Hace mucho tiempo, en una galaxia muy, muy lejana…
La República estaba en guerra. Por dos mil años, los Caballeros Jedis habían mantenido la paz, pero esta vez incluso sus formidables habilidades fueron incapaces de prevenir el conflicto. Liderada por el exjedi conde Dooku, la coalición separatista se desprendió de la República galáctica. La guerra se desató durante una misión de rescate en Geonosis, y muchos jedis perdieron la vida. El Maestro Jedi Yoda llegó inesperadamente con tropas clon, a tiempo para que la República ganara su primera batalla; pero demasiado tarde para detener la guerra.
Al principio, muchos en la República tenían la certeza de que los soldados clon detendrían la guerra con rapidez. Sin embargo, la Federación de Comercio, con su enorme ejército de droides, apoyó a los separatistas. Incluso con las técnicas de crecimiento acelerado de los expertos en clonación, tomaba más tiempo crear un soldado clon que producir un droide de batalla. Las Guerras de los Clones se propagaron con furia y se expandieron por muchos sistemas.
A los únicos que no sorprendieron fueron a los jedis. En Geonosis, Obi-Wan Kenobi y su aprendiz padawan, Anakin Skywalker, habían averiguado que el conde Dooku se había pasado al lado oscuro de la Fuerza; y el poder del lado oscuro había estado creciendo por años. Los jedis sabían que derrotar a los separatistas no sería ni fácil ni rápido, al haber un Lord Oscuro de los sith ayudándolos.
Tan pronto como se recuperaron de las heridas que recibieron durante su combate con el conde Dooku, Anakin Skywalker y Obi-Wan Kenobi se sumaron nuevamente a la guerra. Juntos se volvieron héroes de la República, a veces al mando de los soldados clon en las batallas campales, otras veces con osados ataques secretos. Por su trabajo, Anakin fue investido Caballero Jedi completo, y a Obi-Wan le otorgaron un lugar en el Consejo Jedi y el título de maestro.
Nadie —ni siquiera los jedis— sabía que una de las cosas que impulsaban a Anakin era su deseo de volver a Coruscant, donde estaba situado el Senado galáctico. Desafiando a la Orden Jedi, se había casado en secreto con la Senadora Padmé Amidala, quien pasaba la mayor parte del tiempo trabajando ahí. A medida que la batalla se fue expandiendo por los territorios del Borde Exterior, los momentos que Anakin podía aprovechar para ver a su esposa fueron cada vez menos frecuentes.
Luego, los separatistas asestaron un golpe paralizante justo en el corazón de la República. Una flota de naves comandada por el temible general separatista Grievous se escabulló por entre las defensas de la línea externa para atacar a Coruscant. Durante la confusión, los separatistas secuestraron al canciller supremo Palpatine, el líder elegido de la República.
Además, Coruscant no sólo era el corazón del gobierno y la sede del Senado galáctico. También era el hogar del Templo Jedi. Cuando los separatistas comenzaron a atacar, llegó un mensaje al Borde Exterior que llamaba a los mejores guerreros jedis a volver a casa. Antes de que la flota separatista pudiera salir del sistema estelar de Coruscant con el canciller, esta se vio atacada. Oleadas de cazas estelares clon, liderados por Obi-Wan y Anakin, arremetieron contra sus naves…