PRÓLOGO

Las Memorias piadosas de la nación indiana de fray Mariano Díaz de la Vega, tema del presente libro, ha sido una obra conocida y citada por varios historiadores interesados en el estudio de la literatura mexicana de fines del período colonial, particularmente la relacionada con el pasado indígena y su importancia en vísperas de la independencia nacional. Desafortunadamente, a pesar de los múltiples artículos en los que se le menciona, no se había tenido la oportunidad de conocer su texto completo. Las autoras del presente libro, Rosa Brambila Paz y Beatriz Cervantes Jáuregui, investigadoras del INAH, nos dan esta oportunidad gracias al trabajo cuidadoso y notablemente académico de la presente edición.

Uso los calificativos cuidadoso y académico para referirme a las características de esta publicación, en la que una amplia, bien lograda y sustanciosa introducción da motivo más que suficiente para merecerlos. Opinaría que ya en sí esta introducción ofrece buenas razones para considerar este libro una significativa contribución a la historiografía de la literatura previa a la independencia de México.

Se pueden señalar tres líneas de investigación en las que sobresale este estudio introductorio. Se encuentra en primer lugar, con base en documentos, muchos de ellos inéditos, un seguimiento crítico a la formación del texto que se edita y que, como se sabe, formó parte de una colección mucho más grande que la Corona española pidió a las autoridades virreinales de Nueva España, con el fin de escribir una historia de los reinos americanos que reivindicara las imputaciones que historiadores extranjeros hacían a la conquista española. La recolección de los documentos pedidos llevó varios años que, puntualmente, estudian las editoras. El resultado final fue que las autoridades virreinales encargaran ese proyecto a la provincia franciscana del Santo Evangelio. Se cierra así un círculo de la actividad literaria de los frailes menores que, desde el siglo XVI (Motolinía, Sahagún, Mendieta) se interesaron por rescatar en sus escritos los valores del cristianismo indiano.

Un segundo tema es la biografía, indudablemente la más completa que tenemos, del autor de las Memorias piadosas. Por tratarse de un fraile de la segunda mitad del siglo XVIII, en pleno decaimiento de las provincias franciscanas (de 1752 a 1800 la provincia del Santo Evangelio perdió más de la mitad de sus miembros) no es tarea fácil conseguir datos biográficos sobre los religiosos de ese período. Las autoras de esta edición recorrieron pueblos y parroquias para seguir los pasos de fray Mariano Díaz de la Vega y, así, hacer posible entender el aprecio que este fraile tuvo por las comunidades indígenas, sobre todo las otomíes, en las que pasó buena parte de su actividad pastoral y de las que recoge importante información relacionada con su significativa participación en el cristianismo indiano del México virreinal.

Finalmente, un tercer elemento importante digno de resaltar es el análisis del contexto histórico dentro del cual se escriben las Memorias piadosas. Destaca el buen manejo que las editoras hacen de la historiografía de la segunda mitad del siglo XVIII, que ayuda a introducir al lector en el ámbito eclesiástico, social e ideológico que vivió fray Mariano y dentro del cual escribió su texto. Aparecen aquí las posturas del ilustrado episcopado mexicano que intenta españolizar a los grupos indígenas, la pérdida de las parroquias (doctrinas) franciscanas en los pueblos de indios y, lo que las editoras llaman la disputa por la interpretación del pasado, muy en boga en el criollo preindependentista, así como su preocupación de arraigar identidad con el reconocimiento del indio colonial. Así, Rosa Brambila Paz y Beatriz Cervantes Jáuregui abren una nueva ventana para hacer una lectura más convincente de la obra de fray Mariano: más que una exaltación del criollismo novohispano con el enaltecimiento del pasado indígena, las Memorias piadosas son una forma de resistencia al emergente clasismo de la época.

Como se podrá ver por estas breves líneas, el lector encontrará que este libro de ninguna manera se trata de la transcripción muy bien anotada de un manuscrito, sino el rescate de un texto de singular importancia en la literatura del siglo XVIII.

FRANCISCO MORALES, OFM

DIRECTOR DEL CENTRO “ESTUDIOS FRANCISCANOS
EN HUMANIDADES, FRAY BERNARDINO DE SAHAGÚN”.

BIBLIOTECA FRANCISCANA, CHOLULA, PUEBLA.