La vida de Paulino de Nola 1 ha suscitado un buen número de estudios. El santo nolano constituye una de las figuras más poliédricas, complejas 2 y representativas del siglo IV d. C., una época en la que destacan una serie de hombres de extraordinaria personalidad que, convertidos unos en los paladines de la naciente cultura cristiana, y otros en héroes del decadente paganismo, dirimen un profundo conflicto que, si bien ha emanado de las conciencias, acaba por transcender la frontera del individuo y viene a asentarse en la mentalidad de la sociedad. En el conflicto religioso entre cristianos y paganos Paulino es el mejor reflejo de su tiempo, pues en su rica personalidad se aúnan las dos ideas enfrentadas en la lid. Fue educado, en efecto, en los principios de una cultura que moría y, por vicisitudes de su vida, se convirtió a las ideas de la pujante ideología cristiana. A pesar de ello, su actitud dialogante fue a veces incomprendida en uno y otro campo, de manera que constituyó un verdadero escándalo tanto para sus antiguos amigos cuando abrazó la nueva fe, como para algunos de los nuevos cuando renunció a todas sus posesiones y riquezas 3 .
La fecha exacta del nacimiento de Poncio Meropio Paulino es incierta, si bien dentro de unos límites bastante precisos donde la opción que cuenta con más probabilidades es la del año 355 d. C., frente a otras fechas que se defienden o se han defendido alguna vez y que sitúan el nacimiento en el año 353 o el 354.
En cuanto a su origen, Paulino es de Burdeos 4 y su familia era de la aristocracia senatorial, tanto por parte de padre como de madre 5 , siendo los dos cristianos, por lo menos cuando murieron 6 , aunque probablemente ya lo eran en la infancia de nuestro autor 7 . Por otro lado, el patrimonio de los Paulinos era inmenso, con propiedades en Fundi 8 (en el Lacio), tal vez en Hispania, concretamente en Ebromago 9 , y sin duda, en Aquitania, de manera que Ausonio puede hablar con toda propiedad de los Paulini regna 10 . En consonancia con esa elevada posición social y económica, Paulino, destinado a la carrera de los honores, se educa con los mejores maestros de su tierra, incluido Ausonio.
En enero del año 381 o a finales del 380 Paulino es gobernador 11 de Campania, y precisamente el día 14 de enero asiste a la fiesta de Félix en Nola y queda fuertemente impresionado por los hechos milagrosos que allí se producen 12 . Es entonces cuando manda reparar la calzada hacia Nola y construye un hospicio junto a la tumba de Félix 13 . Además, a semejanza de la costumbre pagana del barbitondium , celebra su depositio barbae en la capilla del santo, a quien ofrece su primera barba.
En el lapso de tiempo que va de finales del año 384 hasta el año 393 tienen lugar cuatro hechos fundamentales en la vida de Paulino: el matrimonio con Terasia 14 en Hispania; el nacimiento y muerte de su hijo Celso, el bautizo de Paulino en Burdeos y la muerte de su hermano, con el subsiguiente peligro para su propia suerte y la de su patrimonio. El conjunto de estos hechos constituye el detonante que obliga a Paulino a abandonar Aquitania, dirigirse a Hispania, vender sus propiedades y abrazar la vida ascética.
Precisamente en los años de estancia de Paulino en Hispania (389-394) es donde se ha querido situar cierto acercamiento al priscilianismo, un movimiento religioso de ascetismo radical dentro de la búsqueda del homo perfectus 15 . Ésta sería la explicación a la negativa del papa Siriacio a recibir a Paulino y Terasia a su paso por Roma camino de Nola. Otro argumento en favor del priscialinismo de Paulino lo constituye su encuentro con Martín de Tours 16 y la curación que aquél practica en Paulino. Martín, según el relato de Sulpicio Severo 17 , le curó una enfermedad de la vista que, según esta interpretación, no habría sido otra que ser priscilianista 18 . Recientemente Fabre y Lienhard han negado con razones de peso que Paulino fuera un partidario de Prisciliano, aunque se admite un gran parecido en la manera que ambos viven su fe 19 .
Sea como fuere, en el año 394 y ante la aclamación de los fieles mientras se están celebrando los misterios el mismo día de Navidad 20 , Paulino es ordenado sacerdote en Barcelona por el obispo Lampio, pero la ordenación no impide a los esposos emprender viaje a su querida Nola.
No se sabe con exactitud cuándo llegan Paulino y Terasia a Nola. Con toda seguridad, en el otoño del 396 estaban ya allí los esposos, porque el segundo natalicio (14 de enero del año 396), canta la alegría por estar ya en Nola. Nada más llegar, Paulino cae enfermo y, una vez recuperado, los esposos se enfrascan en las tareas de la organización de dos comunidades ascéticas, la de los hombres, que están bajo la tutela de Paulino, y la de las mujeres, que siguen las instrucciones de Terasia. La comunidad no estaba cerrada a las visitas y el cenobio de Paulino en Nola está totalmente abierto al mundo, sea a través de las visitas o de la correspondencia. Paulino se sigue escribiendo con amigos antiguos como Severo, Amando y Delfín, y con otros nuevos, personalidades como Alipio, Agustín o Jerónimo. Las cincuenta y una cartas en prosa no son, dice Fabre 21 , más que una mínima parte de las que escribió. Se reparten entre veinte destinatarios, donde también hay absolutos desconocidos, al parecer gente humilde. En lo que se refiere a las visitas, el año 400 Paulino acoge a dos ilustres personalidades de la cristiandad. Vienen a Nola Melania la Mayor, pariente de Paulino, que, acompañada por un abundante séquito, vuelve a Italia tras veintisiete años en un monasterio en Jerusalén 22 , y Nicetas 23 , obispo de Remesiana, en la Dacia.
La actividad constructora (durante los años 401 a 405) era asimismo otra de las facetas de la relación de Paulino con el mundo. Siendo gobernador de Campania, mandó reparar la calzada que llevaba hasta Nola y construir un hospicio para los pobres 24 . Antes de su llegada había a las afueras de Nola 25 , a un kilómetro aproximadamente, cuatro modestas iglesias o capillas de las que una albergaba el cuerpo de Félix. En su segunda y definitiva estancia, a aquellas cuatro capillas Paulino añadió una quinta basílica de mayor tamaño, la iglesia de los Apóstoles 26 , y construyó otra iglesia en Fundi 27 . Mandó levantar un baptisterio y multiplicó los coros y pórticos. Construyó además varios edificios no sólo para los peregrinos, sino también para albergar a la pequeña comunidad que lo rodeaba. Asimismo dispuso lo conveniente para traer agua a las fuentes 28 de la gran plaza porticada a la que daban las iglesias. Igualmente, Paulino remozó y renovó por completo la basílica en memoria de Félix 29 . Arregló y pintó el pórtico (dañado en un incendio) y transformó el huertecillo interior en un hermoso patio. El techo de la iglesia donde estaba el sepulcro de Félix fue enriquecido con artesonado. Incorporó nuevas lámparas a esta iglesia y las viejas columnas de estuco fueron sustituidas por otras de mármol. Otro hecho que denota la incesante actividad de Paulino es que pasa por ser el inventor de la campana, o al menos así se le dice al visitante de Nola a quien se le muestra la primera campana y el campanario donde estaba colgada. La historia es poco creíble en todos sus términos, y lo único que parece bastante verosímil es que fue Paulino el primero que hizo uso de la campana en una iglesia. No hay que olvidar que fueron célebres los fundidores de bronce de la Campania y que la «nola» es la campana del coro en los monasterios, así como que la propia palabra campana deriva del nombre de esa región italiana.
Paulino fue ordenado obispo de Nola en una fecha situada dentro de los límites bastante precisos que señala la carta 95 de Agustín (del año 408) donde todavía no lo llama episcopus y la cita de La ciudad de Dios I 10, datada en el año 413, que menciona a Paulino como Nolanus episcopus . Su actividad episcopal fue tan importante que el propio emperador Honorio lo invitó a presidir el sínodo general de Espoleto el día 13 de junio del 419.
Inmediatamente antes de la entrada de los bárbaros en Roma, Paulino habría realizado un viaje a Cartago sobre el que hay algunas dudas. Esa travesía y el período de estancia en Cartago acaecieron entre los años 408-409, corroborados por la carta 50, 14, del propio Paulino y por la 149, 2, de Agustín, en la que el obispo de Hipona responde a su mejor amigo y confidente en Italia. Como los natalicios se interrumpen en el 408, hay que suponer que Paulino se ve obligado a dejar Nola y la serie anual de los natalicios no tuvo continuación debido a los apremiantes y graves sucesos que siguieron a la entrada de los godos en la ciudad. Por otra parte, dado que desde el punto de vista textual no hay nada en contra de la referencia a esa estancia que aporta la Carta 50, 14, dum Cartaghini exhiemarem («durante el invierno que pasé en Cartago»), es muy verosímil que Paulino pasara en África 30 el invierno del año 408. Sin embargo, la noticia de su esclavitud en África es insostenible 31 .
No sabemos con exactitud cómo transcurrieron los siguientes años de la vida de Paulino, pero el hecho más significativo de este período tuvo que ser la muerte de Terasia, ocurrida con posterioridad al año 408. A partir de la correspondencia de esos años se deduce que su preocupación fundamental fue la reflexión sobre textos escriturísticos y del Evangelio y de ello escribe a Agustín 32 y a su vez recibe cartas de aquel, aleccionándole sobre el pelagianismo, herejía contra la que luchaban los obispos africanos en torno al 417 33 . El año 421 Agustín le dedica el tratado De cura pro mortuis gerenda . Este librito ilustra bastante bien un episodio de la correspondencia entre ambos y sobre cómo entendían el tránsito final del hombre. En una carta no conservada, Paulino había solicitado consejo sobre la petición de la santa mujer Flora que solicita enterrar a su hijo Cinegio en la basílica de Félix. Paulino sostiene que la sepultura ad sanctos reporta al difunto los beneficios del patronazgo de aquéllos, mientras que Agustín ve en la depositio ad sanctos algo puramente ornamental, un consuelo dirigido más bien a los vivos, porque ante Dios poco importa el tipo de sepultura 34 .
Rodeado de sus amigos, Paulino murió al año siguiente del fallecimiento de su entrañable Agustín de Hipona, concretamente el 22 de junio del año 431. Uranio, un discípulo suyo, dejó el relato de las últimas horas de Paulino, de las que fue testigo ocular. Paulino tuvo un fuerte dolor en el costado, (neumonía o pleuresía seguramente), pero conservó siempre el conocimiento. Reunió a todos los clérigos para un mensaje de adiós y paz, mandó que lo dejaran solo y, después de una meditación, murió «hacia la hora cuarta de la noche», habiendo recitado en voz alta el verso del salmo: Paraui lucernam Christo meo 35 .
Su cuerpo descansó en Nola durante quinientos años, y después de estar en Benevento y en Roma casi mil años, finalmente Paulino volvió para siempre a Nola el 28 de mayo del año 1909 36 , cuando Pío X restituyó sus restos a la comunidad de esta ciudad 37 .
Han llegado hasta nosotros dos grupos de composiciones atribuidas a Paulino de Nola. Uno lo forman las cincuenta y una cartas que dirige en diferentes momentos de su vida a una serie de corresponsales que van desde aquel del que sólo conocemos el nombre, hasta figuras tan representativas del pensamiento cristiano como Jerónimo y Agustín. El otro gran venero de la inspiración pauliniana ha dejado treinta y tres poemas de los que auténticamente de Paulino son veintinueve, ya que el Poema 4 pertenece a un poeta cercano en su estilo a Ausonio, el Poema 5 es del propio Ausonio, el 32 es seguro que no es de Paulino y el Poema 33 es dudoso que lo sea.
Los tres primeros poemas datan de la época de estancia en Aquitania, los años que van del 383/384 al 389. Tienen el interés de ser el único testimonio literario de la vida de Paulino antes de su conversión, porque no ha sobrevivido ningún otro texto del período anterior al 389. Son obras de ocasión, obras juveniles anteriores a su conversión. Los dos primeros son billetes, epístolas en hexámetros que acompañan a pequeños regalos intercambiados con Gestidio, un rico propietario de la Galia. El tercero es un fragmento de once hexámetros 39 que Ausonio cita con aprobación 40 , inscritos dentro del proyecto más ambicioso de poner en verso el desaparecido De regibus de Suetonio.
Los cuatro siguientes poemas ( Poema 6 -9 ) son meditaciones escriturales, paráfrasis en hexámetros de los textos de la Escritura siguiendo el modelo del hispano Juvenco. Pertenecen, por tanto, a una época en que Paulino daba los primeros pasos en el proceso de su conversión, y son, por eso, posteriores en cualquier caso al año 389.
Las dos epístolas en verso a Ausonio (los Poemas 10 y 11 ), fueron sin ninguna duda escritas en Hispania en un largo período de estancia, entre los años 389 al 394. Lo mismo que también escribió en Hispania el Poema 12 , el primero de los natalicios que compone para el aniversario de Félix que se celebraba en enero.
El resto de los Poemas fue compuesto en Nola durante trece (396-409) de los treinta y cinco años que van desde su llegada en el 396 a su muerte en el 431. En el año 409 se interrumpe bruscamente la producción poética de Paulino, o al menos no se nos ha transmitido ningún poema escrito con posterioridad a esa fecha.
En líneas generales, la poesía pauliniana se va a inscribir dentro de un proyecto mayor. Para Paulino, lo mismo que para Prudencio, la creación poética es un propositum asceticum 41 . Paulino se afana en componer una poesía que esté acorde con su nueva manera de vivir, a raíz de lo que Fontaine llama la «segunda conversión», esto es, escribir con elementos paganos pero desde la fe cristiana. Paulino busca la inspiración en Cristo, no en las Musas. El punto crucial de esta segunda conversión está reflejado en la discusión con su antiguo maestro Ausonio, transmitida por las dos cartas en verso. En ellas Paulino elige ya sin titubeos a Cristo como inspiración de su poesía, dejando atrás al tópico Apolo pagano 42 . Con todo, nuestro autor no abandona los moldes genéricos clásicos, sino que los adapta en función del nuevo contenido cristiano y de los nuevos destinatarios, los convertidos a la fe. Efectivamente, Paulino ha dejado escrito su programa poético en dos pasajes, en la carta 16 y en el Poema 22 , dedicado a Jovio. Acertadamente, por eso, Kohlwes 43 divide la trayectoria poética de Paulino en tres etapas. Una primera, que va de los años 394 al 396, abarca la primitiva producción paganizante y las paráfrasis bíblicas, pertenecientes al proyecto de un vasto poema teológico aplazado por Paulino para más adelante ( Poema 6 , v. 175). En la segunda etapa (394-396), después de la polémica con Ausonio de los Poemas 10 y 11 , Paulino ha madurado su concepto de la adaptación de las formas paganas a los nuevos contenidos cristianos (le corresponden la carta 16 y el Poema 22 , ambos destinados a Jovio). Y entre el los años 397-398, Paulino formula su código de la nueva imagen del poeta cristiano, que deja escrito en los vv. 26-49 del Poema 15 44 .
La razón de no romper con la tradición cultural pagana es doble. Primero, porque era la única cultura literaria a la que podía recurrir, y, segundo, porque era imprescindible para un portavoz de la nueva fe ser comprendido por sus lectores, y ello sólo podía ocurrir si el nuevo mensaje venía debidamente envuelto en una estructura literaria bien conocida por los destinatarios de los poemas paulinianos. Por eso la forma no tenía más remedio que adaptarse a los códigos literarios al uso, esto es, a los géneros literarios que se enseñaban en las escuelas 45 .
Los dos primeros poemas en hexámetros constituyen sendas muestras de una poesía juvenil que parece más bien puro ejercicio retórico. Estos billetes para acompañar regalos tienen su antecedente más próximo en muchos Apophoreta de Marcial y, como otros tantos artificios literarios del siglo IV , al intentar romper con las viejas formas, el autor se abisma en un manierismo absolutamente banal. El único interés de estas composiciones tal vez resida en ser testimonio de la manera de vivir de los ricos terratenientes que distraen su ocio con el intercambio de regalos acompañados por estos juegos literarios.
Paulino no vuelve a escribir epigramas hasta años más tarde, cuando, ya en Nola y siguiendo el modelo de los epigramas del papa Dámaso y tal vez de Ambrosio, acomete la tarea de ilustrar con dísticos 47 algunas dependencias de las iglesias y, en particular, cuando su amigo Sulpicio Severo le pide algunos para Primuliacum 48 . Precisamente, menos las doce líneas del Poema XXX , el Epitafio de Cinegio 49 y la Acción de gracias, el ramillete más florido de estos dísticos se halla en la Carta 32, del año 404 50 , cuyo destinatario es Sulpicio Severo. En total son veintinueve epigramas de extensión variable que versan sobre diversos asuntos.
Otras composiciones en dísticos son las dos inscripciones del Poema 30 que conmemoran la renovación de los edificios de Cimitile descritos en la Carta 32 y en los Poemas 27 y 28 . Su función es básicamente la de describir los lugares donde estaban colocadas las inscripciones 51 .
En cuanto al Epitafio de Cinegio es una inscripción funeraria que procede de una tumba de Cimitile. Se ubica en la tradición de las inscripciones grabadas sobre las tumbas de los cristianos y presenta la forma literaria de una consolación. El segundo epigrama, la Acción de gracias , adopta la forma de un eucharistikón o soteria , poema de agradecimiento por la salvación ante algún peligro.
Por Jerónimo tenemos constancia de que Paulino compuso un Panegírico , que no se ha conservado, en honor de Teodosio. En la Carta 58, 8 le dice a Paulino: «He leído con agrado el libro que con sabiduría y donosura le dedicaste al emperador Teodosio. Sobre todo me gustó su composición. Y aún más el propio estilo del discurso, contenido y resplandeciente, con el brillo de la pureza ciceroniana y lleno de sentido». Además de informarnos de ese panegírico perdido sabemos que el sabio de Belén se congratulaba de la pureza ciceroniana de la prosa de Paulino.
La otra muestra de este género está en hexámetros 52 . Dedicado al Bautista, el Poema 6 , al que la crítica considera incompleto por su inesperado final, puede ser dividido en dos mitades. Hasta el verso 172 es una paráfrasis bíblica y del 173 al 330 adopta la forma de un encomio del Bautista. La paráfrasis sigue el patrón del relato evangélico de Lucas 1, 5-80, ampliado con Mateo 14 y Hechos 19, y el poema en su conjunto formaba parte de una serie de paráfrasis bíblicas destinadas a constituir una historia evangélica en verso 53 .
La laus Sancti Iohannis representa una profunda innovación literaria respecto a sus posibles modelos. En efecto, no es la típica laudatio funebris porque no se habla nunca de la muerte; tampoco es una vita porque no hay suficiente material biográfico y, aunque se refiere a hechos de la Escritura, tampoco es fiel al posible modelo que constituyera el poeta Juvenco 54 con su versificación virgiliana del Evangelio. La familiaridad del posible lector con la Eneida tal vez era un factor que ayudaba más a la asimilación del mensaje cristiano que Paulino pretendía difundir. De ahí la aparición del arcángel Gabriel como mensajero de Dios, como Mercurio en la Eneida . El poema está envuelto en una atmósfera épica que viene creada por determinados elementos típicamente virgilianos, como son los discursos. Por otro lado, el panegírico sigue la estructura propia del género del encomio, recorriendo los consabidos tópicos del nacimiento, la infancia y las acciones (el Bautista en el desierto y su predicación), en las que queda definitivamente interrumpido. De modo que le faltarían por desarrollar algunos tópoi , como la comparación con acciones similares de otros personajes de la historia (el tópos denominado sýncrisis) y el epílogos 55 . Asimismo, el relato se presenta trufado con cuatro discursos insertos en su desarrollo a la manera de Claudiano, contemporáneo de Paulino pero militante del bando pagano. Son discursos que evocan la técnica virgiliana, pero en ellos Paulino ha superado a Juvenco al aplicar los recursos de la retórica latina a un único tema 56 . Y justamente esta mezcla de formas literarias, de la paráfrasis bíblica y del encomio, constituye una peculiaridad del estilo pauliniano presente en toda la obra. Paulino parte de la epopeya bíblica pero se apoya en el epýllion , consiguiendo así la simultánea variedad de géneros literarios, la poikilía tan del gusto de la poesía alejandrina 57 .
Por otra parte, el Bautista es para Paulino, como para los cristianos de su tiempo, el primer monje, símbolo de la vida ascética, modelo de la vida perfecta 58 y príncipe del monacato. De modo que el Poema 6 constituye, no sólo un mero relato bíblico y elogio del Bautista, sino el compendio de todos las virtudes a imitar por el joven movimiento ascético de Occidente.
Los Poema 7 , 8 y 9 pertenecen, sin duda, a ese proyecto de versificar la Escritura inscrito en el horizonte de la primitiva poesía cristiana, que intenta buscar su sitio dentro de la tradición literaria occidental y lo encuentra en la traducción del épos bíblico a la lengua épica de Roma. La palabra cristiana no podía presentarse, so pena de pasar desapercibida, como algo original, como un comienzo desde la nada. Al contrario, como atinadamente dice J. Fontaine «les premiers auteurs latins chrétiens s’étaient trouvés, devant la Bible grecque d’Alexandrie et le Nouveau Testament, dans une situation quelque peu comparable à celle de Livius Andronicus devant l’Odyssée cinq siècles plus tôt». Esto era así de tal modo que se necesitaba una re-traducción de las traducciones de las Escrituras. Y esta es la función que viene a desempeñar la paráfrasis de los salmos o la traducción virgiliana del Evangelio que hace el hispano Juvenco 59 .
En este contexto es donde se sitúa la paráfrasis del Salmo 1 desarrollada en el Poema 7 . Sigue de cerca la versión antigua hasta el verso 15, donde empieza a narrar la naturaleza del juicio final. Luego, al hilo del comentario del verso de Ambrosio, distingue entre impii y peccatores a lo largo de veintiocho versos (24-41) y para este motivo toma material del Apocalipsis (7, 3), de las Epístolas de Pablo a los Romanos (2, 12) y de la dirigida a los Corintios (I 3, 12). Y no es en absoluto baladí el reclamo inicial del poema: frente al Beatus ille qui procul negotiis que proclama Horacio, Paulino anuncia Beatus ille qui procul vitam suam . Lo mismo que el epodo de Horacio es una invitación a la felicidad de un retiro campestre, Paulino también convoca a un retiro, pero al de de la vida del pecado, para seguir la ley de Dios y cultivar la pureza de corazón. Hay, por tanto, un contraste evidente entre el retiro pagano y el cristiano. El retiro cristiano constituye una preparación para la vida futura, que aparece evocada en el poema dentro de la larga sección sobre el Juicio Final 60 . Una exhortación religiosa a seguir el camino estrecho pone fin al poema cuyo eslabón definitivo lo forma, en estructura anular, la evocación del último verso del Salmo .
El Poema 8 es una exhortación a los gobernantes para que desistan de su apartamiento del Señor, cuya persistencia les acarreará la ruina total. El poema comienza casi exactamente con el primer verso del Salmo 2 para añadir algo de su cosecha tan sólo en los trece versos finales, donde narra la cólera de Dios en los términos evangélicos de la separación del trigo de la paja. Esta parte de propia creación es la que constituye la exhortación directa a los gobernantes para que reine la concordia y que la justicia presida su mandato, dos cualidades especialmente anheladas en esos tiempos de enfrentamiento, de enconada rivalidad entre el poder imperial, que quiere asentar las bases de un estado cristiano, y la aristocracia del Senado romano, que se resiste y pretende restaurar el paganismo, simbolizado en la recuperación para el Senado del Altar de la Victoria.
El Poema 9 es una paráfrasis del Salmo 137. El salmista desarrolla un asunto que a los ojos de Paulino debió de presentar muchas semejanzas con la situación que vivía la comunidad cristiana. En efecto, los judíos estaban sufriendo persecución y destierro por causa de Babilonia. En la concepción cristiana del momento, el paganismo es la nueva Babilonia y los cristianos la nueva Jerusalén, la civitas Dei 61 . De idéntica manera, lo mismo que el salmista augura la pronta venganza que caerá sobre Babilonia, Paulino anuncia el triunfo de la nueva Jerusalén.
Naturalmente estas paráfrasis no pueden competir con «l’art monumental» de los Salmos 62 pero tampoco deben ser juzgadas atendiendo a la poca o mucha frecuencia con que Paulino visite las fuentes clásicas 63 . El locus del autor clásico es prudentemente convocado y sólo, fundamentalmente, con la intención de oponerlo a la correcta interpretación cristiana, o bien para lanzar subrepticias requisitorias por su mediación, como ocurre en la antítesis discordia concors o en el dicite iustitiam . La concordia en la diferencia es un guiño literario, una evocación de la lucha de contrarios que anima a la naturaleza y al mundo en cualquier comienzo 64 , también al hombre cristiano, y, a su vez, la exhortación a gobernar con justicia y a vivir conforme a ella va dirigida a los poderes terrenales 65 . Igualmente tampoco pueden ser consideradas estas composiciones como meros ejercicios retóricos de versificación, aunque en la intención del autor esté también la adaptación de los Salmos a las preocupaciones y a los gustos literarios de su tiempo. Pero si se mira más allá de la superficie, estas paráfrasis pretenden ser la manifestación de la sensibilidad cristiana ante la situación política y social de la época: en lo individual proponen el retiro del hombre hacia su interior, y en lo social reclaman la lucha contra el paganismo y la injusticia. En este caso no nos convence del todo la pretendida ingenuidad pauliniana, en el sentido de que es un mero versificador de salmos, sin más. Debajo de esa candidez se esconde un modo sutil de decir la verdad cristiana.
El uso del verso no implica que haya que ubicar estos poemas 66 en un género distinto al de las cartas en prosa, sino que responden al modelo genérico de la carta-intercambio entre dos amigos 67 . Los Poemas 10 y 11 son respuestas a Ausonio, mientras que el 24 está dirigido a Citerio, un influyente personaje aquitano. Ausonio escribió a su discípulo Paulino una serie de ocho 68 cartas que constituyen una relación epistolar agridulce, llena de ternura al principio y teñida de dolor al final. Las cuatro primeras cartas 69 de Ausonio están plagadas de palabras amables, de afecto sincero, al punto de que, para su amigo Ausonio, Paulino es «más dulce que la miel» 70 . Pero en las otras cuatro cartas 71 , el maestro da rienda suelta a los reproches hacia su antiguo discípulo, porque no es capaz de comprender la entrega total de éste a la nueva creencia. No le parece mal que haya abrazado la fe cristiana, lo que le extraña a Ausonio, poco acostumbrado a esa profundidad de la creencia que se manifiesta en Paulino de una manera tan firme, es que su amigo llega a poner por detrás de su nueva fe incluso una amistad tan profunda y tan antigua como la que hay entre ellos, cercana al afecto de padre e hijo 72 . Las dos cartas de Paulino han sido merecidamente elogiadas desde el punto de vista literario 73 , por su polimetría y por la manera tan delicada y sencilla a la vez con que responde a los duros reproches contenidos en las cartas ausonianas, sobrecargadas de retórica.
La primera carta de Paulino, el largo Poema 10 , fue escrita en Hispania, posiblemente en el verano del 393, y es la respuesta a las cartas 24, 25 y 26 de Ausonio, que Paulino recibió al mismo tiempo. Tras el consabido tópico por la alegría de la carta del amigo, Paulino se aplica a responder a todos los reproches que le hace Ausonio. La poesía es un arte vano, dice, si no está dedicada a cantar a Dios, tal como lo siente él ahora, inspirado por un deus maior 74 . Si verdaderamente desea su bien, Ausonio debería alegrarse de la vida que Paulino ha elegido libremente 75 . En cuanto a la larga separación, Paulino justifica su aislamiento por «ver estrellas más altas» 76 . No es por culpa de su esposa por lo que está lejos, ni tampoco vive entre salvajes, sino en la rica Hispania, de ciudades tan hermosas como Zaragoza, Barcelona o Tarragona 77 . Finalmente, vuelve a la defensa de su fe, no le importa pasar por necio si a juicio del Rey Eterno su opinión es sabia 78 . Y concluye con la referencia al Juicio para el que se prepara en la brevedad de esta vida, de modo que por eso se ha desprendido de propiedades junto con su carga de goce y tribulación, para que no lo sorprenda su llegada sumido en vanas preocupaciones 79 .
Otra carta 80 es la respuesta a la 23 de Ausonio, pues al Discutimus iugum de 23, 1, responde Paulino con discussisse iugum (11, 30), de modo que, aunque Ausonio escribió la suya antes que las otras, Paulino recibió esa carta 23 después de las tres citadas arriba 81 , a las que respondía en el Poema 10 . Esta segunda carta en verso de Paulino es ya muchísimo más breve, y, tanto este detalle como el tono general de la misiva, producen la sensación de que estamos ante una despedida, o al menos Paulino tiene la intención de romper el círculo vicioso de reproches-explicaciones en que habían entrado los dos amigos. Esta impresión de despedida es especialmente notoria en la segunda parte de la carta (versos 49 a 68 y último). Paulino va desgranando en ella uno tras otro todos los tópicos de la amistad constante, llevándola, definitivamente, hasta más allá de la muerte, incluso en este momento en que Ausonio se muestra inflexible en su posición de no admitir la conversión de su amigo.
La última epístola en verso es el Poema 24 . Compuesto en el año 400 (por su parecido con la carta 23, datada en esa fecha 82 ) empieza con una intitulatio más expresiva o al menos más completa que las dirigidas a Ausonio. En efecto, además de citar a Citerio 83 , el destinatario, Paulino le añade el calificativo de ‘hermano en Cristo’ que, evidentemente, no podía dedicarle a Ausonio. Este largo poema en yambos de cerca de mil versos comprende dos partes. Hasta el v. 440 narra las peripecias del viaje de Martiniano, el mensajero de Citerio, desde Narbona a Nola. Y desde el 440 al final (v. 941) la carta se convierte en un tratado de la educación para el sacerdocio, dirigido al hijo de Citerio, confiado a Sulpicio Severo. Es una epístola demasiado larga para la paciencia del lector moderno. Sólo la salva la rica descripción de los detalles del viaje, en primer lugar, y el tacto con que exhorta Paulino al acaudalado Citerio 84 , en segundo.
El grueso de la poesía de Paulino pertenece a este género 85 . Son catorce poemas escritos anualmente para conmemorar el aniversario de la muerte de Félix. Se trata de una práctica ya presente en la tradición romana, pues existía desde antiguo la costumbre de celebrar tanto el aniversario como la muerte de los seres queridos. Virgilio hace decir a Eneas que celebraría el día de la muerte de su padre estuviera donde estuviera 86 y Plinio el Joven cuenta cómo Silio Itálico veneraba especialmente una estatua de Virgilio cuyo cumpleaños observaba más que el suyo propio 87 . Incluso la idea del día de la muerte como día del nacimiento eterno, tan específica de la literatura cristiana, la anuncia ya Séneca 88 , como un auténtico precedente del natalicio cristiano.
Más tarde esta práctica ganó mucho con la aportación retórica de Menandro de Laodicea (siglo III ) que prescribe una serie de normas de composición 89 para el genethliakón enriquecedoras de la tradición literaria romana posterior. Sin embargo, las obras anteriores a ese rétor se atienen a una secuencia de tópoi que en Menandro no está recogida tal cual, así que la única nota en común entre la práctica literaria romana y las instrucciones retóricas es el motivo del día para iniciar el poema. Los autores romanos desarrollan su propia ristra de tópoi: el ofrecimiento de incienso, los altares engalanados, los ricos vestidos, los regalos, las súplicas y los deseos, y, sobre todo, el tópico de la fertilidad procreadora del homenajeado 90 .
La mayoría de los ejemplos romanos anteriores a Paulino celebran a una persona viva, salvo los de Marcial y Estacio dedicados a Lucano 91 . Precisamente hay un gran parecido entre la silva de Estacio y los panegíricos de Paulino ya que éste sólo tuvo que darle contenido cristiano a un género cuya estructura retórica, basada en el encomio de la persona homenajeada y de la estación del año, le venía como anillo al dedo a su proyecto de glosar la vida del santo de Nola.
Así es que nuestro autor compuso a partir del año 395 hasta el 407 una serie de poemas anuales sobre el nacimiento dedicados a Félix de los que han sobrevivido trece completos y fragmentos de un decimocuarto. La cronología de los natalicios 92 es la siguiente:

Mucho más obediente a las normas retóricas que en los natalicios, Paulino escribe el Poema 17 para despedirse de Nicetas de Remesiana al regresar a su iglesia de Dacia. Paulino escribe básicamente un producto típico del género, aunque se desvíe un tanto de las prescripciones de Menandro 93 . No existe el ruego de que se quede el amigo ni la queja por su partida. Encontramos casi lo contrario, alegría por la partida de Nicetas, dado que ya no se va a ir de Nola realmente, porque permanecerá allí en espíritu. La descripción detallada de todo el viaje 94 de regreso a Dacia tampoco es lo habitual en el género. En tercer lugar, la sección de la travesía del mar ha sido alterada y se ha convertido en una inversión del tópico, de modo que donde el poeta clásico expresa miedo por los peligros del océano, Paulino transmite una serena esperanza en Dios y anima a Nicetas a invocar su protección. Incluso allí donde el poeta clásico habla de su confianza en un pronto reencuentro, Paulino le confiere al tópos contenido cristiano cuando afirma su confianza en que, al final, su fe de creyentes reunirá a los dos amigos en el cielo. Por último, es inédito en el género el amplio desarrollo que le concede a la labor de Nicetas entre los inhóspitos pueblos a quienes ha transformado en dulces campesinos y probos cristianos que, por afición a los santos, han cambiado la violencia en devoción 95 .
La boda de Julián y Ticia constituye el primer matrimonio cristiano celebrado en una iglesia 96 . De ahí el extraordinario valor histórico de este texto. Téngase en cuenta que las bodas romanas se celebraban en la casa, en el seno de la familia y se dividían en dos actos: los esponsales y las bodas propiamente dichas. El primero era el acto jurídico de la entrega de los documentos nupciales, delante de testigos. El segundo era la boda en sí, donde el novio acudía a la casa de la novia a buscarla y donde la diosa Concordia unía las diestras de los contrayentes. En el Poema 25 de Paulino se imponen una serie de elementos ambientales que sustituyen la ceremonia doméstica y le hacen patente al lector (otro gran valor de este epitalamio) que Julián y Ticia se están casando en la iglesia y como cristianos. Esos elementos son la ausencia de una descripción de la casa de la novia (muy recurrente en el epitalamio pagano) y de toda clase de jarana, sustituidas por el ambiente eclesial que emana tanto del ofrecimiento de los esposos al obispo Mémor, (cuando éste cubre sus cabezas, velatio , v. 226) y de las súplicas a Cristo (w. 230), como de la bendición descrita en los versos finales. Paralelamente, la novedad se manifiesta también en lo literario. Como pasa con otros géneros literarios (el propemptikón del Poema 17 y la consolatio del 31), también al epitalamio le confiere Paulino su toque personal fundado en un indudable dominio de las técnicas de composición, inscritas en la corriente epitalámica fundada por Estacio y continuada por Claudiano 97 , aunque carezca de los discursos que aquellos insertan en sus composiciones. Así, se concede diez versos para introducir el asunto en una doble vertiente: por un lado, explica el matrimonio, y por otro da a conocer el sentido nuevo que éste tiene para el cristiano. Pero inmediatamente empieza a marcar distancias con los cultivadores anteriores del género e invierte el sentido de los tópicos clásicos 98 . No hay, por tanto, mención alguna de dioses paganos, y su lugar lo ocupan la paz, la modestia y la devoción. Tampoco se alude a la mitología, sino que la Escritura va a ser la fuente de sus exempla. Pax, Pudor y Pietas sustituyen a Juno, Cupido y Venus. Los buenos deseos para la pareja no van a ser, paradójicamente, la consabida descendencia, sino justamente lo contrario, de modo que anima a los esposos a mantener la castidad, a no tener niños y, caso de tenerlos, a dedicarlos al servicio del Señor, de tal suerte que en vez de constituir un elemento de persuasión (protropé) busca lo contrario, la disuasión (apotropé 99 ). En suma, este poema constituye el primer tratado cristiano sobre el matrimonio y en él Paulino propone el matrimonio en la continencia 100 como una nueva clase de unión, tal y como él mismo lo experimenta con Terasia.
Celso, hijo de Pneumacio y Fidela, murió a los ocho años y el poeta, en un gesto que, por literario, no deja de ser sincero, duda entre llorar su muerte o alegrarse porque se fue sin la mancha del pecado. Paulino aborda la biografía del niño, elogia su precocidad y conjetura la causa de la muerte 101 . Pero llorar demasiado es pecado; más vale lamentarse por los extravíos del linaje humano al que, sin embargo Cristo redimió con su venida, muerte y resurrección. Ese ejemplo es el que debe seguir el cristiano porque en él se halla la demostración de la victoria sobre la muerte que está al alcance de todos los fieles. En esta larga composición de 626 hexámetros son fácilmente visibles los temas de la consolatio clásica: la alabanza del fallecido; descripción de la muerte y de la causa directa que es la invidia (Satán para el cristiano, v. 107). Otro tópico que tampoco falta es el de la universalidad de la muerte. Y justamente a partir de aquí comienza la aportación de Paulino al género, es decir, la cristianización del mismo, que se materializa en un doble sentido. Desde el punto de vista de la forma la consolación se transmuta en exhortación al aprendizaje de la esperanza en la victoria final, y en cuanto al fondo se convierte en un tratado teológico sobre la fe y la resurrección. En la línea de la consolación cristiana 102 , este poema de Paulino está lejos de los ejemplos romanos del género, como son el epicedio de Horacio por la muerte de Varo 103 , la consolación de Propercio por Marcelo y Cornelia 104 , otra que dedicó Ovidio a Tibulo 105 , los Parentalia y Epitaphia 106 de los heróes de Troya que compuso Ausonio y los epicedios diseminados por las silvae de Estacio 107 .
El aviso para que alguien haga algo determinado es el objeto principal del género protréptico 108 , del que Paulino se sirvió en varias ocasiones 109 . En el Poema 22 insta a Jovio a cambiar el objetivo de sus trabajos poéticos. Y en la segunda parte de la carta en verso a Citerio ( Poema 24 ) enseña a los padres del novicio del monasterio de Primuliacum a valorar las ventajas de la decisión religiosa, ya que su hijo será un segundo Salomón y un nuevo José.
Lo ampuloso, barroco y, algunas veces, retorcido, de la poesía de Paulino, son características de su expresión que a la par que la destacan por encima de otros autores cristianos, la sitúan también en un nivel de complicación rayano por momentos en lo ininteligible. Ya Ausonio 110 bromeaba con Paulino sobre la ampulosidad de su expresión cuando, citando una parrafada llena de circunloquios, le dice: «Ignoras, creo, qué quieren decir tantos versos y a buen seguro que yo tampoco los entiendo bien: pero lo sospecho». Hay incluso opiniones claramente condenatorias de la poesía pauliniana precisamente por su manierismo, expresado en unas composiciones excesivamente largas, basadas en subordinadas de primero, segundo y hasta tercer nivel, y llenos de frases que, a veces, se escapan a su autor «y que nunca son fáciles de leer» 111 . Paulino aventaja considerablemente en el uso de las subordinadas tanto a Ausonio como a Virgilio 112 , ya que si en estos autores la subordinadición se mueve en torno a un porcentaje del treinta por ciento, en nuestro autor ronda el cincuenta, destacando sobre todo las oraciones de relativo. Otra especialidad pauliniana es su gusto por la sinonimia, con una afición especial por expresar el mismo concepto a través de dos formas de decir diferentes 113 . Sus figuras preferidas para el ornato son el oxímoro, la aliteración y la asonancia repitiendo la primera sílaba de la palabra, el homoteleuto y palabras de sonido similar 114 .
Existe, con todo, cierta unanimidad en que es mejor el Paulino de la poesía que el de las cartas 115 , a pesar de las elogiosas palabras de Jerónimo, que en dos ocasiones roza la exageración al enjuiciar el estilo de las cartas de Paulino, cuando compara su prosa con la del mismísimo Cicerón 116 . Otra opinión favorable, pero esta vez de la poesía de Paulino, es la de J. Fontaine, que destaca el gusto por lo extraño y maravilloso (concentrado en los exorcismos y milagros), el placer de describir obras de arte y, sobre todo, la miniatuarización del relato épico; menciona expresamente el hecho de que Paulino ponga al alcance de los lectores medievales, en particular de los monasterios, temas y lugares comunes, tonos y formas literarias procedentes de la tradición alejandrina 117 . Creo, en fin, que el juicio más objetivo sobre la poesía de Paulino de Nola es el de su mejor conocedor actual, Green, quien se inclina por una valoración positiva elogiando la habilidad de que hizo gala al reproducir en su poesía las mejores cualidades de la herencia clásica. Aporta igualmente una imaginativa renovación de los géneros literarios clásicos, y un uso estricto de las reglas en los metros en que escribió 118 . Su divergencia de la tradición clásica se produce en los asuntos que trató, intentando acomodar a la forma clásica el contenido cristiano, y, precisamente en este aspecto, la presencia de un innegable afán didáctico viene a desfigurar la elegancia del estilo que a veces se sustenta en extensos desarrollos que hacen su discurso monótono, cuando no sencillamente aburrido. No obstante, si alguien cree que Paulino perdió la batalla al unir en su obra educación literaria y entusiasmo espiritual, que considere la dificultad de su tarea leyendo las obras de otros que lo intentaron.
En su obra Paulino recurre a cinco tipos de versos: al hexámetro en las paráfrasis y los natalicios, al dístico elegíaco para una parte del Poema 10 , el 21 y el 23 , a la estrofa sáfica para el Poema 17 , al asclepiadeo en unos pocos versos del Poema 23 , y a los ritmos yámbicos para los Poemas 10 , 11 , 21 y 24 . En el hexámetro Paulino elide sílabas en una proporción inferior a la de sus contemporáneos Proba y Prudencio 119 —pero todos en la frecuencia de la elisión de Ovidio y no en la de Virgilio—, acude al espondeo en el mismo porcentaje que Ovidio, y muestra la misma tendencia al empleo del dáctilo en el primer pie del verso que se observa en los poetas del siglo IV 120 ; en las cesuras hay predominio de la combinación pentemímera, trihemímera y heptemímera 121 , y emplea por encima de la media el monosílabo en final de verso. En el dístico elegíaco su nivel de elisiones corre parejo al de Ausonio y tiende a alargar la frase más allá de las fronteras de la estrofa, como hace Claudiano. Sus versos yámbicos, igual que los de sus contemporáneos, difieren un tanto de los del período clásico, especialmente porque se dan mayor número de resoluciones de pie. Y en cuanto a la prosodia, Paulino presenta pocas divergencias del uso clásico 122 .
Dentro de la tradición literaria de su siglo, Paulino 123 imita en multitud de ocasiones a Virgilio, de quien toma innumerables frases e incluso pasajes enteros 124 , como el catálogo de los pueblos del libro VII de la Eneida para el poema XIV 55. Pero en general, en todos los géneros, desde los natalicios al propemptikón o al epitalamio, está presente Virgilio. El segundo lugar de las preferencias de Paulino lo ocupa Ovidio con sus Metamorfosis , el tercero el hispano Juvenco, el cuarto Horacio con sus Odas y el quinto Prudencio. Leyó igualmente a Propercio 125 . En el caso de Prudencio la preferencia es recíproca porque, como ha demostrado A. Encuentra 126 , el poeta hispano tiene a Paulino como guía no sólo en lo formal, sino que su poética sigue los cauces trazados en el Poema 18 para todo poeta cristiano, y en lo personal, Prudencio se mira en el espejo de la actitud de renuncia al mundo que Paulino llevó hasta los límites de la coherencia.
Llama realmente la atención que Paulino no haya sido traducido al español cuando Hispania ocupa un lugar central en su vida 127 . Sin ir más lejos, aquí tenía una de las propiedades que más debía de querer a juzgar por lo que dice en carta a Sulpicio Severo, como recordábamos antes 128 , «no he abandonado Ebromago por un pequeño jardín (…) sino a cambio del Paraíso». Fue además en nuestra tierra donde buscó refugio cuando fue objeto de aquellas oscuras acusaciones en la vecina Galia. Y si esto pudiera juzgarse de anecdótico, conviene recordar que Paulino, por inspiración de Félix 129 , en uno de sus viajes a Hispania conoce a Terasia. Las ciudades de Hispania no son inhóspitas como dice Ausonio, sino al contrario, son lugares felices habitados por hombres justos 130 y por eso elogia a Bílbilis, Calahorra, Lérida, Zaragoza, Barcelona y Tarragona, junto con las tierras regadas por el Guadalquivir 131 . Paulino es un defensor de Hispania, pues no en vano pasó en ella cinco años cruciales de su vida en los que maduró su proyecto ascético, de tal modo que en nuestro suelo fue donde decidió abandonar la vida mundana y consagrarse por entero a la vida religiosa, vender todos sus bienes y los de su rica esposa y darlos a los pobres 132 .
Por último, fue ordenado sacerdote en Barcelona, como hemos comentado más arriba. Y, siguiendo el hilo cronológico, habría que situar en el momento de su viaje a África una cierta actividad religiosa del santo o seguidores suyos por la costa suroeste de Hispania, como testimonian los nombres de las iglesias de la zona 133 . Hispania está, por todo lo dicho, firmemente asentada en el corazón y en la obra de Paulino.
Sin duda ninguna fue una personalidad relevante de su siglo, como testimonia la grandeza de los destinatarios de sus cartas: Ausonio, Jerónimo, Agustín o Sulpicio Severo, entre otros. Aunque no sean prolijos en sus comentarios, sin embargo, esos correspondientes del asceta dejaron su opinión sobre la producción poética de Paulino. Así, Ausonio reconoce que los versos de su discípulo superan a los suyos, «tu palma poética está adornada de un lentisco del que carece la mía» 134 . Igualmente es muy probable que se refieran a sus poemas, estas elogiosas palabras de Agustín en la Epístola 26, 5, a Licencio 135 : «Ve a Campania, apréndete a Paulino, (…) aprende con qué recursos de su talento ofrece el sacrificio de su alabanza a Cristo». Sulpicio Severo en la Vida de Martín elogia del estilo de Paulino la gravitas y dignitas de sus palabras y de su conversación, añadiéndole las cualidades de alegre y eficaz 136 . Y Sidonio Apolinar lo cita como uno de sus escritores preferidos 137 .
Pero el autor más próximo a Paulino es Prudencio, hasta el punto de que la coincidencia de muchos temas en ambos alimenta la duda sobre quién imitó a quién, cuestión en la que Paulino lleva las de ganar por el momento. La imagen del demonio como una serpiente, la escritura como un deber para con Dios y el oloroso bosque del Paraíso, son algunos de los motivos tratados por los dos poetas 138 .
Otras veces aparece citado en historiadores o en escritores cristianos como ejemplo de asceta y hasta de obispo 139 . En cuanto a la tradición literaria, la Vida de Félix de sus natalicios sirve de fuente al in gloria martyrum de Gregorio de Tours 140 . Y naturalmente, la Vita sancti Felicis 141 de Beda está basada en los natalicios. Por otro lado, reminiscencias de Paulino quedan en otros autores: en la Aletheia de Mario Víctor, en Próspero de Aquitania, en el Carmen adversus Marcionem , en el Paschale Carmen de Sedulio, en Paulino de Pella, en Rústico Helpidio y en Eugenio de Toledo. También pueden rastrearse ecos paulinianos en los Miracula Nynie episcopi y en los Versus de Gregorio Magno de Juan Diácono. Venancio Fortunato recoge el episodio de la curación de la ceguera de Paulino por Martín de Tours 142 y el nombre de Paulino lo citan Teodulfo y Rábano Mauro. Y entre los autores modernos lo nombra Umberto Eco 143 .
Pero con mucha más seguridad que el mero rastreo de fuentes, siempre delicado, se puede afirmar que Isidoro de Sevilla fue lector de Paulino, de quien cita varios versos del Poema 17 . Y el propio Beda, mencionado más arriba, usa como ejemplo de sáficos cuatro estrofas del mismo Poema 17 .
Las obras de Paulino han llegado a nuestros días siguiendo dos caminos. En efecto, mientras que los natalicios formaron pronto una unidad y así se han transmitido, el resto de los Poemas sufrió los avatares propios de una transmisión mucho más dispersa. Consiguientemente, los trece natalicios 144 han llegado en un corpus bien conservado y compacto de ocho códices. De ellos el Ambrosiano C.74 del siglo IX (A ), el Monacense lat. 6412 del siglo X (D ) y el Parisino 13026 (Q ) del siglo IX constituyen la familia que con más fidelidad e integridad respecto al arquetipo traen los Poemas dedicados a Félix.
La segunda familia (BET) en orden de calidad es la formada por los códices Bruxelense 10615-10729 del siglo XII (B ), Bononiense 2671 del siglo XIV (E ) y Urbinas 533 del siglo XV (T ). Por otro lado, los códices G y R son gemelos, contienen las mismas obras en idéntico orden y por las interpolaciones, omisiones y trasposiciones que tienen son menos válidos que las dos familias anteriores.
En cambio, las composiciones de género distinto al natalicio ya desde un principio se transmitieron de manera desordenada, incluidas dentro de un corpus en el que también venían las obras de Ausonio. Nos referimos a los Poemas 1 -2 , 4 -11 , 17 , 22 , 24 -25 , 31 -33 . El Vossiano (V ) es el códice más antiguo (siglo IX ) de los que traen a Ausonio y a Paulino juntos. El copista debió de hacer uso de un códice muy bueno escrito por alguien cercano a Ausonio. Contiene los Poemas 1 -2 , 4 -5 , 10 -11 y 17 . De otra colección distinta a V es el códice N (París 7558), también del siglo IX . Contiene los Poemas 4 -6 , 10 -11 , 22 y 33 .
Igualmente un manuscrito antiquísimo de Bobbio, hoy perdido, traía los mismos Poemas que vienen en V y N . Este texto se perdió pero de él quedaron dos copias, que son los códices n (s. XIV ) y Harleianus (H ) del siglo XV . El códice n, que perteneció a Petrarca y en el año 1500 se trasladó a Francia, contiene los Poemas 10 y 11 . El códice Harleianus , del Museo Británico, trae igualmente los Poemas 10 y 11 y es muy diferente a n dado que procede de una fuente distinta.
Existe además otra familia de códices que trae el mismo contenido de VNHn . Son los códices O (s. X ) y B (s. XII ).
Los códices t z s q T A D traen poemas distintos al natalicio. Así el Poema 25 lo traen el códice s (s. IX ) y el códice q (s. X ). En cuanto al poema numerado como 30 en la edición de Hartel (dos inscripciones) lo publicaron Rosweyd y Sirmond y el primero que lo colocó entre los poemas de Paulino fue Muratori, asignándole el número 28. El Poema 31 (además de en BO) está en el códice T (s. XV ) que lo transmite mejor que los dos códices citados. Por último el Poema 32 (si fuera de Paulino es sin duda obra de juventud) viene en la parte final del códice A y en el D .
La Inscripción de Cinegio procedente de la basílica de Félix en Nola se perdió en su traslado a otro enclave, pero su contenido es bien conocido y fue editado por F. Bücheler, Carmina epigraphica 684 y por E. Diehl, Inscr. christianae 3482. En cuanto a la otra Inscripción, Acción de gracias , se halla recogida en el códex Neapolitanus VIII, B, 3 fol. 52 v., del siglo XI , y fue editada por T. Lehmann en Römische Quartalschriff 93 (1998), 181-199. Ambos textos son nuestra referencia para la traducción.
La editio princeps de Paulino (1515), obra de Badius, vio la luz en París y fue realmente defectuosa. La siguiente edición, la de Gravius (Colonia) de 1560, tampoco tenía gran valor. Luego, salieron de ésta dos copias, una en Basilea bajo la atención de Grynaeus (1569) y otra a cargo de Schottus (Colonia, 1618). La primera edición científica fue la de H. Rosweyd (Amberes, 1622), enriquecida por los comentarios de Sachini y Duc, y la colaboración de estos tres jesuítas permitió aprovechar muchos manuscritos, entre ellos O y B . El mismo año 1622 Chifflet sacó sus quaestiones paulinianae (el «Paulinus illustratus») al no poder terminar su edición. Sin embargo, el año 1685 vio la luz la mejor de las ediciones antiguas de Paulino, la que en dos volúmenes hizo Lebrun en París, quien sin duda acudió a las notas de Chifflet y a las de Lenain de Tillemont (Memorias de los seis primeros siglos de la Iglesia , tomo XIV) para hacer su Vita Paulini . A pesar de sus defectos, la edición de Lebrun legó a las siguientes un generoso cuerpo de comentarios y notas (algunas procedentes de Du Cange) así como la ordenación cronológica de cartas y poemas. Más tarde (Verona, 1736) Luis Antonio Muratori reprodujo esta edición a la que añadió los Poemas 21 -22 (descubiertos en el códice Ambrosiano A ) y 32, junto con 22 dissertationes . En 1861 Migne edita a Paulino (Patrologia Latina LXI, col. 1-936) siguiendo la edición de Lebrun, bien que con otro orden y añadiendo los poemas de Muratori. Y la última edición y mejor es la de Wilhelm von Hartel, (Viena, 1894), en los vols. XXIX (Cartas) y XXX (Poemas) del Corpus Scriptorum Ecclesiasticorum Latinorum de Viena 145 . Hartel asumió le benemérita tarea de acabar el trabajo que hizo el llorado Zechmeister 146 , que tanto prometía a juzgar por los estudios sobre los textos paulinianos destinados a esa futura edición para el Corpus Vindobonense . Y en la edición siguió el orden de los Poemas establecido por Muratori, con la única novedad de insertar los fragmentos del Poema 29 , que no se conocían cuando Muratori editó su Paulino. La reimpresión de la edición de Hartel por M. Kampner presenta varias novedades entre las que destaca la revisión de los Indices , un Index criticus con las novedades de crítica textual aparecidas desde la edición de Hartel y una Bibliografía exhaustiva que completa el compendio de C. lanicelli 147 . Asimismo incluye esas dos Inscripciones atribuidas a Paulino que no figuraban en la edición de Hartel.
La traducción de Walsh 148 es una de las pocas versiones completas de los poemas de Paulino, porque si bien A. Mencucci, tradujo al italiano casi todos las composiciones, algunas han sido resumidas y otras omitidas 149 . La otra traducción completa que existe es la de Andrea Ruggiero 150 , más leal con el texto latino que la de Walsh. Hay igualmente traducciones de algunos poemas, como las de Nazzaro 151 y Goldschmidt 152 . No hay, sin embargo, ninguna traducción al español de la poesía de Paulino de Nola, ni completa ni parcial (si acaso unos versos sueltos en algún manual de escasa difusión 153 ).
Me he basado en la edición de Hartel y señalo a continuación los lugares en los que he seguido otras lecturas.

Si siempre el verso es difícil de verter a otra lengua, en el caso de Paulino (y los escritores de su época) la dificultad se acentúa aún más por el barroquismo al que aludíamos en un capítulo precedente. Este hecho constituye un escollo nada pequeño a la hora de mantener un nivel de español comprensible y a la vez respetuoso con la estructura sintáctica del texto latino, que ha sido nuestro principal propósito.

1 Su nombre completo es Pontius Meropius Anicius Paulinus . En el Poema 24 y en la Carta 40 consta la inscripción Meropius Paulinus y AUSONIO (Epíst . 25) lo llama Pontius . En cuanto al sobrenombre Anicius que admite sin reservas P. FABRE (Saint Paulin de Nole et l’amitié chrétienne , 1949) es mera conjetura a juicio de J. T. LIENHARD (Paulinus of Nola and Early Western Monasticism , Colonia-Bonn, 1977, pág. 24, n. 41).
2 T. PISCITELLI CARPINO , Paolino di Nola. Epistole ad Agostino (1989), pág. 83.
3 AMBROSIO , Epist. ad Sabinum 58, 3, PL 16, 1229 A.
4 URANIO (PL 53, 860).
5 URANIO (PL 53, 859) y JERÓNIMO , Carta 118.
6 PAULINO , Epist . 12, 12.
7 Poema 21 , 348. También PRUDENCIO lo afirma (Contra Symmachum 1 558): «La activa fe de los Paulinos y los Basos no dudó en entregarse a Cristo». M. PHILIPP (Zum Sprachgebrauch des Paulinas von Nola . 1er vol. Diss. Múnich, 1903, pág. 5 nota 2) niega que los padres de Paulino fueran cristianos, pero Paulino en la Carta 12, 12, afirma rotundamente que fueron enterrados como tales.
8 Así lo dice el propio Paulino en la Carta 32, 17: «que me fue igualmente familiar en el tiempo en que fue una propiedad mía».
9 Lo sitúan en Hispania LIENHARO (Paulinus of Nola and… , pág. 26), y M. GAYRAUD («L’inscription de Bram [Aude] et les toponymes Eburomagus, Hebromagus, Cobiomagus en Gaule Méridional», Rev. Arquéol. de Narbonnaise 3 [1970], págs. 103-114).
10 A US . Epíst . 25, 116.
11 Fue consularis o proconsul (A. H. M. JONES , The Prosopography of the Later Roman Empire I.682), como atestigua el Poema 21 , 374-376, 395-396. La fecha de ese mandato la confirma el Poema 13 , 7-9.
12 «Y lleno de gozo en medio de tu luz, me enamoré de Cristo» (Poema 21, v. 373). A este san Féíx de Nola, presbítero, cuya festividad aparece en el Martirologium Romanum el 14 de enero, dedicará Paulino sus poemas natalicios, que constituyen la única fuente de su biografía, sobre todo los poemas 15 y 16.
13 Ibidem 379-394.
14 AMBROSIO , Carta 27 (58), 2 (PL 16, 1178-1179): «La esposa está muy cerca de la virtud y celo del marido, y no desentona de su intención. Por último, pasadas a propiedad de otros sus propiedades, sigue a su marido la esposa y satisfecha con un exiguo sustento, se consolaba con los caudales de la religión y del amor».
15 PRISCILLANO , Tratados 6, 95.
16 PAUL ., Carta 18, 9.
17 SULP . SEV ., Vida de Martín 19, 3.
18 Cf. N. K. CHADWICK , Poetry and Letters in early christian Gaul , Londres, 1965, pág. 69, siguiendo la sugerencia de E. CH . BABUT («Paulin de Nole et Priscillien», Révue d’Histoire et Littérature Religieuses [1910], págs. 97-130).
19 Cf. LIENHARD , Paulinus of Nola and… , págs. 52-57 con bibliografía sobre el priscilianismo.
20 Ver Carta 1, 10, dirigida a Severo y Carta 3, 4 (a Alipio): a Lampio apud Barcilonem (sic) in Hispania per uim inflammatae subito plebis sacratus sim: «Fui consagradado sacerdote por Lampio en Barcelona, en Hispania, por causa de la violencia del pueblo encendido repentinamente».
21 P. FABRE , Saint Paulin de Nole et l’amitié chrétienne , París, 1949, pág. 43.
22 Ver Carta 29, 6 (a Severo). Prácticamente toda esta carta está dedicada a la Vida de Melania . Paulino dice que aquélla estuvo en Jerusalén «cinco lustros» pero con el testimonio mucho más concreto de PALADIO DE HELENÓPOLIS (Historia Lausiaca 46, 5) se puede asegurar que la estancia de Melania en Tierra Santa fue de veintisiete años. El parentesco de Melania con Paulino (J. B. LEBRUN , en PL 61, 15) debió de ser por parte de Terasia, ya que ambos eran de origen hispano (ver F. X. MURPHY , «Melania the Elder, a biographical note», Traditio 5 (1947), pág. 59.
23 Paulino le dedica a Nicetas los Poemas 17 y 27 .
25 Actualmente, Cimitile.
26 Porque en la nueva iglesia habían sido depositadas reliquias de los Apóstoles bajo el altar ( Poema 27 , vv. 402-405). Paulino describe primorosamente esta iglesia en la Carta 32 a Sulpicio Severo (año 403). Ese año precisamente ya había sido consagrado este templo.
27 Carta 32 , 16.
28 Poema 21 , 653-703 (año 407).
29 Ver Poema 27, 345-394.
30 Cf. la detallada exposición y defensa de esta tesis por T. PISCITELLI CARPINO , Paolino di Nola… , págs. 47-70.
31 Ver G.SANTANIELLO , «La prigionia di Paolino: tradizione e storia» en Paolino di Nola, Momenti della sua vita e delle sue opere , RUGGIERO , CROUZEL Y SANTANŒLLO (edd.), Nola, 1983, pág. 224. Ver también, en el mismo libro, (pág. 253) el Apéndice «Il racconto della priogionia di Paolino da Gregorio Magno, Dialoghi III. 1» (traducción al italiano de los Diálogos) .
32 La Carta 50 (año 413), y Agustín le envía la 186 (año 417). Pero la relación epistolar debió de continuar durante más tiempo (T. PISCITELLI CARPINO , Paolino… . pág. 70), como viene a demostrar el hecho de que a una carta de Paulino Agustín le respondiera enviándole el tratadito de cura pro mortuis gerenda .
33 La carta de Agustín es la 186.
34 Cf. AGUSTÍN , Confesiones IX, 27.
35 Epist. Uranii presbyteri de obitu s. Paulini 4 (PL 53, 861): «Al recrudecerse el dolor que tenía en el costado». Esta narración se parece mucho a la muerte de Agustín que cuenta Posidio.
36 Cf. A. RUGGIERO (ed.), Il ritorno di Paolino, Nápoles , 1990, pág. 15 y, en esa misma obra, G. LUONGO «Alla ricerca del sacro. Le traslazioni dei santi in epoca altomedievale», págs. 17-39.
37 La Breve de concesión del traslado fue firmada el 18 de septiembre de 1908 (Acta Apostolicae Sedis I 2, 245 ss.) en el pontificado de Pío X.
38 Ver para mayor documentación R. P. H., GREEN , The poetry of Paulinus of Nola. A Study of his Latinity , Bruselas, 1971, cap. I. Los poemas 4 ; 5 (plegarias) y 33 (una uita) han sido atribuidos a Paulino pero no es segura su autoría.
40 AUS ., Epíst . 23 (19 en A. ALVAR , Décimo Magno Ausonio. Obras , Madrid. 1990).
41 Ver J. FONTAINE , Naissance de la poésie dans l’Occident chrétien. (Esquisse d’une histoire de la poésie latine chrétienne du IIIe au IVe siècle) , París, 1981, cap. IX, centrado en la reflexión sobre la poesía como arte espiritual y la comparación de los proyectos poéticos de Paulino y de Prudencio, (pág. 143) y el cap. XI, donde estudia los poemas de Paulino de Nola como continuación cristiana de la poesía ausoniana, (págs. 161-176).
43 K. KOHLWES , Christliche Dichtung und Stilistiche Form bei Paulinas von Nola , Bonn, 1979.
44 Ver también los vv. 32-62 del Poema 20 .
45 Para la comprensión de todo este asunto vid . L. RIVHRO GARCÍA , «Ecos catulianos en los poemas de Prudencio», Anuario de Estudios Filológicos 19 (1996), págs. 443-455, y A. ENCUENTRA , El hexámetro de Prudencio. Estudio comparado de métrica verbal , Logroño, 2000, págs. 33-39.
46 Los Poemas 1 y 2 , el 30 , el Epitafio de Cinegio, la Acción de gracias, el último Poema (Apéndice) y los epigramas incluidos en la Carta 32 (a Sulpicio Severo).
47 Ver WALSH , Poems of… , pág. 27. Estos poemas traen su origen de los epitafios cristianos. Paulino, que visitaba anualmente Roma, habría visto las inscripciones de Dámaso en San Pedro. Estas fuentes son las que indica P. G. WALSH , (Letters of S. Paiilinus of Nola , Nueva York, 1966-67 [ACW 35 y 36] pág. 27), mientras que GREEN (The poetry… , pág. 39) sólo menciona a Dámaso. Pero no sería extraño que Paulino también tuviera presente los Apophoreta de MARCIAL , donde se describen oficios, objetos etc. Asimismo es probable que conociera también las que escribió Ambrosio para las iglesias de Milán. Con todas las reservas sobre quién imita a quién, quede aquí al menos la constancia del paralelismo existente entre estos epigramas y los Tituli Historiarum de Prudencio.
48 Estas inscripciones están someramente estudiadas en GREEN , The poetry… , págs. 39-40.
49 CIL X, 1370; DIEHL , ILCV , 2, 3482.
50 O a finales del año 403 (ver nota ad locum de P. G. WALSH , Poems of S. Paulinus of Nola , Nueva York, 1975 [ACW 40], y R. C. GOLDSCHMIDT , Paulinus’ Churches at Nole: Texta, Translations and Commentary , Ámsterdan, 1940, pág. 35)
51 Lo mismo que hace PRUDENCIO en Libro de las coronas 8, una especie de titulus o inscripción pensada para un baptisterio en el que previamente habían sufrido martirio los dos cristianos celebrados en el Himno I (cf. L. RIVERO GARCÍA , La poesía de Prudencio , Cáceres-Huelva, 1996, pág. 129).
52 En el año 394 CLAUDIANO compuso su primer panegírico, dedicado a los jóvenes cónsules Probino y Olibrio ( Poema 1 ), de modo que Paulino se habría anticipado en algunos años (la datación de este Poema 6 no va más allá del año 390) al poeta de Alejandría y se convierte en uno de los primeros autores de la literatura occidental en escribir un encomio en verso.
53 S. PRETE , Motivi ascetici e letterari in Paolino di Nola , Nápoles-Roma, 1987, cap. II: «Paolino di Nola: la parafrasi biblica della Laus Iohannis (carm . VI)», págs. 21-34.
54 Los Evangeliorum libri IV , escritos alrededor del año 330.
55 Cf. MENANDRO EL RÉTOR , 368-378 RUSSEL -WILSON . ES el rétor cuyo esquema sigue Claudiano y que Paulino habría estudiado en la escuela.
56 Ver. R. P. H. GREEN , The poetry… , pág. 22.
57 Ver J. FONTAINE , «Comment doit-on appliquer la notion de genre littéraire à la littérature latine chrétienne du IV siècle?», Philologus 132 (1988), págs. 53-73 y nota 1, con bibliografía sobre las formas literarias de la literatura tardía. La fragmentación interna de las piezas literarias de esta época es lo que permite la mezcla de géneros y constituye un vasto campo de estudio que va desde el Mosella de Ausonio pasando por Ambrosio hasta Amiano Marcelino. El fenómeno ha sido estudiado también por J. L. CHARLET , «Aesthetic Trends in Late Latin Poetry» Philologus 132 (1988), págs. 74-85.
58 S. PRETE , Motivi… , págs. 26 cita en nota 18 a G. PENCO , «San Giovanni Battista nel ricordo del monachesimo medievale», Studia Monastica 3 (1961) págs. 9 ss. Cita este autor pasajes de los Padres Orientales y Occidentales, entre los que destacan TERTULIANO , De monog . VIII. 1; AMBROSIO , Com. al evang. de Lucas I 32; AGUSTÍN , Conf . X 46 y, sobre todo, Com. al evang. de Juan I 1-14.
59 Otro modelo de Paulino debió de ser el propio Ambrosio de Milán, que adaptó los Salmos al canto y realizó paráfrasis de pasajes del Antiguo Testamento para desarrollar sus temas en una dirección cristiana (WALSH , Poems… , pág. 17). Paulino ya se había iniciado en las técnicas de versificación en el De regibus , un desaparecido tratado en prosa de SUETONIO .
61 WALSH , Poems… , pág. 19.
62 C. MoHRMANN, Études sur le Latin des Chrétiens I, Roma, (19611977), pág. 159.
63 Como hace GREEN , The poetry… , pág. 23.
64 Véase nuestra nota a 8, 21. La fuente tal vez no sea Lucano, sino Séneca, Manilio u Ovidio.
65 VIRG ., Eneida VI 620 (discite iustitiam) .
67 Véase C. CODOÑER , «La epístola como género literario. De la Antigüedad a la Edad Media», Estudios Clásicos 18 (1974), págs. 427-442.
68 Las Epístolas 19-26. La 23, que empieza con discutimus , hay que desdoblarla en dos a juicio de Prete, a quien sigue ALVAR (Ausonio… , pág. 91).
69 Las Epístolas 19-22.
70 Aus., Epístola 21 (el número remite a la traducción de ALVAR ).
71 Las Epistolas 23-26.
72 Cf. Aus., Epístola 23, passim , especialmente 20-25 y 30. Dice el poeta de Burdeos que él llevaría por sí mismo la carga de la enfermedad si no le faltara la lealtad de su amigo. Cita luego toda la retahíla de amigos célebres de la antigüedad, Orestes y Pílades, Niso y Euríalo, Escipión y Lelio, entre quienes se prometía que iban a estar él mismo y Paulino, pero éste ha traicionado la fides , el lazo sobre el que se fundamenta la amicitia .
73 H. WADDELL , Medieval Latin Lyrics (Londres, 1949), pág. 294, «some of the loveliest lyric measures of the ancient world».
77 Poema 10 , vv. 219-238. Véase J. MARTÍNEZ GÁZQUEZ , «Paulino de Nola e Hispania» Boletín del Instituto de Estudios Helénicos 7, 2 (1973), págs. 27-33. No era Hispania un baldío de ciudades asoladas como interesadamente quiere ver Ausonio, sino que estaba poblada de pujantes ciudades como las mencionadas, y de innumerables haciendas que poco a poco van saliendo a la luz en el Valle del Ebro.
81 Remitimos a la detallada discusión de estos pormenores de las Epístolas de AUSONIO en pág. 91 y ss. de la Introducción a la mencionada traducción de A. ALVAR .
82 Cf. P. FABRE , Essai sur la chronologie de l’œuvre de saint Paulin de Nole , París, 1948, págs. 117-22.
83 Del que, por la propia carta, que es la única información sobre él (24, vv. 481-482), sabemos que gozó de fama literaria.
84 Ver GREEN The poetry… , pág. 26.
85 Poemas 12 -16 , 18 -21 , 23 , 26 -29 .
86 Eneida V 51. Evocado por Paulino en 26, 22.
87 PLINIO EL JOVEN , Cartas III 7, 8.
88 SÉNECA Epíst . 102, 26: «Ese día al que temes como el último es el del nacimiento para la eternidad» (trad. I. ROCA MELIÁ , Madrid, 1989, pág. 264).
89 Primero se debe componer un proemio, luego se alabará el día, aprovechando la circunstancia de que sea un día sagrado o alguna fiesta. Se ha de basar el encomio, por tanto, en las circunstancias del día, y si éste no ofreciera nada que decir se hablará de la estación. Después se pasará al encomio de la familia, nacimiento, crianza, acciones con sus respectivas comparaciones y repartidas en acciones de paz y de guerra. Finalmente se debe volver sobre el motivo del día (Cf . MENANDRO EL RÉTOR , II 8, 412).
90 Ejemplos de esta clase de obras son PROPERCIO , III 10; TIB ., I 1; II 2; y OVID ., Tristia III 13.
91 MARC ., VII 21; ESTAC , S ilv. II 7.
92 El término latino lo emplea PAULINO en la Carta 28, 6.
93 Cf . MENANDRO , 395.
94 Una perspectiva amplia del viaje se ofrece en los vv. 15-20: va al norte (los dacios) luego al Épiro y a Tesalónica, dice Paulino, pero tal vez haya que entender lo contrario, de Tesalónica a los dacios. Luego desciende al detalle: Nicetas recorrerá Apulia y después Calabria (vv. 23-28). Pasará por las ciudades de Hidronte (hoy Otranteo) y Lupias (Lecce, en el v. 85); llegará al golfo del Adriático (v.104) y seguirá por Macedonia (194) llegando a los escupos (hoy Uscub en la Mesia, verso 196), ya cerca de la Dacia.
95 Ver 17, 223.
96 Poema 25 . La estructura del epitalamio según MENANDRO (II 6 399, 11-405, 13) consta de un proemio centrado en la alabanza de la pareja o bien amplificando la descripción de la alcoba y del matrimonio, adornado de Afrodita o los Cupidos. Existe otro tipo de proemio más narrativo que cuenta cómo Dioniso se casó con Ariadna, o la boda de Peleo a la que asistieron todos los dioses y las Musas y cada uno llevó su regalo. A continuación del propio proemio, en una primera sección, el rétor aconseja un desarrollo temático sobre el matrimonio, diciendo que es una institución creada por Naturaleza inmediatamente después de dispersar el Caos. La segunda sección será el encomio de los contrayentes empezando por las familias de la pareja. Y sigue con los detalles de la alcoba, lugar donde termina el estudio del rétor de Laodicea.
97 ESTACIO , Silv . I 2; y CLAUDIANO , epithalamium de nuptiis Honorii Augusti . La hipótesis de R. GESOLMINO («L’epitalamio di Paolino di Nola per Giuliano e Titia. Carme 25», en Atti del Convegno… , págs. 213-230) de que Paulino conocía perfectamente la obra epitalámica de Claudiano (para la boda de Paladio y Celerina y la de Honorio y María), explica de manera coherente la estructura de este Poema 31 : es un epitalamio por la forma y un anti-epitalamio por el contenido.
98 En el epitalamio de ESTACIO (Silv . I 2) aparecen los tópicos de la bonanza del día, la impaciencia del novio, la corte de amorcillos y Venus, la belleza de la novia, las virtudes del novio, la casa, la ceremonia y los invitados.
99 GREEN , The poetry… , pág. 36.
100 H. CROUZEL , «L’epitalamio di San Paolino: il suo contenuto dottrinale», publicado en A. QUACQUERELLI (ed.) Atti del Convegno del XXXI Cinquentenario della morte di S. Paolino di Nola (431-1981) Roma, 1983 , págs. 143-148.
102 C. FAVEZ , «La consolatio chrétienne» Rev. Études Lat . 13 (1935), págs. 266-268, y S. PRETE , Paolino di Nola e l’Umanesimo Cristiano , Bolonia, 1964, (págs. 124-6).
103 HORACIO , Odas I 24.
104 PROPERCIO , 3, 18 y 4, 11.
105 OVIDIO , Amores 3, 9.
106 A US ., Conmemoración de los familiares (ver la traducción de ALVAR , Ausonio… , vol. I, págs. 219-245); Epitafios (ALVAR , Ausonio… , vol. I, págs. 279-300).
107 Por ejemplo Silv . V 1.
108 Este género literario encuadrado dentro del discurso político es poco conocido. Tenemos como ejemplos solamente un fragmento de Cicerón y una carta de Ausonio a su nieto, escrita instar protreptici (ver la traducción de ALVAR , Ausonio… , vol. 1, Conmemoración .. 11, pág. 232).
109 Poemas 22 , 24 y 32 . Green no incluye la segunda parte del Poema 24 dentro del protréptico y ni siquiera menciona la cuestión. El poema entero en su opinión es una muestra en verso del género epistolar. En cambio Walsh está convencido de que la mencionada segunda parte de la carta a Citerio habría que clasificarla dentro del género simboleútico o discurso político (ver la Introducción a The poems…) El Poema 32 no es objeto de estudio porque unánimente es considerado ajeno a la pluma de Paulino. Y en la Epístola a Licencio , amigo de Agustín, Paulino acude al protréptico para advertirle que no se deje seducir por los falsos placeres de la ciudad de Roma sino que haga caso a los consejos de su mentor espiritual.
110 AUSONIO , Epist . 19, 1-15.
111 Ver el art. de R. BROWNING en E. J. KENNEY , W. CLAUSEN (edd.), Historia de la literatura clásica , Madrid, 1989, vol. II, págs. 776-777.
112 Ver GREEN , The poetry… , págs. 96-106. Sobre un total de 199 oraciones subordinadas, 57 son de segundo nivel (17 de tercer nivel) en Paulino; en Ausonio sobre 132, hay sólo 8 de segundo nivel (sólo una de tercer nivel) y en Virgilio, sobre 158 subordinadas, únicamente 7 son de segundo nivel (y ninguna de tercer nivel).
113 GOLDSCHMIDT (Paulinus’ Churches… , pág. 129) cita una serie de ejemplos de los Poemas 27 y 28 (27, vv. 367-368, 372-374; 379-381; 462463; 489-490; 512-513; 526-528; 561-562; 600-601; 28, vv. 18-19; 38-39; 41-42; 159-160; 214-217; 276-278), que se multiplican a lo largo de toda la obra pauliniana. Y la misma peculiaridad de estilo está presente en Prudencio (Goldschmidt apoya su afirmación en J. STAM , Prudentius’ Hamartigenia , diss. Leiden, 1940, pág. 142).
114 Ver GREEN , ibidem . Citaremos sólo algunos de los muchos casos: oxímoro: 18, 347; 19, 454; 23, 77; 28, 2; políptoto: 18, 461 (praesens praesentibus); aliteración: 24, 396, terit terentem tramitem , asonancia: 15, 336 (reficit reuehitque refotum); homeoteleuto: 22, 153 (dicta uel acta) .
115 J. T. LIENHARD , «Paulinus of Nola in the Literary Tradition» en Paradosis: Studies in Memory of Edwin A. Quain , (1976), pág. 45. Lienhard hace un recorrido por todos los escritores antiguos y medievales que se hacen eco de la vida o de la obra de Paulino. La verdad es que añade poco a lo recogido en los Prolegomena, S. Paulini elogia , del tomo 61 de la PL de MIGNE .
116 JERÓNIMO (Epíst . 58, 8): «Tu estilo es brillante y, como luce con la pureza de Tulio, también abunda en ideas». Y también Epíst , 85, 1 dice: «en tu tarabajo epistolar estás a la altura de Tulio».
117 Hemos trasladado casi literalmente las palabras del sabio francés en Naissance de la poésie dans l’Occident chrétienne (1981), pág. 176.
118 GREEN The poetry of… , págs. 128-9. Como dice A. ENCUENTRA El hexámetro… , pág. 35, Paulino, junto con Ausonio y Prudencio, muestra una gran admiración por lo arcaico que se refleja en la métrica, especialmente en la construcción arcaizante de la claúsula del hexámetro.
119 Ver A. ENCUENTRA , El hexámetro… , pág. 81, tabla 1.
120 Ver A. ENCUENTRA , El hexámetro… , pág. 407.
121 Con unos datos muy parecidos a los de Prudencio (A. ENCUENTRA , El hexámetro… , págs. 191-194.
122 GREEN The poetry of … , págs. 107-127.
123 Para las fuentes de Paulino, ver el utilísimo apéndice incluido en las páginas finales de la edición de HARTEL , así como el capítulo que le dedica el tantas veces citado GREEN , The poetry of… , cap. III, págs. 40-60.
124 Ver GREEN , The poetry of … , págs. 41-60.
125 Cf. D. R. SCHACKLETON BAILEY , «Echoes of Propertius», Mnemosyne (1952) págs. 329-333. Este aspecto lo señala también A. RAMÍRE DE VERGER en su traducción del poeta de Asís, Propercio. Elegías , BCG 131, Madrid, Gredos, 1989, pág. 46.
126 Ver A. ENCUENTRA , El hexámetro… , págs. 435-438.
127 Cf. J. MARTÍNEZ GÁZQUEZ ., «Paulino de Nola …», págs. 27-33.
128 Ver la nota 9.
132 G. SANTANIELLO , «Nola e Primuliacum: due centri di esperienza monastica in Occidente», en A. RUGGIERO , H. CROUZHL , G. SANTANIELLO , Paolino di Nola. Momenti della sua vita e delle sue opere , Nola, 1983, pág. 139.
133 Una leyenda local sostiene que Paulino de Nola y Ambrosio fundaron ermitas en la actual provincia de Cádiz en un supuesto viaje de África a Hispania. Serían la ermita de Paulino en la Ermita de la Oliva de Vejer, la Ermita de Ambrosio en Barbate y la de los Santos Mártires en Medina Sidonia. Es más más verosímil, sin embargo, que esas dos iglesias las fundaran dos discípulos de Paulino, llamados Paulino y Ambrosio. En cuanto a Medina Sidonia, sólo quedan hoy restos de la que fue iglesia de los Santos Mártires. Lo que parece fuera de duda es que las comunidades cristianas de esta zona, de una u otra manera, estaban vinculadas con Paulino de Nola (cf. E. J. VEGA y F. A. GARCÍA ROMERO . Origen e historia del antiguo Obispado Asidonense , Jerez de la Frontera, 1977, págs. 50-52).
134 AUSONIO , Epíst . 20, 5 en la traducción de ALVAR .
135 AGUSTÍN , Epíst . 26, 5 (ad Licentium) , en mi traducción.
136 Cap. 25, 6 : «¡Cuánta gravedad y dignidad en sus palabras y su conversación! ¡Qué activo, qué eficaz, qué práctico y preparado, qué listo era para resolver las cuestiones de las Escrituras!».
137 Poema 9 , v. 304. No obstante LIENHARD («Paulinus of Nola in the literary…», pág. 40, nota 37) no admite del todo que el Paulino que cita aquí Sidonio sea Paulino de Nola. Pero, en cambio, sí es nuestro Paulino al que se refiere SIDONIO en Epíst . 4, 3, 7 (MGH AA 8, 55, 29).
138 Ver S. COSTANZA , «Rapporti letterari tra Paolino e Prudenzio», en QUACUERELLI , Atti del… , pág. 62; A. ENCUENTRA , «Christianorum Flaccus: estructura y significado del prólogo y el epílogo de Prudencio», Actas del X Congreso Español de Estudios Clásicos, vol. II (2001) págs. 347356.
139 JULIANO POMERIO (finales del siglo V ), De vita contemplativa (PL 59, 453 B-C). Los historiadores que mencionan a Paulino están recogidos en LIENHARD , «Paulinus of Nola in the literary…» pág. 38-41: Uranio, Gennadio, la Crónica Gala del año 452 , Idacio y Paulo Diácono. Entre los escritores hagiográficos contemporáneos del propio Paulino, lo mencionan Jerónimo, Agustín, Sulpicio Severo y Eutropio (Epistula de contemnenda hereditate) .
140 Monumenta Germaniae Historica, SRM I 557-559. Gregorio de Tours menciona explícitamente a Paulino y su vita está elaborada sobre los Poemas 15 , 16 , 18 y 23 de PAULINO .
141 PL 94, 789-798.
142 Vida de San Martín II (PL 88, col. 380A).
143 U. ECO , El nombre de la rosa , Segundo día. Tercia (pág. 162 de la edición española de Editorial Lumen, Barcelona 1982). En una conversación fundamental en torno a la licitud teológica de la risa entre su denostador, el monje español Jorge, y el investigador fray Guillermo, aquel cita a Paulino como autoridad en contra de lo jocoso, aunque no dice en qué lugar de la obra se manifiesta así nuestro autor.
144 En la clasificación y ordenación de todos los códices soy deudor del prefacio de la edición de Hartel donde, además, pueden encontrarse las referencias bibliográficas de las descripciones de estas obras.
145 Reeditada en Viena por M. KAMPNER (1999).
146 Ver J. ZECHMEISTER , «Kritische Beiträge zu Paulinus von Nola» (Wiener Studien 1 [1879], reimp. 1962, págs. 98-146).
147 Cf. más adelante el capítulo Bibliografía .
148 P. G. WALSH , Poems of St. Paulinus of Nola (ACW 40), Nueva York, 1975.
149 A. MENCUCCI , I Carmi. I classici cristiani , Siena, 1970.
150 A. RUGGIERO A. I Carmi di Paolino vol. I y II , Nápoles-Roma, 1996.
151 A. V. NAZZARO , «La parafrasi salmica di Paolino di Nola», incluido en su Nola crocevia dello spirito Nola, 1982, págs. 93-119. Traducción al italiano de los poemas 7, 8 y 9.
152 R. C. GOLDSCHMIDT , Paulinus’ Churches at Nola: Texts, Translations and Commentary , Ámsterdan, 1940. Comentario y traducción al inglés de los poemas. XXVII y XXVIII
153 S. PRAMPOLINI , Historia universal de la literatura (rev. por A. MILLARES ), Buenos Aires, 1940, vol. III pág. 87.