A mis hijas Elena y Noelia, su sonrisa es lo más grande que tengo.

A mi mujer, Maite, por aguantarme tantos años.

Y los que quedan.

A mis padres, por ayudarme desde el primer día. Sois un ejemplo.

A Alfredo Relaño, por convertirme en periodista. Gracias.

A Carlos Martínez, por todos esos momentos vividos juntos. Enorme.

A Manu Carreño, estrella, genio y tipo normal. Un grande.

A Paco González, separados en el trabajo, unidos en la amistad.

Siempre.

A Titina, la socia, porque Canal Plus sin ti nunca hubiese sido lo mismo. Y porque siempre estarás presente. Que nadie lo dude.

A Juan Carlos Crespo, por inventar el apodo de Maldini.

Y por su amistad.

A Antoni Daimiel, ese amigo del alma que nunca falla. Jamás.

A Gustavo López, grande entre los grandes.

A mis compañeros, todos. Cada uno con sus manías pero con la misma pasión por el fútbol.

A Alberto López Frau, sin cuya ayuda y entusiasmo habría sido imposible hacer este libro.

A todos los amantes del fútbol.

A todos los futbolistas del mundo, desde el más modesto aficionado hasta Cristiano o Messi.

A todos los que alguna vez habéis dicho «bacalá», sea donde sea.

Y a los que no, también.