CAPÍTULO 1

Las raíces

La danza

moderna

y el yoga

El arte de la danza

La danza es la fuerza del alma que irrumpe desde el interior del cuerpo. Esta energía lumínica se convierte en movimiento adueñándose del bailarín, quien, a partir de sus primeros pasos y evoluciones en el espacio, comienza a comprender que algo distinto se ha activado en su interior.

Aun sin entender las razones, reconoce y se somete dulcemente a la voz superior que habla a través de él, ofreciendo su cuerpo como vehículo de transmisión del arte de Terpsícore.2

Tarde o temprano descubre que el movimiento es para la mente, que puede ser vínculo de unión entre el nivel cotidiano y un nivel superior que hace al individuo consciente de su existencia y lo coloca en un estado poético.

Las técnicas de la danza moderna y algunos métodos alternativos de trabajo corporal sientan sus raíces en el trabajo consciente del cuerpo. Esto implica un entrenamiento lúcido que desarrolla la inteligencia cinética-corporal, incrementando considerablemente la propiocepción (ver glosario).

Al incitar de esta manera el movimiento constante del cuerpo y de la mente, abrimos un pasaje a la transformación, que nos conducirá al cambio total, físico y mental.

La realidad se ilumina a la luz de la conciencia conectando al ser humano con sus emociones y con nuevas fuentes de conocimiento de sí mismo.

La danza moderna

Dos de sus grandes exponentes:

Martha Graham y Merce Cunningham

El panorama de la danza a finales del siglo XIX

La danza es probablemente una de las manifestaciones más antiguas del hombre, que fue practicada por los primeros seres humanos. Es un gran vehículo de comunicación universal que no tiene las limitaciones del idioma. Como dijo Martha Graham, “el cuerpo dice lo que las palabras no pueden”. De hecho, el lenguaje gestual y corporal da mensajes claros, y a veces muy distintos, de lo que se está expresando con palabras.

A principios del siglo XX, se estableció en Estados Unidos de Norteamérica la compañía y escuela de danza de Ruth Saint Denis (1878-1968) y Ted Shawn (1891-1972): Denishawn.

Esta compañía tuvo un carácter innovador produciendo en sus espectáculos una mezcla ecléctica de distintas danzas étnicas, tales como danzas africanas, españolas, asiáticas y ballet, amalgamándolas con un estilo propio de movimiento moderno, e impregnándolas de gran talento histriónico.

Unos años más tarde, la compañía Denishawn tuvo una misión exitosa al formar artistas que consideraban la danza un arte serio y de gran valor como forma de expresión artística. Estos artistas pensaban que la danza como tal requería una investigación seria y una profunda exploración individual, lo mismo que pintores como Picasso, Matisse y Van Gogh experimentaban con la pintura en sus talleres.

Ferviente defensora de estas ideas fue Doris Humphrey (1895-1958), discípula de la escuela Denishawn, bailarina, maestra y coreógrafa norteamericana. Promotora del estudio y de la experimentación del movimiento, declaraba la danza como “arte serio e independiente”, y veía la composición coreográfica como una experiencia artesanal, digna de análisis. Humphrey deja la escuela Denishawn para seguir su camino independiente, formando su propia escuela.

Los principios de la técnica de Humphrey se basan en la caída y recuperación del movimiento, en el tema del equilibrio frente al desequilibrio, y en el estudio del peso del cuerpo. Su teoría del movimiento se fundamenta en la naturalidad de acciones tales como respirar, estar de pie, correr, saltar, caer y recuperarse.

Su planteamiento central es que el movimiento es la transición del equilibrio a la caída. Entre estar de pie y caer, hasta quedar en el suelo. Encontrándose el cuerpo inerte en bipedestación (centrado en su eje en línea vertical), el foco de atención es justamente la transición de éste al paso horizontal, y la descarga del peso a la tierra después de la caída.

Según Humphrey, el movimiento se genera como una reacción refleja ante la caída. Investiga el cuerpo en relación con la fuerza de gravedad, y su reacción instintiva para asegurar la estabilidad. Humphrey decía: “El bailarín moderno debe establecer una relación humana con la gravedad y la realidad.”

La danza de otra creadora, Isadora Duncan, considerada una de las precursoras de la danza moderna, a pesar del gran éxito y la influencia que notoriamente tuvo en el ballet ruso, no fue suficiente para transformar la danza. Sólo quedó claramente establecido que se necesitaría un cambio radical, una fuerza enorme, total, y un lenguaje absolutamente nuevo, para que la danza de una vez por todas se transformara en moderna.

El destino de la danza y su transformación definitiva quedó sellado con el nacimiento de Martha Graham.

La danza empezaría a dar sus primeros pasos revolucionarios en los años veinte y treinta, una modernización tardía, tomando en cuenta que la música, la pintura y la literatura ya se habían modernizado. La danza fue la única de todas las formas de arte que se transformó en moderna en Estados Unidos. Todas las demás vivieron el cambio en el continente europeo.

La danza moderna surge a comienzos del siglo XX, como una reacción ante la forma de expresión europea del ballet clásico, y de las danzas asiáticas y africanas. El término danza moderna nace para denominar esta nueva forma de expresión del modo libre de interpretar la danza. El adjetivo moderno se usa en contraposición al tradicional ballet clásico.

El epicentro de esta total transformación se situó en Estados Unidos, con resonancias en Alemania a través de Mary Wigman.

Wigman, pionera de la danza moderna en su país, cuenta entre sus fundamentos teóricos acerca del movimiento con los siguientes conceptos:

1. El equilibrio del cuerpo es el punto de unión entre “la tensión y la relajación”, controladas por el ritmo respiratorio, y además es el lugar de encuentro entre la fuerza del cuerpo –opuesta o en colaboración– y la fuerza de gravedad.

2. El trabajo del espacio, usando niveles medios, danzando agachada, de rodillas o a gatas, y también utilizando niveles bajos, a ras del suelo reptando o incluso encontrada tumbada en posición completamente horizontal.

3. La danza sin música. Wigman fue unas de las primeras que hizo coreografías en silencio total.

4. El respeto por el ritmo propio del cuerpo del bailarín, el que debía ser escuchado.

5. Otra idea central de esta artista fue que la danza no representa ni está al servicio de otro arte, sino que es en sí misma un arte importante. Con esto se refería a que la danza es una expresión artística pura e independiente, libre de textos literarios u objeto ornamental de otra expresión artística.

Mary Wigman se relacionó con artistas alemanes expresionistas de la plástica y de la literatura que tuvieron gran influencia sobre ella.

En 1920 establece su escuela en Dresden, donde se dedicó a la formación de bailarines. En 1940 el gobierno nazi cierra su escuela, y quedó paralizado el movimiento de la danza moderna en Alemania; sin embargo, la semilla del cambio había llegado a germinar, logrando que la danza se convirtiese en moderna.

Las teorías de Rudolf von Laban, entre otros, colaboraron con sus concepciones filosóficas, y dieron el empuje necesario para apresurar el nacimiento de la danza moderna.

Rudolf von Laban (1879-1958), nacido en Pressburg, Austria-Hungría. Filósofo, arquitecto, coreógrafo e investigador del movimiento, fue uno de los precursores de la danza moderna alemana. El instrumento principal de su estudio fue el cuerpo humano; desarrolló un método conocido como “las notaciones de Laban” para describir, anotar y experimentar con el movimiento, que puede ser aplicado en la danza, en las artes marciales y la gimnasia.

Laban es conocido por su teoría del espacio, del movimiento y del esfuerzo energético. Él pregonaba acerca de los cuatro factores fundamentales para que un movimiento se lleve a cabo: espacio, peso, flujo y tiempo.

El espacio sería determinado por la manera que el cuerpo del bailarín se mueve y penetra en él. Laban analizó la relación entre las direcciones del movimiento y el espacio. Planteaba que el espacio donde se puede expresar un bailarín está delimitado por el alcance que el cuerpo de éste tiene, y representaba sus ideas en bocetos con personas circunscritas dentro de figuras geométricas, tales como octágonos, cubos, etc.

El peso es la constante lucha del cuerpo en contra o a favor de la fuerza de gravedad.

El flujo está dictado por el fluir de la energía que determina la continuidad del movimiento o de la acción.

El tiempo es el ritmo con que organizamos los movimientos y/o las acciones.

Con respecto al movimiento, concluía que hay una directa relación entre el desarrollo del cuerpo del ser humano –a través de las distintas etapas de la vida– y la evolución del movimiento, que está determinado directamente por el avance de las distintas etapas motoras e intelectuales del individuo.

Hoy en día, el concepto de diversidad es el que mejor define el arte de Terpsícore. En el mundo entero se ha desarrollado la danza moderna, produciendo diversos estilos y tendencias, con caracteres y tradiciones propias, que tienen raíces en la identidad cultural de cada país.

La concepción estética y filosófica del coreógrafo tiene fundamental incidencia en este arte, le imprime un sello propio, y lo firma con un estilo particular. También la danza moderna recibe grandes influencias multiculturales, producto de las comunicaciones de nuestro siglo.

La precursora
Isadora Duncan

Isadora Duncan nació el 27 de mayo de 1878 en San Francisco, California, EE. UU. En los años de su adolescencia su familia emigró a Europa, siendo en el continente europeo donde fue acogido y valorado su talento. Muchos le asignan el rol de la madre de la danza moderna, y otros se lo entregan a Martha Graham; pero lo cierto es que Isadora no dejó una técnica ni un alfabeto para que lo siguieran sus alumnos.

Isadora ha sido definida como danzarina revolucionara, defensora ardiente del espíritu poético. Dejó huella con su magia personal, e impregnó el espacio con un espíritu libertario. Su intensidad y energía permanecieron como un eco en el espacio y el tiempo, anunciando la nueva danza que vendría.

Llenó la escena con su atrevimiento estético, planteando una manera totalmente distinta de moverse. Es reconocida como la pionera de la danza moderna; sin embargo, es considerada una precursora aislada, debido a que no logró formular ni construir bases en su danza.

Isadora dio nacimiento a una manera libre de moverse. Se deshizo de la formalidad del ballet, se liberó del corsé victoriano, se desnudó los pies y bailó descalza en toda Europa, ataviada con velos flotantes al estilo de una simple túnica griega.

Tuvo gran acogida en Rusia, antes y después de la Revolución. Su influencia marcó profundamente al ballet ruso de Diagilev, que alcanzó un fastuoso éxito en la gira mundial de 1920 con las coreografías de Mikhail Fokine.

Isadora cambió la concepción de la danza, en cuanto al contenido de lo que se podía bailar y a la forma. En la imperiosa necesidad de comunicar cosas nuevas y diferentes con su cuerpo, tuvo que cambiar la manera de moverse y desarrollar movimientos poco habituales que rompieron con la estética establecida.

Como base técnica para su danza, sintetizó y utilizó las tres formas de expresión de danza existentes a principios del siglo XX, las que algunos han llamado las tres “B”, Ballet, Ballroom y Burlesque.

El gran valor que se le asigna a Isadora proviene del espíritu libre de su danza, de su carisma personal, de su coraje, de su pasión y su atrevimiento, más que de las habilidades y destrezas que pudiera comunicar a sus seguidores. Dejó principios fundamentales tales como: bailar con pies descalzos, danzar basándose en la improvisación sin esquemas preconcebidos y liberar al cuerpo del tutú.

Isadora Duncan murió trágicamente el 14 de septiembre de 1927, cuando los velos que llevaba en su cuello se enredaron en las ruedas del auto deportivo Bugatti en que viajaba, lo que le produjo una muerte instantánea por estrangulamiento.

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Nuestro tiempo, coreografía de M. Hume Fotografía: Daniella Miller (1994).

Martha Graham
La pasión de la danza

Martha Graham fue la creadora de la danza moderna. La bailarina y coreógrafa nació en Estados Unidos el 11 de mayo 1894 en Pensilvania, en las inmediaciones de Pittsburgh, en el seno de una familia de tradición puritana.

En 1916 Graham inició sus estudios de danza tardíamente a los veintidós años de edad, en la escuela de Denishawn, fundada por la bailarina Ruth St. Denis y su marido, también bailarín, Ted Shawn. Graham fue considerada una alumna insignificante y sin trascendencia, de la cual no se esperaba mucho, ya que la posibilidad de transformarse en bailarina era remota, por considerarse muy avanzada la edad de veintidós años para empezar la formación de un bailarín.

Poco tiempo transcurrió para que Martha brillara en la compañía de danza, llegando a ser primera bailarina. Su fuerza de voluntad, la velocidad en el aprendizaje, su tesón en el esforzado trabajo físico, que ella misma se autoimponía, hicieron que destacara, mostrándose como una superdotada en el plano cinético-corporal.

En 1920 hizo su primera aparición como bailarina profesional, en la compañía de Denishawn, con la coreografía Xochitl, dirigida por Ted Shawn, un ballet moderno basado en una leyenda Azteca.

En 1923 dejó la compañía Denishawn para integrarse en el Greenwich Village Follies, donde permaneció dos temporadas.

En 1924-1925 enseñó danza en The Eastman School of Music in Rochester, en Nueva York, donde desarrolla sus experimentos en danza e inventa su propio estilo.

En 1926 debutó como bailarina solista en Nueva York.

En 1927 fundó su escuela de danza contemporánea, The Martha Graham School of Contemporany Dance (vigente hasta el año 2007).

En 1929 hizo su primera aparición en público con su grupo de danza, que más tarde pasaría a llamarse La Compañía de Danza de Martha Graham. Trabajó durante una gran cantidad de años en estrecha colaboración con el músico y compositor Louis Horst, en quien encontró a un gran colaborador en lo profesional y un apoyo emocional incondicional en su vida afectiva. Su relación se prolongó durante más de veinte años. Horst compuso innumerables piezas para las coreografías de Graham, a la vez que para muchas bailarinas importantes de la época. La relación Graham-Horst fue inestable y tormentosa.

Martha Graham en el curso de su vida creó más de 180 coreografías, que abarcan desde solos hasta complejos trabajos grupales.

En 1970 dejó sus presentaciones personales en público, se retiró de la escena pero continuó dirigiendo y coreografiando en su compañía de danza.

En 1973 publicó The Notebooks of Martha Graham, un libro de anotaciones donde evoca las fuentes de inspiración de muchas de sus coreografías.

Martha Graham murió en Nueva York el 1 de abril de 1991.

Sintetizando, el movimiento de Graham surge del sentimiento, se mueve por la emoción, y su expresión es visceral.

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Sonidos de tierra, coreografía de M. Hume Foto: Francisco Aguayo (2000).

La técnica

Martha Graham rompió lo establecido quebrando las rígidas estructuras convencionales de la danza del siglo XIX. Creó un lenguaje y legó un alfabeto técnico de principios sólidos, basados en la respiración como eje central de la generación del movimiento, con “la contracción y la expansión” desde el centro del cuerpo. Contraer y soltar tienen su correspondencia con la respiración, en los movimientos de ventilación de espiración y de inspiración.

La contracción y su descubrimiento de nuevas fuentes de energía en el cuerpo, unido al trabajo del hasta ahora inexplorado suelo, fueron sus grandes contribuciones con las que revolucionó la manera de moverse.

Martha Graham se concentró en la pelvis y el abdomen como fuente de vida y de representación de todo el abanico emocional del hombre. Con la contracción violenta de la pelvis simbolizó la belleza de un alma sensible, el dolor y el sufrimiento del ser humano atrapado en sus pasiones. La contracción de Graham no oculta el esfuerzo físico, por cierto una característica muy arraigada en el ballet clásico, sino que, por el contrario, lo muestra porque “es parte de la vida”, forma parte del ser.

Martha Graham usó su cuerpo como laboratorio de experimentación del movimiento. Graham tuvo un profundo talento para descubrir nuevos motores desde donde generar el movimiento y nuevas fuentes de energía para el trabajo corporal, integrándolos como eje central de su técnica.

Comprendió que una de las fuentes primordiales de energía es la respiración, y con el mismo énfasis e importancia que el yoga le asigna a ésta, la introdujo de manera consciente, centrando el nervio de su técnica en la respiración.

La respiración consciente, conjuntamente con su gran invención, “la contracción” (contraction), con su consecuente “soltar y expandir” (release), hizo que su danza respirara y moviera el movimiento de manera hasta entonces nunca vista.

El impacto que causó se dejó sentir de inmediato. Tuvo críticos lapidarios y otros tantos seguidores y admiradores de su quehacer coreográfico. El público enmudeció a veces, se sorprendió casi siempre, y la adoró la mayor parte del tiempo; recibió toda clase de adjetivos y epítetos, que la calificaron desde cursi hasta genial.

Graham imaginó e inventó la realidad de la danza moderna a su manera, dejando inscrito su nombre en la historia de la danza, con su formidable aporte, “la contracción y la expansión” (contraction and release) de las diversas partes del cuerpo, teniendo como eje central de todo movimiento el tronco.

La contracción que creó fue la contracción que su cuerpo pudo producir, y que esculpida en su tórax y abdomen tuvo el don de transmitir a sus alumnos, con todos los secretos que su cuerpo le reveló.

Creó y estructuró un lenguaje, con un vocabulario técnico definido, claro y distinto, para la formación de un bailarín moderno. Hoy en día, su técnica se ha transformado en un lenguaje académico, siendo sus conceptos del movimiento y del trabajo con el cuerpo determinantes para el desarrollo de la danza moderna. Sentó las bases fundamentales de su sistema inspirándose en sus propios descubrimientos corporales, y también absorbiendo influencias de diversas culturas, principalmente de territorios americanos nativos.

En 1930 se trasladó a Nuevo México, para permanecer durante un tiempo en territorios nativos e impregnarse de la cultura indígena. La experiencia la impactó profundamente; la impresionó la relación de los hombres con la tierra, el hondo sentido espiritual, el modo que los indígenas asimilaban la cultura hispano-cristiana intengrándola en su propia cultura, sus rituales y fiestas. Las huellas de esta mística experiencia compartida en esta comunidad indígena se reflejan en sus creaciones; representativas de esta época son: “Misterios primitivos”, “Cánticos primitivos”, “Bacanal”, etc., donde quizo mostrar la belleza, el poder y la sensibilidad del indígena, y el influjo de la vida primitiva vinculada fuertemente a la naturaleza.

La contracción

Desde el punto de vista anatómico, la contracción se establece a partir de la retroversión de la pelvis, e involucra al tronco en su totalidad. La percusión de la pelvis, y de la región lumbar, es característica de la contracción de Graham.

El lenguaje de Graham es el lenguaje del constante cambio en el cuerpo, con movimientos que nacen desde la pelvis y se expanden hasta la cabeza, ramificándose hacia las extremidades superiores e inferiores.

La inclinación de la pelvis es el primer punto de sujeción y de anclaje a la tierra, para el estiramiento de la zona inferior de la columna vertebral.

La contracción se genera al producir un profundo impacto en la región abdominal, siendo ésta el punto central que la sustenta. El ombligo, como centro físico del cuerpo, se dirige y empuja hacia la región lumbar, para estirarla al máximo de su posibilidad. El impacto de la contracción en su onda expansiva involucra al tórax, que se hace partícipe continuando el esfuerzo del estiramiento de la espina dorsal.

La contracción llega hasta la zona superior de la columna vertebral, es decir, la región cervical, siendo éste el punto más alto de fijación involucrado. La cabeza puede continuar la línea de la trayectoria que lleva la columna vertebral durante la contracción, pero también puede oponerse a esta trayectoria, elevando la cabeza hacia el cielo. Este gesto es fuertemente emotivo y puede tener variadas lecturas, pero evidentemente la potente imagen nos conecta de forma directa con la vulnerabilidad del ser humano.

Desde el punto de vista de la energía, ésta se concentra y expande. El epicentro de la contracción se ubica en el centro del cuerpo, y desde allí compromete los brazos, las piernas y la cabeza. Las manos adquieren una peculiar contracción, y los pies son llevados a la flexión máxima.

Luego sobreviene el release que expande la energía en un movimiento opuesto, que relaja la contracción con el total estiramiento de la espina dorsal y de las cuatro extremidades, involucrando hasta las puntas de los dedos de las manos y de los pies.

El release produce una onda energética expansiva que desde el centro del tronco se libera hacia las cuatro extremidades y hacia la cabeza, prolongando la energía más allá del cuerpo-físico, proyectándola fuera de él, haciéndonos a ratos divisar la energía invisible del bailarín danzando.

El cuerpo agigantado del bailarín, con hermosos y esforzados estiramientos de la columna vertebral, lucha así constantemente por crecer y abarcar el espacio, mostrando su real humanidad, su esencia emocional.

Desde el punto de vista de la respiración, podemos concluir que la contracción es la resultante de la respiración consciente. En el momento de la inhalación sucede el release, estirando, soltando y relajando el cuerpo, permitiendo el alargamiento de sus miembros y facilitando la toma del aire en profundas inspiraciones. En el momento de la exhalación, los pulmones se contraen de forma refleja para expulsar el aire, siendo la instancia apta para generar la contracción en el centro del cuerpo y producir un vacío, ahuecando la región abdominal y la torácica.

Las espirales

Otro movimiento característico de la técnica son las espirales. Graham aprovechó al máximo las posibilidades de la columna vertebral en sus movimientos de conjunto, y entre estos, el movimiento de rotación, que supo emplear en toda su magnitud.

Al realizar el movimiento de espiral, hace que el cuerpo rote sobre su propio eje (la espina dorsal), y desde allí prolonga este movimiento, hacia los brazos, haciendo que se transformen en alargadas aspas que cercenan el aire dejando una estela energética.

Los movimientos en espiral están llenos de gracia e impactan por su belleza y ductilidad, nos trasladan a mundos marinos, profundidades oceánicas, movimiento de algas y de caracolas.

Desde el punto de vista anatómico, la espiral se origina en la pelvis (en posición sentada); a partir de la elevación de un isquion se conduce la columna vertebral en un movimiento de rotación. Al retirar uno de los isquiones del suelo elevándolo, se impulsa la espalda hacia arriba, facilitando la rotación de la espina dorsal, proporcionando una mayor amplitud al movimiento de espiral. Las espirales han sido comparadas con serpientes que ascienden y descienden desde el suelo, enrollándose y desenrollándose sobre sí mismas.

Las caídas

Entre sus muchos aportes, están las caídas y el trabajo en el suelo. Caídas al suelo de espalda, sin que nada detenga la caída, caídas sobre las rodillas, frontales, laterales, sin el impacto del golpe. Son caídas como desentendidas de la fuerza de gravedad, con veloces recuperaciones, todas controladas desde el centro del cuerpo, mediante el poder de la contracción que maneja el tronco. La caída es planteada como una manera de entrar en el suelo, sin que el cuerpo oponga resistencia, y se usa éste como trampolín para la recuperación, con el cuerpo siempre alerta, y en estado de suspensión, para incorporarse inmediatamente a través de un salto, de un giro, de una torsión o una contracción.

Las caídas de Graham rescatan y aplican la inteligencia natural que posee el cuerpo de los niños para caer y recuperarse sin hacerse daño.

El trabajo en el suelo

El trabajo en el suelo es símbolo definitivo de una nueva danza, conduce a numerosas lecturas e interpretaciones. El contacto con el suelo resulta terapéutico para el individuo, rememora la infancia y olvida –a ratos– el acartonamiento de la adultez. Al permitirse a sí mismo mayor libertad, recupera su capacidad lúdica; al volver a conectar con la tierra se vincula con su raíz, y se dispone emocionalmente a abrirse, entregándose al nuevo espacio creativo del suelo.

El contactar con la tierra de manera más natural, no sólo con los pies descalzos sino con todo el cuerpo, significó recuperar las raíces del danzar y liberar la emoción.

El trabajo en el suelo literalmente hizo aterrizar a la danza, sacándola de la fantasía y colocándola en la realidad del hombre moderno. Desde esta nueva dimensión, comenzó a reflejar la naturaleza del individuo, con toda su problemática social, psicológica, filosófica, religiosa, etc., recorriendo desde el dolor hasta la felicidad humana, pasando por la brutalidad de las bajas pasiones, por la mezquindad del ser, por la grandeza del espíritu social y solidario.

Significó, en definitiva, salir de los castillos del ballet clásico, dejar atrás los lagos de cisnes encantados, los bosques con princesas dormidas. Fue reconocer un ser humano real, pequeño la mayoría de las veces, pero que también puede poseer alas de ángel; en definitiva, un individuo normal con problemas y dificultades, con dolores y pesares, con alegrías y esperanzas, y también con la posibilidad de trascender.

La obra coreográfica

Según la concepción filosófica de Graham, la danza debe representar el punto exacto de equilibrio entre lo espiritual y lo corporal; este planteamiento deja traslucir una profunda influencia del milenario pensamiento yóguico, que propone el equilibrio entre el cuerpo, la mente y el espíritu.

Graham nunca se dedicó al movimiento por sí mismo, siempre tuvo que relacionarlo con el área afectivo-emocional. Tuvo la inmensa urgencia de expresar emociones y sentimientos, siempre unidos al movimiento, nunca quiso otra cosa que “ser sentida en su obra”, y con esto se situó muy lejos de la abstracción pura del movimiento.

Siempre promulgó que la danza debe explorar la esencia espiritual y emocional del ser humano, y dejar traslucir la delicada piel del alma sin tapujos. En definitiva, la temática principal de Graham es el ser humano y sus conflictos. Desde esta perspectiva, hay que interpretar su obra coreográfica.

La extensa obra de Graham abarca una vasta temática, y puede clasificarse en cuatro grupos:

1. Etapa de “solos”. Lamentation (Lamentación), 1927, fue una danza inolvidable de sus primeros tiempos, danza del dolor de una mujer, que entubada en un género strecht negro, y reducida al espacio mínimo de una plataforma –así como suele reducir el dolor al ser humano– a través de los movimientos que ejecutaba debajo de la tela de nailon, era la encarnación misma del sufrimiento del alma, el dolor retorcido prisionero en un cuerpo.

Con su emblemática obra Frontier (Frontera), 1935, hizo una síntesis en casi siete minutos de lo que fue la experiencia pionera americana, dejando claramente establecido lo que era la danza moderna, apartando de una vez por todas, y para siempre, la imagen superficial de la “danza-divertimento”, y enseñando lo que una bailarina era capaz de realizar y comunicar.

2. Obras inspiradas en la mitología griega. En su obra Cave of the heart (La caverna del corazón), 1946, habla de la historia de Medea, que consumida por los celos y enloquecida por el odio planea su venganza, y termina devorando sus propias entrañas. Con estas composiciones penetra en el complejo mundo de las pasiones del ser humano, y lo hace desde un punto de vista contemporáneo, siempre dejando en evidencia la a veces pequeña condición humana.

3. En un tercer grupo de variadas creaciones se aprecia gradualmente el interés hasta la inmersión total en la cultura americana y la problemática social. Su obra Revolt (Revuelta), 1927, impactó al público americano y tuvo como fuente de inspiración la injusticia humana.

Appalachian Spring (La primavera de los Apalaches), 1944. Su inspiración proviene del inmenso paisaje americano.

4. Otro punto a tratar en sus obras fue la problemática del inmigrante, y la discriminación de las minorías étnicas.

También se interesó por temas bíblicos y religiosos expuestos en coreografías como Heriodade (1944), Judith (1950), Seraphic Dialoge (1955) y Embatled garden (1958).

A Martha Graham se la ha definido como “una fuerza de la naturaleza”; una de las grandes creadoras del siglo XX, ha sido comparada con otros creadores, tales como Pablo Picasso, Igor Stravinsky o James Joyce. Si bien es cierto que muchas personas contribuyeron a la invención de la danza moderna (no olvidemos, Isadora Duncan, Doris Humphrey, Mary Wigman), la renovación que Martha Graham aportó al lenguaje de la danza del siglo XX fue fundamental, y se la considera una figura dominante en este ámbito.

Martha Graham fue una energía radical. Un buen día decidió que en el escenario, ella se ubicaría en el centro y delante. No sólo lo hizo en la escena sino que además lo logró en la vida.

De lo invisible a lo visible, de lo inexistente a lo existente, de una irrealidad a la realidad, así crea el hombre y transforma la vida. Sueña verdades, y con la fuerza transformadora pujante de su ser, abre espacios penetrando la realidad, hasta dar nacimiento a la creación mágica.

Así inventa al hombre; apoyándose día a día en el conocimiento que la humanidad ha adquirido, y empinándose sobre éste, atisba y se internaliza en su horizonte mental, conectando intuitivamente con la fuente del saber creativo.

Con el pleno convencimiento de que camina en la dirección correcta, se forja en el estudio, en el trabajo empeñoso y cotidiano, se esfuerza con tesón, se somete con alegría y fuerza de voluntad, levantándose cuantas veces sea necesario, hasta que un buen día adquiere el poder alquímico de la transformación.

Fue así como Martha Graham creó la danza moderna, y como ella misma lo declarara en una entrevista a un diario en Buenos Aires, jamás se propuso inventar un sistema, nunca lo pensó, sólo quiso danzar y ser sentida.

Fue así que Martha Graham, “bailando para ser sentida”, dio a la danza moderna vida.

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Nuestro tiempo, coreografía de M. Hume Foto: Alcalde (1994).

Merce Cunningham
El pensamiento de la danza

Merce Cunningham, coreógrafo y bailarín, nació el 19 de abril 1919 en Centralia, Washington, Estados Unidos. Realizó sus primeros estudios formales en danza y teatro en The Cornish School, actualmente llamado Cornish College of the Arts en Seatle.

Fue bailarín solista de la compañía de Martha Graham (1939-1945).

En 1944 presentó su primer solo en concierto conjuntamente con el compositor y músico John Cage.

En 1953, en la escuela de Black Mountain College, cerca de Ashville en North Caroline, Cunningham y Cage fueron una vez más para presentar sus trabajos vanguardistas y a enseñar.

Fue ese año que Cunningham invitó a seis estudiantes de Nueva York a trabajar con él; aquélla fue la semilla originaria de un primer grupo que comenzó a funcionar informalmente. Más tarde, al retornar a Nueva York, la asociación se formalizó transformándose en una compañía de danza, The Merce Cunnimgham Dance Company.

Merce Cunningham formuló bases totalmente revolucionarias en la danza moderna, presentando trabajos radicalmente distintos de lo que hasta entonces se conocía. Su trabajo dio un impulso renovador y vital al movimiento posmoderno de la danza. Se dice que Merce Cunningham “modernizó la danza moderna”.

Como síntesis sobre Cunningham, podemos decir que su movimiento surge del intelecto, se mueve por el pensamiento y su expresión es abstracta.

La técnica

El eje central de la técnica que desarrolló Merce Cunningham está basado en la concepción del espacio escénico como un lugar sin puntos fijos, y en el trabajo de la espalda con su invención de “la curva”.

La curva de Cunningham ha sido un concepto nuevo, y un gran aporte para el trabajo de la espina dorsal del bailarín. Esta curva implica un gran estiramiento de la columna vertebral en sus distintas porciones, todas constantemente involucradas en este esfuerzo de elongación curvilínea, que abarca desde la porción cervical hasta la porción pélvica.

La curva que inventó Cunningham liberó el tórax y el abdomen de la forzada contracción de Graham, cuyo objetivo a nivel físico es exactamente el mismo, estirar y flexibilizar la columna vertebral en toda la posibilidad de los movimientos de conjunto que ésta posee. Es importante hacer notar que la curva, a diferencia de la contracción grahamniana, no pretende expresar absolutamente nada en el plano emocional, siendo sencillamente la curva, es una técnica para flexibilizar la espalda.

Aunque ambos coinciden –empeñándose en la intensa exigencia de la columna vertebral– en la gran importancia que le asignan al tronco como motor generador del movimiento, para Cunningham este tronco está completamente desprovisto de las connotaciones afectivo-emocionales con que Graham lo trabajaba.

Cunningham retomó las cinco posiciones del ballet clásico con renovado aire, y las llevó mas allá de la amplitud conocida. Ejemplo de esto se encuentra en la segunda y la cuarta posición, las que adoptan una mayor distancia de separación entre los pies de lo que normalmente está establecido en las posiciones del ballet clásico.

La articulación coxofemoral es sometida a una mayor exigencia física en lo que se refiere al movimiento de rotación hacia fuera de las piernas –en dehor– debido a que la distancia o amplitud en las posiciones es mayor.

La integración de las cinco posiciones básicas del ballet, sumado al trabajo de la curva, hace que esta técnica sea completa y de gran exigencia física.

La curva

La curva, en la técnica Cunningham, es un concepto para el trabajo de la espalda que apunta a la elongación de la columna vertebral, obteniendo magníficos, alargados y flexibles torsos en los bailarines. Mediante el entrenamiento de la curva, las espaldas de los bailarines pueden producir la gama más dúctil y variada de movimientos en la espina dorsal, aportando así un amplio espectro de movimientos que fueron usados por este coreógrafo en sus innumerables creaciones coreográficas.

Desde el punto de vista anatómico, la curva se origina en la región pélvica y concluye en la región cervical. La pelvis se coloca en posición vertical al suelo, fijando de este modo la zona inferior de la espina dorsal, y estableciendo el primer punto de sujeción para la construcción de la curva. La zona superior de la columna vertebral tracciona y estira la espalda en una gran elongación curva. Mientras que la musculatura abdominal se contrae firmemente presionando hacia la región lumbar, se logra ubicar en esta zona un segundo punto de sujeción, que permite continuar el constante crecimiento curvo de la espalda, comprometiendo incluso la región cervical con la cabeza incluida en la misma dirección que lleva la curva.

La cabeza siempre continúa la trayectoria de la curva y no se opone a ésta, como sucede en algunas situaciones con la contracción de Graham.

La utilización del espacio

Cunningham centró durante toda su vida su proceso creativo en la problemática del movimiento.

Fue la curiosidad acerca de la mecánica de los movimientos y los procesos físicos de trasladarse de una posición a otra, el entender los cambios del peso del cuerpo al pasar de un movimiento a otro, el descifrar cómo se ejecutan las transiciones equilibrando un cuerpo lo que lo llevó a formular su propuesta en la danza.

Tradicionalmente el empleo del espacio escénico en danza había estado basado en un sistema de coordenadas fijas3 establecidas en la escena4 a partir de un punto central.

El gran aporte de Cunningham, explicándolo en términos de física, es haber situado, además, un sistema de coordenadas propias en el bailarín mismo.

La concepción espacial de Merce Cunningham ha sido uno de los aportes más grandes, el cual revolucionó la forma de emplear el espacio escénico. Como él mismo ha declarado, está inspirado en un postulado de Einstein que dice “que no hay puntos fijos en el espacio”.

Para Cunningham, todo espacio debe ser bailado con la misma importancia. Su concepción escénica espacial es circular, dejando de lado el clásico y el tradicional enfoque de un frente, dos lados y un atrás.

Merce Cunningham, creativamente, utilizó el postulado de que en un sistema fijo de coordenadas pueden coexistir sistemas de coordenadas secundarias, no fijas, y lo aplicó al espacio escénico y en la composición coreográfica, abriendo posibilidades insospechadas hasta ese momento.

Merce colocó dentro de la escena a cada bailarín con coordenadas propias, fijadas en sí mismo y moviéndose con él, dentro del sistema de coordenadas fijas que tiene el escenario.

Esto provocó un cambio drástico, total, en los desplazamientos escénicos5 ya que los avances, los retrocesos, las evoluciones laterales, diagonales, etc., suceden además ahora con respecto al bailarín quien se mueve en su propio sistema de coordenadas. Esto quiere decir que cada bailarín, tiene sus propias direcciones, las cuales son absolutamente independientes del frente que tiene el escenario, ya que el bailarín es el centro a partir del cual se establecen las direcciones.

La exploración de las
posibilidades del movimiento

Merce investigó y se apasionó por el movimiento desde el punto de vista de la física; exploró nuevas alternativas, encontró y explotó la riqueza que una frase puede tener al ser ejecutada en las distintas direcciones dentro del sistema propio de coordenadas del bailarín (además del sistema de coordenadas fijas del escenario), enriqueciendo las posibilidades de una frase coreográfica a niveles nunca antes pensados.

También experimentó con los movimientos al ejecutarlos en reversa. La reversa o el reverso del movimiento consiste en realizar un movimiento y luego retrocederlo al punto de origen. Un brazo que ejecuta un movimiento dado diseña una trayectoria en el espacio; si devolvemos este brazo al punto de partida (recorriendo la misma trayectoria y respetando el diseño que lo originó), se consigue la reversa del movimiento.

El concepto de la reversa del movimiento lo encontramos a lo largo del extenso legado del alfabeto técnico de Cunningham.

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Primitivo-cibernético, coreografía de M.Hume Foto: Juan Domingo Marinello (1986).

La creación coreográfica

La creación coreográfica de Cunningham es abstracta, geométrica y de líneas puras. En él importa el movimiento, por el movimiento en sí mismo. Cunningham en su composición no se interesa por relatar historias, ni se dedica a explorar la psiquis humana, no desea expresar estados afectivos ni emocionales. De esta manera los convencionales elementos dramáticos empleados en la danza son totalmente abolidos. Elementos tales como conflicto y resolución, causa y efecto, clímax y anticlímax desaparecen por completo.

Sin embargo, esto no significa que el drama esté ausente, sino que se manifiesta de otro modo. Es desde otra arista que podemos percibirlo, desde el punto de vista de la intensidad y de la cinética propia del movimiento, pero sobre todo de la experiencia teatral del bailarín que expone su ser en el escenario. Es esta situación humana, la de estar en escena, la que genera la situación dramática.6

Entre sus casi doscientas composiciones, mencionamos algunas de diferentes épocas:

image  In the name of the Holocaust (En el nombre del Holocausto, 1943).

image  The Wind Remains (El viento permanece, 1943), zarzuela en un solo acto, basada en la obra de Federico García Lorca.

image  Dream (Sueño, 1948).

image  Story (Historia, 1964).

image  Objects (Objetos, 1970).

image  Un jour ou deux (Un día o dos, 1973).

image  Fractions (Fracciones, 1977).

image  Coast Zone (Zona de playa, 1983). Película de danza dirigida por Charles Atlas y Cunningham.

image  Changing steps (Cambiando pasos, 1989).

image  Polarity (Polaridad, 1990).

image  Beach Birds (Pájaros de playa, 1991).

image  CRWDSPCR (1993).

La estrecha relación de colaboración entre Merce Cunningham y el músico y compositor John Gage, que abarcó 50 años (1942-1992), les llevó a proponer numerosas y radicales innovaciones, siendo la más controvertida la relativa a la composición coreográfica con la intervención del azar, y la relación de la danza con la música.

La innovación en el ámbito coreográfico, propuesta por el dúo Cunningham-Cage, fue el empleo del azar como un recurso para componer. Paradójicamente, el uso que hace Cunningham del azar, en la composición de la estructura coreográfica, no produce caos, sino que, por el contrario, ordena.

La segunda innovación es la relación entre la danza y la música, la cual tiene independencia total. Los bailarines de Merce Cunningham generalmente entrenan y ensayan en silencio, y puede que sólo conozcan la música el día del ensayo general, o el día mismo del estreno. De esta forma desarrollan su flexibilidad mental, sin amarrarse a una estructura coreográfica, puesto que, según Cunningham, la estructura ha de ser orgánica y no preconcebida. Tampoco se vinculan a una composición musical, puesto que el movimiento guarda absoluta independencia de la música.

En la creación coreográfica de Merce Cunningham distinguimos los siguientes fundamentos:

image  No existe narrativa ni música que determine la creación coreográfica.

image  La danza puede comunicar o tratar cualquier tema, pero fundamentalmente la danza trata acerca del cuerpo, y, de este cuerpo, la dimensión que destaca es la de moverse en un espacio.

image  La danza existe en sí misma y es independiente de la música, lo que quiere decir que la danza no es un arte menor, supeditado a otras artes, o un arte decorativo, sino que, por el contrario, tiene su propia propuesta física, y ésa es el movimiento.

El cuerpo que se mueve y se desplaza en un espacio no es dependiente de fraseos musicales; de hecho, el movimiento existe en sí mismo. No es necesario tener música para moverse o danzar; se puede trabajar en silencio, o emplear los ritmos propios del cuerpo, moverse con la respiración, con el ritmo del corazón. Utilizar los sonidos de la naturaleza, el viento, los truenos, el ruido de las olas estallando en las rocas, el canto de los pájaros, el ladrido de los perros, etc. También podemos emplear sonidos urbanos, industriales, ruidos de ciudad. Es posible además usar un metrónomo (instrumento para medir el tiempo e indicar el compás que ocupan los músicos) para marcar un ritmo, un tiempo en el que, aumentando o disminuyendo la velocidad de éste, se desarrollan distintos fraseos coreográficos.

image  La música en una coreografía tiene su identidad propia, y puede tener maravillosos puntos de encuentro con la danza, siendo aquélla un elemento enriquecedor, del mismo modo que el vestuario, la iluminación y la escenografía, cada uno de los cuales tiene su propia identidad y existencia por separado.

image  Todo movimiento puede ser material para la danza. El punto de partida es la necesidad locomotora primaria y natural que es la marcha en el ser humano; los movimientos cotidianos de nuestro diario, la caminata, la carrera, o más aún el salto, si los manejamos con distintas dinámicas, se pueden transformar en un interesante motivo para danzar.

image  El azar en la composición aporta su cuota, en cuanto a la distribución de los movimientos en escena y fraseos coreográficos; también interviene en el nú- mero de bailarines a emplear y el orden en que éstos salen a escena. Por otra parte, el azar rompe la rutina y la monotonía y permite nuevas combinaciones.

En danza, la estructura coreográfica de una obra se construye mediante frases coreográficas, y la manera en que éstas son dispuestas en el espacio y en el tiempo forman la coreografía.

La estructura cuenta con un número determinado de frases. Las frases o fraseos tienen un orden secuencial que tradicionalmente se mantiene, y evolucionan simultánea o paralelamente, con una partitura musical creada especialmente, o seleccionada rigurosamente, para este fin.

Estos fraseos tienen además un trazado en el piso, que es llamado diseño espacial o geométrico del suelo, y es el que determina la trayectoria que el bailarín debe ejecutar en el espacio escénico.

El planteamiento cunninghamniano postuló algo hasta ese momento impensado: que la estructura coreográfica puede ser cambiante, siendo el azar el factor determinante en este cambio. Encargada la decisión del nuevo orden secuencial que tendrán las frases, a la suerte de los dados, o de los naipes, la coreografía puede ser modificada y renovada constantemente, rompiendo el hábito, sorprendiendo tanto al público como al bailarín.

Con la introducción de “la intervención azarosa de Cunningham en la creación”, se establecen nuevas relaciones en las combinaciones de las frases coreográficas existentes, lo cual desestructura el orden establecido en la ordenación coreográfica, replanteándose y ordenándose de una manera distinta.

El azar también puede decidir sobre el diseño del espacio escénico establecido para las trayectorias de los bailarines, incidiendo directamente en el cambio de dirección y en el trazado geométrico del suelo.

La frase coreográfica no es modificada en su esencia, conserva su construcción original; es la estructura coreográfica la que resulta ser intervenida, al reorganizar las frases en otro orden secuencial y/o direccional.

A modo de ejemplo podemos citar, que en un módulo coreográfico compuesto por ocho frases, la frase que ayer tuvo el primer lugar para iniciar la obra, mediante este juego de azar, puede ser bailada en el lugar número tres, o número cinco; esto no implica que la construcción originaria de la frase cambie.

Esta concepción resulta muy interesante, en la medida que rompe con los viejos cánones establecidos para la composición coreográfica, regalando un concepto de libertad total para los nuevos creadores en la danza. Libertad en la composición, e independencia musical. Es así que una frase danzada ayer en una dirección diagonal hoy puede ser utilizada para desplazarse en una dirección lateral, y mañana puede ser bailada en el diseño geométrico de un cuadrilátero o de un círculo. Al situar al bailarín en cualquier punto en el espacio (la escena), éste se transforma en un centro, lo que implica que cada bailarín es un solista. Esto se contrapone a la característica jerarquía existente del ballet clásico, que clasifica a los bailarines según el grado de importancia en estrellas, primeros bailarines, solistas, corifeos, cuerpo de baile, etc.

image  El cuerpo es el único instrumento de expresión para su arte que el bailarín posee; de esto se desprende la urgente necesidad de comprenderlo, cuidarlo y organizarlo en la manera de moverse, para que este maravilloso cuerpo-instrumento no se dañe y pueda responder a todas las exigencias que tanto bailarín como coreógrafo le imponen.

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Sonidos de tierra, coreografía de M. Hume Foto: Francisco Aguayo (2000).

Técnicas de trabajo corporal
que contribuyeron al desarrollo
de la danza moderna

Estas técnicas corporales y sus ideas acerca de la concepción del ser humano como una unidad cuerpomente han hecho un valioso aporte contribuyendo al desarrollo de la danza moderna y contemporánea. Exponemos tres de estas técnicas de trabajo corporal, que consideramos las más destacables, y cuyo común denominador es la visión holística e integradora del ser humano.

Método Alexander
Alexander Frederik, 1869-1954

Australiano, actor especializado en Shakespeare, creador del sistema que lleva su nombre. Debido a una afección crónica del aparato de la fonación, que en el momento culminante de su carrera comenzó a afectarle, produciéndole desde disfonía (ronquera) hasta afonía (la pérdida de la voz), al no encontrar cura a su mal, comenzó a autoinvestigarse intensamente.

Utilizando espejos diagnosticó todos sus hábitos posturales, e identificó las tensiones corporales que éstos generaban en su cuerpo, desde la cabeza a los pies. Comprendiendo que el cuerpo y la mente debían ser tratados como una unidad indivisible, llegó a la conclusión de que debía “dejar de hacer”.

Con esto se refería a que conscientemente debía interrumpir la tendencia viciada, que mecánicamente se instalaba en su cuerpo impidiéndole un funcionamiento normal y natural. Había que inhibir la respuesta automática del hábito, y esto se lograría deteniéndose conscientemente a pensar para reordenar los músculos o los grupos musculares, en contra de la dirección de sus hábitos.

Al tomar conciencia de estos mecanismos, se liberaría de las tensiones que tanto daño le producían, no sólo en su aparato vocal, sino también en su cuerpo entero.

Frederik Alexander viaja a Norteamérica e Inglaterra, y finalmente establece su estudio en Londres. En la técnica Alexander la aplicación de las manos es parte del proceso para diagnosticar las tensiones musculares, dónde se localizan y en qué grado (ya sea de excesiva o tal vez muy poca tensión); también permite conocer en qué estado se encuentran las articulaciones, y si están bloqueadas o no. Se observa con extrema agudeza los hábitos posturales para concluir si son o no dañinos para la salud. Su técnica incluye el análisis de posiciones tales como la relación de la cabeza con el cuello y la espalda, movimientos elementales y simples como sentarse y pararse, caminar, gatear o tumbarse, para adquirir conciencia de qué manera utilizamos el cuerpo y que grado de tensión imprimimos en él; una vez se sea consciente de esto, mediante un aprendizaje psico-físico hay que reeducar el cuerpo y abolir los malos hábitos que lo enferman, desbloqueando y equilibrando emocional y mentalmente al individuo.

Método Pilates
Joseph Hubertus Pilates, 1880-1967

Alemán, fue un niño muy enfermizo y débil de salud; tuvo una infancia aquejada por asma y fiebre reumática. Para sobreponerse a su mala condición física, ya que las enfermedades dejaron secuelas en su cuerpo –alteraciones posturales y disminución de la flexibilidad articular–, de adolescente se dedicó a practicar gimnasia, culturismo, yoga, taichi, y a desarrollar su propio sistema de fortalecimiento físico. Fue un estudioso de las filosofías orientales, e investigador de las técnicas de cultura física de los griegos y de los romanos.

En 1912 emigró a Inglaterra, donde trabajó como trapecista de circo y como instructor de defensa personal. Fue hecho prisionero de guerra durante la Primera Guerra Mundial; en el campo de concentración al que fue remitido tuvo la oportunidad de aplicar, desarrollar y perfeccionar su sistema entrenando a sus compañeros de prisión. Después de algún tiempo fue trasladado de prisión, donde le tocó trabajar como camillero en el hospital; allí comenzó a rehabilitar prisioneros de guerra; como muchos de ellos como producto de sus heridas no podían incorporarse de sus camas, montó sobre éstas un sistema con muelles, que permitía ejercitarse apoyando las extremidades, encontrándose la persona en posición tumbada.

En Alemania, a principios de los años veinte, se encuentra con el coreógrafo y maestro de danza Rudolph von Laban, con quien tiene la posibilidad de trabajar y difundir su método en el mundo de la danza. Laban incorporó la técnica que Pilates había desarrollado integrándola en sus enseñanzas como un sistema de cuidado y para el mantenimiento del cuerpo de los bailarines.

Después de largos años de investigación y experimentación dio a luz su sistema, conocido en la actualidad como el método Pilates. La técnica que desarrolló está

principalmente basada en el yoga, en el taichi, en la respiración y en el análisis de la mecánica corporal. La característica de este sistema es la eliminación del impacto y la visión holística del planteamiento de los ejercicios, que requieren control tanto físico como mental, ya que incrementa el uso de la mente para el control muscular y la alineación de la columna vertebral. Finalmente, Joseph Pilates emigra a Estados Unidos y abre su estudio en Nueva York, donde entre sus alumnos cuenta con atletas de renombre y prestigiosos bailarines tales como Graham.

Actualmente este método se ha popularizado haciéndose extensivo a todo el público, impartiéndose en numerosos gimnasios, escuelas de danza e institutos especializados en la materia.

Método Feldenkrais
Doctor Moshe Feldenkrais, 1904-1984

Ruso, científico, físico, ingeniero, especialista en neurocibernética.

Investigador de las ciencias del comportamiento humano, creador del método que lleva su nombre. Pionero en el área de la educación somática, empleó todos sus conocimientos científicos en el estudio de la autoconciencia, el movimiento y el aprendizaje. Exploró la relación del modo de moverse con el sentir, el pensar y el actuar del ser humano. El método propone “la autoconciencia a través del movimiento” (A.T.M.®) y la integración funcional (I.F.®).

El entrenamiento se desarrolla en clases grupales. Es un sistema de conocimiento y desarrollo personal, en el cual el profesor entrega instrucciones verbales y va guiando secuencias determinadas de movimientos suaves, fáciles, que no implican mayor esfuerzo. El alumno recibe pautas de observación que lo inducen a tomar conciencia de lo que está haciendo; luego experimenta con otras alternativas, todo esto con la finalidad de recopilar y procesar nueva información, que se incorporará tanto al cuerpo como a la mente, dando al individuo la posibilidad del cambio.

Se impulsa la atención de la persona en dos direcciones. La primera de ellas es interna, y se emplea para conectar con las sensaciones interiores corporales (cinestesia y propiocepción) y también con sensaciones psicológicas (emociones, sentimientos). La segunda se orienta al exterior, a una toma de conciencia del individuo en relación con el espacio (cinestesia) y con su entorno social.

Al comprender los patrones del movimiento, se comprenden los patrones de comportamiento que se han adoptado rutinariamente en la vida mediante el pensamiento mecánico.

La segunda parte del método es la integración funcional (I.F.®).

Se imparte en sesiones individuales. El profesor establece una comunicación cinética-sensible, estableciendo un diálogo no verbal, que induce y posibilita al alumno a hacer su propio aprendizaje. A través de movimientos suaves y específicos, dirigidos a la estructura ósea, el docente mueve al alumno para que éste caiga en la cuenta y observe cómo ejecuta la acción, con el fin de orientar a la persona en el descubrimiento de movimientos nuevos, y también para explorar los movimientos habituales desde otro punto de vista.

El método apunta a reprogramar la parte sensomotora del sistema nervioso, llegando a hacer funcionar músculos que raramente trabajan y logrando la rehabilitación de lesiones que parecían imposibles de tratar. Es un aprendizaje orgánico sensorio-motriz que trabaja maravillosamente la propiocepción del individuo.

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La disciplina del yoga

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Yoga, el movimiento sabio.
Una vía de autoconocimiento
para la autorrealización

El sentimiento de desorientación que en repetidas ocasiones experimentamos, con el consecuente malestar interior, está relacionado con la ausencia de un centro gravitacional interno.

Esta levedad del ser se encuentra intrínsecamente ligada al desconocimiento de uno mismo, cuyo resultado es la falta de eje existencial.

El autoconocimiento es necesario para completar el desarrollo y comenzar la autorrealización, ya que en la ignorancia acerca de nosotros mismos, desconociendo quiénes somos, no estamos capacitados para ver ni entender.

Casi ciegos, trastabillando y chocando con la vida, no sabemos hacia dónde ir, simplemente somos empujados por las circunstancias, tropezamos y damos repetidos pasos en falso, manoteando al aire en el intento de asirnos a algo, sin ser capaces de recurrir al movimiento auténtico –aquel que impide caer– porque es consciente y sabe por dónde camina.

La desconexión de la mente y el cuerpo nos aleja del alma, y conduce a la disociación entre la acción, el pensamiento y la emoción; nos aliena y nos coloca en un abierto estado de vulnerabilidad. No es de extrañar que a menudo nos encontremos sentados en la vereda del sin sentido.

El individuo sufre al caer en este estado de vaciedad, en el que se encuentra muy alejado de su real naturaleza, que es evolucionar y continuar su desarrollo hasta ahora inconcluso.

Sin comprender que estamos atrapados en la mecanicidad de la vida cotidiana, caminamos a duras penas cargando los sufrimientos, que como un cáncer se asientan en el alma, que luego hará metástasis pasando al cuerpo.

No obstante, nos sentimos compensados, e incluso hipnotizados, por la perspectiva de los placeres y ganancias a conseguir en la vida.

Estamos convencidos de que el ser humano no ha nacido para sufrir; sin embargo, en el círculo vicioso de la conducta mecanizada y el sopor en que nos movemos, no haremos más que perpetuar el dolor de la equivocación.

La carencia de un vínculo sensible, que permeabilice y ayude al contacto, facilitando la osmosis entre la mente y el cuerpo, acarrea negativas consecuencias, genera enfermedades físicas y trastornos en la esfera afectivo-emocional, que resultan desestabilizadores y nocivos y no ayudan al despertar de la conciencia.

Esto es grave, y no debemos permitir quedar privados del derecho más elemental, que es tomar las riendas de nuestra propia existencia.

Yoga, un arte para vivir

La disciplina del yoga es el arte de construir la vida acercándose a la perfección, para volver al origen, a la fuente creativa y a la unión universal.

Es el arte de la ecuanimidad, de la infinita humildad, de la aceptación y del amor hacia la especie humana y todo ser viviente.

Las asanas limpian el cuerpo y el alma fortaleciendo y centrando al ser.

La técnica de respiración llamada victoriosa (Ujjayi) suena particularmente mágica, como si desde la laringe se prolongara un misterioso pasaje del cuerpo al alma. El sonido aterciopelado que se origina en la garganta es especial, sensible y misterioso. Pareciera que una voz superior nos susurra claves al oído, entregándonos códigos secretos.

Esta técnica produce un fluido energético entre el movimiento corporal y el invisible movimiento de la mente, iIlumina túneles, crea conexiones para establecer el vínculo del cuerpo con la mente –y finalmente– con el espíritu.

Con la práctica de la meditación profunda se accede a la internalización del ser, y alcanza estadios que van más allá de nuestra comprensión lógica.

Uno de los objetivos del yoga es conseguir la unión plena de los planos fundamentales del ser humano: cuerpo, mente y espiritu. Cuando a través de la meditación nos adentramos en la profundidad de nuestro ser, la trilogía que nos compone es penetrada por la energía purificada que como un chorro de luz ascendente viene desde el Muladharachakra –ubicado en la base perineal– hasta el Sahasrarachakra, que se encuentra en el centro de la masa encefálica, para que de este modo ilumine y expanda la conciencia.

Suponemos que esto sucede cuando penetramos el centro superior, o centro del poder psíquico, que duerme en el mítico tercer ojo, cuya mirada es visionaria, creativa e inequívoca. El proceso se desencadena con la activación de la glándula pineal o epífisis y permite llegar a un estado de supraconciencia o Samadhi.

El yoga es una escalera al cielo de la sabiduría, de la belleza y del amor.

Reseña histórica

El yoga es una disciplina que tiene mas de 5.000 años de antigüedad. Sus orígenes están en la India, en el valle Indus, situado geográficamente al noroeste, en el límite con Pakistán.

Allí vivió una desarrollada cultura, una de las más antiguas del mundo, la gente de Indus-Sarasvati. Esta civilización obtuvo su nombre de dos grandes ríos de ese tiempo, el Indus y el Sarasvati.

El pueblo de Indus-Sarasvati estaba compuesto por personas culturalmente muy interesadas en la astronomía y en la filosofía; experimentaban una profunda inquietud acerca del sentido de la vida y la trascendencia del ser.

Existen distintas teorías acerca del por qué desapareció esta civilización. La teoría más apoyada por los historiadores es que la gente de Indus-Sarasvati tuvo que abandonar el lugar a causa de un enorme cambio climático que ocurrió en aquellos tiempos, alrededor del año 1900 antes de Cristo.

Este cambio climático ocasionó que el caudal de agua del gran río Sarasvati empezara a correr en sentido contrario a su curso habitual, provocando una sequía total. Hoy día lo que fue una hermosa tierra fértil y apta para el cultivo forma parte de un sector del desierto Thar.

Se han encontrado restos arqueológicos de 2.500 ciudades a lo largo del río Sarasvati. Cuando el clima cambió se supone que la gente de Indus-Sarasvati abandonó el valle Indus y emigró lejos hacia el sur y hacia el este de la India. Las ruinas arqueológicas más antiguas se remiten aproximadamente a 3000 años antes de Cristo, en las cuales se encontraron piedras grabadas con figuras de asanas.

La influencia del yoga fue constante y profunda en toda Asia. La cultura de Indus-Sarvasti no sólo fue fundamento para las enseñanzas del yoga, sino que también tuvo gran influencia en otras enseñanzas y religiones, tales como el vedanta, el hinduismo, el budismo, el jainismo y el ayurveda. Muchos de los escritos que son importantes en el yoga tienen gran significado en el hinduismo. Podemos reconocer que innumerables pensamientos del yoga se difunden en enseñanzas hinduistas, y varias religiones se encuentran muy influidas por su filosofía.

La filosofía del yoga

El yoga ha sido durante milenios una fuente de conocimientos, de enseñanzas, de inspiración y de sabiduría para el ser humano en Oriente. En una vertiente de ella se ha nutrido el hombre en su búsqueda de respuestas a los diarios dilemas y razonamientos filosóficos, éticos y morales. El yoga es una filosofía, un camino ancho y sin dogmatismos, de postura ecléctica que no se compromete con ningún tipo de religión. La práctica de los asanas limpia, sana, sensibiliza y fortalece a todos los seres humanos por igual, sin distinciones de razas, credos, ni ideologías políticas. El yoga es una disciplina para el individuo. Ha sido definida como un arte, también como una ciencia pragmática que se avoca a extraer lo mejor del ser para propio beneficio de éste, tanto en el aspecto físico como moral, intelectual, emocional, psicológico y espiritual.

Occidente lentamente se ha ido permeabilizando a estas enseñanzas, y ha comenzado a absorber los sabios y profundos fundamentos filosóficos que el yoga posee con respecto a la concepción del hombre. La filosofía del yoga habla del crecimiento interno del hombre y de volver a establecer la relación armónica con él mismo, con su entorno y con toda criatura viviente, para llegar finalmente a conectarse con el universo. Plantea que cuando el hombre logra recuperar su naturaleza perdida, se desprende del sufrimiento y consigue su libertad interior, que es la verdadera libertad del ser.

El yoga persigue unificar todas las fuerzas del ser, cuerpo, mente y espíritu, para alcanzar un desarrollo espiritual superior, un ser humano pleno, equilibrado, ecuánime, libre y por lo tanto feliz. La disciplina del yoga está abierta a todo aquel que experimente la necesidad de conocer, profundizar y recuperar la real naturaleza de su ser.

Los períodos del yoga

Podemos dividir el desarrollo del yoga en cinco períodos distintos:

image  Período del yoga veda

image  Período del yoga preclásico

image  Período del yoga clásico

image  Período del yoga posclásico

image  Período del yoga moderno

Yoga veda

El período veda es el más antiguo de todos, encontrándose los primeros escritos alrededor del año 1900 antes de Cristo. En este período se escribió El veda que es una recolección de distintos himnos. La palabra veda significa conocimiento, ciencia. Los vedas, cuyos textos son considerados sagrados, provienen del sánscrito. Éstos son una fuente de sabiduría, y cada uno de sus cuatro libros constituye el fundamento de la tradición religiosa de la India, la que se basa en el conocimiento del ser humano en todos sus aspectos, físico, emocional y espiritual. El conocimiento védico se mantuvo vivo de generación en generación y fue transmitido oralmente.

El más antiguo de los libros vedas es el Rig veda, que significa “honrar el conocimiento”. Es el conocimiento de los himnos sagrados. La verdad debe ser honrada y respetada porque es para el ser humano, estimula al individuo a pensar y, por lo tanto, a desarrollarse. Esta larga colección de himnos está dedicada principalmente a alabar a los dioses.

Según referencias astronómicas, en el Rigveda se indica que el escrito podría datar entre los años 3000 y 4000 antes de Cristo. La posición del loto, posición clave de la meditación, podría ser aún más antigua, constituyendo seguramente la primera de las asanas de la historia del yoga.

El segundo libro veda se llama Yajur veda. Es el conocimiento de los rituales de los sacrificios. Ahí se describe la importancia que tuvieron en ese período los rituales, y cómo los monjes, llamados rishis (significa “iluminados o visionarios”), que ejecutaban los rituales, se veían obligados a concentrarse durante largos períodos para que estos rituales y ofrecimientos –que entregaban al poder superior– fueran recibidos. Podríamos decir que éste era un tipo de meditación.

El tercer libro veda se llama Sama veda. Es el conocimiento de las melodías. Allí se describe un tipo de canciones llamadas “chants” que se realizaban durante los rituales, y que se cree pueden estimular los distintos chakras del cuerpo gracias a la vibración que generan.

La última sección de los vedas es el conocimiento de Atharva. El Atharva veda se refiere a los rituales y poderes mágicos, y está compuesto de una gran cantidad de himnos de magia y de filosofía.

Yoga preclásico

El período preclásico del yoga se sitúa alrededor del año 2000 antes de Cristo. Uno de los escritos fundamentales de este período son Los Upanishád, que son meditaciones filosóficas y místicas en las cuales se afirma que el hombre está conectado con Dios y que puede llegar a él a través “del hilo que une este mundo con todas las cosas del mundo y del otro mundo”. Estos escritos remarcan fuertemente la unión y la relación que existe entre uno y todo. Se trata de la unión en todos los planos y con toda criatura viviente. Las ideas filosóficas de Los Upanishád sirvieron de base a uno de los seis dárshanas o sistemas ortodoxos de la filosofía hindú, conocido como Vedanta. Los Upanishád conjuntamente con los cuatro vedas se consideran textos sagrados que fueron revelados en sánscrito.

Punto central en Los Upanishád es la naturaleza del Brahman, que es el espíritu universal, es decir, la relación de identidad del alma individual con el Brahman, y la relación del alma con la materia. También se toca el tema del sentido de la existencia y de la meditación. Durante el período preclásico existieron escuelas de yoga que enseñaron diferentes técnicas para llegar a la más profunda meditación, y alcanzar la sabiduría del propio yo. Se trataba de llegar a la unión del cuerpo con el alma, y también con todas las cosas del mundo.

El Bhagavad-gita es considerada la obra literaria de cuentos más antigua del mundo; fue escrita en este período y se traduce como Las canciones del señor. Es una hermosa obra poética, a la vez que un conglomerado de enseñanzas tanto filosóficas como prácticas. Narra los diálogos de Krisna, que es la encarnación humana de Dios, con el valiente guerrero, el príncipe Arjuna, al cual le enseña los misterios del universo, antes de partir a la guerra.

En esta obra, el Bhagavad-gita, se describen tres distintas formas de yoga:

El Jnana-yoga, o yoga del conocimiento, trata de alcanzar la sabiduría y la gran verdad, para poder distinguir entre la realidad y la ilusión. Es llamado el yoga del intelecto, pues su objetivo final es la búsqueda intelectual de lo Absoluto.

Esta práctica de yoga pone especial énfasis en ser conscientes de lo ilusorio de la existencia, y, por ende, de las falsas presunciones y expectativas que podemos tener de la vida. El sujeto, al aceptar estos pensamientos ilusorios como hechos reales, se ve afectado por una percepción distorsionada de su realidad, que le provoca un gran sufrimiento, ya que al no lograr distinguir lo ilusorio de lo que es real toma decisiones erróneas, que le conducen a un actuar equivocado. El resultado de este comportamiento distorsionado le genera al individuo un sufrimiento sin fundamento.

El Jnana-yoga pretende llegar desde la falsedad hasta la verdad, a través de la desidentificación de la conciencia. Para poder trabajar despertando la conciencia, es necesario aprender a manejar las diferentes manifestaciones de la energía psicobiológica, es decir, aquella que está relacionada entre otras cosas con nuestras emociocnes y nuestros pensamientos permitiéndonos estar alerta. Dicho en palabras simples, esto se traduce en: sentir, pensar y actuar en una misma dirección.

El Karma yoga, o yoga de la acción consciente entregada a Dios. Es la acción generosa de dar sin discriminar y evitando todo tipo de gratificación o reconocimiento; es el accionar bueno, desinteresado y sin recompensa, en el cual el ser se esfuerza por desprenderse de su ego y entregar lo mejor de sí, obteniendo un estado de purificación.

El Bhakti-yoga, o yoga de la devoción. Es el yoga de la elevación espiritual a través del camino de la entrega total a un ser superior, o Dios. El individuo invierte toda su energía y todo su amor, purificando su fuerza emocional para establecer una relación con lo Divino. Es una disciplina de autotrascendencia basada en la imagen de lo Absoluto, por la cual el yogui se entrega con total devoción.

Yoga clásico

El yoga clásico se sustenta básicamente en la obra Yoga Sutra de Patanjali, también conocida como Patanjala Sutra. La palabra sutra significa ‘hilo’, y podemos concluir que el yoga sutra es el hilo de la memoria que une las perlas de sabiduría que el yoga nos ha enseñado. Los sutras, formulados a través de cortas frases, sintetizan el conocimiento de variadas tradiciones del yoga.

Se sabe muy poco acerca de su autor, y los datos son confusos y están llenos de contradicciones. Los Yoga Sutra datan del siglo II antes de Cristo al siglo IV después de Cristo. Se cree que el legendario sabio llamado Patanjali escribió esta obra de 100 a 300 años después de Cristo; sin embargo, se piensa que él no es el creador de esta enseñanza. De acuerdo con algunos entendidos, habría solamente recopilado, organizado y sistematizado un cúmulo de conocimientos transmitidos durante siglos de forma oral de generación en generación, de maestro a alumno, plasmándolos por escrito en 196 concisos aforismos.

Otros historiadores discrepan y ubican la obra de Los Yoga Sutra en el siglo II después de Cristo.

Se baraja la teoría de que habría existido un segundo Patanjali, que fue filósofo y yogui, y sería éste quien hizo la primera publicación del Yoga Sutra.

La verdad es que no se ha podido identificar claramente la identidad del autor, ni la fecha exacta de cuando fueron escritos Los Yoga Sutra. Patanjali pudo haber sido más que un solo autor, pudo haber sido una escuela, o el líder de una escuela de recopilación y exposición del Yogadarshana.

La filosofía yóguica de los Yoga Sutra la encontramos denominada bajo distintos nombres, tales como Ashtanga yoga o el yoga de los ocho miembros. También se la denomina Dárshana Patanjala, dárshana significa ‘punto de vista, vías o sendero’; el sendero o la vía de Patanjali. Luego se le encuentra con el nombre de Raja yoga, en donde raja significa ‘rey’, “el rey del yoga”, y por último se le menciona como “el yoga clásico”.

En los Yoga Sutras encontramos el concepto filosófico del dualismo. Patanjali describe al hombre como un ser compuesto de dos partes, cuerpo y alma, y plantea que estas partes hay que tratar de separarlas y no de juntarlas, para tenerlas en sus formas más puras. La filosofía dualista es muy poco corriente dentro del pensamiento de las escuelas hindúes, y difiere totalmente de los otros períodos de la historia del yoga. En este período no podríamos decir que el yoga tuvo como objetivo la unión del cuerpo con el alma, sino todo lo contrario.

Según los Yoga Sutras, el último objetivo del ser es alcanzar la libertad (“kaivalya”), y esto se obtiene liberando el alma (“antaryamin o purusha”), que habita dentro del cuerpo. En la obra Los Yoga Sutra, Patanjali reconoce cinco causas que modifican la mente creando dolor y placer; éstas son:

1.  El conocimiento. El hombre con su mente conoce, valora las cosas y las acciones aceptándolas ya sea por percepción, por deducción o por testimonio. Con el conocimiento construye ideas (Pramana).

El hombre obtiene la información a través de sus sentidos, recibiendo una prueba tangible del medio que lo rodea, pero también conoce por inferencia, deduciendo de los hechos o experiencias vividas, o por el conocimiento extraído de una fuente que le es confiable. Basándose en este conocimiento y valoración, el ser humano interpreta la realidad y actúa sobre ella.

2.  El conocimiento erróneo (Viparyaya). Es la visión equivocada de las cosas. Hipótesis y teorías que luego se demuestran erróneas, como la creencia que la tierra era plana, o que el sol giraba en torno a ésta.

3.  La fantasía (Vikalpa). La imaginación tiene fuerte influencia en la modificación de la mente y por lo tanto en el pensamiento, produciendo la mayoría de las veces sufrimiento al ser humano, que imagina sucesos, o que basándose en meras expresiones verbales que no tienen fundamento acepta hechos como si fuesen reales.

4.  El sueño (Nidra). Cuando la experiencia de dormir cumple la función reparadora del organismo, el individuo despierta descansado y con la mente despejada, pero si en el momento del sueño tiene pensamientos que le perturban la conciencia, éste no logrará descansar como lo necesita. Acumulará continuamente fatiga y estrés.

5.  La memoria (Smrti). La memoria es una de las causas directas que pueden modificar la mente, a través de la cual el individuo puede retener impresiones mentales, conjuntamente con las experiencias u objetos emocionales, los cuales pueden ser envasados en maravillosos o tristes recuerdos.

Generalmente estos recuerdos producen un encadenamiento que ata al individuo al pasado, impidiéndole vivir el presente, que es el estar en el aquí y el en ahora.

Estas cinco causas modifican la mente, acarreándole al hombre ya sea placer ya sea sufrimiento.

Los ocho miembros del conocimiento.
Estadios para el desarrollo del ser humano

Los ocho miembros o ramificaciones del yoga son un eje y pensamiento central en casi todas las formas de yoga, y son los siguientes:

1. Abstenciones (Yama)

2. Disciplinas (Niyama)

3. Posturas corporales (Asanas)

4. Control de la respiración (Pranayama)

5. Abstracción sensorial (Pratyahara)

6. Concentración (Dharana)

7. Meditación (Dhyana)

8. Interiorización completa, conciencia total o éxtasis (Samadhi)

Estas técnicas son complementarias entre sí, y abarcan toda la actividad del yogui, que va desde lo más rudo hasta lo más elaborado, de lo elemental y básico a lo complejo y sutil.

Acerca de la práctica de los ocho miembros

La filosofía del yoga plantea que el ser humano se encuentra expuesto a todo tipo de sensaciones, sean éstas sociales, personales, corporales, mentales, emocionales, etc.

Los tres primeros miembros, que son llamados Yama, Niyama y Asanas (abstenciones, disciplinas y posturas corporales), son considerados la práctica externa del yoga (bahiranga), y se efectúan para dominar y tener el control de los sentidos y de las impresiones físicas, psicológicas y mentales que afectan al individuo.

Los dos siguientes son los miembros cuarto y quinto, los llamados Pranayama y Pratyahara (control de la respiración y abstracción sensorial), que son conocidos como la búsqueda interior (antaranga sadhana). Practicar estos miembros encamina a conquistar la libertad, ya que sólo al liberarse de la esclavitud que producen los sentidos –que impresionan la mente– podrá el individuo entrar en los tres últimos miembros conocidos como Dharana, Dhyana y Samadhi (concentración, meditación y conciencia total). Éstos son considerados la parte interna de la práctica del yoga, la que es llamada la búsqueda del alma (antaratma sadhana).

Cuando el yogui se encuentra en el estadio interno de la práctica, progresivamente profundiza en el ámbito mental, psíquico y espiritual, hasta conseguir una fuerte conexión con su mundo interior. A partir de un grado de profundización en la meditación y todos los estados que resultan de ésta, comienza una interiorización profunda en la cual la persona se adentra en sí misma, encaminándose cada vez más a la profundidad de su ser, producto de una progresiva abstracción de los procesos mentales.

Estos tres pasos, concentración, meditación y conciencia total, finalmente se unifican en una sola técnica de control mental llamada samyana.

Se cree que este profundo viaje de internalización conduce a un estado de conciencia elevada que permite al practicante acceder a su alma, llegando al objetivo final del yoga, que consiste en alcanzar el estado samadhi, o de conciencia total, también llamado de éxtasis o supraconciencia.

En los libros importantes de yoga se hace referencia continuamente a una frase de Sri K. Pattabhi Jois a la que vale la pena prestar atención: “Do your practice and all is coming”, que traducimos como “haz tu práctica y todo vendrá”.

La deducción salta a la vista. Perseverar en la práctica diaria seis veces a la semana como se plantea en el yoga significa disciplina, tesón, fuerza de voluntad y esfuerzo físico. Pensamos que este empeño físico, mental, psicológico y espiritual constante conduce a un cambio radical en el individuo, que paulatinamente fortaleciendo su cuerpo fortalece su fuerza de voluntad, liberándose emocionalmente de sus pasiones y logrando controlar sus sentidos. Con su mente clara se orienta por el sendero del conocimiento humano, produciéndose en algún momento el despertar del tercer ojo, ése que mira de verdad, ya que es la ventana de la intuición, y ésta, a su vez, es la conexión con la entrada al portal que da acceso a la fuente lumínica.

En el yoga Sutra se describe el Raja yoga, el cual implica un estar imbuido de los ocho miembros del yoga (Ashtanga).

Los ocho miembros o ramificaciones del yoga son:

image  Yama, que significa humildad, sumisión, moderación, sobriedad.

image  Niyama, que significa observante, disciplina.

image  Asana, que significa posiciones físicas.

image  Pranayama, que significa control de la energía a través de la respiración.

image  Pratyahara, que significa control de los sentidos.

image  Dharana, que significa concentración.

image  Dhyana, que significa meditación.

image  Samadhi, que significa máxima felicidad o conciencia.

1. Yama

Yama está referido al hombre con relación a su entorno. De Yama se desprenden cinco valores morales y disciplinas para el comportamiento ético. Principios tales como no violencia, verdad y accionar honesto.

Yama es el arte de relacionarse con el mundo, practicando mandamientos universales e intemporales.

Los cinco yamas orientan el comportamiento humano con respecto al mundo en que se desenvuelve, en la sociedad y en la relación con los demás. Planteamientos tales como hablar siempre con la verdad y actuar con generosidad podemos encontrarlos en estos mandados, así como en los mandamientos de todas la religiones del planeta.

Los cinco yamas son:

1. Ahimsa, no violencia (respetar la vida). Ahimsa propone que las acciones y el discurso humanos han de ser positivos y constructivos, para que de esta forma impacten positivamente en la sociedad. Esto significa promover siempre el diálogo para resolver los conflictos. Esto, que a muchos puede parecer obvio, constituye un principio universal que va desde la no agresión física ni psicológica hasta el no matar.

2. Satya, verdad (no mentir). Se refiere principalmente al arte de la honestidad y de la aceptación de sí mismo. Este principio habla de la importancia de aceptar en vez de juzgar los pensamientos, lo que referido al prójimo lleva a una actitud de aceptación en lugar de condena. Este mandado promueve hablar siempre con la verdad, que va desde no engañar hasta no mentir, ni a sí mismo ni a los demás.

3. Asteya, honestidad (no robar). Plantea desarrollar la generosidad y la integridad del ser. No apropiarse de lo que no nos pertenece, ya sean estas cosas materiales o intangibles como las ideas.

4. Brahmacharya, moderación (abstención). Este principio se refiere a vivir una vida equilibrada y con moderación, para lograr mantener un nivel alto de energía vital. Podemos interpretar esto como el deber de cuidar el caudal de energía vital que poseemos y aprender a utilizarla de manera apropiada, para obtener una buena calidad de vida, evitando los excesos en todo plano, comida, bebida, sexo, trabajo, sueño.

5. Aparigraha, desapego material (no codiciar). Este principio habla del no apego a las cosas materiales, el no codiciar, evitar vivir en la superficialidad del mundo exterior y lograr liberarse de la ambición de poseer. Podríamos decir que este principio es exactamente opuesto al mal que sufre nuestra sociedad hoy en día, el consumismo desenfrenado, el poseer cosas materiales sólo por el placer de tenerlas aunque podamos perfectamente prescindir de ellas.

2. Niyama

Niyama es la purificación del ser en cuerpo y alma. Entrega pautas de cómo debe ser nuestra actitud hacia nosotros mismos. Es el arte de desarrollar una auténtica relación con el yo basándose en la disciplina y la autoobservación.

Niyama es una guía ética que pone el acento en el individuo. Dicta líneas directrices de cómo vivir la vida, ayuda y orienta a la persona en su desarrollo personal, para su bienestar en la vida, evitándole el sufrimiento innecesario que produce la desorientación y la ignorancia. Estos principios son cinco y son los siguientes:

1. Shaucha es el arte de vivir limpios corporal y mentalmente. Genera bienestar y pureza en el ser, tanto física y mental como espiritual, y esto produce el beneficio de la salud corporal y mental, unidos a la bondad de espíritu.

2. Santosha, el arte de la aceptación. El poder estar contento y satisfecho de forma natural. El aceptar los acontecimientos que la vida nos depara sin oponer resistencia. Pensamos que esto debe interpretarse como flexibilidad, y no como un estado de resignación, o abandono total a la situación. Creemos que un accionar inteligente es doblegarse aceptando la situación que es inevitable y no oponer resistencia ante esta gran fuerza. Así como el junco se dobla ante el huracán logrando sobrevivir, y no así como el roble macizo y corpulento, que al no poder volverse flexible ante éste, es destrozado o arrancado de raíz.

3. Tapas, el arte de la disciplina y de la voluntad. “Implica un ardiente esfuerzo en todas las circunstancias con el objeto de lograr una meta determinada en la vida”. (B.K.S. Iyengar).

Lo interpretaremos de forma metafórica y diremos que Tapas es el entrenamiento de la voluntad hasta sacarle músculos, basándose en la disciplina y el tesón, de manera que tenga tanta fuerza que no se agote, y podamos llegar a conseguir el objetivo que nos hemos impuesto.

4. Svadhyaya es el arte del autoconocimiento. “Quien practica Svadhyaya lee su propio libro de vida al mismo tiempo que lo practica y lo revisa” (B.K.S. Iyengar).

Creemos que quien se conoce a sí mismo conoce de qué fibra está hecha la naturaleza humana, y entonces es capaz de aceptarse y quererse a sí mismo, y volcar esta comprensión y cariño hacia los demás.

5. Isvara-pranidhana es el arte de entregarse a Dios, o reconocer que existe una fuerza superior a la humana. Las acciones reflejan la personalidad de un hombre mejor que sus palabras. “El yogui ha aprendido el arte de dedicar todas sus acciones al Señor, y así ellas reflejan la divinidad que reside en su interior” (B.K.S. Iyengar).

Es absolutamente cierto que la acciones hablan mejor que las palabras, que a veces engañan. Está en la naturaleza de las acciones el ser transparentes; reflejan el alma del individuo que las ejerce.

3. Asana

Las asanas son el tercer miembro del Ashtanga yoga, y constituyen el trabajo corporal; el aspecto físico compuesto de movimientos y posiciones específicas. El yoga físico o Hatha yoga contiene sabias y profundas enseñanzas y sus técnicas se han perpetuado durante miles de años.

Sus técnicas de elongación, de control de la respiración, de dominio neuromuscular y de limpieza corporal han contribuido haciendo un valioso aporte a Occidente en el campo de la salud física y mental. A través de la práctica de las asanas, el cuerpo recibe una beneficiosa influencia en la estructura ósea y sobre las articulaciones; además se beneficia el sistema neuromuscular, extendiéndose su efecto positivo a órganos y a glándulas, llegando a incidir en distintas funciones cerebrales. A través de los siglos se han ido desarrollando las asanas, cuyo objetivo central ha sido el entrenamiento de los músculos, los nervios y las glándulas de todo el cuerpo. Mediante la práctica de éstas se desarrolla elasticidad, fuerza, equilibrio, resistencia, precisión, agilidad. Todo esto genera una gran vitalidad, elimina la fatiga, reduce el cansancio y tranquiliza el sistema nervioso. Sin embargo lo más importante de la práctica de las asanas apunta al modo como se entrena y disciplina la mente. Una asana consolidada es una posición equilibrada, firme y armoniosa, que produce una modificación en el estado mental y anímico del indivividuo, eliminando la disociación y las fluctuaciones de una mente inconstante.

4. Pranayama

Pranayama significa el control de la energía. Es poder regular el prana o aliento de vida. Pranayama implica la extensión de la respiración y su control. Es la práctica de la respiración consciente que intenta tomar el control en tres instancias:

image  la inspiración (puraka),

image  la espiración o exhalación (rechaka),

image  la suspensión ya sea de la inspiración o de la exhalación (kumbhaka).

En el momento de detención de la respiración existen dos fases:

1. Cuando se suspende la espiración después de una inhalación completa, encontrándose los pulmones completamente llenos de aire.

2. Cuando se suspende la inspiración después de una espiración completa, momento en que los pulmones se encuentran vacíos de aire (relativamente).

“Pranayama es la ciencia de la respiración, el eje alrededor del cual gira la rueda de la vida” (B.K.S. Iyengar).

La respiración consciente es el control e intervención del mecanismo de la respiración, que sabemos por naturaleza que es un acto reflejo.

Con la práctica sistemática de los distintos ejercicios respiratorios se logra el control y el manejo a voluntad de la respiración. Al tener el control de la energía, podemos expandirla y canalizarla hacia diferentes zonas del cuerpo, ayudando a desbloquear trabas físicas, mentales y emocionales. La respiración consciente es fundamental en la práctica del yoga, ya que aumenta el grado de concentración, ayuda a relajar los músculos liberándolos de tensiones y contracciones musculares, previniendo posibles contracturas, desgarros y en general lesiones musculares.

5. Pratyahara

Pratyahara es el fin de la tiranía impuesta por los sentidos.

Pratyahara es el quinto miembro del Ashtanga yoga, y procura el estar conscientes de nuestros sentidos y mantenerlos bajo control. Pratyahara se refiere a la capacidad de abstraerse sensorialmente dirigiendo los sentidos hacia el interior de sí mismo para impedir que las percepciones recibidas a través de éstos ejerzan impresiones mentales que molestan y distorsionan la conciencia.

Cuando se ha alcanzado el control y la regulación de la respiración, estamos capacitados para manejar la mente y liberarla de la esclavitud de los sentidos y de los objetos del deseo.

Esto no significa entrar en un estado de trance o de pérdida de conciencia; más bien se trata de aprender a no ser pinchados, marcados y/o distorsionados en el pensamiento cada vez que percibimos con nuestros sentidos.

Sabemos que los sentidos recopilan la información del mundo exterior y envían las sensaciones e impresiones al cerebro; sin embargo, éstas ya no son su centro de atención. Al llegar a este estadio el individuo ha dado un salto cualitativo de la “exteriorización a la interiorización”.

Se plantea que este estado sobreviene como consecuencia de la práctica cotidiana del yoga.

En síntesis podríamos decir que Pratyahara es el dominio de los sentidos, los cuales pasan de ser dominantes dictadores de sensaciones a ser dominados e inhibidos a voluntad.

6. Dharana

Dharana es el primero de los tres últimos miembros de los llamados “ejercicios del alma” y apunta al estado de concentración. “Cuando el cuerpo ha sido templado por las asanas, cuando la mente se ha refinado en el fuego del pranayama y los sentidos han sido puestos bajo control por pratyahara, el sadhaka (aspirante) alcanza el sexto miembro denominado dharana” (B.K.S. Iyengar).

La concentración en yoga se define como la capacidad de mantener fija la atención en un solo objeto.

La concentración se practica a través de diversos ejercicios mentales, tales como:

Concentrarse en las sensaciones corporales internas (sensaciones cenestésicas, propioceptivas) y desarrollar la capacidad de percibir el cuerpo desde dentro. Esta práctica se llama yoga nidra.

Fijación de toda la atención en un objeto, concentrándose totalmente en él. Estos son los llamados yantras.

La emisión de sonidos, que con su vibración llegan o estimulan los distintos centros energéticos situados en la columna vertebral (chakras). Estas sílabas, palabras o frases cortas, cuya frecuencia vibratoria es extraordinaria, son conocidas como mantras. Se dice que los mantras actúan en todo el organismo, produciendo un estado de serenidad que predispone a la experiencia contemplativa, creando un puente de acercamiento hacia el espíritu. El individuo establece contacto consigo mismo.

La autoobservación constante. La conciencia del individuo se mantiene vigilante de sus propios procesos y en un estado de desidentificación, de manera que puede observar su comportamiento, como si lo hiciera desde fuera.

A través del dibujo de círculos. El dibujo de círculos, conocidos como los mandalas, es utilizado como instrumento para la meditación. El círculo está asociado con lo absoluto, y representa también lo infinito y la transformación. En numerosas culturas antiguas el círculo era considerado la forma que por excelencia produce orden. Es una forma que deshecha el caos, organizando y armonizando las energías.

Al practicar las posturas o asanas, implícitamente se está practicando dharana. La concentración surge obligadamente con la práctica física del yoga. El intento de ejecutar un trabajo fluido y armónico entre el movimiento y la respiración, con el control de los distintos bandhas (cierres musculares) y el manejo de los drishtis (dirección de la mirada), induce al individuo a un profundo estado de concentración.

7. Dhyana

Dhyana es el séptimo miembro del Ashtanga yoga y es la meditación. La meditación es una herramienta para operar en la psique e influir de modo positivo, ayudando a erradicar los condicionamientos; es una técnica para que el pensamiento se vuelva nítido y libre de distorsiones.

La meditación es un estado de conciencia observante y distanciado que surge en la quietud de la autoinspección. Mediante la técnica de la observación desidentificada, el individuo se transforma en espectador de sí mismo y de sus propios procesos, pensamientos, emociones y movimientos interiores de su psique, lo que le permite discriminar lo que es verdaderamente trascendente de aquello que no lo es, para finalmente llegar a entender su propia esencia. La meditación provoca un efecto liberador en el individuo, en la medida en que éste se torna más consciente comprendiendo los problemas que le encadenan y le impiden avanzar en su desarrollo.

La meditación ayuda a tres funciones: liberar, identificar y comprender.

1. Libera los pensamientos despejando y limpiando la mente.

2. Identifica y reconoce los patrones de conducta incorporados mecánicamente.

3. Ayuda a comprender y tomar conciencia de éstos, preparando al individuo para el cambio.

Existen dos tipos de meditación: con objeto y sin objeto de concentración.

La primera consiste en centrar el pensamiento en un solo objeto y excluir todo pensamiento que rompa la atención sobre dicho objeto, siendo los sentidos transitoriamente absorvidos por el objeto. Éste puede ser físico, palpable como una persona, una parte del cuerpo, un lugar, un paisaje etc., o puede ser intangible como una emoción, un pensamiento ético o filosófico, un poema, una sensación.

La segunda forma de meditación es sin objeto; es una fase mucho más avanzada propia de algunas escuelas del soto zen7, y de algunas escuelas tibetanas. El individuo se distancia de todo objeto, de todo pensamiento, de toda emoción y sensación, y se convierte en “observador puro” para lograr finalmente experimentar “el descentramiento”.

8. Samadhi

Iyengar habla “de un estado de conciencia que no tiene calificación posible”; dice que “como un relámpago ve el yogui la luz que reluce mas allá de la tierra y de los cielos. Ve la luz que brilla en su propio corazón. Él mismo se hace luz para sí mismo y los demás”. (B.K.S. Iyengar, Luz sobre el yoga, de la edición en castellano, 2005, pág. 56).

Samadhi es un alto estado de conciencia, también llamado de máxima felicidad, éxtasis o supraconciencia, que está envuelto de paz, de armonía, y es uno de los objetivos finales del yoga.

El practicante siente que trasciende toda realidad fenoménica y se libera del concepto espacio-tiempo, y puede alcanzar la unidad universal y divina.

Es un estado donde toda vivencia a través de juicios de valores duales desaparece. La forma dualística de categorizar la realidad como bueno-malo, bonito-feo, agradable-desagradable deja de existir. No existe dualidad entre el conocedor y lo conocido; la distinción entre sujeto y objeto es abolida totalmente. El resultado es la percepción de la verdad a través de la conciencia total.

El ego individual que se mueve en torno al eje del egocentrismo deja paso o desaparece por momentos, estableciendo una unión con el yo universal, llegando el individuo a obtener un nivel de conciencia superior. Es un estado de “profunda internalización” que abarca todos los estados que se producen a partir de la profundización en la meditación. Es una experiencia que trasciende lo cotidiano; por lo tanto, es imposible describir su real naturaleza.

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“La mente es para la especie humana causa de cautiverio y de liberación: conduce al cautiverio si se halla sujeta a los objetos de deseo, y lleva a la libertad si se halla libre de la influencia de éstos.” (B.K.S. Iyengar).

Yoga posclásico

Durante el período posclásico, el yoga abandona la postura filosófica del dualismo, retornando a los anteriores planteamientos y pensamientos basados en “la unión de todos los planos”, y entre ellos, la unión del cuerpo con la mente y con el espíritu.

Los Upanishád recobran nuevamente gran importancia. En este período comienza el interés por el potencial y las capacidades del cuerpo. En el período posclásico del yoga, se piensa en el fuerte lazo que tiene el cuerpo con el alma.

En los períodos anteriores el alma ha sido siempre el aspecto más importante, y se ha tenido como objetivo final el abandonar el cuerpo. Ahora se comienza a centrar la atención en el valor que el cuerpo posee. Se despierta el interés acerca de los efectos que el yoga tiene sobre la salud, y la capacidad rejuvenecedora de éste en el organismo humano. Durante este período, surgen muchas ramas y variantes del yoga, entre ellas el Hatha yoga o yoga físico.

El Hatha yoga es el yoga físico de las posturas llamadas asanas. Es el trabajo del cuerpo para transformar la mente, siendo a su vez éste transformado. El yoga se vale del cuerpo utilizándolo como instrumento de perfeccionamiento del alma.

Pleno de sabias y profundas enseñanzas, sus técnicas se han perpetuado durante miles de años. Se lo considera una ciencia integral de la salud.

Ha significa ‘sol’; se dice que es la fuerza de contracción masculina, la energía imantadora. A Ha se le atribuyen las cualidades de activo, caliente y consciente. Tha significa ‘luna’, y se le identifica con la fuerza de expansión femenina. Se supone a Tha el estado pasivo, frío e inconsciente. También se puede explicar en términos de direcciones: Ha es la energía que se mueve hacia uno mismo, y Tha es la energía que sale hacia fuera de uno.

El Hatha yoga es el camino del cuerpo y de la fuerza física. Su filosofía nos habla del equilibrio del lado solar con el lado lunar del cuerpo. El Hatha yoga, a través de la práctica de las asanas, equilibra la energía psicobiológica. La energía mental y corporal comienza a normalizarse, regularizando y transformando las energías positivas y las negativas del cuerpo, hasta estabilizar y equilibrar la mente con el cuerpo armonizando al individuo.

Kundalini yoga

Kundalini yoga, o yoga de la conciencia, es una forma de yoga introducido en los años setenta en Estados Unidos por el yogui Bhajan. Es un sistema para despertar, conocer y desarrollar la conciencia. La práctica incluye posturas o asanas, series de ejercicios específicos llamados Kriyas, un tipo particular de respiración conocida como la técnica de fuego Asni-Pran, además de canto de mantras, gestos con las manos y los dedos llamados Mudras, y el control de los Bandhas, que son trabajos específicos de contracciones que ejercen diferentes grupos musculares. Estos Bandhas, nombrados de abajo arriba son: el cierre perineal o de la raíz, el cierre de los músculos abdominales y el cierre de la garganta o del cuello, al cual los practicantes de Kundalini yoga agregan dos más, el cierre de la lengua (en el cual la punta de ésta presiona suavemente la parte superior de la boca), y el cierre de los ojos (que miran hacia arriba buscando el centro de la cabeza). Los yoguis plantean que el ser humano posee un caudal de energía, que se encuentra dormida en la base de la espina dorsal, específicamente en el hueso sacro. Esta energía es la llamada energía de la conciencia, y subiéndola por el canal central de la columna vertebral (Shushumna nadi) hasta la parte superior del cráneo, se lograría despertar la conciencia. Creemos que esto tiene el objetivo de producir la activación de la glándula pineal o epífisis.

Esta glándula ha sido un misterio para el científico occidental. Es muy pequeña, tiene aproximadamente el tamaño de una lenteja y está situada en el centro del cerebro.

Descartes, filósofo del siglo XVII, tuvo la intuición de relacionar esta glándula con la casa del alma. Planteó que el entendimiento tiene dos acciones legítimas: la intuición y la deducción. La intuición la relacionó con la glándula pineal. Esta glándula, que está compuesta de receptores muy similares a los de la retina, se estimula ante la ausencia de luz natural; es por esto que en la oscuridad y con las hormonas que ella produce se cree que el individuo puede conectar con otro tipo de luz, la luz de la intuición. Es bajo este de estado de iluminación que la mente percibe con absoluta claridad y sin lugar a equívocos las verdades universales, atemporales e indudables.

A diferencia de la intuición, la deducción opera mediante una sucesión de movimientos continuos y sin interrupción del pensamiento, y siempre dependiendo directamente de la memoria y de las certidumbres de los hechos que ha conocido. La verdad es alcanzada de esta manera a través de la praxis basada en principios demostrables.

En el contexto del Kundalini, la intuición sería mucho más segura que la deducción, permitiendo el acceso al conocimiento por iluminación, como si un flash de luz penetrase el cerebro iluminando la conciencia.

Esta glándula fue considerada casi inútil hasta la década de los setenta. En el año 1959, el dermatólogo Aaron Lenner, de la unversidad de Yale, descubrió que esta glándula –que está prácticamente atrofiada en el adulto– producía una neurohor-mona llamada melatonina. Sólo a partir de la década de los ochenta la melatonina empieza a ser intensamente estudiada. Esta hormona es sintetizada con la serotonina en la glándula pineal, y constituye un poderoso antioxidante que actúa protegiendo las células del deterioro causado por los radicales libres.

Ha sido además denominada la hormona de la eterna juventud. También ha sido llamada la hormona de la oscuridad, debido a que, como ha sido comprobado científicamente, sólo se activa en la oscuridad. Los niveles máximos de melatonina se producen durante la noche. La luz brillante la sume en un estado de letargo. Se descubrió que esta glándula, a pesar de estar ubicada en el centro de la masa encefálica, es tan sensible a la luz como la retina. De la melatonina se sabe que es reguladora del sueño y de los ciclos biológicos, y que los niveles de producción disminuyen notablemente con la edad. El nivel más alto de producción de melatonina es durante la infancia, y a partir de los siete años comienza a disminuir gradualmente su producción. Es una hormona que tiene inferencia en los procesos de la pubertad interviniendo en el desarrollo sexual; después de este período, hay una disminución considerable de su secresión, de manera que en el adulto es apenas un flujo mínimo el que circula en el torrente sanguíneo.

Sabemos que nuestro cuerpo y mente se controlan y regulan a través de procesos químicos llevados a cabo en el cerebro. Creemos que con la elevación de kundalini, la energía actuaría directamente en la glándula pineal activándola. Aumentando sus niveles de secreción hormonal influiría en zonas del cerebro que permanecen en estado latente.

La práctica del Kundalini yoga

Según la filosofía del yoga, el primer paso es el de regular y coordinar las funciones de los distintos chakras, o ruedas energéticas situadas a lo largo de la columna vertebral, para que la energía pueda ascender desde la base del piso pélvico –la casa de la líbido y de la energía sexual–, el Muladharachakra, y continúe subiendo a la casa del origen que engendra la vida, situada en los genitales masculinos o femeninos, el Svadhisthanachakra, para que pueda continuar su ascenso y purificarse “en la ciudad de las piedras preciosas”, el Manipurachakra, situado en el plexo solar asociado al páncreas, que con el fuego y el sol transportan el combustible de la vida por todo el cuerpo, para continuar el ascenso de la energía hasta el corazón del alma, el Anahatachakra. En este chakra, que está ubicado por detrás del corazón físico, entre las escápulas, se cree que se mezclan la emoción del corazón con la emoción superior del alma, dejando que la energía continúe su trayectoria ascendente para pasar por el filtro purificador de la energía psicobiológica, el Vishuddachakra, ubicado en la garganta y asociado a la glándula tiroides, hasta llegar al entrecejo, iluminando el intelecto con la visión del tercer ojo, el Ajnachakra. Una vez abierto el tercer ojo, éste completa la realidad de los otros dos de manera global y total, porque mira con la intuición y no con la retina. Así, finalmente se llega al centro del cerebro, el Sahasrarachakra, donde se encuentra la glándula pineal con el portal lumínico que conecta a espacios superiores.

El objetivo es la reactivación de la glándula pineal, que después de la infancia comenzó a atrofiarse, fenómeno que no ha podido ser explicado por la ciencia.

Se cree que al activar la glándula pineal se accede a un estado de conciencia superior o supraconciencia, que provoca el despertar del conocimiento humano, creativo y superior, ya que se logra ampliar el marco de la conciencia.

Especulando y fantaseando un poco, diríamos que quizá la primera referencia histórica que da cuenta de un suceso de esta naturaleza (el despertar de la Kundalini o de la conciencia) la encontramos en el relato bíblico que cuenta que la serpiente tentó a Eva en el paraíso terrenal, ofreciéndole el fruto prohibido. Al comer de él, Eva habría obtenido el conocimiento (conciencia) acerca del bien, pero lamentablemente también del mal. No satisfecha con haberlo probado, se lo ofreció a su compañero, Adán, por considerarlo bueno. La consecuencia la conocemos: la expulsión inmediata del Paraíso Terrenal, por haber roto la prohibición y haber actuado mal. Conscientes ya del bien y del mal, debieron abandonar de inmediato el Paraíso Terrenal.

Los siete chakras

Según la filosofía hindú, los seres humanos poseemos centros de energía con forma de anillos que vibran, los cuales se denominan chakras. Estos chakras se ubican a lo largo de la espina dorsal. Los chakras son siete, que mencionados desde la cabeza hacia los pies siguen el siguiente orden:

Sahasrarachakra es un centro energético que se ubica en el centro del cerebro. En el más alto desarrollo del nivel espiritual recibe la energía de la fuente lumínica o arquetipo superior, y la irradia hacia todos los chakras que están más abajo por las vías Ida y Pingala, ubicadas a cada lado de la espina dorsal. Pero cuando la energía retorna ascendiendo, ocurre un fenómeno distinto: ésta sube por el centro de la espina dorsal, el Shushumna nadi. Es el más alto estado del yoga; es un grado de supraconciencia y una conexión con el espíritu universal; su funcionamiento se asocia con la glándula pineal.

Ajnachakra es un centro energético donde las tres cabezas de los tres principales canales nerviosos llamados nadis se unen (Shushumna, Pingala e Ida). Es llamado el centro sin límites del poder psíquico, el tercer ojo, y se ubica en el entrecejo. El cuerpo y el alma del individuo funcionan en perfecta colaboración y control; su funcionamiento está asociado a la glándula pituitaria.

Vishuddachakra. Vishudda significa ‘limpieza’. Esta rueda energética funciona como un filtro purificador de la energía de la materia y de la energía del alma. Se ubica en la línea de la garganta por detrás de la tiroides y se asocia con esta glándula.

Anahatachakra. Anahata significa ‘invencible’. Se encuentra en la altura del corazón físico, entre los omóplatos, en la porción dorsal de la columna vertebral, que se cree que es el lugar del corazón del alma. Debido a su ubicación y su relación con el corazón, se le ha llamado también el chakra del corazón, el centro de los sentimientos.

Manipurachakra. Manipura significa ‘la ciudad de las piedras preciosas’, y funciona en colaboración con los elementos del fuego y del sol (agni). Está asociado al plexo solar, y específicamente al páncreas. Transporta el combustible de la vida, el calor, la luz y la energía a través de los nadis; éstos son miles canales por los cuales circula la energía por todo el cuerpo. Se encuentra en la espina dorsal a la altura del ombligo.

Svadhisthanachakra. Es la casa del origen del yo interno. Es el pozo de la energía creativa (prana shakti) y del deseo de disfrutar: comida, sexo (kama), etc. Se encuentra ubicado al final del cóccix localizado en los genitales o la matriz. Su funcionamiento se asocia con las glándulas gónadas y la producción de hormonas de los testículos y de los ovarios.

Muladharachakra. Muladhara significa ‘pozo o base’. Es la raíz fundamental, la primera manifestación de la energía en el plano físico. Es la casa de “kundalini”, y el origen energético de la vida, que al mismo tiempo refuerza el desarrollo espiritual del alma o de la conciencia. Se encuentra ubicado en la pelvis, entre los órganos genitales y el ano.

Los nadis son miles de canales por donde circula la energía vibrante y se distribuye por todo el cuerpo; los tres principales nadis se ubican a lo largo de la espina dorsal, uno central y dos laterales, y son:

image  El canal Shushumna, que es considerado el principal, y corre en el centro de la columna vertebral desde la base de la espina dorsal hasta el centro del cráneo; su tarea es transportar la energía de la vida y subirla desde la pelvis hasta el centro de la cabeza recorriendo todos los chakras.

image  El canal Pingala, también llamado Tha o sol, es el elemento masculino. Se desliza desde y por todo el lado derecho del cuerpo, pasando por los chakras hasta entrar en la fosa nasal derecha, para llegar a un punto terminal en el entrecejo. Su tarea es llevar energía solar caliente y activa al cuerpo.

image  El canal Ida, también llamado Ha o luna, es el elemento femenino. Se desliza desde y por todo el lado izquierdo del cuerpo, pasando por los chakras hasta entrar en la fosa nasal izquierda, para llegar a un punto terminal en el entrecejo. Su tarea es llevar energía lunar refrescante y tranquilizadora a todo el cuerpo.

Ha y Tha son manifestaciones polarizadas de la misma energía.

El yoga moderno

En el año 1893, Swami Vivekananada presentó la filosofía yoga y algunos de los ejercicios (asanas) en el parlamento de religión en Chicago, Estados Unidos. Este suceso despertó un profundo interés, siendo un importante acontecimiento para el desarrollo del yoga en Occidente. A partir de este evento podemos contar la era del yoga moderno.

Uno de los maestros más conocidos y respetados del yoga fue Krishnamacharya, quien practicó y enseñó yoga hasta los últimos días de su vida. Falleció en el año 1989 a la edad de 101 años.

Krishnamacharya fue maestro de muchos profesores de yoga que más tarde se hicieron conocidos, tales como TKV Desikachar, su propio hijo, quien continuó difundiendo y desarrollando el Vini yoga tras la muerte del padre; BKS Iyengar y Pattabhi Jois, discípulos que crearon dos de las formas de yoga moderno más conocidas y practicadas en la actualidad, e Indra Devi, quien fue llamada “la primera dama del yoga”..

Otro padre del yoga moderno fue Swami Sivananda, originario del norte de la India; fue maestro de una gran cantidad de discípulos importantes, tales como: Sw. Satyananda de Bihar, Sw. Chidananda de Rishikesh, Sw. Vishnudevananda de Canadá, Andre Van Lisebeth de Francia, etc., quienes, repartidos por diversos lugares de Occidente y transformados a su vez en maestros, impartieron sus estilos de yoga basados en la forma de yoga que Swami Siva-nanda les enseñó.

Esta forma de yoga de Swami Sivananda es una práctica muy suave de las posiciones corporales, cuyo acento e hincapié están puestos en las técnicas de respiración, y en los ejercicios interiores de concentración y meditación. Se estudia la filosofía vedanta y se trabajan técnicas de relajación.

Dos formas de yoga
físico contemporáneo

Las dos formas de yoga contemporáneas más practicadas y populares en el mundo son: Iyengar yoga y Ashtanga yoga. Ambos sistemas fueron desarrollados por alumnos que fueron entrenados por el mismo maestro, Krishnamacharya.

Iyengar yoga

B.K.S. Iyengar generó el sistema de yoga que lleva su nombre. Ha inspirado y entrenado durante todos estos años a miles de alumnos. El yoga Iyengar pone énfasis en el sentido de la correcta posición, la limpieza y la perfección en la ejecución de las asanas.

B.K.S. Iyengar ha ofrecido su vida al yoga, ha publicado varios libros y tiene millones de seguidores en el mundo; es reconocido como uno de los maestros más célebres y respetados del planeta.

La base de su trabajo se centra en la alineación de la columna vertebral, la elongación de todos los músculos del cuerpo y la apertura articular. Iyengar yoga es una práctica bastante más estática que el Ashtanga yoga, debido a que se detiene prolijamente en la técnica para ejecutar las posturas, y por otro lado no tiene el vínculo que enlaza una postura con otra, cuya técnica es conocida con el nombre de vinyasa.

Iyengar generó una metodología que ayuda a la realización de las asanas de manera correcta, que permite seguir avanzando en el desarrollo de éstas sin que se produzcan los típicos bloqueos mentales que le ocurren al individuo cuando experimenta la incapacidad física para realizar algunas de estas posturas.

Es así como entran en acción los elementos y distintos implementos de auxilio, tales como: bloques de madera, cojines, cuerdas, mantas o frazadas, cilindros blandos (bolsters), espaldar fijo en la pared y cinturones, entre otros. Creando así un método que cualquier individuo puede practicar.

Esta práctica de yoga resulta terapéutica ya que la persona puede practicar las asanas, de manera gradual, ya que previene lesiones tanto en principiantes que tienen el cuerpo endurecido como en alumnos avanzados que trabajan en el límite de las posibilidades de su cuerpo.

Ashtanga vinyasa yoga

Pattabhi Jois desde temprana edad se fascinó por el yoga, y fue desde muy joven discípulo de Krishnamacharya. Ha dedicado su vida a practicar y a enseñar Ashtanga vinyasa yoga, un yoga físico compuesto por seis series.

Dos vocablos sánscritos fusionados en uno dieron origen a la palabra Ashtanga, que significa “ocho miembros”. Ashtua es ocho, y anga es miembro o ramificación.

Sabemos que proviene del yoga clásico y que estos ocho miembros o estadios están implícitos en la filosofía del yoga. Se encuentran presentes en la mayoría de las formas de yoga, y no son de propiedad exclusiva de esta forma de yoga moderno, que adoptó el nombre –además de los principios–, del período del yoga clásico. También se le conoce con el nombre de” Ashtanga vinyasa yoga” debido al movimiento de eslabón que une una asana con otra, y cuya técnica es llamada vinyasa.

Sri, K. Pattabhi Jois, conjuntamente con su maestro Krisnamacharya, estudió e interpretó documentos sagrados y antiquísimos del período del yoga clásico, dando origen al método que se enseña hoy en día como Ashtanga vinyasa yoga, una de las formas de yoga más atléticas, dinámicas y energéticas de nuestros días.

El foco del Ashtanga vinyasa yoga está puesto en el tercer y cuarto miembro de los ocho estadios, es decir, en las posturas (asanas) y en el control de la respiración (pranayama). Esto no significa que el resto de los miembros no sean practicados.

El Ashtanga vinyasa yoga pone el énfasis en el flujo que debe haber entre la respiración con el movimiento y la forma de desplazarse de una postura a otra. Este movimiento sirve de desplazamiento y a la vez de enlace entre las posturas. La técnica vinyasa permite un flujo constante del movimiento, sin interrupciones, sólo manteniendo las respiraciones indicadas para cada posición. Es este movimiento que se hace para entrar y salir de cada asana el que permite mantener la fluidez y la continuidad de la práctica, haciéndola mucho más dinámica que otras formas de yoga.

Ujjayi pranayama significa respiración victoriosa, y es la técnica que se emplea en el desarrollo de las series. Cada movimiento debe ejecutarse sincronizadamente con esta respiración energética. Completa el trabajo la aplicación de las contracciones de distintos grupos musculares denominados Bandhas, conjuntamente sincronizado con el foco visual, que es la mirada hacia un punto en una dirección predeterminada para cada asana. Este punto de concentración de la mirada se llama Dristhi.

La respiración Ujjayi, cuyo particular sonido no se ubica en la nariz, sino que se localiza específicamente en la laringe (órgano esencial de la fonación), produce un fuerte calentamiento del cuerpo, que lo hace transpirar copiosamente, activando el proceso de limpieza del organismo, eliminando toxinas y residuos.

La técnica de respiración Ujjayi funciona como objeto de concentración en el individuo, haciendo que la atención se focalice en la sincronía de la respiración con el movimiento.

Otro objeto de concentración durante la práctica son los Bandhas; estos grupos musculares de la región abdominal y de la perineal deben contraerse constantemente. El manejo de los bandhas es condición necesaria para la correcta ejecución de las asanas. Estas contracciones en los grupos musculares actúan como llaves de paso de la energía, impidiendo que ésta se vaya por canales equivocados; ejercen una importante función como soporte mecánico del cuerpo, protejiéndolo durante la ejecución de las asanas y evitando las lesiones.

Cada postura contiene la indicación específica de hacia dónde debe dirigirse la mirada.

Existen nueve puntos a focalizar que se llaman Drishtis y son los siguientes:

image  La mirada en dirección al ombligo (Navi chakra drishti).

image  La mirada en dirección a la continuación de la punta de la nariz (Nasagrai drishti).

image  La mirada en dirección al entrecejo o tercer ojo (Bhoomadhya drishti).

image  La mirada hacia los dedos pulgares de las manos y en dirección hacia el cielo (Angushtha madyai).

image  La mirada hacia la punta de los dedos de las manos y en dirección hacia el lado, encontrándose el tronco de lado y en un plano paralelo al suelo (Hastagrai drishti).

image  La mirada hacia los dedos de los pies o hacia el dedo gordo del pie (Padhayoragrai o Padangushtha drishti).

image  La mirada hacia el lado derecho o hacia el lado izquierdo (Parshva drishti).

image  La mirada hacia el cielo (Urdhva o Antara drishti).

El sistema Ashtanga yoga está formado por seis series que fueron estructuradas para trabajar distintos aspectos del cuerpo humano. La primera serie es llamada yoga Chikitsa, que fue construida con fines terapéuticos para la alineación, colocación y estiramiento de la columna vertebral. En esta serie, la espina dorsal es básicamente trabajada en flexión y con algunas rotaciones. La primera serie tiene además el objetivo de limpiar y desintoxicar el cuerpo; contiene cerca de ochenta posiciones que se realizan en un orden preestablecido, donde cada asana o postura prepara para la siguiente. El resto de las series son mucho más avanzadas y exigen una gran flexibilidad por parte del ejecutante, pues la espina dorsal ejecuta grandes extensiones y trabajos muy complejos en cuanto a rotaciones, equilibrios, inversiones y equilibrios sobre los brazos.

Según la filosofía del Ashtanga yoga, no se debe pasar a la próxima serie hasta no tener un manejo y control total sobre la serie en que se está trabajando.

En síntesis podemos decir que la técnica de respiración energética (Ujjayi), unida al foco visual (los drishtis), más el control permanente sobre grupos musculares (los bandhas), sitúan a la persona en un nivel de conciencia superior al cotidiano, debido al estado de profunda concentración y atención que debe mantener durante la práctica. En otras palabras, sitúa al individuo en el “aquí y ahora”.

Power yoga

El Power yoga es una versión modificada del Ashtanga yoga. Estas modificaciones tienen como objetivo facilitar la iniciación en la práctica del yoga a principiantes y/o personas sin ningún tipo de entrenamiento físico. Las llamadas modificaciones son las adaptaciones que se ejecutan a las asanas para bajar el nivel de exigencia adaptándolo según la persona. La modificación de los saltos, de los ejercicios de equilibrio para los brazos y de las variaciones de posiciones de loto permiten acercar esta disciplina al principiante, quien de otra forma podría considerar absolutamente inaccesible esta práctica. La propuesta de las modificaciones abrió esta práctica a un público más amplio.

Las llamadas modificaciones son precisamente lo que lo diferencia al Power yoga del clásico Ashtanga yoga.

Las modificaciones, basadas en principios biomecánicos, hacen más fáciles los ejercicios en los aspectos de flexibilidad, equilibrio y en lo referente a la carga del peso del cuerpo.

Resulta imprescindible señalar que el Power yoga no es una nueva forma de yoga. El objetivo fundamental de éste es lograr a largo plazo ejecutar las series del clásico Ashtanga vinyasa yoga.

Esta versión con adaptaciones se desarrolló primero en Estados Unidos, y se difundió luego por el mundo entero. Las dos personas que empezaron a usar este término de forma casi simultánea fueron los americanos Beryl Bender Birch y Bryan Kest. Ambos tienen su formación básica en Ashtanga yoga.

Beryl Bender Birch tuvo el mérito de difundir el yoga de forma masiva, con su versión modificada del Ashtanga, a la que llamó Power yoga.

Queremos subrayar que no todos lo comprendieron así lo que ha dado pie a innumerables interpretaciones personales y toda clase de distorsiones. A tal punto

llegó la desinformación que algunas personas comenzaron a usar mal el término Power yoga, aplicándolo a técnicas físicas totalmente alejadas de la raíz original del yoga, por encontrarse desprovistas de su filosofía y espiritualidad, y sin los principios éticos que son la base de éste.

Si bien es cierto que han sido tomadas posturas y fragmentos de los saludos al sol, éstos fueron sacados de su contexto. No respetan el orden secuencial de la serie, ni tampoco trabajan el vínculo que debe existir entre la respiración y el movimiento en un trabajo de conjunto con los bandhas y los dristhis. Vaciados así tanto del contenido como de la forma, se transforman en ejercicios gimnásticos que nada tienen en común con el yoga.

2 Terpsícore, musa de la danza perteneciente a la mitología griega. Se la representaba coronada de guirnaldas, bailando, tocando una pandereta, una lira o un arpa; también sosteniendo una en-ramada en la mano cubierta por hojas, que suele llevar en el centro la figura de Baco.

3 Un sistema de coordenadas se utiliza para expresar dónde están los objetos en el espacio, con respecto al punto de referencia donde se estableció la coordenada.

4 Tradicionalmente, el sistema de coordenadas del espacio escénico en danza se establece desde el punto central del escenario a partir del cual se determina el frente, los lados, el atrás, y desde el que se trazan las líneas diagonales, laterales, etc.

5 En danza, el desplazamiento consiste en trasladarse de un punto a otro, evolucionando en el espacio mediante una o más frases coreográficas. Estos desplazamientos pueden hacerse en avances y/o retrocesos y en todas direcciones.

6 Información obtenida por vía personal al ser invitada a trabajar con madame Kilina Cremona en su compañía de danza contemporánea (Francia 1987-1988), quien fuera discípula y profesora de la escuela de Merce Cunningham en Nueva York.

7 Soto zen es una escuela de budismo japonesa, cuyo origen se encuentra en China. La palabra zen proviene de la palabra china Chán, que a su vez es una deformación del término sánscrito Dhyana. El budismo Mahayana es de carácter directo e intuitivo y gira alrededor de una idea central que es “la matriz de iluminación”, por la que el sujeto entiende las enseñanzas y verdades por vía intuitiva, pudiendo conseguir el estado mental de Samadhi.