Capítulo I

Los medios de comunicación en crisis

1.1. Modelos de negocio caducados

Escriben C.W. Anderson, Emily Bell y Clay Shirky en Periodismo Postindustrial que “el buen periodismo siempre ha estado subvencionado” de forma pública, ya sea por las subvenciones que los medios de comunicación han recibido, ya sea por el acceso gratuito al espectro radioeléctrico, ya sea por las suscripciones públicas. De forma privada, los medios de comunicación han actuado como soporte donde los anunciantes se publicitaban.

No obstante, el escritor Philip Meyer publicó en The Vanishing Newspaper en 2004 que si las tendencias actuales continúan el último periódico será publicado en 2040. La gratuidad en internet, mayor difusión y creación de canales informativos más allá de los medios de comunicación y el acceso universal a las fuentes dejan los kioscos como un vestigio del pasado. En el caso de los periódicos, el soporte papel está dejando de ser un producto de masas.

De hecho, según publicaba en abril de 2013, el blog 233grados.com, la inversión publicitaria total dirigida a medios convencionales ha registrado una caída del 16,6 por ciento durante los tres primeros meses de este año 2013, según datos de Infoadex. El total invertido fue de 828,7 millones de euros, frente a los 993,5 millones del mismo periodo de 2012.

En el caso de Estados Unidos –citando igualmente 233grados.com–, la consultora eMarketer afirmaba que la inversión publicitaria en periódicos en este país, ya sean online o en papel, va a caer de forma constante al menos hasta 2016.

Y es que el modelo de negocio caducado es un modelo obsoleto de entender la comunicación global. El periodista Jeff Jarvis argumenta en el libro ¿Y Google cómo lo haría? que “los periódicos asumieron que su ventaja competitiva estaba en poseer los medios de producción y distribución en masa. En la vieja economía basada en la escasez de contenidos, tenía razón. Pero ahora lo impreso supone una carga económica insoportable”. Y lo insostenible es recortado, no sobre criterios periodísticos, sino con los criterios de los balances económicos.

La crisis mundial ha acentuado el proceso de decadencia de la prensa tradicional. El modelo de los medios de comunicación sustentados por los anunciantes está en horas bajas. La inversión publicitaria decrece y aunque aumenta el consumo de medios digitales, estos aún no son suficientemente rentables, porque a pesar de sumar audiencias más globales, el beneficio aún es menor porque se basan en modelos continuistas.

El faldón de publicidad en el periódico se ha transformado en el banner de la web o, en el peor de los casos, en el molesto intersticial que agota nuestra paciencia cuando accedemos a cualquier periódico digital. No hay ningún interés por estudiar los consumidores y la segmentación de públicos y las webs informativas son como una gran sala de Las Vegas, donde se venden espacios publicitarios que el cerebro de la audiencia es cada vez más sabio de hacer desaparecer.

Sin el monopolio de la verdad absoluta, los medios de comunicación siguen anclados en fórmulas obsoletas, periodísticamente pero también comercialmente. El I+D en el negocio de la prensa es inexistente ante feroces competidores como Google que han sabido estudiar y comprender el comportamiento de los consumidores digitales y adaptarse continuamente a los cambios y a las oportunidades.

Además, los periódicos han perdido el monopolio de la publicidad como servicio aparte. Como apuntan en Periodismo Postindustrial, “la pérdida de los anuncios clasificados ante servicios más eficaces como Craiglist, HotJobs u OkCupid ha sido muy comentada, pero se ha hablado menos sobre el crecimiento de las recomendaciones entre usuarios en entornos transaccionales como Salesforce o Amazon.”

Kioscos digitales y muros de pago

En el caso de los medios digitales parece que no se encuentran soluciones únicas e infalibles. En España hay algunos grupos que prefieren reforzar sus apuestas por los quioscos digitales con el método bundling, como Unidad Editorial con Orbyt, o Vocento y Prisa con Kiosko y Más, mientras que en el resto del mundo se alzan muros de pago. En total ya son más de 300 periódicos digitales en los Estados Unidos los que se decantan por esta última opción.

The New York Times ha anunciado unos beneficios de 91 millones de dólares. No obstante, el cacareo de esta cifra está llevando a no considerar qué significa cerrar contenido. Y es que la proliferación de los paywalls es la medida cortoplacista a la crisis de las empresas periodísticas. Los casos del NYT o de The Wall Street Journal y Financial Times no se pueden considerar extrapolables al resto de cabeceras del mundo, donde prima la información commodity y fast food. El efecto de las suscripciones digitales no compensa la reducción de ingresos del papel.

A menudo se habla del poder de ciertos articulistas o reportajes exclusivos como gancho de los muros de contenido. No obstante, levantar muros de pago a partir de contenidos meramente periodísticos es una equivocación. No podemos fidelizar al lector de esta forma con públicos cada vez más promiscuos informativamente.

El consultor Carlos Soria afirma muy gráficamente que “las empresas de comunicación no son fábricas de salchichas sino turbinas de ideas de calidad, con ética y beneficios”. Para Soria el “buen periodismo siempre será un buen negocio. Ganar dinero, no a cualquier precio, es un deber, ya que cuando hay déficit económico hay mayores tentaciones de corromperse”.

Para el consultor en medios Juan Varela, autor del blog Periodistas 21, “hace falta un nuevo modelo de negocio para la información. Todo, todo ha cambiado. El periodismo, el público, la publicidad, la distribución, la comercialización y el paradigma de la comunicación en la sociedad de la información”.

 

Puntos básicos

• La inversión publicitaria total dirigida a medios convencionales ha registrado una caída del 16,6 por ciento.

• La inversión publicitaria decrece y aunque aumenta el consumo de medios digitales, estos aún no son suficientemente rentables, porque a pesar de sumar audiencias más globales, el beneficio aún es menor, ya que se basan en modelos continuistas.

• El I+D en el negocio de la prensa es inexistente ante feroces competidores como Google que han sabido estudiar y comprender el comportamiento de los consumidores digitales y adaptarse continuamente a los cambios y a las oportunidades.

Si quieres conocer más

• El fin de la era de la prensa1

• Muros de contenidos: ¿Vale la pena pagar por ver?2

• Libro negro del periodismo3

 

1.2. Comunicación global sin fronteras

Los cambios tecnológicos y la globalización mediática han obligado a las redacciones de principios del siglo XX a reconvertirse para adaptarse. Gracias a internet la comunicación es inmediata, cambia nuestra forma de informarnos y relacionarnos y se populariza el concepto de aldea global, acuñado por el sociólogo canadiense Marshall McLuhan. Pasamos de la segunda ola o comunicación de masas a la tercera ola, entendida como el fenómeno globalizador.

Los periódicos digitales han roto la vieja clasificación de la prensa local, regional o nacional. En las nuevas redacciones las historias dejan de tener fronteras y pueden interesar por igual fuera del ámbito en el que se ha creado el medio. Es por ello por lo que hay que aprender a aprovechar esas noticias que funcionan en todos los países del mundo, es decir, tener una visión global tanto a la hora de crear historias como para rentabilizar un medio.

“Los empresarios de los medios de comunicación deben tener claro que hay un nuevo entorno y que el país se convierte en el planeta Tierra”, sostiene el catedrático e ingeniero Lázaro Parodi desde el Diario La Jornada, en un análisis de los periódicos de Nicaragua. Según Parodi, la gente está buscando información de otros sitios y lectores que están hambrientos por nuevas formas y contenidos que no existen en su país.

Para un medio global el paso de las horas significa la incorporación de diferentes públicos según el lugar de origen. Conjugar la multiculturalidad y los diferentes idiomas es un reto complicado de asumir pero con una efectividad relevante. En el caso del Financial Times, por ejemplo, sus diferentes redacciones en Londres, Nueva York y Hong Kong recogen el testigo potenciando el concepto de redacciones abiertas 24 horas.

Es el momento de replantear la estrategia de muchos medios de comunicación que publican la portada en las redes sociales pasada la medianoche y que pocos minutos después se despiden de sus lectores con un entusiasta '¡buenas noches!', desaprovechando el valor de aquellos públicos para los cuales empieza el día.

A modo de ejemplo, en su proceso de integración, El País optó por la deslocalización de una parte de la redacción, un equipo de seis personas que desde México cubría el horario de la madrugada local haciendo la función a su vez de corresponsales. Mataron dos pájaros de un tiro, ningún redactor tenía que hacer horarios humanamente inaguantables a largo plazo y ofrecieron nuevos contenidos bien recibidos por el público latinoamericano, ampliando mercado.

Por su parte, el diario británico The Guardian lanzará a finales de año su edición australiana, que se unirá a su edición norteamericana y a la del Reino Unido. En su objetivo de ser más globales, el próximo paso será unificar todos los sites en el dominio TheGuardian.com.

Lo local contra la uniformidad global

En la era digital nos interesamos por asuntos mundiales que tienen lugar a diez mil millas de distancia a la vez que ponemos atención a lo que pasa en nuestra comunidad.

Sin embargo, como analizan Felipe Chacón y Susana Pozo en Regionalizar la información: El rol del periodismo local frente a la globalización, en la adaptación a un mundo universalizado algunas empresas periodísticas se han transformado en agencias internacionales que tratan de abarcar dentro de su agenda algunos de los acontecimientos más importantes del mundo, perdiendo con ello la cercanía con sus públicos más fieles.

“Al no estar limitados físicamente, algunas empresas periodísticas están corriendo el riesgo de perderse en el mar de medios que ofrecen servicios similares en todo el orbe”, destacan.

Además en el contexto de una sociedad global, los valores-noticia del padre del llamado Nuevo Periodismo Tom Wolfe, que responden a la pregunta: ¿qué acontecimientos son considerados suficientemente interesantes, significativos, relevantes para ser transformados en noticia?, evolucionan y entran en juego otros criterios en los que predomina lo interesante frente a lo importante y los factores de drama, personalización y espectáculo.

Así lo analiza la autora de Comunicación y periodismo en una Sociedad Global. Comunicar la diferencia, Estrella Israel Garzón, en el artículo Paradojas en la comunicación periodística. Valores-noticia en una sociedad global.

En un mundo cada vez más interconectado y globalizado, la información local se hace cada vez más importante contra la uniformidad global y contra la civilización del espectáculo que a veces promueven algunos medios presionados por las tendencias globalizadoras.

Es por eso que en las nuevas redacciones hay que pensar a la vez en lo universal y lo local, que deben ser perspectivas complementarias.

En cuanto al ámbito local, no obstante, debería terminar el tiempo de las redacciones ‘etnocéntricas’, con una visión encasillada en un período donde, por un lado, llegar al ámbito micro y cercano se establece como prioritario. El periodismo local tiene que pensar que su información puede ser leída a muchos kilómetros de distancia por perfiles de destinatarios muy diferentes.

Es la era Glocal, donde se puede conjugar la visión de las redacciones nodales, establecidas en diferentes puntos del planeta –con sus propias idiosincrasias y visiones– para llegar con una visión más cercana al público e interrelacionándose con los diferentes públicos locales.

Como mantiene Arturo Barrios, en Ciberperiodismo e identidad cultural, oportunidad y desafío, la glocalización apunta al alejamiento del concepto de información próxima como una relación geográfica, transformándola en información que establece una relación directa con el “acontecer cotidiano de la comunidad, sus necesidades y carencias, sus deseos de progreso, desarrollo y de una vida mejor en todos los ámbitos.”

Además para Barrios los medios deben preocuparse por asumir una posición que justifique su existencia más allá de la simple transmisión de información y acontecimientos. “De la etapa de la novedad tecnológica se debe transitar a la de la responsabilidad social, de compromiso con el entorno específico en el que se desenvuelven”, concluye.

El periodismo tiende a ser hiperlocal y de nicho

El ‘periodismo hiperlocal’, como se lo ha llamado, busca proporcionar esa información cercana al contexto geográfico inmediato. Este periodismo exige una fuerte participación de los usuarios, ya que son protagonistas en muchas de las noticias o bien tratan temáticas que les afectan directamente.

En el artículo Periodismo hiperlocal para salvar al periodismo publicado en misapisportuscookies.com, su autor, el periodista Esteban Murga, se pregunta si el periodismo hiperlocal es la solución a la crisis de la profesión.

Destaca algunas iniciativas que parecen demostrarlo como la de DNAInfo, que cubre la actualidad de la isla de Manhattan, o su homólogo en Washington, el periódico TBD, que completa la información de sus reporteros con los blogs y otras webs locales especializadas en los acontecimientos de esa área. Sololocal.info es otro ejemplo de esta corriente para la ciudad de Bahía Blanca en Argentina.

Como informa 233grados.com, en Madrid además de Somos Malasaña o Aquí Tetuán, también existe Zona Retiro, dirigido a los residentes de los distritos del Retiro y Salamanca, que según su director, Gustavo Bravo, ha arrojado más luz al panorama informativo local y ha supuesto una alternativa para los pequeños y medianos empresarios de la zona que quieren anunciarse.

Los grandes medios también se suman a lo glocal, como The New York Times, que junto con la Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY), trabaja en otro proyecto piloto hiperlocal centrado en Brooklyn y en tres ciudades de Nueva Yersey.

Esteban Murga también señala que empieza a verse otro tipo de periodismo hiperlocal, “donde al límite geográfico se une el límite de los gustos específicos de una audiencia determinada". Pone como ejemplo Newswork.org, que se centra en hechos noticiables de la región de Filadelfia, Delaware y la parte sur de Jersey, poniendo su acento principalmente en la salud, la ciencia y las artes, intereses de nicho de sus lectores.

"La identidad de un medio de comunicación no solo obedece a la dicotomía local-global, sino a la “nichificación” de las comunidades. La identidad permite que existan medios que lleguen a una comunidad específica, que llenen nichos de información reducidos, y que a la vez tengan algún tipo de relación geográfica con el medio", apuntan en este sentido los especialistas Felipe Chacón y Susana Pozo.

Esto permite asegurar una comunidad de lectores y posibilita que puedan ponerse en marcha campañas publicitarias optimizadas no solo para los comerciantes locales del ámbito geográfico que traten, sino también por especialidad temática e intereses de sus lectores.

Queda patente pues que en un escenario de globalización mediática, el periodismo tiene que ser glocal, abierto, de nicho, innovador y participativo.

Puntos básicos

• Los medios digitales superan el modelo de comunicación de masas y se enfrentan a las nuevas necesidades que conlleva la globalización mediática.

• En un mundo globalizado, el ciudadano sigue reclamando información de proximidad y que responda a sus intereses.

• Los medios hiperlocales requieren de una mayor participación de su audiencia.

Si quieres conocer más

• Mudanzas periodísticas glocales4

• Regionalizar la información: “El rol del periodismo local frente a la globalización5

• Modelos de periodismo local y estrategias ante la crisis:

el caso del News & Observer6

 

1.3. Nuevos consumos de contenidos

Conocer a nuestra audiencia es conocer los nuevos entornos en los que se mueven y de qué forma consumen los contenidos informativos. Pero ¿realmente las empresas de comunicación y los periodistas conocen o han actualizado esta investigación? ¿Realmente ayudamos a conseguir realizar sus tareas, su consumo en ocio y cultura? ¿Realmente estamos satisfaciendo las necesidades de nuestros lectores, oyentes, televidentes o usuarios? Los ecosistemas cambian a velocidades de vértigo.

El creciente despliegue de las tecnologías de la información y comunicación (TIC) y de los productos culturales y de ocio han potenciado una interesante evolución de los consumos digitales en un entorno complejo. Cambian los productos pero también los consumidores –y los propios periodistas como productores de contenidos– en este ecosistema cada vez más global: los llamados nativos conviven con los inmigrantes digitales. Quienes nacieron en un entorno digitalizado se entrelazan con los que consumieron medios y productos analógicos.

Mayor audiencia online

Entre los años 2000 y 2012, la población creció de 6 mil millones de personas a 7 mil millones –un aumento del 17 por ciento–. El número de usuarios de internet, por otro lado, creció de 361 millones en 2000 a más de 2.4 mil millones en 2012, que es un aumento de 556%. También puede ser importante tener en cuenta que la mayor parte de este crecimiento tuvo lugar en regiones en desarrollo del mundo. Un reciente estudio de ComScore situaba Ásia como líder de audiencia online en todo el planeta con el 41%, por delante de Europa (27%), América del Norte (14%), América Latina (9%) y Oriente Medio y África (9%). No obstante, en el último año, la región que creció más rápido fue América Latina un 12%, con más de 147 millones de usuarios online, según su informe Futuro Digital Latinoamérica 2013.

En el caso de América Latina, en cuanto a las categorías visitadas, servicios, portales, social media, búsquedas y entretenimiento están por encima de la categoría noticias-información (76,1%). Al otro lado del Atlántico, en España, el 44% de los ciudadanos tienen un smartphone.

Las actividades más populares entre los usuarios de smartphones en España son enviar y recibir e-mails (33%), acceder a sitios de internet a través de un navegador (24%), descargarse o escuchar música (23%), acceder a una red social personal (23%) y descargarse o usar una aplicación móvil (20%).

Por tanto, vemos mayor audiencia digital, preeminencia de nuevos instrumentos digitales más allá de los ordenadores personales –en este caso, smartphones y tabletas, principalmente– y combinación de los diferentes medios de comunicación. Lo relevante no es la aparición de nuevos medios de comunicación sino el uso paralelo que estamos realizando de forma solapada.

La segunda pantalla

Según un estudio de Nielsen, en los EE. UU., el 40% de los propietarios de smartphones y tabletas utilizan sus dispositivos mientras miran la televisión. El uso del correo electrónico es la actividad más frecuente entre hombres y mujeres durante la programación o las pausas publicitarias. Por sexos, las mujeres se conectan más a las redes sociales que los hombres; mientras que ellos prefieren buscar actualizaciones deportivas con más frecuencia. Buscar información sobre los productos anunciados (19%) y buscar ofertas o cupones online (13%) son otras de las actividades de esta segunda pantalla.

Según un informe del Pew Research Center, dispositivos como los iPad son un gran complemento para eventos como los debates presidenciales en Estados Unidos y, a su vez, como complemento para el seguimiento de las noticias. El citado informe encontró que el 32% de estadounidenses menores de 40 años usaron una tableta durante uno de los debates entre Barack Obama y Mitt Romney. También se halló que el 51% de personas de la misma edad estuvieron pendientes a través de las redes sociales. Y es que el 75% de los habitantes de Estados Unidos tienen un portátil, el 55% un smartphone y el 36% una tableta. Cabe añadir que el 26% posee un laptop, un smartphone y una tableta.

En España, más de 21 millones de ciudadanos (68%) están conectados a internet, lo que supone un 17% más que en 2010 y un 3% más que la media europea. El 35%, además, lo hace a través de más de un dispositivo, solo un 2% menos que en Europa. El 39% de los españoles está conectado a internet mientras ve la televisión, cifra que se ha incrementado en un 77% desde 2010. Sin embargo, aún estamos un poco lejos de la media europea, que se encuentra en el 48%. De todos ellos, un 17% afirma que la actividad online que realiza está relacionada con el programa de televisión que está viendo, cifra que se eleva a 33% en Europa.

Así, como afirma Juan Varela –consultor y autor de Periodistas 21–, “los dos grandes motores del consumo de información los dos últimos años son el móvil y las redes sociales. En Estados Unidos un 19% de la audiencia consume noticias en las redes sociales –un aumento del diez por ciento respecto a 2010– y un 15% lo hace en el móvil, un incremento del 6% en dos años, según el último estudio de Pew Research.

Más de 100 horas de video cada minuto

Más audiencia potencial, más móvil, más redes sociales y más contenidos audiovisuales. Los nuevos lenguajes narrativos basados en los contenidos audiovisuales tienen un poder cada vez mayor. Las audiencias en televisión están cambiando de una distribución lineal a plataformas de grabación o contenido bajo demanda. Algunas cifras mareantes:

Además, conocemos las tendencias en alza del consumo en plataformas como Youtube en la distribución de videos.

En el caso de la distribución de contenidos audiovisuales, en 2011, los usuarios de YouTube subían 48 horas de video por minuto, y en 2012 esta cifra logró ascender hasta las 72 horas. En 2013 se suben a YouTube más de 100 horas de video cada minuto.

Por su parte, un reciente estudio de Rovi Corporation en el marco del Mobile World Congress 2013 de Barcelona demuestra que la frecuencia del streaming es mayor en Italia, España y los EE. UU., con el 73%, 71% y 66% de los consumidores, respectivamente, visualizando videos en streaming en sus tabletas dos o tres veces por la semana o más. En cuanto al consumo de contenidos, la mayoría de los usuarios de tabletas en el Reino Unido ven programas de televisión (el 33% de los usuarios), mientras que los usuarios de los EE. UU. y Alemania (35% y 30%, respectivamente) ven más películas.

De forma generalizada, los usuarios de teléfonos móviles son más favorables a los contenidos generados por el usuario, desde un 31% de usuarios en Francia, hasta un 47% de usuarios en Italia, quienes afirman que ven videos generados por los usuarios más que cualquier otro tipo de contenido, incluyendo películas, TV, videos musicales, noticias y programas de internet. Además, casi la mitad de los encuestados han visualizado eventos en streaming, en vivo, en sus dispositivos móviles tales como conciertos y competiciones deportivas.

Puntos básicos

• Entre 2000 y 2012, la población creció de 6 mil millones personas a 7 mil millones –un aumento del 17%–.

• Las actividades más populares entre los usuarios de smartphones en España son enviar y recibir e-mails (33%), acceder a sitios de internet a través de un navegador (24%), descargarse o escuchar música (23%), acceder a una red social personal (23%) y descargarse o usar una aplicación móvil (20%).

• En 2013 se suben a YouTube más de 100 horas de video cada minuto.

Si quieres conocer más

• AB Europe Mediascope ES Launch Presentation 20127

• El que lee mucho y anda mucho8

• Futuro Digital: Latinoamérica 20139

 

1.4. Rutinas de producción obsoletas

La reorganización que conlleva adaptarse a la revolución digital viene acompañada de un cambio en el proceso de producción periodística que se rige por tres pautas de trabajo principales: la actualización del contenido las 24 horas del día, la redacción en vivo, multimedia y multiplataforma, y la conexión abierta, social y participativa con el público.

En una de sus primeras propuestas de definición de convergencia periodística en los medios de comunicación, los periodistas José Alberto García, Ramón Salaverría y Pere Masip analizan los cambios que la integración provoca en las prácticas tradicionales de la profesión.

Los autores rescatan la definición de convergencia digital de las redacciones de South y Nicholson del 2002 que defiende que ahora “los periodistas deben abarcar el ciclo de noticias de 24 h, con cierres continuados. Y las historias deben ser producidas para audiencias multiplataforma. Lo que puede significar difundir contenidos primero para la web y teléfonos móviles, emitir un video en streaming más tarde, aparecer en una entrevista de TV y, al día siguiente, publicar una pieza interpretativa del acontecimiento en el periódico del grupo".

Así pues, ya no se trata de desarrollar un contenido para una única empresa periodística, sino que se trabaja para una empresa que distribuye contenidos a través de distintas plataformas y con una visión globalizada de la red, que supera toda frontera geográfica.

Las nuevas tecnologías y las nuevas formas de consumo de la información de los usuarios descritas en el capítulo anterior han cambiado la forma de producción, edición, publicación y distribución de las noticias. La manera de trabajar sufre una transformación radical.

Diferencias clave en los flujos de trabajo

A rasgos generales antes el periodista manejaba sus fuentes, se le asignaba un tema en el primer consejo de redacción, salía a cubrirlo con su grabadora o bloc de notas, en caso de trabajar para un periódico, o bien acompañado de un cámara si trabajaba en la televisión, entrevistaba a los testimonios y las autoridades en el lugar de los hechos, regresaba a la redacción, creaba la noticia con el material recopilado y daba por finalizada la pieza que era revisada por un editor antes de su publicación.

Ahora, el periodista además de su agenda de contactos debe seguir una comunidad y monitorear los temas del momento en las redes sociales para detectar posibles historias filtrando previamente su credibilidad.

Antes de ir al lugar donde se produce la noticia ya puede contactar con los testimonios que están informando del suceso in situ a través de la red. Una vez allí, debe dar una cobertura multimedia del evento –puede llevar su smartphone, cámara de fotos o de video y su PC para mandar el material lo antes posible e incluso hacer retransmisiones en vivo–. De camino a la redacción, puede transmitir lo vivido en las redes sociales por si algún ciudadano tiene algún material que le ayude a enriquecer la noticia.

Una vez en la redacción debe editar el material si no lo ha transmitido ya y debe tratar la noticia como si fuera un proyecto. Tiene que pensar cómo puede complementar lo narrado y, por ejemplo, buscar hipervínculos hacia otras noticias publicadas, crear una galería de fotos o una infografía que explique mejor algún hecho o proceso, seleccionar bien las palabras clave de sus textos, etcétera.

Además debe encargarse de pensar en la mejor manera de difundir ese contenido en la red para hacer partícipes de la historia a sus lectores. A posteriori deberá encargarse de ir actualizando esa historia a lo largo del día, ya que podrá ser visitada a diferentes horas por un público internacional que vive en diferentes zonas horarias a la suya, así como también tendrá que interesarse por las estadísticas de tráfico que ha obtenido y de los comentarios que ha recibido de sus lectores.

El ensayo Periodismo postindustrial resume en 5 las diferencias clave entre los procesos de producción del periodismo actual y los tradicionales:

1.   Los plazos y los formatos del periodismo dejan de estar restringidos.

2.   La geografía se vuelve menos relevante para la recopilación de información, la creación y el consumo del periodismo.

3.   Corrientes de datos y de actividad social en tiempo real proporcionan material original nuevo y sin filtrar

4.   La retroalimentación en tiempo real influye en las noticias.

5.   Los individuos se vuelven más importantes que la marca.

A pesar de estos cambios afirman que muchos medios siguen atrapados en un flujo de trabajo redaccional simple que considera que el objetivo final de la producción periodística es un producto singular y terminado, cuando “los productos periodísticos deben ser los más reutilizables como sea posible, en otras plataformas, en futuras noticias e incluso por otros medios”.

Redacciones más colaborativas

En el cambio de las rutinas de producción la colaboración entre medios, instituciones, diferentes perfiles profesionales y públicos también se presenta como esencial. Precisamente, uno de los temas centrales del citado libro de C.W. Anderson, Emily Bell y Clay Shirky es que los periodistas tienen que mejorar sus aptitudes de colaboración con la tecnología, las multitudes y los socios para que les ayuden a reducir la considerable tarea de informar de lo que pasa.

“El trabajo en colaboración y entre disciplinas debe comenzar en la redacción, y desde allí debe fluir este conjunto de capacidades organizativas”, sostienen.

Es por ello que creen que el reporterismo original debe aprender a convivir con nuevas formas de obtener datos periodísticos como pueden ser las capacidades algorítmicas que ayudan a analizar qué temas están siendo compartidos, qué asuntos son los más discutidos por quién, y cuándo surge la información y cómo se mueve, así como la colaboración directa con los ciudadanos.

“Las tareas de edición, reparto de temas y cobertura pueden delegar en todo o en parte a su red de fuentes y contactos y a la red de una comunidad que le sigue y apoya”, ejemplifican.

Jeff Harvis, periodista norteamericano gurú de los medios de comunicación, fue tajante durante el 3r Congreso Mundial sobre Periodismo y Educación celebrado en Bélgica al afirmar que “todo el mundo en el ecosistema es un colaborador y no un competidor. Un trabajo conjunto nos enriquece a todos”.

Creemos que el periodismo colaborativo y la socialización de los medios suma y enriquece el trabajo de los periodistas. Los ciudadanos tienen mucho que decir y es necesario contar con su participación a la hora de generar y emitir contenido. Los medios que les den la espalda están abocados al fracaso.

La evolución de la figura del gatekeeper

En esta colaboración con los ciudadanos para enriquecer la noticia e interpretar lo que ocurre el periodista sigue desempeñando un papel importante en la jerarquización informativa y en la selección de materiales.

Así lo defiende el catedrático de Periodismo en la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Santiago de Compostela, Xosé López, en el estudio Mudanzas periodísticas glocales, publicado en portalcomunicación.com: “Sigue existiendo en alguna medida el tradicional gatekeeper que caracterizó la producción informativa del siglo XX, pero ahora, en su trabajo colaborativo, el periodista también precisa compartir, comprobar y sugerir. Su trabajo de gatekeeper lo combina con su trabajo de gatewatcher, que redistribuye información".

Aunque los periodistas ya no son los únicos guardianes de la información, el periodista “cazador” no desaparece, sino que con la sobreabundancia de fuentes en internet su control de la calidad, verificación, filtraje y contextualización de la información para aportar un valor añadido se intensifica, una faceta que a su vez se junta a muchas otras que en los nuevos medios dan cabida a diferentes perfiles profesionales como veremos en el capítulo 2.4.

Esta tarea de curación de contenidos, de filtrar, explicar y dar sentido a la avalancha informativa actual, es precisamente una de las razones principales por las que un 54 por ciento de los estadounidenses encuestados por el Centro Pew de Periodismo consideran que los periodistas en estos momentos son más importantes incluso de lo que lo eran antes de la revolución digital, un valor que debemos explotar.

Puntos básicos

• La convergencia digital provoca un cambio en los procesos de producción de la información.

• Gestionar e integrar el público en el proceso de la elaboración del contenido es una práctica de obligado cumplimiento.

• Las nuevas rutinas periodísticas son multimedia, multiplataforma, sociales y colaborativas.

Si quieres conocer más

• Nuevas formas de producción de noticias en el entorno digital y cambios en el periodismo: el caso 15-M10

• Periodismo postindustrial: Adaptación al presente11

• Periodismo en contexto de convergencias. Especialmente el capítulo "Rutinas periodísticas en medios patagónicos"12

 

1. http://www.periodistas21.com/2006/08/el-fin-de-la-era-de-la-prensa.html

2. http://miquelpellicer.info/2013/01/paywalls-muros-de-contenidos-medios-digitales/

3. http://es.scribd.com/doc/77563449/Libro-Negro-Del-Periodismo

4. http://www.portalcomunicacion.com/lecciones_det.asp?id=72

5. http://www.periodismoudec.cl/estudiosdeperiodismo/index.php?Itemid=60&id=64&option=com_content&task=view

6. http://www.revistalatinacs.org/09/art/14_813_11_MH/JL_Gonzalez_Esteban.html

7. http://www.slideshare.net/IAB_Spain/iab-europe-mediascope-es-launch-presentation-2012

8. http://via52.com/2013/05/24/el-que-lee-mucho-y-anda-mucho/

9. http://www.paisdigital.org/wordpress/download/desarrollo-digital/Futuro%20Digital%20Latinoamerica%202013_Informe.pdf

10. http://www.comunicacionyhombre.com/pdfs/08_i_feenstraycasero pdf

11. http://www.ecicero.es/products/periodismo-postindustrial-adaptacional-presente/

12. http://es.scribd.com/doc/135143969/Periodismo-en-contexto-de-convergencias