
Querida Nancy:
Desde hace unos meses he estado saliendo con un buen amigo de la infancia. Siempre nos hemos llevado muy bien, y últimamente he conocido no sólo al amigo sino al hombre que hay en él. Hemos tenido sexo en diferentes ocasiones y ha sido celestial. Él es un hombre muy tierno, detallista, responsable, maduro, respetuoso; es todo lo que busco en un hombre y siento que sin querer me he enamorado de él.
Es aquí donde viene el problema: me enamore de él y tengo miedo porque, aunque sé que no le soy indiferente, él no quiere ninguna relación conmigo más que la amistad (eso me parece). No sé si podemos; es más fácil mantener una amistad que un noviazgo; tengo miedo a un rechazo de su parte. ¿Qué me sugieres? ¿Debo hablar con él? ¿Debo alejarme?
Espero tu respuesta. Gracias por tu atención.
La Confundida


Querida Confundida:
De verdad que está confundida. Están teniendo sexo, pero siguen hablando de que son amigos. Le han cambiado el nombre al miedo al compromiso: ahora lo llaman amistad. Está llamando al diablo, pero recuerde que no es lo mismo llamar al diablo que verlo llegar. Él ha sido claro con usted: sólo quiere ser su “amigo”, ¡pero se acuesta con usted! Los amigos no se meten a la cama juntos; tan pronto hay deseo sexual y sexo, ya no es amistad, ya es pareja… aunque a los hombres les encanta tener lo que llaman “amigas con derecho”.
¿Qué es un amigo con derecho? Alguien que tiene miedo a comprometerse y la usa, y lo peor es que usted lo permite. Esto me recuerda la canción de Alberto Cortez que reza: “úsame, utilízame”.
Una relación es algo muy serio, no se juega con ella. Hacer el amor no es beberse un vaso de agua. Cuando hacemos el amor se mueven profundas fuerzas inconscientes que no podemos manejar a nuestro antojo. Nunca permita que la usen, respétese un poco más, respete su cuerpo y sus emociones. Si va a la cama con alguien, se merece tener una relación previa que no sea una amistad, porque, le repito, los amigos no se meten a la cama juntos.
Pero ya cayó en el gancho, ya la tienen agarrada por la boca como al pez. Intentó hablar claro y la sorprendieron con un jarro de agua fría: “sólo quiero ser tu amigo”. Si yo fuera usted, saldría volando de ahí aunque tuviera que ir a un terapeuta las veinticuatro horas del día. Debe hacerlo por dignidad, autorespeto y para que pueda conservar lo poco que le queda de salud mental.
Preste atención a este consejo: las palomas no le deben tirar a las escopetas, ni siquiera en una época de liberación femenina como la que estamos viviendo. A los hombres no se les enamora tan a la clara, cogen miedo. Si él no le ha demostrado nada, si sólo quiere ser su amigo, está fea para la foto. ¿Sabe por qué? Porque, como siempre digo: para amar hacen falta dos. El amor es algo espontáneo y no se puede forzar. Algo tiene a su favor y es que de la amistad al amor hay un solo paso. Coquetéele finamente, trate de conquistarlo sin que él se dé cuenta. Pero si sigue siendo sólo su amigo, tendrá que resignarse. Volverá a amar, y esta vez asegúrese de ser correspondida y de tener una relación clara y previa antes de ir a la cama.
¡Suerte!


Querida Nancy:
Quiero hacerte esta pregunta: si yo estoy enamorada de una persona y hago el amor con otra, quiero saber que me sucedería si hago el amor con una persona de mi familia.
La Desesperada


Amiga Desesperada:
Si usted está enamorada de una persona no veo por qué tenga que hacer el amor con otra. Se supone que hacemos el amor con la persona de quien estamos enamorados. Si se siente atraída por otra persona además de su novio, debe tratar de controlar esos impulsos. Todos nos sentimos atraídos por diferentes personas, pero una cosa es atracción y otra muy diferente, amor. A mí me encantan Antonio Banderas y George Clooney, pero eso no quiere decir que estoy enamorada de ellos, ni que haría el amor con ellos. Si hacemos el amor con todo el que nos atrae, en poco tiempo tendríamos sida, virus del papiloma, herpes genital, entre muchas otras infecciones de transmisión sexual. Además, hay otro asunto importante: el tener relaciones sexuales indiscriminadamente sólo produce un gran vacío emocional, y terminamos sintiéndonos usados.
Me pregunta sobre hacer el amor con una persona de su familia. Esto depende de la cercanía del parentesco. Si es un primo del que está enamorada y asume hacer el amor de forma responsable, no veo nada negativo. Pero si es un hermano o su papá, debe buscar ayuda profesional urgente.
La siento confundida, perdida. Haga una cita con un buen terapeuta, lea más sobre sexualidad y recuerde que el sexo es algo hermoso que el Señor nos legó, no un deporte ni una competencia.
El sexo debe ser ejercido con responsabilidad y teniendo en cuenta que podemos afectar emocionalmente al compañero si jugamos con sus sentimientos.
No abuse ni se deje abusar. Esos son malos caminos para su salud mental y para la salud mental de su compañero.
¡Que Jesús le dé luz!


Querida Nancy:
Lo que me impulsa a escribirle es presentarle mis problemas. Me siento angustiado. Soy un joven de veintisiete años, tuve una mujer, nos casamos, pero mi amor fue muy maltratado por ella debido a la traición. Después de tres años pensé experimentar otra vida con una mujer mayor que yo. Esta señora tiene 44 años. Me siento adicto a ella. Quise saber por qué, lo intenté con otra mujer de 45 años y pasó lo mismo. Pero a la hora de tener relaciones, no tuvieron éxito, producto de la naturaleza caída. Me sentí muy triste y avergonzado al pensar en esa mala experiencia. Por favor necesito ayuda.
El Preocupado


Amigo Preocupado:
Si eres adicto a tu compañera de 44 años, es normal que hayas vivido un episodio de impotencia o disfunción eréctil por algo evidente: ibas a engañar a tu compañera. Precisamente lo que te hicieron. La culpa y el hecho de repetir la conducta que te hizo daño podrían ser la causa de tu disfunción eréctil situacional. No te avergüences de eso; nunca debemos avergonzarnos de lo que no podemos controlar y, salvo que seas de Marte o Júpiter, ningún terrícola masculino puede controlar su erección. Esto es algo totalmente involuntario, por tanto, no tienes la culpa. Explícale eso a tu “viejeva” y no le dés más mente al asunto, porque entonces sí puedes tener serios problemas. Todos los hombres tienen alguna vez en su vida una experiencia semejante. Es el resultado de querer tener sexo no relacional cuando se tiene una relación afectiva con otra persona.
El sexo no relacional es muy común en los hombres. Los doctores Ronald F. Levant y Gary R. Brooks han hecho varios estudios sobre la sexualidad masculina y los problemas que surgen en el sexo “sin relación”, que son producto de lo que la sociedad les pide y de los roles que les han enseñado erróneamente (ser el mal llamado “sexo fuerte”, no llorar, tener dinero, no tener miedo y ser un pene erecto caminando por la vida). Estos roles los llevan a una serie de expectativas de sí mismos y de sus parejas que son virtualmente imposibles de llevar a cabo, y que sólo los llevan a conductas disfuncionales y al fracaso en las relaciones.
El hombre aprende a que “está bien” tener sexo divorciado del afecto —lo que los doctores llaman sexo no relacional—, sin intimidad o vínculo emocional, sólo guiado por la lujuria. Este tipo de sexo es experimentado por la mujer como si fuera forzada, casi violada, mientras un hombre lo ve como que simplemente “negoció” tener sexo con ella.
Lo triste del caso es que este sexo sin relación es común; es una adaptación “defensiva” del hombre a las exigencias inhumanas que le hace esta sociedad. Es mucho más complejo que simplemente decir que los hombres son de Marte y las mujeres de Venus. Se encuentra muy relacionado con las diferencias de género y cómo somos socializados por ellas. Es muy importante conocer mediante la educación el efecto, el significado y el origen de este sexo sin relación ni afecto, ya que afecta a la pareja, a la familia y al futuro de la sociedad. Y más que a nadie, afecta a los hombres que lo practican porque les impide desarrollarse; contribuye a que fracasen en su matrimonio y a que se queden solos en su vejez. A su vez, es aprendido por los hijos y repetido una y otra vez hasta el infinito, lo cual perpetúa el dolor, la infelicidad y la desconexión entre los hombres y las mujeres del mundo.
Con esto no quiero echarle leña al fuego, no quiero sumarle más a la guerra que existe aún entre los sexos. Mi actitud es conciliar, tratar de que la mujer entienda al hombre y lo ayude a dar el paso, a subir el escalón que necesita, para convertirse en “el nuevo masculino” que pide a gritos esta sociedad.
Hay que enfrentar el problema y no hacer como el avestruz. Las estadísticas de divorcios indican que las mujeres “dejan” sus matrimonios dos veces más que los hombres. En otras palabras, hay una desconexión entre el hombre y la mujer. ¿Seguiremos ignorándola?
Si el hombre sigue presentando esa conducta con frecuencia, es hora de hacer una cita con un buen psicólogo y sexólogo. Lo penoso es que muchos hombres alardean sobre su conducta sexual: es de machos tener varias novias; es de machos jugar con los sentimientos de las mujeres; es de machos el ser infieles, tener amantes, y acostarse hasta con una cucaracha con falda si la ocasión así lo amerita. Lo cual es totalmente disfuncional e inaceptable en esta época de tantas infecciones de transmisión sexual y de pandemia de embarazos entre adolescentes, hijos sin padres, etc. El sexo es hermoso, pero es un acto de mucha responsabilidad.
¡Mucha suerte!


Hola Nancy:
A casi tres años de haberme divorciado, después de nueve de matrimonio, he llegado a la edad de cincuenta años. Desde que tengo uso de razón, soltero o casado, siempre he sido muy activo en el sexo. Sin embargo, en los últimos dieciocho meses me he abstenido por dos razones: una, por no gustar del sexo plástico (condones) y la otra, por querer ser fiel a la nueva y hermosa relación que quiero llevar a feliz término. Mi pregunta es: ¿podría esto afectarme en el futuro inmediato? Dicen mis amigos que esta abstinencia y los treinta años que llevo fumando me han de dejar impotente.
Muy atentamente,
Llegati


Querido Llegati:
Aunque a mayor actividad, mejor respuesta sexual, no creo que un poco de abstinencia logre volverlo impotente. El cigarrillo en grandes cantidades, sí. La nicotina puede afectar la erección. Masturbarse puede ser una solución en lo que puede tener relaciones sexuales con ese nuevo amor. Sé que muchos le dirán que a su edad la masturbación no debe ser, que eso es para adolescentes, etc. No les haga caso: si usted no se siente mal, es la mejor y más segura opción.
Lo llamado por usted sexo plástico, o sea, el uso de condones o preservativos, sí que es un asunto serio. En esta época tener sexo sin condón o sea, “ir al cumpleaños sin gorrito”, es tremendo riesgo. Me explico: la gran incidencia de VIH, de herpes genital, de virus del papiloma, entre otras infecciones de transmisión sexual que andan por ahí, es una realidad espeluznante. Todos estamos en riesgo. Cada vez que usted se acuesta con alguien, se está acostando con todos los que esa persona se acostó. El riesgo existe incluso en una relación monógama (tener sexo con una sola persona), ya que no sabe con quién le puede ser infiel esa persona, en cualquier momento, y basta una sola relación sexual para infectarse. Las pruebas de laboratorio sólo dicen que hasta ese día usted estaba bien; si en la noche se infecta, no sale. Hay quienes dicen que aquella persona parece limpia, no tiene muchas parejas, etc. Ese tipo de infecciones no se ven en la cara de la persona… y basta con sólo una noche, una pareja, para infectarse. Por lo que le digo: sin gorrito no hay cumpleaños.
Por otro lado, permítame felicitarlo: es reconfortante oír a un hombre hablar de fidelidad.
¡Que la Fuerza lo acompañe!


Querida Nancy:
Yo soy gay, estoy “asfixiado” por un muchacho que me tiene loco. Cuando nos conocimos y nos enamoramos, vivimos una etapa preciosa. Un día se presentó en mi casa y me dijo que él no era gay, que yo lo había seducido y engañado, haciéndole creer que teníamos algo, pero que él era heterosexual y que lo dejara en paz. Me acusó de inducirlo a pensar y actuar como gay, y que si me atrevía a decir que entre nosotros había pasado algo, me sometería a la justicia por difamación.
Nancy, no entiendo nada. Hemos vivido más de tres años un amor intenso, apasionado, con una vida sexual activa y satisfactoria. Yo había tenido experiencias homosexuales y él no, pero no es un menor, yo no lo obligué y nunca se mostró con culpa o inseguridad en su orientación sexual. Somos dos profesionales, adultos y solteros… no entiendo. ¿Qué le pasa a este hombre que amo tanto? ¿Qué hago, Nancy?
Amante Frustrado


Querido Amante Frustrado:
Es muy difícil ser homosexual en esta época y en esta sociedad. A menudo se afirma lo contrario; hay leyes que dicen prohibir la discriminación por la orientación sexual de una persona… pero eso es “buche y pluma nada más”… o sea, mentira. Seguimos rechazando a los homosexuales, los seguimos tratando como seres de otro planeta, y en el fondo tenemos miedo a las personas que son diferentes a nosotros en su orientación sexual. Otros todavía creen que la homosexualidad es un virus que se contagia, muchos los ven como seres enfermos y dañinos para la sociedad, etc. Esta actitud que, repito, aún persiste, es una vergüenza para la humanidad. Nadie elige ser gay, y el mundo les debe mucho a los grandes artistas, científicos, escritores, profesionales de las leyes, la medicina, etc., que son o fueron homosexuales. Hay seres humanos que nunca superan ese miedo al rechazo, a enfrentar a su familia, a la sociedad, a sus amigos, a sus compañeros de trabajo, etcétera.
Su amante tiene un ataque de miedo agudo que lo ha llevado a hacer algo natural pero muy desleal: culpar a otro de mi conducta, negar mi realidad y “proyectar” en los otros lo que no quiero ver en mí, lo que no puedo aceptar. Eso no se supera sin la intervención de un terapeuta, sin enfrentar su “sombra”. Pero le tengo una mala noticia: él está al principio del proceso, ¿está usted dispuesto a esperarlo? Muchos se quedan en esa etapa. ¡Otros llegan a tal grado de negación que se casan y hasta tienen hijos!
Si me pide un consejo, le diría: olvídelo. Más pa’lante vive gente, en casa de concreto y hasta con vista al mar.
¡Que la Fuerza lo acompañe!


Querida Nancy:
Soy una joven de veinte años. Mi problema es el siguiente: tuve relaciones sexuales con un hombre casado; no sé cómo pasó en realidad; me presionó.
Ahora me siento muy deprimida; pienso que ningún otro hombre se casará conmigo. Después tuve un noviazgo durante dos años sin tener relaciones sexuales. Le comenté a mi novio lo que me había pasado. Me dijo que no era raro en esta época, que no me preocupara mucho, pero con el tiempo terminamos porque él es evangélico y quería que yo también lo fuera. Él quería cambiar mi forma de pensar, de actuar, y eso no puedo hacerlo por nadie.
Mi pregunta es la siguiente: ¿Tengo que vivir con un hombre que no quiero, porque me hizo mujer? Él me ha propuesto vivir con él. Siempre soñé con tener una familia con un hombre soltero, pero ya no sé qué hacer; dígame usted qué hago.
Que Dios le bendiga por su gran saber.
Alba


Querida Alba:
Tú eres un ser importante, eres hija de Dios y Dios no hace disparates. ¿Crees tú que Dios te valoraría por tener un pedacito de membrana, llamada himen, en la entrada de tu vagina? ¿Es eso lo que determina la calidad humana, el valor de una mujer? ¿Merece un hombre, que te exige virginidad sin él tenerla, que tú lo ames?
Una pareja debe ser un espacio para sentirnos escuchados, comprendidos, amados y valorados. Si esto no se da, la pareja es un fracaso. Los seres humanos necesitamos ser libres, crecer, desarrollarnos, para poder aportar a una relación de pareja. Debe existir una posición de igualdad, de “yo aprendo cosas de ti, y tú de mí”.
Ámate y valórate más; tú puedes lograrlo. No tienes que vivir con un hombre que no amas sólo porque tuviste sexo con él, y además, una galleta con gorgojo, o sea, un hombre casado. Sólo por un momento imagínate que sales embarazada; tu hijo viviría una situación muy rara: no podría tener a su padre, quizás no podría relacionarse con sus hermanos, nunca pasaría unas Navidades con su padre, ni podría viajar con él. Si tú quieres ponerte en esa situación tan horrorosa, es tu decisión, pero afectará a tu hijo, tu salud emocional y tu futuro. Aléjate de inmediato de situaciones con hombres no disponibles; sólo conducen al dolor. ¡Más pa’lante vive gente y en casa de concreto! Libérate de esas cadenas.
¡Dios te ama y bendice; no lo dudes!


Querida Nancy:
¿Se puede considerar normal a un hombre que no le guste hacer el sexo oral? A mí me llamó una compañera de alcoba, quien, rato después de hacer el amor, me pidió que le hiciera otra variante del sexo, a lo cual no accedí. Para más información, le informo que en los treinta y tantos años que llevo cumplidos, nunca he sentido atracción por esas aberraciones o fantasías sexuales. Considero que, con los atributos sexuales con los que me dotó la naturaleza tengo suficiente para satisfacer las ansias normales de amor de cualquier mujer. Estoy consciente de que muchos hombres realizan esta práctica, pero no va conmigo.
El Perplejo


Querido Perplejo:
Todo está permitido dentro del acto sexual si ambos miembros de la pareja están de acuerdo. El orogenital es una caricia muy popular y, según “El informe Hite: Estudio de la Sexualidad Masculina”, es una de las caricias preferidas por los hombres. Pero si a usted no le gusta practicarlo, no debe sentirse anormal, como tampoco debe pensar que es anormal quien lo disfruta. Sería bueno que leyera más sobre sexualidad o que tomara un curso. Su carta destila ignorancia sexual y serios conflictos sobre lo que es un sexo sano por sus concepciones un tanto arcaicas. Lo primero es que la palabra aberración ha sido eliminada del diccionario sexual desde hace años. No se usa por ser muy despectiva, en su lugar se usa “parafilia”. También debo informarle que el orogenital no es una parafilia, sino una práctica totalmente normal y, repito, es la caricia preferida por la mayoría de los hombres en el mundo. Además, es una práctica muy vieja.
Podría entender que tenga problemas con su sexualidad, que sea un analfabeto sexual, que haya sido afectado por una cantidad de tabúes originados en la educación que recibió de sus padres o en su escuela. Lo que no entiendo son sus ínfulas de superioridad cuando lo que dice simplemente refleja ignorancia y tabúes de la época de las cavernas.
Busque ayuda profesional urgente o será tildado de mal amante por muchas féminas… yo, entre ellas.
¡Que La Fuerza lo acompañe!


Querida Nancy:
Escojo este preciso momento para dirigirme a usted y explicarle mi problema, que es que no puedo dejar de fumar, no tengo fuerza de voluntad. La masturbación me hace daño, me masturbo mucho, no puedo dejar de masturbarme. Tengo la mente muy dividida sin saber qué camino escoger y, de seguir así, mi futuro será peor. Me preocupa mucho porque no consigo novia y no tengo mujer.
El Ansioso


Amigo Ansioso:
Tú no pusiste ningún seudónimo en tu carta y yo te puse “El Ansioso” porque lo que me cuentas tiene ese nombre, ansiedad.
Cuando nos masturbamos tanto y fumamos tanto, estamos tratando de calmar nuestra ansiedad. ¿Qué nos pasa, qué origina esa ansiedad? Ésa es la pregunta del millón de dólares, y la respuesta que tienes que encontrar, pero dudo que la puedas encontrar solo. Si así fuera, no estarías tan ansioso. El no conseguir novia es más de lo mismo: las personas que están como tú, en desarmonía, se les hace muy difícil lograr sus objetivos. Recuerda que una relación, una novia, una compañera, no es un cigarrillo que lo compras y lo fumas. Los sentimientos surgen espontáneamente; no los puedes planear ni controlar a tu antojo. Busca ayuda profesional para encontrar los orígenes de tu ansiedad; me parece que estás muy desesperado. La ansiedad y la desesperación son muy malas consejeras y conducen a serios problemas de salud, tan serios como los infartos. No tienes problemas de sexualidad; repito, es tu alto grado de ansiedad lo que te lleva a masturbarte tanto.
¡Que Dios te guíe!


Querida Nancy:
Soy un joven de veinte años y llevo tres años con mi novia de veintiún años, a la cual quiero muchísimo. El problema es que desde hace diez meses hemos intentado tener relaciones sexuales. Hasta ahora lo único que nos falta es la penetración. He intentado con mi pene y con los dedos. Con el pene, no he llegado a penetrar mi glande en su vagina porque le duele demasiado; y si uso mis dedos, entran, pero le duele muchísimo también, y además no siente placer.
¿Será que tengo el pene muy grueso o ella es muy estrecha, o he causado algún problema? Ayúdeme. Hemos hablado bastante sobre nuestro futuro, lo que pensamos hacer, y ahora tenemos este problema. Ella me dio mucha confianza, y además lo deseamos.
Le confía,
El Inquieto


Querido Amigo Inquieto:
No te culpes, no creo que tengas la culpa de nada. Tu novia parece tener una disfunción sexual llamada dispareunia (dolor en la penetración), o quizás sea vaginismo (contracciones muy fuertes e involuntarias de la vagina al intentar ser penetrada), pero eso no es lo más importante ahora. Lo que sí es urgente que hagan es buscar la ayuda de un profesional.
Primero deben consultar con un buen ginecólogo y después con un sexólogo, y preferiblemente que este sexólogo sea también psicólogo, ya que en el caso de ustedes hay asuntos emocionales que hay que resolver. Si nada de eso funciona, la hipnosis puede ayudarla.
Por gordo que sea tu pene, la vagina se adapta. ¿Recuerdas que por la vagina pasa la cabeza de un niño? No creo que sea ése el problema. Haz lo que te recomendé y todo se resolverá.
¡Suerte!


Querida Nancy:
La felicito por todas las actividades que realiza a favor de la educación sexual y de otros temas, en especial los que trata en su programa.
Soy un joven de veinticinco años y tengo serios problemas, tal vez por ignorancia o por poco conocimiento, que necesito entender, y creo que sólo usted puede ayudarme.
Quiero preguntarle si es normal que cuando me masturbo y tengo relaciones con mi pareja, eyaculo en un minuto. En realidad esto me preocupa como usted no se lo imagina, porque sé que no estoy satisfaciendo a mi pareja, y eso me tiene de mala manera. Sé que puede ser eyaculación precoz. ¿Pero cómo es la cosa? Por favor, respóndame tan pronto pueda, aunque soy paciente y además reconozco lo ocupada que está su agenda. Espero su respuesta. Muchas gracias por adelantado. Mucho éxito, que siga cosechando frutos, ayudando a las personas y que Dios la bendiga.
Atentamente,
Watson


Querido Amigo Watson:
Bienvenido al club. Son muchos los hombres con un problema parecido al tuyo. Lo primero que debes hacer es tranquilizarte; tu problema tiene solución. Según Helen Kaplan, una de las sexólogas más famosas del mundo, un 90% de los hombres que sufren de eyaculación precoz puede corregir este trastorno con un tratamiento relativamente corto. O sea, que de cada diez hombres que tienen eyaculación precoz, nueve se sanan. También es una disfunción sexual muy común.
La característica fundamental de la eyaculación precoz es que el hombre carece de control voluntario adecuado sobre la eyaculación, y como resultado llega al clímax antes de quererlo. Esto es lo más importante: llegar al clímax involuntariamente, antes de quererlo. Te recomiendo primero que te compres un libro sobre los ejercicios que debes hacer (existen varios). Si no funciona y sigues teniendo con frecuencia esa respuesta cuando haces el amor, entonces debes buscar la ayuda de un buen terapeuta sexual. Si con una terapia sexual no resuelves el problema, entonces prueba otros tipos de terapia, tales como la hipnoterapia (hipnosis), terapia de pareja o de orientación analítica. Muchas veces la disfunción sexual no es mas que un “síntoma” de un problema emocional profundo o de un conflicto de pareja. Así como la fiebre no es una enfermedad, sino que es una infección lo que produce fiebre.
¡Que todo te salga bien!


Querida Nancy:
Que Dios te bendiga siempre. Mi problema es el siguiente: tengo veintitrés años y mi esposa tiene veinte años. Tenemos dos años de casados y ella casi nunca llega al orgasmo; dice que la lastimo porque tengo el pene un poco grande y torcido. ¿Qué puedo hacer? Yo reconozco que es verdad, es muy torcido. ¿Me podrían hacer una operación, para ver si se me endereza?
Esposo Preocupado


Querido Esposo Preocupado:
Todo tiene solución en esta vida, no te desesperes. Existen posiciones que pueden ayudarte en lo que se refiere al tamaño de tu pene. Ojalá que esto lo lean muchos hombres y mujeres que creen que un pene muy grande es necesario, que es un orgullo. Como bien has podido comprobar, un pene grande puede generar ciertos problemas en algunos casos. En cuanto al pene torcido, sería bueno que fueras a ver a un urólogo, porque me parece que se trata de la enfermedad de Peyronie.
Una vez que se haya determinado exactamente lo que pasa, una visita a un sexólogo sería de gran ayuda, tanto para discutir lo de las posiciones como para restaurar la confianza y ver si realmente tu esposa se está excitando lo suficiente, ya que la vagina se extiende y adapta al tamaño del pene si la excitación es suficiente.
La sexualidad es algo muy delicado, cualquier situación influye en nuestra respuesta. Es importante evaluar los miedos de ambos ante estos inconvenientes que les ha tocado vivir.
¡Que la Fuerza te acompañe!


Querida Nancy:
Que Dios te bendiga y te guíe para que sigas ayudando a tantas personas. Mi problema es el siguiente: soy una joven de veintidós años. Estudio y trabajo. Hace un tiempo me enamoré y luego de tres años de amores me casé. Actualmente tengo seis años de casada. Mi esposo es un muchacho joven, de veintitrés años. Él también estudia y trabaja, y la verdad es que nos llevamos muy bien. Mi problema es que cuando tenemos relaciones me es casi imposible alcanzar el orgasmo. Digo casi porque ha habido algunas pocas ocasiones en las que he podido conseguirlo mediante el sexo oral, pero muchas veces ni siquiera así puedo lograrlo. Muchas veces he tenido que fingir. No me atrevo a decirle a mi esposo la verdad porque se sentiría engañado y no me lo perdonaría.
Por artículos que he leído, pienso que sufro de anorgasmia. La verdad es que me siento desesperada. Él me gusta y me excita con tan sólo tocarme, pero cuando hacemos el amor sólo siento rabia y frustración. Muchas veces hasta le he hablado mal como si él tuviera la culpa, cuando yo sé que no es así.
Nancy, mi padre murió cuando yo tenía cinco años y recuerdo que en esos tiempos un esposo de una tía mía y un hermano mío llegaron a manosearme. Yo nunca me atreví a decir nada pues estaba horrorizada y con el tiempo lo fui olvidando. Ahora me pregunto si eso me afectó de algún modo que me impide tener una vida sexual normal con este hombre que amo.
Te suplico que me contestes. Ante todo me preocupa mi salud sexual, espiritual y la estabilidad de mi matrimonio, pues juré ante el altar que será para siempre. Además me preocupa tener que vivir un engaño, necesito sentirme una mujer normal. Te suplico que me ayudes.
Atentamente,
La Anorgásmica


Querida Amiga Anorgásmica:
Es indudable que ese abuso sexual a tan tierna edad, y con el agravante de la muerte reciente de tu padre, está afectando tu vida sexual actual. Por eso el abuso es un crimen, daña a las personas y a su sexualidad.
Lo primero que debes hacer es hablar con tu marido; cuéntale sobre el abuso que sufriste y tus problemas; no le finjas más orgasmos. Claro, hazlo cuando te sientas lista. En segundo lugar, te recomiendo que compres algún un libro acerca de cómo alcanzar el orgasmo (hay varios en el mercado). Estos libros contienen ejercicios; hazlos. Lo tercero que debes hacer es buscar ayuda profesional y asistir a los grupos de apoyo para personas que han sido víctimas de abuso.
Tú no eres responsable de lo que te pasó, no te culpes. Hay salidas y puedes superarlo, pero debes trabajar en eso y crear un vínculo de verdadera comunicación con tu esposo.
¡Dios te bendiga!


Querida Nancy:
Soy una joven de veintitrés años, tuve mi primera relación a los diecisiete y desde hace cuatro años que no he vuelto a tener sexo. Durante mis experiencias sexuales, las cuales fueron esporádicas pues no soy casada, siempre tuve miedo de no satisfacer a mi pareja por ser muy ancha, aunque él siempre experimentaba orgasmos y me decía sentirse satisfecho. Aun así yo pensaba que no lo estaba complaciendo adecuadamente, y eso me hace sentir mal. Por eso quisiera que usted me aconsejara, ya que tengo miedo de empezar una relación nuevamente pensando en eso.
Aconséjeme por favor; quiero vivir una vida sexual plena, pero el hecho de pensar que soy ancha no me deja tenerla.
Sé que su tiempo es muy limitado, pero necesito de su orientación ya que le di a ese hombre mi virginidad y se fue, me dejó sin ninguna explicación y parece que ya no le interesa nada conmigo. Al principio, cuando me dejó y no respondía mis llamadas ni me dio ninguna explicación, estaba tan rabiosa que no comía, ni dormía, casi me volví loca. Intenté suicidarme, estuve sumida en una gran depresión. Ahora poco a poco estoy saliendo de ese oscuro hoyo en que me sentía. Aún siento mucha rabia. Le di mi virginidad, y para mí eso es muy importante. Jugó con mis sentimientos y jamás he sabido de él. Me usó como si fuera un vaso plástico desechable.
Que el Señor me la cuide siempre por todas las orientaciones que nos ofrece.
Amiga Abandonada


Amiga Abandonada:
Es muy simple creer que un hombre se comporta así porque no sabemos hacer el amor o porque somos “anchas”. El asunto es mucho más complicado. El punto es que los hombres, en su mayoría, no son responsables con las personas que aman; juegan con los sentimientos de las mujeres, no saben manejar los afectos, y quieren mantener relaciones con dos mujeres a la vez para verse en más líos todavía. Ese irresponsable no se merece tanto dolor, y mucho menos que tú pienses en quitarte la vida. Es difícil que lo olvides con tanta rabia tragada; debes sacar esa rabia. ¿Sabes adónde dirigirla? A él. Escríbele cartas y expresa todo eso que sientes. Habla con él y dile todo lo que deseas decir. Lo menos que puede hacer es oírte. Si él está en un sitio donde tú no puedes localizarlo, escríbele a su correo electrónico. Tienes derecho a ser escuchada.
Por lo que me dices veo que valoras mucho la virginidad. Recuerda que tú eres mucho más que una membranita a la entrada de la vagina. Valórate, haz ejercicio, eso te ayudaría a sacar la rabia; busca ayuda profesional, date permiso para sentir lo que sientes y, sobre todo, perdónate. Acepta que no supiste elegir a la persona a la que le ibas a entregar todo. La próxima vez debes ser más cuidadosa.
En cuanto a si eres muy ancha, ve al médico para evaluarlo. Es raro que eso te esté pasando sin haber tenido hijos. La vagina se ensancha y se desgarra cuando hemos tenido varios partos vaginales. En esos casos se puede reconstruir con una operación sencilla. Lo ideal para prevenir esto es hacer ejercicios de contraer y aflojar la vagina, cada vez que lo recordemos. Es el mismo ejercicio que hacemos cuando apretamos para aguantar cuando no podemos ir al baño. En fin, ese problema tiene solución; me preocupa más tu situación afectiva, emocional.
Como siempre digo: más pa’lante vive gente y en casa de concreto. La vida es hermosa y continúa. Esta experiencia te debe permitir aprender sobre la vida y el amor; a eso hemos venido al mundo. Después de un tiempo podrás perdonar a ese estúpido, digno de lástima, al que le permitiste que te dañara tanto emocionalmente. Volverás a amar, te lo aseguro, y esa vez quizás encuentres y elijas a alguien que valga la pena.
¡Que Dios te guíe!


Querida Nancy:
Muchos saludos y aprecios. Quiero comentarte algo que me tiene muy intrigada. Oí en uno de tus programas a una joven que estaba preocupada porque consideraba que su marido iba a pensar que ella estaba loca o era fuera de lo común por darle varios orgasmos a la vez. Yo particularmente no le creo. Ningún hombre es capaz de hacer que una mujer tenga más de cuatro orgasmos. Ella y él serán entonces de otro planeta.
Yo solamente le doy a mi marido como máximo tres y mira que disfruto de verdad. A mi entender, eso no puede ser verdad. Y si es cierto, que me excuse, y que sea muy feliz en su relación tan arrolladora.
Le pedimos a la persona de tan encantador “don” que se comunique con usted de nuevo por medio de cartas para que nos ayude a muchas, que de verdad necesitamos agradar a nuestros maridos. No me estoy burlando de ella. Pero, ¿cree usted que sea cierto, Nancy? ¿Puede una mujer tener esa cantidad tan enorme de orgasmos? Y eso que ella dice que tiene más de quince en cuatro horas. ¿Puede ser posible?
Devuélvame pronto la respuesta por favor, ya que esa joven sin quererlo nos ha preocupado a mí y a mis amigas por nuestra relación con nuestros maridos.
Atentamente,
La Contrariada


Querida Contrariada:
¡No se contraríe por tan poca cosa! Es cierto, una mujer multiorgásmica puede tener mucho más de quince orgasmos en cuatro horas. Una mujer multiorgásmica puede tener hasta cinco o seis orgasmos en cada coito con su pareja sexual. Existen mujeres que pueden tener orgasmos con sólo ser besadas por sus amantes o esposos. Existen mujeres que incluso antes de ser penetradas han tenido varios orgasmos. Algo diferente pasa con los hombres. En eso usted tiene razón: pocos hombres pueden tener más de dos o tres orgasmos, y esto disminuye con la edad. Los hombres de más edad duran más tiempo, aunque difícilmente tienen más de un coito con orgasmo. Esto es sumamente beneficioso para la mujer, ya que necesitamos más tiempo que el hombre para excitarnos. Tengo que decirle que también los hombres pueden ser multiorgásmicos, si hacen lo que tienen que hacer (y que se explica en varios libros que tratan sobre este tema). Básicamente consiste en aprender a tener un orgasmo sin eyacular, hasta que al final se eyacula.
En un programa de televisión muy popular, se hizo una encuesta sobre mi respuesta a la pregunta de cuántos orgasmos se pueden tener en una noche de amor. Los resultados me llevan a una triste conclusión: qué mal estamos, sexualmente hablando, los latinoamericanos. Según los que llamaron o escribieron al correo electrónico, la mayoría tiene un sexo aburrido, mecánico y pobre. Es una pena. Solo el 27% considera que se pueden tener más de veinte orgasmos en un encuentro sexual.
Antes se creía que sólo una cantidad mínima de mujeres eran multiorgásmicas, o sea, tenían la capacidad de tener muchos orgasmos seguidos. Hoy sabemos que todas las mujeres tienen la capacidad de ser multiorgásmicas. Si lo es o no lo es, depende de que su compañero la estimule tan pronto empiece a “bajar” al tener un orgasmo, a entrar en la etapa de resolución. Al ser estimulada sexualmente al poco tiempo de obtener su primer orgasmo, logra que la mujer vuelva a estimularse y tenga uno, dos, tres, cuarenta orgasmos si quiere… algo maravilloso. Cuando alcanza el último, es tan fuerte y placentero, que es una experiencia casi de éxtasis.
Además se creía que los hombres no podían tener más de un orgasmo. Ya está comprobado científicamente que el hombre, si logra separar la eyaculación del orgasmo con ejercicios simples, puede ser multiorgásmico como la mujer. Lo único que debe aprender es a llegar al orgasmo sin eyacular. Esto se consigue con un simple ejercicio, adquiriendo control sobre el músculo pubocoxígeo. Hará el amor toda la noche sin parar hasta que no quiera más y entonces eyacula.
Este tema es tan viejo como la humanidad. En Oriente se practica el sexo tántrico, el cual consiste, entre otras cosas, en aprender a tener orgasmos múltiples. Ellos descubrieron mucho antes que la ciencia que mientras más orgasmos tengamos o más nos acerquemos a él y lo detengamos, más fuerte y gratificante será el orgasmo final. Hicieron del sexo una experiencia de éxtasis plena, un arte.
Nosotros, debido a nuestra cultura judeocristiana, tenemos una serie de tabúes sobre la sexualidad, y por ello tenemos un sexo muy mecánico, muy casero y rutinario. Ojo, hombres, si algo odia una mujer es tener sexo monótono, casero, mecánico. El hombre, por su miedo a perder la erección, tiende a ir directo al grano. Además de que se satisface mucho más rápido que la mujer, no disfruta al hacer el amor y termina siendo muy mal amante. Las mujeres queremos un amante de mano lenta, adoramos el sexo gourmet, el sexo que es como una buena cena: despacito, suavemente y tomándose su tiempo.
Ya lo he dicho en varias ocasiones: he observado que la mayoría de los hispanos tenemos mucho que aprender sobre este tema. Hemos confundido la práctica con la teoría. Los hombres hispanos, sobre todo, practican mucho; pero en teoría, en conocimiento sobre sexo, sacan cero si les dan un examen. Sin teoría no puede haber buena práctica. La sexualidad es algo que se desarrolla, nace con nosotros y no tiene límite; los límites se los ponemos nosotros mismos. En el placer sexual, el cielo es el límite.
Estoy segura que los de esa encuesta nunca se han leído un buen libro sobre sexualidad, nunca han intentado pasar horas haciendo el amor. Pobrecitos: lo que se están perdiendo.
Por último, no es su marido quien le da el orgasmo a usted. Usted y sólo usted es responsable de su orgasmo. Él puede crear el ambiente adecuado y acompañarla en el camino, pero cada quien es responsable de su orgasmo.
No se angustie: el sexo no es una carrera para ver quién tiene más orgasmos; el sexo es mucho más que eso. Pero si quiere ser multiorgásmica como la señora del programa, lo puede lograr. Y definitivamente, debe ponerse al día… No sabe lo que se está perdiendo.
¡Suerte! ¡Que el Señor la bendiga!


Distinguida Nancy:
Aprovecho la ocasión para decirte que te admiro mucho por ser tan sincera y franca, y por decir la verdad a las personas que van a tu programa sin importar si se sienten bien o mal. Te felicito por tu franqueza.
Nancy, mi preocupación es la siguiente: estoy teniendo sexo anal, y tengo mucho miedo cuando lo tengo, porque pienso que puedo tener una hemorragia anal o un desgarramiento del ano. Estas relaciones son de mutuo acuerdo entre nosotros, no estoy obligada ni lo hago por complacerlo. Pero es un serio problema ya que el miedo me está matando. Dime si puede ocurrir lo que te dije anteriormente, o si puedo continuar porque no me va a pasar nada. Apelo a ti, porque sé que eres la única persona que me puede ayudar.
¡Que Dios te bendiga y sigue adelante con tu programa, que está ayudando a muchas personas!
Lala


Querida Lala:
Los pequeños vasos sanguíneos de esa zona de nuestro cuerpo se rompen muy fácilmente. Por esa razón se recomienda tener mucho cuidado en la penetración: usar un lubricante y preferiblemente hacerlo con un condón o preservativo, ya que otra posible consecuencia de las relaciones anales es la infección si después se penetra la vagina sin haber lavado el pene con agua y jabón. Esto es un tanto difícil porque implica parar la relación sexual. Es más fácil quitar el preservativo y entonces penetrar la vagina, pero aún así no es seguro.
En las relaciones anales es más fácil que se transmita el VIH porque se rompen vasitos sanguíneos durante la penetración. Como sabrás, el contacto con la sangre y la oportunidad de llegar rápidamente a la circulación sanguínea, son dos factores determinantes en el contagio del virus.
Por otro lado, quiero reiterarte que la penetración anal es considerada normal por los sexólogos, siempre y cuando las dos personas involucradas estén de acuerdo. Nunca debemos hacer algo por complacer a otro. Tanto en la sexualidad como en las relaciones en general, debemos hacer lo que queremos hacer, actuar porque deseamos hacerlo así, no para complacer a otro o por pena.
Muchas personas piensan que las relaciones anales son sólo para homosexuales y no es así. En un estudio hecho en la Universidad de Puerto Rico se determinó que dicha práctica era muy común entre los estudiantes heterosexuales. Muchas mujeres la llevan a cabo para no quedar embarazadas ni perder el himen.
Para la mayoría de la gente, el coito anal es una variante experimental u ocasional más que algo definitivo en su vida sexual. Algunos lo apoyan con entusiasmo y otros lo consideran muy vulgar y ofensivo. Existe cierto riesgo de lesión, sobre todo si lo practica un varón torpe, y hay un riesgo constante de infección si se continúa con el coito vaginal sin lavarse primero.
Espero que todo esto te ayude, trata de investigar más sobre el tema. ¡Suerte!


Hola, mi psicóloga:
Soy una joven de veintiún años. Desde hace dos años tengo relaciones con mi novio, que tiene veintiséis. Él es muy dulce, pero yo tengo problemas en lo siguiente: cuando tenemos relaciones no me gusta que me vea desnuda. Cuando me está haciendo el orogenital, no permito que me vea. Es muy raro cuando alcanzo el clímax. Si me pregunta si me sucede algo, tengo temor de hablar. Si hacemos el amor tiene que ser en total oscuridad. Él me adora, yo lo quiero, pero no como él a mí.
Necesito su ayuda, pues deseo tener una relación sana para poder disfrutarla.
La Miedosa


Querida Miedosa:
No me extraña que a veces no tengas orgasmos; lo raro es que los tengas con esa actitud tan negativa ante el sexo y ante tu cuerpo. Pero puedes superar estos problemas.
Primero que nada, tienes que leer libros de educación sexual urgentemente. Debes tratar de hablar con él para que puedan ayudarse y entenderse. Las mentiras y la falta de comunicación honesta es lo peor que puede suceder en una relación de pareja.
Trata de leer libros sobre cómo alcanzar el orgasmo (los hay muy buenos), y haz los ejercicios que recomiendan.
Por lo que me cuentas, todo parece ser mala educación sexual: llena de tabúes, vergüenza al cuerpo, etc. Si no lo resuelves leyendo libros sobre el tema y hablando con tu novio, busca la ayuda de un sexólogo.
¡Que todo te salga bien!


Hola Nancy:
Soy una mujer de veintiséis años, divorciada. Tengo relaciones con una persona hace tres años; nos comprendemos y tenemos planes de formar una familia juntos, pero tengo algunos problemitas en cuanto al sexo se refiere. Realizarle el contacto bucogenital me resulta difícil: cada vez que trato de hacerlo, me causa repulsión. Eso me tiene desesperada porque, aunque él me comprende, sé que se siente mal porque él me lo hace a mí.
No sé si esto es de psicólogo. Trato de no pensar en ello, pero me resulta difícil. Deseo una orientación al respeto.
Atentamente,
La Desorientada


Querida Desorientada:
Claro que es psicológico, y casi siempre obedece a todos esos tabúes que nos rodean y que aprendemos en relación al sexo. Aunque también podría ser que sufriste abuso y no lo recuerdas. Muchas niñas son forzadas a realizar sexo oral por adultos. Esto es muy doloroso para ellas y por ello lo olvidan, pero quedan secuelas que afectan su vida sexual futura.
La caricia orogenital o bucogenital es una de las preferidas por los hombres; es de las más excitantes. El sexo oral, además de proveer sensaciones placenteras, genera vínculos muy profundos e intensos, por el grado de intimidad que este acto genera. El área genital bien aseada no contiene tantas bacterias como la boca. Sin embargo, el beso en la boca se percibe como algo romántico y el urogenital como asqueroso. De todas formas, lo que te digo es sólo razonamiento. Lo que sientes no tiene que ver con la razón. Si así fuera, lo podrías resolver con sólo pensar que a tu marido le gusta esa caricia. Un sexólogo podría ayudarte. De no ser así, la hipnosis puede funcionar muy bien. También lee sobre el tema: la información nunca está de más y nos ayuda a entender lo que podría estar sucediéndonos.
¡Suerte!


Distinguida Nancy:
Somos una pareja de jóvenes fogosos que vivimos juntos desde hace ocho meses. Al principio no nos atrevíamos a escribirte, pero a raíz de la situación crítica en la que nos encontramos como pareja, hemos reunido el valor para confesarte en estas líneas nuestro problema. Por favor, ayúdanos.
Nuestro problema es el siguiente: mi novia es una mujer con una gran adicción por el sexo. Se excita con el más mínimo detalle, incluso mirando el abanico le surgen pensamientos eróticos y me vuela encima. Es una ninfómana incurable, pero con el agravante de que sus ataques de pasión le surgen en lugares públicos y generalmente frente a otras personas. Ella empieza a desnudarse de una manera feroz y entre más personas se acercan, más aumentan sus deseos carnales, lo que hace que detenerla sea prácticamente imposible. Yo por mi parte también soy de sangre caliente pero con el pequeño detalle de que al hacer el amor siento una necesidad sobrehumana de expresar mis emociones de una manera poco usual: me da por aullar, cantar y gritar todo tipo de palabras obscenas que se me crucen por la mente, y cuanto más intensa es la pasión, más graves y altas son mis expresiones de amor.
Imagínate, querida Nancy, las embarazosas situaciones en las que nos hemos encontrado cada vez que salimos a cualquier lugar. Hemos caído presos en varias ocasiones por esta situación. Ya ni a la policía respetamos. Es difícil nuestro caso, pero te rogamos que con tu sabiduría y profesionalidad nos guíes a ser personas dignas de convivir con los demás.
Los Ninfómanos Públicos


Queridos Amigos:
En primer lugar, no les creo mucho lo que me dicen porque, de ser como lo cuentan, ustedes no estarían libres sino que me estarían escribiendo desde la cárcel. Segundo: el término “ninfomanía” ya no se usa, ha sido reemplazado con la frase “adicción sexual”. Por último, voy a contestar su carta porque siempre alguien puede aprender algo de esto.
Necesitan ayuda profesional urgentemente, porque en nuestra sociedad lo que ustedes hacen está penado por la ley, y a decir verdad, como que se sale un poco de la norma. Esas conductas obedecen sin lugar a dudas a razones que no son sexuales. Hay una mezcla de exhibicionismo, agresividad y falta de respeto por las reglas sociales. Ustedes tiene la mitad del problema resuelto al reconocer que deben buscar ayuda; el próximo paso es hacerlo.
Es muy excitante hablar y gritar cuando se hace el amor, pero como siempre digo: la respuesta a todo está en el término medio. Una cosa es dejar salir la pasión y otra gritar tanto que se haga un escándalo. Una cosa es tener una mujer apasionada, como parece ser la tuya, y otra muy diferente es hacer el amor en la calle. Es cuestión de “grados”. Hagan una cita urgente con un buen terapeuta.
¡Suerte, la van a necesitar!


Estimada señora:
Por medio de la presente solicito cortésmente que me ayude aconsejándome como si yo fuera una persona muy cercana a usted. El problema por el cual estoy pasando y que me atormenta es que estoy casada desde hace dos años, tenemos una niña de seis meses, pero a lo largo del último año me he sentido muy mal porque mis sentimientos hacia mi esposo han cambiado mucho.
Recuerdo que cuando trabajaba, había momentos en los que sentía una necesidad profunda de estar con él. En la actualidad no siento ni el más mínimo interés de pasar un momento con él y no tengo ningún deseo de tener relaciones sexuales. Creo que él es el responsable de esto que siento ahora. Lo culpo a él de que todo esto me suceda porque el tiempo que tenemos para hablar se lo dedica a sus amigos y yo sólo tengo tiempo de hablar con él en el momento de ir a la cama.
A mí me molesta de gran manera que dos personas que viven juntas y, lo más importante, que son esposos y se traten como eso en la cama, durante el día no se den ni un beso, un abrazo, una palabra agradable. Nuestra relación está muy mal.
Mi mayor preocupación es mi falta de deseo sexual. Muchas veces creo que es falta de motivación. Le suplico por favor que me aconseje qué hacer para volver a tener aquel deseo que sentía tiempo atrás. Nunca quisiera que mi familia se rompiera porque sufrí mucho la separación de mis padres y no quisiera que mi bebé la sufra también. Le suplico que me conteste lo antes posible. Gracias y que Dios la bendiga. Mucho éxito en su programa.
María


Querida María:
Es imposible sentir deseo por alguien que no nos dedica tiempo, alguien con quien no tenemos intimidad. Esa situación produce rabia, y la rabia es enemiga del deseo sexual. El sexo es comunicación, es relación con el otro, ternura, pasión. Cuando una mujer no se siente amada ni importante, el deseo se va. Para que una relación de pareja funcione se necesitan muchas variables: intimidad, compromiso, compatibilidad, pasión, etcétera.
Las estadísticas indican que las personas se divorcian pero vuelven a emparejarse, ya sea volviéndose a casar o en uniones libres. Resulta difícil vivir en pareja pero la necesitamos. La pareja es como un baile, una búsqueda de armonía, una búsqueda del ambiente adecuado para crecer y desarrollarnos. ¿Por qué se va el deseo? Cuando esto pasa, casi nunca estamos frente a un problema sexual, casi siempre estamos frente a un problema de comunicación. El sexo es comunicación. Si no comunicamos las cosas que no nos gustan, difícilmente vamos a poder comunicar los sentimientos hermosos, la pasión, el deseo, la ternura. ¿Y qué es el sexo sin estos elementos? Algo sumamente aburrido y poco gratificante. No es bueno ni sano, emocionalmente hablando, no decir lo que sentimos a nuestra pareja. No importa si eso que sentimos es rabia, dolor, angustia y frustración o, muy por el contrario, es ternura, afecto y amor. Si queremos conservar los sentimientos positivos, esos que sentíamos cuando empezó la relación, si queremos conservar la magia, la locura y la pasión, tenemos que expresar tanto los sentimientos negativos como los positivos.
El doctor Pedro Savage lo resume estupendamente, “La pareja no es un espacio de felicidad sino un espacio para crecer, un espacio de conflicto… si crecemos podremos encontrar la felicidad. Pero la pareja no es el espacio que nos va a brindar felicidad así porque así…hay que trabajarla, hay que crecer. Nuestra sociedad nos ha complicado aún más las cosas. Sabemos que los hombres y las mujeres somos diferentes. Venimos de diferentes familias de origen y por si eso fuera poco comenzamos ese baile que es la pareja, oyendo música distinta”. Tenemos distintas expectativas sobre quién va a dirigir el baile, y nos sentimos amenazados y temerosos de pisarnos los pies. Todo esto se confabula para hacernos muy difícil la tarea de descubrir un nosotros.
La mayoría de los hombres son analfabetos emocionales. Dé usted el primer paso, hay un bebé de por medio. Pienso que aún lo ama, pero está muy molesta. Vaya a un terapeuta de pareja; funciona aun si va usted sola si es que él se niega. No calle lo que está sintiendo, luche por su relación si aún lo ama y vale la pena.
¡El Señor la guíe!
