Capítulo 2

Deja huella y triunfa

 

En este capítulo

triangle.png   Claves sobre la marca personal

triangle.png   Lo que te proporciona el personal branding

triangle.png   Quiénes pueden beneficiarse de la gestión de su marca

 

La forma de obtener una buena reputación

es procurar ser lo que se quiere parecer.

 

Platón

 

Si no te has saltado el capítulo anterior, te habrás dado cuenta de que ha llegado la hora de cambiar la forma de entender el trabajo y las relaciones entre organizaciones y personas. No es mi intención animarte a ser extravagante o a darle la vuelta a tu vida como si fuera un calcetín. Es mucho más simple.

Quiero ayudarte a gestionar tu vida como si fuera un proyecto, a ser consciente del impacto que produces y controlar lo que haces.

Antes de seguir avanzando quiero aclararte algo que, aunque parece una diferencia semántica, es fundamental para entender este concepto:

Una marca personal no se crea ni se inventa, se descubre.

Todos tenemos una identidad, una personalidad y una forma de pensar. Eso es bueno, pues nuestra vida se simplifica cuando descubrimos realmente quiénes somos. La marca personal es algo que dejamos en los demás, el reflejo de lo que somos, el resultado de lo que hacemos. No es algo artificial o inventado, sino que empieza desvelando lo que somos y, a partir de ahí, desarrolla y hace crecer nuestras mejores cualidades. Por lo tanto, la marca personal implica un proceso de autoanálisis, de descubrimiento, más que de creación.

Creo que fue Miguel Ángel, el artista del Renacimiento, quien dijo que lo que realmente hacía al esculpir era quitar el mármol que sobraba hasta dejar al descubierto la obra de arte. Un proyecto de personal branding empieza del mismo modo: es un proceso de auditoría personal que hay que realizar durante toda la vida, en todo momento.

En este capítulo quiero explicarte las claves que se esconden tras la marca personal y lo que puedes conseguir si sabes gestionarla. Es muy sencillo, lo que no significa que no tengas que trabajar... y mucho.

Lo que debes saber sobre la marca personal

recuerda.pngAunque no seas consciente de ello, te pasas la vida impactando en tu familia, amigos, colegas o seguidores de las redes sociales. Lo importante es que lo que transmitas refleje lo que eres de la manera más fiel y positiva posible.

 

ejercicio.png Marca comercial versus marca personal

 

Piensa en tus marcas comerciales favoritas. Evita las típicas, tópicas, lejanas y utilizadas como ejemplo hasta la saciedad como Apple o Harley Davidson. Pueden ser marcas cotidianas con las que te sientas a gusto como la leche Pascual, El Corte Inglés, Opel o la peluquería en la que te cortas el pelo desde hace años.

¿Qué te pasa por la cabeza cuando piensas en ellas? ¿Qué tienen en común?

Ahora, olvídate de empresas y negocios y piensa en ti y en quienes te rodean.

Quiero que reflexiones e identifiques a quienes consideras un referente, un modelo a seguir. No me refiero a famosillos sin sustancia o a gente que tiene un fugaz minuto de gloria. Me refiero a quienes han generado un impacto duradero en su entorno.

¿Ya las tienes?

Pues ahora trata de responder a estas preguntas:

•     ¿Qué caracteriza su éxito?

•     ¿Cómo han conseguido convertirse en ejemplos?

•     ¿Qué cualidades o atributos poseen esas personas?

•     ¿Qué las diferencia del resto?

•     ¿Qué hace que sean deseadas, admiradas o queridas?

Seguramente habrás detectado una serie de elementos comunes entre las personas y las empresas, coincidencias que detallaré y describiré a medida que avances en la lectura de este libro.

También quiero que pienses en los beneficios y ventajas que han obtenido estas personas gracias a la buena gestión de su marca personal (aunque seguramente ellos nunca habrían pensado en este concepto).

 

Si no te etiquetas, te etiquetan

¿Recuerdas los motes que ponías a los profesores en el colegio? Pues cuando crecemos sigue ocurriendo algo parecido. Etiquetamos y nos etiquetan.

Una etiqueta es una palabra con la que los demás nos describen y clasifican. Es algo que no podemos evitar. Está relacionado con la supervivencia. Si en otros tiempos no eras capaz de distinguir cuando alguien era amigo o enemigo, tenías tus días contados. Sin embargo, aunque no podemos meternos en la mente de los demás, podemos hacer lo posible para que esas etiquetas no difieran demasiado de lo que realmente somos.

Aunque pueden llevar a simplificaciones injustas o erróneas, las etiquetas facilitan las relaciones y la comprensión. Cuando surge un tema nuevo, suelen utilizarse términos conocidos para entender su significado. Los cargos, títulos o diplomas son formas de etiquetarnos. Los partidos a los que votamos, los equipos a los que seguimos o las tribus con las que los relacionamos son formas de situarnos en una casilla u otra dentro de la organización social. Eso facilita las cosas, ya que nos ayuda a escoger o rechazar, a ser elegidos o descartados.

Te van a etiquetar, así que aprovéchalo

Si no descubres, defines y haces crecer tu marca personal, si no te «marcas» a ti mismo, alguien lo hará. Hay mucha gente a la que le encanta el cargo que aparece en su tarjeta de visita y acaba pensando que eso les define. Pero las personas somos mucho más que las etiquetas que nos cuelgan. Aunque no puedas meterte en la cabeza de quienes te clasifican, debes esforzarte en que lo que perciben de ti sea lo más parecido a lo que eres en realidad.

Esto es especialmente importante, ya que, si no se gestiona bien, la marca personal es difícil de cambiar. Si has proyectado ideas no deseadas en la mente de tu audiencia, te costará mucho tiempo y esfuerzo cambiarlas. Una vez que la mente encasilla a alguien, es difícil cambiarlo. ¿No te han dicho más de una vez que el primer momento en que te vieron causaste una impresión distinta a la que has generado con el tiempo?

La marca es la consecuencia de un sistema imperfecto

Si has tenido que elegir unos pañales para tu hijo, si de joven tenías el dinero justo para comprar un disco de un grupo u otro, si has comprado un electrodoméstico caro, si tuviste que escoger algo que implicaba un riesgo... habrás tenido dudas sobre tu elección.

Casi nunca disponemos de toda la información. Así que, de algún modo, debes encontrar la forma de reducir el riesgo por la falta de datos. Quizá preguntes a alguien de confianza o busques información en la red o, como suele suceder, confíes en una marca de prestigio. Cuando te falta información, la marca te ayuda a tomar una decisión. Cuanto más riesgo existe, más importante es la marca. Si todo fuese transparente, no harían falta marcas. Cuando hay que escoger entre una persona u otra para un empleo, para que cuide de tus hijos o para quedar con ella por primera vez, la marca personal cumple esa función: reduce la desconfianza y ayuda a escoger.

Si gestionas bien tu marca personal, quienes tengan que elegirte percibirán que corren menos riesgos y estarán dispuestos a recompensarte mejor. El personal branding es algo así como un lubricante que facilita las relaciones.

Sacar lo mejor de uno mismo... y darlo a conocer

¿Has leído El perfume? Me refiero a la novela (y posterior película) de gran éxito en la década de 1980. Contaba la historia de un perfumista que trataba de crear el perfume perfecto destilando la esencia de las personas. Pues bien, el personal branding trata de conseguir algo parecido pero sin la parte truculenta.

La marca personal es una forma de comunicar quién eres y lo que representas. No trata de convertirte en alguien que no eres, sino de «destilar» lo que te define mejor. Es un error pensar que es algo frívolo que consiste en maquillar o cambiar tu superficie; es justo lo contrario.

La gestión de la marca personal va de dentro a fuera: empiezas por descubrir, desvelar o desenterrar quién eres, para luego comunicarlo de forma eficaz. El personal branding puede ser muy excitante, pero también puede asustarte un poco, pues te obligará a ser coherente y consecuente. Por eso, los pilares sobre los que se sustenta deben ser sólidos y auténticos.

cuidado.pngNo es buena idea tratar de gustar a todo el mundo para que te tengan en cuenta. Pero eso no significa que debas ser desagradable o grosero. Si defines tu identidad y la expresas, facilitas las relaciones tanto con los que piensan como tú como con aquellos que no comparten tus ideas y valores.

Podría decirse que la marca personal es una versión comprimida de lo que representas. Es una forma de condensar y comunicar tu fuerza de la forma más concisa posible. Tu marca personal asocia tu nombre a un montón de atributos, cualidades y debilidades.

Tu nombre significa algo

Si decides poner en marcha una estrategia de marca personal, desde el primer momento debes asociar tu nombre a un beneficio o a unas cualidades. El objetivo es que cuando alguien necesite a una persona como tú, en vez de decir «quiero UN (pon aquí tu profesión)» diga «quiero A (pon aquí tu nombre)».

Hay gente que por pudor, modestia o miedo a lo que los demás puedan opinar se ocultan tras un pseudónimo o un nombre más o menos rimbombante. Pero éste es el mejor camino para que nadie te asocie con algo que merezca la pena. Esconderte tras un alias no te ayudará profesionalmente a menos que muestres tu verdadera identidad. Mantenerse oculto tras un disfraz o una imagen artificial puede ser útil para un superhéroe, pero no para ti.

Si no quieres asociar tu trabajo contigo, no dejarás huella porque, por muchas cosas buenas que hagas, nadie sabrá quién eres.

Conviértete en una opción que no puedan rechazar

La clave de tu progreso profesional está en convertirse en alguien deseado, y eso es más fácil si dejas una huella positiva e imborrable.

Tu marca personal debe asociarse a algo valioso. Es influencia, persuasión, convicción. Se basa en ofrecer algo útil y relevante a quienes te rodean. Podría decirse que, si quieres que te tengan en cuenta, debes tener una buena oferta o «producto».

recuerda.pngUna marca convierte lo ordinario en extraordinario sin añadir elementos artificiales. La marca proporciona una percepción de valor superior frente a opciones similares. Y eso no es engañar, es aprovecharte de tus ventajas y fortalezas.

La percepción (casi) es la realidad

Seguro que al escuchar la noticia de un crimen en un medio de comunicación has visto que algunos vecinos del criminal se muestran sorprendidos porque parecía «una persona normal, incluso servicial». Quizás alguna vez alguien te ha dicho que no imaginaba que fueses de una determinada manera y te has quedado pensando, sorprendido, qué percepción tienen otros de ti.

Eso se debe a que no gestionamos bien las percepciones que transmitimos o peor aún, no sabemos cuáles son. En el caso del criminal, eso le ha beneficiado, pero en tu caso te perjudica.

Hay un término muy similar a la marca personal que es la otra cara de la moneda. Me refiero a la reputación. Reputación es lo que los demás dicen de ti y tiene que ver con cómo cumples tus promesas y compromisos. Es la percepción que tienen los demás de nuestra marca personal. La marca personal empieza en tu mente. La reputación está en la mente de quienes te rodean. Lo ideal es que la marca personal y tu reputación coincidan.

Éste es un asunto un poco delicado. Suelo compararlo con el mito de la caverna de Platón (quizá fue el primer experto en marca personal) porque, en realidad, los demás no nos ven como realmente somos, sino como una sombra que creamos pero que no somos nosotros. Pero una cosa es conocer y gestionar la percepción que generamos y otra muy distinta crear una imagen falsa o una máscara.

No soy yo, eres tú

No olvides que, para que algo o alguien deje su sello, debe existir un lugar en el que plasmarlo. Cuando hablamos de marca personal, el «soporte» son las personas que consideras tu audiencia. Por lo tanto, la fortaleza de una marca personal depende del impacto que generas en la gente.

Si no eres capaz de aportar algo valioso que genere un recuerdo memorable, ya puedes creerte todo lo bueno que quieras que pasarás sin pena ni gloria. Una persona jamás dejará huella si sólo piensa en sí misma. Es tan absurdo como pensar que una empresa puede crear una marca comercial potente olvidándose de sus clientes.

Una marca personal es el resultado de las experiencias que una persona crea en su entorno. Con el tiempo, los sentimientos y emociones que producen esas acciones generarán seguidores leales, y también algunos detractores. Pero como te repetiré a lo largo del libro, si pretendes agradar a todos, no contentarás a nadie.

Para tener éxito, debes obtener el aplauso de tu audiencia

Podemos entrar en debates filosóficos sobre el significado del éxito pero te daré mi definición:

 

El éxito es el reconocimiento de los demás.

 

Eso es válido a la hora de conseguir un empleo, ganar un Oscar o recibir un abrazo espontáneo por parte de tus hijos. En ocasiones, ese éxito es el resultado de correr más que otros, responder correctamente en un examen o conseguir más ventas que tus colegas. Pero en otras, que son las que me interesan, ese reconocimiento es más subjetivo y depende de la opinión que los demás tienen sobre ti. Ahí es necesario el personal branding (en el capítulo 3 profundizaré en esta cuestión).

Para que te quieran, tienes que quererte

El trabajo de «auditoría» personal te ayudará a descubrir aquello en lo que eres mejor y que seguramente no sabías. De este modo aumentarás la confianza en ti mismo y la conciencia de tus conocimientos y habilidades. Cuando piensas en ti como en alguien que deja huella y trabajas para aumentar el valor de lo que ofreces, elevas tu autoestima, pues es un proceso positivo y proactivo y obtienes resultados que puedes medir.

Cuando te perciben como un referente, te sientes mejor. Si tienes claros tus objetivos y estrategias, aumentas tu coraje y tu capacidad de asumir riesgos.

Si eres bueno, todos ganamos

Hay quienes dicen que una marca personal sólo beneficia a quien la posee. Pero eso es rotundamente falso. Cuando una empresa, organización o país tienen profesionales o individuos capaces de influir positivamente en su entorno, todos ganan. De hecho, la marca personal puede ser el indicador del desarrollo de un grupo. Las mejores organizaciones, naciones o equipos son viveros de profesionales con marca personal. Los deportistas, los científicos, los empresarios y los artistas son profesionales con marca que refuerzan la del resto. Quienes dejan una marca personal potente consiguen atraer a otros como ellos.

En los años que llevo trabajando en este concepto he comprobado una y otra vez que, cuando varios profesionales con marca colaboran, multiplican su efecto.

Una marca comercial no depende de un departamento sino que es la suma de las marcas personales de todos los miembros de la empresa. Las pequeñas empresas que no tienen presupuesto para crear grandes campañas de publicidad deberían potenciar la marca personal de sus profesionales.

Un líder deja huella

Un líder es alguien que consigue que la gente haga algo. Suele tener una visión, unos valores, unos objetivos..., generan confianza y la transmiten eficazmente. Como te explicaré más adelante, todos ésos son componentes de un proyecto de marca personal.

recuerda.pngPersonal branding no es manipular, es influir mediante el ejemplo. Cuando te conviertes en un modelo a seguir es más fácil que se acepten tus propuestas, ofertas o ideas. Se trata de convertir en una ventaja un proceso que se producirá de todas formas.

Quienes no tienen una marca personal (valores, ideas claras) que anime a la gente a hacer algo, deben utilizar otros medios (fuerza bruta, violencia, malos tratos, abuso, manipulación) para dejar otro tipo de «marcas». La marca personal se relaciona con el poder individual. Quizá por eso asusta tanto a algunos.

Contacto, con tacto

Mucha gente se prepara para una cita o una entrevista de trabajo pero se olvida o despreocupa de otras situaciones que pueden cambiar su vida.

Quienes tienen éxito son conscientes de la impresión que generan en toda circunstancia. Entienden la importancia de sus acciones, palabras y decisiones para que todo aquel con el que se relaciona se lleve la misma impresión.

Acostúmbrate a gestionar el impacto que generas. Si hay algo peor que despreocuparte a la hora de gestionar la percepción que generas es tratar de impresionar a cualquiera que se te ponga por delante sin antes reflexionar y planificar.

 

Se puede dejar huella sin ser famoso

Ha habido, hay y habrá muchas personas que han dejado una profunda e indeleble huella en un entorno reducido y que han pasado desapercibidas para el resto del mundo. Que alguien utilice eficazmente las herramientas de comunicación y de marketing personal no significa que su marca personal sea más valiosa que la de quienes no consiguen una gran notoriedad.

La marca personal es importante y necesaria para cualquiera que pretenda influir en la percepción que genera en los demás. Pero eso es independiente del tipo de canales de comunicación que utilicen o de la cantidad de gente que les conozca.

Una buena marca se basa en una estrategia

En las películas ambientadas en la Edad Media suele aparecer un herrero que forja la espada del héroe a base de golpes. Con la marca personal ocurre lo mismo: cada golpe da forma y refuerza la reputación. Pero igual que hace el herrero, los golpes deben ser precisos y planificados. Lo bueno es que, con el tiempo, acabas haciéndolo sin pensar.

recuerda.pngEl personal branding consiste en planificar y ejecutar tareas para generar un impacto. Se basa en un plan estratégico y se gestiona como si fuera un proyecto. Consiste en juntar ciertas variables de una forma lógica y ordenada para que ocupes el lugar que deseas en la mente de tu audiencia.

La mayoría de la gente tiene una marca «por casualidad». No son conscientes del «rastro» que han dejado a lo largo del tiempo. Por lo tanto, no aprovechan su potencial y les agobian sus debilidades. En cuanto alguien sabe de tu existencia, empiezas a ocupar un lugar en su memoria aunque no seas consciente de ello. El problema es que si permites que estas interacciones se produzcan sin orden ni concierto es probable que la imagen que tengan de ti sea incorrecta y te perjudique personal o profesionalmente.

A lo largo de mi vida he trabajado con y para algunas empresas muy importantes y ninguna tenía un departamento de Branding. ¿Qué quiero decir con esto? Pues que una marca no es la consecuencia de una sola persona o de un departamento, sino que es la suma de las interacciones de todo tipo que la empresa mantiene con su entorno.

Pues bien, con las personas ocurre lo mismo. La marca personal no depende de una sola acción, sino que es la consecuencia de todas las acciones y comportamientos que influyen en el entorno.

Por lo tanto, para dejar el recuerdo memorable que deseas, debes diseñar y ejecutar un plan estratégico que combine todos los elementos. No puedes controlar los pensamientos de los demás, pero puedes actuar y comportarte en consecuencia.

Un plan no te limita, aumenta tus opciones

cuidado.pngCuando digo que, si quieres tener éxito, debes trazar un plan, siempre hay alguien que dice que trazar una ruta reduce la flexibilidad, espontaneidad e incluso autenticidad. Pero se equivocan. Es como decir que si planificas una fiesta, será menos divertida o que por hacer la lista de la compra no puedes darte un capricho.

Un plan de personal branding no sólo no te limitará sino que multiplicará tus opciones y cambiará la percepción de tu vida y de tu trabajo. Al definir claramente los límites, pasos y objetivos consigues más libertad de acción porque sabes en qué terreno te mueves y sólo debes preocuparte de hacer bien las cosas. Un plan te permite mantenerte enfocado y te facilita las decisiones.

Un plan puede ajustarse y adaptarse siempre que sea consistente. Los atributos de tu marca personal pueden cambiar con el tiempo para adaptarse a la situación. Pero si no la gestionas bien, acabarás generando una imagen difusa o errática y, por lo tanto, poco fiable. Piensa en la marca personal como en tu GPS profesional que te orientará y facilitará las decisiones en un mundo con múltiples opciones. Pero siempre puedes salirte del camino establecido, detenerte un rato para disfrutar del paisaje.

No pares

Hay profesionales que fueron excelentes en su momento pero que se durmieron en los laureles y dejaron de crecer. La falta de creatividad e innovación debilita la mejor reputación. A las personas que dejan marca no les cuesta cambiar ni poner en marcha ideas arriesgadas.

En muchas ocasiones he visto a personas que rechazaban mis propuestas porque rompían algunos de sus esquemas. Lo curioso es que, poco tiempo después, han venido a decirme que tenía razón y que debieron haberme escuchado con una mentalidad más abierta.

Tienes que ver cada contacto o actividad profesional como una oportunidad para dejar tu sello. Las marcas crecen de forma orgánica, no son como un castillo de fuegos artificiales que tiene un impresionante pero fugaz impacto; son más bien como una secuoya que crece poco a poco para crear una estructura impresionante. Tienes que plantar la semilla, cuidarla y hacerla crecer.

El personal branding es un proceso continuo. Tu marca personal se fortalece o debilita en cada interacción interpersonal (real o virtual). Sin un mantenimiento adecuado, tu marca se deteriora o se desfasa, en el mejor de los casos. Cuando dejas de mantenerte permeable a las nuevas ideas y tendencias, tu marca personal se vuelve obsoleta y pierde valor.

Libertad implica responsabilidad

Una de las ideas que me gusta recalcar sobre la gestión de la marca personal es que se basa en la responsabilidad individual. Si quieres dejar huella no puedes esperar que venga alguien a sacarte las castañas del fuego o a decirte qué debes hacer. Cuando dejas que otros decidan por ti, eludes la decisión, pero a la vez cedes parte de tu libertad.

Debes tomar tus propias decisiones y asumir las consecuencias. Cuando es así, tienes el control y todo lo que suceda será porque has querido que ocurra. Si dejas que otro elija por ti quizá puedas culparle de lo que te acontezca pero pasarás sin pena ni gloria y será su huella la que permanezca.

Cuidado, frágil

¿Has visitado alguna cueva con estalactitas y estalagmitas? Esas estructuras se han estado formando durante siglos. Sin embargo, cualquier descuido puede acabar con ellas en un instante.

cuidado.pngUna marca personal es como una de esas esculturas naturales, muy difícil de crear y fácil de destruir. Una buena reputación es muy delicada y cualquier pequeño error puede dañarla. Si tu comunicación es inadecuada, quizá la perjudiques de forma inconsciente. Todo lo que hagas en tu vida profesional y personal afecta a tu marca personal. Todos los aspectos de tu profesión deben ser coherentes con el mensaje que intentas enviar para posicionarte. El personal branding es un camino de una única dirección. Cuando empiezas, no hay vuelta atrás.

Los milagros no existen

cuidado.pngDesgraciadamente, como ocurre con cualquier concepto interesante, la expresión personal branding ha atraído a muchos vendemotos, cantamañanas y charlatanes que pretenden venderlo como un nuevo bálsamo de Fierabrás. Si haces una búsqueda en internet encontrarás a mucha gente que promete éxito, dinero o felicidad en unos días utilizando como gancho la marca personal.

A estas alturas espero haberte convencido de que lo que te voy a contar en este libro requiere que pongas mucho de tu parte y que tardarás en conseguir grandes resultados (aunque pronto notarás algunos efectos).

No esperes que el personal branding oculte tu mediocridad o incompetencia. No es una herramienta pensada para manipular. No digo que no consigas engañar a algunos durante un tiempo pero, cuando se te caiga la máscara, te costará mucho recuperar tu credibilidad... si lo consigues. El personal branding es más como un aparato de gimnasia que te ayudará a «poner en forma» tu reputación si te esfuerzas y no haces tonterías; es el medio que te ayudará a conseguir tus objetivos, no el fin. Eso sí, sólo tú puedes alcanzar tus objetivos. Así que, si no estás dispuesto a ponerte manos a la obra, cierra el libro y regálaselo a un amigo que quiera comerse el mundo.

Esto es lo que puedes ganar

Como ya tengo cierta edad, me ha marcado mucho (de nuevo la marca) el recuerdo de las noches de los viernes viendo en televisión el concurso 1,2,3, responda otra vez con mi familia. En la parte más divertida del programa, la de la subasta, los concursantes tenían que elegir entre varias alternativas. Cuando llegaban a la última opción, el presentador o presentadora siempre repetía la frase: «Esto es lo que han ganado».

Pues ahora voy a decirte lo que has ganado, o lo que puedes ganar, si te atreves a emprender esta aventura:

visto.png   Una marca personal multiplica tus opciones. Si dejas de ser un profesional anónimo y gris y dejas que te tengan en cuenta todos aquellos que puedan necesitarte, tendrás más ofertas y, por lo tanto, mayor capacidad de elección. ¿Y qué ocurre cuando no te limitas a una única oferta? Que aumentas tu nivel de libertad. Al mostrar tus cualidades y capacidades, empezarás a aparecer como alguien deseable y podrás convertirte en la mejor opción. Si consigues que te conozcan y valoren como mereces, muchos querrán invertir en ti, podrás ganarte la vida, conseguir que te inviten a sitios actualmente fuera de tu alcance o ganarte el respeto de tu sector. No es magia, es ciencia.

visto.png   Toma las riendas. Vale, ya sé que eso de tomar las riendas de tu vida es un concepto muy usado por los autores de libros de autoayuda, pero en este caso se ajusta a la realidad. El personal branding te permite tomar el control y gestionar conscientemente las percepciones. No puedes dejar que tu vida dependa de la suerte, de otras personas o de las circunstancias. Cuando te defines y comunicas de forma activa, empiezas a tener el control. La idea no es controlar cada situación, algo imposible, sino aumentar tus posibilidades de éxito y reducir la incertidumbre. Al incrementar las posibilidades de que te elijan te será más fácil conseguir los recursos necesarios para alcanzar el éxito o la felicidad. Cuando te conviertes en alguien a quien buscan aumentas tu capacidad de conseguir que las cosas sucedan como deseas y podrás tener el aspecto que te apetezca, ser mejor retribuido, disponer de tu tiempo. Al estar bien posicionado, puedes sortear las decisiones en las que haya varios candidatos similares porque eres el «que hay que elegir».

visto.png   Simplifica la toma de decisiones. Saber en qué quieres convertirte facilita y simplifica la toma de decisiones. Te ayuda a mantener una coherencia que marca el rumbo y que te facilita la elección de lo correcto y que descartes todo aquello que no se ajusta a tus prioridades.

visto.png   Un mapa te permite llegar antes. Al disponer de una hoja de ruta, los cambios, transiciones o mejoras profesionales y personales serán más sencillos e indoloros; optimizarás el uso de tus recursos y la eficacia de tus decisiones, sin perder el tiempo en asuntos que no tienen nada que ver con tu estrategia. Incluso te podrás dar el lujo de ser un poco vago. Una marca personal te sirve para saber dónde fallas y cómo puedes corregirlo.

visto.png   WYSIWYG. Seguramente habrás visto alguna vez el acrónimo WYSIWYG (What you see is what you get), que significa que lo que ves es lo que consigues. Con el personal branding sucede algo similar: minimiza la distancia entre la huella que queremos dejar y el recuerdo que finalmente generamos. No digo que podamos controlar la mente de los demás, pero podemos reducir esa brecha. En el ámbito profesional y personal, si aprendes a comunicar tu marca personal con éxito, facilitarás que tu mensaje transmita de forma clara y concisa lo que puede aportar a los demás.

visto.png   El personal branding es un catalizador. En un mundo homogéneo y deshumanizado, debes aprender a identificar, mostrar tu valor y diferenciarte sacando lo mejor de ti. En el actual mercado cambiante, sólo los que se diferencien, sobresalgan y sean valorados, sobrevivirán y mejorarán, y el personal branding te ayuda a lograrlo. Si alguien tacha el personal branding de darwinista no lo discuto: «No sobrevive el más fuerte sino el que mejor se adapta al cambio».

visto.png   Posiciónate como referente. Una marca personal te permitirá generar una ventaja competitiva sostenible para posicionarte en tu mercado como un referente, como alguien relevante, diferente y de confianza, y, por lo tanto, valioso. Al estar bien posicionado, será más fácil que te paguen lo que mereces, y no serás el primero al que la empresa echará cuando vengan malos tiempos; de hecho, serás el último. Cuando no seas una pieza de la maquinaria, un elemento fácilmente sustituible, te pagarán lo que vales. Si trabajas tu marca personal, serás el más valorado en tu campo y será más fácil que te posiciones en Google y eso, te guste o no, te convierte en experto oficial; estar bien situado en internet se considerará una prueba de tu autoridad. La percepción es la realidad y, si estás arriba, te conviertes en la persona a la que acudir. Serás más valioso, valorado, valiente y con valores. Los profesionales con marca personal que destacan y son percibidos como alguien por quien merece la pena apostar pueden establecer unas tarifas más altas y ser mejor pagados que otros por hacer trabajos similares. Tendrás demanda de sobra, y no deberás regatear tus honorarios. Elegirás a los clientes que más te convengan o que te caigan mejor. Cuando tu nombre se dé a conocer, quizá llamen a tu puerta los medios de comunicación (curiosamente, mientras escribo este párrafo he recibido la llamada de una importante cadena de radio para hacerme una entrevista sobre el carisma de algunos personajes públicos).

visto.png   Gana credibilidad. El mayor capital de una persona es su credibilidad, y la marca personal genera confianza, aumenta tu autoridad, tu prestigio y la confianza en tus decisiones. Es decir, aporta credibilidad a tus proyectos. Lo que haces se percibe de mayor calidad y fiabilidad y, por lo tanto, de más valor, y eso da tranquilidad a quienes te conocen.

visto.png   No vas a vender, te van a comprar. Lo que te voy a decir ahora no es algo que vayas a conseguir en un par de meses, pero conozco a varias personas que se han posicionado de modo que han llegado a este nivel de excelencia: tendrás una mayor capacidad para seleccionar a los clientes que prefieras. Al tener más demanda de la que puedas satisfacer, puedes permitirte el lujo de ser selectivo con los clientes y los proyectos. De este modo, no sólo disfrutarás más con tu trabajo sino que tendrás más éxito, pues trabajarás con gente que te guste (y a la que le gustes). Reducirás el coste de oportunidad. Al no tener que dedicarte al marketing o a las ventas, podrás pasar más tiempo haciendo trabajos rentables y facturando más. Podrás crear nuevas fuentes de ingresos. Sacarás más partido a lo que haces. Los contenidos que generes podrás transformarlos en productos que podrás rentabilizar.

visto.png   Tu fama te precede. Aumentará tu capacidad de influir en tu entorno para obtener los recursos que necesitas para vivir como quieres. Al saber cómo vender lo que haces, te será mucho más fácil convencer a tu audiencia para que crea en tus proyectos. Dejarás de ser un dato estadístico o una simple pieza de un sistema, te concederán el beneficio de la duda. Si te posicionas como experto, es menos probable que cuestionen tu trabajo, tus consejos u opiniones. Te pedirán permiso para entrar en tu terreno creando una barrera de entrada. Te asociarán con tu especialidad hasta tal punto que, cuando alguien hable sobre lo tuyo, tu nombre aparecerá siempre.

Quiénes se benefician de la marca personal

Quizá pienses que esto es sólo para emprendedores, directivos o desempleados. Pero lo cierto es que el personal branding puede aplicarse en todas las facetas de la vida. Cada vez que intentas que alguien te elija, utilizas el poder de tu marca. Desde tratar de enamorar a una persona hasta conseguir un empleo, pasando por ganarte el abrazo de tus hijos o que te llamen para dar una conferencia, son situaciones en las que puedes aplicar el método que te voy a explicar. Sin embargo, hay casos en los que los beneficios de la gestión de la marca personal son más evidentes:

visto.png   Profesionales independientes. Yo diría que tener una marca personal es casi obligatorio para cualquiera que venda sus servicios profesionales y cuyo nombre esté en una tarjeta de visita. Profesionales del mundo de la salud (médicos, dentistas, terapeutas...), abogados, asesores financieros, agentes inmobiliarios, de seguros o hipotecarios, arquitectos, entrenadores personales, consultores, diseñadores gráficos, creativos de publicidad, diseñadores de moda, interioristas, asesores, coaches, especialistas, gurús, autores, conferenciantes, artistas, músicos, vendedores, formadores... ¿Sigo?

visto.png   Transiciones laborales. En una situación de crisis como la actual es fundamental que los profesionales desempleados, en proceso de transición laboral o los empleados que sufren cambios en sus empresas empiecen a ocuparse de su posicionamiento profesional. Quizás has conseguido tener éxito hasta ahora pero quieres que tus próximos años de trabajo se centren en actividades que realmente te importen y te gusten. O puede que hayas estado fuera del mercado de trabajo durante algún tiempo y no sepas cómo reincorporarte. Debes saber cómo volver a ofertar tus cualidades en el mercado.

visto.png   Emprendedores. Cuando tu proyecto está empezando y aún tienes que demostrarlo todo, ¿no crees que posicionarte como alguien competente y fiable puede abrirte algunas puertas (o bolsillos)?

visto.png   Empleados. Aunque estés satisfecho trabajando para otros, si quieres tener más éxito en tu empleo actual puedes utilizar el personal branding para gestionar las relaciones con tu jefe o colegas; te será muy útil saber cómo conseguir que se den cuenta de lo que realmente vales.

visto.png   Estudiantes. Si estás estudiando pero quieres ir preparando tu incorporación al mercado de trabajo y diferenciarte de tus competidores, el personal branding puede ayudarte. Es importante que empieces ya y que prepares el terreno para cuando quieras que te tengan en cuenta. Si llevas meses o incluso años escribiendo un blog o dándote a conocer en eventos de networking, reducirás la incertidumbre sobre tus cualidades y te distinguirás de tus compañeros.

visto.png   En general. Pero también tiene una aplicación personal en la vida diaria. Potencia el desarrollo personal, favorece las relaciones con la familia y amigos, e incluso te servirá a la hora de seducir, lo cual, si me permites la analogía, no es más que otro tipo de posicionamiento. Además, te ayudará a conocerte, a establecer objetivos o a decidir los pasos que debes dar para mejorar tu vida.

Quizás en este momento ya estés buscando excusas y pensando que esto no va contigo. Que es algo que sólo pueden permitirse quienes tienen tiempo, conocimientos tecnológicos o dinero. Si bien es cierto que tendrás que dedicar tu tiempo a dar a conocer lo que puedes ofrecerles, no es necesario que seas un friki (palabra recién incluida en el diccionario de la Real Academia Española) ni un potentado.

 

expertos.png Los gurús y la marca personal

 

David Asensio

http://principiodeuncomienzo.wordpress.com

Me habían invitado a ir a la primera conferencia que hacía un gran gurú de la motivación en mi ciudad. Estaba nervioso, me sentía como el día antes de la llegada de los Reyes Magos. Iba por primera vez a ver a un gurú. La puesta en marcha fue espectacular, la ponencia increíble y la autoestima corría a borbotones por mis venas. Y esa sensación que pensaba que sería eterna, sólo duró dos días.

La primera vez que escuche a Andrés describir la diferencia entre reputación y marca personal, el mito que tenía sobre esa primera conferencia se me vino abajo. Seguro que ese gurú querría que, tras la conferencia, todos tuviéramos el recuerdo que él quería dejar, y al principio en mí lo consiguió, pero su marca personal dejó mucho que desear. El título de gurú le venía grande.

De origen sanscrito, la palabra gurú significa ‘aquella persona que aporta luz en la oscuridad’. Pasados los dos días, esa persona no hizo que desapareciera ninguna de mis tinieblas, más bien las hizo más densas, me hizo sentir realmente mal, que mis decisiones me habían hecho ser lo peor del mundo. Tras la conferencia, oía a gente que decía: «Tanto que dicen que es un gurú, y no ha aportado nada a lo que ya se sabe, no era para tanto la fama que tenía». Si tras una conferencia un gurú deja ese rastro, mal augurio.

Pero lo que me hizo abrir los ojos llegó cuando tuve la oportunidad de conocerle. Él había llegado a su posición por arte magia, nunca había tenido miedo, se sentía un iluminado que venía a ayudar a la humanidad y no os cuento cuando casi le pedí una foto.

¿Qué marca personal crees que se me quedó de esa persona? ¿Tiene que haber alguna diferencia entre quien está abajo escuchando una conferencia y el conferenciante? Yo creo que no.

Con el paso del tiempo, he ido teniendo la ocasión de conocer a ponentes de renombre y no tan conocidos, así como a personas que no tienen el título de gurús, personas del día a día que me han aportado luz con sus historias, con sus conferencias, gente que ha hablado desde el corazón, de su experiencia, que se presta a ayudar a los demás desinteresadamente, y que, ellos sí, deberían tener mayor repercusión por lo que hacen, pero les da igual, sólo quieren ayudar, motivar y alentar a la gente de su alrededor. Esas personas merecen el título de gurús.

Además, nos admiramos cuando a alguien se le llama gurú, sin ser conscientes de que nacemos con dos de ellos a nuestro lado que nos acompañaran toda la vida: nuestros padres. Ésos sí que son unos gurús de verdad.

¿Qué es para ti un gurú? Quien te acompaña en el camino que emprendes, quien está a tu lado.