4.1 Informaciones morfológicas presentes en las formas verbales (I). Distinciones fundamentales
4.2 Informaciones morfológicas presentes en las formas verbales (II). Problemas de segmentación
4.3 Distribución de los morfemas flexivos (I). La vocal temática
4.4 Distribución de los morfemas flexivos (II). Persona y número
4.5 Distribución de los morfemas flexivos (III). Tiempo y modo
4.6 La conjugación regular (I). Características generales
4.7 La conjugación regular (II). Las variantes del voseo
4.8 El acento en las formas verbales
4.9 Verbos irregulares (I). Verbos vocálicos
4.10 Verbos irregulares (II). Verbos con alternancia vocálica
4.11 Verbos irregulares (III). Verbos con alternancia consonántica. Su concurrencia con las vocálicas
4.12 Verbos irregulares (IV). Pretéritos fuertes y participios irregulares
4.13 Verbos irregulares (V). Verbos de conjugación especial: haber, ser, ir, estar, dar. Raíces verbales supletivas
4.14 Verbos irregulares (VI). Verbos defectivos
4.15 Modelos de conjugación
4.16 Índice alfabético de verbos irregulares
4.1 Informaciones morfológicas presentes en las formas verbales (I). Distinciones fundamentales
4.1a En la morfología del verbo se distinguen dos elementos constitutivos: la RAÍZ (también llamada RADICAL), que expresa su significado tal como lo describe el diccionario, y un conjunto de MORFEMAS FLEXIVOS a los que corresponden dos funciones: establecer la concordancia de número y persona con el sujeto gramatical y expresar las nociones de ‘modo’, ‘tiempo’ y ‘aspecto’ que corresponden al evento. Así, la segunda persona del singular mirabas en Mirabas por la ventana informa de que la persona que realiza la acción de mirar es el destinatario del mensaje; los rasgos de número (singular) ponen de manifiesto que se trata de un individuo, en lugar de varios; los de tiempo y aspecto (imperfecto o copretérito) informan de que la acción de mirar se realiza en el pasado, y también de que se percibe como proceso en curso; los de modo (indicativo) expresan que esa acción se enuncia, en lugar de presentarse subordinada a un entorno modal, irreal o virtual. Así pues, los rasgos de número y persona aportan informaciones que afectan al sujeto, mientras que los demás precisan ciertos aspectos del suceso o de la situación a la que se hace referencia.
4.1b El verbo es la única clase de palabras con flexión de tiempo, aspecto y modo en español. En cambio, poseen también rasgos de persona los pronombres personales, a los que se asimilan los posesivos, como se explica en el § 16.1a. Expresan número el nombre, el adjetivo y el pronombre, así como los determinantes y los cuantificadores. En las lenguas románicas (frente a las semíticas y las de otras familias lingüísticas) el verbo no muestra rasgos de género. El sujeto debe concordar con el verbo en número y persona; pero existen otros componentes de la oración que también han de ser compatibles con la información temporal y aspectual del verbo. Por ejemplo, ayer y llegó se refieren igualmente al pasado en El paquete llegó ayer. Esta forma de compatibilidad está, sin embargo, sometida a numerosas restricciones sintácticas y semánticas, que se analizan en el § 24.4.
4.1c Se suele llamar DESINENCIA al conjunto de segmentos flexivos que el verbo manifiesta. La desinencia se puede presentar de forma unitaria (como en mir-abas), donde mir- constituye la raíz, que no se altera en los verbos regulares en todo el paradigma (mir-é, mir-ó, mir-a, etc.), y -abas, la desinencia. No obstante, es más frecuente presentarla DESDOBLADA en tres segmentos, que aparecen contiguos a la raíz en el orden siguiente: el primero es la VOCAL TEMÁTICA (en adelante, VT); el segundo es el segmento que aporta TIEMPO y MODO (en adelante, TM), entendiendo en un sentido amplio la categoría de tiempo, de forma que abarque también la de aspecto (§ 23.2); el tercero es la terminación que designa la PERSONA y el NÚMERO (en lo sucesivo, PN). En la tradición se ha usado a veces el término CARACTERÍSTICA para designar el constituyente TM, y también se ha llamado DESINENCIA solo al segmento PN. En otros sistemas terminológicos, el segmento PN se denomina MORFEMA DE CONCORDANCIA o simplemente CONCORDANCIA.
4.1d La vocal temática es aportada por el infinitivo bajo las formas -a-, -e- o -i- y permite determinar las tres CONJUGACIONES que caracterizan la flexión verbal en español. Esta vocal se modifica, sin embargo, en ciertos casos dentro de la misma conjugación, como se explicará a lo largo del capítulo. Si no se tiene en cuenta ahora esta variación, pueden considerarse las conjugaciones como paradigmas de formas verbales sujetas a un mismo modelo que se caracteriza por una vocal temática determinada: la vocal -a- corresponde a la primera conjugación (amar); la -e-, a la segunda (temer), y la -i-, a la tercera (partir). Se obtienen, por consiguiente, segmentaciones como esta:
am RAÍZ-áVT-baTM-mosPN
Se marcan aquí en versalita y con letra volada los segmentos que se han introducido. Se llama TEMA al segmento formado por la raíz y la vocal temática, lo que da lugar a la siguiente segmentación, también posible y que no excluye a la anterior:
[am-á] TEMA-baTM-mosPN
Se ha observado repetidamente en los estudios sobre la flexión verbal que, si se desea homogeneizar los paradigmas, ha de suponerse que los segmentos VT, TM y PN no siempre tienen realización fonológica, o bien que han de estar representados por morfemas vacíos o nulos. Este problema ha dado lugar a diversas segmentaciones que difieren de forma considerable, lo que convierte la identificación de estas unidades en una cuestión muy polémica. En el § 4.2 se resumen algunos aspectos de esta controversia.
4.1e Los temas se forman, como se ha indicado, con la raíz y la vocal temática que corresponde a uno o a varios tiempos verbales, lo que da lugar a TEMAS DE PRESENTE, DE PRETÉRITO, etc. Así, el hecho de que muchos gerundios se creen sobre temas de pretérito explica formas como sintiendo o durmiendo (como en sintió, durmió) en lugar de las anómalas *sentiendo, *dormiendo, que serían las esperables si se construyeran sobre temas de infinitivo (sentir, dormir). Muchas voces constituidas con morfemas derivativos, en lugar de flexivos, eligen bases no coincidentes con el infinitivo, como se ve en un acierto, un consuelo (§ 4.3g). Estos sustantivos se consideran derivados creados a partir de los TEMAS DE PRESENTE de los verbos acertar y consolar, puesto que muestran variantes diptongadas ausentes en los infinitivos y en los demás tiempos verbales. Se retomará esta cuestión en el § 4.10.
4.1f Una serie relativamente reducida de verbos presenta algún tipo de irregularidad en la flexión. Las más comunes son las ALTERACIONES EN LA RAÍZ, que pueden ser vocálicas, como en sent-ir > sient-o; consonánticas, como en luc-ir > luzc-o, o vocálicas y consonánticas al mismo tiempo, como en dec-ir > dig-o o en pon-er > pus-e. Se analizarán unas y otras en los § 4.10-12. Más infrecuente es el tipo de irregularidad que representan las llamadas RAÍCES SUPLETIVAS, como en ir > voy o en ir > fui (§ 4.13). Por último, son también irregulares los VERBOS DEFECTIVOS, que no se conjugan en todas las formas posibles, como los terciopersonales llover u ocurrir. Conviene precisar que se usa aquí el concepto de ‘irregularidad’ en su interpretación amplia, en la que no se consideran únicamente las opciones que no se ajustan a los tres modelos de la conjugación, sino también las lagunas que se obtienen en la conjugación de los verbos defectivos (§ 4.14).
4.1g El infinitivo (capítulo 26), el gerundio (§ 27.1-7) y el participio (§ 27.8-11) son formas verbales que no admiten los segmentos PN (lo que se refleja en el término tradicional FORMAS NO PERSONALES DEL VERBO) y TM. Se suelen llamar también FORMAS VERBALES NO FLEXIVAS, además de VERBOIDES, si bien algunos morfólogos han aducido que el término no flexivas no es aquí el más apropiado. En efecto, con la raíz (am-, tem-, part-) y la vocal temática (-a-, -e-, -i-) se construye el tema de infinitivo (ama-, teme-, parti-), al que se agrega el morfema -r, si bien en la tradición es frecuente no aislar la vocal temática y hablar de verbos en -ar, -er, -ir. El segmento -r no tiene otro papel que caracterizar esa clase de palabras, pero no deja de constituir un morfema flexivo, pues distingue una de las formas del paradigma verbal. Esto pone en entredicho el concepto ‘formas verbales no flexivas’. La vocal temática no se altera en la formación de los gerundios con los verbos de la primera conjugación (am-a-ndo), pero toma la forma del diptongo -ie- con los de la segunda (tem-ie-ndo) y los de la tercera (part-ie-ndo). Tampoco se altera con los verbos de la primera conjugación en la formación de participios (am-a-do), pero los verbos de la segunda se asimilan a los de la tercera en que eligen la vocal temática -i- en los temas de participio (tem-i-do, part-i-do).
4.1h Como se ha explicado, las formas verbales se dividen en dos grupos: con segmentos PN y TM (tradicionalmente llamadas FORMAS PERSONALES) y sin ellos (FORMAS NO PERSONALES). Desde el punto de vista de su estructura léxica, unas y otras pueden ser SIMPLES y COMPUESTAS. Los tiempos compuestos se crean con el verbo AUXILIAR haber y el participio de pasado del verbo correspondiente, que se denomina AUXILIADO o PRINCIPAL. Así pues, son formas simples cantábamos o escribiendo, pero son compuestas habíamos cantado o habiendo escrito. Pueden ser simples o compuestos el infinitivo (cantar, haber cantado) y el gerundio (cantando, habiendo cantado). El participio, en cambio, solo presenta la forma simple (cantado). Las formas compuestas poseen muchas propiedades comunes con las perífrasis verbales, la mayor parte de las cuales se analizan en el § 28.5. Algunos autores entienden, de hecho, que no deberían separarse de ellas, y han criticado que los tiempos compuestos hayan de estar integrados en los paradigmas morfológicos, ya que algunas de sus propiedades son indicios claros de su naturaleza sintáctica. Están entre ellas la intercalación de adverbios o del propio sujeto entre sus componentes, como en Habiendo ella visto que… o en Lo habíamos ya advertido. Estas construcciones se analizan en los § 28.3-5.
4.1i A favor de la opción tradicional de considerar los tiempos compuestos como unidades de la morfología se suelen aducir cuatro argumentos. El primero es el hecho de que el participio de los tiempos compuestos es invariable en género y número, sea cual sea el sujeto —Beatriz ha cantado muy bien; Los niños han cantado muy bien— o el objeto directo —Han cantado muy bien {la canción ~ las canciones}—, lo que no sucede siempre en otras lenguas románicas (cf. it. Le ho viste, lit. ‘las he vistas’). En las perífrasis verbales de participio se obtiene dicha concordancia, unas veces con el complemento directo, como en Beatriz ya tiene {decidida ~ *decidido} su opción, y otras con el sujeto, como en Siguen {decididas ~ *decidido} a irse. El segundo argumento a favor de integrar los tiempos compuestos en los paradigmas morfológicos es el hecho de que el verbo auxiliar haber aporta información aspectual (§ 23.7, 23.8 y 23.16) y, en este sentido, su significado no posee contenidos léxicos como los que caracterizan a los auxiliares de las perífrasis. El significado aspectual de haber es distinto del que expresan las llamadas perífrasis aspectuales, que se analizan en los § 28.8-16, ya que no se relaciona con la naturaleza del evento. Prueba de ello es que, a diferencia de las perífrasis, todos los verbos del español, con independencia de su significado, pueden combinarse con haber. En tercer lugar, los tiempos compuestos son sensibles a la concordancia de tiempos (§ 24.7-9), pero no parecen serlo las perífrasis verbales. Finalmente, se ha señalado también que si los tiempos compuestos se eliminaran de la conjugación para agruparse con las perífrasis verbales, ocuparían una subclase aislada dentro de esas unidades.
4.1j El verbo haber se gramaticalizó en español a partir del sentido original de habēre en latín, verbo de posesión que admitía usos modales. El paso del latín amāre habĕo al romance medieval amare he, con valor de futuro —conservado en el español moderno amaré—, se ha analizado con detalle en los estudios de sintaxis histórica y se describe brevemente en los § 23.14a, b. En el estado actual de la lengua, haber es el auxiliar de los tiempos compuestos, a los que aporta el valor retrospectivo que los caracteriza, además de la información gramatical que corresponde a los morfemas de PN y TM. El participio de los tiempos compuestos determina, en cambio, la estructura argumental del verbo. Es, por tanto, el elemento que condiciona sus posibles sujetos y complementos.
4.1k La expresión del tiempo en el verbo organiza el conjunto de formas verbales en una serie de paradigmas cerrados que se denominan TIEMPOS VERBALES. Como se explica en los § 25.1f, g, los tiempos se pueden subordinar a los modos. Se distinguirán aquí tres modos verbales: el indicativo, el subjuntivo y el imperativo. Se seguirá la nomenclatura usada en otras obras académicas, si bien en el § 23.1o se presenta un cuadro de equivalencias con la terminología de Andrés Bello, de gran influencia en algunos países. Se denominarán los tiempos con los términos siguientes:
MODO INDICATIVO
TIEMPOS SIMPLES: presente (CANTO), pretérito perfecto simple (CANTÉ), pretérito imperfecto (CANTABA), futuro simple (CANTARÉ), condicional simple (CANTARÍA).
TIEMPOS COMPUESTOS: pretérito perfecto compuesto (HE CANTADO), pretérito pluscuamperfecto (HABÍA CANTADO), pretérito anterior (HUBE CANTADO), futuro compuesto (HABRÉ CANTADO), condicional compuesto (HABRÍA CANTADO).
MODO SUBJUNTIVO
TIEMPOS SIMPLES: presente (CANTE), pretérito imperfecto (CANTARA o CANTASE), futuro simple (CANTARE).
TIEMPOS COMPUESTOS: pretérito perfecto compuesto (HAYA CANTADO), pretérito pluscuamperfecto (HUBIERA o HUBIESE CANTADO), futuro compuesto (HUBIERE CANTADO).
MODO IMPERATIVO
CANTA
Aunque algunos autores entienden que al imperativo corresponde un solo tiempo, el presente, esta posibilidad no se refleja en los paradigmas de esta gramática.
4.2 Informaciones morfológicas presentes en las formas verbales (II). Problemas de segmentación
4.2a Como se ha explicado, los segmentos morfológicos que caracterizan la flexión verbal son cuatro: raíz, VT, TM y PN, como en cantRAÍZ-áVT-baTM-mosPN. Aunque en este ejemplo corresponde un segmento a cada una de estas informaciones morfológicas, no sucede así en todos los casos. Buena parte de las polémicas que se dan hoy en la morfología flexiva verbal giran en torno a las configuraciones en las que no se obtiene directamente esa distribución de segmentos. Existen, pues, diversas formas de aislar y de agrupar los morfemas flexivos del verbo, que a su vez —piensan algunos autores— pueden ser plenos (es decir, representados por un segmento con rasgos fonológicos), o bien nulos o vacíos. En esta sección se presentarán resumidamente algunas de estas variantes, que serán ilustradas mediante un verbo de la primera conjugación, aunque habrá de tenerse en cuenta que las consideraciones que aquí se hagan se aplican a las tres conjugaciones del español.
4.2b Cuando se obtiene una sola vocal una vez aislada la raíz, como sucede en cant-o, se plantean varios análisis posibles. Uno de ellos consiste en suponer que la vocal representa una AMALGAMA de los tres segmentos, por tanto, la suma de tres informaciones (VT, TM, PN), como se ilustra a continuación:
cantRAÍZ-oVT-TM-PN
En un análisis alternativo se considera que la vocal -o representa solamente dos informaciones, TM y PN, excluyendo, por tanto, la vocal temática. Esta interpretación da lugar a la segmentación que se presenta aquí:
cantRAÍZ-oTM-PN
En esta segmentación se da a entender que esta forma del verbo carece de vocal temática, pero no así en la siguiente variante, donde dicha información estaría representada por un morfema carente de contenido fonético:
cantRAÍZ-ØVT-oTM-PN
Esta última segmentación ha sido criticada con el argumento de que si las vocales se definen como segmentos fonéticos, el concepto de ‘vocal temática nula’ sería contradictorio. No obstante, no pocos fonólogos y morfólogos rechazan hoy este planteamiento y entienden, por el contrario, que los segmentos fonológicos —y más aún los morfológicos— pueden ser nulos, puesto que se postulan o se aíslan en un plano más abstracto que los fonéticos. En la actualidad, unos especialistas entienden que la -o de canto es el exponente de los morfemas de PN (1.ª, singular), mientras que otros suponen que este segmento corresponde a TM (presente, indicativo). Se ampliará esta propuesta en el apartado siguiente.
4.2c Cabría suponer que la vocal -o en cant-o representa solo el segmento TM. Se obtiene así la segmentación cantRAÍZ-ØVT-oTM-ØPN, en la que los segmentos VT y PN son nulos, es decir, carecen de realización fonética. Desde la opción que defiende la amalgama de informaciones flexivas, esbozada en el apartado precedente, este último análisis resulta forzado, ya que contiene elementos nulos propuestos para regularizar de un modo artificial el paradigma. También se ha criticado esta opción con el argumento de que, con este proceso regularizador, se asigna injustificadamente al español una estructura morfológica similar a la de las lenguas aglutinantes. Desde esta perspectiva, que postula un segmento para cada información morfológica evitando las amalgamas, suele entenderse que los segmentos nulos vienen exigidos por el conjunto del paradigma flexivo, en cuanto que representan opciones cubiertas por segmentos fonológicos en los demás casos. Así, por ejemplo, la segmentación de la primera persona del presente del subjuntivo en la forma cant-Ø-e-Ø está impuesta por las demás formas de ese tiempo verbal. En efecto, si se acepta que los segmentos de PN a partir de la segunda persona son -s, -Ø, -mos, -is, -n, y se admite que el segmento TM está representado en cante por -e-, la vocal temática habrá de ser un segmento nulo en cant-Ø-e-mos o en cant-Ø-e-n. De todo ello se deduce la opción cant-Ø-e-Ø para la primera persona del presente de subjuntivo.
4.2d Algunos morfólogos entienden que las informaciones contenidas en TM se pueden a su vez segmentar. Estos autores consideran que la siguiente segmentación no es correcta para la forma cantábamos:
cant RAÍZ-áVT-baTM-mosPN
En cambio, proponen una segmentación como la siguiente, donde la vocal temática es nula y el tiempo (T) es expresado con un morfema diferente del que indica el aspecto y el modo (AM):
cant RAÍZ-ØVT-ábT-aAM-mosPN
Alternativamente, los defensores de distinguir estas nociones mediante segmentos diferentes han propuesto esta segmentación:
cant RAÍZ-ábT-aAM-mosPN
En ella, como se observa, no hay espacio para la vocal temática. Recientemente se han propuesto incluso segmentaciones que parten de la anterior y desdoblan el segmento -ab-, asignando -a- y -b- a categorías distintas.
4.2e Se ha presentado como problema de la segmentación clásica de las formas de presente el hecho de que no refleje de forma natural la oposición de modos. Considérense las segmentaciones habituales de cantamos y cantemos:
cant RAÍZ -aVT-ØTM-mosPN y cant RAÍZ -Ø VT-eTM-mosPN
La primera segmentación tiene el TM nulo, mientras que en la segunda es la VT el elemento vacío. Al constituir segmentos que manifiestan informaciones distintas, no se deduce que la alternancia /a/ ~ /e/ establece aquí una oposición de modos. El problema que se acaba de presentar se solventa con las segmentaciones siguientes, más simples, en las que la VT no está expresada:
cant RAÍZ-aTM-mosPN y cant RAÍZ-eTM-mosPN
También da cuenta de la oposición la segmentación en la que la VT está expresada mediante un segmento nulo, pero en la que el TM es distintivo en función del modo:
cantRAÍZ -ØVT-aTM-mosPN y cantRAÍZ-ØVT-eTM-mosPN
4.2f Para mantener el segmento -a- como marca de indicativo y -e- como marca de subjuntivo, este análisis ha de segmentar el tiempo y el modo dentro de TM en otros casos, como en el imperfecto de indicativo cantRAÍZ-ábT-aM-mosPN, y el del subjuntivo cantRAÍZ-ásT-eM-mosPN en la opción sin VT. Esta última opción no puede evitar que la vocal -e- identifique el indicativo en el futuro si se segmenta de la forma siguiente:
cantRAÍZ-arT-eM-mosPN
Tampoco resuelve el problema una segmentación que suponga que el futuro se forma sobre el infinitivo, como se ve a continuación:
cantarRAÍZ-eTM-mosPN
4.2g La segmentación hoy más extendida, que se adoptará aquí, consiste en asignar de manera uniforme los segmentos -ra- y -se- del imperfecto de subjuntivo al constituyente morfológico TM, lo que da lugar a las variantes cantRAÍZ-áVT-raTM-mosPN y cantRAÍZ-áVT-seTM-mosPN. En las demás segmentaciones de las formas verbales se REGULARIZARÁN LOS PARADIGMAS, ya que esta es la tendencia mayoritaria hoy entre los morfólogos. No obstante, se reconoce a la vez que es legítimo aceptar la amalgama de informaciones en ciertos casos, sobre todo en aquellos en los que los segmentos vacíos no parecen tener más justificación que la pérdida de elegancia o de homogeneidad si los paradigmas se establecieran sin contar con ellos.
4.3 Distribución de los morfemas flexivos (I). La vocal temática
4.3a Como se ha explicado, el elemento vocálico inmediatamente adyacente a la raíz, que encabeza el morfema flexivo y que indica la conjugación a la que pertenece el verbo, recibe el nombre de vocal temática, como en am-a-r, tem-e-mos, part-i-d. La vocal temática se diferencia de los demás segmentos en que no añade ningún significado. Es, por tanto, un constituyente de naturaleza morfofonológica similar, en parte, a los interfijos que se postulan en la morfología derivativa (§ 1.5p, 9.1h).
4.3b La vocal temática es aportada por el infinitivo, pero está también presente en la mayor parte de las formas verbales: am-a-mos, tem-e-mos, part-i-mos; am-á-is, tem-é-is, part-í-s; am-a-d, tem-e-d, part-i-d; am-a-ré, tem-e-ré, part-i-ré; am-a-ría, tem-e-ría, part-i-ría. En la sección precedente (§ 4.2) se vio que la vocal temática puede estar ausente o ser nula en algunas formas verbales. Suele postularse, de hecho, una VT nula en razón del proceso de fusión vocálica entre este segmento y el morfema flexivo contiguo. Así ocurre, por ejemplo, en las segmentaciones siguientes:
cant RAÍZ-ØVT-oTM-ØPN; cant RAÍZ-ØVT-eTM-ØPN; cant RAÍZ-ØVT-eTM-sPN
4.3c El tema verbal —es decir, el segmento constituido por la raíz y la vocal temática— sufre variaciones (diptongación, cambios de acento o de timbre) dependiendo de la conjugación a la que pertenece el verbo y de los valores de los segmentos TM y PN. El agrupamiento de las variaciones de la vocal temática permite distinguir tres temas: de PRESENTE, de PRETÉRITO y de FUTURO. Los temas reúnen, pues, un conjunto de tiempos que coinciden en una misma secuencia «raíz + VT». En el TEMA DE PRESENTE comparten la misma forma de la vocal temática el presente de indicativo, el presente de subjuntivo y el imperativo. Como ocurre en el presente de indicativo, el resto de las formas del tema de presente manifiestan el acento en la última vocal de la raíz, salvo aquellas en las que PN contiene los morfemas -mos e -is. Se exceptúan también el imperativo cantad y las formas voseantes cantá, cantás. En ellas, el acento se desplaza a la vocal siguiente: cant-ámos, cant-ás, cant-áis.
4.3d Emplean el TEMA DE PRETÉRITO las formas flexivas canté, cantaba, cantara o cantase, cantare, cantado y cantando. Se distingue este tema porque obedece a la pauta amá-, {tem ~ part}-í- en el pretérito perfecto simple, en los imperfectos, en el futuro de subjuntivo y en el participio; también se considera que toman este tema la 3.ª persona del plural del pretérito y el gerundio: amá-, {tem ~ part}-ié-. Se llaman tiempos de tema de pretérito porque todos ellos coinciden en su base temática con una de las formas temáticas de este tiempo. Todas las formas de los tiempos del tema de pretérito coinciden en manifestar el acento en el exponente de la vocal temática, con excepciones como amé, amó, temió, partió (§ 4.8). En el TEMA DE FUTURO se agrupan las formas del futuro y del condicional de indicativo, así como el infinitivo. Las formas de estos tiempos comparten un mismo tema: ama-, teme- o parti-, según la conjugación, y presentan la peculiaridad de manifestar el acento en el constituyente flexivo TM (§ 23.14b, c). Las ventajas de la segmentación trabaj RAÍZ-aVT-réTM-mos PN, frente a la opción trabajar RAÍZ-Ø VT-é TM-mos PN se considerarán en los § 4.5ñ y ss. En estas segmentaciones se marca el acento prosódico, que se mantendrá en lo sucesivo siempre que se considere pertinente para la identificación de los morfemas flexivos.
4.3e La vocal temática puede variar dentro de un mismo paradigma flexivo y —como se ha explicado— también puede ser nula o estar representada por un diptongo. Así, en la primera conjugación las opciones de la VT son -a- (am-á-ba-mos) y Ø (am-Ø-e-mos). En la segunda son -e- (tem-e-re-mos), Ø (tem-Ø-ió-Ø) y también el diptongo -ie- (tem-ié-ra-mos). Las variantes que se presentan en la tercera son muy similares: -i- (part-i-ste-is), Ø (part-Ø-a-mos) e igualmente el diptongo -ie- (part-ié-se-mos). No es frecuente en las descripciones morfológicas —pero sería defendible— la segmentación part-i-éra-mos, que evita el diptongo en el segmento VT asignando la -é- tónica al grupo TM. En el siguiente cuadro se recogen las variantes de la VT en cada una de las conjugaciones y de los temas:
| VARIACIONES DE LA VOCAL TEMÁTICA | |||||
| TEMAS | -ar | -er | -ir | ||
| PRESENTE | ám-{-Ø-/-a-} |
|
|||
| am-á- | tem-é- | part-í- | |||
| PRETÉRITO | am-{-Ø-/-á-} |
|
|||
| FUTURO | am-{-a-/-á-} | tem-{-e-/-é-} | part-{-i-/-í-} | ||
Como se ve, el tema de presente abarca dos renglones del cuadro, puesto que se considera que la VT es nula en ám-Ø-o-Ø o en am-Ø-é-mos; es -a- átona en ám-a-Ø-s, y -á- tónica en am-á-Ø-mos. Ha de tenerse en cuenta que las alternancias en la elección de la vocal temática se deben en cierta medida al acento, como en párt-e-Ø-s (con acento en la raíz y vocal temática átona -e-), frente a part-í-Ø-mos, con acento en la VT. Estas alternancias relativas al acento no son desconocidas en la morfología derivativa. Nótese que la vocal -i- que se subraya es tónica en los pares capellán–capilla; castellano–Castilla.
4.3f Las consideraciones que suelen tenerse en cuenta para aislar la vocal temática como segmento morfológico atienden a la flexión y a la derivación. Tiene motivación estrictamente flexiva la covariación de la forma de la VT según determinados valores de la clase de conjugación del verbo y de los morfemas de TM, tal como se recoge en el cuadro precedente y —con más detalle— en los del § 4.5, donde se desglosan todas las formas flexivas. También se suele tener en cuenta para distinguir la vocal temática un argumento de tipo prosódico. En efecto, la manifestación del acento es la misma en todas las formas del tema de presente (acento en la raíz, con las excepciones indicadas en el § 4.3c), y se distingue de la de las formas del tema de pretérito, con acento en la vocal temática. Es diferente, a su vez, de la de las formas del tema de futuro, con acento especial a la derecha de la vocal temática. Véase, más adelante, el § 4.5ñ. Los pretéritos que poseen acento en la raíz en las personas primera y tercera del singular (como en tuve/tuvo; dije/dijo; cupe/cupo) se denominan tradicionalmente PERFECTOS FUERTES. Se analizarán en el § 4.12.
4.3g Los morfemas derivativos son sensibles a la VT en un gran número de casos. Así, algunos sufijos derivativos (-ncia, -nte, -zón, entre otros) se forman con la VT -a- propia del tema de presente de los verbos en -ar, pero con la VT -e- característica del tema de presente con los verbos -er e -ir, lo que da lugar a segmentaciones como las que siguen:
| RAÍZ 1.ª conj. | VT | SUFIJO | RAÍZ 2.ª conj. | VT | SUFIJO | RAÍZ 3.ª conj. | VT | SUFIJO |
| vag- | -a- | -ncia | dol- | -e- | -ncia | reg- | -e- | -ncia |
| agobi- | -a- | -nte | absorb- | -e- | -nte | dirig- | -e- | -nte |
| trab- | -a- | -zón | com- | -e- | -zón |
Los compuestos verbonominales (§ 11.8) eligen asimismo temas de presente, por tanto VT -a- con los verbos en -ar y -e- con los verbos en -er e -ir:
| RAÍZ 1.ª conj. | VT | + hilos | > cuentahílos |
| cuent- | -a- | ||
| RAÍZ 2.ª conj. | VT | + calles | > correcalles |
| corr- | -e- | ||
| RAÍZ 3.ª conj. | VT | + años | > cumpleaños |
| cumpl- | -e- |
En el § 4.1e se observó que eligen también temas de presente muchos derivados verbales terminados en -a, -e, -o, como un acierto (no *un acerto, de acertar), un esfuerzo, un tropiezo, una riña (no *una reña, de reñir).
4.3h El morfema derivativo -ble (al igual que -da o -m(i)ento, entre otros) elige las mismas bases que los temas de pretérito. En estos casos sigue, por tanto, a la raíz la vocal -acon los verbos de la primera conjugación, o bien -i- con los de la segunda y la tercera:
| RAÍZ 1.ª conj. | VT | SUFIJO | RAÍZ 2.ª conj. | VT | SUFIJO | RAÍZ 3.ª conj. | VT | SUFIJO |
| arrug- | -a- | -ble | tem- | -i- | -ble | dirim- | -i- | -ble |
Otras veces, los morfemas derivativos se agregan a la vocal temática que caracteriza a cada una de las conjugaciones (-ar, -er, -ir). Estas vocales temáticas coinciden con las del infinito, a su vez idénticas a las del tema de futuro:
| RAÍZ 1.ª conj. | VT | SUFIJO | RAÍZ 2.ª conj. | VT | SUFIJO | RAÍZ 3.ª conj. | VT | SUFIJO |
| obr- | -a- | -dor | vend- | -e- | -dor | fing- | -i- | -dor |
| pod- | -a- | -dera | ra- | -e- | -dera | par- | -i- | -dera |
| cas- | -a- | -dero | prend- | -e- | -dero | sub- | -i- | -dero |
| resbal- | -a- | -dizo | ca- | -e- | -dizo | escurr- | -i- | -dizo |
| salpic- | -a- | -dura | torc- | -e- | -dura | añad- | -i- | -dura |
| dedic- | -a- | -torio | defin- | -i- | -torio |
4.3i Aunque algunos sufijos se adjuntan directamente a las raíces de las tres conjugaciones sin presencia de la VT (como en llor-ón, respond-ón, gruñ-ón), existen otros que solo se agregan a verbos de ciertas conjugaciones (sobre todo de la primera), muestren o no expresamente la VT que las caracteriza, como en -(a)je (abordaje, marcaje: § 5.5 y 6.13); -(a)nza (variante del sufijo -ncia: alabanza, ordenanza, venganza: § 6.3); -ato (asesinato, mandato); -azgo (hallazgo, hartazgo); -oso (afrentoso, resbaloso).
4.4 Distribución de los morfemas flexivos (II). Persona y número
4.4a El segmento PN reproduce en el verbo los rasgos de persona y número del sujeto. Como se explica en el § 16.1a, la primera persona se refiere al hablante o a los hablantes; la segunda, al oyente o a los oyentes, y la tercera, a las personas o cosas de las que se habla. Los pronombres personales se llaman así porque son los que manifiestan, junto con los posesivos, los rasgos de persona, como en Yo pienso o Nosotras cantamos. Los grupos nominales concuerdan con el verbo en tercera persona (El sol sale por el este), pero los que están en plural y designan personas pueden hacerlo también en la primera y en la segunda (Los padres no siempre sabemos lo que es bueno para los hijos). Estas construcciones se analizan en los § 33.6j, k. El uso de ciertas fórmulas de tratamiento para aludir al oyente explica la concordancia de tercera persona (como en vuestra merced > usted), analizada en los § 33.6b. De forma similar, el valor etimológico plural de vos explica su concordancia con formas de segunda persona del plural o derivadas de ellas (tenéis > tenés). El verbo puede reflejar los rasgos de su sujeto tácito, sea este nominal o pronominal: Ø no me dijo la verdad; Ø tendríamos que llamarla. La omisión del sujeto se analiza en los § 33.4 y 33.5.
4.4b Los rasgos de persona y número están estrechamente relacionados. Se han criticado a veces términos habituales como tercera persona del singular o segunda persona del plural porque da la impresión de que subordinan la persona al número. Estos términos parecen sugerir, en efecto, la existencia de un paradigma del singular y un paradigma del plural, en el interior de los cuales se marca la persona. Se usarán aquí estos términos tradicionales, pero sin implicación de preeminencia alguna del número respecto de la persona o a la inversa. Esta última opción (subordinación del número a la persona) ha sido considerada preferible por algunos autores con el argumento de que el número especifica el hecho de que el sujeto, caracterizado previamente por su relación con el hablante en función de la persona, puede designar o no un grupo. Como se recordó más arriba (§ 4.1i), algunas lenguas incluyen el género entre los rasgos de concordancia del sujeto con el verbo, lo que podría considerarse un rasgo subordinado a la persona, no al número. En cualquier caso, se explicó en los § 4.1c y 33.6a que los rasgos flexivos del segmento PN reproducen información nominal o pronominal, de lo que se deduce que EL PROBLEMA DEL ORDEN o LA PREEMINENCIA de los rasgos morfológicos debe ser considerado en los sujetos, más que en los verbos. No se ha estudiado con detalle si la posible jerarquización de los rasgos de los pronombres personales tiene o no consecuencias gramaticales. En efecto, los rasgos que caracterizan al pronombre personal sí (es decir, rasgos como ‘tercera persona’, ‘singular’ o ‘plural’, ‘reflexivo’ o ‘con caso oblicuo’; § 16.3a) suelen presentarse desordenados, pero se sabe que algunos de ellos siguen cierta jerarquía. Por ejemplo, un pronombre personal puede estar marcado en español como ‘exclusivamente reflexivo’ si es de tercera persona, no si es de segunda o de primera (§ 16.3ñ). En este capítulo se consideran PARALELAS las dos informaciones que abarca el segmento PN, lo que no significa que carezca de interés el problema de la jerarquización o la preeminencia de los rasgos flexivos al que esta cuestión apunta.
4.4c En los análisis que presentan amalgamados los segmentos flexivos (§ 4.2b) no existe un segmento PN en cant-o, sino un segmento TM-PN: cant RAÍZ-oTM-PN. Son hoy mayoritarios, como se ha explicado, los análisis que desdoblan las informaciones flexivas. Desde este punto de vista, el morfema de PN es nulo (Ø) en la primera persona del presente de indicativo del verbo regular cantar: cantRAÍZ-ØVT-oTM-ØPN, al igual que en los demás tiempos de la conjugación: cante-Ø, cantaría-Ø, cantaré-Ø, etc. (no se aíslan ahora los demás segmentos flexivos). Se considera también nulo el segmento PN en las terceras personas de toda la conjugación (Ella canta-Ø; El tenor cantaba-Ø; El coro cantará-Ø). El segmento PN es regular en la primera persona del plural (siempre -mos: canta-mos, cantába-mos, cantare-mos) y en la tercera del plural (siempre -n: canta-n, cantaba-n, cantaría-n).
4.4d El segmento PN correspondiente a la segunda persona forma un paradigma flexivo mucho más complejo:
| SEGUNDA PERSONA DEL SINGULAR | |
| CON TUTEO | -s en todos los tiempos (amaba-s, temía-s, parte-s), salvo en el pretérito perfecto simple (cantaste-Ø) y el imperativo (canta-Ø). |
| CON VOSEO (español americano) |
-s en el presente (cantá-s), excepto en algunas variantes más restringidas, en que es Ø (cantái-Ø); -s en el pret. perfecto simple (cantaste-s), y Ø en el imperativo (cantá-Ø). |
| CON TRATAMIENTO DE USTED (en la variante de respeto) |
Ø en todos los tiempos (usted canta-Ø, usted cantaría-Ø). |
| SEGUNDA PERSONA DEL PLURAL | |
| CON USTEDES (español americano, canario y andaluz occidental; y variante de respeto en el resto del español europeo) |
-n en todos los tiempos (ustedes canta-n, ustedes tenía-n). |
| CON VOSOTROS (variante de confianza en el español hablado en España, salvo en Andalucía occidental y en Canarias) |
-is (cantá-is; tenía-is), pero -d en el imperativo: canta-d, siempre con VT tónica. |
Las formas plurales del último grupo mencionado coinciden con las del voseo reverencial del español europeo, que se analiza en los § 16.7d y ss. Las variantes específicas del voseo se detallan en el § 4.7.
4.4e El esquema precedente requiere algunos comentarios. Como se ha explicado, los rasgos flexivos que el verbo muestra en la variante usted/ustedes son los de tercera persona. La concordancia de estas formas en segunda persona del plural (ustedes sabéis) se documenta hoy, aunque está en declive, en el español popular hablado en Andalucía, especialmente en el área occidental. Este uso, que no ha pasado a la lengua culta, se analiza en el § 33.6i. No se hace distinción entre la variante de confianza y la de respeto en la segunda persona del plural (ustedes trabajan), salvo en el español europeo, excluidas la mayor parte de Andalucía occidental y Canarias. El área andaluza a la que se hace referencia en el cuadro anterior abarca fundamentalmente las provincias españolas de Huelva, Sevilla, Cádiz y Málaga, así como algunas partes de Jaén y Córdoba. No obstante, en los últimos años se ha detectado un crecimiento de vosotros/vosotras a costa de ustedes en estas áreas, probablemente motivado por la intensa influencia de los medios de comunicación. Como se explica en los § 16.15m y ss., el tuteo no se rechaza en la mayor parte de las áreas voseantes, pero suele reservarse para el trato dirigido a los hispanohablantes que no vosean. Se analizan otros aspectos semánticos y discursivos del voseo en el § 16.17. Sobre los estrictamente morfológicos, véase el § 4.7.
4.4f Se observa desde los primeros textos de nuestro idioma una tendencia marcada a extender la -s característica de la segunda persona del singular en los pretéritos perfectos simples (cantastes, dijistes, salistes). A pesar de que están ampliamente documentadas en el español medieval y en el clásico, estas variantes se consideran hoy incorrectas. Las formas sin -s eran también las que recomendaba Nebrija en su Gramática y las que consideraban preferibles otros preceptistas posteriores:
Francia, dí, ¿por qué huistes? (Cancionero musical); Anega mis pecados, tú que anegastes a Faraón y su gente en el profundo de las aguas, y cumple la palabra que me diste por tu santo profeta Micheas (Malón Chaide, Conversión); O coluna venturosa, / Que aunque fuistes instrumento / De las penas de mi Esposo, / Lo fuiste de mi remedio! / Sustento fuistes vn rato / Del que sustenta los Cielos, / Por cuya causa mil vezes / Te adoro, embidio y contenplo (Solís Valenzuela, Desierto); Variación primera del tiempo pasado. Yo tomé, tú tomastes, él tomó (Bonet, Reducción).
Tales usos aparecen ocasionalmente utilizados por escritores contemporáneos en boca de algunos personajes:
Di de una vez, ¿quién te figuras que fue el caballero que vistes por el postigo de la ventana? (Villaverde, Cecilia Valdés); Por eso fracasastes (Azorín, Cervantes); ¿No le enseñastes mis cuadernos a nadie? —pregunta receloso (Britton, Siglo); A lo mejor no engañastes a la policía por mí (Pombo, Héroe); Ha dicho que allí le amenazastes de muerte (Trapiello, Amigos).
Las formas en -s se extienden en el español popular europeo a los imperativos de ir (Ves a decírselo por Ve a decírselo) y oír, el segundo, sobre todo en ciertas partes de Castilla y especialmente en la forma interjectiva oyes, como en ¡Que te vayas a tu casa, oyes, que regreses a Grecia, estoy harta de ti! (Obligado, C., Salsa). Ninguna de estas formas ha pasado a la lengua culta, por lo que se recomienda evitarlas en la expresión cuidada. Sobre el uso supletivo de andar en estos contextos, véase el § 4.13j.
4.4g No deben integrarse las variantes en -s mencionadas en los apartados precedentes con las formas etimológicas del voseo terminadas en -s que son características de la literatura clásica. Así, el latino amavistis dio amastes, y posteriormente amasteis. Estas formas son analógicas de otras segundas personas de plural con diptongo decreciente, como en amabātis > amábades > amabais. Como doña Jimena trata al Cid de vos, el uso de cinxiestes en el ejemplo siguiente muestra que se sobrentiende el pronombre vos, no el pronombre tú. Confirma este diagnóstico la forma avedes y el posesivo vuestra, que aparecen en ¡Merced, Campeador, en buen ora cinxiestes espada! / sacada me avedes de muchas vergüenças malas! / Afeme aquí, señor, yo e vuestras fijas amas (Cid). En el Siglo de Oro se percibe más claramente la unificación casi general de las dos formas a las que se hace referencia, por lo que la -s caracteriza tanto la segunda persona del singular correspondiente a tú como la que corresponde a vos (plural etimológicamente). La forma verbal vistes en Dezidme —dixo—: ¿ha mucho que le vistes? ¿Ha mucho que le dexastes? (Cervantes, Persiles) revela el trato de vos, como confirma el imperativo dezidme que aparece en el mismo fragmento. Por el contrario, en las oraciones siguientes no es posible saber —sin acudir al contexto— si el que habla dispensa a su interlocutor trato de tú o de vos:
Si caístes, don Blas, los serafines / cayeron de las altas jerarquías (Quevedo, Poesías); ¿Fuistes a Granada? (Góngora, Polifemo).
4.4h La coincidencia en la opción Ø de la 1.ª y 3.ª personas del singular da lugar, en algunos tiempos verbales, al SINCRETISMO de formas, concretamente en el imperfecto de indicativo (yo amaba ~ él amaba; yo temía ~ ella temía; yo partía ~ Iván partía), el condicional (yo amaría ~ él amaría; yo temería ~ ella temería; yo partiría ~ él partiría), el presente de subjuntivo (yo ame ~ él ame; yo tema ~ ella tema; yo parta ~ ella parta), el imperfecto de subjuntivo (yo amara o amase ~ él amara o amase; yo temiera o temise ~ él temiera o temiese; yo partiera o partiese ~ él partiera o partiese) y el futuro de subjuntivo (yo amara ~ él amare; yo temiere ~ él temiere; yo partiere ~ él partiere).
4.4i En los estudios modernos sobre la desambiguación se han analizado los factores sintácticos, semánticos y también pragmáticos que intervienen en la elección de la variante apropiada en los casos de sincretismo. Así, la información contenida en la relativa libre cuando era una niña solitaria y rabiosa no permite elegir entre la primera persona (yo) y la tercera (ella) en la forma subrayada, pero el posesivo átono que aparece en la cita a la que este fragmento literario pertenece sugiere, aunque no garantiza, que la elección correcta es la primera persona: Cuando era una niña solitaria y rabiosa en la casa de mi abuelo, soñaba con proezas heroicas (Allende, Paula). Existen diversas estrategias de desambiguación similares a esta. En cuanto que son objetivas, se han desarrollado recientemente programas informáticos que eligen, con porcentajes aceptables de acierto, la opción más plausible en función de un análisis ponderado de la relevancia que cabe otorgar a cada uno de los factores que intervienen en este proceso.
4.4j Como se explica en los § 16.7 y 42.3, las formas personales del verbo solo se emplean hoy con pronombres enclíticos en la lengua literaria (Diose por enterado), con excepción del imperativo, que se usa con enclíticos en el español estándar: Decímelo; Guárdatelas; Tráemelo. El morfema de PN de la primera persona del plural -mos pierde la -s- en estos casos ante el pronombre enclítico nos: Alegrémonos por lo sucedido; Démonos prisa; Comprémonos ese coche, pero no ante los demás pronombres: Digámosle la verdad. Este proceso se extiende a otros usos del subjuntivo en las oraciones independientes, incluso a los enunciados no exhortativos, como en Démonos o no de esto cuenta (Unamuno, Sentimiento). En estos últimos casos es hoy más frecuente la proclisis: Nos demos o no cuenta de eso. Los textos antiguos muestran numerosas formas en -mosnos, como en Encomendámosnos a Dios (Lazarillo); Ya llegamos, pongámosnos aquí en baxo destas ventanas (Silva, F., Celestina), que hoy se consideran incorrectas. Aparecen ocasionalmente en los textos actuales puestas en bocas de personajes: Pongámosnos, sin embargo, en el mejor de los casos (Roa Bastos, Supremo); Entretanto, ocupémosnos de su asunto (Cambaceres, Música).
4.4k La -s- del pronombre enclítico se se funde con la de -mos en los contextos de enclisis, como en digámoselo, repitámoselo. El segmento -d, que representa la desinencia de la 2.ª persona del plural del imperativo en la variante ama-d (que corresponde a vosotros/vosotras y también a vos) se pierde ante el pronombre enclítico os: amaos, perdeos, partíos: Dormíos, blancas doncellas / hasta que el globo no caiga / en brazos de la marea (Alberti, Marinero). Sobre las particularidades que presenta el imperativo de ir, véase el § 4.13i.
4.4l En el habla popular o en la rural de casi todos los países hispanohablantes se documenta el traslado de la desinencia de 3.ª persona de plural al pronombre enclítico, como en márchesen (por márchense), forma incorrecta. Véase también sobre este punto el § 42.3i. A continuación se ilustra este uso:
¡Demen un arma, demen un arma, canejo! (Gutiérrez, E., Juan Moreira); Pero delen un pedazo de pan (Rojo, F., Mentiras).
Están fuertemente estigmatizadas las formas verbales que repiten la -n de la desinencia de tercera persona al final de esas mismas secuencias, como en márchensen o cállensen. Se ejemplifica esta pauta en los textos siguientes, que reproducen usos populares:
El vigilante dio un rebencazo a su caballo y gritó: —¡Retírensen! (Barletta, Historia); Tráiganmen un cura […] ¡Y búsquenmen mi jija (Guerra Navarro, Pepe Monagas); —¿Y dónde guardamos esto? —Espérensen (Arlt, Juguete); —Identifíquensen! —reclama el capitán Membrívez (Fontanarrosa, Mundo); ¡Lárguenlon no más! (Güiraldes, Segundo).
4.4m Es frecuente en la lengua antigua la permutación consonántica que se percibe en dezilde (por dezidle) y en otros casos similares (§ 42.3j). Sobre el uso de Se los dio por Se lo dio (a ellos), véase el § 35.2h. Todos estos fenómenos muestran que los pronombres enclíticos se asimilan a los segmentos flexivos desde el punto de vista morfofonológico. De hecho, los pronombres clíticos no solo forman grupos morfológicos entre sí (selo, mela, etc.: § 16.11), sino que constituyen segmentos entre los que pueden intercalarse, como se ha visto, morfemas flexivos. Las variantes que se obtienen no siempre pertenecen hoy a la lengua culta, pero algunas de ellas se registran en textos clásicos (§ 42.3j).
4.5 Distribución de los morfemas flexivos (III). Tiempo y modo
4.5a Se explicó en las secciones anteriores que el tema es el segmento constituido por la raíz y la vocal temática, y también que se caracteriza por mantenerse, con escasas excepciones, en los paradigmas que corresponden a varios tiempos verbales, aunque no siempre a todos los de un determinado grupo. Como allí se vio, el tema de presente en las formas de la primera conjugación es ama- (donde -a- es la vocal temática), pero en la primera persona del singular es am-Ø-, puesto que se considera que -o aporta en este caso la información de tiempo, aspecto y modo. En esta segmentación son igualmente nulos en la primera y en la tercera persona del singular (no así en las demás) los morfemas de PN. El tema de presente abarca el presente de indicativo, el de subjuntivo y también el de imperativo. Las formas verbales correspondientes a estos tiempos son las siguientes (se acentúan las vocales sobre las que recae el acento prosódico en todas las formas verbales, tal como suele hacerse en las descripciones morfológicas):
INDICATIVO: ám-o (yo); ám-as (tú) ~ am-ás (vos); ám-a (usted); ám-a (él o ella); am-ámos (nosotros o nosotras); ám-an (ustedes) ~ am-áis (vosotros o vosotras); ám-an (ellos o ellas).
SUBJUNTIVO: ám-e (yo); ám-es (tú); ám-e (él o ella); ám-e (usted); am-émos (nosotros o nosotras); ám-en (ustedes) ~ am-éis (vosotros o vosotras); ám-en (ellos o ellas).
IMPERATIVO: ám-a (tú) ~ am-á (vos); ám-e (usted); ám-en (ustedes) ~ am-ád (vosotros o vosotras).
Han de añadirse a este esquema las variantes voseantes del presente de subjuntivo (Quiero que vos amés). Estas variantes están muy restringidas geográficamente, tal como se señala en el § 16.17. Sobre la justificación del imperativo entre las formas del presente, véase el § 42.3r.
4.5b Si se elige la opción de desdoblar las informaciones flexivas, se obtiene la siguiente distribución para la primera conjugación (no se añaden las abreviaturas voladas porque se identifican sin dificultad por el orden: RAÍZ, VT, TM, PN), donde la tilde no es ortográfica, sino que se utiliza, al igual que en otras partes de este capítulo, para marcar el segmento sobre el que recae el acento:
| INDICATIVO | SUBJUNTIVO |
| Presente | Presente |
| ám-Ø-o-Ø (o bien ám-Ø-Ø-o) | ám-Ø-e-Ø |
| ám-a-Ø-s (tú) ~ am-á-Ø-s (vos) | ám-Ø-e-s (tú) ~ am-Ø-é-s (vos) |
| ám-a-Ø-Ø | ám-Ø-e-Ø |
| am-á-Ø-mos | am-Ø-é-mos |
| am-á-Ø-is | am-Ø-é-is |
| ám-a-Ø-n | ám-Ø-e- n |
| IMPERATIVO |
| ám-a-Ø-Ø (tú) ~ am-á-Ø-Ø (vos); ám-Ø-e-Ø (usted) |
| ám-Ø-e-n (ustedes) ~ am-á-Ø-d (vosotros, -tras) |
4.5c Como se ha visto, algunos aspectos de la distribución de segmentos flexivos presentada en el apartado precedente son más polémicos que otros. En casi todos los análisis suele aceptarse que el paradigma de PN correspondiente al presente contiene las casillas vacías que aquí se muestran (como Ø en amo-Ø). Esos segmentos nulos se mantienen en el resto de los tiempos, con escasas excepciones. Nótese que el segmento VT es -a- o -á- en indicativo (con excepción de amo) y es Ø en el subjuntivo. El segmento TM es Ø en el indicativo (con la misma excepción de amo) y -e- o -é- en el subjuntivo. No todos los autores aceptan, sin embargo, estos PROCESOS REGULARIZADORES, ni en particular que la vocal temática, que se define como caracterizadora de la conjugación, haya de ser nula en el presente de subjuntivo, como ya se explicó en el § 4.2e. En la tabla anterior solo se recogen las siete formas del paradigma, con independencia de los pronombres personales de sujeto con los que pueden aparecer.
4.5d La segmentación del imperativo ofrece también dificultades. La variante ám-a-Ø-Ø (como en ama tú) mantiene la vocal temática de la primera conjugación, pero a costa de presentar como nulos dos segmentos consecutivos: TM y PN. Si se postula que el segmento -d caracteriza la segunda persona de plural correspondiente a vosotros/vosotras, y se desea al mismo tiempo mantener la vocal temática de la primera conjugación, se obtiene la opción am-á-Ø-d. Como, a su vez, la variante con voseo correspondiente a la segunda persona del singular procede de esta última (§ 4.7), presentaría la forma am-á-Ø-Ø. La variante con ustedes sería idéntica a la del subjuntivo (ám-Ø-e-n), por tanto sin vocal temática.
4.5e La distribución de formas flexivas para los verbos de la segunda conjugación en los temas de presente es como sigue:
INDICATIVO: tém-o (yo); tém-es (tú) ~ tem-és (vos); tém-e (usted); tém-e (él o ella); tem-émos (nosotros o nosotras); tém-en (ustedes) ~ tem-éis (vosotros o vosotras); tém-en (ellos o ellas).
SUBJUNTIVO: tém-a (yo); tém-as (tú); tém-a (usted); tém-a (él o ella); tem-ámos (nosotros o nosotras); tém-an (ustedes) ~ tem-áis (vosotros o vosotras); tém-an (ellos o ellas).
IMPERATIVO: tém-e (tú) ~ tem-é (vos); tém-a (usted); tém-an (ustedes) ~ tem-éd (vosotros o vosotras).
Si se opta por la distribución que presenta aislados todos los segmentos de este paradigma, se obtienen los siguientes cuadros:
| INDICATIVO | SUBJUNTIVO |
| Presente | Presente |
| tém-Ø-o-Ø (o bien tém-Ø-Ø-o) | tém-Ø-a-Ø |
| tém-e-Ø-s (tú) ~ tem-é-Ø-s (vos) | tém-Ø-a-s (tú) ~ tem-Ø-á-s (vos) |
| tém-e-Ø-Ø | tém-Ø-a-Ø |
| tem-é-Ø-mos | tem-Ø-á-mos |
| tem-é-Ø-is | tem-Ø-á-is |
| tém-e-Ø-n | tém-Ø-a-n |
| IMPERATIVO |
| tém-e-Ø-Ø (tú) ~ tem-é-Ø-Ø (vos); tém-Ø-a-Ø (usted) |
| tém-Ø-a-n (ustedes) ~ tem-é-Ø-d (vosotros, -tras) |
4.5f La tercera conjugación proporciona el paradigma siguiente:
INDICATIVO: párt-o (yo); párt-es (tú) ~ part-ís (vos); párt-e (usted); párt-e (él o ella); part-ímos (nosotros o nosotras); párt-en (ustedes) ~ part-ís (vosotros o vosotras); párt-en (ellos o ellas).
SUBJUNTIVO: párt-a (yo); párt-as (tú); párt-a (usted); párt-a (él o ella); part-ámos (nosotros o nosotras); párt-an (ustedes) ~ part-áis (vosotros o vosotras); párt-an (ellos o ellas).
IMPERATIVO: párt-e (tú) ~ part-í (vos); párt-a (usted); párt-an (ustedes) ~ part-íd (vosotros o vosotras).
La distribución de segmentos morfológicos es la que sigue:
| INDICATIVO | SUBJUNTIVO |
| Presente | Presente |
| párt-Ø-o-Ø (o bien párt-Ø-Ø-o) | párt-Ø-a-Ø |
| párt-e-Ø-s (tú) ~ part-í-Ø-s (vos) | párt-Ø-a-s (tú) ~ part-Ø-á-s (vos) |
| párt-e-Ø-Ø | párt-Ø-a-Ø |
| part-í-Ø-mos | part-Ø-á-mos |
| part-í-Ø-is | part-Ø-á-is |
| párt-e-Ø-n | párt-Ø-a-n |
| IMPERATIVO |
| párt-e-Ø-Ø (tú) ~ part-í-Ø-Ø (vos); párt-Ø-a-Ø (usted) |
| párt-Ø-a-n (ustedes) ~ part-í-Ø-d (vosotros, -tras) |
4.5g Al igual que en el caso de la primera conjugación, la segmentación presentada en la segunda y en la tercera lleva a prescindir de la vocal temática en el subjuntivo y en la primera persona del singular del presente de indicativo. Unifica asimismo el segmento TM en el subjuntivo (-a- o -á- en todos los casos), y en gran parte del indicativo (Ø) con la excepción mencionada. La identificación de los segmentos flexivos correspondientes al imperativo plantea los mismos problemas que se mencionaron en el § 4.5d. En la forma de singular correspondiente a tú se considera nulo el segmento PN, pero en la variante voseante son nulos tanto TM como PN. Si se comparan los modelos de la segunda y de la tercera conjugación que se acaban de presentar, se comprobará que son idénticos, salvo en las cinco diferencias que se subrayan en los pares siguientes:
tem-é-Ø-s (vos) ~ part-í-Ø-s (vos)
tem-é-Ø-mos ~ part-í-Ø-mos
tem-é-Ø-is ~ part-í-Ø-is
tem-é-Ø-Ø (vos) ~ part-í-Ø-Ø (vos)
tem-é-Ø-d ~ part-í-Ø-d
Como la segunda persona del singular en la variante voseante está construida morfológicamente sobre la segunda persona del plural (distinta en teméis > temés, pero idéntica en partís > partís), se ha propuesto que el segmento PN -is es el característico de toda la conjugación regular, por lo que el proceso partíis > partís es de orden fonológico (además de ortográfico), ya que el español carece de vocales largas. Posee, en cambio, secuencias heterosilábicas de dos vocales iguales con acento en la segunda de ellas, como en diita (diminutivo de día), proveer, Canaán o azahar.
4.5h Destacan algunos aspectos en la segmentación presentada en los apartados precedentes. Como se ha visto, la VT es -a- (tónica o átona) en el presente de indicativo y en el imperativo de los verbos de la primera conjugación, pero es Ø en el presente de subjuntivo de las tres conjugaciones. La VT es -e- (tónica o átona) con los verbos en -er o -ir en los otros tiempos del tema de presente. Esta vocal se manifiesta como -i-, siempre tónica, en las formas de la 3.ª conjugación que desplazan el acento desde la raíz (1.ª y 2.ª personas del plural), lo que se suele atribuir a la naturaleza silábica de -mos e -is, exponentes de PN. Sin embargo, desplazan también el acento las formas del imperativo partí (vos) y partid (vosotros). La segunda característica común de las formas del tema de presente es el hecho de que coinciden en presentar sistemáticamente el acento en la última vocal de la raíz. Se exceptúan los casos que se acaban de mencionar de segmentos PN silábicos, en los que el acento se desplaza a la vocal inmediatamente siguiente y las formas del imperativo señaladas. En los tiempos analizados, TM adopta la forma Ø en el presente de indicativo y en el imperativo.
4.5i Se muestran a continuación las formas verbales de los tiempos correspondientes a los temas de pretérito de los verbos de la primera conjugación:
INDICATIVO
PRETÉRITO PERFECTO SIMPLE (PRETÉRITO en la terminología de Andrés Bello): am-é (yo); am-áste (tú o vos); am-ó (usted); am-ó (él o ella); am-ámos (nosotros o nosotras); am-áron (ustedes) ~ am-ásteis (vosotros o vosotras); am-áron (ellos o ellas).
PRETÉRITO IMPERFECTO (COPRETÉRITO en la terminología de Andrés Bello): am-ába (yo); am-ábas (tú o vos); am-ába (usted); am-ába (él o ella); am-ábamos (nosotros o nosotras); am-ában (ustedes) ~ am-ábais (vosotros o vosotras); am-ában (ellos o ellas).
SUBJUNTIVO
PRETÉRITO IMPERFECTO I (PRETÉRITO): am-ára (yo); am-áras (tú o vos); am-ára (usted); am-ára (él o ella); am-áramos (nosotros o nosotras); am-áran (ustedes) ~ am-árais (vosotros o vosotras); am-áran (ellos o ellas).
PRETÉRITO IMPERFECTO II (PRETÉRITO): am-áse (yo); am-áses (tú o vos); am-áse (usted); am-áse (él o ella); am-ásemos (nosotros o nosotras); am-ásen (ustedes) ~ am-áseis (vosotros o vosotras); am-ásen (ellos o ellas).
FUTURO SIMPLE (FUTURO): am-áre (yo); am-áres (tú o vos); am-áre (usted); am-áre (él o ella); am-áremos (nosotros o nosotras); am-áren (ustedes) ~ amár-eis (vosotros o vosotras); am-áren (ellos o ellas).
4.5j En la opción en la que se desdoblan las informaciones flexivas (RAÍZ, VT, TM, PN) se obtienen estas segmentaciones:
| INDICATIVO | SUBJUNTIVO |
| Pretérito perfecto simple / Pretérito | Pretérito imperfecto / Pretérito |
| am-Ø-é-Ø | am-á-ra-Ø ~ am-á-se-Ø |
| am-á-ste-Ø | am-á-ra-s ~ am-á-se-s |
| am-Ø-ó-Ø | am-á-ra-Ø ~ am-á-se-Ø |
| am-á-Ø-mos | am-á-ra-mos ~ am-á-se-mos |
| am-á-ste-is | am-á-ra-is ~ am-á-se-is |
| am-á-ro-n | am-á-ra-n ~ am-á-se-n |
| Pretérito imperfecto / Copretérito | Futuro simple / Futuro |
| am-á-ba-Ø | am-á-re-Ø |
| am-á-ba-s | am-á-re-s |
| am-á-ba-Ø | am-á-re-Ø |
| am-á-ba-mos | am-á-re-mos |
| am-á-ba-is | am-á-re-is |
| am-á-ba-n | am-á-re-n |
4.5k Las formas correspondientes a la segunda conjugación en el tema de pretérito son las siguientes:
INDICATIVO
PRETÉRITO PERFECTO SIMPLE (PRETÉRITO): tem-í (yo); tem-íste (tú o vos); tem-ió (usted); tem-ió (él o ella); tem-ímos (nosotros o nosotras); tem-iéron (ustedes) ~ tem-ísteis (vosotros o vosotras); tem-iéron (ellos o ellas).
PRETÉRITO IMPERFECTO (COPRETÉRITO): tem-ía (yo); tem-ías (tú o vos); tem-ía (usted); tem-ía (él o ella); tem-íamos (nosotros o nosotras); tem-ían (ustedes) ~ tem-íais (vosotros o vosotras); tem-ían (ellos o ellas).
SUBJUNTIVO
PRETÉRITO IMPERFECTO I (PRETÉRITO): tem-iéra (yo); tem-iéras (tú o vos); tem-iéra (usted); tem-iéra (él o ella); tem-iéramos (nosotros o nosotras); tem-iéran (ustedes) ~ tem-iérais (vosotros o vosotras); tem-iéran (ellos o ellas).
PRETÉRITO IMPERFECTO II (PRETÉRITO): tem-iése (yo); tem-iéses (tú o vos); tem-iése (usted); tem-iése (él o ella); tem-iésemos (nosotros o nosotras); tem-iésen (ustedes) ~ tem-iéseis (vosotros o vosotras); tem-iésen (ellos o ellas).
FUTURO SIMPLE (FUTURO): tem-iére (yo); tem-iéres (tú o vos); tem-iére (usted); tem-iére (él o ella); tem-iéremos (nosotros o nosotras); tem-iéren (ustedes) ~ tem-iéreis (vosotros o vosotras); tem-iéren (ellos o ellas).
Las de la tercera son idénticas:
INDICATIVO
PRETÉRITO PERFECTO SIMPLE (PRETÉRITO): part-í (yo); part-íste (tú o vos); part-ió (usted); part-ió (él o ella); part-ímos (nosotros o nosotras); part-iéron (ustedes) ~ part-ísteis (vosotros o vosotras); part-iéron (ellos o ellas).
PRETÉRITO IMPERFECTO (COPRETÉRITO): part-ía (yo); part-ías (tú o vos); part-ía (usted); part-ía (él o ella); part-íamos (nosotros o nosotras); part-ían (ustedes) ~ part-íais (vosotros o vosotras); part-ían (ellos o ellas).
SUBJUNTIVO
PRETÉRITO IMPERFECTO I (PRETÉRITO): part-iéra (yo); part-iéras (tú o vos); part-iéra (usted); part-iéra (él o ella); part-iéramos (nosotros o nosotras); part-iéran (ustedes) ~ part-iérais (vosotros o vosotras); part-iéran (ellos o ellas).
PRETÉRITO IMPERFECTO II (PRETÉRITO): part-iése (yo); part-iéses (tú o vos); part-iése (usted); part-iése (él o ella); part-iésemos (nosotros o nosotras); part-iésen (ustedes) ~ part-iéseis (vosotros o vosotras); part-iésen (ellos o ellas).
FUTURO SIMPLE (FUTURO): part-iére (yo); part-iéres (tú o vos); part-iére (usted); part-iére (él o ella); part-iéremos (nosotros o nosotras); part-iéren (ustedes) ~ part-iéreis (vosotros o vosotras); part-iéren (ellos o ellas).
4.5l Si se opta por separar todos los morfemas flexivos, se obtiene la siguiente distribución para las formas de la segunda conjugación:
| INDICATIVO | SUBJUNTIVO |
| Pretérito perfecto simple / Pretérito | Pretérito imperfecto / Pretérito |
| tem-Ø-í-Ø | tem-ié-ra-Ø ~ tem-ié-se-Ø |
| tem-í-ste-Ø | tem-ié-ra-s ~ tem-ié-se-s |
| tem-Ø-ió-Ø | tem-ié-ra-Ø ~ tem- ié-se-Ø |
| tem-í-Ø-mos | tem-ié-ra-mos ~ tem-ié-se-mos |
| tem-í-ste-is | tem-ié-ra-is ~ tem-ié-se-is |
| tem-ié-ro-n | tem-ié-ra-n ~ tem-ié-se-n |
| Pretérito imperfecto / Copretérito | Futuro simple / Futuro |
| tem-í-a -Ø | tem-ié-re-Ø |
| tem-í-a-s | tem-ié-re-s |
| tem-í-a-Ø | tem-ié-re-Ø |
| tem-í-a-mos | tem-ié-re-mos |
| tem-í-a-is | tem-ié-re-is |
| tem-í-a-n | tem-ié-re-n |
Las siguientes formas corresponden a la tercera conjugación:
| INDICATIVO | SUBJUNTIVO |
| Pretérito perfecto simple / Pretérito | Pretérito imperfecto / Pretérito |
| part-Ø-í-Ø | part-ié-ra-Ø ~ part-ié-se-Ø |
| part-í-ste-Ø | part-ié-ra-s ~ part-ié-se-s |
| part-Ø-ió-Ø | part-ié-ra-Ø ~ part- ié-se-Ø |
| part-í-Ø-mos | part-ié-ra-mos ~ part-ié-se-mos |
| part-í-ste-is | part-ié-ra-is ~ part-ié-se-is |
| part-ié-ro-n | part-ié-ra-n ~ part-ié-se-n |
| Pretérito imperfecto / Copretérito | Futuro simple / Futuro |
| part-í-a -Ø | part-ié-re-Ø |
| part-í-a-s | part-ié-re-s |
| part-í-a-Ø | part-ié-re-Ø |
| part-í-a-mos | part-ié-re-mos |
| part-í-a-is | part-ié-re-is |
| part-í-a-n | part-ié-re-n |
4.5m Como puede verse en estos cuadros, los paradigmas que corresponden a VT, TM y PN son considerablemente regulares en el tema de pretérito, salvo en el pretérito perfecto simple, cuya desinencia de TM presenta variación. De hecho, el tema de pretérito es amá- en todas las formas de la primera conjugación, salvo en amé y amó. La VT en esta conjugación es -á-. El segmento VT es un diptongo (-ié-) en todas las formas de subjuntivo de la segunda y de la tercera conjugación, y también en una del indicativo: la tercera del plural del pretérito perfecto simple (temieron, partieron), además de en el gerundio (temiendo, partiendo). No obstante, cabría también suponer que la VT es solo el segmento -i- y que el diptongo se forma con la vocal -e- del segmento TM.
4.5n Como se comprueba en los cuadros, la VT presenta la forma -í- en la segunda y tercera conjugación en todas las formas del pretérito imperfecto y en tres del pretérito perfecto simple, a las que cabe agregar los participios (temido, partido). Todos los núcleos vocálicos correspondientes al segmento VT (sean una vocal o un diptongo) son tónicos en el tema de pretérito: -á-, -í-, -ié-. El segmento TM es sistemáticamente -ba- en el imperfecto de indicativo de la primera conjugación, y coinciden, en las tres conjugaciones, las dos variantes del imperfecto de subjuntivo (-ra- y -se-) y la forma del futuro de subjuntivo (-re-).
4.5ñ El tema de futuro se reconoce en el futuro de indicativo (amaré) y en el condicional (amaría). La raíz de las formas flexionadas correspondientes a estos dos tiempos se forma con el infinitivo, ya que ambos son el resultado de gramaticalizar perífrasis verbales de obligación, como se explica en los § 23.14a, b y 23.15. Los dos componentes del futuro y del condicional conservaron durante mucho tiempo su plena autonomía. Sobre la intercalación de pronombres átonos entre el infinitivo y el auxiliar en el español medieval (como en decírtelo hía), véase el § 23.15c. Las formas verbales de la primera conjugación que corresponden al futuro y al condicional son las siguientes:
INDICATIVO
FUTURO SIMPLE (FUTURO en la terminología de Andrés Bello): am-aré (yo); am-arás (tú o vos); am-ará (usted); am-ará (él o ella); am-aremos (nosotros o nosotras); am-arán (ustedes) ~ am-aréis (vosotros o vosotras); am-arán (ellos o ellas).
CONDICIONAL SIMPLE (CONDICIONAL en la terminología de Andrés Bello): am-aría (yo); am-arías (tú o vos); am-aría (usted); am-aría (él o ella); am-aríamos (nosotros o nosotras); am-arían (ustedes) ~ am-aríais (vosotros o vosotras); am-arían (ellos o ellas).
4.5o Los segmentos morfológicos que corresponden a las formas mencionadas pueden aislarse al menos de dos maneras. Cabe entender que estas palabras se segmentan en la forma siguiente (se marca el acento prosódico):
trabajar RAÍZ-Ø VT-é TM-mos PN; partir RAÍZ-Ø VT-ía TM-s PN
En este análisis, la raíz es la forma del infinitivo. Como la VT es un segmento nulo, el infinitivo constituye también el tema verbal. En el segundo análisis, estas formas tienen vocal temática:
trabaj RAÍZ-a VT-ré TM-mos PN; part RAÍZ-i VT-ría TM-s PN
4.5p Las dos segmentaciones que se acaban de mencionar presentan puntos positivos y negativos. Las ventajas principales de la primera son las siguientes: en primer lugar, respeta el origen de la construcción, además de explicar de manera sencilla los futuros y condicionales regulares de ciertos verbos irregulares: ser-ía, ir-émos, etc. En segundo lugar, permite que el condicional y el imperfecto, que comparten algunos usos gramaticales (como se explica en el § 23.15), compartan asimismo el morfema -ía en las conjugaciones segunda y tercera. Entre los inconvenientes de esta segmentación, debe mencionarse el que obligue a introducir raíces supletivas en todas las conjugaciones regulares. El verbo temer, por ejemplo, presentaría las raíces tem- y temer-. Además, este análisis no explica tampoco formas como tendré o tendría (en lugar de las esperables *teneré, *tenería, registradas en la lengua medieval). El segundo análisis, que no presenta estos inconvenientes, es el que se suele aceptar hoy:
| INDICATIVO | |
| Futuro simple / Futuro | Condicional simple / Pospretérito |
| am-a-ré-Ø | am-a-ría-Ø |
| am-a-rá-s | am-a-ría-s |
| am-a-rá-Ø | am-a-ría-Ø |
| am-a-ré-mos | am-a-ría-mos |
| am-a-ré-is | am-a-ría-is |
| am-a-rá-n | am-a-ría-n |
4.5q En la segunda conjugación se obtiene la siguiente distribución de afijos flexivos:
FUTURO SIMPLE (FUTURO): tem-eré (yo); tem-erás (tú o vos); tem-erá (usted); tem-erá (él o ella); tem-eremos (nosotros o nosotras); tem-erán (ustedes) ~ tem-eréis (vosotros o vosotras); tem-erán (ellos o ellas).
CONDICIONAL SIMPLE (POSPRETÉRITO):tem-ería (yo); tem-erías (tú o vos); tem-ería (usted); tem-ería (él o ella); tem-eríamos (nosotros o nosotras); tem-erían (ustedes) ~ tem-eríais (vosotros o vosotras); tem-erían (ellos o ellas);
y en la tercera, esta otra:
FUTURO SIMPLE (FUTURO): part-iré (yo); part-irás (tú o vos); part-irá (usted); part-irá (él o ella); part-iremos (nosotros o nosotras); part-irán (ustedes) ~ part-iréis (vosotros o vosotras); part-irán (ellos o ellas).
CONDICIONAL SIMPLE (POSPRETÉRITO):part-iría (yo); part-irías (tú o vos); part-iría (usted); part-iría (él o ella); part-iríamos (nosotros o nosotras); part-irían (ustedes) ~ part-iríais (vosotros o vosotras); part-irían (ellos o ellas).
4.5r Como se comprueba en las segmentaciones siguientes, las diferencias entre la segunda y la tercera conjugación se limitan a que mantienen la VT característica del infinitivo (-e- en la segunda e -i- en la tercera):
| INDICATIVO | INDICATIVO | ||
| Futuro simple / Futuro | Condicional simple / Pospretérito | Futuro simple / Futuro | Condicional simple / Pospretérito |
| tem-e-ré-Ø | tem-e-ría-Ø | part-i-ré-Ø | part-i-ría-Ø |
| tem-e-rá-s | tem-e-ría-s | part-i-rá-s | part-i-ría-s |
| tem-e-rá-Ø | tem-e-ría-Ø | part-i-rá-Ø | part-i-ría-Ø |
| tem-e-ré-mos | tem-e-ría-mos | part-i-ré-mos | part-i-ría-mos |
| tem-e-ré-is | tem-e-ría-is | part-i-ré-is | part-i-ría-is |
| tem-e-rá-n | tem-e-ría-n | part-i-rá-n | part-i-ría-n |
4.6 La conjugación regular (I). Características generales
4.6a Las formas verbales segmentadas en las secciones precedentes se agrupan en los tres paradigmas que representan la conjugación regular del español, a la que pertenecen la mayor parte de los verbos. La conjugación regular constituye, por tanto, una serie de paradigmas de formas flexivas para los distintos tiempos y modos, que se adjuntan a los temas de presente, pretérito y futuro del verbo según los tres modelos identificados tradicionalmente por el timbre de la vocal temática del infinitivo, es decir, los de infinitivo en -ar (VT = -a-: amar), los de infinitivo en -er (VT = -e-: temer) y los de infinitivo en -ir (VT = -i-: partir) (§ 4.15, tablas de conjugación n.º 1, n.º 2 y n.º 3). La raíz permanece invariable en los tres paradigmas de la conjugación regular, con las diferencias relativas al acento que se mencionaron en las secciones anteriores.
4.6b Los paradigmas flexivos de la segunda y la tercera son prácticamente idénticos en lo relativo al segmento TM, lo que reduce las diferencias fundamentales a la VT. Se trata de las alternancias /e/ ~ /i/ de la 1.ª y la 2.ª personas del plural del presente de indicativo (tem-emos/part-imos, tem-éis/part-ís), en el plural del imperativo (tem-ed, part-id) y en las formas del tema de futuro (infinitivo: tem-er/part-ir; futuro de indicativo: tem-eré/part-iré, tem-erás/part-irás; y condicional: tem-ería/part-iría, tem-erías/ part-irías).
4.6c En las conjugaciones de infinitivo en -er/-ir se observan vacilaciones que no se encuentran en los verbos de infinitivo en -ar. Así ocurre con alternancias como converger ~ convergir, ambas correctas, aunque se prefiere la primera. Se registran numerosas irregularidades en este grupo. Así, se han documentado usos del verbo diverger, pero son muy escasos en comparación con la variante mayoritaria divergir, única recomendable. También se registra emergir, pero se recomienda emerger. En cambio, ha triunfado sumergir, y son muy esporádicos los registros de sumerger, opción no recomendable. Los verbos cerner(se) y cernir(se), de igual significado, pertenecen a conjugaciones distintas. El primero se conjuga como entender (por tanto, cierno, ciernes ~ cernés, cernemos, cernéis, etc.), y el segundo, como discernir (cierno, ciernes ~ cernís, cernimos, cernís, etc.). Contrastan, pues, cernemos (de cerner) y cernimos (de cernir), así como cernés (vos) y cernéis (vosotros), de cerner, y cernís (con vosotros y con vos), de cernir. Las alternancias entre -ir y -er están condicionadas otras veces por variables históricas (como los antiguos interromper y render, frente a los actuales interrumpir y rendir), y solo en unos pocos casos dan lugar a diferencias semánticas, como sucede en el par competer/ competir.
4.6d El cuadro siguiente, confeccionado a partir de la 22.ª edición del DRAE, pone de manifiesto que los verbos de la primera conjugación son los más numerosos, y también que la proporción de verbos irregulares es muy pequeña en esta conjugación, en comparación con la de las otras dos. Aunque no se han tenido en cuenta en este cómputo los verbos pronominales de las tres conjugaciones, esos verbos no afectan en lo fundamental a las proporciones obtenidas, que se reflejan en el cuadro siguiente:
| Conjugación | VERBOS DESUSADOS, ANTICUADOS O POCO USADOS | VERBOS DE USO ACTUAL | TOTAL | ||
| Regular | Irregular | Regular | Irregular | ||
| -ar | 15,46% | 0,44% | 66,60% | 5,88% | 88,38% |
| -er | 1,85% | 0,26% | 0,80% | 2,75% | 5,66% |
| -ir | 1,85% | 0,14% | 2,29% | 1,68% | 5,96% |
| Total | 19,16% | 0,84% | 69,69% | 10,31% | 100%, |
4.6e Se incluye en este cuadro el porcentaje de verbos que se registran en el DRAE con marcas de desusado, anticuado o poco usado (un 20%). Su exclusión permite calibrar mejor las proporciones que corresponden a los verbos de uso actual. Aun así, ha de tenerse en cuenta que las formas prefijadas y ciertos esquemas derivativos (capítulo 8) permiten crear verbos nuevos que no figuran en los diccionarios. El cuadro precedente permite distinguir, entre los verbos de uso actual, los que corresponden a la conjugación regular (69,69%) y los verbos irregulares (10,31%). Repárese en que, del conjunto de los verbos actuales, es muy extenso el grupo de los verbos regulares de la primera conjugación (66,60%), muy pequeño el conjunto de verbos regulares de la segunda conjugación (0,80%) y también reducido el grupo de los verbos regulares de la tercera (2,29%). Todo ello confirma que el español consolidó la tendencia del latín vulgar a concentrar los mecanismos de creación léxica en los verbos de infinitivo en -ar.
4.6f Aproximadamente el 90% de los verbos españoles pertenecen a la primera conjugación. Se trata, además, del único modelo productivo, pues a él se ajustan casi todos los verbos que se crean mediante procesos de derivación (con los sufijos -ar, -ear, -izar, -ificar) y de parasíntesis (§ 8.7 y 8.8). Solo se crean verbos de infinitivo en -er por sufijación con -ecer (§ 8.9), o bien por parasíntesis, mediante la adjunción a un adjetivo del morfema discontinuo en-…-ecer (§ 8.9e y ss.). Aun así, estos esquemas presentan numerosas irregularidades flexivas y son poco productivos. No se forman nuevos derivados con los verbos de la tercera conjugación. Los paradigmas regulares de las tres conjugaciones se presentan en el § 4.15, tablas de conjugación n.º 1, n.º 2 y n.º 3.
4.7 La conjugación regular (II). Las variantes del voseo
4.7a Se llama VOSEO al uso del pronombre vos como forma de tratamiento dirigida a un solo interlocutor, así como al empleo de las varias desinencias que reflejan los rasgos gramaticales de este pronombre en la flexión verbal. Estas variantes flexivas proceden históricamente de las correspondientes a la 2.ª persona del plural. En el español europeo el voseo desapareció casi totalmente entre el siglo XVII y principios del XVIII, si bien persiste una de sus manifestaciones, como se explicará más adelante. Hoy el voseo continúa siendo un rasgo característico del español hablado en algunas regiones de América (sobre todo en las áreas rioplatense y centroamericana), en el que se desarrolló con muy diversa fortuna en función de factores geográficos y sociales. El voseo se puede reflejar de distintas maneras en la gramática. Se muestran a continuación algunos textos que lo ponen de manifiesto:
¿Queda lugar para vos? (Clarín 30/1/1999); “¿Sos adivino vos?”, le preguntó Domenichetti a Redruello (Nueva Provincia 13/3/1997); Y ¿qué pensás vos? ¡Ah!… tenemos mucha cantera de futbolistas, en Costa Rica (Nación [C. Rica] 16/4/1997); Vos tienes la culpa para hacerte tratar mal (Tiempos 1/4/1997); La policía le dijo: “vos eras uno de los que estabas con la gente que huyó […]” (Semana 1/10/1996).
En todos ellos se expresa trato de confianza. En el primero aparece el pronombre vos como término de preposición, por tanto sin reflejo alguno en el verbo. En los dos siguientes, el pronombre vos ejerce la función de sujeto; el verbo muestra desinencias exclusivas de este pronombre, que proceden de las antiguas formas de segunda persona del plural. En cambio, en los dos últimos ejemplos que se citan la forma verbal que concuerda con vos es la misma que aparecería si el pronombre fuera tú.
4.7b Los dos rasgos fundamentales a los que se acude para clasificar gramaticalmente los tipos de voseo son el uso del pronombre vos y los morfemas de persona de la flexión verbal. Combinando estas informaciones se distinguen los grupos siguientes, que reflejan las formas en las que el voseo se manifiesta:
| EN EL PRONOMBRE | EN LA FLEXIÓN VERBAL | EJEMPLO |
| Sí | Sí | vos tenéis, vos tenés, vos tenís |
| No | Sí | tú tenés, tú tenís |
| Sí | No | vos tienes |
Esta tabla pone en relación el llamado VOSEO PRONOMINAL (Sí en la columna izquierda) con el denominado VOSEO FLEXIVO (Sí en la columna central). Como se observa, ambos coinciden en la primera fila, pero no en las demás. Cabe agregar que el voseo pronominal puede ser independiente por completo de la flexión, como sucede cuando se usa el pronombre vos como término de preposición, como se ha explicado (con vos, para vos). En las páginas siguientes se harán diversas consideraciones sobre la distribución de las variantes del voseo flexivo, que corresponden a las dos primeras filas. En el § 16.17 se harán otras consideraciones sobre la gramática del voseo, especialmente relativas a la sintaxis, así como a otros aspectos de su valoración social. Como se ve, existen tres opciones para el presente en la primera fila de la tabla (vos tenéis, vos tenés, vos tenís) y dos en la segunda (tú tenés, tú tenís). La primera de estas cinco opciones (vos tenéis) constituye una variante del voseo flexivo en el español americano, sobre todo en las áreas caribeña y andina:
De ninguna manera, Andrés. Vos sabéis… En ocasiones suelen presentarse discusiones hogareñas… En fin, vos sabéis (Arrau, Norte); A través de estos años, he sido yo el que ha corrido todos los riesgos y vos habéis recibido las ganancias sin tener en cuenta mi persona (Britton, Siglo).
Esta variante representa, además, el llamado VOSEO REVERENCIAL, que se caracteriza morfológicamente por mantener en la flexión verbal las mismas desinencias que en el español europeo se usan hoy en la segunda persona del plural para el trato de confianza: vosotros tenéis. El voseo reverencial se analiza en los § 16.17d-f.
4.7c El voseo flexivo se caracteriza por formas verbales específicas en el presente de indicativo y en el de subjuntivo, en el pretérito perfecto simple y en el imperativo. Algunos países cuentan también, como se verá, con formas de voseo para el futuro de indicativo. En el área chilena existen desinencias específicas para el voseo flexivo en todos los tiempos, con la excepción del imperativo. Por ejemplo, para el presente de subjuntivo se emplean las formas amí(s), temái(s), partái(s). Estas últimas conservan el diptongo -ái-, pero en la 1.ª conjugación -éi- se reduce a -í-. La misma reducción del diptongo se produce en el presente de indicativo de la 2.ª conjugación. Se muestran a continuación las variantes morfológicas agrupadas por los temas de la conjugación, según las alteraciones que presentan: diptongación original (amáis, teméis), en ocasiones con aspiración de -s final ([aˈmai̯ʰ], [teˈmei̯ʰ]) o con reducción de esa misma consonante (amái), y simplificación del diptongo o monoptongación (amás, temés/temís). En este último caso, el diptongo -ái- sufre una reducción sistemática por elisión de la semivocal. En cambio, el diptongo -éi- se reduce por este mismo fenómeno (temés), o bien por traslado de acento y elisión de la vocal (temís). Los verbos de la tercera conjugación muestran en el presente de indicativo el segmento PN -és (partés) en zonas voseantes muy restringidas. En partís no se ha producido monoptongación porque la forma original no tiene diptongo:
| VOSEO VERBAL EN LOS TIEMPOS DEL TEMA DE PRESENTE | |||
| Con diptongo | Sin diptongo | Reducción de -d | |
| PRESENTE DE INDICATIVO | amái(s) | amás | |
| teméi(s) | temés / temí(s) | ||
| partí(s) / partés (restringido) | |||
| PRESENTE DE SUBJUNTIVO | améi(s) (restringido) | amés / amí(s) | |
| temái(s) | temás | ||
| partái(s) | partás | ||
| IMPERATIVO | amá | ||
| temé | |||
| partí | |||
4.7d Frente a la forma monoptongada general, en el presente de indicativo se usan las variantes diptongadas (-ái- para la primera conjugación y -éi- para la segunda) fundamentalmente en las zonas montañosas del área andina. Se registran también estas variantes en ciertas zonas de influencia caribeña, tanto continental como insular, así como en algunas regiones centroamericanas. Se documentan asimismo de manera esporádica en la región centro-oriental de la Argentina: Si caminái derecho, seguro que lo vai a encontrar. No está tan extendido el voseo en las formas de subjuntivo como en las correspondientes del indicativo. Se exceptúan el español de parte de la Sierra andina y el de la región meridional de Centroamérica (especialmente en las áreas rurales), donde se emplean las formas diptongadas sin -s (améi, temái, partái), como en ¡Ojalá lleguéi temprano! o en Cuando habléi con ella, no le digái nada.
4.7e La flexión verbal del paradigma voseante en subjuntivo se da en el voseo reverencial (Cuando vos digáis). Las formas del subjuntivo correspondientes al paradigma amás/temés/partís siguen la pauta amés / temás / partás y son comunes en las áreas voseantes centroamericanas. Esta es también la pauta mayoritaria en el área rioplatense, sobre todo en los imperativos negados, como en No digás; No llamés; No me esperés, o Callate y no jodás que hoy es el día que más guita van a hacer (Ramos/Lejbowicz, Corazones). No obstante, se registra también en la Argentina el paradigma tuteante correspondiente: No digas; No llames; No me esperes. Cabe decir lo mismo del subjuntivo en otros contextos: Cuando querás; Mientras podás, etc. Aun así, en Buenos Aires y otros núcleos del área rioplatense se sustituyen a veces por formas tuteantes: Quiero que lo cantes (en lugar de Quiero que lo cantés). Las formas del voseo en subjuntivo están restringidas en el Uruguay a los niveles socioculturales bajos, aunque también son empleadas ocasionalmente en ciertos registros muy coloquiales por hablantes (sobre todo varones) de cualquier nivel sociocultural. Estas mismas formas son propias de la lengua popular en el español salvadoreño. He aquí algunos ejemplos de la pauta a la que corresponden:
Es importante que lo sepás ahora (Belli, Mujer); Es mejor que te bajés acá (Martínez, Vuelo); Quizás podás hacer algo por mí (Paz Soldán, Materia); Solo quiero que te subás, que pongás esta otra bombilla y que le des vuelta (Quesada, Banana); Todo te lo permito menos que me traigás invitados sin avisarme (Naranjo, Caso).
4.7f En las zonas en que se usan, los imperativos del paradigma voseante acentúan la vocal final (por tanto, cantá, comé, decí, tomá, vení) con elisión de la terminación -d, tal como sucedía en el español clásico:
Mas poné a un estudiante otro tal (Arce Otálora, Coloquios); Si a esta le faltaran partidos, decí mal de mí (Delicado, Lozana); Vení, no me gusta que te quedes aquí (Cortázar, Rayuela); Pensalo bien, poné tu mano en el corazón y contestame sinceramente (Rovinski, Herencia).
Como se ve en los ejemplos, se usa una forma regular del voseo para los verbos que en la variante con tuteo presentan un imperativo singular irregular: decí vos, salí vos, vení vos, frente a di tú, sal tú, ven tú. En el Uruguay se utilizan de manera mayoritaria las formas voseantes del imperativo: bailá, comé, partí; decí, salí, vení. En la pequeña zona dialectal en la que se registran las formas tuteantes del imperativo, algunos hablantes utilizan las variantes irregulares mencionadas (di, sal, pon), mientras que otros usan formas tuteantes regularizadas con -e paragógica (sale, pone). Además de en el Uruguay, se registran variantes tuteantes de los imperativos formadas con -e paragógica en Chile, como en Sale de aquí en lugar de Sal de aquí; Pone la mesa, en lugar de Pon la mesa, o en MONCHO: ¡Sale de mi cama! (Ella se resiste) ¡Vamos, sale, te digo! (Wolff, Álamos). Se recomienda evitar estas formas. Se ha observado que algunos textos escolares argentinos usan estas variantes por ultracorrección (Pone estas formas en plural; Repone los números que faltan), en la suposición de que corresponden a las formas generales del tuteo.
4.7g En los tiempos de tema de pretérito se observa menor variación. En el pretérito perfecto simple se emplea la segunda persona del plural sin diptongar (no exclusiva de las variantes voseantes, como se vio en el § 4.4g): partistes, del latín partistis, español clásico partistes. No obstante, la forma voseante suele ser reemplazada por la tuteante (partiste), pues la -s final se considera propia del habla popular en la segunda persona del singular. Por otro lado, en el habla popular (y a veces también en el registro conversacional) de algunas zonas de la región andina de Venezuela y Colombia se elide la -s- interior, como en ama(s)tes > amates; temi(s)tes > temites; parti(s)tes > partites: Mi bachaco cortó en tres pedazos a tu bachaco y el tuyo le cortó la cabeza al mío, perdites Ramona (Morón, Gallo). Salvo en Chile, no se registra el voseo en el imperfecto de indicativo. En esta variedad se aspira o se elide la -s final en los imperfectos de indicativo y de subjuntivo: amabai(s) > amabai; amarai(s) > amarai. El resultado confluye con las variantes correspondientes a la segunda persona del plural vosotros, que —tal como se señala en los § 16.15q y 16.17c— permanecen en América en ciertas variedades del lenguaje ceremonial, además de en algunos textos escolares.
| VOSEO VERBAL EN LOS TIEMPOS DEL TEMA DE PRETÉRITO | ||
| Con diptongo | Sin diptongo | |
| Pretérito perfecto simple | ama(s)tes | |
| temi(s)tes | ||
| parti(s)tes | ||
| Pretérito imperfecto de indicativo | amabai(s) | |
| temíai(s) | ||
| partíai(s) | ||
| Pretérito imperfecto de subjuntivo | amarai(s) | |
| temierai(s) | ||
| partierai(s) | ||
4.7h En el futuro se mantiene el diptongo en unas variedades y se reduce en otras, sea en la vocal abierta (-éi- > -é-) o en la cerrada (-éi- > -í-). Como se señaló en el § 4.7c, debe tenerse en cuenta que en buena parte de las áreas voseantes se emplean las formas del tuteo en este tiempo verbal. No obstante, se va imponiendo la perífrasis «ir a + infinitivo» frente al futuro sintético, tal como se explica en el § 23.14c, lo que dificulta en alguna medida que se atestigüen las formas a las que se alude. La flexión correspondiente al voseo en el condicional es característica de Chile. Se corresponde con la de la segunda persona del plural, con aspiración o pérdida de la -s final, como en Entonces seríai vos (Brunet, Montaña).
| VOSEO VERBAL EN LOS TIEMPOS DEL TEMA DE FUTURO | ||
| Con diptongo | Sin diptongo | |
| Futuro simple de indicativo | amaréi(s) | amarés / amarí(s) |
| temeréi(s) | temerés / temerí(s) | |
| partiréi(s) | partirés / partirí(s) | |
| Condicional simple | amaríai(s) | |
| temeríai(s) | ||
| partiríai(s) | ||
4.7i Como se observa en el cuadro que sigue, las formas flexivas específicas del voseo se manifiestan fundamentalmente en los tiempos del tema de presente, en el pretérito perfecto simple y en el futuro, todos de indicativo, además de en el modo imperativo. Ha de tenerse en cuenta que la distribución que el cuadro muestra es aproximada, en la medida en que la delimitación de las áreas geográficas mencionadas no es tan nítida en la realidad como allí se sugiere. Al igual que en otros ámbitos de cierta complejidad en el estudio de la dialectología, las isoglosas relevantes no coinciden necesariamente con las fronteras políticas entre los países. Por otra parte, las formas flexivas que se registran en algunas casillas de este cuadro no se extienden a todo el país, sino solo a ciertas áreas, casi siempre en la lengua popular o en la conversacional, y muy a menudo en alternancia con las variantes de tuteo, que no figuran en la tabla. Por lo que respecta a los países mayoritariamente voseantes, debe tenerse en cuenta también que, en los casos en los que conviven varias formas, en la casilla correspondiente figurará en primera posición la variante de uso más general y, a continuación, la más restringida social o geográficamente. Se desarrollará esta información en los apartados que siguen al cuadro:
| DISTRIBUCIÓN DE LAS FORMAS DEL VOSEO VERBAL POR PAÍSES | ||||||||
| INDICATIVO | SUBJUNTIVO | IMPERATIVO | ||||||
| TIEMPO VERBAL | Presente | Pret. imperfecto | Pret. perfecto simple | Futuro simple | Condicional simple | Presente | Pret. imperfecto | |
| PAÍS | ||||||||
| Argentina | amás temés partís |
amaste(s) temiste(s) partiste(s) |
amés temás partás |
amá temé partí |
||||
| Paraguay | amás temés partís |
amaste(s) temiste(s) partiste(s) |
amés temás partás |
amá temé partí |
||||
| Uruguay | amás temés partís |
amaste(s) temiste(s) partiste(s) |
amés temás partás |
amá temé partí |
||||
| Chile | amái(s) temí(s) partí(s) |
amabai(s) temíai(s) partíai(s) |
amaste(s) temiste(s) partiste(s) |
amarí(s) temerí(s) partirí(s) |
amaríai(s) temeríai(s) partiríai(s) |
amí(s) temái(s) partái(s) |
amarai(s) temierai(s) partierai(s) |
|
| Perú (Arequipa) | amás temís partís |
amastes temistes partistes |
amarás temerís partirís |
amá temé partí |
||||
| Bolivia | amái(s)/ amás teméi(s)/ temés partí(s) / partís |
amés temás partás |
amá temé partí |
|||||
| Ecuador | amás/ amái(s) temés/ temí(s) partís / partí(s) |
amarís temerís partirís |
amá temé partí |
|||||
| Colombia | amás temés partís |
amaste(s)/ amate(s) temiste(s)/ temite(s) partiste(s)/ partite(s) |
amés temás partás |
amá temé partí |
||||
| DISTRIBUCIÓN DE LAS FORMAS DEL VOSEO VERBAL POR PAÍSES | ||||||||
| INDICATIVO | SUBJUNTIVO | IMPERATIVO | ||||||
| TIEMPO VERBAL | Presente | Pret. imperfecto | Pret. perfecto simple | Futuro simple | Condicional simple | Presente | Pret. imperfecto | |
| PAÍS | ||||||||
| Venezuela | amái(s) / amás teméi(s) / temés partí(s) / partís |
amaste(s) / amate(s) temiste(s) / temite(s) partiste(s) / partite(s) |
amaréi(s) / amarés temeréi(s) / temerés partiréi(s) / partirés |
amá temé partí |
||||
| Guatemala | amás temés partís |
amaste(s) temiste(s) partiste(s) |
amés temás partás |
amá temé partí |
||||
| El Salvador | amás temés partís |
amaste(s) temiste(s) partiste(s) |
amarés temerés partirés |
amés temás partás |
amá temé partí |
|||
| Honduras | amás temés partís |
amaste(s) temiste(s) partiste(s) |
amés temás partás |
amá temé partí |
||||
| Nicaragua | amás temés partís |
amaste(s) temiste(s) partiste(s) |
amés temás partás |
amá temé partí |
||||
| Costa Rica | amás temés partís |
amaste(s) temiste(s) partiste(s) |
amés temás partás |
amá temé partí |
||||
| Panamá | amái(s) teméi(s) partí(s) |
améi(s) temái(s) partái(s) |
amá temé partí |
|||||
| México (Chiapas y Tabasco) | amás temés partís |
amaste(s) temiste(s) partiste(s) |
amarés temerés partirés |
amá temé partí |
||||
| Cuba (Oriente) | amái(s) teméi(s) partí(s) |
amaréi(s) temeréi(s) partiréi(s) |
amá temé partí |
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La distribución de formas que el cuadro refleja requiere algunas precisiones que se realizarán en los apartados siguientes.
4.7j El área rioplatense (y sobre todo la Argentina y el Paraguay) se caracteriza por el voseo generalizado. Se exceptúan algunas áreas no voseantes del extremo meridional de la Argentina, en las que el tuteo suele darse entre personas de edad avanzada y pertenecientes a familias de clase alta. La distribución del tuteo y el voseo en el Uruguay es más compleja, como se indica en los § 16.17j, l, ñ-q. El paradigma verbal del voseo argentino está constituido por las formas voseantes con reducción del diptongo en el presente de indicativo: vos amás, vos temés, vos partís (pero vos temís en algunas zonas del centro y del sur del país). Se registran variantes diptongadas en zonas fronterizas con Chile. En las zonas que muestran mayor influencia del área andina se emplean asimismo las formas diptongadas amáis y teméis en combinación con el pronombre vos. En la Argentina el pretérito perfecto simple voseante (amastes, temistes, partistes) coincide con las variantes tuteantes homófonas no recomendadas descritas en el § 4.4f. Alternan, además, con las formas ultracorregidas con pérdida de -s (amaste, temiste, partiste) y no se han asentado en los registros cultos. El presente de subjuntivo voseante (amés, temás, partás) se registra sobre todo en contextos imperativos negativos, mientras que en el resto de los contextos están extendidas las formas tuteantes ames, temas y partas, sobre todo en los registros formales. Se exceptúan, no obstante, la región bonaerense y una parte del litoral (§ 4.7e).
4.7k El voseo flexivo pronominal (vos tenés) alterna en el Uruguay con el voseo flexivo no pronominal (tú tenés). Existen incluso zonas de tuteo exclusivo (tú tienes), como los departamentos fronterizos con el Brasil, así como ciertas zonas del sur del país. En Montevideo se suele considerar más prestigiosa la combinación del tuteo pronominal con el voseo verbal (tú amás, tú temés, tú partís). Estas variantes alternan en los núcleos urbanos con las de voseo pronominal (vos amás, vos temés, vos partís). En el pretérito perfecto simple, las formas de voseo flexivo son habituales: tú amastes, tú temistes, tú partistes. También se emplean, aunque en menor medida, en registros elevados. En el presente de subjuntivo se prefieren las formas tuteantes (ames, temas, partas) a las voseantes (amés, temás, partás), si bien se ha registrado cierto avance de estas últimas en los imperativos negativos.
4.7l Las formas del voseo en el Paraguay son similares a las que se dan en la Argentina, es decir, voseo pronominal y verbal (vos amás, vos temés, vos partís). Se usa en todos los registros, pero en los niveles más formales se observa alternancia con el tuteo, a diferencia de lo que sucede en el español argentino. A pesar de que en el cuadro figuran las formas amés, temás, partás, ha de advertirse que el presente de subjuntivo suele mostrar la morfología tuteante combinada con el voseo pronominal: vos ames, vos temas y vos partas. Las variantes voseantes del presente del subjuntivo solo son comunes en ciertos círculos sociales de marcada influencia argentina, y suelen circunscribirse a los contextos negativos, como en Te pido que no me esperés esta tarde o No te hagás el desentendido. En el Paraguay son infrecuentes las formas amastes, temistes, partistes para el pretérito perfecto simple.
4.7m La distribución del voseo está marcada lingüísticamente en Chile. El voseo es más habitual en la región septentrional que en las demás, y también más abundante en el lenguaje familiar y coloquial, sobre todo entre los jóvenes. En los registros más formales es habitual el tuteo. La combinación más extendida en el habla de esta zona es la de tuteo pronominal y voseo verbal, con la aspiración o eliminación de la -s final habitual en Chile: tú partí(s). La aparición simultánea de voseo pronominal y verbal, como en vos temí(s), se considera excesivamente coloquial. A diferencia de lo que sucede en el español del Río de la Plata, el voseo verbal chileno afecta a todos los tiempos verbales —tú tomabai(s), tú manejarai(s)—, salvo a las formas del imperativo (amá, temé, partí), que solo se documentan excepcionalmente en determinadas zonas rurales y están socialmente estigmatizadas. Las formas voseantes del futuro de indicativo son menos frecuentes que las del tuteo y adoptan la desinencia -rí(s) (tú amarís, tú temerís, tú partirís).
4.7n El español peruano es tuteante en su mayor parte, si bien se registran usos esporádicos del voseo en el norte y en el sur del país, por influencia de las zonas limítrofes voseantes. Está en retroceso el voseo pronominal no flexivo que se registra en algunas regiones del noroeste (vos temes). En el área de Arequipa, en el sur del país, se atestiguaron usos de voseo verbal con características similares al chileno (si me querís; No me dejís vos).
4.7ñ En Bolivia el tuteo se considera culto. En el habla informal de algunas áreas urbanas, así como en las zonas rurales, se utiliza el voseo. Se pueden distinguir, no obstante, dos zonas lingüísticas en el voseo boliviano. Los hablantes de la zona camba —norte y este del país— usan las formas amás, temés, partís para el presente de indicativo; amá, temé, partí para el imperativo, y amés, temás, partás para el presente de subjuntivo, todas ellas con el pronombre vos. En cambio, en la zona colla —oeste y sur del país— las formas pronominales y verbales de tuteo y voseo son alternantes. Se usan generalmente, sobre todo en zonas urbanas y en registros cultos, las formas con diptongo amáis, teméis y partís en el presente de indicativo, pero ames, temas, partas en presente de subjuntivo. Aun así, algunos hablantes emplean para el indicativo de los verbos de la segunda conjugación la forma temís, que es considerada marcadamente vulgar. En el imperativo hay alternancia entre las formas voseantes amá, temé, partí y las no voseantes ama, teme, parte.
4.7o Está muy restringido el voseo en el Ecuador, especialmente el flexivo, que se reduce a ciertas áreas rurales y a los registros coloquiales. Alterna con el tuteo en la sierra y en la costa. Los usos voseantes están más extendidos en el provincia de Esmeraldas, al noroeste del país. En la zona de la costa, el voseo es de tipo pronominal y verbal, con las formas monoptongadas propias del área del Río de la Plata en presente de indicativo: vos cantás. Estas variantes se asocian de forma característica con el habla de los montuvios (campesinos costeños) y raramente se extienden al ámbito urbano o a otras zonas rurales del país. En la sierra se combinan formas tuteantes y voseantes. La variante de voseo flexivo que se utiliza en presente de indicativo adopta las terminaciones de segunda conjugación en -í(s), típicas del voseo chileno. También se usan a veces las formas diptongadas de la primera conjugación (amáis). El presente y el futuro de indicativo adoptan a veces la terminación -ís del presente (temís), que se ha registrado incluso en la primera conjugación (amís). En todo caso, esta terminación flexiva está ya en regresión. Las formas del futuro en -ís (comerís, traerís, etc.) se emplean en zonas rurales con mínima influencia mestiza, en las que se habla sobre todo quechua. En el resto del país se usan las formas de tuteo para el futuro de indicativo (amarás, temerás, partirás), pero es común la alternancia en ellas de los pronombres tú y vos:
Un día la Bella entrará por esa puerta y tú me dejarás caer como a un par de calcetines viejos (Adoum, Ciudad); Más corrupto serás vos (Hoy [Ec.] 7/9/2003).
En el registro coloquial urbano se documenta también el voseo pronominal, en alternancia con el tuteo, como en ¿{Vos ~ Tú} de verdad crees todo eso?
4.7p Las variedades costeñas atlánticas del español de Colombia son tuteantes. En el resto del país —incluida la capital— coexisten tuteo y voseo. Este último predomina en Antioquia y en toda la franja occidental situada entre el Pacífico y el río Cauca. En estas zonas occidentales, el voseo presenta características similares a las del voseo centroamericano, es decir, con las formas -ás, -és, -ís para el presente de indicativo (§ 4.7r-w), aunque en Nariño se documenta la terminación -ís también para los verbos de la segunda conjugación (temís). Sin embargo, las formas del pretérito perfecto simple —amastes, temistes, partistes— alternan con una variante con síncopa de la -s- (amates, temites, partites) que es marcadamente coloquial o se asocia con hablantes de escaso nivel de escolarización. Las formas de futuro de indicativo amarés, temerés, partirés han dejado de usarse y son hoy regulares las formas de tuteo amarás, temerás, partirás. Se utilizan las formas voseantes para el presente de subjuntivo: amés, temás, partás.
4.7q La mayor parte de Venezuela es tuteante. El voseo se restringe a algunas regiones de la parte occidental. Se suele dividir en dos zonas: la andina y la zuliana. El voseo andino, que se reduce al ámbito rural y familiar, se extiende por la mayor parte de Táchira y Mérida, así como a una parte de Trujillo. También se registra el voseo en el estado de Falcón y en el sur del estado de Lara (ambos occidentales, aunque no propiamente andinos). En las áreas mencionadas se registran formas voseantes no diptongadas en presente, al igual que sucede en Colombia. El pretérito perfecto simple, también como en Colombia, presenta formas con síncopa de -s- en zonas rurales. Los futuros alternan entre -rés y -rás, si bien los primeros son propios del área rural. El área zuliana se distingue de la andina en varios aspectos. Por un lado, el voseo zuliano se registra en casi todos los ámbitos sociales. Por otro, las formas verbales presentan algunas diferencias. La variante del presente de indicativo en esta zona contiene diptongo (amáis, teméis). En algunos casos puede presentar aspiración de la -s final, no exclusiva del voseo: [aˈmaii̯ʰ], [teˈmeii̯ʰ], así como reducción y alargamiento de la vocal en los verbos de la tercera conjugación: vos partí. El voseo zuliano emplea el futuro con la forma diptongada (amaréis, temeréis, partiréis). La variante del imperativo amá, temé, partí se da principalmente en Zulia, aunque también se registra en algunas zonas del voseo andino: Entrá, Víctor Rafael, que en esta casa hace falta una mano fuerte y vos la tenés. Mirame así como estoy (González León, País). En el resto del país se usan las formas de tuteo ama, teme, parte.
4.7r El voseo se extiende en Guatemala a todas las clases sociales, especialmente si el trato es informal o familiar. Es algo más frecuente entre hombres que entre mujeres y alterna con el tuteo en el sistema escolar. Sin embargo, en las situaciones más formales se emplea exclusivamente el tuteo para el trato de confianza. El voseo verbal usa las formas típicas de su variante centroamericana. Así, el presente de indicativo muestra las formas amás, temés, partís y el de subjuntivo amés, temás, partás. Está ya en desuso el antiguo futuro de indicativo voseante en -és (como en Ya verés). Hoy este tiempo solo manifiesta voseo pronominal (vos amarás). En el pretérito perfecto simple alternan formas voseantes (cantastes) y tuteantes (cantaste), con predominio de las segundas.
4.7s En El Salvador coexisten voseo y tuteo, si bien el primero no suele darse más allá del ámbito familiar. De hecho, se observa una tendencia a evitar el voseo prononimal en el habla más formal y a sustituirlo por el trato de usted. El voseo verbal es similar al de Guatemala, con formas como amás, temés, partís. El antiguo futuro en -és (vos amarés) está igualmente en retroceso. Se da la alternancia común en la zona entre formas voseantes y tuteantes en el pretérito de indicativo: amastes o amaste, pero solo esta última se usa en la norma culta. Las formas voseantes del presente de subjuntivo, amés, alternan con las tuteantes, ames.
4.7t En el español general de Honduras es dominante el voseo, pronominal y flexivo, sobre todo en la lengua oral, en el ámbito familiar y en los registros coloquiales. Predomi na, por el contrario, el tuteo en el trato de familiaridad en los ámbitos formales. Las formas del voseo verbal son las características de la variedad más extendida: cantás, comés, dormís. El futuro de indicativo presenta la terminación -ás (cantarás, comerás, dormirás). Han desaparecido las antiguas formas voseantes en -és (amarés, temerés, partirés). Aunque se registran usualmente las variantes en -s del pretérito perfecto simple, entre las personas cultas son más comunes las formas tuteantes. En el presente de subjuntivo alternan las formas voseantes monoptongadas y las tuteantes.
4.7u Algo más compleja es la distribución geográfica y social del voseo nicaragüense. En el registro escrito es frecuente el tuteo, pero en la lengua oral el uso mayoritario ha impuesto el voseo verbal. Se usan las formas características del voseo rioplatense y del centroamericano en el presente de indicativo (amás, temés, partís) y de subjuntivo (amés, temás, partás), y también en el imperativo (amá, temé, partí): ¡Callate…! Me gritó (Silva Espinosa, Cuentos). Los futuros se forman con -ás, no con -és: amarás, temerás, partirás. Las variantes voseantes más habituales en el pretérito perfecto simple son las terminadas en -s: amastes, temistes, partistes.
4.7v El voseo en Costa Rica está completamente generalizado. El tuteo pronominal está marcado sociolingüísticamente y se considera afectado. Al igual que en el resto de las zonas voseantes centroamericanas, el patrón habitual es el de las formas agudas, tanto en el presente de indicativo (amás, temés, partís), como en el subjuntivo (amés, temás, partás). Como en Nicaragua o en Honduras, el futuro de indicativo presenta la desinencia -ás: amarás, temerás o partirás. A diferencia de otros países centroamericanos, en el voseo costarricense se han extendido las formas en -s del pretérito perfecto simple (vos amastes, temistes o partistes), en alternancia con las variantes sin -s final.
4.7w Panamá es el país centroamericano más tuteante. El tuteo se localiza en la zona occidental y en la capital, mientras que el voseo, que tiende a percibirse como rústico u obsoleto, se documenta principalmente en la península de Azuero, así como en el oeste del país, en la frontera con Costa Rica. El voseo verbal panameño es diptongado con formas como amáis, teméis, partís. Predominan las variantes con aspiración o pérdida de -s final: amái, teméi, partí. En las áreas rurales se emplea el voseo en el presente de subjuntivo, con conservación de diptongo y aspiración o pérdida de -s: améi(s), temái(s), partái(s). Las formas voseantes del imperativo amá, temé, partí alternan en el uso con las formas de tuteo ama, teme, parte.
4.7x El español mexicano no es voseante. Los escasos residuos que se registran en Chiapas y Tabasco pudieran deberse a influencia guatemalteca. Están restringidos al trato familiar entre hablantes indígenas de escaso nivel de escolarización. Este uso afecta a los tiempos de presente de indicativo (amás, temés, partís), pretérito perfecto simple (amastes, temistes, partistes) e imperativo (amá, temé, partí). En el futuro de indicativo se han registrado alternancias entre las formas voseantes (amarés, temerés, partirés) y las perifrásticas (vos vas a cantar).
4.7y Como regla general, tampoco se da el voseo en el área antillana. En la República Dominicana y Puerto Rico se usa exclusivamente el tuteo, si bien se registra el voseo reverencial en el trato formal a jueces y otras altas autoridades. En una pequeña zona de Cuba, la franja que se extiende entre las provincias de Camagüey y Granma, al sur de la isla, se atestiguan formas voseantes (pronominales y flexivas) en el habla rural, siempre en el entorno familiar o amistoso. Aunque este fenómeno se encuentra en retroceso, cabe señalar que el notable flujo migratorio que tuvo lugar en Cuba desde el oriente hacia el occidente influye en que se registren usos voseantes esporádicos en puntos de las provincias centrales y occidentales del país. Las formas voseantes cubanas, percibidas como muy coloquiales o como variantes desprestigiadas, muestran ocasionalmente la -s final o la aspiración aunque es más frecuente la pronunciación sin -s: amái(s), teméi(s), partí(s); amaréi(s), temeréi(s), partiréi(s). También se utilizan las formas de voseo en el imperativo: amá, temé, partí. El voseo cubano tiene la peculiaridad de emplear, en contextos restringidos, las formas pronominales y posesivas, que coinciden con las correspondientes a la segunda persona de plural del español europeo (os, vuestro), como en vuestra hija o en ¿A vos qué os pasa?
4.8 El acento en las formas verbales
4.8a Se aplican a la asignación del acento en las formas conjugadas los principios generales que regulan esta distribución en la fonología. Así, el ámbito alcanzado por el acento (llamado técnicamente VENTANA en los estudios fonológicos) es un conjunto máximo de tres sílabas. Por consiguiente, el acento se manifiesta en el verbo, como es general en español, en una de sus tres últimas sílabas: can.tó, can.tá.ba, can.tá.ba.mos. No aparece el acento en una sílaba situada más allá de la tercera, contando desde el límite derecho de la palabra. No obstante, en este cómputo no se tienen en cuenta las formas verbales construidas con enclíticos, llamadas comúnmente SOBRESDRÚJULAS, como adviértanselo, dígasemelo, propongámoselas, etc. Se interpreta, a veces, como acento secundario la elevación del tono final de los enclíticos en algunos contextos, por ejemplo, el de la sílaba me de la pregunta ¿Dígame?
4.8b Al igual que en las formas no verbales, cabe distinguir en la flexión verbal entre formas AGUDAS u OXÍTONAS, que son relativamente pocas (canté, cantó, cantaré, cantarás, cantará, cantaréis, cantarán), LLANAS o PAROXÍTONAS (cánto, cantámos, cantáste, cantáron, cantarémos), que constituyen la gran mayoría, y ESDRÚJULAS o PROPAROXÍTONAS (cantábamos, cantáramos, cantáremos). Es posible, no obstante, hacer otra agrupación de formas verbales que tenga en cuenta la categoría morfológica del segmento en cuya sílaba se manifiesta el acento. Desde este punto de vista, se pueden distinguir tres grupos en la conjugación regular:
FORMAS VERBALES CON ACENTO EN EL SEGMENTO VT. Constituyen el grupo mayoritario. Pertenecen a él las formas del imperfecto de indicativo (cantaba) y de subjuntivo (cantara), las del futuro de subjuntivo (cantare), el infinitivo (cantar), el participio (cantado), el gerundio (cantando), el imperativo correspondiente a vos (cantá) y a vosotros (cantad), la 2.ª persona del singular correspondiente a vos, y la 1.ª y la 2.ª personas del plural (en la variante correspondiente a vosotros) del presente de indicativo (cantás, cantamos, cantáis) y las formas plurales y de 2.ª persona del singular del pretérito perfecto simple (cantamos, cantasteis, cantaron, cantaste).
FORMAS VERBALES CON ACENTO EN EL PRIMER SEGMENTO VOCÁLICO DE TM. Las formas del futuro de indicativo (cantaré) y del condicional (cantaría), así como las de la 1.ª y la 2.ª personas del plural (en la variante correspondiente a vosotros) del presente de subjuntivo (cantemos, cantéis) y las de 1.ª y 3.ª personas del singular del pretérito perfecto simple (canté, cantó).
FORMAS VERBALES CON ACENTO EN LA ÚLTIMA SÍLABA DE LA RAÍZ. Las formas del tema de presente no mencionadas en los grupos anteriores, esto es, las formas del singular y de 3.ª persona del plural del presente de indicativo y de subjuntivo (canto, cante), así como las formas del imperativo correspondientes a los pronombres usted y ustedes (cante, canten).
4.8c Las formas verbales del tema de presente mantienen el acento en la raíz si el segmento PN no es silábico (§ 4.3c). Cuando lo es, como sucede en la primera y segunda personas del plural, el acento de la raíz se desplaza a la primera sílaba adyacente a su derecha, de forma que a las segmentaciones morfológicas cant-aVT-ØTM-mosPN o cant-ØVT-eTM-isPN corresponden las silábicas can.tá.mos, can.téis. Recuérdese (§ 4.5g) que las formas en -ís, como partís, se consideran reducciones de otras que distinguen entre VT y PN, como en part-íVT-ØTM- isPN > partís. Se ha observado, sin embargo, que este desplazamiento no tiene lugar en ciertas variantes del español rural o popular de algunas áreas de México, Centroamérica y el Río de la Plata, en las que se mantiene el acento en la raíz, especialmente en la primera persona del plural del presente de subjuntivo y en las formas homónimas del imperativo: pásemos, cómamos, véngamos, vívamos, sálgamos. En España, el fenómeno se localiza en una parte de Andalucía y Canarias, así como en el leonés de la ribera del río Órbigo. Ninguna de esas variantes ha pasado a la lengua culta.
4.8d El desplazamiento del acento del que se habló en el apartado anterior se extiende en la lengua estándar a otras formas del imperativo que no mantienen el acento en la raíz (cantád, no *cántad). La sílaba que contiene la -d hereda, pues, el acento de la forma latina paroxítona (cantātis), igualmente presente en la medieval cantades. En las variantes con voseo, el acento en esa sílaba (cantá, comé, salí) tiene el mismo fundamento, puesto que posee idéntico origen histórico. Así pues, aunque el segmento PN en cantad no sea silábico, se asimila por razones históricas a otros que sí lo son.
4.8e Al igual que sucede en la morfología derivativa, las pautas morfológicas de la flexión verbal incorporan información sobre el acento. De hecho, los esquemas acentuales de la morfología flexiva se imponen a los de la derivativa, en cuanto que las voces creadas con estos últimos morfemas constituyen bases léxicas con las que se forman verbos derivados. Por ejemplo, los sustantivos terminados en -ción (§ 5.2 y 5.3) son tónicos, pero pierden su acento en los verbos terminados en -cionar (como accionar o perfeccionar), cuyos segmentos flexivos incorporan sus propias pautas acentuales. Estas pautas dependen, en gran medida, de los procedimientos de silabeo o silabificación. También en estos casos impone la flexión sus esquemas a la derivación. Así, las dos opciones a las que dan lugar alternancias como lí.ne.a ~ lí.nea, ambas con acento en la sílaba lí, se mantienen en el infinitivo parasintético alinear, pero desaparecen en la conjugación de este verbo, de manera que formas como a.li.né.as muestran el acento, además de la estructura silábica, que la flexión verbal impone. Aunque en el español oral de algunas áreas es frecuente la pronunciación alíneo, alíneas, etc. —es, por ejemplo, el caso de México—, en el español general predominan las variantes regulares alineo, alineas. Se retomará esta cuestión en los § 4.9d-r.
4.8f La acentuación de las formas verbales determina también las alternancias relativas a los procesos de diptongación. Muchos verbos se caracterizan por las alternancias /e/ ~ /ié/ y /o/ ~ /ué/ en función de que la sílaba afectada sea tónica y con diptongo, o átona y sin él, como en acordar > acuerdo, acuerden, pero acordamos, acordaremos; cerrar > cierro, cierren, pero cerramos, cerraremos; entender > entiendo, entiendan, pero entendemos, entendamos; volver > vuelvo, vuelvan, pero volvemos, volveremos. Estas alternancias, que pueden explicarse etimológicamente, se analizarán en los § 4.10b-o. En unos pocos verbos, la alternancia en la raíz se da entre dos vocales /e/ ~ /i/, como en pedir > pedimos, pedían, pero piden, pidamos; servir > servimos, servirán, pero sirvo, sirvamos (§ 4.10p y ss.). Se producen asimismo alternancias triples, como entre -e-, -i- y el diptongo -ié-, también en función del acento, en distintas formas de la conjugación, como se explicará en esta misma sección. Así, la -e- de sentir se mantiene en sentimos, pero pasa a -i- en sintamos y a -ié- en siento o sientas. Se obtienen alternancias similares en mentir > mintió ~ mienten o en adquirir ~ adquieren (pero adquirimos). Finalmente, se dan alternancias triples entre /o/ > /ué/ ~ /u/, como en dormir > duerma ~ durmamos o en morir > mueren ~ muramos. Todas estas variantes se describirán con más detalle en el § 4.10.
4.9 Los verbos irregulares (I). Verbos vocálicos
4.9a Son irregulares los verbos cuya conjugación no se ajusta a los tres paradigmas presentados en el § 4.6. En las gramáticas no suelen considerarse verbos irregulares los verbos vocálicos, analizados en esta misma sección, ya que las variantes que los caracterizan no comprenden fenómenos de epéntesis o síncopa, ni tampoco de alteraciones en la raíz. Las alternancias a las que dan lugar representan tipos de distribución silábica que resultan predecibles según los verbos sean de diptongo sistemático o de diptongo variable (§ 4.9d y ss.). Aun así, esos dos paradigmas han de ser estipulados, por lo que los verbos vocálicos se recogen en esta obra entre los modelos de verbos irregulares (§ 4.15). No se consideran, en cambio, irregularidades morfológicas las variantes ortográficas que obedecen a ciertas reglas de aplicación sistemática en la lengua. Así, las alternancias ortográficas que se obtienen en los pares hice ~ hizo; sigo ~ sigue; dirigimos ~ dirijamos o saco ~ saque se deben al código ortográfico estipulado para el español, no a algún tipo de alteración fonológica de los segmentos que intervienen en ellas.
4.9b Más polémica es, en cambio, para algunos gramáticos la cuestión de si deben considerarse irregulares verbos como leer, proveer y creer, que presentan la consonante [ʝ] en su gerundio, en las terceras personas de su tema de pretérito y en los tiempos derivados de dicho tema: le-yendo, le-yó, le-ye-ron, le-ye-se. En tales formas, estos verbos no presentan, por tanto, la vocal -i característica de los verbos cuya raíz termina en consonante: tem-iendo, tem-ió, tem-ie-ron, tem-ie-se; durm-ió, durm-ie-se; val-ió, val-ie-se. Algunos gramáticos entienden que esta alteración se debe a un proceso fonológico regular que impide segmentaciones silábicas como */lei.ˈo/ o */le.ˈio/ y resuelve esta anomalía convirtiendo la vocal /i/ que se encuentra en la posición de ataque silábico en una consonante articulatoriamente próxima a ella, [ʝ], como en [le.ˈʝo]. Observan estos autores que este mismo fenómeno no es desconocido en otros ámbitos de la morfología, como por ejemplo en el plural rey > reyes, en el que no se obtienen las formas */ˈrei.es/ o */ˈre.ies/. Idénticos problemas presentan alternancias como construí ~ construyamos, que se mencionan en este mismo apartado (§ 4.9j, k). En esta gramática se considera, en cualquier caso, que estos verbos son irregulares (§ 4.9d), ya que, aunque el proceso descrito pueda ser explicado mediante los principios de la fonología sincrónica que se han señalado, el paradigma de estos verbos contiene alternancias ortográficas y articulatorias que la mayor parte de los hablantes sienten como impredecibles a partir de las reglas morfológicas generales del español.
4.9c Las irregularidades en la flexión verbal se suelen agrupar en tres clases: VOCÁLICAS (§ 4.9 y ss. y 4.10), CONSONÁNTICAS (§ 4.11a-f, l-n) y MIXTAS (§ 4.11g-k y 4.12). No obstante, a estos tres grupos se han de agregar algunos otros, como enseguida se explicará. Las irregularidades vocálicas constituyen alternancias entre vocales (pedir ~ pido), o bien entre vocales y diptongos, en función del acento (acertar ~ acierto; contar ~ cuento). Las irregularidades consonánticas afectan a la sustitución de una consonante por otra, como en hacer ~ haga. Las mixtas se producen por la sustitución de una vocal y una consonante por otra vocal y otra consonante simultáneamente, como en decir ~ digo. Los llamados PRETÉRITOS FUERTES (hizo, quiso, supo, pudo) suelen asignarse a este último grupo (§ 4.12a-i). Se pueden asimilar a las irregularidades vocálicas, aunque presentan características particulares, las que resultan de la silabificación y la posición del acento de los verbos cuya raíz termina en un segmento vocálico. Estos verbos (llamados generalmente VOCÁLICOS) se analizarán en las páginas que siguen. A las tres clases básicas de irregularidad han de añadirse las que son resultado de la existencia de RAÍCES SUPLETIVAS. Se trata de los casos en los que un mismo verbo presenta dos o más raíces en distintas formas flexivas, como en ir > voy; ser > fuimos (§ 4.13). Se consideran también irregulares los VERBOS DEFECTIVOS (§ 4.14), aunque su irregularidad no consiste en la desviación de alguna forma conjugada respecto de la pauta prevista en un modelo de la conjugación, sino en la ausencia de determinadas formas en el paradigma correspondiente.
4.9d Se denominan VERBOS VOCÁLICOS los que poseen raíces terminadas en vocal, como actu-ar, aire-ar, anunci-ar, averigu-ar, ca-er, cre-er, desvi-ar, inco-ar, le-er, o-ír y sonre-ír. Estos verbos (considerados a menudo regulares en la tradición) se consideran aquí irregulares porque la posición que en ellos ocupa el acento no es predecible a partir de los principios generales descritos en la sección anterior (e.va.cú.o ~ e.va.cuo), o bien porque el segmento vocálico en el que termina su raíz sufre mutaciones en ciertos contextos (leí-do ~ ley-ó; construi-do ~ construy-ó). Los verbos vocálicos pueden contener diptongos en todas sus formas, como anunciar o averiguar, o solo en algunas, como enviar o actuar. Los primeros se denominan VERBOS VOCÁLICOS DE DIPTONGO FIJO o SISTEMÁTICO y los segundos, VERBOS VOCÁLICOS DE DIPTONGO VARIABLE o DE ALTERNANCIA DIPTONGO ~ HIATO. Algunos de ellos (§ 4.9i-k) pertenecen a los dos paradigmas. La raíz de los verbos de diptongo fijo termina en una vocal que forma parte de un diptongo en todos los tiempos de la conjugación. Así pues, la vocal que se subraya en anunciar, averiguar, columpiar o fraguar forma parte de un diptongo que no se deshace (anuncio, anunciamos, anuncien, etc.), por lo que se descartan sistemáticamente formas como *anuncíen o *anuncías. En las Antillas se han documentado las formas negoceo, negoceas (por negocio, negocias), financea, financees (por financio, financies), roceo (por rocío) o roceó (por roció). Ninguna de estas variantes ha pasado a la lengua culta. Los verbos vocálicos de diptongo fijo terminados en -iar, que se conjugan como anunciar (v. tablas de conjugación, n.º 11), son muy numerosos. Los de uso más común son los siguientes:
abreviar
acariciar
acopiar
acuciar
agenciar
agobiar
agraciar
agraviar
agremiar
ajusticiar
aliviar
anestesiar
angustiar
anunciar
apreciar
apremiar
apropiar
arreciar
asalariar
asediar
asfixiar
asociar
atrofiar
auspiciar
beneficiar
calumniar
cambiar
circunstanciar
codiciar
colegiarse
columpiar
comerciar
compendiar
conferenciar
congeniar
congraciar
contagiar
copiar
custodiar
denunciar
depreciar
desagraviar
desgraciar
desperdiciar
despreciar
desprestigiar
desquiciar
destapiar
diferenciar
diligenciar
diluviar
disociar
distanciar
divorciar
domiciliar
elogiar
encomiar
endemoniar(se)
enjuiciar
enrabiar
enranciar
ensuciar
entibiar
enturbiar
enunciar
enviciar
envidiar
escanciar
espoliar
estudiar
evidenciar
exfoliar
exiliar
expoliar
expropiar
financiar
fotocopiar
hipertrofiar(se)
incendiar
incordiar
indiciar
ingeniar
iniciar
injuriar
intercambiar
irradiar
licenciar
lidiar
limpiar
lisiar
maliciar
mediar
menospreciar
miniar
multicopiar
mustiar(se)
negociar
noticiar
obsequiar
obviar
odiar
oficiar
oprobiar
parodiar
pifiar
plagiar
potenciar
preludiar
premiar
presagiar
presenciar
presidiar
prestigiar
principiar
privilegiar
promediar
pronunciar
propiciar
rabiar
radiar
recambiar
refugiar
remediar
renunciar
repudiar
resabiar(se)
residenciar
reverenciar
rumiar
saciar
salmodiar
secuenciar
sentenciar
seriar
silenciar
sitiar
subsidiar
sumariar
sustanciar
tapiar
terciar
testimoniar
vendimiar
viciar
vilipendiar
vivenciar
4.9e A este mismo paradigma corresponden otros verbos de menor uso, entre los que están amustiar, arranciar, demediar, derrubiar, engaviar, engraciar, enjarciar, enlabiar, escoliar, industriar, insidiar, maleficiar, ociar, pendenciar, penitenciar, preciar, providenciar y ranciar. La estructura morfológica del verbo no siempre garantiza que se comporta como verbo vocálico de diptongo fijo. Así, vanagloriarse pertenece a este grupo. Se dice, pues, Se vanagloria de ello (es incorrecto Se vanagloría). En cambio, gloriarse es verbo de diptongo variable: Se gloría de no ser como los publicanos y pecadores (Comunicación 3/12/2001). El extenso paradigma de verbos de diptongo sistemático en -iar contrasta con el escaso número de los terminados en -uar, que siguen el modelo de averiguar (v. tablas de conjugación, n.º 15): aguar (también desaguar), alenguar, amortiguar, apaciguar, atestiguar, averiguar, fraguar, menguar (también amenguar), santiguar. Se dice, por tanto, apaciguas o atestiguan, no *apacigúas ni *atestigúan (sobre licuar y otros verbos que pertenecen a los dos paradigmas, véase el § 4.9i).
4.9f Los VERBOS VOCÁLICOS DE DIPTONGO VARIABLE se dividen en varios grupos. El más numeroso es el de los terminados en -iar ~ -i.ar y -uar ~ -u.ar. Los segmentos /i/ y /u/ forman parte de un diptongo en estos casos en la pronunciación de la mayor parte de los hablantes cuando no reciben el acento, como en en.via.ré.mos, ac.tua.ré.mos, pero aparecen en hiato cuando lo reciben en dicha vocal (como en des.ví.o, ac.tú.o). En México, Centroamérica y parte de las áreas caribeña y andina se prefiere generalmente con diptongo, como en ac.tuá.mos, des.viá.mos. En las demás áreas hispanohablantes es más común el hiato (ac.tu.á.mos, des.vi.á.mos). Al paradigma de verbos vocálicos de diptongo variable terminados en -iar ~ -i.ar, que tienen como modelo enviar (v. tablas de conjugación, n.º 32), pertenecen los verbos siguientes:
aliar
amnistiar
ampliar
arriar
ataviar
autografiar
averiar
biografiar
cariar
cablegrafiar
calcografiar
cartografiar
chirriar
ciar
confiar
contrariar
criar
desafiar
descarriar
desliar
desvariar
desviar
enfriar
enhastiar
enlejiar
enviar
espiar
espurriar
esquiar
estriar
expiar
extasiar(se)
extraviar
fiar
fotografiar
grafiar
guiar
inventariar
liar
litografiar
malcriar
mecanografiar
piar
porfiar
radiografiar
recriar
reenviar
resfriar
rociar
triar
vaciar
variar
Al de los terminados en -uar ~ -u.ar, que se conjugan como actuar (v. tablas de conjugación, n.º 5), pertenecen estos otros:
acentuar
actuar
atenuar
conceptuar
consensuar
contextuar
continuar
desvirtuar
devaluar
efectuar
exceptuar
extenuar
evaluar
habituar
individuar
infatuar
insinuar
menstruar
perpetuar
preceptuar
puar
puntuar
situar
usufructuar
valuar
Las alternancias de silabeo mencionadas se extienden a los infinitivos. Así, todos los hispanohablantes pronuncian a.mor.ti.guar, en lugar de *a.mor.ti.gu.ár (verbo de diptongo sistemático), pero unos pronuncian con.ti.nuár y otros, conti.nu.ár (verbo de diptongo variable).
4.9g Unos pocos verbos terminados en -iar ~ -i.ar oscilan —o bien oscilaban en la lengua antigua— entre el grupo de enviar (es decir, con diptongo variable en función del acento) y el de anunciar (con diptongo sistemático). Los verbos afiliar, auxiliar, conciliar, desahuciar, filiar y reconciliar se conjugan hoy como anunciar, pero se documentan usos antiguos en los que se acentúan como enviar. Así, se dice en la lengua actual auxilie, en lugar de auxilíe: A las seis de la mañana despierta a su madre y le pide que la auxilie (Martínez, Vuelo), pero la otra opción, no recomendable hoy, aparece en textos antiguos, como en Ordeno al dicho mi Gobernador y Capitán General de Philipinas, auxilíe y proteja a esta Compañía y a sus oficiales (Comercio de Filipinas). Ilustran la situación opuesta (preferencia por el modelo de enviar en lugar de por el de anunciar) los verbos ansiar y el ya citado gloriar. Las variantes que predominan en los textos, y se consideran correctas, son las que siguen el modelo de enviar: ¿Es posible que no ansíe apagar el último rayo de luz que brilla en el ocaso […]? (Bécquer, Leyendas). La otra opción, registrada de forma ocasional en textos actuales y con más frecuencia en los antiguos, no se considera hoy correcta: No ansies vivamente nada (Filosofía popular).
4.9h Se admiten en la actualidad las dos variantes —es decir, la del modelo de anunciar y la del de enviar— con los verbos agriar, expatriar, historiar, paliar, repatriar y vidriar. Son, por tanto, igualmente correctas La fruta se agría y La fruta se agria. En los citados historiar y vidriar también se aceptan ambas opciones, pero se prefiere la que presenta el diptongo sistemático. Se ilustran a continuación las variantes con diptongo y con hiato de algunos de los verbos mencionados:
[…] porque el parentesco no ocasione que se toleren, disimulen, y palíen sus excesos unos á otros (Solórzano Pereira, Política); Omite algunos cuadrúpedos del reino de México, expatría a otros de su propio país y confunde a otros (Clavijero, Historia); La discusión se agría (Gala, Ulises); El carácter, por ejemplo, se agria violentamente (Marsillach, Ático); Obliga al uso de fármacos que palien los efectos neurodegenerativos del envejecimiento (ABC Cultural 5/7/1996); Se expatrian y van lejos de su país natal a trabajar para ganarse el pan (Asturias, Regresión); Pregunten en la embajada cómo se repatría, si es necesario (Bryce Echenique, Martín Romaña); Repatria sus ahorros a una tasa superior (Barnet, Gallego).
Debe tenerse en cuenta, de todas formas, que la ausencia de acento ortográfico no garantiza en todos los casos que el autor pronunciara con diptongo las sílabas correspondientes.
4.9i Son escasos los verbos terminados en -uar que oscilan entre el diptongo sistemático (modelo averiguar) y la alternancia «diptongo – hiato» en función del acento (modelo actuar). Muestran hoy esa oscilación los verbos vocálicos terminados en -cuar procedentes de la terminación latina -quāre/-cuāre o asociados con esa pauta: adecuar, evacuar, licuar, oblicuar y promiscuar. Este factor etimológico llevó a mantener como forma correcta de la conjugación la variante con diptongo, pero las formas con hiato han ido progresando por asimilación con el patrón acentual mayoritario en estos verbos y se consideran hoy correctas. Se aceptan, pues, tanto adecuo y evacuo como adecúo y evacúo:
Los servicios médicos evacuan a una mujer herida en el atentado de Haifa (Razón [Esp.] 3/12/2001); No hay drenajes en las calles, no se evacúan basuras o descargas sanitarias (Salvador Hoy 17/4/1997); […] en el orden que más se adecue a nuestras necesidades (González León, Viejo); La situación seguirá siendo explosiva mientras no se adecúe la Ley de Extranjería a la realidad social (Mundo [Esp.] 30/10/1995).
A pesar de su terminación, el verbo anticuar solamente admite la alternancia «diptongo – hiato» (anticúo pero no *anticuo).
4.9j Otro grupo de verbos de diptongo no sistemático es el formado por los que terminan en -u.ir o -uir. Cuando lo que sigue a u + i átona es una consonante, predomina el diptongo (cons.trui.ré.mos), pero también se registra ocasionalmente el hiato en las áreas lingüísticas que admiten este tipo de silabeo (§ 4.9f): cons.tru.i.ré.mos. Si la /i/ es tónica, se obtiene hiato sistemáticamente en el imperfecto (cons.tru.í.an) y diptongo o hiato en los demás casos, en función de las diferencias geográficas señaladas: cons.tru.í o cons.truí; cons.tru.í.mos o cons.truí.mos, etc. En todos los verbos en -uir es sistemática la epéntesis de -i- en el presente de indicativo y subjuntivo (construyo, construya). En otras formas del paradigma no se trata de una -i- epentética, sino de la consonantización de la -i- de la vocal temática (construyera, construyendo). Los verbos más usuales de este grupo, que siguen el modelo de construir (v. tablas de conjugación, n.º 24), son los siguientes:
argüir
atribuir
circuir
concluir
constituir
construir
derruir
diluir
disminuir
fluir
huir
imbuir
inmiscuir
intuir
Pertenecen también a él algunos otros de escaso uso, como fruir, gruir o luir.
4.9k Los verbos terminados en -o.ir son oír (v. tablas de conjugación, n.º 44) y sus derivados desoír, entreoír, trasoír. Se asimilan a los que se acaban de analizar, en cuanto que dan lugar a alternancias de silabeo similares, como en in.tu.í.mos o in.tuí.mos; pero cuando la vocal /i/ de la secuencia o + i va seguida de una vocal distinta de i, se obtiene una /g/ epentética (oigo, no *oyo), o bien una consonante palatal (oyes, no *oies), sobre la que se habla en el § 4.9b. No presentan irregularidad los verbos vocálicos terminados en -ear, ya que admiten en todos los casos dos pautas diferentes de silabificación: ear ~ e.ar. (ba.lan.ceár o ba.lan.ce.ár). Nótese que en el primer caso (ba.lan.ceár) se forma un diptongo con dos vocales abiertas, si bien la /e/ tiende a cerrarse en /i/ en estos diptongos. Estos verbos son muy numerosos, ya que la terminación -ear es una de las más productivas en la derivación verbal (§ 8.3-5). Muestran también ambas variantes los verbos terminados en -o.ar u -oar, como croar, incoar y loar. Son en cambio irregulares los verbos terminados en -e.er, cuyo tema de pretérito termina en -ey- en algunas formas: creer (creyó), leer (leyó), peer (peyó), poseer (poseyó), proveer (proveyó) y sobreseer (sobreseyó).
4.9l Los verbos vocálicos terminados en -o.er son únicamente roer (v. tablas de conjugación, n.º 57) y corroer. Estos verbos presentan tres variantes en la primera persona del singular del presente, sea de subjuntivo o de indicativo. En el caso de roer alternan las variantes roo (regular y preferible), roigo y royo (irregulares e igualmente correctas), en el indicativo, y roa (regular y preferible), roiga y roya (irregulares e igualmente correctas), en el subjuntivo. Las tres opciones se repiten en todas las formas del presente de subjuntivo (por tanto, roas, roigas o royas; roa, roiga o roya, etc.). Aun así, las variantes roigo, roiga, royo o roya, documentadas en la lengua clásica, son muy infrecuentes en los textos actuales: Quien come la carne, roiga los huesos (Estebanillo). Son irregulares los verbos vocálicos terminados en -a.er, como caer, que se analizarán en el § 4.11j, y también los terminados en -e.ir, como reír, sonreír o freír (§ 4.10r). Son defectivos los escasos verbos vocálicos terminados en -a.ir, como embaír y desvaír, de los que se hablará en el § 4.14d.
4.9m Los verbos que contienen diptongos en una POSICIÓN NO FINAL DE SU RAÍZ se asimilan, en parte, a los dos grupos que se analizaron en los apartados precedentes. Así, los verbos bailar, causar, aislar y aunar contienen un diptongo en la penúltima sílaba del infinitivo: bail-ar, caus-ar. Los dos primeros son VERBOS DE DIPTONGO SISTEMÁTICO (bailen, bailemos, causaba), mientras que los dos últimos son VERBOS DE DIPTONGO VARIABLE (a.ís.len, pero ais.lé.mos; a.ú.nan, pero au.námos). El primero de estos dos grupos es mucho más numeroso que el segundo. Se describirán ambos en los apartados que siguen.
4.9n Son verbos de diptongo sistemático la mayor parte de los que contienen en su raíz dos vocales contiguas en diptongo creciente. Estas secuencias vocálicas son las siguientes: -ie-, como en adiestrar, agrietar, diezmar, expedientar o inquietar, verbos todos de la primera conjugación; -ia-, como en afianzar, apiadar, entusiasmar, soliviantar o viajar, igualmente de la primera conjugación; -ua-, como en aguantar, cuajar, disuadir, persuadir, de la primera y la tercera; -ue-, como en amueblar, deshuesar, frecuentar, de la primera conjugación, y los antiguos licuecer o diminuecer, de la segunda. El esquema -uoes muy infrecuente. Se ajusta a él el verbo fluorar, también de diptongo sistemático.
4.9ñ A los verbos que se acaban de mencionar debe agregarse el grupo, muy numeroso, de los que contienen la secuencia -io-. La mayor parte de ellos terminan en -ionar y son derivados de sustantivos formados con el sufijo -ción (§ 5.2 y 5.3), sean voces patrimoniales o cultismos. La pauta se extiende a algunas palabras terminadas en -ción en las que no se reconoce un sufijo, como afición, ambición, etc.: adicionar, aficionar, ambicionar, decepcionar, evolucionar, inspeccionar, etc.; o bien a las terminadas en la variante -ión, como anexionar, apasionar, cohesionar, lesionar, etc. Tienen otras bases, pero se ajustan a esta misma pauta (y son igualmente verbos de diptongo sistemático) apiolar, cabriolar, cerciorar, despiojar, endiosar, maniobrar, violar, entre otros. Los diptongos mencionados se mantienen en toda la conjugación.
4.9o Los verbos que contienen un diptongo decreciente pueden pertenecer a los dos paradigmas descritos en los apartados anteriores. Así, los que contienen au en la raíz pueden ser de diptongo variable o de diptongo sistemático. Al primer grupo pertenecen aullar, aunar, aupar, desembaular, embaular o maullar, todos los cuales siguen el modelo de aunar: a.ú.nan ~ au.na.rán (v. tablas de conjugación, n.º 14). Al segundo, más numeroso, corresponde el verbo aplaudir (por tanto, aplaudo, no *aplaúdo; v. tablas de conjugación, n.º 12) y el poco usado exaudir, junto con un grupo nutrido de verbos de la primera conjugación al que pertenecen los siguientes, que siguen el modelo de causar (v. tablas de conjugación, n.º 20): agaucharse, defraudar, embaucar, encausar, encauzar, enjaular (también desenjaular), incautar, instaurar, laudar, pausar, pautar, recaudar, restaurar. A estos verbos pueden añadirse aflautar y enflautar; claustrar y sus derivados más usados enclaustrar y exclaustrar; cauchar y sus derivados recauchar y rencauchar, así como los desusados apaularse, fraudar y maular.
4.9p Entre los verbos que contienen el diptongo -ei- en posición no final de la raíz, son de diptongo variable descafeinar (v. tablas de conjugación, n.º 28), europeizar, rehilar o reilar. Se obtienen, por tanto, contrastes como des.ca.fei.na.rán ~ des.ca.fe.í.nen. Son, en cambio, de diptongo sistemático los conjugados como peinar (v. tablas de conjugación, n.º 47): aceitar (también enaceitar), afeitar, deleitar, despeinar, empleitar, homogeneizar, reinar, reiterar y reivindicar, entre otros que tampoco deshacen el diptongo -ei- en ninguna forma verbal.
4.9q Entre los verbos que contienen -ai-, son de diptongo variable y siguen, por tanto, el modelo de aislar (v. tablas de conjugación, n.º 9) los siguientes: airar, arcaizar, (a)traillar, hebraizar, judaizar y raizar (también enraizar, desraizar y desenraizar), entre otros. Son, en cambio, de diptongo sistemático, con bailar como modelo (v. tablas de conjugación, n.º 16), amainar, arraigar, desairar, envainar (también desvainar y desenvainar) o raigar (y sus derivados arraigar y desarraigar). Los verbos que contienen -oi en posición no final de radical pueden ser igualmente de diptongo variable, como amohinar, cohibir, prohibir (v. tablas de conjugación, n.º 51) y prohijar (v. tablas de conjugación, n.º 52), o sistemático, como coitar (v. tablas de conjugación, n.º 22). Entre los que contienen raíces con la secuencia vocálica -eu-, son de diptongo variable los derivados de untar: entreuntar y reuntar, que siguen el modelo de rehusar (v. tablas de conjugación, n.º 55), así como reunir (v. tablas de conjugación, n.º 56) y los poco comunes rehundir y reundir. Entre los demás verbos de este grupo, son de diptongo sistemático adeudar (v. tablas de conjugación, n.º 6) y endeudarse, así como los poco usados feudar y leudar.
4.9r Los verbos de diptongo variable que se acaban de mencionar deshacen el diptongo en las formas de raíz tónica del tema de presente, de manera que el acento se manifiesta en su segunda vocal, la más cerrada de la secuencia. Así pues, a.ís.lo, a.ís.las; a.ú.llas, a.ú.llan; con raíces tónicas y secuencias de vocales en hiato; contrastan con ais.lá.mos; au.lla.ré.mos, con raíces átonas que contienen diptongos. Los diptongos -iuy -ui- se forman con vocales de abertura y sonoridad parejas, por lo que no son diptongos crecientes ni decrecientes. Los verbos que las contienen en su raíz son de diptongo sistemático. Al tipo -ui- pertenecen arruinar, cuidar, descuidar y enjuiciar, mientras que al tipo -iu- corresponden verbos como enviudar y triunfar.
4.10 Verbos irregulares (II). Verbos con alternancia vocálica
4.10a Se mencionan a continuación las alternancias que dan lugar a irregularidades vocálicas en la flexión verbal. La segunda variante de cada uno de los pares se elige en las raíces tónicas del tema de presente. La otra variante se elige en todos los demás casos, incluido el infinitivo:
/e/ ~ /ié/: acertar ~ acierto; entender ~ entiendo; discernir ~ discierno; junto a acertamos, entenderemos, discernía.
/o/ ~ /ué/: contar ~ cuento; mover ~ muevo; junto a contaban; movemos.
/i/ ~ /ié/: adquirir ~ adquiero; junto a adquirimos.
/u/ ~ /ué/: jugar ~ juego; junto a jugamos.
/e/ ~ /í/: pedir ~ pido; junto a pedimos.
Las alternancias átonas /e/ ~ /i/ (como en sentir > sintió, sintieron), o bien /o/ ~ /u/ (como en dormir > durmió, durmieron), aparecen en las terceras personas del pretérito perfecto simple y en las formas correspondientes del tema de pretérito: durmiera, durmiese, durmiere, durmiendo; sintiera, sintiese, sintiere, sintiendo. Unas y otras afectan también a la 1.ª y 2.ª personas del plural del presente de subjuntivo de verbos como servir, mentir y dormir. En los apartados siguientes se analizarán una a una todas estas alternancias. Como se explicará, algunos verbos presentan simultáneamente más de una.
4.10b Se produce la diptongación que muestra la alternancia /e/ ~ /ié/ en todas las formas del singular y en la 3.ª persona del plural del presente de indicativo y del presente de subjuntivo, y en la 2.ª persona del singular del imperativo no voseante. Afecta a verbos de la primera conjugación (acertar), de la segunda (entender) y de la tercera (discernir). Las formas diptongadas en los verbos del primer grupo se reflejan en el cuadro de acertar (v. tablas de conjugación, n.º 4). Los siguientes verbos de uso común corresponden a este paradigma (como en a.ciér.tan ~ a.cer.tá.mos):
acrecentar
apacentar
cegar
despertar
empezar
encomendar
ensangrentar
escarmentar
incensar
manifestar
mentar
merendar
recomendar
regar
regimentar (también regular)
restregar
reventar
salpimentar
sarmentar
tropezar
No pertenecen a este paradigma los verbos que poseen alternancias de diptongación en el infinitivo, puesto que tal variación no está en función del acento. Así, se usa hoy más adiestrar que adestrar, pero ambas formas son correctas. No existe, en cambio, *adestro como forma de presente de indicativo, sino adiestro. Aunque se registra adestrar hasta principios del siglo XX y aun después en el habla rural de algunos países americanos, se recomienda la forma adiestrar, hoy de uso general.
4.10c Muchos verbos que pertenecen a este mismo grupo poseen compuestos y derivados, así como diversas variantes —casi siempre parasintéticas (§ 8.7 y 8.8)— que se crean con su misma base. Estas otras formas pueden estar menos extendidas que ellos (como en sembrar > sobresembrar), pero, en ciertos casos, poseen mayor extensión o incluso se han impuesto a las otras (dentar > desdentar; travesar > atravesar). Se forman así las series siguientes:
acertar > desacertar
alentar > desalentar
apretar > desapretar, reapretar
arrendar > subarrendar
calentar > recalentar
cerrar > descerrar, desencerrar, encerrar, entrecerrar
comenzar > recomenzar
concertar > desconcertar
dentar > desdentar
encomendar > recomendar
enmendar > remendar
empedrar > desempedrar, despedrar
enterrar > desenterrar, desterrar, soterrar
fregar > refregar, tra(n)sfregar
gobernar > desgobernar
helar > deshelar
herbar > desherbar
herrar > desherrar, reherrar
melar > amelar
negar > denegar
nevar > desnevar
pensar > repensar
plegar > desplegar, replegar
quebrar > requebrar
segar > resegar, trasegar
sembrar > resembrar, sobresembrar
sentar > asentar, desasentar
serrar > aserrar
sosegar > asosegar, desasosegar, desosegar
temblar > retemblar
templar > destemplar
tentar > atentar
travesar > atravesar
ventar > aspaventar, aventar, desventar, reaventar, sotaventar
4.10d Con unos pocos verbos se admiten las dos variantes (con diptongación y sin ella), como en cimentar (yo cimento o yo cimiento) o sus compuestos descimentar y emparentar (yo emparento o yo empariento). Se registra en el habla popular de varios países, entre ellos algunos pertenecientes a las áreas andina y caribeña, el uso no diptongado de verbos como fregar, estregar, restregar, nevar y apretar, que aún no se ha consolidado en la lengua culta: frego por friego, estregan por estriegan, restrego por restriego, neva por nieva o apreta por aprieta, como en Me apreta el zapato por Me aprieta el zapato. Tiene el mismo estatuto el uso de mentar sin diptongar en las formas de raíz tónica (Si le mentan a su mamá por Si le mientan a su mamá), frecuente también en el español popular de ciertas áreas. A pesar de que las formas no diptongadas de plegar (lat. plĭcāre) y sus derivados replegar y desplegar son etimológicas (plego, replego), han cedido a la presión de las formas diptongadas (pliego, repliego), que, por lo general, han acabado imponiéndose en la lengua culta. Han seguido el mismo proceso los citados fregar, nevar o estregar.
4.10e En el español chileno, rioplatense, andino y en el de otras áreas se registra errar (v. tablas de conjugación, n.º 34) sin diptongar, como en Si nuestras previsiones no erran (Borges, Ficciones), a veces en alternancia con la variante diptongada yerran (fruto de la consonantización de la i de las formas diptongadas), general en las demás áreas hispanohablantes. Con el verbo templar y su derivado destemplar alternan las formas diptongadas y las no diptongadas en México, Centroamérica y parte del área caribeña: […] que hambre y frío tiemplan héroes y humanistas, ejemplos de solidaridad hacia el paisanaje (Mojarro, Yo). Las variantes diptongadas se documentan en el español clásico, pero se perdieron progresivamente en la lengua culta, y hoy se prefieren las no diptongadas (templo, destemplan). Se documentan usos diptongados del verbo invernar, como en Poseen glándulas que producen seda y se encuentran localizadas en los quelíceros; con estas tejen su cocón en el cual inviernan (Cabezas, Entomología), pero el uso mayoritario —y también preferido— es hoy la variante regular no diptongada (invernan), al igual que en el caso de hibernar.
4.10f Cabe añadir al grupo de verbos que muestran la alternancia /e/ ~ /ié/ el verbo atentar de la primera conjugación, en el sentido de ‘tentar, palpar’. En esta interpretación, muy poco frecuente, contiene diptongo: Yo tengo el mismo deseo / al ver al ajusticiado; / penoso y atribulado, / con trémula mano atienta / el banquillo, y se sienta / para ser, pues, fusilado (Araneda, R., Reo). Es, en cambio, de uso general el verbo atentar (‘cometer un atentado’), que no diptonga: Esta gente invade nuestras tierras y atenta contra nuestras vidas (Navajas, Agonía). Puede añadirse también aterrar, en el sentido de ‘abatir’, como en […] si la muerte en un año no me atierra (Arrau, Norte), que se distingue de aterrar (‘aterrorizar’), sin diptongación: Las noches me aterran porque me dejan a solas para pensar (Obando, Paraíso). La historia de la lengua muestra numerosas diferencias entre el español actual y el antiguo en la formación de estos grupos de verbos. Así, atestar (‘llenar, henchir’) se conjugaba como acertar en el español clásico, como muestra el primero de los ejemplos que siguen, pero hoy es verbo regular, como atestigua el segundo:
Pues me atiestas de pavos y gallinas, / dame, ya que la gula me dispensas, / el postre en calas, purga y melecinas (Quevedo, Poesías); Una espesa muchedumbre atesta pasillos, habitaciones, escaleras, donde los voluntarios, en escritorios improvisados o en sus rodillas, sobre tableros de fortuna, rellenan formularios (Caretas 4/9/2003).
También es regular actualmente, usado con el sentido de ‘testificar’, pero solía diptongar en la lengua antigua en esta interpretación: […] aunque pese al sapientísimo vuestro Galeno que atiesta lo contrario (Pineda, Diálogos). Existen otros muchos casos similares.
4.10g El gran número de verbos que se mencionaron en los § 4.10b, c confirma que la alternancia /e/ ~ /ié/ en función del acento es acaso el rasgo morfofonológico más general y constante del sistema verbal español, y se extiende igualmente al sistema derivativo (§ 5.6b, 6.3e, 7.2d, e y 7.4e). Existen, no obstante, numerosas irregularidades entre las formas derivadas y las flexionadas. Así, aparece el diptongo en el sustantivo deverbal cumplimiento (< cumplir), pero el verbo cumplimentar no diptonga (yo cumplimento). Tampoco lo hace el verbo conservar (lat. consĕrvāre), frente a siervo (lat. sĕrvus), con la misma raíz. Por el contrario, arrendar diptonga (yo arriendo), a diferencia de renta (antiguo renda).
4.10h Si bien la diptongación es esperable en las sílabas tónicas procedentes de ĕ breve latina, se extiende por analogía a otras sílabas de diferente vocalismo, como en el caso de pensar (lat. pēnsāre, con ē). Este verbo diptonga hoy (pienso, piense), si bien se documenta no diptongado en la Edad Media y en el judeoespañol actual: Pues yo penso que el milagro esta en biuir sin consejo (Cancionero Corte). Se obtiene asimismo el diptongo en regar (riego, riegue), a pesar de que el latín rĭgāre no contiene ĕ en la raíz. La diptongación no se produce, generalmente, en los numerosos casos en los que el verbo es de introducción tardía, sustrayéndose así a la evolución fonética normal. No diptongan alimentar (siglo XVI), contentar (siglo XIV) o profesar (siglo XV), pero sí lo hacen confesar (siglo XIII), escarmentar (siglo XII) o tentar (siglo XIII). No diptonga alternar (alterno, alternes), introducido en el siglo XV, pero sí lo hace gobernar (gobierno, gobiernes), registrado en el siglo X.
4.10i El verbo entender (v. tablas de conjugación, n.º 31) ilustra el paradigma de los que están sujetos a la alternancia /e/ ~ /ié/ en la segunda conjugación entiendes ~ entenderás (§ 4.10t). También pertenecen a este grupo atender, desatender, distender, extender, sobre(e)ntender, subtender, tender y otros verbos formados con la misma base (lat. tendĕre), con la excepción de pretender. Este último verbo no diptonga hoy (yo pretendo, no *yo pretiendo), pero se documenta diptongado en el español medieval y en el clásico, así como en textos argentinos del siglo XIX que reflejan el habla popular: Porque, mirá, Aniceto: yo no pretiendo ni necesito para nada de gobernar en Buenos Aires (Ascasubi, Aniceto). Además de defender, muestran asimismo la alternancia /e/ ~ /ié/ los verbos que proceden de verbos latinos derivados del latín scandĕre (ascender, condescender, descender, trascender), así como los procedentes de vertĕre y sus compuestos (verter, reverter). El verbo reverter es distinto de revertir (§ 4.10s). Los verbos hender y cerner tienen hoy menos uso que hendir y cernir, de idéntico significado. En la 3.ª conjugación, la alternancia /e/ ~ /ié/ se presenta únicamente en los verbos cernir, concernir, discernir (v. tablas de conjugación, n.º 29) y hendir.
4.10j La alternancia /o/ ~ /ué/ comparte estos mismos entornos. Se da con los verbos de las tres conjugaciones: contar ~ cuento; mover ~ muevo; dormir ~ duermo, si bien en este último caso se añaden otras irregularidades (§ 4.10u). Las formas diptongadas de los verbos de la primera conjugación quedan reflejadas en el cuadro de contar (v. tablas de conjugación, n.º 25). Algunos verbos sujetos a esta irregularidad son almorzar, atronar, avergonzar, costar, degollar, denostar, descollar, desollar y renovar, a los que cabe añadir muchos de los que dan lugar a las series siguientes, similares a las mencionadas en el § 4.10c:
acordar > concordar, desacordar, discordar, recordar, trascordar
acornar > descornar, encornar
acostar > recostar
clocar > aclocar, enclocar
colgar > descolgar
consolar > desconsolar
contar > descontar, recontar, redescontar
encontrar > re(e)ncontrar
engrosar > desengrosar
forzar > esforzarse
hollar > rehollar
mostrar > demostrar, premostrar
poblar > despoblar, repoblar, superpoblar
probar > aprobar, comprobar, desaprobar, improbar, reprobar
rodar > enrodar, sonrodarse
solar > desolar, sobresolar
sonar > asonar, consonar, disonar, malsonar, resonar, unisonar
soñar > ensoñar
tostar > retostar
trocar > destrocar, trastrocar
tronar > atronar
volar > circunvolar, revolar, sobrevolar, trasvolar
volcar > revolcar.
4.10k Algunos verbos poseen alternancia de diptongación /o/ ~ /ue/ en el infinitivo, como amoblar ~ amueblar; enclocar ~ encluecar; encovar ~ encuevar; engrosar ~ engruesar; desosar ~ deshuesar. La distribución geográfica no es la misma en todos los casos. El verbo amoblar, por ejemplo, alterna con amueblar en parte de las áreas caribeña, andina y rioplatense, como en […] en un amplio salón burgués ricamente amoblado (Soublette, Mensajes); la forma diptongada se ha impuesto en las demás áreas lingüísticas. Por otra parte, existen diferencias en cuanto a los modelos de conjugación. Mientras que los que contienen diptongo son regulares, las variantes sin él ofrecen soluciones diversas. Así, amoblar y enclocar se conjugan como contar. Diptongan, por tanto, cuando la vocal es tónica y coinciden en estas formas con amueblar y encluecar (amueblo, amueblas, pero amoblamos, amobláis; enclueco, encluecas, pero enclocamos, enclocáis). El mismo modelo sigue desosar. En las formas de raíz tónica incorpora una -h- que las iguala a las correspondientes de deshuesar (deshueso, deshuesas, pero desosamos, desosáis). Encovar y engrosar, por el contrario, admiten los dos modelos de conjugación, el diptongado y el regular (encuevo o encovo, engruesa o engrosa), con preferencia por el primero. No se consideran correctas las variantes de raíz tónica sin diptongar que se documentan ocasionalmente, casi siempre en la lengua oral, con los verbos poblar (poblan los campos por pueblan los campos) y sus derivados repoblar y despoblar, así como las correspondientes con los verbos soldar y descollar. Las formas que presentan -o- tónica en la raíz de este último verbo se extienden ocasionalmente a la lengua escrita, como en Londres prepara decenas de seminarios y actos propagandísticos, entre los que descolla la iniciativa de un concurso infantil (País [Esp.] 9/1/1997), pero se consideran preferibles las variantes diptongadas en dichas formas (por tanto, … entre los que descuella la iniciativa…). Se distinguen en su significado encorar (‘cubrir con cuero’) y encuerar (‘dejar en cueros’).
4.10l Como sucedía en el caso de la alternancia /e/ ~ /ié/, algunos verbos diptongan o no en las formas verbales mencionadas en función de su etimología y de su significado. Así lo hace apostar en el sentido de ‘arriesgar’ (Apuesto mil pesos), pero no en el sentido de ‘situar algo o situarse en cierta posición’: Los soldados revisan los rincones y se apostan estratégicamente (Santander, Milagro). Diptongan asimismo —en las formas que reciben el acento— los verbos que figuran en los pares siguientes, en la interpretación que se menciona en primer lugar, pero no lo hacen en la que aparece en segundo lugar:
acostar(se) (‘echar(se), tender(se)’: se acuestan) ~ acostar(se) (‘acercar(se) a la costa’: se acostan) colar (‘pasar un líquido por un cedazo’: cuelan) ~ colar (‘conferir un beneficio eclesiástico’: colan) enrocar (‘revolver en la rueca’: enruecan) ~ enrocar(se) (‘hacer un enroque’: se enrocan) follar (‘soplar con fuelle’: fuellan) ~ follar (vulgar, ‘coitar’: follan).
Aunque se distingue tradicionalmente asolar (‘destruir, arrasar’: asuelan) de asolar (‘secar los campos’: asolan) se aceptan también como válidas las formas asolan, asoles, etc., para el primero de estos dos verbos.
4.10m Al modelo de mover (v. tablas de conjugación, n.º 42), que muestra la alternancia /o/ ~ /ué/ con los verbos de la segunda conjugación, pertenecen los verbos terminados en los segmentos -ocer, -oler, -olver, -order y -over. Obsérvese que muchos de ellos tienen participios irregulares con la variante diptongada:
absolver (participio irregular absuelto)
amover
arrevolver (participio irregular arrevuelto)
cocer
condoler
conmover
contorcerse
demoler
desenvolver (participio irregular desenvuelto)
destorcer
desvolver (participio irregular desvuelto)
devolver (participio irregular devuelto)
disolver (participio irregular disuelto)
doler
ensolver (participio irregular ensuelto)
envolver (participio irregular envuelto)
escocer
llover
moler
morder
promover
recocer
remoler
remorder
remover
resolver (participio irregular resuelto)
retorcer
revolver (participio irregular revuelto)
soler
torcer
volver (participio irregular vuelto)
4.10n Al igual que sucedía con el diptongo -ié- (§ 4.10h), el diptongo -ué-, procedente de ŏ breve latina tónica, se extiende por analogía a los verbos de otro vocalismo: consuelas (lat. consōlāri), resuellas (derivado del ant. sollar, lat. sŭfflāre), si bien en la lengua medieval se documenta la variante sin diptongar, Quando la persona resolla, mete mas de aire en el cuerpo que no echa después (Burgos, Proprietatibus), que es la forma etimológica. El verbo demoler diptonga (demueles, en lugar de demoles; lat. demōlīri) por influencia de mueles (lat. mŏlĕre). La diferente antigüedad de dos verbos procedentes de una misma raíz latina con ŏ tónica da lugar o no a la diptongación. Así, diptongan alongar (siglo XII), renovar (siglo XII), rogar (siglo XII), pero no lo hacen prolongar (siglo XV), innovar (siglo XVI) o derogar (siglo XV).
4.10ñ Como en las alternancias /e/ ~ /ié/, también en el caso de /o/ ~ /ué/ se perciben numerosos cambios y oscilaciones en la lengua antigua. Así, en los textos medievales es frecuente encontrar colar (lat. cōlāre) sin diptongación en los tiempos con raíz tónica, como en Despues lo colan poniendo dentro de miel pura & bien limpia (Burgos, Proprietatibus). A pesar de que el verbo derrocar se relaciona con el sustantivo roca, diptonga casi sistemáticamente en la lengua medieval y en la clásica por razones históricas: el verbo se incorporó —procedente del catalán o el occitano— en una época en la que la diptongación o > ue era un fenómeno sistemático que se extendía frecuentemente a verbos que, por su etimología, no deberían estar sujetos a este patrón. Se observa la diptongación en el primero de los textos siguientes. El verbo derrocar no diptonga en la lengua actual, como muestra el segundo:
Nuestro cuerpo naturalmente sigue el movimiento del sol, que a esta hora se encumbra y a la tarde se derrueca en la mar; y así es más natural el subir a los altos por las mañanas, que el descender a los ríos (León, Nombres); […] una sucesión de golpes de estado de militares que derrocan a otros militares (Ruffinelli, Guzmán).
Por el contrario, trocar raramente diptonga en la lengua medieval, pero lo hace de forma general desde finales del siglo XVI. Existen otros muchos casos similares.
4.10o La alternancia /i/ ~ /ié/ se obtiene, al igual que las alternancias de diptongación mencionadas, en todas las formas del singular y en la 3.ª persona del plural del presente de indicativo y de subjuntivo, y en la 2.ª persona del singular del imperativo no voseante. Afecta solo a dos verbos de la 3.ª conjugación: adquirir (v. tablas de conjugación, n.º 7) e inquirir: adquiero ~ adquirimos; inquieres ~ inquirirán. La irregularidad de alternancia /u/ ~ /ué/ afecta solo a las formas de raíz tónica —o FORMAS FUERTES— del presente del verbo jugar (v. tablas de conjugación, n.º 39): juegas ~ jugaban.
4.10p La irregularidad del cierre vocálico /e/ ~ /i/ es propia de las formas fuertes del presente de indicativo y del presente de subjuntivo y a las basadas a ellas, y también de la segunda persona del singular del imperativo no voseante. Ilustran este cierre las formas irregulares del verbo pedir (v. tablas de conjugación, n.º 46). Esta irregularidad se extiende a los verbos terminados en -edir, -egir, -eguir, -eñir, -estir, -etir y a muy pocos más. Los de uso más común son los siguientes:
ceñir
colegir
comedir
competir
concebir
conseguir
constreñir
corregir
derretir
despedir
desteñir
desvestir
elegir
embestir
expedir
gemir
henchir
heñir
impedir
investir
medir
pedir
perseguir
preconcebir
preelegir
proseguir
reelegir
reexpedir
regir
rendir
reñir
repetir
revestir
seguir
servir
teñir
travestir
vestir
A estos verbos se añaden algunos compuestos y derivados de ellos aunque menos usados (acomedirse, desmedirse, descomedirse, remedir, desceñir, receñir, sobrevestir, subseguir).
4.10q Los verbos terminados en -eñir, que se acaban de mencionar y siguen el modelo de ceñir (v. tablas de conjugación, n.º 21), están sujetos además a la supresión de la -i- no silábica en el tema de los pretéritos: ciñó (no *ciñió); ciñese (no *ciñiese), pero se entiende que este cambio fonológico no forma parte de la conjugación irregular. Se extienden estas variantes a otros verbos terminados en -ñir, como plañir y gañir, y también a los terminados en -llir, como bullir, engullir, escabullir, rebullir, zambullir, etc., todos los cuales siguen el modelo de mullir (v. tablas de conjugación, n.º 43). La pérdida de la vocal palatal -i- en todos estos casos se atribuye a la coarticulación con la consonante igualmente palatal que la precede. Por otro lado, el verbo henchir presenta una -i- no silábica en el pretérito perfecto simple, a pesar de ir precedida de una consonante palatal: hinchió, hinchiera, hinchiere, etc. Está sujeto a la alternancia /e/ ~ /i/ el verbo rehenchir, que se acentúa en los hiatos que lo exigen: rehínche, rehíncho, etc. También lo está el verbo preterir, pero en la actualidad se usa solo en las formas cuya desinencia empieza por -i, que son, en realidad, átonas.
4.10r La alternancia /e/ ~ /i/ se extiende a todos los verbos terminados en -eír, esto es: desleír, engreír(se), freír, refreír, reír, sofreír y sonreír que siguen el modelo de este último (v. tablas de conjugación, n.º 62). En principio, los verbos reír y freír debían haber mantenido la /i/ en todo el presente de indicativo (sin distinción de formas fuertes o débiles) si se tiene en cuenta la cantidad de la vocal radical latina (lat. rīdēre, frīgĕre). Cabría, pues, esperar que se comportaran como el verbo regular vivir (lat. vīvĕre). Sin embargo, junto a vivimos, vivís, se obtiene reímos, reís. Su incorporación analógica al paradigma irregular de pedir, en lo que a este rasgo se refiere, puede haber sido favorecida por la tendencia a disimilar formas excepcionales como ri.imos, ri.ís. Los verbos de este grupo manifiestan asimismo la elisión de la -i- en las formas verbales de tema de pretérito, y además en el gerundio. Cierran la vocal radical e- en i- ri-ó, ri-eron; ri-era, ri-endo. Se muestran todas las formas irregulares en la conjugación de sonreír, como modelo de todos ellos (v. tablas de conjugación, n.º 62). En la lengua antigua fueron comunes las formas sin elisión: riyó, riyendo, riyese, etc.: Torné de nuevo a encomendalles la brevedad de la cobranza, de que ellos se riyeron mucho (Espinel, Marcos de Obregón). Estas formas, ausentes hoy del español culto, se conservan en el habla popular de muchas zonas. En la lengua rural de la República Dominicana y otras partes del área antillana se registra también la variante reyó por rió, igualmente desaconsejada en la expresión cuidada. Sobre la alternancia cernir ~ cerner, recuérdese lo dicho en el § 4.6c.
4.10s Como se observó en el § 4.10a, algunos verbos están sujetos a más de una alternancia. Así, el verbo sentir (v. tablas de conjugación, n.º 60) manifiesta la alternancia /e/ ~ /ié/ (como en sentimos ~ siento), pero presenta, además, el cierre vocálico /e/ > /i/ en el gerundio (sintiendo), en la 1.ª y 2.ª personas del plural del presente de subjuntivo (sintamos, sintáis), en dos formas del pretérito perfecto simple de indicativo (sintió, sintieron) y en todas las formas no citadas de pretérito imperfecto y del futuro de subjuntivo, acaso por influencia de las dos últimas citadas del presente de subjuntivo. A este mismo grupo pertenecen los verbos terminados en -entir (mentir > miente ~ mintió), -erir (preferir > prefiero ~ prefirió) y -ertir (advertir > advierto ~ advirtió). La relación de verbos que están sujetos a esta alternancia doble es la siguiente:
adherir
advertir
arrepentirse
asentir
conferir
consentir
controvertir
convertir
desadvertir
desconsentir
desmentir
diferir
digerir
disentir
divertir
herir
inferir
ingerir
injerir
invertir
malherir
mentir
pervertir
preferir
presentir
proferir
referir
reherir
resentir
revertir
subvertir
sugerir
transferir
zaherir
Nótese que aparecen en la lista ingerir e injerir (de distinto significado, como explica el DRAE). El verbo erguir (lat. ērĭgĕre) suele conjugarse conforme a este modelo, pero desde el siglo XIX se registra ocasionalmente la alternancia /e/ ~ /i/ en las formas fuertes de los presentes y del imperativo. Aun así, se prefiere hoy yergo a irgo, yergues a irgues, etc. (v. tablas de conjugación, n.º 33).
4.10t El verbo querer (v. tablas de conjugación, n.º 54) muestra la alternancia /e/ ~ /ié/, pero presenta, además, el pretérito fuerte quise (§ 4.12d) y la síncopa de la vocal temática en el futuro (querré) y en el condicional (querría). El verbo tener (v. tablas de conjugación, n.º 64) pertenece asimismo al grupo de entender (tienes ~ tenemos) —véase el § 4.10i—, pero posee una /g/ epentética en la 1.ª persona del presente de indicativo (tengo) y en todas las del presente de subjuntivo. Muestra, también, pretérito fuerte (tuve) y síncopa de vocal intertónica con adición de /d/ en el futuro y en el condicional de indicativo (tendré, tendría). El verbo venir (v. tablas de conjugación, n.º 67) es muy similar en este punto: se ajusta a la alternancia /e/ ~ /ié/ (venir ~ vienes) y presenta /g/ epentética en las mismas formas que tener (vengo, venga, etc.), además de pretérito fuerte (vine) y síncopa de vocal intertónica con epéntesis de /d/ en el futuro y en el condicional (vendré; § 4.11g). En la lengua hablada de algunos países se emplean todavía las formas antiguas venimos y veniste (lat. venisti): ¿Ya te veniste?, pues dímelo (Martín Campo, Carreteras), que no se han integrado, sin embargo, en el habla culta. Se asimilan a todos estos verbos sus compuestos y derivados:
bienquerer, desquerer y malquerer; abstener, atener, contener, detener, entretener, mantener, manutener, obtener, retener, sostener; advenir, aprevenir, avenir, contravenir, convenir, desavenir, desconvenir, devenir, disconvenir, intervenir, prevenir, provenir, reconvenir, revenir, sobrevenir, subvenir, supervenir.
Véase también sobre esta cuestión el § 4.11.
4.10u El verbo poder (v. tablas de conjugación, n.º 48) presenta la alternancia /o/ ~ /ué/, pero también otras anomalías: pretérito fuerte (pude) y futuro y condicional irregulares (podré, podría). Véanse también los § 4.11k y ss. Se ajusta asimismo a esta anomalía el verbo soler, que es defectivo (§ 4.14c). Los verbos dormir (v. tablas de conjugación, n.º 30) y morir (y sus derivados poco usados adormir, entremorir y premorir) están sujetos asimismo a la alternancia /o/ ~ /ué/, pero presentan, además, el cierre /o/ > /u/ en las mismas formas verbales en las que muestra el cierre /e/ > /i/ el verbo sentir, que se acaba de analizar (§ 4.10s). Nótese el contraste entre morar > moro, moras, etc., y morir > muero, mueres.
4.10v Se registran en el español medieval y en el clásico las formas pudrir (hoy general) y podrir: Todos se pueden podrir, y él no (Huarte, Examen). En la actualidad predominan las variantes en -u- en toda la conjugación (pudre, pudría, pudrirá), con la excepción del participio podrido. En la norma culta de la mayor parte de América se prefieren asimismo aquellas con -u-, pero se registran también las variantes con -o- especialmente en el infinitivo, que se consideran correctas. También se atestiguan, aunque en menor medida, en algunas personas del presente, en el pretérito imperfecto, el pretérito perfecto simple, el futuro simple, el condicional simple y el imperativo (v. tablas de conjugación, n.º 53):
Los dejaron podrirse en los chiqueros de las cárceles (Alberto, Eternidad); ¿Si los sillones vomitaban orín y muelles, y las balaustradas con sus ánforas se desmoronaban […], y los cadáveres de los pavos reales se podrían en las escalinatas recalentadas por el sol? (Donoso, Casa).
Se prefieren las formas en -o- en parte del área andina y en algunas regiones centroamericanas, sobre todo en el registro coloquial.
4.10w El verbo decir y sus compuestos (bendecir, condecir, contradecir, desdecir, entredecir, interdecir, maldecir, predecir, redecir) presentan la alternancia /e/ ~ /i/, pero asociada a otras clases de irregularidad: alternancia /s/-/θ/ ~ /g/ en el tema de presente, como en dices ~ digo; predices ~ predigo, etc.; alternancia /e/ ~ /i/ en el tema de pretérito y pretérito fuerte (dijimos); futuro y condicional de indicativo irregulares (diré), con las excepciones que se indicarán en el § 4.11a. El verbo decir presenta asimismo participio irregular (dicho), que se extiende a sus derivados condecir, contradecir, desdecir, entredecir, predecir y redecir. Son, en cambio, regulares los participios de maldecir (maldecido) y bendecir (bendecido). Sobre la sintaxis de los adjetivos bendito y maldito (no usados como participios en los tiempos compuestos), véanse los § 4.12j y 43.12q. Siguen en todo el paradigma de decir (v. tablas de conjugación, n.º 27) los verbos redecir y entredecir.
4.11 Verbos irregulares (III). Verbos con alternancia consonántica. Su concurrencia con las vocálicas
4.11a La alternancia mencionada /s/-/θ/ ~ /g/ afecta a la 1.ª persona del singular del presente de indicativo y a todo el presente de subjuntivo del verbo hacer y sus derivados: contrahacer, deshacer, rehacer y satisfacer. Se dice, pues, hago, haga, hagas, hagamos, pero haces, hacemos, hacéis. Puede verse el paradigma completo en el § 4.15, modelo n.º 37. El verbo hacer presenta otras irregularidades, que se describirán en los § 4.11n, 4.12d y 4.13a, c. Como se ha explicado, la alternancia /s/-/θ/ ~ /g/ se extiende al verbo decir y a sus derivados, en los que se da, además, el cierre vocálico /e/ > /i/ (digo, digas, etc.). Este cierre se produce en todos los tiempos, excepto cuando la sílaba siguiente contiene la vocal -i- tónica: decimos, decían, etc. El cierre se produce también en el pretérito fuerte, como en dije o dijimos, o en el condicional, seguramente por influencia del futuro, como en diría, dirías, etc. La síncopa de -ec-, característica del futuro y del condicional (diré, diría, no *deciré, *deciría), se extiende a sus derivados, con la excepción de bendecir (v. tablas de conjugación, n.º 17) y maldecir (bendeciré, maldeciré, no *bendiré, *maldiré). En predecir (v. tablas de conjugación n.º 50), así como en los verbos que siguen su modelo de conjugación (condecir, contradecir y desdecir), se dan en el futuro y en el condicional tanto formas irregulares sincopadas (prediré, desdirá, etc.) como formas regulares (predeciré, desdecirá, etc.), válidas ambas.
4.11b En los verbos terminados en -ecer se produce epéntesis de /k/ en la 1.ª persona del singular del presente de indicativo y en todo el presente de subjuntivo, según el modelo que se suele ejemplificar con el verbo agradecer: agradezco, agradezcas, etc. (v. tablas de conjugación, n.º 8). Son excepciones a esta generalización los verbos mecer y remecer (mezo, no *mezco; remezo, no *remezco), a pesar de que sus antecedentes latinos contienen el segmento -scēre (lat. miscēre, remiscēre). Aun así, el primero se ajustaba al paradigma de los verbos en -e(s)cer en el español medieval y clásico: El agua se mesçe muy aquexadamente (Villena, Eneida). Algunos verbos terminados en -ecer son terciopersonales: acontecer, alborecer, amanecer, anochecer, atardecer, empecer, si bien los que designan momentos del día admiten también usos personales (alborecimos, amanezco, anochecieron, atardecen), con el cambio de significado que se explica en el § 41.5d-f. Muchos son parasintéticos (§ 8.7, 8.8 y 8.9c y ss.), como enloquecer, enmohecer, ensombrecer, etc.
4.11c A la pauta que se acaba de describir para los verbos en -ecer, que ilustra el verbo agradecer, corresponden los verbos placer y complacer, así como los derivados, ya en desuso, aplacer, desplacer y displacer. Al margen de la irregularidad mencionada, son regulares en los demás tiempos y modos; no obstante, junto al perfecto simple regular plació, y las formas de subjuntivo que se derivan de él, placiera o placiese y placiere, se usa todavía en registros muy formales (a veces con intención arcaizante) el pretérito fuerte (§ 4.12) plugo, limitado a la 3.ª persona del singular. En el imperfecto de subjuntivo se obtiene pluguiera o pluguiese, igualmente, en la 3.ª persona del singular (junto a las formas regulares placiera o placiese) y en el futuro se obtiene pluguiere, que alterna también con placiere:
Le plugo elegir el departamento de los novios (Miró, Sigüenza); Pluguiese a Dios (Pérez Ayala, Belarmino); Complúgose aquel en aparecer extraño (Unamuno, Paz); Tampoco me despluguiera (Ors, Glosario II).
4.11d Alternan en presente de subjuntivo plazca (variante más usada) y plegue, poco frecuente fuera de ciertas fórmulas, como en Decid al Maestre mi señor que plegue a Dios que mañana amanezcamos con nuestras cabezas (Quintana, Vidas), o con plega, como en Plega a Dios, forma hoy desaparecida pero frecuente en el español medieval y clásico. El verbo yacer y su derivado subyacer han desarrollado, por analogía, una serie con el grupo consonántico -zc- en el presente: yazco; yazca, yazcas, yazca, yazcamos, yazcan o yazcáis, yazcan, en alternancia con formas con -zg- (yazgo; yazga, yazgas) y también con -g- (yago; yaga, yagas). Son, pues, correctas las tres variantes yazco, yazgo y yago (v. tablas de conjugación, n.º 69). La alternancia /k/ ~ /g/ se registra también en algunas zonas rurales del español centroamericano (reduzga por reduzca). Son regulares en este punto cocer, recocer y escocer (por tanto, cuezo, escuezo, no *cuezco, *escuezco).
4.11e Se extiende la irregularidad descrita para los verbos en -ecer al verbo lucir (v. tablas de conjugación, n.º 41), a sus derivados de origen latino entrelucir, prelucir, relucir y tra(n)slucir, así como a los derivados formados directamente en español, deslucir y enlucir. También participan de esta irregularidad los verbos terminados en -ducir, que siguen el modelo de conducir (v. tablas de conjugación, n.º 23): aducir, autoinducir, coproducir, deducir, educir, inducir, introducir, producir, reconducir, reducir, reproducir, retraducir, seducir, traducir. A esta irregularidad se asocia, en estos últimos verbos, un pretérito fuerte (conduje), con las formas de subjuntivo que de él se derivan: conduje, condujiste, condujo, condujimos, condujisteis, condujeron; condujera, condujese, condujere; condujeras, condujeses, condujeres, etc. En la lengua oral de algunos países se documentan las variantes diptongadas condujieron, condujieras, etc., que no se consideran correctas.
4.11f Como se ha explicado, se produce epéntesis de /g/ en la 1.ª persona del singular del presente de indicativo y en todo el presente de subjuntivo de una serie de verbos cuya raíz termina en -l, -n, -s, -z e -i, como en salir > salgo (no *salo), valer > valgamos (no *valamos). Se trata de los verbos siguientes:
VALER (v. tablas de conjugación, n.º 66) y sus derivados: equivaler y revaler.
SALIR (v. tablas de conjugación, n.º 59) y sus derivados: resalir y sobresalir.
PONER (v. tablas de conjugación, n.º 49) y sus derivados: anteponer, aponer, componer, contraponer, deponer, descomponer, desimponer, disponer, exponer, imponer, indisponer, interponer, oponer, posponer, predisponer, preponer, presuponer, proponer, recomponer, reponer, sobreponer, superponer, suponer, tra(n)sponer y yuxtaponer.
TENER (v. tablas de conjugación, n.º 64) y sus derivados: abstenerse, atenerse, contener, detener, entretener, mantener, obtener, retener y sostener.
VENIR (v. tablas de conjugación, n.º 67) y sus derivados: advenir, aprevenir, avenir, contravenir, convenir, desavenir, desconvenir, devenir, disconvenir, intervenir, prevenir, provenir, reconvenir, revenir, sobrevenir, subvenir y supervenir.
ASIR (v. tablas de conjugación, n.º 13) y su derivado: desasir.
OÍR (v. tablas de conjugación, n.º 44) y sus derivados: desoír, entreoír y trasoír.
Si bien no se documentan las variantes regulares de la mayor parte de ellos (*salo por salgo), se registran ocasionalmente usos de aso o asamos (de asir) por asgo, asgamos, así como vala (por valga) en el español americano del período colonial. Estas formas regularizadas no pertenecen, en la actualidad, a la lengua culta. El verbo valer poseía un imperativo monosilábico (val), usado generalmente en su variante pronominal. La forma antigua valte equivalía, pues, a la actual válete: Aprieta pues bien con ambos braços tu dicha; que es ella revaladiza como culebra: valte del polvo de tu ser para tenerla asida (Garau, Sabio).
4.11g En los verbos tener, venir y sus derivados concurre con la irregularidad que se acaba de describir la variación vocálica /e/ ~ /ié/ analizada en los § 4.10b-i. En la 1.ª persona de singular de indicativo y en todo el presente de subjuntivo aparece la variante -ng- en vez de -n- (tenga, vengamos), y en las restantes formas fuertes del presente de indicativo, la irregularidad vocálica con la variante -ié-: tienes, tiene, tienen; viene, vienes, vienen. Puede verse el cuadro correspondiente en el § 4.15. Los verbos poner, tener y venir, así como sus derivados, presentan otras irregularidades en su conjugación. Son las siguientes: pretérito fuerte (puse, tuve, vine); formas de subjuntivo que muestran la raíz del pretérito perfecto simple (pus-, tuv- y vin-) según la tercera persona del plural del pretérito de indicativo (pusieron, tuvieron, vinieron; pusiera, tuviera, viniera; pusiese, tuviese, viniese; pusiere, tuviere, viniere); futuro y condicional irregulares (pondré, tendré, vendré; pondría, tendría, vendría) y la forma singular del imperativo no voseante con apócope de la vocal temática (pon, ten, ven). Se recogerán todas estas formas irregulares en el § 4.13a.
4.11h En el tema de presente de algunos verbos se observan ciertas alternancias vocálicas y consonánticas que concurren en las mismas formas. La alternancia descrita /as/-/aθ/ ~ /eg/ en el caso de placer > plega (§ 4.11e) ilustraba ya esta situación. Existen algunos otros casos. En el verbo caber (v. tablas de conjugación, n.º 18) alternan /ab/ ~ /ep/. Se conjugan con la segunda variante en el radical la primera persona del singular del presente de indicativo (quepo), así como todo el presente de subjuntivo (quepa, quepas, quepa, etc.).
4.11i El verbo saber (v. tablas de conjugación, n.º 58) y su derivado resaber presentan la irregularidad señalada en el apartado anterior para caber, pero limitada al subjuntivo: sepa, sepas, sepa, sepamos, etc. La primera persona del singular del presente de indicativo (sé) no presenta esta irregularidad porque es una forma reducida en la que se ha perdido la vocal del tema y la consonante que la precede, con cambio de la vocal radical, posiblemente por analogía con he, de haber, puesto que los verbos saber y haber tienen en común muchos elementos morfológicos. Los verbos caber y saber presentan, además, un pretérito fuerte (cupe, supe) y las formas irregulares que de este se derivan (cupiera, supiera; cupiese, supiese; cupiere, supiere). Dichos verbos muestran asimismo un futuro y un condicional irregulares (cabré, cabría; sabré, sabría).
4.11j Se añade el incremento /ig/ en los verbos vocálicos caer (y sus derivados: decaer, descaer y recaer) y traer, así como abstraer, atraer, contraer, desatraer, detraer, distraer, extraer, maltraer, retraer, retrotraer, sustraer, estos últimos derivados de traer. Estos verbos presentan epéntesis de /ig/ en la 1.ª persona del singular del presente de indicativo (caigo, contraigo, etc.) y en todo el presente de subjuntivo (caiga, caigas, caiga, caigamos, etc.). Se ilustra este paradigma con el verbo caer (v. tablas de conjugación, n.º 19). El verbo traer (v. tablas de conjugación, n.º 65) y sus derivados se asimilan a la pauta que se acaba de describir, pero presentan, además, un pretérito fuerte con las formas irregulares de subjuntivo que de él se derivan (traje…, trajera o trajese…, trajere…). Véase también sobre este punto el § 4.12f. La irregularidad comentada en este apartado afecta asimismo al verbo raer, cuyas formas con /ig/ (raigo, raiga, raigas, raiga, raigamos, raigan ~ raigáis, raigan) alternan con las formas rayo, raya, rayas, raya, rayamos, rayan ~ rayáis, rayan, menos usadas que las anteriores. En el § 4.9l se explicó que el verbo roer y su derivado corroer poseen tres variantes para la primera persona del presente de indicativo y para cada una de las personas del presente de subjuntivo: formas regulares (roo; roas, roa…), formas con alternancia /e/ ~ /ig/ (roigo; roigas, roiga…) y formas con consonantización (royo; royas, roya…).
4.11k Las irregularidades que afectan a las formas personales del tema de futuro, es decir, a las formas del futuro de indicativo y del condicional se caracterizan por la reducción de la VT, a veces con alguna alteración adicional. Así, en los verbos saber, caber, haber, querer y poder se pierde la VT y se silabea el resultado en un grupo consonántico: sabré (no *saberé), cabré, habré, querré, podré. Todos estos verbos son de pretérito fuerte (supe, cupe, hube, quise, pude). Además querer y poder diptongan en las formas fuertes del tema de presente (quiero, puedo). Por su parte, saber, caber y haber tienen una forma especial en el tema de presente (sé, quepo, he; sepa, sepas…, quepa, quepas…, haya, hayas…). Véanse también los § 4.12f y 4.13.
4.11l En los verbos poner, tener, venir, valer, salir y sus derivados (reponer, retener, prevenir, etc.) no se mantiene hoy el grupo consonántico resultante de la pérdida de la vocal temática en las formas del tema de futuro (*ponré, *tenré, *venré, *valré, *salré). La solución moderna de los grupos consonánticos que se forman al perderse la vocal temática en los verbos mencionados ha sido la epéntesis de /d/: pon.dré, ten.dré, ven.dré, val.dré, sal.dré. Nótese que el fonema /d/ oclusivo que se introduce en estos casos es un segmento coronal, al igual que lo es /n/, al que sigue, de forma similar a como la consonante /b/ epentética que se inserta en homĭne > homne > hombre coincide con la /m/ a la que sigue en su carácter bilabial.
4.11m Las formas que contienen la consonante epentética (pondrás, vendré) conviven en los textos medievales con las que no presentan dicho segmento:
¿Fasta cuándo pondrás fin, o, rey grande, a los sus afanes? (Villena, Eneida); Por tanto ponrás los 4 que tomaste por posición (Ortega, J., Composición); Yo le salré con gran recibimiento, / alegre y muy contento (Boscán, Poesías); Mas todo lo que tienes oy siempre lo tenras (Fernández Heredia, Vidas III).
También en esta época se documentan porná, terná como formas de futuro por metátesis de n y r:
Se entiende que el Duque porná en cierta capilla de San Pablo unas reliquias (Cabrera Córdoba, Relación); Más razón terná tu hija de imitar las obras de ti (Guevara, Libro); Serán conocidos por la distinción de los nombres que se les porná a cada uno (Cabildo Santiago 1594).
Estas variantes se registran hoy ocasionalmente en zonas del norte de España y de la Sierra ecuatoriana entre otras áreas. Otra opción que se daba en la lengua medieval, especialmente con los verbos de la tercera conjugación, era el mantenimiento de la vocal temática:
Pues yo saliré de aquí —dixo Angriote— (Rodríguez Montalvo, Amadís); Agora venirán los soldados de la guerra (Villalón, Crótalon).
Estos usos perduran en la actualidad en el habla rural de algunas zonas de Centroamérica y las An tillas.
4.11n La solución que se obtiene en el tema de futuro del verbo hacer (v. tablas de conjugación, n.º 37) es la reducción adicional del último segmento consonántico de la raíz: ha.ré (no *haceré), ha.rás, ha.rá, ha.re.mos, etc. En algunas zonas del área caribeña insular se registra de manera aislada la variante hadré, probablemente por analogía con las formas analizadas en los apartados anteriores. A la irregularidad de las formas de futuro se añaden las formas fuertes del tema de presente (hago, haga, hagas…) y la irregularidad del pretérito fuerte (hice, hizo), así como las formas hicieron…; hiciera, hiciese…; hiciere… En el habla rural dominicana se registran variantes regulares de hacer: Hacimos camino por Hicimos camino. En el caso del verbo decir, a la reducción de la vocal temática y del último segmento consonántico se le añade el cierre de la vocal /e/ > /i/, en las formas del tema de futuro (diré, no *deciré). Este verbo presenta otras irregularidades concomitantes en los temas de presente y de pretérito, como se explica en los § 4.12e, y 4.13c y ss.
4.12 Verbos irregulares (IV). Pretéritos fuertes y participios irregulares
4.12a Cierto número de verbos poseen irregularidades vocálicas y consonánticas en el pretérito simple, algunas de las cuales se extienden a otras formas verbales. Esos paradigmas se identifican por el hecho de que las formas correspondientes a la 1.ª y a la 3.ª persona del singular poseen acento en la raíz, como en tuve/tuvo; dije/dijo; cupe/cupo. Los pretéritos regulares se denominan desde el punto de vista tradicional PRETÉRITOS DÉBILES porque presentan el acento en la desinencia (tem-í), no en la raíz. Se diferencian de ellos los pretéritos denominados FUERTES. Estas formas del pretérito son heredadas del latín con muy escasas excepciones, como anduve y tuve, que aparecieron en romance. Las variaciones vocálicas y consonánticas de estos pretéritos, resultado de su evolución histórica, se describirán en los apartados siguientes.
4.12b Es irregular la desinencia -o de la 3.ª persona del singular de los pretéritos fuertes (como en quiso, pudo) y también lo es la desinencia -e, también átona, en la 1.ª persona del singular (como en quise, pude). Se exceptúa el pretérito de placer y sus compuestos, que son regulares en la 1.ª persona (plací, complací), pero poseen variantes fuertes (ya poco usadas, como se recordó en el § 4.11c) en la 3.ª, junto a las formas regulares (plació ~ plugo; complació ~ complugo). Son asimismo irregulares los pretéritos de dar (> di), ver (> vi), ir y ser (> fui en ambos casos). Estos últimos verbos presentan otras particularidades, como se explicará en el § 4.13.
4.12c Con independencia de la conjugación a la que pertenezca el verbo por la terminación del infinitivo (-ar, -er, -ir), la vocal temática que manifiesta el resto de las personas es la propia del pretérito en los verbos en infinitivo en -er/-ir: -i- para la 2.ª persona del singular y la 1.ª y 2.ª del plural (anduv-i-ste, anduv-i-mos, anduv-i-steis), -ie- para la 3.ª persona del plural (anduv-ie-ron). No obstante, en la tercera persona del plural de conducir, traer, decir y sus compuestos, la vocal temática que se obtiene es -e- tras el segmento velar fricativo sordo /x/ (como en condujeron, trajeron, dijeron, sustrajeron), en lugar del diptongo -ie- que caracteriza a los demás verbos: anduvieron, cupieron, hicieron, quisieron. En algunas zonas de Centroamérica y las Antillas se registran también las formas trajieron, dijieron, que se consideran incorrectas.
4.12d Solo poseen acento en la raíz la 1.ª y la 3.ª persona del singular de los pretéritos fuertes: anduve/anduvo; tuve/tuvo; quise/quiso. En las demás formas de estos pretéritos, el acento recae en la vocal temática. Se altera en muchos pretéritos fuertes, aunque no en todos, la vocal de la raíz que recibe el acento. En la relación siguiente se mencionan los pretéritos de cada verbo y de sus derivados, pero se excluyen los pretéritos de los verbos desusados o poco utilizados, como desatrajo (de desatraer), entredijo (de entredecir) o captuvo (de captener). Se ejemplificarán con formas de la tercera persona para abreviar la descripción.
PETÉRITOS FUERTES CON VOCAL /a/ EN LA RAÍZ:
traer y sus derivados: abstrajo, atrajo, contrajo, detrajo, distrajo, extrajo, maltrajo, retrajo, retrotrajo, sustrajo, trajo;
PRETÉRITOS FUERTES CON VOCAL /i/ EN LA RAÍZ:
decir y sus derivados: bendijo, condijo, dijo, maldijo, predijo, redijo;
hacer y sus derivados: contrahízo, deshízo, hizo, rehízo;
querer y sus derivados: bienquiso, malquiso, quiso;
venir y sus derivados: avino, contravino, convino, desavino, desconvino, devino, intervino, previno, provino, reconvino, revino, sobrevino, vino;
PRETÉRITOS FUERTES CON VOCAL /u/ EN LA RAÍZ:
andar y sus derivados: anduvo, desanduvo;
caber: cupo;
estar: estuvo;
haber: hubo;
placer y sus derivados: complugo, plugo;
poder: pudo;
poner y sus derivados: antepuso, apuso, compuso, contrapuso, descompuso, dispuso, entrepuso, expuso, impuso, interpuso, opuso, pospuso, predispuso, prepuso, presupuso, propuso, puso, recompuso, repuso, sobrepuso, supuso, transpuso;
tener y sus derivados: abstuvo, atuvo, contuvo, detuvo, entretuvo, mantuvo, manutuvo, obtuvo, retuvo, sostuvo, tuvo.
4.12e El pretérito fuerte trujo (de traer), que no ha pasado a la lengua estándar, se registra hoy en algunas áreas rurales, así como en ciertas fórmulas rimadas, como en ¡Viva el lujo y quien lo trujo! (Bryce Echenique, Magdalena). Al grupo de pretéritos fuertes con vocal -u- en la raíz cabe añadir el verbo conducir y otros derivados de latín ducĕre, como en redujo, tradujo, etc., si bien estas formas verbales mantienen la -u- de su infinitivo, lo que las diferencia de las demás, al igual que de traer y sus derivados. El verbo reponer, con el sentido de ‘responder’ se emplea normalmente en el pretérito perfecto simple de indicativo (repuse, etc.) y en el pretérito imperfecto y futuro de subjuntivo (repusiera, repusiese, repusiere, etc.), formas pertenecientes en la lengua medieval a responder:
Pues no habrá fraile esta noche —repusieron los demás— porque todos, menos tú, estamos en el mismo caso de Marcos (Gallegos, Canaima); Es un decir, amiga mía —repuso Berenice (Donoso, Casa); Y como Wylde me repusiera que debía reflexionar sobre lo que sucedió a don Miguel por haberse atraído el encono de la Inglaterra (Pirala, Historia VI).
En la actualidad, el uso de reponer con este significado se ha extendido a otros tiempos: Posiblemente haya bajado de la montaña —repone un anciano, de gafas (Cabada, Agua).
4.12f La mayor parte de los verbos de pretérito fuerte tienen alguna otra irregularidad concomitante del tema de presente (vocálica en las formas de raíz tónica o consonántica en la 1.ª persona del presente de indicativo y en todo el subjuntivo) o del tema de futuro. En muchos de estos casos, las irregularidades afectan a ambos temas, como en quepo/cabré (caber); pongo/pondré (poner); sé/sabré (saber); quiero/querré (querer); vine/vendré (venir). Algunos verbos con pretéritos fuertes tienen, sin embargo, futuros regulares, como estar (estaré), conducir (conduciré), complacer (complaceré). Las irregularidades de la raíz que presentan los pretéritos fuertes se extienden sistemáticamente al imperfecto y al futuro de subjuntivo. Si el pretérito fuerte de traer es trajo, tanto si traj- se considera una variante supletiva de la raíz como si se entiende que el segmento epentético /x/ es externo a ella, debe resaltarse que esta variante aparece también en trajera, trajeras, etc., y en trajere, trajeres, etc. Los pretéritos fuertes llevan asociadas otras irregularidades en algunos verbos particulares. Se describirán en los apartados siguientes.
4.12g Como se observó en el § 4.11a, el verbo decir y sus derivados poseen un pretérito fuerte (contradije, dije, predije), pero también presentan la irregularidad del cierre vocálico /e/ ~ /i/ en el pretérito, como servir, con influjo en las formas átonas del presente de subjuntivo: en pretérito perfecto simple, dijo, dijeron (como sirvió, sirvieron), y en subjuntivo, digamos, digáis (como sirvamos, sirváis). En cambio, en presente de indicativo presenta formas regulares: decimos, decís, como servimos, servís. Se recapitularán estas variantes en el cuadro del § 4.15, tabla n.º 27.
4.12h Se vio en el § 4.12b que los verbos ir y ser (v. tablas de conjugación, n.º 38 y n.º 61) presentan idénticas formas de pretérito (fui, fuiste, fue). Dar y ver tienen formas flexivas aparentemente similares en el pretérito (di, diste, dio… dieron; vi, viste, vio… vieron). El verbo dar (v. tablas de conjugación, n.º 26) presenta raíz monofonemática (d-ar) en todas sus formas, de lo que se deriva el que se manifieste el acento en la primera vocal de las formas flexivas del tema de presente. Se caracteriza asimismo por la presencia de la semivocal [i] en la 1.ª persona del singular del presente de indicativo (doy, como estoy, soy y voy), pero —a diferencia de estos otros verbos— manifiesta la alternancia /i/ ~ /ié/ característica de los verbos de infinitivo en -er/-ir, en todas las formas del tema de pretérito, menos en el gerundio, que es regular (dando).
4.12i El verbo ver (v. tablas de conjugación, n.º 68) es equivalente en el tema de pretérito al verbo dar, pero se asemeja más en su conjugación a verbos como leer o creer. En efecto, dentro del tema de presente, en las formas de 1.ª persona del singular del presente de indicativo y en todas las formas del presente de subjuntivo, se observa que la raíz de ver (lat. vidēre) es ve-. La solución palatal [ʝ], debida probablemente a la introducción de una y epentética, se atestigua en la lengua medieval en formas como veyía o veyemos: Dexámoste ir en paz por la bendición de Dios que veyemos que era en ti (Alfonso X, General Estoria I), que perdieron más tarde la consonante palatal o convivieron con formas que nunca la tuvieron:
Eso mismo veemos (Pulgar, Crónica); Hermosa Isabela, tu valor, tu mucha virtud y grande hermosura me tienen como me vees (Cervantes, Española).
A pesar de que ver no ha seguido el modelo de leer o creer y ha reducido a una sola las dos vocales -e- en secuencia tautosilábica (lee, cree, pero ve, no *vee), se piensa que la sílaba perdida todavía ejerce cierta influencia en el paradigma al que pertenece. A ese influjo cabe atribuir formas anómalas como preveemos o preveyeron, atestiguadas en la lengua oral de muchos países, en lugar de las variantes recomendadas prevemos, previeron, aunque también es posible que la existencia de estas formas se deba al cruce con proveer. Considerado sincrónicamente, el verbo ver presenta asimismo la reducción irregular de la -e- radical en las formas del tema de pretérito con el resultado de vi, viste, vio, similar al de di, diste, dio, y diferente de creí, creíste, creyó o leí, leíste, leyó.
4.12j Los participios irregulares se llaman también FUERTES porque coinciden con los pretéritos análogos en presentar el acento en la raíz y en ser formas heredadas del latín. Constituyen un repertorio limitado. Se mencionarán en primer lugar los participios irregulares que no concurren con otros regulares en la lengua culta de hoy. Las variantes regulares de muchos de estos participios se registran a menudo en la lengua medieval o en la clásica, y algunas de ellas siguen hoy vivas en la lengua popular de ciertos países. No obstante, no han pasado a los registros formales y se recomienda evitarlas. En los estudios psicolingüísticos se ha analizado la fuerte tendencia que en todas las áreas hispanohablantes manifiestan los niños a formar los participios regulares de estos verbos (rompido, morido, volvido, etc.) en los primeros años del aprendizaje. Se ofrece a continuación la lista de participios irregulares cuyo uso está recomendado sobre sus variantes regulares.
ABIERTO: de abrir. Se extiende esta variante a entreabrir y reabrir. Ocasionalmente se documenta la variante regular abrido en textos medievales: Ovieron en un rato grant portillo abrido (Alexandre).
ABSUELTO: de absolver. La misma variante se da con disolver y resolver, pero no con el verbo ya desusado ensolver (‘incluir’), que posee participio regular (ensolvido). En la lengua medieval y en la clásica se atestiguan numerosos participios regulares de los verbos terminados en -solver, como en Si el tal metal fuere oro totalmente puro, es por la violençia del calor disolvido, mas no consumido (Burgos, Proprietatibus); y en Se había ya resolvido y determinado el parecer de aquellos letrados (Zurita, Anales II).
CUBIERTO: de cubrir. Esta variante se extiende a encubrir, descubrir, recubrir y redescubrir. Hasta el siglo XVIII se documentan con cierta frecuencia los participios regulares, como en Vos vais con un manto empirial de púrpura, todo cubrido de froles (Isla, Fray Gerundio).
DICHO: de decir. Se encuentra esta variante en condecir, contradecir, desdecir, entredecir, predecir. Los participios de bendecir y maldecir son regulares: bendecido, maldecido. Las formas bendito y maldito se usan casi siempre como adjetivos aunque fueron participiales en la lengua antigua: […] un pan, que llamaban eulogias, y ellos habian bendito (Ribadeneira, Tratado).Todavía hoy se registran usos de bendito en tiempos compuestos (Lo habían bendito: § 4.12l), pero se prefiere bendecido. Maldito, y sobre todo bendito, admiten hoy complemento agente, como en Está bendito por la iglesia (Fuentes, Artemio).
ESCRITO: de escribir. Aparece esta variante también con adscribir, circunscribir, describir, inscribir, transcribir, suscribir, rescribir, prescribir, etc. En la lengua medieval se usó escribido: Et aún sobre ello me fue escribido por los dichos procuradores vuestros (Protesta). Ha permanecido esta variante en la fórmula leído y escribido, como en Más parecía señor leído y escribido en mal trance que personajillo de dudosos caminos (Ayerra, Lucha) y en otras que aparecen en series muy similares: […] con todo lo inteligente, bien hablado, bien escribido, letrado y titulado que es (Caretas 3/7/1997).
HECHO: de hacer. Se extiende esta variante a deshacer, rehacer y contrahacer. El participio de satisfacer es satisfecho.
MUERTO: de morir. El participio regular morido se documenta, con vitalidad variable, desde los primeros textos hasta el siglo XVII: Lloro una hermana que poco ha se ha morido supitaña (Gil Vicente, Viudo). Se usa también muerto con el significado de ‘matar’ sobre todo en la lengua literaria: José Marco ha muerto siete perdices (Azorín, Voluntad).
PUESTO: de poner. Se encuentra esta variante en los derivados de poner que se mencionaron en el § 4.11f. Se registra el participio regular ponido en la lengua antigua y también hoy —ocasionalmente— en algunas variantes de la lengua popular. Sin embargo, no ha pasado a la lengua estándar: ¡[…] puesto, no ponido, como decís vos! (Asturias, Papa).
ROTO: de romper. El participio regular rompido estaba sumamente extendido en la lengua medieval y en la clásica. Se usó en español hasta finales del siglo XVI, y hoy está ya perdido en favor de la forma irregular roto. Los siguientes ejemplos ilustran el uso de la variante regular: ¡Una muela en la boca me has rompido! (Tirso Molina, Burlador); […] donde viérades aquellas gruessas lanças, que parescían vigas, rompidas en los finíssimos arneses de los cavalleros (Ortúñez, Espejo); Desde que se quemó la casa de D. Luis de Haro se han rompido las cataratas del cielo (Barrionuevo, Avisos). Todavía se registra hoy en la lengua popular de México y parte de las áreas centroamericana, antillana y andina, pero no ha pasado a la lengua estándar: He rompido muchos vasos y tazas últimamente, se me resbalan de las manos con el jabón (Espinosa, E., Jesús). Se documenta asimismo como arcaísmo deliberado, como en Un no rompido sueño.
VISTO: de ver. Esta variante aparece también en los derivados antever, entrever, prever, rever. En la lengua medieval se documenta el participio veído: Verá duelo doblado qual nunca fue veído (Alexandre).
VUELTO: de volver. Se extiende esta variante a los derivados devolver, envolver, revolver y desenvolver. Se atestiguan numerosas formas regulares terminadas en -volvido en la lengua medieval y en la clásica, como en Así sueltamente se avían echado e volvido de libertad en servidumbre (López Ayala, Décadas). Estos participios son más raros en textos posteriores al siglo XVII, pero se registran ocasionalmente: El sillerío y cortinaje estaba envolvido en oro (Lussich, Cantalicio). Se documentan hoy, aunque con poca frecuencia, en determinados registros, así como en textos de tipo paródico: Estoy muy contento porque me ha devolvido a mi juventud (CREA oral, España).
4.12k Los participios regulares de algunos verbos concurren a veces con los irregulares, como explica el DRAE, aunque con notables diferencias en su extensión y en su uso. Corresponden estos participios a los verbos elegir o reelegir, freír (también sofreír y refreír), imprimir, prender (‘arrestar, detener’), proveer y a algunos otros verbos. Los participios irregulares (electo, frito, impreso, preso, provisto) suelen ser más frecuentes que los regulares (elegido, freído, imprimido, prendido, proveído) usados como modificadores nominales (un libro impreso en papel barato) o como atributos o complementos predicativos (El libro está impreso en papel barato). En este uso concurren adjetivos y participios, como se explica en el § 27.10. Las formas regulares se suelen imponer en las formas compuestas del verbo (Han imprimido el libro en papel barato), sobre todo en algunas zonas de América, como el área mexicana y parte de la rioplatense, aunque en otras zonas se documentan alternancias en tales contextos. Se muestran a continuación algunas de estas alternancias con varios de los verbos mencionados:
En total se han imprimido 35.000 carteles (Mundo [Esp.] 11/11/1996); Habían impreso en su lugar billetes de a cien (García Márquez, Amor); Nos hemos proveído de pan de cazabí (Reyes, C., Carnaval); De haberse provisto Mrs. Dolly del galán imprescindible para la excursión, […] (Mujica Lainez, Escarabajo); Aparte se habrá freído el tomate (Toharia, Setas); Le he frito también un par de huevos (Olmo, Pablo Iglesias); Y no solo eso: has elegido al candidato (Mendoza, Verdad); El Congreso designado por él mismo lo había electo Presidente por siete años más (Nogales, Memorias); En Chile ha prendido la guardia misma a algunos miembros del Congreso (Teresa Mier, Americano); De Cromwell se dice le han preso los suyos (Barrionuevo, Avisos).
4.12l Existe considerable variación geográfica en estas preferencias. Alternan en muchos países han freído y han frito (se usa también fritar, derivado del participio frito, en varios países de América). En el español americano es algo más marcada que en el europeo la preferencia por han impreso, en lugar de han imprimido. Suele ser más frecuente han elegido que han electo en casi todas las áreas hispanohablantes, aunque se documenta también la segunda opción: Distinto es el caso del Congreso de la República y varias alcaldías, donde los votantes han electo y reelecto diputados y alcaldes (Hora 5/9/2008). Los verbos prender y elegir son peculiares porque sus participios irregulares son comunes en América en las pasivas perifrásticas, pero mucho menos usados en los tiempos compuestos:
Los canallas fueron llevados al hospital, y el jefe no fue preso, por el momento, porque tenía influencias (Siglo 10/1/2001); Días después, el general Tomás Martínez fue electo presidente de Nicaragua (Prensa [Nic.] 31/12/2001).
El hecho de que electo admita complemento predicativo en el último ejemplo confirma que es una forma verbal en estos contextos. Es de uso general el adjetivo preso (antiguo participio), con el que comparte el carácter perfectivo: Presos de un ataque de risa, se revolcaron por el lecho hasta que la hilaridad los dejó exhaustos (Azancot, Amores). No se recomienda, en cambio, el uso de preso en los tiempos compuestos (Lo han preso) y se prefiere el participio regular prendido. Sobre el empleo de estos adjetivos en las cláusulas absolutas, véanse los § 38.11-13. Son de muy poco uso bendito y maldito como participios de bendecir y maldecir: Soy de Lugo, provincia en la que Dios nos ha bendito hace ya muchos años (Voz Galicia 3/1/2005). Por ello se prefieren hoy las variantes regulares ben decido y maldecido. Se utilizan, en cambio, de forma general bendito y maldito como adjetivos, como en ¿Llega el bendito autobús o no llega? (Prada Oropeza, Hora).
4.12m La alternancia entre participios regulares e irregulares se extendió a algunos verbos ya perdidos, como conquerir, que formó conquerido y conquisto. No se documentan en la lengua actual los antiguos participios irregulares diviso (de dividir) o nado (de nacer), aunque sí se usa el adjetivo nato. Se registran hoy, empleados solo como adjetivos, los antiguos participios abstracto (de abstraer), concluso (de concluir), convicto (de convencer), espeso (de expender), incluso (de incluir; para su uso como adverbio, véase el § 40.8b), incurso (de incurrir), manumiso (de manumitir, verbo desusado), poseso (de poseer) o sepulto (de sepultar), además de bienquisto y malquisto (de bienquerer y malquerer):
Además de acaudalado, era hombre bienquisto, razón por la que vino con él más gente de la que lo habría hecho de ser otro el jefe (Miralles, J., Cortés); […] la libre competencia por el conocimiento que favorece el avance de las ciencias, inclusas las sociales (Giner, Teoría); Esas gentes estaban convictas de asesinatos y secuestros (Alape, Paz).
Como no son hoy participios, las formas mencionadas no se emplean en los tiempos compuestos ni en las oraciones pasivas: *Han concluso la investigación; *La investigación fue conclusa ayer. No obstante, algunas de ellas se usan en construcciones absolutas (una vez conclusa la investigación) y en otras similares en las que se admiten adjetivos que expresan la culminación de algún estado de cosas (lleno, maduro, etc.). Véanse sobre este punto los § 13.4l, ñ y 27.9f.
4.12n Es frecuente que en algunos casos el participio fuerte sobreviva como única forma del verbo al que perteneció: fijo del latín figĕre; harto del latín farcīre; suelto del español antiguo solver. Estos participios fuertes dieron lugar a verbos: fijar, hartar, soltar. Los antiguos participios denominados TRUNCOS proceden directamente del latín (como suelto, lat. solūtus, o salvo) o se forman a imitación de estos (canso, pago, etc.), y se usan hoy como adjetivos, tal como se explica en los § 13.4l, ñ y 27.9f.
4.12ñ El español antiguo conoció también los participios en -udo (lat. -ūtus):
Somos tenudos de guardar todos los mienbros del cuerpo (Bocados de oro); Cauallero que lo toujese nunca serie abatudo (Alexandre); Las aguas […] eran creçudas e exidas de riba (Almerich, Fazienda); E sabuda cosa sea que […] (Fuero de Baeza).
Se documentan estos participios hasta el siglo XIV (atrevudo, perdudo, etc.). Se han postulado varias causas para explicar su desaparición. El que más tiempo sobrevivió fue tenudo, que se usó como arcaísmo cuando los demás ya se habían perdido.
4.12o En el español hablado en la Argentina, el Uruguay y el Paraguay, más raramente en el de otras zonas, se emplea, con distinta extensión según los países, la terminación -pto en lugar de -to para los participios de los verbos terminados en -scribir, con la excepción de escribir. Se dice, por tanto, generalmente circunscripto, descripto, inscripto, prescripto, etc. Este uso es más frecuente cuando los participios aparecen como modificadores nominales, en oraciones pasivas y con el verbo estar:
El informe era transcripto por dactilógrafas que debían ser reemplazadas (Sábato, Fin); Análogamente, la bioquímica puede explicar la elaboración de alimentos prescripta por los libros de cocina (Bunge, Lingüística); […] o sea el paso, de una sexualidad circunscripta a la supremacía genital, a una erotización de la entera personalidad (Puig, Beso); Y repetía nombres de lugares […] como si fueran nombres de batallas ya para siempre inscriptos en la Historia (Onetti, Viento); En lo que respecta a las denuncias de Teodilo Maciel, transcriptas en la revista Posdata, evaluó que tienen “una clara intencionalidad política” (Observador 21/6/1996); Al no poder establecer contacto, repetiremos a ustedes las condiciones del tiempo descriptas en el último boletín informativo (Plaza, Cerrazón).
Sin embargo, estas formas también se documentan en los tiempos compuestos, como se comprueba en los ejemplos siguientes:
En ella se había inscripto ya, por derecho propio, el caso de quienes no pagan ni los impuestos ni las contribuciones (País [Ur.] 12/11/2001); Algunos economistas han descripto el problema básico de la tecnología médica como “un incremento menor del beneficio marginal, para un costo marginal cada vez mayor” (Katz, Pueblo); El reportaje a Saura que hemos transcripto en páginas anteriores nos ha permitido darnos cuenta de que un mismo director puede adoptar métodos diferentes en diferentes etapas de su carrera (Feldman, Guión); Lo dejó en libertad porque consideró que el delito de homicidio simple había prescripto (Clarín 16/9/1997).
4.12p Este uso, que se extendía a scripto en el español antiguo, era común en la lengua clásica, y llega, con las puntualizaciones mencionadas, hasta finales del siglo XIX y principios del XX:
Es testigo el autor delas palabras sobrescriptas (Mejía, F., Nobiliario); Otras muchas tierras y provincias dizen las hystorias aver sido antes descriptas (Mejía, Silva); […] por ver si ha sido tan inconsiderado y cruel consigo que haya puesto en ejecución lo que en los últimos versos dejó escripto (Cervantes, Galatea); El hidalgo puede decir que sus predecesores han prescripto su nobleza contra el rey Rodrigo (Alemán, Guzmán I); Esta mundana diversión, así como la del teatro, estaban proscriptas de la casa de la austera dama (Gómez Avellaneda, Mujeres); Él no tenía bienes raíces de ninguna clase, no estaba inscripto en el gran libro, no debía de tener tampoco economías (Galdós, Desheredada).
4.13 Verbos irregulares (V). Verbos de conjugación especial: haber, ser, ir, estar, dar. Raíces verbales supletivas
4.13a Unos cuantos verbos presentan formas monosilábicas en la formación del presente de indicativo y del imperativo. Las formas de 1.ª persona del presente de indicativo de dar, ir y ser añaden al final la semivocal o paravocal [i] (soy, voy, doy), de cuyo origen se hablará en el § 4.13c, que se manifiesta también en el presente bisílabo estoy (derivado del monosílabo latino sto). Los verbos saber y haber forman la 1.ª persona del singular del presente de indicativo con la variante reducida: sé, he. En el imperativo singular no voseante, los verbos hacer, dar, decir, tener, poner, salir y venir presentan respectivamente las formas haz, da, di, ten, pon, sal y ven, que en general se conservan en sus derivados (antepón, deshaz, prevén). Constituyen excepciones a esta generalización algunos verbos derivados de decir (bendecir, contradecir, desdecir, predecir…), cuyo imperativo no voseante emplea la terminación regular -dice (bendice, contradice, desdice, predice…) en lugar de -dí, y el verbo satisfacer, que admite tanto el imperativo irregular satisfaz como el regular satisface. Al verbo decir pertenece la antigua forma monosilábica diz, pero no se usó como imperativo. Pervive hoy en el adverbio dizque (‘al parecer, presuntamente’), más usado en ciertas áreas del español americano: Ya ves, él siempre ha sido gente del gobierno y dizque simpatiza con ustedes (Montaño, Andanzas).
4.13b El verbo haber (v. tablas de conjugación, n.º 36) se usa en los tiempos compuestos y en las perífrasis de necesidad o de obligación «haber de + infinitivo» y «haber que + infinitivo» (la última, más polémica, como se explica en el § 28.4ñ). Se usa también como verbo terciopersonal en las construcciones impersonales (Habrá fiesta). Sin embargo, no se emplea hoy la 3.ª persona del presente ha en estas últimas construcciones, a excepción de fórmulas fijas como no ha lugar, años ha y otras similares de sabor arcaizante: A un extremo de las ruinas hubo hasta no ha mucho, cuatro basas de columna (Beltrán Martínez, Pueblos). El uso de ha por hay en construcciones impersonales es ya arcaico fuera de estos usos: Gran tiempo ha que tú y yo nos amamos (Guevara, Reloj).
4.13c En la mayor parte de los estudios históricos se propone que la semivocal [i] que caracteriza la forma hay representa etimológicamente una variante enclítica del adverbio demostrativo y (‘allí’) descrito en el § 17.8s. Aunque no existe entera unanimidad entre los estudiosos, predomina la hipótesis de que el sonido [i] de voy, estoy, soy y doy y el de hay tienen el mismo origen, de forma que el proceso de fusión del enclítico se vería favorecido por el valor direccional del adverbio de lugar hi (‘lugar adonde’ con ir y ‘lugar en donde’ con ser) y su alta frecuencia de aparición con este valor junto al verbo ir. Sin embargo, este análisis no se extiende con naturalidad al verbo dar, que muestra el mismo incremento en doy, pero no mantiene una relación inmediata con la noción de ‘lugar’ que caracterizaba al antiguo adverbio hi. En el presente de subjuntivo, haber y hacer son los únicos verbos que cambian una consonante de la raíz (haya, haga). En el presente de indicativo del verbo haber se usan las variantes contractas en las formas del singular (he, has, ha). La 1.ª y la 2.ª personas del plural presentan una variante regular y otra irregular: habemos ~ hemos; habéis ~ heis.
4.13d La variante regular habemos, que no ha pasado a los registros formales, se encuentra en el habla coloquial de muchos países hispanohablantes, a veces, incluso, entre personas cultas:
Habemos maestros que tienen 25 años de enseñanza (Proceso [Méx.] 12/1/1997); —¿Cuántos mexicanos habemos aquí? Uno, dos… con usted ya somos cinco (Fuentes, Naranjo).
Se documenta asimismo esta forma verbal en los tiempos compuestos, en este caso raramente fuera de la lengua popular:
Ahora habemos vuelto a reclamar otra vez (CREA oral, España); “[…] y no lo habemos querido vender” (López, M., Gorila).
Es menos frecuente el uso de haber en estos contextos como verbo de posesión (casi siempre con complementos abstractos), como en ¡Los hombres no habemos remedio! (Labarca, Butamalón), o bien como verbo modal de obligación. En este último caso está restringido a fórmulas estereotipadas que calcan otras similares latinas: Morir habemos —me decía mi confesor a menudo— (Hernández, R., Secreter). La variante irregular heis, muy extendida en la lengua antigua, se registra hasta el siglo XVII: Antes lo heis de consolar, que vendrá el pobre cansado (Ocaña, Guadalupe).
4.13e Como ya se indicó, el verbo haber posee pretérito fuerte (hube, hubo). La raíz irregular hub- se extiende al imperfecto y al futuro de subjuntivo. Las formas del imperativo he, habe (ya perdida) y habed (que solo se documenta esporádicamente) son hoy arcaicas. La primera se ha fosilizado en la fórmula presentativa he aquí, henos ahora o hete aquí. Esta última fórmula se usa para introducir informaciones que el hablante considera inesperadas: Pero hete aquí que Pauls y Krum solo se vieron en una oportunidad (Clarín 17/4/1997). En los pocos textos actuales en los que se registra la forma habed se percibe cierta intención arcaizante deliberada, además del sentido posesivo de haber al que se hizo referencia en el apartado precedente, como en Habed paciencia, querido hijo (Vizcaíno Casas, Isabel).
4.13f El concepto de ‘suplencia’ o ‘supletivismo’, que hace referencia a la alternancia de bases léxicas distintas (como en hermano ~ fraternal), se explica en el § 1.7j. Un grupo reducido de verbos presenta suplencia en su conjugación. Esta irregularidad es una herencia latina, aun cuando las formas originales han sufrido cambios sustanciales con el paso al romance. Aunque cabría distinguir una serie de raíces alternantes, como s- en soy, en sé (imperativo) o en sido; es- o e- en es; etc., entienden algunos morfólogos que la segmentación flexiva en este verbo solo proporciona paradigmas claramente reconocibles en el imperfecto, con raíz er- (era, eras); en el futuro y el condicional, con raíz se- (será, sería); así como en el pretérito perfecto simple, con raíz fu- (fui, fuiste), que se extiende al pretérito imperfecto de subjuntivo (fuera, fueras) y al futuro de ese mismo modo (fuere, fueres).
4.13g En la conjugación del verbo ser (v. tablas de conjugación, n.º 61) han desaparecido algunas de las irregularidades de su étimo latino. Contrasta, pues, sois con estés, pero se derivan regularmente somos (lat. sumus) y son (lat. sunt). No obstante, se han introducido otras. Así, a la 1.ª persona del singular del presente de indicativo se le ha adjuntado la semivocal [i̯] (soy, antiguo so); la 2.ª persona del singular del mismo tiempo (eres) procede del futuro latino (eris); se han adoptado formas del verbo sedēre en la flexión de imperativo, del presente y de subjuntivo y en las formas no personales. En las zonas voseantes suele emplearse la variante sos para la 2.ª persona del singular (vos), construida a partir de la raíz so-, a la que se adjunta la terminación regular -s de número y persona. La forma erí(s) ha adquirido prestigio en el habla juvenil chilena: ¿Que porque erís loquero? (Pinedo, Doktor). El futuro y el condicional de indicativo se conjugan de manera regular a partir de la adjunción de las desinencias propias de cada tiempo a la raíz se- del infinitivo.
4.13h El verbo ir (v. tablas de conjugación, n.º 38) poseía también varias raíces en latín (eo, eunt frente a is, it, imus, itis). El romance sustituyó las formas flexivas de sus dos presentes y del imperativo singular por las procedentes del verbo latino vadĕre. Reemplazó asimismo el pretérito perfecto simple de indicativo, el pretérito imperfecto de subjuntivo y el futuro de subjuntivo por las formas con raíz fu- del verbo esse. Así pues, el verbo ir tiene en romance tres raíces. De la originaria se han conservado el infinitivo ir, el imperativo id, el gerundio yendo, el participio ido y el imperfecto iba, ibas, único por su estructura en la conjugación latina y en la española. También el futuro y el condicional conservan la i- inicial de la raíz original: iré, irás; iría, irían. El presente de subjuntivo vaya, vayas (lat. vadam) es analógico de haya, hayas (lat. habĕam), no etimológico.
4.13i Las formas de imperativo del verbo ir son ve (tú), vayan (ustedes) e id (vosotros), y para los usos pronominales, vete (tú) e idos (vosotros):
¡Idos; dejadme solo! (Galdós, Abuelo); Nada comprendéis. ¡Idos Juana, Inés, Marina…! ¡Idos todas! (Arrau, Norte).
En el español clásico se usó también la forma íos como imperativo plural de irse, pero hoy resulta arcaica: Andad, íos y no volváis más acá (Casas, Historia). Por otra parte, está sumamente extendida en la lengua coloquial de España la variante iros, como en Iros ya, que es tarde o en los ejemplos siguientes:
—Oh, iros todos a paseo y dejadme hacer lo que me venga en gana (Mendoza, Verdad); —Iros, iros vosotras; yo saldré detrás (Sánchez Ferlosio, Jarama); —Adiós, iros si queréis. Yo no voy tan corriendo (Martín Gaite, Visillos).
Como se vio en las páginas precedentes, la forma idos constituye una excepción en el sistema verbal español, ya que es el único caso en que se mantiene el segmento -d ante el pronombre enclítico os, lo que puede atribuirse al escaso cuerpo fónico a que queda reducida la forma -íos. El predominio de la forma iros en la lengua oral es el resultado de un proceso de rotacismo. Pudo verse influido por la tendencia general que se percibe en el español europeo a insertar una /ɾ/ epentética en la 2.ª persona del plural de los imperativos: marcharos por marchaos, callaros por callaos, etc.): Y callaros ya, coño, que estáis delirando (Pedrero, Invierno). Como se explicó en el § 4.4f, no ha pasado a los registros formales el imperativo ves (de ir, como en Ves a hablar con él por Ve a hablar con él), documentado en algunas zonas del español europeo. En ciertas variantes de la lengua popular de España se atestigua el uso de irse como imperativo de este verbo pronominal (como en ¡Venga, irse apuntando los que faltan!), uso que se extiende a veces al registro coloquial. Este valor obedece a la tendencia general a formar imperativos en -r de la que se habla en los § 42.3q, r, u. Está marcadamente desprestigiada —y se considera, por tanto, incorrecta— la forma veros (como en ¡Veros de aquí!), que se registra como imperativo de ir en la lengua popular y rural de ciertas zonas del Levante español (Valencia y Murcia). Esta variante se pudo crear fundiendo la segunda persona del singular del imperativo (ve) con la del plural (idos), lo que daría lugar a la forma híbrida vedos. El rotacismo que se produce en vedos ~ veros es similar al que se percibe en idos ~ iros. También se ha registrado verse como imperativo de irse en algunas variantes rurales de la lengua hablada en el Levante español.
4.13j El imperativo de ir carece de forma propia de voseo. Solo se registra la forma voseante í en el noroeste de la Argentina, aunque su uso está restringido a los niveles socioculturales bajos: Í hasta la esquina y comprame dos kilos de papas. Alterna con la forma pronominal ite. En lugar del imperativo de ir se usa el de andar (andá) o el de andarse (andate):
Bueno, andá a buscarlas (Rovner, Pareja); Andate y dejanos solos (Viñas, Maniobras).
También el imperativo de andar o andarse suele sustituir al de ir en zonas no voseantes, como en Ándate al cine o lee un rato (Bryce Echenique, Martín Romaña). Otras veces, la sustitución es solo aparente, como en ¡Anden con cuidado!, puesto que la alternancia afecta al infinitivo: {andarse ~ irse} con cuidado.
4.13k La forma vayamos de la 1.ª persona del plural del presente de subjuntivo concurre con la procedente de la forma etimológica vamos (lat. vadāmus), idéntica a la de indicativo (lat. vadĭmus). En el español medieval y clásico alternaban ambas. Se documentan, pues, en la lengua antigua, usos de vamos como forma de subjuntivo:
¿Para qué diablos quiere que vamos a Zamora a desafiar toda una ciudad tan principal como aquélla? (Avellaneda, Quijote); Será bien que vamos un poco más adelante (Cervantes, Quijote I).
Algunas de estas variantes se registran ocasionalmente en autores americanos del siglo pasado: Apóyate en mí para que vamos (Güiraldes, Xaimaca). El empleo de vamos como forma subjuntiva ha quedado relegado hoy a las oraciones exhortativas. La presencia del pronombre enclítico en ¡Vámonos! se constata también en otros usos similares (¡Démonos prisa!) y constituye el argumento que suele ofrecerse a favor de la integración de estas construcciones en los paradigmas del imperativo. Se analiza esta cuestión en el § 42.3e. La variante vayamos se usa, sobre todo, en la subordinación (como en Quiero que vayamos). No obstante, se emplea también en oraciones no subordinadas, con más frecuencia si el movimiento del que se habla es figurado, como en Vayamos al grano o en Pero vayamos a lo principal (Ortiz-Armengol, Aviraneta).
4.13l El verbo estar (v. tablas de conjugación, n.º 35) muestra asimismo irregularidades en el tema y en la desinencia. Presenta raíz átona en toda su conjugación, salvo en las formas del pretérito fuerte estuve, estuvo. El acento no varió su posición en el paso del latín (con formas monosilábicas: sto, stas, stat, … stant; stem, stes, stet, stent y sta) al romance, con formas bisílabas. Como se señaló en el § 4.13c, la 1.ª persona del singular (estoy) presenta adición de semivocal palatal [i] en posición final, como ocurre también con hay, doy, soy y voy. Las formas de imperativo del verbo pronominal estarse son estate, como en No, mijita, estate tranquila (Benedetti, Primavera), estense y estaos. En la lengua oral de algunos países se usa estate con una variación habitual: se dice popularmente tate tranquila, con aféresis de la sílaba inicial.
4.13m La principal peculiaridad del verbo dar (v. tablas de conjugación, n.º 26) consiste en que, aunque pertenece a la primera conjugación, se conjuga a partir de las terminaciones propias de la segunda y la tercera en las formas del pretérito perfecto simple de indicativo, el pretérito imperfecto de subjuntivo y el futuro de subjuntivo. Presenta, además, la adición de la semivocal [i] en la primera persona del singular del presente de indicativo.
4.14 Verbos irregulares (VI). Verbos defectivos
4.14a Se llaman DEFECTIVOS los verbos que presentan una conjugación incompleta, es decir, los que forman paradigmas en los que se omiten, por diversos motivos, algunas formas flexivas. La defectividad no es incompatible con las otras irregularidades que se describieron en los apartados anteriores, por lo que algunos verbos son irregulares tanto por mostrar un paradigma defectivo como por sufrir alternancias vocálicas (llover frente a llueve) o consonánticas (amanecer frente a amanezco). Con escasas excepciones, son defectivos por motivos sintácticos y semánticos los verbos referidos a fenómenos de la naturaleza (amanecer, anochecer, llover, nevar), aunque algunos de ellos lo son solo en ciertas acepciones, ya que poseen otras no impersonales (§ 41.5), como en Llueven chuzos de punta; Le llueven ofertas de trabajo; ¿Cómo amaneciste?, que se analizan en los § 41.5d-f.
4.14b No se suelen predicar tampoco de las personas los verbos terciopersonales acaecer, acontecer, atañer, competer, concernir, empecer, holgar, obstar, ocurrir, urgir y otros similares, sino de nociones proposicionales (Ocurre que nadie le hace caso), o bien de ciertos sucesos (Ocurrió una catástrofe). Algunos verbos de este grupo admiten, sin embargo, sujetos personales en algunas de sus acepciones, como en el caso de urgir usado en el sentido de ‘apremiar’: Me urgía a que yo también lo hiciera (Roa Bastos, Vigilia), o el de ocurrir por ‘recurrir a una autoridad’: Ocurro a la Benignidad de Vuestra Señoria para que […] (Sas, Música). Sobre estos verbos, véase también el § 43.4a. En la lengua medieval se registra caeçer como verbo personal con el sentido de ‘ir a parar’: Yendo en romería caecí en un prado (Berceo, Milagros). Asimismo se conjugan solo en las terceras personas los verbos doblemente pronominales como antojarse, ocurrirse, olvidarse (§ 35.2ñ).
4.14c Los verbos soler y acostumbrar (el último, en uno solo de sus sentidos) se analizan como auxiliares de perífrasis en los § 28.9b-f. Como allí se explica, se emplean en perífrasis de infinitivo de sentido imperfectivo, por lo que solo se conjugan en presente de indicativo (acostumbro, suelo), presente de subjuntivo (acostumbre, suela), pretérito imperfecto de indicativo (acostumbraba, solía) y pretérito perfecto compuesto, como en De este tipo de sueños he solido olvidarme siempre (Semprún, Federico Sánchez), el último casi siempre utilizado en el llamado pretérito perfecto de experiencia, que se analiza en los § 23.7l, m. Aunque suelen considerarse también formas imperfectivas, no se usan estos verbos en el futuro y en el condicional. La anomalía de solieron, y de acostumbraron en este mismo sentido, se suele explicar como efecto del desajuste que se produce entre la imperfectividad de soler y acostumbrar y la perfectividad de esos tiempos.
4.14d Son defectivos por razones fonológicas o más propiamente morfofonológicas algunos verbos de la tercera conjugación: arrecir (distinto de arreciar), aterir, descolorir, embaír, manir y preterir. La mayor parte de los verbos de esta lista son poco usados, pero resultan naturales en las formas flexivas que presentan la vocal temática -i-. Las mismas características presenta garantir en casi todo el mundo hispanohablante, pero en la Argentina y el Uruguay se utiliza en todos los tiempos y personas. Es normal, asimismo, emplear el verbo desvaír solamente en las formas con /i/, pero se documentan otras como desvaes, desvae y desvaen del presente de indicativo, y desvae del imperativo. Balbucir es también defectivo, puesto que no se usa en las personas primera y tercera del singular del presente de indicativo ni en todo el presente de subjuntivo, formas que se suplen con las correspondientes del más empleado balbucear. El verbo abolir se ha considerado en la tradición gramatical defectivo, pero en la actualidad se documenta su utilización en todas sus formas. Su conjugación es regular, no sujeta, por tanto, a diptongación (yo abolo, no *yo abuelo). Los textos muestran que se usa con mucha mayor frecuencia cuando sigue a la raíz la vocal temática -i-, como en Se abolían la Diputación Provincial y los ayuntamientos electivos (Silvestrini / Luque, Historia), lo que no impide que se pueda utilizar en otras formas: Los nuevos poderes abolen la soledad por decreto (Paz, Laberinto). Lo mismo puede decirse de compungir y desabrir, en los que la preferencia tradicional por las formas con /i/ no impide que se utilice en otras, como se muestra en los siguientes ejemplos:
¿Y ahora te compunges con la gata esa que te ha sacado a tu hijito adorado de las mismas enaguas? (Terán, Eulalia); Yo soy un surco más, / no un camino que desabre el tiempo (Rodríguez, C., Don).
4.14e Los participios buido, colorido, despavorido y fallido están totalmente adjetivados, ya que los verbos a los que pertenecen (buir, colorir, despavorir y fallir) han dejado de usarse. Es también muy frecuente el uso adjetival de otros participios como aguerrido, compungido, denegrido, desabrido, descolorido, desvaído, embaído, embebecido y empedernido, pero no se puede afirmar que hayan perdido su carácter de tales, pues los verbos aguerrir, colorir, compungir, denegrir, desabrir, descolorir, desvaír, embaír, embebecer y empedernir, aunque escasa, tienen aún vigencia. Casi todos esos verbos se registran ocasionalmente, por lo común en textos antiguos:
La lectura de los libros caballerescos no embebece á cuerdos ni á locos (Montalvo, Tratados); Ca suelen en esto mucho fallir los asoldadados, los jornaleros a sus amos (Pérez, Confesiones); Aquella música nos compunge, y para gozar de ella tenemos que llorar (Ortega Gasset, Artículos).
El verbo garantir, probable calco del portugués a través de su variante brasileña, se usa con frecuencia variable en el Río de la Plata con el sentido de ‘asegurar, garantizar’, como en: Te garanto que era una niña mimada (Sábato, Héroes). Este uso está siendo desplazado en la actualidad por garantizar.
4.14f Son muy raramente usados, y aun así solo en infinitivo, los tecnicismos jurídicos usucapir (‘adquirir propiedades o derechos de cierta forma’; lat. usucapĕre) y adir (‘aceptar una herencia’, lat. adīre):
[…] el derecho de adir una herencia ab-intestato (Bonilla San Martín, Derecho); De afectar la prescripción a una servidumbre negativa o no aparente, cuando esta puede usucapirse, el plazo […] (Ley Hipotecaria).
El verbo abarse (‘apartarse’), igualmente poco utilizado, se documenta solo en infinitivo y en imperativo: Estaban muy a punto de abarse y de negarle la obediencia que al hermano habían dado (Haedo, Epítome).