TODO AQUELLO QUE NECESITAMOS SABER SOBRE LOS COLORES

Las personas que trabajan con colores —los artistas, los terapeutas, los diseñadores gráficos o de productos industriales, los arquitectos de interiores o los modistos— deben saber qué efecto producen los colores en los demás.   Cada uno de estos profesionales trabaja individualmente con sus colores, pero el efecto de los mismos ha de ser universal.

Para preparar este libro se consultaron 2.000 personas de todas las profesiones y de toda Alemania.   Se les preguntó cuál era su color preferido, cuál era el que menos les gustaba, qué impresiones podía causarles cada color y qué colores asociaban normalmente a los distintos sentimientos.   Se establecieron asociaciones en 160 sentimientos e impresiones distintos —del amor al odio, del optimismo a la tristeza, de la elegancia a la fealdad, de lo moderno a lo anticuado— con determinados colores.   En el primer grupo de ilustraciones, que viene después de la página 48, puede verse la relación entre conceptos y colores, y en el texto los datos porcentuales.

Los resultados del estudio muestran que colores y sentimientos no se combinan de manera accidental, que sus asociaciones no son cuestiones de gusto, sino experiencias universales profundamente enraizadas desde la infancia en nuestro lenguaje y nuestro pensamiento.   El simbolismo psicológico y la tradición histórica permiten explicar por qué esto es así.

La creatividad se compone de un tercio de talento, otro tercio de influencias exteriores que fomentan ciertas dotes y otro tercio de conocimientos adquiridos sobre el dominio en el que se desarrolla la creatividad. Quien nada sabe de los efectos universales y el simbolismo de los colores y se fía sólo de su intuición, siempre será aventajado por aquellos que han adquirido conocimientos adicionales.

Si sabemos emplear adecuadamente los colores, ahorraremos mucho tiempo y esfuerzo.

¿Qué efectos producen los colores?¿Qué es un acorde cromático?

Conocemos muchos más sentimientos que colores. Por eso, cada color puede producir muchos efectos distintos, a menudo contradictorios. Un mismo color actúa en cada ocasión de manera diferente. El mismo rojo puede resultar erótico o brutal, inoportuno o noble. Un mismo verde puede parecer saludable, o venenoso, o tranquilizante. Un amarillo, radiante o hiriente. ¿A qué se deben tan particulares efectos? Ningún color aparece aislado; cada color está rodeado de otros colores. En un efecto intervienen varios colores —un acorde de colores.

Un acorde cromático se compone de aquellos colores más frecuentemente asociados a un efecto particular. Los resultados de nuestra investigación ponen de manifiesto que colores iguales se relacionan siempre con sentimientos e impresiones semejantes. Por ejemplo a la algarabía y a la animación se asocian los mismos colores que a la actividad y la energía. A la fidelidad, los mismos colores que a la confianza. Un acorde cromático no es ninguna combinación accidental de colores, sino un todo inconfundible. Tan importantes como los colores aislados más nombrados son los colores asociados. El rojo con el amarillo y el naranja produce un efecto diferente al del rojo combinado con el negro o el violeta; el efecto del verde con el negro no es el mismo que el verde con el azul. El acorde cromático determina el efecto del color principal.

Cómo el contexto determina el efecto

Ningún color carece de significado. El efecto de cada color está determinado por su contexto, es decir, por la conexión de significados en la cual percibimos el color. El color de una vestimenta se valora de manera diferente que el de una habitación, un alimento o un objeto artístico.

El contexto es el criterio para determinar si un color resulta agradable y correcto o falso y carente de gusto. Un color puede aparecer en todos los contextos posibles —en el arte, el vestido, los artículos de consumo, la decoración de una estancia— y despierta sentimientos positivos y negativos.

¿Qué son los colores psicológicos?

El color es más que un fenómeno óptico y que un medio técnico. Los teóricos de los colores distinguen entre colores primarios —rojo, amarillo y azul—, colores secundarios —verde, anaranjado y violeta— y mezclas subordinadas, como rosa, gris o marrón. También discuten sobre si el blanco y el negro son verdaderos colores, y generalmente ignoran el dorado y el plateado —aunque, en un sentido psicológico, cada uno de estos trece colores es un color independiente que no puede sustituirse por ningún otro, y todos presentan la misma importancia.

El rosa procede del rojo, pero su efecto es completamente distinto. El gris es una mezcla de blanco y negro, pero produce una impresión diferente a la del blanco y a la del negro. El naranja está emparentado con el marrón, pero su efecto es contrario al de éste.

Ésta es la razón de que en este libro se estudien estos trece colores psicológicos, que de hecho son más que los que suelen tomarse en consideración en otros libros sobre los colores.

Para aquellos que deseen trabajar con los efectos de los colores, el aspecto psicológico es esencial.

Sobre la interpretación de los resultados de nuestra investigación

Para cada concepto se citan los colores que constituyen el acorde cromático típico. Aunque había trece colores para elegir, en todos los casos más de la mitad de las nominaciones recayó en sólo 2 o 3 colores.

Cada acorde se compone de 2 a 5 colores. El número de colores en un acorde está también determinado por valores de experiencia: colores por lo general poco nombrados, como el naranja y el plata, aparecen también, en porcentajes menores, como colores típicos.

Todos los sentimientos y sensaciones a los que se asocian colores aparecen listados en las páginas 291 y 292.

En el primer grupo de láminas (después de la pág. 48) se presentan los resultados del estudio, y en el texto los datos porcentuales exactos para todos los colores con nominaciones superiores al 5%. Las preguntas y los valores obtenidos se interpretan detalladamente mediante ejemplos → Rojo, Capítulo 3, → Gris, Capítulo 1.

Los acordes son perfectamente fiables estadísticamente. El porcentaje de algunos colores concretos podría variar en algunos puntos si se repitiera la encuesta, pero los colores más nombrados serían siempre los mismos. Y los lectores que encuentren aquí en un lugar secundario el color que asocian por norma a un concepto determinado —incluso podría darse el caso de que este color no apareciera en absoluto— entenderán fácilmente que las opiniones de la mayoría son siempre consideradas como “típicas”.

El trasfondo psicológico e histórico permite explicar qué efectos de los colores están sujetos a una cierta regularidad. El segundo grupo de láminas (a partir de la pág. 224) ofrece algunos ejemplos de efectos de los colores en la pintura, el diseño de productos y la vida cotidiana.

Se explican también, de manera comprensible para todo el mundo, ciertas teorías célebres, como la de Goethe, y ciertos análisis caracterológicos, hechos desde la psicología profunda, que tienen que ver con colores. También se analizan efectos mágicos de los colores, como la curación con colores y la manipulación subliminal por medio de los colores.

Una regla básica de la psicología de la percepción: sólo vemos lo que sabemos. Quien lea este libro, verá más colores que antes.

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