Imagen 02

(CON LOLO PENAS)

UNA SOLA PALABRA: INOLVIDABLE

Es el primer viaje de esta aventura y uno de los más bellos que se pueden hacer. Galicia, con sus hórreos, sus gaitas, su lacón con grelos, sus vistas al mar y hasta su ofrenda al apóstol Santiago. Sus lluvias, que forman parte de sus días. Su lema, «una carrera, una victoria», capaz de atraparnos para toda la vida. Sus posibilidades en realidad son infinitas.

Uno puede correr rodeado de murallas, como en Lugo, hasta desafiar a la Torre de Hércules, en La Coruña, donde vive Lolo Penas, a las afueras de la ciudad. Allí acostumbra a entrenar en el paseo del río Mero, entre caminos de tierra, una de las pocas ­posibilidades de escapar del asfalto. Él, uno de los atletas más reputados de Galicia, lo justifica porque «en La Coruña, al llover tanto, se tiende a asfaltar todo». Internacional en su mejor época, a los treinta y nueve años no ha dejado de competir. Es más, su nombre es uña y carne de las carreras populares de Galicia. De ahí que sea un embajador magnífico para radiografiar a esta tierra.

—Aquí no existen carreras llanas. A no ser que sea una milla, en el resto de distancias es imposible.

La sinceridad figura en su hoja de ruta porque lo que en Galicia se considera una carrera rápida, en cualquier otra región de España sería un rompepiernas. Sin embargo, eso no es óbice para correr en Galicia, donde residen otros maravillosos encantos como el ambiente, el empedrado de las ciudades viejas, los puentes romanos o la compañía del mar.

Galicia es agua, es tierra, es viento. Son acantilados, son villas marineras, son las Rías Altas y las Rías Baixas. La naturaleza es un espectáculo capaz de declararse también a los pies de los corredores. En realidad, todo eso es algo irrepetible que, al menos, merece vivirse una vez en la vida. Galicia tiene ese poder capaz de condenarnos de amor.

—Siempre digo que esto es algo más que venir a correr a Galicia. Se trata de un viaje más completo en el que existe la posibilidad de empaparse de la personalidad de nuestra tierra, de nuestra vida o de nuestro clima. Por eso el que viene no olvida y casi siempre repite. Galicia no es lo que haces, sino lo que vives: esa humedad que le acompaña a uno a primera hora de la mañana cuando empiezan las carreras y que, salvo que llueva en exceso o haga un vendaval, el corredor siempre va a agradecer.

Así lo explica Lolo Penas. La realidad es que Galicia tiene una salud de hierro, potasio y magnesio. No solo empuja a comer marisco; también a correr, sea a la orilla del río Miño o a la orilla del mar. Cubierta de nubes o de esos cálidos rayos de sol que sacan los colores a lo mejor de su vegetación, Galicia es tradición, costa y románico. Su talento es impresionante y su hospitalidad hace ley.

Lolo, criado en Arzúa, una aldea del interior de La Coruña en la que, en su infancia, no se podía ni imaginar que algún día las carreras populares tuviesen el tirón que tienen ahora. Ahí se sabía que Fermín Cacho había ganado los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 y poco más. No se intuía que algún día se pudiesen hacer carreras en pleno Camino de Santiago. Sin embargo, hoy él es uno de los exponentes más fuertes del atletismo gallego. Su biografía de atleta imparte justicia: en 2012 fue campeón de España y se enorgullece de marcas como 13 min 22 s en cinco mil o 27 min 58 s en diez mil, que lo licencian para hablar de esta afición en la que, como pasa en Galicia, siempre se encuentra la paz.

—Pero para lograrla en este deporte tienes que ser constante, seguir un plan, tener paciencia, no pensar que en un día ya está todo hecho. No, correr nunca será eso. Correr no es abandonarte una semana y volver a la siguiente. Correr es desafiar a los días en los que hace mal tiempo; correr, en realidad, es acostumbrarte, no machacarte por sistema; variar, no supeditarte a nada y, en definitiva, jugar con tus propias ilusiones.

Lolo Penas lo justifica con su propio ejemplo. Le basta con la motivación y la fuerza de voluntad para superar muchas barreras. Porque él, como la mayoría de nosotros, nunca se dedicó exclusivamente al atletismo. Aprobó una oposición como funcionario de prisiones. De eso trabaja ahora, y de ahí que correr sea una responsable afición por encima de todo. La única diferencia es que a veces gana alguna carrera. Pero más allá de eso no deja de ser un atleta que participa en carreras populares, que disfruta madrugando los domingos y probándose a sí mismo como un desafío más de la vida.

De ahí que cada fin de semana sea tan fácil encontrar su nombre en tantas carreras, donde archiva experiencias memorables que, a partir de ahora, va a describir él mismo, Manuel Ángel Penas Blanco, con ese acento gallego que retrata su amor por esta maravillosa tierra que podría resumirse en una sola palabra: inolvidable.

1. Carreira Pedestre Popular de Santiago

Web: www.carrera-elcorreogallego.es

Dureza: Alta

Distancia: 12 kilómetros

Fecha: Octubre

Lugar: Santiago de Compostela (La Coruña)

—Quiero con locura a esta carrera porque soy un hombre criado en una aldea del Camino. La carreira transita por zonas que yo repetía un día tras otro cuando fui a estudiar a Santiago, desde la estación de autobuses hasta el club de atletismo.

Esta prueba termina en la plaza del Obradoiro, a los pies de la misma catedral de Santiago. ¿Quién es capaz de resistirse a tal tentación? En realidad, es un hito, un pedazo de la historia de la ciudad que tiene cuarenta años de vida.

Nació en 1978, y desde entonces no ha fallado ni una sola vez a la cita. Solo, si la ciudad estaba en obras, se cambió el recorrido, pero, más allá de eso, la fidelidad es rotunda cada mes de octubre, con una participación que supera con facilidad los seis mil atletas. Porque no solo se trata de correr, sino de hacerlo en Santiago. ¿Qué puede existir parecido a esto? ¿Correr por Salamanca, Toledo o Segovia? Son las sensaciones, reto espiritual, cultural y deportivo; la mezcla es magnífica.

Aunque la carrera en sí es solo de doce kilómetros, es francamente dura, con un desnivel de ciento noventa y un metros subiendo y doscientos veinticinco bajando. Hay un kilómetro que tiene incluso un doce por ciento de desnivel. No hay forma de encender el piloto automático en un trazado así.

Ya desde el inicio, en la avenida de Xoán XXIII, en plena subida, avisa de lo que es esta prueba, en la que no vamos a encontrar ni doscientos metros seguidos llanos. Por eso uno ha de correr siempre por sensaciones.

El cronómetro ha de reservarse para otros días y no da pena. Aquí, en Santiago, de lo que se trata es de «pegar un abrazo» a la historia, de vivir un ambiente tal vez irrepetible.

—Y eso, los que tenemos una edad, sabemos que días así no son fáciles en casi ninguno de los ámbitos de la vida.

2. Carreira Pedestre Popular do San Martiño

Web: www.runedia.com

Dureza: Media

Distancia: 10 kilómetros

Fecha: Noviembre

Lugar: Orense

Abrazada a los puentes romanos de la ciudad, los últimos trescientos metros atraviesan el río Miño. Con eso queda dicho todo. No se podría hacer publicidad mejor de esta carrera que no se pierde nada de Orense: la plaza Mayor, la rúa do Paseo, el Jardín del Posío, el Puente Nuevo… Lo tiene todo, hasta el frío y la humedad característicos de Galicia en noviembre. De alguna manera «nos hicimos corredores para vivir días como este».

Orense es una ciudad maravillosa y la San Martiño representa el homenaje perfecto. El lujo, si se piensa fríamente, es el de poder correr por un puente romano. Otra cosa es que vaya a resultar costoso o que pueda estar resbaladizo, porque Orense, en esa época del año, es así. Por lo tanto, toda precaución es bienvenida.

—Ante todo, la salud; no merece la pena correr riesgos. No se viene aquí para eso.

Para hablar de la historia de la carrera necesitaríamos una enciclopedia. Son cuarenta años de vida en los que Orense parece Nueva York en esa fotografía de la salida, en el puente del Milenio. Esto es siempre así. Los organizadores se han acostumbrado año tras año a batir récords de participación.

San Martiño se supera con un recorrido céntrico, responsable e inolvidable. Un diez mil homologado por la Federación. Una garantía para los atletas a los que les gusta medirlo todo al milímetro en una carrera cuyo trazado, sinceramente, tampoco va a ser el más favorable.

—Porque esto es Galicia, esto es duro, realista, retrato puro de la vida.

La paradoja de esta prueba es que, en general, no se hacen malos tiempos. El propio Lolo la ha terminado en 29 min 30 s, lo que no está mal si se sabe que su mejor marca es de 27 min 58 s. Así que no hay que tenerla miedo. Son las cosas de la Galicia misteriosa e inquietante. Nació y morirá así. Su personalidad ya no va a cambiar nunca.

3. Carreira Popular A Coruña

Web: www.carreirasgalegas.com

Dureza: Media

Distancia: 10 kilómetros

Fecha: Octubre

Lugar: La Coruña

—Fue la primera para mí en una época en la que en La Coruña no existía este movimiento de carreras populares. Los fines de semana se sentían huérfanos de ellas. Siempre seré un apasionado de esta, aunque nada tenga que ver ya con aquella primera que corrí.

Hoy, sin embargo, existe una amplia oferta donde elegir, en los barrios céntricos o de las afueras. Al principio su circuito era relativamente rápido. Hubo kenianos que llegaron a hacer 28 min 1 s y el mismo Lolo paró el reloj en 29 min 2 s, una marca importante en Galicia, donde la orografía de la tierra «es tan dura como las matemáticas».

Ahora esta prueba es otra cosa. Objeto de una sagaz transformación, el trazado ya es diferente. Se ha endurecido, pero saca el mejor «jugo» posible de la ciudad. Un recorrido de ida y vuelta que bordea la costa, las playas del Orzán, Riazor y el paseo marítimo en pleno hasta llegar a la Torre de Hércules, donde siempre «podría acabarse el mundo».

La primera parte es de clara subida. Subida tendida, pero subida, lo que origina que la segunda mitad sea en descenso. Lógicamente se puede recuperar tiempo, aunque no todos tienen claro que compense.

—Siempre digo que uno sufre subiendo y baja como puede. Aun así, merece la pena esta carrera.

La Coruña tiene un testigo de categoría que parece que nunca dice nada y que, en realidad, lo dice todo: el mar; la paciencia del mar que es similar a la de los corredores.

4. Media Maratón Gran Bahía, Vig-Bay

Web: www.vig-bay.com

Dureza: Dura

Distancia: 21,097 kilómetros

Fecha: Abril

Lugar: Vigo (Pontevedra)

«No es locura, es pasión», dice uno de sus lemas. Y debería añadirse que todo el que va, repite. El escenario, entre Vigo, Nigrán y Bayona, se puede imaginar. Respira el agua del mar, su ruido y su compañía como si se tratase de la letra de una canción. La sensación es que un día así es indescriptible, ángel y diablo a la vez, perfecta radiografía en todo momento de esta Galicia de la que uno se siente enamorado.

—Yo siempre recordaré una edición de la Vig-Bay en la que, durante el calentamiento, volaban hasta los toldos de las casas y comercios. Un vendaval que apenas daba la oportunidad de mantenerse en pie. No soy exagerado. Jamás me he sentido en tal situación. Era casi imposible calentar sin sentirse amenazado. Sin embargo, veinte segundos antes de empezar, ocurrió el milagro: el viento se detuvo y, de repente, salió el sol. Los corredores nos quedamos alucinados.

Esto no fue un juego de magia, sino Galicia en estado puro. Una parte del mundo donde nunca se sabe lo que va a pasar en el siguiente minuto. La clave es aceptarlo, pensar en positivo. Máxime en una media maratón como esta, que nació en el año 2000 con seiscientos corredores y que hoy supera los seis mil.

Los dorsales se agotan en segundos. No importa que sea una media francamente dura. La solidaridad de la carrera es inmensa. La gente hasta para a los corredores para ofrecerles algo de comer dentro y fuera de los avituallamientos.

—A mí no me ha ocurrido esa anécdota, quizá porque voy demasiado rápido, en cabeza de carrera, pero atletas que se mueven en otros tiempos me han contado, emocionados, que a ellos, efectivamente, sí les han pasado cosas así. Por eso no es el tiempo que uno hace en meta, sino la experiencia que vive.

La explicación de que después de años esta media ya no necesite más publicidad es porque ha ganado prestigio y cariño. Quizá es imposible ser más detallistas con el atleta de lo que es la Vig-Bay, y eso no se olvida, porque los corredores son gente con memoria.

5. Media Maratón Os 21 Do Camiño

Web: www.os21docamino.com

Dureza: Muy alta

Distancia: 21,097 kilómetros

Fecha: Junio

Lugar: Palas de Rei (Lugo)

Esta media maratón une dos localidades del Camino de Santiago, Palas de Rei y Melide.

—Si digo que es espectacular no exagero. Representa maravillosamente el interior de Galicia, la personalidad del Camino, la música y los productos regionales; la dureza es casi infinita, y casi todo es superficie de tierra, entre esas arboledas y esos robles que nos distinguen.

Probablemente más motivación sea imposible. Más dureza tampoco es fácil de encontrar. Pero, aun así, en la pancarta de meta, pocas veces se sienten los atletas tan satisfechos, tan impresionados, con una carrera capaz de inventar, incluso, en estos tiempos en los que parece que ya está todo inventado.

A mitad de la prueba se realiza una cronoescalada de kilómetro y medio independiente de la clasificación final. Cosas capaces, en definitiva, de sorprender al corredor. Cosas que demuestran que no hay límites para la imaginación. Hasta los premios —cestas de productos regionales de la zona— rompen la tradición más común y nos recuerdan que el Camino de ­Santiago no se parece a casi nada de lo que conocemos en el mundo.

No es fácil radiografiar esta media maratón con palabras o narrar su encanto en unas pocas páginas.

—Máxime para mí, que mi familia materna es de Melide y que he tenido la suerte de ganarla.

Para ver la dureza de esta prueba, su tiempo fue de 1 h 14 min 24 s.

—Batí el récord de la prueba, que hasta entonces lo tenía Pedro Nimo. Algo que, en definitiva, explica que esta media es otra historia en la que uno ha de ser sensato consigo mismo. Se trata de disfrutarla por encima de correrla.

Lo mejor es ver la web de Os 21 Do Camiño. Allí se puede comprobar la orografía de la carrera y por eso se entienden los tiempos y las palabras de Lolo. La marca nunca se parecerá a la mejor que uno tenga. Así que ya lo sabes para la próxima vez. Hay una media maratón en el Camino de Santiago que retrata la vida: Palas-Melide. No se pretende engañar a nadie, solo contar los placeres de Galicia.

NO OLVIDES DÓNDE VAS A CORRER Y CÓMO HACERLO

Imagen 03 Galicia es una zona de trazados rompepiernas, llena de cuestas abajo y cuestas arriba. En recorridos como estos, lo más recomendable es que acortes la zancada. Existe una regla en el atletismo: «A zancada más corta, músculos menos castigados».

Imagen 03 La mayoría de sus recorridos para entrenar son en asfal­­to. Una superficie tan dura crea mucho impacto en los músculos y articulaciones. Para contrarrestarlo, viene bien que potencies los cuádriceps. Se trata del músculo más potente, el que soporta el peso a la hora de correr.

Imagen 03 Aunque tu principal deseo sea el de correr, no debes tener miedo a trabajar la fuerza. Existe la idea en el atletismo moderno que dice que el entrenamiento de fuerza rejuvenece y el de resistencia envejece.

Imagen 03 Hay distintas maneras de potenciar los músculos de las piernas: las escaleras, subirlas deprisa y bajarlas despacio; las cuestas, que es la forma más natural; las sentadillas en la pared con balones medicinales, y los ejercicios isométricos, es decir, aguantar en una misma posición un determinado tiempo, lo que origina una tensión de la que el músculo trabajado va a ­beneficiarse.

Imagen 03 Por último, no debes tener miedo a las cuestas. Si estás bien entrenado puedes correr deprisa en cualquier circuito; eso sí, mejor que no mires la media kilométrica cuando el circuito la tenga.