ÁFRICA

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ANGOLA

La Nova Cidade de Kilamba

Luanda, Provincia de Luanda

Agrupados en bloques al sur de la ronda que circunvala la capital de Angola se encuentran los edificios de apartamentos de ocho pisos, los espacios comerciales y las escuelas que componen la Nova Cidade de Kilamba: la ciudad nueva de Kilamba. El proyecto urbanístico, financiado con préstamos chinos garantizados por los ingresos del petróleo angoleño, surgió en el 2010. Con capacidad para un máximo de 500.000 residentes, Kilamba era la solución a la escasez de viviendas como consecuencia de la guerra civil del país, que duró 27 años y finalizó en el 2002.

Sin embargo, dos años después de su inauguración, Kilamba era prácticamente una ciudad fantasma. Aunque los apartamentos eran nuevos y resplandecientes, la infraestructura circundante no estaba a la altura. Los pocos habitantes dela urbanización padecían cortes de luz, falta de transporte público, acceso limitado a la sanidad y pocos servicios de construcción y mantenimiento. A esto había que sumar el coste: las viviendas superaban con creces el poder adquisitivo del angoleño de clase media.

Ante esta ciudad fantasma de techos multicolores, el gobierno introdujo hipotecas a largo plazo y bajo precio y ofreció parte de los bloques como viviendas para personas con ingresos bajos. Se mudó más gente, pero Kilamba sigue haciendo esfuerzos para llenar sus apartamentos.

El complejo expandido queda al otro lado de la Via Expressa, Kilamba, Luanda. S 8.997063 E 13.266667

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Financiado por el petróleo chino, el complejo brillante, aunque demasiado ambicioso, de Nova Cidade se esfuerza por atraer habitantes.

BENÍN

Ganvie

Ganvie, Atlantique

En los siglos XVII y XVIII, una parte de la actual Benín se conocía como el reino de Dahomey. Establecido por los fon, una etnia del África occidental, Dahomey se convirtió en una parte importante del comercio de esclavos en el Atlántico tras la llegada de los portugueses.

Los cazadores fon colaboraban con los negreros portugueses y recorrían la región en busca de personas para vender. Uno de los grupos étnicos que cazaban eran los tofinu, que vivían en lo que hoy es la parte central de Benín.

Como las creencias religiosas de los fon les prohibían aventurarse en el agua, los tofinu abandonaron sus hogares y fundaron Ganvie, una comunidad de chozas de bambú sobre pilotes en el lago Nakoué. Después de haber servido como protección de los fon durante la época de la esclavitud, Ganvie siguió viva y se ha adaptado a las demandas del siglo XXI. Las barcas motorizadas circulan en zigzag entre sus 3.000 edificios, que incluyen una escuela, una oficina de correos, una iglesia, un banco y una mezquita. Viven allí alrededor de 30.000 personas que se trasladan entre las cabañas en canoa y viven de la pesca.

Ganvie está en la orilla norte del lago Nakoué, al norte de la ciudad costera de Cotonou, a unas 4 horas de Porto Novo. N 6.466667 E 2.416667

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En Ganvie, construida sobre pilotes en medio de un lago, viven alrededor de 30.000 personas.

BURKINA FASO

Tiébélé

Tiébélé, Nahouri

Los muros de adobe de las casas de esta aldea situada cerca de la frontera con Ghana sirven también de lienzos para la expresión cultural. Las mujeres de la etnia kassena, que vive en la región desde el siglo XV, trabajan juntas para adornar las chozas con motivos geométricos, personas y animales. Pintan con barro, tiza y alquitrán y después protegen los diseños con una capa de barniz que se hace hirviendo vainas de neré, un árbol autóctono de la zona.

Tiébélé queda a 30 km al este de la ciudad de Pô, donde se puede contratar a un chofer para que nos lleve a la aldea. N 11.095982 O 0.965493

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Las mujeres de Tiébélé convierten todas las paredes de la aldea en un mural geométrico.

CAMERÚN

El lago Nyos

Menchum, Región del Noroeste

El lago Nyos causó la muerte de más de 1.700 personas en una sola noche, aunque sus víctimas no se ahogaron. Ni siquiera estaban en el lago: muchas murieron en la cama, en viviendas situadas a hasta 24 km de la orilla.

El insólito desastre comenzó con la acumulación de dióxido de carbono en el lago, que está situado en el cráter de un volcán inactivo. De una cámara de magma subterránea salió gas, que se disolvió en el lago Nyos y poco a poco fue creando en el fondo una capa a muy alta presión, saturada de dióxido de carbono.

La noche del 21 de agosto de 1986, poco después de las 21 h., se produjo la erupción límnica. Una nube inmensa de dióxido de carbono salió bruscamente del agua, cubrió los pueblos cercanos y asfixió a las personas y los animales que vivían en ellos. Los supervivientes estuvieron inconscientes varias horas por la falta de oxígeno. Despertaron rodeados de cadáveres, sin ningún indicio de lo ocurrido.

Después de esta catástrofe, unos científicos franceses han puesto en marcha un programa de desgasificación en el lago Nyos. En el 2001 instalaron una tubería que llega hasta el fondo del lago y permite la salida gradual y segura del gas. En el 2011 se añadieron dos tuberías más. Un sistema de alarma que funciona con energía solar controla los niveles de dióxido de carbono; de este modo, si el lago volviera a estallar, al menos podrían saberlo de antemano.

El lago pertenece al campo volcánico de Oku y queda a unos 322 km al noroeste de Yaundé. N 6.438087 E 10.297916

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1.700 personas murieron cuando estas aguas serenas escupieron una burbuja de dióxido de carbono.

CHAD

El arco de Aloba

Ennedi

En el macizo de Ennedi, al noreste de Chad, se encuentra algo que pocas veces se ve fuera de China y del sudoeste de Estados Unidos: un arco natural monumental.

Un arco natural es una piedra agujereada por la erosión o por una corriente de lava que deja la forma de un marco en la roca. El arco de Aloba tiene alrededor de 76 m de ancho, lo cual resulta impresionante de por sí, aunque lo más alucinante es su altura. Está situado a 120 m de altura, algo así como el último piso de un edificio de 32 plantas.

Hay pocos arcos naturales de más de 60 m de ancho. De los 19 catalogados por la Sociedad de Puentes y Arcos Naturales, 9 están en China y 9 en la meseta de Colorado, al sudoeste de EE. UU. Aloba es una anomalía impresionante. (El macizo de Ennedi contiene muchos otros arcos de piedra naturales, aunque la mayoría tienen una veintena de metros.)

Los arcos quedan a varios días por carretera al noreste de la capital de Chad: Yamena. Es imprescindible un vehículo todoterreno para circular por la arena. N 16.742404 E 22.239354

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En Chad se encuentra el único arco natural de más de 60 m de altura situado fuera de China y del sudoeste estadounidense.

CONGO

El lago Tele

Bowa, Likouala

Dicen que en este lago vive el Mokèlé-mbèmbé, la versión congoleña del monstruo del lago Ness. Esta acumulación de agua de forma circular y rodeada de ciénagas es de difícil acceso, lo cual no hace más que alimentar las historias sobre una criatura semejante a un apatosaurus que supuestamente acecha en sus profundidades.

El críptido ha inspirado numerosas peregrinaciones al lago en busca de pruebas, incluida una serie de viajes que tuvieron lugar en la década de 1980, encabezados por aventureros estadounidenses, británicos, holandeses, japoneses y congoleños. En 1981, el ingeniero estadounidense Herman Regusters afirmó haber visto a Mokèlé-mbèmbé durante una expedición de dos semanas, aunque ninguno de los lugareños que fueron con él lo confirmó.

Este tipo de viajes en busca de monstruos han aportado poco más que grabaciones apagadas y fotos borrosas de objetos lejanos e irreconocibles. Sin embargo, para los criptozoólogos, la falta de resolución despierta más especulación imaginativa sobre lo que hará por allí el Mokèlé-mbèmbé.

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El lago Tele está en medio de la selva, rodeado de bosques cenagosos repletos de gorilas, elefantes y enjambres de abejas. Se llega en avión hasta Impfondo (donde hay que conseguir autorización del ministerio para visitar el lago); después se va por tierra hasta Matoko, se cruza el río en barca hasta Mboya y hay que caminar 48 km por la selva. N 1.346967 E 17.154360

EGIPTO

La Ciudad de los Muertos

El Cairo

Las calles estrechas y sin pavimentar de la Ciudad de los Muertos serpentean entre edificios abarrotados de color arena y con las paredes desgastadas. Estos edificios son las tumbas, los mausoleos familiares y los complejos funerarios de intrincada decoración de una necrópolis islámica de 6,4 km de largo, situada al otro lado de las colinas de Mokattam.

La Ciudad de los Muertos no alberga solo a los difuntos. También viven allí alrededor de medio millón de personas que duermen, comen y tienden la colada en las tumbas centenarias. Muchos de los residentes son familiares de los difuntos, aunque la Ciudad de los Muertos también se ha convertido en un refugio para quienes se han visto obligados a salir del centro urbano cada vez más poblado y costoso de El Cairo. El cementerio norte, con su espléndida mezquita de Quatbay, está más poblado que el sur.

La necrópolis queda a los pies de las colinas de Mokattam, al sudeste de El Cairo. N 30.021667 E 30.303333

TAMBIÉN EN EGIPTO

El templo de Abu Simbel

Abu Simbel. Este templo, completado en el 1244 a. de C., presenta cuatro estatuas colosales de Ramsés II, el faraón que gobernaba en aquella época.

Las tumbas de Muzawaka

Oasis de Dakhla. Se pueden ver pilas de momias de la época romana de Egipto en estas tumbas abiertas en la roca.

La respiración del desierto

Cerca de Hurghada. El desierto va consumiendo poco a poco esta gigantesca espiral formada por puntos en la arena, acabada en 1997.

Los difuntos y los vivos habitan en las mismas tumbas.

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El Desierto Blanco

Farafra, Desierto Occidental

Parecen champiñones gigantes, las nubes de una bomba atómica y, en un caso, un pollo. Las formaciones calizas del Desierto Blanco son los restos erosionados de un antiguo lecho marino. Durante el Cretácico, esta parte del desierto estaba bajo el agua y los depósitos de caliza de los esqueletos de los invertebrados marinos se acumularon en el fondo del océano. Para abreviar una historia que tiene 100 millones de años, el mar se secó, la erosión dio origen a formas insólitas en el fondo del mar y ahora el Desierto Blanco está lleno de fantásticas rocas evocadoras.

La mejor manera de experimentar el paisaje claro del Desierto Blanco es acampar por la noche. Cuando el sol sale y se pone, cambia la luz sobre las formaciones rocosas y las sombras se transforman. En el silencio se puede oír el tamborileo de las patas de un feneco. Estos adorables zorros nocturnos de largas orejas son oriundos del Sahara.

El Desierto Blanco queda a 40 km al norte de Farafra, un oasis en el que podemos bañarnos en aguas termales. N 27.098254 E 27.985839

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Los restos erosionados de un antiguo lecho marino tienen forma de nubles, champiñones y un pollo.

El vidrio del desierto libio

Entre los tesoros escondidos en la tumba de Tutankamón había un collar con un escarabajo hecho de un cristal amarillo pálido, un cristal cuyo origen sigue siendo objeto de debate entre los científicos.

Esta sustancia, compuesta de sílice en un 98%, se conoce como vidrio del desierto libio o vidrio del gran mar de arena y sus trozos se encuentran dispersos por las dunas del sudoeste de Egipto. Se formó naturalmente por un calor intenso, pero no está claro de qué manera. La creencia que se impone es que un meteorito cayó en esta parte del desierto hace unos 29 millones de años, que la arena se supercalentó y, al enfriarse, se formó el vidrio. Otra posibilidad es que el meteorito haya explotado en la atmósfera y que irradiara tanto calor que formó el vidrio.

El vidrio se encuentra esparcido por el desierto a lo largo de la frontera entre Libia y Egipto. Si el lector prefiere no escarbar en la arena, puede ir a ver el collar de Tutankamón en el Museo Egipcio de El Cairo. N 30.047778 E 31.233333

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ETIOPÍA

Erta Ale

Afar, Triángulo de Afar

El desierto de Danakil, donde hace un calor atroz y suele haber rebeldes armados, es un ambiente hostil y agotador, pero quienes se enfrentan al lugar llamado «el infierno en la tierra» se ven recompensados con una experiencia increíble: acercarse en persona a un lago de lava burbujeante.

Erta Ale —«la montaña que humea» en la lengua de la región de Afar, en el noreste de Etiopía— es un volcán activo de 613 m de altura con un lago de lava en su cráter. Quienes estén dispuestos a emprender un viaje en coche de varios días desde Mekele pueden subir a la cima del volcán por la noche, pasar horas contemplando los chorros de lava y volver a bajar al amanecer.

Como está situado cerca de la controvertida frontera de Etiopía con Eritrea, en Erta Ale se han producido varios ataques rebeldes. En el 2012 fueron asesinados cinco turistas que quisieron ir a ver el volcán: según Etiopía, los pistoleros eran eritreos; según Eritrea, eran etíopes. Ahora todos los viajes a Erta Ale se tienen que hacer en excursiones organizadas y deben llevar escolta armada.

Las excursiones a Erta Ale salen de Mekele y duran 4 días; van parando en campamentos a lo largo del camino. N 13.645987 E 40.680542

GHANA

El estanque de los cocodrilos sagrados

Paga, Alta Ghana Oriental

Por las aguas de este estanque de Paga merodean los cocodrilos más dóciles del mundo. Según la tradición local, cada uno de los calmados reptiles representa el alma de un habitante de Paga, de modo que está prohibido hacerles daño o faltarles el respeto, aunque está permitido sentarse en su lomo y posar para una foto.

Para ver a los cocodrilos de cerca hay que contratar a un guía, que trae un pollo vivo y silba para llamar a las bestias dientudas. Cuando el cocodrilo elegido se ha saciado con la carne del ave y ha entrado en un estado de letargo después del atracón, uno puede acariciarle la cola y sentarse sobre él a horcajadas. Los cocodrilos no suelen atacar —probablemente, porque reciben suficientes aves para no tener hambre—, pero, por las dudas, se recomienda no acercarse a su hocico.

El estanque queda en la frontera con Burkina Faso, 40,2 km al noroeste de Bolgatanga. N 10.98147 O 1.115642

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KENIA

La cueva de Kitum

Parque Nacional del Monte Elgon, Provincia Occidental

La cueva de Kitum se interna 183 m en un volcán apagado. Sus paredes saladas están cubiertas de rayas, depresiones y pozos semejantes a las cicatrices que dejan los mineros cuando buscan diamantes u oro. Sin embargo, estas marcas no han sido hechas por el hombre: los muros de la cueva de Kitum han sido tallados por elefantes.

Los paquidermos que deambulan por el parque se alimentan de la vegetación boscosa, baja en sodio, así que, para hartarse de sal, van a la cueva y frotan los colmillos contra las paredes, desprendiendo así trozos de roca que después machacan y lamen.

Los elefantes no son los únicos animales que deambulan por la cueva de Kitum. Se sabe que búfalos, antílopes, leopardos y hienas merodean por sus profundidades. Aparte del peligro inherente que estos plantean, hay que tener un cuidado especial con los murciélagos frugívoros egipcios que se apiñan a la entrada. Se cree que estos murciélagos transmiten la fiebre hemorrágica de Marburgo, un virus parecido al Ébola que dos personas que visitaron la cueva contrajeron en la década de 1980. Los dos —un joven de 15 años y un hombre de 56— murieron pocos días después de esta enfermedad, para la cual aún no existe ninguna vacuna.

El camino al monte Elgon sale del pueblo de Kitale, donde se puede coger un minibús para llegar al parque. N 1.133333 E 34.583333

TAMBIÉN EN KENIA

La granja de avestruces masái

Kajiado. Podemos montar el ave más grande del mundo y después se puede comer su carne.

Las ruinas de Gedi

Malindi. Aquí están los restos de una población misteriosa, rodeados por un bosque tropical, frente al océano Índico.

La depresión de Marafa

Malindi. Los intrincados pliegues y riscos de estas gargantas de arenisca revelan tonos blancos, rosados, naranjas y rojos en la roca.

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Los elefantes que lamen la sal renuevan constantemente el interior de la cueva de Kitum.

LIBIA

Gadamés

Gadamés, Tripolitania

La parte antigua de este pueblo romano situado en un oasis, actualmente deshabitada, es un laberinto de casas de barro y paja, de varios pisos e interconectadas, que se amontonan como para protegerse de los remolinos de las arenas del desierto. Los pasajes cubiertos entre los edificios permitían a sus habitantes socializar sin tener que soportar el calor del Sahara. Los pasajes que conectaban los pisos altos de las casas eran para las mujeres, mientras que los hombres usaban sobre todo los de la planta baja. Tenían pequeños orificios de ventilación en las paredes para que circulara el aire.

Algunos de los muros blancos de las casas se adornan con diseños tradicionales de los tuareg, el pueblo bereber nómada de la región. Hay triángulos, rombos, lunas y soles rojos pintados alrededor de ventanas y puertas, sobre los arcos y a lo largo de las escaleras.

En la parte más nueva de Gadamés, que, a diferencia de la antigua, dispone de electricidad y agua corriente, siguen viviendo unas 11.000 personas y allí se puede pernoctar.

Hay vuelos desde Trípoli, la capital de Libia, a Gadamés, que queda muy cerca del punto en el cual se unen las fronteras de Libia, Argelia y Túnez. N 30.131764 E 9.495050

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Gadamés se conoce como «la perla del desierto».

MADAGASCAR

La avenida de los baobabs

Morondava, Menabe

A lo largo de un trecho de camino de tierra que va de Morondava a Belon’i Tsiribihina hay hileras de baobabs, cuyos troncos robustos resplandecen y se apagan a medida que el sol les pasa por encima. Es la avenida de los baobabs, uno de los lugares más llamativos para apreciar la Adansonia grandidieri, una de las siete especies de baobab endémicas de Madagascar.

Estos árboles tienen cientos de años, alcanzan los 30 m de altura y dan la impresión de haber sido arrancados de raíz y replantados al revés. Las ramas, que solo nacen en lo más alto del tronco, se adornan con grupos planos de hojas que pillan la luz del atardecer. El crepúsculo matutino y el vespertino son las mejores horas para ir a verlos.

Los baobabs quedan a 45 minutos al norte de Morondava. Conviene ir en vehículos todoterreno. S 20.250763 E 44.418343

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Al atardecer, los baobabs oscuros contrastan con los cambiantes tonos pastel del cielo.

MALI

La pesca multitudinaria de Antogo

Bamba, Gao

Pescar es ilegal en el lago Antogo, salvo un día al año, durante la época de sequía. Ese día, miles de hombres —las mujeres tienen prohibido participar— rodean el pequeño lago, esperan el disparo que da la señal y se lanzan al agua, gritando, para pescar bagres con la mano. Al cabo de unos 15 minutos de revuelo y esfuerzo, los pescadores salen triunfantes y embarrados, llevando sus cestas de juncos llenas de pescados boqueando. El lago queda prácticamente vacío y el ritual finaliza hasta el año siguiente.

La pesca multitudinaria de Antogo es una tradición de los dogones, una etnia malí que vive en la región central del país: Mopti. Antes de que la desertización redujera el lago a su pequeñez actual se podía pescar todo el año. Ahora que escasean los peces, el ritual anual ofrece una oportunidad para que los dogones de todo Mopti se reúnan y consigan alimento en el lago. Todos los años, los hombres de montones de aldeas convergen en el lago, situado en un desierto, donde la temperatura a menudo supera los 48,8 ºC.

Los pescados se entregan a un anciano de la aldea cercana de Bamba, que los distribuye de forma equitativa entre la multitud presente. Todo el ritual, desde la captura hasta el reparto, promueve la unidad entre las distintas aldeas dogonas.

El lago Antogo queda a 193 km de Tombuctú. Los ancianos de la aldea fijan la fecha de la pesca multitudinaria, que cambia todos los años, aunque suele ser en mayo. N 17.033644 O 1.399999

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Una vez al año tiene lugar en el lago Antago la pesca más multitudinaria del mundo.

La gran mezquita de Djenné

Djenné, Mopti

En el 2014, la gran mezquita de Djenné, que figura en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, sufrió daños en sus paredes y tuvo que ser reparada por miembros de la comunidad, aunque esto no preocupó a nadie, porque ocurre todos los años.

Como centenares de edificios de Djenné, la gran mezquita está hecha de barro. Fue construida en 1907, si bien el estilo arquitectónico del pueblo se remonta como mínimo al siglo XIV. Para hacer los edificios, los albañiles fabrican ladrillos de barro y paja, los secan al sol y los apilan para formar las paredes. Esto se revoca con una capa de barro para alisar la superficie y mejorar la estabilidad.

Aunque los edificios son macizos y a menudo expandidos —en la gran mezquita caben 3.000 fieles—, son vulnerables a los elementos. La lluvia, la humedad y los cambios de temperatura producen grietas y erosión en las paredes. Los albañiles de Djenné se unen a menudo para reparar la mezquita, a fin de evitar que se derrumbe.

Djenné queda a 8 horas por carretera de Bamako, incluido el cruce en ferri del río Bani. N 13.905278 O 4.555556

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Entre la arquitectura de adobe de Djenné figura el edificio de barro más grande del mundo.

MARRUECOS

Las vistas cinematográficas de Ouarzazate

Ouarzazate, Provincia de Ouarzazate

Hace tiempo que las alcazabas de Ouarzazate, propicias para las cámaras, y el fotogénico desierto que las rodea son lugares de filmación atractivos para los cineastas. Los Atlas Studios, de casi media hectárea, situados justo a las afueras de la ciudad, son los estudios de cine más grandes del mundo.

El primer director que usó Ouarzazate como fondo fue David Lean, quien rodó allí escenas de Lawrence de Arabia en 1962. Los Atlas Studios se inauguraron en 1983 y desde entonces se han filmado allí escenas de La momia, Gladiator, El reino de los cielos, Babel y algunos episodios de Juego de Tronos.

Rodeados de kilómetros de desierto, los estudios están llenos de partes de platós de películas antiguas, como el inmenso avión a turbohélice de La joya del Nilo, de 1985, y el Coliseo utilizado en Gladiator.

Unos 30,6 km al oeste de Ouarzazate está la aldea fortificada de Ait-Ben-Haddou, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Sus alcazabas de tierra, apiñadas en una colina, a menudo han representado a Jerusalén en la pantalla. Aunque la mayoría de los habitantes de la aldea centenaria se han trasladado a comunidades más modernas, en Ait-Ben-Haddou siguen viviendo 8 familias.

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Ouarzazate queda a 5 horas en bus desde Marrakech. N 30.41240 O 6.967030

La curtiduría Chouara

Fez, Fez-Meknés

Encajada entre los edificios antiguos y los pasadizos serpenteantes de la antigua medina de Fez hay una cuadrícula de pozos de piedra, cada uno lleno de líquido de un color. Es Chouara, una curtiduría del siglo XI, donde se sigue trabajando como hace mil años.

Se llevan allí cueros de animales para conservarlos, teñirlos y convertirlos en bolsos, chaquetas y billeteros que se venden en los zocos de los alrededores.

El proceso comienza cuando el cuero crudo se pone en remojo en una mezcla de orina de vaca, excremento de paloma, cal viva, sal y agua, que afloja el pelo del cuero y lo ablanda. Después de pasar unos días sumergidas en esta mezcla, las pieles se sacan y se ponen a secar en los balcones. A continuación se procede a teñirlas. Los operarios de la curtiduría meten las pieles en los pozos de colores y allí las dejan unos cuantos días más, hasta que absorben cada color.

Se puede ir a ver cómo se trabaja en la curtiduría y al llegar hasta nos hacen un obsequio: una ramita de menta para que sujetemos bajo la nariz cuando el olor se vuelve insoportable.

Fez el-Bali, Fez. La curtiduría queda en la parte antigua, amurallada, de la medina vieja, donde también está la universidad de Qarawiyyin, fundada en el año 859, la universidad existente más antigua del mundo. N 34.066361 O 4.970973

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Los pozos coloridos de la industria curtidora de Marruecos se remontan al siglo XI.

MAURITANIA

La estructura de Richat

Ouadane, Adrar

La próxima vez que volemos sobre Mauritania ­—o que pasemos encima de África a bordo de la Estación Espacial Internacional—, hemos de mirar por la ventanilla para ver si podemos divisar la estructura de Richat. No suele ser difícil, porque tiene 48,3 km de diámetro.

La estructura de Richat, también conocida como «el ojo del Sahara», tiene un origen misterioso. La primera vez que la vieron desde el espacio, a mediados de la década de 1960, pensaron que era un cráter producido por el impacto de un meteorito. Ahora, los geólogos piensan que la diana es una mezcolanza muy erosionada de capas de rocas sedimentarias, ígneas y metamórficas. Tras ser empujadas hacia arriba formando una cúpula —como desde un globo aerostático—, las capas se erosionaron a distintas velocidades y así se produjo el increíble dibujo de círculos concéntricos.

Aunque se ve mejor desde el aire, la estructura se puede ver desde el suelo, en una excursión en todoterreno que parte desde Atar, la capital de la región de Adrar, en Mauritania. N 21.211111 O 11.672220

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El «ojo del Sahara», una misteriosa diana geológica, se puede ver desde el espacio.

Las bibliotecas de Chinguetti

Chinguetti, Adrar

Poco después de su fundación, alrededor del siglo XII, Chinguetti, la aldea del desierto hecha de adobe, se convirtió en un centro comercial, cultural y de erudición. Como estaba situada en una ruta de las caravanas que cruzaban el Sahara, atendía a la población nómada del desierto y recibía visitas con los brazos abiertos… y con libros abiertos.

Las bibliotecas de Chinguetti, pertenecientes a las familias del pueblo y conservadas por ellas, contenían abundantes manuscritos árabes sobre ciencia, matemática, derecho e islamismo. Eruditos, peregrinos y hombres santos y venerables acudían a la aldea para estudiar minuciosamente estos volúmenes manuscritos y encuadernados en piel y para intercambiar ideas.

Ahora, la desertificación hace que el Sahara invada Chinguetti. Siguen viviendo allí unos cuantos miles de personas, pero la arena se mete por los callejones y barre las paredes. Las bibliotecas siguen allí, pero el aire seco y los remolinos de arena son una amenaza para los manuscritos centenarios. A pesar de los riesgos, las familias propietarias de los textos prefieren conservarlos allí y los enseñan a los visitantes con las manos enguantadas.

Los coches a Chinguetti parten de la ciudad vecina de Atar. En el propio Chinguetti hay pocas comodidades, pero los lugareños ofrecen alojamiento, comidas y excursiones en camello por las dunas de los alrededores. N 20.243244 O 8.836276

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Los manuscritos sagrados de Chinguetti se están cubriendo de polvo desde la Edad Media.

NAMIBIA

El meteorito Hoba

Grootfontein, Otjozondjupa

El meteorito más grande que se conoce en la tierra se encuentra en una granja situada cerca de la población de Grootfontein, en el mismo lugar en el que cayó hace unos 80.000 años. Una de las razones por las cuales permanece in situ, en lugar de estar en la vitrina de un museo, es su peso: con más de 60 toneladas, es casi tan pesado como un carro de combate del Ejército estadounidense.

El meteorito Hoba fue descubierto en 1920, mide 90 por 90 cm y tiene 30 cm de alto. Aunque en el momento del impacto debió de crear un cráter considerable, 80.000 años de erosión han borrado las abolladuras de la arena.

Las superficies de hierro y níquel del meteorito llevan las huellas de los vándalos: se sabe que quienes visitaban Hoba arrancaban un trozo de la piedra del espacio para conservarlo como recuerdo. Al parecer, la incorporación de un anfiteatro a su alrededor y las medidas antivandalismo durante la década de 1980 han acabado con los intentos de arrancar astillas del antiguo bloque, aunque todavía se puede tocar el meteorito todo lo que uno quiera.

El meteorito se encuentra a unos 25,7 km al oeste de la población de Grootfontein, en la carretera D2859. S 19.588257 E 17.933578

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El meteorito más grande jamás encontrado chocó contra la Tierra hace unos 80.000 años.

Deadvlei

Parque Namib-Naukluft

Las ramas chamuscadas de los árboles de Deadvlei, que asoman de un lecho de arcilla blanca reseca, rodeadas de elevadas dunas rojas, se retuercen hacia un cielo totalmente despejado. A pesar del tiempo que llevan marchitos y sin hojas, los árboles no se pudren —el clima es demasiado seco—, sino que se mantienen clavados en la arcilla agrietada y sedienta, como esqueletos de lo que eran.

Aunque cueste imaginarlo, antes corría un río por Deadvlei. Los árboles tenían flores y daban sombra, hasta que se produjo una sequía, alrededor del 1100, que privó a la salina del agua que la nutría. La rodearon las dunas, que interrumpieron el curso del río y dejaron pelado a Deadvlei.

Unas cuantas plantas resistentes han sobrevivido en el terreno inhóspito. Se aferran a la arena retazos de Salsola (una suculenta que vive en terrenos salados) y de nara (un melón de piel rugosa), que, salvo algún visitante provisto de una cámara, son las únicas señales de vida en un terreno cinematográfico y yermo.

Las excursiones a Sossusvlei, la salina en la que se encuentra Deadvlei, salen de Windhoek. Son 6 horas de viaje por carretera y se puede pernoctar allí. S 24.760666 E 15.293373

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Árboles chamuscados siete veces centenarios emergen de la salina, rodeados por las dunas más altas del mundo.

NÍGER

El último árbol de Teneré

Teneré

Durante décadas hubo una sola acacia solitaria en medio del vasto desierto de Teneré, el único árbol en 400 km a la redonda, que se convirtió en un hito para quienes atravesaban el noreste de Níger.

En 1939, el comandante francés Michel Lesourd fue a ver el árbol para observar la construcción de un pozo a su lado. Se descubrió que las raíces de la acacia alcanzaban los 35 m de profundidad, donde comenzaba la capa freática. «Hay que ver el árbol para creer en su existencia», escribió Lesourd, quien lo describió como «un faro viviente».

Lo que en 1973 destruyó el último árbol de Teneré no fueron los rigores del desierto ni el clima implacable, sino un ser humano: un camionero. Un libio supuestamente ebrio se estrelló contra la acacia y le partió el tronco.

Una escultura sencilla de un árbol, hecha de tuberías viejas, barriles de combustible y recambios de coches, sustituye desde entonces al árbol auténtico en la región caliente y yerma de Teneré, en el Sahara. La acacia caída aún existe: la llevaron al Museo Nacional de Níger en Niamey, donde se conserva en una estructura vallada, a salvo de conductores sinvergüenzas.

Alrededor de 241 km al este de Agadez. N 16.984709 E 8.053214

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Las raíces llegan hasta los 10 pisos de profundidad.

NIGERIA

La escuela flotante

Lagos, Lagos

Makoko se creó en una laguna como una aldea de pescadores en el siglo XVIII y ahora es un barrio bajo acuático sobre pilotes con una población estimada en medio millón de personas. No tiene suministro eléctrico, alcantarillado ni acceso inmediato al agua potable.

Desde el 2012, flota en la laguna una estructura de madera en forma de A. El edificio sin paredes y rodeado de canoas, que se mantiene a flote gracias a una capa de barriles de plástico, es una escuela flotante creada para los niños de Makoko. El arquitecto nigeriano Kunlé Adeyemi diseñó el edificio de 3 pisos después de consultar a los residentes en la comunidad. Caben más de 100 alumnos y soporta las mareas altas y contiene aulas, una zona de juegos abierta y un espacio para taller.

La escuela flotante es un prototipo para comunidades acuáticas carentes de infraestructura. Su construcción incorpora recursos locales ya presentes en la comunidad, como bambú, barriles reciclados y trozos de madera del aserradero local.

La escuela ha llegado en un momento difícil para la superpoblada Makoko, que ha experimentado más privaciones en los últimos años: en el 2012, el gobierno nigeriano echó abajo docenas de casas de la comunidad tras declarar que alteraban el medio ambiente y eran inseguras.

Makoko. La escuela flota en la laguna de Lagos, al oeste del tercer puente que une la isla con el continente, cerca de Clinic Road. N 6.494258 E 3.394869

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Los alumnos van en canoa hasta su escuela en la laguna, que flota sobre barriles y madera reciclada.

REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO

Gbadolite

Gbadolite, Ubangi del Norte

A principios de la década de 1960, Gbadolite era una aldea de chozas de barro, hasta que llegó Mobutu. Cuando Mobutu Sese Seko asumió el control de la República Democrática del Congo en 1965, fue el comienzo de un reinado de 32 años, caracterizado por su tiranía con el pueblo y la extravagancia consigo mismo.

Durante las 3 décadas en las que gobernó el país —al que bautizó con el nombre de Zaire en 1971—, Mobutu cerró los sindicatos, torturó a los disidentes, organizó ejecuciones públicas y malversó miles de millones de dólares. Uno de los usos interesados a los que destinó este dinero fue establecer y mantener una residencia de lujo a las afueras de Gbadolite que se conocía como «la Versalles de la selva».

Alimentada por una presa hidroeléctrica que Mobutu estableció en 1989, la nueva zona espléndida disponía de viviendas, escuelas y hospitales bien asignados, un hotel de cinco estrellas, una fábrica de Coca-Cola y tres palacios grandes, uno de los cuales estaba hecho de pagodas chinas. En el aeropuerto de Gbadolite había una terminal VIP con adornos dorados y en su pista tenían cabida costosos Concorde supersónicos. Los dignatarios extranjeros solían aterrizar allí y de inmediato eran trasladados en Mercedes Benz al palacio privado de Mobutu, donde podían zambullirse en una de las dos piscinas, holgazanear en muebles rococó y comer a cuerpo de rey con ingredientes gourmet traídos de Francia.

Cuando Mobutu fue derrocado en 1997 y tras su muerte por cáncer de próstata pocos meses después, las partes más brillantes de Gbadolite empezaron a decaer. Sus cientos de empleados, incluidos choferes, chefs y criados, dejaron de acudir a su palacio y aparecieron hierbajos entre los mármoles, los vidrios de colores y el oro.

Las puertas del palacio de Mobutu siguen intactas, pero muchos de los techos han desaparecido. Las vigas de acero del cielo raso forman un esqueleto fantasmagórico de la antes lujosa residencia y en uno de los edificios de Gbadolite funciona una escuela provisional. Sobreviven algunos murales de Mobutu, que lo representan con su característico sombrero de piel de leopardo, y su cara sonriente pervive en Gbadolite.

Gbadolite queda a unos 13 km al sur de la frontera de la República Centroafricana. Los antiguos trabajadores de las mansiones de Mobutu y también sus hijos ofrecen visitas guiadas a las ruinas. N 4.283333 E 21.016667

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El esplendor de la «Versalles de la selva» se ha desvanecido desde la muerte de su despótico fundador, Mobutu Sese Seko.

SENEGAL

El Monumento al Renacimiento Africano

Dakar

En lo alto de una de las dos colinas hermanas del distrito de Mamelles se alza un monumento imponente y bastante poco claro. Con 16 pisos de altura, el monumento de bronce al Renacimiento Africano tiene una vez y media la altura de la Estatua de la Libertad y representa, en el estilo realista socialista soviético, a un hombre con el torso desnudo y la ropa rasgada que sostiene en alto con un brazo a un niño pequeño y con el otro conduce a una mujer semidesnuda.

En el 2006, el entonces presidente de Senegal, Abdoulaye Wade, empezó a planear un monumento inmenso en lo alto de la colina para representar la salida del país de siglos de esclavitud y colonialismo. Para construir un monumento que no tuviera un presupuesto excesivo, recurrió a Mansudae Overseas Projects, una filial de la fábrica de arte propagandístico dirigida por el gobierno norcoreano que se especializa en construir estatuas inmensas de estilo soviético para países sin dinero.

El Monumento al Renacimiento Africano se inauguró en el 2010 para conmemorar el cincuentenario de la independencia de Senegal de Francia. Al no poder pagar los 27 millones de dólares que costaba, Wade pagó a Corea del Norte con tierras del Estado en Senegal.

Cuando se descubrió el monumento, Wade se acercaba al final de 12 años de presidencia, estropeados por presunta corrupción, por fraude electoral y por introducir cambios en la constitución para su provecho. Cuando dijo que, por las leyes de propiedad intelectual, le correspondía un 35% de los ingresos procedentes del turismo que visitara el monumento, la ira de los senegaleses, hartos, fue comprensible.

A pesar de esta controversia, el monumento sigue en pie, rodeado de casas a medio construir y de montañas de basura.

Avenida Cheikh Anta Diop, Dakar. N 14.722094 O 17.494981

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Esta escultura senegalesa muy ridiculizada es una vez y media más alta que la Estatua de la Libertad y fue diseñada por una fábrica norcoreana de arte propagandístico.

SUAZILANDIA

La danza de los juncos

Ludzidzini, Hhohho

Todos los años durante una semana, a finales de agosto o principios de septiembre, decenas de miles de muchachas y mujeres jóvenes irrumpen en Ludzidzini, la aldea de la familia real de Suazilandia. Descalzas, con el pecho desnudo y adornadas con faldas de colores vivos, collares de cuentas y pompones, desfilan delante del rey y su familia, cantando y bailando con machetes en la mano.

Este ritual anual, conocido como Umhlanga o «la danza de los juncos», se celebra sobre todo para rendir homenaje a la castidad de las participantes. La virginidad es un requisito imprescindible para participar, lo que refleja tanto un valor social tradicional de Suazilandia como la preocupación moderna por la transmisión del VIH en un país en el cual la cuarta parte de la población tiene el virus.

Al principio de la ceremonia, se sienta a las mujeres en grupos según su edad. Cada grupo se dirige entonces a una zona pantanosa donde las muchachas cortan juncos con sus machetes y los lían. Durante los días siguientes, las muchachas van y vienen del pantano al palacio de la reina madre llevando atados de juncos para arreglar los agujeros de la cerca que rodea el palacio.

Después de un día de descanso y preparación, las muchachas regresan al palacio con fajas brillantes, faldas y joyas. El rey y su familia observan sentados mientras, uno tras otro, los grupos de jóvenes cantan y bailan ante ellos. También se invita al público a asistir a estos dos días de festejos, aunque no se pueden tomar fotografías.

Además de promover los valores sociales tradicionales de la virginidad femenina y el trabajo cooperativo, la ceremonia tiene una finalidad práctica: el rey de Suazilandia, Mswati III, ha usado a menudo el desfile para buscar esposas. Tanto su decimotercera esposa, Inkhosikati LaNkambule, como la decimocuarta, Sindiswa Dlamini, salieron de la danza de los juncos.

La aldea real de Ludzidzini queda entre la capital, Mbabane, y Manzini. La fecha exacta de la danza de los juncos varía cada año, porque depende de la astrología. S 26.460652 E 31.205313

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Las jóvenes se preparan para bailar para el rey suazi. Una de ellas puede ser su siguiente esposa.

SUDÁFRICA

El gran baobab

Modjadjiskloof, Limpopo

Hay un bar en el interior de uno de los árboles de la plantación de mangos de Sunland. Tiene cerveza de barril y una diana para dardos y dentro caben con comodidad hasta 15 personas.

El árbol en cuestión es una Adansonia digitata particularmente grande, un baobab que se encuentra en toda el África subsahariana. Con 22 m de altura y una circunferencia de 47 m, el baobab de Sunland tiene el tamaño suficiente para poder caminar por su interior. Una «bodega» tallada en el baobab mantiene las botellas a una temperatura constante de 22,2 ºC.

Se podría pensar que el árbol sufre por tener un bar en su vientre, pero los baobabs desarrollan naturalmente huecos en su tronco, de modo que no hace falta abrir mucho espacio. El árbol sigue produciendo hojas y frutos todos los años.

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Sunland queda a 4 horas de Johannesburgo, cerca del pueblo de Modjadjiskloof. Si uno quiere pasar la noche, la plantación ofrece alojamiento en forma de «jungalows», con baños al aire libre. S 23.621100 E 30.197700

La isla de las focas

Ciudad del Cabo

En False Bay —así bautizada en el siglo XVII por los marineros contrariados que la confundieron con la adyacente Table Bay— hay una franja de tierra rocosa plagada de focas. Alrededor de 60.000 focas de pelaje marrón ladran, duermen, se balancean y luchan por el espacio en la isla de las focas, de 800 m de largo y 50 m de ancho.

Desde una barca de excursión, las cacofónicas disputas llaman la atención, pero lo que más impresiona es el olor sofocante a pescado podrido y excremento. Esto ocurre, sin embargo, antes de ver las consecuencias del «anillo de la muerte», un círculo de grandes tiburones blancos en torno a la isla que esperan a que las focas entren en el agua y, cuando lo hacen, las persiguen sin tregua.

No es raro ver a un gran blanco atravesar de pronto la superficie y volar en el aire con una foca retorciéndose entre sus fauces. Los tiburones son veloces, brutales y capaces de masticar una foca hasta matarla en menos de un minuto. Es un espectáculo violento y uno no puede menos de ponerse de parte de la foca. Algunas veces, tras una batalla emocionante, logran escapar.

Los cruceros a la isla de las focas zarpan de Hout Bay. El trayecto dura alrededor de 45 minutos. S 34.137241 E 18.582491

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Para los tiburones que rodean la isla, las manadas de focas ruidosas y malolientes están para comérselas.

Las torres de Orlando

Johannesburgo, Gauteng

Las torres de Orlando, consideradas un «centro de aventuras verticales», prestan servicio a una multitud especializada: los que siempre han deseado hacer puenting desde las torres de refrigeración de una central eléctrica fuera de servicio de 33 pisos de altura.

Entre 1951 y 1998, las torres solucionaron el exceso de temperatura de la central eléctrica de Orlando. Cuando la central se cerró, un especialista en trabajo vertical llamado Bob Woods convirtió las torres en un lugar para practicar deportes extremos. Ahora se puede bajar en rapel por el lateral de una de las torres, practicar escalada en la otra, caer en caída libre del borde a una red inmensa o hacer puenting. Los expertos en salto BASE hasta pueden saltar de una de las torres sin equipo de seguridad, siempre que lleven su propio paracaídas y firmen un documento de exoneración muy completo.

A partir del 2002, las torres, que antes eran grises, se han cubierto de colores. En una hay un mural que representa a Sudáfrica, mientras que la otra tiene publicidad. Se han convertido en una característica de Soweto, el destartalado distrito segregado que adquirió mala fama como gueto de los residentes negros de Johannesburgo durante el apartheid.

Dynamo Street en Old Potch Road, Orlando, Soweto. S 26.253394 E 27.927189

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¿Quién se atreve a hacer puenting desde una antigua torre de refrigeración pintada con colores alegres?

TAMBIÉN EN SUDÁFRICA

El Museo del Hombre y de la Ciencia

Johannesburgo. A esta «farmacia» tradicional acuden los sanadores en busca de pieles de animales, huesos, plantas medicinales y cuernos.

El Centro de Arte Rupestre Wildebeest Kuil

Barkley West. Podemos ver centenares de rocas grabadas de entre 1.000 y 2.000 años de antigüedad.

La hipopótama Huberta

King William’s Town. El orgullo y la alegría del Museo Amathole es Huberta, una hipopótama, ahora disecada, que durante años recorrió Sudáfrica, llamando la atención dondequiera que fuese.

SUDÁN

Suakin

Suakin, Mar Rojo

En otro tiempo puerto próspero y puerta de entrada a Oriente Medio, la ciudad isleña de Suakin es actualmente una ciudad abandonada de edificios en ruinas construidos con un tipo de caliza obtenido de viejos arrecifes de coral.

Suakin, situada en el mar Rojo, frente a la ciudad de Jeddah, en Arabia Saudita, era un lugar ideal para que los comerciantes vendieran cueros de animales, marfil, especias, perfumes y sedas. Hasta principios del siglo XX, este tipo de comercio tenía lugar entre edificios de estilo otomano.

Con la construcción de Puerto Sudán en 1905, Suakin perdió importancia. Las embarcaciones que eran demasiado grandes para cruzar los arrecifes poco profundos de Suakin fondeaban en el nuevo puerto y se llevaron consigo el comercio. En la década de 1930, Suakin estaba desierta.

Algunos de los frágiles edificios de coral de la isla han sido restaurados, pero por falta de fondos muchos se han desmoronado. Hay mezquitas, zocos, plazas y puertas en ruinas entre los escombros que dan indicios de lo majestuoso que fue en otro tiempo el puerto de Suakin.

Los minibuses que salen de Puerto Sudán a Suakin tardan una hora. También se puede llegar en ferri desde Jeddah (Arabia Saudita) en 13 horas, pero conseguir un visado saudita puede ser muy complicado, si no imposible, sobre todo para mujeres, judíos y quienes hayan estado en Israel. No existe el visado para turistas. N 19.104039 E 37.333333

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Los edificios de coral de lo que en otra época fue un animado centro comercial han quedado reducidos a ruinas.

Las pirámides de Meroe

Meroe, Río Nilo

Hay más pirámides en la región septentrional del desierto de Sudán que en todo Egipto. Durante la 25.ª dinastía egipcia, del 760 al 656 a. de C., Meroe, que actualmente pertenece a Sudán, era la capital del reino de Kush, gobernado por reyes nubios que habían conquistado Egipto. La ciudad, recostada en el Nilo, contenía una necrópolis para enterramientos reales.

Al igual que en Egipto, los reyes y las reinas nubios eran enterrados con oro, joyas, cerámica y, de vez en cuando, animales domésticos. A algunos miembros de la familia real los momificaban, mientras que a otros los incineraban o los enterraban enteros. Encima de cada tumba se construía una pirámide de arenisca, más pronunciada y más estrecha que las egipcias.

En total, había en Meroe unas 220 pirámides. Se mantuvieron bastante intactas hasta la década de 1830, cuando el buscador de tesoros italiano Giuseppe Ferlini destrozó la parte superior de 40 pirámides, buscando oro y joyas.

Meroe queda a 3 horas por carretera al norte de Jartum. A las pirámides se llega en camello. Hay que llevar agua. N 16.938333 E 33.749167

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Aunque son menos famosas que sus equivalentes del norte, hay más pirámides en Meroe (Sudán) que en todo Egipto.

SUDÁN DEL SUR

El Sudd impenetrable

Jonglei

El trozo de tierra pantanosa en torno a buena parte del Nilo Blanco, en Sudán del Sur, constituye la marisma más extensa del mundo. El Sudd, que en árabe quiere decir «barrera», es un inmenso pantano con papiros, pasto dentado, jacintos y otras plantas que se amontonan para crear una vegetación exuberante e impenetrable.

El tamaño del Sudd varía en función de la estación —si es húmeda o seca—, pero llega a abarcar 130.000 km cuadrados, más o menos como todo el estado de Luisiana. Se han construido aldeas en algunas de las islas de vegetación flotante, que alcanzan los 29 km de diámetro. Hay hipopótamos y cocodrilos en las aguas poco profundas del Sudd y más de 400 especies de aves lo visitan durante la época de las migraciones.

Todo el Sudd actúa como una inmensa esponja que absorbe el agua de lluvia y la que llega del lago Victoria, en la vecina Uganda. Esto es malo para las embarcaciones, que llevan sierras para atravesar los juncos y los pastos. Se han hecho propuestas para establecer canales que se abran camino a través del Sudd y faciliten el tránsito, pero esto perturbaría el ecosistema y desplazaría a sus habitantes humanos.

El Sudd se extiende por los estados de Unity y Jonglei. E 8.380439 N 31.712002

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Las extensas marismas del Nilo Blanco son las más grandes del mundo.

TANZANIA

El lago Natron

Monduli, Arusha

Quienes visiten el lago Natron durante la época de cría lo verán repleto de flamencos, cuyas plumas del color del algodón de azúcar hacen un hermoso contraste con el fondo montañoso. Sin embargo, no es un paraíso: con un pH de 10,5 —el del amoníaco es de 11,6—, el lago tiene la causticidad suficiente para quemarnos la piel.

La elevada alcalinidad de este lago poco profundo se debe a sus compuestos sódicos —sobre todo carbonato sódico— que llega de las montañas. El agua está caliente —alcanza los 60 ºC— y a menudo se tiñe de un tono rojizo, debido a la presencia de cianobacterias pigmentadas.

Debido a la dureza de las condiciones, la mayoría de los animales no se acercan, pero los que sí brindan unas imágenes espectaculares. Una bandada de 2 millones de flamencos acude todos los años al lago Natron para alimentarse de algas y reproducirse. La causticidad es perfecta para protegerlos de los depredadores que tratan de destruir sus nidos. Lo malo es que el lago Natron es el único lugar de cría habitual del flamenco enano africano, de modo que cualquier peligro medioambiental para el lago afectaría seriamente a la especie.

Hasta ahora no se han concretado las propuestas de construir a orillas del lago centrales eléctricas y una planta de procesamiento de carbonato sódico, algo que a los conservacionistas les gustaría mantener así para siempre.

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Conviene acampar a orillas del lago para ver los flamencos cuando sale el sol. S 2.416667 E 36.045844

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Los flamencos son unos de los pocos animales que aguantan las aguas calientes y sumamente saladas del lago Natron.

TOGO

El mercado de fetiches de Akodessewa

Lomé, Región Marítima

Cuando les preocupa una enfermedad o tienen problemas afectivos o financieros, los practicantes de vudú de Togo, un país del oeste de África, acuden al mercado de fetiches de Akodessewa, situado en la capital, Lomé, donde hay hileras de mesas cubiertas de cabezas de perros, patas de elefante y de chimpancé, cobras disecadas y cráneos de gorilas: son todos fetiches o talismanes, es decir objetos dotados de poder divino que se usan para sanar y para proteger.

En Togo y en el país vecino, Benín, es donde comenzó el vudú, conocido localmente como vodun. En la actualidad, alrededor de la mitad de la población togolesa conserva las creencias animistas autóctonas. El mercado de fetiches, envuelto en el olor de la carne en descomposición, es como una farmacia al aire libre, el lugar perfecto para abastecerse de ingredientes para los rituales.

Los turistas pueden examinar las ofrendas y consultar a alguno de los sanadores tradicionales que atienden en las cabañas que hay detrás de las mesas. Durante estas consultas, el sacerdote o la sacerdotisa vudú nos pide que describamos nuestro problema y pregunta a los dioses para determinar nuestra receta. Se muelen trozos de animales con plantas medicinales y eso se acerca al fuego, que produce un humo negro. Lo tradicional es que el sanador haga tres cortes en el pecho o la espalda del paciente y le frote el polvo en las heridas. Los turistas más impresionables pueden optar por comprar una muñeca de madera o simplemente aplicarse el polvo sobre la piel intacta.

No hay un precio fijo para los remedios y los sanadores arrojan al aire conchas de cauri para preguntar a los dioses lo que hemos de pagar. Si el precio nos parece exorbitante, podemos decirlo y el sanador seguirá consultando a los dioses hasta llegar a un acuerdo que convenga a las dos partes.

El mercado queda en el suburbio de Akodessewa, al este del aeropuerto de Lomé. N 6.137778 E 1.212500

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En este lugar, los espabilados compradores de vudú consiguen patas de chimpancé, cobras disecadas y cabezas de perro.

TÚNEZ

El Hotel Sidi Driss

Matmata, Gabes

La aldea bereber de Matmata está salpicada de «hogares trogloditas»: casas tradicionales en cuevas excavadas en la roca. Aunque las casas se hicieron hace siglos, una de ellas, Sidi Driss, es famosa por algo mucho más moderno: se usó como la casa de la infancia de Luke Skywalker en La guerra de las galaxias: Una nueva esperanza y El ataque de los clones.

La cueva es ahora un hotel para fanáticos de La guerra de las galaxias. Por unos 20 dólares por noche, uno puede vivir como un caballero Jedi. No es lujoso —las habitaciones no tienen ventanas, las camas son catres y a menudo hay un olor desagradable—, pero no cabe duda de que es único.

Taxis y autobuses compartidos salen de Gabes, a 40,2 km. N 33.545687 E 9.968319

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Podemos dormir como Skywalker en Sidi Driss.

TAMBIÉN EN TÚNEZ

El Lac de Gafsa

Gafsa. Este misterioso lago apareció de repente en el desierto en el 2014. Se dice que es tanto milagroso como —posiblemente— carcinógeno.

Dougga

Veinte templos, un anfiteatro y un circo para carreras de cuadrigas son algunos de los atractivos de esta antigua ciudad romana bien conservada.

ZAMBIA

La piscina del diablo

Livingstone, Provincia del Sur

La pequeña piscina con la vista aterradora situada al borde de las cataratas Victoria requiere una experiencia media en natación y añade un buen chorro de ansiedad. La «piscina del diablo», situada frente a la pequeña isla de Livingstone, del lado zambiano, nos invita a sentarnos en lo alto de la cascada más grande del mundo con relativa seguridad. Una barrera rocosa natural nos separa de las estruendosas cataratas y hace que la corriente en la piscina sea débil, lo cual evita que nos arrastre sobre el borde y nos haga caer 108 m.

Hay guías que nos llevan a nadar a la piscina del diablo desde la isla de Livingstone cuando el nivel del agua es bastante bajo, por lo general entre agosto y enero. S 17.924353 E 25.856810

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Podemos darnos un arriesgado chapuzón en la piscina infinita más alta del mundo, formada naturalmente por rocas.

ZIMBABUE

El Gran Zimbabue

Masvingo, Provincia de Masvingo

Las altas paredes de piedra que serpentean en torno al perímetro de lo que fuera el Gran Zimbabue dan una idea del esplendor de la antigua ciudad. Lo construyeron los bantúes entre el siglo XI y el XV y está formado por tres partes: el Gran Recinto, de forma elíptica y con paredes de 11 m; una ciudadela en la colina, y unas cuantas viviendas de piedra desperdigadas por un valle.

Antes de estar superpoblado en el siglo XV, por lo cual se lo abandonó, el Gran Zimbabue era un próspero centro comercial medieval. Las excavaciones arqueológicas, que comenzaron a principios del siglo XX, han desenterrado objetos de vidrio y de porcelana procedentes de China y de Persia, además de oro y monedas de Kilwa, una isla situada frente a la costa de Tanzania.

En las excavaciones se encontraron también ocho pájaros tallados en esteatita, conocidos como «las aves de Zimbabue», que actualmente son el símbolo nacional del país y aparecen en su bandera, en su escudo de armas y en los billetes de banco.

El Gran Zimbabue queda a unos 27 km al sur de Masvingo, que, a su vez, queda a 4 horas por carretera de Harare, la capital de Zimbabue. S 20.266667 E 30.933333

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La construcción antigua más grande al sur del Sahara formaba parte de una ciudad que pudo llegar a tener hasta 18.000 habitantes.