El ser humano es un animal cuentacuentos, una especie particular capaz de disfrutar tanto de crear o recopilar historias como de escuchar o leer esas narraciones. En todas las culturas del mundo, las historias más perdurables son aquellas que tienen que ver con los ancestros y, en general, con la historia antigua y reciente de cada pueblo. Estas crónicas del pasado contribuyen a entender los orígenes y fomentan la unidad y la identidad de los grupos humanos; son componentes centrales en el establecimiento de su cultura y de su idiosincrasia.
Las Crónicas de la extinción que constituyen este libro son también narraciones sobre la historia antigua y reciente de nuestro linaje. Sus protagonistas son también seres ancestrales que, sin embargo, no son humanos, sino algunas de las casi cien mil millones de especies animales que han existido sobre la Tierra. Las historias de este libro no son acerca de héroes de antaño sino sobre las vicisitudes de las especies que ya no existen, aquellas que se han extinguido en algún momento de la historia de cientos de millones de años de la vida en el planeta. Estas crónicas nos muestran cómo el proceso natural de la extinción puede darse para especies particulares o para grupos de especies, clasificadas en las categorías taxonómicas que se explican en el apéndice 1.
Abre esta serie la historia de las tortugas gigantes de las islas Galápagos, y en particular la del último individuo de una de esas especies, la tortuga de la isla Pinta. Para hacer más ágil y amena la lectura de las crónicas, se hace referencia a las especies con su nombre común, pero se proveen los nombres científicos en el apéndice 2, organizado en forma de un bestiario o lista comentada de especies. La historia de las tortugas del archipiélago Galápagos es también la historia de los piratas, de los balleneros y de los naturalistas que en diferentes tiempos visitaron las islas. Incluye además la historia de los científicos que han estudiado por décadas la diversa fauna y flora de las islas y que ahora se preocupan por la conservación de esos organismos.
Los capítulos II y III son recuentos históricos de la manera en la que los científicos han podido interpretar el registro fósil para constatar la realidad del proceso de extinción de las especies. También veremos en las narraciones de estos capítulos cómo la ciencia ha podido establecer la enorme antigüedad —medida en millones de años— de la gran mayoría de las especies extintas y de las diferentes eras geológicas que se detallan en el apéndice 3.
La evolución y el final de las especies involucradas en la más conocida de las extinciones masivas de la historia del planeta —la llamada extinción de los dinosaurios— se detallan en el capítulo IV. Los capítulos V y VI, por su parte, presentan el recuento de las extinciones de los últimos dos y medio millones de años, que incluyen las de la llamada megafauna de la Era de Hielo y las de nuestros parientes más cercanos, las especies que comparten con Homo sapiens el linaje evolutivo de los homíninos.
En el capítulo VII veremos las historias de extinción de algunas especies representativas de los numerosos animales que han desaparecido en los últimos seis mil años, es decir, en el periodo que los humanos llamamos historia. Veremos cómo la gran mayoría de las extinciones en ese tiempo pueden atribuirse a la actividad humana. El alto número de extinciones causadas por el ser humano en un periodo tan corto ha llevado a algunos especialistas a asegurar que nuestros tiempos se corresponden con una auténtica extinción masiva, la sexta en la historia del planeta.
Los capítulos VIII y IX tratan sobre la manera en la que la ciencia enfrenta el problema de las extinciones modernas. Veremos en las crónicas de esos capítulos que se han desarrollado métodos y estrategias que, al menos en principio, se hicieron para evitar extinciones futuras e incluso revertir en algunos casos un proceso aparentemente definitivo. Se mencionan también algunas iniciativas para, por el contrario, provocar la extinción intencional de algunas especies consideradas como nocivas para los seres humanos.
El ser humano es una criatura única en muchos sentidos. Sin embargo, como veremos a lo largo de las Crónicas de la extinción, es también una especie sujeta a las mismas reglas evolutivas que el resto de los miles de millones de especies que han existido. Es, al igual que ese ingente conjunto de organismos, uno de los millones y millones de posibles resultados del proceso de evolución biológica. Una consecuencia directa de esta realidad es que el destino final de Homo sapiens, como el de cualquier otra especie, es la extinción. Si esta extinción se da en un futuro cercano o dentro de millones de años depende en gran medida de nosotros mismos.
Mientras eso sucede, extiendo una cordial invitación para que aprovechemos una de las cualidades exclusivas de nuestra especie, la capacidad de disfrutar la escritura y la lectura de crónicas sobre la vida y sobre la muerte.