2.  Valoración inicial y
determinante en el proceso
de selección de personal

Conjunto gráfico.

Concepto de armonía

 

 

 

El primer paso en el análisis grafológico es valorar el texto según su armonía global, dentro de un conjunto claro y ordenado o confuso y desordenado. Esta teoría de Crepieux du Jamin ha sido desarrollada por otros autores, y con los aspectos que él situó dentro de un texto armonioso o inarmónico, unidos a algunos de los aspectos que Klages consideró como representativos de formniveau positivo o negativo, se elaboró el concepto de texto positivo y negativo. Por tanto y a partir de ahora se mencionará texto positivo o negativo ya que resulta más fácil y asequible esta terminología para desarrollar el análisis.

Esta valoración es determinante para el análisis, puesto que un mismo gesto o forma tiene una interpretación diferente según si el texto se haya valorado como positivo o negativo. Por ejemplo, la letra con una forma básica angulosa puede ser exponente de una personalidad firme, segura y activa. Esta definición es válida si el conjunto del grafismo está dentro de un texto evaluado como positivo. En cambio si la evaluación ha sido de texto negativo, esa misma letra angulosa es exponente de una personalidad dura, impositiva, exigente e incluso agresiva. Por consiguiente es importante situar la escritura dentro del texto correspondiente.

A causa de esto ningún gesto aislado o forma de letra en particular tiene una interpretación estática sino que dicha interpretación va siempre en función del conjunto del texto. Ante un grafismo hay que hacer, de entrada, una visión de conjunto. Esta primera visión tiene el inconveniente de que puede ser algo subjetiva, pero también en una entrevista personal es probable que en el primer encuentro la impresión del entrevistador sea igualmente subjetiva. Por tanto, teniendo presente esa primera impresión, los diferentes pasos del análisis deben reafirmarla.

Al igual que al conocer a alguien en persona, ante un grafismo y sin llegar a leerlo se recibe una impresión, que puede ser favorable o desfavorable. La forma en que está realizado el currículum, carta de solicitud o redacción en general, es la que aporta esa primera impresión. Si la escritura está organizada, es decir hay unos márgenes cuidados, puntos y apartes ordenados, no se producen elementos de confusión (invasiones de jambas o hampas), dicha impresión es favorable, la valoración es de un conjunto claro y ordenado. Si por el contrario no hay márgenes o éstos son muy irregulares, no se establece una separación de bloques según los puntos y apartes y hay elementos de confusión, la valoración es entonces de un conjunto confuso y desordenado.

Para esta valoración de conjunto no hay unos parámetros concretos, se trata de una primera valoración que es meramente orientativa. Es, como ya se ha dicho antes, el primer encuentro con el grafismo, equivalente al inicio o primera impresión de una entrevista personal.

Una vez establecida esta apreciación de conjunto, hay que hacer una de las valoraciones más importantes del análisis puesto que el error en la misma, puede significar un informe incorrecto. No obstante, hay que tener presente que los diferentes apartados del análisis son tantos, tan variados y complementarios, que es muy difícil no darse cuenta una vez avanzado el mismo del error cometido en esa primera valoración.

El texto positivo es la expresión de que el individuo ha realizado un aprendizaje correcto, del cual resulta un comportamiento adaptativo. Esta capacidad de adaptación del individuo al entorno y a sí mismo, propicia un desarrollo personal acorde con sus posibilidades, sin que sus objetivos, inquietudes y afectos repercutan, incidan o entorpezcan los de los demás. Ahora bien, si el aprendizaje no ha sido correcto, el resultado es entonces un comportamiento no adaptativo (incluso patológico), observándose esta inadaptación a través del texto negativo. Tanto la adaptación como la inadaptación no suele ser total y se aprecia a través del grafismo, por la mayor o menor presencia de los aspectos positivos o negativos, el grado o nivel de esa adaptación.

Generalmente un texto positivo se encuentra en un conjunto claro y ordenado, y un texto negativo en un conjunto confuso y desordenado, pero también, y esta situación se da con bastante frecuencia, es factible encontrar un texto negativo en un conjunto claro y ordenado.

 

CONJUNTO CLARO Y ORDENADO

TEXTO POSITIVO:

 

Visión clara del entorno, concreción de ideas. Capacidad de adaptación a sí mismo y al entorno.

 

CONJUNTO CLARO Y ORDENADO

TEXTO NEGATIVO:

 

Claridad mental, concreción de ideas, pero rigidez en las mismas. Se intenta dar una imagen favorable.

Dificultad en la adaptación.

 

CONJUNTO CONFUSO Y DESORDENADO

TEXTO POSITIVO:

 

Visión confusa, probable originalidad y fantasía. Adaptación a sí mismo, pero difícil al entorno.

 

CONJUNTO CONFUSO Y DESORDENADO

TEXTO NEGATIVO:

 

Confusión mental, falta de concreción. Desorganización. No hay adaptación a sí mismo ni al entorno.

 

Para determinar si un texto es positivo o negativo hay que constatar la presencia de determinados aspectos gráficos. No sólo hay que tener en cuenta la PRESENCIA, sino también la INTENSIDAD Y FRECUENCIA del aspecto. Por ejemplo, en el caso de letra ligada, (rasgo de unión entre las letras de una misma palabra) no es igual que todo el grafismo esté ligado, que la mayoría de las letras estén ligadas o que aparezcan algunas desligadas, como que todas estén desligadas. En el caso de letra sucia, no es lo mismo un óvalo cegado, que todos lo estén y además haya una profusión de rasgos pastosos. Hay que valorar por tanto la PRESENCIA del rasgo, la INTENSIDAD del mismo, sobre todo en el caso de suciedades, retoques, rectificaciones o invasiones. Por último la FRECUENCIA, es decir el número de veces que aparece. No es lo mismo un retoque, una invasión, que la profusión de cada uno de ellos.

Una vez hecha la evaluación, que se realiza a través de determinados sistemas, hay que llegar a la conclusión de qué predomina más, si el texto positivo o el negativo o por el contrario si están equilibrados o casi igualados.

No es muy frecuente hallar textos definidamente positivos ni negativos. Habitualmente las personas están en una medianía más cercana al positivo que al negativo. Esa medianía origina que la redacción de los informes sea compleja, ya que hay que diferenciar en qué facetas de la personalidad el sujeto actúa positiva o negativamente. Sobre esto conviene hacer una aclaración. Al realizar un informe hay que procurar no hacer juicios de valor; simplemente se deben describir las características del analizado, sus aptitudes o carencias, sin recrearse o resaltar tanto lo positivo como lo negativo.

Cuando se trata de un informe empresarial, o cuando el destinatario del informe no es el analizado, la descripción de las características más problemáticas o de las posibles limitaciones es más fácil que cuando el receptor es el autor del grafismo; entonces debe suavizarse de forma que no resulte molesto o inquietante. No obstante, es aconsejable redactar todos los informes como si el analizado pudiera leerlos, ya que nunca se sabe si por determinadas circunstancias dicho informe irá a parar a sus manos.

Esta preocupación por suavizar lo negativo puede originar que el informe resulte poco definido o claro, con lo que —y sobre todo en el caso de informes para empresa— el demandante del mismo no obtenga unos datos definidos sobre el candidato. Sólo con la experiencia que aportan años de trabajo consigue el grafólogo satisfacer la demanda del cliente y ser al mismo tiempo justo y honesto con el analizado.

El hecho de situar a una escritura en su correspondiente texto, positivo o negativo es, por tanto, un primer paso indispensable en la selección del personal. Además, una vez adquirida la suficiente experiencia se puede realizar una rápida valoración, siendo ésta muy útil para hacer un proceso ágil de selección y desestimación de candidatos ante un número destacado de solicitudes. Véanse las figs. 1, 2, 3 y 4.

 

CONJUNTO GRÁFICO, CLARO Y ORDENADO. TEXTO POSITIVO

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FIGURA 1.  Organización racional de espacios. Letra sobria, clara, ligada y agrupada, abierta y simplificada. El texto pertenece a una licenciada en Biblioteconomía, en el momento de realizar el grafismo era directora de la Hemeroteca de una de las Facultades de Derecho de Barcelona

 

 

CONJUNTO GRÁFICO, CLARO Y ORDENADO. TEXTO NEGATIVO

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FIGURA 2.  Organización racional de espacios. Letra algo complicada (espirales, reseguimientos), cerrada, invertida, desproporcionada, lenta, descargas pastosas (suciedad).

 

 

CONJUNTO GRÁFICO, CONFUSO Y DESORDENADO. TEXTO POSITIVO

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FIGURA 3.  Separación entre líneas y palabras que no corresponde a los parámetros establecidos en cuanto a claridad. Aunque no son muy profundos, hay numerosos puntos de confusión. Escritura inclinada, ligada y agrupada, rápida. Aunque esta escritura se encuadra dentro de un conjunto confuso y desordenado, la evaluación es de texto positivo. El grafismo pertenece a un borrador de James Joyce. (Colección de manuscritos de The British Library.)

 

 

CONJUNTO CONFUSO Y DESORDENADO. TEXTO NEGATIVO

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FIGURA 4.  Numerosos puntos de confusión, invasiones. Letra cerrada, desproporcionada, complicada, lenta, sucia. Aunque no aparecen otros aspectos negativos, en este caso la presencia y sobre todo la intensidad de los rasgos que sí aparecen, son muy destacados.

 

Texto positivo

 

Abierta.

Los óvalos de las letras tienen aberturas. Las letras m y n se realizan en forma de «u».

 

Ascendente.

A medida que avanza el grafismo, la escritura va separándose en un sentido ascendente de la línea base de la escritura. (Véase explicación más detallada en Géneros gráficos - DIRECCIÓN.)

 

Inclinada.

El grado de inclinación del grafismo hacia la derecha y respecto a la línea base es inferior a los 9 grados. (Géneros gráficos - INCLINACIÓN.)

 

Ligada o agrupada

Las letras en las palabras están unidas por trazos.

En el caso de agrupadas, las letras forman grupos en las palabras coincidiendo en general con las sílabas. (Géneros gráficos - DIMENSIÓN.)

 

Proporcionada.

El tamaño o dimensión de la letra no presenta desigualdades notorias, y todo el grafismo guarda una proporción. (Géneros gráficos - DIMENSIÓN.)

 

Rápida.

Los rasgos son sencillos y simplificados, hay ligados originales, la letra suele estar ligada. Los puntos de acentuación y las barras de la «t» están desplazados a la derecha. (Géneros gráficos - VELOCIDAD.)

 

Formas definidas. Identificables, legibles.

 

Regularidad de estilos. Independientemente del estilo de escritura adoptado.

 

Sobria.

Los rasgos y forma de las letras se limitan a su dibujo identificativo, sin adornos o gestos innecesarios. (Géneros gráficos - FORMA.)

 

Limpia, neta.

La escritura aparece trazada con rasgos netos, los óvalos no están cegados, ni se producen descargas de presión. No hay tachaduras, el aspecto es cuidado. (Géneros gráficos - FORMA.)

 

Firma.

No hay diferencias destacadas entre firma y texto. Rúbrica sin complicaciones.

 

Texto negativo

 

Cerrada.

Los óvalos se realizan sin aberturas, las letras «m» y «n» se dibujan en forma de arco o puente. (Véase géneros gráficos - PROGRESIÓN.)

 

Descendente.

La escritura, a medida que va avanzando se separa de la línea de base en sentido descendente. (Géneros gráficos - DIRECCIÓN.)

 

Invertida.

El grado de inclinación de la escritura hacia la izquierda respecto a la línea de base supera los 9 grados. (Géneros gráficos - INCLINACIÓN.)

 

Desligada.

Las letras en las palabras no tienen trazos de unión. (Géneros gráficos - PROGRESIÓN.)

 

Desproporcionada.

El tamaño de las letras es muy irregular, dando en general un aspecto de desproporción. (Géneros gráficos - DIMENSIÓN.)

 

Lenta.

Las letras están desligadas, hay reseguimientos en el dibujo de las mismas, adornos y rasgos innecesarios. (Géneros gráficos - VELOCIDAD.)

 

Complicada.

El dibujo de las letras es elaborado, hay adornos y rasgos innecesarios, que pueden dificultar la legibilidad. (Géneros gráficos - FORMA.)

 

Formas no identificables. El dibujo de la letra no permite identificarla.

 

Irregularidad de estilos. Se aprecian diferentes estilos en un mismo texto, caligráfico, tipográfico, etc.

 

Sucia.

Los óvalos aparecen cegados, hay descargas de tinta, tachaduras, reseguimientos. El aspecto global es de descuido. (Géneros gráficos - FORMA.)

 

Firma.

Hay destacadas diferencias entre la firma y el texto. Rúbrica complicada.