Capítulo 1

Planificación de las programaciones para la gestión cultural

Contenido

1. Introducción

2. Principios de la programación cultural

3. Técnicas de valoración de los factores del medio

4. Resumen

1. Introducción

Actuar en un medio tan sensible como es la cultura nunca debe hacerse desde la improvisación. Planificar la intervención que una entidad tendrá en el ámbito cultural debe ser un requisito indispensable cuando se opera bajo postulados profesionales de la gestión cultural.

En un primer momento, es importante advertir todos los elementos que entran en juego en un proceso de planificación cultural. Así, reconocer el contexto en el que se desenvuelven las programaciones y definir los criterios que se utilizan para su diseño serán tareas principales en el comienzo de la planificación. Por otro lado, establecer un guion lógico y metódico para diseñar las programaciones ayudará a controlar el proceso de trabajo y permitirá la valoración de las actuaciones emprendidas.

Pero no solamente habrá que asimilar los condicionantes y las técnicas que circundan a la planificación de las programaciones, sino que habrá que profundizar en estas, analizando sus componentes, sus recursos y sus resultados. Por último, el proceso de planificación aconsejará la aproximación a la realidad de las organizaciones culturales, incluida la propia que se encuentra diseñando su programación.

La gestión cultural se define como un ámbito de estudio interdisciplinar, ya que son muchos los lugares y las funciones que se desempeñan. Existe toda una serie de industrias culturales y creativas como son los sectores del patrimonio, artes escénicas, artes visuales, música y literatura y edición.

Analizar la gestión cultural como una profesión ha sido algo que ha surgido a lo largo de los años, ya que con la llegada de nuevas políticas culturales y a partir de la instauración de la democracia en España se ha ido demandando una profesionalización del sector, sobre todo a partir de los años 80.

En la actualidad con la implementación de la agenda 2030 y diversas directrices europeas, el ámbito cultural adquiere un especial interés en el marco del desarrollo sostenible y es transversal a todos los objetivos. Por todo ello, existe la responsabilidad de crear un futuro seguro desde una planificación, concretando programas y desarrollando proyectos y posteriormente evaluándolos para conseguir de una manera eficiente los objetivos y metas a alcanzar.

2. Principios de la programación cultural

Gestionar cualquier actividad significa controlar su desarrollo. En el campo de la cultura, establecer vías de control que organicen y estructuren las actuaciones se consigue mediante la planificación de estas, que debe surgir de un proceso de reflexión previo y a propósito de la consecución de unas metas establecidas.

Un programa cultural persigue incrementar la proyección social de las acciones culturales, estableciendo un orden lógico que las articule en base a los objetivos planteados, con los recursos definidos y en el tiempo estipulado.

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Importante

La programación en la gestión cultural debe siempre basarse en un proceso previo de interpretación de la realidad que identifique unas metas a conseguir con esa programación.

Los principios básicos que deben regir una programación cultural son:

  1. Coherencia. Debe responder a la realidad en la que se va a desarrollar, atendiendo necesidades, demandas y preferencias de los beneficiarios. Esto se consigue basando la programación en un conocimiento exhaustivo del medio en el que se contextualiza.
  2. Sostenibilidad. Tiene que garantizar su desarrollo y favorecer la continuidad de las actuaciones. Para ello, la programación deberá ajustarse a las características y posibilidades de su marco de actuación.
  3. Idoneidad. Mejorar la realidad existente es siempre la finalidad de una intervención cultural, por lo que su ejecución debe propiciar cambios positivos y necesarios. Una definición de objetivos deseables, realistas y verificables garantizarán la utilidad de la programación.

Estas tres “reglas” de la programación deberán ser atendidas en todo el proceso de planificación, ya que de su cumplimiento depende, en gran parte, el éxito del programa.

2.1. Contextualización de la programación de acciones culturales

Intervenir en la cultura conlleva una alteración de la realidad e implica a los sectores de esa realidad que se ven afectados por el desarrollo de actuaciones culturales. Un programa cultural debe contextualizarse en la realidad para la que se proyecta, teniendo presentes las características y circunstancias que la definen. A su vez, este programa cultural es promovido y ejecutado por un agente concreto, por lo que también es necesario contextualizarlo en el ámbito de la entidad que lo lleva a cabo. Por último, es preciso describir la estructura básica que articulará la programación, conectando la realidad con la entidad.

Contextualización en la realidad

Los tres conceptos que entran en juego en la contextualización de un programa cultural atendiendo a su entorno sociocultural son:

  1. El territorio, en cuanto a que el programa se adscribe a un espacio geográfico concreto.
  2. La sociedad, entendida como colectividad beneficiaria del programa.
  3. La cultura, como sector específico y materia prima para la aplicación del programa.

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Importante

El contexto en el que se incluye la programación variará si se trata de un programa de dimensión territorial, o si, por el contrario, la programación se refiere a una entidad y/o infraestructura cultural concreta.

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Actividades

1. Elija un evento cultural que conozca y realice un esquema reseñando el territorio en el que se inserta, la población a la que se dirige y el sector cultural al que pertenece.

El territorio

El programa deberá ajustar sus recursos y esfuerzos a una zona determinada que delimite claramente el contingente de población objeto.

Los parámetros a tener en cuenta dentro del ámbito territorial son la extensión, las particularidades políticas y económicas y las características medioambientales:

  1. Extensión. La superficie total del territorio marcará la provisión de recursos y la planificación temporal. Un territorio pequeño será más abarcable, presentando menor número de agentes y beneficiarios y mayor homogeneidad entre ellos. Por el contrario, un territorio amplio requerirá de un gran espacio de tiempo para su análisis, el aumento de la complejidad en la metodología de trabajo, un mayor esfuerzo en la coordinación de los agentes, etc.
  2. Política. Importan la ordenación y regulación urbana, las políticas programadas para el territorio y las condiciones especiales del mismo, refiriéndonos a situaciones de ocupación, dependencia, conflictos violentos, marginalidad, etc.
  3. Medioambiente. Los condicionantes medioambientales inciden directamente en la realidad del territorio. Las características climatológicas determinarán en parte la programación de acciones y las determinaciones legales de protección medioambiental deberán tenerse en cuenta para programar.

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Importante

Las particularidades de un territorio localizado en el medio rural deben ser abordadas siempre desde postulados de conservación y respeto al entorno medioambiental.

La sociedad

La implementación de un programa cultural siempre definirá a un contingente humano como beneficiario de las actuaciones. Esta colectividad social puede definirse por el territorio que ocupa (habitantes de un núcleo determinado), por las características que lo dotan de homogeneidad (jóvenes, inmigrantes, desempleados, enfermos) o por la pertenencia a un grupo objeto específico (afectados por alguna circunstancia especial, hábitos sociales comunes).

Los parámetros a valorar son la historia y evolución, los aspectos demográficos, la organización social existente y las condiciones económicas imperantes:

  1. Historia y evolución. Los orígenes de un colectivo determinan en parte su estructura social. Ejemplos de ello son las comunidades sociales instaladas en las periferias urbanas, que se formaron por factores como el éxodo rural, el crecimiento de la inmigración, los condicionantes económicos, etc.
  2. Demografía. Las variables demográficas van a permitir la caracterización de la colectividad ante aspectos como la cantidad de personas que la forman, la predominancia de sexos o edades, el crecimiento o decrecimiento, la procedencia de sus miembros, la capacitación académica o profesional, etc.
  3. Organización. Las distintas realidades sociales que integran el colectivo forman microgrupos que comparten algunas características definitorias (religión, etnia, profesión, etc.). Además, existen las estructuras como asociaciones (vecinales o de otro tipo), órganos de decisión y participación, colectivos informales, entidades con proyección ciudadana (fundaciones, empresas, servicios públicos), etc.
  4. Economía. La dimensión económica determina fuertemente el perfil del colectivo, sus necesidades y condicionantes. El rango socioeconómico vendrá marcado por las actividades económicas del territorio, la ocupación laboral de las personas, la renta per cápita y otras variables de ocupación, consumo, etc.

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Ejemplo

Para el desarrollo de una programación en un municipio concreto se analizará la estructura social de esa población, tratando de radiografiar su realidad a partir de los vectores históricos, demográficos, sociales y económicos.

La cultura

Los hábitos de comportamiento, las vías de expresión pública (artísticas o no), los componentes lúdico-festivos, las creencias religiosos o ideológicas y las técnicas y conocimientos (tradicionales o innovadoras) conforman el espectro cultural de un colectivo.

La realidad cultural se manifiesta en tres dimensiones:

  1. Patrimonio. Conjunto de bienes histórico-artísticos y manifestaciones culturales tradicionales que sustentan la identidad del colectivo y constituyen su acervo cultural.
  2. Creación contemporánea. La dinámica cultural se materializa en las infraestructuras y equipamientos en uso y a través de la oferta cultural existente, que será el resultado del trabajo de los agentes culturales del colectivo.
  3. Hábitos de comportamiento. Desde el punto de vista de la cultura son importantes las costumbres de la vida cotidiana, los hábitos de consumo y el grado de participación de los miembros del colectivo en el desarrollo de la cultura contemporánea.

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Recuerde

Para contextualizar un programa cultural en la realidad que lo acoge, es necesario valorar aspectos relacionados con el territorio, la sociedad y la cultura.

Contextualización en la entidad

Las planificaciones de programas culturales tienen unos responsables: las entidades que las promueven. Para contextualizar un programa cultural es necesario aproximarse a la organización que lo protagoniza, además de identificar la imbricación de estos programas en su actividad habitual.

La naturaleza de la entidad que promueva el programa va a delimitar su concepción, ya que según el objeto social de las entidades existen acciones en el sector cultural con diversas finalidades y beneficiarios.

El conjunto de entidades que habitualmente promueven acciones culturales se puede clasificar según su naturaleza jurídica, resultando tres tipos de organizaciones.

Entidades públicas

La administración y los organismos dependientes de esta promueven programaciones que toman como referencia a la población que administran. Estos programas pueden ser integrales (abarcando la totalidad del territorio y del sector cultural) o sectoriales (abordando parcelas determinadas de la población y de los sectores culturales).

Entidades privadas

Instituciones que programan acciones culturales en base a unos objetivos particulares de la organización. Empresas y entidades del sector no lucrativo, como fundaciones y asociaciones, forman este grupo. Según su público objetivo y ámbito de actuación, las entidades empresariales se regirán por la lógica del mercado cultural, en tanto que las organizaciones no lucrativas lo harán según el objeto social de su constitución.

Entidades mixtas

Organismos con participación de la iniciativa pública y privada, como consorcios, fundaciones y plataformas reúnen en una estructura de gestión a empresas, creativos independientes, administraciones públicas, asociaciones culturales, etc. Estas entidades se gestionan y financian también de manera mixta, aunque los porcentajes de control de la organización varían según el acuerdo fundacional. Estas entidades buscarán el equilibrio entre los objetivos públicos y las necesidades sectoriales de los miembros privados que las integran.

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Nota

La naturaleza jurídica de las entidades no determina el contenido de la programación, sino que serán los objetivos planteados los que rijan el diseño de las acciones.

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Actividades

2. Realice un listado de las entidades que programan acciones culturales en su territorio y clasifíquelas según su naturaleza jurídica. ¿Qué tipo de entidades protagonizan la oferta cultural?

Estructura básica

Al margen de la naturaleza jurídica de la entidad promotora, la contextualización de una programación cultural se adscribe a un esquema de acción, más o menos generalizado, que lo delimita en cuanto a sus metas y procedimientos.

Una estructura básica reconocida y utilizada frecuentemente por las organizaciones culturales es la que articula las actuaciones a partir de una planificación integral, compuesta por programas de acción (los programas culturales) que a su vez se construyen con proyectos concretos. Así, en un orden descendente, la secuencia programática se resume en: política, plan, programa, proyecto y actividades.

Política

Cualquier entidad cultural se reconoce en un modelo de actuación principal que rige todas las acciones que lleva a cabo. En el caso de las entidades públicas, la política cultural vigente será el principal marco de contextualización, traducida en leyes, reglamentos, decisiones y criterios políticos.

Las entidades privadas, en cambio, estructuran su acción a partir de sus propios criterios. Un centro cultural, un museo o una fundación definirán en su constitución unos principios que darán sentido a su actividad. Estos principios generales marcarán la política de actuación para estas organizaciones.

Plan

Es la primera unidad de acción y se define para perseguir una finalidad general. El plan es el instrumento técnico que materializa la acción cultural de una entidad, en tanto que define unos procesos encaminados a intervenir en el contexto que la rodea.

El plan marcará la finalidad última de su desarrollo, delimitará criterios estratégicos a tomar en cuenta para la programación, establecerá un marco cronológico a largo plazo e identificará los recursos económico-financieros necesarios. Igualmente, el plan contará con un sistema de evaluación que retroalimente a la entidad y ofrezca valoraciones de sus resultados. Por último, un modelo de coordinación y comunicación aplicado al plan cierra el conjunto de elementos presentes en este primer nivel de acción.

Programa

Los principales componentes de un plan son sus programas, unidades de acción que deben articular y dar sentido a todas las actuaciones a llevar a cabo en el ámbito de la planificación.

Si el plan identifica una finalidad general, cada uno de los programas diseñados afrontará la consecución de un objetivo específico y discurrirá por uno o algunos de los criterios estratégicos de la planificación. La consecución de los objetivos específicos de cada programa redundará positivamente en la aproximación a la finalidad definida para el nivel superior, el plan.

Un programa cuenta con un objetivo específico, un modelo de gestión, un marco temporal a medio plazo, una asignación de recursos, un presupuesto y un sistema de evaluación. A nivel de programa también es recomendable definir un modelo de comunicación concreto.

Proyecto

Es la mínima unidad de acción en el marco del plan. Los proyectos se localizan en el seno de los programas, por lo que un conjunto de ellos configuran a un programa determinado. Orientados por el objetivo específico del programa que lo acoge, un proyecto identifica objetivos operativos, muy concretos y fácilmente verificables. La suma de los objetivos de varios proyectos conduce a la consecución del objetivo específico del programa.

El proyecto presenta objetivos operativos y una planificación de actividades que deben alcanzarlos, un marco cronológico a corto plazo, una serie de recursos y un presupuesto, un modelo de gestión y coordinación y un sistema propio de evaluación.

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Nota

Un marco cronológico a largo plazo marca un horizonte temporal superior a tres años, el medio plazo entre uno y tres años, y el corto plazo no supera el año de duración.

2.2. Identificación de criterios para la realización de la programación cultural

Realizar una programación cultural es una tarea que debe articularse desde unos criterios principales que delimiten su contenido. Para definir cuáles serán los criterios que rijan el diseño del programa, es importante antes valorar el entorno en el que ese programa se inserta.

Aspectos del entorno de una programación

Los condicionantes de la entidad promotora, el contexto de la realidad y las características de los agentes externos serán analizados para establecer el escenario en el que se fijarán los criterios programáticos.

La entidad promotora

La finalidad principal de la entidad promotora establece el primer punto de partida. Así, una entidad que trabaja por las manifestaciones tradicionales desarrollará acciones relacionadas con el patrimonio histórico, mientras que un centro de arte contemporáneo propondrá programaciones en la vanguardia de las expresiones culturales.

Los recursos disponibles en la entidad delimitarán fuertemente la definición de criterios en la programación. Los recursos económicos (propios o ajenos), los recursos materiales (infraestructuras y equipamientos) y los recursos humanos (equipo técnico) marcan las posibilidades de actuación para el programa.

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Actividades

3. Identifique una entidad cultural que programe cultura contemporánea y otra que trabaje en el ámbito del patrimonio. Reflexione sobre las diferencias en formatos, destinatarios y proyectos.

El contexto de la realidad

Varias son las circunstancias del contexto sociocultural en el que se insertará la programación a tener en cuenta. El perfil de los beneficiarios, la trayectoria de la programación cultural, los valores culturales existentes y las tendencias del sector cultural deben traerse a análisis antes de establecer los criterios programáticos.

El perfil de los beneficiarios debe ser la principal dimensión a valorar en este momento anterior a la programación. Los hábitos y preferencias culturales de la comunidad receptora del programa darán sentido, o no, a la programación. En una aproximación más específica, el programa deberá detectar e incorporar las demandas culturales de los beneficiarios, a fin de diseñar una programación que responda a esas necesidades identificadas.

Es importante valorar la trayectoria de la programación cultural anterior al programa en fase de diseño, ya que esto aportará información concreta sobre los resultados de la gestión realizada. Aspectos como los principios conceptuales, los contenidos artísticos, la respuesta de los destinatarios y otras variables del proceso de desarrollo ofrecerán claridad en cuanto a los procedimientos y fórmulas que consiguen mejor los objetivos planteados.

Los valores culturales existentes pueden ayudar a establecer criterios programáticos, ya que ofrecen información sobre el sustrato más etéreo de la cultura. Valores como el respeto a la tradición o, por el contrario, la admiración por la innovación, harán que los criterios de programación oscilen según el mensaje que lanzan estos valores.

Las tendencias del sector cultural son un buen barómetro de las demandas culturales de un colectivo social determinado. Los gustos y preferencias en el ámbito de las manifestaciones culturales son moldeados en un proceso de retroalimentación entre los creativos y operadores que ofertan y los destinatarios que seleccionan según su motivación. Esta dinámica debe ser tenida en cuenta para la programación, ya que aconsejará la elección de unos contenidos u otros según, siempre, el objeto del programa a desarrollar.

Los agentes externos

Una programación cultural interactuará necesariamente con agentes externos a ella. Por ello, y al margen de que la programación incorpore en su desarrollo a alguno de estos agentes externos, es importante establecer mecanismos de relación con los creativos más próximos al programa, tratando de aprovechar su conocimiento de la cultura local para enriquecer los contenidos.

La competencia (o la actividad de otras entidades ajenas a la programadora) aporta una información muy útil de cara a establecer criterios de programación. Las acciones emprendidas, sus resultados y sus efectos deben valorarse para rescatar las buenas prácticas y, en su caso, desdeñar aquello que no funciona. Por otro lado, establecer paralelismos y complicidades con la programación ajena redunda en el impacto de las actuaciones y ayuda a establecer una red local alrededor de las manifestaciones culturales.

Finalmente, un programa cultural siempre está sujeto a crítica externa. Los medios de comunicación, los líderes de opinión y la comunidad que recibe la programación pueden ayudar a delimitar un poco más las vías por las que debe discurrir un programa cultural en un contexto determinado. Es importante no dejarse llevar por estos agentes, pero no lo es menos tener presentes sus valoraciones sobre la oferta cultural y su proyección social.

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Actividades

4. ¿Qué beneficios proporciona analizar la programación de otras entidades ajenas a la promotora?

5. Elija un artículo de crítica a algún evento cultural y analice la información expuesta desde el punto de vista del programador.

Criterios para la programación

Programar una acción cultural significa establecer un orden de actuación que organice el desarrollo de esa acción. Para definir el modelo de aplicación de esta acción cultural se define un programa, que sistematiza todos los elementos necesarios para actuar. Este programa perseguirá la consecución de un objetivo específico y para definir el camino a seguir hasta él se establecen unos criterios concretos, que marcarán y determinarán los procesos a ejecutar.

Los criterios para programar van a resultar del análisis y detección de la problemática concreta sobre la que se quiere actuar desde la cultura. Después de un proceso de identificación de los objetivos a conseguir para atajar la problemática, y teniendo presentes todos los aspectos del entorno de la programación (la entidad, la realidad y los agentes externos), la definición de los criterios principales servirá para establecer los pilares de la programación sobre los que sostener el resto de los elementos.

Aunque los criterios variarán de un programa a otro en tanto que varíen los factores externos y los objetivos a conseguir, es posible agrupar en bloques los posibles criterios que van a regir la acción. Criterios que atienden a la dimensión cultural, al factor económico o al desarrollo local resumen el conjunto de orientaciones programáticas más frecuentes.

La dimensión cultural

El fomento de las manifestaciones culturales y sus artífices centran este bloque de criterios para la programación. El enriquecimiento de la cultura como expresión humana es el vector para estos criterios programáticos.

Los criterios de este bloque centrarán la programación en:

  1. Trabajar en favor de una manifestación cultural determinada. Programas específicos de artes escénicas, audiovisual, etc.
  2. Impulsar determinados autores o formatos. Programas para diseñadores, instalaciones urbanas, arte digital, etc.
  3. Profundizar en las expresiones contemporáneas. Programas para investigación, innovación, divulgación, etc.
  4. Recrear las formas o efemérides del pasado. Programas conmemorativos, patrimoniales, etc.
  5. Establecer conexiones culturales entre lenguajes distintos. Programas multidisciplinares, fusión de estilos, experiencias mixtas, etc.

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Ejemplo

Los años temáticos dedicados a una disciplina artística concreta, como el año de las letras, responden a un criterio que trabaja en favor de una manifestación cultural determinada.

Siempre que el objetivo específico del programa se centre en el fomento de la actividad cultural serán estos criterios los que entren en juego durante el proceso de diseño.

El factor económico

La cultura como motor económico es un eje importante de las economías en las distintas escalas locales, regionales, nacionales e internacionales, por lo que el diseño de programaciones orientadas al incremento de la actividad económica en torno a la cultura es habitual.

En el caso de una entidad privada sujeta al mercado se buscará incrementar los beneficios, mientras que desde la óptica de lo público, el objetivo económico se traduce en una ampliación de beneficiarios, ya que la rentabilización de la inversión económica aumenta en cuanto sus efectos lleguen a un mayor número de personas administradas por la entidad pública.

Los criterios que se adscriben al factor económico son:

  1. Maximizar ingresos. Venta de entradas, búsqueda de patrocinios, respuesta a convocatorias y subvenciones, etc.
  2. Diferenciarse de los competidores. Exclusividad de la oferta, localización en estándares altos de calidad, etc.
  3. Aumentar la audiencia. Atender necesidades y demandas específicas, explorar nuevos públicos, etc.
  4. Impulsar las industrias creativas. Apoyo a la comercialización, creación de instrumentos financieros, etc.

Cuando el objetivo específico del programa circunde factores de base económica, se emplearán criterios de este bloque. La industria cultural a día de hoy, es una la que más se está beneficiando del crowdfunding y del mecenazgo. Estas dos fuentes de financiación hacen que se consigan diversas fuentes de financiación que permiten desarrollar las actividades de diferentes proyectos.

El desarrollo local

Cuando la cultura se entiende como una herramienta de crecimiento de la comunidad se establecen criterios orientados al desarrollo local. Los factores de desarrollo contemplan desde criterios económicos a culturales, pero para las acciones con objetivos sociales, estos criterios no marcarán la finalidad de la programación.

La educación, la integración, la igualdad de oportunidades o el fomento del tejido cultural local estarán en el horizonte de los programas con criterios de desarrollo social.

Los criterios orientados al desarrollo comunitario son:

  1. Establecer puentes entre la cultura y la realidad. Elementos políticos, debates ciudadanos, problemas de convivencia, etc.
  2. Tejer redes entre agentes locales. Cooperación, coproducción, iniciativas compartidas, etc.
  3. Educar en valores. Identidad común, patrimonio, integración, interculturalidad, etc.
  4. Potenciar la creatividad cultural. Convocatorias para agentes locales, formación, becas, etc.

En los casos en los que el objetivo específico se oriente al desarrollo integral de la comunidad, se traerán a colación criterios de este perfil.

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Actividades

6. Si quisiera incrementar el número de usuarios de su entidad, ¿qué criterios priorizaría para diseñar la programación?

2.3. Fases y elementos de la planificación cultural

Partiendo de que una programación cultural siempre pretende transformar positivamente su entorno, la planificación de esta es la búsqueda de soluciones para una problemática determinada, convirtiendo a los problemas en situaciones positivas para el objeto de la programación, que puede ser un territorio o una entidad cultural.

Elaborar una planificación requiere una metodología que asegure la óptima ejecución de las actuaciones culturales. Seguir un guion lógico que atienda a varios factores es vital para justificar los contenidos de cualquier intervención en el ámbito de la cultura.

En un esquema integral, la planificación se aborda en fases que se corresponden con los procesos metodológicos estipulados para favorecer un diseño programático idóneo. Estas fases se materializan a través de varias herramientas técnicas que van articulando el desarrollo de la planificación.

Las fases que se suceden en el proceso de planificación son: investigación, análisis, diseño y desarrollo, con una fase transversal que se ejecuta desde el inicio hasta el final de las actuaciones, la evaluación.

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Definición

Planificación

Plan general, metódicamente organizado y frecuentemente de gran amplitud, para obtener un objetivo determinado, como el desarrollo armónico de una ciudad, el desarrollo económico, la investigación científica, el funcionamiento de una industria, etc.

Fase de investigación

El primer paso para definir un modelo de intervención en el sector cultural es conocer las características del ámbito de actuación. Un proceso de investigación sobre los aspectos que determinan la realidad cultural arrojará los elementos de entrada que deben regir el diseño de los programas.

La fase de investigación se nutre de información. Es importante entonces advertir que serán las fuentes informativas las que aporten la materia prima.

Las fuentes de información

Las fuentes de información se clasifican en primarias y secundarias. La información primaria es aquella que se genera en el proceso de investigación, mientras que la secundaria es información ya existente que se recopila y adapta a las necesidades de este proceso.

La información primaria será fundamentalmente de tipo cualitativo y de opinión. Los datos cualitativos, si bien no se pueden cuantificar, aportan una visión más subjetiva de la realidad, pero de sumo interés para el desarrollo de la que será la segunda fase de la planificación, el análisis.

Algunas de las herramientas más idóneas para la obtención de esta información primaria son:

  1. Entrevistas a creativos, gestores e interlocutores reconocidos en el ámbito cultural.
  2. Encuestas o cuestionarios con objetivos específicos para profesionales y/o destinatarios de la programación.
  3. Grupos de discusión y foros de debate entre agentes culturales.
  4. Reuniones generales y sectoriales.

Es recomendable que el tratamiento de la información se realice inmediatamente después de su recogida para incorporar todos los matices e impresiones recabadas.

La información secundaria se utiliza generalmente para obtener información cuantitativa. Tradicionalmente se le ha dado más valor o énfasis a los datos cuantitativos, ya que presentan cuestiones objetivas sobre las que es más fácil sostener el posterior análisis.

Estas fuentes de información secundaria en el sector cultural pueden ser:

  1. Boletines, dosieres, revistas y otras publicaciones.
  2. Estadísticas relacionadas con hábitos y preferencias culturales.
  3. Inventarios de recursos, directorios de agentes.
  4. Material técnico como memorias, informes, evaluaciones o prospecciones anteriores.
  5. Material divulgativo de programas y actividades.

Las fuentes de información secundaria se considerarán de tipo indirecto, por lo que es fundamental para cualquier investigación del ámbito cultural combinarlas con el uso de fuentes directas (información primaria) o trabajo de campo.

La sistematización de esta información obtenida a partir de las fuentes dará lugar al elemento principal de esta fase, la memoria descriptiva. Este documento aportará todos los datos necesarios para obtener un conocimiento exhaustivo del campo de actuación.

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Actividades

7. Localice alguna estadística sobre hábitos culturales y realice un listado con las actividades que se registran. Reflexione sobre las ausencias y presencias de las actividades.

La memoria descriptiva

Los aspectos sobre los que profundizar y obtener la información que constituirá la memoria descriptiva son:

  1. Elementos del territorio. Características del medio extraídas de los aspectos geográficos, políticos y medioambientales.
  2. Contingente social. Perfil de los destinatarios en cuanto al origen histórico, demografía, economía y organización social.
  3. Ámbito cultural. Información sobre recursos, oferta, agentes y receptores de la cultura.

Dado el carácter cultural de la planificación, las dos primeras dimensiones (territorio y sociedad) aportarán un contexto necesario pero no extenso, extrayendo datos que sirvan para centrar la actuación.

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Ejemplo

Si la planificación se realiza para un centro de mayores, el diseño de la programación deberá tener en cuenta las características de sus usuarios.

En el caso de la dimensión cultural, la tarea de recopilación y sistematización de información ganará en profundidad, generando una radiografía completa del ecosistema cultural en el que se enmarca la intervención.

Las variables sobre las que recabar información son: los recursos culturales (infraestructuras), la oferta cultural (programas, eventos y actividades) los agentes (creativos, promotores y prestadores de servicios) y los receptores de la cultura (ciudadanía, usuarios, públicos).

En el caso de que la planificación no tenga carácter territorial y sea diseñada para un equipamiento cultural concreto, la investigación atenderá a los aspectos internos que definen la realidad de este equipamiento.

Inventario de recursos

Un inventario es la recopilación de información dispersa para producir una información concreta. El inventario de recursos culturales se configura como una herramienta necesaria para el estudio y conocimiento del ámbito cultural.

La elaboración de un inventario discurre por varios pasos, comenzando con la delimitación del tipo de recursos objeto del inventario y la elaboración de un listado básico que los identifique.

Los tres campos de información que trabajará el inventario serán los correspondientes a las infraestructuras, la oferta y los agentes culturales.

Una infraestructura cultural se definiría, en primer lugar, por su dimensión física, constituyendo un inmueble, un conjunto de ellos, e incluso un espacio abierto. En segundo lugar, esta infraestructura se adscribe al sector cultural en tanto que forma parte de su actividad en mayor o menor medida. Estas dos características definirán a las infraestructuras susceptibles de incluirse en el inventario.

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Recuerde

Una infraestructura cultural se reconoce como tal dada su dimensión física y el tipo de actividades que se desarrollan en ella.

A continuación, se detallan los tipos de infraestructuras que se localizan en el sector cultural:

  1. Infraestructura patrimonial. Elementos inmuebles del patrimonio histórico-artístico. Este tipo de infraestructura se adscribe a diferentes sectores de actividad, como la arquitectura, la restauración y conservación, la gestión, la interpretación y la difusión.
  2. Equipamientos culturales. Inmuebles diseñados y/o adaptados para uso cultural. En principio, un equipamiento cultural es un espacio pensado para servir de escenario a un determinado tipo de actividades culturales.
  3. Espacios con actividad cultural. Inmuebles y espacios que, a modo de función complementaria a la principal, desarrollan actividades culturales.

Trabajando en estos tres bloques se configura un listado de infraestructuras que ofrecerá una primera instantánea del mapa de recursos existente.

Para recabar la información de los recursos identificados es necesario delimitar qué tipo de datos deben obtenerse. La elaboración de una ficha técnica de trabajo establecerá con precisión y detalle toda la información a recopilar de cada uno de los recursos de forma individualizada.

Interesa para la investigación conocer los datos administrativos y de contacto, el tipo de infraestructura, los equipamientos y espacios con los que cuenta, la actividad habitual y las características de su proyección hacia los destinatarios. Pensando en la programación, es recomendable también registrar su régimen de uso por parte de los profesionales, en aspectos como la accesibilidad, condiciones de alquiler y las posibilidades de ejecución de actividades.

Un último paso para configurar el inventario será trasladar a un banco de datos todos los campos de información definidos en la ficha técnica. El trabajo de campo y de gabinete aportarán los datos necesarios para completar el inventario.

Para no desvirtuar el inventario, es importante tener presente algunas recomendaciones:

  1. No incluir información superflua.
  2. Evitar lagunas de información.
  3. Desestimar el uso de datos anticuados.
  4. Comprobar todos los datos dudosos.
  5. Actualizar periódicamente la información.

Concluido y estructurado en un banco de datos, el inventario será accesible y manipulable al máximo. Las prestaciones de un banco de datos permitirán realizar consultas, agrupar por características, elaborar informes, etc.

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Nota

La vida efectiva de un inventario no suele superar los dos años en el sector cultural, ya que la aparición-desaparición de infraestructuras con programación es bastante frecuente.

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Actividades

8. Elabore una ficha técnica a partir de los bloques de contenidos expuestos.

La oferta cultural se materializa en actividades y acontecimientos que pueden entenderse como una de las vías de expresión de la colectividad, cuyos productos y servicios desembocan en acciones culturales dirigidas a la ciudadanía. Estas actividades dinamizan las infraestructuras, fomentan la colaboración entre los distintos agentes y trabajan por la configuración de una identidad cultural concreta.

Esta actividad cultural es un buen barómetro para medir el estado de un ecosistema cultural. De cara a la investigación, será necesario registrar las actividades culturales que se ofertan para favorecer el análisis posterior.

Dado el carácter amplio del significado del concepto “cultura”, es importante, antes de ejecutar el trabajo de campo, reseñar qué tipos de acontecimientos se entenderán como culturales para la investigación, como los que se describen a continuación:

  1. Patrimoniales. Rememoran, recuperan o ponen en valor los elementos que componen el patrimonio histórico y cultural.
  2. Artísticos. Se basan en la creación artística, entendiendo esta como la acción de generar y/o difundir contenidos propios del arte.
  3. Formativos. Persiguen la formación cultural a través del desarrollo de acciones formativas propias del campo de las humanidades.
  4. Profesionales. Se disponen como foros de encuentro e intercambio entre profesionales del mundo de la cultura.
  5. De fomento. Fomentan la creación y transmisión de contenidos culturales mediante fórmulas como concursos, premios, certámenes.

Delimitado el ámbito de prospección, el trabajo de campo deberá recabar información sobre los contenidos de las actividades, la estructura de gestión, los recursos e infraestructuras que utiliza, la orientación hacia los destinatarios y su nivel de repercusión social.

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Recuerde

Las actividades culturales son el motor del sector cultural ya que dinamizan las infraestructuras, fomentan la colaboración entre los distintos agentes y trabajan por la configuración de una identidad cultural concreta.

Dentro del conjunto de agentes culturales se localizan las personas, entidades y organismos que desarrollan su actividad ordinaria en el sector de la cultura.

Para facilitar la prospección en este terreno conviene establecer los tipos de agentes culturales que operan en la cultura:

  1. Administración. Estructuras de gobierno como áreas, comisiones, ministerios, direcciones generales, consejerías, concejalías, etc.
  2. Organismos. Entidades con personalidad jurídica propia. Empresas públicas, institutos, centros de estudios, oficinas técnicas, cámaras de comercio, etc.
  3. Universidad. Facultades, departamentos, aulas y grupos de carácter universitario.
  4. Fundaciones. Entidades reconocidas jurídicamente, en especial aquellas que tienen a la cultura como objeto fundacional.
  5. Empresas. Agentes empresariales que desarrollen su actividad en el sector de la cultura.
  6. Creativos y artistas a nivel individual.
  7. Colectivos. Asociaciones y entidades sin ánimo de lucro (exceptuando las fundaciones) que operan en el sector.
  8. Ocio y tiempo libre. Entidades que desarrollan actividades de ocio cultural.
  9. Personas independientes o freelance que operan en el sector cultural.

Teniendo presente que esta lista de agentes puede resultar muy extensa dependiendo del territorio objeto de la investigación, los recursos destinados a la prospección de estos deben ser bien gestionados, evitando prolongar demasiado el proceso de recopilación de información.

En el caso de que la investigación estuviese promovida por un equipamiento cultural, la información a recabar se centraría en los agentes relacionados con este.

Con la aparición de estos nuevos agentes y el auge de la información online existen nuevas variables culturales que tener en cuenta:

  1. Rapidez de comunicación.
  2. Facilidad de acceso a más información.
  3. Necesidad de cambio de los agentes culturales clásicos.
  4. Cambio de estructura de las organizaciones culturales.
  5. Cambio en la demanda cultural.
  6. Valores y apreciación nuevos en cuanto a la cultura presencial o en vivo.

Receptores de la cultura

El sentido de una programación se encuentra en su conexión con los destinatarios de las actividades. Este grupo puede estratificarse también según la naturaleza de la programación.

Los receptores de la programación cultural se agrupan en:

  1. Ciudadanía. Programaciones promovidas por la administración pública que, aunque puedan atender a sectores concretos, responde a las necesidades culturales de la comunidad desde su condición de servicio público.
  2. Usuarios. Desde la óptica de un equipamiento concreto, las personas que suelen participar, en mayor o menor grado, de las actividades programadas.
  3. Públicos. Para las actividades, grupo de destinatarios habituales y potenciales según sus preferencias culturales.

Para obtener información útil sobre los receptores de las acciones culturales existen herramientas como memorias de resultados de otros eventos, estudios de hábitos y preferencias culturales, sondeos específicos, etc.

Completada la fase de recopilación y sistematización de la información, la memoria descriptiva del contexto queda configurada y dispuesta para su estudio, que abrirá la segunda fase de la investigación: el análisis.

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Actividades

9. Realice un esquema tipo índice con los contenidos y epígrafes que tendría un documento de memoria descriptiva.

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Aplicación práctica

En el departamento de gestión cultural de su ayuntamiento acaba de entrar un nuevo director que proviene de otro ámbito, por lo que desconoce la realidad cultural de este territorio. En concreto, está interesado en disponer de toda la información posible sobre las infraestructuras culturales. ¿Cuál debe ser el trabajo que usted, como técnico del departamento, deberá acometer primero?

SOLUCIÓN

Tendría que llevar a cabo un inventario de infraestructuras culturales en el municipio. Para ello, identificará los espacios y mediante una ficha técnica recopilará la información administrativa y de contacto, el tipo de infraestructura, los equipamientos y espacios con los que cuenta, la actividad habitual y las características de su proyección hacia los destinatarios. Registrará también su régimen de uso por parte de los profesionales.

Fase de análisis

Conocer plenamente el entorno en el que se implementará la programación cultural supone identificar aquellos aspectos a transformar con la misma. La memoria descriptiva debe ser desgranada para identificar los puntos clave que centrarán el diseño de la planificación, en tanto que serán ellos los que apunten los objetivos a conseguir y las vías a seguir para conseguirlos.

El principal objetivo del análisis es detectar los problemas y necesidades del territorio-entidad objeto de la planificación, evidenciando las causas que los generan. Para conseguir sacar a flote esta problemática, se procederá a valorar la información relativa al ámbito cultural:

  1. Infraestructuras: número y tipos, usos actuales, carencias existentes.
  2. Oferta: programas consolidados y emergentes, impacto de las actividades, lagunas programáticas.
  3. Agentes: representatividad de los sectores culturales, conexiones, grado de protagonismo.
  4. Receptores: preferencias, necesidades, hábitos y demandas.

La herramienta que aportará el conocimiento de la problemática es el diagnóstico. Son múltiples las metodologías existentes para la realización del diagnóstico: diagnóstico participativo, planificación descentralizada, técnicas de análisis estadísticos de datos, análisis socioeconómico o el Método DAFO (Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades). Para abordar el análisis en la planificación cultural resulta idónea la técnica de la matriz DAFO.

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Recuerde

Para diagnosticar la realidad cultural se analizarán los espacios (infraestructuras), los contenidos (oferta), los promotores (agentes) y los destinatarios (receptores).

Diagnóstico con la matriz DAFO

Para realizar un diagnóstico a partir de la matriz DAFO se comienza por un análisis externo de los elementos del entorno, generalmente no controlables, que afectan al territorio-entidad, tanto negativamente como positivamente, detectando así las amenazas y oportunidades.

Seguidamente se realiza un análisis interno o de aquellos factores controlables por los promotores de la planificación, identificando los puntos fuertes y débiles que poseen:

  1. Análisis del contexto externo. Aquellas oportunidades que ofrezca el ámbito superior en el que se inscriba el promotor, o bien las que se desprendan de la relación de este con otros territorios-entidades. Por otro lado, las amenazas que estos ámbitos apunten serán interpretadas bajo parámetros que las conviertan en retos a afrontar, predisponiendo para ello las posibles respuestas a las circunstancias negativas.
  2. Análisis del contexto interno. Se pondrán de relieve las fortalezas y las debilidades que presenta el promotor, que serán las bazas sobre las que apoyar la planificación y los aspectos a corregir con la misma respectivamente.

Esta técnica de análisis, la matriz DAFO, da lugar a un diagnóstico estructurado de la realidad, ya que presenta las características de esta organizadas en distintas dimensiones.

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Completada la matriz DAFO, la metodología para esclarecer cuáles serán los objetivos y estrategias de la planificación sigue este proceso:

  1. Seleccionar las oportunidades (factores externos) susceptibles de ser aprovechadas por el promotor desde el ámbito de acción que proporcionará la programación. Estas oportunidades estarán en el horizonte programático, que deberá contemplarlas en el diseño de las estrategias.
  2. Destacar las amenazas (factores externos) que manifiesten un riesgo evidente para el promotor. Las amenazas marcarán los caminos a evitar y ofrecerán la posibilidad de anticiparse a sus efectos negativos.
  3. Enumerar las fortalezas (factores internos) que posee el promotor, ya que estas serán los ejes sobre los que diseñar las acciones de la programación.
  4. Esclarecer las debilidades principales (factores internos) para obtener a partir de ellas la problemática a corregir con el desarrollo de la programación.

Así, las debilidades marcarán la problemática, las fortalezas indicarán el camino para atajarla, las amenazas reseñarán las situaciones a evitar y las oportunidades mostrarán los escenarios a contemplar en el diseño de la planificación.

Para cerrar la fase de diagnóstico y con objeto de dotar a este del mayor rigor posible, se pueden poner en marcha algunas acciones específicas al respecto:

  1. Análisis comparativo. Se establecen comparaciones con otros diagnósticos de territorios-entidades que sean asimilables al promotor. Esta acción permite ajustar al máximo el diagnóstico, incorporando elementos o bien desestimándolos.
  2. Análisis de expertos. Un grupo de personas expertas en los ámbitos de la cultura elaboran un informe de valoración sobre el diagnóstico. Sus aportaciones y recomendaciones serán incorporadas para la fase de diseño.
  3. Seminario. Encuentro multidisciplinar con representantes de los ámbitos que entran en juego en el diagnóstico. Se establecerán varias sesiones en las que estas personas expongan sus puntos de vista sobre el proceso de investigación, sus carencias y los puntos clave sobre los que apoyar la planificación.
  4. Análisis integral. Se incorporan al proceso de análisis los integrantes del promotor y todos los agentes afectados, desde los operadores culturales hasta los destinatarios de la programación final.

El resultado de esta fase se dispone para el análisis a partir de los dos elementos elaborados en su desarrollo: la memoria descriptiva, con toda la información relativa al contexto, y el diagnóstico, con los aspectos que orientarán el proceso analítico.

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Actividades

10. Escoja una entidad cultural y, a partir de la información que pueda obtener de ella en la web, destaque las fortalezas que posee.

Fase de diseño

La fase de diseño o análisis propositivo establecerá los objetivos de la planificación y las estrategias (vías) sobre las que articular la programación cultural que tratará de alcanzar esos objetivos.

En un primer momento, se extraerá de la problemática el principal aspecto a corregir y las causas que lo generan. La conversión de ellas en aspectos positivos arrojará los objetivos a conseguir. En un segundo paso, las fortalezas y oportunidades detectadas en el diagnóstico aconsejarán la elección de las estrategias a seguir para la consecución de los objetivos.

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Definición

Estrategia

En un proceso regulable, es el conjunto de las reglas que aseguran una decisión óptima en cada momento.

La problemática y los objetivos

Los objetivos representan unas metas o conductas concretas, cuya consecución promueven el logro de la finalidad principal de la planificación. Las características principales de los objetivos son:

  1. Su consecución debe suponer la modificación de algunas de las circunstancias esgrimidas en la problemática.
  2. Se redactarán en infinitivo con verbos que indiquen acciones a desarrollar para obtener unos resultados.
  3. Asegurarán que su interpretación no deje espacio a versiones distintas.
  4. Serán realistas y medibles, en tanto que se ajusten a los recursos existentes y sean susceptibles de evaluación.

La identificación de los objetivos, además de contrarrestar los efectos negativos de las debilidades y amenazas, debe contemplar las fortalezas y oportunidades, ya que ellas los dotarán de realismo en tanto que su consecución deberá apoyarse en esas circunstancias positivas.

En el primer escalón de la planificación cultural se localiza la política de la entidad promotora. Este contexto marca la finalidad última de la entidad, y por tanto, la que tendrá cualquier planificación emprendida por esta. Seguidamente aparece el plan, ámbito superior de la acción a ejecutar y que identifica un objetivo general, amplio y alcanzable solamente a partir de la consecución de otros objetivos de menor rango.

Un plan está compuesto por programas de acción, diseñados para conseguir los objetivos específicos. Estos objetivos serán concretos y abarcables por la entidad y resultarán de la consecución de otros objetivos menores.

El último escalón en el esquema de la planificación es para los proyectos, que dotan de contenido a los programas. Los objetivos operativos orientan a los proyectos, siendo objetivos conseguibles en sí mismos y fácilmente medibles.

Existen entonces cuatro tipos de objetivos: la finalidad para la política, el objetivo general para el plan, los específicos para los programas y los operativos para los proyectos. Las tareas, al constituir una mínima acción, no presentan objetivos propios, sino que son la herramienta necesaria para el cumplimiento de los objetivos operativos del proyecto que las contiene.

Las metas/objetivos en un proceso de planificación se clasifican:

  1. Finalidad. Representa un deseo general, una aspiración cultural de gran calado, pero no por ello inalcanzable. La finalidad, atendiendo a su carácter generalista, se persigue, siendo un referente que orienta constantemente el trabajo de la entidad.
  2. Objetivo general. Es el objetivo de mayor envergadura, y representa el fin último que se quiere alcanzar con el desarrollo de una planificación. Este objetivo es también generalista, expresando una meta que requiere del desarrollo completo de los programas para su consecución.
  3. Objetivos específicos. Representan aquellas metas que materializarán la consecución del objetivo general. Alcanzar los objetivos específicos propiciará automáticamente la consecución del objetivo general.
  4. Objetivos operativos. Se corresponden con las metas identificadas para los proyectos concretos. La suma de los objetivos operativos dará lugar a la consecución del objetivo específico de un programa.

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Para esclarecer los objetivos de la planificación se abordan los problemas y se formulan en positivo. Por ejemplo, si el principal problema detectado es el desinterés de la población por las manifestaciones culturales, el objetivo general sería conseguir una población interesada por las manifestaciones culturales.

Varias son las técnicas de prospección que consiguen evidenciar aquellos problemas más importantes detectados en la investigación. La programación trabajará por la corrección de esos problemas, proponiendo los objetivos necesarios para conseguirlo. En el campo de la planificación cultural resulta idóneo utilizar la técnica del árbol de problemas para esclarecer los objetivos de la planificación.

El árbol de problemas facilita la identificación de causas y efectos en un problema central. Solamente cuando se conozca el origen (causas) del problema central se podrán solucionar los efectos negativos que este genera.

Para realizar un árbol de problemas, el diagnóstico debe identificar el problema o problemas centrales, así como las causas y efectos correspondientes. Por ello, el diagnóstico debe señalar todos los elementos necesarios para la elaboración de este árbol.

Para la realización de un árbol de problemas se propone esta secuencia de acciones:

  1. Identificación del problema central. Se priorizan aquellos problemas que afectan de un modo más grave al territorio-entidad, y se toma uno de ellos como el germen del árbol. El problema central se abordará desde la planificación, y dará lugar a la formulación del objetivo general de esta.
  2. Identificación de las causas. Las circunstancias evidenciadas en el diagnóstico se ordenarán en torno al problema central para definir, o no, su naturaleza como causa del mismo. Las causas se abordarán desde la realización de programas, y darán lugar a los objetivos específicos de la planificación.

Para realizar la construcción del árbol es necesario anotar el problema central. Después, hay que describir las causas detectadas y conectarlas a este problema principal.

Planteadas las primeras relaciones entre el problema central y sus causas más cercanas se identifica el objeto general de la planificación (problema central), y también los objetivos específicos que deberán alcanzar los programas (causas).

Para detectar los efectos producidos por el problema central se aplicará el mismo procedimiento que para las causas, pero en esa ocasión en orden ascendente.

En este punto es posible afirmar que la erradicación de las causas eliminaría el problema central, y con este, los efectos generados. Así, la formulación en positivo de las causas va a marcar las metas a conseguir, mientras que los efectos se convertirán en indicadores para verificar esa consecución, en tanto que deberán desaparecer si la programación se resuelve con éxito.

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Actividades

11. A partir del problema “carencia de público en la programación de la entidad”, elabore un árbol de problemas con causas y efectos.

La planificación estratégica para la cultura

La planificación es la búsqueda de soluciones a una serie de problemas que se detectan convirtiéndolos en situaciones positivas para el objeto de la planificación, ya sea un territorio, una empresa o una institución.

Algunos modelos de planificación tradicionales tienen un enfoque unidireccional que los convierte en métodos desaconsejables. Estos modelos se caracterizan por contemplar un desarrollo arriba-abajo de naturaleza tecnocrática, la definición de un contexto de certidumbre irreal, el enfoque hacia los efectos y no hacia las causas y demasiada rigidez en la temporalización de las actuaciones.

Ante estos modelos, la planificación estratégica se presenta flexible y eficiente, permitiendo una respuesta a la problemática que tenga en cuenta el contexto y las posibilidades internas.

El modelo estratégico propone que desde el diagnóstico DAFO, la planificación articulará el desarrollo de la acción a partir de una o varias estrategias. La decisión que se basa en rentabilizar lo positivo (fortalezas y oportunidades) y eludir lo negativo (debilidades y amenazas) es lo que se conoce como estrategia.

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Nota

La planificación estratégica aplicada al territorio surgió en las ciudades norteamericanas. El paso pionero lo dio la ciudad de San Francisco en 1981.

El plan estratégico es un instrumento que propicia la participación de los diferentes actores implicados, permite la definición de una visión de desarrollo futuro e identifica las grandes prioridades y los objetivos. Además, tiene en cuenta la situación actual, sus fortalezas y debilidades, así como las amenazas y oportunidades existentes.

En la fase de diseño de la planificación con el método estratégico se emplean los siguientes elementos:

  1. Visión. Es la situación ideal para el futuro. El objetivo general del plan indica la dirección concreta hacia donde deben apuntarse los esfuerzos.
  2. Estrategias. Orientaciones encaminadas a la consecución del objetivo general. La estrategia no marca qué hacer, sino cómo hacer. Para su definición se utilizan las fortalezas y las oportunidades.
  3. Programas. Marcos de actuación que persiguen los objetivos específicos. Los programas se incardinan en las estrategias definidas.
  4. Proyectos. Mínimas unidades de acción que consiguen los objetivos operativos. Los proyectos dotan de contenido real a los programas.

Es, por tanto, en esta fase cuando la programación debe quedar configurada. Una metodología participativa que incorpore al mayor número de agentes posible en su desarrollo favorecerá la creación de contenidos.

Para completar la planificación habrá que definir varias cuestiones importantes que deben quedar reflejadas en el proceso de diseño:

  1. Determinar los principales recursos y servicios culturales que serán necesarios, tanto a nivel de infraestructuras como de equipamientos y productos.
  2. Definir un plan económico-financiero en el que se recoja el presupuesto total y las vías de financiación para ejecutarlo.
  3. Temporalizar las acciones cronológicamente, realizando un plan de trabajo integral ajustado al calendario.
  4. Formar el equipo de trabajo que coordinará las actuaciones, definiendo roles profesionales, niveles de competencias y periodo de participación en el desarrollo.
  5. Contemplar el proceso de evaluación que se pondrá en marcha de manera transversal durante todo el desarrollo de la planificación.

Establecida la planificación en base al modelo estratégico, todo queda dispuesto para la implementación de la programación.

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Recuerde

La fase de diseño debe tener en cuenta la situación actual, sus fortalezas y debilidades, así como las amenazas y oportunidades existentes.

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Aplicación práctica

En la entidad cultural para la que trabaja han elaborado un diagnóstico, detectando una serie de problemas que experimenta la entidad y que deben atajarse por medio del diseño de una planificación. ¿Cómo plantearía la definición de los objetivos que deberá tener esa planificación?

SOLUCIÓN

Construir un árbol de problemas en el que se establezcan las relaciones entre los conflictos, descifrando el problema principal y sus causas. Después, se invertiría el árbol transformando el problema principal en el objetivo general y todas las causas en objetivos específicos. A partir de aquí se comenzaría a diseñar la planificación.

Fase de desarrollo

La fase de desarrollo requerirá de todos los factores que hacen posible la ejecución del plan. Los recursos materiales, la disponibilidad de servicios, la financiación necesaria y el óptimo funcionamiento del equipo de gestión son condiciones irrenunciables para la consecución de los objetivos en el tiempo y forma planteados.

En esta fase entran en juego todos los agentes involucrados: los gestores a nivel de coordinación, los colaboradores, los proveedores de recursos y servicios, los artistas y creativos participantes y los destinatarios de la programación. Para supervisar todo ello se elabora un plan de trabajo que reparta responsabilidades y establezca las herramientas necesarias para el control de las actuaciones.

El plan de gestión

Una planificación integral con varios programas de acción contempla un horizonte temporal, generalmente, no menor de tres años. La gestión de la planificación requiere de una temporalización abarcable, que resuelva por periodos el trabajo planificado. Así, un plan de trabajo de tres años puede contener tres periodos de un año cada uno, facilitando la gestión y posibilitando la rectificación o reorientación de los contenidos según los resultados y las circunstancias.

Este plan de gestión con un horizonte temporal concreto y abarcable tendrá al menos dos elementos primordiales: el equipo gestor y las acciones de coordinación.

El equipo gestor estará formado en relación a la dimensión del programa, ya que no es lo mismo una planificación territorial, por ejemplo para una ciudad como Barcelona, que una planificación para un equipamiento cultural determinado. A pesar de esto, varias son las áreas de competencias que siempre estarán presentes:

  1. Dirección. Nivel superior de supervisión y toma de decisiones. Agrupa esta competencia tanto a nivel técnico como a nivel cultural, por lo que se puede encontrar un director técnico y un director artístico en este nivel.
  2. Coordinación. Eje sobre el que pivota toda la información que se desprende del desarrollo de la programación. La coordinación, mediante la gestión de la comunicación interna, garantiza que todo el equipo actúa ordenadamente y en base a los objetivos y estrategias contempladas.
  3. Producción. Nivel técnico que garantiza la ejecución de las acciones previstas. El control de los recursos y servicios y la relación con proveedores y colaboradores centran el trabajo.
  4. Administración. Control y gestión de toda la documentación administrativa, como: presupuesto, ingresos y gastos, facturación, obligaciones fiscales, permisos y contratos se localizan en este nivel.
  5. Comunicación. Toda la información que sale desde la programación está controlada desde este nivel. La difusión de la programación a todos los niveles, la relación con medios de comunicación, el entorno 2.0, las cuestiones de protocolo y la promoción son tareas propias de la comunicación del programa.

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Este esquema para el equipo de trabajo garantiza el control del desarrollo programático. Para materializar una gestión acorde a las necesidades de la planificación deben estipularse algunas herramientas a emplear por el equipo durante esta fase:

  1. Reunión inicial. Exposición de la planificación y todos los aspectos inherentes (plan de trabajo incluido).
  2. Informes periódicos. La coordinación elaborará un informe periódico que recoja la situación del desarrollo, aportando información valiosa en tanto que permita la toma de decisiones en el momento oportuno.
  3. Reunión intermedia. Valoración del trabajo desarrollado y del que está pendiente de ejecutar para corregir, si es necesario, los desajustes surgidos.
  4. Encuentros por áreas de trabajo. La coordinación y la dirección mantendrán el contacto directo con las áreas de trabajo del equipo para intercambiar información.
  5. Ficha de control. Herramienta a modo de diario de trabajo en el que se registran todas las circunstancias de relevancia para el programa. Todas las personas del equipo deben acceder a ella y participar en su elaboración.
  6. Reunión final. Muy focalizada a la evaluación de los resultados y al análisis propositivo para la mejora de la planificación desarrollada.

Ajustándose al máximo al plan de trabajo, la programación conseguirá ser eficiente y efectiva, ya que el control de las actuaciones permitirá rentabilizar el uso de los recursos y garantizar la consecución de los objetivos.

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Actividades

12. ¿Desde dónde se gestiona la comunicación interna del equipo de trabajo durante la fase de desarrollo?

Fase de evaluación

La fase de evaluación es transversal durante toda la vida de la planificación. Tomar el pulso al desarrollo de la planificación favorece que los agentes implicados puedan valorar el retorno de su participación y el grado de éxito alcanzado en base a los objetivos a conseguir.

La fase de evaluación se puede dividir en etapas cronológicas según la vida de la planificación, y debe apoyar su materialización en herramientas que ayuden a ejecutarla.

Etapas evaluativas

Existen tres momentos principales en la fase de evaluación de una planificación cultural:

  1. Evaluación inicial. A partir de la memoria descriptiva y el diagnóstico se hace una valoración inicial de la situación. Esta evaluación marcará los puntos de partida y los medios disponibles para llegar a las metas acordadas.
  2. Evaluación intermedia. Toda la información relativa al desarrollo del proyecto se presenta como eje de la evaluación. Los resultados obtenidos en las acciones que ya se hayan ejecutado y la adecuación de los procesos de trabajo a la planificación marcarán la evaluación en esta etapa.
  3. Evaluación final. Los resultados obtenidos se presentan para contrastarlos con las metas definidas en la planificación. Para cerrar, esta etapa de la evaluación contendrá una serie de recomendaciones y mejoras propuestas para detectar los errores y evitar su repetición en futuras programaciones.

Al margen de estos tres momentos estrictamente necesarios, la evaluación puede contemplar acciones intermedias que enriquezcan el proceso y flexibilicen más el desarrollo del programa.

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Importante

Solamente desde la evaluación se pueden detectar los aciertos y errores que se desprenden del desarrollo de la planificación.

Herramientas para la evaluación

Dentro del conjunto de elementos técnicos que forman parte de la evaluación existen dos grupos diferenciados: herramientas de medición y herramientas de información.

Como herramientas de medición se define los indicadores, que verificarán, o no, la consecución de los objetivos. Los indicadores son los criterios de éxito, mensurables y realistas, que permiten acompañar y evaluar los logros de la programación.

Un indicador establece una relación entre dos o más variables que, al compararse con las metas marcadas en los objetivos, permite valorar el grado de éxito del programa.

Los indicadores se expresan mediante un enunciado que define de manera conceptual lo que se desea medir, y se cuantifican a partir de un cálculo matemático que lo dota de un valor numérico y lo hace comparable.

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Ejemplo

Para un objetivo de incrementar el público en un equipamiento se definirá un indicador que controle el número de asistentes al equipamiento durante un periodo y lo compare con los valores del periodo anterior de referencia.

Las principales características que rodean a un indicador son:

  1. Cada indicador se adscribe a un objetivo determinado, por lo que deberá ser posible, verificable y representativo.
  2. Cada indicador se especifica en alcance y en tiempo, delimitando con ello su capacidad en la medición.
  3. El conjunto de los indicadores debe contener todos los aspectos importantes del objetivo a conseguir.
  4. Los datos relevantes para los indicadores se recopilan desde el inicio de la fase de desarrollo.
  5. Las fuentes de información relativas a los indicadores deben ser fiables y accesibles.

También será necesario determinar los medios de verificación, que son las fuentes o mecanismos de información que servirán para verificar los indicadores y constituyen la base del seguimiento del proyecto.

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Varias son las herramientas de información que deben definir la fase de evaluación. Estas herramientas servirán tanto para recopilar como para sistematizar la información útil para la valoración continuada de las actuaciones:

  1. La observación. Estudio de las circunstancias y comportamientos que se dan en el ámbito de la programación debido a las actuaciones emprendidas.
  2. Los cuestionarios. Diseñados para recoger información primaria por escrito. Agentes culturales implicados y destinatarios de las acciones pueden ser objeto del cuestionario, que permite la recopilación de datos de una manera ordenada.
  3. La entrevista. Recopilación de información que favorece el contacto personal directo entre el entrevistado y el entrevistador. Este tipo de encuentros alcanzan un nivel mayor de profundidad que la que ofrece un cuestionario.

La utilización de las herramientas de información en la fase de evaluación debe contener una temporalización estructurada, evitando su utilización arbitraria, ya que podría generar el efecto contrario al deseado abriendo paso a la desinformación y con ella, a la pérdida de control del proceso de valoración.

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Actividades

13. ¿En qué momento de la evaluación se utilizan la memoria descriptiva y el diagnóstico?

3. Técnicas de valoración de los factores del medio

Una programación cultural no debe ser un hecho aislado. El contexto de la realidad en la que se inserta es el principal vector a considerar en el proceso de diseño y planificación. Conocer de primera mano el medio en el que va a implementarse un programa es la mayor garantía de consecución de los objetivos planteados, en tanto que será ese medio el que justifique, favorezca y determine esas metas.

Al margen de las necesarias consideraciones sobre los aspectos genéricos que contiene el medio a intervenir con la programación, es la dimensión cultural del entorno la que se debe analizar en profundidad, llegando a los engranajes internos que poseen las organizaciones y proyectos culturales para extraer de ellos toda la información que permita adquirir un conocimiento efectivo.

Un proceso lógico que conduzca a una valoración real de los factores del medio sería:

  1. Objeto a investigar. Las organizaciones que promueven la cultura y los proyectos que desarrollan en su ámbito.
  2. Método de trabajo. Herramientas y actuaciones que llevar a cabo para materializar la investigación.
  3. Sistematización de la información. Análisis orientado a necesidades de conocimiento y tratamiento de la información.

El conocimiento del entorno cultural favorecerá el desarrollo de una planificación justificable, ya que se ajustará a la realidad de su sector y, por tanto, tendrá más garantías de éxito al intervenir en ella con su programación.

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Importante

La aproximación al medio puede realizarse hacia la organización y proyectos propios, hacia los existentes en un entorno determinado o hacia ambas dimensiones.

3.1. Análisis de proyectos y organizaciones culturales

El sector de la cultura es un sector muy particular, dado que su materia prima, representa una cualidad humana en posesión de todas las personas, algo que dificulta la delimitación estandarizada de las formas y procesos adscritos a su desarrollo.

Las organizaciones que operan en el sector cultural son de variada naturaleza, con objetivos distintos y altamente sujetas a los cambios. A su vez, los proyectos que estas organizaciones ponen en marcha son, igualmente, diversos y difíciles de encasillar en unas clasificaciones rígidas.

Teniendo presente esto, adquirir información valiosa sobre el medio en el que se inserta una programación cultural es una tarea que debe atender al análisis de los proyectos y las organizaciones que los promueven. Para ejecutar esta tarea es posible establecer una serie de dimensiones a estudiar que se dan en todos los objetos de estudio, tratando de estandarizar todo lo posible la información que de ellos se desprende.

Proyectos culturales

Un proyecto cultural es la materialización de la acción en la cultura. El proyecto, como unidad de acción real, incorpora en su concepción y desarrollo una serie de principios, métodos y recursos que hacen patente la manera de “hacer cultura” de un promotor.

Para contextualizar la planificación cultural es importante aproximarse a los proyectos culturales existentes, bien en el territorio o bien en la organización promotora, reconociendo las actuaciones que se dan en ese contexto.

Un análisis de proyectos culturales debe seguir esta secuencia:

  1. Necesidades de información que tiene el promotor del análisis.
  2. Identificación del proyecto/s a analizar según las necesidades de información.
  3. Definición de las variables sobre las que centrar el análisis.
  4. Recopilación de información sobre estas variables.
  5. Tratamiento de la información. Análisis orientado a necesidades.

Las necesidades de información determinarán la identificación del proyecto objeto del análisis. Un organismo que desee implementar una programación en el sector escénico tiene necesidad de conocer las acciones puestas en marcha en este sector, mientras que un organismo que pretenda promover una programación para el territorio tendrá que aproximarse, en la medida de sus posibilidades, al grueso de los proyectos culturales y así identificar el ecosistema cultural existente.

Contando con las múltiples posibilidades de análisis y debido a las también múltiples motivaciones que pueden generarlo, es importante establecer unas variables a estudiar sea cual sea el tipo de proyecto analizado. El trabajo por proyectos garantiza una serie de procesos, presentes en todas las actuaciones, que conformarán el esquema a seguir para aproximarse a una acción cultural.

El análisis de las variables de un proyecto puede acometerse de manera estructurada, organizando estas variables en bloques de acción propios de la actividad cultural: creación, producción, gestión, comunicación y financiación.

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Nota

Dependiendo del tipo de proyecto y motivación del análisis, se podrían estudiar también los procesos de exhibición, distribución y comercialización.

Creación

El elemento creativo es el germen de todo proyecto cultural. Este componente dotará al proyecto de su personalidad, definiendo su naturaleza y contextualizándolo en un espacio determinado del sector cultural.

En el estadio de la creación, los valores sobre los que recabar información son:

  1. Objetivos-finalidad del proyecto.
  2. Tipo de actividad-sector cultural al que se adscribe.
  3. Agentes implicados en el diseño y desarrollo.
  4. Destinatarios del proyecto cultural.

Todos estos valores definen al proyecto frente al contexto que lo acoge, caracterizándolo dentro del conjunto de actuaciones que suceden en el sector cultural.

Producción

Producir un proyecto cultural es llevarlo del papel a la realidad. Una buena producción puede encumbrar un proyecto, mientras que una producción deficiente lo condenará, sin duda, al fracaso.

Analizar la producción de un evento generará información sobre los aspectos ocultos de este, aquellos que conectan las elucubraciones de la creación y las posibilidades de la realidad en la que se proyectan.

Dentro del espacio de la producción, el análisis se enfocará hacia:

  1. Recursos empleados
  2. Servicios utilizados

Estos componentes altamente prácticos aportarán información sobre la materialización del proyecto, evidenciando maneras de hacer dentro del ámbito profesional de la gestión cultural.

Gestión

La implementación de un proyecto conlleva el desarrollo de una serie de tareas a cargo de un equipo concreto. El equipo gestor estará organizado en base a un modelo de relación, ajustándose a un esquema de trabajo que delimite las funciones y tareas de cada miembro del equipo.

Con frecuencia, los proyectos culturales ponen en juego a varios profesionales conectados por el proceso de trabajo al equipo gestor. Coproducciones, colaboraciones y otras formas compartidas de ejecución de proyectos obligan a definir un modelo de coordinación para todos los operadores implicados.

Para el análisis del proyecto es importante esclarecer estos aspectos de la gestión:

  1. Organigrama del equipo gestor
  2. Sistema de coordinación

La información relativa a la gestión ofrecerá posibles modelos de trabajo para los proyectos culturales a programar.

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Importante

Las funciones asignadas a los miembros del equipo gestor se corresponderán con un lugar en el organigrama de relaciones.

Comunicación

Todos los proyectos culturales contemplan necesariamente acciones orientadas a difundir sus contenidos. La comunicación atiende tanto a la proyección de las actuaciones hacia los destinatarios como a la difusión del mensaje hacia la comunidad que acoge el proyecto.

El componente comunicativo contemplará elementos dirigidos a convocar al público objetivo, a informar a los medios y a congregar a los participantes e implicados en el desarrollo del proyecto.

Para analizar la comunicación llevada a cabo en un proyecto cultural se profundizará sobre:

  1. Herramientas de difusión
  2. Acciones para medios de comunicación
  3. Protocolo y relaciones públicas

Analizar la comunicación de un proyecto es conocer la manera de contarlo. Esta manera de contar las cosas hablará no solamente sobre el proyecto y sus promotores, sino que también aportará información sobre los destinatarios y agentes implicados en su desarrollo.

Financiación

El componente económico de un proyecto cultural es el medio material que permite su realización. La puesta en funcionamiento de recursos y la contratación de servicios desencadena necesariamente una actividad económica adscrita al proyecto.

Para analizar el modelo de financiación se abordará tanto el montante económico necesario para ejecutar el proyecto como las vías utilizadas para obtener los fondos correspondientes.

Las variables que tener en cuenta en el análisis de la financiación son:

  1. Presupuesto de gastos e ingresos.
  2. Vías de financiación de gastos.

Esta vertiente del análisis ayudará a conocer el mercado profesional de la cultura, al mismo tiempo que aportará información sobre las posibilidades de financiación existentes en el sector cultural.

A estas variables imprescindibles en el análisis de proyectos culturales pueden sumarse, según los casos, la comercialización y la exhibición, para aquellos proyectos que se inserten en la lógica del mercado o que contengan una exposición pública de contenidos.

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Actividades

14. ¿En qué bloque de acción del proyecto se analizarán los destinatarios de las acciones?

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Aplicación práctica

Como responsable de programación para el año siguiente, su entidad le ha solicitado una propuesta programática que se diferencie notablemente de la programación anterior, ¿cómo lo haría?

SOLUCIÓN

Realizar una prospección de la programación anterior a partir del análisis de los proyectos culturales ejecutados. Este análisis servirá para justificar los nuevos criterios, prioridades y objetivos de la programación siguiente.

Organizaciones culturales

El motor de impulso de los proyectos culturales se localiza en sus promotores. Las organizaciones culturales son el principal agente generador de proyectos que se ajustan a una metodología profesional de implementación de acciones.

El ecosistema cultural de un territorio determinado depende, en gran medida, de las organizaciones que lo habitan. Por tanto, el desarrollo cultural de la población está en las manos de estas organizaciones, que a través de su acción aportan los contenidos que caracterizan la cultura de ese conjunto social.

Para realizar una aproximación a las organizaciones promotoras de cultura, es necesario establecer los ítems que formarán parte del análisis, agrupando por bloques la información a recopilar el análisis de organizaciones contemplará la finalidad, la acción y la estructura.

La finalidad

Toda organización, sea del tipo que sea, se reconocen en una finalidad. En el sector cultural, las organizaciones acometen su labor a partir de unos principios que orientan su actividad, caracterizándose con ello dentro del espectro cultural del territorio. La localización del organismo en un sector u otro de la cultura y su posición en la cadena de valor dependerán de la finalidad que persiga este organismo.

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Definición

Cadena de valor

Itinerario formado por todas las actividades que constituyen un producto/servicio cultural desde su concepción hasta su consumo por parte de los destinatarios. La cadena se compone de Investigación/Creación/Producción/Difusión/Distribución/Comercialización.

La finalidad estipulada para la organización vendrá marcada en gran parte por la naturaleza jurídica que esta posea. Una entidad pública o no lucrativa operará desde parámetros de servicio público, mientras que una entidad privada lo hará en base a la lógica del mercado y los consumidores.

Para completar el análisis en este bloque es recomendable aproximarse al entorno de la organización, delimitando los factores internos y externos que influyen en el cumplimiento de su finalidad.

Los elementos a someter a análisis dentro del bloque de la finalidad son:

  1. Titularidad y forma jurídica.
  2. Objetivos, estatutos y/o marco legal.
  3. Sector cultural y situación en la cadena de valor.
  4. Entorno interno y externo.

Esta valoración de ítems caracterizará a la organización en base a su concepción dentro del sector cultural.

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Recuerde

Una técnica apropiada para analizar el entorno externo e interno de una organización es la matriz DAFO: oportunidades y amenazas, fortalezas y debilidades.

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Actividades

15. Elija una organización cultural que conozca y sitúela en la cadena de valor. ¿En cuántas de las actividades de la cadena la reconoce?

La acción

El rol de una organización cultural se define por aquello que esta hace, por las actividades que promueve en su ámbito de actuación. Para analizar la acción que una organización cultural desarrolla no basta con enumerar las actividades que ejecuta, sino que es importante detectar la estructura que las sustenta, es decir, la articulación con la que la organización aporta sentido a su acción.

Las actividades siempre van dirigidas hacia unas necesidades o preferencias, por lo que atienden demandas culturales específicas. El análisis deberá fijar su atención en las necesidades a las que responde la acción de la organización, determinando con ello también a su público objetivo.

Para valorar la acción de la organización se atenderá a:

  1. Estructura de la programación
  2. Tipo de actividades
  3. Necesidades que atiende y público objetivo

Clasificar una organización en base a su acción permitirá posicionarla en el sector y facilitará el conocimiento de las posibilidades culturales que esta ofrece para sus destinatarios.

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Nota

Analizar las organizaciones de un territorio en base a su acción ofrecerá un mapa de los agentes y la oferta cultural de ese territorio.

La estructura

Todas las organizaciones poseen una estructura interna que hace posible la acción. La estructura de las organizaciones de este sector se orienta hacia las manifestaciones culturales, adaptando su diseño a las características del arte, el patrimonio y las actividades creativas.

El esquema de las relaciones funcionales en el equipo humano y la capacitación de sus miembros se corresponderán con la finalidad y la acción de la organización. El sistema de financiación estará igualmente condicionado por la actividad, ya que dependiendo del objeto de trabajo, la organización dispondrá de diferentes posibilidades financieras y presupuestarias.

La comunicación, a nivel interno, hará funcionar a la organización, mientras que a nivel externo transmitirá una serie de valores que deben corresponderse con la finalidad y la acción propias.

Para profundizar en la estructura de una organización se valorará:

  1. Organigrama funcional
  2. Capacitación del equipo
  3. Financiación y presupuesto
  4. Comunicación

En este apartado del análisis se controlan los mecanismos internos de la organización, con lo que se profundiza en la dimensión profesional de la gestión cultural.

A partir de este esquema de análisis, el proceso para radiografiar un proyecto u organización cultural conlleva la recopilación de toda la información relativa a los ítems definidos. Una vez que se disponga de toda la información, habrá llegado el momento de reflexionar sobre ella para completar el análisis.

3.2. Análisis de la información

Analizar un proyecto o entidad cultural debe producir una descripción completa de las características de estos elementos. La profundización en sus componentes tratará de establecer relaciones lógicas entre todos los factores y procesos presentes en la acción.

El análisis de la información recopilada hablará sobre la razón de ser de la organización o el proyecto, identificando la coherencia entre las metas, los recursos, los procesos y los resultados obtenidos.

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Aplicación práctica

Los datos de consumo asociados a los productos culturales de su organización han bajado respecto al periodo anterior. Por el contrario, la situación de su principal competidor ha mejorado, incrementando sus consumidores. Es necesario determinar qué está ocurriendo. ¿Por dónde empezaría?

SOLUCIÓN

Analizar la organización de la competencia y la propia, estableciendo los paralelismos y diferencias existentes en los ámbitos de la finalidad, la acción y la estructura.

Proyectos culturales

Para el análisis de la información relativa a un proyecto cultural se abordará la prospección a partir de cuatro bloques diferenciados: el componente cultural, la materialización, el control del desarrollo y la dimensión económica.

El componente cultural

La base de un proyecto cultural se compone de los valores de la cultura que este proyecto pone en juego. Para analizar el componente cultural de un proyecto es preciso identificar los objetivos marcados, el tipo de actividad, los agentes participantes y los destinatarios de las acciones.

Los objetivos de los proyectos culturales pueden orientarse en varias direcciones, por lo que es importante agrupar en algunas categorías estas finalidades, a fin de poder clasificar los proyectos según sus metas.

Para llevar a cabo la clasificación se definen las categorías del proyecto en base a sus objetivos:

  1. Creación cultural. Proyectos que promueven el desarrollo de alguna forma de expresión artística y creativa. La creación audiovisual, la danza contemporánea, el arte urbano, etc.
  2. Patrimoniales. Promueven la protección, conservación y/o restauración de bienes culturales, así como la puesta en valor de tradiciones y otros elementos etnográficos.
  3. Desarrollo comunitario. Los contenidos culturales como herramienta para producir mejoras sociales. Acciones de integración, educación en valores, capacitación y empoderamiento del colectivo social, etc.
  4. Formativos. Localizados en el ámbito de la formación profesional de los agentes culturales. Talleres, prácticas, intercambios, residencias, etc.
  5. Profesionales. Desarrollo de las profesiones ligadas a la cultura. Congresos, seminarios, ferias, muestras, etc.

Es probable que un mismo proyecto contemple objetivos que pudieran atender a más de una de estas categorías, por lo que habrá que determinar la prioridad establecida a partir del objetivo principal y definir la jerarquía que se establece entre los propósitos de la acción.

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Actividades

16. En un proyecto compuesto por una muestra de música clásica en un conservatorio ofrecida por los alumnos, ¿qué tipo de objetivo se está priorizando? ¿Por qué?

Todos los proyectos culturales están diseñados en el ámbito de alguna actividad propia del sector de la cultura. Así, el análisis deberá centrar al proyecto en alguna de las disciplinas culturales para poder clasificarlo según su contenido.

Las categorías habituales para las actividades de base cultural y creativa son:

  1. Patrimoniales: bienes muebles e inmuebles, arqueología, etnografía, museos, bibliotecas y archivos.
  2. Plásticas-visuales: pintura, escultura, fotografía, diseño, decorativas, artesanía, instalaciones.
  3. Escénicas: teatro, danza, performances.
  4. Musicales: música grabada y en vivo.
  5. Literarias: poesía, narrativa, ensayo, periodismo escrito, edición.
  6. Audiovisual: cine, animación.
  7. Nuevas tecnologías: software, aplicaciones.
  8. Multidisciplinar: interactuación entre disciplinas distintas.

El dinamismo de las expresiones culturales puede generar que existan proyectos con nuevas formas no contenidas en estas categorías, por lo que se recomienda actualizar esta relación según las características de los proyectos analizados.

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Nota

Actividades como la arquitectura, la comunicación o la moda pueden relacionarse con las actividades culturales cuando presentan un alto componente creativo.

Los agentes participantes marcan en gran medida el nivel cultural de un proyecto. Dependiendo de los objetivos y del tipo de actividad, el proyecto estará protagonizado por uno u otro tipo de los agentes que operan en la cultura.

Los distintos tipos de agentes que participan en proyectos culturales son:

  1. Creativos. La creación es el primer interés del proyecto. Los creativos podrán ser locales, nacionales e internacionales, jóvenes o consagrados, clásicos o de vanguardia, etc.
  2. Dinamizadores. Activadores de la cultura en el ámbito social, con proyectos que se localizan en el escalón del desarrollo comunitario. Entre estos agentes se encuentran los componentes del tejido asociativo, miembros de comunidades, agrupaciones y colectivos sociales.
  3. Gestores. Profesionales que priorizan el aspecto técnico y que suelen protagonizar proyectos de fomento de las profesiones culturales. Las actividades propias de estos agentes son los encuentros, intercambios, foros y otras formas de relación profesional.
  4. Educadores-mediadores. Agentes para la utilización de la cultura como un medio, no como un fin. Son principales en proyectos para la inserción social, integración, cooperación, educación en valores etc.

Se podría decir que un proyecto cultural completo debería contar con una representación de todos estos profesionales, cerrando el círculo de la proyección social de la cultura. Aun así, y dado que esto no es frecuente, se clasificará el proyecto a partir del agente con más peso en el desarrollo.

Por último, analizar los destinatarios del proyecto favorecerá su clasificación en el ámbito de la rentabilidad social de la cultura. Focalizar una acción hacia un público determinado supone la atención a unas necesidades frente a otras, por lo que es importante para el análisis definir a los destinatarios finales.

Para establecer una clasificación de destinatarios se pueden utilizar estas categorías:

  1. Usuarios. Grupo de destinatarios introducidos en las formas de expresión y con hábitos culturales, como: críticos, representantes artísticos, creativos, gestores culturales, investigadores, académicos, interesados.
  2. Públicos. Destinatarios que suelen clasificarse como “general” y cuya motivación es el ocio a través de la cultura. Dentro de este grupo se puede segmentar por edad, perfil socioeconómico, nivel educativo, etc.
  3. Artistas. Como destinatarios para proyectos que contemplen acciones de fomento y apoyo a su carrera. Estos destinatarios suelen clasificarse en aficionados, emergentes, profesionales, reconocidos, etc.
  4. Jóvenes. Grupo de destinatarios muy diferenciado debido a las características propias de este colectivo, que aconsejan una especificidad en la programación para llegar a él.
  5. Riesgo de exclusión. Personas y colectivos que requieren de una programación adaptada a sus necesidades. Este grupo de destinatarios presenta a personas con discapacidad, menores y adultos infractores, inmigrantes excluidos, enfermos, etc.

Detectados los destinatarios, el análisis buscará las relaciones establecidas entre todas las dimensiones del componente cultural. Una relación coherente hablará de un proyecto bien planteado en esta dimensión.

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Ejemplo

Un proyecto con un objetivo de creación cultural en una tipología de artes visuales estará protagonizado por artistas y orientado hacia unos destinatarios del perfil usuarios.

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La materialización

La materialización hace referencia al proceso de llevar el proyecto del papel a la realidad. Hacer efectivos los planteamientos y ejecutar las tareas para configurar la acción es la función específica que se localiza en este estadio del proyecto.

Para analizar la materialización del proyecto se atenderá a dos variables: los recursos empleados y los servicios requeridos.

En el bloque de los recursos se considerarán para el análisis todos los elementos materiales que han sido necesarios para desarrollar el proyecto. Para ordenar su descripción, se clasificarán en:

  1. Infraestructuras. Espacios físicos en los que suceden los contenidos del proyecto. Las infraestructuras culturales se reconocen como bienes inmuebles patrimoniales, equipamientos culturales y otros espacios como salas polivalentes, aulas, edificios administrativos y espacios al aire libre.
  2. Equipos. Recursos técnicos audiovisuales, de sonido, iluminación, ambientación y todos aquellos equipos de base técnica que hayan sido necesarios.
  3. Complementos. Elementos que son requeridos exclusivamente para el proyecto y que justifican su existencia a partir de su inclusión en él. Entre los elementos más frecuentes suelen encontrarse los atrezos, vestuarios, fungibles y objetos de promoción como carteles, paneles, banderines y otros formatos promocionales.

Identificar los recursos empleados aportará un alto grado de conocimiento del proyecto, ya que supone controlar con qué se hizo y todo lo que se necesitó para hacerlo.

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Actividades

17. Analizando la promoción (carteles, flyer) de las actividades culturales que promueve el Ayuntamiento de su ciudad, identifique las sedes en las que tienen lugar las actividades y obtenga un listado de la red de infraestructuras culturales.

Poner en práctica acciones en el marco de un proyecto cultural requiere habitualmente de la prestación de una serie de servicios profesionalizados propios de las industrias de base creativo-cultural.

Al margen del que se podría considerar servicio de gestión del proyecto, que suele ser prestado por la entidad promotora, es necesaria la contratación de otros servicios externos a la organización.

Para clasificar este grupo de cara al análisis se pueden agrupar los servicios en:

  1. Diseño. Servicios de consultoría, asesoría y/o investigación que sirven para diseñar el proyecto en su fase inicial.
  2. Desarrollo. Trabajos de producción y ejecución de las tareas. Estos trabajos consisten en servicios técnicos de atención de equipos, diseño gráfico, monitoraje, coordinadores, traducción e interpretación, restauración, etc.
  3. Promoción. Actividades de publicidad y comunicación.
  4. Mantenimiento. Labores de adecuación de espacios, limpieza, seguridad, atención sanitaria, emergencias, etc.

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Nota

Cuando existe un componente creativo que se requiere como servicio, se localiza en el grupo de diseño.

Identificados los recursos y servicios, el análisis recogerá un listado de necesidades técnicas y aportará conocimiento sobre los recursos culturales y los agentes profesionales del entorno del proyecto.

El control del desarrollo

Para profundizar en un proyecto cultural hay que conocer el sistema de gestión que hace que éste se realice. Analizar la estructura organizativa y las relaciones entre los agentes implicados en el proyecto aportará información sobre el método de trabajo aplicado.

Dentro de la dimensión operativa interesan para el análisis los aspectos organizativos del equipo de gestión. Un organigrama clásico contendría estos apartados:

  1. Dirección del proyecto. Espacio donde se toman las decisiones. La dirección se ejecutará desde postulados técnicos (de gestión) y culturales (de contenidos).
  2. Coordinación y seguimiento. Área para el control de las actuaciones. Dependiendo de la envergadura del proyecto y de la duración del mismo, esta área tendrá mayor o menor representación.
  3. Ejecución. Nivel técnico en el que se llevan a cabo las tareas concretas. Producción, comunicación y otras acciones se desarrollan en esta área.
  4. Administración. Todo lo relacionado con el control presupuestario, contrataciones, permisos, trámites, etc.

Dentro del desarrollo y de cara al análisis del proyecto es importante advertir las relaciones que se establecen entre todos los agentes implicados, dado el caso de que el proyecto contemple la participación de actores distintos.

Para centrar la atención en este aspecto es posible estructurar estas relaciones según el tipo de agente:

  1. Colaboradores. Organizaciones, entidades y profesionales independientes que forman parte de la gestión del proyecto. No se incluirían aquí los prestatarios de servicios, sino aquellos agentes que, en mayor o menor medida, están en la fase de diseño y planificación del proyecto.
  2. Intermediarios. Agentes que son requeridos para llevar a cabo algunas de las tareas del proyecto. No forman parte de la gestión del proyecto pero son necesarios para la implementación.
  3. Destinatarios. La relación con los destinatarios se medirá en el grado de participación de estos en el proyecto. Los roles que desempeñan los destinatarios oscilan desde el rango de consumidores hasta el de corresponsables en la gestión.

Una vez analizado el control del desarrollo quedará de manifiesto el cómo se hizo el proyecto, generando una valiosa información en cuanto a procesos, buenas prácticas o experiencias negativas.

La dimensión económica

Todo proyecto implica la movilización de recursos y la prestación de servicios, por lo que el componente económico también debe ser analizado. Para aproximarse a la dimensión económica se abordarán el presupuesto del proyecto y las vías de financiación utilizadas.

El presupuesto del proyecto se estructura en partidas de gasto y previsiones de ingresos, que deberán registrarse en el análisis.

La composición básica del presupuesto es:

  1. Gastos. Todo el montante económico que sale del proyecto para sufragar costes de recursos, servicios y profesionales.
  2. Ingresos. Todo el importe económico que se ingresa derivado de las acciones emprendidas en el marco del proyecto.

Las posibilidades de financiación son múltiples en los proyectos culturales. El análisis podrá clasificarlas en:

  1. Aportación directa. Inversión de la entidad promotora para sufragar los costes del proyecto.
  2. Colaboraciones. Aportaciones externas a modo de subvención u otras líneas de fomento que financian un porcentaje de los gastos.
  3. Créditos. Préstamos monetarios para llevar a cabo las actuaciones. Estos créditos suponen, generalmente, el pago de unos intereses que se añaden a los gastos del proyecto.
  4. Patrocinio. Aportaciones dinerarias de entidades a cambio de beneficios de imagen y publicitaros para la firma patrocinadora.
  5. Mecenazgo. Contribución económica desinteresada y sin retorno para colaborar con el proyecto.
  6. Ventas. Para los proyectos que contemplan actividades con precio, los ingresos provenientes de la venta de entradas, productos o servicios que genere el proyecto.

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Aplicación práctica

A partir del análisis del proyecto cultural que ejecutó el año pasado, le requieren un mapa de relaciones con otros agentes del entorno de la organización. ¿Cómo lo haría?

SOLUCIÓN

Rescatar del bloque de “componente cultural” los agentes participantes ajenos a la organización. Extraer del bloque de “materialización” a todos los proveedores de servicios que se contrataron y obtener del “control del desarrollo” los colaboradores e intermediarios.

Concluido el análisis, el programador podrá saber qué perseguía el proyecto analizado, qué elementos necesitó para ejecutarse, cómo se organizó su desarrollo y de qué manera se financiaron sus actividades.

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Importante

Describir todas las circunstancias de un proyecto colocará al programador en situación de estandarizar el análisis y hacerlo extensible a otros proyectos, favoreciendo una comparativa que esclarezca las buenas prácticas entre acciones similares.

Organizaciones culturales

El análisis de la información propia de una organización cultural identificará una serie de características que facilitarán la comprensión de la dinámica programática de esta organización.

Siguiendo el esquema empleado en el caso de las organizaciones para recopilar y sistematizar la información, el análisis trabajará en los bloques de finalidad (objetivos, localización en sector y entorno), acción (estructura de programación, actividades y demandas atendidas) y estructura (organizacional y económica).

Finalidad

La razón de ser de una organización cultural es la fuente de la que nacen todas las demás características de esta. El objeto fundacional de un organismo, empresa, fundación o asociación determina el rol que jugará en el ecosistema cultural que le corresponda.

Para analizar la finalidad de la organización es importante comenzar por definir su naturaleza jurídica:

  1. Pública. Orientadas al servicio público y localizadas en las estructura de la administración. Estas organizaciones públicas se reconocen en comisiones internacionales, ministerios, consejerías, delegaciones, institutos, fundaciones públicas, agencias, museos, bibliotecas, archivos, etc.
  2. Privada. Sujetas a la lógica mercantil en el caso de las empresas, o destinadas a atender una serie de necesidades sociales en el de las entidades no lucrativas. Componen el grupo de organizaciones privadas todas las que pertenecen a la industria cultural, a las que se suman las fundaciones y las entidades del tejido asociativo.
  3. Mixta. Constituidas por la unión de la iniciativa pública y la privada para favorecer el desarrollo de un sector, una estrategia o un proyecto concreto. Estas uniones se materializan en consorcios, patronatos, fundaciones, asociaciones y sociedades.

Pertenecer al sector público o al privado conlleva unos parámetros de actuación distintos. Las entidades de diferente naturaleza, aunque confluyen en el espacio público, operan de maneras diversas y en base a distintos objetivos.

Los objetivos de una organización pueden ser múltiples, aunque siempre podrán reconocerse en un objetivo general, en una política de actuación.

Para estas organizaciones es posible identificar varias metas finales que rigen su actuación:

  1. Patrimonial. Actuar sobre el patrimonio para protegerlo, conservarlo, estudiarlo y difundirlo. Este tipo de objetivo se persigue en yacimientos, museos, bibliotecas, archivos.
  2. Artístico. Cuando el principal objetivo se encuentra en el impulso, fomento, conservación, difusión o comercialización de las manifestaciones artísticas. Las organizaciones que trabajan por este objetivo son los centros culturales, galerías de arte, compañías escénicas.
  3. Formativo. Incrementar las cualificaciones profesionales en el ámbito de la cultura. Se reconocen en este grupo las escuelas de arte, conservatorios, academias, facultades.
  4. Social. Posibilitar el crecimiento comunitario a partir de la cultura. El objetivo de base social se trabaja en entidades de integración, cooperación, educación en valores.

Aunque el principio rector de una organización marca la acción de esta, el sector cultural ofrece la suficiente versatilidad para que una entidad promueva actividades que sean propias de otras entidades con metas distintas.

El análisis avanzará más hacia el conocimiento de la organización cuando se adentre en la localización de su actividad dentro del sector cultural y en su posicionamiento dentro de la cadena de valor.

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Ejemplo

Un yacimiento arqueológico que promueve una muestra anual de arte contemporáneo está atendiendo a una finalidad patrimonial y artística al mismo tiempo.

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Actividades

18. Una organización compuesta por artistas y creativos dispone un programa para fomentar la creación audiovisual entre personas inmigrantes, diseñando una batería de cursos formativos sobre la materia. ¿Qué tipo de finalidades persiguen con este programa? Razone su respuesta.

La definición de sectores culturales es, a veces, tan escurridiza como la propia del concepto “cultura”. Manteniendo la clasificación definida para el análisis, la organización podrá incluirse en alguna de estas tipologías: patrimonial, plástica-visual, escénica, musical, literaria, audiovisual, nuevas tecnologías y/o multidisciplinar.

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Recuerde

El dinamismo de las expresiones culturales puede generar que existan manifestaciones que escapen a su clasificación dentro delos sectores establecidos.

Junto al sector específico en el que la organización se desenvuelve, es importante determinar en qué lugar de la cadena de valor de la cultura opera:

  1. Investigación. Desarrollo académico y profesional de la cultura.
  2. Creación. Estadio en el que se generan expresiones culturales y se diseñan productos y servicios.
  3. Producción. Procesos para adaptar las expresiones culturales bajo parámetros organizativos y materiales.
  4. Difusión. Proyección de la cultura hacia la comunidad.
  5. Distribución. Movilidad de productos y servicios para hacerlos llegar a los destinatarios.
  6. Comercialización. Venta de productos y servicios culturales.

Aunque se delimiten las acciones desarrolladas por una organización en estos estadios de la cadena de valor, una misma entidad puede reconocerse dentro de varios de ellos, por lo que el análisis deberá contemplar es todas las opciones y determinar con ello el verdadero posicionamiento de la organización.

Finalmente, es recomendable incluir en el análisis el entorno de la organización, delimitando las posibilidades y adversidades externas así como las virtudes y carencias internas.

Acción

Actuar es definirse. Una organización se dota de sentido cuando acomete acciones que la identifican en el espacio público de la cultura. Para acercarse a la organización, el análisis promoverá el conocimiento, no solamente de su actividad, sino también sobre la manera de llevarla a cabo y el destino de esta.

Las organizaciones articulan sus actividades de diferentes maneras:

  1. Programas de acción. A partir de unas líneas maestras (los programas) se desarrollan actividades que se ajustan a los objetivos de la organización.
  2. Segmentos culturales. Operar en un segmento concreto (la música, el teatro o el cine) determina la programación, que podrá ser heterogénea pero siempre dentro de una manifestación cultural concreta.
  3. Multidisciplinar. Apertura a cualquier manifestación cultural y programación según demanda social y/o comercial.

Dentro de estas “cajas” que ordenan las actividades, las organizaciones llevarán a cabo su acción a través de múltiples formatos posibles. Por enumerar algunos, se reconocen como actividades las exposiciones, conciertos, recitales, cursos, congresos, proyecciones, conferencias, encuentros, festivales, etc.

Para concluir, y dependiendo del tipo de actividades que se promuevan desde la organización, el análisis evidenciará las necesidades y demandas principales que atienden. Entre ellas se pueden diferenciar las necesidades de ocio, formación, inserción, educación, participación, etc.

Estructura

Para poder mantener una acción en el tiempo y conseguir, además, resultados positivos con ella, es necesario que la organización defina una estructura de funcionamiento.

Empezando por el organigrama funcional, el análisis definirá las áreas de trabajo, competencias y las funciones asignadas a cada área. Este esquema organizativo variará según la dimensión de la organización. En el mismo ámbito, se traerán al análisis las relaciones establecidas entre estas áreas y funciones, poniendo de manifiesto el sistema de comunicación interno que ordena la actividad.

La capacitación del equipo de trabajo en la organización es el mimbre sobre el que se apoyan los procesos de acción. Tanto los medios de trabajo (equipos, infraestructuras) como la cualificación profesional del personal determinarán en gran medida a la organización, por lo que el análisis se detendrá en ellos para destacarlos.

Por último, aproximarse a la realidad económica es vital. Estudiar el presupuesto para conocer los criterios de gasto y desgranar las fuentes de financiación para determinar los ingresos cerrará el análisis a la organización.

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Recuerde

El dinamismo de las expresiones culturales puede generar que existan manifestaciones que escapen a su clasificación dentro delos sectores establecidos.

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Aplicación práctica

A partir del análisis de una entidad cultural ajena, la dirección de su entidad le pide una breve localización de esa entidad en el ecosistema cultural. ¿Qué información tendría que presentar?

SOLUCIÓN

Habría que consultar el apartado de la finalidad y comprobar en qué sector de actividad opera habitualmente la entidad y qué situación ocupa en la cadena de valor. Estas características ofrecerán una primera idea de la naturaleza y localización de la entidad analizada.

Concluido este proceso de análisis, la planificación de la programación dispone ahora de una valiosa información sobre los elementos culturales que la rodean, y puede reconocer los marcos que delimitan su campo de actuación.

3.3. Métodos de recopilación de información sobre eventos

Para realizar un análisis y valoración de los eventos culturales, es preciso establecer un método de trabajo que garantice la recopilación ordenada de la información.

Definir el método de trabajo debe ser el principio de toda prospección sobre eventos, delimitando las cuestiones que orientarán la recopilación de información y organizarán las acciones y herramientas a utilizar.

Un proceso metodológico de recogida de información puede resumirse en:

  1. Delimitación de la información a recopilar.
  2. Definición de herramientas.
  3. Identificación de fuentes y recopilación de información.

Ajustándose a este esquema de trabajo, la prospección proveerá de la información necesaria para conocer el evento en todas sus vertientes.

Información a recopilar

Frente a un evento determinado y teniendo presentes las necesidades del análisis a realizar es posible focalizar la labor de prospección en aspectos concretos del evento. A pesar de esto, es recomendable contar con un guion completo que recoja todas las circunstancias del evento para poder asegurar que se controla toda la información.

Para el guion de la prospección se tendrá presente el esquema de análisis del proyecto, añadiendo solamente un espacio para los datos administrativos:

  1. Datos administrativos: nombre, fechas, localización, sedes, entidad promotora, colaboradores.
  2. Componente cultural: objetivo principal y tipo de actividades. Agentes participantes y destinatarios.
  3. Materialización: tipo de infraestructuras y equipos utilizados. Servicios contratados.
  4. Desarrollo: organigrama y agentes presentes en la gestión.
  5. Economía: presupuesto y financiación.

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Una vez definido el guion, la recopilación de información se dota de un esqueleto que guiará su desarrollo y garantizará la validez de la información registrada.

Herramientas

Para sistematizar la información y estructurarla de cara al análisis es importante diseñar herramientas que ayuden a conseguir ese propósito. Para recopilar datos y convertirlos en accesibles se pueden utilizar dos herramientas básicas: la ficha técnica del evento y el banco de datos.

La ficha técnica

Toda la información recopilada será volcada en una ficha técnica de trabajo diseñada expresamente para ello. A partir del guion de prospección se definirán una serie de bloques y campos que ayudarán a estructurar la información.

Una estructura posible para la ficha técnica podría ser:

  1. Registro. Código, fecha de la cumplimentación de la ficha y persona responsable de la información.
  2. Identificación del evento. Bloque para datos administrativos y elementos del componente cultural.
  3. Descripción. Bloque para campos de la materialización.
  4. Gestión. Bloque para datos de desarrollo.
  5. Financiación. Bloque para datos económicos.
  6. Observación. Bloque para registrar las aportaciones del investigador y otras informaciones de interés que no encuentren acomodo en los bloques anteriores.

Para diseñar la ficha técnica es importante advertir que lo ideal es delimitar las “respuestas” a los campos, con objeto de estandarizar al máximo la información. Así, cuando se registre el “tipo de actividad” se ofrecerán las posibilidades definidas para el análisis (Patrimoniales/Plásticas-visuales/Escénicas/Literarias/Audiovisual/Nuevas tecnologías/Multidisciplinar) y se marcará la opción que corresponda.

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Nota

La ficha técnica deberá ser testada antes de darla por válida y emplearla en la recopilación de información.

El banco de datos

Sistematizar la información que se recopile en la ficha técnica es vital para convertir esa información en conocimiento compartido. Para ello, a partir de los campos definidos en la ficha, se diseñará un banco de datos informatizado en el que volcar la información.

El software existente para el banco de datos es múltiple. Lo ideal es trabajar con una herramienta completa pero accesible, que no requiera de un nivel alto de familiarización, a fin de facilitar la consulta y modificación por parte de más de una persona del equipo. El banco de datos permitirá hacer consultas sobre la información y realizar informes a demanda.

En ocasiones se utiliza un software de hoja de cálculo, que ofrece prestaciones en cuanto a la modificación de los campos, creación y eliminación de celdas de manera muy ágil, varias páginas en un mismo archivo, etc. La elección de uno u otro soporte informático dependerá del grado de familiarización del equipo con cada uno de ellos.

Fuentes y recopilación

Las fuentes de información aportarán todos los contenidos requeridos en la ficha técnica. Como en todas las investigaciones se trabajará a partir de fuentes secundarias y primarias.

Una vez detectadas las fuentes, simplemente resta establecer un calendario de trabajo en el que se orqueste la recopilación de la información. El final de este proceso generará una ficha técnica completa y dispuesta para el análisis de la información.

Fuentes secundarias

Son todas aquellas preexistentes a la investigación y que aportan información valiosa para esta. En el caso de los eventos culturales, se contemplarán las siguientes fuentes de información secundaria:

  1. Internas: aquellas que se generan desde la promoción del evento. Carteles, folletos y demás material promocional, boletines y dossiers, notas de prensa, memorias e informes, sitios web y redes sociales, etc.
  2. Externas: información generada al margen de la promoción del evento, como: medios de comunicación, anuarios, informes de observatorios, críticas cualificadas, etc.

Las fuentes secundarias serán más profusas dependiendo del nivel de profesionalización del evento y de la relevancia de este en su contexto.

Fuentes primarias

Aquellas que aportan información de primera mano solicitada por la prospección. La información primaria se puede generar a partir de varias acciones:

  1. Reunión con promotores. A partir de un guion de necesidades de información, se plantea el desarrollo de un encuentro de trabajo con los responsables del evento.
  2. Seguimiento directo del evento. Asistencia a todas las actividades y registro mediante un diario de observación. Realización de fotografías y vídeos, anotación de impresiones.
  3. Ficha de gestión. Registro de los datos técnicos y procesos del evento. En este apartado se recogerán todas las infraestructuras y equipos, los datos de colaboradores y proveedores, el presupuesto y la composición del equipo gestor.

Las fuentes primarias suelen aportar información cualitativa muy valiosa que habrá que adaptar a la ficha técnica de recopilación.

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Importante

El principal problema de las fuentes de información secundaria es su accesibilidad, ya que si el evento a investigar es ajeno al investigador, la posibilidad de acceder a determinada información puede ser mínima.

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Actividades

19. Para investigar un programa cultural que dejó de ejecutarse hace años, ¿qué tipo de fuentes utilizaría? ¿Por qué?

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Aplicación práctica

Acaba de comenzar la programación anual y usted tendrá que hacer la memoria de los proyectos educativos que se desarrollen. Indique cómo procedería para asegurarse los datos necesarios.

SOLUCIÓN

Lo primero sería delimitar la información a recopilar, estableciendo la relación de eventos educativos que se localizan en el grueso de la programación. Después, habría que definir las herramientas a utilizar, que contendrían una ficha técnica y un banco de datos para sistematizar la información. Seguidamente se identificarán las fuentes a utilizar, entre primarias y secundarias, y comenzaría la recopilación de información de forma paralela a la programación.

3.4. Técnicas de identificación de las prioridades establecidas

En un proceso de planificación para la programación cultural siempre se establecen unas prioridades a la hora de articular los contenidos. Las prioridades van a marcar al programa cultural en su concepción, ya que se diseñarán las acciones en base a las prioridades que se quieran atender.

Prioridades en la programación

Partiendo de los criterios que se manejan en programación cultural se pueden delimitar las prioridades de un programa concreto. Los criterios para programar se recogen en tres grandes bloques: criterio cultural, económico y de desarrollo comunitario. Para cada uno de estos bloques se identifican las posibles acciones que, según su presencia en el programa, representarán las prioridades del mismo.

Prioridad cultural

Un programa que persigue el fomento de las manifestaciones culturales está priorizando el componente cultural en sus actuaciones. Para detectar la importancia del componente cultural en un programa se pueden atender a varios aspectos dentro de su contenido:

  1. Las acciones van encaminadas a promover y/o difundir alguna manifestación cultural. Programas de artes escénicas, centrados en arte urbano, o relativos a las artes visuales, por ejemplo.
  2. Los principales protagonistas son los creativos y agentes culturales. El peso de la programación recae en el trabajo de artistas y profesionales de la cultura.
  3. Los destinatarios principales serán personas con alto nivel cultural, previamente relacionadas con los contenidos culturales.

Los programas que reúnan estas características estarán priorizando el componente cultural dentro de la programación.

Prioridad económica

El vector económico de la cultura está presente en todas las acciones dentro de su ámbito. Así, es posible diseñar una programación orientada a la potenciación de la rentabilidad económica de sus actuaciones.

En un programa que prioriza la rentabilidad económica se pueden encontrar algunas características concretas:

  1. Dirigido al gran público. Actividades reconocidas en el mercado y con garantía de éxito de cara a su consumo masivo. Se encuentran aquí actividades del tipo de grandes festivales, muestras de artistas de prestigio, creación de productos de moda, etc.
  2. Orientado al impulso de una industria cultural. Acciones de fomento de una determinada actividad profesional de la cultura. Este tipo de actividades suelen presentarse bajo formatos de ferias, workshops, intercambios profesionales, etc.
  3. Política de precios adaptada al consumidor. Existencia de varias posibilidades de consumo de las acciones, tratando de llegar a todos los potenciales compradores y facilitando su compra. La política de precios genera la habilitación de abonos, lanzamiento de ofertas, desarrollo de promociones, acciones encaminadas a la fidelización, etc.

Priorizar la dimensión económica significa supeditar los contenidos a los patrones de consumo establecidos en el mercado, lo que no supone necesariamente ausencia de calidad en la propuesta, sino que el diseño de la programación atiende a la lógica mercantil para su implementación.

Prioridad de desarrollo comunitario

Programas en los que mejorar el entorno social es la última meta de las acciones. Un programa orientado al desarrollo comunitario cumple con una serie de postulados programáticos:

  1. Protagonismo de agentes y manifestaciones culturales locales. Programación a partir de los recursos propios y con objeto de promover su fomento e impulso.
  2. Presencia de agentes ciudadanos en los procesos de diseño y planificación. Programas que incorporan a los destinatarios en las fases previas a las acciones, superando su rol de consumidores y localizándolos en el estadio de los promotores y organizadores.
  3. Componentes culturales aplicados para la educación en valores y focalizados en una problemática específica del conjunto de destinatarios. Esta perspectiva fomenta el desarrollo de acciones para la inserción, procesos de socialización, apoyo a la integración, etc.

La prioridad de desarrollo suele definir las programaciones que se llevan a cabo desde lo público, así como aquellas que promueven las entidades privadas no lucrativas.

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Técnicas para la detección de prioridades

A partir del análisis de los contenidos de una programación cultural, la detección de las prioridades establecidas para su diseño puede ser abordada desde un proceso de reflexión compartida, en el que participen varias personas con distintos perfiles profesionales.

Una de las técnicas de reflexión compartida con mejores resultados demostrados es el método Delphi, por el que se introduce en el análisis la visión y valoración de expertos y profesionales ajenos a la programación.

El proceso de aplicación del método Delphi se resume en el siguiente esquema:

  1. Resumen ejecutivo del análisis de la programación. Este resumen presentará los puntos principales del análisis, ofreciendo la información necesaria para que sus lectores obtengan una descripción óptima del programa y sus contenidos.
  2. Diseño de un cuestionario en el que se profundice en la valoración de las prioridades establecidas en el programa analizado. Se plantearán cuestiones sobre la prioridad cultural, económica y de desarrollo.
  3. Creación del panel de expertos y profesionales a los que se les remitirá el resumen ejecutivo y el cuestionario.
  4. Recogida y tratamiento de los cuestionarios. La información obtenida se presenta a modo de resultados de la encuesta.
  5. Segunda ronda de cuestionarios. Se remite de nuevo a los participantes un cuestionario que recogerá los aspectos en los que no se haya alcanzado un cierto consenso durante la primera ronda. Se adjuntan los resultados obtenidos en el primer proceso. En esta ocasión, los participantes tienen más elementos de juicio para responder, dependiendo de los resultados que se hayan obtenido en la primera fase.
  6. Recopilación de los cuestionarios y tratamiento de la información para extraer las conclusiones.

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Importante

El método Delphi asegura que las conclusiones se extraen tras un proceso de reflexión y valoración, por lo que se pueden considerar veraces y válidas para determinar las prioridades que se establecieron para el diseño de cualquier programa cultural.

Establecer las prioridades de un programa permitirá detectar la coherencia de sus acciones. Cuando un programa marca una prioridad obedece a un deseo de trabajar en una dirección concreta, algo que permite monitorizar el desarrollo de las actuaciones y comprobar si estas actuaciones están en consonancia con la prioridad definida.

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Aplicación práctica

El programa de actividades culturales en la facultad de humanidades ha concluido. Para diseñar la siguiente edición y dotarla de continuidad respecto a la anterior, el equipo de trabajo necesita conocer qué prioridades se establecieron en la programación pasada.

Defina un proceso que incorpore una técnica de detección de prioridades y proporcione el conocimiento necesario para diseñar la nueva edición.

SOLUCIÓN

Realizar un resumen ejecutivo del análisis y proceder a poner en marcha el método Delphi. Diseñando un cuestionario, se creará el panel de expertos y se remitirán los cuestionarios. Con las respuestas obtenidas se formula otro cuestionario que atienda a las cuestiones que han quedado sin consenso, y volver a remitir a los expertos. Tratando la información en segunda ronda se obtendrán las prioridades del programa gracias a la aportación del panel de expertos.

3.5. Definición de los indicadores destinados a identificar las necesidades y demandas

Un indicador es una unidad de medida que sirve para realizar un seguimiento a las acciones desde la óptica de los objetivos. Así, los indicadores establecerán una serie de valoraciones que irán controlando el desarrollo de la programación y el grado de cumplimento de las metas fijadas.

Varios son los tipos de indicadores que se utilizan en el seguimiento de un programa cultural. Según el momento en que se aplican, los indicadores pueden ser de proceso (durante el desarrollo), de resultado (según el cumplimiento de objetivos a corto plazo) y de impacto (para metas a medio plazo). Según los resultados y en relación a los procesos y recursos empleados, los indicadores pueden ser también para medir la eficacia y la eficiencia.

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Importante

Un indicador debe ser medible, en tanto que hará posible la comparación entre la situación que mide y la realidad deseada para esa situación. Junto a esto, el indicador debe ser unívoco, ya que debe expresar con claridad aquello que se quiere medir.

En el ámbito del análisis de un programa cultural, la definición de los indicadores destinados a detectar las necesidades atendidas por el programa debe relacionarse con los tipos de necesidades que, desde la cultura, obtienen respuesta.

Las necesidades que encuentran atención a partir de las acciones culturales son las relativas al crecimiento personal y al ocio cultural.

S. Carrasco señala dos fases a la hora de construir indicadores: una primera en la que se recogen indicadores operativos, que son los encargados de medir fases de recursos y procesos y también los productos y en la segunda fase, vinculado al territorio y a la política. Son indicadores complementarios.

Para la Agenda 21 de la cultura, los indicadores son pilares básicos para que esta se desarrolle como eje de la sostenibilidad y el desarrollo comunitario.

Crecimiento personal

Forman parte de este grupo de necesidades todas aquellas que se adscriben al desarrollo intelectual y social de la persona. Así, la educación, la comunicación y la relación en la comunidad son atendidas por los programas que han definido objetivos de crecimiento personal para los destinatarios.

En este bloque, el análisis tratará de diseñar unos indicadores que verifiquen, o no, la voluntad del programa para atender estas necesidades. Una relación de indicadores en este bloque podría contener los siguientes:

  1. Indicadores que midan la existencia de componentes educativos. Aquí se mide la generación de valores. Número de actividades educativas sobre el total, por ejemplo.
  2. Indicadores para detectar el componente artístico. Aquí se mide la voluntad de enriquecimiento cultural. Número de actividades protagonizadas por artistas sobre el total, por ejemplo.
  3. Indicadores que detecten la existencia de espacios para la retroalimentación entre protagonistas y destinatarios. Aquí se mide el grado de participación. Número de actividades con presencia de destinatarios fuera del rol de consumidores, por ejemplo.
  4. Indicadores para evidenciar los componentes formativos. Aquí se mide la especialización del programa, como por ejemplo: número de acciones formativas en el programa (talleres cursos, becas, intercambios, etc.).
  5. Indicadores para medir la mejora de las capacitaciones. Aquí se mide el grado de integración que genera el programa, como, por ejemplo, el número de actividades de mediación, de orientación.

Este bloque de necesidades se ajusta al papel socializador de la cultura. Se localiza aquí la necesidad de expresarse a través de las manifestaciones culturales y el potencial de estas para proveer de una determinada identidad.

Ocio cultural

El ocio representa el espacio para el aprovechamiento del tiempo libre bajo parámetros de esparcimiento. La necesidad de disfrutar a partir de contenidos culturales es intrínseca al ser humano, que además promueve a través de ellas una serie de valores positivos que le hacen desarrollarse a la vez que se divierte.

Las necesidades de ocio cultural pueden tener especial atención en las programaciones, para lo que el análisis definirá una relación de indicadores específicos:

  1. Indicadores para medir la accesibilidad de las actividades. El ocio se inscribe en el tiempo libre, por lo que un programa que atienda a él deberá presentar sus actividades en horarios y formatos accesibles para los destinatarios.
  2. Indicadores para determinar la relación de las actividades con las preferencias culturales de los destinatarios. Actividades para el gran público, expresiones culturales de éxito, formatos aceptados y reconocidos, etc.

El ocio cultural es el principal motor de las industrias creativas, ya que a través de él, los productos culturales encuentran su lógica en el mercado, convirtiéndose en productos de consumo posicionados en el tiempo libre.

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Recuerde

Un indicador es una unidad de medida que sirve para realizar un seguimiento a las acciones desde la óptica de los objetivos.

3.6. Sistemas de clasificación de los elementos utilizados en el análisis de eventos culturales

Aproximarse a un evento cultural para extraer información sobre él es un proceso que atiende a varios factores y se aborda desde varías ópticas, generando herramientas y resultados que deben ser estructurados.

Para hacer accesible y comprensible la información recabada durante el análisis es necesario presentar una estructura de su composición, al mismo tiempo que es imprescindible sistematizar esa información para posibilitar su comprensión.

Elementos del análisis

Varios son los elementos que aparecen en un análisis de eventos culturales. A fin de rentabilizar al máximo la información recopilada, el proceso analítico se cerrará con la preparación de una documentación concreta que recoja a todos estos elementos dentro de un orden lógico.

A continuación, se exponen todos los elementos que deberá contener el documento de análisis que se presentará como resultado del proceso de investigación.

El contexto

Se incluyen en este primer bloque las informaciones relativas al contexto externo e interno del evento. Este primer apartado situará al lector en el marco general que rodea al evento analizado, dotándolo del conocimiento necesario para situar la acción en un entorno que aporte sentido a su desarrollo.

Este bloque de contenido reflejará las características del ecosistema cultural y de la organización que promueve el evento analizado:

  1. Ecosistema cultural. Sin llegar a un nivel de profundidad que desvirtúe el carácter del análisis, se describen los principales rasgos del territorio y el colectivo social que está en la órbita del evento.
    Con algo más de precisión, pero también a modo casi de guion, se presentarán las infraestructuras, agentes y eventos culturales que se encuentran en el contexto del evento.
  2. Organización promotora. Breve descripción de la finalidad, la acción habitual y la estructura actual de la organización que lidera el evento cultural.

Estos contenidos del entorno del evento facilitarán la comprensión del resto del análisis, ya que delimitarán la realidad que ha generado el desarrollo de la acción cultural analizada.

La ficha técnica

Datos técnicos que identifican las principales características del evento. Esta ficha debe generar un primer contacto entre el lector y el evento, dado que es una especie de documento de identidad por el que se reconoce y delimita el evento.

Se presentan, de forma esquemática, los aspectos del evento que se reflejarán en esta ficha técnica:

  1. Registro: fecha de la cumplimentación de la ficha y equipo responsable.
  2. Identificación del evento: datos administrativos.
  3. Descripción: breve reseña de los contenidos del proyecto.
  4. Gestión: apunte sobre el modelo de gestión empleado.
  5. Financiación: procedencia de los fondos para el evento.
  6. Observaciones: otras informaciones de interés que no encuentren acomodo en los bloques anteriores.

Este documento de identidad del evento lo reduce a sus principales características, estandarizando la información para permitir su rápida asimilación y también su comparación con otros eventos.

El evento

Los resultados del análisis en los aspectos inherentes al propio evento cultural encuentran aquí su espacio para presentar con detalle la información extraída.

Los elementos que se registran en este apartado se ordenan de la siguiente forma:

  1. Justificación. Se exponen las necesidades y demandas que atiende el evento. Junto a ellas, se recogen las prioridades detectadas. En caso de haber empleado alguna técnica específica es importante reseñarlo, incluyendo las herramientas y los resultados del proceso (método Delphi, por ejemplo).
  2. Diseño. Se recogen los objetivos, los promotores y colaboradores del evento, el tipo de actividades que contuvo, su situación en la cadena de valor y las características de los destinatarios.
  3. Producción. Descripción de las infraestructuras y equipamientos empleados, relación de recursos materiales adicionales (atrezo, señalética, mostradores, etc.) e identificación de los servicios contratados para el desarrollo.
  4. Gestión. Organigrama funcional y relación de colaboradores e intermediarios.
  5. Comunicación. Estructura de comunicación interna y acciones de comunicación externa.
  6. Financiación. Presupuesto y vías de financiación utilizadas.

Este bloque recoge toda la información necesaria para adquirir un conocimiento detallado del evento cultural.

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Importante

Los resultados del proceso de análisis se exponen aquí, por lo que la redacción deberá ser clara y concisa, evitando informaciones superfluas que distraigan la atención del lector.

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Actividades

20. ¿En qué parte del documento de análisis se registrarán las características de los destinatarios del evento?

El análisis

Es importante describir el método utilizado para obtener la información que se está presentando. Los aspectos metodológicos permiten seguir la pista de la investigación, por lo que se podrá valorar el resultado desde el conocimiento de la forma en la que se ha obtenido.

En este apartado es necesario destacar algunas cuestiones metodológicas.

  1. Datos de la investigación: objetivos, fecha y equipo. Localización.
  2. Método: resumen del proceso llevado a cabo para el análisis.
  3. Fuentes de información: relación de fuentes primarias y secundarias utilizadas.
  4. Herramientas: reseña al banco de datos, la ficha técnica, cuestionarios, guion de entrevista, cuaderno de observación, etc.
  5. Conclusiones: aportaciones para mejorar el método empleado de cara a futuras investigaciones.

Este bloque de análisis hace referencia a los aspectos internos del proceso y dotan de rigor a las informaciones presentadas. La metodología de trabajo ayudará a familiarizarse con él, al mismo tiempo que ofrecerá la posibilidad de reflexionar sobre el proceso empleado y su relación con los resultados obtenidos.

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Aplicación práctica

El evento sobre poesía que acaba de concluir cuenta con una memoria de actividad, que recoge todos los datos necesarios para llevar a cabo un análisis del evento. Ocurre que solamente necesita presentar los datos principales, de forma clara y concreta para propiciar una rápida asimilación de las características del evento.

¿Cómo procedería para atender esa demanda de información?

SOLUCIÓN

Se elaboraría una ficha técnica del evento, con los campos de identificación, descripción, gestión y financiación. A partir de la memoria de la actividad, se extraerían todos los datos oportunos para completar la ficha técnica. Los datos que requiere la ficha técnica son los datos principales, que permiten conocer el evento de manera ágil, evitando el desarrollo de un análisis completo.

3.7. Procedimientos de transmisión de información con la utilización de las TIC

Compartir la información es el último requisito para dotar de valor a un análisis. Tanto durante el proceso de investigación como después de haber concluido este, disponer de un sistema de transmisión de la información será totalmente necesario.

El análisis de una entidad o programa cultural presentará dos vertientes distintas a la hora de transmitir a información obtenida: la vertiente interna y la vertiente externa. Aunque pueden compartir varios de ellos, es importante advertir que se emplearán diferentes soportes tecnológicos dependiendo de si los destinatarios de la información forman parte de la entidad que ha promovido el análisis, o si por el contrario pertenecen al ámbito público y simplemente tiene la posibilidad de acceder a los contenidos de manera voluntaria.

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Nota

El sistema de transmisión tendrá una naturaleza digital, soportada por las posibilidades que ofrecen las tecnologías de la información y comunicación en la actualidad.

Transmisión interna

El equipo de trabajo, los responsables o miembros de organizaciones colaboradoras compartirán toda la información que se desprenda del análisis del evento o programa.

Tanto durante todo el proceso como en su finalización, la transmisión de información se articulará a partir de varias vías:

  1. Servidor interno. Unidad de almacenamiento de información que comparten los miembros de una organización o proyecto. Todos los formatos digitales pueden ser transmitidos y modificados en este servidor.
  2. Portales web para compartir información. Servidores online que ofrecen una capacidad determinada para compartir todo tipo de formatos digitales.
  3. Banco de datos. Software para el almacenamiento y organización de datos en texto. Este software puede ser compartido a nivel online o exclusivo en formato de archivo electrónico.
  4. Espacios web restringidos. En el portal de la organización o equipo se habilita una sección privada con acceso restringido para usuarios permitidos.
  5. Videoconferencias y otras conexiones en directo. Para transmitir la información de forma verbal. Reuniones online que se sustentan a través del audiovisual.

Rentabilizar el uso de estas posibilidades que ofrecen las TIC redundará en el desarrollo positivo del análisis (en proceso) y la potenciación del valor del conocimiento generado (al final).

Transmisión externa

La información obtenida durante el análisis puede tener vocación pública y ofrecerse, en parte, a cualquier persona u organización que pueda estar interesada.

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Importante

Las TIC y la red internet hacen posible que una información concreta se difunda a nivel mundial. Este proceso de generación de conocimiento social es, cada vez más, la base de las relaciones online.

Las posibilidades de las TIC y el entorno online para la difusión de la información son:

  1. Espacio web. Página web en la que compartir la información de manera pública. Otro espacio web como el blog ofrece una mayor agilidad a la hora de actualizar y un estilo más directo hacia la comunidad online.
  2. Plataformas de social media. Los perfiles en redes sociales permiten “enganchar” al receptor y conducirlo hacia una base más amplia de información, como la web o el blog. Además, la interactuación retroalimentará tanto a los que exponen la información como a los que la reciben.
  3. Portales para compartir. Espacios web para subir documentación y hacerla accesible a los usuarios del propio portal.
  4. Publicación electrónica. Edición de una publicación tradicional en formato electrónico, independientemente de si también se edita en formato físico.
  5. Comunidades online. Espacios compartidos para profesionales de un sector determinado en el que se comparten estudios, análisis y otras informaciones de corte académico o técnico.

La transmisión de información a nivel público debe ser controlada por la organización que la ofrece. Comunicar el resultado de un trabajo concreto redunda en la imagen y posicionamiento de la organización, hablando de ella hacia el exterior y, por tanto, lanzando mensajes que deben ser reflexionados antes de introducirse en el ámbito público.

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Actividades

21. El Boletín del Museo del Prado es uno de los vehículos a través del cual el Museo publica los resultados de sus investigaciones sobre las colecciones o sobre áreas de la historia del arte relacionadas con ellas. Localice esta publicación en la web del Museo, y trate de encontrar otro equipamiento cultural similar que también ofrezca este tipo de información en su espacio web.

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Aplicación práctica

El equipo de trabajo de su entidad no comparte espacio físico de trabajo. En el proceso de análisis de programación, necesita compartir un documento que contiene información reservada y, por tanto, accesible solamente a los miembros del equipo.

Identifique qué sistemas de transmisión de información podría utilizar.

SOLUCIÓN

Se podrían utilizar hasta tres medios de transmisión de información a nivel interno, dependiendo de si la entidad dispone de todos, de algunos o solamente de uno de ellos. El servidor interno, un portal web para compartir información online exclusivamente entre miembros de un equipo, y un espacio restringido en la web de la entidad serían las opciones a utilizar para compartir el documento reservado.

4. Resumen

Un buen trabajo de aproximación a la realidad cultural justificara el diseño de una planificación determinada. Una vez abierto el proceso, la planificación ha tenido en cuenta los principios más importantes en una programación cultural, asumiendo el análisis de su entorno y adoptando las técnicas necesarias para definirse en el ámbito de la cultura.

El esfuerzo empleado en la valoración de los factores del medio se ve recompensado cuando se controla todo el espectro cultural actual, ya que se han analizado los eventos y organizaciones de interés, generando un conocimiento directo de procesos, métodos, técnicas y herramientas habituales en este estadio de la gestión cultural.

Todo este escenario, que incluye además una radiografía de la propia entidad que promueve la planificación, se dispone ahora para acoger la nueva programación, que nace del profundo estudio de las características que posee el sector cultural que le da sentido.

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Ejercicios de repaso y autoevaluación

1. De las siguientes frases, indique cuál es verdadera o falsa.

  1. En una planificación, el objetivo general se corresponde con el nivel de proyecto.
    1. Verdadero
    2. Falso
  2. La investigación sobre el ámbito cultural debe contemplar los recursos patrimoniales, la creación contemporánea y los hábitos de comportamiento.
    1. Verdadero
    2. Falso
  3. Educar en valores es un criterio de programación localizado en el grupo de criterios orientados al desarrollo comunitario.
    1. Verdadero
    2. Falso

2. Relacione las siguientes técnicas con las fases del proceso de planificación a las que corresponden.

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3. En el estadio de la creación de un proyecto, se analiza

  1. … los recursos utilizados.
  2. … los objetivos, el tipo de actividad, los agentes y los destinatarios.
  3. … el presupuesto y los servicios.
  4. … la comunicación.

4. ¿Qué elementos se traen a análisis dentro de la estructura de una organización cultural?

5. Según el tipo de objetivos a perseguir, ¿en qué grupo de proyectos se llevan a cabo acciones de integración, educación en valores, capacitación y empoderamiento del colectivo social?

6. En los destinatarios de un proyecto cultural, describa las diferencias entre los “usuarios” y los “públicos”.

7. Resuma en el siguiente cuadro las funciones asignadas a cada categoría de un organigrama clásico.

ORGANIGRAMA

FUNCIONES

Dirección

 

Coordinación

 

Ejecución

 

Administración

 

8. Indique cuáles de las siguientes características de un proyecto tienen prioridad cultural.

Difundir alguna manifestación cultural

Incrementar públicos

Los protagonistas son los creativos

Dirigido al gran público

Destinatarios en el proceso de diseño y gestión

Política de precios

9. Escriba el índice de contenidos en el documento de análisis de un evento cultural.

10. Enumere las posibles vías para la transmisión de la información a nivel interno.