Conciencia/conciencia Se confunden ambos términos, pues «Conciencia» se interpreta como «aquello de lo que soy consciente», es decir, aquello de lo que me doy cuenta en la vigilia. Pero en realidad lo que es «consciente» es aquello que erróneamente llamamos «Inconsciente». Somos más el inconsciente que la conciencia. Si nos liberamos del concepto de «ser conscientes de», la Conciencia es lo que realmente somos, una naturaleza indefinible, a la que a veces llamamos alma y otras espíritu. En cambio, lo que llamamos «conciencia» es la individualidad en la vigilia, una cárcel racional que nos hace creer que sólo somos aquello de lo que nos damos cuenta.
Fuerza de creación o creadora Fuerza que proviene de la Conciencia cósmica o universal y que nos permite entrar en la Conciencia pura sin que nada se oponga a nuestro proyecto de futuro.
Fuerza de repetición o imitadora Fuerza dirigida por el grupo familiar y que nos influye con sus creencias, hábitos, tradiciones, restricciones, etc.
Inconsciente Frente a la actitud psicoanalítica de transformar el lenguaje del inconsciente (sueños, actos fallidos, sincronicidades) en lenguaje articulado y explicaciones racionales, en la Psicomagia se trata de enseñar al intelecto el lenguaje del inconsciente, compuesto en su mayor parte de imágenes y acciones que desafían a la lógica. El Inconsciente contiene todas las informaciones (imágenes, experiencias, etc.) que en esencia se oponen a toda lógica, pero en la forma en que Alejandro Jodorowsky concibe el Inconsciente, éste no es un enemigo sino un aliado cuando se le obedece.
Introyección (término del psicoanálisis) El proceso de introyección es aquel por el cual los padres y otros miembros de la familia penetran como arquetipos en nuestro inconsciente. El psicoanálisis define la introyección como la absorción por parte del Yo de una característica o un rasgo que ha percibido en el exterior. Se trata, pues, de una apropiación.
Metagenealogía 1. No es estrictamente una «terapia», sino un trabajo de toma de conciencia que supone la comprensión de los elementos del pasado que nos han formado, así como el inicio de
un impulso futuro al cual nosotros damos forma. 2. Los individuos, al mismo tiempo, pueden tener de sus bisabuelos, abuelos y padres una visión positiva y una negativa, convirtiéndose de este modo cada familiar en una entidad doble: una luminosa y otra oscura. Dos campos de energía que a pesar de oponerse son complementarios. En el tiempo presente, el espíritu que se materializa colinda con la materia que se espiritualiza, el supraconsciente con el inconsciente, el intento de realizar el futuro con el intento de repetir el pasado, el ser esencial con el ser socio-cultural, el deseo de crear con el deseo de imitar. Al estudio del árbol genealógico bajo sus aspectos simultáneos y complementarios (tesoro-trampa), es lo que aquí llamamos «Metagenealogía».
Núcleo Impulso infantil aún por desarrollar hacia la psique adulta. Potencialidad rica en energía vital, energía de la libido y energías afectiva e intelectual, pero también muy frágil, que se expresa de una manera a la vez cándida e irreprimible, sin ninguna clase de autocensura y con una fuerza imperiosa. Si en vez de acompañar el desarrollo de ese núcleo los adultos lo paralizan estableciendo nudos relacionales, el núcleo persistirá hasta más allá de la infancia, convirtiéndose entonces en una restricción para las cuatro energías, en una fijación hacia el pasado y en una vitalidad estancada o calcificada que impedirá a la persona vivir plenamente su destino como adulto. La mayor parte de estos núcleos persistentes proceden directamente de un nudo transmitido por un pariente cercano de la familia, aquejado él mismo a su vez por otro núcleo persistente e irresoluto. Véase también, Nudo.
Nudo Persistencia patológica del núcleo en la edad adulta, que crea una fijación hacia el pasado. Se forma cuando los padres u otros miembros de la familia son incapaces de acompañar el crecimiento del niño/-a de una manera equilibrada, y obedece a dos mecanismos principales: la carencia y el exceso. Véase también, Núcleo.
Proyección (término del psicoanálisis) Atribuir a otra persona sentimientos que emergen de dentro de nosotros con el fin de protegernos de una situación emocional que no se consigue dominar. Se confieren así a una persona unos defectos o unas cualidades que no existen, pero que sirven para moldearla de conformidad con el modelo familiar preexistente.
Psicomagia Técnica terapéutica desarrollada por Alejandro Jodorowsky que consiste en escenificar en la vida cotidiana un acto curativo, semejante a un sueño, para liberarse de un bloqueo inconsciente.
Ser esencial o Yo esencial Es la individualidad sublime y creativa independiente de nuestra herencia. Es el Ser esencial, el Uno Mismo, el dios interior.
Ser personal o Yo personal Es el ego individual, y hasta cierto punto enfermo, creado por la influencia de la sociedad, la cultura y la familia pero que puede volver a descubrir su Yo esencial gracias al trabajo en su árbol.
Supraconsciente El espíritu humano aspira ante todo a dos cosas: al conocimiento y a la inmortalidad. El inconsciente, entonces, debería concebirse compuesto de dos zonas: aquella que es producto de las experiencias del pasado –incluyendo en ella nuestros vestigios animales, y a la que se podría seguir llamando «Inconsciente»– y esa otra que encierra en potencia las posibilidades de mutación tendientes a desarrollar seres con Conciencia cósmica –para nada compuesta por experiencias pasadas sino por posibilidades futuras, a las que se capta en estados poéticos y proféticos, que podría recibir el nombre de «Supraconsciente».
Trabajo en el árbol genealógico Más que una simple búsqueda sobre la responsabilidad de nuestros familiares en nuestra vida, es una proposición para cambiar de nivel de Conciencia.
Yo Imagen artificial de uno mismo creada por la familia, la sociedad y la cultura.
Yo social o familiar La personalidad adquirida, formada por la familia, la sociedad y la cultura, desde la cual nos comunicamos habitualmente con los demás, sintiéndonos limitados.
Yo transpersonal El Yo adulto, consciente de la existencia de los demás, capaz de identificarse con el Ser esencial.