Buscar estabilidad y encontrar mediocridad
Mirar es una cosa. Ver lo que se está mirando es otra. Entender lo que se ve es aún otra. Llegar a aprender de lo que se entiende es algo más. Pero llegar a actuar en base a lo que se ha aprendido es todo lo que realmente importa.
WINSTON CHURCHILL
Tu jefe te ha mentido, tus padres te mintieron, la televisión también lo hace a cada pausa publicitaria, e incluso tú mismo te has engañado. Nada es lo que era, hoy todo ha cambiado, no es ni mejor ni peor, es distinto, y tú sigues ahí esperando a que el cambio llegue a tu vida, consumiendo como atajo hacia la felicidad, adaptándote a un sistema que no te ayudará a obtener lo que mereces. Otra filfa, ya que nadie merece nada por derecho, todos lo ganamos a base de esfuerzo; el problema radica en que no sabemos hacia dónde orientar nuestro talento.
Este modelo, el de seguir las directrices desde la pronta escuela, nos enseña a abrazar el sistema, a gastar para obtener placer y a buscar una seguridad hoy ya hilarante. Desde hace unos años, las personas que rechazan seguir esta senda obtienen mayor probabilidad de éxito. Acudir a un lugar para hacer lo que a uno le dicen a cambio de catorce pagas y una cesta de Navidad, no nos va a transportar a la prosperidad, ni a la riqueza en tiempo y dinero. No será el coche nuevo, ni la casa, ni el reloj lo que recordaremos en el lecho de muerte, serán los momentos, las experiencias, y eso se paga con tiempo, lo que hoy casi nadie posee.
Encontrar la falsa sensación de seguridad en la mediocridad es un proceso desalentador. Vigilas por encima del hombro, tratando de ser un poco menos mediocre que tu compañero de al lado, trabajando y sufriendo mientras merma cada día la confianza necesaria para romper las cadenas que motu proprio te atas al acabar la universidad o el máster, fábricas a su vez de formar a obreros disciplinados, adictos al consumo y a la aprobación social.
Delegamos decisiones y soluciones a personas que probablemente son el problema. Esclavos de la situación en la que estamos porque desconocemos una manera diferente de vivir. Nos han vendido que este sistema es lo mejor y probablemente en las intenciones iniciales lo era, pero con el tiempo ha ido cambiando, empeorando, limitando libertades y limitando opciones.
Hoy deberías buscar una solución, por no llamarlo trabajo, en la que poner en acción tus emociones, no tu cuerpo o tu memoria. No se puede caer en el infierno cuando se vive en él. Ser bueno ya no es suficiente, tienes que ser el mejor, marcar la diferencia, seguir trabajando y estudiando cuando ni siquiera hay obligación de hacerlo. ¿Asusta, verdad? La universidad premia a quien es bueno memorizando, pero el mundo real no. ¿Conoces a Ramón Campayo? El conocimiento hoy está en la red y la web lo ofrece más rápido y barato de lo que tú puedas proponer. Deja de competir contra máquinas, pues su gasto energético será siempre inferior al salario mínimo y ellas no necesitarán ni palmaditas en la espalda ni cesta de Navidad. Pese a ello, la brecha que levantará la tecnología en empleos poco cualificados nos servirá, a su vez, para huir de un sistema en modo precolapso total. Como argumenta Joan Tubau en su imprescindible Guts & Glory,[2] queremos creer que la tormenta pasará pero ésta no es una crisis pasajera, es el nuevo equilibrio del sistema.
Si al menos hoy obtenemos la consciencia de que nada será igual y de que debemos capitanear el cambio que queremos en nuestra vida, ya es un día ganado y habremos acortado una gran distancia a nuestro objetivo de independencia y excelencia, a pesar de ser tan sólo día 1. Por cierto, que nadie se alarme por la apatía crónica que sufren las generaciones venideras, ya que es causa de un desinterés por parecerse a la generación de sus padres. Ya han comprobado adónde conduce este modelo del esfuerzo y la búsqueda de estabilidad, y por lo que demuestran, no les resulta tan apasionante como a sus progenitores. Quizá en este libro y el trading encuentren su motivación. Ser trader no consiste en ganar muchísimo dinero, sino en ganar lo suficiente para poder tener muchísimo tiempo.
Si quieres ahondar en esta realidad, te recomendamos leer y seguir a James Altucher,[3] gurú que profundiza en estos aspectos y que ofrece una visión bastante nítida de la realidad presente[4] y futura[5] en muchos de sus artículos.
