
El mindfulness nos conecta con nuestro cuerpo. Nos damos cuenta de si tenemos hambre o sed, si tenemos dolor, si nos sentimos cómodos o bien estamos intranquilos. Algunos estudios han demostrado que las prácticas de mindfulness son tan eficaces como los analgésicos de receta médica para el tratamiento del dolor. También han demostrado que fortalecen el sistema inmunitario, aumentando la resistencia a las enfermedades crónicas e infecciosas; que mejoran la salud cardiaca y circulatoria, disminuyendo la presión arterial, y mitigan los problemas gastrointestinales y el insomnio. Los cristales ofrecen también una multitud de importantes beneficios de carácter físico y en combinación con el mindfulness constituyen una potente herramienta curativa.
El estrés es el principal sospechoso de afectar negativamente a nuestra salud, estimándose que es la causa subyacente de cerca del 60% de las enfermedades. La reacción es debida al mecanismo de supervivencia del cuerpo de «lucha o huida». Cuando se percibe una amenaza, el organismo se prepara para una acción muscular violenta y la adrenalina inunda el sistema para ayudarnos a reaccionar: aumenta la presión arterial, y el ritmo cardiaco y la respiración se aceleran. En el trepidante siglo xxi no es infrecuente experimentar esta reacción varias veces al día, la cual se dispara no a causa de una amenaza real como, por ejemplo, un animal peligroso, sino debido a un email preocupante, una congestión de tráfico o el nerviosismo por terminar un trabajo antes de la fecha límite.
La negación del estrés lo interioriza y puede provocar dolor, insomnio, ansiedad y depresión, junto a síntomas como un ritmo cardiaco irregular, presión arterial elevada, agotamiento, tensión muscular, ataque de corazón e ictus. El estrés puede también provocar una ingesta excesiva o malnutrición debido a reacciones intestinales. La respuesta consciente consiste simplemente en permitir que el estrés «sea»: reconocerlo pero no focalizar la atención en el mismo. Vivir el momento, respirando de forma consciente y rítmica. Golpear suavemente el cristal contra la parte superior del pecho restablece rápidamente el equilibrio corporal.
Las prácticas de mindfulness se enfocan en tu actitud hacia el dolor y te ayudan a concentrarte en cualquier otra cosa. Comienza conectando con tu propio cuerpo a través de unas cuantas inspiraciones y espiraciones. Trata de que tu inspiración penetre en el dolor que te aqueja, reconociendo de forma consciente el dolor y sus sensaciones —aceptándolo, abrazándolo, estando con él. Intenta encontrar palabras que describan el dolor, puntúalo según una escala del 1 al 10 de forma objetiva. Reconoce simplemente lo que es y luego traslada tu conciencia a una parte del cuerpo que esté libre de dolor. Quédate aquí. Sé consciente de cuán distinta es la sensación, de nuevo de forma objetiva. Muévete hacia atrás y hacia adelante tres o cuatro veces, y despréndete de cualquier temor. Advierte cómo disminuye el dolor, pero no te con-centres en él. La colocación de un cristal que alivie el dolor sobre el punto doloroso e inspirar para que penetre en él también ayuda a aliviarlo.
La respiración es la clave para el mindfulness y para el abordaje del estrés o del miedo y de sus consecuencias fisiológicas. Siempre que en este libro se te pida «respirar», queremos decir inspirar de forma consciente, lentamente y con la máxima concentración, sintiendo cómo el aire circula a través de los orificios nasales, desciende por la garganta y la tráquea y penetra en los pulmones. Percibe cómo se hinchan las costillas y los pulmones con la presión del aire y cómo se expande la barriga. Haz una pausa de forma desahogada y consciente antes de espirar. Percibe cómo se deshinchan la barriga, las costillas y los pulmones cuando el aire los abandona. Sigue el movimiento de la respiración que vuelve a circular de vuelta por la tráquea, la garganta y al exterior por los orificios nasales o por la boca si lo prefieres, suspirando suavemente o bien expulsando resueltamente el aire. Deja caer los hombros y descansa durante unos momentos antes de volver a inspirar. Coloca un cristal sobre la barriga y haz que tu inspiración baje hasta allí, luego espira desde el cristal para mejorar el proceso.
Ojo de la tormenta (Jaspe de Judy) (pág. 48), Heliotropo (Piedra de sangre) (pág. 52), Malaquita (pág. 72), Pedernal (pág. 92), Azurita, Hematita y Cristal de roca alivian el dolor y el estrés. Ver también Ágata (pág. 62) y Ágata de cinta o Encaje azul (pág. 70).
La mayoría de las personas están constantemente inmersas en sus pensamientos. Algunos son conscientes, pero la mayoría son mecánicos, es decir que no se tiene conciencia de ellos. Aunque las estimaciones varían, según el laboratorio de procesamiento de neuroimágenes de la Universidad del Sur de California, el individuo medio tiene aproximadamente 48,6 pensamientos por minuto, lo que vendría a representar unos 70.000 pensamientos diarios. Si estás deprimido o ansioso, esa cifra aumenta. Las prácticas regulares de mindfulness como, por ejemplo, la meditación formal, pero también los sencillos ejercicios respiratorios y de mindfulness donde nuestra atención está focalizada en un cristal, pueden ayudarnos a ser más conscientes de nuestros pensamientos —nos convertimos en los observadores de nuestros pensamientos, en lugar de ser los pensadores— y, por tanto, es menos probable que seamos arrastrados por una oleada de pensamientos estresantes y terribles. Y a medida que nos focalizamos más en el momento presente, también nuestra mente y nuestro cuerpo se sosiegan con más facilidad.
La mayoría de pensamientos son mecánicos o un «ruido de fondo» inconsciente. Tal vez te estés preocupando por temas económicos, examinando detenidamente a una persona atractiva o dándote cuenta de lo nublado que está el cielo hoy y estás decidiendo si será necesario coger un paraguas. Se trata de actos de la mente consciente pero raramente deliberados. Una parte subconsciente de tu ser está controlando sentimientos clamorosos, sensaciones tintineantes, recuerdos engorrosos, intuiciones útiles y hábitos inconscientes, y emitiendo juicios sobre ellos. El grado de inseguridad o ansiedad percibido puede ser consecuencia de dichos pensamientos o intuiciones, los cuales afectarán a la forma de reaccionar ante las situaciones y las personas. Esto se expresa a través de lo que digas. «Es un incordio», «Es demasiado agresiva», etcétera. El cuerpo, también, se comunica con frecuencia con la mente—y reacciona de forma instantánea al lenguaje corporal de otras personas. Son pensamientos, aunque mecánicos.
El cerebro es como un ordenador. Ejecuta programas familiares y está sujeto a fallos y bloqueos. Los mecanismos de control del cerebro bloquean una conciencia más amplia y nos empujan por caminos que están bien definidos. Se ha descrito que somos capaces de procesar hasta 40 mil millones de bits de información por segundo y se nos ha dicho que podemos ser conscientes de 2.000 bits —lo que supone una gran cantidad de comparaciones, opiniones y mediciones. Aprender a gestionar este proceso en cierta medida y a desconectar la cháchara mental innecesaria hasta donde sea posible es vital si quieres estar en sintonía con un mayor nivel de conciencia. Te introduces entonces en un espacio de «mente vacía», al que tal vez sería mejor denominar espacio de «mente receptiva». Paradójicamente, este estado es a la vez inmóvil y dinámico. No contiene ideas preconcebidas, agendas internas, coacciones ni predicciones. En este espacio, te encuentras con cada momento cuando surge y reaccionas en consecuencia.
Los siguientes pares de palabras clave y frases resumen las propiedades de un estado mental mecánico y de otro plenamente consciente: desorientado/totalmente presente; espaciado/totalmente presente; habitual/espontáneo; memorístico/creativo; confuso/claro; rutinario/interactivo; disperso/centrado; temporal/intemporal; restringido/libre; testarudo/receptivo. ¿Cuál de ellas está más en consonancia contigo?
Ojo de la tormenta (Jaspe de Judy) (página 48), Cuarzo ahumado (página 54), Auralita 23 (página 56), Cornalina (página 64) y Amatista (página 68). Otros cristales para la mente son Selenita (página 74), Lapislázuli y Fluorita.

Amatista: la puerta de acceso a una mente clara y en calma.
Nuestro cerebro tiene neuroplasticidad, es decir que puede modificar sus circuitos internos. Los estudios demuestran que el mindfulness origina cambios estructurales y funcionales en el cerebro, y que dicha práctica es útil para combatir la depresión, la drogodependencia, los conflictos relacionales, los trastornos alimentarios, la ansiedad y los trastornos obsesivo-compulsivos —todos los cuales tienen su origen en arraigadas pautas de conducta. Cuando nos ejercitamos para ser conscientes del momento presente y utilizamos las propiedades curativas de los cristales, somos conscientes de todos los pensamientos y conductas negativas que habitualmente tenemos.
Muchas personas se encuentran constantemente en la modalidad «piloto automático», mostrando unas reacciones habituales que están enraizadas en una prolongada experiencia. La estancia en la modalidad piloto automático puede manifestarse en forma de sensación de desconexión y adormecimiento; puede provocar que nos concentremos en evitar sensaciones de dolor y en reprimir sentimientos —e incluso llevar a la adicción. Otras personas pueden ser más conscientes, pero siguen siendo esclavas de sus hábitos y expectativas, atascados en un bucle de feedback del tipo «así es como siempre ha sido y como debe ser...». Esto no deja margen para el cambio. Pueden estar inmersos en sus pensamientos, proyectándose constantemente en el futuro y casi nunca en el presente. Los estudios llevados a cabo en el campo de la neurociencia por Norman Farb en la Universidad de Toronto demuestran que este tipo de funcionamiento utiliza una red neuronal específica denominada «red neuronal por defecto» o «circuito narrativo». Esta red se apoya en los recuerdos de cómo han sido las cosas para filtrar e interpretar las experiencias cotidianas. Se utiliza de forma rutinaria para planificar, crear estrategias y establecer objetivos, pero no funciona en tiempo real, ni tampoco asimila informaciones sensoriales inmediatas ni nuevos datos intelectuales.
Los estudios también detectaron un tipo de experiencia más directa, activa, participativa, inmediata y sensorial. La experiencia directa es consciente y puede desconectar la red neuronal por defecto para que estés atento a las informaciones que estás recibiendo en el momento presente. Inspirar y espirar de forma consciente (página 27), o coger un cristal puede conectarte a esta experiencia directa, dándote vida y llevándote al momento presente. Así pues, si, por ejemplo, estás preocupado por un acontecimiento próximo y tu mente está perdiendo la razón tratando de superarlo, puedes desconectar de inmediato el circuito narrativo que está ejecutando dichos pensamientos. Esto es también aplicable a programas profundamente enraizados, como reacciones habituales, supuestos, adicciones o pensamientos compulsivos. Al introducirte en el momento presente, tu cuerpo transmite nueva información a tu mente. Ya no estás aprisionado por el pasado y reaccionas de forma flexible ante cada nueva situación a medida que esta se va desarrollando. Tu química cerebral y otros procesos fisiológicos se modifican para dar cabida a las sensaciones del momento presente. Adquieres la capacidad de moldear tu futuro.
Auralita 23 (página 56), Turquesa (página 58), Amatista de Brandenberg (página 60), Cornalina (página 64), Amatista (página (69), Malaquita (página 68), y Cuarzo rosa (página 84).

Si estás atascado en el piloto automático, cristales como el Cuarzo ahumado, la Amatista y los diamantes Herkimer pueden contribuir a liberarte.
Los cristales tienen una gran potencia para curar las emociones. Son capaces de mitigar la ira, la vergüenza y el sentimiento de culpa, fomentar el perdón y ayudarte a posponer los juicios sobre tus sentimientos hacia ti o hacia otras personas. Los cristales ayudan a mantener la esperanza en las situaciones más desesperadas y te enseñan a mantener la calma pase lo que pase. Incluso las emociones positivas, como la alegría, te pueden apartar del momento presente si te entregas a ellas demasiado a fondo. Además, si te desvías del momento presente, tus expectativas emocionales configuran un futuro que puede estar distorsionado por el temor de lo que va a suceder, o bien tergiversado por los recuerdos del pasado. Nosotros prevemos lo que esperamos experimentar y vemos lo que queremos ver. Y lo que vemos está intensamente coloreado por nuestras emociones, sean estas positivas o negativas. La práctica del mindfulness con la ayuda de los cristales contribuye a regular el estado emocional, ya que se reemplazan sentimientos negativos por otros más positivos y evita que nos sintamos totalmente agobiados por las emociones.
El psicólogo Robert Plutchik identificó ocho emociones y polaridades primarias que producen emociones secundarias que dan lugar a la «rueda de las emociones» (ilustración pág. 33). Las ocho emociones primarias identificadas fueron confianza (aceptación), disgusto (vergüenza), alegría, tristeza, enojo, miedo, anticipación (interés) y sorpresa. La intensidad de las emociones disminuye a medida que nos separamos del centro de la rueda. El modelo es útil para percibir cómo las emociones (estas u otras) interactúan entre sí y dan lugar unas a otras. El lugar de plena conciencia se encuentra en el mismo centro de la rueda de Plutchik, rodeado por las emociones, observándolas, y consciente de los sentimientos pero sin sentirse agobiado por ellos. Sitúa tu cristal y tu atención en el centro de la rueda para encontrar serenidad emocional.
El miedo es extraordinariamente tóxico e increíblemente contagioso. Cuando una persona se deja llevar por el pánico, aquellos que están a su alrededor suelen unirse al mismo sentimiento. El miedo a lo desconocido se proyecta en el futuro y se preocupa de algo que tal vez nunca llegue a ocurrir; el temor de lo conocido se basa en la repetición mecánica de la experiencia pasada. El miedo destruye nuestra capacidad de relajamiento o de pasar a una modalidad más productiva; llevado al extremo, puede provocar respuestas fisiológicas perjudiciales como, por ejemplo, presión arterial elevada y ansiedad extrema. Los cristales ayudan a desprenderse del pasado y a desconectarse de los «¿qué pasaría si..?» que crean miedo al futuro. El secreto consiste en reconocer el miedo, o cualquier otra emoción, en lugar de reprimirlo. Vívela a fondo en el momento presente sin juzgarla y luego abandónala y sitúate en el remanso de calma del centro de la rueda. Respirar de forma consciente con los cristales ayuda al proceso (página 27).
Ojo de la tormenta (Jaspe de Judy) (página 48), Turquesa (página 58), Ágata (página 62), Amatista (página 68), Ágata de cinta o Encaje azul (página 70), Aguamarina (página 80), Cuarzo rosa (página 84), Rodocrosita (página 86), Crisocola (página 88).
Los cristales tienen una afinidad natural con el espíritu. Cristales como la Selenita y la Anandalita™ (Cuarzo aurora) son portadores de «luz divina» cristalizada, que es la parte de nuestro ser que es luminosa, brillante, numinosa —la parte que algunos denominan alma. Otros vinculan el espíritu a un nivel de conciencia más elevado, mientras que otros lo conectan a la personalidad, aunque lo cierto es que va mucho más allá del cuerpo físico y su conciencia limitada. El espíritu es lo que nos anima y nos conecta con el universo. El espíritu incorpora las propiedades del amor incondicional, la bondad, la compasión, la sabiduría, la tolerancia, la comprensión profunda, la aceptación y el desarrollo. Gracias al espíritu experimentamos la integridad y la armonía. El espíritu no es algo separado del resto. Es nuestro ser más profundo.
El término «espíritu» procede del latín spiritus, que significa «aliento». Las prácticas de mindfulness nos conectan con el espíritu a un nivel muy profundo, ayudándonos a ser conscientes de la amplitud de nuestro ser. La aceptación y la conciencia sinceras del mindfulness nos ayudan a conectar con la sabiduría del espíritu, el sabio defensor que es parte integral de nosotros pero con el que raramente nos encontramos en la vida cotidiana. Necesitamos tranquilidad mental para que este mentor pueda darse a conocer a través de una voz interior. Respirar de forma plenamente consciente y concentrarnos en un cristal nos ofrece claridad espiritual; sabemos quiénes somos y podemos comunicar esto al mundo. El espíritu acepta el cambio, sabiendo que esto favorece nuestra evolución. Reconoce el valor de todas nuestras experiencias y, contemplándolas desde una perspectiva más amplia, no las juzga. Nos enseña a confiar en cada momento.
Charoita (página 50), Amatista de Brandenberg (página 60), Cuarzo espíritu (página 66), Selenita (página 74), Anandalita™ (página 76), Labradorita (página 82) y Cuarzo transparente o Cristal de roca.
El Cuarzo de fuego y hielo: un cristal que nos ayuda a recordar que somos un espíritu que vive en un cuerpo humano.
Si eres consciente, controlarás de forma atenta y responsable tu espacio en lugar de tener que ejecutarlo como un programa en segundo plano. El entorno nos afecta más de lo que creemos. Tanto el panorama físico que hay a nuestro alrededor, la roca bajo nuestros pies, como las energías más sutiles del clima, la electromagnética, y la presión atmosférica pueden influir en nuestro estado de ánimo y en nuestra actividad. El mindfulness nos ayuda a ser más conscientes de dichas influencias, y a disfrutar de la naturaleza en toda su inmediatez. Pero también nos ayuda a determinar si nuestro entorno es beneficioso, y en combinación con los cristales, contribuye a crear un espacio sagrado en el que vivir, amar y trabajar.
Poner los cristales en distintos puntos de la casa o del lugar de trabajo crea un espacio seguro. Te protegen de los efectos perjudiciales de la electromagnética, las máquinas y otras perturbaciones medioambientales. Pero también crean un espacio sagrado en el cual ser consciente —la Selenita es perfecta para este fin. Los cristales se pueden colocar alrededor del área de meditación para mejorar la práctica o alrededor de la cama para ayudarte a dormir. Te ayudarán a que profundices tu sintonía con las energías espirituales, y de ese modo contribuirán a que vivas y respires de una forma más consciente. Cristales como la Turmalina Negra también pueden emplearse para revertir pensamientos de enojo y celos de otras personas, permitiéndote ser libre para, simplemente, ser. La colocación de cristales en un mapa envía sanación a cualquier lugar del mundo. El diseño de un cristal también irradiará energías beneficiosas en tu entorno inmediato. Recuerda que debes unir las formas cristalinas con tu mente o una varita mágica (un cristal largo y puntiagudo).
Ojo de la tormenta (Jaspe de Judy) (página 48), Selenita (página 74), Citrino (página 78), Pedernal (página 90) y Turmalina negra (página 92).
Los chakras son centros de energía sutiles que median energía entre el cuerpo físico y los cuerpos sutiles (el aura), y el aura y el entorno externo. Muchos de los problemas que obstaculizan la práctica del mindfulness pueden resolverse a través de los chakras. Si los chakras están en equilibrio, disfrutarás de bienestar. Si no lo están, sufrirás de falta de paz y armonía a nivel físico, emocional, mental o espiritual. Colocar los cristales apropiados en tus chakras, tumbarse en silencio e inspirar poco a poco de forma consciente hasta el interior del cristal durante 5-15 minutos restablece el equilibrio de los chakras. Las áreas de vida asociadas al chakra se aclaran y resuelven por sí mismas, dando lugar a menos distracciones y a una atención más plena y consciente.
Tradicionalmente, se puede hablar de siete chackras principales (Básico o Raíz, Sacro, Plexo solar, Corazón, Garganta, Tercer ojo y Corona), aunque se han desarrollado más —y uno de los más importantes de estos últimos es el chakra Estrella de la tierra, situado a unos 15 centímetros debajo de las plantas de los pies. Si no estás totalmente conectado al planeta, no estarás en tu cuerpo y no podrás ser consciente. Igualmente importante es el Alto corazón, situado en el centro del esternón, ya que regula tu sistema inmunitario físico y tus sistemas inmunitarios sutiles. Heliotropo (Piedra de sangre) organiza rápidamente este chakra. Los chakras del Tercer ojo, de la Corona y Alta corona abren tu conexión espiritual.
Función: seguridad
Posición: 15 centímetros debajo de las plantas de los pies
Propiedades: conexión física y material, conexión con la tierra, protección, estabilización
Equilibrado: conectado con la tierra, práctico, funciona bien en la realidad cotidiana
Desequilibrado: desconectado de la tierra, sin sensación de poder personal, no puede operar en la realidad diaria, absorbe fácilmente la negatividad
Cristales de referencia: Ojo de la tormenta (Jaspe de Judy) (página 48), Cuarzo ahumado (página 54), Pedernal (página 90) y Turmalina Negra (página 92)
Función: energizante
Posición: base de la columna vertebral
Propiedades: instintos físicos y de supervivencia, seguridad básica, sentido del propio poder
Equilibrado: activo, independiente, liderazgo espontáneo
Desequilibrado: impaciente, miedo a ser aniquilado, deseo de morir, excesivo apetito sexual o impotente, vengativo, hiperactivo, enojado, violento, manipulador
Cristales de referencia: Ojo de la tormenta (Jaspe de Judy) (página 48), Heliotropo o Piedra de sangre (página 52), Ágata (página 62) y Cornalina (página 64)
Función: creatividad
Posición: debajo del ombligo a una distancia del ancho de la palma de la mano
Propiedades: creatividad física y procreación, conectividad
Equilibrado: valiente, resuelto, seguro de sí mismo, disfruta de la sexualidad, placer sensual, acepta la identidad sexual
Desequilibrado: baja autoestima, estéril, cruel, perezoso, pretencioso, sentimiento de inferioridad, dependencia emocional
Cristales de referencia: Cornalina (página 64), Citrino (página 78) y Menalita
Función: regulación emocional
Posición: encima de la cintura a una distancia del ancho de la palma de la mano
Propiedades: conexión y asimilación emocional, enriquecedor
Equilibrado: buena utilización de la energía, empático, organizado, inteligencia activa
Desequilibrado: deficiente utilización de la energía, perezoso, demasiado emocional o bien frío, cínico, carga emocional, filtración de energía, asume sentimientos y problemas
Cristales de referencia: Rodocrosita (página 86), Crisocola (página 88), Aguamarina (página 80) y Aventurina verde
Función: relación
Posición: base de la columna vertebral
Propiedades: curación del sufrimiento emocional, amor incondicional
Equilibrado: afectuoso, generoso, flexible, compasivo, enriquecedor, seguro de sí mismo, tolerante
Desequilibrado: desconectado, incapaz de amar, celoso, posesivo, inseguro, mezquino, opuesto al cambio
Cristales de referencia: Cuarzo rosa (página 84) y Aventurina verde
Función: comunicación
Posición: sobre la garganta
Propiedades: une las emociones y la intuición a la comunicación mental
Equilibrado: capacidad de comunicar la verdad propia, receptivo, idealista, leal
Desequilibrado: incapaz de verbalizar pensamientos o sentimientos, rígido, dogmático, desleal
Cristales de referencia: Turquesa (página 58), Ágata de cinta o Encaje azul (página 70), Aguamarina (página 80)
Función: en sintonía
Posición: en mitad de la frente, encima de las cejas
Propiedades: intuición y conexión mental
Equilibrado: intuitivo, perceptivo, visionario, vive el momento presente
Desequilibrado: disperso, miedoso, anclado en el pasado, supersticioso, bombardeado por los pensamientos de los demás
Cristales de referencia: Auralita 23 (página 56), Amatista (página 68), Selenita (página 74), Aguamarina (página 80) y Labradorita (página 82)
Función: conexión espiritual
Posición: parte superior de la cabeza y por encima
Propiedades: conectado espiritualmente, ilustrado
Equilibrado: místico, creativo, humanitario, orientado a prestar servicios
Desequilibrado: excesivamente imaginativo, ilusorio, arrogante, controla a los demás, disperso
Cristales de referencia: Amatista de Brandenberg (página 60), Selenita (página 74), Anandalita™ (página 76) y Labradorita (página 84)

Cuando llevamos el mindfulness a nuestras relaciones, somos más conscientes del valor de cada individuo —y nos esforzamos por tratar a todo el mundo con respeto. De ese modo, podemos descubrir que somos menos críticos e intolerantes, y que aceptamos y confiamos más en nosotros mismos y en los demás. Las relaciones conscientes no tienen ataduras ni condiciones y te ofrecen la libertad de ser simplemente tú mismo. Tal vez lo más importante sea que, en las relaciones, el mindfulness te ayuda a escuchar de verdad: a escuchar lo que realmente se está diciendo en aquel momento y a reaccionar de forma apropiada. De esta forma, cada relación es fresca y espontánea, y se desarrolla en el momento presente. No está basada en experiencias pasadas. Simplemente es.
Las cualidades de una relación consciente —amor, aceptación, tolerancia y confianza— están encarnadas en los cristales curativos, los cuales combinados con prácticas de mindfulness pueden ser beneficiosos para todas nuestras relaciones, no solo para las matrimoniales o de pareja, sino también para los lazos que mantenemos con nuestros hijos, padres, amigos, compañeros de trabajo, jefes y empleados.
El amor incondicional se interpreta a veces como idolatría de la pareja y aceptación del abuso, permitiendo que a uno le traten a patadas. Esto no es amor incondicional, es martirio. El amor incondicional consiste en aceptación y profundo respeto. No tiene nada que ver con el deseo ni con esperar algo a cambio, sino con el consentimiento. Lo que el mindfulness con el refuerzo de los cristales nos ayuda a entender es que podemos estar dentro de nuestro propio espacio, seguir siendo afectuosos y tolerantes, pero sin sentirnos afectados por el comportamiento de otras personas ni agobiados por sus necesidades o emociones. Tú les dejas ser quienes son y esto no te afecta para nada.
En una relación consciente, no se juega a buscar culpables ni a idealizar. En vez de ello, tu permaneces con lo que es. Eres capaz de reconocer la joya que está en el corazón de los demás, ser consciente de cómo podrían ser «si tan solo...» y abandonar este pensamiento. No necesitas cambiarlos porque tú los aceptas tal como son en ese momento. Cuando te mantienes consciente y dejas que el cristal que has seleccionado te ayude, empatizas de forma desapasionada, sin ser arrastrado a «sus cosas» ni proyectando las tuyas. Y entonces es posible una relación auténticamente afectuosa entre iguales.
En una relación consciente:
• Oyes, escuchas
• Estás totalmente presente
• No supones ni interpretas
• Eres respetuoso
• Estás comprometido, eres vivaz, espontáneo
• No pides nada
• Eres consciente de pensamientos y sentimientos
• Apoyas y reflexionas, sin posibilitar ni forzar
• Dejas a los demás su espacio, tal como están en cada momento
• Ves la relación tal como es en dicho momento
• Eres compasivo y no tienes prejuicios
• No buscas culpables
• Vives en el presente, no en el pasado
Cuarzo rosa (página 84), Rodocrosita (página 86), Rodonita, Mangano calcita o Calcita rosa y Aventurina verde.

El Cuarzo rosa, asociado tradicionalmente con el amor, es perfecto para fomentar el mindfulness en las relaciones.
Las relaciones crean vínculos y lazos sutiles que pueden prolongarse mucho tiempo después de que la interacción cara a cara haya finalizado. Estos lazos atan de forma enérgica a las personas y pueden ser tremendamente agotadores y, por tanto, una barrera para el mindfulness. Los vínculos pueden crearse con alguien con quien te encuentras muy brevemente, sobre todo si dicha persona es un vampiro de energía (Los vampiros de energía, página 43) o manifiesta un deseo que nunca puede ser satisfecho.
Los lazos que se establecen entre personas que mantienen una relación pueden ser extenuantes si están asociados a expectativas, obligaciones, y «ojalá hubiera hecho...» que restringen la relación y drenan energía. Este tipo de lazos serán un obstáculo para el mindfulness. Esto es cierto para muchas relaciones, entre ellas las de padre e hijo y las que tienen lugar entre los miembros de una pareja y entre compañeros de trabajo. Para algunas personas, «amar» a los hijos o a otras personas conlleva una sutil radiación de aceptación o no aceptación, sobre la base de si la otra persona se ajusta a los requisitos o se le considera «suficientemente bueno». Lamentablemente, el amor es demasiado a menudo un método de control. Si eres consciente de que te has complacido en controlar o en ser controlado, soltar amarras te hará libre.

Coloca Aventurina verde bajo la axila izquierda para que te proteja contra los vampiros de energía.
Cortar los vínculos emocionales y las exigencias que se han ido creando a lo largo del tiempo deja a ambas partes en libertad de ser ellas mismas y de ocupar su verdadero lugar en la vida. No amputa el amor, sino que elimina todo aquello que se hace pasar por «amor».
Con la liberación, el lazo de unión del amor suele fortalecerse y la relación mejora, ya que la otra persona es percibida como ser por derecho propio. Si eres una persona consciente, la liberación de lazos emocionales puede hacerse de forma desapasionada y sin manipulación, dejando que ambas partes sean, sin más.
Los vínculos con el pasado o con una idea o esperanza para el futuro también pueden ser restrictivos. Cortar estos lazos te permite la libertad de ser espontáneo, dejando que el futuro se desenvuelva como es, mientras tú permaneces con lo que es.
Tal vez te hayas dado cuenta de que cuando estás con una determinada persona, tus niveles de energía descienden de manera espectacular. Cuando eso ocurre es que te encuentras ante un vampiro de la energía. Dichos vampiros suelen adherirse al chakra del bazo, ubicado bajo el brazo izquierdo, y aspiran energía de allí, con frecuencia sin que nos demos cuenta, pero las consecuencias son demoledoras. Mediante una pieza de Pedernal y el ejercicio que se expone en la página 91 quedarás rápidamente en libertad. Si pones Aventurina verde o Pedernal bajo la axila estarás a salvo de los vampiros de energía.
Charoita (página 50), Citrino (página 78), Pedernal (página 90), Aventurina verde y Mayanita del arcoíris.
Tal vez te sorprenda saber que Google, Intel, Goldman Sachs, y una gran empresa en el campo de la atención sanitaria como Aetna se encuentran entre las compañías que se han involucrado en la práctica del mindfulness —al igual que General Mills, Apple, Medtronic, Genetech, McKinsey, Deutsche Bank, Intel, Procter & Gamble y Comcast. De hecho, un número cada vez mayor de grandes compañías están ofreciendo meditación, mindfulness y entrenamiento mental a los empleados e integrando sus principios en el entorno laboral cotidiano.
Se está descubriendo que el mindfulness es una herramienta de negocio tremendamente eficaz. Los responsables del Programa de Desarrollo de Liderazgo de la Escuela de Negocios Leonard N. Stern de la Universidad de Nueva York señalan que «los líderes de hoy se enfrentan a una amplia variedad de desafíos de liderazgo dinámicos y trepidantes que se centran alrededor de la capacidad de tomar decisiones acertadas y éticas en el marco de una situación de estrés e inestabilidad crecientes. Indican que «los sentimientos de incertidumbre pueden socavar las decisiones, dando lugar a costosos errores que afectan a individuos, organizaciones y, potencialmente, a sectores enteros». Un nuevo paradigma empresarial está favoreciendo «la excelencia en el liderazgo que impulsa los resultados de las empresas a la vez que se concentra en la compasión, la conciencia de uno mismo, el valor y la resiliencia a nivel personal, interpersonal y organizacional». Estas cualidades están siendo consideradas como esenciales para la supervivencia y sostenibilidad de organizaciones éticas y prósperas. La solución que proponen es ofrecer clases de mindfulness a estudiantes, licenciados y miembros de su personal para que el mindfulness se integre en la totalidad del entorno de trabajo.
El mindfulness puede ser beneficioso en cualquier tipo de entorno laboral de todo el mundo. Tanto los responsables de la alta dirección como los trabajadores de la primera línea recurren regularmente a este tipo de prácticas, que han demostrado su efectividad. Se descubrió en un estudio que después de las prácticas de mindfulness, «los operarios del almacén estaban en mejor sintonía con su entorno y eran más conscientes de su propia conducta y, por tanto, realizaban de forma más disciplinada las tareas que les correspondían». El mismo principio es aplicable a cualquier tipo de tarea.
Se ha descubierto que la práctica del mindfulness en el lugar de trabajo da lugar a:
• Mayor satisfacción en el puesto de trabajo
• Una disminución importante del nivel de estrés
• Respuesta más adecuadas al estrés
• Mejoras en la salud de los empleados
• Mejores prácticas de gestión
• Mayor capacidad de concentración
• Mayor productividad
• Mejora general de la calidad de las relaciones de trabajo
• Mayor nivel de compromiso en reuniones, proyectos y trabajos grupales
• Mejoras en el pensamiento innovador
• Mejores habilidades de comunicación
• Descenso significativo del dolor de origen laboral y de los accidentes de trabajo
Una de las formas en que el mindfulness puede introducirse en el mundo de la empresa es a través de la formulación de checklists o listas de control, tareas, informes y evaluaciones que se concentren en cómo están las cosas en el momento actual en lugar de ampararse en paradigmas gratificantes basados en experiencias del pasado. El «como siempre ha sido» crea falta de conciencia. El mindfulness fomenta de manera positiva un enfoque fresco y consciente que evita las supervisiones y abre la puerta a la innovación. Para recordarte esta práctica, coloca un cristal en un lugar destacado, por ejemplo, sobre el escritorio o la repisa de la ventana para que cuando poses la mirada allí te acuerdes de formular cosas en el momento presente en lugar de recurrir a una a vieja fórmula. Esto funciona perfectamente, tanto para hablar con los colegas como para redactar informes o instrucciones.
Un gran pedazo de cristal compartido con compañeros de trabajo os recordará a todos que debéis permanecer en el momento presente, sobre todo si te acercas a él y lo tocas con un dedo durante uno o dos minutos para fomentar la cohesión y la claridad de objetivos. También puedes llevar un cristal en el bolsillo y voltearlo con los dedos para alcanzar una situación de calma mental donde las ideas creativas puedan ir surgiendo poco a poco. Para un reinicio rápido durante el descanso del almuerzo, siéntate 10 minutos frente a tu escritorio con los ojos cerrados y la imagen de un cristal en tu mente mientras inspiras y espiras poco a poco. También puedes organizar para tus colegas una reunión de meditación con la ayuda de cristales durante el descanso del almuerzo. Practicar el mindfulness a lo largo de la jornada laboral te permite estar concentrado de forma tranquila y atenta en lugar de sentirte agobiado y excesivamente alerta o bien en el otro extremo del espectro, aburrido e indiferente.
Cornalina para facilitar la toma de decisiones (página 64), Selenita para unas vibraciones pacíficas (página 74), Citrino para tener éxito (página 78), y Cuarzo semilla lemuriano (Sueños de mandarina) para la creatividad (página 94).

El Citrino natural se ha utilizado desde hace mucho tiempo para garantizar el éxito en los negocios además de emplearse para favorecer la tolerancia, la creatividad y la ausencia de prejuicios.