que acogerse muchos de estos pequeños productores caseros, solo tiene sentido si están pensando en convertirse en un productor especializado, es decir, que montes una tienda o franquicia y te dediques a una única producción monstruosa16.» Por eso, el contexto legislativo dificulta aún más el estudio del movimiento, dado que a la mayoría de productores se les niega la legalidad. «Nosotros nos estamos planteando salirnos del Registro Sanitario, porque nos trae muchos problemas. Nos piden que cloremos el agua que usamos para limpiar, que compremos un aparato de aire acondicionado superpotente para la sala de despiece, y si no lo hacemos, multote que nos ponen. Una solución sería hacer una caja de resistencia comunal para pequeños productores, para desgracias varias (piedra, heladas.)17.»
La certificación de lo agroecológico
El organismo oficial que concede los sellos de certificación ecológica, el Consejo Catalán de Producción Agraria Ecológica, no hace distinción entre grandes y pequeñas producciones, de forma que para un proyecto de producción de dimensiones humanas resulta demasiado elevado su coste. Además, los criterios no siempre confluyen con los de los productores agroecológicos. «Yo no me siento protegido cuando la Generalitat está promoviendo los transgénicos en conexión con empresas multinacionales, si yo quiero saber que los alimentos que como no tienen transgénicos, no me lo pueden procurar, porque incluso los sellos ecológicos hoy en día permiten un 0,9%18.» Por eso se está gestando un proceso de garantía participativa, iniciativa de la Xarxeta de Pagesos Agroecologics de Catalunya19, para tener una certificación rigurosa organizada por consumidores y productores. El resultado sería un sello de confianza, similar al Nature et Progrès de Francia, al Red Ecovida de Brasil, y al que ya funciona en Andalucía. «Son propuestas que plantean que si realmente queremos un sistema alimentario más agroecológico, esto no será gracias a la normativa ecológica europea tan descafeinada que tenemos ni a través de la certificación por tercera parte, sino mediante procesos más participativos y democráticos que nos ayuden a hacer una transformación social real20.
Circuitos cortos de comercialización: eficiencia y ecología
Generalmente, los productores asumen la distribución de sus productos, perdiendo un tiempo que deberían dedicar a la tierra. Algunas redes de productores han solventado el problema contratando entre todos un servicio de transporte. Pero eso es solo la punta de un problema mucho más profundo, los circuitos de comercialización. A veces se deja de ser ecológico por la dificultad de articular formas eficaces de distribución. Para optimizar los recursos energéticos la coordinación entre productores y consumidores debería ser mucho más fluida.
Corresponsabilidad entre productores y consumidores
Los consumidores y los productores trabajan en marcos diferentes. Solo existen un par de proyectos donde se asumen responsabilidades y se toman las decisiones conjuntamente. Eso contrasta con la realidad de Francia, donde el modelo que impera es el de las AMAP (Associations pour le maintien d’une agricultura paysanne), asociaciones de consumidores y productores. La corresponsabilidad permite afrontar las cuestiones de logística y de transporte, pero sobre todo, apoyar a los productores, ya que permite planificar las cosechas, pagar por avanzado de modo que opere como crédito para el productor, corresponsabilizarse de los imprevistos propios del campo y gestionar eventuales bajas laborales del campesino. «¿Cuál es la relación con el campesino? ¿Sabéis si ha tenido una helada o si se le ha muerto todo? ¿Sabéis si se ha caído del tractor y se ha roto la espalda de qué vivirá el campesino?¿Tenéis algún contrato de relación con él? Ah no, ya se apañará. Bien, es consumo de proximidad pero cada uno va a la suya, a la catalana21.»
Coordinación y redes de productores
La cooperación entre productores no siempre es fácil. Y en las producciones más minoritarias, como la ganadería, es escasa. «Sí que se está trabajando para intentar organizamos, pero nos cuesta mucho, nos afectan un futimer de problemas y cada uno los soluciona como puede, no hay una organización de apoyo mutuo para hacer frente a las agresiones de la administración y creo que nos hace falta, ¡y mucho, porque la mayoría se quejan pero todos callan!22» Sin embargo, las experiencias que existen demuestran que es la única forma de crecer. En el 2011 cinco autores del movimiento agroecológico publicaron Arran de terra. Indicadors Participatius de Sobirania Alimentària a Catalunya23. En él, encontramos los indicadores más exhaustivos sobre las organizaciones de pequeños agricultores agroecológicos. Observan tres tipos de organizaciones. Las Asociaciones de Defensa Vegetal (ADV). Actualmente en Catalunya hay cinco ADV ecológicas. Son asociaciones sin ánimo de lucro que han sido reconocidas por el Departamento de Agricultura de la Generalitat de Catalunya (DAR). Están integradas por diferentes productores que pueden optar a recibir financiación del DAR para tener un técnico asalariado. Son la ADV de Producción Ecológica Montsià-Baix Ebre, nacida el año 2003, que cuenta con veintinueve socios, la ADV de Producción Ecológica de Ponent, de 2004, con cuarenta socios, la ADV de fruta del Baix Llobregat, de 2000, con sesenta socios, la ADV Hortec, de 1993, con dieciocho socios y la ADV Gent del Camp, de 2006, con veinte socios. Las asociaciones de ámbito local, asociaciones de varias explotaciones en una misma área geográfica, donde podemos encontrar desde uniones de pocas y pequeñas producciones, hasta de más de treinta ganaderos. Por ejemplo, Can Perol, Rebrot Pagès, Ecotall, Eco-ram, Pagesos Agroecològics de l’Empordà, EcoBages, Gallecs, Associació de Productors d’Ous Ecològics. Y las agrupaciones de Ámbito Catalán, asociaciones de varias explotaciones de distintas áreas geográficas.
La producción agroecológica sigue el mismo nivel de crecimiento anterior a 2008, pero habrá que prestar atención a lo que suceda en los próximos años. Dado que si bien durante el año que siguió al 15-M de 2011 las cooperativas de consumo tuvieron un pico de crecimiento importante, recientemente, las listas de espera de las cooperativas de consumo han sufrido un notable descenso.
Pastores agroecológicos. Sobrevivir contra todo pronóstico
En el registro del CCPAE (Consell Catala de la Producción Agraria Ecológica) aparecen noventa y tres ganaderos de oveja y sesenta y cinco de cabra24. La suma son ciento cincuenta y ocho ganaderos ecológicos inscritos. El dato a tener en cuenta es que hay que diferenciar ganadero de pastor, el ganadero no pastorea. La legislación sobre pastoreo no está unificada, existe una legislación del Estado español, otra de la Generalitat de Catalunya y cada comarca tiene además la suya propia. Empezar un proyecto de pastoreo ecológico es un laberinto burocrático en el que intervienen desde veterinarios hasta alcaldes. Como ejemplo, relatamos el caso de un pastor de Igualada. Decidió ser pastor motivado por una mezcla de vocación e ideología. Se formó acompañando por las tardes a un pastor de la zona durante cuatro años. Más tarde se apuntó a la primera edición que organizó la Escola de Pastors de Catalunya25 el año 2008, una experiencia que nació del empeño de su directora para garantizar el relevo generacional del oficio y revitalizar los Pirineos. Actualmente tiene su propio rebaño de ciento veinte cabras, con las que se dedica a la gestión de bosques, a la venta de cabritos y a recibir visitas de escuelas para hacer educación ambiental. Este año ha tenido suerte, un ayuntamiento del Área Metropolitana de Barcelona le ha contratado durante el invierno para limpiar de vegetación los aledaños de su municipio y prepararlos para la limpieza estival obligatoria por ley. Es un contrato que beneficia a ambas partes, el pastor tiene una remuneración digna y el ayuntamiento se ahorra mucho dinero, dado que limpiar el bosque con maquinaria tiene un coste cuatro veces superior. Todas las cabras tienen nombre, para entenderlo hace falta pasar un día con ellas al ritmo de los cencerros. Además de la belleza intrínseca de este oficio, imposible de comprender bajo el prisma del progreso, también existen razones prosaicas para que no desaparezca. En su blog da buena cuenta de ellas en el único texto que contiene, el que escribió para el primer boletín de la Federación Estatal de Pastores, en 2009. «Rebaños en el bosque: Una oportunidad para los bosques mediterráneos y pastores/as del futuro»26 es un manifiesto vehemente donde expone el sinsentido de la desaparición de este oficio y las consecuencias que acarrea, pérdida de bosques sostenibles capaces de regenerase y estar limpios para evitar incendios, pérdida de caminos, inversiones millonadas para limpiar con maquinaria que destroza el paisaje, dificultad de abastecernos de carne libre de antibióticos y la pérdida de razas autóctonas. Como dice el joven pastor, «¡si los pastores desaparecen, los tendremos que inventar!27»
Autoproducción de bienes y servicios
La autoproducción se refiere a la capacidad de las personas y de los grupos de autosatisfacer ciertas necesidades materiales. Por tanto, es una práctica muy amplia, que abarca desde la producción de verduras para el propio consumo, la construcción de estufas de leña, de duchas solares y hasta de casas, pasando por la reparación de electrodomésticos. Esta práctica es muy común entre los alternativos y aparece asociada a otras prácticas. Es decir, debe ser entendida como una práctica transversal, aunque su presencia es notablemente mayor en los proyectos de gestión colectiva de viviendas. Del mismo modo, es superior en las personas que viven en un entorno rural frente a las que viven en un entorno urbano. En general, es una práctica invisible, pero fundamental para el entramado alternativo, ya que incide directamente en la economía doméstica.
Resulta significativo que la producción de bienes no sea su único objetivo, sino que aparecen otros. La necesidad del trabajo manual por saturación de un entorno eminentemente teórico. «Buscaba probar, buscaba ponerme un poquito a prueba y dejar de lado las teorías y ponerlas en práctica y aprender haciendo28.» La autoproducción se vincula al sentimiento de autonomía, ser capaz de satisfacer las propias necesidades sin depender del dinero y la importancia de recuperar el conocimiento práctico como camino hacia la autosuficiencia. «¿Qué sé hacer? Albañilería, fontanería, electricidad, madera... Equivocándote cien y doscientas veces y volviéndolo a hacer29.» Ligado a esto aparece la especialización como empobrecimiento cultural. La autoproducción se vive como un proceso de toma de conciencia sobre las propias necesidades. «La idea es ser autosuficiente, y no depender tanto del exterior. Y no hace falta tanto. [.] Ahora para mí vivir es muy fácil30.» Es una forma de rechazo al consumismo. “Lo tengo como una idea, producir más y más. Pero nunca entrar en un supermercado31.» Además, enlaza con el placer de generar, de crear, de hacer. «Yo animo a todo el mundo a que se haga su propio huerto, porque hacerte tu la comida, ya no solo lo que te ahorras, tu vives de lo que tu generas y eso es una satisfacción32.» La práctica más visible son los huertos en los balcones, terrazas y ventanas. La idea de cultivar tomates en el balcón despierta grandes simpatías, tal vez porque es una conexión directa con la creatividad, con materiales reciclados y algo de sol se pueden hacer maravillas. Sirva la abundante oferta de cursos para hacer tu propio huerto en el balcón que ofrecen lo Centros Sociales Okupados como indicador del aumento de personas que deciden dar utilidad a pequeños espacios trayendo un poco de campo a la urbe. Otra vertiente de la autoproducción, en este caso de servicios, es la reparación de electrodomésticos y objetos tecnológicos en general. «Si tu ya sabes que a ese ordenador solo le hace falta cambiar una pequeña pieza, si conoces un amigo y él sabe un poco y tu otro poco. Este conocimiento nos ayudaría a luchar contra este sistema de producción absurdo y esta obsolescencia planificada33.»
Cooperativas de trabajo
Las cooperativas de trabajo son asociaciones de personas que se unen de forma voluntaria y crean una empresa de propiedad conjunta y gestión democrática. Se trata de empresas que no tienen como objetivo obtener el máximo beneficio sino cubrir sus necesidades de tener un trabajo que las realice y que tenga unos beneficios sociales. La diferencia respecto a las sociedades mercantiles es que las personas son el centro de la cooperativa, no el capital. La gestión se basa en la participación y en el principio de una persona igual a un voto. La cooperativa es una empresa de propiedad conjunta, todos los socios son propietarios, una parte de los excedentes se reinvierten y la otra se reparte equitativamente entre los socios.
Las cooperativas son más resistentes a la crisis que las empresas capitalistas. El factor determinante es que los objetivos son diferentes. Mientras que las empresas capitalistas quieren ganar el máximo beneficio, las cooperativas persiguen el fin de tener una ocupación. Si la cooperativa permite mantener unos sueldos mínimos, no hay razón para cerrar en tiempos de crisis, en cambio, los empresarios cierran sus empresas cuando encuentran un lugar mejor donde invertir su capital, aunque sus empresas no presenten pérdidas. En el año 2009, mientras miles de empresas mercantiles cerraban, por primera vez en seis años crecía el número de cooperativas. Durante el 2010 y el 2011, la tendencia se ha mantenido. Entre los años 2008 y 2011, las cooperativas catalanas perdieron un 33% menos de puestos de trabajo que el conjunto de la economía catalana. De todas maneras, para las prácticas aquí referidas, no nos sirven los datos de la Federación de Cooperativas de Catalunya34, porque, en muchos casos, ser cooperativa no es garantía de tener criterios cooperativos.
Fil a l’Agulla. Profesionalizar las pasiones
Fil a l’Agulla es una cooperativa de iniciativa social sin ánimo de lucro formada por cinco chicas de entre 28 y 36 años de edad, que cuenta con tres años de trayectoria, desde 2008. Nació después de un proceso personal en el que poco a poco fueron convirtiendo sus habilidades y sus aficiones en trabajo remunerado. Entre sus objetivos, destacan el de trabajar por una sociedad igualitaria donde las personas y los grupos sean capaces de establecer relaciones libres de violencia, integrando el conflicto como fuente de aprendizaje. Ofrecen talleres, formaciones, terapia de grupo e individual y acompañamiento de grupos. Cuentan con clientes muy variados, que van desde público infantil y adolescente, mujeres adultas, grupos de transformación social, organizaciones y cooperativas, ayuntamientos y profesionales vinculados a la educación y el trabajo social. «Creemos que la educación formal no atiende a las necesidades de las personas. [...] Solo se basa en el trasvase de contenidos, el hecho es que la educación formal se basa en pautas que están controladas por sistemas de evaluación y eso hace desviar la atención de las educadoras y no atiende a sus necesidades. Y por eso creemos que es importante que la educación atienda esta otra parte. ¿Cuál es esa parte? Nosotras trabajamos mucho con la perspectiva de género. Que en concreto es poner en el centro del aula las emociones y los sentimientos porque eso va ligado con otro eje que tenemos, la cultura de paz35.» Entienden que la metodología es un elemento clave en los procesos formativos y de toma de conciencia, y por eso debe ser coherente con los objetivos y complementaria con los contenidos. En esa misma línea, decidieron que su empresa tuviera la forma jurídica de cooperativa. «El funcionamiento de las cooperativas tiene implícito el creer en el grupo. Que tomar decisiones en grupo no es ineficiente, no es una cosa pesada, sino que es creativo y te lleva a algún lugar, y es enriquecedor36.»
Red de Economía Solidaria
La cooperación entre cooperativas es clave, la intercooperación. La Xarxa d’Economia Solidaria37 nació en los años noventa y es la impulsora del llamado Mercado Social. «La economía solidaria no es la solución, en mayúscula, que nos permitirá alcanzar un sistema económico más justo, democrático y sostenible; si acaso, es tan solo una parte que convendrá trabar sólidamente con otras. Pero, por tanto, de idéntica manera, también podemos afirmar que sin economía solidaria no habrá tampoco solución a la catástrofe social y ecológica a la que nos está precipitando, constantemente, el capitalismo desde su creación38.» Entre sus últimos proyectos destaca el Balance Social, se trata de animar a las empresas a elaborar un documento en el que midan sus aportaciones sociales, laborales, profesionales y ecológicas a lo largo de un ejercicio. De esta manera se contribuye a invertir los valores sociales que consiguen que grandes empresas destaquen a pesar de sus actuaciones depredadoras con las personas y con el territorio, y se potenciaría la necesidad de valorar a las empresas según criterios de beneficio social, no solo económico. Hay que destacar que en algunos países europeos, aunque de forma minoritaria, se está implementado.
Las prácticas de consumo son aquellas que persiguen la satisfacción de necesidades en el uso de bienes y servicios. Proponemos observar las cooperativas de consumo, dedicadas sobre todo a la alimentación, los comedores cooperativos, que se refieren a la necesidad de preparar y compartir la comida, y las cooperativas culturales, como formas de acceso al material cultural. También destacamos el reciclaje como forma de consumo de comida, y Som Energía, una cooperativa que comercializa electricidad verde y que tiene como objetivo conseguir un modelo de consumo energético totalmente renovable.
Grupos de consumo agroecológico
Los grupos o cooperativas de consumo agroecológico han crecido mucho desde finales de los ochenta del siglo pasado, cuando solo había dos en Cataluña, hasta hoy, con más de ciento veinte. Un grupo o cooperativa de consumo agroecológico es un grupo de personas que se unen para consumir alimentos según unos criterios éticos aplicados al medio ambiente, al aspecto social, al de las relaciones económicas y al de la salud. Estos criterios engloban la idea del consumo ecológico, solidario con el mundo rural, la relocalización de la alimentación, los alimentos de temporada, los circuitos cortos de comercialización y las relaciones directas y de confianza entre consumidores y productores. Su práctica se enmarca en los principios de la agroecología. Se recuperan los hábitos de comprar, cocinar y comer productos de temporada y locales. «Comemos de temporada, eso implica que ahora hace mucho que no comemos tomates39.» De modo que las cooperativas de consumo se convierten en lugares donde aprender cual es la temporada de los productos, porque, por sorprendente que pueda parecer, la mayoría de las personas no lo sabían antes de entrar.
Existen dos grandes tipologías de grupos de consumo, según estén integrados por consumidores y productores o solo por consumidores. El modelo integrado por consumidores y productores tiene muy poca presencia en Cataluña. Se inspira en modelos muy extendidos en Francia, las Associations pour le Maintien de l’Agriculture Paysanne (AMAP) o asociaciones históricas andaluzas como La Ortiga de Sevilla, La Breva de Málaga o El Encinar de Granada. Integran en el mismo grupo a productores y consumidores, establecen un compromiso estable de solidaridad mutua, los consumidores garantizan la compra total de la producción anticipadamente y el productor garantiza la cosecha, ambos se comprometen tanto con los beneficios como con las pérdidas y las malas cosechas. Esta confianza permite hacer planificaciones a largo plazo e inversiones a los nuevos productores, algo básico teniendo en cuenta que los obstáculos para empezar un proyecto de este tipo son muchos y la necesidad de regenerar la producción local muy alta. En algunos casos, los miembros trabajan algunos días al año en la finca de los productores. Es un modelo que permite una mejor organización de las cosechas, y por tanto, asegura una satisfacción de las necesidades de consumo y de venta de ambas partes. Destacamos La Paca (Acuerdo para la producción y el consumo agroecológico) de Molins de Rei, integrada por diez cooperativas de consumo. Solo existen un par de proyectos similares. La tipología integrada únicamente por consumidores es la más extendida en Cataluña. En ella, la relación entre consumidor y productor es menos comprometida. Se basa en una relación de confianza, de conocimiento mutuo y de compromisos que van adquiriendo ambas partes. Hay la voluntad de realizar visitas periódicas a las fincas, pero no siempre se hace, y generalmente no participan todos los consumidores. Lo característico de esta tipología es que productores y consumidores trabajan en marcos separados. Y esta es la causa de algunos desencuentros que podríamos llamar clásicos, dado que se repiten en muchas cooperativas. Por ejemplo, en agosto se dan dos realidades contrapuestas, los consumidores se van de vacaciones y el campesino tiene el pico máximo de producción. Ahí no coinciden las necesidades de ambas partes y difícilmente pueden ser satisfechas sin una responsabilidad compartida. De todas formas, queda claro que si comparamos esta relación con la convencional, donde no hay ninguna clase de relación entre consumidor y productor, hay un cambio cualitativo abismal. «La relación con el payés respecto a lo que sería lo habitual, pues es muy cercana, conoces perfectamente quienes son, donde tienen el campo, puedes ir a ver el trabajo que hacen, les puedes decir cuales son tus percepciones de lo que recibes. Ver cual es la realidad del campo, que eso ayuda mucho40.» Pero remarcamos que es una preocupación en sus debates internos caminar hacia modelos donde exista una corresponsabilidad mayor entre productores y consumidores. El cambio es fundamental, se trata de pasar de un modelo donde ambos se reclaman exigencias a uno donde trabajan juntos para conseguir que la soberanía alimentaria sea un derecho.
Funcionamiento
Generalmente se hace un consumo semanal de productos frescos, verdura y fruta, pan y huevos. El resto de productos se compran según se van necesitando. En lo que se refiere a la compra de verduras, encontramos dos modelos. Hay grupos que compran cestas abiertas, donde cada consumidor puede pedir semanalmente los productos frescos que quiera. Y otros de cestas cerradas, donde el consumidor compra semanalmente una cesta que el productor ha preparado y, aunque se pueden hacer pequeñas modificaciones, está cerrada por el productor y tiene cada semana el mismo precio. Esta diferencia de modelos tiene un trasfondo bastante complejo. La cesta cerrada permite una mayor planificación al productor, de forma que puede garantizar la venta de lo que planta, mientras que el modelo abierto no permite tanta previsión de cosecha. Aparentemente, son pequeñas decisiones, pero es la búsqueda continua de la convergencia entre teoría y práctica, los criterios y las necesidades.
Cuando hablamos de cooperativas de consumo, no estamos haciendo referencia a cooperativa como forma jurídica, sino como concepto que alude a una forma de organización. En este sentido, es interesante observar que refe rente al aspecto legal la mayoría de grupos son colectivos, en menor medida asociaciones, y de forma minoritaria, cooperativa jurídica. Hablamos de cooperativa cuando existe una organización donde las tareas son asumidas entre todas las personas de forma equitativa y cuando todas participan en la toma de decisiones. Las relaciones humanas en los grupos son un pilar dentro del proyecto, el factor relacional. «He aprendido a trabajar con otros tipos de persona, de diferentes edades y de diferentes procedencias. Te ayuda a ser un poco más abierto41.» El funcionamiento de estos grupos consiste en la cooperación. Un grupo de personas se reparte las tareas derivadas de su objetivo. «Si todo el mundo está en su lugar no es mucho trabajo42.» Las decisiones se toman en la asamblea, trimestral o mensual, se intentan tomar siempre por consenso, no por votación. Hay asambleas de toma de decisiones y asambleas de debate. A veces, el día a día no deja tiempo para hacer debates en profundidad sobre temas importantes, como criterios de compra, implicación política, análisis del modelo cooperativo de compra, etc. Por eso se reservan asambleas para el debate. Las tareas se organizan en comisiones fijas. Aunque cada cooperativa es autónoma y decide su funcionamiento, hablaremos de las dinámicas más extendidas. Algunas tienen personas liberadas o trabajadores con salario, y el resto se libera de la mayoría de tareas. Pero en la mayoría no hay personas liberadas. Las tareas fijas o «permanencia» son asumidas semanalmente por dos o tres personas. Consisten en recibir los productos frescos cada semana, pagar el pedido al productor, repartir este producto en cada una de las cestas del resto de personas, cobrar cada una de las cestas cuando las personas van llegando a recoger su pedido y limpiar el lugar. La permanencia supone dedicar tres o cuatro días, dos o tres horas al día, por año. El resto de tareas se organiza en comisiones, la comisión de compras, la comisión de facturación, la de local, la de informática, la de bienvenida a nuevos miembros, la comisión de coordinación y la comisión de relaciones externas. Esta última establece puentes con otros grupos cercanos y con colectivos de activismo agroecológico para apoyar la vertiente política que subyace en toda cooperativa de consumo. Esta comisión sirve de termómetro para valorar si el grupo va más allá del consumo, dado que se entiende que una cooperativa de consumo debe tener actividad más allá de consumir. Pero hay que decir, que la realidad no es esa y en general, las comisiones de relaciones externas no funcionan. El indicador es que el número resultante de la suma de comisiones de todas las cooperativas debería suponer una presencia muy alta en actividades activistas del mundo agroecológico, y no es así.
Un lugar de encuentro de diferentes motivaciones
Las cooperativas de consumo son un espacio de encuentro de motivaciones que en lugar de confrontarlas las enriquece. De modo que en ese espacio de encuentro se producen procesos dinámicos de reflexión. «Yo empecé en una cooperativa de consumo porque no me gustaba el sistema de comercialización [...] pero me daba igual si lo que comía era ecológico o no. [...] El hecho de estar en un grupo, que pasa, que había personas que estaban allí por temas de salud, otras por el medio ambiente y había gente que venía de antitransgénicos. Al juntarnos todos acabamos entendiendo el porqué de las otras personas que estaban allí y todavía estuvimos más convencidos de estar allí43.» Podríamos agrupar las motivaciones en las siguientes. El cuidado de la tierra, las razones medioambientales. «Harta de ir al súper y ver que los productos vienen de muy lejos, y todo envuelto y no puedes comprar una naranja sola44.» El consumo local, las razones económicas. «Estamos haciendo viables proyectos de vida45.» Y la soberanía alimentaria, que añade la visión de transformación política. La alimentación tiene implicaciones sistémicas en todos los ámbitos de la vida. Económicas, políticas, ecológicas y de salud. De modo que es importante destacar el papel de las cooperativas de consumo como espacio de encuentro de todas ellas. «Yo estoy viendo en compañeros de la cooperativa, que inicialmente están en la cooperativa por el consumo, hasta que descubren que el consumo ecológico es transformación social, y no los pares porque te avanzan46.» ¿Cómo se concretan estas motivaciones? En los criterios de compra, que son el resultado de intensos debates, y son los que van a poner en práctica los objetivos.
¿Lo agroecológico es caro?
El delicado equilibrio entre un consumo elitista y el derecho a una vida digna de los productores es uno de los debates más presentes en el movimiento agroecológico. Algunos defienden que no está al alcance de todos. «Nuestra obligación es conseguir que sea un movimiento auténtico y que no sea un movimiento de pijos. Tenemos que conseguir que podamos pagar las cuotas a plazos y que la comida no sea tan cara y que podamos pagar de otras maneras. Las cosas no tienen que ser caras47.» No hay que olvidar que esta práctica se hace con mediación de dinero, euros, a diferencia de otras prácticas en las que no interviene el dinero. Otros optan por explicar que lo hay que plantearse es el consumo total en euros, no ceñir el debate a la compra de comida. ¿Es realmente barato comprar en el supermercado? Si entramos a por arroz y nos vamos con kétchup, mostaza, unas latas de refresco, unas bolsas de patatas y una oferta de suavizante que no necesitamos es cuestionable. «Existe la clásica idea de que comprar ecológico afecta al presupuesto, y yo creo que al presupuesto le afectan otras cosas mucho más que comprar ecológico. No nos hemos parado a mirar como afecta en nuestro presupuesto, pero no sé si la diferencia sería tan grande como si nos hubiéramos comprado una cámara de fotos. Tendríamos que pensar en la gasolina que gastamos, que nos genera mucho más gasto que la comida. ¿Así que cómo afecta?48» Es decir, consideran que el error está en usar el valor euro como referencia. «Al principio me pareció caro, porque dices: 17 euros la cesta, porque estás acostumbrado a pagar menos. Pero luego me puse a pensar que en tres horas ganas 17 euros, y yo en tres horas no sería capaz de producir todo eso. Pero es un ejercicio que necesita un esfuerzo, te tienes que desvincular mucho de la manera que tienes de acceder a los productos en el súper. Es otra historia49.» La mediación de dinero no debe hacer olvidar que lo que se está potenciando son proyectos de trabajo y nuevas relaciones entre consumidores y productores, más allá del producto. «El tema es que lo que cuesta la cesta no es tanto del producto que contiene, sino una especie de sueldo que le das al campesino para darle apoyo en su proyecto de respetar la tierra. Claro, si eso no lo tienes claro puede pasar que llegue un día que si por lo que sea un producto es menor puedes tener la sensación de cierta estafa porque estás pagando lo mismo que la vez anterior50.» De todas formas, es cierto que la posesión de dinero viene determinada por unas injusticias estructurales y por otro lado, no es posible tirar adelante con la mayoría de proyectos de producción sin euros, de ahí la complejidad del tema.
Cuántas y dónde
Hay más de ciento veinte grupos de consumo en Cataluña y esta cifra va en aumento. Como todo crecimiento exponencial, al principio fue más lento y ahora es muy rápido. Hace unos años, las personas que se embarcaban en la creación de una nueva cooperativa comentaban que resultaba costoso; las que lo hacen ahora comentan que es muy fácil. Dado que es modelo ya probado por muchas experiencias pasadas, solo hay que replicarlo. Existen muchos documentos con pasos a seguir, consejos, estatutos ya elaborados y es f當il encontrar contactos con productores.

Tabla 1. Crecimiento de las Cooperativas de Consumo de 1979 a 2012 en Cataluña
Fuente: Elaboración propia.
Las causas de este crecimiento exponencial son variadas pero podríamos hablar del impacto negativo del actual modelo agroalimentario y de sus efectos en la salud de las personas y de la tierra y de la devastación que ha producido en los tejidos socioeconómicos que producían materias primas en nuestra tierra. Las vacas locas, las dioxinas de los pollos, los abusos de Monsanto, las patentes de las semillas, las campañas contra la plantación de los transgénicos, los vídeos que denuncian los productos de McDonald’s, el aumento alarmante de alergias, las intolerancias al gluten, la crisis del pepino, la moda del Omega3 y de la soja, el mercurio del atún, los aditivos, la obesidad y la desnutrición como caras de una misma moneda... y un larguísimo etcétera. ¿Quién no ha oído hablar de alguna de estas cosas? Este universo de causas y tragedias puede ser formulado por cada persona de forma muy distinta. Podemos hablar de salud, de socioeconomía o de política según como sean formuladas las motivaciones personales. Aunque es importante matizar que estas formulaciones, en algunos casos, apuntan solo a los síntomas y otras, a la raíz. En medio de una atmósfera informativa confusa es importante identificar si se proponen modelos que transforman un modelo nocivo o que solo ahorran las consecuencias. Por eso nos remitimos a la diferencia ya descrita entre ecología y agroecología. También podemos apuntar como causa la necesidad que nació en el movimiento antiglobalización de vincular las luchas globales con las prácticas cotidianas. Esta premisa ha sido reformulada de nuevo en el movimiento 15-M. Pero es pronto para apuntar su influencia en el crecimiento de las cooperativas de consumo. Porque si bien las listas de espera se engrosaron después del 15-M de 2011, durante el 2012 han sufrido un notable descenso. Y en ese caso, habría que apuntar la crisis como causa, dado que las cooperativas de consumo funcionan con el valor euro. Además, otro obstáculo para su crecimiento actual es que la oferta de productos no puede avanzar al mismo ritmo, dado que los productores no tienen tanta facilidad para crecer. Por eso es importante potenciar el compromiso mutuo y la corresponsabilidad.
De los más de cien grupos de consumo catalanes, el 70% está ubicado en el área metropolitana de Barcelona, según fuentes propias, aunque otras fuentes hablan del 86%. Se concentran en la gran urbe, donde la distancia entre productor y consumidor es más grande. Los primeros grupos de consumo se fundaron en Cataluña a finales de los años ochenta del pasado siglo. El Brot, en el año 1987, en Reus, el Rebost, en el año 1988, en Girona, y Germinal, en 1993, en Barcelona. La segunda oleada se produjo en los años 2000. Se pasó de menos de diez cooperativas el año 2000 a más de cien en el 2010. Más de la mitad de los grupos de consumo que hay en la actualidad han aparecido en los últimos cinco años. Cada cooperativa está formada por unidades de consumo, término que hace referencia a la unidad de vivienda. El número de unidades de consumo por cooperativa varía mucho, de media tienen entre quince y veinticinco unidades, pero algunas llegan a tener doscientas ochenta (generalmente las que cuentan con personas liberadas o trabajadores).

Figura 2. Mapa de productores y grupos de consumo en Catalunya, 2012
Fuente: elaborado por Las Reperes Motivades.
Experiencias de coordinación
El elevado número de grupos de consumo explica que existan bastantes experiencias de coordinación. El objetivo es optimizar energías en temas comunes, como la distribución, el activismo, la necesidad de la certificación participativa o sello de confianza, etc. Estas experiencias están todavía en un momento de experimentación y van asociadas a un fascinante debate sobre si es preferible la organización o la desorganización para hacer más efectivas las relaciones de ayuda mutua. De modo que es un campo de observación excepcional por una razón, el número de cooperativas es suficiente como para afirmar que es una red densa y en ella se pueden observar redes formales y redes informales, incluso se podrían comparar los niveles de eficiencia. Haciendo un repaso de experiencias, en 2005 se legalizó la Coordinadora Catalana de Organizaciones de Consumidores de Productos Ecológicos Ecoconsum51. Actualmente, agluti na a unos veinte grupos, así que no representa a la totalidad de las cooperativas de consumo. El trabajo en Ecoconsum es voluntario y así como al inicio tuvo un papel destacado, a día de hoy su actividad es escasa. En 2006 nació la Xarxa Agroecològica de Catalunya con el objetivo de agrupar a todos los actores de la agroecología, productores, consumidores, distribuidores, redes de semillas y activistas. Despertó el sentimiento de identidad colectivo y tuvo un importante papel alarmando de la precaria realidad de los campesinos agroecológicos, acercando esa realidad, muchas veces desconocida, a los consumidores. Aunque no tuvo continuidad, la mayoría de sus miembros continúan en otros colectivos que son el resultado de varias reformulaciones colectivas. En el año 2008 nació un espacio de encuentro llamado La Repera52. Su objetivo era celebrar un encuentro de consumidores y productores para poder resolver conflictos que alertaban al movimiento de la necesidad de entenderse. El primer encuentro fue en 2008 y dado el éxito de asistencia, se celebró la segunda Repera en 2009, que reunió a doscientas veinte personas, y la tercera en 2010. Finalmente, en el cuarto encuentro, en 2012, a través de un proceso participativo, se decidieron los objetivos. La Repera son unas jornadas donde se encuentran consumidores y productores que tienen por objetivo generar ideas y proyectos. Las Reperes Motivades son el colectivo que organiza La Repera, si bien ofrece apoyo a los proyectos que nacen en la Repera, estos son autónomos. Las Reperes Motivades son un colectivo que tiene por objetivo participar y contribuir en todas las acciones de transformación que se inscriben en el movimiento de soberanía alimentaria. ASAC, Alianza per la Sobirania Alimentaria de Catalunya53, es el colectivo que aglutina a todos los colectivos del movimiento agroecológico, ya sean de producción, de consumo, de difusión, artísticos o de activismo. En ellos se inscriben colectivos históricos dentro de la agroecología como Som el que Sembrem54, Transgènics Fora55 o Supermercats No Gràcies56.
La práctica económica alternativa con más experiencias de coordinación es la agroecología. No podría ser de otra manera, dado que la alimentación es la más básica de las necesidades y a través de ella se canaliza el rechazo a un modelo agroalimentario insostenible, injusto e ilegítimo, que no es más que un reflejo del sistema capitalista. Además, es una práctica en permanente relación con los movimientos por la soberanía alimentaria de los países del sur, inspiradores de la revolución que será en la huerta o no será y que aglutina Vía Campesina. Todo ello es indicador de que revisar nuestros hábitos alimentarios tiene el poder de replantear todo un sistema económico. No en vano, muchas revoluciones empezaron en el plato.
Comedor Cooperativo Canguingos
Este modelo de comedor cooperativo sorprende por su poca presencia en contraste con su eficiente planteamiento, que logra satisfacer varios objetivos con un sencillo funcionamiento. Tal vez una de las razones hay que buscarla en el acelerado ritmo de la ciudad que acaba dejando para lo último lo más importante. «Del grupo de fundadores da la casualidad que somos de fuera de Barcelona, y somos de lugares pequeños donde la comida es muy importante. Yo soy gallega, yo llegué a Barcelona y era para mí una mole57.» El Comedor Cooperativo Canguingos nació en 2008, cuando un grupo de personas se plantearon cómo dar respuesta de forma colectiva a la necesidad cotidiana de comer según los principios del consumo consciente. Así empezó el comedor alojado en el Espacio Social Magdalenas, en la Ciutat Vella de Barcelona, hasta que los desalojaron, y luego, en La Otra Carbonería. Su objetivo es comer de forma saludable, responsable y en compañía y dejar atrás los hábitos de alimentación industrializada e individualizada. Para ello comparten los gastos y los trabajos. «En realidad no es mucho, porque tu colaboras un día por semana, y la idea es que cuantos más seamos menos tiempos le dediquemos58.» Son un grupo activo de unas quince personas que se reparten las tareas de comprar, cocinar y limpiar. «En el proyecto hay unas cincuenta personas socias, y socias trabajadoras unas doce. La gente que viene a comer cada día es muy variada, los viernes viene mucha gente, vecinos, y trabajadores del barrio, amigos o gente que quiere contactar con el proyecto. Antes abríamos de lunes a viernes, pero para eso necesitamos ser unas quince, y ahora solo abrimos tres días porque nos falta gente59.» Así consiguen que los precios por comida sean de 2 euros para las personas que pueden implicarse en las tareas, y de 4 euros para las que no tienen tiempo de compartir las tareas. La comida es local, ecológica y vegana, y consiste en un primer plato a base de frutas y verduras crudas de temporada, un segundo plato de legumbres, arroces, pastas, etc. Y para acabar alguna infusión y café para dar tiempo a lo más importante, la tertulia de la sobremesa. «A mi me sale a cuenta, a nivel de tiempo y dinero. Pero yo no vengo por el dinero, yo vengo porque es una manera súper agradable de encontrarte con gente cada día, que se va creando red. Cuanto más vienes pues imagínate, doce personas en una mesa, somos quince personas cada uno diciendo la suya. Te vas contando cosas y es una manera de compartir como te van las cosas, y de sentirte más recogida, de sentirte que no estás sola en el mundo60.» En resumen, este modelo satisface el objetivo de comer local, ecológico, de forma cooperativa y hacer de la comida una oportunidad para rehacer el tejido social. Como dice uno de ellos, «comer es un placer integral61.»
Cooperativa Cultural Rocaguinarda
Rocaguinarda está situada en el barrio del Guinardó y se define como una cooperativa con voluntad de servir a las personas y a la cultura. «No es vender y mercantilizar un producto, como es el libro en este caso, sino ofrecer un servicio a las personas, ver y creer en sus necesidades62.» A través de un servicio de librería, sus quinientos socios ven satisfechas sus necesidades culturales. Con más de treinta años de historia, desde 1978, han tejido fuertes lazos dentro del barrio y por eso, en el marco de la cooperativa pasan cosas que van mucho más allá de la compra venta de libros. Han organizado una cooperativa de consumo, una asociación de crianza compartida y tienen una coral. «Pensamos que el cooperativismo no acaba con lo que estamos haciendo, sino que tenemos que interactuar con otras cooperativas. [,..]Y luego está la Xarxa d’Economia Solidaria, que es la unión de cooperativas con voluntad transformadora, que nos vemos periódicamente para impulsar un movimiento y relacionar la producción, la distribución y el consumo y la financiación, con una dirección determinada que no es la dirección del sistema sino la de un sistema transformador y más justo. [...] Siempre con un trabajo de base, nunca con interferencias que vengan de arriba de la administración o de un partido político63.» Sus objetivos son los de avanzar a través de la cooperación y el cooperativismo, ya que entienden que esa es la expresión de unas relaciones socioeconómicas más solidarias y creativas. Porque en la cooperación, lo más importante son las personas, porque es una forma de organización participativa y democrática, porque si hay excedentes económicos revierten en sus actividades. ¿Y por qué cultural? Porque quieren ser una alternativa a la cultura predominante de vocación claramente individualista y egocéntrica, a través de compartir espacios, inquietudes y experiencias entre personas, para enriquecerse mutuamente. Por eso no es de extrañar que con un volumen económico modesto logren dar servicio de librería a sus socios, y ocupar y llenar de actividades, de personas y de relaciones su local del barrio del Guinardó. El cooperativismo es mucho más que una forma jurídica. «Esta sociedad no va, eso es evidente que no va, y estamos pensando y repensando a ver si los políticos nos lo arreglan y nos echan una mano con un proyecto muy bonito, pero si no cambian las personas, y el cooperativismo puede favorecerlo, no hay cambio posible64.»
Reciclar comida
Reciclar comida consiste en hacer una ruta por mercados o contenedores cercanos a supermercados, restaurantes y hoteles, y volver con bolsas llenas de comida en buen estado sin haber gastado ni un euro. Constituye una reducción de gastos eficaz que está vinculada con la más básica de las necesidades. En internet se pueden encontrar mapas con indicaciones de lugares, consejos de horas a las que ir y tipo de comida que vamos a encontrar. A partir de ahí, las técnicas varían, cada reciclador se hace su propia hoja de ruta y va recolectando lo que los comercios desechan. Se puede ir a un mercado a la hora de cierre, es impresionante la cantidad de comida que se tira cada día, o bien revolver en los contenedores cercanos a los supermercados. Es preferible tener controlado el horario de tirar comida, incluso se puede entrar a una tienda de productos ecológicos y preguntar si tienen productos que estén a punto de caducar. Un buen lugar son las panaderías, cada día tiran una cantidad ingente de pan y bollería. Dada la frecuencia de algunos recicladores, son comunes los acuerdos entre recicladores y vendedores, a nadie le gusta tirar comida. También es conocida como freegan, combina las palabras «free», gratis, y «veganismo», alimentación a base de productos que no contengan ningún tipo de derivado animal. Los freeganistas, personas que persiguen un estilo de vida natural y anticonsumista, se nutren únicamente de comida que reciclan de la basura o de comercios, también frecuentan actividades y eventos de todo tipo donde se ofrece comida gratis, como la presentación de un libro o mítines. Al final de la ruta, la compra estará hecha y la relación calidad-precio será una denuncia del consumismo.
Som Energía, la cooperativa de electricidad catalana
Som Energía es una cooperativa de producción y comercialización de energías renovables. En solo dos años, ha pasado de ser una desconocida a contar con el apoyo de la mayoría de la población. Se gestó cuando un grupo de personas vinculadas a la Universidad de Girona vieron la necesidad de reproducir experiencias de otros países europeos para promover un cambio de modelo energético. En diciembre de 2010 se realizó la Asamblea Constituyente con cerca de ciento cincuenta socios, y a finales del 2011 ya eran más de mil. Quieren captar capital para afrontar una inversión de tres millones y medio de euros para construir una planta de biogás en el Pla d’Urgell y diferentes instalaciones fotovoltaicas, una de ellas en Riudarenes. Som Energia considera que el modelo de financiación basada en créditos bancarios no es viable, por eso han optado por conseguir el capital a través de las aportaciones de los socios. Su objetivo es cubrir el cien por cien de la demanda energética eléctrica de los socios con proyectos que sean propiedad de la cooperativa. Calculan que cada socio tendría que invertir entre 2.000 y 5.000 euros para poder producir el consumo medio anual de una familia, 3.500 kWh. La cooperativa ofrece dos formas de inversión para los socios. La primera, aportar de forma voluntaria dinero al capital social (ofrece un interés anual del 3,5% y se revisa anualmente en la asamblea general), la aportación mínima es de 100 euros y la máxima de 25.000. Con esta modalidad Som Energia ha conseguido ya 1.059.600 de euros, gracias a trescientos treinta socios que han hecho una aportación media de 3.000 euros. La segunda, es la compra de títulos participativos a diez años (ofrecen un interés anual del 5%) y las aportaciones pueden ir de los 1.000 a los 10.0000 euros. Som Energia cuenta actualmente con 3.076 socios65, a un ritmo de crecimiento de doscientos nuevos al mes. A día de hoy, ofrecen un servicio de comercialización eléctrica a más de 1.600 consumidores. Su objetivo, cambiar el modelo energético actual y conseguir uno totalmente renovable.
Intercambiar es el proceso mediante el cual los bienes y servicios se distribuyen. En este caso, hablaremos de diferentes tipos de intercambio, de entre los que excluimos el llamado intercambio de mercado porque no sigue patrones no capitalistas. Estos son la gratuidad, ofrecer bienes y servicios sin esperar nada a cambio, en este nivel se sitúan las Tiendas Gratis. La reciprocidad, el intercambio directo de bienes y servicios según un acuerdo establecido por las dos partes, en este nivel encontramos el trueque. Y la redistribución, el intercambio multirecíproco de bienes y servicios mediante un valor de cambio, la moneda social. El trueque permite intercambios directos y la moneda social permite intercambios entre varias personas. Aquí describiremos las redes y mercados de intercambio, las tiendas gratis, las redes de intercambio de trabajo, las redes de préstamos de bienes, y una inspiradora experiencia de intercambio de tuppers, las Coopcinitas, que lleva más de siete años funcionando. La redistribución, dada su especificidad, la desarrollaremos en el siguiente apartado.
Redes de intercambio y mercados de intercambio
Los mercados de intercambio y las redes de intercambio son una de las prácticas con mayor crecimiento en los últimos años. Una red de intercambio es una agrupación de personas, de un mismo territorio, que tienen por objetivo intercambiar bienes, servicios y conocimientos entre ellos, sin usar dinero, a través del trueque. «Y con esto, de lo que se trata es de crear un espacio libre de dinero. Una economía donde lo importante no es el beneficio económico, sino la relación entre los vecinos. Y no aprender sino reaprender lo que hacían nuestros abuelos. Volver a la colectividad66.» Hablamos de mercado de intercambio para referirnos al acontecimiento donde se realizan los intercambios en un espacio físico concreto, generalmente plazas, durante una jornada. Se pueden organizar mercados de intercambio de forma ocasional, o bien mercados organizados por una red estable que funciona a través de internet. En este caso hablaremos de red de intercambio. Las redes de intercambio realizan los intercambios con un soporte virtual y organizan mercados periódicos para visibilizar el trueque y para fortalecer las relaciones personales entre las personas de la red. En los mercados de intercambio suelen intercambiarse bienes, y en las redes se incluyen, además, servicios. «Cuando la red es pequeña no hace falta demasiada infraestructura. Pero cuando crece es difícil gestionar esa información, ya no hablemos de miles de personas. Por eso hace falta un sistema para gestionar toda esta información67.» El uso de internet consolida la red porque permite que sea permanente, y los mercados consolidan la vertiente social. Son dos herramientas complementarias al servicio del mismo objetivo.
Es una práctica que está siendo muy promocionada también por los ayuntamientos. Por eso es importante prestar atención a los objetivos, para ver claramente la diferencia entre el modelo social y el institucional. Citamos como ejemplo dos presentaciones de un mercado de intercambio, la de una publicación del Espai Metropolita de Prevención de Residuos (Entitat Metropolitana de Serveis Hidraulics i Tractament de Residus) de la Generalitat de Catalunya, y la presentación de la Xarxa d’Intercanvi de Gracia de Barcelona (Xaingra). En el primer caso nos dicen: «creemos que son un buen mecanismo de prevención de residuos y por este motivo le damos apoyo decididamente. Además, no podemos olvidar que son también un sistema de relación entre vecinos, una forma agradable de pasar el rato y una manera de romper la rutina diaria tan buena como puede ser leer o tomar una cerveza.» En el segundo caso, leemos: «es una unión voluntaria y libre de vecinos y vecinas del barrio de Gracia que han decidido complementar sus actividades económicas habituales con intercambios solidarios informales, sin usar dinero. Esta red nace a partir de la inconformidad con el sistema económico en el que vivimos, con un espíritu de transformación social. Desde Xaingra siempre se ha entendido que la economía tiene que estar al servicio de las personas y no al revés. Actualmente, y cada vez más, el dinero clasifica y nos esclaviza y por tanto, es urgente y necesario construir opciones que minimicen su poder.» Las redes están organizadas por grupos de vecinos que funcionan de forma asamblearia. Esta es otra diferencia clave respecto a las iniciativas institucionales, en una red social, las decisiones se toman de forma colectiva, todos deciden, y el trabajo se asume de forma cooperativa.
Por tanto, remarcamos que los objetivos de las redes de intercambio son resolver las necesidades entre las personas sin necesidad de dinero. «Desde Xaingra hay una filosofía de autogestión y de ir resolviendo nuestras necesidades entre nosotros. Una manera de cubrir las necesidades sin tener que recurrir al dinero o a todo el sistema mercantilista68.» Romper con la cultura de acceder a los bienes y servicios según lógicas aprendidas del mercado capitalista, la cultura del máximo beneficio, y aprender nuevas formas de relación cooperativas. «También nuevas formas de relación. Por ejemplo, puedes necesitar un radiocasete y ya está. Pero si lo haces en un mercado, estableces un vínculo si haces el intercambio. A un dependiente no vas y le dices: “¡hostia, el aparato de música va muy bien!”69». Cambiar la lógica del consumismo por la de las necesidades. «Y de romper la lógica más consumista de usar las cosas y luego tirarlas70.» Insisten en que alcanzar estos objetivos no es una tarea fácil, sino un proceso de aprendizaje. «Los primeros mercados que vienes lo haces mucho con la idea de ganar y sacar un beneficio, y poquito a poco te vas dando cuenta de que no hace falta. [...] Poquito a poco vas entrando en un proceso en el que acabas teniendo mucho la sensación de que tu das a la red con la tranquilidad de que el día que lo necesites, la red te dará a ti71.»
Para lograr ser redes capaces de satisfacer necesidades hay que observar cual es su oferta. En ese sentido, se señala que la diversidad de productos todavía es limitada. Solemos encontrar grandes cantidades de ropa, libros y enseres domésticos, pero poca oferta de productos de alimentación. «No me gustaba que había básicamente productos de segunda mano. Porque los productos de segunda mano son una parte muy pequeña de la vida diaria, de las necesidades del día a día72.» Para explicarlo se apuntan dos razones, en primer lugar, la falta de costumbre de la mayoría de las personas para ofrecer cosas producidas por ellos mismos y en segundo lugar, la hiperacumulación de bienes sin uso que se almacenan en las casas. «Pero también depende de que traigamos cosas que sean útiles, no los trastos y las migajas que tienes en casa73.»
Cuántos y dónde
Intercanvis.net es la web que da apoyo a las redes de bienes, servicios y conocimientos con software libre. Alberga la mayoría de redes de intercambio, actualmente tiene inscritas ciento diez. Ofrece un software de programario libre abierto a todas las redes que lo deseen. Fue creada el 2007 para dar soporte a una de les redes más consolidadas de Cataluña, Xaingra, y en 2009 se abrió a todas las personas que desearan beneficiarse de ella albergando sus redes. «Para mejorar la web de Xaingra hice una web con un programario que se llama Tiki, muy versátil. Fue fácil mejorarla y ampliarla. Y la gente se está beneficiando de ella. Hay un calendario, unos fórums, mensajes, noticias, etc. Muchas cosas útiles que sirven para la gente de Gracia y para todos74.»

Tabla 2. Número y tipo de ofertas y demandas activas de las redes de intercambio alojadas
en intercanvis.net. Fuente: Intercanvis.net
El crecimiento de las redes de intercambio ha sido muy rápido. Prueba de esto es que la web intercanvis.net nació en 2007 para alojar la Xarxa d’Intercanvi de Gracia y estar disponible para otras redes. En el 2010, albergaba cuarenta y cinco redes y en febrero de 2012, ciento diez75. Dado que es una red muy descentralizada es también muy dinámica, y por tanto, en permanente cambio. De modo que la mejor forma de obtener datos actualizados es consultar la web. Además, muchas otras redes de intercambio utilizan sus propias webs, otras funcionan sin soporte virtual, y en muchísimos lugares se organizan mercados de intercambio de forma puntual. Sirva esto para hacernos una idea de que es difícil determinar el total de redes y mercados de intercambio. Si bien en las entrevistas tenemos la referencia de que cada semana se realiza en algún lugar de Cataluña un mercado de intercambio, y sigue creciendo. Así explica un miembro de Xaingra el crecimiento de su red. «A mi lo que más me llama la atención es que enseguida mucha gente que no sigue el perfil de alternativos anti sistema han entrado o mucha gente mayor que lo han visto muy claro, que desde el tercer mercado que ya están fijos76.»
Tomando en cuenta las redes de las que se pueden obtener datos, podemos decir que el 33,3% está ubicado en Barcelona, el 75% en el área metropolitana de Barcelona, el 8,9% en Girona, el 8,9% en Tarragona y el 6,7% en Lleida.
Para saber el número total de usuarios de cada red, la cosa se complica porque hay usuarios frecuentes, periódicos y esporádicos. Tenemos la referencia de Xaingra, que tiene más de mil inscritos, y su número de participantes estabilizado. De modo que puede ser la referencia de crecimiento máximo, y tal vez es la red con más usuarios de Cataluña. Pero hay muchas otras que no tienen más de treinta usuarios. Si añadimos los mercados de intercambio, que se realizan en espacios públicos abiertos a todo aquel que lo desee, tenemos que sumar a todas aquellas personas que alguna vez han realizado intercambios puntuales. Así que cuantificar esta práctica es harto complicado, porque estamos hablando de un espectro de personas que va desde la que satisface la mayoría de sus necesidades a través del intercambio, hasta la que en una ocasión realizó un par de intercambios.
Origen
Hablar de cuándo nació el trueque no tiene sentido, porque entendido ampliamente, es inherente al hecho social. Para remontarnos a los orígenes de estas fértiles redes de intercambio en Cataluña hay quien señala la Red de Intercambio de Poble Sec, que entronca con el movimiento anarquista y fue usada como herramienta de resistencia para oponerse a la represión franquista. Hay que citar el Mercado de Intercambio de Mieres (Girona), que nació hace veinte años. Es fecha obligada, dado que es el mercado más grande, y eso que el pueblo que lo alberga no pasa de los cuarenta habitantes. Mieres se ha convertido en la fiesta del trueque. Durante el día se prepara la Sopa de Pedres, recordando la fábula popular de la ayuda mutua. Se celebra el segundo domingo de noviembre de cada año.
Experiencias de coordinación
En octubre de 2009 se celebró un encuentro de redes de intercambio de Cataluña y a partir de ahí se conocen como Trobada Interxarxes. Las Trobades Interxarxes siguen, con una periodicidad trimestral aproximadamente. En estos encuentros se ha acordado, entre otras cosas, dar apoyo a intercanvis.net como web de coordinación entre las redes de intercambio de Cataluña o poner en el sistema de ofertas y demandas de la web qué pueden ofrecer unas redes a otras. Una red de intercambio entre redes de intercambio, un claro ejemplo de intercooperación. Lo cual siempre es síntoma de red densa y, en términos de redes, la densidad asegura la sostenibilidad.
Tiendas gratis
Una tienda gratis es aquella de la que puedes llevarte todo lo que quieras y dejar todo lo que no uses. Satisfacer necesidades y al mismo tiempo ofrecer bienes para satisfacer las necesidades de otras personas. No interviene el dinero, ni tampoco el intercambio, en este caso, hablamos de gratuidad o mutualidad. En Wikipedia aparece una interesante observación: «es la tienda más segura del mundo dado que no se puede robar.» Las tiendas gratis se suelen ubicar en los Centros Sociales Okupados, en los locales de las cooperativas de consumo y otros colectivos, para aprovechar el espacio y complementar las actividades que ahí se realizan.
La tienda gratis se basa en los beneficios de la confianza. A más confianza, más objetos útiles podremos encontrar, a menos confianza, menos objetos. Las tiendas gratis son un buen campo de aprendizaje de las virtudes de la economía basada en la gratuidad, la más sostenible de las economías. Así explica Can Masdeu qué es la tienda gratis que tienen en su Centro Social Okupado. «¿Cómo funciona esta tienda? 100% descuento: para empezar, olvídate del dinero. No se trata de un lugar donde hacer caridad o limpiarse la conciencia manteniendo actitudes consumistas...Se trata de valorar las cosas e intercambiar para satisfacer necesidades o preferencias.» Entre sus objetivos aparece como tema clave romper con la esclavitud de la moda construyendo alternativas al consumismo. «¿Por qué una tienda gratis? Inditex (Pull and Bear, Massimo Dutti, Bershka, Stradivarius, Zara Home.) cuenta actualmente con 3.691 tiendas localizadas en 68 países diferentes. De esta manera ha conseguido imponer un modelo de venta donde los artículos se renuevan constantemente (Zara envía piezas nuevas a sus tiendas dos veces por semana y la ropa se diseña, produce y distribuye en solo tres semanas). ¿Cuál es el truco de esta y de otras empresas del sector? Una deslocalización en constante evolución que permite producir las prendas sin casi restricciones legales ni ambientales y a precios irrisorios en países como China, Indonesia, Marruecos o México.» Nacieron en Berlín en los años noventa del siglo XX con la tienda Umsonst Laden. «Cada día viene alguien y se lleva algo y, sin embargo, la tienda está cada vez más llena. Una utopía que ya funciona en unas veinte ciudades alemanas77.» No tenemos datos de todas las tiendas gratis que existen en Cataluña, pero citamos las más conocidas. La de Can Masdeu, la del Infoespai, la de la Teixidora y la de La Fibra.
Redes de intercambio de trabajo
Se trata de un sistema de intercambio puntual de ayuda en trabajos que precisan muchas manos. Es una adaptación de los sistemas de ayuda mutua que se usaban en los trabajos tradicionales del campo, la recogida de trigo, de arroz, de aceitunas, etc. Trabajos donde la ayuda mutua permitía que ayudar a los demás fuera también un beneficio personal. Han estado presentes en todas las culturas a lo largo de la historia, por eso reciben diferentes nombres en todo el mundo. Las Mingas es una palabra de origen quechua que se sigue usando en muchos países sudamericanos para referirse al trabajo comunitario. Existen grupos estables, sobre todo en áreas rurales, que se usan para rehabilitar casas, poner a punto los huertos, armar gallineros, limpiar pozas, etc. Y otros grupos que se montan para la ocasión (pintar, mudanzas, reparaciones, etc.). Se trata de formalizar el clásico pedido a los amigos para ayudar a pintar el piso o para hacer una mudanza, pero expandiendo la red de personas con las que generar relaciones de confianza, dejando de depender así de los servicios remunerados.
Redes de préstamo de bienes
Esta práctica entronca con la clásica colectivización de los bienes. Un grupo de personas decide compartir el uso de los bienes individuales. Casi todos tenemos bienes con un alto coste económico que nunca llegamos a usar demasiado, de modo que nos cuestionamos si la próxima vez tendríamos que volver a comprar cosas de alto coste y bajo uso, o bien buscar la manera de compartir el uso. Se trata de redes que formalizan el uso compartido de los bienes individuales y de redes que compran colectivamente bienes. Los ejemplos son muy amplios. Desde telescopios, hasta motocultores entre varias fincas, lavadoras compartidas entre los vecinos de un mismo inmueble, proyectores compartidos, herramientas de bricolaje, altavoces, coches y camionetas, equipos para escalar o para acampar... la imaginación no tiene límites. De nuevo, hablamos de una práctica usual entre amigos y familia, se trata de formalizar la red para expandir las posibilidades y el alcance.
Coopcinitas, intercambio de tuppers. La importancia de las variables
Existen variantes que siguiendo la lógica del intercambio son capaces de adaptarse a su realidad concreta. Son adaptaciones de un modelo inspirándose en sus patrones, que nos hablan de la importancia de tomar las prácticas alternativas como inspiración, no como recetas que hay que copiar, sino en función de lógicas que es preciso replicar. El caso de Coopcinitas es un ejemplo de ingenio y creatividad al servicio de necesidades concretas. Nacieron el 2005 fruto de una conversación mientras recogían la cesta de verduras de su cooperativa de consumo, el Borró del barrio de Sant Andreu. Compartieron el hecho de que cocinar para una sola persona es poco atractivo, y le dieron vueltas a la idea de optimizar la cocina, en términos de tiempo y de energía. Así se crearon los dos grupos de Coopcinitas, uno formado por dos familias con niños y tres personas, y otro por cuatro personas. Cada una de las personas se compromete a cocinar cinco tuppers los domingos, establecen unos turnos para dividirse cada semana del mes la verdura, legumbres, hidratos y carne y pescado. Luego se encuentran y se intercambian los tuppers, así cada persona tiene cinco, uno para cada día de la semana, de alimento variado y buenísimo, pues cocinar para los demás da sabor a los platos. «Las Coopcinitas me aportan muchísimas cosas, compartir recetas y prácticas de cocina, compartir y descubrir nuevos sabores, conocer nueva gente a partir de la cocina, optimizar el tiempo y también generar un uso colectivo de los recursos (energía, alimentos.) y también ha supuesto un enriquecimiento y revalorización del hecho de cocinar y de los productos (alimentos de calidad, cooperativa de consumo y mercado)78.» Uno de los mejores indicadores es que esta experiencia lleva siete años funcionando.
Prácticas de intercambio con moneda
Moneda social, local, libre o complementaria es el término que se usa para nombrar una forma de intercambio asociada a una red de intercambio que permite hacer intercambios indirectos o multilaterales. «¿Por qué necesitamos moneda? ¿No podemos hacer intercambios directos? Sí, pero pensemos, por ejemplo, que yo tengo un limonero que he estado cuidando en casa, muy interesante, no sé qué hacer con el, muy bien. Hay una persona que quiere el limonero en su casa. Fantástico. Y esta persona tiene ropa de niño, y nosotros no tenemos niños todavía79.»
Redes de intercambio con moneda social
Las redes de intercambio con moneda social tienen por objetivo satisfacer las necesidades de sus miembros a través de intercambios de bienes, servicios y conocimientos. Debemos aclarar que las redes que usan moneda también permiten el intercambio sin moneda, es decir, el trueque. Si bien es cierto que al estar muy presente el elemento moneda el truque no suele usarse.
El uso de moneda está pensado para reactivar la economía local (producción local, consumo local y distribución corta) dado que su uso está limitado a una zona concreta, de modo que los intercambios estarán siempre localizados, a diferencia de lo que ocurre con la economía dominante deslocalizada. Los circuitos cortos de comercialización evitan la huella ecológica del transporte de larga distancia. Potencian el vínculo entre esas personas reforzando así el tejido social de la zona. La moneda social permite un sistema de intercambio económico paralelo al convencional de mercado. «Para intentar evitar los vicios que tiene el sistema convencional. Para evitar la usura, el afán de lucro, y que la gente tenga una relación desigual con otras personas80.» Las reglas de esa economía local las deciden las personas que forman parte de la red de forma asamblearia y participativa, a diferencia de las reglas de la economía convencional que están marcadas por un mercado financiero desregulado que decide el valor del dinero. «Es decir, todas las reglas del juego se pueden definir a nivel local y no tener que comulgar con las reglas de una red muy grande81.»
El buen funcionamiento de la red de intercambio con moneda depende de la cantidad de intercambios de bienes, servicios y conocimientos que se van haciendo. Tiene que darse un equilibrio entre consumo y producción. La propia lógica de la moneda induce a que los intercambios nunca cesen. Porque la moneda en sí no tiene valor, acumularla no reporta ningún beneficio, solo reporta beneficios si se intercambia. De modo que, además de evitar la especulación, obliga a ofrecer algo si se desea obtener algo. El único modo de obtener bienes, servicios o conocimientos es usarla. Y el único modo de obtenerla es ofrecer bienes, servicios o conocimientos.
Ahora bien, el uso de la moneda, como el uso de toda herramienta, debe adecuarse a las necesidades. Eso quiere decir, que cuando no es necesario usar moneda hay que plantearse no hacerlo. Cuando con intercambios directos, trueque, se satisfacen los intercambios de una red, no es preciso usar moneda. Si se hace se está perdiendo toda la riqueza que generan los intercambios directos, es decir, los consensos entre personas, la relación directa y el aprendizaje de resolver conflictos. La sofisticación de las herramientas tiene que ser acorde a las necesidades de un grupo. ¿Cuándo debe usar moneda una red? Cuando la producción que ofrece es tan diversificada que resultan imposibles los intercambios directos. Y siendo realistas, eso ocurre escasas veces. De modo que hay que identificar claramente los cambios que se pueden realizar de una u otra manera.
Para entender esto hay que entender la lógica de los intercambios como una lógica de niveles. «Un primer nivel de gratuidad, que lo tienes con amigos y familia, un nivel de intercambio en una red cercana pero no con tanta confianza, y otro nivel, el de la moneda social, y otro el del euro82.» La lógica de los intercambios sigue por un lado criterios de confianza y por otro, criterios de diversidad de la producción o de especialización de la economía. Dado que el objetivo que plantean las prácticas económicas alternativas es el de vivir sin depender del dinero, lo que hay que hacer es ir conquistando niveles de abajo arriba. Es decir, la gratuidad debe comerse al intercambio, el intercambio a la moneda y la moneda al euro. Si se usa moneda en una red de intercambio sin que esta herramienta sea necesaria, entonces lo que se está haciendo es comerse un nivel inferior, es decir, la moneda se está comiendo al trueque. Sirvan de ejemplo una experiencia previa de moneda social que no perduró en el tiempo porque no era necesaria, las gracias de Xaingra o las gramas de Santa Coloma de Gramenet. «Dentro de Xaingra se probó a usar moneda social para ver como funcionaba, las gracias. Se inició con un pequeño grupo de cincuenta personas. Y se vieron los peligros y las virtudes. Vimos que en un espacio de cincuenta personas que la moneda se coma el euro es difícil. Hace falta tener suficiente producción dentro de la red83.»
Otro peligro que conlleva el uso de moneda es la asociación inevitable que se hace de esta con el euro. Precisamente de lo que aquí se trata es de desvincular economía de dinero. «Porque el euro si tu lo acumulas tienes más. Este es el gran punto negro de la economía capitalista, la especulación. Pero eso con la moneda no pasa. Pero quieras que no, si lo que quieres es romper moldes, la moneda no ayuda, porque cuando das un valor de uso en un intercambio pues cuando pones una moneda, el valor de uso ya no está tan claro, porque dices bueno yo esto lo cambio por muchas monedas que no se para qué las quiero pero en algún momento me servirán. Si la moneda acaba siendo eso, mal84.»
En este sentido hay que señalar que la herramienta moneda es un modelo fácilmente escalable. De modo que hay que manejar el equilibrio entre la diversidad de producción que permite una gran red con la confianza que genera una red pequeña. Observamos que el crecimiento de las redes en Cataluña ha sido según réplica, es decir, se han creado varios grupos que tienen un límite consensuado de crecimiento y tienen relación entre grupos, pero mantienen su autonomía. Eso evita la creación de grandes redes centralizadas. «Es bueno que las dimensiones sean a una escala razonable, ya que si no, la identificación de los participantes con la red disminuye y las relaciones sociales son menos intensas, perdiendo la función de comunidad que debe tener toda red de intercambio, integre o no moneda libre85.»
Cuántos y dónde
En Cataluña han existido numerosas experiencias de moneda social a lo largo de los años. No todas han sobrevivido. Nos referiremos aquí a la génesis de la última oleada de moneda social, la que la ha popularizado.
El 2008 nació la Red ECO de Tarragona. La impulsaron unos treinta comercios y establecimientos de restauración de la ciudad. Se define como una asociación de personas unidas para promover la creación de una moneda social como herramienta para la integración y por una economía solidaria y ética. El objetivo era formar una economía que potenciara el consumo y la producción local de forma ecológica. El eco es la moneda libre que usa esta red, y circula desde octubre de 2009. Se puede usar en los establecimientos que están adscritos a la red. Su valor es de paridad uno a uno con el euro, y existe en formato papel y virtual. Uno de los proyectos que impulsa la Red ECO es la financiación de proyectos con fines sociales o ambientales. Con ello se favorecen la inserción laboral y la creación de proyectos cooperativos que tengan un impacto positivo en la comunidad.
En enero de 2009, nació la Ecoxarxa del Montseny. Tres personas convocaron una reunión para proponer a los vecinos iniciar una red de intercambio con moneda. Para empezar, cada persona apuntó en un papel lo que podía ofrecer y lo que necesitaba. Se fotocopió el papel en forma de fanzine casero y se creó la moneda, un billete de colores llamado ecoseny, en el que se puede leer Tejiendo redes de confianza para rehacer lazos sociales. Tres años más tarde, utilizan un programa virtual, la información se distribuye en red, organizan un mercado cada estación del año en diferentes pueblos del Montseny y algunas tiendas y establecimientos locales se han inscrito a la red y es posible pagar parte del precio de algunos productos en ecosenys. En poco tiempo, el papel dejó de servirles, por las dimensiones que tomó la red. Pero es interesante no perder de vista que la dinámica sigue siendo la misma, compartir los «necesito» y los «ofrezco». Así concretan sus objetivos. «La EcoXarxa del Montseny es una asociación de ciudadanos de la bioregión del Montseny, unidos de forma continuada para crear espacios económicos complementarios a la economía oficial, así como mecanismos de apoyo, ayuda mutua y aprendizaje, en base a criterios de sostenibilidad, proximidad y solidaridad.»
La EcoXarxa del Montseny celebra ferias de intercambio cada trimestre para visibilizar esta economía y para crear espacios físicos de relación personal. Estas ferias están abiertas a todas las personas que quieran participar, además de a los usuarios de la red. La única condición es no usar euros. Por eso, la organización ofrece la posibilidad de intercambiarlos por ecosenys en cada feria. Los euros obtenidos así han constituido un capital social de unos dos mil euros en el primer año de funcionamiento de la red, que ha permitido crear la central de compras de la EcoXarxa. Los euros se han destinado a comprar productos básicos de uso común (arroz, azúcar, harina, etc.) que se pueden adquirir con ecosenys en las Ferias, y en locales de comercio convencional que han aceptado vender algunos de sus productos con una parte de su precio pagada en Ecosenys.
Ese mismo año, el 2009, se convocó una reunión en Cataluña, para impulsar una red de moneda a nivel catalán. Contaban con la ayuda del CES, un software diseñado para el uso de moneda, que alberga redes de moneda a nivel mundial y que permite el intercambio entre ellas. Así se inició la réplica de EcoXarxes por todo el territorio catalán. En enero de 2010 empezó la EcoXarxa de Barcelona, que nace amparada por un proyecto más amplio, la CIC (Cooperativa Integral Catalana), una cooperativa legal que se ofrece como marco legal para las EcoXarxes. A día de hoy, dos años más tarde, encontramos la EcoXarxa del Anoia, del Bages, de l’Empordà, del Garraf, de la Garrotxa, de Girona, de Lleida, del Maresme, d’Osona, del Pallars, del Penedès, del Valles Occidental y del Vallès Oriental. Para tener un dato aproximado del número de personas tenemos la referencia de Barcelona. «En la EcoXarxa de Barcelona hay unas trescientas personas, de las que ciento cincuenta han hecho intercambios86.»
El eco, la moneda que usan todas las EcoXarxes, es un billete de papel, con un sello de tinta invisible y un troquelado, de 0,1, 0,5, 1, 5, 10 y 20 Eco. Tiene una equivalencia simbólica y orientativa (no retornable) con el euro. Los usuarios empiezan con un saldo de cero ecos, y obtienen ecos, a favor o en contra, cuando realizan su primer intercambio ofreciendo algún bien, servicio o conocimiento. Y van equilibrando su saldo ofreciendo y recibiendo. En el caso de los ecos virtuales, el usuario tiene un límite de endeudamiento. Los usuarios deben actualizar sus cuentas en su registro personal. «En el cao de los ecosenys virtuales, el usuario puede endeudarse hasta un límite, y la suma total de las cuentas, como en todo sistema LETS, equivale a 087.» Es interesante explicar que esta equivalencia uno a uno con la moneda convencional del lugar, además de servir para tener un referente común de valor, es la condición que han puesto los bancos de algunos países que han permitido la coexistencia entre las dos monedas, como en Brasil con los palmares. El Banco oficial puso la condición de aceptarla si palmar y moneda brasileña oficial tenían la misma equivalencia.
Tabla 3. Crecimiento de las cuentas de la EcoXarxa de Barcelona de 2010 a 2012 Fuente: Community Exchange System.

Y por supuesto, existen proyectos en proceso para crear nuevas monedas, de los que destacamos los soles de la Xarxa d’Economia Solidaria.
Experiencias de coordinación
El ECO y las Ecoxarxes están integrados en el Community Exchange System (CES). Un software, de código cerrado o propietario, que alberga redes de intercambio con moneda a nivel mundial. El CES ofrece las herramientas virtuales para el intercambio con moneda, pero, además, permite hacer intercambio entre redes. «Yo puedo cambiarlo por ecos y algún viaje que hacemos pagar el hotel con ecos. Es muy interesante, muy atractivo88.» Para ilustrar estas posibilidades, exponemos el caso de un usuario de la EcoXarxa de Barcelona que al entrar en la red pensó en lo que podía ofrecer. Entonces, observó todas las redes que alberga el CES y vio que en la red de Cape Town había 4.000 personas. Así que ofreció traducciones. Al día siguiente, ya tenía un encargo, el mismo creador del CES le hacía el pedido de traducir el software al alemán. Con eso ganó 200 ecos. Luego, dado que había adquirido un profundo conocimiento del CES porque lo había traducido entero, ofreció talleres para usarlo. Ahora, sigue dando talleres pero de forma gratuita porque considera que no necesita tantos ecos. Él mismo nos hace esta apreciación sobre la relación entre los intercambios locales y los internacionales. «Intercambios internacionales tal vez haces un 5%, pero los importantes son los cotidianos, que son un 95% y esos son locales. Eso es importante, porque en ese 5% no va a aparecer la confianza. Lo haces pero dudas un poco, no conoces a la persona, no la puedes ver, no te fías tanto89.»
EL CES conecta 422 redes alrededor del mundo. Entre ellas destacan Australia, con 85 redes, los Estados Unidos, con 78 y España, con 7190. En cuarto lugar encontramos Sudáfrica con 35 redes, dato importante, dado que el CES nació y está ubicado en Cape Town. Cabe señalar que estos datos varían a una velocidad asombrosa, así que si se desea tener datos actualizados, lo mejor es consultarlos directamente. Para analizarlos hay que tener en cuenta el número de usuarios de cada red y obtener datos sobre el porcentaje de usuarios activos.
Una nueva aplicación que ha aparecido con fuerza en los Estados Unidos, y todo apunta a que se difundirá rápidamente por todo el Planeta, es la posibilidad de hacer las transacciones con el teléfono móvil. «También incluye otro recurso revolucionario: Hacer transacciones a través del teléfono móvil. Esto permitiría a la moneda libre avanzar tecnológicamente al euro, además de, como es evidente, ecológica y socialmente91.»
Algo apasionante de investigar redes dinámicas durante un período de tres años es la posibilidad de observar transformaciones que los mismos entrevistados pronosticaron. Esta entrevista, realizada en febrero de 2010, alertaba de la necesidad de que el CES fuera de código libre. «El CES está bien que corra, pero podría mejorar muchas cosas si fuera libre. Y somos mucha gente que ayudamos a mejorar el software libre. Porque es mucho más sostenible a largo plazo. Hay miles de casos de iniciativas en código propietario que no se han podido mantener, porque el que lo hacía no podía mantener las nuevas versiones del programa. Es el caso del CES que tendrán que cambiarlo para que sea sostenible a medio plazo, cuanto más tenga que crecer, más tendrá que cambiar92.» En otra entrevista, de febrero de 2012, se cuenta cómo se está iniciando el proceso para pasar el CES de código cerrado a código abierto. El cambio supone reprogramarlo todo, eso quiere decir tiempo, y por las dimensiones que ha tomado el CES ahora mismo, su creador no dispone de tiempo. Así que la EcoXarxa de Barcelona se ha ofrecido a asumir el pedido y a cambio, el CES les ofrece rebajarles la deuda del uso del servidor. La previsión es que a finales del 2012 haya una versión de CES libre.
Orígenes
Es interesante remontarnos un poco a sus orígenes para entender la relación entre dinero, moneda alternativa, fluctuaciones del mercado y crisis. Las redes de intercambio y las monedas sociales se hicieron muy populares en la depresión de 1929. En la década de 1980 se recuperaron estas experiencias, introduciendo algunas modificaciones para que los intercambios fueran más dinámicos. En las últimas décadas, las monedas sociales se han extendido por el mundo, hay centenares de ejemplos en todos los continentes. Es importante señalar que en cada nuevo período de crisis financiera aparece la moneda social como método que permite seguir haciendo economía, es decir, intercambios, aunque el mercado convencional quiebre. La moneda es uno de los inventos más antiguos de la historia. Sería difícil delimitar en qué momento nacieron las monedas alternativas, o bien si en origen todas eran alternativas, y en qué momento dejaron de serlo. Ahora está muy clara la diferencia entre moneda alternativa y convencional. Las reglas de la social las decide la gente y las reglas de la convencional las marcan unos pocos. Lo destacable es que en origen el dinero también era una herramienta de cambio. De hecho fue gracias al dinero como el comercio fue posible, las economías se pudieron especializar, las personas pudieron liberarse de la autosuficiencia doméstica y la gente pudo dedicar su tiempo a otras actividades. Sin dinero sería impensable un mundo con cultura, con inventos, con arte, porque todas las personas estarían exclusivamente dedicadas a autosatisfacer demasiadas necesidades. Eso es precisamente lo que reivindican las monedas sociales, una especie de vuelta a los orígenes, a los beneficios del buen uso del dinero evitando los vicios del sistema actual.
Citamos algunos ejemplos de moneda social a lo largo de la historia. Tras el crack de 1929, el primer banco de Suiza operó con moneda social, el llamado banco WIR. El Time Dollar que nació en los Estados Unidos en 1980. El sistema LETS de Canadá, que nació en 1983 y se replicó por todo el mundo, desde Japón hasta Australia, Israel y toda Europa. La Red Global de Trueque nació en 1985 en Argentina. En Brasil conviven más de cincuenta monedas sociales bajo la aquiescencia de su Banco Central. El pionero, desde hace más de diez años, es el Banco Palmas, que tiene sede en el barrio Palmeiras de la ciudad de Fortaleza. En España existieron los axarcos de Vélez, Málaga, y los zoquitos de Jerez. Hoy en día, aunque es difícil contrastar los datos, se dice que existen en torno a dos mil sistemas de monedas complementarias en todo el mundo.
El término finanzas éticas se refiere a un conjunto de entidades financieras que invierten en la llamada economía real. Nacen con el objetivo de diferenciarse de forma abierta de la banca convencional que invierte según el criterio del máximo beneficio y la especulación. La economía real son las actividades económicas no especulativas al margen de los mercados secundarios. El concepto economía real se usa en contraposición al de economía de mercado. Y por economía de mercado nos referimos a la organización de la producción y el consumo de bienes y servicios que surge del clásico juego entre oferta y demanda en una situación preexistente de competencia imperfecta, lo cual la hace dependiente de la participación del Estado para corregir los fallos del mercado y garantizar un acceso general mínimo a ciertos bienes y servicios. Los proyectos financiados por la banca ética, en cambio, deben generar bienes o servicios directos, esto excluye la concesión de créditos para el consumo personal. «La banca convencional no tiene principios en el momento de hacer las inversiones que tanga que hacer, el único principio es maximizar las ganancias. Detrás tiene unos accionistas, que son muy diversos, a veces incluso somos nosotros sin saberlo. [...] El tema más flagrante es el del comercio de armas. Prácticamente todas las cajas catalanas están invirtiendo en la industria militar93.»
Nacieron de la conciencia de que los ahorros y los créditos de las personas están controlados por los bancos, dejando a los dueños legítimos del dinero sin la capacidad para decidir sobre los créditos que se conceden con su dinero. De ahí empezó un movimiento crítico que exigía la aplicación de la ética en los negocios financieros. «El dinero estaba pensado para ser un valor de cambio, para hacer intercambio. Y hoy lo hemos divinizado y lo hemos convertido en una fuente de riqueza. Y no tenemos en cuenta que esta forma de ganarnos la vida y de intentar sacar provecho del dinero puede estar perjudicando a otras personas94.» En los países del Sur, la causa fue la falta de acceso a los sistemas financieros convencionales. De la necesidad de acceder a créditos, nacieron multitud de redes económicas locales que buscaron mecanismos de financiación local y solidaria, el más conocido es el microcrédito.
Los objetivos de la banca ética son financiar actividades económicas que generen un impacto social positivo y ser viables económicamente. «Lo que importa es la rentabilidad social y no la económica, sin coartar por eso la rentabilidad económica, porque si no es rentable ni se aguanta ni crece95.» La banca ética tiene que ser ética a todos los niveles. Por eso alcanza sus objetivos no solo aplicando criterios éticos en el uso de sus fondos, sino también en su estructura. Esta ética se concreta en cinco principios. El principio de la ética aplicada, entendida como un proceso de revisión permanente aplicada a los criterios de inversión y concesión de créditos. El principio de coherencia, usar el dinero de forma coherente con sus valores. El principio de participación, la toma de decisiones tiene que ser democrática, pero no se trata solo de que los socios voten, se trata de que puedan participar en la definición de las políticas de la entidad. El principio de transparencia, la entidad tiene que ofrecer información de forma pública y regular de todas sus actividades. Y por último, el principio de implicación, las entidades éticas tienen que definir su política de inversión según criterios positivos para poder transformar la sociedad.
Tipologías
En Cataluña encontramos dos modelos. La banca ética, un conjunto de intermediarias financieras bajo supervisión del Banco de España en materia de liquidez y transparencia. Tienen una estructura convencional, es decir, que el derecho de voto de las personas depende de la participación en el capital social. En este modelo está Triodos Bank, al no ser un proyecto catalán (nació en Holanda) no lo desarrollaremos aquí, pero destacamos su impresionante crecimiento, en 2010 contaba con 11.000 clientes en Cataluña, y en el 2012, sin estar las cifras anuales cerradas, ascienden a 32.000 clientes96. El otro modelo es la banca ética cooperativa, con un sistema de organización asambleario. Aplican los siete principios cooperativos y todo usuario del banco tiene un voto de igual peso, sin considerar el capital invertido en la institución. Algunas de estas instituciones no tienen ficha bancaria y se constituyen como cooperativa de crédito, o bien están en proceso de hacerlo. En este modelo encontramos Coop57, FIARE y Oikocredit. En Cataluña, el 98% de las finanzas éticas está en manos de Triodos Bank, Fiare, OikoCredit y Coop 57. OikoCredit es una entidad que solo recoge aportaciones para proyectos en países del sur, su sede está en Holanda y está presente en Cataluña y el País Vasco. En el 2010, tenían 675 socios.
Coop 57. Serveis Financers Etics i Solidaris
Coop 57 es una cooperativa de servicios que destina sus recursos a dar préstamos a proyectos de economía social que promuevan la ocupación, fomenten el cooperativismo, el asociacionismo y la solidaridad en general, y promuevan la sostenibilidad sobre la base de principios éticos y solidarios. «Es gente que está dispuesta a ahorrar al margen de recibir una menor compensación que la de la banca convencional. Y la gente que pone su dinero son personas, no entidades. Las entidades son las que necesitan el dinero97.» Coop 57 forma parte de las entidades de financiación que se enmarcan en la economía social y solidaria. Está dirigida fundamentalmente a entidades. Su actividad no se ajusta a los criterios bancarios habituales, existen otros parámetros de valoración y fijación de riesgos. «Coop57 solo financia entidades de transformación social que tengan actividad económica. En un banco te piden un aval por la totalidad del préstamo. Y en Coop57 lo que hacemos son avales repartidos, que quiere decir que los avalan unas veinte o cuarenta personas y así, si no se puede devolver, cada persona responde de su pequeña parte avalada. Esta es la diferencia fundamental respecto al sistema de avales que es lo que ahora mis mo impide que la banca pueda dar préstamos98.» Funcionan según el principio de coherencia, el de contabilidad, tener en cuenta el rendimiento financiero y que esté en equilibrio con el rendimiento social, el principio de participación, el de transparencia, el de solidaridad y el principio de reflexión.
Coop 57 nació de una lucha sindical que tuvo lugar en 1986. La Editorial Bruguera se disolvió y despidió a sus trabajadores, después de largas luchas obreras para evitarlo, primero, y luego para unas condiciones dignas de despido, cincuenta y siete personas decidieron usar sus indemnizaciones para crear la cooperativa que fue constituida el año 1996. La suma de sus indemnizaciones formó el capital social. En el año 2000 contaba con 50 socios y 25 entidades, y en el 2010 alcanzó los 1.178 socios y las 348 entidades.
FIARE. Fundación Inversión y Ahorro Responsable
FIARE es una organización sin ánimo de lucro orientada hacia la banca ética. Es una entidad legalmente constituida como entidad financiera. Financia proyectos de economía social y del tercer sector, con una gestión democrática, participativa y transparente. «Nuestro proyecto es revolucionario en muchos sentidos. Por un lado, porque invertimos única y exclusivamente en proyectos que aporten cosas. Donde la prioridad es incluir a las personas excluidas, o proyectos que promuevan unos valores sociales contrahegemónicos99.» Nació en 2002 en Euskadi, con la participación de muchos colectivos y entidades sociales ante el desafío de crear en España una cooperativa de crédito. El objetivo era favorecer la inversión en proyectos socialmente responsables y transformadores. Está fuertemente arraigada en Cataluña desde que se instalaron en 2007. También tiene presencia en Madrid. La fundación desarrolla sus actividades financieras a través de la empresa FIARE, S.L., de la que controla el 100% del capital, y actúa como agencia en España de Banca Popolare Etica. Tiene previsión de convertirse en un futuro en cooperativa de crédito.
FIARE explica así su crecimiento: «empezamos el 2005 con veintidós millones de euros recogidos y ahora mismo tenemos excedente porque hay más gente dispuesta a ahorrar que proyectos por financiar. [,..]Siendo un proyecto tan joven como somos, este año hemos llegado al umbral de la rentabilidad100.» En todo caso, lo más significativo del caso es que ahora mismo, en plena crisis financiera global, están en un momento de crecimiento. Esto es porque invierten en economía real, es decir, no participan en la economía financiera, por tanto no se ven afectados por ella. «De hecho, en este momento estamos en el ciclo contrario de la banca convencional, tenemos ahorro de sobras y tenemos voluntad de financiar101.»
FETS. Finançameiit Etic i Solidari
FETS es una asociación de segundo nivel que agrupa las entidades catalanas del tercer sector de economía social y solidaria que quieren promover la financiación ética y solidaria en Cataluña. Desde su creación, en el año 1999, trabaja para dar visibilidad a la banca ética. Funciona como observatorio de las finanzas éticas y colaboran el Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat. Han elaborado interesantes informes sobre el desarrollo de la banca ética en Cataluña.
Definimos las prácticas urbanas por la representación y apropiación que hacen del espacio público, el escenario de la interacción social cotidiana donde se satisfacen las necesidades urbanas colectivas. Lugares de relación y de identificación, de contacto entre la gente y de expresión comunitaria. La calidad del espacio público se puede definir según la cantidad de relaciones sociales que facilita y según su capacidad de acoger y mezclar distintas personas y grupos. Proponemos entender en este sentido las prácticas de los Huertos urbanos comunitarios y de los Centros Sociales Okupados. Porque operan y toman sentido en espacios que convierten en públicos, abriendo espacios para el uso colectivo y cubriendo así la necesidad que define toda ciudad. Estas prácticas son clave para el universo de prácticas económicas alterantivas porque son espacios de encuentro que operan como matrices de difusión.
Los huertos urbanos
En la actualidad, la mitad de la población mundial vive en áreas urbanas. En los países «desarrollados», la cifra alcanza las tres cuartes partes de la población. En Cataluña, en 2008, el 54,4% de la población vivía en núcleos urbanos de más de 50.000 habitantes, el 22% en la ciudad de Barcelona. Así que Barcelona es la gran urbe y su evolución urbanística y las políticas asociadas a esta se pueden valorar observando su huella ecológica. La de Barcelona es 469,7 veces su superficie (Boada i Capdevila, 2000). La huella ecológica es el área equivalente de suelo productivo o ecosistema acuático que requiere un asentamiento humano para poder satisfacer su modelo de desarrollo. «La ciudad va creciendo, se va comiendo millones de tierra de payés, porque curiosamente habiendo tierra de sobra se edifican casas y polígonos en las mejores tierras de cultivo. ¿Y que pasa? Que si hubiera una crisis energética, todo el producto que ahora viene de fuera no podría venir, el alimento tendría que salir de aquí y ya no hay tierras para hacer eso, ya no hay payeses. Si nunca pasara nada, no se darían cuenta de lo que se ha hecho102.»
Un huerto urbano es un espacio de tierra cultivada en un entorno urbano, esto incluye pueblos y ciudades. Incluye los huertos que nacen en espacios vacíos, públicos o privados, dentro de la ciudad, generalmente solares. Los huertos que crecen en los espacios de las viviendas, patios, balcones, terrazas, los que se cultivan en los patios de las escuelas. También los huertos que son iniciativas de la administración, que ha creado una red de huertos municipales destinados a personas jubiladas. Los que se ubican en zonas periurbanas de la ciudad, en espacios vacíos que acostumbran a ser los laterales de los ríos Besos y Llobregat, o las zonas cercanas a infraestructuras viarias, como carreteras, autopistas, o trenes, tradicionalmente usados por personas que vinieron del campo a la ciudad. Y, por último, los huertos urbanos comunitarios, que nacen con la voluntad de potenciar el tejido social. La diferencia que existe entre todo este abanico de huertos urbanos reside en los objetivos y en el tipo de organización de la gente que participa en ellos. Aquí desarrollaremos los huertos urbanos comunitarios.
En los huertos comunitarios está presente la voluntad de hacer más sostenible el actual modelo de ciudad, de traer el campo a la ciudad y levantar puentes entre estas dos realidades. «El Forat es un espacio público donde todas las personas pueden venir y tener contacto con la tierra que es algo que muchos añoramos y a lo que en la ciudad no se puede tener acceso103.» Encontramos también un fuerte rechazo al actual sistema agroalimentario, que se manifiesta en la voluntad de hacer un consumo responsable, la preocupación por la salud y la apuesta por la autoproducción local. En este sentido, hay que remarcar la labor que hacen colaborando con los bancos de semillas. «Plantas especies que se han olvidado, porque con el rollo este de la globalización solo se plantan determinadas especies y estamos olvidando las otras. Hacemos un banco de semillas y cambiamos con otros bancos, para no perderlas. Por ejemplo, ahora plantamos centeno y espelta, que son trigos que no se suelen cultivar104.» Uno de los objetivos primordiales es el de fortalecer el tejido social, aprender a trabajar en grupo, crear espacios de encuentro abiertos a todo el barrio. Y recuperar así las relaciones intergeneracionales, y los grupos con gente de diferentes culturas y edades. La crítica de fondo es que el camino único homogeneiza las relaciones sociales y los grupos, de manera que cada vez es menos frecuente encontrar grupos donde mayores y jóvenes, extranjeros y locales, alternativos y convencionales, urbanitas y rurales, compartan actividades. Aquí ocurre, hasta el punto que las diferencias se integran. En este sentido, es interesante señalar que los huertos urbanos comunitarios suelen contar con la simpatía de todos los vecinos, de modo que actúan como auténticos catalizadores de prácticas alternativas. «Un huerto esta bien visto por los vecinos, desde niños hasta mayores105.» Incluso hemos observado un caso donde el huerto urbano sufrió destrozos durante un par de años y luego cesaron los destrozos por parte del barrio porque estos lo integraron como propio y entendieron el papel del huerto como espacio comunitario y de integración de la diferencia. Otro de los pilares es el objetivo de denunciar la especulación urbanística. En Barcelona existen miles de solares en desuso. Este dato contrasta con la falta de espacios públicos de encuentro entre vecinos. Las políticas urbanísticas afectan nuestras prácticas de vida y Barcelona ha dejado de ser un lugar que fomente el tejido social para pasar a ser una gran urbe de consumo individualizado. La mayoría de huertos urbanos comunitarios no abastecen al grupo de verduras y hortalizas. Hay ejemplos notables que lo consiguen, pero no son la mayoría. Ya hemos dicho que hay varios objetivos y que ese no es el único. Así que no hay que confundir traer el campo a la ciudad y fortalecer el tejido social con hacer un huerto capaz de autoabastecer a un grupo. Las características de los huertos casi nunca lo permiten. Se trata de solares donde antes había edificios, de modo que la tierra es poco fértil y tiene poca profundidad. Hay que añadirle mucho compostaje y tarda su tiempo en volver a ser fértil, y la frecuencia de los desalojos nunca respeta el ritmo de la tierra. Además, las superficies no son excesivamente grandes. Si nos vamos a huertos periurbanos es más frecuente encontrar huertos comunitarios que tengan entre los objetivos el abastecimiento de verduras al grupo. Generalmente, no todo el grupo tiene un conocimiento profundo sobre agricultura, sino que es una de sus motivaciones, familiarizarse con la huerta y aprender. Se aprende compartiendo conocimiento, cada uno sabe algo, y esa suma de saberes da lugar a un conocimiento muy amplio. Suele haber en los grupos alguien que tiene más práctica, es frecuente la presencia de alguna persona mayor que vino del campo cuando era joven. Es interesante observar como estos lugares revalorizan ese saber tan poco valorado socialmente. Y como estos lugares fomentan nuevas formas de aprendizaje. «No hay alguien que sepa de todo, sino que todos sabemos un poco y entre todos sabemos más, y los que no saben pues aprenden en un momento106.» En este sentido, aparece el tema de la necesidad de espacios donde hacer, donde practicar, donde probar, contrastado con un exceso de espacios de teoría.
Así que los huertos urbanos comunitarios son una práctica en la que se conjugan objetivos diversos de una forma orgánica. Y eso produce una mezcla de personas que llegan atraídas por diferentes motivos, dando lugar a una rica amalgama muy propicia para la creación de nuevos proyectos. «Un huerto urbano junta tanta gente diferente porque cada uno tiene un motivo para hacerlo. [...] En muchos casos, la gente empezó con el huerto por la idea de denunciar la especulación. [...] Y luego se junta la gente que más sale de movimientos ecologistas, de cooperativas de consumo107.»
Los huertos comunitarios se basan en la autogestión, es decir, los recursos dependen exclusivamente de la capacidad de ese grupo de personas para conseguirlos. Y esa gestión es comunitaria, se decide qué se hará y cómo de forma colectiva. El lugar donde se emplazan los huertos también es autogestionado, a excepción de un par de casos donde el Ayuntamiento ha otorgado una cesión de solares para cultivar un huerto comunitario (Hortet del Forat, después de una lucha vecinal, que empezó el año 2000, contra el plan urbanístico que propuso el Ayuntamiento.). Esa autogestión se logra a través de la ocupación de solares, públicos o privados, en estado de abandono, recuperando así un espacio público en desuso para abrirlo al barrio y darle un uso social. Además, la mayoría de huertos reciclan materiales. En el caso de los huertos urbanos fuera de Barcelona se da mucho el caso de la cesión gratuita de tierras. «Las tierras nos las ha cedido la granja escuela a cambio de que ellos puedan venir con los niños a ver el huerto108.» La economía de euros mínima necesaria se suele reunir con las comidas populares que se celebran periódicamente. Los huertos suelen organizarse en comisiones (comisión tierra, comisión agua, comisión barrio..) Y las decisiones se toman en asambleas donde participan todos los miembros. La frecuencia varía en cada caso. En la asamblea se hacen valoraciones, diseños de objetivos, planificaciones de trabajo y resolución de conflictos, entre otras cosas. Por la heterogeneidad de algunos grupos es interesante observar como se articulan asambleas con diferente nivel de conocimiento asambleario, auténtico reto para llevar adelante estos proyectos. En los huertos, además de cultivar, suelen hacerse actividades paralelas, sobre todo para abrirse al barrio y fortalecer la colectividad. Hablamos de charlas, talleres, comidas populares, cursos con niños del barrio. El número de participantes varía bastante de huerto a huerto. Y, como en muchas prácticas colectivas, suele haber un grupo fijo, más o menos reducido, varias personas que participan de forma menos permanente, y otras que lo hacen esporádicamente. Existe, pues, una variedad de implicación.
Cuántos y dónde
Hay datos, pero hay que tener en cuenta que cambian muy rápidamente. Dado que la mayoría de los huertos comunitarios están en solares okupados, están sometidos a la presión del desalojo, así que el factor temporal los hace a veces efímeros. De modo que habría que tener en cuenta de cara a contabilizar proyectos no solo los huertos que existen sino los que han existido en los últimos años. Por suerte, también existen ejemplos de continuidad en la okupación como los huertos comunitarios de Can Masdeu, que tiene diez años de trayectoria, permitiendo así hacer un análisis de las evoluciones internas de estos proyectos. Del mismo modo, muchos otros huertos aparecen, pero están pendientes de encontrar un lugar. Por otro lado, es difícil contabilizar los huertos comunitarios que se encuentran fuera de Barcelona, porque no existe una coordinadora que los agrupe. Así que la manera de recabar la información sobre huertos comunitarios es ir a buscarla localmente. Para localizar los huertos y tener información actualizada, lo mejor es consultar la página web que nació como resultado de una interesante investigación autónoma «Huertos urbanos: Cultivando Barcelona» de Steffie Fock109 y se ha convertido en el referente de información. Allí se encuentra también otro trabajo de investigación, «Cosechando Experiencias en los Huertos Urbanos de Barcelona, La Ficha Urbe-Hortícola como recurso de comunicación socio-ambiental»110 de Isabel Mullins, que permite consultar fichas descriptivas de los huertos.

Figura 3: Huertos comunitarios en el Área Metropolitana
de Barcelona en 2012. Fuente: Steffi Fock.
Experiencias de coordinación
En noviembre de 2009 tuvo lugar el primer encuentro de los diferentes huertos comunitarios de Barcelona en Can Masdeu. Se hizo la asamblea de la que nació la Red de Huertos Comunitarios de Barcelona, que tiene como objetivo conectar los diferentes proyectos, intercambiar experiencias, consejos y semillas, y apoyar el inicio de nuevos proyectos. Se presentó una investigación que lleva por título «Huertos urbanos: cultivando Barcelona», una documentación sociológica-fotográfica de los diferentes tipos de huertos de Barcelona, hecha de forma autónoma y autogestionada por una socióloga. Y se realizaron talleres de huertos. Se empezó un proyecto web de localización e información a partir del interesante trabajo de «Huertos urbanos: cultivando Barcelona», que es el documento más extenso que existe de documentación de huertos. Como dice su autora, «Barcelona es la ciudad de Europa con más huertos comunitarios, y no siempre valoramos esta capacidad111.» Su trabajo se puede encontrar en internet bajo licencia Creative Commons. El segundo encuentro de la red, con la participación de antiguos y nuevos huertos, proyectos en búsqueda de solares y personas particulares interesadas en el tema se realizó en febrero de 2010 en el Forat de la Vergonya. La Red de Huertos Comunitarios de Barcelona continúa activa.
Orígenes
Los huertos urbanos han estado muy presentes en la historia contemporánea. En el siglo XIX los barrios obreros de las ciudades industriales estaban repletos de ellos, como resultado de la migración del campo a la ciudad. Después de la depresión económica de 1980, en los Estados Unidos, aparecieron los Urban Gardens para proporcionar recursos a la gente sin trabajo. En la primera mitad del siglo XX siempre han ido ligados a las guerras. Durante las guerras siempre hay problemas para abastecer de alimentos a la población porque los transportes quedan cortados. En la Primera Guerra Mundial, se crearon las primeras experiencias de este tipo. Y se consolidaron durante la Segunda con la creación de los Victory Gardens en Estados Unidos y la campaña Dig for Victory en Gran Bretaña, que consiguió producir el 10% de las necesidades alimentarias del país. Después de las guerras, los huertos quedan olvidados y mientras las ciudades son reconstruidas, los alimentos vuelven a trazar los largos recorridos ir del campo hasta la ciudad.
A finales de la década de 1960 y durante la de 1970, los huertos urbanos renacen en los Estados Unidos como herramientas comunitarias de barrio, aparece el sentido social y de autogestión. El año 1973, con la crisis financiera, nace en Nueva York lo que luego se llamará Green Guerrilla. Un grupo de activistas que okupan solares abandonados para cultivar huertos comunitarios. Luego llegan a Europa, donde empiezan los huertos comunitarios sociales y de denuncia, siempre vinculados al ecologismo y a la autogestión.
Y hoy en día, hay algunos datos interesantes para calcular el alcance de los huertos urbanos. El 40% de los habitantes del área metropolitana de Toronto y el 44% de los de Vancouver producen comida en sus huertos. Montreal cuenta con 6.400 parcelas en 72 huertos. En Nueva York existen 750 huertos comunitarios destinados al autoconsumo y relacionados con comedores y programas de apoyo comunitario. En el norte de Europa existen huertos comunitarios en una lista larguísima de ciudades (Gran Bretaña, Francia, Suiza, Países Bajos, Bulgaria, Alemania, Suecia, Espa?, Italia, Grecia, etc.). En Zurich las ordenanzas municipales incluso permiten el cultivo de espacios verdes (Mor疣, 2009).
Okupación
En 2010 había 62 Centros Sociales Okupados en Cataluña, 52 de ellos en la ciudad de Barcelona. En 2012 hay 63, algunos son los mismos, otros son nuevos y los que no aparecen han sido desalojados. De estos, dos en Girona, dos en Tarragona, uno en las Tierras del Ebro, y el resto en la provincia de Barcelona. En la ciudad de Barcelona hay 45 Centros Sociales Okupados y 6 en su área metropolitana112. Aclaramos que estas cifras se refieren a CSO, por tanto no incluyen cifras sobre casas okupadas, es decir espacios que tienen como objetivos satisfacer la necesidad de vivienda. El objetivo de los CSO es materializar la visión de una ciudad y cultura diferentes. Están en el punto de mira de la policía, apoyados por la ley de desalojos, y esta persecución forma parte cotidiana y consciente de esta práctica. Remarcamos que en España, nadie ha ido a la cárcel por okupar, en todo caso las penas de cárcel han sido por otras inculpaciones.
Las dos primeras okupaciones en Barcelona tuvieron lugar en la década de 1980. Una de ellas fue el mismo día que cayó el muro de Berlín, la Casa de la Muntanya. El año 1996 se penalizó la okupación, y ese mismo año se desalojó de forma violenta, y mediática, el Cine Princesa. Fue una fecha importante en la historia de los movimientos sociales de Barcelona, porque a raíz de esto, se materializó la necesidad de tener medios de comunicación autónomos. Fue entonces cuando en los medios de comunicación se normalizó el uso de la palabra radicales entre otras. También a partir de ese momento, la imagen social de la okupación empieza a degradarse.
Los CSO tienen por objetivo abrir espacios para promover las relaciones sociales, denunciar la especulación inmobiliaria, y convertirse en escenarios de práctica y difusión de formas de vida alternativas. De modo que en un CSO conviven muchos objetivos que se materializan en una rica oferta de actividades. Además, aprovechan el espacio para ofrecerlo a otros colectivos, a menudo alojan cooperativas de consumo, ensayos de grupos de teatro, universidades libres, huertos comunitarios, bibliotecas sociales, talleres de reparación, etc. Además ofrecen lugar para realizar asambleas o para dar charlas y talleres. Además de convertirlos en lugar de confluencia de muchas prácticas económicas alternativas, teniendo en cuenta el precio inmobiliario de Barcelona esto es fundamental para hacer viables algunas de ellas.
Can Masdeu
Uno de los CSO más conocidos y por el que han pasado miles de personas presentes en las prácticas que aquí describimos es Can Masdeu. Un lugar difícil de resumir en una sola frase, así lo hace una de sus habitantes. «No es una sola cosa. ¿Qué une todas las cosas? El deseo de crear alternativas de vida y de consumo113.» Can Masdeu es una antigua masía okupada que está en la ladera de Collserola de Barcelona. Se ubica en el extremo noroeste de la ciudad, tocando la sierra de Collserola. Este edificio, una antigua leprosería, fue abandonado desde el año 1958. En diciembre de 2001 una decena de personas lo ocupó. En abril de 2002 sobrevivió a un intento de desalojo. Esto fue posible gracias a la estrategia de resistencia activa no-violenta que llevaron a cabo sus habitantes y al apoyo de centenares de vecinos del barrio y de personas afines. Todo ello obligó al juez a retirar la orden de desalojo. Fue un ejemplo de desobediencia civil que queda para la historia. De todos modos, la casa todavía es susceptible de seguir en procesos judiciales, en febrero de 2005 el juicio civil concluyó con una sentencia de desalojo. Pero el carácter entre público y privado de la propiedad del edificio implica que la gestión recaiga sobre varias instituciones y eso ralentiza el proceso. Actualmente, el tejido vecinal de la zona, en el que se incluye Can Masdeu, ha escrito un manifiesto en el que da a conocer un proyecto del Ayuntamiento llamado Obrir 16 portes de Collserola, cinco de cuyas puertas afectan al barrio de Nou Barris, donde se ubica Can Masdeu, y una a Can Masdeu. En el manifiesto valoran positivamente que el Ayuntamiento quiera mejorar la transición entre ciudad y montaña, pero exponen algunas demandas de los vecinos y denuncian algunos criterios usados para diseñar el proyecto. Es un buen momento para que la ciudadanía esté atenta al próximo plan urbanístico del Ayuntamiento de Barcelona.
Parte de la casa está dedicada a vivienda, es el espacio privado, donde viven unas veinticinco personas. La otra parte, el espacio público, abre determinados días a la semana según las actividades. Además cuentan con un gran terreno de valle donde han recuperado los usos hortícolas y forestales, acequias, minas, terrazas y balsas. Allí están los huertos comunitarios que trabajan, por parcelas gestionadas por grupos, unas ochenta personas de edades entre los 20 y los 85 años. «Plantábamos y no crecía nada, no había manera. Y dijimos “¡No en sabem!”. Somos okupas y no sabemos plantar, esto no puede ser. Y decidimos poner carteles en el barrio para okupar las tierras de Can Masdeu, dijimos que todo el que quisiera tener un huerto podía venir a Can Masdeu que había tierra para todos. Y se llenó enseguida. El tipo de gente era la gente del barrio, gente mayor que en la mayoría de casos de pequeños vivía en pueblos y vino aquí por la industria y sabía mucho de huerto114.» Ofrecen visitas pedagógicas de educación ambiental a escuelas y caus. Además, las jornadas semanales del huerto de la casa están abiertas a las personas que quieran aprender.
El Punto de Interacción de Collserola es el centro social que abre cada domingo y ofrece una intersante y variada oferta de talleres, charlas y actividades gratuitas encaminadas a la transformación social. Cuenta con el Rurbar, la biblioteca social, una tienda gratis, la Oficina Rurbana y la Finestra Oberta al Camp, una base de datos de proyectos rurales y afines, una wikipedia artesanal.
Viendo esta amplia variedad de actividades no es de extrañar que tuvieran que delimitar bien los días privados de los días públicos. «Al final no podías ni trabajar porque siempre venía alguien y le tenías que explicar “qué es Can Masdeu”, “cómo vivías”, “cómo os organizáis”, y lo acababas contando veinte veces a la semana. Luego a partir del desalojo todavía vino más gente a conocer Can Masdeu, y a ver quién era esa gente del desalojo115.» En Can Masdeu tienen muchas normas consensuadas entre todos. Podemos señalar la importancia de la facilitación y la gestión de emociones en sus asambleas.
Can Piella
Un ejemplo de CSO rural es Can Piella, una masía del siglo XVII de una localidad cercana al área metropolitana de Barcelona. Un espacio que por sus características, entorno rural cerca de la ciudad, denominan rurbano. «Y empezamos a buscar por los alrededores de Barcelona con el Google Earth mirando los agujeros del tejado que ya te indican si esa casa está habitada o no. [...] También buscábamos casas que no estuvieran en perfecto estado. Porque un tema que va con nuestra filosofía es una cosa que ya no sirve, arreglarla116.» La masía fue okupada el año 2008 en estado de ruina. Las personas que la okuparon, consientes de su valor cultural y ecológico, crearon la asociación para la conservación de La Piella. La restauraron entendiendo que eso supone también restaurar los valores de las personas, cambiando la forma de relacionarse con el entorno. Esto responde a una realidad creciente, miles de masías han sido abandonadas en todo el territorio, pero en la mayoría de los casos, los propietarios no las quieren ceder, ni alquilar, ni vender, y las masías se van cayendo al suelo.
Can Piella tiene por objetivo recuperar el entorno, volver a tener campos de cultivo fértiles, recuperar el patrimonio histórico y darle un uso social y de vivienda al espacio. Organizan actividades abiertas que incluyen yoga, trabajos de huerto, elaboración de pan, charlas, talleres y conciertos. Una vez al año montan las jornadas de autogestión, donde reúnen conocimientos y experiencias sobre nuevas prácticas de vida. “La Piella es el nombre de una masia, es la idea de volver a sentir las necesidades básicas [...] Que la gente vea alternativas de vivir, que vea que no todo es lo que te dan en la tele o lo que ves en la tele sino que hay cosas muy sencillas que tal vez son las que más te llenan117.»
Además, tienen entre manos un interesante proyecto de ofrecer un servicio de arreglar electrodomésticos, dado que la mayoría de integrantes son ingenieros, siguiendo la misma filosofía de la casa. «Arreglar electrodomésticos y enseñar para que se pueden arreglar para que duren más, frente al sistema que predomina donde duran poco, sería una vía de intercambio con el pueblo118.»
La dificultad para acceder a la vivienda, especialmente para la población joven, afecta profundamente a la vida de las personas. Ante la coyuntura de nuestro país, donde la burbuja inmobiliaria ha personalizado la crisis, estas prácticas conectan de lleno con un grave problema. Las prácticas alternativas de vivienda incluyen cooperativas de uso, acuerdos con los propietarios para rehabilitar viviendas a cambio de alquileres asequibles, contratos de masovería, donde se intercambian servicios de mantenimiento de tierras por derecho de uso de vivienda y tierras, la auto construcción y una práctica particularmente significativa, la okupación, por el desafío que supone ante la injusticia de las hipotecas.
Las cooperativas de uso
En los modelos de cooperativas de uso, la propiedad de la vivienda es de la cooperativa y sus miembros tienen derecho a un uso indefinido de la vivienda. «En las viviendas no hay una división horizontal en la que cada persona es propietaria sino que la propiedad es colectiva de la cooperativa119.» Deben pagar una entrada y un alquiler asequible. Si deciden darse de baja del proyecto, la entrada se les devuelve. Existen posibilidades de encontrar financiación para la entrada inicial a través de las cooperativas de crédito. Los precios de alquiler y de entrada son proporcionales a la superficie de la vivienda y a las rentas de las personas que viven en ella. El alquiler tiende a bajar con los años y está destinado a devolver la deuda que ha supuesto la construcción o rehabilitación de la vivienda, así como al mantenimiento de esta, más los gastos comunes. Es un sistema de cooperativas sin ánimo de lucro. La cooperativa se crea con la voluntad de tener una duración indefinida y de intercooperar con otras para replicar el modelo. El derecho de uso de la vivienda es indefinido, y puede ser traspasado y dado en herencia. «Entender la vivienda como una cosa que la usas para vivir, no como un bien económico de compra y venta para sacar una plusvalía120.» El diseño de la vivienda es participativo y personalizado, consta de espacios privados y espacios comunes. Y se tiene en cuenta el aspecto ecológico, por eso se intenta que sean viviendas energéticamente pasivas, saludables y con ciclos locales de energía. En resumen, es un modelo de acceso a la vivienda asequible que supone muchas ventajas para sus miembros, pero que además promueve unos valores cooperativos que tienen que ver con una nueva forma de entender la economía. Los propietarios se comprometen a la autogestión del lugar y al mantenimiento de la finca. Hay una implicación no solo con el contrato sino con el colectivo de personas que integran la cooperativa. Eso queda bien estipulado en el contrato, o en los estatutos, según el cual, la transparencia económica es obligatoria. Las responsabilidades quedan definidas y el funcionamiento se impulsa desde una organización cooperativa.
Estos modelos tienen más de un siglo de tradición en los países escandinavos (Modelo Andel), en Alemania (Wohnprojekte) i en Latinoamérica (FUCVAM). En Copenhague, por ejemplo, un tercio de la vivienda sigue este modelo. «Lo que pasa que aquí queda mucho camino por recorrer. En Dinamarca hay 600, en Alemania 300. Allí un grupo de gente dice yo quiero hacer una cooperativa de este tipo, allí los municipios tienen una reserva de suelo y esperan gente como esta, están encantados de que vengan. Los bancos ya conocen este producto. Pero aquí vas al banco y le pides un préstamo para una cooperativa y no sabe de qué le hablas. Estamos en este proceso de adaptación del modelo aquí121.» En Cataluña, el modelo de cooperativa de vivienda con cesión de uso tiene plena cabida legal. Uno de los factores limitantes es la falta de suelo público. «Aquí cuesta mucho crear suelo público porque durante la Guerra Civil se quedó en manos privadas, cuesta dinero y cuesta tiempo122.» Es importante aclarar una confusión muy extendida en Cataluña. Se habla a menudo de vivienda social, o cooperativas de vivienda que no se refieren a este modelo. En nuestro país es frecuente la aparición de cooperativas de propietarios que compran terrenos para construir fincas, pero en el momento de la venta, estas cooperativas se disuelven. Así que cuando se habla de cooperativas sociales no se está hablando en realidad de proyectos cooperativos, sino de viviendas que en su proceso de construcción han usado la cooperativa para obtener ventajas fiscales.
SostreCívic
SostreCívic es una asociación, la única, que se dedica exclusivamente a ello. Su objetivo es ofrecer propuestas y soluciones para hacer vivienda no especulativa. Promueve el tipo de acceso a la vivienda basado en Modelos Cooperativos de Uso. Asesora, promueve, gestiona y busca financiación para estos proyectos. Para lograrlo, colabora con administraciones, asociaciones, cooperativas y otros organismos que también trabajan para la promoción de modelos justos de acceso a la vivienda. Hasta el momento, SostreCívic ha participado en el asesoramiento de un proyecto de veinticinco viviendas en Argentona en colaboración con el Ayuntamiento, en el proyecto de Cal Cases, CaLaFou en Igualada y la Masia Cal Gili en Barcelona.
Cal Cases
Cal Cases es una masía situada en el Bages que fue comprada en 2007. Es una comunidad integrada por treinta personas, veinte adultos y diez niños, que han creado una cooperativa de vivienda para comprar colectivamente la casa y las tierras bajo la figura legal de la propiedad compartida. Han hecho una hipoteca para las veinte personas con una cooperativa de crédito y cada mes pagan un alquiler para usufructo de la vivienda. Más o menos, han hecho una inversión inicial de 15.000 euros por persona adulta, y el alquiler mensual ronda los 200 euros. Las comidas, que también se organizan colectivamente, cuestan unos 3 euros por comida y por persona en casa, es decir, si comen fuera no pagan. Han dividido la casa según sus necesidades individuales, entre espacios comunes y espacios íntimos y familiares. Las viviendas íntimas o familiares varían en número de habitaciones dependiendo de las necesidades de cada caso. Las familias tienen habitación, baño, un pequeño comedor con una minicocina sin nevera para el ahorro energético. El espacio compartido cuenta con cocina, comedores, despensa, espacios para niños, sala de reuniones, biblioteca, videoteca, lavadero y almacén.
Hay que poner de relieve que estamos hablando de un proyecto que implica un componente de confianza en el grupo muy elevado. Por eso es importante contar que este grupo de personas ya se conocían, y mucho, llevaban tiempo planteándose alternativas al modo de vida convencional participando activamente en el Ateneo Ros de Foc, del barrio de Gracia de Barcelona. Y fue con los años como, después de participar en cooperativas de consumo, redes de intercambio, grupos de intercambio de conocimiento, talleres y charlas sobre alternativas al capitalismo, llegó el momento de buscar soluciones a la hipoteca y al alquiler. Así que Cal Cases no es solo un modelo de acceso a la vivienda, es un proyecto de vida de un grupo de personas que quiere vivir y compartir con otras personas un modelo de vida diferente al convencional.
La masovería urbana y rural
La masovería urbana consiste en un contrato o acuerdo en que el propietario de una vivienda cede su uso a cambio de rehabilitarla. Satisface así dos objetivos, por un lado, reducir el alto número de viviendas, que debido a su mal estado de conservación (la mayoría de veces no tienen las condiciones mínimas para tener la cédula de habitabilidad) permanecen vacías. Y por otro, dar solución a la necesidad de vivienda a través de formas alternativas a la propiedad. “La masovería urbana no deja de ser una cosa que entiende la vivienda como un bien de uso. Una forma que recoge el intercambio de unos que necesitan vivienda con unos que la tienen pero no la usan a través de un contrato123.» Se usa la palabra masovería por analogía a los contratos tradicionales de aparcería y masovería, según los cuales los propietarios de fincas rurales cedían las fincas o partes de su propiedad a los masoveros por un tiempo determinado y a cambio, estos debían mantener las fincas y entregar una parte de la producción a los propietarios. Este contrato sigue vigente y todavía se encuentran masoveros que siguen formas de vida alternativa y encuentran en este contrato una buena forma de acceder a vivienda y terrenos.
Este contrato tiene cabida legal (Llei 18/2007 del Derecho a la Vivienda) en la legislación catalana, pero es una práctica minoritaria que no muestra un gran crecimiento a nivel formal. Algunas asociaciones (Associació Prohabitatge, Collectiu Dret a Sostre) promueven la masovería urbana como estrategia para hacer frente a la desocupación de viviendas y a la dificultad de acceder a una. Pero existen poquísimos ejemplos de aplicación. El año 2001, el Colectivo Dret a Sostre de Mataró firmó el primer contrato de masovería urbana. Se trataba del contrato de un local, destinado a ser la sede social del colectivo. Algunos Ayuntamientos han mostrado su voluntad de impulsar este modelo (Olot y Sant Cugat por ejemplo) pero de momento no tenemos resultados.
Pero durante nuestra observación, hemos encontrado varios casos de masovería urbana informal, es decir, sin contrato. De modo que resulta difícil cuantificar esta práctica. Lo que sí podemos calificar es el nivel de satisfacción. Queda recogido en estas citas, la de un grupo de seis personas que vive en una masía del Vallès: «el casero es como de la familia también124.», y la del propietario, «Yo no me lo esperaba. Cuando me lo dijeron les dije que la casa estaba muy mal y ellos me dijeron que daba igual. [...] Y ahora cuando pasas por aquí y ves luz da mucha ilusión, antes daba pena pasar por delante. Últimamente las casas de payés antiguas van muy buscadas. Porque ocho años atrás iban cayendo casas, y ahora van buscadas y hay gente joven y es bonito. Antes veías una persona mayor con bastón y ahora ver juventud hace ilusión125.»
Compartir casa: mucho más que una casa
Últimamente, muchas personas han mostrado su deseo de ir a vivir al campo. Es usual encontrar grupos de personas que deciden compartir una casa. Los formatos varían, alquiler, masovería urbana, masovería rural, okupación o cooperativas de vivienda. Lo interesante es señalar el denominador común de vivir en grupo. Dadas las numerosas reflexiones y vivencias derivadas de compartir casa que aparecen en las entrevistas, la señalamos como práctica. Cuando hablamos de vivienda nos estamos refiriendo a proyectos de convivencia, estamos hablando de algo que va mucho más allá de una casa. «Yo llego a casa y me siento en familia, digo “¡Ay! Qué bien. ya estoy en casa.” Antes vivías con la familia o con la pareja. Pero ahora somos seis personas, somos seis maneras de hacer. Con las cuales vives y aprendes. Y el trabajo personal es mucho más rico126.» Lugares en los que confluyen prácticas de vida que sin los demás son impensables e imposibles. «Yo creo que es como una escuela de vida127.» Y en los que los demás se convierten en el sentido principal. «La convivencia es un arte128.»
La influencia del decrecimiento ha revitalizado el movimiento neorrural. Estos proyectos de vivienda y de convivencia deben ser entendidos como un planteamiento integral, en el que se revisan modelos de trabajo, de consumo y de producción. Así habla una de las personas que vive en una antigua casa rural en Santa Maria de Martorelles, cerca de Barcelona: «nuestro ideal de vida es trabajar veinticinco horas a la semana en el mercado laboral y dedicar más tiempo a las actividades más artísticas, a la relación personal y a la autoproducción, algo que también forma parte de la creatividad129.» En este sentido, una de las prácticas comunes presentes en todos los proyectos de vivienda rural compartida es la autoproducción, en mayor o menor medida. «Pasé muchos años en la urbe, creando un discurso cada vez mas elaborado, más formulado y te das cuenta de que todo el mundo critica la ciudad pero desde la ciudad, nadie se va. [...] Y pensé que era el momento de dejar de hablar tanto pero desde la práctica130.»
Uno de los temas más significativos es que las prácticas de convivencia implican convivir con los conflictos. Es decir, vivir con los conflictos de manera cotidiana, por tanto, más frecuente y profunda. En este sentido es interesante señalar como las prácticas de convivencia se convierten en difusoras de la resolución de conflictos, de las prácticas de facilitación y de la comunicación no violenta. «Y el conflicto aparece constantemente. Y es entender que no es malo. Que el conflicto nos hace crecer. O nos puede hacer crecer. O nos puede hundir. El tema es como lo trabajamos y que hacemos con eso. Vivimos gente muy diferente de caracteres y de formas de vivir la vida. Es un reto y es enriquecedor131.» Incluso observamos como los espacios de toma de decisiones, de reflexión, de exploración y de gestión de emociones se convierten en espacios donde se implementan prácticas participativas pioneras. «Las asambleas intentamos llegar a consenso siempre que se pueda. Todos aportamos lo que queremos desde la parte emocional y desde la parte realista. A ver que tenemos y que podemos hacer para llegar a un punto en común132.»
La educación es el proceso mediante el cual se transmiten conocimientos, valores, costumbres y formas de actuar. Las nuevas generaciones asimilan y aprenden normas de conducta, morales y culturales. La educación es como los niños verán el mundo. Así que la definiremos a partir de los principios presentes en las prácticas que aquí relataremos, en los que la educación es a través de la convivencia, atiende todas las dimensiones de la persona, parte del respeto de las necesidades y los ritmos de cada persona, se basa en la libertad responsable, es a través de la corresponsabilidad y es vivencial y activa.
Asociaciones de crianza compartida
Las asociaciones de crianza compartida o de acompañamiento a la crianza son asociaciones sin ánimo de lucro, constituidas por un grupo de familias y de educadores, con el objetivo de acompañar el proceso de crianza de los niños, que va desde su concepción hasta los seis años. Este proceso temporal coincide en el sistema educativo formal con el paso por la guardería y el parvulario y finaliza en el momento de acceso a la Educación Primaria. Estas asociaciones nacen de la iniciativa de varias familias que se juntan para buscar un modelo de atender a sus hijos en el que ellos puedan participar y decidir. «La societat pensa que els nens es una cosa que passa amb el temps, els nens han de creixer per formar part de la societat, i jo sempre he pensat que la societat està formada per nens, adults i iaios. I que ells tenen dret a tenir cadires del seu tamany, a no tenir que aixecar la pota per pujar a l’autobus, i jo sempre he pensat que perquè no els respectem, perquè no els considerem un ciutadà més133.»
Sus objetivos se basan en acompañar el desarrollo libre de los procesos evolutivos de los niños, así como acompañar las inquietudes de las familias, que a menudo están sometidas a una intensa vida laboral incompatible con sus necesidades y las de sus hijos. «No podíamos hacer una educación basada en que nosotros no tenemos tiempo para estar con ellos, basada en que la baja por maternidad es corta, basada en que tenemos que trabajar mucho134.» Los objetivos de estas prácticas se nutren de un pensamiento elaborado sobre la educación en sintonía con la educación libre. «Siempre han existido miradas diferentes, siempre ha habido experiencias que estaban en la línea. La escuela actual es un invento del siglo XIX, que se debilita en el siglo XX a través de la sociedad industrial135.» La Red de Educación Libre de Catalunya resume así su pensamiento: «la XELL es la Red de Educación Libre, una red de personas a favor de una mirada respetuosa hacia las necesidades vitales de la infancia. Creemos que educar no significa instruir, ni siquiera enseñar, sino más bien cuidar y acompañar los procesos de vida de la infancia, la de sus familias y las nuestras propias.» Destaca la ruptura con el sistema convencional de evaluar. «La obsesión por evaluar, lo que me parece importante es seguir su ritmo136.» La ruptura por la catalogación de los niños. «Uno que se mueve mucho es hiperactivo y si no se mueve mucho es que es tonto137.» Y sobre todo el rechazo a la jerarquía. «El más importante es el tema de la jerarquía, el no tratar a tu hijo de arriba abajo, sino de igual a igual138.»
El tema del presupuesto supone un desafío para este tipo de proyectos dado que en nuestro país, la educación es pública y gratuita. Si bien es cierto que en el caso de las guarderías la cosa no es siempre así, la oferta de plazas públicas es escasa. Y muchas familias deben asumir el coste de las guarderías privadas. Así que es una de las prácticas que implican añadir un coste económico al presupuesto. Es un ejemplo que nos muestra que no estamos hablando de prácticas no monetarias. Sino de prácticas que no siguen la lógica del máximo beneficio, aunque, obviamente, el dinero será una variable dado que el mercado está presente en todos los ámbitos de la vida. Si bien al ser una variable, algunas prácticas serán más baratas respecto al euro, otras más caras respecto al euro y en otras no intervendrá el dinero. En todo caso, nunca el dinero será un factor determinante, si bien, como variable, condicionará y hay que tenerlo en cuenta. «La educación libre no está relacionada con el dinero porque también la gente con dinero paga colegios que valen carísimos donde se respeta cero la necesidad del niño139.» El coste económico de las asociaciones de crianza compartida es el resultado de pagar los sueldos de los educadores más los costes de alquiler, en caso de que existan. «Teniendo en cuenta que una escuela bressol vale 200 o 300 euros y que una privada vale 400, pues no, no lo considero caro140.» También hay que tener en cuenta el coste económico derivado, generalmente las familias reducen sus jornadas laborales para poder participar en el proyecto y eso reduce su entrada de dinero. «Nosotros hemos decidido ganar menos dinero y pasar más tiempo con nuestra hija, es un tema de equilibrios y de establecer tus prioridades141.»
El Tatanet es una asociación de crianza compartida formada por ocho familias con niños de 0 a 3 años de edad. «Tatanet es un conjunto de familias que en un momento dado hemos dado respuesta a la educación que nos ofrecía el Estado. Porque en un momento dado pensamos que necesitábamos otra cosa para nuestros niños142.» No les gustaba el modelo de guardería, pero tampoco podían hacerse cargo del cuidado de sus hijos las veinticuatro horas del día, porque tenían que dedicar tiempo al trabajo. Así que crearon un espacio para sus hijos e hijas. Se informaron sobre modelos que ya funcionaban en Barcelona, y decidieron empezar uno nuevo en su barrio, Sants. Hicieron una convocatoria por correo entre sus amigos para difundir y acudieron bastantes familias interesadas a lo que fue la primera reunión del proyecto. Buscaron un local gratuito. «Gracias a un familiar de uno del Tatanet, la Parroquia de Sant Medir nos cedió un local maravilloso de cien metros con sol, que teníamos siempre que montar y desmontar143.» Y contaron con el apoyo en la Red de Educación Libre. Los niños van cada día de lunes a viernes de nueve de la mañana a tres de la tarde con la educadora, y cada día un padre la acompaña y se encarga, además, de la preparación de las comidas. De modo que cada familia tiene que asumir un día de acompañamiento cada ocho días. Algunos se piden fiesta ese día, otros adaptan horarios y otros reducen jornada. Las decisiones se toman conjuntamente en la asamblea mensual. Y las tareas, gestión, administración, pedagogía y local, se reparten en comisiones. Familias y educadores comparten la gestión del proyecto. Podríamos decir que se promueven las relaciones entre personas, como modelo alternativo a un sistema que no permite tiempo para ello.
Existen una treintena de proyectos de crianza compartida en Cataluña144, a los que hay que sumar una significativa lista de proyectos emergentes. Es significativo que existen un par de ejemplos que son un modelo a medio camino entre la educación libre y la educación pública. Es el caso del Martinet, en Ripollet, por cierto, muchas familias han ido a vivir allí para poder llevar a sus hijos al Martinet. Se trata de una escuela pública, que cuenta con educadores formados en educación libre y con el apoyo del AMPA. Así hablan sobre sus objetivos. «Queremos una escuela en la que los y las alumnas tengas conciencia de lo que están haciendo, de cómo lo están haciendo y de por qué lo están haciendo. Queremos ofrecer una educación abierta a nuestra sociedad basada en los valores del civismo, la creatividad y la autonomía personal.»
Escuela libre. El Roure
El Roure es una escuela libre que nació después de un proceso de encuentro de varias personas que soñaban con otra educación para sus hijos. En 1996 el piso en Barcelona de una de las familias, sirvió para acoger a cuatro o cinco niños. Luego nació La Casita, para niños de 2 a 6 años, en el barrio de Gracia de Barcelona. Y en 2001, El Roure, en Mediona, en el Alt Penedes, para niños de 3 a 11 años. Una persona cercana compró la finca donde están ubicados y todos trabajaron para reformarla. «Como todo inicio, se vivió en un ambiente de ilusión y de implicación muy intensa entre nosotros, las familias, los amigos y los profesionales que colaboraban de forma desinteresada. Compartimos sudor entre cemento, ruinas y pintura, horas de cocina, tertulias pedagógicas en la sobremesa, sueños, incertidumbre y mucha confianza. Fueron tiempos de carencias económicas y dificultades constantes en los que no existían las vacaciones, nos atosigaban los quebraderos de cabeza... y nos empujaba una fuerza inmensa145.»
A día de hoy, El Roure es un espacio de encuentro y acompañamiento entre familias y equipo pedagógico en torno a la experiencia de la crianza infantil. Este acompañamiento tiene dos vertientes: por un lado, un ambiente respetuoso y rico en vivencias para los niños en un contexto colectivo, y por otro, una comunicación con padres que invite a la observación , la percepción sensible y la reflexión para apoyar y enriquecer la experiencia de crianza de los hijos. Su propuesta es ser una experiencia dirigida a acompañar la globalidad del crecimiento del niño sin sobrevalorar ningún aspecto por encima de los demás: su mundo emocional, sus aprendizajes culturales, su capacidad de reflexión, de expresión y comunicación con los otros, la conciencia de sí mismos, su desarrollo motriz, su creatividad, etc. Su objetivo es el de respetar el ritmo y modo de cada niño en lugar de determinar desde fuera el qué, el cómo y el cuándo en este proceso de crecimiento. Proponen que los padres asuman el derecho y la responsabilidad básica en este acompañamiento, en lugar de la actitud de delegar en los profesionales de la educación y en la escuela una parte fundamental de su función. En este sentido, quieren que El Roure sea un espacio pedagógico habitual y cercano pero no exclusivo, en el que hay otros adultos y experiencias que no hay en casa, pero donde los padres quieren y pueden participar. Se trata de que sean los padres los que decidan de forma continuada el grado de asistencia en función de la necesidad de su hijo. El proyecto implica integrar los aprendizajes académicos en la vida familiar, como cualquier otro aspecto de la realidad que ofrece a los ni?s. Un dato importante, El Roure es una escuela peque? y quiere serlo.
Red de Educación Libre, XELL
En 2005 nació la XELL, la Xarxa d’Educació Lliure. La XELL se define como una red de personas a favor de una mirada respetuosa hacia las necesidades de la infancia. Nació para fortalecer los lazos entre proyectos que ya funcionaban y apoyar la creación de nuevos, así como para difundir esta mirada sobre la educación. Se ha constituido como asociación que organiza diferentes tipos de actividades de formación, difusión e intercambio. Entre sus objetivos está el de promover el reconocimiento legal de la educación alternativa para lograr el respeto de las decisiones de las familias.
La Constitución española dice que la educación es obligatoria y la legislación educativa, que la escolarización es obligatoria a partir de los seis años. De modo que hasta los seis años no hay obligación de llevar a los niños a una escuela reglada. Pero los espacios educativos que implican una actividad económica tienen que cumplir con la normativa vigente sobre temas estructurales de espacio y temas de responsabilidad civil. La mayoría de escuelas que empiezan se constituyen según algún tipo de entidad legal, generalmente asociación o cooperativa, para poder gestionar y hacer frente a estos aspectos legales. De modo que es relativamente fácil empezar proyectos con niños de cero a seis años, pero a partir de los seis años, la situación se complica. Los niños que no asisten a una escuela reglada son reconocidos como legalmente desescolarizados. La desescolarización ha existido siempre, de hecho, es una opción educativa legal y regularizada en muchos países europeos, pero en España no está reconocida legalmente, aunque tampoco como ilegalidad. En Cataluña, el Departament d’Educació y el de Benestar Social saben de la existencia de esta opción educativa y en general, si no existe denuncia, no se implican. Pero también es cierto que existen algunos casos en los que han intervenido. La Ley de Educación en Cataluña, la LEC, recoge una disposición transitoria que consiste en la posibilidad de la educación no presencial durante toda la escolarización obligatoria, primaria y secundaria. Pero todavía no se sabe como será regulada por el Departamento de Educación esta opción.
La XELL mantiene contacto con la administración para hablar sobre este tema. Existen algunos casos en que las familias han optado por buscar el reconocimiento legal de una escuela a distancia en los Estados Unidos para evitar el reconocimiento de desescolarización.
La educación pública y construir alternativas
Es importante para analizar las prácticas de educación tener en cuenta que la educación en España es pública, lo mismo ocurre con la salud. Este tema aparece en las entrevistas a menudo y plantea un debate sobre defender y cambiar la educación pública desde dentro o crear alterantivas y reclamar su reconocimiento legal. Las ideas que plantea este debate son, por un lado, la que defiende la coherencia entre teoría y práctica. «Hay dos formas de hacerlo, bueno que se vaya enterando de que es el mundo. Aunque no le apetezca. Pero el mundo se lo va a encontrar igual. Si está preparada porque tiene una base emocional fuerte porque los padres han pasado mucho tiempo con ella. Lo veo una excusa, bueno que sufra un poco ahora porque luego... Yo sé que el Tatanet no es lo que hay fuera, pero es que no me interesa, es que me da igual. No tengo por qué pertenecer a un lugar que no me interesa solo porque el mundo es así146.» Las que expresan el conflicto interno entre las dos opciones. «Me trae un poco de conflicto, porque en la fase de niños tan pequeños si que creo que es muy importante. Lo que me sucede, y eso creo que es muy personal, es que yo creo en la educación pública. Entonces me siento más cómoda trabajando para intentar mejorar la educación pública, y ahora, la mayor va a una escuela pública del pueblo y estoy metida en el AMPA147.» Y las que se decantan por la educación pública y señalan el peligro de segregación de los modelos educativos alternativos. “A nivel familiar, siempre hemos optado por instituciones educativas que sean un reflejo de lo que se pueden encontrar en la sociedad, que sean representativas de la composición social. Siempre hemos defendido la pública y creo que si no nos gusta, lo que tenemos que hacer es presionar para cambiarla, que es donde va el 80% de la población infantil. [...] En segundo lugar, nunca tuve claro, y tampoco ahora lo tengo claro, que el modelo de grupo de crianza compartida sea el modelo óptimo que yo quería para mis hijos. Siempre he tenido muchas dudas respeto a “educar apartado de la sociedad”148.»
Prácticas de conocimiento compartido
La gran revolución de nuestra era, internet, ha redefinido nuestra sociedad como la de la de la información. Así que es fácil imaginar el impacto que supone la cultura compartida respecto a un modelo de conocimiento mercantilizado y exclusivo. Esta es una práctica apasionante porque cambiar los procesos de intercambio de material cultural y simbólico supone decidir e incidir sobre nuestra cultura. Tal vez esta es la más transversal de todas las prácticas. La dinámica de aprender entre todos, sumando conocimientos y rompiendo jerarquías está presente en la mayoría de proyectos. En este apartado nos referiremos a las que tratan de forma específica el conocimiento compartido.
Redes de intercambio de conocimiento
Una red de intercambio de conocimientos es un sistema de intercambio de conocimientos, saberes, habilidades y/o experiencias. Las XIC (xarxa d’intercanvi de coneixements) suponen una manera de aprender y de enseñar que rompe con el modelo de aprendizaje convencional. Todos pueden transmitir aquello que saben porque se valoran los saberes de todas las personas. Lo importante deja de ser el conocimiento, una supuesta entidad propia que existe al margen de las personas, para ser personas que saben. El sujeto deja de ser el saber y pasa a ser la persona que sabe. Desde este enfoque, la transferencia de conocimiento cambia radicalmente, ya no hablamos de una persona que accede a un conocimiento incorpóreo, sino de una persona que se relaciona con otra para realizar una transferencia de conocimiento. Y aun más, dejamos de hablar de los que no saben frente a los que saben. Y hablamos de dos personas en una relación de igualdad. En consecuencia, el foco de esta práctica es el hecho relacional por el cual se transmiten los saberes. Vemos pues, con estas pinceladas de definición, que las XIC constituyen un desafío a uno de los pilares más asentados de nuestra sociedad, el saber, ese ente supremo y a menudo, inalcanzable para la mayoría.
El objetivo que aglutina a todas las XIC es el de promover la filosofía de la cultura compartida. Es interesante observar como revalorizan los intercambios de conocimiento entre generaciones. Entienden que es la única manera de tener un acceso real y pleno a la cultura, ya que el verdadero impulso del aprendizaje es la transmisión de experiencias de vida. Potencian las relaciones de igualdad y rechazan una herencia que ha usado la cultura para justificar relaciones de poder. «Sobre todo con los conocimientos que estamos acostumbrados a que estén muy profesionalizados y muy especializados y muy mercantilizados y la gente cuando dice “yo no sé hacer nada”. O ves que hoy en día hay una serie de profesiones que no sabemos que ofrecer. En realidad, todos tenemos muchas capacidades y no lo valoramos y muchas veces, bueno, hay muchas cosas que no se valoran a nivel social pero en una red así toman sentido, por ejemplo, la costura. La costura está en desuso y la vamos perdiendo, y en la red está valorada porque nadie lo sabe hacer149.»
Todos son aprendices y maestros, el saber de todos vale lo mismo. Eso no quiere decir que no existan conocimientos especializados, desarrollados con pasión y profundidad, lo que quiere decir es que poseer conocimientos profundos no es usado para ejercer relaciones desiguales. Rechazan el sistema convencional de acceso reglado, restrictivo al fin y al cabo, al conocimiento y sensibilizan sobre la necesidad universal de tener un acceso libre y gratuito de todas las personas y de igual manera a nuestro patrimonio cultural. Además, ponen de manifiesto la imposibilidad de controlar los sistemas colaborativos de difusión y producción cultural.
En las XIC, la moneda es el saber. Esos saberes, conocimientos y habilidades son ofrecidos a los demás, y los demás, a su vez, ofrecen sus saberes, conocimientos y habilidades. Por lo general, la participación es voluntaria y gratuita, el requisito común es que la persona que quiere participar tiene que enseñar y aprender. A través de acuerdos sobre contenidos, métodos, en qué lugar, horario y con qué frecuencia se va a dar ese intercambio. Se deja de lado la costumbre de que alguien decida como va a enseñar y el resto acaten. Se impulsa un sistema de aprendizaje en el que también se aprende a enseñar. De hecho, enseñar a los demás supone un 95% de retención de conocimiento, es la forma más efectiva de aprender.
«La XIS es curioso, porque la gente, cuando llega, es porque le interesa un curso y entonces se le dice que si está recibiendo un curso tiene que ofrecer algo, y dicen, “¡ay, pero yo no se hacer nada!” Y esto es una muestra de la manca de autoestima que tenemos. Y le dices, ¿y tu que haces? Y dice, me gusta coser. Pues seguro que lo sabes hacer si te gusta. Y ver como a través de los talleres, a parte de adquirir conocimientos, refuerzas tu autoestima, tal vez no tiene valor en el mercado capitalista. Y llena mucho descubrir que, claro, que sabes hacer cosas150.»
Todos los saberes tienen el mismo valor, el valor de intercambio es el tiempo. Vale lo mismo una hora de mecánica de naves espaciales que una hora de sumar. Porque el tiempo es el mismo para todas las personas. El saber enriquece pero no discrimina.
El funcionamiento de una red es muy ágil, dado que el tiempo es un valor muy fácil de manejar. Los participantes deben disponer de la información sobre las ofertas y las demandas de conocimientos, por ello se apoyan en software que garantizan el acceso abierto a todos los usuarios. Cada persona que se integra en la red debe rellenar sus demandas y sus ofertas de conocimiento. A partir de ahí se dan dos tipos de intercambios, los de persona a persona y los de grupos. Dependiendo de la demanda de un conocimiento se planteara la posibilidad de hacer un grupo, o bien de hacer un intercambio de persona a persona. Si dos personas confluyen en sus demandas, se hará un intercambio directo o bidireccional, por ejemplo, tú me enseñas informática y yo te enseño inglés. En caso de que no sea así, que las demandas no confluyan, se hará un intercambio multirecíproco, por ejemplo, yo te enseño informática, tú le enseñas inglés a otra persona, y otra persona me enseñará cocina japonesa a mí, y cerraremos el círculo. Por último, si un conocimiento tiene mucha demanda se planteará la posibilidad de hacer un grupo.
Cuántos y dónde
Para hacernos una idea de la escala de esta práctica vale la pena observar la impresionante oferta de cursos que podemos encontrar en cada una de estas redes. Podemos encontrar todo lo imaginable. Ponemos por ejemplo la oferta de la XIC la Torrassa. Lo transcribimos para hacernos una idea de lo que supone trazar un mapa de los saberes, conocimientos y habilidades que atesora un solo grupo de personas:
Educación de adultos, Educación Secundaria Obligatoria (cultura general), Graduado Escolar, informática, salsa baile, carnaval, manualidades, asesoramiento legal, costura, gramática catalana, repostería, ganchillo (coser), catalán básico, inglés básico, informática para madres, psicología, danzas africanas, risoterapia, francés, conversación en castellano, técnica de vela, cine, asesoramiento laboral, contabilidad, repostería peruana, italiano, castellano, elaboración de cortometrajes, tertulia literaria, expresión escrita, reparación de motores, mecánica, manualidades, punto de cruz, Corel Draw, AutoCAD, programación informática, internet en árabe, francés avanzado, reiki, dinámica de grupos, puericultura, cocina casera, grupo de teatro, conversación en inglés, solfeo, gastronomía general, senderismo, rutas por los Pirineos, técnicas de estudio, paseos en bici, Alzheimer, masajes, correspondencia postal, redacción en castellano, negroide (baile peruano), traducciones del catalán al castellano, reflexoterapia, realidad peruana, crecimiento personal, yoga, canto y repertorio, artes plásticas, dibujo, peluquería, fotografía, tango, estampación, guitarra, salidas culturales, taichí, globoflexia, country, Feldenkrais (salud), astronomía, filmoteca, cocina exótica, países del mundo, jabón ecológico, introducción a la PNL (salud), herboristería, shiatsu, aprender a leer, jardinería y floristería, budismo, espiritualidad femenina, recetas de cocina, sevillanas, corte y confección, socorrismo, primeros auxilios, cómo conservar la memoria, derecho, maquillaje, costura a máquina, ajedrez, gallego, reparación doméstica de la luz, reparación doméstica del agua, ruso, danza, Photoshop, cuidar las plantas del balcón, vídeo, planchar (hogar), creación de páginas web, taller de grabado en vidrio, pintura, iniciación al clown, inglés avanzado, animación infantil, tejer, alemán, fotografía digital, aprender a planchar, matemáticas, aprender a escribir, bordar a mano, Excel, gestión de las emociones, gimnasio para mantenimiento, trabajo de madera, cocina boliviana, lana para decoración, bisutería, lenguas africanas, francés básico, karate, fútbol, bachata, Access, batería, conocimiento de biología, conversación en francés, ortografía.
Imaginemos la suma de todas las ofertas de las XIC de Cataluña. Para saber el número total de XIC, no existe ninguna web que tenga unificados estos datos. En muchos casos, las XIC están integradas en las redes de intercambio, así que para obtener datos, lo mejor es acercarse a ellas. Actualmente, de forma aproximada, podemos decir que hay unas dieciocho151 XIC estables que realizan intercambios de forma periódica, con una media de sesenta y cuatro a la semana. De estos, veinte son de temas relacionados con salud, quince de conocimiento de lenguas, doce con temas artísticos en los que se incluye la música, siete de informática, siete con temas relacionados con la cultura general, y el resto, de temas variados.
Orígenes
La XIC de Nou Barris se puso en marcha en Barcelona, en el año 1993. Fue una iniciativa de varios profesores de la escuela de adultos Freire. La XIC Castelldefels ya funcionaba en el año 1990. También se habla de que la primera XIC nació en 1988 en l’Escala, en Girona. Estas redes entroncan con los movimientos de renovación pedagógica que se impulsaron en el post franquismo. Se dice que el primer proyecto de este tipo nació en Francia en los años setenta del pasado siglo. Aunque es evidente que de modo informal, el intercambio de conocimientos es tan vertebral socialmente que constituye el camino de la humanidad en la evolución y formulación de las ideas. Hablando de redes formales de intercambio de conocimiento, podemos decir que la primera experiencia tuvo lugar en la ciudad de Orly, en 1971, más tarde, en el año 1976, se recupera el proyecto en la ciudad de Evry, una maestra, Claire Herbert Sufrin, decide darle el impulso definitivo; con el tiempo, la experiencia fue creciendo de tal modo que en 1979 se constituyó formalmente la red de intercambio de conocimientos de la ciudad de Evry.
Grupos de aprendizaje compartido
Los GAC, grupos de autoaprendizaje colectivo o cooperativo, son grupos de personas interesadas en formarse en un mismo tema que se organizan para autoformarse. Existen varias formas de organizarse, lo que tienen en común es que las personas están allí por decisión propia, por interés y no por obligación. «Siento que me pide una actitud activa en relación al conocimiento, y no consumista frente a paquetes de verdad estandarizados y normalizados. Me responsabiliza de mi propio proceso de aprendizaje, explorando dentro de mi, cogiendo conciencia de mis dudas y mis inquietudes, y así, siento que interiorizo mucho más lo que aprendo, partiendo de mi mundo interior y en relación con los demás152.»
El grupo busca herramientas propias o adquiridas para trabajar un interés de aprendizaje común. «A diferencia del aprendizaje formal, en el que no se acostumbra a preguntar qué es lo que te interesa, en nuestro caso, los temas los escogemos nosotros, en base a nuestras motivaciones y necesidades153.» Lo interesante es que el hecho de aprender en grupo aumenta la calidad del aprendizaje. «No recordamos prácticamente nada que no nos interesa. La construcción del conocimiento colectivo pasa del tradicional sistema de la escuela del aciertoerror a un mundo lleno de matices donde muchas estrategias, visiones y caminos tienen cabida, y son válidos. Por ejemplo, una de las aberraciones que recuerdo de la escuela, el hecho de copiar. En realidad, copiar con un compañero es dejar de competir y empezar a cooperar. ¡Y es una actitud que se castiga!154» Pero no solo eso, sino que el significado del término conocimiento desafían al convencional. «Lo más bonito del aprendizaje colectivo es reconocerte como fuente de aprendizaje a ti mismo. Eso hace que tomes responsabilidad en este intercambio, midas tus palabras, busques los sentimientos, leas alguna cosa que tal vez de entrada te daría mucha pereza. Te hace sentir valorado y a la vez, requiere mucha humildad, porque pasas a ser parte activa del aprendizaje, no te apalancas en una silla, ni criticas de golpe todo lo que dice una persona encima de una tarima. Buscas tus propios métodos de razonamiento y los ofreces al grupo para trabajarlos juntos, dudar, remover y escoger155.» Lo que se pone en cuestión es el actual sistema de educación formal. «En realidad es una rotura con el paradigma de la educación formal rancia que llevamos años adquiriendo desde los seis años en la escuela hasta los veintitantos en la universidad. Abre los ojos a muchísimas más posibilidades, porque no está orientada a la respuesta única, a un examen final, o a la adquisición del mismo conocimiento que tiene el experto, sino que focaliza toda al energía en el proceso personal de cada uno para entender, aprender, poner en duda, probar, decidir... sobre todo decidir. Porque decides aprender lo que quieres aprender156.» Y pone en cuestión la hegemonía del conocimiento intelectual por encima de los otros. «El conocimiento, la sabiduría y finalmente, los aprendizajes, no surgen solo del intelecto, sino que se asientan en las vivencias y cogen tantas formas como personas y momentos157.»
Estos procesos de aprendizaje parten de la idea del aprendizaje dialógico, aplicado por las comunidades de aprendizaje, que tienen en cuenta que los procesos de aprendizaje dependen más de la coordinación de todas las interacciones y actividades llevadas a cabo en los diferentes espacios de la vida que únicamente de los espacios formales como la escuela. El trabajo cooperativo se lleva a cabo cuando existe una reciprocidad entre individuos que saben contrastar y diferenciar sus puntos de vista de tal manera que llegan a generar un proceso de construcción de conocimiento, además, es un proceso en donde cada individuo aprende más de lo que aprendería por sí solo.
Al reconocer el aprendizaje y el conocimiento al servicio de la vida, se incluyen las emociones. «Porque parte de la vivencia incluye los sentimientos, y de hecho es de donde sale todo nuestro conocimiento de la vida de verdad, cuando sales del aula y compartes lo que sabes y pides lo que te gustaría aprender158.» Por eso aprender aparece relacionado con los propios límites, los miedos, el reconocimiento y la escucha activa. Así habla una persona de un GAC de metodologías participativas que nació cuando al terminar un curso, decidieron continuar aprendiendo por su cuenta. «Me gusta aprender con vosotros porque significar aprender a amar y amar el aprendizaje. Porque tengo menos miedo si lo hago acompañada, porque me acompañáis hasta los límites que sabéis que puedo saltar y me dais la mano, porque apreciáis mi opinión sin juzgarme, porque como os quiero soy capaz de quitarme prejuicios de encima y escucharos de verdad. Con todo esto me doy cuenta de que querer y aprender van de la mano159.» El objetivo de los GAC abre la puerta a que cada persona elabore su propio relato y decida por sí misma las herramientas que le ayudarán a vivir su propia vida. «Buscamos y construimos conocimiento propio, para crecer como personas y afrontar, o disfrutar, mejor de la vida, deltrabajo, del amor...160»
Universidades libres
Una universidad libre es un espacio de investigación y de educación, sin ánimo de lucro, según una organización popular, horizontal, asamblearia, autogestionada y participativa.
Las universidades libres son espacios de autoaprendizaje colectivo, donde el conocimiento no está sujeto a las leyes del mercado y no es un factor de exclusión social ni de jerarquización, son espacios de autogestión del conocimiento. Las universidades libres nacen con una voluntad clara de denunciar el pensamiento único, el adoctrinamiento, la homogeneización y el mercantilismo del sistema universitario. Por ello quieren crear espacios autónomos donde generar conocimiento, porque de ahí nace el libre pensamiento y la conciencia. Funcionan a través de grupos de autoaprendizaje de trabajo, junto con talleres, charlas y actividades.
La Xarxa d’Universitats Lliures (XULL)161 está formada per la Universitat Lliure de Sans, el Centre Social Okupat i Autogestionat La Teixidora, la Universitat Pirata de Viladecans, la Universitat Lliure la Rimaia, y El Laboratori de l’Assemblea d’Estudiants del Campus Mundet de la Universitat de Barcelona. La XULL és fruit de la cooperació entre diferents projectes sensibilitzats en l’educació i la formació. Les Universitats Lliures i Pirates ja existien, però van decidir crear la Xarxa com a conseqüéncia del Pla Bolonya i les protestes estudiantils. Contra la mercantilització de l’educació van crear una xarxa de tots els projectes d’Universitats Lliure. Citar Miles de Viviendas y la Universidad Pirata y la Universidad Nómada.
Red de bibliotecas sociales
Así se presenta la xarxa de biblioteques socials. «La societat és insuportableper qui la comprèn i qui la suporta és perqué no la compren162.» La red de bibliotecas sociales de Cataluña pone los miles de libros que tiene en un catálogo compartido disponible en internet163 como carta de presentación. Y es que ahí están, estaban y siguen estando, las ideas y la inspiración. El libro de la página impresa sigue siendo un vehículo presente que sabe convivir con la era digital, la xarxa de biblioteques socials dispone de un impresionante catálogo compartido operativo en internet, con posibilidad de hacer búsquedas avanzadas, fruto del trabajo cooperativo. «Els llibres ens ofereixen reflexió i crítica lliure del temps i l’espai, lluny de les lògiques del poder, i ens apropen a la comprensió de la societat. Els llibres poden ser un mitjà per la construcció de noves practiques revolucionàries, però mai un fi. Les biblioteques són part de l’antic projecte d’assaltar els cels, com ho són tantes altres realitats insurrectes.»
La red de bibliotecas sociales está formada por once bibliotecas. La Biblioteca de la CNT-AIT de Cornellà, en Cornellà de Llobregat, dispone de unos dos mil libros más apartado de fanzines y revistas; la Biblioteca de la Oficina Rurbana de Can Masdeu, en el barrio de Canyelles de Barcelona, tiene aproximadamente mil libros, cien títulos de revistas, un pequeño archivo de documentos no encuadernados y una cartoteca, y tienen una videoteca en construcción; la Biblioteca Social Mateo Morral, en el barrio de Sans de Barcelona, está orientada a las ciencias sociales y a las humanidades, así como a novelas de ciencia ficción; la Biblioteca Social La Hoguera, en Santa Coloma de Gramanet, se define como un punto de encuentro para el debate y la crítica, ambos escasamente presentes en el foco de la resistencia a la injusticia; el Centre d’Estudis Josep Ester Borras, en Berga, es un centro de investigación, documentación y difusión histórico social de Berga, destacamos la edición que hicieron en el 2003 de la reproducción facsímil del periódico obrero de Gironella Luz y Vida; completan la lista de bibliotecas la Biblioteca Telèfon Roig, en el Barrio de la Sagrada Familia de Barcelona, la Biblioteca Kilombo, la Biblioteca Popular Espontània, la Biblioteca Rurbana de Kan Pascual, la Biblioteca La Retaguardia y la Biblioteca del CSO La Revoltosa.
A finales de los noventa del pasado siglo, la convergencia tecnológica, la hibridación de todos los medios que se conocían hasta el momento (teléfono, radio, tele...) en un solo medio, el digital, marcó el inicio de la carrera hacia la apropiación de los medios de comunicación por parte de todas las personas que pudieran disponer de un ordenador. En aquel momento, las protestas antiglobalización de Seattle dieron pistas sobre lo que podía lograr la acción política entrando en los nuevos espacios de la red. Las revueltas árabes, seguidas del 15-M y Occupy Wall Street, han mostrado hasta dónde es capaz de llegar internet. Las prácticas de comunicación aquí descritas han nacido en un contexto donde la misma sociedad se ha convertido en una gran red, donde conocimiento e información circulan a velocidades vertiginosas, la sociedad red. Ahora bien, las prácticas que nos interesan son aquellas que entienden la comunicación como una necesidad, pero sobre todo, que determinan de qué comunicación estamos hablando. Por eso se rigen por una ética, la del software libre. El software libre son aquellos programas de ordenador que se definen por las cuatro libertades que ofrecen. La libertad de usar el programa, la de estudiar cómo está hecho, la de distribuirlo y la de mejorarlo. Para algunas de estas libertades es requisito tener acceso al código, por eso también son conocidos como programas de código abierto, en contraposición a los de código cerrado. Es decir, la herramienta lleva incorporada una ética, porque solo puede ser usada según unas determinadas prácticas. Podríamos sintetizar esta ética en los principios de la libertad individual, el conocimiento colaborativo y compartido, la solidaridad y la cooperación. «La cuestión es aquello que decíamos de que la ética hacker está en los orígenes y fundamentos de internet. No puede existir internet sin la cultura hacker. Este hecho lo ha hecho posible. Este hecho tiene un significado que todavía no sabemos hasta donde puede llegar, pero está claro que la capacidad de transformación que tiene es enorme. Internet permite conectar generalizada y horizontalmente los cerebros164.»
Guifi.net
Guifi.net es una red de telecomunicaciones abierta, libre y neutral, que se extiende con el tramo que incorpora cada participante cuando decide unirse a la red. Es una de las redes gratuitas de wifi más extensa del mundo. Es un proyecto colaborativo organizado horizontalmente que agrupa tanto a personas individuales, colectivos, empresas y administradciones. Todo el mundo puede participar en igualdad de condiciones en el marco de la licencia Wireless Commons. Guifi.net es una red abierta porque todas las personas están invitadas a participar, sin discriminaciones ni secretos. Todas pueden saber cómo funciona y mejorarla. Es libre porque no hay un propietario que imponga sus condiciones. Es de todo el que participa en ella conectando su tramo de red con los demás. Permite comunicarse con los otros miembros de la red y escoger cómo acceder a internet. Neutral, porque el acuerdo de interconexión es entre iguales y afecta solo a la red, no a los contenidos que circulan por ella.
Se gestó en el año 2004 durante una reunión en la que se compartieron ideas e hicieron las primeras pruebas. Un mes después, establecieron los primeros enlaces entre Calldetenes, Gurb, Santa Eugènia de Berga y Vic. En 2008 se creó la fundación privada para la red abierta, libre y neutral guifi.net, con el objetivo de ser un instrumento más al servicio de la red abierta sin alterar la forma original. A día de hoy, Guifi.net es una red mayoritariamente sin hilos, pero que usa también algunos tramos de fibra óptica, y cuenta con más de 25.300 nodos de los cuales, 16.000 están operativos. La mayoría de los nodos están ubicados en Cataluña y en la Comunidad Valenciana, y el resto están en diferentes lugares de la península. El despliegue de guifi.net por el territorio sigue unos principios generales que explican parte del crecimiento espectacular que ha tenido en ocho años. Guifi.net no planifica el crecimiento de la red, es la gente interesada la que se preocupa de conectarse y conectar así su zona. El resto de miembros les da apoyo, cada uno a su manera y según sus ganas y conocimientos. Guifi.net no paga nada a nadie. Cada usuario paga su equipo y el material que necesite. En algunos casos puntuales, los ayuntamientos locales ofrecen alguna colaboración en forma de material. En ese caso, guifi.net se ofrece a acompañar durante la reunión a los interesados para contar de qué se trata el proyecto. El despliegue se basa en intentar construirla en forma de malla, el objetivo es intentar dispersar al máximo los puntos centrales proporcionando así una conectividad lo más directa posible a todas las personas, de igual a igual, con el máximo de alternativas disponibles e intentar evitar los puntos únicos y críticos. El soporte y la gestión de la red se hacen a través de la web y las aplicaciones orientadas a gestionar la red están en constante desarrollo. Todos los interesados participan activamente en mejorarla, sin embargo, el resultado es técnicamente muy complejo. El objetivo es hacer la red lo más universal e ilimitada posible. Para el mantenimiento se usa el sistema de potenciar que la información sobre el estado de la misma sea lo más actualizado y transparente posible. Por eso se anima a todos los usuarios a notificar cada vez que algo no funciona. Se anima a que los usuarios lo arreglen, lo notifiquen, pidan ayuda a otros usuarios para arreglarlo. Finalmente existe el principio «fuera de juego», dice así: «estás fuera de juego si crees que guifi.net es un lugar para debatir cuestiones de tipo político, religioso, orientación sexual, actualidad de prensa rosa, etc., o crees que guifi.net debe actuar guiada por algunos de estos principios en lugar de los principios que se han contado antes. Por “Cumbayá” que parezca el tinglado, no es nada más de lo que es, una red ciudadana basada en el civismo donde caben todas las personas ni debe ser otra cosa. Guifi.net respeta todas las opiniones y orientaciones, pero el objetivo es hacer red. Existen otros lugares, también en las redes, donde hacer este tipo de debates, y así guifi.net no se distrae con estas historias165.»
X.net
X.net era conocida como eXgae hasta que recibieron un burofax de la SGAE exigiéndoles el cierre del dominio <http://exgae.net> y el cese de su actividad por infracción de la marca SGAE y competencia desleal. Para evitar un largo y costoso proceso, el colectivo pasó a llamarse X.net en noviembre de 2010. Son una plataforma sin ánimo de lucro que propone modelos alternativos para la difusión cultural y la gestión de los derechos de autor. A través de propuestas legislativas y campañas virales, realizan un trabajo de presión política, a nivel estatal e internacional. Cuentan con un servicio de asesoramiento sobre derechos de autor, licencias, canon digital, copia privada, P2P, entidades de gestión, derechos de emisión y otras consultas relacionadas con la sociedad digital. Y dan información a artistas sobre las licencias que pueden aplicar a sus obras para no depender de ninguna entidad de gestión y a comerciantes que, ante una reclamación de la SGAE, quieren conocer sus derechos y obligaciones.
X.net organiza cada año los oXcars, una gala no competitiva que empezó el 2008 en la Sala Apolo de Barcelona. El objetivo de los oXcars es visibilizar la creación y distribución cultural realizada bajo los paradigmas de la cultura compartida. A través de muestras y menciones simbólicas a obras de varias categorías se muestran de forma paródica soluciones legales reales.
Desde 2009, organizan cada año en Barcelona el FCF Forum, un encuentro internacional de organizaciones y expertos en el ámbito de la cultura y el conocimiento libres para crear un marco estratégico global y una estructura de coordinación internacional. En el primer FCF Forum se creó la Carta para la innovación, la creatividad y el acceso al conocimiento. Esta carta propone reformas a la Ley de Propiedad Intelectual, el Paquete Telecom y más temas relacionados con la circulación de la información y la neutralidad de la red. La Carta fue enviada a más de mil gobiernos e instituciones políticas de la Comisión de Cultura y Educación de la Comunidad Europea y al Gobierno de Brasil. Durante el segundo FCF Forum se redactaron dos documentos sobre nuevos modelos de beneficios en la era digital. Modelos sostenibles para la creatividad y el Manual de uso para la creatividad sostenible. «La reconversión de las industrias culturales no es solo necesario sino inevitable. [...] Los beneficios que defienden los grupos de presión de las industrias culturales se basan en la producción artificial de escasez166.» La declaración recoge nuevas fórmulas basadas en los bienes comunes o los sistemas de financiación colectiva. Como el Freemium, ofrecer de forma gratuita servicios básicos y cobrar por las características avanzadas y el crowdfunding, los ciudadanos se convierten en accionistas de la empresa haciendo microdonaciones. «El contexto digital beneficia tanto a creadores y emprendedores como a la sociedad civil, [.] es posible la producción y distribución entre pares sin ser esto incompatible con las estrategias de mercado y la distribución comercial167.»
En marzo de 2010 se celebró en Barcelona el Foro de las Industrias Culturales, organizado por el Ministerio de Cultura y la Comisión Europea. El d’Evolution Summit fue una contracumbre organizada para exigir la retirada de la disposición final segunda de la Ley de Economía Sostenible, la famosa Ley Sinde, y el fin del monopolio de las sociedades de gestión de derechos de autor.
Communia.org
Communia.org es una empresa cooperativa de la ciudad de Terrassa con dos años de trayectoria. Su misión es pensar y desarrollar soluciones tecnológicas y comunicativas desde la perspectiva del software libre. Trabajan desde el convencimiento de que el conocimiento tiene que ser abierto y accesible a todo el mundo, su actividad gira alrededor de la formación y autoformación en tecnologías libres, la dotación infraestructural y el diseño de dispositivos web para hacer posible la actividad en la red de las comunidades. También investigan prácticas sociotecnológicas que permiten vincular estas herramientas con la construcción de procesos de cooperación social. Sus saberes sobre la transformación social nacen de su propia experiencia, dado que todos los integrantes de Communia llevan años participando en procesos ciudadanos de su ciudad. Procesos que se han articulado no solo en la red, sino en el barrio y en la ciudad. De hecho, reclaman esta experiencia como su principal fuente de aprendizaje. Por eso, su sede física está en el Centro Social de Gestión Ciu dadana Ateneu Candela de la ciudad de Terrassa. Un centro con once años de trayectoria, que se define como un espacio abierto a la ciudadanía crítica, y un laboratorio formativo. Este espacio efervescente y caldo de cultivo de proyectos y experiencias ha hecho posible, entre otras cosas, que proyectos como Communia tiren adelante. Por eso es necesario entenderlos como proyectos fuertemente vinculados a un marco donde convergen y se nutren otros proyectos. No se puede entender Communia sin el contexto del Ateneu Candela. Por eso, una de las máximas del Ateneu es la de aprender haciendo, «Como centro social de gestión ciudadana y espacio de ciudadanía crítica siempre hemos tenido la premisa de “caminar preguntando”168.»
Communia nace de dos inquietudes específicas de los cinco jóvenes que la forman. Por un lado, la de dar respuesta a la precariedad laboral de su generación. «Yo, por ejemplo, trabajaba en el Ayuntamiento de Terrassa en un plan de desarrollo comunitario en temas de juventud. Siempre con contratos de seis meses y a la primera de cambio, a la calle. Por tanto, si la cuestión del trabajo, y sobre todo, la renta han estado siempre presentes en los últimos años de nuestras vidas, en tiempos de crisis han pasado a ser una obligación. Una obligación plantearse nuevas maneras de experimentar colectivamente otras maneras de trabajar y de repartir la riqueza169.» Por otro, el de trabajar sobre el tema de la comunicación y el acceso al conocimiento. Uno de los integrantes de Communia explica así la génesis de esta motivación, «Nuestra generación ha crecido en paralelo a internet. Por tanto, era muy interesante experimentar estas hipótesis en la red. También porque nosotros nos definimos en estos mismos conceptos de red distribuida. Internet y software libre son, por tanto, cuestiones organizativas que forman parte del núcleo de nuestra cultura política que empieza con la irrupción del movimiento global. Aquello de la ética hacker de los años ochenta y noventa ya no es solo una frikada guay y underground sino que es un conjunto de conocimientos estratégicos, poderosos, horizontales y esenciales170.»
Recientemente, han constituido, conjuntamente con su red de espacios sociales de afinidad, la Fundación de los Comunes. La Fundación busca ser un experimento institucional para fortalecer sus redes de trabajo y cooperación en cuestiones relacionadas con la creación de circuitos de autoformación comunes, desarrollo de investigaciones militantes, edición de publicaciones, cooperación entre centros sociales y desarrollo de herramientas tecnopolíticas.
Marsupi.org
Marsupi.org es un rizoma de servidores autogestionados, se definen como una organización de empoderamiento tecnológico para proyectos y colectivos sociales. Se dedican a la investigación y al trabajo de mantenimiento de blogs, wikis, listas de correos, gestores de contenidos, etc., y utilizan la red libre guifi. net. «Marsupi es una fusión de personas que independientemente han llevado proyectos similares, como otros servidores autogestionados, hacklabs, proyectos de formación alternativa, etc. Nació dentro de un hacklab como parodia de un servidor, como la bolsa de un marsupial que dentro de su bolsa tiene otros171.» Marsupi nació como un servidor que ofrecía servicio de páginas web y listas de correo a asociaciones y centros sociales y culturales. A raíz de un problema de hardware con el servidor que alojaba estas webs y listas se buscó la manera de evitar este tipo de problemas. Se decidió reordenar Marsupi pensando en un servidor de aplicaciones wordpress y mediawikis. Sus servidores son máquinas que puede usar cualquiera como estaciones de trabajo, aprovechando la potencia de estas y la funcionalidad de virtualización que viene integrada en los procesadores más modernos. El uso de las máquinas virtuales facilita la migración de un servidor en caso de que aparezcan problemas de hardware, y también la réplica de ese servidor en otra máquina, permitiendo así la distribución del servicio en diferentes ubicaciones.
Marsupi está compuesto por Administradores de Sistemas, de ambos sexos, recalcan, conscientes del movimiento del programado libre y de la potencia de GNU/Linux. Además se definen como personas con larga experiencia en soluciones para los movimientos sociales. En Marsupi se permite el pago con ecos, la moneda social de la EcoXarxa. Pero se pide que la primera cuota sea enteramente con euros, ya que algunos de los pagos que deben realizar no es posible hacerlos con ecos. También ofrece cursos, porque creen que es importante que los colectivos puedan ser autosuficientes. Además, tienen un sistema de reciclaje de ordenadores. Las empresas renuevan sus máquinas cada tres o cinco años, dinámica que entra en el contrato que establecen con las multinacionales que les proveen de máquinas. De modo que ordenadores en perfecto estado acaban en el punto verde de recogida selectiva municipal. Marsupi contacta con estas empresas y establecen un acuerdo, Marsupi recicla los ordenadores y las empresas tienen un beneficio fiscal por colaboración con proyectos con fines sociales.
Compartir Dóna Gustet
Compartir Dóna Gustet es un proceso colectivo de creación de espacios de transmisión directa de conocimientos y de cultura, donde se compartan a tiempo real saberes y relaciones, libres de intermediarios y de las transacciones económicas convencionales del mercado. Este proceso se aborda desde disciplinas diversas, dado que lo importante es el proceso, no el contenido. Por eso están presentes la música, la fotografía, el diseño gráfico, la ilustración, el vídeo, la reflexión teórica, la cocina y el uso de la red. El proyecto nació de la observación de que existe una gran conexión entre las formas de hacer de la cultura de transmisión oral y las nuevas posibilidades de producción y distribución libres que ofrecen internet y las nuevas tecnologías. Todo este proceso se muestra a través de canciones, vídeoclips, material de documentación e investigación, los textos y las intervenciones en el espacio público. Fruto de todas estas actividades se crea comunidad a través del discurso, de los encuentros, de la música, del baile, de la comida, y un largo etcétera. En Compartir Dóna Gustet lo fundamental es la manera de hacer las cosas, el ritmo tranquilo y adaptado al tiempo de lo cotidiano, las alianzas que nacen del camino y la comunidad que se crea. «Cuando hablamos de nosotros, lo hacemos sin referirnos a unas fronteras políticas definidas y concretas, hablamos más bien de una sensibilidad, de una manera de entender la vida que queda aproximadamente en el Mediterráneo, palmo arriba, palmo abajo, es decir... de allí donde se come el pan de trigo con aceite de oliva172.» La mayoría de los miembros de CDG tienen una media de edad de 30 años y buena parte de su cultura musical, visual y estética es de influencia anglosajona. La cultura popular ocupa un lugar periférico bajo la impronta de lo anglosajón. No son muchos los que han vivido la cultura tradicional a partir de la vivencia de fiestas locales. Además, constatan que es difícil acceder a archivos y fonotecas de su patrimonio cultural. De modo que se pone en cuestión la cultura propia y hay que hablar de la cultura recibida, o más bien, de la cultura impuesta. Porque es imposible entender la particularidad de la tierra de cada uno sin adentrarse en la propia cultura. Por eso CDG decide profundizar y ensanchar, experimentar y gozar de la cultura de la tierra. Y dicen así: «la única manera de hablarle de tú a tú al mundo y de difundir esta sensibilidad más allá de nuestras tierras es profundizar en lo que nos hace únicos. Además, difundir nuestra cultura dentro y fuera de nuestras fronteras es imprescindible para podernos fortalecer, profundizar y conocernos mejor. Hace falta silenciar la cultura anglosajona abusiva y traer lo tradicionala la vida de la urbe, más allá del ábito rural 173.»
BccN Festival de Cine Creative Commons de Barcelona
BccN nació en 2010 con el objetivo de difundir las obras licenciadas en Creative Commons. Tuvo una gran acogida por parte del público y de los medios, así que en 2011 se volvió a repetir y empezó su repercusión internacional. Se trataba del primer festival del mundo que se podía copiar. Además, en este par de años, el cine con estas licencias ha tenido un gran aumento. En 2012 se celebró la tercera edición y ya empieza a ser una tradición que algunas películas se estrenen aprovechando el marco que brinda el festival.
Creative Commons son unas licencias de derechos de autor en que el autor determina qué usos se le puede dar a su obra. Creative Commons ha hecho posible la aparición de nuevos modelos de producción y distribución cinematográfica, donde el autor y el público son los verdaderos protagonistas, dado que los intermediarios se reducen. El manifiesto del BccN empieza diciendo: «creemos que la nueva realidad digital no acabará con el cine tradicional en salas174.» Este manifiesto es una buena descripción del espíritu de la cultura compartida, de sus valores y beneficios. «Al contrario, potenciará una distribución más libre y con más posibilidades de llegar a la audiencia. Un nuevo marco donde la audiencia hará la distribución de las películas entre sus contactos, que seguirán llenando las salas para disfrutar del cine de la forma tradicional, en salas, con pantalla grande y palomitas. Prueba de ello es la propia audiencia del festival, que bien podría ver las películas proyectadas en el ordenador en su casa. [...] Parte de un principio básico: Una obra que se ve es capaz de generar más beneficios que una obra que no se ve. Y, en este caso, un reparto más justo de los beneficios entre exhibidores y autores175.»
El arte es la actividad humana mediante la que expresamos una visión que interpreta lo real y lo imaginado. Llegados a este punto, ha quedado clara la importancia de los otros lenguajes. El arte es uno de ellos, porque es el vehículo para comunicar sentimientos, pensamientos e ideas. La noción de arte continúa siendo fuente de múltiples discusiones que tratan de acotar una definición que se resiste a la interpretación única. En las prácticas aquí referidas, a esta preocupación se le añade otra, cómo hacer posible un arte autogestionado. Por eso van de la mano del ocio alternativo, definido como la búsqueda de nuevas formas de acceso al arte y la cultura.
Grupo de teatro del oprimido Teatraviesas
Teatraviesas es un grupo independiente, autogestionado, sin ánimo de lucro y en constante evolución que se dedica a la práctica y expansión del Teatro de los Oprimidos (TO). Está conformado por unas quince personas que empezaron a gestar el grupo a finales de 2005. Crean obras de TO según un proceso colectivo interno, y luego las presentan en diversos lugares según la técnica del teatro foro. Una vez representado el espectáculo, los espectadores pueden participar convirtiéndose en actores y actrices de la obra. Tuvieron mucha difusión sus obras sobre mobbing y violencia de género. Pero el teatro foro es solo una de las siete técnicas del TO (teatro periódico, teatro foro, teatro imagen, teatro legislativo, teatro invisible, arco iris del deseo y estética del oprimido) a través de las que se trabajan aspectos artísticos, educativos, políticos y sociales, y terapéuticos. Una de las premisas del grupo es la expansión del TO como herramienta que debería estar al alcance de todas las personas, por lo que Teatraviesas organiza talleres de formación.
Teatraviesas no tiene director, funciona de manera asamblearia, autogestionada y colectiva en comisiones de trabajo. «Intentamos ser el máximo de coherentes con la realidad que queremos hacer. El grupo tiene que ser lo que nosotros soñamos siempre. No es fácil. El grupo se tiene que cuidar. Se tienen que cuidar las relaciones. Y es algo que se tiene que trabajar176.» Cada período de trabajo está coordinado de manera rotativa, por personas diferentes que se constituyen según sus intereses y posibilidades en las diferentes comisiones de trabajo y/o en el equipo de jokers del momento. «Hay un papel muy importante que es el del joker, que lleva el proceso de creación de una obra y es el que hace de puente entre público y pieza. Pero este rol lo vamos rotando, intentamos que nunca se estanque nada, que sea dinámico177.» Tienen diferentes frecuencias y modelos de reunión y asamblea que hacen del compromiso Teatraviesas una relación muy intensa. Las reuniones operativas para dar respuesta práctica a los acontecimientos del momento y al desarrollo concreto de los proyectos en marcha. Las asambleas ordinarias mensuales donde se presenta la situación, tareas y necesidades de cada una de las comisiones de trabajo (comisión prensa, artística, sistematización, formación y multiplicación, etc.) Y las asambleas de profundidad donde se debaten y se buscan consensos sobre la visión y misión del grupo, y donde también se hace gestión de las relaciones entre las compañeras con metodologías para tratar emociones y comunicación asertiva. Además se reservan los lunes para el trabajo físico, ensayos, entrenamiento actoral, y el martes para el trabajo de mesa, la lectura y el estudio. «De momento lo puedo compaginar porque en el trabajo tengo o me tomo ciertas libertades. Pero no es fácil porque cuando empiezas a crear dices, ostras, es que me gustaría dedicarle todo mi tiempo178.» Se autofinancian con la aportación de sus miembros, a través de algunas actuaciones y formaciones pagadas y con las Fiestraviesas, temáticas para apoyar proyectos o colectivos específicos. El capital que se genera se utiliza para la puesta en marcha de proyectos, la compra de materiales o el apoyo económico para que sus miembros puedan acceder a formación especializada en Barcelona o en el extranjero. Por otra parte, el lugar de ensayo está en el Centro Social Can Vies, un espacio liberado y autogestionado abierto al uso de quienes se comprometen con el proyecto. Es interesante apuntar que el uso de las técnicas del TO es frecuente para trabajar temas internos de los colectivos o bien para difusión externa.
El Teatro del Oprimido es un sistema de ejercicios físicos, juegos estéticos y técnicas especiales cuyo objetivo es restaurar y restituir a su justo valor esa vocación humana que hace de la actividad teatral un instrumento eficaz para la comprensión y la búsqueda de soluciones a problemas sociales e inter subjetivos. Fue creado por Augusto Boal en Brasil a finales de los años sesenta, así decía. «Primero somos teatro, luego hacemos teatro. Al principio, el actor y el espectador coexistían en la misma persona; cuando se separan, cuando ciertas personas se especializan como actores y otras como espectadoras, es cuando nacen las formas teatrales tal como hoy las conocemos...» El mercado cultural y artístico no está exento de los tentáculos del capitalismo, así que también se ha adaptado a las lógicas del mercado. Observamos que esta práctica artística rompe la necesidad de mercado cultural, dado que rompe con la visión del arte como mercancía. Lo más significativo es que rompe la confrontación actores frente a espectadores, del mismo modo que en otras prácticas se disuelven las barreras de la identidad, productor frente a consumidor, maestro frente a alumno, vendedor frente a comprador. El TO se basa en la creencia de que todos somos actores protagonistas de nuestras propias vidas, mucho más y mejores de lo que creemos ser. El TO crea un espacio que libera a las personas de la cultura del monólogo y establece la cultura del diálogo, el debate y la discusión. «El público es muy importante en nuestras piezas porque es activo, no es pasivo. Lo llamamos espectactor, y cuando acaba la pieza pasa a ser actor de la pieza porque tiene la oportunidad de entrar en el escenario y cambiar la situación, substituyendo a alguno de los personajes y viendo como su propuesta tiene efecto en la obra179.» En Cataluña, los grupos de TO forman la Plataforma Activista de Teatro del Oprimido en Cataluña.
Centros Sociales Artísticos Autogestionados. Artkatraz
Artkatraz es un centro multidisciplinar, un proyecto social y cultural. Ubicado en una enorme nave ocupada del Poble Nou de Barcelona, ofrece decenas de talleres gratuitos, cuentan con una sala oscura para hacer cursos de fotografía, un gran skatepark, una sala de música insonorizada donde muchas bandas sin local pueden ensayar, una sala de cine, una sala de exposiciones, salas de costura, un huerto, un taller de reparación de bicicletas, una sala de pintura, un gimnasio, una biblioteca con más de mil títulos, un taller de serigrafía y cuatro escenarios construidos con material reciclado. Artkatraz es un macroequipamiento que no tiene comparación con ninguna instalación pública. Su objetivo es la promoción y formación en disciplinas artísticas y oficios de forma gratuita y autogestionada. La nave y el descampado donde se ubican se encontraban en situación de abandono, y en solo un año y medio han logrado impulsar un gran centro social artístico autogestionado. Cada domingo organizan un cabaret abierto al público, donde se puede gozar de un altísimo nivel. Otro lugar para deleitarse con el arte es la Nave, otro Centro Social Autogestionado, especializado en circo, que dispone de un taller de circo abierto a todas las personas que desean entrenar.
El ocio alternativo
Es destacable la oferta de ocio alternativo que ofrecen los Centros Sociales Okupados, los ateneos, las cooperativas de consumo, los grupos artísticos, etc., colectivos organizados alrededor de las prácticas económicas alternativas. Suponen una nutrida oferta de cinefórums, charlas, debates, kafetas (así se llaman los bares alternativos que ofrecen productos sostenibles, no siempre) fiestas, comedores y cenadores, conciertos, obras de teatro y talleres. Una oferta de ocio sostenible y a precios populares. Además de un agente difusor sin el que sería imposible entender el crecimiento de estas prácticas. Teniendo en cuenta el dinero que se destina al ocio convencional, que incluye desde ir al cine y al teatro, a los bares, a las discotecas, a los restaurantes, y que tienen como icono los centros comerciales, suponiendo que el consumo se ha convertido en una forma de ocio, nos damos cuenta del alcance potencial de esta práctica.
Las magdalenas y el ocio sostenible, inventar tus propias prácticas
Para acabar contamos una iniciativa personal autodenominada ocio sostenible. Es el caso de un panadero agroecológico del Tarragonés que ha inventado una práctica ajustada a su vida. Le gusta bailar, en especial bailes tradicionales. Los viernes por la noche de primavera y otoño se celebra en la Plaza del Rei de Barcelona un encuentro gratuito de bailes tradicionales. Pero él vive en un pueblo de Tarragona, así que estuvo pensando cómo podía ir allí de forma sostenible. Añadió panes y magdalenas a su hornada semanal, el siguiente viernes cargó en el coche un buen surtido de panes y magdalenas y fue hacia la Plaza del Rei. Puso las magdalenas a pie de escenario y dejó un cartel: «estoy bailando, vengo durante el descanso». Cada viernes está bailando. Mientras, a la gente que merodea por la plaza no se le escapan las magdalenas, tienen muy buena pinta y el baile abre el apetito. Durante el descanso va hacia su puesto de venta informal y un montón de hambrientos bailarines se acercan a comprar magdalenas. Con lo que gana, se paga la ida, la vuelta y la gasolina, y además, le sobra algo. La Plaza del Rei se convierte en un espacio de difusión de la agroecología. Las personas que asisten allí pueden cambiar la compra de kebabs y bocadillos por productos hechos con harinas de espelta ecológica, contribuyen así a recuperar variedades antiguas de trigo. Y el panadero, sobre todo, satisface su necesidad de ocio. Un plan redondo. Si prueban las magdalenas, lo entenderán. Así acabamos este compendio de prácticas, con un caso de práctica personal, porque, al fin y al cabo, las prácticas deben satisfacer a las personas y cada persona debe pensar, adaptar e inventar sus propias prácticas, es decir, su propia vida.
Valorar la vida
Durante la revisión de este libro, el universo de las prácticas sigue su proceso de transformación constante y nos llegan noticias sobre uno de estos múltiples cambios, que decidimos añadir para evidenciar las dificultades que encaran las prácticas económicas alterantivas. Uno de los proyectos que hemos observado durante más de tres años y que tiene una trayectoria de más de diez, recibe malas noticias. Uno de los miles de visitantes que han pasado por allí ha puesto una denuncia alegando motivos sanitarios. «Solo hace falta una persona con una cerilla para quemar un bosque». Después de la visita de la policía y de la inspección sanitaria, solo se plantean dos opciones, cerrar el proyecto o hacer una inversión desorbitada para hacer reformas. Pero si añadimos este acontecimiento, no es por eso, sino para relatar la reacción del propietario. Porque no es solo su reacción, sino que es una actitud de vida que capta el espíritu que subyace en todas estas prácticas económicas alternativas. El propietario asume la situación, después de un mes de retiro para digerir el inevitable enfado, y piensa, más allá de la disyuntiva entre las dos opciones que me han planteado puede haber una ramificación de opciones que me plantee yo. Y entre esas aparece la de aprovechar este momento para empezar otra cosa. «Tengo en la cabeza un proyecto, llámale sueño, y a medida que avanzo los muros se desvanecen, como si el camino de estos años me hubiera dado las llaves que transforman la piedra en humo...»
Este universo de prácticas económicas alternativas va más allá de la economía, porque describe una economía que pone en el centro las necesidades de las personas, una economía al servicio de la vida, no del mercado. «Hay un fundamentalismo en el mundo donde vivimos donde lo más importante es ganar dinero. Este tipo de cosas están basadas en otros valores, valores de tener una buena vida180.» Cuando se reivindica la vida, lo primero que hay que preguntarse es como puede ser posible que alguien no esté a favor de la vida. «Vivir un poco al margen de tanta locura, porque al final estamos normalizando lo anormal181.» Y luego, preguntarse a qué estamos llamando vida. Estas prácticas van más allá de la economía porque expresan una cultura. Se apoyan en unos valores culturales que las llenan de significado, porque sin ellos no pueden entenderse. Proponemos entender este universo de prácticas económicas alterantivas como una cultura económica alternativa. Para lo cual, será imprescindible observar, identificar y analizar de qué valores estamos hablando.
5. Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. Biodiversidad. Disponible en: <www.fao.org/biodiversity/en>. Fecha de consulta: 15 de julio de 2012.
6. Monsanto Company. Disponible en: <www.monsanto.com>. Fecha de consulta: 15 de julio de 2012.
7. Mujer. 36 años. Manresa. Banco de semillas Sporus.
8. Xarxa Catalana de Graners. Manifiesto de la Red, 9 de febrero de 2010. Disponible en: <www.xarxacatalanadegraners.mundoalternativo.org>.
9. Departament d’Agricultura, Ramaderia, Pesca, Alimentació i Medi Natural. Producció Agroalimentària Ecològica (PAE). Disponible en: <www20.gencat.cat/portal/site/DAR>. Fecha de consulta: 15 de julio de 2012.
10. Institut d’Estadística de Catalunya. Disponible en: <www.idescat.cat/cat/economia/ecoagrari. html>. Fecha de consulta: 15 de julio de 2012.
11. Vives, E., 2009. Del campo al plato. Barcelona: Icaria
12. Hombre. 54 años. Mataró. Productor agroecológico.
13. Hombre. 54 años. Mataró. Productor agroecológico.
14. Hombre. 54 años. Mataró. Productor agroecológico.
15. Mujer. 36 a?s. Canovelles. Productora agroecol?ica.
16. Hombre. 37 años. Renau. Productor agroecológico.
17. Mujer. 30 años. Maresme. Productora agroecológica.
18. Hombre. 37 años. Renau. Productor agroecológico.
19. Xarxa de Pagesos Agroecologics de Catalunya. Disponible en: <www.pagesosagroecologics.com>. Fecha de consulta: 15 de julio de 2012.
20. Mujer. 31 años. Vallès oriental. Productora agroecológica.
21. Hombre. 54 años. Mataró. Productor agroecológico.
22. Hombre. 31 años. Igualada. Pastor agroecológico.
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