Capítulo 1
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Introducción al yoga: lo que necesitas saber
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En este capítulo
• Derribaremos los mitos sobre el yoga
• Desmenuzaremos la palabra yoga
• Exploraremos los principales estilos, ramas y enfoques del yoga
• Entenderemos los principios yóguicos del ser
• Aprenderemos, con la ayuda del yoga, a controlar el cuerpo, la mente, la salud y la vida
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Hace unas cuatro o cinco décadas, todavía había personas que confundían la palabra yoga con yogur. Hoy en día es una palabra que nos es familiar. Sin embargo, el hecho de que casi todo el mundo haya oído la palabra yoga no significa que se sepa qué es exactamente. Todavía hay quien tiene un concepto equivocado, incluso entre quienes lo practican. Por eso aprovechamos este capítulo para aclarar la confusión y explicar en qué consiste realmente y de qué manera actúa sobre la salud y la felicidad. También te ayudaremos a ver que el yoga, con sus diferentes enfoques y ramas, tiene algo que ofrecernos.
Sea cual sea tu edad, tu peso, tu flexibilidad o tus creencias, podrás practicar esta disciplina y disfrutar de sus beneficios. Aunque el yoga nació en la India, es para toda la humanidad.
Entender la verdadera naturaleza del yoga
Siempre que oigas decir que el yoga es simplemente esto o simplemente aquello, pon tu sistema de alarma en funcionamiento. El yoga es demasiado extenso como para reducirlo a una sola cosa. Es como un rascacielos con muchas plantas y gran cantidad de habitaciones y salas en cada nivel. No es solo un tipo de gimnasia, ni un entrenamiento físico, como tampoco una técnica para aprender a respirar o una manera de controlar el peso. No es únicamente una forma de eliminar el estrés o de meditar, ni siquiera es solo una tradición espiritual de la India.
El yoga es todo eso y mucho más. De hecho, es lo mínimo que se puede esperar de una tradición que tiene cerca de cinco mil años de antigüedad. El yoga incluye ejercicios físicos que se parecen a la gimnasia y que, incluso, se han incorporado a la gimnasia occidental. Estos ejercicios posturales te ayudarán a ponerte en forma, a controlar el peso y a reducir el estrés. También ofrece una gran variedad de prácticas de meditación, que, unidas a las técnicas de respiración que ejercitan los pulmones y calman el sistema nervioso, te cargarán de energía el cerebro y el resto del cuerpo.
También puedes utilizar el yoga como un sistema eficiente para cuidar de tu salud, útil tanto para recuperarla como para conservarla. Esta disciplina tiene cada vez más adeptos entre los médicos y no son pocos los que lo recomiendan, no solo para reducir el estrés, sino también como método de ejercicio sano y seguro o como terapia física (especialmente indicada para la espalda y las rodillas).
Sin embargo, el yoga es algo más que un método para recuperar la salud o una forma de prevenir las dolencias. El yoga contempla la salud desde un punto de vista más amplio, holístico, que apenas está empezando a ser descubierto por la medicina más moderna. Este punto de vista se apoya con firmeza sobre el puntal de la valiosa influencia de la mente y de las actitudes psicológicas en la salud física.
Encontrar la unidad
La palabra yoga proviene del sánscrito, idioma hablado por los brahmanes, la elite tradicional religiosa de la India. Significa ‘unión’ o ‘integración’, y también ‘disciplina’; de ahí que se conozca el sistema del yoga como disciplina integradora o que pretende unir diferentes niveles. En primer lugar, porque busca la unidad entre cuerpo y mente, elementos que solemos separar. Algunas personas están crónicamente fuera del cuerpo, no pueden sentir los pies o el suelo que está debajo de ellos, y viven como fantasmas por encima de sus cuerpos. Son incapaces de hacer frente a las presiones cotidianas; el estrés los abruma. A menudo se sienten confundidos y no entienden sus propias emociones. Tienen miedo de la vida y se sienten heridos con facilidad.
El yoga también busca la unidad entre los planos racional y emocional. Algunas personas suelen reprimir sus emociones y no expresan sus verdaderos sentimientos. Al contrario: los racionalizan para ocultarlos. Esta forma de evitar la realidad puede convertirse en un grave problema para la salud. Si no somos capaces de mostrar sentimientos como la ira, por ejemplo, se transformará en una frustración que nos comerá por dentro.
El yoga puede ayudarte a crecer como persona porque:
• Puede ponerte en contacto con tus verdaderos sentimientos y equilibrar tu vida emocional.
• Con él podrás comprender y aceptar la persona que eres, con paz y tranquilidad. No tendrás que fingir que eres otra persona ni hacer de tu vida un conjunto de papeles que deben interpretarse según el momento.
• Podrás ser más capaz de identificarte y comunicarte con las personas que te rodean.
El yoga es una excelente herramienta de integración psicológica. Con ella te darás cuenta de que formas parte de un gran todo, de que no eres un islote aislado. Los seres humanos no podemos crecer en soledad; hasta la persona más independiente tiene una deuda con el prójimo. Después de que tu cuerpo y tu mente se hayan conectado, la unidad con los demás surgirá naturalmente. Los principios morales del yoga lo abarcan todo, y te animarán a buscar la afinidad con los seres y con las cosas que están a tu alrededor. En el capítulo 20 de este libro incidiremos más en este tema.
Encontrarse a sí mismo: ¿eres un yogui (o una yoguini)?
Tradicionalmente se conoce con el nombre de yogui (si es hombre) o yoguini (si es mujer) a aquellas personas que se dedican a la disciplina de equilibrar el cuerpo y la mente mediante el yoga. En este libro utilizaremos ambos términos, aunque también emplearemos el término practicante de yoga. En nuestro libro, practicar las posturas de yoga es un paso en la dirección correcta, pero no convertirá a una persona en yogui o yoguini. Para ello, tendrás que adoptar el yoga como una disciplina espiritual de transformación. Los yoguis y yoguinis que han logrado un dominio completo del yoga son conocidos como adeptos. Si un adepto también enseña (no todos lo hacen), es conocido con el nombre de gurú. Esta palabra proviene del sánscrito y significa literalmente ‘persona de gran peso’. Según las tradicionales fuentes esotéricas, la sílaba gu significa ‘oscuridad espiritual’ y rú hace referencia a la acción de disipar o eliminar. Así, un gurú es un maestro que encamina al estudiante desde la oscuridad hacia la luz.
Son muy pocos los occidentales que han conseguido dominar el yoga totalmente, en gran parte porque se trata de un movimiento relativamente joven en Occidente. De manera que, ¡cuidado con aquellos que dicen estar iluminados o que afirman tener un título de gurú! No obstante, habida cuenta del papel que desempeña la enseñanza del yoga fuera de su tierra natal, la India, podremos encontrar muchos instructores o profesores de yoga muy válidos que podrán servir de guía a los principiantes. Eso esperamos conseguir con este libro: servir de guías.
Piensa en las opciones: las ocho ramas principales del yoga
Cuando uno echa un vistazo a la tradición del yoga, ve una docena de líneas de desarrollo principales, de las cuales se ramifican otras subdivisiones. Imagina que el yoga es un árbol enorme con ocho ramas; cada rama tiene su propio carácter, que es único, pero a la vez forma parte íntegra del árbol. Con tantos senderos diferentes, seguramente encontrarás uno que se adapte a tu personalidad, a tu estilo de vida y a tus metas. En este libro nos centramos en el Hatha Yoga, la rama más conocida, pero, a la vez, evitamos cometer el error típico de reducirlo a un simple entrenamiento físico. Por lo tanto, también hablaremos de la meditación y de los aspectos espirituales del yoga.
He aquí las siete ramas principales del yoga ordenadas alfabéticamente:
• Bhakti Yoga. El yoga de la devoción.
• Hatha Yoga. El yoga de la disciplina física.
• Jnana Yoga. El yoga de la sabiduría.
• Karma Yoga. El yoga de la trascendencia de uno mismo.
• Mantra Yoga. El yoga del sonido poderoso.
• Raja Yoga. El yoga real.
• Tantra Yoga (comprende el Laya Yoga y el Kundalini Yoga). El yoga de la continuidad.
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Sentirse iluminado |
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Para captar la naturaleza de la iluminación, siéntate en una habitación cálida con la mayor tranquilidad posible, con las manos sobre las rodillas. Ahora, siente toda la piel y el aire que rodea el límite del cuerpo. A medida que vayas tomando más conciencia de las sensaciones físicas, presta especial atención a la conexión entre la piel y el aire. Después de un rato te darás cuenta de que, en realidad, no existe un límite tan marcado entre ambos. En la imaginación, puedes extenderte más y más allá de la piel en el espacio que te envuelve. ¿Dónde terminas y dónde empieza el espacio? Esta experiencia puede darte una idea de la interminable amplitud de la iluminación, que no conoce límites. |
Debemos añadir a esta lista como rama en sí misma el yoga gurú, el yoga de la entrega a un maestro.
En los párrafos siguientes se describen las siete ramas y el yoga gurú.
Bhakti Yoga: el yoga de la devoción
Los practicantes de Bhakti Yoga creen que un ser supremo (el Divino) trasciende sus vidas, y se sienten llamados a conectarse o incluso a fusionarse completamente con ese ser supremo mediante actos de devoción. Entre las prácticas del Bhakti Yoga encontramos las ofrendas florales, el canto de himnos de alabanza y la meditación acerca del Divino.
Hatha Yoga: el yoga de la disciplina física
Todas las ramas del yoga pretenden llegar a la misma meta: la iluminación (véase el capítulo 21). Sin embargo, el Hatha Yoga se acerca a esta meta utilizando el cuerpo como mediador, en vez de hacerlo mediante la mente o las emociones. Los practicantes de Hatha Yoga creen que si no purifican y preparan sus cuerpos adecuadamente, es casi imposible alcanzar los más altos niveles de meditación. Sería lo más parecido a intentar llegar a la cima del Everest sin el equipo necesario para hacerlo. En este libro nos centramos en esta rama del yoga.
El Hatha Yoga, tan popular hoy en día, es mucho más que la práctica de posturas corporales. Como cada una de las formas del yoga auténtico, es un camino espiritual.
Jnana Yoga: el yoga de la sabiduría
El Jnana Yoga enseña el no dualismo, basado en la idea de que la realidad es una, y que, por lo tanto, nuestra percepción de que existen muchos fenómenos es un error de concepto elemental. ¿Qué piensas de la silla o del sofá donde te has sentado? ¿Es o no es real? ¿Y de la luz que llega a tu retina? ¿No es acaso real? Según los maestros del Jnana Yoga, todas estas cosas son reales en nuestro nivel de conciencia actual, pero no forman parte, en última instancia, de una realidad paralela o distinta. Después de la iluminación, todo confluye en la unidad, y uno se funde con el espíritu inmortal.
Karma Yoga: el yoga de la autotrascendencia
El principio más importante del Karma Yoga es actuar sin egoísmo, sin sentimiento de pertenencia y con integridad. Quienes practican este tipo de yoga creen que todas las acciones, ya sean corporales, vocales o mentales, tienen consecuencias a largo plazo, y de ellas debemos responsabilizarnos.
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Buen karma, mal karma, ningún karma |
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El término sánscrito karma significa literalmente ‘acción’. Hace referencia a la actividad en general, pero también a la “acción invisible” del destino. Según el yoga, cada acción del cuerpo, del habla y de la mente genera consecuencias visibles e invisibles. A veces, las consecuencias invisibles –el destino– son mucho más importantes que las repercusiones obvias. No pienses en el karma como en una especie de destino ciego. Siempre serás libre de tomar decisiones. El propósito del Karma Yoga es controlar cómo actúas en el mundo, de manera que dejes de estar limitado por el karma. Los practicantes de todos los tipos de yoga no buscan únicamente evitar el mal karma (negro), sino ir más allá del buen karma (blanco), hacia la ausencia total de él. |
Mantra Yoga: el yoga del sonido poderoso
El Mantra Yoga emplea el sonido para armonizar el cuerpo y centrar la mente. Se trabaja con mantras, que pueden consistir en sílabas sueltas, palabras o frases. Tradicionalmente, los practicantes de esta rama reciben un mantra de su maestro en el contexto de una iniciación formal. Se les pide que lo repitan con la mayor frecuencia posible y que lo mantengan en secreto. Muchos profesores occidentales consideran que la iniciación no es necesaria y que cualquier sonido cumple bien su función. Incluso se puede coger una palabra cualquiera, como amor, paz o felicidad, aunque desde un punto de vista tradicional, esas palabras son, estrictamente hablando, no mantras.
Raja Yoga: el yoga real
Raja Yoga significa literalmente ‘yoga real’ y también es conocido como yoga clásico. Si pasas bastante tiempo en ambientes relacionados con el yoga, es posible que oigas hablar del sendero óctuple, descrito en el Sutra Yoga de Patanjali, el texto por excelencia del Raja Yoga. Ashtanga Yoga es otro nombre utilizado para designar esta tradición yóguica, el yoga de las ocho ramas (de ashta, ‘ocho’, y anga, ‘rama’; no hay que confundir esta tradición con el estilo de yoga conocido como Ashtanga Yoga, del cual hablamos más en el apartado “Los principios de los estilos más importantes del Hatha Yoga” en este mismo capítulo). Las ocho ramas de esta importante corriente, diseñadas para conducir a la iluminación o liberación, son las siguientes:
• Yama. Disciplina moral que consiste en evitar hacer daño, mentir, robar, cometer actos impuros y ser codicioso (estas cinco virtudes se tratan en el capítulo 20).
• Niyama. Significa ‘autocontrol’, y consiste en practicar las cinco virtudes de la pureza, la satisfacción, la austeridad, el estudio de uno mismo y la devoción por un principio superior.
• Asana. Postura cuyos objetivos principales son la meditación y la salud.
• Pranayama. Control de la respiración que sirve para aumentar y equilibrar la energía mental, para estimular a su vez la salud y la concentración mental.
• Pratyahara. Inhibición sensorial que sirve para interiorizar la conciencia y preparar así la mente para las diferentes fases de la meditación.
• Dharana. Concentración o focalización mental ampliada, fundamental para la meditación yóguica.
• Dhyana. Meditación, la práctica principal del nivel superior del yoga (esta práctica y la samadhi se explican con más detalle en el capítulo 21).
• Samadhi. Éxtasis, o la experiencia a través de la cual uno se fusiona interiormente con el objeto de contemplación. Este estado es superado por la iluminación real o liberación espiritual.
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Om, la sílaba sagrada |
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El mantra más conocido, utilizado tanto por hindúes como por budistas, es la sílaba sagrada om (se pronuncia aummm). Es el símbolo de la realidad absoluta, el yo o espíritu. Está compuesta por las letras a, u y m, y debe prolongarse la m con una ligera vibración nasal. La a corresponde al estado de vigilia; la u a la etapa del sueño; y la m al estado de sueño profundo; el sonido nasal representa la realidad suprema. En el capítulo 21, en el que tratamos la meditación, te enseñaremos otros mantras tradicionales. |
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Tantra Yoga: el yoga de la continuidad
El Tantra Yoga es la rama más compleja y posiblemente la menos comprendida. Tanto en la India como en Occidente, es frecuente la confusión de esta rama con una variedad de sexo espiritualizado. Pese a que algunas escuelas de Tantra Yoga utilizan algunos rituales sexuales, no son una práctica habitual en la mayoría de centros donde se enseña yoga. Realmente, el Tantra Yoga es una disciplina espiritual estricta que incluye rituales bastante complejos y visualizaciones de deidades detalladas. Estas divinidades son visiones de lo divino o del equivalente a los ángeles del cristianismo, y son invocados para que ayuden al practicante de yoga durante su proceso de contemplación.
Otro nombre común para el Tantra Yoga es Kundalini Yoga; esta última palabra significa literalmente ‘la que se enrosca’, y hace referencia al secreto “poder de la serpiente”, que el Tantra Yoga pretende activar: la energía espiritual latente almacenada en el cuerpo humano. Si sientes curiosidad acerca de este aspecto del yoga, te resultará interesante leer la narración autobiográfica de Gopi Krishna (en el apéndice) o el libro Tantra: The path of ecstasy (‘Tantra, el sendero del éxtasis’), de Georg Feuerstein (reseñado en el apéndice). Cabe señalar que Kundalini Yoga es también el nombre de un estilo del Hatha Yoga; aclaramos esta cuestión más adelante en este mismo capítulo en el apartado “Los principios de los estilos más importantes del Hatha Yoga”.
Yoga gurú: el yoga de la entrega al maestro
En el yoga gurú, el maestro es el eje central de la práctica espiritual. Así pues, se espera que ese maestro esté iluminado o al menos bastante cerca de la iluminación (el tema de la iluminación se trata en el capítulo 21). En el yoga gurú, se honra al gurú y se medita sobre él o ella hasta que se produce una fusión. Puesto que se considera que el gurú está fusionado con la realidad suprema, esta fusión duplica su realización espiritual en ti.
Pero, por favor, ¡no te fusiones con demasiada facilidad! Este tipo de yoga es relativamente raro en Occidente, por lo que es recomendable que seas cauto a fin de evitar posibles fraudes.
Los principios de los estilos más importantes del Hatha Yoga
En este viaje hacia la modernidad, el yoga ha sufrido muchas transformaciones. Una de ellas fue el Hatha Yoga, que surgió en torno al año 1100 d. C. Sin embargo, las adaptaciones más significativas tuvieron lugar en las últimas décadas, particularmente para satisfacer las necesidades y los deseos de los estudiantes del mundo occidental. De los muchos estilos del Hatha Yoga que podemos encontrar hoy, los siguientes son los más conocidos:
• Iyengar Yoga. Es el enfoque de Hatha Yoga más reconocido. Lo creó B. K. S. Iyengar, cuñado de T. S. Krishnamacharya (1888-1989) y tío de T. K. V. Desikachar. Este estilo se caracteriza por la precisión en la práctica y por el empleo de numerosos materiales en las sesiones. Iyengar ha enseñado a miles de profesores, muchos de los cuales ejercen en Estados Unidos. El Ramamani Iyengar Memorial Yoga Institute, fundado en 1974 y dedicado a su última esposa, Ramamani, está en Pune, en la India.
• Viniyoga. Es el enfoque desarrollado por Shri Krishnamacharya. Le tomó el relevo su hijo T. K. V. Desikachar. La fuerza de este enfoque reside en la respiración y en la práctica del yoga de acuerdo a las necesidades y capacidades individuales de cada persona. Actualmente, este enfoque se asocia, en Estados Unidos, a Gary Kraftsow y al Instituto Americano de Viniyoga (AVI son sus siglas en inglés); Desikachar ha diseminado su enfoque junto con su hijo Kausthub y bajo el nuevo abrigo de The Krishnamacharya Healing and Yoga Foundation (KHYF), con sede en Chennai (antes, Madrás), en la India. Como profesor de los conocidísimos maestros de yoga B. K. S. Iyengar, K. Pattabhi Jois e Indra Devi, se puede decir que T. S. Krishnamacharya inició un auténtico renacimiento del Hatha Yoga en la era moderna que todavía continúa hoy.
• Ashtanga Yoga. Fue creado por Shri Krishnamacharya y lo enseñó K. Pattabhi Jois, que nació en 1915 y falleció en 2009. Tenía una visión moderna lo suficientemente influyente como para captar la atención de los estudiantes occidentales a su Instituto de Ashtanga Yoga de Mysora, en la India. Fue uno de los principales discípulos de T. S. Krishnamacharya, quien, aparentemente, lo instruyó para que enseñara las secuencias conocidas como ashtanga o yoga dinámico. Este estilo es, de lejos, el más gimnástico de las tres versiones de Hatha Yoga, y recupera la esencia de T. S. Krishnamacharya combinando posturas y respiración. El Ashtanga Yoga se aleja del sendero óctuple de Patanjali (también llamado Ashtanga Yoga), aunque teóricamente está basado en él (en el apartado “Piensa en las opciones: las ocho ramas principales del yoga” explicamos la tradición del Ashtanga Yoga).
El yoga dinámico es el término genérico para cualquier estilo que siga de cerca el Ashtanga Yoga, pero no tiene una serie de posturas establecidas. Hace hincapié en la flexibilidad y en la fuerza y fue por esta vía por la que entraron las posturas yóguicas en los gimnasios. Beryl Bender Birch, Bryan Kest, Baron Baptiste y Sherri Baptiste Freeman están muy relacionados con el yoga dinámico. De forma similar, el yoga vinyasa y el yoga flow, desarrollados por Ganga White y Tracey Rich, también son variantes del Ashtanga Yoga.
• Anusara Yoga. Esta variante con profundas raíces en el Iyengar Yoga se ha hecho muy popular en poco tiempo. Fue creado en 1997 por el profesor de yoga norteamericano John Friend, y su atractivo está en su enfoque centrado en el corazón. Está basado en las tres aes –actitud, alineación y acción– y pretende convertir la gracia (anusara) en una postura y dar así al Hatha Yoga una fuerza espiritual.
• Kripalu Yoga. Generado por Swami Kripalvananda (1913-1981) y desarrollado por su discípulo, el yogui Amrit Desau, consta de tres etapas adaptadas a las necesidades de los estudiantes occidentales. La primera etapa pone el acento en la alineación postural y en la coordinación de la respiración y el movimiento; se mantienen las posturas solo durante un corto espacio de tiempo. La segunda etapa añade la meditación y prolonga las posturas. En la última etapa, la práctica de las posturas se convierte en meditación en movimiento y espontánea.
• Yoga integral. Desarrollado por Swami Satchidananda (1914-2002), un discípulo del conocido maestro Swami Sivananda de Rishikesh, la India. Swami Satchidananda debutó en el festival Woodstock en 1969, donde enseñó a la generación de los sesenta a cantar la sílaba om. Desde entonces ha seguido atrayendo a miles de estudiantes. Como sugiere su nombre, este estilo pretende integrar los distintos aspectos del cuerpo y de la mente mediante una combinación de posturas, técnicas de respiración, relajación profunda y meditación.
• Sivananda Yoga, Es la creación de Swami Vishnu Devananda (1927-1993), también discípulo de Swami Sivananda de Rishikesh, la India, quien fundó el Centro Vedanta de Sivananda Yoga de Montreal en 1959. Ha instruido a más de 6.000 profesores, por lo que hay muchísimos centros de Sivananda Yoga en diferentes partes del mundo. Esta corriente comprende una serie de 12 posturas, la secuencia del Saludo al Sol, ejercicios de respiración, de relajación y entonación de mantras.
• Ananda Yoga. Esta corriente está fundamentada en las enseñanzas de Paramahansa Yogananda (1893-1952) y fue desarrollada por Swami Kriyananda (Donald Walters), uno de sus discípulos. Este estilo tranquilo prepara al estudiante para la meditación. Sus características particulares son las afirmaciones asociadas a las posturas. Este estilo de yoga comprende los excepcionales ejercicios de energización de Yogananda, desarrollados en 1917, que consisten en dirigir, de forma consciente, la energía corporal (fuerza vital) a los órganos y las extremidades del cuerpo.
• Kundalini Yoga. No se trata únicamente de un enfoque independiente, sino de un estilo de Hatha Yoga, creado por el maestro sij Yogi Bhajan (1929-2004). Su objetivo es despertar el poder de la serpiente (kundalini) mediante posturas, control de la respiración, cánticos y meditación. Yogi Bhajan, quien se trasladó a Estados Unidos en 1969, es el fundador y director espiritual de Healthy, Happy, Holy Organization (también conocida como 3HO y que significa ‘organización saludable, feliz y sagrada’), una entidad con sede en Los Ángeles y con muchos centros de enseñanza en todo el mundo. (Hablamos del Kundalini Yoga en el apartado “Piensa en las opciones: las ocho ramas principales del yoga”, en este capítulo.)
• Yoga del lenguaje oculto. Esta corriente fue desarrollada por Swami Sivananda Radha (1911-1995), una discípula alemana de Swami Sivananda. Este estilo tiene como objetivo promover no solo el bienestar físico, sino también el conocimiento de uno mismo mediante la exploración del simbolismo de las posturas.
• Yoga psicosomático. Esta variante del yoga fue creada por Eleanor Criswell, profesora de psicología por la Universidad Estatal de Sonoma, en California, que enseña yoga desde principios de la década de 1960. El yoga psicosomático es un enfoque integrado para el desarrollo armónico entre cuerpo y mente, basado tanto en los principios yóguicos tradicionales como en las investigaciones de la psicofisiología moderna. Este delicado enfoque pone el acento en la visualización, en el movimiento muy lento para iniciar y terminar las posturas, en la respiración consciente, en la atención y en la relajación frecuentes entre posturas.
• Moksha Yoga. En su origen, estaba basado en el Bikram Yoga (en el punto siguiente) y es muy apreciado en Canadá. Se basa en la adopción de posturas tradicionales en una habitación caldeada alternadas con períodos de relajación. Defiende una filosofía ecologista.
• Bikram Yoga. Es el estilo enseñado por Bikram Choudhury, quien alcanzó la fama como profesor entre las estrellas de Hollywood. Da clases en el Yoga College de la India en Bombay y en otros lugares, como San Francisco y Tokio. Este estilo, que consta de 26 posturas, es bastante enérgico y requiere cierto nivel de entrenamiento para poder participar de manera adecuada, sobre todo porque debe practicarse en una habitación con un nivel de temperatura bastante alto.
También habrás oído hablar de otros estilos de yoga, como el yoga tri (desarrollado por Kali Ray), el yoga del loto blanco (desarrollado por Ganga White y Tracey Rich), el yoga jivamukti (desarrollado por Sharon Gannon y David Life), el yoga ishta (acrónimo de Integrated Science of Hatha, Tantra and Ayurveda, desarrollado por Mani Finger), el yoga forrest (una mezcla del Hatha Yoga e ideas de los indios norteamericanos, creado por Ana Forrest) y el yoga de la flor de la vida (creado por mí, Larry), para personas de mediana edad y mayores.
El yoga caliente, en realidad, no es un estilo en sí mismo, sino que se practica en una habitación a una temperatura muy alta (entre 32 y 38°C). Normalmente se refiere tanto al Ashtanga Yoga como al Bikram Yoga.
Encuentra tu sitio: los cinco enfoques básicos del yoga
Desde que el yoga, originario de la India, hizo su aparición en el hemisferio occidental en el siglo XIX ha sufrido varias transformaciones. Hoy en día, el yoga se practica con cinco enfoques generales:
• Como una forma de mantener la forma física y la salud.
• Como un deporte.
• Como una terapia corporal.
• Como un estilo de vida completo.
• Como una disciplina espiritual.
Los tres primeros enfoques se agrupan, por lo general, dentro de la categoría de yoga postural, que contrasta con la del yoga tradicional (los dos últimos). Como indica su nombre, el yoga postural se centra en las posturas del yoga, y a veces se limita a ellas. El yoga tradicional, por el contrario, tiene como objetivo mantenerse fiel a las enseñanzas tradicionales, tal y como se transmitían antiguamente en la India. A continuación analizaremos brevemente en qué consisten esas cinco aproximaciones.
El yoga para mantener un buen estado físico
Este primer enfoque es el más popular y el más empleado por los practicantes de yoga occidentales. También es la modernización más profunda del yoga tradicional; en concreto, una modificación del Hatha Yoga tradicional. Se centra, sobre todo, en la flexibilidad, la resistencia y la fuerza del cuerpo humano. El entrenamiento físico es la puerta que conduce a la mayoría de personas al mundo del yoga y el camino que después lleva a algunos a descubrir que el Hatha Yoga es una tradición espiritual profunda. Desde los tiempos más antiguos, los maestros de yoga han hecho hincapié en la necesidad de que nuestro cuerpo esté sano, aunque también han ido más allá y han dado importancia a la mente y a otros aspectos vitales del ser.
El yoga como deporte
Este enfoque se ha convertido en una práctica muy conocida en algunos países de Latinoamérica. Muchas de las personas que lo practican son excelentes deportistas, dominan a la perfección cientos de posturas yóguicas extremadamente difíciles y demuestran sus habilidades y su belleza física en competiciones internacionales. Sin embargo, este nuevo deporte, que puede considerarse también una forma de arte, ha sido objeto de muchas críticas procedentes de los practicantes del yoga más tradicional, que consideran que la competición no tiene sentido en una disciplina como el yoga. Pese a todo, el enfoque deportivo ha dado a conocer el yoga en muchas partes del mundo, por lo que no vemos nada de malo en que existan competiciones amistosas, siempre y cuando los participantes mantengan su nivel de competitividad bajo control.
El yoga acrobático, una moda cada vez más extendida, consiste, como su nombre indica, en la realización de movimientos acrobáticos en pareja, y se incluye en la categoría del yoga como deporte. Solo las personas con mejor condición física y muy flexibles son capaces de practicar esta moderna modalidad sin lesionarse. Los puristas, sin embargo, consideran que sus defectos son la falta de espiritualidad e intención ética que existe en este estilo de Hatha Yoga.
El yoga como terapia
El tercer enfoque aplica las técnicas yóguicas a recuperar la salud o todas las funciones físicas y mentales de nuestro cuerpo. En los últimos tiempos, algunos profesores occidentales han empezado a utilizar prácticas yóguicas con fines terapéuticos. Aunque la idea del yoga como terapia es muy antigua, nombrarlo así es bastante reciente. Tanto es así, que el yoga como terapia se considera una disciplina profesional totalmente nueva, para la cual los profesores han debido ampliar sus conocimientos y capacidades. El yoga tradicional está indicado para personas que no padecen enfermedades ni tienen discapacidades que requieran una atención especial o medicamentos. Sin embargo, el yoga terapéutico sí es aplicable a esas contingencias especiales. Por ejemplo, esta modalidad podría ayudarte a aliviar muchos dolores habituales. En el capítulo 22 mostramos algunas técnicas yóguicas básicas para calmar los dolores de espalda más frecuentes.
El yoga como estilo de vida
El yoga como estilo de vida es el enfoque del yoga tradicional. Practicar yoga un par de veces a la semana durante al menos una hora es, indudablemente, mucho mejor que no hacerlo. Además, puede ser muy beneficioso incluso si se practica únicamente como entrenamiento físico o yoga postural. Sin embargo, si lo adoptamos como forma de vida obtendremos todo el potencial real que esta disciplina puede ofrecernos. Esto es, vivirlo y practicarlo todos los días, ya sea mediante ejercicios físicos o a través de la meditación, pero, sobre todo, aplicar su sabiduría a la vida diaria y hacerlo con lucidez, con conciencia. El yoga puede enseñarnos muchas cosas acerca de cómo deberíamos comer, dormir, trabajar o relacionarnos con los demás, entre otros aspectos. Pone a nuestro alcance un amplio sistema de vida consciente y eficiente.
En la actualidad, el yoga como forma de vida implica cuidar de nuestro medio, que está amenazado, principio que sobre todo queda reflejado en el yoga verde (en el recuadro “Sanar el planeta mediante el yoga verde”, en este mismo capítulo, hay más información). No hace falta ser una superestrella del yoga para llevar este estilo de vida. Puedes empezar hoy y bastará con que alteres un poco tu agenda y tengas presentes tus metas y propósitos. Cuando sea propicio, haz más cambios positivos, de uno en uno. En el capítulo 20 encontrarás más información sobre cómo adaptarlo a tu vida cotidiana.
El yoga como disciplina espiritual
El yoga como estilo de vida (tratado en el punto anterior) pretende procurar una vida sana, llena, funcional y satisfactoria. El quinto y último enfoque que proponemos, el yoga como disciplina espiritual, tiene en cuenta todos estos aspectos y además, la idea tradicional de la iluminación, es decir, el descubrimiento de la naturaleza espiritual de uno mismo. Es frecuente que se considere este enfoque como equivalente del yoga tradicional. En el capítulo 21 tratamos el viaje hacia la iluminación con más detalle.
Últimamente se usa y abusa del adjetivo espiritual, por lo que creemos necesario explicar cómo lo utilizamos en este libro. Espiritual hace referencia al espíritu, a la verdadera naturaleza de cada uno. En el yoga, ese espíritu recibe los nombres de atman o purusha.
De acuerdo con la filosofía yóguica del no dualismo (basada en una realidad), el espíritu es uno y el mismo para todos los seres y todas las cosas. No tiene forma, es inmortal, es superconsciente e infinitamente feliz. Es trascendental porque existe más allá del límite del cuerpo y la mente. Uno descubre este espíritu en el momento de la iluminación.
Aspectos comunes a la mayoría de los enfoques
La mayoría de los enfoques tradicionales del yoga o de los orientados hacia lo tradicional comparten dos prácticas fundamentales: el desarrollo de la conciencia y la relajación.
• La conciencia es la singular capacidad humana de prestar atención a algo, de estar presentes de forma consciente. El yoga es un entrenamiento de la atención. Para entender bien a qué nos referimos, intenta hacer este ejercicio: durante el minuto siguiente, presta atención a la mano derecha. Es decir, siente la mano derecha y no hagas nada más. Es muy probable que tu mente se distraiga al cabo de unos segundos. El objetivo del yoga es controlar esa atención y evitar la distracción.
• La relajación es la liberación consciente de las presiones inútiles y perjudiciales para el cuerpo humano.
La conciencia y la relajación son un binomio inseparable en la disciplina del yoga. Si no aplicamos la conciencia y la relajación al yoga, los ejercicios serán eso, simples ejercicios.
Es habitual que a la conciencia y a la relajación se añada una tercera práctica: la respiración consciente. Normalmente, la respiración funciona de forma automática. En el yoga, sin embargo, la respiración es consciente, por lo que se convierte en una excelente herramienta para entrenar el cuerpo y la mente. Trataremos estos aspectos con más profundidad en el capítulo 5.
Salud, sanación y yoga
La fuente de salud y felicidad reside en ti. Los agentes externos como los médicos, los terapeutas o los medicamentos pueden ayudarte a superar las crisis, pero tú eres el principal responsable de tu salud y de tu felicidad. En los siguientes apartados te demostramos cómo el yoga puede ayudarte a movilizar esa fuerza interior necesaria para vivir responsable y sabiamente.
¿Qué es la salud? Muchas personas responden a esta pregunta diciendo que es lo opuesto a la enfermedad, pero la salud es más que la ausencia de dolencias, es un estado positivo del ser. La salud es plenitud. Estar sano no se reduce a la idea de tener un cuerpo que funcione bien y una mente sana, sino también significa apasionarse por la vida, conectarse de forma vital con el entorno físico y social, en definitiva, estar sano se traduce en ser feliz.
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¿Algo por nada a cambio? |
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Uno obtiene del yoga lo que invierte en él. Existe un término informático que puede aplicarse a la práctica del yoga: gigo, que significa ‘basura que entra, basura que sale’ (en inglés, garbage in, garbage out). De él se puede extraer una verdad muy simple: la calidad de una causa determina la calidad del efecto, es decir, lo que uno obtiene de cualquier intento o esfuerzo será tan bueno como lo que se haya invertido en este. O dicho de otra forma: |
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• No pretendas gozar de buena salud si te alimentas con comida rápida. |
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• No pretendas ser feliz si tu comportamiento es miserable. |
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• No pretendas obtener buenos resultados si practicas el yoga con mediocridad. |
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• No pretendas obtener algo a cambio de nada. |
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El yoga es una herramienta excelente, pero es necesario aprender a utilizarla de forma adecuada. Podrás tener el ordenador más moderno, pero si solo lo usas como máquina de escribir, no será más que eso. |
La vida es movimiento constante. Por lo tanto, uno no debería esperar que la salud sea algo estático. Cada vez es más difícil conseguir un grado óptimo de salud porque nuestro entorno es muy tóxico. La salud perfecta es un espejismo. A lo largo de la vida, tu estado de salud sufrirá varias transformaciones inevitables; incluso un corte en un dedo, algo aparentemente inocuo, altera el equilibrio temporalmente. El cuerpo reaccionará al corte movilizando todas las fuerzas bioquímicas necesarias para proceder a la curación. La práctica habitual del yoga crea las condiciones óptimas para la autocuración. El cuerpo desarrolla un equilibrio básico, con un sistema inmunitario más eficiente, que permite estar sano durante más tiempo y curarse más deprisa.
El yoga está más relacionado con la sanación que con la curación. Como un buen médico, el yoga tiene en cuenta las causas más profundas en vez de poner una tirita en la superficie de los síntomas. Con frecuencia, estas causas están en nuestra mente y en nuestra manera de vivir y de pensar. Esa es la razón por la que los maestros de yoga recomiendan que uno se comprenda a sí mismo. La mayoría de las personas tiende a mostrar pasividad en todo lo relacionado con la salud. Simplemente se limitan a esperar a que algo vaya mal y después confían en una pastilla o en su médico para solucionar el problema. El yoga, en cambio, nos anima a tomar la iniciativa de prevenir las enfermedades, de recuperar o mantener nuestra salud. Sin embargo, controlarla no debe ser sinónimo de automedicación (lo cual puede ser muy peligroso); se trata, sencillamente, de ser responsables. Un buen médico podrá afirmar que la buena disposición del paciente y su participación activa en el proceso facilitan muchísimo la curación de una enfermedad. Por ejemplo, una persona puede tomar varios tipos de medicación para tratar una úlcera estomacal, pero si no aprende a comer bien, a dormir de forma adecuada, a evitar el estrés y a tomarse la vida con más tranquilidad, es bastante probable que la úlcera reaparezca. Será necesario que cambie su estilo de vida si de verdad quiere curarse.
El yoga pretende hacernos ver que el camino a la felicidad, a la salud y el sentido de la vida residen en nuestra dicha interior. Esta dicha es la verdadera naturaleza del espíritu o el ser trascendental (puedes consultar el apartado “El yoga como disciplina espiritual” en este capítulo). La dicha es como una par de gafas para ver en tres dimensiones, a través de las cuales captamos los colores llamativos de la vida y nos motiva a aceptarla en todas sus formas.
Conseguir el equilibro vital gracias al yoga
La tradición india se refiere al yoga como la “disciplina del equilibrio”, otra manera de expresar el ideal de la unidad a través del yoga. Si queremos que todo funcione de forma óptima, todo en nosotros debe ser armónico. Una mente sin armonía es en sí misma molesta y, lo que es peor, tarde o temprano provoca problemas físicos. Un cuerpo desequilibrado puede desfigurar las emociones y los procesos mentales con mucha facilidad. Si tienes una mala relación con las personas de tu entorno, este malestar no solo hará mella en ti, sino que también se hará patente en los demás. Y cuando nuestras relaciones con el entorno físico no son armoniosas, las consecuencias son graves para todos.
Existe un ejercicio de yoga que es simple y bonito: el árbol (descrito en el capítulo 9). Mejorará tu sentido del equilibrio y favorecerá la tranquilidad interior. Incluso cuando las circunstancias de la naturaleza provocan que un árbol crezca torcido, el árbol siempre busca el equilibrio haciendo que una de sus ramas crezca en sentido opuesto a la inclinación. Con esta postura estarás en pie como un árbol, en perfecto equilibrio.
El yoga te permite aplicar este principio a la vida. Cuando las exigencias y los desafíos de la vida te obliguen a inclinarte en una dirección, tu fuerza interior y tu paz mental harán de contrapeso. Al elevarte por encima de cualquier adversidad, sentirás que siempre pisas tierra firme.
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Sanar el planeta mediante el yoga verde |
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Los problemas medioambientales que nos azotan a diario hacen que cada vez más yoguis apliquen las pautas éticas del yoga a intentar mejorar la salud del planeta. Este enfoque ecologista se explica en un libro de Brenda Feuerstein y mío (Georg), titulado Green yoga (Traditional yoga studies). |
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El yoga verde aboga por una conciencia ambiental y cierta dosis de activismo en asuntos medioambientales. Se centra en una profunda veneración por la vida y defiende un estilo vital de simplicidad voluntaria; cree firmemente que ha llegado el momento de que el yoga sirva para algo más que los intereses personales. |
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Si quieres que tu yoga sea verde, intenta compartir el coche o ir en bici a la próxima clase, o utiliza material respetuoso con el medio ambiente para las clases de yoga. Además, puedes aprenderte este lema: ¡Reduce, reutiliza y recicla! |
