Este capítulo tiene tres objetivos:
Uno de los conceptos erróneos más comunes en el mundo de la natación es que los nadadores alternan la flexión y la extensión de los brazos durante la fase propulsora de las brazadas subacuáticas. De hecho, la flexión del brazo cambia muy poco cuando los nadadores aplican la fuerza propulsora. Este concepto erróneo es nuestro primer tema de debate.
¿Es verdad que los nadadores flexionan y extienden sus brazos durante la fase propulsora de la brazada subacuática? En tres de los cuatro estilos competitivos, la respuesta a esta pregunta es no. La única excepción es el estilo de espalda, cuando los nadadores sí que extienden los brazos durante la brazada sub-acuática. La cantidad de flexión y extensión de los brazos es realmente mínima cuando los nadadores están acelerando el cuerpo hacia delante en el estilo libre, mariposa y braza. Para que no haya ninguna confusión sobre este tema, es cierto que los nadadores extienden los brazos durante los diversos movimientos del recobro en algunos estilos. Estas acciones tienen lugar antes o después, pero no durante las fases propulsoras de las diferentes brazadas subacuáticas.
Los brazos están flexionados en aproximadamente 90° durante la primera fase propulsora de los cuatro estilos competitivos. El concepto erróneo es que los nadadores empiezan estas fases con los brazos extendidos y luego los flexionan gradualmente durante la primera mitad de la brazada subacuática, con la flexión llegando al valor máximo de aproximadamente 90° al llegar a la línea media del cuerpo en medio de la brazada. En realidad, los brazos están flexionados casi 90° antes de que empiecen a aplicar la fuerza propulsora. Después, los cambios en la flexión del brazo son mínimos durante el resto de las fases propulsoras. En otras palabras, casi toda la flexión del brazo que ocurre durante las diversas brazadas subacuáticas tiene lugar durante la primera fase no propulsora al acercarse los brazos y las manos a la posición del agarre. Después la flexión de los brazos sólo cambia de forma mínimamente.

Figura 3.1. Un nadador de estilo libre en la posición del agarre (foto a), al final de la fase propulsora del movimiento hacia dentro (foto b), y en medio de la fase propulsora del movimiento hacia arriba (foto c). El gráfico ilustra su velocidad de avance durante la brazada derecha subacuática. Los puntos a, b y c en el gráfico de velocidad corresponden a cada una de las fotografías.
Las fotos de la figura 3.1 muestran el ángulo de flexión de los brazos utilizado por Francisco Sánchez, un nadador de estilo libre de nivel mundial, en tres puntos diferentes durante su brazada derecha subacuática. El gráfico que acompaña las fotos muestra la velocidad de su centro de masas durante esta misma brazada. Las letras a, b y c, que están marcadas en puntos del gráfico, corresponden a la fase de la brazada ilustrada en la foto marcada con esas letras.
Se ve a Francisco en la posición del agarre en la foto (a), y en medio de la brazada en la foto (b). En la foto (c) está en medio de los movimientos hacia fuera, hacia atrás y hacia arriba de su brazada sub-acuática. Obsérvese que su brazo derecho ya está flexionado casi 90° en el agarre, y que permanece flexionado en aproximadamente el mismo ángulo en medio de la brazada y también cuando completa la fase propulsora de la brazada subacuática. Como muestra el gráfico de velocidad, no empieza a acelerar hacia delante hasta que su brazo llega a la posición del agarre, así que la flexión ocurre claramente antes de que empiece a aplicar la fuerza propulsora. Después del agarre, su velocidad aumenta durante todo el movimiento hacia dentro del brazo, disminuye brevemente durante la transición al próximo movimiento, y luego acelera de nuevo al mover el brazo hacia fuera y hacia arriba a la superficie. Evidentemente, por lo tanto, mantiene su brazo en una posición flexionada para toda la fase propulsora de la brazada. En otras palabras, flexiona su brazo antes de empezar a aplicar la fuerza propulsora en el agarre. Hay muy poco cambio en el ángulo de flexión del brazo desde el momento en que empieza a aplicar la fuerza propulsora hasta que deja de empujar hacia atrás contra el agua al acercarse el brazo a la superficie.
Esta misma trayectoria de movimiento del brazo se utiliza en mariposa y braza, y durante la primera mitad de la brazada subacuática en espalda. Con el fin de colocar las manos y los brazos mirando hacia atrás para que puedan empezar a aplicar la fuerza propulsora antes, los nadadores flexionan los brazos al desplazarlos hacia abajo desde la superficie o hacia fuera a la posición del agarre. Desde este punto, hasta que estén preparados para realizar el recobro, empujan hacia atrás contra el agua sin un cambio apreciable en el ángulo de flexión de los brazos. La razón por la que realizan las brazadas de esta manera se presentará más adelante en este capítulo.
Otro de los conceptos erróneos más persistentes en la natación competitiva es que los nadadores terminan las fases propulsoras de estilo libre y mariposa empujando las manos hacia atrás hasta que los brazos estén completamente extendidos y cerca de la superficie del agua. Los nadadores de nivel mundial no hacen esto, ni deben hacerlo. Como ya se ha mencionado, la foto (c) de la figura 3.1 muestra a Francisco completando la fase propulsora de su brazada subacuática con el brazo todavía flexionado aproximadamente 90°. Este movimiento es realmente un movimiento hacia arriba y hacia atrás con el brazo. Es decir, empuja el agua hacia atrás con la palma de la mano y la parte ventral del antebrazo. Los nadadores mantienen los brazos en una posición flexionada al completar su brazada subacuática principalmente porque les permite utilizar los antebrazos y las manos para aplicar la fuerza propulsora. Extender los brazos hacia atrás durante esta fase sería de hecho contraproducente porque los antebrazos empujarían hacia arriba en lugar de hacia atrás contra el agua durante la mayor parte del movimiento.
La ilustración en la figura 3.2 muestra lo que ocurre cuando los nadadores extienden los brazos al ascenderlos hacia la superficie. Aunque esta nadadora puede mantener la mano orientada hacia atrás, la extensión del brazo la hace empujar hacia arriba contra el agua con toda la parte ventral del antebrazo, durante la mayor parte del movimiento. Esto producirá una gran fuerza de arrastre que empujará su cuerpo hacia abajo y retrasará su velocidad de avance.
En cuanto a la propulsión de avance, es mucho mejor que los nadadores mantengan sus antebrazos mirando hacia atrás al desplazar los brazos hacia la superficie. Al contrario de la opinión popular, no reducirá la longitud de la brazada ni la cantidad de fuerza propulsora aplicada. La distancia que los nadadores avanzan con cada brazada será de hecho mayor porque estarán desplazando más agua hacia atrás con los antebrazos y las manos que la que podrían mover con sólo las manos, y no estarán empujando el cuerpo hacia abajo y dificultando el avance a causa del empuje de los antebrazos hacia arriba contra el agua. Con respecto a la fuerza propulsora, por la razón que se acaba de explicar, la cantidad que producen será realmente mayor si utilizan el brazo flexionado. Estarán aplicando fuerza propulsora con los antebrazos además de con las manos. El ritmo de brazadas no aumentará porque éstas no serán más cortas, aunque pueden sentir que lo sean porque no extienden los brazos. Tardan lo mismo en traer los brazos a la superficie si los extienden que si los mantienen flexionados.
Los gráficos de la velocidad de avance como el que se muestra en la figura 3.1 (véase la página 77), combinados con las películas de vídeo que muestran la posición del brazo durante las fases propulsoras y no propulsoras de la brazada, demuestran claramente que los nadadores flexionan los brazos antes de que empiecen a aplicar la fuerza propulsora. También está claro que mantienen los brazos en una posición flexionada hasta que hayan completado las fases propulsoras de la brazada.

Figura 3.2. El efecto propulsor de extender el brazo durante el movimiento hacia arriba. Obsérvese que la nadadora está empujando hacia arriba contra el agua con la parte ventral de su antebrazo. Esto causará una gran fuerza de arrastre hacia abajo que reducirá su velocidad de avance.
El estudio de las películas y cintas de vídeo a lo largo de varias décadas me ha convencido de que existen realmente sólo cuatro movimientos básicos propulsores que los nadadores ejecutan con los brazos. A veces las reglas que controlan un estilo particular pueden hacer que dichos movimientos parezcan diferentes porque los brazos se están desplazando en diferentes direcciones, pero la forma en que aplican la fuerza propulsora con estos movimientos es sorprendentemente similar de un estilo a otro.
Me referí a estos movimientos con la palabra “sweep” [movimiento curvilíneo amplio] en inglés en las dos primeras ediciones.1 Después de concluir que la propulsión en la natación era predominantemente por arrastre, consideré dejar de utilizar este término y volver a los términos tirón y empuje, porque estos términos están fuertemente arraigados en la literatura de la natación. Sin embargo, ninguno de los conjuntos de términos ni “barridos” ni “tirones” ni “empujes” realmente describen todos los complejos aspectos físicos de las brazadas en la natación. Los términos tirar y empujar ciertamente insinúan que los nadadores están empujando hacia atrás contra el agua, pero también evocan imágenes de tirar y empujar las manos y los brazos horizontalmente hacia atrás por el agua con poco o ningún movimiento lateral. La terminología del “barrido”, en cambio, implica que los nadadores están remando con sus miembros por el agua.
Finalmente decidí quedarme con la terminología del “barrido”. Creo que comunica mejor los mecanismos de la propulsión en la natación. Conceptualiza las verdaderas trayectorias diagonales que utilizan los nadadores. Los principales movimientos básicos de los brazos se han denominado “outsweep” [movimiento hacia fuera], “downsweep” [movimiento hacia abajo], “insweep” [movimiento hacia dentro] y “upsweep” [movimiento hacia arriba].
El movimiento hacia fuera es el movimiento sub-acuático inicial en braza y mariposa, ilustrado desde la vista inferior en la figura 3.3. Después de entrar los brazos en el agua en mariposa y después del recobro de los brazos en braza, los nadadores desplazan los brazos directamente hacia los lados hasta que las manos están fuera de la línea de los hombros, donde se realiza el agarre. Flexionan gradualmente los codos al desplazarlos hacia fuera para colocar los brazos mirando hacia atrás preparados para aplicar la fuerza propulsora lo antes posible. Los brazos deben deslizar hacia fuera suave y lentamente hasta que casi dejen de moverse cuando realizan el agarre. En el agarre, los codos deben estar flexionados en casi 90° y la parte ventral de las manos, antebrazos y brazos deben mirar principalmente hacia atrás, preparados para aplicar la fuerza propulsora.
Los cuatro movimientos básicos de los brazos utilizados por los nadadores competidores
Movimiento hacia fuera. El movimiento inicial subacuático en mariposa y braza.
Movimiento hacia abajo. El movimiento inicial subacuático utilizado en estilo libre y espalda.
Movimiento hacia dentro. El segundo movimiento utilizado en todos los estilos de competición.
Movimiento hacia arriba. El último movimiento del estilo libre y mariposa.
El movimiento hacia fuera no es propulsor. Los gráficos de velocidad de avance muestran que los nadadores desaceleran hasta cierto punto mientras que colocan los brazos para producir la fuerza propulsora. Mientras que algo de desaceleración es inevitable durante el movimiento hacia fuera, su magnitud puede reducirse deslizando las manos y los brazos a través del agua con las yemas de los dedos primero. Los nadadores no deben presionar las palmas ni la parte ventral de los brazos hacia fuera contra el agua. Ni deben presionar hacia abajo sobre el agua con la parte superior del brazo. Estas acciones sólo producirán grandes fuerzas de arrastre hacia fuera o hacia abajo que reducirán la velocidad de avance más aún. Por consiguiente el movimiento hacia fuera debe hacerse suavemente, deslizando las manos y los brazos por el agua hasta que lleguen a la posición del agarre.
Figura 3.3. El movimiento hacia fuera, visto desde abajo.
Se podría preguntar por qué los nadadores de mariposa y braza deslizan los brazos hacia fuera en lugar de hacia abajo, a la posición del agarre. Probablemente se deba a que desplazar los brazos hacia los lados no decelera la velocidad de avance tan rápidamente como presionar los brazos hacia abajo contra el agua. Presionar hacia abajo ejerce una fuerza de frenado hacia arriba sobre el cuerpo. Presionar hacia fuera con un brazo simplemente crea una fuerza hacia dentro, cuyo efecto es cancelado por otra fuerza hacia dentro ejercida por el otro brazo. Los nadadores de espalda y de estilo libre pueden desplazar los brazos hacia abajo a la posición del agarre sin desacelerar innecesariamente porque pueden rotar el cuerpo de lado a lado. Los nadadores de mariposa y de braza deben mantenerse en una posición prona al realizar el agarre, y por lo tanto es más probable que empujen hacia abajo contra el agua.
El movimiento hacia abajo es utilizado por nadadores de estilo libre y espalda para colocar los brazos en la posición apropiada para producir la fuerza propulsora. A este respecto, sirve al mismo propósito que el movimiento hacia fuera. Los dibujos de la figura 3.4 ilustran el movimiento hacia abajo utilizado por (a) nadadores de estilo libre y (b) nadadores de espalda. El movimiento hacia abajo, como el movimiento hacia fuera, no es propulsor. Los nadadores desacelerarán durante este movimiento, pero se debe reducir la desaceleración al mínimo requerido para colocar los brazos en la posición correcta.

Figura 3.4. (a) Nadador de estilo libre en el agarre después de completar el movimiento hacia abajo. (b) Nadador de espalda en el mismo punto.
El movimiento hacia abajo empieza con el brazo extendido hacia delante debajo del agua. Luego se desplaza suavemente hacia abajo, hacia delante y hacia el lado hasta que la parte ventral de la mano, del antebrazo y del brazo están mirando hacia atrás. En este momento, se realiza el agarre y empieza la fuerza propulsora. El brazo casi deja de moverse en el agarre para acelerar una vez que empieza la fase propulsora de la brazada.
Las yemas de los dedos deben ir por delante durante el movimiento hacia abajo para reducir el arrastre resistivo. El codo debe flexionarse gradualmente al descender para acortar el radio de rotación del brazo, de manera que los nadadores puedan colocar el brazo y la mano mirando hacia atrás lo antes posible. La parte superior del brazo debe permanecer casi paralela a la superficie del agua durante el movimiento hacia abajo. Se desplazará un poco hacia abajo al rotar el nadador hacia el brazo que desciende, pero la parte superior del brazo no debe empujar hacia abajo. Empujar hacia abajo creará una fuerza contraria que empujará al nadador hacia arriba mientras reduce la velocidad de avance. Los nadadores tampoco deben empujar contra el agua con las palmas o la parte ventral del antebrazo al desplazarlos hacia abajo para adoptar la posición del agarre. Estos movimientos también producirán una gran fuerza de arrastre hacia arriba, que empujará el cuerpo hacia abajo y retrasará la velocidad de avance más aún. El movimiento termina cuando el brazo está flexionado aproximadamente 90° con la palma, y la parte ventral del antebrazo y del brazo mirando principalmente hacia atrás donde pueden aplicar la fuerza propulsora.
Los nadadores de estilo libre deben desplazar los antebrazos y las manos principalmente hacia abajo con un ligero movimiento hacia fuera, de forma que colocan la parte superior del brazo mirando hacia atrás lo antes posible. Los nadadores de espalda deben desplazar las manos y los brazos más hacia fuera porque esto les permite lograr un buen agarre antes. La profundidad del movimiento hacia abajo es causada, en gran medida, por la cantidad de rotación longitudinal que necesitan los nadadores para realizar un recobro correcto. Un agarre poco profundo limitará la rotación longitudinal del cuerpo, que puede hacer que los nadadores de estilo libre realicen el recobro del otro brazo con un movimiento demasiado amplio. En espalda, un agarre poco profundo con un brazo limitará la rotación longitudinal y hará que el otro brazo se arrastre demasiado por el agua durante el recobro.
Se puede preguntar por qué los nadadores de estilo libre y espalda desplazan los brazos hacia fuera durante el movimiento hacia abajo en lugar de empujarlos directamente hacia abajo a la posición del agarre. Desplazar los brazos ligeramente hacia el lado proporciona por lo menos tres ventajas:
Con respecto a las dos primeras ventajas, mantener la parte superior del brazo casi paralela a la superficie y flexionar el codo durante el movimiento hacia abajo permite a los nadadores colocar los brazos mirando hacia atrás antes en el movimiento hacia abajo en estilo libre y espalda. Los dibujos de la figura 3.5 ilustran este punto. La nadadora de estilo libre en la figura 3.5a se representa en la posición del agarre en las vistas frontal y lateral. Realizó el agarre desplazando su brazo hacia fuera y hacia abajo mientras flexionaba el codo. Al desplazar el brazo hacia fuera y hacia el lado durante el movimiento hacia abajo, pudo mantener la parte superior casi paralela a la superficie y evitar presionarla hacia abajo. En cambio, en la figura 3.5b la nadadora, también vista frontal y lateralmente, empuja su brazo directamente hacia abajo para realizar el agarre cerca de la línea media del cuerpo.
La nadadora representada en la figura 3.5a podrá realizar el agarre antes que la nadadora en 3.5b y no empuja el agua hacia abajo en gran medida con la parte superior de su brazo al hacerlo. Por lo tanto, como se ilustra en la menor longitud de la flecha vertical en (a) comparada con la de la flecha vertical en (b), la nadadora en 3.5a debe desacelerar menos durante el movimiento hacia abajo y podrá empezar a aplicar la fuerza propulsora antes. La nadadora de la figura 3.5b producirá alguna fuerza hacia abajo con la parte superior del brazo, independientemente de la suavidad de su desplazamiento, y esta fuerza reduce su velocidad de avance más de lo que ya lo hace el movimiento hacia abajo.
La última ventaja se relaciona con la colocación de la parte superior del brazo para aplicar la fuerza propulsora. Cuando los nadadores de estilo libre y espalda deslizan los brazos ligeramente hacia fuera sin presionarlos demasiado hacia abajo, igual que la nadadora ilustrada en la figura 3.5a, pueden orientar la cara interna superior del brazo hacia atrás y paralela a la superficie en el agarre. Colocada de esta forma, la cara interna superior del brazo puede utilizarse, al igual que el antebrazo y la mano, para empujar hacia atrás contra el agua durante la próxima fase de la brazada. El área de superficie adicional debe aumentar la fuerza propulsora durante el movimiento hacia dentro. En cambio, si empujan la parte superior del brazo más profundamente en el agua, como la nadadora de la figura 3.5b, no podrán utilizarla para empujar el agua hacia atrás. Además, tendrán que empujar los brazos hacia arriba por un recorrido más largo en la parte final de la brazada subacuática para traerlos hasta la superficie del agua. Esto empujará el torso hacia abajo y retrasará la velocidad de avance.
Figura 3.5. El efecto de empujar el brazo hacia abajo durante el movimiento en el mismo sentido. Las vistas frontal y lateral de (a) muestran a una nadadora que está realizando el agarre desplazando su brazo hacia abajo y hacia fuera. La nadadora en (b) está realizando su agarre desplazando la mano hacia abajo sin moverla hacia fuera. Como se ve en las flechas verticales en las vistas laterales, la nadadora en (a) podrá realizar el agarre antes.
El movimiento hacia dentro es la primera fase propulsora de cada estilo competitivo. Sigue el movimiento hacia abajo en el estilo libre, y el movimiento hacia fuera en mariposa y braza. Existe un movimiento propulsor correspondiente del brazo en espalda, pero se llama el movimiento hacia arriba porque el nadador está en posición supina y el brazo se desplaza hacia arriba más que hacia dentro. No obstante, aunque la dirección principal del brazo del nadador de espalda es diferente, en todos los demás aspectos la forma en que se produce la propulsión durante el movimiento hacia arriba en espalda es idéntica a la del movimiento hacia dentro en los demás estilos.
Se describió el movimiento hacia dentro incorrectamente en las anteriores ediciones de este libro. Lo describí como un movimiento que hacía remar el brazo hacia dentro mientras que mayormente no se empujaba hacia atrás. En realidad, los nadadores utilizan la parte interna del brazo, del antebrazo y las palmas de las manos como grandes palas para empujar hacia atrás contra el agua. El movimiento lateral de los brazos durante el movimiento hacia dentro es el resultado de la dirección que debe tomar el brazo para ir desde el agarre hasta la próxima fase de la brazada mientras que también aplica fuerza propulsora.
La primera persona que describió correctamente el movimiento hacia dentro fue Charles Silvia, el entrenador legendario de Springfield College (1970). Se refirió a este movimiento como la aducción de la parte superior del brazo porque se traía el brazo desde una posición por encima de la cabeza hacia fuera y hacia atrás pasando el hombro, y finalmente hacia el lado en un amplio movimiento semicircular. Creía, y con razón, que este movimiento era muy propulsor porque los nadadores podían mantener las manos y los brazos casi perpendiculares a la superficie del agua durante un mayor tiempo durante el movimiento hacia dentro. Esto, a su vez, les permitía hacer una mejor pala con el brazo y la mano durante más tiempo. Sin embargo, yo al igual que muchos otros, renuncié a las enseñanzas de Silvia cuando se hizo popular la propulsión por sustentación. Fue desafortunado porque sus observaciones acerca de la mecánica de las brazadas eran muy astutas. Se ilustra el movimiento hacia dentro desde la vista inferior de un nadador de estilo libre en la figura 3.6.
El movimiento hacia dentro empieza en la posición del agarre después del movimiento hacia abajo o el movimiento hacia fuera, según el estilo. Se desplaza la mano y el brazo entero en una trayectoria semicircular y lateral hacia el lado, hacia atrás y luego hacia dentro hasta que la parte superior del brazo se acerca a las costillas y se trae la mano por debajo del cuerpo. El movimiento hacia dentro termina en este punto y empieza la transición a la próxima fase de la brazada.

Figura 3.6. El movimiento hacia dentro como se utiliza en el estilo libre.
La velocidad de los miembros debe acelerar desde el agarre hasta que los brazos estén desplazándose hacia dentro por debajo del cuerpo, en cuyo momento la velocidad de los miembros se reduce mientras realizan la transición a la próxima fase de la brazada. La parte superior del brazo debe desplazarse casi paralela a la superficie durante el movimiento hacia dentro, y las manos y los antebrazos deben permanecer perpendiculares a la superficie. Puede que algunos nadadores aumenten ligeramente la flexión del brazo durante el movimiento hacia dentro para realizar algunas pequeñas modificaciones en la trayectoria de la mano y del brazo para acelerar el agua hacia atrás más eficazmente. Los brazos deben estar flexionados casi 90° cuando empieza el movimiento hacia dentro, así que cualquier flexión adicional será mínima. Los nadadores no deben empezar el movimiento hacia dentro con los brazos extendidos y luego flexionarlos al traerlos hacia atrás debajo del cuerpo. Se reducirá considerablemente la cantidad de fuerza propulsora producida si los nadadores efectúan el movimiento hacia dentro de esta forma.
En cuanto a la propulsión de avance, los primeros dos tercios son la parte más efectiva del movimiento hacia dentro. Después, la dirección de los brazos cambia desde principalmente hacia atrás hasta principalmente hacia dentro, y reduce la velocidad de avance. No obstante, los nadadores deben seguir aduciendo los brazos hasta que los codos estén cerca de las costillas en el movimiento hacia dentro. Esto colocará las manos y los antebrazos debajo de la línea media del cuerpo, donde se puede ejecutar el próximo movimiento propulsor, el movimiento hacia arriba, más eficazmente. Podrán empujar el agua hacia atrás por debajo de la línea media del cuerpo para maximizar la fuerza propulsora. Traer los brazos por debajo del cuerpo probablemente también permite a los nadadores prepararse para la próxima fase propulsora, y quitar los miembros de la sección de agua que habían acelerado hacia atrás durante los primeros dos tercios del movimiento anterior hacia dentro para meterlos en otras corrientes de agua que todavía no han sido aceleradas hacia atrás.
Antes yo creía que los nadadores remaban con sus manos hacia dentro debajo del cuerpo porque la palma de la mano cambia de inclinación u orientación de fuera adentro durante este movimiento hacia dentro. Pensé que esto indicaba que estaban rotando las palmas y los antebrazos durante esta fase. Ahora creo que la mano y el antebrazo no rotan en el codo sino que se quedan en una posición estática durante este movimiento. De hecho, los nadadores forman grandes palas con forma de bumerán con la parte interna de los brazos, antebrazos y manos. Luego empujan estas palas hacia atrás y hacia dentro contra el agua hasta que la parte superior del brazo esté hacia atrás cerca de las costillas. Esto se produce cuando la inclinación de las palmas y la parte interna del antebrazo cambian de dirección de forma totalmente natural hacia fuera y luego hacia dentro, no a causa de un esfuerzo consciente de girarlos en estas direcciones sino simplemente porque los brazos están desplazándose hacia atrás con una trayectoria con forma de arco que va hacia atrás y hacia fuera durante la primera mitad y hacia atrás y hacia dentro durante la segunda mitad (véase la figura 3.6).
En otras palabras, las palmas y los antebrazos sencillamente miran hacia la dirección en la que se están desplazando durante el movimiento hacia dentro. La rotación procede de la articulación del hombro, y no del codo. Los nadadores deben simplemente mantener las palmas de las manos y la parte ventral de los antebrazos y brazos alineadas como si fuesen una sola unidad. La fuerza muscular para rotar los brazos debe venir de la espalda y de los hombros. Como explicaré en los próximos párrafos, esto hace que el movimiento hacia dentro sea propulsor y muy potente.
Hasta ahora sólo he mencionado un factor que hace que la aducción del hombro sea superior a la remada. Los nadadores pueden utilizar la fuerza de arrastre en mayor grado, lo que a su vez aumenta la fuerza propulsora que puedan producir. Otro factor, que debe tener un efecto aún mayor sobre la producción de la fuerza propulsora durante el movimiento hacia dentro, es que los nadadores pueden utilizar los grandes músculos y producir más fuerza aduciendo los brazos hacia atrás con el hombro que remando hacia dentro. Los grandes músculos de los hombros y del tronco, los deltoides, el pectoral mayor y el dorsal ancho, serán utilizados para realizar el trabajo cuando se aducen los brazos hacia atrás desde el hombro como si fuesen palas. En cambio, no podrán producir tanta fuerza muscular con movimientos de remada. Los músculos pectorales mayores del pecho y los deltoides anteriores de los hombros estarían todavía implicados en los movimientos de remada, pero los nadadores utilizan más fuerza para la rotación interna y menos para empujar hacia atrás contra el agua porque rotan los brazos hacia dentro más de lo que los empujan hacia atrás. Al mismo tiempo, los deltoides posteriores y los grandes músculos del dorsal ancho, que tienen la forma de un gran abanico que cubre la mayor área de la parte superior de la espalda, se utilizarán muy poco si los brazos no se desplazan hacia atrás. No debe ser difícil comprender que minimizar el papel de estos dos grandes grupos musculares reducirá drásticamente la fuerza propulsora que los nadadores pueden producir durante el movimiento hacia dentro.
Otra desventaja de remar, comparada con la aducción del hombro, es que implica a varios pequeños grupos musculares del antebrazo y el brazo para ayudar en la rotación de la mano y del antebrazo.
Los pequeños grupos musculares suelen fatigarse más rápidamente que los grandes. Por consiguiente, los nadadores que reman probablemente se fatigarán más que los que no lo hacen. Por supuesto que los brazos rotan hacia dentro durante el movimiento en el mismo sentido, aunque los nadadores los utilicen como palas. Sin embargo, aquella rotación será efectuada por los grandes músculos de los hombros y de la espalda para aducir el brazo entero. Los pequeños músculos de la parte superior del brazo y de los antebrazos no se utilizarán para rotar el antebrazo y la mano hacia dentro.
En el estilo libre y mariposa, el movimiento hacia arriba sigue el movimiento hacia dentro. Existen de hecho dos movimientos correspondientes en espalda. Sin embargo, uno no puede llamarse movimiento hacia arriba, porque los nadadores de espalda están en una posición supina, de manera que los brazos se desplazan hacia abajo y no hacia arriba durante esta fase. Sin embargo, la manera en que aplican la fuerza propulsora es similar a como se aplica en el movimiento hacia arriba descrito en esta sección. Se ilustra el movimiento para el estilo libre desde la vista lateral (a) y la vista inferior (b) en la figura 3.7. El movimiento hacia arriba de mariposa es similar, excepto, por supuesto, que ambos brazos lo realizan simultáneamente.

Figura 3.7. El movimiento hacia arriba utilizado en el estilo libre.
La última parte del movimiento hacia dentro debe servir de transición para el siguiente movimiento hacia arriba. El cambio ocurre al acercarse la parte superior del brazo a las costillas, y al pasar las manos por debajo de la línea media del cuerpo. En este momento, los nadadores deben cambiar la dirección de la mano y del brazo de una que va hacia dentro y hacia arriba a una hacia fuera y hacia arriba. Esto se logra rotando la mano y el brazo hacia fuera rápidamente y empujándolos hacia fuera, hacia arriba y hacia atrás en dirección a la superficie del agua. El nadador sigue empujando hacia atrás contra el agua con la palma y la parte ventral del antebrazo hasta que la mano esté al lado del cuerpo y acercándose a la parte frontal del muslo. En este punto, termina el movimiento hacia arriba. El nadador relaja la presión sobre el agua y colapsa la palma hacia dentro deslizándola fuera del agua para el siguiente recobro del brazo. La velocidad del brazo y de la mano debe acelerar considerablemente desde el principio hasta el final del movimiento hacia arriba. Los brazos generalmente alcanzarán su velocidad máxima, a menudo más de 6 m/s, durante esta fase de la brazada.
El brazo debe permanecer flexionado durante el movimiento hacia arriba para que los nadadores puedan empujar hacia atrás contra el agua con la parte ventral del antebrazo y la palma de la mano. Sin embargo, puede ser necesario extender un poco el brazo para que los nadadores puedan seguir presionando hacia atrás contra el agua al desplazarse el brazo hacia fuera y hacia arriba. No obstante, la extensión no debe ser excesiva y el brazo debe seguir estando flexionado casi 90° cuando termina el movimiento hacia arriba.
Los nadadores de estilo libre dejan de empujar contra el agua y realizan el recobro del brazo por fuera del agua por encima de la superficie cuando se ha completado el movimiento hacia arriba. El brazo debe permanecer flexionado durante el recobro. Para facilitar el recobro de los brazos, los nadadores de mariposa extienden los brazos hacia arriba y hacia el lado cuando (los brazos) salen del agua. Para los nadadores de mariposa, los brazos se extienden como la primera parte del recobro. La extensión de los brazos no es la última parte del movimiento hacia arriba.
La descripción del movimiento hacia arriba presentada aquí es similar a la que figura en ediciones anteriores de este libro. Sin embargo, en ellas se explicaba que se utiliza el brazo como un objeto con perfil de ala en lugar de como una pala. Esto puede haber causado un concepto erróneo que me gustaría aclarar en este momento. En cuanto a la propulsión, el aspecto más importante del movimiento hacia arriba es que los nadadores empujan hacia atrás contra el agua con los antebrazos y las manos, mientras que los desplazan hacia fuera y hacia arriba. Deben hacer todos los esfuerzos posibles para mantener la parte ventral del antebrazo y la palma de la mano orientadas hacia atrás durante toda esta fase de la brazada. Esto requerirá mantener los brazos en una posición flexionada durante todo el movimiento hacia arriba.
La aceleración de la mano y del brazo llegó a ser un aspecto importante de la mecánica de la brazada con la investigación de Counsilman y Wasilak (1982). Estos dos hombres investigaron la relación entre la velocidad de los miembros y la velocidad de nado, y afirmaron que los mejores nadadores aceleraban las manos del principio al fin de las brazadas subacuáticas. Más tarde, Schleihauf (1986) mostró que este concepto era preciso pero demasiado simplificado. Los nadadores no aceleraban las manos de forma uniforme desde el principio hasta el final, sino que la velocidad de la mano aceleraba por impulsos, disminuyendo y luego aumentando con cada cambio importante de dirección durante las brazadas sub-acuáticas. Sin embargo, las velocidades más lentas de los miembros se veían durante la primera parte de las diversas brazadas subacuáticas, con las velocidades más rápidas ocurriendo normalmente durante la parte propulsora final de las brazadas tal y como habían afirmado Cousilman y Wasilak.
En la figura 3.8 se muestra un patrón típico de la velocidad de la mano para el plusmarquista mundial de 50 m estilo libre Tom Jager. El gráfico superior muestra las velocidades cambiantes de su mano a lo largo de un ciclo de brazada subacuática, y el gráfico inferior ilustra la velocidad de su centro de masas. Los nadadores dibujados en medio muestran qué fase de la brazada estaba siendo completada en cada punto particular de los gráficos. La velocidad de avance del cuerpo de Jager y la velocidad no direccional de sus manos se indican en el eje vertical en m/s. El tiempo que tardó en completar cada fase de la brazada se muestra en 1/100 s en el eje horizontal. Debo aclarar que las velocidades mostradas en la figura 3.8 son tridimensionales. Representan la velocidad real de la mano independientemente de la dirección. Los movimientos de las manos de los nadadores tienen componentes ascendentes, descendentes, laterales y de retroceso, que se combinan para calcular las velocidades de la mano presentadas aquí. Se utilizó la punta del dedo corazón de Jager como el punto de referencia para la velocidad de la mano mientras nadaba a su ritmo de 100 m. Los registros empiezan con el movimiento hacia abajo del brazo izquierdo.
El patrón de impulsos de velocidad de la mano izquierda iba de la siguiente forma. La velocidad de la mano izquierda disminuyó después de entrar en el agua hasta hacer el agarre. La velocidad de la mano aceleró, aunque no de forma máxima, durante el movimiento en ese sentido mientras se desplazaba hacia dentro por debajo de su cuerpo. Luego siguió un corto período de desaceleración durante la transición entre el movimiento hacia dentro y el movimiento hacia arriba, después de lo cual su mano izquierda aceleró hasta su velocidad pico al desplazarse hacia fuera y hacia arriba en dirección a la superficie. La velocidad de la mano izquierda se redujo cerca de la superficie al relajar la presión sobre el agua y empezar el recobro.

Figura 3.8. Un patrón típico de la velocidad de la mano en el estilo libre. El sujeto era Tom Jager.
Un patrón similar de aceleración y desaceleración tuvo lugar durante la brazada derecha. Obsérvese que los períodos durante el ciclo de la brazada cuando incrementaba y reducía la velocidad de la mano corresponden estrechamente a los momentos cuando aumentaba y reducía su velocidad de avance durante el ciclo de la brazada.
El patrón de la velocidad de la mano ilustrado en la figura 3.8 es típico de los patrones utilizados por los nadadores en los otros tres estilos competitivos. En todos los casos, los nadadores aceleran y desaceleran las manos por impulsos cada vez que cambian de dirección durante la brazada, y estos cambios de velocidad de la mano generalmente coinciden con cambios similares en la velocidad de avance del centro de masas. Cousilman y Wasilak (1982) registraron velocidades máximas de las manos de entre 4,5 y 6 m/s en su estudio.
Al parecer, los nadadores no aceleran las manos a velocidad máxima hasta la parte final de la brazada subacuática. Jager, por ejemplo, acelera la velocidad de su mano a sólo 3 m/s durante el movimiento hacia dentro por debajo de su cuerpo y luego a 6 m/s durante el movimiento hacia arriba. Esto significa que escoge intuitivamente utilizar alguna velocidad de mano óptima, en lugar de máxima, en medio de la brazada. Los nadadores probablemente realizan las brazadas de este modo para conservar la energía. Quizás, a lo largo de una prueba, no es posible mantener las velocidades máximas de las manos para la brazada subacuática entera.
Como se esperaría, los nadadores aceleran más las manos en las pruebas de velocidad que en las carreras más largas. Por otro lado, las mujeres generalmente no alcanzan las mismas velocidades de la mano que los hombres (Maglischo et al., 1986).
El agarre es el punto de la brazada subacuática donde los nadadores empiezan a acelerar el cuerpo hacia delante con los brazos. Los gráficos de la velocidad de avance muestran que, en todos los estilos, los buenos nadadores competidores no empiezan a acelerar su cuerpo hacia delante hasta que han realizado aproximadamente un tercio de la brazada sub-acuática. Los brazos se desplazan hacia fuera o hacia abajo 40 ó 50 cm antes de realizar el agarre. Tienen que cubrir esta distancia para que los nadadores puedan colocar la parte interna de los brazos y las manos mirando hacia atrás contra el agua antes de empezar a aplicar fuerza. El gráfico ilustrado en la figura 3.9 muestra el principio de la propulsión de avance en el estilo libre. El nadador es Kieren Perkins, plusmarquista y medallista de oro en 1.500 m estilo libre en los Juegos Olímpicos de 1992 y 1996. Los datos recogidos durante las finales de 1.500 m estilo libre en los Juegos Olímpicos de Verano de 1992, donde alcanzó su récord de 14:43,48, se muestran en 1/100 s en el eje horizontal, y la velocidad de avance en m/s en el eje vertical. La posición del agarre está marcada en el gráfico de la velocidad y en una vista lateral de la trayectoria de su brazo izquierdo justo encima del gráfico.

Figura 3.9. Un gráfico de la velocidad de avance de Kieren Perkins. Este gráfico muestra la velocidad de avance del centro de masas de Perkins durante una brazada subacuática izquierda.
Adaptada de Cappaert, 1993.
El gráfico de la velocidad empieza cuando Perkins inicia el movimiento hacia abajo con su brazo izquierdo. En este momento, ha completado la fase propulsora de su brazada derecha y su velocidad de avance está disminuyendo. Obsérvese que su velocidad de avance sigue desacelerando durante aproximadamente 0,20 s después del comienzo del movimiento hacia abajo. En este punto, su mano ha recorrido casi 50 cm hacia abajo, y su brazo y mano han logrado orientarse mirando hacia atrás al agua. Entonces empieza a empujar su brazo hacia atrás además de hacia abajo y su cuerpo empieza a acelerar hacia delante.
Los nadadores realizan el agarre de forma similar en los restantes tres estilos competitivos. No aplican la fuerza propulsora hasta que las manos han hecho aproximadamente un tercio del ciclo de la brazada subacuática. Se presentarán fotos que muestran la posición del agarre para cada estilo en capítulos posteriores. La posición de los brazos en el agarre ha llevado a menudo a algunos entrenadores a referirse a ellas como posiciones de agarre con el codo alto.
El legendario entrenador de natación James “Doc” Counsilman fue la primera persona que llamó la atención sobre la importancia de la posición del codo alto en el agarre. Lo hizo en su excelente libro The Science of Swimming (1968) [La natación: ciencia y técnica (1971)]. Los nadadores no deben tratar de aplicar fuerza propulsora con los brazos hasta que estén en esta posición con el codo alto porque, como se mencionó anteriormente, no pueden dirigir el agua hacia atrás hasta que los brazos y las manos estén mirando en esta dirección.
Los nadadores de estilo libre deben desplazar las manos hacia abajo y hacia delante a la posición del agarre. Deben también estar flexionando el brazo al desplazarlo hacia abajo, hasta que el codo realmente adelante la mano. Entonces, y sólo entonces, deben empezar a empujar hacia atrás contra el agua. Los nadadores de espalda deben deslizar la mano hacia abajo, hacia fuera y hacia delante flexionando el codo hasta que éste avance y alcance la mano de manera que ambos estén mirando hacia atrás. Luego pueden empezar a empujar el brazo hacia atrás. Los nadadores de mariposa y braza deben deslizar las manos hacia los lados mientras que flexionan simultáneamente los codos hasta que éstos han alcanzado y están por encima de las manos, con manos y brazos mirando hacia atrás, antes de empezar a aplicar la fuerza propulsora.
Cuando compiten es natural que los nadadores empiecen a aplicar la fuerza contra el agua tan pronto como sienten la entrada de la mano en el estilo libre, espalda y mariposa, e inmediatamente después de que se han extendido los brazos hacia delante en braza. No obstante, no deben hacerlo porque en estos momentos los brazos estarán empujando hacia abajo o hacia fuera, no hacia atrás, contra el agua. No es sorprendente, por lo tanto, que el error más común en la natación sea aplicar la fuerza contra el agua antes de alcanzar una posición con el codo alto. Este error se denomina codo caído. La figura 3.10 de un nadador de estilo libre con el codo caído ilustra la razón por la que el codo caído es un defecto tan grave de la brazada.

Figura 3.10. El codo caído en el estilo libre.
Como se describió anteriormente, el brazo debe estar en el agua a una profundidad de aproximadamente 40 a 50 cm durante el movimiento hacia abajo en estilo libre antes de que los nadadores puedan colocar la parte interna de los brazos y antebrazos mirando hacia atrás. Si los nadadores tratan de aplicar la fuerza inmediatamente o justo después de comenzar el movimiento hacia abajo, terminarán empujando hacia abajo contra el agua con los brazos. Esto empujará el cuerpo hacia arriba, creando un efecto de frenado que reduce la velocidad de avance más rápidamente de lo normal en el movimiento hacia abajo.
Los nadadores que dejan caer los codos lo hacen porque tratan de aplicar la fuerza propulsora antes de que los brazos estén orientados hacia atrás. Esto les hace empujar hacia abajo, hacia fuera o hacia dentro contra el agua, causando fuerzas contrarias que pueden perturbar su alineación horizontal y lateral, y disminuir su velocidad de avance incluso más de lo que se reduce normalmente durante los movimientos hacia fuera y hacia abajo en los diversos estilos. En mariposa y braza, se logra una posición con el codo alto desplazando las manos y los brazos hacia fuera, no hacia abajo, porque los nadadores de estos estilos no pueden rotar el cuerpo hacia el lado cuando ambos brazos realizan la brazada simultáneamente. Si dejan caer los codos es porque acortan el movimiento de los brazos hacia fuera y empiezan a empujarlos hacia abajo y hacia dentro demasiado pronto. Al realizar el agarre, los nadadores de espalda deben deslizar las manos y los brazos hacia fuera a los lados más que los nadadores de estilo libre, pero menos que los de mariposa y braza. Dado que la extensión del hombro está limitada después de tener los brazos por encima de la cabeza, los nadadores de espalda encuentran más fácil orientar los brazos hacia atrás deslizándolos hacia fuera casi tanto como hacia abajo.
De este último razonamiento es evidente que el momento crítico cuando los nadadores tienden a dejar caer los codos es durante los movimientos hacia abajo en el estilo libre y espalda y durante los movimientos hacia fuera de mariposa y braza. Para corregir este problema, deben ser entrenados a esperar hasta que los brazos estén lo suficientemente profundos o hacia el lado para lograr una orientación hacia atrás antes de empezar a aplicar la fuerza contra el agua. Los nadadores más veloces han aprendido, por entrenamiento o por intuición, a esperar hasta que los brazos estén mirando hacia atrás antes de desplazarlos hacia dentro. Los nadadores con menos destreza tratan de aplicar la fuerza mientras que los brazos miran todavía hacia fuera o hacia abajo.
Los nadadores que dejan caer los codos a menudo se engañan pensando que están empujando hacia atrás contra el agua porque pueden flexionar la muñeca y rápidamente orientar las palmas de las manos hacia atrás después de empezar a desplazar los brazos hacia abajo o hacia el lado. Lo que olvidan es que tanto los brazos como las manos están desplazándose hacia abajo o hacia el lado, no hacia atrás, durante estos movimientos. Por eso, estarán realmente dirigiendo el agua hacia abajo o hacia el lado en lugar de hacia atrás con la parte interna ancha de los antebrazos y brazos, aunque las muñecas estén flexionadas con las palmas mirando hacia atrás. Se puede evitar el codo caído si los nadadores esperan hasta que todo el brazo mire hacia atrás antes de empezar a empujar contra el agua con cada nueva brazada.
Muchos entrenadores creen que los nadadores dejan caer el codo porque carecen de fuerza muscular para mantenerlos por encima de las manos durante la brazada subacuática. Sin embargo, dudo que una falta de fuerza sea la causa de que dejen caer los codos. La destreza y no la fuerza corrige el codo caído. Por mucha fuerza que tengan no se impedirá a los nadadores empujar hacia abajo o hacia fuera con los brazos si intentan aplicar la fuerza propulsora antes de que los brazos estén mirando hacia atrás. En cambio, sí hace falta mucha fuerza para realizar la brazada correcta si los nadadores están dispuestos a esperar hasta que los brazos estén mirando hacia atrás contra el agua antes de empezar a empujar hacia atrás.
Otro punto importante que hay que considerar en relación con el agarre es que los nadadores deben ali-near los brazos, antebrazos y manos casi perpendiculares a la superficie antes de empezar a aplicar la fuerza propulsora. No debe haber una flexión excesiva de la muñeca. Es decir, las muñecas no deben mirar hacia arriba o hacia dentro cuando los brazos miran hacia atrás. Ni deben mirar hacia fuera ni hacia abajo. Más bien las muñecas deben mirar en la misma dirección que los brazos. Por la misma razón, los brazos no deben mirar hacia abajo o hacia fuera cuando las manos miran hacia atrás.
Todos estos ejemplos de una mala alineación harán que los nadadores dejen caer el codo y empujen hacia abajo, hacia arriba o hacia fuera con una parte del miembro mientras que tratan de empujar hacia atrás con otras partes del cuerpo. Cuando se realiza el agarre, el brazo y la mano juntos deben estar casi perpendiculares a la superficie y alineados.
Muchos entrenadores han comentado que los nadadores de nivel mundial parecen tener menos burbujas alrededor de sus miembros que los nadadores más lentos. Es porque las burbujas de aire indican turbulencia y una pérdida concomitante de fuerza propulsora.
Las burbujas de aire significan generalmente que los nadadores no hicieron el agarre correctamente. Atrapan el aire debajo de las manos y de los brazos cuando entran en el agua. Si los nadadores empiezan a acelerar los miembros hacia abajo o hacia fuera inmediatamente después de su entrada en el agua, el agua que hay detrás de los brazos impulsará este aire de atrás hacia la parte delantera y los lados de los miembros en un patrón de turbulencia manifestada como una corriente de burbujas que giran descontroladamente. En el estilo libre, mariposa y espalda, las manos se desplazan hacia abajo, hacia dentro y hacia delante al entrar en el agua. Los nadadores que dejan caer los codos seguirán acelerando los brazos en estas direcciones después de su entrada y también tratarán de acelerarlos inmediatamente. Estas acciones expulsan el aire de debajo de los brazos y las manos, y se ve un claro patrón de turbulencia en forma de burbujas de aire.
Los buenos nadadores tienen menos burbujas alrededor de las manos y los brazos durante la primera parte de su brazada subacuática porque no tratan de aplicar la fuerza propulsora inmediatamente durante el movimiento hacia abajo o hacia fuera. Esperan hasta llegar a la posición del agarre para hacerlo. De hecho deslizan las manos hacia delante debajo del agua una corta distancia al empezar cada brazada nueva y luego desaceleran los brazos al llegar a la posición del agarre. El estiramiento hacia delante separa el aire atrapado de los brazos de manera que no se vean burbujas de aire cuando empiezan el movimiento hacia abajo o hacia fuera. Dejar de realizar el movimiento rápido hacia abajo con los miembros y deslizarlos hacia delante debajo del agua tiene el efecto de limpiar los brazos y las manos del aire. Por consiguiente, no habrá aire detrás de los miembros para crear burbujas una vez que los nadadores llegan a la posición del agarre y empiezan a empujar los brazos hacia atrás por el agua.
Las burbujas de aire en sí no interfieren con la velocidad de avance. Sin embargo, sí indican acciones de brazada que reducirán la velocidad de avance. La presencia de burbujas de aire significa que los nadadores han intentado aplicar la fuerza demasiado pronto durante el movimiento hacia abajo o hacia fuera de los varios estilos competitivos. Los nadadores que producen una gran cantidad de burbujas, de hecho, han dejado caer los codos. Han intentado aplicar la fuerza contra el agua antes de que los brazos mirasen hacia atrás.

Figura 3.11. Ilustración de las burbujas de aire alrededor de las manos. El nadador de mariposa en (a) tiene muy pocas burbujas de aire alrededor de su mano después de su entrada en el agua, mientras que el nadador en (b) lleva mucho aire dentro del agua, causando turbulencia.
Dicho esto, algunas burbujas de aire pueden verse alrededor de las manos y los brazos de incluso los mejores nadadores entre la posición de la entrada y la del agarre de mariposa, espalda y estilo libre. Esto es normal y no indica necesariamente una mala mecánica. Sin embargo, si esta turbulencia es excesiva, es evidente que los nadadores correspondientes han dejado caer el codo. Deben desacelerar los miembros y deslizarlos hacia delante una corta distancia después de la entrada para corregir este problema. Entonces, antes de intentar aplicar fuerza al agua, deben deslizar los brazos con el codo alto a la posición del agarre.
Los dos nadadores de mariposa de la figura 3.11 muestran el patrón bueno y el malo de la turbulencia de burbujas de aire. El nadador de la figura 3.11a está realizando el agarre de forma correcta. Permitió que el primer batido de las piernas empujase los brazos hacia delante, limpiándolos del aire atrapado apenas entrasen en el agua. Por consiguiente, se ven muy pocas burbujas de aire alrededor de sus brazos y manos durante el movimiento hacia fuera. El nadador de la figura 3.11b empezó a acelerar sus brazos hacia abajo y hacia fuera casi inmediatamente después de su entrada en el agua. Esto causó que el aire atrapado saliese disparado de debajo de sus brazos con un gran patrón de burbujas turbulentas de aire.
En la última década, ha habido una amplia aceptación de la creencia de que la rotación de las caderas de lado a lado es el mayor catalizador de la propulsión en el estilo libre y espalda (Prichard, 1993). Se han citado varias analogías de otros deportes para apoyar esta afirmación. Los que proponen esta técnica señalan el hecho de que los atletas en tierra inician los movimientos de golpear, balancear y lanzar con el brazo rotando primero las caderas en la dirección del movimiento, produciendo una suma de fuerzas que empieza en las piernas y que gana fuerza al desplazarse hacia arriba a través de las caderas. Estas fuerzas culminan finalmente en un movimiento de tipo latigazo de los brazos que proporciona una potencia tremenda. Las destrezas tales como golpear con un bate o una raqueta, lanzar una pelota, martillo o disco se realizan de esta forma.
Estos expertos describen la aplicación de la fuerza en la natación como una técnica en la que la rotación de las caderas se transfiere a los hombros y braderas y los brazos, proporcionando más fuerza para la brazada. En otras palabras, los que proponen esta teoría creen que los esfuerzos propulsores de los nadadores de estilo libre y espalda se inician con una rotación de la cadera y que el brazo sigue a la cadera. Esto produce una ganancia de velocidad y potencia de forma similar a la suma de fuerzas que causa la rotación del cuerpo en actividades en tierra.
Sin embargo, esto es malentender el concepto de la suma de fuerzas. Lo que se ha ignorado es que la relación entre los movimientos de los brazos y la rotación de las caderas en la natación es muy diferente de la de las actividades en tierra. Por ejemplo, las analogías que apoyan el papel propulsor de la rotación de las caderas tienen lugar en la tierra, donde los pies están apoyados en el suelo de manera que las caderas puedan rotar alrededor de este punto de apoyo sin hacer que el cuerpo salga volando al espacio.
En cambio, los nadadores están suspendidos libremente en el agua, de manera que no existe ningún punto de apoyo desde el que puedan generar la fuerza. Es cierto que los nadadores rotan las caderas de lado a lado en el estilo libre y espalda. Sin embargo no creo que lo hagan para generar la fuerza propulsora, sino para reducir el arrastre resistivo. Como se explicó en el capítulo anterior, los movimientos ascendentes y descendentes de los brazos ejercen fuerzas sobre las piernas y el torso que los hacen moverse en la misma dirección que los brazos. Si los nadadores dejan rotar el cuerpo en sintonía con los movimientos de los brazos, el cuerpo seguirá con su alineación lateral. Sin embargo, si se resisten a la tendencia de rotar en la dirección en la que se desplazan los brazos, las fuerzas creadas en la brazada harán que el cuerpo se tuerza de lado a lado.
Existe también una diferencia fundamental en la forma en que los atletas suman las fuerzas durante las actividades en tierra y en la natación. En las actividades en tierra, los brazos siguen la misma dirección en la que rota el cuerpo para recoger fuerza. Sin embargo, en la natación el cuerpo y el brazo se desplazan el uno hacia el otro durante el movimiento hacia dentro en el estilo libre y el movimiento hacia arriba de espalda. De hecho, el cuerpo rota hacia el otro lado cuando el brazo está completando la última fase propulsora de la brazada en espalda. En este caso, es evidente que una cadera está siendo simplemente empujada hacia arriba por el brazo que realiza la brazada mientras que la otra está siendo arrastrada hacia abajo por el brazo que realiza el recobro. Realmente no puede haber ninguna suma de fuerzas debida a la rotación del cuerpo durante estos movimientos. Es sólo durante el último movimiento hacia arriba de la brazada en el estilo libre que las caderas y los brazos zos se están desplazando en la misma dirección, y tanto la cantidad como la velocidad de la rotación de las caderas han disminuido significativamente en este momento.
Para una demostración adicional de que la rotación del cuerpo sigue los movimientos de los brazos y no viceversa, sólo hay que observar los movimientos subacuáticos del nadador de estilo libre o espalda fotograma por fotograma en una película de vídeo. Los movimientos hacia abajo o hacia arriba de los brazos siempre preceden cualquier cambio en la rotación de las caderas. Para parafrasear un viejo dicho, no se puede poner el carro delante del caballo. En la natación competitiva, las caderas son el carro y la brazada es el caballo.
Cómo prevenir el dolor crónico de hombro con el agarre con codo alto
Lograr pronto una posición del codo alto en el movimiento hacia abajo o hacia fuera de los cuatro estilos competitivos es ciertamente una ventaja porque los nadadores pueden empezar a acelerar antes el cuerpo hacia delante.
Dicho esto, debo también mencionar que intentar empujar demasiado pronto en el movimiento hacia abajo o hacia fuera es una de las causas más comunes de la tendinitis en el hombro de los nadadores. Este problema está tan difundido entre los nadadores competitivos que se llama comúnmente hombro de nadador. Como mínimo, la tendinitis crónica disminuirá el rendimiento. En el peor de los casos, puede hacer que los nadadores dejen prematuramente el deporte. Muchos nadadores pueden prevenir la tendinitis o reducir su gravedad si no tratan de elevar los codos mientras empujan los brazos hacia atrás. Deben esperar hasta que los codos se desplazan por encima de las manos antes de empezar a empujar hacia atrás.
La causa más común del dolor crónico de hombro es la fricción causada por la cabeza proximal del húmero (el hueso largo del brazo) al rozar los tejidos blandos que rodean la articulación del hombro: el tendón supraspinoso, el tendón del bíceps y el ligamento coracoacromial (Kennedy, 1978). La situación de estas estructuras se ilustra en la figura 3.12.

Figura 3.12. Las estructuras óseas y ligamentarias de la articulación del hombro.
La rotación medial o hacia dentro es la acción de la articulación que más probablemente causará fricción entre la cabeza del húmero y los diversos ligamentos y tendones que la rodean, y ésta es la acción que realizan los nadadores cuando intentan colocar los codos por encima de las manos en una posición de codo alto. Mientras que es importante conseguir un agarre con codo alto en todos los estilos, respecto a la prevención de la tendinitis, hay una forma correcta y una errónea de hacerlo.
La fricción más intensa tiene lugar cuando los nadadores intentan empujar los codos hacia arriba, por encima de las manos, mientras que empujan a la vez los brazos hacia atrás. La cabeza del húmero es proyectada hacia delante en estrecha proximidad con las estructuras ligamentarias de la articulación del hombro, donde entrará más probablemente en contacto con ellas al rotar hacia delante y hacia abajo. En cambio, la fricción será menos intensa si los nadadores esperan hasta que los codos estén por encima de las manos antes de intentar empujar éstas hacia atrás. De esta forma la cabeza del húmero no será proyectada hacia delante con tanto vigor contra los ligamentos del hombro al realizar el agarre.
Puedes sentir esto tú mismo. Sostén el brazo delante de ti a la altura del hombro con el codo flexionado. Luego, intenta colocar el brazo en la posición de codo alto para el estilo libre empujando el hombro hacia delante y el codo hacia arriba, mientras presionas con la mano hacia abajo y hacia atrás. Deberás sentir una torcedura en la articulación del hombro al desplazarse la cabeza del húmero hacia delante y rotar hacia abajo por encima de varios ligamentos. Ahora, empezando con el brazo estirado en la misma posición, desplaza el hombro hacia delante y el codo hacia arriba mientras mueves la mano hacia abajo, pero no empujes la mano hacia atrás. La sensación de torcedura debe reducirse considerablemente.
Un experimento similar producirá el mismo resultado para movimientos que simulan los que se hacen hacia fuera en mariposa y braza. En este caso, la manera errónea es empujar las manos hacia atrás y hacia fuera mientras se intenta colocar los brazos para el agarre con el codo alto. La manera correcta es deslizar las manos hacia fuera y hacia abajo, pero no hacia atrás, hasta que los codos estén situados por encima de ellas. Muchos nadadores con un historial de tendinitis grave llegan a experimentar poco o ningún dolor en el hombro después de aprender a realizar el agarre antes de empezar a empujar las manos hacia atrás.
Dado que el concepto es reciente, la investigación sobre la relación entre la rotación de las caderas y la fuerza de propulsión es escasa. No obstante, la que existe no apoya el concepto de que la rotación de las caderas aumente la fuerza propulsora. En el primer estudio que simuló la natación de estilo libre (Payton, Hay y Mullineaux, 1997), los investigadores construyeron un modelo del tronco y del brazo. Concluyeron que la rotación longitudinal del cuerpo aumenta las velocidades hacia dentro y hacia fuera de la mano, pero no las velocidades hacia atrás. Esto significa que la rotación del cuerpo puede aumentar la producción de las fuerzas de sustentación en la natación, pero no tendrá ningún efecto sobre la producción de las fuerzas de arrastre. Si crees, como yo, que el arrastre es la fuerza propulsora dominante, un aumento en la cantidad o velocidad de la rotación de la cadera hará poco para mejorar la fuerza propulsora.
En un segundo estudio acerca de la rotación de las caderas y las velocidades de las manos en las que se utilizaron a nadadores como sujetos, Payton, Bartlett y Baltzopoulos (1998) obtuvieron resultados opuestos a los anteriores. Encontraron que la rotación del cuerpo realmente disminuía la velocidad de la mano durante el movimiento hacia dentro de la brazada subacuática. Su conclusión era: “Que los resultados no apoyan la opinión de que los nadadores puedan generar altas velocidades de las manos y grandes fuerzas propulsoras con la rotación del cuerpo durante el movimiento hacia dentro”.
Cappaert (1997) escogió un enfoque más práctico para estudiar este tema. Comparó las velocidades de la rotación de las caderas y las fuerzas propulsoras durante la brazada en un grupo de nadadores. No pudo encontrar una relación significativa entre la fuerza del tirón en el estilo libre y varios aspectos de la rotación de las caderas. Los nadadores que empezaban la rotación de las caderas antes o llegaban a la velocidad máxima de rotación de las caderas antes durante la brazada no producían más fuerza propulsora con los brazos que los demás. Los sujetos eran 11 miembros del equipo residente de natación de los EE.UU. En otra fase de este estudio, entrenó a los nadadores para que rotasen las caderas antes y más rápidamente durante la brazada para determinar si dichas acciones aumentarían la fuerza propulsora que podrían generar. Los nadadores que recibieron este entrenamiento especial no aumentaron la fuerza propulsora de sus brazadas.
La única investigación disponible que sí apoya la rotación de las caderas como mecanismo propulsor fue presentada por Prichard (1993). Afirmó que los nadadores aumentaron su fuerza propulsora después de ejecutar ejercicios para mejorar la cantidad y la sincronización de la rotación de la cadera. Sin embargo, hay que mirar estos resultados con suspicacia. Los gráficos mostraron que los nadadores produjeron más fuerza propulsora mientras nadaban a la misma velocidad. Esto es altamente improbable. Si estuviesen produciendo más fuerza propulsora, cubrirían la distancia más rápidamente.
Otra teoría relacionada con el papel de la rotación de las caderas en la natación es que los nadadores de hecho anclan los brazos en la posición del agarre y rotan el cuerpo alrededor de los brazos para generar la fuerza propulsora. Sin embargo, el razonamiento que hay tras este concepto es igualmente defectuoso. Un brazo que no se está desplazando no puede ganar velocidad o fuerza de la rotación de las caderas. Además, las trayectorias de las brazadas como la ilustrada en la figura 3.10 (véase la página 88) ofrecen pruebas de que los nadadores no anclan los brazos en el agua. Estas trayectorias se dibujan a partir del movimiento del dedo corazón del nadador en relación con un punto fijo de la piscina, y muestran claramente que la mano sí que se desplaza una distancia considerable por el agua con cada brazada subacuática.
El argumento que trato de resaltar es académico. Creo que los brazos y los hombros son los pistones que realmente proporcionan la fuerza, y el cuerpo rota tanto para mejorar los esfuerzos propulsores de los miembros como para mantener una buena alineación lateral. En otras palabras, los brazos dirigen los esfuerzos de los nadadores en la brazada y las caderas los siguen, no al revés.
En todo caso, rotar el cuerpo de lado a lado es esencial para la natación eficaz en el estilo libre y espalda, aunque no por las razones normalmente presentadas. La rotación longitudinal del cuerpo no aumenta la fuerza propulsora, excepto de manera indirecta. La propulsión efectiva hacia delante sufrirá si los nadadores no rotan las caderas suficientemente y si no hay una buena sincronización con la brazada porque, como se mencionó anteriormente, se perturbará la alineación lateral y tanto los movimientos de los brazos subacuáticos como los de la superficie se verán comprometidos.
Quiero presentar un argumento más antes de dejar esta sección. Mis comentarios sobre el papel de la rotación de la cadera fueron motivados por el deseo de ser preciso en cuanto a los mecanismos de la propulsión en la natación humana. Nunca pretendí implicar que la rotación longitudinal del cuerpo no fuera importante para nadar rápidamente. Meramente quería aclarar por qué es importante. Como ya se ha indicado, la rotación de las caderas es una parte íntegra de la natación eficaz en estilo libre y espalda, y debe ser enseñada a todos los nadadores de estos estilos. La mayoría no rotan lo suficiente, ni rotan igualmente a cada lado. Por consiguiente, no hay nada malo en exagerar a la hora de corregir la rotación de las caderas. Los ejercicios que hacen hincapié en la rotación de las caderas ayudarán a los nadadores a realizar una brazada más eficaz y reducirán el arrastre resistivo. Por esto, se desplazarán más rápidamente por el agua.
Ahora debe ser evidente que ya no recomiendo utilizar los ejercicios de remada como una ayuda para enseñar las brazadas de los cuatro estilos competitivos. En esta sección describiré dos ejercicios que pueden ayudar a los nadadores a aprender a utilizar movimientos de tipo pala para la propulsión. Mientras que estos ejercicios incluyen algunos de los elementos de los ejercicios de remada que recomendé en la edición anterior de este libro, la manera en que los nadadores desplazan los brazos contra el agua es muy diferente.
Se deben ejecutar los siguientes ejercicios nadando sólo con los brazos con un pullbuoy o churro. Los nadadores aprenderán cómo utilizar los brazos para la propulsión más rápidamente si no dependen de las piernas para este fin.
El propósito de este ejercicio es desarrollar el movimiento hacia dentro para braza, estilo libre y mariposa. Las fotos de la figura 3.13 muestran la mecánica. Empezando en posición prona con los brazos extendidos por encima de la cabeza (figura 3.13a), los nadadores deslizan las manos lentamente hacia fuera a la posición del agarre (figura 3.13b).
Obsérvese que los codos de este nadador están flexionados y que sus brazos, antebrazos y palmas están mirando hacia atrás cuando se realiza el agarre. Los nadadores deben pararse un instante en la posición del agarre para asegurarse de que los brazos estén correctamente orientados hacia atrás.
Entonces deben aducir los brazos rápida y fuertemente hacia fuera, hacia atrás y hacia dentro hasta que la parte superior del brazo esté al lado de las costillas y las manos estén por debajo del cuerpo (figura 3.13c). Después de completar la fase propulsora del tirón, deben realizar el recobro suavemente desplazando los brazos hacia delante por debajo del agua y repetir la secuencia hasta que hayan recorrido la distancia requerida. Los nadadores pueden respirar como lo harían nadando a braza, o pueden utilizar patrones de respiración restringida si prefieren observar los brazos durante algunas brazadas.
Figura 3.13. El ejercicio de braza exagerada. Se ve al nadador al final del recobro (a), en la posición del agarre (b) y al completar el movimiento hacia dentro (c).
Como implica su nombre, este ejercicio se utiliza para enseñar el movimiento hacia arriba en el estilo libre y mariposa. Las dos fotos de la figura 3.14 muestran a un nadador al principio y al final de los movimientos de brazos utilizados en este ejercicio.
Flotando boca abajo en el agua, los nadadores empiezan desde la posición final del movimiento hacia dentro: con los brazos flexionados aproximadamente 90º y hacia atrás contra las costillas con las manos juntas por debajo del cuerpo (figura 13.14a). Desde esta posición, empujan hacia atrás contra el agua, con las palmas y los antebrazos de ambos brazos simultáneamente, desplazándolos hacia fuera y hacia arriba en dirección a la superficie. Los nadadores deben hacer esto sin extender mucho los brazos. El movimiento hacia arriba termina cuando ya no se puede mantener la orientación de los antebrazos hacia atrás. Esto ocurrirá cuando las manos se acerquen a la parte anterior de los muslos (figura 3.14b). En este momento, deben dejar de empujar contra el agua, girar las palmas hacia los muslos, y deslizar las manos hacia delante, con el pulgar primero, hasta colocarse en la posición inicial. Los nadadores pueden respirar durante este ejercicio como harían si nadasen a mariposa.
Figura 3.14. El ejercicio para el movimiento hacia arriba. La foto (a) muestra la posición inicial, desde la que el nadador empuja hacia atrás contra el agua con las palmas y los antebrazos, desplazándolos hacia fuera y hacia arriba en dirección a la superficie hasta la posición final mostrada en la foto (b).
Desde 1960 hasta 1980 los expertos no creían que las piernas añadieran mucho a la propulsión en tres de los cuatro estilos competitivos. Con la excepción de braza, se creía generalmente que el mantenimiento de una alineación horizontal y lateral era la función principal del batido. Creo que hoy en día, se acepta normalmente que, además de ayudar a mantener la alineación, las piernas también son capaces de contribuir significativamente a la fuerza propulsora en todos los estilos competitivos. Sin embargo, la propulsión del batido exige un alto precio, porque, comparada con la de la brazada, la de las piernas requiere un mayor gasto energético para producir fuerza propulsora. Por esta razón, los nadadores de fondo de estilo libre a menudo escogen ahorrar energía durante las primeras fases de la prueba reduciendo el esfuerzo del batido. Los nadadores en las pruebas de 200 m estilo libre, espalda y mariposa también reducen los esfuerzos en el batido un poco en la primera parte de la carrera por la misma razón. Como el caso de la brazada, existen cuatro movimientos básicos de batido que los nadadores utilizan en los estilos de competición.
Los movimientos de las piernas de los nadadores en el batido del estilo libre y espalda y en el batido de delfín de mariposa son muy similares en la forma en que generan la fuerza propulsora. Los nadadores utilizan dos movimientos básicos de las piernas, un movimiento ascendente y un movimiento descendente, en cada uno de los tres estilos. El movimiento descendente es la fase propulsora del batido de estilo libre y delfín. El movimiento ascendente es la fase propulsora del batido de espalda. En braza, los movimientos de las piernas se describen mejor como un movimiento hacia fuera y un movimiento hacia dentro. Permíteme describir cómo funciona cada uno de estos movimientos de las piernas en las siguientes secciones.
Los cuatro movimientos básicos de las piernas utilizados por los nadadores
El movimiento descendente. La fase propulsora del batido de estilo libre y delfín.
El movimiento ascendente. El movimiento de recobro del batido de estilo libre y delfín.
El movimiento hacia fuera. El primer movimiento hacia fuera de las piernas del nadador de braza.
El movimiento hacia dentro. El movimiento circular de las piernas en el batido de braza.
La figura 3.15 muestra cómo el movimiento descendente del batido de delfín puede propulsar al nadador hacia delante. La pequeña flecha negra, que indica la dirección del movimiento, muestra que los pies se desplazan hacia abajo y ligeramente hacia atrás durante la primera parte del movimiento descendente. Las piernas se flexionan durante la primera mitad y luego se extienden durante la segunda mitad del movimiento. El movimiento descendente termina con las piernas completamente extendidas y con los pies justo debajo del tronco. Estos mecanismos del batido de delfín deben ser igualmente efectivos durante el movimiento descendente del estilo libre.

Figura 3.15. La propulsión durante el batido de delfín.
Las flechas grandes detrás de las piernas del nadador indican cómo los nadadores pueden empujar hacia atrás contra el agua con los pies y las piernas mientras los desplazan hacia abajo y hacia atrás durante la primera mitad del movimiento descendente. Sin embargo, las piernas perderán su inclinación y dirección hacia atrás al acercarse a la extensión, por lo que el efecto principal durante la segunda mitad del movimiento descendente es un empuje hacia abajo contra el agua. Este empuje hacia abajo probablemente no es propulsor en el batido de estilo libre. Su función principal es probablemente mantener las caderas en la superficie del agua. Sin embargo, la segunda mitad del movimiento descendente puede ser propulsora en el batido de delfín. Puede producir una ondulación corporal inversa que propulsa al nadador hacia delante. Explicaré esto con más detalle en el capítulo 5.
Los pies propulsarán a los nadadores hacia delante más eficazmente durante la primera mitad del movimiento descendente si tienen una buena flexión plantar. El dibujo de la figura 3.16a muestra por qué la habilidad para extender los tobillos (con los dedos en punta) con un largo recorrido es una ventaja en el batido de estilo libre y de delfín. El nadador representado en esta figura puede mantener una orientación hacia atrás con los pies durante una mayor parte del movimiento descendente a causa de su habilidad para extender los pies desde los tobillos más de lo normal. Por consiguiente, debe poder generar fuerza propulsora durante una mayor parte del movimiento descendente.
En cambio, el nadador ilustrado en la figura 3.16b tiene menos habilidad para extender sus pies desde los tobillos. Por consiguiente sus pies pierden muy pronto la orientación hacia atrás en el movimiento descendente. Dado que están mirando hacia abajo, los pies no aumentarán la propulsión, sin embargo, sí ayudarán a las piernas a mantener las caderas en la superficie del agua.

Figura 3.16. La importancia de la extensión del tobillo para el batido.
Los movimientos ascendentes del batido de estilo libre y de delfín probablemente no son propulsores. El dibujo de la figura 3.17 ilustra por qué. Muestra a un nadador de mariposa completando el movimiento ascendente del batido de delfín.

Figura 3.17. El movimiento ascendente del batido de delfín.
Las trayectorias del batido conseguidas de películas de los nadadores de nivel mundial a la velocidad de competición muestran que sus pies se desplazan hacia arriba y hacia delante durante el movimiento ascendente en mariposa y hacia arriba, hacia delante y lateralmente en el estilo libre. Los movimientos de las piernas en estas direcciones realmente deberían inhibir en lugar de aumentar la fuerza propulsora a causa de las fuerzas contrarias que producen en direcciones hacia abajo, hacia atrás y lateralmente. El diagrama de los vectores en la figura 3.17 muestra que la dirección hacia arriba y hacia delante de las piernas durante el movimiento ascendente del batido de delfín produciría una gran fuerza de arrastre hacia abajo y hacia atrás. La cantidad de fuerza de sustentación, si la produjeran las piernas, sería pequeña y estaría dirigida hacia abajo y hacia delante, y cualquier combinación de estas dos fuerzas estaría dirigida en una dirección que tendería a arrastrar el cuerpo hacia abajo.
Al contrario de la creencia popular, la función principal del movimiento ascendente en estos dos estilos es probablemente situar las piernas para que puedan proporcionar la fuerza propulsora durante el próximo movimiento descendente. Por esta razón se debe realizar el movimiento ascendente de forma suave de manera que las piernas empujen hacia arriba contra el agua con el mínimo de fuerza posible. La fuerza de la extensión de las piernas en el movimiento descendente anterior debería utilizarse para rebotar las piernas hacia arriba de manera que se requerirá muy poca fuerza muscular para realizar el movimiento ascendente. Esta acción debe ser ayudada por la extensión de la articulación de la cadera, pero sólo con suficiente fuerza para mantener las piernas desplazándose en una dirección ascendente. Los pies deben colgar sueltos de los tobillos en una posición natural a medio camino entre extensión y flexión para que permanezcan con un pequeño ángulo de ataque al agua en relación con su dirección hacia arriba y hacia delante.
El agua que presiona hacia abajo sobre las piernas mientras se desplazan hacia arriba las mantendrá en una posición extendida. Los nadadores no deben esforzarse en contra de la presión del agua flexionando las piernas al desplazarlas hacia arriba. Flexionar las rodillas durante el movimiento ascendente sólo aumentará el avance de las piernas, y la fuerza contraria hacia atrás retardará la propulsión aún más.
Aunque no sea propulsor, el movimiento ascendente probablemente sirve para tres objetivos importantes:
A menudo se enseña el movimiento ascendente de forma incorrecta. Se enseña a los nadadores a elevar las piernas hacia la superficie, una acción que ejerce un efecto muy negativo sobre la propulsión. El movimiento ascendente debe ser un movimiento ascendente muy corto de las piernas. Sólo deben desplazarse hacia arriba desde el punto más profundo del anterior movimiento descendente hasta que estén, con los pies, alineadas con el cuerpo. El próximo movimiento descendente debe empezar en este momento con una ligera flexión de las piernas en la cadera y una presión hacia abajo con los muslos. Cuando empieza el movimiento descendente, la presión hacia arriba del agua debajo de las piernas empujará la parte inferior relajada de las mismas hacia arriba, dando la impresión de que el movimiento ascendente precedente está todavía realizándose. Sin embargo, no es así. La flexión de la rodilla y el movimiento hacia arriba de la parte inferior de las piernas es un movimiento pasivo causado por la presión hacia arriba del agua que está debajo de las piernas cuando empieza el movimiento descendente. Por lo tanto, aunque la flexión de la parte inferior de las piernas hará que los pies se desplacen hacia arriba a la superficie o un poco por encima de ella, la última parte del movimiento ascendente es realmente parte del próximo movimiento descendente.
El error más común de los que no realizan un buen batido es que flexionan las rodillas durante el movimiento ascendente. Muy pocos realizan un movimiento descendente de forma incorrecta. Utilizan un esfuerzo muscular para flexionar las rodillas durante el movimiento ascendente, lo que aumenta la fuerza de las piernas hacia arriba e invariablemente causa que los nadadores empujen la cara inferior de la pierna hacia delante contra el agua. Esto empujará las caderas hacia abajo en el agua y reducirá la velocidad de avance.
El batido de espalda. Dado que los nadadores están en una posición supina, el movimiento ascendente del batido de espalda es la fase propulsora del batido y el movimiento descendente probablemente no es propulsor. Se debe realizar el movimiento descendente con la pierna estirada, dejando que la presión del agua por debajo de la pierna la mantenga extendida mientras se desplaza hacia abajo. El movimiento ascendente debe empezar al pasar la pierna por debajo del cuerpo. En este momento el nadador debe empezar a desplazar la pierna hacia arriba flexionando ligeramente la cadera. Al hacerlo, el agua que presiona hacia abajo desde arriba flexionará la pierna preparándola para la extensión final. Parecerá que el nadador está todavía realizando el batido hacia abajo mientras que flexiona la rodilla, pero de hecho ya estará realizando el principio del movimiento ascendente. El dibujo de la figura 3.18 muestra cómo la propulsión probablemente se produce durante el movimiento ascendente del batido de espalda.
Una vez que empieza el movimiento ascendente, los nadadores extenderán la parte inferior de la pierna hacia arriba y lateralmente con una fuerza y rapidez considerables. Esta extensión de la pierna empieza con la rodilla flexionada y el pie extendido hacia abajo y hacia dentro (la punta de los dedos hacia dentro), y termina con la pierna extendida justo por debajo de la superficie del agua. La parte inferior de la pierna y el tobillo están mirando hacia atrás y desplazándose un poco hacia atrás durante la primera parte del movimiento ascendente, lo que permite a los nadadores empujar hacia atrás contra el agua durante esta fase. Por lo tanto, la primera parte del movimiento ascendente es probablemente la fase propulsora. La parte final del movimiento ascendente, sin embargo, probablemente no es propulsora. La pierna y el pie estarán empujando el agua hacia arriba y lateralmente. Por consiguiente, esa parte del batido probablemente ayuda a mantener la alineación lateral estabilizando el torso. Al igual que el batido de estilo libre y de delfín, la habilidad para extender los tobillos en un amplio recorrido aumentará la distancia durante la cual los nadadores pueden empujar hacia atrás contra el agua durante el movimiento ascendente.
El movimiento descendente del batido de espalda probablemente no es propulsor porque la pierna se desplaza hacia abajo y hacia delante, no hacia atrás, durante esta fase. Los movimientos descendentes deben realizarse suavemente con un esfuerzo muscular mínimo, permitiendo que el agua que empuja hacia arriba desde debajo de la pierna la mantenga en una posición extendida hasta el principio del próximo movimiento ascendente. El movimiento descendente debe terminar justo al pasar la pierna y el pie hacia abajo por debajo del tronco.

Figura 3.18. La propulsión durante el movimiento ascendente del batido de espalda.
En la patada de braza, la propulsión se produce probablemente cuando los nadadores extienden las piernas y empujan el agua hacia atrás con las plantas de los pies. Sin embargo, los pies no empujan directamente hacia atrás, sino que se desplazan con una trayectoria circular: hacia fuera, hacia atrás y ligeramente hacia abajo. El dibujo de la figura 3.19 muestra las vistas lateral y frontal del movimiento de los pies durante la patada de braza.
Una vez realizado el recobro hacia delante, el primer movimiento hacia fuera de las piernas no es propulsor. Su función es colocar los pies en la posición del agarre en la que pueden empujar hacia atrás contra el agua. Los humanos tienen una habilidad limitada para “aplanar los pies”. Por lo tanto, los bracistas deben deslizarlos por fuera de la línea de la cadera para colocar las plantas mirando hacia atrás antes de empezar a aplicar la fuerza propulsora. El movimiento hacia fuera empieza al final del recobro de las piernas y termina en la posición del agarre, en este caso, cuando los pies están orientados hacia atrás y empiezan a aplicar la fuerza propulsora empujando hacia atrás contra el agua. El agarre se realiza cuando las plantas de los pies miran hacia atrás. Los nadadores con una buena habilidad para la dorsiflexión (la habilidad para “aplanar los pies”) podrán alcanzar antes la posición del agarre con los pies. Por consiguiente, la fase propulsora de sus patadas, el movimiento hacia dentro, será más larga. En cambio, los nadadores con menos habilidad para la dorsiflexión tendrán que desplazar los pies hacia fuera y hacia atrás una mayor distancia antes de que estén mirando hacia atrás, y esto acortará la fase propulsora de la patada.
Una vez alcanzada la posición del agarre, los nadadores de braza empujan hacia atrás contra el agua con las plantas de los pies al realizar un movimiento circular tridimensional en el que los pies se desplazan hacia fuera, hacia abajo, hacia atrás y hacia dentro mientras estiran las rodillas.
La propulsión está probablemente dominada por el arrastre durante el movimiento hacia dentro de la patada de braza, de igual manera que en la fase propulsora de la brazada. Por lo tanto, la primera prioridad de los nadadores debe ser empujar hacia atrás contra el agua con las plantas de los pies durante el movimiento circular. Como se ve en la vista lateral de la trayectoria en la figura 3.19, los pies del nadador se desplazan ligeramente hacia abajo en la primera parte del movimiento hacia dentro. Esto es para alinear los pies con el cuerpo, cuando pueden aplicar la fuerza propulsora más eficazmente.
La trayectoria de la patada en la figura 3.19 hace parecer que las piernas están empujando hacia abajo más de lo que hacen en la realidad durante el movimiento hacia dentro de la patada de braza porque las trayectorias de los batidos se dibujan a partir de los movimientos del dedo gordo. Los pies y los dedos de los pies empiezan por encima de las caderas cuando comienza el movimiento hacia dentro. Sin embargo, durante éste, los pies rotan hacia abajo de manera que los dedos terminan siendo la parte más baja del cuerpo al final del movimiento hacia dentro. Esta rotación de los dedos hacia abajo da la impresión falsa de que los pies se hayan desplazado más hacia abajo de lo que realmente lo han hecho durante dicho movimiento hacia dentro.

Figura 3.19. Vistas lateral y frontal de la trayectoria de la patada de braza.
Sabemos desde hace tiempo que existe una tercera fase propulsora en braza que no tiene que ver con la propulsión de los brazos ni de las piernas. De hecho, tiene lugar durante el tiempo en que los brazos y las piernas están realizando el recobro hacia delante. La teoría es que esta propulsión es causada por la acción de la ola de agua que fluye alrededor de los nadadores al descender su velocidad durante el recobro de los miembros. Se ilustra la propulsión por la ola en braza en la figura 3.20.
Mason, Tong y Richards (1992) han encontrado una fase propulsora similar durante el recobro de los brazos y las piernas en mariposa que parece también ser causada por la acción de la ola. Existe un corto período de desaceleración que ocurre justo después de que los nadadores completen el movimiento hacia arriba de la brazada y el movimiento descendente de la segunda patada. Durante este período, la acción de la ola de agua les hace acelerar hacia delante durante la primera mitad del recobro de los brazos. También he observado los efectos de la acción de la ola en los nadadores de mariposa, tanto con los valores de la velocidad de avance del centro de masas como con los medidos por un velocímetro. Un ejemplo de la propulsión por la ola se ilustra en la figura 3.21.
La propulsión por la ola parece ser causada por una ola de agua que acelera hacia delante pasando a los nadadores justo después de que desaceleren rápidamente. Obsérvese en las figuras 3.20 y 3.21 que el impulso hacia delante atribuido a la propulsión por la ola siempre se ve precedido por un período corto y muy rápido de desaceleración después de terminar las fases propulsoras de la brazada. La propulsión por la ola probablemente funciona de esta forma. Cuando los nadadores aceleran hacia delante, arrastran algo de agua con ellos. Luego, cuando desaceleran repentinamente, una parte de esta agua fluye hacia delante pasándolos de forma similar a una ola. Este impulso acelera su cuerpo hacia delante durante un corto período de tiempo.

Figura 3.20. Un patrón de la velocidad del centro de masas de la tercera fase propulsora en braza durante el recobro de los brazos y las piernas.
Adaptada de Mason, Tong y Richards, 1992.
Figura 3.21. Un patrón de velocidad de mariposa mostrando la propulsión por la ola durante el recobro de los brazos y las piernas.
La propulsión por la ola es un ejemplo clásico de la transferencia del momento. Los nadadores primero transfieren el momento al agua arrastrándola hacia delante. Luego, cuando desaceleran, algo de este momento se transfiere de vuelta del agua a los nadadores, acelerándolos hacia delante. Los nadadores deben utilizar la propulsión por la ola al máximo porque, de hecho, es una propulsión gratuita. Es decir, los nadadores no tienen que ejercer ningún esfuerzo muscular para acelerar el cuerpo hacia delante.
Los nadadores pueden maximizar los efectos de la propulsión por la ola adoptando una posición hidrodinámica durante el tiempo que dura. Una mala hidrodinámica aumentará el arrastre por forma y por interferencia, que a su vez reducirá la longitud y la velocidad del impulso hacia delante proporcionado por las olas. En cambio, una buena hidrodinámica aumentará la velocidad y la longitud de este impulso propulsor. En la figura 3.22, obsérvese que las piernas del nadador de braza están inclinadas hacia atrás al principio del recobro. El hecho de que estén colocadas de esta forma reducirá el arrastre por forma y debe aumentar la cantidad de propulsión que recibe por la acción de la ola. En cambio, los nadadores de braza que empujan las piernas hacia abajo y hacia delante contra el agua durante el recobro crearán una cantidad significativa de arrastre por empuje que reducirá, o quizás eliminará, la propulsión por la ola durante esta fase.
Los nadadores de mariposa deben elevar las piernas alineadas con el cuerpo y mantener las caderas en la superficie durante el recobro de los brazos, si no un aumento del arrastre por forma reducirá la cantidad de propulsión por la ola que reciben. Cualquier inclinación hacia abajo, desde la cabeza hasta los pies, aumentará el arrastre por forma y reducirá la propulsión por la ola en este momento.
Los nadadores de mariposa, y posiblemente estilo libre y espalda, deben dejar de empujar hacia atrás contra el agua en el momento apropiado durante la terminación de la brazada subacuática si esperan recibir un impulso de propulsión hacia delante por las acciones de las olas. Si los brazos siguen empujando hacia la superficie cuando ya no están orientados hacia atrás, la velocidad de avance disminuirá durante la brazada subacuática y el agua que empuja contra el cuerpo tendrá tiempo para ajustarse a esta reducción de la velocidad antes de que los brazos empiecen a realizar el recobro hacia delante. Por consiguiente, los efectos de la propulsión por la ola serán amortiguados por el arrastre resistivo creado por empujar el agua hacia arriba con los brazos al final de la brazada subacuática, y el efecto se habrá disipado para cuando las manos salgan del agua.
Figura 3.22. Un ejemplo de la propulsión por la ola en braza.
Durante un tiempo pensé que la ondulación corporal contribuía a la propulsión. Hoy en día no estoy tan seguro. Ya no creo que los nadadores que avanzan por el agua puedan desplazar el agua hacia atrás con suficiente fuerza como para acelerar el cuerpo hacia delante. Sin embargo, puede haber algo en el efecto de la gravedad arrastrando el cuerpo hacia abajo y hacia delante después de que las caderas hayan llegado a su pico que podría mantener o aumentar la propulsión durante un corto período de tiempo. En este contexto, Van Tilborgh, Willens y Persyn (1988) han presentado mayores impulsos propulsores para un bracista utilizando el estilo ondulatorio con batido de delfín que para otros ocho sujetos que no utilizaban el estilo delfín. Sanders (1996) también presentó valores significativos de ondulación en los bracistas de nivel nacional de Nueva Zelanda.
Con respecto a mariposa, Sanders, Cappaert y Devlin (1995) sugirieron que “la energía acumulada levantando la parte superior del cuerpo se reutilizaba para ayudar a la propulsión o reducir el arrastre” al descender el cuerpo en el agua. Según estos investigadores, cuando los nadadores de mariposa levantan la cabeza y los hombros fuera del agua durante la brazada, establecen una situación en la que los movimientos posteriores de esas partes del cuerpo hacia abajo en el agua producen una suma de fuerzas parecida a una ola que origina más fuerza en el movimiento descendente del batido de delfín. Estos investigadores han descrito esta forma de propulsión como la ondulación corporal. Ésta no debe confundirse con la propulsión por la ola. La primera es causada por los movimientos ondulatorios del cuerpo, mientras que la última implica la propulsión que se debe a la acción de las olas en el agua.
La nadadora de la figura 3.23 inicia la ondulación corporal dejando caer la cabeza justo antes de que las manos entren en el agua. Sigue un movimiento hacia abajo con los hombros, la elevación de las caderas y finalmente la extensión de las piernas durante el movimiento descendente del primer batido de delfín. Como se indica, puede que la naturaleza secuencial de estos movimientos ondulatorios cree una ondulación corporal o una suma de fuerzas que se desplaza hacia atrás desde la cabeza a los pies, causando una cantidad adicional de fuerza propulsora durante el movimiento descendente del primer batido de delfín.

Figura 3.23. La ondulación corporal en la natación.
La ondulación corporal es un concepto difícil de visualizar, e incluso aún más difícil de aceptar. No obstante, puede estar funcionando aquí. Las observaciones de los nadadores de mariposa ciertamente muestran que el movimiento hacia abajo de brazos, cabeza y hombros precede la ondulación hacia arriba de las caderas, que también precede la extensión principal hacia abajo de las piernas. Por consiguiente, puede que los nadadores de mariposa, y quizá braza, utilicen realmente la ondulación secuencial de las partes de su cuerpo para intensificar la propulsión. Sin embargo, no se debe olvidar que el efecto de la gravedad también puede desempeñar un papel para intensificar la propulsión. Después de que los nadadores de mariposa y braza hayan levantado la cabeza y los hombros por encima del agua para respirar, el efecto de la gravedad puede acelerar su reentrada en el agua. Ésta, a su vez, puede arrastrar las caderas y los muslos hacia arriba y hacia delante, simultáneamente acelerando o manteniendo su velocidad de avance.
Mencioné anteriormente en este capítulo que la parte final descendente del movimiento hacia abajo del batido de delfín puede ser un mecanismo propulsor. Lo llamé la ondulación corporal inversa sólo porque el término ondulación corporal ya había sido utilizado por Sanders y sus colaboradores. La ondulación corporal inversa puede funcionar de la manera ilustrada en la figura 3.24.
Cuando los nadadores de mariposa realizan el batido hacia abajo, la fuerza descendente de las piernas elevará las caderas hacia arriba y hacia delante por encima del agua. Al pasar las caderas por encima del pico de su ondulación hacia arriba y empezar a descender, la fuerza descendente tendrá normalmente el efecto de empujar la cabeza y los hombros hacia abajo en el agua. Sin embargo, si los nadadores estiran los brazos hacia delante y levantan la cabeza y el tronco hacia una posición horizontal, la fuerza descendente de las caderas debería empujar el cuerpo hacia delante en la dirección del movimiento de las manos y el tronco. Por supuesto, esto es exactamente lo que hacen los buenos nadadores de mariposa durante esta fase de la brazada. Un punto clave en la sincronización de su brazada es empezar a deslizar las manos hacia fuera y ligeramente hacia arriba, y mirar hacia arriba justo cuando las caderas pasan por el pico de su ondulación ascendente y empiezan a descender. Los nadadores de braza que utilizan el estilo ondulatorio también deslizan las manos y los brazos hacia fuera y miran hacia arriba precisamente al pasar las caderas por el pico de su ondulación y empezar a bajar.

Figura 3.24. La ondulación corporal inversa.
El efecto posible de la gravedad en la propulsión en este momento tampoco debería ignorarse. Después de que los nadadores de mariposa y braza hayan elevado la cabeza y los hombros fuera del agua para respirar, el efecto de la gravedad puede acelerar la caída de dichas partes del cuerpo al agua. Esto, a su vez, puede arrastrar las caderas y los muslos hacia arriba y hacia delante, simultáneamente acelerándolos.
Gran parte del material presentado en este capítulo ha sido teórico y altamente técnico. Para que sea útil a los nadadores y entrenadores, debe ser resumido y explicado en términos sencillos que se apliquen a la natación competitiva. Se presenta a continuación una lista de afirmaciones fundamentales que se relacionan con la reducción de la resistencia del agua y el incremento de la fuerza propulsora.
• Mantener la alineación lateral en el estilo libre y espalda mediante la rotación del cuerpo alrededor de su eje longitudinal en sincronización con los movimientos ascendentes y descendentes de los brazos. El cuerpo entero debe rotar, desde la cabeza hasta los dedos de los pies, como una sola unidad. No se debe nunca tratar de mantener una parte –por ejemplo, las caderas o las piernas– en una posición plana mientras que los brazos y los hombros se desplazan hacia arriba y hacia abajo.
• Para reducir el arrastre por forma, mantener la cabeza alineada con el tronco siempre que sea posible. El único momento en que la cabeza no debe estar alineada es cuando se eleva fuera del agua para respirar en mariposa y braza. La cabeza debe permanecer alineada con el tronco cuando se rota hacia el lado para respirar en el estilo libre.
• Mantener la alineación horizontal nadando a través del agua y no por encima de ella. Cualquier esfuerzo para elevar la cabeza y los hombros por encima del agua sólo aumentará el arrastre por forma y por la ola. Las excepciones son mariposa y braza, en las que los nadadores deben elevar la cabeza y los hombros fuera del agua para respirar. Sin embargo, incluso los nadadores de estos estilos deben mantener una posición horizontal del cuerpo durante las fases propulsoras de la brazada y del batido, por lo menos todo cuanto sea posible.
• La ondulación del cuerpo es esencial para la propulsión en mariposa y, en menor grado, braza, pero no debe ser excesiva. Los nadadores deben elevar la cabeza y los hombros fuera del agua suficientemente como para reducir el arrastre resistivo durante la respiración y, en el caso de mariposa, para permitir el recobro de los brazos sin arrastrarlos hacia delante. La ondulación debe tener lugar desde la superficie o justo debajo de ella hasta una posición por encima de ella donde se realiza la respiración. Los nadadores no deben empujar el cuerpo debajo del agua simplemente para aumentar la amplitud de la ondulación. Un empuje excesivo del cuerpo hacia abajo sólo aumentará el arrastre por forma.
• Todos los movimientos de entrada y recobro de los brazos y las piernas deben ser “suaves” y fluidos para reducir el arrastre por empuje. Siempre que sea posible, mantener los miembros dentro del área de sección del cuerpo cuando entran en el agua, y deslizarlos hacia delante por el agua con las superficies más pequeñas y afiladas, las yemas de los dedos, mirando hacia delante.
• La primera parte de todas las brazadas subacuáticas, el movimiento hacia abajo y el movimiento hacia fuera no son propulsores. Por lo tanto, deben realizarse suave y fluidamente para minimizar el arrastre por empuje. Desplazar los miembros con la parte más pequeña y afilada de las manos y brazos, las yemas de los dedos, por delante al deslizarlos hacia abajo o hacia fuera durante los movimientos hacia abajo y hacia fuera en los cuatro estilos.
• No realizar un batido más profundo, alto o amplio de lo necesario para producir una cantidad óptima de fuerza propulsora. Los batidos que son excesivamente amplios y profundos aumentarán el arrastre por empuje y pueden alterar la alineación horizontal y lateral. Desplazar las piernas demasiado hacia arriba en el batido empujará el cuerpo hacia abajo. Siempre que sea posible, mantener una amplitud óptima en los movimientos de las piernas que permita que estén dentro del área de sección del torso tanto en sentido lateral como vertical.
• No adoptar una posición flexionada con las piernas en los batidos de estilo libre y delfín. Las piernas sólo deben desplazarse hacia arriba hasta el nivel del cuerpo durante el movimiento ascendente del batido de estilo libre y delfín (movimiento descendente en espalda). El resto del movimiento hacia arriba debe tener lugar en el siguiente movimiento descendente (ascendente en espalda). La flexión de las piernas en este momento puede hacer pensar que sigue realizándose el movimiento ascendente, pero la flexión debe ocurrir cuando los muslos están realmente empujando hacia abajo. En este momento, el agua por debajo de la parte inferior de la pierna relajada empujará el cuerpo hacia arriba a una posición flexionada hasta que empiecen a estirarse las rodillas. Utilizar el mínimo de esfuerzo muscular necesario para flexionar las piernas hacia delante durante el recobro de las piernas en braza.
• Esperar siempre hasta lograr una posición de agarre con el codo alto antes de aplicar una fuerza hacia atrás contra el agua. Los nadadores principiantes tratan de aplicar fuerza cuando los brazos están mirando hacia abajo o contra el agua. Deben aprender a esperar hasta que hayan colocado la parte ventral de los brazos y las palmas de las manos para empujar hacia atrás contra el agua antes de aplicar fuerza. Los brazos y las manos deben realizar aproximadamente un tercio de la brazada subacuática antes de que el nadador empiece a empujar hacia atrás contra el agua.
• Los brazos deben flexionarse en aproximadamente 90º cuando se realiza el agarre, y no deben extenderse ni flexionarse más de forma significativa durante las siguientes fases propulsoras de la brazada. En otras palabras, los nadadores deben formar una pala con forma de bumerán con la parte ventral de los brazos y las manos cuando realizan el agarre, y deben empujar hacia atrás contra el agua durante toda la brazada sin cambiar apreciablemente la forma de los brazos. De esta manera, el trabajo de la propulsión hacia delante es realizado por los grandes grupos musculares aductores y extensores de los hombros y del torso en lugar de los pequeños grupos musculares que tienden a rotar los antebrazos y las manos. La única excepción a esta regla ocurre en espalda, cuando los brazos se extienden hacia atrás y por debajo de los muslos durante la fase propulsora de la brazada.
• Mantener la palma de la mano y la parte ventral del antebrazo alineadas como si fueran una unidad sin articulación durante las fases propulsoras de las diferentes brazadas. La tendencia de rotar la mano hacia dentro y hacia fuera por delante del brazo en la misma dirección y la tendencia de sobreflexionar o hiperextender la muñeca durante la fase propulsora de la brazada representan dos de los errores más comunes de los nadadores. De hecho las manos rotan durante las diferentes brazadas subacuáticas, pero sólo porque miran en la dirección del movimiento de los brazos. Esta rotación no se inicia rotando la palma y dejando seguir el brazo. Los nadadores deben mantener las palmas de las manos alineadas con la parte ventral del antebrazo y permitir que la dirección del movimiento de los brazos dicte la inclinación de las manos.
• Realizar siempre brazadas con trayectorias diagonales hacia atrás durante las fases propulsoras de las brazadas subacuáticas. Aunque el arrastre es probablemente la fuerza propulsora dominante de la natación, empujar o tirar los brazos directamente hacia atrás por el agua no proporcionará la mayor distancia por brazada, ni la mayor velocidad de avance. La natación efectiva requiere desviaciones de la aplicación directamente hacia atrás de la fuerza por todas las razones presentadas en este capítulo y en el capítulo 1.
• La velocidad de las manos debe acelerarse por impulsos con cada pequeño cambio de dirección, desde el momento del agarre hasta el final de cada brazada subacuática. Las manos aceleran por impulsos durante las brazadas subacuáticas, decelerando al realizar la transición entre un movimiento al siguiente y luego acelerando hasta el siguiente punto de transición. No obstante, la velocidad de la mano acelera desde el principio al fin de las fases propulsoras. Aunque aceleran y deceleran por impulsos, las manos nunca deben llegar a su velocidad máxima hasta que estén cerca del final de la fase propulsora de una brazada subacuática particular.
• Los esfuerzos propulsores deben cesar al acercarse las manos a las piernas en su camino hacia la superficie. Muchos nadadores cometen el error de empujar contra el agua hasta que las manos lleguen a la superficie. Dado que los brazos estarán mirando demasiado hacia arriba después de pasar al lado de las piernas, la aplicación de fuerza en este momento no creará una propulsión adicional. En lugar de esto, empujará el cuerpo hacia abajo, decelerando así la velocidad de avance.
1 N. de la T. La palabra inglesa “sweep” ha sido traducida a veces por la palabra española “barrido”. Sin embargo la palabra barrido no tiene la acepción de “movimiento amplio curvilíneo” que tiene la palabra inglesa. Por ello en esta versión se ha preferido utilizar el término movimiento.