8.   Colores primarios, pigmentos, pinturas de artista

El azul es uno de los colores que la teoría de los colores llama “primarios” o “fundamentales”. Un color primario es aquel que no es producto de una mezcla de otros colores.

Según la teoría de los colores hay tres colores primarios: rojo, amarillo y azul. Mezclándolos se obtienen todos los demás colores. Al color que es mezcla de dos primarios se le llama secundario o “color mixto puro”. El verde, el naranja y el violeta son colores secundarios. El color que resulta de mezclar los tres primarios se denomina color terciario o “color mixto impuro”. Podemos mezclar cada color con el negro para oscurecerlo, y con el blanco para aclararlo.

Los pintores saben que un matiz no puede obtenerse con una mezcla de más de tres colores, porque entonces toma un aspecto demasiado turbio. Los tres colores primarios mezclados dan el color marrón, y cuanto más colores participan de la mezcla, más opaca y oscura se vuelve ésta, hasta que finalmente aparece el gris pardo oscuro. Aunque se quiera aclarar esa oscuridad con blanco, los colores conservan un aspecto turbio. Esto es lo que quería decir el pintor Eugène Delacroix con esta frase: “El enemigo de la pintura es el gris”.

Hoy pueden producirse colores primarios sintéticos, al óleo o acrílicos, pero hace un tiempo era imposible obtener colores tan puros. El azul perfectamente puro, empleado sobre todo en las imprentas, se denomina “cian” → fig. 2, y, como color para los pintores, también “azul primario”. El rojo puro se denomina “magenta”, y también “rojo primario”. El amarillo más puro se denomina en las imprentas simplemente “yellow”, y los pintores lo llaman “amarillo cadmio limón”.

Pero los pintores prefieren pintar con los tonos tradicionales, como el azul de ultramar o el azul de Prusia, no sólo evitar hacer mezclas cada vez que van a usar un matiz, además los colores preparados para los pintores se distinguen también por su opacidad o su transparencia. Estas diferencias dependen de los pigmentos, que son las sustancias con que están fabricados los colores.

Cuando compramos colores, advertimos que el azul, el rojo y amarillo son casi siempre igual de caros. Los legos creen que están hechos con la misma sustancia, coloreada de manera diferente, pero las sustancias con que se fabrican los colores son muy diferentes. Un pigmento puede obtenerse de plantas, de tierras o de minerales, y también puede ser sintético; con él se hace siempre un polvo de color, que luego se mezcla con alguna sustancia aglutinante para que permanezca en la superficie pintada. Si el polvo se mezclara sólo con agua, se desprendería de la superficie al secarse. Con cada pigmento se pueden fabricar los distintos tipos de pinturas: a la acuarela, al temple, al óleo y acrílica; sólo los aglutinantes son diferentes. En la acuarela, el pigmento se mezcla con solución de goma, en los colores al óleo con aceite, en los acrílicos con material acrílico y en los lápices de cera con cera.

Como los colores pueden parecer iguales aunque su pigmento sea diferente, a menudo no se sabe qué pigmentos se emplearon en algunas pinturas antiguas. Los colores también pueden parecer iguales a pesar de ser diferente su materia aglutinante, y cuando los cuadros modernos se barnizan, ni los especialistas pueden apreciar si han sido pintados con pintura al óleo o con pintura acrílica.

Lo más importante de las pinturas son los pigmentos. Su precio varía mucho. Aunque la mayoría de los pigmentos son sintéticos, las diferencias de precios se han mantenido: el azul de París o el azul de Prusia son más baratos que el azul de ultramar, y más caros que el azul de ultramar son el azul coeli y el azul cobalto. El azul cobalto cuesta a los pintores unas cinco veces más que el azul de Prusia. Las diferencias de precio son más pronunciadas en las pinturas de primera calidad que utilizan los artistas, pero también en las empleadas para pintar automóviles. Los fabricantes de colores suelen distinguir seis o más grupos de precios, según el pigmento, y así hay tubos que cuestan 5 euros cada uno y otros que cuestan 40. La mayoría de los fabricantes también ofrece surtidos a un precio único, como los llamados colores de estudio —pero en ellos, los tonos caros tienen menos pigmento y más sustancias de relleno, y cubren escasamente—. Por otro lado, las grandes empresas fabricantes de pinturas para artistas producen las barras de labios y las sombras de ojos, pues también aquí lo esencial son los pigmentos, y sólo cambian los aglutinantes.

Cuando nació el simbolismo de los colores, que determina aún hoy la concepción que tenemos de ellos, los pigmentos no podían sintetizarse, por lo que las diferencias de precio eran mucho mayores. El precio de un color tenía una influencia decisiva sobre su significado.