Santiago, El Monte, Chile
13-14 de mayo de 2017
—¿José Miguel Carrera? —preguntó Martínez, mientras Saavedra entraba a la Autopista del Sol a unos 160 kilómetros por hora.
—¡Positivo! El gran José Miguel Carrera, el fundador de la Patria Vieja, el eterno rival de O’Higgins y el hombre que quedó en segundo lugar en los libros de historia, aunque su papel en la independencia chilena es tanto o más relevante que el de O’Higgins. La familia Carrera es originaria del pueblo de El Monte. Allí poseían una hacienda que ahora es una viña; luego de un largo deambular, el cráneo de don José Miguel, quien fue ejecutado y decapitado por los partidarios de O’Higgins, en Mendoza, fue devuelto a su pueblo de origen. Allí lo guardan en una pequeña caja de cristal, en una especie de cripta que hay debajo de la Iglesia San Francisco de Asís, cripta que a su vez se conecta con la hacienda de Los Carrera por medio de un túnel que hoy está completamente inundado.
—No entiendo nada —se quejó el detective.
—Me parece muy simple lo que acabo de decir. Carrera vivió en El Monte y su cráneo decapitado hoy se guarda... —replicó Saavedra con una candidez impresionante, pero Martínez lo interrumpió.
—No pues, comisario, no me refiero a eso. Le digo que no entiendo nada de lo que dijo el señor Prat. No entiendo qué tienen que ver Francisco Pizarro, José de San Martín y José Miguel Carrera, y por qué alguien querría causarle daño a sus cadáveres.
—Lo segundo tampoco lo sé, para serle franco. Mientras no sepamos quién está detrás de todo esto nos encontramos a oscuras en esa materia. Sin embargo, lo primero es mucho más sencillo.Yo tenía algunas pistas al respecto, pero el padre Prat me lo confirmó. Los tres pertenecieron o fueron simpatizantes de una antigua y misteriosa asociación secreta.
—¿La Logia Lautarina? —preguntó el joven policía, excitado.
Saavedra, que había estudiado historia antes de entrar a la policía, se largó entonces a explicarle que la Logia Lautaro o Lautarina era una entidad política, por así decirlo, pero no masónica en el sentido estricto. Y en el caso de Pizarro, se sabe que murió en 1541 y que nunca estuvo en Chile o Argentina, los países de América Latina en que se crearon logias lautarinas a partir de la Logia de los Caballeros Racionales en Londres, que fue creada en dicha ciudad a fines del siglo XVIII por Francisco de Miranda.
—Muy interesante. ¿Entonces los de la Logia Lautaro no eran masones propiamente tales? —preguntó el detective.
—No, usaban algunos esquemas secretistas de la masonería y crearon algunos rituales, palabras de pase y reconocimiento y cosas así, pero su objetivo declarado era la independencia de Chile, Argentina, Perú y otros países. En la masonería real no se permite hablar de política, por ejemplo.
—De nuevo, no tenía ni idea.
—Así es. En la masonería están prohibidas las discusiones sobre política y religión, bajo el principio de que cada miembro de la orden puede creer lo que quiera en ambos aspectos. Ahora bien, aunque se odiaban con intensidad, San Martín y Carrera fueron masones, de eso no hay duda, pero...
—O’Higgins también lo fue —se adelantó en decir el detective más joven.
Como el profesor que era, Saavedra le explicó que esa era una creencia popular, carente de documentos que la avalesen. En efecto, O’Higgins fue uno de los fundadores de la Logia Lautaro, grupo muy distinto de la Logia Independencia, que existió en Argentina hacia 1795 y que sí era una logia «regular», como los masones llaman a aquellas logias que son reconocidas como tales.
O’Higgins, incluso, se quejaría durante su exilio de ser perseguido por los masones. Existe una carta que le mandó a San Martín en 1832, desde Lima, en la que cuenta que su correspondencia era interceptada por la Logia de Santiago, donde según él se reunía «lo más corrompido de la facción».
De hecho, como bien lo apunta el historiador Jaime Eyzaguirre, la primera logia chilena había sido fundada en 1827, en Santiago, y su venerable maestro,es decir,su jefe,era Manuel Blanco Encalada, uno de los peores enemigos de O’Higgins. Pese a ello, después de que el padre de la patria muriera en Lima en 1842, fue el principal impulsor de la repatriación de sus restos. Cuando estos llegaron a Santiago en 1869, fue Blanco Encalada quien pronunció el discurso oficial al ser sepultados. Carrera, sin embargo, está acreditado que sí fue masón, pues se incorporó en Nueva York, en Estados Unidos, mientras que San Martín fue iniciado en una logia de Cádiz.
—¿Y Pizarro? —inquirió el oficial más joven.
—Pizarro vivió en una época en que la masonería no existía como organización. Claro, podría haber sido miembro de la llamada masonería «operativa», pero habría sido muy raro, pues los masones «operativos» eran arquitectos, maestros de obra, albañiles, que por lo general se dedicaban a la construcción de enormes catedrales góticas en Europa, formando confraternidades a través de las cuales se transmitían en forma compartimentada los secretos de la construcción. Sin embargo, existen algunos indicios de algunas logias no «operativas» que se formaron en Europa algunos siglos antes incluso del nacimiento de Pizarro y que captaron miembros provenientes de distintas capas sociales, pero, a diferencia de lo que sucedió una vez que la masonería se institucionalizó, no hay registros que permitan decir quién fue o no masón —replicó Saavedra.
—Entonces es imposible saber si Pizarro fue masón —apuntó Martínez.
—En sentido estricto sí, pero en el caso de Pizarro, lo que lleva a muchos a pensar que lo fue —y que perteneció de hecho a una especie de subrama de la masonería— es el único cuadro que queda de él, una pintura que se encuentra en el Museo de América, en España, una pequeña tela de veinte centímetros, con suerte, que tiene la peculiaridad de mostrar al conquistador con su mano derecha metida en medio de su chaqueta, dejando fuera solo los nudillos y parte del dedo pulgar. Búsquelo en su teléfono, le va a aparecer de inmediato en Google. El detective así lo hizo y vio la imagen a la cual se refería el comisario:

—¿Y eso qué significa? Creo que he visto varias pinturas con ese gesto. ¿George Washington aparece así en una, no?
—Hay muchos cuadros de estadistas o conquistadores con la mano en esa posición. Napoleón es uno de ellos y muchos atribuyen la posición de la mano en esa forma a una especie de clave masónica, a una suerte de sistema que permitiría reconocerlos como tales. Algunos amantes de las conspiraciones le llaman «el signo de la mano oculta», pero en realidad pareciera ser un signo de reconocimiento ocupado en los llamados grados capitulares de la masonería, los más altos, específicamente en el grado del Arco Real.
—¿Napoleón fue masón? —preguntó Martínez, ante lo que Saavedra le indicó que no estaba claro, pese a que no existen dudas respecto de su nieto, Napoleón Tercero, que intervino por medio de un decreto en la masonería francesa, en 1862, nombrando a un Gran Maestro que era un títere suyo.
El comisario recordó que en aquel tiempo en Francia existía un «Gran Oriente», una especie de súperorganización masónica de la cual dependían diversas logias a nivel mundial, entre ellas las cuatro que había en Chile hasta ese momento (en Copiapó, Valparaíso y Concepción), las que, como consecuencia de aquello, decidieron independizarse y fundar su propia gran logia, la que quedó establecida en Valparaíso y luego se trasladó a Santiago.
—Washington, en todo caso, claro que fue masón, eso es un hecho, lo mismo que Simón Bolívar, quien también fue pintado así, aunque no hay que olvidar que en algún momento no solo abandonó su adscripción francmasónica, sino que además dictó un decreto en 1828 que abolía todas las logias —agregó el policía.
—OK, entonces Pizarro fue masón —respondió Martínez, mientras el Peugeot pasaba raudo por las afueras de Talagante.
—En realidad no sé si estamos hablando en propiedad de los masones. El padre Prat debería explicarnos eso con mayor detalle, cuando lo vayamos a buscar mañana al aeropuerto.
—¿Y de qué estamos hablando entonces? —le preguntó Martínez, sacando la cuenta de que esa sería una noche muy larga.
—¿Ha oído hablar de los templarios? ¿Sí? Bueno, por allí hay que comenzar.