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NO SOMOS GENIOS

No le demos más vueltas. No somos genios. No lo somos. ¿O quizá sí?

Muy posiblemente vales más de lo que piensas. Y sí, tienes talento.

No alimentemos la soberbia con falsas esperanzas pero tampoco dejemos que la subestima nos gane terreno. Para empezar tratemos de dejar claro a qué nos referimos cuando hablamos de «ser un genio» (que no «tener genio»).

Según el diccionario de la RAE,[1] si hablamos de carácter puede referirse a tener un temperamento difícil o tener firmeza y energía. Pero como vamos a tratar de Leonardo da Vinci, uno de los mayores genios de la historia de la humanidad, convendría saber a qué nos enfrentamos. La RAE, asimismo, describe la palabra derivada del latín genius como la capacidad mental extraordinaria para crear o inventar cosas nuevas y admirables.

 

Quizá yo en mi profesión tenga genio pero no sea un genio. Eso no quiere decir que TÚ no lo seas. De hecho, al genio se le reconoce mucho después de haber obrado de tal manera para que sea considerado como tal.

 

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Lo que está muy claro es que cada uno de nosotros tenemos TALENTOS. Y lo digo en plural porque estoy convencido de que todos y cada uno de nosotros tenemos más de uno. Algunos los localizamos en seguida, otros nos cuesta más y otros surgen sin que nos los esperemos porque algo (un estímulo externo, por ejemplo) lo ha activado.

Tener TALENTO es tener aptitud, es decir, tener la capacidad para realizar una ocupación determinada. La aptitud conlleva una inteligencia. Es algo que he aprendido a lo largo de muchos años en televisión, donde tanto en los concursos como en los programas he descubierto que existen infinidad de talentos. Talentos mentales, físicos, manuales. Capacidad para absorber gran cantidad de datos, capacidad para tener una gran rapidez mental, capacidad para cautivar en el escenario y romper la fría barrera que separa un plató del programa y el plasma de tu televisor, capacidad para hablar rápidamente o con elocuencia, capacidad para juzgar y evaluar y capacidad también para ser juzgado. Incluso la capacidad de saber recoger un buen consejo. Pero el talento no sólo se nutre de la inteligencia. La mejor definición de «talento» nos la da Juan Carlos Cubeiro:[2] «Es poner en valor lo que uno sabe, quiere y puede hacer».

 

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Durante el recorrido a través de estas páginas vamos a intentar descubrir nuestros talentos, saber cómo crear una marca personal que nos defina mejor, y obtendrás unos conocimientos básicos sobre cómo empezar a vender tu propia marca personal, así como potenciar el resultado de tus objetivos.

Descubriremos cómo adaptarnos a situaciones nuevas con la gestión del cambio, pondremos los mejores ejemplos sobre cómo desenfocar a priori te permite enfocar las cosas con mucha más nitidez después, ampliaremos nuestros campos visuales, estudiaremos perspectivas, nos sorprenderemos con lo mucho que nos puede ayudar el método de la observación, aprenderemos a decir «no» y aprenderemos también de nuestros errores, y buscaremos la mejor manera de motivarnos.

Es un libro de coaching, sí. Pero no has visto nada igual. He creído oportuno que Leonardo da Vinci[3] (y en menor medida mis ejemplos personales) sea tu coach personal a través del camino que recorras desde que crees tu primera y única marca personal hasta que te conviertas en líder.

 

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¿Por qué Leonardo da Vinci?

Porque el maestro italiano fue un experto en coaching en el siglo XV.

 

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Sin ánimo de equipararme con Leonardo da Vinci (¡cómo podría!), encuentro algunas similitudes que me ayudan a empatizar con el florentino y hace más fácil la transmisión de conocimientos más allá de la admiración como maestro renacentista.

Leonardo (1452-1519) no nació en una gran urbe (yo tampoco y puede que tú, lector, tampoco), lo que dificultó su instrucción que ya de por sí estaba bastante limitada por haber sido hijo ilegítimo. Su autoformación, curiosidad infinita y gran capacidad inventiva le llevó a convertirse en uno de los genios universales. En ese sentido, mi formación se centró en la enseñanza, estudiando en la facultad de magisterio, pero la autoformación me llevó a trabajar en televisión, donde permanezco actualmente, y puede que muchos de los que se dejen atrapar por estas páginas estén trabajando (si es que trabajan) en cosas distintas para las que fueron formados.

Cada uno de nosotros podría encontrar varias coincidencias que lo aproximen al maestro florentino. Pero no nos dejemos llevar por la magia del genio. El auténtico protagonista de este libro eres TÚ.

Leonardo puede servir de ejemplo, sobre todo porque ya vivió hace 500 años lo que tú vives. Yo te puedo poner de ejemplo mi experiencia profesional y analizar contigo desde un casting hasta el triunfo en televisión, pero con conceptos extrapolables a cualquier otro ámbito.

Abre cualquier buscador en internet (Google, por ejemplo) y teclea «Leonardo da Vinci». Tienes más de 35.000.000 de páginas relacionadas con su figura.

Hay un estudio muy interesante de José Luis Espejo,[4] licenciado en Geografía e Historia en la Universidad de Barcelona, que apunta a un muy posible viaje del maestro florentino entre 1481 y 1483 a la Ciudad Condal, donde al parecer sus ancestros podrían haber residido, y para conocer la abadía de Montserrat.

Si hay alguien que dude de que se pueda ligar a Da Vinci con el siglo XXI, que eche un vistazo al storyboard[5] que he añadido al final de este capítulo. Se trata de una creatividad que trabajé junto con un artista llamado Paul Urkijo,[6] gran amigo mío, para la marca italiana Chateau d’Ax.[7] Unimos los conceptos «Leonardo da Vinci», «inventor», «siglo XXI» y «sofás de lujo». Nos pusimos manos a la obra y la campaña se tituló «El sofá que Leonardo da Vinci habría querido inventar». Triunfamos con la idea. Podrás encontrar el storyboard completo al final de este capítulo.

Por si no te parece suficiente, doblo la apuesta y te digo: ¿y si uno de los mayores superhéroes de la historia hubiera sido inspirado por Leonardo da Vinci? Así es. El cómic cuenta cómo Bruce Wayne se convirtió en Batman[8] a raíz del asesinato de sus padres. Pero Bob Kane, su creador, se sincera y nos revela que Batman está inspirado en los diseños del planeador de Leonardo da Vinci:

 

En realidad me inspiré en tres influencias para Batman. Una fue Leonardo da Vinci. Él había diseñado una máquina voladora 500 años atrás. Se trataba de un hombre provisto de un arnés con alas de murciélago, el primer planeador. Vi ese dibujo cuando tenía 13 años y lo que observé parecía un hombre-murciélago.

 

Otra de las conocidas citas de Kane fue la siguiente:

 

A los 13 años vi un libro de Leonardo da Vinci, con sus primeros inventos. Había un dibujo de un hombre sobre una máquina con forma de murciélago. Llevaba alas de murciélago e iba sobre una tabla. Fue el primer planeador aéreo, y a mí me recordaba a un murciélago. De hecho, había una cita: el modelo no tendrá más alas que las de un murciélago.

 

Éste es el dibujo original del ornitóptero (aeronave capaz de generar sustentación en el aire por sus propios medios basándose en el movimiento batiente de sus alas) de Leonardo da Vinci en el cual se inspiró Bon Kane:

 

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En una exposición reciente en el Palazzo delle Cancelleria de Roma («Leonardo da Vinci - El genio y sus inventos») vigente hasta bien entrado 2014, pude disfrutar de los modelos de los inventos de Leonardo a escala 1:1. Es decir, a escala natural, y pude disfrutar en vivo de lo que 500 años más tarde inspiraría a uno de los héroes favoritos de millones de personas.

 

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Si quieres puedes disfrutar de parte de la exposición a través de una aplicación que han creado para Ipad: Leonardo da Vinci - El genio y los inventos HD (Virtual tour).

Leonardo da Vinci incluso aparece como uno de los personajes principales en una de las sagas de videojuegos más exitosa de historia: Assassin’s Creed. Su labor a través de la historia es fundamental para la consecución del objetivo del protagonista. Leonardo da Vinci y videojuegos de última generación... ¿Quién lo iba a decir?

Si ponemos encima de la mesa lo que vale la marca personal «Leonardo da Vinci» tendríamos que contar los números por miles. Por poner un ejemplo, en el año 2011 , Milán ha ingresado la cantidad de 1.956.990,75 euros por las ventas de entradas de «La última cena» de Leonardo da Vinci. La gran exposición que albergó Londres, «Leonardo da Vinci, painter at the court of Milan» en The National Gallery, vendió 330.000 entradas en tres meses. La fundación italiana Leonardo 3 factura cerca de 2 millones de euros al año... etc.[9]

 

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Imagen de Assassin´s Creed II © 2009 Ubisoft Entertainment. Todos los derechos reservados. Assassin´s Creed, Ubisoft y el logo de Ubisoft son propiedad de Ubisoft Entertainment en Estados Unidos y demás países.

 

Podríamos seguir poniendo ejemplos: desde que Marvel convierte en sus cómics a Leonardo da Vinci como agente de S.H.I.E.L.D.,[10] pasando por la publicación de una serie de 10 capítulos por parte de DC Vértigo llamada Chiaroscuro: The private lifes of Leonardo da Vinci, hasta el estudio de su desvío del río Arno en algunas asignaturas de la carrera de ingeniería civil.[11]

Y por último, el ejemplo que para mí, tiene más importancia. Leonardo da Vinci, como yo, era un enamorado de la palabra, hasta tal punto que en su Codex Trivulzianus, repleto de dibujos y escritos (como no podía ser de otra manera) se hallan unas cuantas páginas sobre estudios autodidactas que Leonardo utilizaba para mejorar sus conocimientos en el campo de la literatura. En el códice encontramos un compendio de palabras como si de un diccionario personal se tratara.

 

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Pero da igual con quién te quedes, con la teoría, con Leonardo da Vinci o conmigo. Lo importante es que, con lo que te quedes, hagas algo. Quieras hacer algo. Te pongas en movimiento.

Estoy convencido de que tienes talento. Tienes talentos. No me canso nunca de verlos en televisión y no me extrañaría sentir tu talento a través de tu mirada fija en estas líneas.

Hagamos una cosa. Viajemos juntos en el tiempo del siglo XV al XXI y viceversa, y busquemos juntos tus talentos y la mejor manera de desarrollarlos y ponerlos al servicio de la creatividad.

 

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Yo, por mi parte, te daré algunos consejos que me han servido a mí. Ojo, no significa que vayas a acabar como yo, ni para bien ni para mal, pero te pueden servir de guía porque, al final, las situaciones se repiten y los consejos se convierten en moralejas.

Para empezar te diré que no tengas miedo al ridículo. Si tienes una idea, desarróllala, pruébala, y si no funciona, vuelve a empezar. No te quedes por el camino. Yo, particularmente, si al final de un gran esfuerzo no consigo el resultado deseado, no me vengo abajo. Estoy satisfecho porque di lo mejor de mí mismo. Siempre.

Sólo te digo dos cosas, que también puedes aplicar a este libro si quieres: perseverancia y paciencia; a veces el resultado de tu trabajo tarda mucho tiempo en llegar. El reconocimiento, más.

 

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Y, para terminar, gracias. Gracias por tener el valor de darle una oportunidad a esta maravillosa propuesta.

 

 

LEONARDO DA VINCI EN UN TUIT

He decidido que, al finalizar cada uno de los capítulos, voy a generar un tuit con la frase más famosa de Leonardo da Vinci aplicada al contenido tratado en ese mismo capítulo, ya que Twitter se ha convertido en la red social de microblogging más seguida del mundo. Para justificar esta sección aquí van unos datos:

En 2012 Twitter ha registrado más de 500.000 millones de cuentas. De todas ellas 140.000 millones se han convertido en usuarios activos. La red social tiene 300.000 nuevas visitas cada día y un millón de cuentas se suman a Twitter cada día. Está claro que Leonardo habría escrito sus códices a través de esta potente red social o, al menos, nos habría dejado unos highlights.[12] He creado una cuenta para que todo aquel que esté interesado en aprender algo más sobre el maestro Leonardo da Vinci pueda acompañarme no sólo en el aprendizaje, sino también en la búsqueda de TALENTO.

 

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La cuenta es @Tienes_Talento, y ya tenemos un buen número de amigos. Sólo faltas tú.

 

El tuit de Leonardo

Retomando el hilo conductor sobre las ideas, la iniciativa y el talento, creo que la cita más adecuada de todas las que podemos encontrar en las numerosas páginas que nos ha legado Leonardo da Vinci es ésta:

 

@Tienes_Talento: «Nuestras mayores tonterías pueden ser muy sabias».

 

Es un ejemplo esclarecedor de cómo una idea puede acabar convertida en papel reciclado o en un éxito rotundo. ¿De qué depende? De lo mucho que confíes en ella, de lo que estés dispuesto a invertir en ella y a sacrificar por ella. Esa IDEA puede ser una tontería o puede ser el principio de algo muy grande.

 

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Asimismo plasmaré en un tuit lo que me inspire cada capítulo, y alguno de ellos los escribiré, no sólo aquí, sino también en mi Twitter real para ver el alcance y la repercusión que tiene lo que escribo, lo que siento, lo que os transmito.

Y empezaré con algo tan sencillo como parafrasear al maestro Leonardo:

 

@ChristianG_7: «A priori, la idea de escribir este libro me parecía una tontería. Gracias a Leonardo esa idea se ha convertido en una sabia decisión».

 

Prepárate. Pero no te preocupes. Coge un bolígrafo porque a partir del próximo capítulo vas a tener que aprender a utilizar los 140 caracteres que Twitter te permite para saber cómo eres.

Ve haciéndote a la IDEA.

Por cierto, antes de que se me olvide. Un prueba más. Mete la mano en el bolsillo. Posiblemente una de las monedas que saques de un euro sea como ésta:

 

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¿QUÉ ES EL COACHING?

Se llama coaching al método que sintetiza el proceso de aprendizaje de las personas y que bebe de fuentes como la filosofía y la psicología. La experiencia también juega un papel importante ya que se trata de un sistema donde no se enseña, se ayuda a aprender.

 

PONTE A PRUEBA:

•    Déjate llevar por estas páginas. Si una sola frase te ha hecho parar sólo unos segundos, entonces me has dejado ganar.

•    Olvida aquello de «El coaching no es para mí». No se trata de que puedas o no necesitarlo. Basta con que reflexiones sólo un momento y te plantees lo que estás haciendo y lo que te gustaría hacer. Si no coincide, puedes acompañarnos.

 

LA CITA:

«No hay fracaso, sólo aprendizaje.»

 

PARA SABER MÁS:

JUAN CARLOS CUBEIRO (sobre talento y coaching)

•    Por qué necesitas un coach, Alienta, Barcelona, 2011.

•    Del capitalismo al talentismo, Alienta, Barcelona, 2012.

JENY MUMFORD (sobre coaching)

•    Coaching para Dummies, CEAC, 2010.

ROBIN SHARMA (sobre coaching)

•    Éxito, DeBolsillo, Madrid, 2010.

CHARLES NICHOLL (sobre Leonardo da Vinci)

•    Leonardo, el vuelo de la mente, Taurus, Madrid, 2005.

GIORGIO VASARI (sobre Leonardo da Vinci y su tiempo)

•    Las vidas, Cátedra, Madrid, 2010.