PSICOPOMPOS, CRIATURAS PROFÉTICAS
Ver el futuro es más una maldición que un regalo, porque quien lo ve teme tanto sus palabras como el que las escucha. Sibilas, profetas, oráculos; a lo largo de la historia las personas con el poder de ver más allá de su presente no han sido consideradas mensajeros de una verdad inevitable, sino las causantes de las desgracias que profetizan. Lo mismo ocurre con los seres de este y otros mundos que tienen el don de la adivinación. Entre ellos, los más terribles son los llamados psicopompos. Los psicopompos no son monstruos sedientos de sangre, no tienen garras ni dientes afilados o, si los tienen, no suelen usarlos contra los humanos. Solo transmiten un mensaje. Se trata de un mensaje de muerte, eso sí, porque quien los ve sabe que inevitablemente va a morir en poco tiempo.
Para los nativos de América del Norte, el sonido de un tambor solitario que se acerca a través de la pradera anuncia un destino terrible. Presagia la llegada del Acheri, el espíritu de una mujer joven que, después de morir bien por culpa de una enfermedad, bien por una muerte violenta, se levanta de su tumba para buscar a otros que compartan su sufrimiento. Arrastra sus pies huesudos, tiene la piel correosa, el cabello grisáceo y fino, parece un cadáver andante pero sus ojos brillan con una luz diabólica. Mientras golpea rítmicamente su tambor, el espectro canta en honor a los muertos que pronto habrá en el poblado.
SI OYES SU TAMBOR A LO LEJOS, CONSIDÉRATE AFORTUNADO, PORQUE AÚN TIENES LA OPORTUNIDAD DE HUIR.
En otras ocasiones, el acheri no se anuncia con el sonido de la percusión y los lamentos, sino que toma el aspecto de una niña frágil y enfermiza para acercarse mejor a los más jóvenes, que son su presa favorita. Pero quizá lo más terrorífico de este monstruo sea que para cazar a sus víctimas, ni siquiera necesita tocarlas: cualquiera que quede bajo la sombra de la criatura se contagia de una terrible enfermedad respiratoria de la que nunca se recupera. Si sospechas que un acheri anda cerca, puedes contrarrestar el poder de esta criatura vistiendo cintas y collares de color rojo. Este es, al parecer, el único método de protegerse contra este espectro.
Las familias de rancio abolengo en Irlanda tienen muchas ventajas: propiedades, honor, incluso algún castillo. Sin embargo, para algunas de las dinastías más antiguas e ilustres de esta isla, las tierras familiares incluyen un incómodo inquilino: una mujer espectral de largos cabellos y ojos oscuros como pozos que parece desvanecerse en la niebla que siempre la rodea, y que emite un hiriente sonido. Un canto entre el llanto y el grito que puede escucharse a grandes distancias. La buena noticia es que la criatura, llamada banshee, aparece solo en contadas ocasiones.
LA MALA ES QUE, CUANDO LO HACE, SE DEBE A QUE ALGUIEN, GENERALMENTE LA PERSONA QUE LA VE, ESTÁ A PUNTO DE MORIR.
Algunos dicen que es el terrible grito de la banshee lo que provoca la muerte en vez de predecirla, pero, en realidad, el comportamiento de este espectro, que algunos consideran una clase especialmente desagradable de hada, se limita a seguir una antigua tradición celta. Según la costumbre, tras la muerte de un miembro apreciado del clan, se contrataba a plañideras para acompañar el cuerpo durante el funeral. La única diferencia parece ser que la banshee va fuera de tiempo: se lamenta antes de la muerte y no después.
Se dice que todos tenemos un doble en alguna parte del mundo. Pero un dopplegänger no es una persona que se parece increíblemente a otra.
UN DOPPLEGÄNGER NO ES UNA PERSONA, NI SIQUIERA ES HUMANO.
Los antiguos egipcios ya creían en el ka, un doble espiritual que compartía apariencia y recuerdos con su equivalente físico. En la mitología escandinava se habla del vardøger, una especie de sonido, o incluso una visión premonitoria, casi como una anticipación que avisaba de la llegada de alguien. Puede que este sea, precisamente, el origen del dopplegänger: una proyección, un gemelo fantasmagórico. Pero en este caso no es solo una visión, sino que adquiere conciencia propia, y además esta conciencia deviene maligna.
Un dopplegänger puede aparecerse a su equivalente humana para susurrarle consejos que le llevarán a la perdición. También puede pasearse por la calle, ir de compras o visitar amigos mientras su gemelo de carne y hueso está en otra parte, lo que suele provocar interminables malentendidos. Si te pasa eso, puedes considerar que has tenido suerte.
LA MAYORÍA DE LAS VECES, SE APARECEN PARA ANUNCIAR TU MUERTE.
Según cuenta Abraham Lincoln, el decimosexto presidente de Estados Unidos, en su propia biografía, la noche de su elección como presidente, Lincoln llegó a su casa y se sentó en el sofá del salón para descansar. Entonces se dio cuenta de que en el espejo que había al fondo de la sala se veía reflejado a sí mismo no una, sino dos veces. El primer reflejo era perfectamente normal; el segundo, en cambio, tenía el rostro terriblemente pálido y la mirada ensombrecida. Lincoln no le dio más importancia a ese fenómeno. Ahora sabemos que fue asesinado antes de acabar su segundo mandato como presidente.
En la isla de Cerdeña cometer un crimen no sale gratis. Todos aquellos que hayan perpetrado una afrenta especialmente terrible contra sus semejantes se convertirán en boe erchitu. Esta criatura maldita tiene el aspecto de un enorme buey de color blanco con la cabeza coronada por dos pesadísimos cuernos de acero, seguramente símbolo de su castigo, sobre los que sostiene dos candiles que iluminan su camino. Las noches de luna llena el erchitu hace resonar sus pezuñas por las calles de los pueblos mientras bandadas de demonios bailan a su alrededor, pinchándole y torturándole por sus crímenes. Esta terrible procesión llega a su fin cuando el erchitu se detiene frente a una casa. Levanta su pesada cabeza y brama tres veces con tanta fuerza que todos los habitantes del pueblo lo escuchan.
EL BRAMIDO DEL ERCHITU SIGNIFICA QUE UN MIEMBRO DE ESA FAMILIA MORIRÁ EN MENOS DE UN AÑO.
Mientras en esa casa se llora, el resto de los habitantes del pueblo respiran aliviados. No hay forma de escapar de esta profecía de muerte, pero sí de deshacerse del erchitu para que no brame nunca más, aunque no es tarea fácil: solo dejará de hacerlo si alguien logra apagar los candiles que lleva en los cuernos de un soplo. Si esto falla, cortar los cuernos de la bestia libera de su maldición al hombre encerrado en el cuerpo del buey.
Si el perro es el mejor amigo del hombre, los perros negros son su peor pesadilla. Las islas Británicas son el hábitat natural de toda clase de seres monstruosos y el hogar de muchas variedades de perro negro. La lista es larga: barghist y padfoot en las zonas centrales de Gran Bretaña, cù sìth en Escocia o gwyllgi en Gales. Todos tienen un aspecto similar: son del tamaño de un ternero, con el pelaje oscuro y erizado, ojos rojizos o verduscos. Ligeramente distinto a sus parientes es el black shuck del oeste de Inglaterra. Este nombre deriva, al parecer, del inglés antiguo «succa», esto es, «demonio», y precisamente en demonios es en lo que pensaría un pobre viajero al encontrarse frente a esta enorme bestia, que además del pelaje negro que caracteriza a los de su especie, tiene, según algunos testigos, un solo ojo en medio de la frente.
Aunque los perros espectrales prefieren los caminos donde hay viajeros solitarios, no es extraño que se enfrenten a grupos mucho más numerosos. Uno de los encuentros más sorprendentes entre un perro negro y un grupo de personas ocurrió en el encantador pueblecito de Bungay, en Suffolk, en 1557. Según el testimonio de Abraham Fleming, el rector de la parroquia, estaba oficiando misa un tormentoso domingo de agosto cuando un enorme perro negro apareció como salido de la nada y, con una sola mirada, paralizó de terror a todos los presentes. El animal causó varios destrozos e hirió a dos hombres antes de desaparecer tan rápidamente como había llegado. A los pocos instantes, un rayo cayó sobre la iglesia. En una carta en la que relataba los hechos, el rector aseguraba que el mismo animal llegó a la vecina comunidad de Blythburgh, donde entró también en la iglesia, destrozó el altar y asesinó a dos hombres antes de huir. En la puerta de la iglesia todavía hoy pueden verse dos marcas calcinadas allí donde la arañaron las garras del animal.
NO ES UNA TAREA FÁCIL ESCAPAR DEL PERRO NEGRO: RESULTA IMPOSIBLE SUPERARLO EN VELOCIDAD Y LA MAYORÍA DE LAS ARMAS CONVENCIONALES SON INÚTILES CONTRA ESTA CRIATURA.
Una de las pocas medidas de defensa contra el perro negro es cruzar un río o un torrente. Se sabe que el barghist, como muchas otras criaturas diabólicas, es incapaz de cruzar corrientes de agua en movimiento, así que es posible que lo mismo ocurra con otras razas de perros negros. A pesar de todo, escapar del perro negro no siempre significa que estés a salvo. Estos seres a menudo actúan como psicopompos de modo que, aunque huyas, la muerte te alcanzará tarde o temprano.

