El anónimo que inicia todo

El 13 de marzo de 2014, personal de homicidios de la División de Criminalística de la Policía Nacional en Piura recibió una carta anónima que se transcribe literalmente:

Eda Guerrero Neyra, de 30 años, piurana, integrante de la orquesta CORAZÓN SERRANO; cansada de tanto abuso, maltrato físico, psicológico y de la infidelidad que cometía su esposo, decidió poner un ALTO A TODO, es por esto que puso un GPS a su carro, el cual su esposo lo conducía.

El día jueves 20 de febrero del 2014, como todos los días PAUL REYNALDO OLORTIGA CONTRERAS salió y ya era muy tarde, donde su esposa lo llamaba y él apagaba su celular, en su desesperación lo busca por el GPS por el Internet y localiza el auto; va en su búsqueda y sorpresa más grande fue encontrarlo con una mujer besándose. Él en vez de pedir perdón, la empieza a insultar e indignado la lleva a su casa y la golpea fuertemente en la cabeza y todo el cuerpo, aguantó todo en silencio para no despertar a las empleadas ni a los bebes.

Al día siguiente, ella se encontraba mal, destrozada física y moralmente, de saber que la persona que ella tanto amaba la había sido infiel y sobre todo la había golpeado. Trató de hacer el día tan normal, pero al promediar las doce de la noche su cuerpo no resistió más y se desvaneció.

Él asustado de verla desmayada, se la lleva al HOSPITAL CAYETANO HEREDIA aproximadamente a la 1.30 am del día sábado 22 de febrero, entrando por emergencia en una silla de ruedas. El interno de medicina se percata de los múltiples HEMATOMAS en CABEZA Y CUERPO y le realizan exámenes de HEMOGRAMA Y DE UREACREATININA, los cuales constan en el ACTA MÉDICA N° 5372108 y HISTORIA CLÍNICA N° 1002120, indicando que la paciente no presenta convulsiones y además niega cefalea.

Su esposo al verse descubierto se asusta, y decide retirarla del hospital para llevársela a la CLINICA SANNA-BELEN aproximadamente a las 2 am estuvo en cuidados intensivos y posteriormente en la habitación N° 203, después de una semana Eda Guerrero muere en la clínica. El esposo se negó rotundamente hacerle AUTOPSIA. Él comunica a toda la familia Guerrero Neyra que no lo quisieron atender en el Cayetano y es por ello que la traslado a la Clínica. ¿Por qué ocultó esa información? ¿Por qué su interés de conseguir el informe después del fallecimiento de su mujer y que pretendía hacer con él?

Sres fiscales denunció a PAUL REYNALDO OLORTIGA CONTRERAS por Violencia Familiar y sobre todo por causar la muerte de doña EDA GUERRERO NEYRA. Por favor investiguen y hagan justicia, basta ya de tanto abuso.

Son ustedes los únicos que pueden investigar y autorizados en pedir ese informe al Hospital Cayetano Heredia y la de la Clínica antes de que se pueda perder, puesto que pasando lo del entierro el viudo iba al Cayetano a diario hacia las 7 am para saber qué habían puesto en el informe.

La Policía, a pesar de que la carta está dirigida a los “Sres. fiscales”, acogió el anónimo, y cincuenta y dos días después, el 6 de mayo, el comandante Óscar G. Granados Zevallos remitió a la Segunda Fiscalía Provincial Penal, a cargo de la fiscal Victoria Justina Allemant Luna, el Informe pesquisa N.° 666-20142, que da cuenta de las investigaciones realizadas por el “Equipo de Investigación A”.

La manera en que la Policía llegó a sus conclusiones es escalofriante: considera como “elementos indiciarios” para acusar al odontólogo Paul Olórtiga Contreras los documentos que, precisamente, demuestran su inocencia.

Manifiestan en su informe que han obtenido la historia clínica de la paciente Edda Guerrero, pero no evalúan para nada su contenido ni consultan a un médico, e indican que en el certificado de defunción consta como causa de muerte “hipertensión endocraneana-hemorragia subaracnoidea aneurisma cerebral”, y adjuntan tres tomografías. Es decir, pese a tener en sus manos los documentos médicos que demuestran que Edda Guerrero no tenía ninguna lesión ni había sido golpeada, concluyen que la historia contenida en la carta anónima debe ser tomada en cuenta. Lo que terminó sosteniendo la Policía es equivalente a decir: “Tenemos los documentos que demuestran que el señor X no disparó, pero debe ser investigado por asesinato”.

A pesar de haber transcurrido cincuenta y dos días desde la recepción del anónimo, el Informe pesquisa 666 menciona que “al parecer en la Comisaría PNP de Mujeres Piura existen denuncias por violencia familiar”. Esto significa que, tras casi dos meses de indagaciones, ninguno de los policías del “Equipo de Investigación A” había tenido el afán de caminar unas cuadras para ir a una dependencia de su propia institución y confirmar si realmente existía o no una denuncia por violencia familiar. Les bastó poner en su informe la frase “al parecer existe”. Estaba en juego la libertad de un ciudadano, reciente viudo y sostén de dos niños. Posteriormente, la Comisaría de Mujeres de Piura informó a la Fiscalía que sus archivos “no registran ninguna denuncia por violencia familiar interpuesta por Edda Guerrero Neira contra su esposo Paul Reynaldo Olórtiga Contreras”.

Hay más. El equipo de investigación policial no cumplió con el deber de tomar declaraciones a los profesionales que atendieron a Edda Guerrero para saber cuál había sido el cuadro médico. Era una tarea elemental confrontar el diagnóstico de los médicos con las afirmaciones del anónimo para ver si este tenía asidero o no. Optaron por decir: “Se sugiere se remita copia de los documentos recepcionados a la Oficina de Medicina Legal para el análisis y evaluación médica”. Por cierto, la Fiscalía no tomó en cuenta “la sugerencia”, y procedió a acusar.

El Informe pesquisa 666 concluye con una frase que podría tomarse como una ironía si no fuese porque de por medio estaba la libertad de un padre de familia: “Se continúa con el esfuerzo de búsqueda de información de cuyo resultado se dará cuenta para los fines de ley”. Habían tenido cincuenta y dos días para ese “esfuerzo”, y a pesar de que la información estuvo siempre disponible en el hospital Cayetano Heredia, en la clínica Belén y en los testimonios de médicos y enfermeras, no la requirieron.

El denominado “Equipo de Investigación A” estuvo integrado por los policías Roger Ramírez Montalbán, Perfecto Castillo Sánchez, Humberto Coba Hernández y Bruzz Vega Muchica, todos al mando del comandante PNP Óscar G. Granados Zevallos.

El 29 de mayo, veintitrés días después del primer informe, la Policía remitió a la fiscal Allemant un segundo Informe pesquisa N.° 341-20143 con un encabezado categórico: “Pesquisa policial complementaria relacionada a la denuncia anónima por la presunta comisión del Delito Contra la Vida, el Cuerpo y la Salud-Lesiones con subsecuente muerte en agravio de Edda Guerrero Neira ex integrante de la Orquesta Corazón Serrano por parte de su esposo Paul Reynaldo Olórtiga Contreras”.

Lo impresionante de este segundo informe es que dio validez a la carta anónima sin aportar ningún fundamento. La Policía utilizó como argumento incriminatorio el diagnóstico dado por los médicos del hospital Cayetano Heredia, lo cual carece de sentido porque, precisamente, dichos médicos buscaban confirmar los síntomas de un accidente cerebro vascular, y no los de una supuesta golpiza.

Añaden, además, un párrafo en el que indican que han enviado las historias clínicas del hospital y la clínica que atendieron a Edda Guerrero “al Médico Legista a fin de que sea evaluada y se emita opinión con respecto a la presunta existencia de indicios razonables de juicio que permitan obtener un indicio de la presunta comisión del delito de Homicidio. A la fecha no se ha recepcionado respuesta”.

La Policía afirmó no tener respuesta del médico legista; sin embargo, emitió un informe acusatorio, lo envió a la fiscal Allemant y esta terminó tomándolo como válido.

El Informe pesquisa 341 señala también que “se ha podido entrevistar a dos posibles testigos que tienen temor a su identificación por las represalias, pero que pueden dar testimonio con clave donde harían conocer la existencia de otras evidencias e indicios que vinculan la comisión de un posible hecho criminal”. A estos dos posibles testigos la Policía jamás los presentó, ni siquiera con la reserva de identidad.

Concluyen con la misma frase ritual: “Se continúa con el esfuerzo de búsqueda de información de cuyo resultado se dará cuenta para los fines de ley”. Firma el mismo “Equipo de Investigación A”, cuyo número de integrantes ha crecido, pues a los ya mencionados policías Ramírez, Castillo, Coba y Vega se unieron Iván Alberca Piñin y Joveline Medina Farfán.

Seis policías al mando del comandante Óscar Granados Zevallos se tomaron setenta y cinco días para emitir dos informes pesquisa que admiten un anónimo sin ninguna prueba, el cual habría podido ser archivado de haberle dedicado un análisis detallado y una investigación coherente.

Para hacer notar que la Policía no llevó a cabo una investigación real cabe mencionar que existe un documento que tanto la Fiscalía como los elementos policiales han refundido impidiendo su acceso porque lo que allí se dice muestra lo expuestos que están los ciudadanos que pueden ser acusados por la Policía sin ningún fundamento.

Se trata del Informe N° 382-2014 en el cual se dice textualmente que “Personal de Homicidios de la DIVINCRI PNP Piura, tomó conocimiento mediante ‘rumores y comentarios’ de personas allegadas a los integrantes de la Orquesta Musical Corazón Serrano de Piura, que la muerte de Eda GUERRERO NEIRA, se habría producido como consecuencia de las lesiones causadas por parte de su esposo”. Y añaden “Como consecuencia de esta información se han realizado diligencias de campo y/o investigaciones materiales [...] donde se ha logrado obtener algunos indicios razonables de juicio sobre la presunta comisión del citado hecho”.

Aterrador: acusan de un crimen a partir de “rumores y comentarios” y, como si no bastase con ese absurdo, añaden que los rumores y comentarios provienen de los Guerrero Neira.

Este es el documento que alguien habrá aconsejado ocultar.

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Informe N° 382-2014, elaborado por el personal de Homicidios de la Divincri PNP Piura.

Si la Policía realmente hubiese querido investigar habría encontrado diversas razones para archivar el anónimo. Si no lo hizo fue porque se movieron otros intereses. Veamos.

Dice el anónimo:

El jueves 20 de febrero de 2014, Paul Olórtiga salió y ya era muy tarde donde su esposa lo llamaba y él apagaba su celular, en su desesperación lo busca por el GPS por Internet y localiza el auto; va en su búsqueda y sorpresa más grande fue encontrarlo con una mujer besándose.

La Policía habría podido:

a) Verificar que el vehículo que utilizaba la pareja Olórtiga-Guerrero era un auto de marca Kía, Modelo modelo Río, color negro, de placa A7A-528, el cual nunca tuvo instalado un dispositivo GPS. Con una simple revisión del vehículo se habría encontrado el primer dato falso.

b) Constatar que había una fecha falsa. El episodio de infidelidad no ocurrió el 20 de febrero, sino seis meses antes. Bastaba investigar, citar y tomar la declaración de Katherine Jenny Rojas Cisneros, de veinticinco años de edad, quien semanas después, el 3 de julio de 2014, concurrió a la Fiscalía y declaró: “[Paul] me llama un día antes, y me dice que me tiene una sorpresa, pero que teníamos que ir a Sullana, y que pasaba a recogerme el día 25 de agosto de 2013, y cuando llegamos a Sullana fuimos a comer, y entramos al cine para ver una película de estreno, y antes de que termine la película me propuso tener una relación sentimental”.

Dice el anónimo:

Él en vez de pedir perdón, la empieza a insultar e indignado la lleva a su casa y la golpea fuertemente en la cabeza y todo el cuerpo, aguantó todo en silencio para no despertar a las empleadas ni a los bebés.

La Policía habría podido:

a) Verificar, con el mismo testimonio de la mencionada Katherine Jenny Rojas Cisneros, que Olórtiga, al ser descubierto por su esposa, no tuvo ninguna reacción violenta. “Cuando terminó la película salimos, y en toda la puerta del cine, cuando estábamos por dirigirnos a la cochera que estaba al frente, pasa una camioneta blanca, de donde una señorita baja la luna polarizada, alza la mano, sonríe y saluda, y Paul se coge la mejilla y sonríe, y entonces yo procedo a preguntarle quién era la señorita que lo saludaba, y él todo frío me dice que era su esposa”.

Asimismo, la Policía habría podido cotejar que Olórtiga no se marchó con su esposa, como dice el anónimo, porque Katherine Rojas añade en su testimonio que: “nos dirigimos hacia la cochera, y yo empecé a llorar porque me había mentido […] abordamos el vehículo negro que conducía Paul y nos dirigimos hacia Piura”.

Dice el anónimo:

Al día siguiente [21 de febrero] ella se encontraba mal, destrozada física y moralmente, de saber que la persona que ella tanto amaba le había sido infiel y sobre todo la había golpeado. Trató de hacer el día tan normal, pero al promediar las doce de la noche su cuerpo no resistió más y se desvaneció.

La Policía habría podido:

a) Citar a Mary Pintado, la amiga con la cual Edda Guerrero se encontró a las diez de la mañana de aquel viernes para ir a sus clases de música y canto en un local cercano al colegio San Miguel, luego a una clase de dos horas de duración para aprender a bailar bachata y después a almorzar. En la tarde, pasaron por la costurera de Edda y por el mercado de la ciudad, y estuvieron juntas hasta las siete de la noche. La amiga recuerda que la cantante estuvo de buen humor a pesar de un leve dolor de cabeza. No hubo nada que la mostrase “destrozada física y moralmente”, como asegura el anónimo.

b) Comprobar que Edda Guerrero, a las diez de esa noche, se había alistado para salir con su cuñada Karim Olórtiga y su amiga Paola Blas, pero un repentino dolor de cabeza la obligó a quedarse en casa. Ellas sí salieron. Cerca a la una de la madrugada, Edda se desvaneció por efecto del rompimiento de un aneurisma, mal congénito que padecía.

c) Entrevistar a las enfermeras del hospital Cayetano Heredia y la clínica Belén, quienes habrían declarado lo que testimoniaron después ante la Fiscalía al ser citadas: que Edda Guerrero tenía puesto un vestido de fiesta color rojo, estaba maquillada y con pestañas postizas. ¿Podía alguien que, según el anónimo, había pasado el día entero “destrozada física y moralmente” estar vestida de fiesta?

Dice el anónimo:

l [Paul Olórtiga] asustado de verla desmayada, se la lleva al hospital Cayetano Heredia aproximadamente a la 1:30 am del día sábado 22 de febrero, entrando por emergencia en una silla de ruedas. El interno de medicina se percata de los múltiples hematomas en cabeza y cuerpo y le realizan exámenes de hemograma y ureacreatinina, los cuales constan en el Acta Médica N° 5372108 y Historia Clínica N° 1002120, indicando que la paciente no presenta convulsiones y además niega cefalea.

La Policía habría podido:

a) Comprobar que la historia clínica registrada en el hospital Cayetano Heredia (y que tuvo en su poder) desmiente categóricamente al anónimo porque en el documento consta que a la paciente no le hicieron exámenes de úrea y creatinina, que manifestó haber tenido convulsiones, cefalea y vómitos, que tenía las funciones vitales normales, que movilizaba las cuatro extremidades, es decir, exactamente lo contrario a lo que afirma el anónimo. El documento es oficial, y está firmado por la enfermera Daissy Aracelli Milian Torres.4

b) Realizar una entrevista a la enfermera en mención y a la médico de guardia Aleyda Sandoval Jaramillo, y ambas habrían declarado a la Policía lo que semanas más tarde afirmaron ante la Fiscalía: que Edda Guerrero no presentaba golpes, y que estuvo sentada en una silla de ruedas no por impedimento físico, sino porque las siete camas del servicio de emergencia estaban ocupadas, y que aquella noche se habilitaron sillas de ruedas y sillas simples de visita para ubicar a las personas que necesitaban atención en un hospital público abarrotado de pacientes.

En suma, la Policía pudo descartar la carta anónima que recibió porque sus afirmaciones eran rebatibles una a una. ¿Por qué no lo hizo? ¿Por qué emitieron dos informes sin sustento? ¿Por qué utilizaron setenta y cinco días para una investigación que en un tiempo menor habría podido dejar sin efecto un anónimo con falsedades y ausencia de pruebas? ¿Por qué estuvieron involucrados seis policías y un comandante? ¿Quién es el autor del anónimo?

El 29 de mayo de 2014, la fiscal Victoria Allemant Luna, titular de la Segunda Fiscalía Provincial de Piura, basada en los informes policiales que respaldaron sin pruebas a la carta anónima, dispuso iniciar una investigación “contra Paul Reynaldo Olórtiga Contreras por delito contra la Vida, el Cuerpo y la Salud —parricidio y feminicidio— en agravio de Edda Guerrero Neira”. La condena por este delito es de veinticinco años de prisión.

Luego amplió esa investigación para incluir a los médicos Vences, Gallo, Paico, Sánchez y Mogollón, acusándolos de cómplices. Las condenas dispuestas por el Código Penal fluctúan entre catorce y veinte años de prisión, además del retiro de sus licencias como médicos.

El 7 de julio, ordenó la prisión preventiva del odontólogo Paul Olórtiga Contreras, y tras permanecer cuarenta y cinco días escondido para proteger su libertad, el 28 de agosto, Olórtiga, inocente de todo crimen, fue recluido en el penal Río Seco, y los cinco médicos que cumplieron con su labor profesional iniciaron una ardua batalla judicial para evitar igual destino.

Lo aterrador es que en el Perú se puede ir preso con una acusación surgida de una carta anónima. A continuación los detalles de una conjura, su trama, sus motivos y sus personajes.

2Informe pesquisa N.° 666-2014-DIVICAJPF-DEINCRI-PNP-PIURA.

3Informe pesquisa N.° 341-2014-DIVICAJPF-DEINCRI-PNP-PIURA.

4Historia Clínica de Emergencia, Hospital Regional III Cayetano Heredia, Acto Médico 5372108, realizado a horas 01:48 del 22 de febrero de 2014.