Vivimos en una era de cambio constante, en la que parece que no vamos a parar nunca de lanzar nuevas tecnologías, plataformas, modas… una era de permanente innovación. Estamos en la era del web 3.0, blockchain, inteligencia artificial, asistentes digitales que escuchan y altavoces que te hablan, algoritmos que conocen tus preferencias, coches que se conducen solos y pedidos que te llegan en dron a casa.
Renovarse o morir ya no es una frase graciosa: es un imperativo.
Todas estas invenciones y las que estén por venir son resultado de empresas que se atreven a “pensar diferente”, a ser disruptivas e innovadoras. Empresas en las que se fomenta la creatividad, la diversidad de pensamiento y se empodera enormemente a las personas. Son empresas en constante renovación, que están en permanente “estado beta”.
La EMPRESA 3.0 by Hanoi es aquella que prioriza a las personas para que ellas puedan priorizar el negocio, la innovación, la renovación, las ideas. La Empresa 3.0 es la que entiende que con la cultura adecuada todo es posible. Es una empresa en la que las personas están llenas de energía, se sienten comprometidas y están orientadas a resolver problemas difíciles juntos. Está llena de espacios de retroalimentación de gran franqueza, en los que se pueden tener conversaciones incómodas y se pueden admitir los errores. En estos espacios, en vez de buscar solo los puntos de vista que nos halagan y nos hacen sentir bien, se hace frente a las ideas que nos rompen la cabeza.
Y, ¿cómo convertimos nuestras organizaciones en una Empresa 3.0? ¿Cómo lograremos que sigan siendo relevantes y rentables en un mercado cambiante? Muchos diréis: con una estrategia de transformación digital; con un nuevo modelo de negocio que pase de lo análogo a lo digital; con una estrategia que atraiga a los “nativos digitales”; con la adquisición de lo último en plataformas tecnológicas, al buscar cómo ser más eficientes y al incrementar la productividad…, en fin, caminos hay muchos y todas las respuestas anteriores están bien, pero ninguna de ellas va a lograr que te renueves, ni que sigas siendo relevante y rentable como empresa. Todas las anteriores respuestas te pueden a ayudar, pero hay un elemento sin el cual nunca serás una organización que sobreviva la próxima década.
El elemento del que te hablo te convertirá en lo que he denominado una Empresa 3.0. Una empresa de la próxima era; una empresa del presente y del futuro. Una empresa que navega el mundo actual y futuro con éxito, que no solo se adapta al cambio, sino que es parte de él. Una empresa relevante ayer, hoy, y más importante, que será relevante mañana. Ese elemento es simple: tu cultura organizacional
No es ningún secreto que las empresas no pueden prestar suficiente atención a la cultura corporativa en estos días. En ocasiones el afán del día a día no lo permite puesto que reflexionar sobre la cultura organizacional requiere dedicar tiempo a ello con el fin de lograr que sea sólida y consistente. Sin embargo, este es un elemento que no debe evitarse y es un desafío saber cuál debe ser el enfoque al crear o modificar una cultura corporativa. La cultura organizacional hace referencia a los fundamentos sobre los cuales se podrá construir una organización adaptada a nuestros tiempos ¿Debería una cultura contemporánea agregar más ventajas y beneficios? ¿Actualizar los espacios de oficina o crear una cultura en la que todo el mundo trabaje remoto? ¿Implementar una nueva estrategia de comunicación? Pero vayamos más atrás, ¿qué narices es la cultura organizacional?
No tenemos más que observar a las empresas en las que todo el mundo quiere trabajar (Google, Netflix, Salesforce, Nvidia, Intuit, Accenture, American Express, entre otras). En estas organizaciones se prioriza el bienestar de las personas; priman valores como la inclusión; se le reconoce el significado y el impacto de su trabajo a las personas; se las escucha y se intenta mejorar de manera constante. Incluso en este período de cambios en la forma de trabajar, y en medio del eterno debate sobre qué es mejor, si remoto, híbrido o presencial (¡y todo lo que hay entre medias!), las organizaciones mencionadas se han destacado por intentar encontrar la mejor fórmula para todos.
Al final del día, ¿qué es lo que conforma a una empresa? Sus personas. Así que ¿por qué no darles prioridad? ¿No te parece absolutamente absurdo que estas no sean nuestra prioridad número uno? Si no tienes personas y, más aún, si no tienes a las personas adecuadas en medio de un ambiente que les provea motivación y compromiso, no obtendrás resultados.
La cultura de una empresa es como la marca personal de un individuo. Tu cultura es tu marca empleadora. El talento que tengas, retengas y atraigas es lo que va a marcar la diferencia en tus resultados. ¿Por qué las personas se quedan o quieren trabajar en una organización? No es por el balance de resultados de la compañía. Llegan y se quedan en ella por la cultura. Se marchan… por la falta de cultura organizacional (y, bueno, ¡todos tenemos un precio también!).
Durante veinte años he experimentado, disfrutado y he sufrido buenas y malas culturas organizacionales. Tuve la oportunidad de pasar más de una década trabajando en Google y aprendí cómo una de las empresas tecnológicas más grandes y valiosas del mundo prioriza a las personas y crea una cultura que es, y seguirá siendo, objeto de estudio y de admiración. He tenido el lujo de analizar desde dentro como consultora las culturas de algunas empresas del listado Fortune 500. He estado expuesta a las realidades de empresas de todos los tamaños y de diversas industrias en el mundo entero, unas que funcionan realmente bien y otras que no. He tenido la oportunidad de sentarme y conversar a fondo con los líderes de esas empresas y aprender sobre la dinámica del éxito y del fracaso mientras luchan por adaptarse al proceso de digitalización y a la adopción de nuevas tecnologías. He visto cómo empresas enormes y tradicionales como IBM luchan internamente por romper con su propia herencia. También, cómo empresas en industrias tradicionales como la banca pueden ser tan innovadoras como cualquier tech.
Hoy tengo el gusto de liderar una fintech en la que, a pesar de no poder tener los salarios competitivos que tienen Google, Mercado Libre u otras startups con mayor financiamiento, el equipo humano no se mueve. Todo gracias a nuestra cultura organizacional.
He visto y he experimentado en primera persona lo que significa una gran cultura organizacional; el impacto positivo que tiene el hecho de que exista una y la gran falta que se siente cuando se carece de ella. Por eso quiero que haya más Empresas 3.0.
Si eres emprendedor, por favor, crea una Empresa 3.0. Si eres empleado sé parte del cambio, exige el cambio y sé parte de esta transformación cultural. Además, si eres empleado con influencia directa sobre las decisiones de la empresa, por favor, asegúrate de que eres un líder 3.0 que es ejemplo de una cultura organizacional excelente. Decía George Bernard Shaw que “El progreso es imposible sin cambio; y aquellos que no pueden cambiar de opinión no pueden cambiar nada”: nada más cierto.
Creo que la mejor manera de aprovechar al máximo esta lectura a la que te invito es la siguiente:
Lee el libro con la mente abierta a nuevas ideas y mantén una actitud autorreflexiva. Si te das cuenta de que no eres tan bueno en tu trabajo, ¡genial! Aprovecha esta oportunidad para intentar mejorar tu desempeño.
Aplica las fórmulas que te mostraré a la cultura organizacional actual de tu empresa. ¿Cómo se comporta la gente en su trabajo a diario? ¿Qué tan cerca o lejos están de los principios y comportamientos explicados en este libro?
Transforma la cultura organizacional de tu lugar de trabajo al integrar las secciones necesarias de este libro para tener un impacto positivo en ti, como persona y como líder; en tu equipo; tu empresa; tus empleados; y tus clientes. Empieza de a poco, pero siempre dando ejemplo. Si decides aplicar una cosa, hazlo con todo el empeño. No lo hagas a medias.
Empresas 3.0 está dividido en tres secciones:
La respuesta es fácil. Para cualquier persona que trabaje con otros en cualquier tipo de contexto y de nivel.
Los valores y prácticas aquí descritos os aplican a todos y absolutamente todo se puede implementar sin excepción. La diferencia, dependiendo de vuestro contexto, es la escala o la facilidad de implementación de las prácticas. No obstante, los valores tan solo dependen de ti. Que tú seas un mejor ejemplo mañana mismo es tu elección. “¡Qué maravilloso es que nadie necesite esperar ni un solo momento antes de comenzar a mejorar el mundo!”, decía Anne Frank, así que manos a la obra. Te aseguro que esta lectura será un acelerador tanto a nivel personal como profesional.
Gracias por elegir este libro y por darme el privilegio de contar con tu tiempo y atención. ¡Acabas de darme tus monedas más preciadas! Tengo la esperanza de que esta lectura será valiosa para ti y cumpliré el objetivo de que así sea.
Este no es un libro de negocios típico. Supongo que se debe a que no soy la típica empresaria o emprendedora. Esta es una conversación entre tú y yo, una conversación en la que estoy compartiendo muchas anécdotas, historias y observaciones que creo que sinceramente harán que tú y tu empresa sean mejores.
Si eres como yo y tu carrera profesional es una de tus prioridades, con seguridad dedicas mucho tiempo al trabajo. Si eres de las personas que trabajan para pagar facturas y que no necesariamente se preocupan tanto por cargar con más responsabilidades en su trabajo, de igual forma, pasas muchas horas de tu día en el trabajo. En cualquier caso, la mayoría tenemos que trabajar o queremos trabajar. Sea cual sea tu situación, ¿qué prefieres? ¿Estar en una empresa que sea genial o en una que no? O, si eres emprendedor, ¿cómo hacer que las personas que trabajan a tu lado sientan que pueden llegar lejos trabajando contigo?
A menos de que disfrutes del sadomasoquismo en el trabajo (¡que también es aceptable!), me gustaría animarte a que exijas, crees y seas parte activa de una cultura empresarial fantástica. Es injusto padecer culturas organizacionales insoportables en nuestros trabajos. ¡Cambiémoslas! Creemos más Empresas 3.0. Empresas que sean un destino de llegada y estancia permanente, no puertos de ida o de los cuales las personas salgan huyendo despavoridas.