
Quiero agradecer a mi querido Mikel Urmeneta, ese niño grandote, la gentileza de ilustrar este libro. Sus fantásticos dibujos aderezan con humor y color los platos que los papás cocinarán para los reyes de la casa.
A la doctora María José Rosselló por su amable prólogo y su impagable asesoramiento en materia tan delicada como es la alimentación de los niños.
A Guadalupe Riega, secre paciente y lista que sabe interpretar como nadie mis ideas con sus mágicas manos.
A mis hijos, que me han ayudado una y mil veces con la dichosa informática y, mejor aún, con sus indicaciones y consejos.
Mi gratitud, también, a Tutti Pasta, en la persona de Daniel Palacio, por haber elegido mi libro para contribuir a conmemorar sus 20 años fabricando la mejor pasta elaborada.
A El País-Aguilar, en particular a Maite Súñer y su equipo, que por tercera vez han confiado en mi trabajo y lo han hecho con tanto cariño.
Y, finalmente, a mis nietos, que me han dado muchos momentos felices y la inspiración para escribir este recetario. A ellos —a los niños— está dedicado este libro, así como a sus padres, a los que espero aportar más de una idea.
Reciban todos ellos el agradecimiento y el afecto de su amiga,
Angelita Alfaro
