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Referencias históricas a los registros akáshicos

Akasha significa «cielo», «espacio» o «éter» en sánscrito.2 Tal como lo sugiere el nombre, los registros akáshicos a menudo se definen como un almacén cósmico compuesto por todas las cosas del universo que han ocurrido y que ocurrirán. Después de trabajar en el campo de las regresiones a vidas pasadas y de indagar en los relatos de vidas pasadas de mis clientes, me he convertido en una verdadera entusiasta de la historia mundial. Estudiar figuras históricas notables y las referencias a los registros akáshicos es un excelente punto de partida para entender por qué las personas los valoran tanto. Se podría argumentar que cualquier artista, escritor, músico, genio con nivel de savant o futurista con talento transmite sus dones a la humanidad accediendo al conocimiento inagotable que contienen los registros akáshicos. A continuación presento solo algunos pocos de los ejemplos más notables y fascinantes.

Nostradamus (1503-1566)

El famoso profeta francés Michel de Nôtre-Dame no solo fue un talentoso vidente y astrólogo, sino que en un principio siguió los pasos de su familia y trabajó como médico en el apogeo de la Peste Negra. Nostradamus aplicó con éxito algunas técnicas médicas poco convencionales que salvaron la vida de varios pacientes. Lamentable e irónicamente, su esposa e hijos sucumbieron a la plaga en 1534, lo que impulsó a Nostradamus a adentrarse en su trabajo más esotérico como profeta. Elaboró sus predicciones para el futuro en forma de cuartetas poéticas y sostenía que sus pronósticos eran el resultado de combinar sus visiones con cálculos astronómicos. Tras entrar en un trance hipnótico inducido por la observación de las llamas, Nostradamus usaba hierbas y un trípode de latón para alterar su frecuencia. La primera cuarteta de la «Centuria I» de Las Profecías describe su método:

Sentado solo de noche en secreto estudio;

colocado sobre el trípode de latón.

Una exigua llama emerge del vacío

y lleva a buen término lo que no debería creerse en vano.3

Estas sesiones fueron un milagro, en el sentido de que Nostradamus vivió bajo la amenaza de la Inquisición y de alguna manera logró evadir a las autoridades y sobrevivir. Sus numerosas cuartetas, con advertencias asombrosamente detalladas sobre eventos futuros, también contenían sinsentidos vagos que permiten a los investigadores de hoy en día seguir aplicando nuevos significados a sus predicciones.Creas o no en el talento de Nostradamus, es muy probable que la fuente de su información estuviera en los registros akáshicos.

La Sociedad Teosófica y los registros akáshicos

Una de las razones por las que los registros akáshicos son tan populares en nuestra cultura actual tiene que ver con la investigación y los textos pioneros de la Sociedad Teosófica. Los que siguen son solo algunos de los miembros clave que hablaron sobre el plano akáshico.

El inconsciente colectivo y Carl Gustav Jung (1875-1961)

¿Y si todo el tiempo fuera ahora y tú y yo estuviéramos conectados al pensamiento colectivo de todos los seres? Eso es lo que creía el psiquiatra suizo Carl Jung. La teoría del inconsciente colectivo de Jung sugiere que existe una enorme forma de pensamiento a la que todas las personas acceden para compartir información a través de arquetipos, recuerdos compartidos y experiencias que todos tenemos en común. Jung creía que las imágenes oníricas y la imaginación hacían que esa información estuviera al alcance de todos y ayudó a definir la manera en la que nos identificamos de forma colectiva con conceptos e ideas universales. Parecería estar describiendo el mismo plano akáshico mencionado por Blavatsky, Cayce y otros, el mismo espacio al que yo llamo «corriente mental». ¿Acaso Jung sintonizó con el manantial de información en común de los registros akáshicos para hallar sus ideas? Yo creo que sí.

El profeta durmiente, Edgar Cayce (1877-1945)

Edgar Cayce, padre de la medicina holística y profeta durmiente, se encuentra entre las personas más reconocidas por haber nombrado y accedido de forma magistral a los registros akáshicos. Tras una larga enfermedad, el joven Edgar Cayce acudió a un hipnoterapeuta en busca de alivio y entró en un trance tan profundo que canalizó una energía a la que se conoce con el nombre de «fuente». Extrañamente, Cayce no recordaba ni una sola de las palabras que había pronunciado durante sus sesiones, por lo que las revelaciones han sido preservadas por observadores. Cayce manifestó información de temas variados, desde la salud y el bienestar hasta vidas pasadas y predicciones futuras. Con unas asombrosas catorce mil lecturas hechas a clientes alrededor del mundo, Cayce es considerado el psíquico más documentado del siglo xx.

La fuente reveló las encarnaciones previas de Cayce en Egipto y la Atlántida, y Cayce predijo que tres conjuntos de registros akáshicos serían descubiertos en Bimini, la península de Yucatán y bajo la pata derecha de la esfinge de Guiza. Si bien no ha aparecido ningún registro en Egipto, la tecnología de rayos X sugiere que, sin ninguna duda, hay algo debajo de la pata derecha de la esfinge, pero el gobierno no otorga permiso para acceder al área. Algunos científicos han descubierto lo que parece ser un camino hecho por el hombre en Bimini, Bahamas, lo que le otorga credibilidad a la idea propuesta por Cayce de que al menos parte de la civilización perdida de la Atlántida permanece enterrada bajo el mar en esa región. Si estos descubrimientos llegaran a demostrarse, destruirían nuestra comprensión actual de los acontecimientos históricos percibidos y destrozarían lo que entendemos de la humanidad hoy en día. Históricamente, Cayce tuvo un fuerte impacto en lo que entendemos por registros akáshicos al exponer el tema de manera extensa en la cultura popular.

Baba Vanga (1911-1996)

Considerada la Nostradamus de los Balcanes, la mística búlgara ciega Baba Vanga hizo predicciones asombrosas sobre acontecimientos que sucedieron en la época moderna, incluidos los ataques terroristas del 9/11 en el World Trade Center.4 Con tanta precisión y sin medio lógico a través del cual obtener esta información, no podemos hacer más que dar por hecho que accedió a los registros akáshicos.

Ervin László (1932-)

El reconocido físico Ervin László es autor de numerosos libros sobre el concepto de los registros akáshicos y cree que nuestra concepción actual del mundo es errónea. Los pensamientos y el espíritu crean la realidad y dan lugar a nuestro mundo físico, no lo contrario. Todo lo que vemos y experimentamos es una proyección de la realidad no vista. La experiencia y la percepción son secundarias al campo espiritual dinámico pero invisible.

Importantes libros, documentos y archivos históricos relacionados con los registros akáshicos

Además de las figuras históricas que contribuyeron a nuestro entendimiento colectivo de los registros akáshicos, la extendida creencia en el concepto de akasha se evidencia en varias culturas y civilizaciones antiguas, entre ellas, los mayas, druidas y mesopotámicos. A través de las eras, culturas de todo el mundo han compartido la creencia en la idea de un registro que contenga todo lo hecho por la humanidad. La sección que sigue es una lista parcial de algunos de los ejemplos más fascinantes.

El Libro Egipcio de los Muertos

El Libro Egipcio de los Muertos nos ofrece indicios sobre la idea de una colección sagrada de hechos registrados para ser presenciados por todos. Para acceder al más allá, los aspirantes debían saludar a cuarenta y dos dioses y diosas y ofrecer cuarenta y dos confesiones negativas a Ma’at, la diosa de la verdad y la sabiduría. A diferencia del concepto occidental de confesar lo que hemos hecho, los egipcios debían declarar aquello que no habían hecho. Tras la confesión negativa, el corazón del muerto era pesado en la balanza de Ma’at, donde cualquier engaño sería revelado de inmediato, como si estuviera registrado en algún sitio celestial para que solo los dioses y la misma persona pudieran conocer la verdad sobre sus faltas. Es interesante que algunas representaciones de faraones en dibujos hechos sobre papiro muestran a ayudantes que inclinan la balanza a favor de su faraón, no sea que al pesar el corazón el resultado fuera desfavorable.

Se supone que los sacerdotes egipcios accedían a otros mundos para aconsejar a los faraones. Los faraones de Menfis, por ejemplo, creían que el dios Ptah tenía una forma de pensamiento en el corazón y que la expresaba a través de la palabra para crear el mundo. Este concepto es similar a las teorías de László, según las cuales el mundo no visto da lugar a la realidad física.

El Libro Tibetano de los Muertos

El Libro Tibetano de los Muertos describe estados interdimensionales del ser llamados «bardos» que se hallan entre la vida y la muerte.5 Los tibetanos creían que uno debía prepararse para la muerte durante la vida para alcanzar un más allá y unas reencarnaciones futuras más favorables. La muerte es vista como una transición, no como el fin del ser. En lugar de eso, se trata del ascenso a un estado de conciencia más elevado que debería alcanzarse de forma pacífica a través de la meditación. Llegada la muerte, una transición pacífica hacia el más allá también da como resultado un renacer más favorable que evita que el alma quede atrapada en bardos indeseables e infernales. El reconocimiento de la continuación de la conciencia a través de la corriente mental y la práctica de la proyección de uno mismo en esos estados intermedios, son un gran ejemplo del acceso al plano akáshico. Siempre he visto la regresión a vidas pasadas como una herramienta estupenda para experimentar la muerte en esas vidas, porque es lo más cercano que podemos estar a experimentar en carne propia la continuación del alma después de la muerte. Esa conciencia en carne propia ofrece una paz enorme en vida, tal como lo creían los budistas.

Apocalipsis y el libro de la vida

El libro de la vida, mencionado numerosas veces a lo largo de la Biblia, contiene los nombres de las afortunadas almas que entrarán al reino de los cielos después de la muerte. El Antiguo Testamento describe esta idea por primera vez en Éxodo 32:33: «“Te ruego que les perdones su pecado. De lo contrario, ¡bórrame ya del libro que has escrito!”. Y el Señor le respondió: “Borraré de mi libro al que peque contra mí”». Los escritores del Antiguo Testamento mencionan este libro de registros varias veces, entre ellos, Isaías, Nehemías, Job y Daniel, así como:

El Nuevo Testamento también hace referencia al libro en varias ocasiones:

Quizás la más notable discusión de este libro se halla en Apocalipsis 20:12.6 Juan el Apóstol advierte que el libro se abrirá el día del juicio final y quienes encuentren su nombre escrito allí serán admitidos al reino de los cielos, mientras que todo aquel que no aparezca en el libro no ascenderá en el más allá:

«Vi entonces de pie, ante Dios, a los muertos, grandes y pequeños. Unos libros fueron abiertos, y después otro más, que es el libro de la vida. Los muertos fueron juzgados conforme a sus obras y conforme a lo que estaba anotado en los libros».

Si pensamos en pronósticos predictivos de eventos futuros, no hay mejor ejemplo que el Apocalipsis de Juan. Ocurran o no estos eventos, ¿de dónde podrían haber surgido dichas predicciones si no es de los registros akáshicos?

El Talmud

El Talmud judío menciona tres libros que se abrirían en el cielo. El primero incluye a los malvados, el segundo a los justos y el tercero a todos los demás. Este es uno más de los tantos ejemplos de registros sobre hechos tanto grandes como pequeños.

El hinduismo y los Vedas

El concepto védico de «pancha mahabhutas» hace referencia a los cinco elementos: akash se considera el elemento primario del espacio, seguido por vayu (aire), agni (fuego), jala (agua) y prithvi (tierra). La Sociedad Teosófica reconocía a los místicos indios en sus escritos y fue a través de textos hindúes que descubrieron el akash, a partir de lo cual ampliaron la idea de un vacío expansivo del que emerge la materia. Se creía que los Vedas y el sagrado idioma sánscrito en sí mismo habían sido transcritos directamente de los registros akáshicos.

El Timeo de Platón y Aristóteles

El filósofo griego Platón (c. 427-347 a. C.) es famoso por haber acuñado el término «elemento» y de haberlo definido como patrones geométricos en su Timeo: el fuego como un tetraedro, el agua como un icosaedro, el aire como un octaedro y la tierra como un cubo. Estos cuatro patrones geométricos sagrados llegaron a conocerse como «los sólidos platónicos». Los filósofos discutieron y debatieron sobre las fuerzas invisibles que existían entre los elementos primarios y que todavía no habían sido nombradas. Pasado un tiempo, fue Aristóteles quien describió lo que él llamó «éter», el quinto elemento, que existe dentro de las estrellas y que se origina más allá de la Tierra. Además, los oráculos de Delfos hicieron predicciones sobre personalidades muy apreciadas por el pueblo. No podemos hacer más que especular que dichos sucesos futuros fueron vistos en los registros akáshicos.

En resumen

Si bien no hay evidencia clínica científica ni pruebas de la existencia de los registros akáshicos, no cabe duda de que la creencia generalizada en un almacén etérico de información con tanta prevalencia a lo largo del tiempo y las culturas de todo el mundo sugiere que dicho lugar es muy real. A continuación seguirás una serie de pasos y ejercicios que te prepararán para acceder a la corriente mental por tu propia cuenta.


2. Ianonne, A. Pablo (2001), Dictionary of World Philosophy, Routledge, Nueva York, p. 243.

3. Nostradamus (2007), The Complete Prophecies of Nostradamus, Wilder Publications, Radford, VA.

4. Singh, Ritu (2021), «From ‘Great Disasters & Cataclysms’ to Cancer Cure: Here are Blind Mystic Baba Vanga’s Predictions for 2021», India.com, https://www.india.com/viral/2021-predictions-great-disasters-to-cancer-cure-here-are-blind-mystic-baba-vangas-predictions-for-2021-4289919/ (recuperado en enero de 2021).

5. Stefon, Matt (2015), «Bardo Thödol», Encyclopedia Britannica, https://www.britannica.com/topic/Bardo-Thodol.

6. Biblia, versión Reina Valera. (N. del T.)