
Es fundamental e importante advertir que todo el tiempo estamos recibiendo mensajes del universo, pero no sabemos escucharlos.
Si queremos contactar a los seres de luz, es importante atender a lo que constantemente nos quieren decir; para ello no se necesita pararse de cabeza ni pagar miles de pesos o sacrificar una parte de tu cuerpo, solo se necesitan tu silencio y tu atención.
¿Cuándo te has permitido guardar silencio por una hora, o tan solo percibir los sonidos, observar tu entorno, sentir el aire y el movimiento? Porque es cierto que llegamos a estar solos, pero nos encontramos leyendo, escribiendo, escuchando música o hablando con un amigo, o de plano dormidos.
Todos tenemos el potencial para recibir información de nuestro entorno, desde predecir cuándo va a llover, hasta recibir mensajes de ángeles o maestros espirituales; solo se requiere escuchar, sentir, vibrar, y al hacerlo te sorprenderás de saber que todo el tiempo hay mensajes para ti: en ese momento habrás despertado.
Para comenzar te guiaré en una relajación para entrar en el canal mensajero, ¿de acuerdo?
Te recomiendo que primero grabes la relajación con tu voz y después la escuches al hacer el ejercicio.
Busca un lugar cómodo; por ser silenciosos y tranquilos, muchas veces el clóset o un baño resultan lugares pacíficos y favorables para relajarse, cualquiera de ellos puede ser una buena opción.
Ya que hayas encontrado un sitio ideal, colócate en una posición cómoda y relajada, de preferencia sentado para que no te duermas.
Cierra los ojos e inhala profundamente, exhala soltando todo el oxígeno de tu cuerpo, y mientras lo liberas siente cómo todo tu cuerpo se relaja desde los pies a tus piernas, cadera, estómago, pecho, hombros, brazos, manos, cuello y cabeza. Mientras más centres tu atención en cada parte del cuerpo, te relajarás mucho más.
Ahora centra tu atención en tus cinco sentidos.
Percibe la temperatura de tu cuerpo.
Prueba tu saliva.
Huele a tu alrededor.
Observa, con los ojos cerrados, esa negra oscuridad de tus párpados.
Escucha muy detalladamente cada sonido que se presente.
Cuando lo hayas hecho, visualiza cómo cada sentido se va cerrando o bloqueando completamente, excepto el oído.
Inhala, exhala y bloquea tu sentido del tacto, para que así tu mente no centre su atención en las sensaciones físicas. Se ha callado completamente.
Cuando lo hayas hecho nos dirigimos al gusto, puedes percibir cómo tu paladar se cierra completamente y ya no logras percibir lo ácido, tampoco lo dulce ni lo salado, habrás perdido el sabor.
A continuación, en tu siguiente exhalación cierra completamente el sentido del olfato, como si se hubiera bloqueado completamente y no tuvieras capacidad de oler.
Luego puedes contemplar cómo desde tu perspectiva la oscuridad empieza a desaparecer porque no ves ni siquiera el negro, simplemente tu cerebro lo percibe como algo que no existe.
Al terminar este ejercicio solo nos queda el sentido del oído de forma activa, y a este lo vamos a despertar aún más, vamos a tratar de escuchar hasta el tronido de la madera, incluso si hay algún bicho cercano, o simplemente oír el aire.
Trata de estar así cinco minutos, con un oído muy agudo, donde los grandes ruidos se vuelvan molestos y los pequeños se escuchen normales: cuando hayas percibido alguno de estos últimos, intenta llegar al final de él, buscando oír más y más fuertes los pequeños sonidos. Cuando lo hayas hecho, ya podremos despertar nuestro sentido del tacto y las sensaciones; actívalo con una exhalación y continúa con el ejercicio.
Ahora, con este nuevo sentido activado, trata de percibir lo que tu cuerpo escucha y siente, ¿te percibes tranquilo, inseguro? ¿Tienes miedo, sientes felicidad? ¿Cuál es tu sentir?
Para estos momentos, si has realizado toda la relajación, tendrás varias sensaciones en el cuerpo, con emociones de por medio. Aunque no lo creas, así despertará tu sensibilidad al entorno, y cuando los seres de luz vean que te estás convirtiendo en una persona receptiva, empezarán a llegar miles de experiencias inexplicables.
Pero la relajación no acaba aquí, ahora vamos a activar el olfato. ¿Qué siente tu cuerpo y cómo son tus emociones al percibir un aroma? Puede oler a comida, a madera, a viejo, a nuevo, a bosque, a tu casa.
Recuerda dar cinco minutos a cada uno de tus sentidos.
Después vas a acallar el olfato y a despertar el gusto, sintiendo la saliva en cada parte de tu lengua, percibiendo lo amargo, dulce, salado, ácido o agrio.
Por último, respira tres veces; al momento de exhalar por tercera vez, abre los ojos. Sal entonces a un lugar abierto, fuera de casa, puede ser el parque o donde haya árboles, y si no es posible, será suficiente mirar al cielo, despertando tu vista y percibiendo solo con ese sentido el mundo exterior.
En este momento te preguntarás: «¿Y para qué me sirve todo este ejercicio si solo quiero saber qué significa cuando un gato cruza frente a mí?».
A pesar de que este libro te dará esas respuestas, la idea de esta relajación es que la vida no tiene que poner ante ti un gato diez veces para que lo veas, sino que lo puedas apreciar desde su primera aparición.
Esta es una forma sencilla de observar no solo algunas señales, sino todas las que se presenten. Si decides prestar más atención a todo lo que te rodea, entenderás que para nada estás solo, todo el tiempo están viendo por ti.
Después de haber entendido que para comprender las señales primero debemos verlas, y que la mejor manera de lograrlo es por medio del silencio, aunque no hagas los ejercicios todos los días, con solo guardar silencio te será fácil percibirlas.
Lo que sigue será entender que no existe un solo tipo de señales, sino varios: animales, ángeles, maestros espirituales, elementos, escritos, objetos y probablemente bastantes más, estos son apenas algunos con los que yo he trabajado. Muchas de estas señales se consideran supersticiones, por cuestiones vivenciales creo que varias son reales y aunque otras no hayan tenido gran relevancia, aun así te las presento para que las conozcas.
Dicho esto, podemos comenzar. Para su comprensión estas señales se encuentran separadas por grupos: objetos, lunas, animales y elementos naturales.
Empecemos.
