Capítulo 2

Contaminantes

2.1. Vías de ingreso de los contaminantes químicos al organismo

Para que un agente nocivo ejerza su efecto tóxico debe ponerse en contacto con una célula del organismo, por lo cual la entrada a dicho organismo debe realizarse mediante una de las principales vías.

Las principales vías por las cuales un contaminante químico o biológico puede penetrar en el organismo son: respiratoria, dérmica, digestiva, absorción mucosa y parenteral.

Para los contaminantes físicos, no existen vías de entrada específicas, debido a que sus efectos son consecuencias de cambios energéticos que afectan a órganos muy concretos.

Vía respiratoria

Se entiende como tal todo el sistema respiratorio. Es la vía de entrada más importante para la mayoría de los contaminantes.

Los compuestos químicos en forma de gases, líquido, nieblas, polvos, humos y vapores pueden causar problemas por inhalación (respiración), por absorción (mediante contacto con la piel) o por ingestión (a través de comidas y bebidas). Es importante estudiar todas las áreas de penetración cuando se realiza una evaluación del ambiente de trabajo.

El control de los agentes químicos contaminantes del aire, en relación con la protección de la salud en el trabajo, requiere el conocimiento de la forma de contacto de dichos agentes con el organismo, su modo de acción y la forma en que son o pueden ser eliminados.

Para comprender los procesos de absorción por el aparato respiratorio es necesario conocer los mecanismos de la respiración y la circulación y su papel en el ingreso y eliminación de los agentes contaminantes. Deben estudiarse las características físicas y químicas de estos agentes, su acción específica sobre el organismo y los diferentes tipos y grados de la respuesta biológica.

Vía dérmica

Comprende toda la superficie epidérmica que envuelve el cuerpo humano. Los contaminantes pueden entrar en el organismo a través de esta vía, bien directamente o vehiculizada por otras sustancias. El contacto con la piel es el que afecta al mayor número de personas en el trabajo.

Vías de penetración de los productos quimicos en el organismo humano

Órganos y tejidos que pueden resultar afectados por determinados productos químicos industriales tóxicos

Vía digestiva

Se entiende como tal todo el sistema digestivo, es decir boca, esófago, estómago e intestinos. Además de los contaminantes que penetran a través de la boca, se deben considerar los que puedan digerirse disueltos en las mucosidades del sistema respiratorio. La absorción oral es de escasa significación, excepto cuando se superpone a la inhalación o en el caso de tratarse de agentes extremadamente tóxicos.

Vía absorción mucosa

Habiendo englobado en las anteriores vías de entrada a las correspondientes mucosas de los sistemas afectados, queda únicamente la mucosa conjuntiva del ojo. Es una vía de entrada poco importante en higiene industrial.

Vía parenteral

Se entiende como tal la penetración directa del contaminante en el organismo a través de una discontinuidad de la piel. El caso más frecuente en higiene industrial es la penetración a través de una herida abierta, pero también cabe considerar la penetración por inyección o punción. Es la vía de entrada más grave para los contaminantes biológicos y para ciertas sustancias químicas.

2.2. Contaminantes del aire

El destino de un contaminante del aire una vez ha llegado a la zona más profunda del pulmón (alvéolos), depende de su solubilidad y reactividad. Las sustancias más solubles y reactivas pueden provocar reacciones inflamatorias agudas y edema pulmonar. La mayoría de estas sustancias son englobadas por los macrófagos que migran en las zonas vecinas a las vías aéreas y que son expectorados o tragados o penetran a los tejidos intersticiales. Sin embargo, algunas sustancias particulares o en estado de vapor que llegan a la profundidad del pulmón, son capaces de ser absorbidas por la sangre.

Los contaminantes inhalados que afectan adversamente a los pulmones pertenecen a tres categorías generales:

2.3. Clasificación del factor de riesgo químico

En este grupo se encuentran los elementos y sustancias que pueden ingresar al organismo por inhalación, absorción o ingestión y de acuerdo con su nivel de concentración y el tiempo de exposición, generar lesiones sistémicas, intoxicaciones y quemaduras.

Los agentes químicos pueden ser clasificados de acuerdo con su estado físico, su composición química o su acción fisiológica.

2.4. Clasificación según su estado físico

Sólidos

Líquidos

Gases

Es el estado sólido el de mayor importancia práctica. El estado físico de los contaminantes condiciona el comportamiento en el aire y su modalidad de acción en el aparato respiratorio. Los principios de separación de los contaminantes son diferentes según el estado físico, y en consecuencia son también distintos los equipos de muestreo y de tratamiento del aire o las características de funcionamiento.

Los polvos son partículas sólidas, de tamaño relativamente grande (1/4 a 20 micrones) capaces de estar temporalmente suspendidas en el aire. Se generan en operaciones de manipulación, trituración, molienda, impacto, detonación o calcinación de materiales inorgánicos u orgánicos tales como rocas, minerales, metales, carbón, maderas, cereales, etc. Sedimentan por acción de la gravedad.

Los humos químicos son partículas aerodispersadas generadas por condensación a partir del estado gaseoso, generalmente después de la volatilización de metales fundidos. Su tamaño es menor que el de los polvos, no sobrepasando el ½ a ¾ de micrón. La mayoría están comprendidos entre 0.1 y 0.01 de micrón.

Las nieblas son gotas en suspensión en el aire que se generan sea por condensación a partir del estado gaseoso o por la dispersión mecánica de un líquido en operaciones que produzcan salpicaduras, espumas o atomizaciones.

Los gases son fluidos que en condiciones normales (25°C de temperatura y 760 mm de Hg de presión), se encuentran en estado gaseoso, no tienen forma, que ocupan el espacio del recipiente que los contiene y que pueden pasar al estado líquido o sólidos por efecto de variaciones de la presión y temperatura.

Los vapores son la forma gaseosa de sustancias que en condiciones normales, 25°C de temperatura y 760 mm de Hg de presión, se presentan líquidas o sólidas.

Otros términos de aplicación común:

2.5. Clasificación según su composición química

Las clasificaciones varían según el aspecto de la composición que se quiera destacar. La mayor dificultad para establecer una clasificación racional radica en que no es posible establecer una correlación general entre la estructura química y los efectos biológicos de los contaminantes, si bien en ciertos casos pueden señalarse algunas tendencias a leyes cuya extrapolación a nuevas sustancias debe hacerse con cautela y sujeta a la posterior confirmación experimental.

La clasificación de los agentes químicos se puede realizar teniendo en cuenta el estado físico de las sustancias o según sus efectos.

Se considera que existe una contaminación en el aire, si cualquiera de los componentes normales está en una proporción mayor a 78.09% de Nitrógeno, 0,03 % de Bióxido de carbono, 20.95 % de Oxígeno, 0.93 % de argón o si está presente cualquier otra sustancia.

2.6. Efectos que puede tener un producto químico tóxico

Hay distintos factores que determinan el tipo de efecto tóxico que puede provocar un producto químico:

En el cuadro se muestran algunos de los tipos de efectos tóxicos que determinadas sustancias químicas industriales pueden provocar. En el cuadro se indica la propiedad tóxica del producto (por ejemplo, si es carcinógeno, venenoso, provoca una reacción alérgica, etc.), la parte del organismo a la que afecta, cuánto tarda en desarrollarse la afección, el tipo de efecto que el producto químico ocasiona y algunos ejemplos de productos que provocan esos efectos.

Según sus efectos los contaminantes químicos se pueden clasificar en:

Tipos de efectos tóxicos provocados por sustancias químicas industriales

2.7. Irritantes

Existe una gran variedad de gases y vapores clasificados en este grupo. El punto de acción está determinado de manera primordial por diferencia en las características físicas y en especial la solubilidad, el punto de ebullición y la volatilidad. Pueden producir acción irritante sobre la piel, los ojos, mucosas y sobre los órganos respiratorios.

Los gases irritantes se dividen en primarios, cuya acción sobre el organismo está limitada a la acción local; y secundarios, cuyo efecto irritante es reducido pero que permiten efectos tóxicos generalizados de importancia.

Son materiales corrosivos que atacan de preferencia las mucosas y en los que predomina el factor “concentración” sobre el factor “duración de la exposición”. La irritación puede presentarse en el conducto respiratorio superior (aldehídos, álcalis, amoníaco, etc.). También ocurre tanto en los conductos superiores como en los pulmones (bromo, cloro, ozono, yodo, etc.).

Sustancias de acción corrosiva, inflaman las superficies húmedas y mucosas. El factor concentración es más importante que el tiempo de exposición. Su acción depende principalmente de las propiedades físicas (volatilidad, solubilidad).

  1. Irritantes del tracto respiratorio superior: está constituido por compuestos químicos muy solubles en medios acuosos tales como ácidos y álcalis. Ejemplos: aldehídos (acroleína, formaldehído, acetaldehído, paraformal-dehído), nieblas y polvos, álcalis, amoníaco, ácido crómico, ácido clorhídrico, ácido fluorhídrico, dióxido de azufre, óxido de etileno.
  2. Irritantes intermedios: se encuentran en este grupo sustancias con una solubilidad moderada para los fluidos acuosos por lo que su acción abarca a la totalidad del sistema respiratorio. Ejemplos: bromo, cloro, flúor, yodo, óxidos de cloro, ozono, bromuro de cianógeno, cloruro de cianógeno, sulfato de dimetilo, sulfato de dietilo, cloruro de azufre, tricloruro de fósforo y pentacloruro de fósforo.
  3. Irritantes de los pasajes respiratorios terminales y espacios pulmonares: se hallan en este grupo sustancias insolubles en medio acuoso tales como: tricloruro de arsénico, bióxido y trióxido de nitrógeno, fosgeno, hidrocarburos aromáticos.

Un gran número de gases irritantes puede producir daño agudo y en ocasiones crónico al sistema respiratorio.

La inhalación aguda puede ocurrir en una gran variedad de circunstancias, pero es más frecuente en el ámbito industrial. Los gases irritantes que usualmente alteran las vías respiratorias son: amonio, cloruro de hidrógeno, dióxido de sulfuro, cloro, dióxido de nitrógeno y fosgeno. Ocasionalmente producen lesiones por inhalación el formaldehído, el cianuro de hidrógeno, el sulfuro de hidrógeno y los vapores de mercurio.

Por otra parte, la inhalación masiva de humo proveniente de la combustión de materiales es la causante de aproximadamente el 50% de las muertes relacionadas con incendios.

Las alteraciones respiratorias producidas por la inhalación aguda de gases irritantes, depende de varios factores:

  1. Las concentraciones del gas depositado en el aparato respiratorio (vías aéreas superiores, árbol traqueobronquial y parénquima).
  2. La toxicidad específica del gas
  3. La respuesta de cada individuo

La concentración está determinada tanto por la cantidad del gas, como por su solubilidad en las mucosas.

La toxicidad y las características imitativas de un gas dependen de su composición química. Los gases más irritantes y solubles como el amonio y el ácido clorhídrico, producen con menor probabilidad lesión de vías aéreas inferiores y alvéolos, ya que su naturaleza irritante hace que el individuo escape rápidamente de su exposición; las lesiones se producen principalmente en las vías aéreas superiores, a menos que el individuo no pueda apartarse del ambiente contaminado por el gas.

En contraste, los gases con menor poder irritante producen alteraciones tanto en las vías aéreas superiores como en las inferiores y los alvéolos.

La reacción de la persona ante el gas es un factor significativo para determinar el patrón de la lesión bronco pulmonar; igual importancia tiene el antecedente o previa existencia de enfermedad pulmonar aguda o crónica.

Los gases oxidantes como el óxido de nitrógeno, el ozono y el cloro, interfieren directamente con los sistemas enzimáticos celulares y mitocondriales formando radicales libres, los cuales pueden distorsionar la integridad de las proteínas.

Los gases ácidos y las bases como el cloruro de hidrógeno, dióxido de sulfuro, ácido sulfúrico y amonio alteran el pH intracelular produciendo cambios estructurales en las proteínas, destrucción celular y aumento de la permeabilidad capilar.

Independientemente del mecanismo, se puede producir inflamación severa de las vías aéreas, tanto de las superiores como de las inferiores y del parénquima pulmonar, lo cual puede ocasionar, en forma aguda, obstrucción de la vía aérea y ruptura de la membrana alvéolo-capilar con desarrollo de edema pulmonar e insuficiencia respiratoria aguda. Estos cambios agudos pueden ser seguidos de bronquiolitis obliterante, fenómenos de hiperactividad bronquial y, en algunos casos, de fibrosis pulmonar.

Los signos y síntomas varían según la sustancia. con fines didácticos se pueden considerar tres síndromes clínicos, relacionados con el tipo de gas inhalado; una consideración especial merece el humo proveniente de los incendios.

  1. Intoxicación por gases irritantes y solubles: los gases más representativos son el amonio y el ácido clorhídrico. Producen lesión inmediata; los pacientes desarrollan manifestaciones de obstrucción de las vías respiratorias altas caracterizadas por tos, disnea, sensación de asfixia y estridor por edema laríngeo,acompañados de dolor y opresión esternal, irritación ocular, nasal, y orofaríngea. Se ha descrito, en casos muy severos, el desarrollo de edema pulmonar no cardiogénico. En algunos individuos se han producido bronquiectasias y enfermedad obstructiva residual después de exposición accidental al amonio.
  2. Intoxicación por gases irritantes e insolubles: gases como el cloro, cadmio, cloruro de zinc, paraquat y vanadio suelen afectar tanto el tracto respiratorio superior, como el inferior y el epitelio alveolar. Se consideran cuatro fases en las alteraciones clínicas producidas por la exposición al cloro, las cuales pueden servir de prototipo para los otros gases irritantes de este grupo:
  3. Intoxicación por gases poco o nada irritantes: son los representados por el óxido de nitrógeno, el fosgeno y el mercurio los cuales producen daño y manifestaciones clínicas independientes de la solubilidad. La severidad de las lesiones depende de la concentración del gas y del tiempo de la exposición. El prototipo de este grupo es el óxido de nitrógeno, el cual produce las lesiones principalmente a nivel de los bronquios terminales. La inhalación de altas concentraciones conduce a la formación de metahemoglobina, fenómeno que interfiere seriamente con el aporte de oxígeno a los tejidos. El curso clínico de este tipo de exposición tiene varias fases. Inicialmente el paciente presenta tos, disnea y sibilancias, después de varias horas desarrolla edema pulmonar no cardiogénico el cual se resuelve en pocos días, dando inicio a la fase de recuperación que dura de dos a cinco semanas.}
  4. Inhalación de humo proveniente de incendios: aproximadamente la mitad de las muertes relacionadas con los incendios son secundarias a la inhalación del humo, el cual está conformado por una variedad de gases tóxicos de diversa constitución química, solubilidad y, además, de partículas.

El compromiso pulmonar y sistémico es causado por mecanismos térmicos, químicos e hipóxicos. La injuria térmica es ocasionada por la inhalación de gases calientes y otros productos de la combustión. Gran parte del daño térmico está limitado a la faringe, vía aérea superior y rara vez se extiende más allá de la región subglótica. La injuria química es determinada por los constituyentes contenidos en el humo, como el ácido hidroclorhídrico, acroleína, fosgeno, cianuro y nitratos. La hipoxia es la consecuencia inmediata, como resultado de la asfixia por obstrucción de la vía aérea o por la intoxicación con monóxido de carbono.

Clínicamente los pacientes presentan disnea, cianosis, disfonía, estridor, sibilancias y tos. Los síntomas producidos por la intoxicación por monóxido de carbono se relacionan con los niveles sanguíneos de carboxihemoglobina: cefalea cuando los niveles están entre 10 y 30% acompañada de dolor torácico y disminución de la agudeza visual. Si los niveles superan el 30% se presentan náuseas, vómito y pérdida de la destreza manual. Con niveles mayores del 50% hay confusión, ataxia, taquicardia, estupor, convulsiones y coma. La muerte sobreviene como consecuencia de niveles superiores a 60%.

2.8. Asfixiantes

Se denominan gases asfixiantes a una serie de sustancias en estado gaseoso o de vapor que interfieren en una u otra forma en el ingreso, transporte o utilización del oxígeno en el organismo. Se clasifican en:

  1. Simples o primarios: gases fisiológicamente inertes, su acción es la de diluir o reducir la concentración del oxígeno en el aire respirable y por lo tanto, no existirá la suficiente presión parcial de oxígeno para mantener la vida humana. Ejemplos: el metano, el etano, el bióxido de carbono, el nitrógeno, el helio y el hidrógeno.
  2. Químicos o secundarios: se caracterizan porque interfieren con los procesos normales de intercambio y transporte de oxígeno en la sangre (anoxia anémica): Ejemplos: monóxido de carbono (produce carboxihemoglobinemia, cianuro de hidrógeno, anilina, y nitrobenceno (produce metahemoglobinemia o ferrilhemoglobinemia).

Características clínicas de los principales gases y vapores tóxicos

Agentes que inhiben la oxidación combinándose con catalizadores celulares (anoxia histotóxica). Ejemplos: ácido cianhídrico, nitrilos.

Agentes que producen parálisis respiratoria (anoxia por éxtasis). Ejemplo: ácido sulfúrico.

2.9. Anestésicos y narcóticos

Producen anestesia sin efectos sistémicos serios, causan depresión del sistema nervioso central, determinada por su presión parcial en la sangre que afluye al cerebro. Este grupo incluye una gran variedad de compuestos orgánicos, la mayoría de amplio uso industrial y doméstico, sobre todo como solventes y combustibles. Ejemplo: hidrocarburos acetilénicos, hidrocarburos olefínicos, éter etílico, éter isopropílico, hidrocarburos olefínicos, hidrocarburos parafínicos, ésteres, cetonas alifáticas, alcoholes alifáticos.

2.10. Tóxicos

Tras inhalación, ingestión o absorción a través de la piel pueden presentarse en general, trastornos orgánicos de carácter grave e incluso la muerte. Ejemplo: mercurio.

Tóxicos sistémicos

Actúan sobre un sistema. Se clasifican con base en el órgano u órganos sobre los que actúan:

  1. Sustancias que causan daño en una o más vísceras: ejemplo: la mayor parte de los hidrocarburos halogenados.
  2. Sustancias que atacan el sistema hematopoyético: ejemplo: benzeno, fenoles, tolueno, xileno, naftaleno.
  3. Tóxicos del sistema nervioso: ejemplos: plomo, bisulfuro de carbono, alcohol metílico, tiofeno.
  4. Metales tóxicos: ejemplo: plomo, mercurio, cadmio, antimonio, manganeso, berilio.
  5. Tóxicos inorgánicos no metálicos: ejemplos: compuestos de arsénico, fósforo, selenio, azufre y flúor.

También se pueden clasificar con el nombre o denominación del sistema afectado:

  1. Neurotóxicos: son sustancias que se fijan en el sistema nervioso y producen síntomas tales como convulsiones, inconsciencia, hiperactividad, delirios, depresión del sistema nervioso central. Ejemplos: sulfuro de carbono, alcohol metílico, metales como el mercurio, manganeso talio, los derivados alquílicos del plomo, estaño y los insecticidas órganos fosforados.
  2. Neumotóxicos: afectan principalmente a los pulmones. Producen obstrucción respiratoria, edema pulmonar, neumonía química. Ejemplo ciclohexanol.
  3. Cardiotóxicos: afectan al corazón y a los grandes vasos. Producen insuficiencia cardiaca o paro cardíaco. Ejemplo: polipropilen glicol.
  4. Nefrotóxicos: afectan el riñón y las vías urinarias. Producen insuficiencia renal, retención urinaria. Ejemplo: fenotiacina, los hidrocarburos halogenados (tetraclo- roetano y tetracloruro de carbono), las nitrosaminas.
  5. Gastroenterotóxicos: afectan al aparato digestivo y al hígado. Produce vómitos, diarrea, parálisis del intestino, insuficiencia hepática. Ejemplo: arsénico.
  6. Hematotóxicos: afectan la sangre y los órganos donde se produce, la médula ósea. Ocasionan trastornos de la hemoglobina, pérdida de glóbulos blancos y destrucción de glóbulos rojos. Ejemplo: anilinas y nitrotolueno.
  7. Dermatotóxicos: afectan la piel y sus anexos (glándulas sudoríparas, cabello, etc.). Producen dermatitis de contacto. Ejemplo: tricloruro de fósforo.

2.11. Cancerígenos

El constante desarrollo del mundo industrializado ha originado un incremento de ciertas patologías propias de la sociedad actual, entre ellas el cáncer.

Prácticamente la mitad de los cánceres se producen en el mundo desarrollado, a pesar de que la población de este constituye tan solo una cuarta parte de la existente en la tierra.

Las neoplasias, como cualquier otro proceso patológico que afecte al ser vivo, son el resultado final de la interrelación entre su constitución genética (factores endógenos) y el medio ambiente que lo rodea (factores exógenos). En el momento actual existen diversos factores exógenos, tabaco, alcohol, dieta, ambiente laboral, a los que, con mayor o menor seguridad, se consideran relacionados con el cáncer.

Los cánceres de origen laboral suponen la fuente de información más antigua y a la vez más productiva en relación al descubrimiento de agentes cancerígenos.

La historia comienza en 1775 cuando Sir Percivall Pott señala la elevada incidencia de cáncer (epitelioma) de escroto entre los deshollinadores de Londres, debida seguramente a algún compuesto del hollín que impregnaba sus ropas, hoy se sabe que se trata de los hidrocarburos aromáticos policíclicos.

En 1822 se descubrió la asociación entre la exposición a arsénico en trabajadores de la fundición y cáncer.

En 1879, Heartig y Hesse observaron un sinnúmero de casos de cáncer de pulmón en los mineros que explotaban minas de uranio.

El cirujano alemán Rehn señaló en 1895 la gran incidencia de cánceres de vejiga urinaria entre los obreros de industrias dedicadas a la síntesis de colorantes artificiales. Rehn atribuyó estos casos a la anilina, pero posteriormente descubrió que no era la anilina sino otras aminas aromáticas las responsables del cáncer vesical, aunque hoy se reconoce a la anilina como inductora de sarcomas esplénicos en animales de experimentación.

En 1906, se aprobó en Inglaterra la primera ley que regulaba las indemnizaciones para los afectados por cáncer escrotal de origen laboral.

En 1915 Yamagiwa e Ichikawa indujeron cáncer por medios experimentales impregnando orejas de conejos con alquitrán de hulla. Diez años después, Kennaway aisló la sustancia responsable: 3,4-dibinzopireno.

En 1933 Gloyme describe por primera vez el riesgo oncogénico del amianto.

En 1967 se aprobó en Inglaterra la primera ley que prohibía el empleo de aminas aromáticas en los procesos de tinción.

Los tumores de origen ocupacional tienden a aparecer en edades más tempranas que los mismos tumores con distinta etiología.

En cuanto al sexo, la mayoría de los casos de cáncer ocupacional se presentan en los hombres. La razón de esto se debe principalmente a que la población laboral masculina trabaja sobre todo en industrias y actividades consideradas de riesgo, pero se sospecha además una susceptibilidad femenina diferente ante iguales exposiciones, determinada por factores hormonales, genéticos y hábitos personales.

La raza también interviene en la susceptibilidad frente a determinados factores cancerígenos. Así por ejemplo, la raza blanca es mucho más vulnerable que la negra al efecto oncogénico de los alquitranes, aceites minerales y radiaciones solares. Estas diferencias deberían tenerse en cuenta en la selección de trabajadores para ciertas ocupaciones con riesgo cancerígeno.

El efecto cancerígeno de un agente determinado aumenta con la duración de la exposición al mismo, puesto que la acción de las exposiciones individuales es acumulativa y sus efectos persisten durante largos períodos de tiempo. Por ello, los cánceres profesionales se manifiestan, con frecuencia, después de muchos años de haber cesado el contacto con el carcinógeno. Este período libre de exposición, se conoce con el nombre de “período de espera” y puede variar entre unos pocos meses y más de 30 años en algunos casos.

La suma del tiempo de exposición y del “período de espera”, si lo hay, es el “período de latencia”. Dicho período abarca pues desde el principio de la exposición hasta la manifestación del cáncer. En el caso de los cánceres de origen profesional el período de latencia oscila generalmente entre 10 y 30 años, dependiendo de la intensidad y potencia de la exposición.

Los cánceres de origen profesional se localizan preferentemente en aquellas zonas en donde la acción del carcinógeno es más intensa y prolongada. A pesar de lo anterior los agentes carcinógenos ocupacionales tienen unos órganos blanco que son pulmón, hígado, vejiga, piel, sistema linfático y hematopoyético. Desde el punto de vista histológico, los cánceres de origen ocupacional son principalmente epiteliomas.

La gran mayoría de los cánceres de origen laboral son desencadenados por sustancias químicas.

Existen algunas excepciones como el cáncer cutáneo en personal expuesto largas horas a la luz solar, los cánceres hematológicos de personal expuesto a radiaciones ionizantes o el cáncer de colon observado en personas cuya ocupación obliga al sedentarismo o escaso ejercicio físico.

El número de agentes químicos utilizados en la actualidad es enorme, estimándose que unas mil sustancias nuevas son incorporadas al mercado cada año. En 1971 la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) emprendió un programa para valorar el riesgo cancerígeno de sustancias químicas, grupos de sustancias, procesos industriales e industrias, con el fin de identificar posibles cancerígenos para el hombre y poder adoptar las medidas preventivas adecuadas.

Dicho organismo estudió más de 500 sustancias y procesos industriales y los clasificó en tres grupos según su poder cancerígeno:

  1. Sustancias, grupos de sustancias o procesos industriales cancerígenos para el hombre por la evidencia de una relación causa-efecto entre exposición y cáncer, demostrada en estudios epidemiológicos.
  2. Sustancias probablemente cancerígenas para el hombre. En este grupo, se consideran dos subgrupos:
  3. Sustancias que no pueden considerarse cancerígenas para el hombre, según los datos analizados.

Sustancias cancerígenas para el hombre (Grupo I)

Sustancia Ocupación Tipo de cáncer
Arsénico Extracción de arsénico, insecticidas, fungicidas, vidrio y esmalte, curtiembres, extracción de antimonio, anestésicos veterinarios. Piel, pulmón, hígado.
Brea y derivados de alquitrán Embreado del cordaje de barcos, piel. Labios
Radón Extracción de hematina. Pulmón
Amianto (asbesto) Extracción de amianto, trajes ignífugos, desguace y fabricación de barcos, frenos y embragues, fabricación de fibrocemento. Pulmón, mesoteliomas (plurales, peritoneales), laringe, intestino.
Polvo de madera Producción de muebles y de cajas. Senos nasales, pulmón, bronquios.
Cromo VI Fabricación de vidrio y cerámica, industria galvánica, colorantes, tintura de cuero y pigmentación. Pulmón, tráquea, bronquios y faringe.
Benceno Rotocalcografía, desengrase de pieles, industria del calzado, producción de alquitrán y hulla, manufacturas de caucho, refinado de petróleo y obtención de derivados. Leucemias
Bencidina Producción, tintes, endurecedor de caucho. Vejiga urinaria
2-Naftilamina Producción, tintes, antioxidantes, trabajadores del gas. Vejiga urinaria
4-Aminodifenilo Producción, tintes, antioxidantes. Vejiga urinaria
Auramina Tintes. Vejiga urinaria
Aceites minerales Desinfección de pieles, desengrase de pieles, lubricación de pieles. Piel, escroto, pulmón, laringe, intestino, vejiga urinaria.
Polvo de cuero Industria del calzado, tenerías. Mesoteliomas, senos nasales, pulmón, boca, faringe, estómago, vejiga urinaria, laringe, linfomas.
Cloruro de vinilo Soldadura de forros plásticos, producción de PVC. Hígado, cerebro, pulmón, sistema hematopoyético y linfático, aparato digestivo, tracto urinario, mama.
Cloro-metil-éter Producción de resinas de intercambio iónico. Aparato respiratorio
Hollín Trabajadores de gas. Piel
Deshollinadores   Pulmón, escroto, laringe.
Alquitrán Asfaltado Piel, escroto, pulmón, laringe, intestino, vejiga urinaria.

Sustancias con efecto cancerígeno casi demostrado en el hombre (Grupo II)

Sustancia Ocupación Tipo de cáncer
Acrilonitrilo Fumigación de silos, acabados de resinas sintéticas, aceites de lubricación, ignífugos y suavizantes, modificación del caucho, producción de PVC. Pulmón, tráquea, bronquios, intestinos, estómago, próstata, cerebro, sistema linfático.
Níquel Extracción, industrias galvánicas. Senos nasales, pulmón, laringe.
Berilio Preparación de pigmentos, esmaltado de cerámica, refinado de berilio. Pulmón, huesos.
O-Toluidina Tintes, antioxidantes, producción. Vejiga urinaria
enzopireno Quemado de pieles, acerías, producción de plomo, producción de carbón coque, asfaltado. Pulmón, tráquea, bronquios, faringe, piel.
Hidrocarburos aromáticos Negro de humo, petroquímicas. Pulmón, piel, escroto, cerebro, estómago.
Sulfato de dimetilo Producción de meta sulfatos amónicos, producción de parasimpaticomiméticos. Pulmón, bronquios, laringe.

Según su nivel de actuación, las sustancias químicas cancerígenas, pueden también clasificarse en dos grupos: genotóxicas y epigenéticas.

Cancerígenos químicos

Sustancia Ocupación Tipo de cáncer
Genotóxicos Actúan sobre el DNA celular. Hidrocarburos aromáticos Arsénico Nitrosaminas
Epigenéticos Citotóxicos Promotores Proliferación de fibroblastos Fisiología de órganos endocrinos Inmunosupresores Ácido nitrilo triacético Organoclorados Asbestos y plásticos Herbicidas

Las genotóxicas actúan interaccionando con el DNA celular, suponen un riesgo cualitativo, carecen de nivel de “umbral”, no existen para ellas niveles “seguros”, actúan de forma acumulativa y suelen hacerlo junto a otros genotóxicos similares. Entre las sustancias típicas de este grupo, se destacan el arsénico, las nitrosaminas y los hidrocarburos aromáticos policíclicos.

Las epigenéticas pueden tener diferentes tipos de acción:

  1. Comportarse como citotóxicas al actuar directamente sobre la célula (ácido nitro-triacético).
  2. Actuar como sustrato para la proliferación de fibroblastos (fibras de asbesto y plásticos).
  3. Alterar la fisiología de órganos endocrinos (algunos herbicidas).
  4. Comportarse como promotores al facilitar el crecimiento de células neoplásicas (pesticidas organoclorados).
  5. Actuar como inmunosupresores.

El benceno y el dioxano son cancerígenos químicos que no interrelacionan con el DNA celular, pero que tampoco pueden ser clasificados como cancerígenos epigenéticos. Actualmente se debate sobre la posibilidad de que exista una dosis umbral o límite por debajo de la cual, la exposición a agentes cancerígenos no sea peligrosa.

Numerosos argumentos defienden la postura de que dicha dosis o nivel límite debería ser cero y cualquier exposición a un cancerígeno supone un riesgo. Entre estos argumentos se deben destacar los siguientes:

  1. La exposición a un cancerígeno concreto no suele producirse nunca en forma aislada, sino que mayoritariamente se produce en combinación con otros cancerígenos potenciales. Por ello, aun suponiendo que no se superase el umbral o límite para este cancerígeno concreto, la total seguridad para la salud se vería anulada por el efecto sinérgico o aditivo de los otros cancerígenos potenciales que le acompañan, muchos de ellos desconocidos y por lo tanto no controlados.
  2. Numerosos experimentos demuestran que algunas sustancias a dosis mínimas no son peligrosas pero si acumulativas, por lo que una exposición deja ya “marcado” al trabajador, cuyo riesgo desde ese momento es superior al del resto de la población.

A pesar de lo anterior, la mayoría de países han optado por adoptar “concentraciones aceptables” para productos cancerígenos.

La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer señala que “en ausencia de datos adecuados para el hombre, es razonable, a efectos prácticos, considerar las sustancias para las que existen suficientes evidencias de carcinogenicidad en animales como si presentasen un riesgo carcinógeno para el ser humano”.

Para la prevención del cáncer laboral se proponen las siguientes medidas:

En la prevención debe considerarse la gran importancia que tiene la educación sanitaria del trabajador como herramienta dirigida a modificar hábitos insanos. Esta acción debe iniciarse con una adecuada información, la cual incluirá los datos necesarios sobre el material con el que se está trabajando y los riesgos a los que se están expuestos. La información suministrada debe referirse a las fuentes de emisión de los productos problema, a las vías de exposición por las que dicho producto puede ser peligroso y a las vías de diseminación, puesto que los trabajadores deben conocer de qué forma la sustancia cancerígena puede pasar a áreas de trabajo, incluso aquellas en las que su presencia no está prevista.

Una vez conocidos los riesgos y problemas que pueden generarse, la educación a los trabajadores buscará que estos se familiaricen con ciertas acciones que pueden minimizar los riesgos. Entre las medidas de carácter general debe citarse el respeto a las indicaciones de áreas de distinto riesgo, pues esta señalización es la primera barrera de protección. En ellas existirán limitaciones o prohibiciones de circulación y esta se hará, en determinadas situaciones, con ropa y calzado apropiados.

Otras medidas generales consisten en la utilización de ropa exclusivamente para el trabajo, que en ocasiones deberá quedar obligatoriamente en los locales de la empresa para su lavado. La ingestión de alimentos y bebidas quedará restringida a determinadas áreas y siempre tras el lavado de las manos. Fumar en ciertas zonas puede representar un riesgo, no solo por las razones derivadas del riesgo intrínseco del tabaco, sino por el peligro que representa llevarse a la boca un cigarrillo que puede estar impregnado de sustancias tóxicas.

Existe además la prevención secundaria del cáncer ocupacional, dirigida a la detección precoz de la enfermedad cuando aún puede ser tratada. La prevención de un cáncer ocupacional debe tener un carácter dinámico y si bien la identificación de riesgos cancerígenos es el aspecto más importante, la continua evaluación de medidas preventivas y la salud del trabajador es esencial para garantizar una protección eficaz.

2.12. Polvos productores de neumoconiosis

Son aquellas sustancias químicas o microorganismos que pueden originar a través de su deposición y acumulación en el pulmón, bien una generación de naturaleza fibrótica del tejido pulmonar o bien un conjunto de síntomas que por auscultación radiológica presentan cierto parecido con las neumoconiosis clásicas.

A continuación el tipo de polvo y el tipo de enfermedad que cada uno produce:

Producto Enfermedad
Sílice libre Silicosis
Talco Talcosis
Asbesto Asbestosis
Hierro Siderosis
Algodón Bisisnosis
Carbón Antracosis
Carbón bituminoso Neumoconiosis del Carbón
Bagazo de caña Bagazosis
Cabuya o fique Agavosis

Hay que tener en cuenta:

2.13. Teratógenos y mutágenos

Los agentes químicos mutágenos, denominación con la que se conoce a los tóxicos que producen alteraciones genéticas hereditarias, producen malformaciones congénitas. Ejemplo: dimetilacetamida.

En general conocemos como tóxicos para la reproducción a las sustancias y preparados que, por la respiración, por vía digestiva o a través de la piel, pueden producir alteraciones en la descendencia y también los que pueden afectar la capacidad reproductiva tanto del hombre como de la mujer.

También se pueden incluir, por su implicación en la reproducción y en la descendencia, los llamados disruptores endocrinos, capaces de producir una alteración del sistema hormonal con efectos sobre el desarrollo, crecimiento, reproducción y comportamiento del individuo. Los efectos de las sustancias químicas tóxicas para la reproducción dependen del momento en que se produzca la exposición. Si actúan sobre los espermatozoides del hombre o sobre los óvulos de la mujer, es decir antes del embarazo, pueden dar lugar a esterilidad o pueden producir alteraciones genéticas hereditarias. En este caso hablamos de sustancias mutagénicas.

Durante el embarazo, en general los efectos tóxicos van a ser mayores en los tres primeros meses y el resultado puede ser un aborto o una gran malformación en el feto. Son las llamadas sustancias teratogénicas. La exposición en el segundo y tercer trimestre del embarazo puede afectar al desarrollo y maduración del feto con posibles malformaciones de órganos de distinta gravedad.

La acción tóxica también se puede producir en la etapa de lactancia, al transmitirse a través de la leche materna al recién nacido. Las sustancias con capacidad de alterar el sistema hormonal (disrupción endocrina) pueden no manifestar sus efectos hasta la juventud o incluso la edad adulta.

¿Cómo identificar los agentes mutágenos en el trabajo?

Una sustancia o producto químico es un mutágeno reconocido,si su etiqueta contiene el símbolo y la frase de riesgo correspondiente que se describe en la siguiente tabla. Estos productos son además consederados como cancerígenos.

Nombre Clasificación N°CAS
Acrilamida M2 79-06-1
Acrilamidoglicolato de metilo (> = 0.1% de acrilamida) M2 77402-05-2
Acrilamidometoxiacetato de metilo (> = 0.1% de acrilamida) M2 77402-03-0
Benzo[a]pireno M2 50-32-8
1,3-Butadieno M2 106-99-0
Cloruro de cadmio M2 10108-64-2
Cloruro de cromilo M2 14977-61-8
Cromato de potasio M2 7789-00-6
1,2-Dibromo-3-cloropropano M2 96-12-8
Dicromato de amonio M2 7789-09-5
Dicromato de potasio M2 7778-50-9
Dicromato de sodio M2 10588-01-9
Dicromato de sodio, dihidrato M2 7789-12-0
1, 2, 3, 4-Diepoxibutano M2 1464-53-5
Etilenimina M2 151-56-4
Fluoruro de cadmio M2 7790-79-6
Hexametiltriamida fosfórica M2 680-31-9
Óxido de etileno M2 75-21-8
Óxido de propileno M2 75-56-9
Sulfato de dietilo M2 64-67-5
1, 3, 5-Tris (oxiranilmetil) -1,3,5 triazina-2,4,6(1H,3H,5H)-triona M2 2451-62-9

El hombre puede también ver afectada su función reproductora por exposición a tóxicos para fertilidad (etiqueta R60 “Puede perjudicar la fertilidad” y R62 “Posible riesgo de perjudicar la fertilidad”) o que puedan producir daño genético (etiquetado R46 “Puede causar alteraciones genéticas hereditarias”).

Principales sustancias con posible riesgo reproductivo (abortos, infertilidad, malformaciones congénitas) por exposición paterna.

Sustancias Industrias
Cadmio Aleaciones, soldadura, pigmentos, estabilizante en la industria del plástico, fabricación de acumuladores eléctricos.
Citostáticos Hospitales, industria farmacéutica, eliminación de residuos.
Cloropreno Fabricación de neopreno
Cloruro de vinilo Plásticos, química, fabricación PVC.
Dibromocloropropano (1) Plaguicida para tratamiento de suelos
Disulfuro de carbono Disolvente, rayón viscosa, celofán, producción.
Epiclorhidrina  
Estrógenos y Progestágenos sintéticos. Medicamentos, anticonceptivos, laboratorios de investigación.
Éter glicídico  
Gases anestésicos (halotano, metoxifluorano). Hospitales, industria farmacéutica, eliminación de residuos.
Óxido de Etileno (1) Fumigación, esterilización hospitalaria e industrial.
PCBs Sector eléctrico, cemento, química, plásticos, ferrocarril, instalaciones militares, laboratorios, componentes electrónicos, apuradoras de agua, talleres vehículos.
Plaguicidas (Carbaril, Clordecone) Agricultura, Industria química, fumigación
Plomo y derivados Baterías de auto, aditivo gasolina, soldaduras, esmaltes cerámicos, aleaciones.
Monóxido de Carbono Parking subterráneo, motores de combustión, industria química y del petróleo, industria metalúrgica.
Mercurio Metalurgia del mercurio, fabricación, reparación de aparatos precisión (termómetros, barómetros, etc.) Industria eléctrica y química. Especialidades farmacéuticas. Dentistas.

Fuentes: Ministerios de Trabajo de Finlandia, Zenc C. (1980).

2.14. Corrosivos

Por contacto con estas sustancias se destruye tejido vivo y también otros materiales. Ejemplo: ácido sulfúrico.

2.15. Sensibilizantes

Son sustancias que producen reacciones alérgicas. Efecto alérgico del contaminante ante la presencia del tóxico, aunque sea en pequeñísimas cantidades, la forman polvos y fibras que en individuos sensibilizados originan reacciones de tipo alérgico. Su naturaleza puede ser muy diversa ya que la acción patológica depende más de una predisposición del individuo que de las características físico- químicas del agente tóxico. Ejemplo: madera, isocianatos, dióxido de azufre, polen, pelos orgánicos.

La exposición a diferentes sustancias que existen en el puesto de trabajo puede causar asma, rinitis, vasculitis, la neumonitis de hipersensibilidad, fiebre inespecífica, urticarias- angioedemas, y dermatitis alérgica de contacto.

Sensibilizantes respiratorios

Es una sustancia que al ser inhalada puede dar lugar a reacciones alérgicas en el sistema respiratorio. Una vez que esto ha ocurrido, la exposición posterior, aún a concentraciones muy bajas, puede producir enfermedades respiratorias como:

Después de un accidente laboral o larga exposición a un sensibilizante puede aparecer crisis de asma ante diferente inhalante laboral y no laborales, irritantes, tóxicos o sensibilizantes que se conoce como SDVR.

Sensibilizantes más conocidos

(A) Producto químico Actividad típica
(I) Aislados Azodicarbonamida Fabricación de plásticos, mejoradores de harina.
& Diepoxi-butadieno (1, 2, 3, 4 diepoxibutano). Fabricación de polímeros
& 2,3 epoxi-l-propanol (Glycidol). Formulación de aceites
  Cimetidina. Producción de fármacos
* Formaldehído Histología, fabricación de espumas
(2) Mezcla de compuestos  
&,* Isocianatos Formulación de pinturas, fabricación de poliuretanos
  Colorantes Industria textil
  Antibióticos Producción de fármacos
  Aceites minerales y productos del refino del petróleo. Refinerías y petroquímicas.
& Anhídridos Plásticos, resinas, etc.
  Metales (Platino y sus sales, *Níquel, Cromo). Refino. Recubrimiento y aleaciones especiales.
  Plaguicidas. Producción y aplicación.
  Aceleradores Fabricación caucho
  Antioxidantes Fabricación caucho
  Humos de colofonia Uso como fundente de soldadura.
(B) Sustancias de origen animal
Polvo y aerosoles producidos por:
Animales e insectos. Uso en investigación, enseñanza o laboratorios.
Pájaros, animales en general, orinas, suero de animales. Cuidado y manejo.
Enzimas (tripsina, quimotripsina). Curtido de pieles.
Animalarios y estabularios. Investigación e industria farmacéutica.
(C) Sustancias de origen vegetal
Polvo de semillas y harinas. Cultivos, almacenaje, transporte, molienda, mezclado, utilización (panaderías, etc.).
Semilla de ricino, de lino de café verde, de voacanga africana, de plantago ovata, etc. Procesado.
Polvo de maderas Aserradero, carpintería.
Ipecacuana Producción de fármacos
Enzimas proteolíticas Fabricación de detergentes
(D) Microorganismos
Actinomicetos termófilos Agricultura (pulmón del granjero).
Aspergillus, actinomicetos tennófilos, contaminaciones del compost, etc. Cultivo del champiñón (pulmón del champiñonero).
Penicillium casei. Elaboración de quesos (pulmón del quesero).

Enzimas:

-Proteasas de aspergillus oryzae.

-Proteasas de bacilo Subtilis.

Mejorado de Harina

Mejorado de la harina Fabricación de detergentes

Causas de los problemas respiratorios en el trabajo

Las reacciones que se producen en las vías respiratorias y en los pulmones de los trabajadores que inhalan sustancias y partículas en el trabajo se dividen en tres categorías principales:

  1. Sustancias que se depositan en el conducto respiratorio, tales como el asbesto y la sílice, que provocan la asbestosis y la silicosis.
  2. Diversos tipos de agentes naturales y sintéticos utilizados en el lugar del trabajo pueden provocar enfermedades respiratorias de tipo alérgico, asmas de origen laboral, rinitis o alveolitis, las cuales han aumentado de forma constante en los últimos años. Según los resultados de un estudio realizado en Francia, entre un 5% y un 10% de los casos de asma están relacionados con el trabajo. En el Reino Unido se producen cerca de 3.000 nuevos casos de asma laboral cada año. Esta cifra se eleva a 7.000 casos si se incluyen los casos de asma agravados por el trabajo.
  3. Las sustancias irritantes del aparato respiratorio, como el humo del tabaco en el ambiente, el cloro, el polvo en general e incluso el aire frío pueden provocar crisis en las personas que ya padecen asma. En estos casos, aunque la persona no muestra una hipersensibilización ante el agente específico, la crisis sigue estando relacionada con el trabajo.

La respuesta del sistema inmunológico humano a las amenazas externas que plantean los agentes químicos y biológicos puede ser una reacción alérgica en las vías respiratorias. Entre los síntomas se encuentran la tos, respiración agitada, el resuello y la falta de aliento, los estornudos, la congestión nasal, ojos irritados e inflamados, fiebre, dolores articulares y musculares.

Hay una serie de características importantes que se presentan cuando aparece la sintomatología:

Los síntomas pueden desarrollarse de forma inmediata después de la exposición o varias horas más tarde, a menudo por la noche, por lo que el vínculo con el lugar de trabajo no resulta evidente. A menudo mejoran cuando el trabajador está fuera de su lugar de trabajo.

Los sensibilizantes respiratorios más extendidos en el lugar de trabajo, no están clasificados ni etiquetados. Muchos son de origen natural, generalmente se trata de proteínas y agentes biológicos presentes en el entorno vital pero son típicos de determinados procesos de trabajo.

Algunos sensibilizantes respiratorios y las profesiones relacionadas con ellas figuran en los siguientes cuadros:

Sensibilizantes respiratorios de origen natural

Sensibilizador Ocupación/sector
Proteínas presentes en el tejido epitelial y en la orina de los animales. Agricultores, ganaderos, veterinarios, empleados de laboratorio.
Colofonia (resina de pino) Soldadura blanda, industria electrónica, procesadores metálicos o eléctricos, fabricantes o reparadores.
Plantas decorativas Floricultores, jardineros y botánicos.
Algunos productos alimenticios, plantas y hortalizas (café en polvo, proteínas del huevo, harinas y semillas en polvo, frutas, hortalizas, pescado, marisco, semillas de soya en polvo, especias). Agricultores, procesadores de alimentos, cocineros, empleados de cocina, encargados del despiece de animales, panaderos, molineros, cerveceros.
Proteínas de látex de caucho natural Sanidad, empleados de laboratorio, procesadores de alimentos.
Mohos Agricultores, panaderos, empleados de invernaderos y aserraderos.
Ácaros de almacenamiento Panaderos, molineros, agricultores, procesadores de alimentos, empleados de almacenes.
Fibras textiles (algodón, lino, cáñamo, yute, seda, sisal, lana). Industria textil, sericicultura.
Algunos aserrines, incluyendo planchas de aglomerado. Carpinteros, ebanistas, aserradores.

Productos químicos

Fuente Ocupación/sector Sensibilizador
Resinas, pigmentos y pinturas. Material dental, pinturas y barnices. Resinas y endurecedores de epoxi, molduras y adhesivos. Endurecedores de pinturas, pegamentos y resinas. Espumas de poliuretano. Empleados de odontología, mecánicos, pintores que utilizan spray, laminadores, empleados de fundiciones, de empresas químicas y de productos plásticos, construcción, material aislante, procesadores metálicos o electrónicos/eléctricos, fabricantes y reparadores, procesadores de resinas y de madera. Anhídridos ácidos, aminas alifáticas, ciclo alifáticas o aromáticas isocianatos, formaldehídos.
Conservantes Trabajadores del metal, limpiadores, empleados de empresas químicas, plásticas y de textiles. Dietanolamina. Formaldehído y liberadores de formaldehído.
Medicinas Industria farmacéutica, laboratorios, farmacias, sanidad. Antibióticos
Aditivos alimenticios, detergentes. Panaderías. Procesadores de alimentos, empleados de farmacias y laboratorios, industria textil y de detergentes. Enzimas (papaína, alfa amilasas, proteasas.
Humo de soldadura, metales, productos químicos para galvanizado. Soldadores, trabajadores del metal, chapistas, refinadores, amoladores, industria del vidrio. Humos y sales metálicas, carburos metálicos.
Tintes para el cabello Peluquerías, esteticistas. Parafenilamina, gena.
Agentes decolorantes. Peluquerías, empleados de lavanderías, industria química, alimenticia y papelera. Persulfatos, sulfatos y bisulfatos.
Productos químicos y fibras textiles, incluyendo el acabado. Empleados de empresas textiles. Tintes reactivos, fibras sintéticas (nylon, orión, rayón).

Para aplicar las medidas de prevención se debe seguir el siguiente orden:

Sensibilizantes dérmicos

Los sensibilizantes dérmicos son sustancias que se introducen en el organismo a través de la piel produciendo una hipersensibilidad, dependiendo de la susceptibilidad individual, que culmina con la aparición de un eczema cutáneo denominado dermatitis alérgica de contacto. La dermatitis alérgica de contacto se caracteriza por un enrojecimiento de la piel (eritema), una hinchazón de los tejidos cutáneos (edema) y la aparición de vesículas o ampollas repletas de líquido en una primera fase.

Los problemas de piel en el trabajo están causados por el contacto con determinadas sustancias en el puesto de trabajo. Suele afectar las manos y los antebrazos, zonas cuyo contacto con una sustancia es más probable, pero puede extenderse a otras partes del cuerpo. Los primeros signos del problema son la resequedad, el enrojecimiento y el picor de la piel. La piel puede hincharse, agrietarse, puede escamarse y volverse más gruesa y pueden aparecer ampollas.

La rapidez con que se produce una reacción cutánea depende de la fuerza o la potencia de la sustancia, de la duración y de la frecuencia del contacto con la piel. Estos cambios cutáneos a menudo mejoran cuando el trabajador no se encuentra en su puesto de trabajo, por ejemplo fines de semana. La severidad del efecto no guarda relación con la concentración y la duración de la exposición.

Esta sensibilización puede manifestarse tras un período de tiempo de varios meses o años, con casi ningún síntoma o incluso con ninguno, o puede ocurrir en pocos días. Sin embargo, una persona sensibilizada tendrá una reacción tardía la próxima vez que esté expuesta y en todas las exposiciones siguientes.

Los trabajadores expuestos a líquidos y agua que puedan atravesar la barrera natural de defensa de la piel son los que sufren el máximo riesgo. También puede contribuir a ello la exposición de la piel a temperaturas extremas, radiación solar y riesgos biológicos. Los agentes que provocan alergia en la piel reciben el nombre de alérgenos cutáneos.

En los materiales naturales existen dos clases distintas de sensibilizadores cutáneos: los productos químicos y las proteínas. La alergia química en la piel suele desarrollarse a lo largo del tiempo, mientras que la alergia a las proteínas puede aparecer con gran rapidez. Los alérgenos que actúan por esta vía son sustancias muy variadas, indicándose algunas de ellas a continuación:

Proteínas en materiales naturales

Producto químico Fuente Ocupación
Proteínas de látex de caucho natural. Guantes protectores, instrumentos médicos. Trabajadores de la salud, peluquerías.
Proteínas animales. Pelo, epitelios y orina animal. Agricultores, personas que tratan con animales de laboratorio.
Productos alimenticios. Plantas decorativas. Hortalizas, plantas, harinas, especies. Agricultores, personal de floricultura, empleados de cocina, cocineros, industria alimenticia, panaderos.

Sensibilizantes y puestos de trabajo de riesgo

Producto químico Fuente Ocupación
Metales, incluyendo polvo y humo.
Níquel Metales, soldadura, instrumentos que contengan níquel como por ejemplo tijeras, monedas. Chapistas, industria electrónica, trabajadores del metal, peluquerías, cajeros.
Cromo Cemento, guantes de piel, metales, materiales de curtido. Trabajadores de la construcción, industria metálica, curtido de pieles.
Cobalto   Fundición de metales
Resinas y plásticos.
Colofonia Resinas, flux de soldadura electrónica, adhesivos. Industria de la resina, músicos, bailarines, industria electrónica.
Resinas de epoxi Pinturas y barnices. Pinturas, industria electrónica, fabricación, construcción.
Isocianatos Espumas aislantes, pinturas y barnices. Construcción, pinturas, fabricación.
Acrilatos/metacrilatos. Plastificadores de pintura, materiales dentales, uñas sintéticas, plásticos, adhesivos. Empleados de odontología, esteticistas, trabajadores del metal.
Formaldehído Cosméticos, plásticos resinas. Peluquerías, salud, fabricación, acabado textil, embalsamamiento.
Colorantes/tintes.
Parafenilendiamina Tintes permanentes para el cabello. Peluquerías.
Tintes y pigmentos textiles.   Trabajadores de empresas textiles.
Desinfectantes
Glutaraldehído   Salud, limpiadores, fabricación de papel, instalaciones marítimas.
Fragancias Agentes limpiadores Personal de limpieza, peluquerías.
Productos farmacéuticos, antibióticos.   Salud
Conservantes, cloracetamida, liberadores de formaldehído, isotiazolinones (Catón), parabenes. Fluidos de corte de metal, cosméticos, conservantes de la madera, pinturas al agua, pegamentos. Trabajadores del metal, esteticistas, masajistas, peluquerías, carpinteros.
Sustancias químicas derivadas del caucho, aceleradores Thiuram, derivados de la fenilendiamina.
Disolventes, d-limonene, etilenodiamina. Pinturas, detergentes, desengrasantes. Trabajadores de los metales, pintores, trabajadores de cadena de montaje, mecánicos, impresores.
Enzimas industriales.   Industria alimenticia y de detergentes, limpiadores.

2.16. Características de la sensibilización

Los síntomas pueden comenzar con solo unos minutos de exposición o bien tardar en aparecer algunas horas (pueden ocurrir por la noche), en cuyo caso puede no establecerse su relación inmediata con el trabajo. Sin embargo, la disminución de los efectos durante los fines de semana o las vacaciones, permite establecer como posible causa el origen laboral.

Si se aparta rápidamente a la persona sensibilizada de la exposición, se evita una mayor probabilidad de daños serios para su salud. No obstante, la capacidad de reacción a los sensibilizantes dependerá de cada persona en particular. Si se permite que continúe la exposición, los síntomas respiratorios irán empeorando progresivamente y podrá dar lugar a una enfermedad crónica.

Es difícil predecir quién puede resultar sensibilizado. Si se conoce que un trabajador presenta algún problema alérgico, se recomienda disponer del criterio médico antes de que empiece a trabajar donde pueda haber exposición a sensibilizantes.

“Exposiciones previas sin ningún efecto no garantizan que no se desarrolle la sensibilización en un futuro”.

2.17. Detección de los riesgos

Si en su trabajo maneja sensibilizantes debería hacerse las siguientes preguntas, para valorar de alguna manera su riesgo:

 

»  Prevenir la exposición o ver si es posible a efectos prácticos.

»  Mantener un control adecuado de la exposición.

»  Automatización del proceso.

»  Vigilancia de la salud.

»  Formación e información.

Control adecuado de la exposición:

Cuando no se pueda mantener la exposición dentro de los márgenes en los que no se observen efectos adversos y sea necesario un control, poner especial atención a:

“Instruir a los trabajadores en el manejo adecuado de este tipo de productos y respetar la metodología de trabajo adoptada, garantizan una mayor prevención”.

Vigilancia médica

La vigilancia médica se requiere cuando existe exposición laboral a sensibilizantes respiratorios y dérmicos.

Hasta que no haya una legislación específica, los empresarios deberán consultar a un Médico del Trabajo experto en el tema, para que les aconseje sobre un programa de vigilancia adecuado.

Participación de los trabajadores

Se debe formar e informar a los trabajadores potencialmente expuestos a sensibilizantes de tal forma que conozcan y comprendan:

Acciones a realizar con personal sensibilizado

Es necesario realizar con urgencia lo siguiente: