SIGLOS XIV - XV

Desde el primer tercio del siglo XIV hasta la mitad del siglo XV, la Guerra de los Cien Años acarreó tensiones sociales e inestabilidad a lo largo de toda Europa, considerándose uno de los acontecimientos más importantes e influyentes de la época. A pesar de la existencia de este conflicto, las familias más poderosas participarían en el desarrollo del comercio internacional dando lugar, gracias al intercambio entre las diferentes cortes, al nacimiento de la corriente artística conocida como gótico internacional. Los artistas, que viajaban de corte en corte, dejarían atrás sus métodos, estilos y técnicas para entregarse a la búsqueda de lo sutil y refinado.

La ilustración de manuscritos fue una de las prácticas dominantes durante esta época y, como símbolo de la finura que se buscaba y se alababa, constituye asimismo un gran paso para la historia de la acuarela. Los artistas disolvían la tinta de color en agua y la aplicaban sobre vitela con cuidadosas pinceladas. Si bien los dibujos del Salterio de la reina María (imágenes 1 y 6), realizados hacia el año 1320, resultan poco realistas, las miniaturas del libro de horas Las muy ricas horas del Duque de Berry de los hermanos Limbourg (c. 1385-1416) rebosan detalles y, aunque puedan parecer un poco simples, muestran el deseo de los artistas de representar la vida cotidiana. En el caso del cuadro Mayo (imagen 7), se muestra el tradicional desfile del Primero de Mayo, donde las figuras, los edificios del fondo y la imagen astrológica han sido realizados con gran precisión. Además, esta fue también la primera vez que se realizaban miniaturas a página completa, emprendiendo el camino hacia la emancipación de la acuarela. Más tarde, Barthélemy d’Eyck (en activo 1444-1469) terminaría la obra de los hermanos Limbourg Las muy ricas horas del Duque de Berry, antes de empezar a trabajar para Renato I de Nápoles (1409-1480) e ilustrar para el monarca el Libro de torneo (imagen 29). Sus miniaturas eran diseños con tinta resaltados con la técnica de la aguada para jugar con los claroscuros, acercándose con estos métodos a la acuarela moderna.

A lo largo del siglo XV, el arte del norte conservará la huella del estilo gótico internacional, perfeccionándolo mediante la reproducción del efecto de los materiales, la naturaleza y las flores. Martin Schongauer (1450/1453-1491), con su Estudio de peonías (imagen 32), presentó uno de los primeros estudios botánicos, con plantas dibujadas desde distintos ángulos, en flor o aún sin florecer. Gracias al empleo del lavado el pintor obtuvo una coloración sutil y, con la técnica de la aguada, resaltó los detalles del dibujo. Schongauer se convirtió así en uno de los pioneros del estudio botánico con acuarela, una disciplina que se desarrollará en el siguiente siglo.

Simultáneamente en Italia surgían nuevas cuestiones. La familia Medici adquirió un rol fundamental en el desarrollo del arte; Cosme el Viejo (1389-1464), y más tarde Lorenzo el Magnífico (1449-1492), fueron importantes mecenas que apoyaron a artistas como Sandro Botticelli (1445-1510), Filippino Lippi (1457-1504) o Leonardo da Vinci (1452-1519). Durante este período de tiempo, Florencia se convirtió en la capital del Renacimiento temprano, y fue una época que estuvo marcada por diversas innovaciones, sobre todo en el terreno del arte con el descubrimiento de los principios de la perspectiva por parte de Filippo Brunelleschi (1377-1446). Este descubrimiento fue una auténtica revolución: hizo posible crear una ilusión óptica en las pinturas de dos dimensiones, en las que ahora se podía conseguir un efecto tridimensional.

Asimismo, aparecen nuevos proyectos en el plano intelectual con el nacimiento del movimiento humanista. Los artistas italianos se empezarán a interesar tanto por la naturaleza como por las personas y comenzarán ensalzar la belleza de los cuerpos, la gracia de los trazos y la armonía de las formas. El arte se emancipará: ya no solo será apreciado bajo criterios religiosos, sino que buscará reflejar la realidad. Para intentar comprender mejor la naturaleza que les rodea, los artistas desarrollarían el arte del esbozo, permitiéndoles trabajar diferentes perspectivas de un mismo objeto. Es a partir de aquí cuando algunos pintores empezarán a usar pigmentos de color mezclados con agua para mejorar sus dibujos y acercarse más a la realidad. En el caso del dibujo de Botticelli representando a Palas Atenea (imagen 27) podemos ver la voluntad humanista del artista, que trata de captar los movimientos naturales del cuerpo a partir del desdoblamiento de la cabeza de la joven.

Gracias a la creciente riqueza del comercio y a las nuevas tendencias intelectuales, se produjo una renovación de los materiales artísticos existentes; es en esta época cuando los pintores empiezan a abandonar la pintura a base de huevo y a decantarse por la pintura al óleo. Si bien esta técnica se había usado durante varios siglos, no será hasta el siglo XV cuando se expanda, primero por el norte y más tarde por el sur. La pintura al óleo gozó de gran éxito y, hasta el día de hoy, es una de las técnicas artísticas preferidas. En cuanto a la técnica de la acuarela, aún se encontraba en sus primeros días; su historia apenas había comenzado.

2. Pisanello (Antonio Pisano), c. 1395-1455, italiano. Abejaruco europeo, posado sobre un tallo en flor; esbozo de las patas del pájaro, fecha desconocida. Acuarela, pluma y tinta marrón, resaltos en blanco, punta de metal, pluma (para el tallo en flor), 11,4 x 17,5 cm. Musée du Louvre, París. Renacimiento temprano.

3. Pisanello (Antonio Pisano), c. 1395-1455, italiano. Dos estudios de un gamo, de perfil y hacia la izquierda, fecha desconocida. Punta de metal, la cabeza del gamo con acabado en acuarela, 20,3 x 25,5 cm. Musée du Louvre, París. Renacimiento temprano.

4. Giovannino de’ Grassi, c. 1350-1389, italiano. Dos muchachas tocando música, 1380-1398. Pluma, tinta y acuarela sobre pergamino, 26 x 19 cm. Civica Biblioteca Angelo Mai, Bérgamo. Gótico internacional.

5. Giovannino de’ Grassi, c. 1350-1398, italiano. León comiéndose a un ciervo, 1380-1398. Tinta, sombras plateadas, témpera blanca y acuarela sobre pergamino, 26 x 19 cm. Civica Biblioteca Angelo Mai, Bérgamo. Gótico internacional.

6. Maestro de la reina María, inglés. Escena de caza, sacado del Salterio de la reina María, c. 1310-1320. Tinta sobre pergamino. British Library, Londres. Baja Edad Media.

7. Paul, Johan y Herman Limbourg, c. 1385-1416, neerlandeses. Mayo, sacado de Las muy ricas horas del Duque de Berry, 1410-1416. Manuscrito iluminado, 22,5 x 13,6 cm. Musée Condé, Chantilly. Gótico internacional.

8. Paul, Johan y Herman Limbourg, c. 1385-1416, neerlandeses. Miniatura acompañando la oración antes de partir, sacado de Las muy ricas horas del Duque de Berry, 1410-1416. Manuscrito ilustrado, 21,5 x 14,5 cm. Musée Condé, Chantilly. Gótico internacional.

9. Paul, Johan y Herman Limbourg, c. 1385-1416, neerlandeses. La tentación de Cristo (mostrando el castillo de Méhun-sur-Yèvre), sacado de Las muy ricas horas del Duque de Berry, 1410-1416. Manuscrito ilustrado, 29 x 21 cm. Musée Condé, Chantilly. Gótico internacional.

10. Paul, Johan y Herman Limbourg, c. 1385-1416, neerlandeses. La expulsión del Paraíso, sacado de Las muy ricas horas del Duque de Berry, 1410-1416. Manuscrito ilustrado, 29 x 21 cm. Musée Condé, Chantilly. Gótico internacional.

HERMANOS LIMBOURG

(NIMEGA, C. 1380-1416)

Paul, Johan y Herman Limbourg fueron tres hermanos nacidos en una familia dedicada a la fabricación de blasones. Vivieron con su tío en París, el famoso Jean Malouel, entonces pintor de la corte francesa y borgoñona. Tras trabajar como aprendices en la orfebrería, encontraron trabajo como ilustradores de libros para Felipe II de Francia. En 1404, fueron enviados al servicio de Juan de Valois, duque de Berry, quien les encargó las ilustraciones de Las muy ricas horas del Duque de Berry, el libro de horas que les proporcionaría un gran prestigio. Estas ilustraciones estaban compuestas por 158 miniaturas en 206 folios de papel vitela, entre las que destaca el calendario que representa la vida en la corte. Los hermanos Limbourg escogieron colores de pigmentos de piedras preciosas, como el lapislázuli o el bermellón y, gracias al uso magistral de estos, es considerada una obra maestra. Sin embargo, resulta difícil determinar cómo se distribuyeron el trabajo los hermanos: ¿trabajaron juntos y pintaron entre todos las miniaturas, o trabajó cada uno en una distinta? Se cree que tanto el Duque como los tres hermanos murieron en el mismo año, 1416, a causa de la peste. Debido a su repentina muerte, Las muy ricas horas del Duque de Berry quedó inacabado, y fue Barthélemy d’Eyck quien terminaría más tarde estas miniaturas.

11. Anónimo, italiano. El naufragio de los hermanos Petrus, captura y audiencia frente al gobernante musulmán, 1417. Pluma y lavado sobre pergamino, 30,2 x 13,8 cm. Houghton Library, Havard University, Cambridge (Massachusetts). Gótico tardío.

12. Anónimo, italiano. El dominico, Petrus de Cruce, encontrándose con el Demonio de las serpientes, 1417. Pluma y lavado sobre pergamino, 24,1 x 13,4 cm. Albright-Knox Art Gallery, Buffalo. Gótico tardío.

13. Barthélemy d’Eyck, en activo 1440-1470, flamenco. Luis II de Nápoles, c. 1456-1465. Dibujo con pluma y acuarela, 30,7 x 21,5 cm. Bibliothèque nationale de France, París. Renacimiento nórdico.

BARTHÉLEMY D’EYCK

(PRINCIPADO DE LIEJA, EN ACTIVO 1440-1470)

Existe poca documentación que permita reconstruir la vida de Barthélemy d’Eyck. Se cree que en la década de 1430 recibió formación en pintura cerca del lugar de trabajo de los hermanos Jan y Hubert van Eyck. Participó en la ilustración de las páginas de Las muy bellas horas de Nuestra Señora y, a partir de un encuentro en 1435 con el rey Renato de Nápoles en Dijon, comenzaría a ser el pintor de la corte. Más tarde, Renato de Nápoles financió talleres para el artista en sus distintas residencias. Como neerlandés, su estilo se asemeja al de los antiguos pintores flamencos, y estará asimismo muy influido por el arte de Robert Campin, quien anticipó el Renacimiento flamenco con su estilo realista. Las obras de Barthélemy d’Eyck muestran un gran dominio del espacio y de la representación del movimiento, lo que se puede percibir en los dibujos a pluma resaltados con lavado que esbozó para el Libro de torneo (Le Livre des tournois), escrito por Renato I de Nápoles, y que perfeccionó con tinta china.

14. Anónimo, austriaco. Comiendo el cordero sacrificado, c. 1420-1430. Lápiz y tinta con acuarela, 10,5 x 8,5 cm. National Gallery of Art, Washington, D.C. Gótico tardío.

15. Anónimo, austriaco. Una mujer suspende a un hombre de una torre, c. 1420-1430. Lápiz y tinta con acuarela, 10,8 x 8,4 cm. National Gallery of Art, Washington, D.C. Gótico tardío.

16. Anónimo, austriaco. Dios el Padre, tres figuras y el cordero sacrificado, c. 1420-1430. Lápiz y tinta sobre acuarela, 12,7 x 8,4 cm. National Gallery of Art, Washington, D.C. Gótico tardío.

17. Anónimo, austriaco. Lapidación, c. 1420-1430. Lápiz y tinta con acuarela, 7,5 x 9,2 cm. National Gallery of Art, Washington, D.C. Gótico tardío.

18. Anónimo, austriaco. Anciano sentado y soldado de pie, c. 1420-1430. Lápiz y tinta con acuarela, 6,8 x 8,5 cm. National Gallery of Art, Washington, D.C. Gótico tardío.

19. Anónimo, alemán. El planeta Júpiter representado por un obispo a caballo, posterior a 1464. Acuarela y tinta sobre papel, 30,6 x 22,1 cm. J. Paul Getty Museum, Los Ángeles.

20. Anónimo, alemán. Venus montando un ciervo, posterior a 1464. Acuarela y tinta sobre papel, 30,6 x 22,1 cm. J. Paul Getty Museum, Los Ángeles.

21. Barthélemy d’Eyck, en activo 1440-1470, flamenco. Siete personajes célebres de la historia antigua, c. 1442. Pluma y tinta marrón, acuarela y sombras blancas sobre papel vitela, 31,4 x 20,1 cm. National Gallery of Art, Washington, D.C. Renacimiento nórdico.

22. Barthélemy d’Eyck, en activo 1440-1470, flamenco. Hombres y mujeres célebres de la antigüedad clásica y bíblica, década de 1450. Pluma y tinta marrón, pincel y acuarela en varias tonalidades, trazos de pintura dorada, 31 x 20 cm. The Metropolitan Museum of Art, Nueva York. Renacimiento nórdico.

23. Pisanello (Antonio Pisano), c. 1395-1455, italiano. Un caballero y una dama con vestimenta de la corte, c. 1433-1438. Punta de plata y acuarela, 27,2 x 19,3 cm. Musée Condé, Chantilly. Renacimiento temprano.

PISANELLO

(ANTONIO DI PUCCIO PISANO)

(PISA, C. 1395 ROMA C. 1455)

Originario de Pisa, de donde proviene su apodo, comenzó su carrera artística en Verona. Viajó por toda Italia, donde trabajó en diversos frescos, incluyendo los del Palacio Ducal de Venecia y la Basílica de San Juan de Letrán. Retrato de una princesa de la casa de Este es, sin duda, la obra más conocida de Pisanello.

Este cuadro, en el que muestra a la princesa de perfil en un plano tres cuartos sobre un fondo con flores e insectos, está realizado con gran detalle y es una prueba definitiva del objetivo que perseguía este pintor: alcanzar la perfección y el conocimiento en el arte. Pisanello creó asimismo un gran número de acuarelas en pergamino. Marcel Proust rindió un homenaje a este artista en A la sombra de las muchachas en flor: «Según se adelantaba el verano iba cambiando el cuadro que me encontraba en el balcón. Al principio era aún de día y la habitación estaba muy clara, a no ser que estuviese nublado; entonces, en el glauco cristal, ampulosamente repleto de hinchadas olas, el mar, engastado en la armadura de hierro de la cristalería como entre los plomos de una vidriera, deshilachaba en toda la rocosa orla de la bahía triángulos adornados de inmóvil espuma delineada con la finura de pluma o plumón salidos del lápiz de Pisanello».

24. Filippo Lippi, 1406-1469, italiano. Estudio preparatorio de La Virgen y el Niño junto a dos ángeles, c. 1465. Punta de metal y acuarela marrón, resaltado con aguada blanca, 33 x 26 cm. Galleria degli Uffizi, Florencia. Renacimiento temprano.

25. Hermanos Delli, en activo 1430-1460, italianos. Cristo en la columna, c. 1440-1470. Lápiz con tinta de carbono marrón y negro, pincel con lavado gris, acuarela y aguada sobre pergamino, 40,3 x 30,4 cm. The Metropolitan Museum of Art, Nueva York. Renacimiento temprano.

26. Fra Angelico (Guido di Pietro), c. 1395-1455, italiano. Cristo en la cruz, c. 1430. Pluma y tinta marrón, con lavado rojo y amarillo sobre pergamino, 29,3 x 19 cm. Grafische Sammlung, Albertina, Viena. Renacimiento temprano.

27. Sandro Botticelli, 1445-1510, italiano. Palas Atenea, c. 1475. Lápiz negro, pluma, bistre, cerusa, partes acuareladas marrón claro, papel blanco parcialmente teñido de rosa, 22,2 x 13,9 cm. Gabinetto Disegni e Stampe degli Uffizi, Florencia. Renacimiento.

28. Sandro Botticelli, 1445-1510, italiano. San Juan Bautista, c. 1485-1490. Pluma, partes de acuarela marrón claro, cerusa, paper blanco amarillento parcialmente teñido de rosa, completamente pegado, 35,9 x 15,6 cm. Gabinetto Disegni e Stampe degli Uffizi, Florencia. Renacimiento.

29. Barthélemy d’Eyck, en activo 1440-1470, flamenco. Libro de Torneo de Renato de Anjou, c. 1460. Pluma y acuarela, 38,5 x 60 cm. Bibliothèque nationale de France, París. Renacimiento temprano.

30. Atribuido a un maestro de Gouda, neerlandés. Cristo y sus discípulos en casa del fariseo rechazan el ritual del lavado de manos, 1482-1484. Acuarela sobre papel, 9,6 x 13 cm. Rijksmuseum, Ámsterdam.

31. Atribuido a un maestro de Amberes, neerlandés. Cristo en casa del fariseo, 1485-1491. Acuarela sobre papel, 9,3 x 12,8 cm. Rijksmuseum, Ámsterdam.

32. Martin Schongauer, 1450/1453-1491, alemán. Estudio de peonías, c. 1472-1473. Aguada y acuarela, 25,7 x 33 cm. J. Paul Getty Museum, Los Ángeles. Renacimiento nórdico.

33. Jean Clouet, c. 1475/1485-1540, francés. El Delfín Francisco, fecha desconocida. Lápiz, tiza roja y toques de acuarela. Musée du Louvre, París. Renacimiento.

34. Fra Bartolomeo, 1475-1517, italiano. La tentación de San Antonio, c. 1499. Pluma y tinta con lavado marrón, resaltado con blanco sobre papel lavado amarillo, 23,3 x 16,6 cm. The Royal Collection, Londres. Manierismo.

35. Leonardo da Vinci, 1452-1519, italiano. Un lirio (Lilium Candidum), c. 1475. Pluma, tinta y lavado de ocre, resaltado con blanco sobre tiza negra, 31,4 x 17,7 cm. The Royal Collection, Londres. Alto Renacimiento.

36. Alberto Durero, 1471-1528, alemán. Cangrejo de mar, 1495. Acuarela y aguada, 26,3 x 35,5 cm. Museum Museum Boijmans Van Beuningen, Róterdam. Renacimiento nórdico.

ALBERTO DURERO

(NÚREMBERG, 1471-1528)

Durero fue el más grande de los artistas alemanes y el más representativo de la mentalidad teutona. Al igual que Leonardo, fue un hombre de sorprendente atractivo físico, gran encanto en sus modales y una conversación e inteligencia muy desarrolladas, con conocimientos de las ciencias y las matemáticas de la época. Su habilidad como dibujante era extraordinaria, y logró incluso un mayor reconocimiento por sus grabados en madera y cobre que por sus pinturas. En ambos, su habilidad manual estuvo al servicio de la más minuciosa observación e investigación analítica del carácter y la estructura de las formas. Sin embargo, Durero no perseguía la belleza abstracta, ni el mismo ideal de gracia que Leonardo; por el contrario, este artista sentía un ferviente interés por la humanidad y tenía una imaginación más dramática. Alberto Durero fue un gran admirador de Lutero y, en sus pinturas, podemos encontrar los aspectos más importantes de la doctrina de este reformador. Su obra es muy seria y sincera, muy humana y dirigida a los corazones y a la comprensión de las masas. Núremberg, su ciudad natal, se había convertido en un gran centro de impresión y en el principal distribuidor de libros en Europa. De esta manera, se dio mucho apoyo al arte del grabado sobre madera y cobre, que puede considerarse como la rama pictórica de la impresión, y el pintor no dudó en aprovechar al máximo esta ventaja.

El Renacimiento en Alemania fue un movimiento más moral e intelectual que artístico. La percepción del ideal de gracia y belleza se basaba en el estudio de la forma humana, una práctica muy extendida en los territorios del sur de Europa. Sin embargo, Alberto Durero tenía un talento demasiado grande como para ser conquistado: se mostró decididamente germánico en su tormentosa inclinación por el drama, al igual que su contemporáneo Mathias Grünewald, un fantástico visionario en contra de todas las seducciones italianas. Al igual que Leonardo, Durero se encontraba al borde de dos mundos, la era gótica y la era moderna, así como en la frontera entre dos artes, pues era grabador y dibujante, más que pintor.

37. Francesco di Giorgio Martini, 1439-1501, italiano. Esbozo de un monumento en la pared, c. 1490. Pluma y tinta marrón, pincel y lavado marrón, aguada azul sobre papel vitela, 18,4 x 18,4 cm. The Metropolitan Museum of Art, Nueva York. Renacimiento.

38. Atribuido al taller del Maestro LCz, en activo 1480-1505, alemán. Vista de la ciudad fortificada en un paisaje con un río, c. 1485. Tinta marrón, lavado de color, aguada sobre piedra negra. 7,3 x 13,5 cm. J. Paul Getty Museum, Los Ángeles.

39. Alberto Durero, 1471-1528, alemán. Vista de Trento, c. 1494. Acuarela y aguada, 23,8 x 35,6 cm. Kunsthalle, Bremen. Renacimiento nórdico.

40. Alberto Durero, 1471-1528, alemán. Patio del Castillo de Innsbruck, c. 1496-1497. Acuarela y aguada, 36,8 x 26,9 cm. Grafische Sammlung, Albertina, Viena. Renacimiento nórdico.

41. Alberto Durero, 1471-1528, alemán. Innsbruck (Vista desde el norte), c. 1496-1497. Acuarela sobre papel, 12,7 x 18,7 cm. Grafische Sammlung, Albertina, Viena. Renacimiento nórdico.

42. Jean Poyer, en activo 1483-1503, francés. La coronación de Salomón en el nacimiento del río Gihón, c. 1500. Pluma y tinta negra con acuarela, resaltado con aguada blanca, 21,3 x 14,4 cm. National Gallery of Art, Washington, D.C. Renacimiento temprano.