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¿Quiénes eran los nórdicos?

Antes de que nos lancemos a explorar una selección de los mitos y leyendas nórdicos, nos será útil tratar de entender un poco lo que subyace bajo el término «nórdicos». ¿Dónde y cuándo vivieron?, y ¿hasta dónde se extendió geográficamente su influencia?

El término «nórdico» suele aplicarse a los distintos pueblos de Escandinavia que hablaban el antiguo idioma nórdico entre los siglos viii y xiii a.C. Aunque hubiese dialectos orientales y occidentales, en general se entenderían unos a otros dentro de las zonas en las que se empleaba. Una tercera forma distinta se hablaba en la isla de Gotland.

El nórdico antiguo evolucionó hacia los modernos idiomas danés, feroés, islandés, noruego y sueco. Además, existieron los lenguajes nórdicos de las islas Orcadas y Shetland, ya extintos. Fue, en esencia, el idioma de los vikingos. En consecuencia, este libro trata sobre todo acerca de los mitos y leyendas de los vikingos.

Los vikingos y hasta dónde llegaron sus asentamientos

El término «vikingo» es en sí mismo motivo de controversia. En su momento, describía más lo que hacían (incursionar, piratear, merodear) que lo que erani. El antiguo verbo, en islandés antiguo, para «desplazarse y virar» era vikya, y tal vocablo en nórdico antiguo podría haber designado a los «hombres de mar lejos de casa». Fuentes escritas en nórdico antiguo de Escandinavia designan como vikingr a un incursor pirata, y a una expedición de ese tipo como un vikingii. En origen, no tenía un significado étnico, pero es lo que implica en la actualidad. En consecuencia, a día de hoy empleamos el término «vikingo» para describir a los escandinavos de la llamada «Era Vikinga». Y es en tal sentido como lo usaremos en este libro.

La Era Vikinga duró desde finales del siglo viii hasta el 1100, aproximadamente. Fue ese el lapso de tiempo en el que las gentes de Escandinavia atacaron primero y se asentaron después en una amplia extensión territorial que iba desde Rusia, por el este, hasta Groenlandia y la costa de Norteamérica, por el oeste. Atacaron a ambos lados del canal de la Mancha y se establecieron en Normandía, y en el este y el norte de Inglaterra, así como en las islas orientales y norteñas de Escocia, y crearon un reino vikingo en Dublín. Fueron esos pueblos los que colonizaron Islandia, las islas Feroes y partes de Groenlandia. Ataques más lejanos llegaron incluso hasta España y al interior del Mediterráneo.

A partir del siglo x vemos surgir reinos en Dinamarca, Noruega y por último en Suecia, pero la construcción nacional llevó su tiempo y las fronteras se mantuvieron fluidas y cambiantes durante muchas generaciones. Por tal razón, cuando empleamos los términos «Dinamarca», «Noruega» y «Suecia» es para describir difusas unidades políticas tempranas y no a los distintos estados-nación que conocemos ahora.

En lo que respecta a Norteamérica, las sagas nos hablan de la exploración de una región llamada «Vinlandia», aunque hay cierto debate sobre si las referencias a vinber (granos de vino) indican la presencia de uvas silvestres o si se trata de otra planta. El nombre «Vinlandia» se consigna por primera vez en los escritos de un cronista medieval alemán llamado Adam de Bremen, en su Descripción de las islas del Norte (escrito hacia el 1075), en la forma alemana de Winland. Dio a entender que eso hacía referencia al «vino» y por tanto a las «uvas». Este nombre aparece luego en el siglo xiii en La Saga de los islandeses. Que se emplee ahí sugiere que lo que tenían en mente era vínber, un término que designa tanto a uvas como grosellas y quizá también a los arándanos. Además, se ha sugerido que el término vínviður (vides) que aparece en La Saga de los groenlandeses debiera ser en realidad viður (madera), en cuyo caso vínber no tendría necesariamente que referirse a uvas, sino más bien a bayas de árbolesiii.

Esto deja la duda abierta sobre si los escritos nórdicos del siglo xiii se refieren a uvas salvajes (las plantas productoras de vino del más temprano escrito de Adam de Bremen) o a alguna baya salvaje que podría fermentarse para obtener vino. Es importante, porque puede ayudar a explicar cuán lejos hacia el sur, navegando por la costa oriental de América del Norte, llegaron con exactitud los exploradores del siglo xi. Desde luego, no encontraron uvas salvajes creciendo en L’Anse aux Meadows, en Terranova, que es en la actualidad el único emplazamiento arqueológicamente probado de los nórdicos en el continente norteamericanoiv. Por eso queda claro que L’Anse aux Meadows no fue Vinlandia. Sin embargo, ese lugar contenía pistas que apuntaban a exploraciones más hacia el sur llevadas a cabo por los colonos nórdicos cuyas casas se descubrieron allí. Tales pistas eran las butternuts (o nueces blancas) encontradas en el lugar. Dado que estas proceden del oriente de los Estados Unidos y el sureste de Canadá, sugieren que Vinlandia pudo haber estado tan al sur como el río San Lorenzo y partes de New Brunswick, dado que tales son las fronteras norte para las butternuts y las uvas silvestres.

Hay otra posible referencia literaria a Vinlandia en forma de una línea de la piedra rúnica Hønen de Norderhov, en Noruega (hoy por desgracia perdida). La línea en cuestión contiene una inscripción en nórdico antiguo: Vínlandi á ísa (de Vinlandia sobre hielo). Sin embargo, puede interpretarse mejor como Vindkalda á ísa (sobre el hielo del viento gélido)v. Sea como sea, nos da una referencia geográfica sobre la ubicación real de la Vinlandia que se menciona en las sagas del siglo xiii. Lo que parece claro, sin embargo, es que otras pruebas de la actividad de nórdicos en América del Norte son falsificaciones o se basan en objetos (por ejemplo, monedas) que llegaron a Norteamérica mucho después de la Era Vikinga y que no nos dicen nada sobre los lugares que visitaron los verdaderos exploradores nórdicos, siglos antes. Al parecer, en tiempos posteriores, algunos colonos de origen escandinavo (por ejemplo, los de Minnesota) estaban tan ansiosos de proclamar sus raíces «y de celebrar sus antiguas conexiones medievales con su nuevo hogar» que fabricaron pruebas para que dieran fe de ello. La piedra rúnica de Kensington, en Minnesota, entra dentro de esa categoría. Sin embargo, podemos suponer que, en el futuro, aparecerán verdaderas pruebas sobre los asentamientos nórdicos en la costa este y que tal cosa se añadirá a las notables evidencias ya reunidas en L’Anse aux Meadows.

El material en la mitología nórdica:
la literatura

La mayor parte de lo que conocemos sobre los mitos nórdicos procede de dos fuentes medievales tardías: la Edda Prosaica y la Edda Poética, ambas del siglo xiiivi. El término Edda puede proceder tanto de la palabra nórdica antigua óðr (poesía) como del nombre de un personaje que aparece en uno de los poemas de la Edda Poética, o del latín edo (yo compongo). Que dé título a estas dos recopilaciones se debe a la terminología empleada por eruditos posteriores. Estas dos fuentes nos suministran casi todo lo que sabemos sobre mitología nórdica. Las pistas que se encuentran en la poesía escáldica, y las sagas y la toponimia, se pueden también cotejar y comparar con los testimonios de las Eddas. En cuanto a las leyendas nórdicas, dependemos de las sagas, que de nuevo son sobre todo del siglo xiii islandés.

La Edda Prosaica (también conocida como Snorra Edda o Joven Edda) se considera escrita por Snorri Sturluson, un caudillo islandés de los primeros años del siglo xiii. Snorri es también el autor de Heimskingla (Círculo del Mundo), que es una recopilación de sagas sobre los reyes noruegos. Tales sagas contienen gran cantidad de poesía escáldica —sobre todo poesía laudatoria escáldica— y son una fuente primaria para este tipo de poesía. La poesía escáldica es una de las dos principales formas de poesía en nórdico antiguo y es una fórmula poética de lo más complicada que, por lo general, se reserva para poemas históricos o laudatorios. Al revés que otras formas poéticas de este periodo, el verso escáldico se puede atribuir con facilidad a poetas o escaldas determinados. La poesía escáldica hace un gran uso de kennings, que son herramientas poéticas en las que las figuras literarias se emplean en lugar de vocablos concretos. Tales figuras literarias a menudo contienen referencias al mundo mitológico nórdico. Snorri también hace alusión a gran cantidad de kennings y explica sus orígenes en su Edda.

La Edda Prosaica fue escrita en islandés. Resulta poco habitual que los tratados medievales poéticos se redactasen en lengua vernácula, y también las propias poesías fueron escritas en tal idioma. Han sobrevivido siete manuscritos. De ellos, seis son de la Edad Media y el séptimo está datado hacia el año 1600. Ninguno de esos manuscritos es igual al resto; todos tienen diferentes variaciones y todos están incompletos en mayor o menor medida. Los cuatro manuscritos principales son Codex Upsaliensis, Codex Regius, Codex Wormianus y Codex Trajectinus.

Los tres primeros se compusieron en el siglo xiv. El Codex Upsaliensis es el más antiguo de los textos supervivientes y se escribió a comienzos de ese siglo. El manuscrito contiene la única referencia al título de la primera parte de la Edda Prosaica, Gylfaginning (El engaño de Gylfi), en nórdico antiguo, que encontraremos más tarde cuando exploremos los mitos. También es un texto ilustrado. El Codex Regius es un poco más tardío y se escribió en la primera mitad del siglo xiv. Es el más completo de los cuatro manuscritos y parece ser el más fiel al original. Por esa razón se emplea como base para la mayor parte de las ediciones y traducciones de la Edda Prosaica. El Codex Wormianus se escribió a mediados del siglo xiv. Contiene algunas partes de poesía, incluido el Primer tratado gramatical, que es un trabajo del siglo xii sobre la fonología del nórdico antiguo, y la Lista de Rig, que es un poema éddico. El Codex Trajectinus del siglo xvi es el último manuscrito y es una copia de otro anterior del siglo xiii.

La Edda Poética es una recopilación de poemas en nórdico antiguo que se centran en la mitología nórdica y el mundo heroico germánico. Son todos poemas éddicos, la segunda de las formas principales de poesía en nórdico antiguo. La mayoría de los poemas éddicos están contenidos en el Codex Regius y muchos de los poemas incluidos solo se encuentran ahí. La Edda Prosaica cita algunos de ellos —como por ejemplo la Profecía de la vidente—, pero son solo fragmentos, no recoge poemas íntegros. Aunque el manuscrito no se escribió hasta 1270 en Islandia, es comúnmente aceptado que recoge poemas previos a la conversión al cristianismo. Sin embargo, son difíciles de fechar, sobre todo en relación unos con otros. Incluso es difícil asegurar dónde se redactaron originalmentevii.

Otra importante fuente poética en nórdico antiguo es el manuscrito AM 748I 4toviii, que es un texto sobre pergamino del siglo xiv que contiene una serie de poemas entre los que está el Sueño de Baldr. Además, también contiene los otros poemas que se hallan en el Codex Regius.

Por último, una rica fuente de literatura en nórdico antiguo son las sagasix. Las sagas nórdicas, por lo general, se clasifican mediante títulos que indican su contenido temático: Sagas de los reyes, Sagas de islandeses, Cuentos cortos de islandeses, Sagas contemporáneas, Sagas legendarias, Sagas caballerescas, Sagas de los santos y Sagas de los obispos. Se escribieron en Islandia, casi todas en prosa, aunque algunas contienen poesía escáldica y éddica en el propio texto. Dejando de un lado las Sagas legendarias, como es el caso de la Saga de los Volsungs, son a menudo realistas e inspiradas, aunque sea de forma lejana, en personas reales que vivieron en Islandia. Relatan historias sobre la migración a Islandia, los primeros viajes e incursiones vikingas y las venganzas de sangre y litigios en Islandia. Los protagonistas de estas historias son a menudo retratados de forma muy humana y, a pesar de las situaciones extremas en las que se encuentran, cercanos. Como ya veremos, incluyen algún material legendario que aparecerá más tarde en este libro.

El material de la mitología nórdica:
la arqueología

La arqueología se puede usar para comparar los restos de las tumbas, tallas e instrumentos de la Era Vikinga con la imagen que recibimos de las creencias nórdicas a partir de testimonios escritos posteriores. Así, encontramos martillos de Thor usados como colgantes en toda Escandinavia y Gran Bretañax; pájaros que acompañan a un guerrero montado (¿Odín y sus cuervos?) en cascos decorados de estilo Vendel y desenterrados en Sueciaxi; un amuleto con forma de mujer que porta un cuerno de beber (¿una valquiria?) de Öland, Sueciaxii; un guerrero luchando contra dos osos en una placa de bronce de Torslunda, Suecia, que también podría mostrar híbridos de humano y animalxiii; una talla del caballo de ocho patas de Odín, Sleipnir, procedente de Gotlandxiv; tenemos enterramientos de barcos de personajes notables en Noruega, Suecia y las islas Británicas; y se han encontrado sacrificios de animales y, ocasionalmente, de seres humanos. Todos estos temas recurrentes se encuentran en mitos escritos posteriores y corroboran algo de lo que estos revelan sobre las creencias nórdicas de la Era Vikinga.

De igual forma, las piedras rúnicas de Dinamarca, Suecia y Noruega revelan creencias gracias a las imágenes impresas en ellas, así como a los breves mensajes tallados en las mismas. Runas que nos revelan creencias religiosas y mágicas se han encontrado sobre huesos, armas y otros artículos. A partir de ahí, podemos comparar los nombres de dioses y prácticas religiosas con los conceptos registrados en la literatura. No obstante, aunque evidencian con claridad la existencia de creencias comunes a lo largo de una amplia área cultural nórdica, no deberíamos esperar uniformidad, ya que las creencias no estaban codificadas ni vigiladas por ninguna jerarquía religiosa común.

Otras pistas supervivientes

Originalmente, los primeros pobladores anglosajones adoraban a dioses similares a otros de grupos germánicos del noroeste y escandinavos, por lo que tales creencias religiosas, ya fuera de los terruños escandinavos, se pueden rastrear y comparar. Aunque los nombres varían ligeramente (los que en nórdico antiguo son Odín y Thor aparecen en inglés antiguo como Woden y Thunor), se asume de manera general que las creencias eran similares en todo el mundo nórdico; aunque debe admitirse que lo que sabemos de las creencias paganas anglosajonas es poco. Sin embargo, aspectos de esas creencias norteñas se pueden identificar incluso fuera de Escandinavia: desde los vocablos ingleses para thunder y thursday1 (ya que ambos contienen la variante inglesa antigua del vocablo nórdico antiguo Thor), y wednesday2 (que significa el día de Woden/Odín) a nombres de lugares que dan fe de la adoración a esas deidades escandinavas en Inglaterra, como por ejemplo el nombre de Wandsdyke (muro de Woden/Odín) en Wiltshire, y los múltiples Grim’s Ditches (que se forma a partir de la palabra grima, «El enmascarado», que es otro nombre para Woden/Odín).

En el siglo ix, los vikingos invasores reintrodujeron sus variantes de estos dioses en Inglaterra y otros lugares, hasta que se convirtieron ellos mismos más tarde al cristianismo. En consecuencia, hay escenas que ilustran la lucha de Odín con el lobo en el Ragnarok (el fin del mundo) talladas en una cruz procedente de Kirk Andreas, en la isla de Man. Thor pescando a la serpiente Midgard está tallado en una cruz plantada en Gosforth, Cumbria, que también parece estar decorada con una valquiria. Se puede ver a Regin forjando la espada de Sigurd y a Sigurd asando el corazón del dragón en una cruz de piedra de Halton, Lancashirexv. Las fuentes escritas anglosajonas también hacen referencia a los estandartes con el cuervo, que representan a los compañeros de Odín, y que igualmente aparecen en los mitos vikingos, y eran usados por los ejércitos de estosxvi.

Durante la diáspora vikinga, de Suecia a Islandia, los nombres de los dioses y las diosas nórdicos —así como las referencias a elfos, enanos y dragones— hacen acto de presencia en esos territorios. Eso revela cómo tales creencias marcaron las perspectivas y los «mapas mentales» de las comunidades granjeras, y se pueden comparar con la documentación para formarnos una imagen más consistente de las creencias durante la Era Vikinga.

Sin embargo, es a partir de la tradición escrita —la mayor parte de ella procedente de la Islandia del siglo xiii— de donde obtenemos los detalles tocantes a esos mitos tempranos. Volver a contar tales historias es el propósito de este libro.


1 Trueno y jueves. (N. del t.).

2 Miércoles. (N. del t.).