PERSONAJES INVENTADOS

 

IMI (Fran Ronquillo). Principal protagonista de La Cámara, el IMI —diminutivo de imitador— rinde un sincero y cariñoso homenaje al periodista radiofónico de Radio Sevilla de la Cadena SER —jubilado años atrás— José Antonio Sánchez Araujo. Desde una profunda admiración («amigo mío personal»), el discípulo Ronquillo clava con tal perfección al Maestro Araujo en su característica narración, pidiendo «¡Paso urgente!», en sus preocupaciones por el precio del parking y en su anuncio de toldos y carpas Quitasol que la audiencia se pregunta en ocasiones si les habla el original o la copia.

 

PACO EL BECARIO (Luis Lara). El otro micrófono inalámbrico de La Cámara surge de una primera imitación al periodista de Canal Sur Javier Franco, aunque al final deriva en un personaje entrañable que rinde culto, desde la exageración más hiperbólica, a la figura del becario entusiasta con su trabajo y «pelota» con sus jefes. En su caso, no hay conexión radiofónica en la que no suspire porque Toni Yela (Antonio Yélamo, director de la Cadena SER Andalucía) le firme con tinta que no se borre su primer contrato después de treinta y siete años de prácticas no remuneradas y así poder invitar a su novia Puri a algo más que una bola de helado para compartir.

 

COMANDANTE LARA (Luis Lara). Piloto de avión tajarina y vitivinícola, alérgico al agua y devoto del vaso largo, con mucho whisky, ginebra, ron, vodka o todo lo que tenga muchos grados, pero, a ser posible, acompañado de poco refresco. Narrador con su voz aguardentosa de los viajes más surrealistas por todo el mundo con los personajes más ilustres de La Cámara y del universo futbolístico.

 

PACO NABO (Luis Lara). Regenta la ínclita La Venta del Nabo, el único negocio de hostelería del mundo que en plena crisis ha disparado sus ingresos porque ahí van a parar los equipos eliminados y los entrenadores destituidos. Para entendernos, el mamaero de los perdedores. Es raro un gran personaje del deporte que no haya pernoctado allí y no haya recibido las atenciones del dueño Paco, y de sus hijos Tomy (Nabo) y Pamy (Nabo).

 

DOCTOR BATABLANC (Luis Lara). Único médico del mundo que ha hecho todas las especialidades de medicina varias veces y en las más prestigiosas facultades del mundo. Dueño de la clínica privada Nuestra Señora del Señor, sus partes médicos son el nuevo vademécum de la medicina moderna. Con todo, se ha convertido en la pesadilla de los futbolistas lesionados al diagnosticarles, desde una prudencia exagerada, recuperaciones larguísimas.

 

VICENT MASAFIN (Luis Lara). Pizzero especialista en masas finas —de ahí su apellido—, es un aficionado entregado del Valencia o, como él exclama, del «Gran Valensi». Cuesta entender sus análisis y aún más seguir por su peculiar e inimitable pronunciación. Es una parodia amable y cariñosa del valenciano, mediante la que se come todas las sílabas o letras finales de cada palabra.

 

 

PERIODISTAS

 

LUIS CARLOS PERÍS (Fran Ronquillo). Otro tributo a un veterano periodista sevillano con enciclopédicos conocimientos futbolísticos que quedan en un segundo plano cuando pierde el Betis o cuando alguien le rebate algún dato. Entonces emerge su carácter más hosco y agrio, y dedica sus improperios más frecuentes con su inconfundible voz grave y ligeramente impostada: «¡Imbécil! ¡Cretino! ¡Qué espanto!».

 

MANOLETE (Bienvenido Sena). Al ultraperiodista deportivo del Atlético de Madrid Manuel Esteban Manolete no hace falta exagerarle su conducta en la imitación. Es en sí mismo un exceso de teatralidad en defensa de su glorioso Atleti y su odio hacia el Real Madrid, su eterno rival. Defensor hasta la muerte del cholismo, no parará con su voz extremadamente nasal de reclamar la beatificación del entrenador rojiblanco Cholo Simeone.

 

MALDINI (Bienvenido Sena). Al periodista Julio Maldonado Maldini no hay quien le tosa en conocimientos futbolísticos internacionales gracias a los más de sesenta mil partidos de todas las competiciones y épocas que ha visto y ha recopilado con celo en su videoteca, de la que presume con tono aniñado. Su especialización roza el surrealismo cuando te invita a ver o analizar el partido de la jornada de regional preferente de Chipre o cuando encumbra al jugador revelación del duelo estelar entre las selecciones sub 17 de Moldavia y Liechtenstein. Todo un desconocido salvo para él.

 

JAVIER ARES (Fran Ronquillo). El popular locutor radiofónico, siempre en la competencia salvo un corto periodo en la SER, permanece anclado en el pasado, tanto en su estilo de narración plagada de expresiones barrocas, como por los protagonistas de sus retransmisiones (en las conexiones siempre cuenta cómo demarra Perico Delgado, Eugeni Berzín, Laurent Jalabert o Lucho Herrera).

 

RAFAEL CHULÓN (Fran Ronquillo). Para seguir el discurso de este periodista que evoca al locutor sevillano Rafael Almansa (Cope y Cuatro Televisión) hay que dominar infinitas claves futbolísticas, radiofónicas y de la sociedad sevillana. Pocos son capaces de descifrar su vocabulario: Perry, ebrio, boleto, trabaja en el color, radio maqueen, marca teutón, un paseo con la coqui, el hombre vejiga, el chiquetete, cuadro antiguo, la buda hiriente, el mahou, pegarse un desmayo, tomarse el cébolo y un largo etcétera de expresiones que hacen ininteligibles, a la par que desternillantes, sus intervenciones.

 

RAFAEL SIERRA (Fran Ronquillo). Periodista jubilado de la Cope que con voz muy similar al inspector Colombo reparte abrazos y saludos cariñosos a todo lo que se mueva. Es tan cercano que abruma con sus gestos y palabras afectuosas y zalameras. Te llama hermano a las primeras de cambio y puede incluirte en su familia nada más conocerte.

 

PACO GARCÍA (Fran Ronquillo). El periodista de Radio Sevilla que a diario conecta con el Hoy por Hoy desde algún sitio de actualidad de la capital hispalense, en ocasiones hace un hueco entre tanto compromiso laboral para prestar su inconfundible voz a La Cámara desde el «Bendito» Villamarín para informar de su «glorioso» Betis Balompié y dar algún apunte taurino, su gran especialidad.

 

 

ENTRENADORES

 

UNAI EMERY (Fran Ronquillo). El míster del Sevilla es un entrenador metódico, ordenado y controlador hasta que entra en trance y todas sus teorías futbolísticas quedan reducidas al hechizo que le provoca su jugador fetiche: Rakitic. Entonces queda poseído por el espíritu del futbolista croata (al que invoca con un frenillo exagerado). Con su marcha al Barça, pronto encontrará su nuevo oráculo futbolístico que siempre empezará por «R».

 

PEPE MEL (Bienvenido Sena). La vida del exentrenador del Betis en la ciudad de Sevilla transcurrió en su mayor tiempo entre el periodista deportivo de Radio Sevilla Florencio Ordóñez —con quien pactaba las alineaciones de cada partido— y su conejo Prada —más que una mascota, su confidente de glorias y fatigas—. El otro Pepe Mel marcó un estilo propio en los complementos al usar gafas modernas y psicodélicas —pensaría él— pero que en realidad tenían tres tallas menos que el ancho de su cara.

 

CHOLO SIMEONE (Luis Lara). Vive con contagiosa pasión por y para el fútbol, para cada partido, para cada jugador, para cada instante, para cada mensaje o consigna a favor de su Atlético de Madrid y para alimentar a su ayudante El Mono Burgos, una inmensidad de hombre que es capaz de comerse a Bambi. Su espectacular carácter ganador contrasta, con todo, con la pelea constante que mantiene para que le agarre la rata Carmela (en referencia a sus indisimulables injertos de pelo en la cabeza).

 

VAN GAAL (Luis Lara). Fiel a su espíritu soberbio y pensamiento cuadriculado (como su gran cabeza), el entrenador holandés muestra su carácter más agrio, arrogante e incluso maleducado cuando recibe la más mínima crítica. Entonces responde con burlas, insultos y descalificaciones, incluso al director de La Cámara a quien llama Yuyú.

 

CARLO ANCELLOTI (Luis Lara). Elegante, educado y siempre correcto, incluso cuando le plantean las preguntas más ácidas o las críticas más hirientes tras un mal partido del Real Madrid. De lo buena gente que es da muestra que nunca se mete en polémicas. Con todo, una de sus cejas, más elevada que la otra, agudiza su cúspide cuando no se fía de algún comentario y entonces mira como si quisieran venderle algo robado.

 

BERNARDO SCHUSTER (Luis Lara). Con un «Sí lógicamente, macho» comienza todas sus frases. Sus discretos resultados como entrenador —a años luz de su nivel como jugador— no parecen preocuparle demasiado aunque quizá le deriven a otras inquietudes. Aficionado al cantaor Thomas Muller (Tomás El Mulo, traducido al español), pueden escucharle cantando soleás bávaras, intenta imitar a cualquier personaje de La Cámara y persigue sus primeros pasitos en la interpretación como admirador de Khaleesi Daenerys, de la serie Juego de Tronos.

 

EL TATA MARTINO (Bienvenido Sena). El tono triste, monótono y melancólico de sus intervenciones, en las que emplea un lenguaje rebuscado pero sin profundidad, es el fiel reflejo de su discreto paso por el Camp Nou como entrenador del Barcelona. Nadie le recordará, salvo en La Cámara, donde insiste en el maltrataje de la prensa, el desayunaje de Messi ante el que no deja de genuflexarse y la jugarretaje que le hicieron al fichar a Luis Enrique para sustituirle cuando aún estaba sentado en el banquillo azulgrana.

 

JORGE D’ALESSANDRO (Bienvenido Sena). Tras sus «salutaciones», los mandamientos futbolísticos que teoriza son jeroglíficos indescifrables no solo para los futbolistas sino para un Nobel de Física. Un ejemplo: un equipo debe «interpolar los movimientos opacos a los dos catetos opuestos, nivelar los carriles de aceleración que no permiten la circulación en los espacios largos y achicar las zonas de nadie para evitar las películas de inestabilidad en el toque directo y en las espaldas hipotenusas de los contrarios». Tampoco se entiende su devoción sumisa, cercana a la abducción, hacia el periodista deportivo José María García, retirado hace años. Lo idolatra de tal manera que a todo el mundo menta por José María, el único nombre propio que sale de su boca.

 

JOSÉ MOURINHO (Luis Lara). El exentrenador portugués del Real Madrid —ahora de nuevo en el Chelsea— está permanentemente cabreado con el mundo. Los personajes de La Cámara, sabedores de su carácter mal encarado, buscan sacarle de sus casillas planteándole las cuestiones más surrealistas, banales y estúpidas, alejadas siempre del interés futbolístico. Muestra habitualmente una paciencia infinita, aunque a veces el number one abandona su tono amable y se encara con quien sea empleando su timbre de voz más agudo y sus habituales pataletas infantiles.

 

GREGORIO MANZANO (Bienvenido Sena). El exentrenador del Sevilla, Atlético de Madrid o Mallorca, entre otros muchos equipos de Primera División, muestra su arista más clerical, eclesiástica y presbítera en virtud de la bondad que atesora en todos sus actos y declaraciones. El pastor o padre Gregorio atesora además un talento literario superlativo para rimar pareados en un latín inventado al servicio de sus sabios versos.

 

CARLOS ORÚE (Luis Lara). Entrenador jerezano con una dilatada trayectoria en multitud de equipos modestos de Segunda División o Segunda B con los que apenas ha cosechado alegrías. Aliado además con la mala suerte —muchos conjuntos le han dejado considerables ronchas— y con una ronquera sorda que cuesta entender, es un tieso que implora una limosna o un regalito a la espera de que un grande le fiche y pueda superar su lastimosa economía.

 

JOSÉ ENRIQUE DÍAZ (Bienvenido Sena). Otro entrenador de clubes modestos cuyo mayor logro fue entrenar durante una década a la selección andaluza de fútbol que solo podía convocar una vez al año para jugar un partido amistoso en el parón liguero navideño. Así que toda su obsesión es que los jugadores andaluces estén en perfecto estado físico para codearse en Navidad con los mejores jugadores de Túnez y Namibia. Partidos intranscendentes, sin historia, salvo para él.

 

 

FUTBOLISTAS

 

SAMUEL ETO’O (Luis Lara). El otro Eto’o no mete goles, sino que comanda a la Hermandad rociera de Yaundé que inicia su camino con muchos rocieros desde Camerún pero que llega con pocos a la ermita de la Blanca Paloma. De las innumerables bajas tiene la culpa su largo peregrinaje de varios meses de duración y los peligros que encierra la travesía, especialmente al cruzar el Nilo, donde les aguardan cocodrilos hambrientos. Aficionado al ocio, repone fuerzas cantando flamenco —su otra gran pasión— y relajándose en Gorila D’or, donde siempre te dará dos consejos: «¡Cuidado con que te coma un león o te embarbete un gorila el morcón!».

 

JOAQUÍN (Luis Lara). El arte del extremo portuense trasciende del césped cuando la lía contando chistes, por lo general bastante discretitos, pero que provocan la hilaridad y carcajada colectiva por la risa contagiosa y los motes o palabrotas que acompañan a la narración de sus bromas o chanzas, especialmente pollita para nombrar a to er que se mueva.

 

JOSÉ ANTONIO REYES (Fran Ronquillo). El delantero del Sevilla ofrece su perfil más despistado, simplón, inocente y frívolo, cercano al estereotipo del futbolista con alergia a los libros al que le superan la fama repentina y los millones que le reportan de golpe su talento con el balón. Sus análisis planos de la actualidad y su verbo limitadísimo (todas las respuestas empiezan «Sí, bueno…») provocan no solo las risas sino el cariño de la audiencia.

 

KIKO NARVÁEZ (Luis Lara). Exjugador del Cádiz y del Atlético de Madrid, retirado del césped, pero abonado a cualquier oportunidad de negocio. Además de comentarista deportivo gracias a su desparpajo ácrata ante el micrófono, puede sorprendernos dirigiendo el casting de Juego de Tronos gracias a su empresa Kiko Films o preparando en Kiko Catering menús insuperables en imaginación, ingenio y ocurrencia.

 

JORGE VALDANO (Luis Lara). El exjugador, exentrenador y comentarista deportivo argentino ha dejado de atraer con su fluido y profuso verbo para aburrir hasta la somnolencia con sus circunloquios imposibles, tautologías absurdas y explicaciones redundantes. Es capaz de estirar sus saludos iniciales al Yuyu como los chicles jirafa argentinos. De hecho, los gags de La Cámara pueden comenzar con él y acabar sin que haya completado la respuesta a una pregunta elemental.

 

ALFREDO DI STÉFANO (Bienvenido Sena). La otra Saeta Rubia, más que evocar su pasado glorioso en el fútbol o analizar el devenir del Real Madrid, vive para sacar su perrita a pasear en busca de mulatas brasileñas o puretitas graciosas a las que alegremente recibirá con su tanga de piel de leopardo viudo. De hecho, el Di Stéfano más sátiro y lujurioso confesó que fichó por el Real Madrid tras escuchar el pasaje del himno merengue que invoca a las mocitas brasileñas. Su videoteca de películas subidas de tono es la quintaesencia del doble sentido humorístico. (El reciente fallecimiento del presidente de honor del Real Madrid ha silenciado para siempre a su doble, creado desde una profunda admiración por don Alfredo).

 

 

PRESIDENTES

 

FLORENTINO PÉREZ (Bienvenido Sena). El presidente del Real Madrid irrumpe con frecuencia en La Cámara para dejar meridianamente claro que el club de Chamartín no es solo el mejor equipo del mundo, sino del universo. Por Di Stéfano, por su historia inigualable, por sus Copas de Europa, por el estadio Bernabéu, por la proyección planetaria de la plantilla y por su excelsa gestión para la que solo acepta el elogio y la reverencia. De hecho, aunque intente emplear un tono didáctico, se considera un ser superior que sobredimensiona cualquier resultado del equipo merengue y minimiza cualquier crítica, al tiempo que encumbra a sus devotos y demoniza a sus detractores porque «o eres de los suyos o estás en la lista de sus enemigos».

 

MANUEL RUIZ DE LOPERA (Fran Ronquillo). Versión casi calcada del expresidente del Betis, sumido en una profunda depresión «que me está cansando» desde que la jueza Alaya le quitó sus acciones. «¿Dónde estaban ustedes en el 92?», pregunta con frecuencia a sus detractores, a los que espeta que «tomen buena nota» que solo él fichó estrellas como Denilson, Jarni, Finidi o Alfonso. La angustia y sentirse incomprendido le hacen trasnochar o madrugar para completar jornadas maratonianas de trabajo que resiste con apenas una sultana de coco, un zumo de Tang y el culito de un Actimel.

 

JOSÉ MARÍA DEL NIDO (Bienvenido Sena). En un culto al yoismo y ombliguismo más amplificado, no hay equipo «más señorial» en el universo que el Sevillafútbolclú. Sus jugadores son estelares, el himno más hermoso del mundo fue creado por El Arrebato durante el centenario que él pilotó, y pasará a la historia «sí o sí» como el mejor presidente del conjunto de Nervión. «Ni que decir tiene» que los títulos son suyos y de las derrotas o fracasos deportivos tiene la culpa «la mierda» de reparto de los ingresos televisivos. Convencido de su excelsa grandeza, la osadía que rezuma se tambalea cuando desliza algunos errores literarios de bulto al confundir escritores y obras: «Como diría Espronceda: ¡Volverán las oscuras golondrinas!».

 

EL JEQUE ABDULLAH BEN NASSER AL THANI (Luis Lara). Al propietario del Málaga es cada vez más complicado verlo por la capital de la Costa del Sol o por el estadio La Rosaleda, pero nunca falta a su cita con La Cámara de los Balones. Sus declaraciones —más que pronunciar sílabas, escupe sonidos guturales contraídos— son traducidas de aquella manera por Paco El Becario, más tunante en las inventivas que certero en los mensajes.

 

ANTONIO MUÑOZ (Luis Lara). Hay que tener un oído muy fino para entender al otro expresidente del Cádiz, cuya pronunciada tartamudez hacen de su imitación una de las más difíciles a la par que desternillantes de La Cámara. Con todo, en ocasiones es capaz de poner muy nerviosos a los oyentes por la tardanza en acabar las frases y a los aficionados cadistas por arrogarse que finalizase el nuevo estadio Carranza durante sus mandatos.

 

 

PERSONAJES VARIADOS

 

FLAVIO VIBRATORE (Luis Lara). El doble del empresario de la Fórmula 1 —llamado Vibratore, que no Briatore— exprime su perfil más mujeriego, como expareja de las supermodelos Naomi Campbell o Heidi Klum. A su juicio, lo verdaderamente pericoloso de los circuitos no es la velocidad sino el desfile de gachones con mallas pegadas al cuerpo que le ponen en el brete del «Modo Pirelli»: «¿Uso goma blanda o goma dura?». En estas lides, le acompañan su arista más sibarita y apegada al lujo y el «trompetazo gordo» de su escudero Giulio Vera (Julio Vera, presidente del Consejo de Bandas de Sevilla).

 

PEDRO PACHECO (Bienvenido Sena). El exalcalde de Jerez se mete en todos los fregaos en defensa de su ciudad: Jerez lo es todo y todo es un mojón comparado con Jerez. El universo gira en torno a Jerez y quien no quiera a Jerez es un gánster conspicuo y un elemento sospechoso. Su enfado va en aumento cuando no presentan a Jerez como la mejor ciudad del mundo para organizar eventos. De hecho, el mejor circuito de carreras es el jerezano y está fuera de su lógica que Jerez aún no haya sido sede de unos Mundiales de fútbol o unas Olimpiadas, porque en ningún sitio como en Jerez estaría garantizado el éxito de asistencia con «egientas mil» personas.

 

JOSELE (Bienvenido Sena). «¿Qué pasa, niño?» es el saludo con el que comienza cada conversación el doble del humorista sevillano. A él le espantan las aglomeraciones por miedo a sufrir un accidente de los que acostumbra a ver en los telediarios. No solamente instruye a su hijo Sergio en el peligro de las tragedias, sino que le evoca su pasado más glorioso, en el que parece estar anclado, cuando canturrea con frecuencia María Isabel —la canción del verano de 1969— como exintegrante del grupo Los Payos.

 

 

OTROS PERSONAJES SECUNDARIOS

 

EL RISITAS. Humorista descubierto por Jesús Quintero, que es interpretado por el humorista e imitador Manuel Fernández Mawy, quien dejó el equipo de La Cámara de los Balones después de ofrecer maravillosas imitaciones como esta.

 

JUAN CARLOS VALERÓN. Exjugador canario con voz aniñada y timbre exageradamente agudo imitado por Bienvenido Sena.

 

PACO ESCOBILLA. Homenaje a Manolo Escobar por Luis Lara.

 

EL MAÑO. Personaje inventado, inspirado en el aficionado maño J. J. Sánchez que siempre canta jotas para comunicar sus mensajes o riñas al exentrenador del Sevilla y el Zaragoza Manolo Jiménez. Interpretado por Luis Lara.