MOSTASSA / Comer de la mañana a la noche

MÁS QUE SALCHICHAS

Si alguien sigue pensando que las salchichas son comida rápida, poco sanas o similar, la primera visita al Mostassa le hará cambiar radicalmente de opinión. Porque en este pequeño local de ambiente cálido, todo, desde las salchichas —de pollo, cerdo, ternera, salmón o vegetal, cada una con una mezcla de especias que destaca el sabor de la materia prima— hasta las mostazas (la de curry y mango es para comérsela a cucharadas, y cuidadín con la de rábano picante), es artesanal. Se pueden comer en el plato, acompañadas de una crema de verduras de temporada, ensalada o patatas en puré o fritas, o en bocadillo. Si no tienes el día salchichero, puedes probar sus bocadillos de pollo marinado, pastrami con ensalada de col o verduras. Pregunta por el plato del día, siempre elaborado con productos ecológicos, de temporada y de proximidad. Si vas a merendar o desayunar, pide la tarta de zanahoria, capaz de mandarte directamente del Eixample al cielo.

Foto © Umami Fotografía

BARDENI / Meat bar

TEMPLO CÁRNICO

No deja de tener su coña que el cocinero que hay al frente de un local dedicado a la lujuria cárnica se llame Dani Lechuga, pero así se llama quien regenta este autodenominado meat bar. En este pequeño local, con capacidad para unos 20 comensales, se dedican a dignificar la carnaca tanto en formato crudo —su steak tartare de buey Angus es de los mejores que he probado, igual que los carpaccio de Black Angus— como de larga cocción, entre los que vale la pena destacar el canelón de rabo de buey y el relleno de sus croquetas de perol. La hamburguesa de chuleta de vaca con mantequilla Café de París está como para comerse cinco de una sentada, y si todavía no habéis probado un corte relativamente desconocido por estos lares como el onglet, hacedlo: se deshace en la boca. Consultad los platos del día y los postres en la pizarra, y si tenéis la ocasión de comer en Caldeni, la casa madre —en la puerta de al lado— no lo dudéis.

PANADERÍAS / Guía

BARCELONA TIENE MIGA

La cultura del buen pan, que hasta hace poco dejaba bastante que desear en la mayoría de las ciudades —los pueblos en eso están a años luz— se ha revelado en los últimos años como parte del nuevo movimiento gastronómico, y Barcelona tiene algunos obradores tremendamente interesantes para descubrir.

Empecemos por CLOUDSTREET BAKERY, (C/ Rosselló 112, Tel. 93 250 58 28, Metro Hospital Clínic) la panadería en la que Tonatiuh Cortés prepara, además de los mejores panes de cereales antiguos de la ciudad —espelta, centeno o kamut, por ejemplo—, rollos de canela, roscones, pasteles, brioches y un pan au chocolat de esos que es imposible comerte solo uno. El pan está hecho 100 % con masa madre, el horno es de leña —lo que aporta un tostado especial a las piezas, que están en contacto directo con el fuego— y Tonatiuh es especialmente amable y generoso compartiendo conocimientos, algo que tiene un gran valor para los aprendices de panadero casero. La inspiración de este encantador de panes, que vino desde México para estudiar flauta dulce, llegó a través de su mentor, el gurú de las masas Ibán Yarza. Si quieres seguir los pasos de Ton y asistir a alguno de los cursos de pan y similares que Ibán imparte en Barcelona, puedes consultarlos en tequedasacenar.com; cualquiera que tenga curiosidad por el tema debería hacerlo por lo menos una vez en la vida.

Los panes de Tonatiuh Cortés en Cloudstreet Bakery. Foto © Marta Folch

Otro rincón de peregrinación para los fans de la masa madre es PANES CREATIVOS (Pl. Garrigó 5, Tel. 93 352 04 81, Metro Fabra i Puig), donde Daniel Jordà y su equipo hacen magia con todo tipo de harinas, semillas y productos de temporada. Una de sus peculiaridades es la creación de panes estacionales —de setas, de cereza o de manzana, entre muchos otros— cuyas texturas también varían según la época del año, jugando con masas más ligeras en verano y otras más densas y pesadas en los meses de frío.

También la panadera Anna Bellsolà destaca por la calidad y la variedad de los panes y bollería que preparara en BALUARD (C/ del Baluart 38, Tel. 93 221 12 08, Metro Barceloneta): además del lujurioso pan de orejones y avellanas, su tarta de manzana es de las mejores del universo.

Si la Barceloneta coge a alguien fuera de ruta, o lo que se busca es un sitio donde sentarse a desayunar, comer o merendar alguna de las creaciones de Anna con un zumo o un buen café, en los bajos del Praktik Hotel (C/ Provença 279, Tel. 93 488 00 61) encontraremos otra de sus panaderías, con un agradable café donde sentarse a leer el periódico o disfrutar viendo como trabajan los panaderos en el obrador a la vista. Su habilidad y el mimo con el que trabajan es un espectáculo digno de dedicarle un buen rato.

También el Forn Mistral (Rda. Sant Antoni 96, tel. 93 301 80 37, Metro Universitat), merece una visita, tanto por su variedad de panes artesanos cocidos en horno de leña —el de espelta integral 100 % con granos de espelta es una experiencia que nadie que sepa valorar un buen pan debería perderse— como por una ensaïmada que se deshace literalmente en la boca. Si os tira más lo salado, no dejéis de probar sus cocas, las vegetarianas son una verdadera delicia. No es raro tener que hacer unos minutos de cola, pero os aseguro que vale la pena.

CERVECERÍA JAZZ / Cerveza y hamburguesas

SLOW BURGER

La cervecería Jazz es un tesoro con doble premio para sus clientes. Por una parte, es el lugar idóneo del barrio de Poble Sec para tomar una cerveza de importación y descubrir alguna nueva marca artesanal, ya sea en botella o de barril, de entre su amplia variedad. La música, no podía ser de otra manera en un establecimiento con este nombre, es siempre de un gusto exquisito. Sin embargo, el plato estrella son las hamburguesas. Detrás de la barra, el propietario prepara unas deliciosas burgers hechas con esmero y tranquilidad. Tardará su tiempo, pero la espera merecerá la pena. Destacan de la carta sus hamburguesas de buey, servidas en pan de viena artesanal con base de mayonesa y mostaza a las finas hierbas. Puedes optar por la Jazzburger (salsa jazz, alubias pintas y queso), la Bebop (salsa Madagascar y queso) o la Wes Montgomery (pepinillo agridulce, compota de manzana y queso). Abierto solo por las noches.

TANDOOR / Restaurante hindú

INDIO Y LOCAL

Cuando Ivan Surinder llama a la comida que sirven en Tandoor local indian food lo hace con todo el motivo. Pensando en los estómagos delicados que tienen pesadillas solo con pensar en cenar comida india, Ivan redujo la cantidad de especias, grasa y otros entes agresivos para el estómago occidental medio, dejando la esencia y el sabor intactos —¿cómo lo habrá hecho?— e incluso mejorando la textura. Porque si hay algo que debería darse en primero de currys es que el contramuslo es mucho más adecuado que la pechuga para esta preparación. Por eso su butter chicken parece verdadera mantequilla, y su tikka masala y el malai kabab, marinado en yogur, cilantro y pimienta blanca, se deshacen en la boca. Hay múltiples opciones vegetarianas, pero yo no me iría sin probar el paneer peshawari —queso fresco de vaca estofado con salsa de tomate y hierbas— y el baignan bartha, puré de berenjenas ahumadas con tomate, queso de cabra y albahaca.

JAPONESES / Monográfico

ITADAKIMASU, BABY

No es que la locura por el sushi haya pasado, ni mucho menos, pero la gastronomía nipona tiene mucho más que ofrecer y el comensal barcelonés está preparado para disfrutar de platos que hasta hace bien poco eran totalmente desconocidos. Por ejemplo, el okonomiyaki, también referenciado como "la pizza japonesa". Este plato, original del área de Hiroshima y Osaka, combina sobre una masa una gran variedad de ingredientes a la parrilla como carne de cerdo, calamar, pulpo, verduras, algas y queso, entre otros. Un plato intenso, perfecto para los más atrevidos. Si el ramen sigue ganando adeptos y popularidad —y locales donde disfrutarlo—, la ternera de Kobe no podía ser menos, una delicatessen como pocas que cuenta ya con un local especializado en el que se puede degustar la auténtica Kobe A5, de máxima calidad.

El sumiyaky de Carlota Akayen

DE OSAKA A TU MESA

TABERNA WAKASA / Sushi

Como las auténticas tabernas de Japón, el Wakasa es un restaurante humilde en su decoración, pero excelente en su servicio y calidad. Un lugar donde merece la pena apostar por el sushi o sashimi y combinarlo con las sugerencias de platos de Osaka que estén en la carta ese mismo día.

TERNERA DE KOBE A5

CARLOTA AKANEYA / Sumikayi

No se trata únicamente del primer sumikayi —barbacoa casera con parrilla de carbón vegetal— de Europa, sino que el Carlota Akaneya es el primer restaurante que ha servido la ternera de Kobe A5 fuera de Japón. Algo tan exclusivo no debería pasar desapercibido para el paladar.

FESTIVAL DEL FIDEO

YOI YOI GION UDON / Ramen

El ramen gana adeptos y por consiguiente aumenta el número de locales en los que disfrutarlo, como el Yoi Yoi Gion. Sirven ramen casero, fabricado por ellos mismos con una máquina japonesa. Podrás escoger entre udon con caldo o el hiya-udon de fideos fríos. Ambos son apuestas ganadoras.

EL PRECIO JUSTO

SUSHI YA / Sushi rolls

Hay veces en las que tienes antojo de sushi pero no quieres que tu bolsillo quede muy perjudicado. Para estas ocasiones el Sushi Ya es la respuesta correcta. De su carta lo más recomendable son los rolls. Y entre ellos la medalla se la llevan el Spicy Tuna, el Hot Ebiten o el Dragon Roll.

PIZZA JAPONESA

RIO TEPAN / Okonomiyaki

Pequeño y acogedor. El Río Tepan es conocido por su okonomiyaki, que preparan a la vista del comensal. Se trata de un plato un poco rara avis dentro de la cocina japonesa por su variedad de sabores y su contundencia, razón por la cual es un plato idóneo para compartir entre dos.

FUERA DE CIRCUITO

LA CUINA DE L'URIBOU / Único

La Cuina de l’Uribou puede ser una grata sorpresa fuera del circuito epicéntrico de restaurantes. Ubicado en Sants, ofrece un menú del día que cambia cada semana y además en su carta encontrarás delicias como el mochi-gnocci con sepiona salteada o el tiramisú de té verde y judías rojas.

LA PUBILLA / Cocina de mercado

¡VIVA EL MENÚ!

Más de uno ha visto sus propias expectativas superadas en La Pubilla, incluso algunos lo destacan como el mejor menú de mediodía de la ciudad. Ubicado en la misma plaza del Mercado de la Libertad, su cocina tiene como protagonistas los productos frescos de temporada del mismo mercado. El menú de mediodía es toda una institución y por un precio más que razonable (alrededor de 15€) ofrece una excelencia en calidad y elaboración poco habitual. Por ejemplo: una crema de patata y bacalao de primero, unos calamares con alcachofas guisadas de segundo y una espuma de yogur con frutos rojos de postre. Es sin duda el sitio al que quieres ir para zamparte un menú deluxe. Además, cuentan con un plato del día, abren por las noches de martes a sábado y el precio a la carta es razonable. Se recomienda ir pronto, reservar o estar preparado para esperar pacientemente en la barra hasta que se vacíe una de las mesas.

RASOTERRA / Bistró vegetariano

CON CONCIENCIA

No es sencillo encontrar un restaurante en el que vegetarianos y omnívoros puedan compartir comida y que la experiencia sea tremendamente placentera para todos. Si te encuentras en una de estas situaciones —o eres un omnívoro capaz de disfrutar de un menú sin carne ni pescado— Rasoterra será tu Shangri-La gastronómico. Chiara y Daniele —fundadores del mítico Sésamo, de similar filosofía—, al frente de Rasoterra junto al chef especializado en cocina vegetariana John Wearne, reparten sonrisas y deliciosas croquetas de temporada, ensaladas que explotan de sabor y color, un ceviche de algas que no tiene nada que envidiar al que se prepara con pescado o marisco, fantásticas empanadillas asiáticas y huevos en cocotte, todo regado con cerveza artesanal, vinos —priorizando los ecológicos y biodinámicos— y cócteles. Pregúntales por sus proveedores: detrás de cada producto que sirven hay una historia digna de ser escuchada.

Foto © Gabriele Merolli

BODEGAS / Monográfico

LA HORA DEL VERMUT

Pocas tradiciones hay más divertidas e informales —literalmente, se sabe como empieza, pero nunca si terminará en una rápida disolución hacia el hogar o en una verdadera bacanal, aunque tienden más a lo segundo— que la de hacer el vermut. Entre nuestras propuestas, increíbles conservas y salazones para su versión más tradicional, croquetas con múltiples rellenos, pero siempre crujientes por fuera y melosas en el interior, patatas en todas las versiones imaginables —fritas, horneadas y hasta con mojo— o unas banderillas de autor traídas directamente desde el mercado de Vallecas. Todo eso, y lo que haga falta, para alargar esos momentos del día en los que te gustaría que el fin de semana —quien pueda permitirse tamaño agasajo entre semana, queda automáticamente envidiado— no terminara nunca.

Vinos a granel en El Celler de Casa Mariol

CLOTXES Y BOMBAS

CELLER CASA MARIOL / Vino de la casa

Las clotxes son unos panecillos rellenos típicos de la Terra Alta, y en Casa Mariol las rellenan de arenques salados, rosbif o sardinas. Para bajarlas, vino o vermut de la casa, y para empezar el festín Bombas, Lagartos y Cohetes de Vallecas, unas sabrosas banderillas que ofrecen mil variantes, a cual mejor.

AMOR POR LOS CALLOS

BODEGA MONT FERRY / Picoteo y más

O la versión local de los mismos, el cap i pota receta de Rosita es uno de los motivos —además del lacón, las croquetas de temporada, las albóndigas, los salazones, unas deliciosas patatas con salsa secreta y hierbas aromáticas, y así— para peregrinar hasta Sants, de rodillas si fuera necesario.

TERRAZA ADICTIVA

LA TIETA / De barrio

Vinos y vermut artesanal, cañas bien tiradas y una rica carta de tapas, que incluye delicias como el tartar de salmón, las patatietes —minipatatas hervidas con salsa brava—, las alcachofas con salsa romesco o la clásica tortilla de patatas. Puede ser el lugar idóneo para iniciar una ronda de bares por el barrio.

DE ORIGEN

BODEGA QUIMET / Clásico moderno

Cuando el antiguo dueño de esta bodega se la traspasó a David Montero, su actual propietario y cocinero, solo le pidió que no la reformara. Ahora, además de vermut, vinos dulces y cervezas artesanas, sirven la mejor ensaladilla de Gràcia, estupendas conservas, un pulpo de escándalo y unas patatas con mojo que enamoran.

AMBIENTE FESTIVO

BAR ELECTRICITAT / Cerca del mar

Buenas bombas (imposible que no lo fueran: están en la Barceloneta, donde son casi la tapa local), rica tortilla de patatas —no apta para los que no toleran su versión más melosa— y espinacas, embutidos y vermut casero. Normal que los vecinos del barrio que la frecuentan estén de tan buen humor.

BODEGA DE GUARDIA

CELLER CAL MARINO / Cerca del mar

Cal Marino ofrece tal cantidad y calidad de tapas que es imposible no salir de allí comido. Croquetas épicas —¡ay, las de berenjena y gorgonzola!—, crujientes bocadillos en chapata, buenas conservas y montaditos. Al mediodía, de martes a viernes, ofrecen un menú de 3 vinos y 3 platos a un precio muy razonable.

PORTA GAIG / Alta cocina catalana

DELICIAS AL VUELO

¿Quién dice que en los aeropuertos no se come bien? Porta Gaig, la propuesta gastronómica de Carles Gaig en el Prat —situada en la T1, justo antes del control de seguridad—, demuestra que ese axioma no es tal. Merece la pena sentarse a la mesa por sus huevos de Calaf con patatas y foie, el pato con peras, las carrilleras con setas porcini y sus míticos canelones de la abuela María. Si el tiempo apremia siempre se puede optar por la barra, que satisfará igualmente con buñuelos, esqueixada de bacalao, jamón ibérico acompañado de una original coca de tomate, croquetas de cocido o cap i pota con garbanzos. Todo esto de la mano de Carles Gaig, un chef con estrella Michelin por cuya cocina catalana tradicional y honesta vale la pena —mucho cuidado con eso— incluso perder un avión. ¿Aún queda alguien a medio convencer? Ahí va el golpe de gracia: en 2013 fue considerado el mejor restaurante de aeropuerto del mundo por el prestigioso portal The Daily Meal.

TERRA D'ESCUDELLA / Cocina popular

PARAÍSO CATALÁN

A tan solo cinco minutos andando desde la estación de Sants se encuentra este paraíso de la comida tradicional catalana, todo un emblema del barrio. Apuestan por una comida familiar y popular, recuperando aquellos platos que tradicionalmente se han cocinado en las fondas o los hostales catalanes. Por menos de 10 euros, los mediodías se puede disfrutar de un menú de los de toda la vida, que incluye entre sus platos fijos fideos a la cazuela, guisantes con sepia, trinxat del Pirineu o la escudella catalana que le da nombre, entre muchos otros. Aunque no solo del menú vive el Terra d’Escudella, destacan —y mucho— unas tablas que combinan todo tipo de embutidos catalanes, así como sus bocadillos. Por mencionar algunos de ellos: el Segador (escalivada, queso azul y nueces), Maqui (Donja del Pirineu y cebolla) o el Pedrenyal (botifarra y samfaina). Todo una reivindicación de los productos de la tierra.

CLANDESTINOS / Guía

ENCANTO CLANDESTINO

Comer o beber en un sitio secreto, al que solo se puede acceder mediante contraseña o invitación tiene —además del intrínseco— el encanto añadido de pertenecer a una suerte de club privado, de sociedad clandestina. Ser miembro por una noche de uno de estos espacios es casi como ganar el billete dorado de Willy Wonka, y Barcelona ofrece casi tantas posibilidades a este nivel como Chicago durante la Ley Seca.

Afirmar que DRY MARTINI (C/ Aribau 162-166, Tel. 93 217 50 80) es el templo de la coctelería barcelonesa es quedarse corto —actualmente tienen 9 locales repartidos entre Asia, España y Brasil, ya está todo dicho— pero el local original de Javier de las Muelas sigue teniendo un aura muy especial. No solo por el buen hacer de Paco, el jefe de barra —y una de las personas más entrañables de la hostelería barcelonesa—, o por la colección de arte que lucen sus paredes, sino porque en su almacén se esconde Speakeasy, un restaurante en el que se pueden degustar menús maridados con cócteles. Martini de coco con curry de vieiras, frappé de wasabi con atún en tempura y un sorprendente brûlée de Maracuyá con cochinillo ibérico son algunas de las opciones que ofrecen sus diferentes menús.

Speakeasy en Dry Martini by Javier de las Muelas

En el caso de Mutis, el rincón secreto que gestiona Kim Díaz encima de su mítico BAR MUT(C/ Pau Claris 192, Tel. 93 217 43 38, Metro Diagonal) el sistema para filtrar a los posibles socios, cuyas ventajas son poder acceder a un fantástico bar coctelería privado donde se puede cenar y beber —con moderación, más de un famoso ha sido amablemente invitado a abandonar la sala— hasta bastante tarde es especialmente divertido. No solo hay que ir recomendado por otro socio, sino que, además, hay que pasar una prueba de desparpajo y encanto personal en la que, previo paso por un escenario, se demuestre que el candidato da la talla, tiene algo que aportar y se sentirá a gusto en ese ambiente especial, divertido y canalla.

El proyecto personal del chef Xabi Bonilla, SANTA RITA (contacta en morritosdeternera@gmail.com o en el Tel. 676272820), que optó por este peculiar formato que le permitía cocinar en zapatillas de andar por casa —su sueño desde niño, lo creáis o no— después de trabajar en restaurantes barceloneses como Laurak o El Racó d’en Freixa, o el asturiano Casa Marcial (varios de ellos con estrellas Michelin en su haber). Allí se sirven cenas con productos frescos, de temporada y de proximidad, trabajados con técnicas de alta cocina, además de eventos privados y talleres de cocina que terminan en opíparas cenas colaborativas. También ofrecen asesoría gastronómica para cualquier tipo de proyecto.

Otra buena opción para comer fuera del circuito habitual de restauración, en un ambiente casero y relajado —que permite interactuar con los otros comensales de una manera que en estos locales sería casi impensable— son las experiencias EATWITH (eatwith.com/list/spain/Barcelona/). En esta plataforma todo tipo de anfitriones, cuyo nivel va desde aficionados y bloggers hasta chefs que atesoran premios y años de experiencia, ofrecen su casa o espacio privado para ágapes que pueden ir desde un té típicamente inglés hasta comida vietnamita tradicional, un curso de tapas o arroz o una cena con amigos en tu propia casa en la que no tendrás que preocuparte de nada. Todo esto en un amplísimo abanico de precios y posibilidades.

LA GATA MALA / Tapas gratis

CAÑA Y TAPA

Barcelona no es una ciudad donde abunden los bares que sirven una tapa gratis con cada bebida, una de las razones por las cuales merece destacar este bar de Gràcia. Prepárate para no estar en el lugar más cómodo de la historia, suele haber mucha gente, todo es zona de paso y a veces es difícil entrar, pero si consigues hacerte un hueco o llegar de los primeros (sobre las 19:00) estás salvado. A las cañas bien tiradas, súmale un amable servicio y una rica tapa gratuita con cada una que te tomas, que puede ir desde un trozo de tortilla hasta una generosa rebanada de pan con un aromático secreto de cerdo a la plancha, embutido o queso. Aquí lo de la tapa gratis se lo toman muy en serio, y sin darte cuenta habrás cenado pero que muy bien. Si no eres de los que beben a una velocidad suficientemente rápida, no pasa nada: su carta de tapas también es recomendable de principio a fin. Las patatas bravas son una muy buena opción.

BAR SECO / Km 0

PRODUCTOS BIO

Son muchas las razones para visitar este bar que colinda con Montjuïc. Si hace calor, su terraza es un reclamo. En caso contrario las cristaleras que rodean el bar te garantizan igualmente una bonita luz natural. Desde 2001 apuestan por una cocina sostenible, con productos frescos y ecológicos de km 0 y sirven desayunos, vermuts, comidas y cenas. Hay piadinas, platos elaborados con quinoa, arroz integral o legumbres, ensaladas, hamburguesas ecológicas y tapas. Los vegetarianos estarán encantados con todas sus opciones. Si bien toda la carta es recomendable en el apartado de las tapas destacan las “patatas salvajes”, cortadas en gajos y con una deliciosa salsa, ideales para acompañar un vermut o como entrantes. Si hace buen día merece la pena subir las escaleras que te llevan al Parque de la Primavera para disfrutar de unas excelentes vistas de toda la ciudad, otro gran secreto del barrio, muy bien guardado.

PARC DE LA PRIMAVERA

Este parque sigue siendo un gran desconocido, incluso para los vecinos del barrio. Ubicado en la ladera de Montjuïc, el parque en sí no es una obra de preciosismo, pero tampoco le hace falta nada más. Su falta de vegetación queda totalmente compensada por las vistas que ofrece de la ciudad. Y en uno de sus bancos se puede pasar una agradable tarde o disfrutar de la ciudad iluminada de noche. La gran ventaja, a diferencia de los otros parques, es que no hace falta subir el Himalaya, solo la cuesta de la calle Nou de la Rambla. Si te cansas, encontrarás muchos bares en los que hacer una parada.

TIBIDABO

No es un parque convencional ni tampoco un secreto, pero redescubrir la ciudad forma parte de vivirla. Desde la montaña del Tibidabo y sin necesidad de subirse a ninguna de las atracciones del parque, aquí sí estamos ante la panorámica más completa de toda Barcelona, por su altura y su ubicación.

Si además te apetece rememorar otros tiempos o completar esta visión panorámica con una experiencia única no está de más aprovechar que el camino ya está hecho para embarcarse en el Avión, una de las atracciones más emblemáticas del parque que literalmente te harán sobrevolar la ciudad.

CARRETERA DEL PARC DE LES AIGÜES

Que las montañas rodeen esta ciudad hace que los planes en las alturas sean variados y singulares. En este caso los amantes del footing o de los largos paseos, a pie o en bici, cuentan con una carretera perfecta para disfrutar de las vistas a la vez que ejercitan el cuerpo. Es cierto que no queda céntrica y en ello reside su gracia. La Carretera de les Aigües es ideal para los días en los que el tiempo no es la única cosa a tener en cuenta. Ver las cosas desde arriba siempre da una nueva perspectiva, distanciada y enriquecedora, y sumada al ejercicio estarás desconectando al máximo del estrés de la ciudad.

JARDINS DEL TEATRE GREC

Nacieron como una rosaleda con motivo de la Exposición Internacional de 1929, y fueron uno de los primeros espacios verdes creados en la montaña de Montjuïc. Los Jardines del Teatre Grec son los más clásicos de todos los que aquí mencionamos. Se trata de un cuidado jardín de flores, plantas aromáticas y naranjos, organizado en parterres geométricos. Por su ubicación es especialmente disfrutable al atardecer, cuando el sol cae y el cielo muestra su color más anaranjado. Un paseo más que agradable —en el que cabe cualquier tipo de romanticismo— con vistas al noroeste de la ciudad.

TURÓ DE LA ROVIRA

Una de las panorámicas más impresionantes de la ciudad se tiene desde el Mirador Turó de la Rovira, en el Carmel. Es un espacio patrimonial, cuya restauración le mereció el Premio Europeo del Espacio Público Urbano "por su tratamiento delicado y elegante de un espacio con historia reciente y una posición hasta ahora marginal dentro de Barcelona". En él se conservan los restos de unos búnkers construidos durante la Guerra Civil para defenderse de los ataques de aviación fascista. De esa manera el Turó de la Rovira además de ofrecer una vista de 360º reactiva la memoria histórica colectiva.

PARC DELS CACTUS

Oficialmente llamados Jardines de Mossèn Costa i Llobera y orientados hacia el mar en Montjuïc, lo que abunda en este parque son los cactus de todos los tipos y variedades. Para los entendidos, destacar los ejemplares de aloe (Aloe ferox) y dientes de cocodrilo (Aloe brevifolia) sudafricanos o las Cylindropuntia rosea mexicanas. Para los no expertos pasear por un parque rodeado de cactus en plena ciudad mediterránea ya es una experiencia suficientemente exótica. La perspectiva industrial de las vistas, que dan al puerto mercantil, le otorgan a este excéntrico parque un valor indiscutible.