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¿Qué son los sueños?

 

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Si el sueño es un reflejo del estado de vigilia,
 el estado de vigilia es asimismo un reflejo del sueño.

René Magritte,
 pintor, amante de los bombines y las manzanas verdes

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ada noche, bajo el velo del sueño, con los ojos cerrados y sin dejar entrar el mundo exterior, aparece un nuevo mundo, familiar pero diferente. Poderoso, absurdo, misterioso, espantoso, hermoso, peligroso, realista, desconcertante… es casi imposible describir qué son los sueños o cómo nos hacen sentir. Antes de que consigas la lucidez onírica, es necesario que entiendas la naturaleza de los sueños. En esta sección abordaremos la cuestión a fondo. Para ello lo primero que haremos será cuestionarnos cuánto sabemos en realidad sobre ellos. Luego, tras reflexionar sobre el tema, iniciarás el viaje al mundo de los sueños.

UN SOÑADOR CREATIVO

Paul McCartney se despertó una mañana con la melodía de «Yesterday» sonando en su cabeza. «Me gustaba mucho la melodía —dijo—, pero como la había soñado no creía que la hubiera compuesto yo. No, nunca antes había escrito algo así. Pero tenía la melodía, ¡y era algo mágico!» También un sueño inspiró otro clásico de los Beatles. McCartney describe la experiencia: «Una noche, durante una época tensa, tuve un sueño en el que vi a mi madre, fallecida hacía diez años más o menos. Y fue genial verla. Eso es algo maravilloso de los sueños: de hecho te reúnes con esa persona durante un segundo, te parece que estás físicamente junto a ella otra vez. Fue una experiencia fantástica, y ella me dejó muy tranquilo. En el sueño decía “Va a salir bien”. No sé si usó en concreto las palabras “Let it be”, pero eso era lo esencial de su consejo».*

* «Paul McCartney and Barry Miles» en Paul McCartney: Many Years from Now, Londres, Vintage, 1998.

Los sueños nos han fascinado desde el inicio de los tiempos. Siempre han formado parte de la historia de la humanidad, guiándonos en muchas de nuestras actividades. Casi todas las culturas a lo largo de la historia los han estudiado, venerado y practicado.

En épocas modernas, los sueños han sido responsables al menos de dos premios Nobel, de adelantos científicos increíbles e invenciones inestimables, así como de novelas, obras de arte y otros muchos descubrimientos.1

Elias Howe soñó que le atacaban unos caníbales. Se fijó en sus lanzas, que tenían un agujero próximo a las afiladas puntas. Howe aplicó este concepto a su nuevo invento, la primera máquina de coser que se puso en funcionamiento. Asimismo, según cuentan, la tabla periódica de los elementos se le apareció en sueños al químico ruso Dmitri Mendeléiev. Abraham Lincoln, Mark Twain, Mary Shelley, incluso Adolf Hitler, todos ellos estuvieron influidos por sucesos oníricos. Tanto si eres famoso como si no, los sueños son una parte importante de nuestras vidas. Gracias a su poder, inspiración y guía, los sueños constituyen un misterio asombroso para todos nosotros, incluso hoy en día.

Todo el mundo sueña

No necesitas leer este libro para descubrir lo excitantes que son los sueños. Al igual que cualquier ser humano, tú también sueñas. Todos lo hacemos, es algo universal. «Soñar relaciona colectivamente a toda la humanidad», escribió Jack Kerouac.2 Podemos ser diferentes de muchas maneras, pero en algo coincidimos: no importa la edad, raza, religión, ocupación, dieta u orientación sexual, todos soñamos, y lo hacemos cada noche.

Algunas personas se lamentan de que no sueñan, pero estos individuos se equivocan. Lo que en realidad están diciendo es que no recuerdan los sueños, no que no los tengan. De hecho, los investigadores han descubierto que soñamos durante unas dos horas cada noche.3 Si hacemos unos cálculos rápidos descubriremos que durante una vida normal eso supone una media de seis años soñando. Tal vez seas una de esas personas que no recuerda en absoluto los sueños, pero no te preocupes, aun así has tenido montones de aventuras nocturnas, sólo que te cuesta recordarlas al despertarte (pronto te ayudaremos con eso).

Pero ¿por qué soñamos? Seguro que una actividad tan común debe de tener algún propósito concreto. ¿Qué son en realidad los sueños? ¿Qué sucede mientras dormimos y adónde vamos? En nuestro mundo ultramoderno, con todo nuestro bagaje cultural, nuestro conocimiento y agudeza, tal vez la respuesta te sorprenda.

No lo sabemos.

Comprendiendo los sueños

Existen incontables teorías que intentan explicar los sueños. La psicología moderna lleva tratando de descubrir su secreto desde que Sigmund Freud se encendió el consabido puro que le hizo tomar conciencia en su clásico libro de finales de siglo, La interpretación de los sueños. Publicada en 1899, esta obra estableció la postura de Freud respecto a los sueños y fue el punto de partida de los enormes cambios en la consideración de los sueños por parte de la sociedad moderna.

En pocas palabras, Freud afirmaba que todos los sueños son formas de cumplir deseos. Esto quiere decir que brotan de nuestros conflictos reprimidos y nuestros deseos acumulados a lo largo de la vida. Los sueños son los intentos de la mente «inconsciente» de resolver conflictos pasados.

Desde Freud, muchos de los pensadores más brillantes han seguido los pasos del austríaco en su intento de entender esta experiencia llamada soñar. Hace más de un siglo que se publicó La interpretación de los sueños, por lo que es fácil imaginar que se ha progresado mucho en el tema. Pero la verdad es que sólo se ha avanzado en cierto sentido, puesto que no se ha alcanzado ningún consenso sobre lo que son los sueños o por qué soñamos. Si esto te parece tan sorprendente como a nosotros, ten en cuenta que la ciencia todavía está desenmarañando el propósito exacto que cumple la función de dormir en sí.

Algunos investigadores sugieren que los sueños no tienen un propósito real, mientras que otros creen que soñar es esencial para el bienestar mental, emocional y físico.4 Éstas son algunas de las ideas principales:

Nuestros cerebros son como ordenadores. Para algunas personas los sueños son una manera de organizar la información que nos ayuda a almacenar los recuerdos. Al igual que con un ordenador, los sueños nos permiten «desfragmentar» y reorganizar nuestras mentes para que nos despertemos frescos y estemos preparados para seguir procesando información.5
Ensayo de futuro. Una teoría aventura que los sueños simplemente son un entorno seguro para hacer conexiones entre pensamientos y emociones diferentes, un lugar donde podemos preparar y practicar sucesos venideros.6
Aleatoriedad. Si alguna vez has seguido un curso universitario de psicología, sin duda alguna has oído hablar de esto. El modelo de activación-síntesis, una de las teorías más reconocidas hoy en día, fue propuesto en 1977 por los científicos Alan Hobson y Robert McCarley. Según ellos, los sueños sólo son la reacción cerebral a procesos biológicos que ocurren durante el sueño.7 Declararon que «los sueños son un subproducto de señales neuronales al azar… y nuestro lóbulo frontal intenta organizarlo con una estructura narrativa».8 En esencia, lo que sugieren es que los sueños son desvaríos incoherentes.

La experiencia onírica

Tenemos buenas y malas noticias respecto a los sueños. Las malas noticias son que nuestra sociedad está un poco confundida con todo lo relacionado con ellos. La impresión general es que no los valoramos como las joyas extraordinarias de experiencia humana que constituyen. Como bien lo expresa Robert Moss en su libro Sueños conscientes, «El soñador típico al despertarse tiene la misma idea de dónde ha pasado la noche que un borracho con amnesia».9

Algunos de nosotros nos referimos a los sueños como algo «infantil», «incoherente» y una «pérdida de tiempo». Así es justamente el entorno en el que hemos crecido. Tendemos a recordar sólo fragmentos que a menudo no tienen sentido para nosotros. Lo malo es que nos dicen que no hagamos caso de nuestros sueños, que los descartemos como distracciones sin sentido.

Podríamos decir que estas teorías modernas sobre los sueños no son incorrectas, pero son incompletas. La ciencia ha examinado sólo el primer piso del edificio de 20 plantas, y hay mucho más por aprender del tema. La buena noticia es que no tiene que ser así. Como pioneros, podemos cambiar el rumbo marcado y dirigir la nave hacia una nueva dirección. Podemos desarrollar nuestras habilidades soñadoras sólo con decidirlo.

Por ejemplo, ¿a qué nos referimos exactamente cuando utilizamos el término sueño? Muchos de nosotros, al tratar de dar una definición, pensamos en imágenes fugaces y sensaciones vagas, fragmentos aleatorios de historias. ¿Y por qué no? Al despertarnos por la mañana o pensar en los sueños más tarde ese mismo día, eso es lo que parecen: tenues y disparejos.

Pero esa primera impresión sólo es un recuerdo del sueño. El sueño recordado no es el sueño en sí.10

Ésta es una distinción importante. Si tuvieras que recordar, digamos, la fiesta de tu décimo aniversario o lo que hiciste hace dos sábados, ¿cómo serían esos recuerdos? Sería en parte como un sueño recordado: imágenes borrosas, sensaciones confusas o vagas, en las que destacarías solamente algunos detalles menores. El recuerdo de tu fiesta de cumpleaños no sería nada en comparación con la experiencia real. Igual que sucede con los sucesos de la vida real, los sueños en sí son experiencias que también tienen un momento presente.

Darse cuenta de ese momento presente es la clave del sueño lúcido.

Piensa en un hombre a bordo de un barco observando la superficie del mar. Debajo ve manchas de color y formas moviéndose en el agua, y llega a la conclusión de que los objetos de ahí abajo sólo son eso, manchas de color y formas. Luego se pone un traje de submarinista y se lanza a bucear.

Al sumergirse bajo la superficie, descubre todo un mundo a su alrededor. Los colores y formas que antes le parecían tan sólo luces trémulas cobran vida con intensidad y detalle. Hay peces, barreras de coral y complejos ecosistemas que han estado ahí todo este tiempo, justo delante de sus narices.

Si miramos nuestros sueños desde fuera (sólo el recuerdo del sueño) no captaremos la naturaleza verdadera de los mismos. Para entender qué es soñar, debemos sumergirnos en el océano, experimentar los sueños mientras éstos se desarrollan. Ahí está la clave de la lucidez onírica: la toma de conciencia del momento presente del mundo de los sueños.

¿Adónde vas cuando sueñas?

Nadie sabe dónde tienen lugar los sueños. Sin duda los científicos y los psicólogos han elaborado teorías y considerado esta cuestión, pero aún no existe una versión oficial. Dedica un momento tú mismo a pensar en ello: ¿adónde voy cuando sueño? En este libro, tendemos a llamar a este destino el subconsciente. En breves palabras, el subconsciente es la parte de nuestra mente responsable de todo lo que no es actividad mental consciente.

DESMENUZANDO PALABRAS

¿Qué diferencia hay entre el inconsciente y el subconsciente? Las dos palabras son básicamente intercambiables, pero nosotros preferimos usar subconsciente. Nuestro reparo con el término más clínico inconsciente es que evoca la imagen de un estado vegetativo comatoso e indiferente. La palabra subconsciente, por otro lado, nos lleva a imaginar un lugar oculto pero que está a nuestro alcance.

El subconsciente es (en teoría) mucho mayor que la mente consciente y la alimenta de tal manera que influye en nuestras decisiones, pensamientos y sensaciones. El subconsciente parece ser la fuente de nuestra imaginación, y tal vez sea la fuente de la sabiduría. Se afirma, con cierto fundamento, que el mundo de los sueños es la encarnación del subconsciente. Pero dado que nuestros sueños son un tapiz tejido a partir de símbolos personales, de arquetipos y detalles de la vigilia, sería justo decir que el mundo onírico es en realidad la personificación de nuestra mente en un sentido más amplio.

Lo que no hay duda es que se trata de una noción visual de lo más interesante. Dentro de nuestro cerebro hay un mundo infinito lleno de nubes, bestias, recuerdos, temores, viejos amigos y ciudades enteras. Y cada noche tienes acceso a este paisaje ilimitado. ¡Quién hablaba de autoexploración! A medida que vivas experiencias conscientes en tus sueños, ten presente esta cuestión: ¿es el subconsciente lo que visitamos o es algo más que se halla en algún lugar fuera de nuestro campo de entendimiento presente?

La pregunta no es nueva. Durante miles de años, los humanos hemos estado explorando el misterio de nuestras aventuras nocturnas.

 

1 Gary Gardner, «Incredible Famous Dreams», en el blog Lucid Dream Lessons, marzo de 2009, <http://www.luciddreamslessons.com/2009/03/04/incredible-famous-dreams/>

 

2 Jack Kerouac, Book of Dreams, San Francisco, City Lights Books, 2001. [Hay trad. cast.: Libro de los sueños, Barcelona, Producciones Editoriales, 1977.]

 

3 Adam Schneider y William Domhoff, «Dreams: FAQ.», en The Quantitave Study of Dreams, Universidad de California, Santa Cruz, septiembre de 2011, <http://www2.ucsc.edu/dreams/FAQ/index.html>

 

4 Kendra Cherry, «Why Do We Dream? Top Dream Theories», en About.com Psychology, septiembre 2011, <http://psychology.about.com/od/stateofconsciousness/p/dream-theories.htm>

 

5 C. Evans y E. Newman, «Dreaming: An Analogy from Computers», New Scientist (1964), pp. 577-579.

 

6 Ernest Hartmann, «Making Connections in a Safe Place: Is Dreaming Psychoterapy?», Dreaming 8 (1996), pp. 213-228.

 

7 J.A. Hobson, Sleep, Nueva York, Scientific American Library, 1995.

 

8 Ibíd.

 

9 Robert Moss, Conscious Dreaming: A Spiritual Path for Everiday Life, Nueva York, Crown Trade Paperbacks, 1996, p. 72.

 

10 Ibíd, p. 64.