Capítulo III
CON TODA LA INSTRUCCIÓN REALIZADA A MI ESPALDA

«No basta decir la verdad, más conviene mostrar
la causa de la falsedad».

Aristóteles, siglo IV a. C.

Proceso 8 de 1997, procedimiento abreviado.

¿«Procedimiento abreviado»? ¡¡Y duró más de dos años de instrucción y otros dos de juicio oral, siendo, hasta la fecha, el juicio más largo de la historia judicial española!!

La historia de mi devenir judicial que terminó en el juicio oral es la siguiente, en resumen cronológico:

En la diligencias previas incoadas a raíz de la querella interpuesta por el Ministerio Fiscal contra Mario Conde y otros, declaré, bajo secreto sumarial, en la Audiencia Nacional el 5 de diciembre de 1994 y, a instancia del mismo, vuelvo a declarar de nuevo en el Juzgado Central de Instrucción número 3 de la Audiencia Nacional, esta vez como imputado, el 28 de marzo de 1996, es decir, quince meses después de mi primera declaración, basándose en el mismo pliego de los peritos-inspectores del Banco de España sobre el que me preguntaron en diciembre de 1994, pero habiendo ya aportado toda la información sobre mis sociedades y sobre las operaciones realizadas por ellas, tanto a la Policía Judicial, a la Agencia Tributaria y al mismo Juzgado de Instrucción.

Declaré, esta vez con la compañía de mi abogado, Juan García Alarcón, y en presencia de todas las partes y ratifiqué al juez García-Castellón la totalidad de lo declarado el 5 de diciembre de 1994 y, respondiendo a sus preguntas, le reiteré que era el propietario único de EUMAN S. A. y de VALYSER S. A., que nunca había sido testaferro de Mario Conde y que nunca había repartido dividendos ni ningún tipo de beneficios a nadie. Tanto el fiscal como los abogados del Fondo de Garantía de Depósitos y de BANESTO me preguntaron exhaustivamente durante toda la mañana por todas mis sociedades y en particular por las operaciones ISOLUX y Promociones Hoteleras.

Al fiscal le respondí que representé a Mario Conde en la empresa italiana Zenit 88 como consejero de la sociedad y que me dio un poder específico para vender en Milán una parte de su acciones a la sociedad KANEKO; que VALYSER la compré a la familia Muñoz Suárez de Valladolid y no al administrador de Mario Conde y que el 40 % de ISOLUX lo compré con préstamos de la Caja Vigo y del Banco de Progreso. Al final también me preguntó mi abogado para aclarar algunas cuestiones por si no habían quedado suficientemente claras y así consta en el acta que firmamos todos los presentes.

Hubo a media mañana un pequeño descanso de unos minutos y aproveché para ir al baño. Me extrañó ver entrar en el servicio justo detrás de mí, al periodista de El País Ernesto Ekaizer que no entendí qué hacía dentro de la Audiencia. Se puso justo a mi lado a hacer sus necesidades y me preguntó: «¿Qué tal va todo?».Le mire a la cara y le respondí. «No lo conozco a usted y, además, no voy a hacer ningún tipo de comentarios y menos en medio de una declaración».

En junio de 1996 el miembro del comité editorial de El País, Ernesto Ekaizer, edita un nuevo libro titulado Vendetta. Una pieza más del engranaje del motor organizado entre cuyos objetivos me incluyen a mí. Otras piezas fueron:

Los peritos-inspectores del Banco de España, Sres. Román y Monje, cuyo juramento como peritos judiciales se produjo el 18 de noviembre de 1994, el fiscal Florentino Orti, la Organización Nacional de Inspección (ONI) de la Agencia Tributaria, los peritos del ICAC y algunas otras importantes piezas sin las cuales el motor no hubiera funcionado.

La dedicación exclusiva de Ernesto Ekaizer escribiendo libros, editoriales, artículos diarios, entrevistas, etc., sobre el caso BANESTO, es merecedora de destacar hasta que, condenado Mario Conde, sus escritos van disminuyendo hasta desaparecer de escena y, por supuesto, del comité editorial de El País, puede que disfrutando de un merecido retiro dorado.

En este libro, Ekaizer cuenta lo siguiente:

«La mañana del 24 de noviembre de 1997, el fiscal Florentino Orti visita en su despacho de la planta séptima de la Audiencia Nacional al juez García-Castellón, titular del Juzgado 3 bis.

Orti le informó que él y Aranda habían visitado la ONI la tarde anterior, y que habían establecido un contacto permanente con Pepe Lacasa, jefe del equipo de inspección, a cargo del tema.

• Te he traído una petición de prueba —dijo

• Siéntate, Tino —sugirió cortésmente el juez—. Sí, dime.

• Verás, hemos visto que el requerimiento a la Agencia Tributaria debería ser más concreto —explico Orti.

Le entregó un folio escrito hasta la mitad.

El fiscal —decía— interesaría como medio de prueba a practicar por el juzgado que solicite a la agencia Tributaria— Organización Nacional de Inspección (ONI) —toda la información y documentación que tenga relación con las operaciones siguientes: 1. Compraventa de acciones de ISOLUX y posteriormente de ISOLUX WAT, por parte de VALYSER, IBISER y Metallgesellschaft. 2. Compraventa de acciones de Promociones Hoteleras por parte de Asni Investment, VALYSER y Mariano Gómez de Liaño, así como la vinculación existente de estas empresas con terceras personas.

La petición resumía el plan de trabajo que Aranda y Orti habían trazado la tarde del día anterior, 23 de noviembre, en Velázquez 50.

En las primeras dos semanas, la ONI prepararía todo el material acumulado y en los días siguientes redactaría dos informes, uno sobre la operación ISOLUX y otro sobre VALYSER. Intentaría también proporcionar datos sobre relaciones con terceras personas.

El juez estuvo de acuerdo. El 25 de noviembre quedó listo el oficio dirigido al director general de la Agencia Tributaria con mención de la ONI, dependiente del Departamento de Inspección Financiera y Tributaria, a cargo de Luis López Ibáñez».

También Ekaizer describe, a su manera, mi declaración como testigo el 5 de diciembre de 1994 ante el juez García-Castellón y el fiscal Florentino Orti. Va premeditadamente tratando de crear el caldo de cultivo para que yo sea imputado.

Sobre el informe de los peritos-inspectores judiciales del Banco de España que presentaron el 27 de diciembre de 1995, dice Ekaizer en su libro:

«Los peritos Román y Monge presentaron el primer trabajo encargado por el juez: 164 folios con centenares de anexos sobre el grupo EUMAN VALYSER. Describían la dinámica de lo que llamaron el grupo oculto de Mario Conde y su vinculación patrimonial.

Según el informe, las operaciones más significativas habían permitido a Conde y sus socios extraer a través del grupo EUMAN VALYSER beneficios por valor de 7 494,6 millones de pesetas».

Telemadrid emite esa misma noche del 27 de diciembre un programa dedicado al segundo aniversario de la intervención de BANESTO y asiste como invitado el propio Mario Conde. Ekaizer lo cuenta a su manera involucrando a José Ramón Rigal, antiguo abogado del despacho de Mariano Gómez de Liaño y quien se encargó cierto tiempo de llevar los asuntos mercantiles de mis sociedades. Más tarde veremos la declaración de Rigal en el juicio oral y el expediente que le abrió el Colegio de Abogados.

Pasado el tiempo, la sentencia definitiva quitó totalmente la razón a Ernesto Ekaizer y sus reiterativos argumentos.

Lo que no cuenta Ernesto Ekaizer es que al día siguiente de mi primera declaración el 5 de diciembre de 1994, bajo secreto sumarial, en la Audiencia Nacional donde el juez me dijo que no podía darme copia de mi declaración hasta que se levantara el secreto, Ekaizer, con una copia de mi declaración en la mano, se va a ver a Francisco Gómez Zubeldia que trabajaba en el BBVA y donde su jefe le pidió que le recibiera y le pide que le diga si mi declaración es verdad o no, pues si no lo es «se me ha escapado el pájaro», visita que Francisco me contó días después. Más adelante veremos la declaración de Francisco Gómez Zubeldia como testigo en el juicio oral.

El 1 de abril de 1996 solicité al Juzgado Central de Instrucción número 3 bis que dictara el sobreseimiento de la causa contra mí y el juzgado, sin resolver expresamente esa petición, dictó un auto el 8 de abril de 1996 decidiendo la conversión de las diligencias previas en procedimiento abreviado y el mismo órgano judicial, al día siguiente, dispuso, respecto mi solicitud de sobreseimiento que «en el momento oportuno se acordará lo que proceda». Interpuse, ese mismo día, recurso de reforma contra el auto que había acordado la conversión de las diligencias previas en procedimiento abreviado que fue desestimado por auto del mismo Juzgado, de 24 de abril de 1996, por el que se rechazaba la solicitud de sobreseimiento y se expresaba que «no se está haciendo por parte del instructor ningún juicio de intenciones», expresión que podría permitir deducir que no se me consideraba todavía formalmente imputado.

Pero el 27 de mayo de 1996, el Juzgado dictó el auto de apertura de juicio oral, en el que sí se contenía expresa y formalmente mi imputación. De nada sirvieron mis declaraciones del 5 de diciembre de 1994 y de 28 de marzo de 1996, ni toda la información que aporté, ni la inspección de Hacienda exhaustiva que hicieron a mí y a mis sociedades. Nada sirvió y hoy aún sigo preguntándome porqué todo eso no fue suficiente para que el juez instructor viera que yo era totalmente inocente, que no había perjudicado a nadie y que era falso lo que decía el informe de los peritos-inspectores del Banco de España.

Antes había interpuesto recurso de queja contra el auto mencionado del 24 de abril y la Sección Segunda de la Sala de lo penal de la Audiencia Nacional lo desestimó mediante auto el 12 de junio de 1996, contra el cual presenté recurso de súplica que fue inadmitido a trámite mediante providencia de 25 de junio de 1996.

Es claro que agoté sin éxito toda la vía judicial y es clara mi total indefensión ante la instrucción realizada completamente a mis espaldas, sin concretarme nunca la acusación, no permitiéndome probar lo que en derecho me hubiera convenido, algo que sí ocurrió con todas las otras partes acusadas y acusadoras.

Fui el primer intérprete en las acusaciones con mi declaración como testigo el 5 de diciembre de 1994 y soy el último, ahora como imputado, con mi declaración del 28 de marzo de 1996 sin conocer la imputación y sin tiempo ni posibilidad alguna de defenderme y probar mi inocencia ya que entre esta declaración y la notificación, el 8 de abril, del auto de conversión de las diligencias previas en procedimiento abreviado solo mediaron tres días hábiles, pues entre una y otra fecha mediaron dos sábados, dos domingos, y Jueves y Viernes Santo.

El 8 de julio de 1996 mi abogado envió un escrito al Tribunal Constitucional interponiendo recurso de amparo ante mi manifiesta indefensión. A dicho escrito siguió otro de fecha 22 de noviembre de 1996 mencionando una sentencia de la Audiencia provincial de Sevilla en la que aplica, en un caso como el mío, la doctrina del Constitucional y, adicionalmente y a requerimiento previo del Tribunal Constitucional, el 26 de noviembre de 1996 le fue enviada la acreditación del auto de la Audiencia Nacional en el que se deniega la reforma y sobreseimiento por mi parte solicitados.

El 21 de abril de 1997 me contestó el Tribunal Constitucional inadmitiendo el recurso de amparo y mi petición de archivo de las actuaciones diciéndome que «en todo caso las vulneraciones alegadas pueden ser todavía planteadas en el curso del procedimiento, no solo en el escrito de defensa sino además durante el turno de intervenciones con el que da comienzo el acto del juicio oral».

O sea, que diga lo que diga la Constitución y la Ley de Enjuiciamiento Criminal respecto a la instrucción de una causa, que me defienda en el juicio oral.

Rápidamente me puse a preparar mi defensa con mi abogado.

En agosto 1997 alquilé una casa en Menorca, en la urbanización Cala Llonga, ubicada a la entrada del Puerto de Mahón. Se trataba de un chalet con piscina, planta baja y planta superior con los dormitorios. Allí venía veraneando desde hacía varios años, aunque ese verano no pudimos frecuentar la amistad de nuestros amigos, los Yllas, que todos los veranos van a la casa que tienen en la isla en la urbanización de Son Park y que fueron los que nos recomendaron ir a tan preciosa isla. Hoy mis hijos siguen haciéndolo pues también quedaron encantados con la tranquilidad menorquina.

Allí preparé mi declaración del juicio oral. Me llevé todos los tomos y escritos del proceso y me recluí en nuestro dormitorio a estudiarlos y resumir mis notas en una carpeta que fue la que llevé al juicio.

Me acostaba a las 22.00 h, me levantaba a las 5.00 h. Me ponía a trabajar hasta que a mediodía llevaba a Pili al mercado, a la playa con los niños, donde tomaba algo y de 17.00 h a 21.00 h, volvía a estudiar. Once horas de estudio diarios me permitió cumplir lo que mi abogado me pidió: «Léete todo el sumario, aunque la mayoría de las cosas no vayan contigo, así comprenderás por dónde van los tiros y prepara a fondo los datos de tu defensa en las operaciones que te imputan».

Así lo hice y Juan puso la mejor música en mi interrogatorio y en el de mis testigos.

Mi carpeta tenía una pestaña para cada tema y cuando alguien, en el juicio oral me preguntaba durante mi declaración por un tema, abría la pestaña y tenía la respuesta concreta con los datos, número de tomo y de folio de la prueba documental, etc.

Ni Pili ni mis hijos notaron mi encierro opositor. Siempre estuve con ellos a la hora de comer, comprar, ir a la playa, cenar... Y nunca olvidaré la paz y tranquilidad de aquella casa con vistas al mar, sus amaneceres y sus puestas de sol. La Mola, junto a la casa, es el primer punto por donde sale el sol en España y yo aprovechaba los primeros rayos para concentrarme en el sumario.

Había comprado, años antes, la parcela anexa a este chalet en Cala Llonga y encargué un proyecto a un arquitecto menorquín.

Cuando Pili cayó enferma retoqué el proyecto para hacerle más fácil sus accesos y cuando comprendí que su enfermedad no tenía cura, vendí la parcela y cancelé el préstamo que para su compra me había concedido el Banco Popular. Con Pili se fue aquél sueño nuestro. Al menos mis cuatros hijos siguen veraneando en Menorca cada año con todos sus hijos…

A Alfredo Sáenz le conocí cuando él presidía Banca Catalana y yo estaba en IBM España. Un día me llamó Pedro Toledo, presidente entonces de nuestro gran cliente el Banco de Vizcaya, propietario a su vez de Banca Catalana y me pidió que organizara para los tres un viaje a EEUU pues quería ver el próximo futuro de la tecnología.

Viajamos una intensa semana y tuvimos reuniones con la cúpula de IBM y con la alta dirección de algunos grandes clientes como el CITIBANK.

Por las noches salíamos a cenar a algún buen restaurante neoyorquino y entre el fin de la jornada y la hora de la cena, Pedro siempre me pedía que le acompañara de compras: algún nuevo reloj, unos zapatos etc. Alfredo siempre prefería quedarse descansando en el hotel y Pedro me añadía: «Es que este es un aburrido».

En el juicio oral, Alfredo Sáenz no tuvo más remedio que reconocerles tanto al fiscal como a mi abogado, cuando estos le interrogaron como testigo, que efectivamente me conocía.

En 1994 yo seguía aun siendo consejero de ISOLUX WAT, con BANESTO ya intervenido y funcionado los nuevos administradores. En el Congreso de los Diputados, en el informe de los peritos-inspectores del Banco de España, etc. se decían de mí y mis sociedades EUMAN y VALYSER verdaderas barbaridades, pero el nuevo BANESTO me mantenía como consejero en una de sus sociedades más criticadas. Nunca me cesaron, pero, viendo lo que estaba ocurriendo, decidí dimitir y lo hice por escrito. Más relevante aun fue que ese año de 1994, el nuevo BANESTO aprobara las cuentas del ejercicio 1993 de ISOLUX WAT sin hacer ningún tipo de salvedad.

Preparando mi defensa me fui a ver a su despacho, entonces en la calle José Abascal, al profesor José María Pinedo y le conté la operación ISOLUX pensando en su peritaje como posible prueba testifical. Lo estudió y me pasó un presupuesto por el posible trabajo a realizar.

Hice lo mismo con el también economista y profesor Jesús Quintas y al final elegí a este, que me hizo el peritaje total de mis sociedades del Grupo EUMAN VALYSER, sobre el informe de los peritos-inspectores del Banco de España y sobre la operación ISOLUX. Como veremos más tarde, vino al juicio a declarar y ratificar los tres informes que me hizo y aporté a la causa.

Años más tarde, José María Pinedo, miembro del Patronato de la Fundación Conchita Rábago, me llamó y me invitó a almorzar para presentarme el presidente de Capio Sanidad, Víctor Madera, quien me ofreció formar parte del Patronato de la Fundación Jiménez Díaz del cuál hoy día sigo siendo vicepresidente. Mi amistad con José María se ha hecho aún más entrañable con los años, pues es un gran profesional y una magnifica persona.

El 1 de diciembre de 1997 empezó el juicio oral.

Entre las acusaciones particulares, además del Fondo de Garantía de Depósitos en Establecimientos Bancarios, el Banco Español de Crédito y el Ministerio Fiscal, figuraban la Asociación de Usuarios de Servicios Bancarios AUSBANC y otras como la Federación Estatal de Banca y Ahorro de Comisiones Obreras, la Federación Estatal de la Unión General de Trabajadores y el Colectivo de Trabajadores Asamblearios de Catalunya que, sorprendentemente, al menos para mí, también me acusaban. Creo que si el juicio fuera hoy quizás también me acusaría la Asociación de Antitaurinos…

El Tribunal lo formaron los magistrados Siro García, presidente de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, José Antonio Choclan y Antonio Díaz Delgado.

CUESTIONES PREVIAS

Después de hablar el secretario y el fiscal empezaron a hacerlo por turno los abogados defensores y el día 12 de enero del 1998 el profesor Stampa hizo una muy interesante exposición sobre el derecho a las máximas garantías del justiciable y la discutible actuación habida en el proceso por el llamado juez de apoyo que reproduzco, en el capítulo Anexos página 253.

El 19 de enero de 1998, dentro de las cuestiones previas, le toca el turno a mi abogado. Me imputaban cuatro operaciones: ISOLUX, Promociones Hoteleras, TELSON y VEBLINSA. Juan hizo la magnífica exposición que reproduzco literalmente, tal como consta en el acta del juicio oral, en el capítulo de Anexos página 257.

A continuación propuso los testigos y pruebas pertinentes. Propuso un gran número de testigos y aportó tres informes periciales que solicitamos a Jesús Quintas Bermúdez, exsubdirector general de Impuestos sobre Sociedades y a Luis Collantes Varillas, ambos colegiados del Colegio de Economistas de Madrid, auditores de cuentas inscritos en el ROAC y miembros del REA. Más adelante veremos la declaración que hicieron en el juicio sobre sus informes aportados a la causa por mi defensa.

No fue la única acertada intervención de Juan García Alarcón en esta fase inicial de las cuestiones previas. El día 2 de febrero, después de exponer Ignacio Ayala, abogado defensor de Francisco Sitges, sus argumentos, Juan, en el turno abierto por el presidente, no se limitó solamente a apoyar dichos argumentos, sino que aprovechó su turno para enfatizar brillantemente varias cuestiones técnicas que considero claves cara al juicio y que se incluyen, tal como figura en el acta del juicio oral, en la página 277 del Anexo.

El día 16 de febrero interviene de nuevo Juan García Alarcón con relación a mis sociedades y sus responsables civiles EUMAN y VALYSER y su exposición, tal como figura en el acta del juicio oral, está recogida en la página 279 del Anexo.

El mismo día, en sus respectivos turnos de intervención, tanto el abogado defensor de Rafael Pérez Escolar, el profesor José María Stampa, como el abogado defensor de Jacques Hachuel, el profesor Miguel Bajo, apoyaron las tesis de mi abogado, adhiriéndose todas las demás defensas a su brillante y bien preparada exposición. Incluyo en la página 280 del capítulo Anexos dichas intervenciones.

El Tribunal, en su resolución al final de las cuestiones previas, nos da parcialmente la razón, desestima, en base a nuestros argumentos, las acusaciones por TELSON y VEBLINSA y mantiene las acusaciones por ISOLUX y Promociones Hoteleras.

Juan García Alarcón manifestó el día 10 de marzo respecto a dicha resolución:

«SEÑOR LETRADO DE LA DEFENSA DEL ACUSADO SEÑOR MARTÍNEZ JIMÉNEZ Y DE LAS RESPONSABLES CIVILES EUMAN S. A. Y VALYSER S. A.: Con la venia, señor, en nombre de D. Eugenio Martínez Jiménez y de las sociedades mercantiles EUMAN S. A. y VALYSER S. A.; para formular respetuosa y expresa protesta a los efectos del art. 5.4 de la L.O.P.J. y 44.1.c de la Ley del Tribunal Constitucional para recurso de amparo, por la vulneración de los derechos fundamentales a un proceso con todas las garantías que no produzca indefensión, observado al desestimar la Sala las cuestiones previas: 1ª de las propuestas en nombre de D. Eugenio Martínez Jiménez y 1ª de las propuestas en nombre de las entidades EUMAN y VALYSER, 4ª de las propuestas en nombre de D. Eugenio Martínez Jiménez y 3ª y 4ª de las propuestas en nombre de las sociedades EUMAN y VALYSER, y por haber desestimado, igualmente, las cuestiones previas 5ª, 6ª y 7ª de las propuestas en nombre de D. Eugenio Martínez Jiménez; y con reserva expresa de la posibilidad de defender y mantener en el juicio y, por supuesto, en trámite de calificación definitiva y de defensa, estas mismas cuestiones, amparando en ella la inocencia de mi defendido. Nada más».

HE VISTO TANTAS COSAS

He visto, leyendo todo el sumario para preparar mi defensa, cosas totalmente contradictorias entre los escritos de acusación y la querella en sí misma. Por ejemplo:

• El fiscal en su escrito de acusación dice sobre ISOLUX: «encontrándose en una situación que obligaba a su liquidación, salvo que se procediera a su saneamiento».

• Los peritos inspectores del Banco de España en su informe del 27.12. 95 dicen: «La situación patrimonial de ISOLUX era de quiebra técnica al 31.12. 89” y en el informe anterior del 19.4.95 (tomo 117 documental, folio 35999)”La sociedad ISOLUX, propiedad de BANESTO, se encontraba en una situación que obligaba a la liquidación de la compañía, salvo que se saneara la misma».

He visto en el escrito de acusación de BANESTO a Mariano Gómez de Liaño y a Francisco Sitges decir: «VALYSER no pagó 600 millones por la compra de ISOLUX… Los 300 millones iniciales fue la opción de compra y cuando compró debió pagar 600 millones y solo da 300 millones». Espero que después de leer la sentencia ya le quedara todo claro al que redactó el referido escrito de acusación…, y haya aprendido lo que es una opción de compra.

He visto también como la Policía Judicial dice en su informe que yo firmé la compra de ISOLUX con Arturo Romaní. Doy por sentado que debieron tener delante el contrato y que saben leer. Sin embargo, el contrato, que figura en la pieza documental, se firma ante el corredor José Miguel García Lombardía y lo firmaron realmente Arturo Romaní por la Corporación BANESTO, José Manuel Losada por CARTINMOSA y Carlos Díaz por VALYSER, cosa que confirmó la sentencia y que supongo sería leída por la referida Policía Judicial.

He visto como el juez instructor, no queriendo ser menos, decía en su escrito de apertura del juicio oral: «VALYSER es de Eugenio Martínez aunque Mario Conde es el propietario real», cosa que ni siquiera la exhaustiva inspección de hacienda pudo confirmar y que finalmente la sentencia dejó totalmente claro que no era así.

He visto también como, en su informe, los peritos-inspectores del Banco de España dicen: «Díaz Orueta sufrió un error ya que tendría que haber dicho que el grupo EUMAN VALYSER creía que pertenecía a Mario Conde».

Díaz Orueta vino a declarar al juicio oral, juró decir la verdad y volvió a decir lo que a los referidos peritos-inspectores no les gustaba oír.

Entre los resúmenes y notas que preparé al leer el sumario para facilitarle la información a mi abogado, hice dos sobre las valoraciones que figuraban en el sumario tanto sobre ISOLUX como sobre Promociones Hoteleras.

Sobre ISOLUX estaban las de: AXEL Group (16 000-18 000), Rothschild (12 000-15 000), BANCOTRANS (12 300), Bank of America (12 300), Portland Iberia (11 000), CEMEX (9 500), JAMUNA (11 000), IBISER (11 000), Metallgesellschaft (11 000), Swiss Bank (17 000), NATWEST, Colegio de Economistas, Jesús Quintas, Banco Santander/CNMV/Bº España: OPV de las acciones de BANESTO y el propio BANESTO en el año 1994 en la Comisión Ejecutiva sobre la solvencia de ISOLUX.

Y sobre Promociones Hoteleras estaban las de: VASA, de fecha 31 de diciembre de 1991 y no 1992 como dicen los peritos-inspectores del Banco de España (3 652), D. G. Seguro de fecha 20 de septiembre de 1993 (2 962), Richard Ellis, Aguirre Newman, GESTINCO (2 990) y los peritos del Colegio de Economistas.

Una vez iniciado el juicio oral, el día 8 de mayo de 1998, la nueva administración de BANESTO vendió el 50,17 % de Radiotrónica por 5 800 millones de pesetas. Y no pude por menos que hacer una comparación con la venta que mi empresa VALYSER hizo años antes de su 30 % en ISOLUX.

Aparte de que ISOLUX WAT hacía lo mismo que Radiotrónica, más otras muchas actividades que esta no hacía, el día que BANESTO vendió su participación la acción de esta cotizó en la bolsa a 5 100 pesetas y como la sociedad tenía un capital dividido en 3 217.500 acciones, eso suponía que, el día de la venta, el valor en bolsa del 100 % sería de 16 409.250 000 pesetas. Y, sin embargo, BANESTO vende su 50,17 % por 5 820.000 000 pesetas lo que significa que el 100 % de la sociedad se valoró en 11 600.000 000 pesetas, es decir más o menos igual que ISOLUX, cuando está claro que en este caso BANESTO había vendido por debajo del valor en bolsa, cuya cotización, por cierto, siguió subiendo y solo 29 días más tarde de haberla vendido BANESTO, la acción de Radiotrónica cotizó a 7 910 pesetas. El 50,17 % que vendió BANESTO el día 8, justo el día 28 valía en lugar de 5 820 millones de pesetas. ahora valía 12 786 millones de pesetas. Siguió subiendo y el 21 de agosto, o sea tres meses más tarde, alcanzó su máximo anual y lo que vendió BANESTO ahora valía 3.24 veces más ¿Cómo era posible que se me acusara de estafa habiendo tenido ISOLUX la revalorización que tuvo en los años que mi empresa VALYSER tuvo su participación?

Para cuantificar la comparación, las principales cifras de Radiotrónica y de ISOLUX WAT cuando aquella la vende BANESTO y yo vendo esta, eran:

Imagen 04

Hay más diferencias significativas: al 31 de marzo de 1998, último balance de Radiotrónica antes de venderse, las pérdidas de la sociedad son de 140 millones de pesetas y la deuda de la compañía es de 4 059 millones de pesetas y toda ella lo era con BANESTO, es decir, estaba soportada exclusivamente por sus accionistas, todo lo contrario que en el caso de ISOLUX.

El nuevo consejero delegado de la Corporación, Santiago Zaldumbide vino al juicio oral a declarar el 15 de diciembre de 1998 y mi abogado le preguntó por esta operación. Contestó que estuvo muy bien vendida por BANESTO y tal como consta en el acta, en las páginas 7239 y siguientes, negó conocer ningún valor sobre ISOLUX ni en el día de la fecha ni el 31 de diciembre de 1993. Dijo no conocer ni a José Manuel Losada, que siguió siendo consejero delegado de ISOLUX casi un año con Santiago Zaldumbide ya al frente de la Corporación. Esperpéntica su declaración, pero en el fondo una muestra más de que no sabían lo que me estaban reclamando.

Camino del juicio, todas las mañanas, solía hacer una visita al Santísimo en la capilla de la iglesia de los jesuitas de la calle Maldonado pues ello me daba tranquilidad espiritual y me despojaba de posibles rencores.

MI DECLARACIÓN

Declaré como imputado la mañana y la tarde del día 9 y la mañana del día 10 de septiembre de 1998. En total estuve más de 9 horas y 15 minutos declarando.

Mi declaración consta en el acta del juicio oral en las páginas 4366 a 4551, o sea 185 en total, que tengo a disposición de cualquier interesado, así como una copia en tres DVD de la retrasmisión televisada que cada día hizo Vía Digital. Ello permitió a muchas personas interesadas poder seguir, casi en directo, la marcha de mi declaración. Por ejemplo a mi hermano Gonzalo que, cada noche, cuando volvía de trabajar en su restaurante en Málaga, conectaba la televisión y al día siguiente me llamaba para comentarla.

Sirve también para ver lo útil que me fue en mi declaración la carpeta que preparé durante el verano en Menorca.

A Mario Conde lo traían a la Audiencia Nacional todos los días en un furgón desde la cárcel de Alcalá Meco y en el descanso del juicio, mientras los demás salíamos a tomar café a alguna cafetería cercana, a él lo bajaban al calabozo de la Audiencia, donde solía ir a verlo su mujer, Lourdes Arroyo.

La mañana del día 10, estando durante el descanso tomando café con mi abogado en la cafetería Riofrío, cercana a la Audiencia, se presentó allí Lourdes, a la que yo no conocía personalmente. Me dijo: «Eugenio, soy Lourdes y vengo a conocerte y a decirte que anoche vi tu declaración de ayer, retransmitida en Vía Digital y me pareció increíble tu preparación y tu claridad. Y me voy corriendo a saludar a Mario».Nunca olvidaré el gesto de esta extraordinaria mujer, como siempre demostró que era. Volví a verla otra vez. Fue en enero del 2004 en el funeral de mi mujer, en la iglesia de los jesuitas de la calle Serrano. Me dio un beso y me dijo: «Mario y yo lo sentimos muchísimo».Ese día Mario Conde seguía en la cárcel. Volví a acompañarla el 18 de octubre de 2007 en su propio funeral en la iglesia de San Fermín de los Navarros donde, al darle el pésame a Mario Conde, solo pude decirle «Nunca la olvidaré».

Esa misma mañana, también en el periodo de descanso, el catedrático y abogado penalista Horacio Oliva se nos acercó a Juan García Alarcón y a mí y dentro de la amistad que los tres tenemos desde nuestra juventud en Málaga, me dijo: «En mi opinión, estás demasiado valiente en tu declaración». Le respondí que estaba diciendo toda la verdad, la única verdad y que no iba a dejar de hacerlo. Al despedirse, camino ya de nuestro regreso a la sala, me deseó mucha suerte.

Reflejar aquí mi declaración sería tedioso y repetitivo para el lector dado que todo lo fundamental se fue comentando en las declaraciones de los testigos, peritos, etc. y al final la sentencia describe perfectamente las dos operaciones por las que fui imputado, tal como se recoge en el Capítulo V.

A Jacques Hachuel le había saludado personalmente, como declaré el 28 de marzo al juez instructor, cuando, años antes, yo era director de operaciones de la Región Centro de IBM España y ocupaba una planta de su edificio Herón de Paseo de la Castellana 38. Desde ese día, solo le había vuelto a ver fotografiado en los periódicos. Justo declaró como imputado antes que yo y al terminar su declaración me dijo en el descanso: «Bueno, como ahora te toca a ti, déjame darte un consejo: trata de no mirar al abogado de BANESTO cuando te pregunte, ni siquiera a la pantalla que hay detrás del Tribunal, donde se proyecta toda la sala y le verás su cara; puede ponerte nervioso». «Muchas gracias, Jacques»le contesté. La realidad fue que no solo ver proyectado en la pantalla su interrogatorio no me puso para nada nervioso, sino que me fue sirviendo para ir viendo lo nervioso y descontrolado que él se iba poniendo con mis respuestas. En la grabación de Vía Digital se le puede ver como pierde el control de su guion prefabricado y como sus torpedos no alcanzan nunca el objetivo.

Durante mi declaración en el juicio oral, el abogado de BANESTO, Antonio Jiménez, me preguntó, entre otras cosas, por un préstamo que mi sociedad VALYSER había concedido al también acusado Francisco Sitges, presidente de Asturiana de Zinc, empresa que cotizaba en bolsa y que estaba participada por la Corporación BANESTO. Yo era viejo amigo de Francisco, de sus hermanos y de sus hijos Nacho, Luis, Javier y Jacobo.

Gran aficionado a la caza y a la navegación, Paco compartía dichas aficiones con Su Majestad el rey Juan Carlos, a quien más de un día le vi entrando en la casa que Paco tenía en La Moraleja o visitando en Asturias las instalaciones del astillero MEFASA, donde se reparó el primer yate Fortuna, se construyó el segundo y el propio Paco se hizo su yate, Xargo V, (sus anteriores embarcaciones habían sido a vela) y donde se hicieron otros grandes yates. Mi sociedad VALYSER era accionista minoritaria de MEFASA al haber comprado, en marzo de 1990, sus acciones a José Manuel Alperi, fundador inicial del taller MEFASA, al que Paco Sitges había convertido en un astillero de gran calidad y diseño cuando Alperi, ya mayor, decidió jubilarse en su tierra asturiana, como él mismo declaró en el juicio como testigo, el 29 de marzo de 1999.

Paco Sitges se estaba haciendo un gran yate para después venderlo y cuando estaba acabándolo me pidió un préstamo puente para terminar de pagárselo a MEFASA, terminar de construirlo, botarlo y venderlo. En un par de meses me devolvería el préstamo. Independientemente de que Paco fuera amigo mío, al ser mi sociedad VALYSER accionista de MEFASA, a mí me interesaba que el yate se terminara y se cobrara. Todo ello lo confirmó el 29 de marzo de 1999 Florentino Suárez, director general de Administración de Asturiana de Zinc y consejero de MEFASA.

Le hice el préstamo sin aplicar intereses, como hacen tantos amigos y como luego bendijo la exhaustiva inspección de Hacienda que sufrió VALYSER. Pero el abogado de BANESTO insistió en sus interrogatorios queriendo convencer al Tribunal de que eso, aunque no tenía nada que ver con BANESTO ni con el juicio, había sido un vehículo por el que yo le había pagado a Paco Sitges no se sabe el qué.

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Lo curioso fue que justo coincidiendo con los días en los que el abogado de BANESTO exponía esta tesis absurda y me interrogaba a mí sobre el tema que expliqué en detalle, como he expuesto aquí, en la oficina del Banco Santander que hay enfrente de la Audiencia Nacional en la calle Génova, aparecían en sus ventanas unos carteles anunciando: «Tenemos para usted el crédito más apetecible» con la foto de un gran roscón. Era un crédito a pagar en seis meses a interés nominal del 0 %. Y si el banco podía prestar al 0 % de interés, me imagino que era tan legal como mi préstamo a Paco y que el banco no estaba, con esos préstamos, haciendo ningún trato de favor a sus clientes a los que en otras ocasiones, como campañas de marketing, les regalan baterías de cocina u otros artículos de consumo en clara competencia con las tiendas y almacenes comerciales. Entré en la sucursal, cogí varios folletos, hice fotos a las ventanas y mi abogado envió un escrito al Tribunal adjuntando estas pruebas que contradecían el escenario que malintencionadamente intentaba crear el abogado acusador de BANESTO y del que, por supuesto, el diario El País se hizo eco para magnificarlo.

Y hay muchas situaciones similares como por ejemplo la del 5 de octubre del 2010 cuando el Banco de Japón anunció que reducía el tipo de interés al 0 % en un intento de detener la apreciación del yen.

Paco Sitges terminó de pagar a MEFASA la construcción de su yate, este fue botado, Paco lo vendió e inmediatamente me devolvió el importe del préstamo, cosa que ocurrió años antes de iniciarse el juicio oral y que por la documentación aportada al juzgado, BANESTO conocía más que perfectamente.

¿Qué tenía que ver esta operación con el juicio de BANESTO? ¿Dónde estaba para el fiscal la relación? Todavía hoy me pregunto por qué, si este tema no perjudicaba a nadie ni tenía relación alguna con BANESTO, fue permitido por el Tribunal del juicio que se planteara.

He visto como, aún después de declarar como testigo José Manuel Alperi y confirmar que mi sociedad VALYSER le compró a él las acciones de MEFASA, el fiscal siguió preguntando a distintos testigos si no sabían que yo había hecho algunas operaciones con BANESTO como la de MEFASA.

En un momento de mi declaración, el abogado de BANESTO me preguntó: «Y ahora, hoy día, ¿a qué se dedica usted?». Giré mi silla y mirándole fijamente le contesté: «¿Y usted me lo pregunta? ¿Le parece poco dedicarme en cuerpo y alma a defenderme de sus falsas acusaciones y tratar de demostrar mi inocencia?», Con un «No hay más preguntas, señoría», terminó su calamitoso interrogatorio.

Durante mi declaración como imputado en el juicio oral, el abogado de BANESTO, Antonio Jiménez, que se supone había leído todo el sumario y todas las pruebas documentales, al no tener nada en concreto en que apoyar su acusación hacia mí con la cual me pedía 12 años de cárcel, durante su interrogatorio me preguntó cómo había constituido y capitalizado la sociedad EUMAN S. A., y con qué objetivo.

Le expliqué que, como se puede ver en la escritura de constitución, la constituí con mi cuñado y mi hijo para cumplir los requisitos que marcaba la ley de al menos tres socios y a los pocos días les compré a cada uno de ellos la acción que habían suscrito, pasando la sociedad a ser, lo mismo que es hoy, una Sociedad Anónima Unipersonal, siendo yo su administrador y socio único.

La sociedad ha estado activa hasta finales del año 2012, con el mismo objeto social pero habiéndole cambiado el nombre por aquello de la estética.

Como capital social utilicé los fondos de mi rescatado fondo de pensiones de IBM, describí el tipo de inversiones que venía haciendo desde su constitución y comenté los riesgos, éxitos y menos éxitos logrados, el Fiscal Anticorrupción, siguiendo el guion marcado por los peritos-inspectores del Banco de España, me dijo: «¿Podríamos decir que se asemeja a una sociedad de capital riesgo?». Le contesté que yo no era un experto en eso pero que el concepto podía ser ese aunque por su tamaño no estada sometida a los controles de las sociedades constituidas y reguladas a tal efecto. Me preguntó entonces: «¿Puede darnos algún ejemplo de alguna otra situación parecida en que con un capital limitado se hayan corrido riesgos y alcanzado tantos éxitos?».Me quedé un rato pensando y le contesté: «Mire, señor fiscal, le repito que no soy un experto financiero pero sí existen muchos ejemplos de empresarios que con su capital privado y mucho esfuerzo personal han formado un buen equipo y han conseguido grandes éxitos».Me insistió en que le diera algún ejemplo conocido en España. Y como vi rápidamente su intención, le contesté: «Los Reyes Católicos, Isabel y Fernando, apoyaron a Cristóbal Colón, apoyaron una idea, una aventura. Le concedieron un capital, el navegante formó un buen equipo y aquella empresa… ¡descubrió América!, con enormes riesgos pero con un incalculable beneficio para la Corona de España».

Un murmullo recorrió la sala, el fiscal se calló y los tres jueces del tribunal se miraron los unos a los otros.

El País, después de mi declaración del primer día como imputado, publicaba, firmado por Ernesto Ekaizer: «Eugenio Martínez, con domicilio en la Calle de la Kerria 32 del Soto de la Moraleja…».

Al día siguiente, mi hijo Eugenio, que asistió como oyente los dos días que duró mi declaración, al ver a Ekaizer en el hall del la Audiencia Nacional le dijo en voz alta: «Esto no lo he visto nunca ni con un terrorista. Si a mi padre le pasa algo, usted será el responsable».

Ernesto Ekaizer respondió que había sido un error de la redacción. Error que vulneraba la vigente Ley de Protección de Datos pero mi abogado y yo decidimos esperar acontecimientos y no caer en otra provocación manifiesta.

Aporté al juicio un informe encargado en mi defensa a los peritos Jesús Quintas y José Luis Collantes. Jesús es economista colegiado, auditor de cuentas, profesor de Derecho Fiscal e inspector de finanzas del Estado.

Con respecto al comentario que hacen los peritos-inspectores del Banco de España sobre las actividades de EUMAN VALYSER, dicen textualmente en su informe, entre otras cosas:

«En las páginas 9 y 10 del informe de los PBE de 27 de diciembre de1995 trata de establecerse el carácter principalmente no empresarial de las actividades de EUMAN VALYSER, aduciendo que son principalmente financieras y de intermediación.

Se pone en duda que la actividad de EUMAN VALYSER puede enmarcarse dentro del término “capital-riesgo” (página 24, párrafos 3º/5º)

Sin ir más lejos, el art. 2 Ley 1/1999 de 5 de enero (BOE del 6) define la actividad de las sociedades de capital-riesgo registradas en los siguientes términos:

“1. Las Sociedades de capital-riesgo son sociedades anónimas cuyo objeto social principal consiste en la toma de participaciones temporales en el capital de empresas no financieras cuyos valores no coticen en el primer mercado de las bolsas de valores.

2. Para el desarrollo de su objeto social principal, las Sociedades de capital-riesgo podrán facilitar préstamos participativos, así como otras formas de financiación, en este último caso únicamente para sociedades participadas. De igual modo, podrán realizar actividades de asesoramiento.”

Posteriormente, en el artículo 25.4 de la misma Ley 1/1999, se consideran incluidos en la política de inversiones los siguientes aspectos:

“g) Prestaciones accesorias que la sociedad gestora del mismo podrá realizar a favor de las sociedades participadas, tales como el asesoramiento o servicios similares.

h) Modalidades de intervención de la entidad gestora en las sociedades participadas y fórmulas de presencia en sus correspondientes órganos de administración”».

Dudo mucho que los peritos del Banco de España o el letrado de BANESTO consultaran esta Ley ni antes ni durante el juicio, pues no era de su interés hacerlo, todo lo contario.

Veremos más tarde como se ratifican en su Informe Jesús Quintas y José Luis Collantes en su declaración en el juicio el día 5 de julio de 1999 y como responden a las preguntas de mi abogado.

En su escrito de acusación, BANESTO dice que «VALYSER no tenía importantes contactos internacionales» tratando con ello de desacreditar mi aportación y entrada en ISOLUX

Las empresas las hacen las personas y estas son las que lógicamente hacen y cultivan los contactos.

En el momento del escrito de BANESTO contra mí tengo 55 años, he trabajado dos años en Nueva York en la sede de IBM Word Trade como responsable del Sector Público y del área sudamericana de la International Sales Office, he trabajado otros dos años en París como director de operaciones de IBM Europa como responsable de Suecia, Irlanda, Portugal e Israel. En esa misma fecha del mencionado escrito soy asesor y colaborador de varias empresas tecnológicas como SAP Ibérica, WEISMAN Technology con oficinas en París y Boston, Morgan & Dave con oficinas en España, Francia, Portugal, Alemania y EEUU. Soy también en esa fecha asesor de la Junta Directiva de la Confederación Iberoamericana de Fundaciones formada por España, Portugal y todos los países latinoamericanos y soy miembro activo del Foro Iberoamericano de la Fundación Carlos III en la que también participan asiduamente los embajadores y agregados de los principales países sudamericanos.

Todas esas relaciones me sirvieron para conocer empresas y proyectos que aporté al grupo ISOLUX WAT mientras fui accionista y consejero y cuyo detalle aporté a la causa y confirmaron en sus declaraciones en el juicio oral tanto el presidente Victoriano López Pinto, como el consejero delegado José Manuel Losada y como los varios directivos que declararon en el transcurrir del juicio, contradiciendo lo afirmado por BANESTO en su escrito de acusación.

Francisco Gómez Zubeldía me contó, una vez publicada mi sentencia absolutoria, que entre el día de mi declaración como imputado y la del propio Francisco como testigo meses más tarde, todos los domingos al salir de misa en la iglesia de la urbanización donde viven, se acercaba a saludarle especialmente simpático y afable el referido abogado de BANESTO, Antonio Jiménez.

Vi cómo el fiscal mentía haciendo preguntas falsas, por ejemplo al testigo Alejandro Valcárcel, diciéndole que hubo cuentas bancarias a su nombre, lo cual, según Arturo Romaní nunca ocurrió. ¿No dice la ley que hay que interrogar de buena fe?

Vi cómo mi contable, Jesús Martín, el 16 de febrero de 1999 y así consta en el acta del juicio oral, le contestaba a todo un fiscal anticorrupción que SÍ había contabilizado un préstamo de mi sociedad, que estaba seguro de ello, que el fiscal estaba equivocado y que si le enseñaba el balance, le diría dónde figuraba contabilizado.

El fiscal insiste en que no está contabilizado, mi contable insiste en que le muestre el balance, el fiscal no se lo muestra y cambia de pregunta. ¿Por qué el juez no obligó al fiscal a que mostrara el balance al contable?

Después, mi defensa envió un escrito pidiendo que se aportara el balance y el juez no lo admitió.

ISOLUX, siendo yo aún accionista, le reclamó a BANESTO los pasivos ocultos de WAT que se ponen de manifiesto después de que ISOLUX se la comprara al banco y este, con Mario Conde en la presidencia, no nos los paga. En diciembre de 1993 se interviene BANESTO, se nombra presidente a Alfredo Sáenz y consejero delegado de la Corporación a Santiago Zaldumbide y este nuevo equipo reconoce la deuda y le paga a ISOLUX WAT 2 685 millones de pesetas. Pero yo hacía un año que ya había vendido mi participación en ISOLUX WAT y, evidentemente, no pude incluir este importe en el valor de mi venta, quedando claro y así lo demostré en el juicio, que tampoco aquí Mario Conde y su equipo me beneficiaron. También es importante mencionar que la nueva administración de BANESTO le paga a ISOLUX los pasivos ocultos por la venta de WAT, pero no les reclamó nada a los anteriores accionistas de WAT, que fueron los que les ocultaron dichos pasivos al banco cuando este les compró la sociedad. Entonces sí que los nuevos administradores de BANESTO le produjeron un perjuicio al banco.

Además, BANESTO, para la EXPO 92, no le concedió a ISOLUX ninguna obra de los pabellones que tuvo el banco y sus empresas. Tampoco conseguimos que Agromán nos subcontratara en alguna de las obras de los distintos pabellones que construyó y eso que el presidente de ISOLUX, Victoriano López Pinto, era director de la Corporación y dependía directamente de Arturo Romaní. La única obra importante que recuerde que fuera concedida a ISOLUX por parte de BANESTO, mientras mi sociedad VALYSER fue accionista, fue la construcción del nuevo centro de proceso de datos del banco.

Pero, afortunadamente, sabíamos vender bien en ISOLUX y concretamente en la EXPO 92 de Sevilla hicimos obras e instalaciones singulares en los pabellones de Rusia, Marruecos, Andalucía, Castilla y León, Fujitsu, Canadá, del Futuro, Polonia y Bulgaria, de los Descubrimientos, del siglo XV, América, Corea, Hungría, Bélgica, Prensa, Radio y TV, Filipinas e Indonesia.

En el juicio vi la declaración de Juan Miguel Villar Mir, antiguo ministro de Hacienda, presidente del Grupo OHL y gran empresario que no entendía cómo un crédito de Ferroatlántica, una empresa suya, había sido declarado moroso e impagado, pues estaba garantizado y totalmente al día de pagos y amortizaciones el día de la intervención, no habiéndole nadie, hasta la fecha, reclamado nada.

Me preguntaba: ¿cómo se habrán construido los 600 000 millones de pesetas que los peritos-inspectores del Banco de España dicen que hay de boquete? Y no quería pensar qué les hubiera ocurrido a mis acciones si yo hubiera sido propietario de una sola acción de BANESTO.

Años más tarde he leído en varias publicaciones, tanto nacionales como internacionales, que en un juicio en EEUU, BANESTO reconoció que no había tantos préstamos morosos y lo que no he podido comprobar es si BANESTO devolvió al Fondo de Garantías de Depósitos los 285 000 millones de pesetas que le prestó como consecuencia de esos préstamos supuestamente fallidos. Rafael Pérez Escolar lo explica también en su libro Memorias. Si BANESTO no ha devuelto dicha cantidad al Fondo no entendería que este no se lo hubiera ya reclamado con lo bien que vendría ese dinero para ayudar a alguna de la entidades financieras que ha habido y hay actualmente con problemas serios.

Me pregunto cómo se habrán construido las «pérdidas reales y previstas» de BANKIA para conseguir las ayudas, seis veces superiores por cierto al supuesto «boquete» de BANESTO. Al final el verdadero perjudicado es el accionista.

Un día, en pleno juicio oral, el diario El País publicó que yo pagaba a Mario Conde el beneficio de mis operaciones con BANESTO a través de cuentas en Suiza y alguien llamó a mi mujer a mi casa para que ese día no dejara de comprar dicho periódico, cosa que no hacíamos ni a diario ni con frecuencia.

Al llegar por la noche a casa, Pili me preguntó que cómo iba a responder a tal calumnia. Ella sabía que jamás he tenido una cuenta en el bello país helvético y que jamás le había pagado cantidad alguna a Mario Conde.

Le respondí que lógicamente lo había hablado con mi abogado y que habíamos estado de acuerdo en dos cosas: no contestar a Ernesto Ekaizer, pues eso era lo que él precisamente quería provocar y, además, enviar un escrito al Tribunal que me juzgaba diciéndole que si lo estimaba necesario enviara un escrito al gobierno suizo con mi autorización expresa de que levantara, en mi caso, el secreto bancario.

No sé si tal escrito fue cursado en mi nombre ni conozco a ningún ciudadano español que haya hecho eso por propia iniciativa y con la tranquilidad con la que yo lo hice.

Hasta la fecha del juicio, solo había estado dos veces en mi vida en Suiza: la primera en 1970, siendo técnico de ventas de la sucursal de Industria y Distribución de IBM España acompañando al Canal de Isabel II a visitar una instalación en Zúrich, cuyo dispatching había sido realizado por Asea Brown Bovery. La segunda fui a Ginebra, a finales de 1992, junto con Francisco Gómez Zubeldía, para reunirnos con el vicepresidente del Swiss Bank Corp, Jorge Calvet y su equipo facilitándoles un completo dosier de venta y encargándole una valoración del Grupo ISOLUX WAT y la búsqueda de un comprador.

¿Qué pretendía El País con su noticia falsa y torticera? Estaba claro. Pero a mi familia y a mis amigos consiguió preocuparlos por mi integridad física en una España con un terrorismo desarrollado, con mafias muy activas en la Costa del Sol, con continuos robos y extorsiones, etc.

Hubo verdaderos amigos que nunca me abandonaron. Dos no vivían en Madrid y que cada vez que venían a la capital durante el tiempo que estuve imputado y saliendo en los periódicos, me venían a ver a mi despacho. Juan Denis y yo fuimos compañeros de curso en el colegio de los Maristas en Málaga durante el bachillerato y posteriormente compañero en el Colegio Mayor San Pablo, durante nuestros estudios universitarios. Lo mismo ocurría con Javier Sada, compañero mío de trabajo en IBM España, cuando pasaba por Madrid desde Nueva York donde en esa época trabajaba como vicepresidente de IBM Corp. Siempre quedábamos a desayunar o tomar un café en la cafetería Gregory de la calle Velázquez. Las palabras de ánimo y la confianza en mi inocencia que ambos siempre me transmitían, así como las de otros amigos, me daban renovados bríos para seguir luchando en el día a día.

Todas las secretarias de BANESTO que pasaron por el juicio oral negaron haberme visto visitar a alguno de los altos cargos imputados en la causa y yo estoy seguro que si hubiera habido un registro en la puerta de acceso al banco, como con hacen todos los visitantes, ya lo habrían aportado a la causa las partes acusadoras.

Vi cómo los peritos-inspectores designados por el Banco de España, Sres. Román y Monje dijeron el 1 de junio de 1999 que efectivamente estuvieron asistiendo al fiscal en la redacción de la querella y en otro momento uno de ellos dijo: «Bueno, no sé si esto lo sé en mi condición de perito o de inspector del Banco de España».

Durante el juicio he visto tantas cosas…

He visto en la sesión del 17 de febrero de 1999 como el fiscal le mostraba un informe a un testigo y le remarcaba los párrafos que a él le interesaban y ese mismo día un abogado defensor muestra otro documento a otro testigo, le remarca algunas frases y el juez le dice: «Formule preguntas, que no estamos en la prueba documental».

He visto como un testigo insultaba a un acusado el 22 de febrero de 1999 y el juez no le interrumpía, dejando de proteger al reo que está bajo su tutela judicial.

Cuando tomó la palabra el abogado defensor del acusado insultado, formuló respetuosamente la protesta y el juez no la admitió.

He visto como los dos fiscales anticorrupción formulaban preguntas a testigos y no escuchaban sus respuestas, como si las preguntas las hubieran formulado para la galería o simplemente buscando el titular de la prensa del día siguiente.

He visto cómo, mientras los abogados de la defensa interrogaban a un testigo para aclarar preguntas erróneas formuladas anteriormente por la acusación o por el fiscal, este no escuchaba el interrogatorio y en su lugar se ponía a trabajar en un ordenador portátil.

¿Es eso buscar la verdad que se supone debe ser lo que persiga un fiscal?

He visto como el fiscal torcía el gesto cuando un testigo, propuesto por él, declaraba la verdad y esa no era la versión que esperaba oír.

He visto, en repetidas ocasiones a lo largo del juicio, como el fiscal presentaba y se refería a documentos sin firmar y el juez no los rechazaba. ¿Hubiera tratado igual a las defensas si estas hubieran osado presentar documentos sin firmar?

He visto como el juez presidente del Tribunal daba cabezadas en algunas de las sesiones.

He visto como el juez despedía a los cargos del Banco de España: «Puede retirarse, muchas gracias0187 y a los testigos normales: «Puede retirarse».

He visto como un testigo mentía diciendo que los acusados le estaban insultando y el juez le cambia de sitio diciendo: «A ver si tienen hombría para seguir insultándole», dando con ello por buena la versión del testigo.

He visto y oído como el nuevo consejero delegado de la Corporación Banesto, Santiago Zaldumbide, afirmaba que no intervino para nada en la negociación de la operación de Carburos, después de haber jurado decir la verdad y como todos los testigos posteriores, directivos de Carburos, afirmaron que las negociaciones las llevaron con el Sr. Zaldumbide y el juez no le procesaba por el delito de falso testimonio.

He visto como el juez coaccionaba a los abogados de la defensa para que dispensaran del deber del secreto profesional a un testigo también abogado.

He visto como el diario ABC escribía cosas que no se habían tratado en el juicio, como si copiara una nota dictada por BANESTO, justo en los días en que BANESTO patrocinaba un concurso en ABC.

He visto como la letrada de AUSBANC le hacía un interrogatorio totalmente preparado al nuevo presidente de BANESTO y luego no volvía más al juicio, salvo en dos o tres ocasiones.

He visto como el fiscal y las acusaciones mentían repetidas veces con cifras, fechas, etc., que conocían de antemano, por documentos del sumario, que no eran así.

He visto como el fiscal y las acusaciones no preguntaban a testigos claves sobre el fondo de las supuestas estafas y en su lugar hacían preguntas que no tenían nada que ver para construir, a fuerza de repetir, un escenario falso.

Con el tiempo, he visto como el fiscal anticorrupción Javier Sánchez Junco, que tan agresivamente me acusaba y preguntaba sobre un crédito que, según él, me había concedido BANESTO para que mi empresa VALYSER comprara una participación de ISOLUX, cuando él tenía delante suyo la póliza de crédito de Caixa de Vigo, después Caixa Nova y más tarde Nova Caixa Galicia, terminó dejando la carrera de fiscal, fundó el bufete Sánchez Junco Abogados y defendió, entre otros, a la propia Nova Caixa Galicia, al consejero de BANKIA Javier López Madrid, etc. ¡Las vueltas que da la vida!

He visto como el diario El País trataba un día y otro de influir en el Tribunal, en el fiscal y en la acusación. Nunca contando la verdad de lo dicho en la sala. Siempre malinterpretando los comentarios. Siempre añadiendo juicios de valor.

He visto como el fiscal en mi declaración como acusado durante el juicio oral, se ponía rojo cuando yo le daba una respuesta contradictoria con su pregunta, apoyándome en documentos que figuraban en el sumario mucho antes de que yo fuera inculpado. ¿No es esto prevaricación?

He visto como el letrado de BANESTO le preguntaba a un testigo sobre una operación del Banco de Vitoria que, según dicho letrado, por la cuantía debió ser aprobada antes por BANESTO, lo cual es FALSO porque el Banco de Vitoria era autónomo y lo único que tenía que hacer era informar a BANESTO a posteriori.

De hecho, el secretario del consejo del Banco de Vitoria que informó a posteriori a BANESTO de esta operación —Pagarés de IBISER— es, el día que declara en el juicio, secretario de BANDESCO, banco del propio Grupo BANESTO. Y, para más INRI, ¡este testigo antes fue administrador de las sociedades de Mario Conde!

He visto como el letrado de BANESTO mentía al preguntarle el 15 de diciembre de 1998 a César Albiñana, afirmándole que Arturo Romaní había dicho que el testigo había colaborado en el contrato de venta del 40 % de ISOLUX a VALYSER, cuando en realidad Romaní, tanto a preguntas del fiscal como del propio letrado de BANESTO dijo que fue Antonio Pérez de la Cruz. El abogado de Romaní envió un escrito el 4 de marzo de 1999 y el juez el siguiente día17 decide no tomar ningún acuerdo.

He visto como el fiscal anticorrupción, en el descanso de la declaración como testigo en el juicio de Antonio Torrero el 23 de marzo de 1999, hablaba en el hall de la Audiencia rodeado de periodistas de ABC, Expansión, Cinco Días, El País y Empresarios de Aragón. Debía estar «justificando» al testigo que él propuso y cuya declaración no debió gustarle. Enrique Lasarte pasó junto a él y dijo en voz alta «Un poco fuerte... ¿no?».

He visto como el 24 de marzo de 1999 apareció un testigo acompañado de una persona que se sienta junto a él y cuando el presidente le pregunta quién es, le contesta que es el intérprete y que le manda la Secretaría de Gobierno. El testigo aclara que es español, nacido en San Sebastián y que aunque reside en Montecarlo no necesita intérprete. El juez le dice que como abogado puede acogerse al secreto profesional y el testigo le dice que él es químico…

He visto como frecuentemente el juez advertía a los abogados de las defensas para que explicaran el por qué hacían tantas preguntas y sin embargo nunca le advirtió nada parecido al fiscal, el cual llevó numerosos testigos, sobretodo en la operación Locales Comerciales, haciéndoles preguntas sin claro motivo, por ejemplo a María Teresa Gutiérrez el 30 de marzo de 1999, una intermediaria de la venta de un cuadro de pintura.

He visto como cada día al entrar a la Audiencia Nacional, los funcionarios me preguntaban, en el mostrador de seguridad, si iba al «Caso Conde». ¡Qué casualidad!, ¡igual que los titulares diarios del periódico Cinco Días!... y yo contestaba cada día que no, que iba al «Caso BANESTO».

He visto como en la operación «Locales Comerciales», decenas de testigos no recordaban ni lo que ellos mismos habían declarado en la fase de instrucción y no se explica cómo alguno de ellos, claros colaboradores del presunto delito, no estaban inculpados. Esta operación no tenía nada que ver con el Consejo de BANESTO y no debía, en mi opinión, de ser analizada en este juicio. Da la impresión de que con ella se quería desprestigiar al grupo de procesados.

He visto como el juez, después de una larga sesión al tomar la palabra mi abogado, el 27 de abril de 1999, le hacía la advertencia del riesgo de que se repitiera en algunas preguntas. A mí me sonó como si le cortara el derecho de la defensa. Mi abogado hizo un interrogatorio enormemente profesional y todas las preguntas que hizo al mismo testigo fueron totalmente nuevas.

He visto como, después de un largo día de testigos, 27 de abril de 1999, con la declaración de dos inspectores de policía autores de un informe sobre la operación ISOLUX y la declaración del letrado asesor de ISOLUX, la prensa al día siguiente, concretamente ABC y El País, no mencionaban nada de estas tres favorables declaraciones para los acusados en esta operación.

He visto como el fiscal traía a declarar como testigo desde Washington, a Paulina Beato, antigua consejera de BANESTO, recomendada por el Ministerio de Economía para su, entonces, cargo en el Banco Interamericano de Desarrollo y en el Fondo Monetario Internacional. Y declaró que ese día, 3 de mayo de 1999, todavía seguía convencida de que el plan de saneamiento de BANESTO era viable y que la ley no obligaba a ciertas provisiones que obligó el Banco de España.

He visto como el secreto profesional de un abogado era interpretado y usado por el Tribunal según se tratase de un testigo, abogado de profesión, propuesto por el fiscal y las acusaciones como José Ramón Rigal o Isabel Martínez de Salas, o propuesto por las defensas como Juan Fernández-Armesto.

He visto como la justicia, al menos en el trato a los testigos, no es igual para todos: unos entraban por la puerta general y otros como funcionarios, banqueros, etc., por la puerta de los abogados.

He visto como el juez se dirige por escrito al gobernador del Banco de España, pidiéndole que cite a los peritos-inspectores para declarar y le contesta el jefe de los Servicios Jurídicos del Banco de España diciéndole al juez que les cite a título personal y el juez aceptó y les citó de esta forma.

He visto que cuando los peritos-inspectores del Banco de España llegaron a declarar el día 2 de junio de 1999, uno de ellos dijo: «he olvidado las gafas y no puedo leer nada» y,curiosamente, no fue recogido en el acta.

He visto cómo el 9 de junio de 1999 el juez le dijo a mi abogado: «Señor letrado, está usted perturbando a los peritos y a este Tribunal con su forma de preguntar». Quizás se refería que le había despertado de la siesta que se había echado. Me pregunto si una defensa puede perturbar a un perito que está declarando en contra de su defendido por el simple hecho de preguntarle reiteradamente hasta que dicho perito reconociera un hecho, como ocurrió después de la intervención del presidente y ante nuevas insistencias de mi abogado.

He visto como el Tribunal protegía a los peritos y a la vez funcionarios del Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas, porque los abogados defensores los estaban poniendo nerviosos con sus interrogatorios.

He visto como la prensa en España no es independiente. Como constantemente, durante el juicio oral, solo resaltabann las malas noticias, las versiones de las acusaciones, nunca las buenas, las de las defensas. Y es que las buenas no venden para los propietarios y dirigentes de los periódicos. Ni para sus patrocinadores en algunos casos.

He visto como las acusaciones insistían una y otra vez sobre mentiras, queriendo hacer honor a que «la suma de varias mentiras construyen una verdad».

Por eso, frente a la teoría de algunos compañeros acusados que me recomendaban que mi abogado no insistiera más en algunos conceptos porque el Tribunal ya tenía claras mis dos operaciones, yo le decía a mi abogado que para mí esto era una simple ecuación: «La suma de mentiras tiene que ser inferior a la suma de verdades y si las acusaciones resaltan dos veces una mentira hay que demostrar la verdad, al menos, tres veces».

He visto como un juez miembro del Tribunal, cuando los peritos propuestos por mi defensa llevaban declarando una hora sobre mi sociedad EUMAN, empezó a mirar al fiscal, al techo, a su reloj, a mí, etc., y a hacer gestos con la cabeza, resoplando, como queriendo decir ¡qué pesadez!

Los peritos propuestos por la acusación hablaron un día entero sobre EUMAN y el perito de mi defensa... ¡llevaba una hora! Si el juez lo tenía claro y la idea-sentencia era mala, ¡debía escuchar a la defensa! Y si era buena y no me podía quitar la acusación, tenía que aguantarse.

He visto, como en la guerra de Kosovo, la cual había finalizado recientemente, que a la vez que se destruía un puente se mataban decenas de civiles inocentes. Aquí parece que Mario Conde es el puente y muchos de los acusados acompañantes y más en mi caso, somos los civiles inocentes que había que linchar. La pregunta que me hago aún hoy día es por qué había que destruir el puente y ocasionar víctimas.

He visto como el 14 de julio de 1999 el presidente expulsaba de la sala a un perito propuesto por las defensas porque le decía al letrado de BANESTO que no les confundiera con sus preguntas. A los pocos segundos, el presidente «amenazó» al referido letrado con expulsarle si seguía haciendo ese tipo de preguntas y a los 15 minutos, en un descanso, el mismo presidente, en privado, pidió disculpas al perito. ¿Por qué no amonestó al letrado de BANESTO delante del perito? ¿Por qué no pidió disculpas a este públicamente?

He visto como hubo letrados de las acusaciones, AUSBANC por ejemplo, que vinieron solo al principio y al final a las conclusiones y los días de algún testigo «popular». Es decir, los días que había interés periodístico. Es fácilmente comprobable con las listas de asistentes.

He visto enormemente sorprendido la declaración, como testigo en el juicio, del expresidente de gobierno Adolfo Suárez. Tenía la imagen de él de un hombre sereno y buen comunicador. Cuando el abogado de Mario Conde empezó a interrogarle, cosa que se puede comprobar en el vídeo, Adolfo Suárez empieza a moverse muy nervioso en la silla y a titubear en sus respuestas. Saqué la triste conclusión de que mintió.

En un descanso de la sesión, tomando café en la cafetería Riofrío con varios acusados y nuestros abogados, Mario preguntó: «¿Qué os ha parecido?» y yo le contesté: «No entiendo cómo, al entregarle el dinero no se le hizo firmar un recibo delante de algún testigo».Mario me contestó: «Llevas toda la razón, hoy no me hubiera ocurrido ni hubiera actuado como un pardillo de buena fe pero sitúate en mi lugar: Mario Conde era entonces como una especie de dios, reciente doctor honoris causa en la universidad, etc., etc., y me llama el rey y me comenta que Suárez lo está pasando muy mal con la salud de su familia y que si puedo le eche una mano. Llamé a Adolfo, me pidió prestados 300 millones para no perder su casa de Ávila, llamé al director general de Banesto, Martín Rivas, diciéndole que se los dieran y que ya regularizaríamos el préstamo. Hoy día, te aseguro que habría, visto lo visto, tomado todo tipo de precauciones».

A Mario Conde le acusaron de que se quedó con ese dinero y Suárez negó el haberlo recibido, aunque Martín Rivas, declaró en el juicio que dio instrucciones a una sucursal y un coche del banco lo llevó a la oficina de Adolfo Suárez en Madrid.

Había salido de IBM en 1988 y después de 20 años aún no dejaba de interesarme por las noticias de la compañía y la evolución de sus resultados. Todavía hoy día sigo interesándome por la que fue mi empresa tanto tiempo. Durante el periodo que Mario Conde fue presidente de BANESTO, leí en la prensa y supe por mis antiguos compañeros que aún trabajaban en IBM, que por fin el Banco Español de Crédito había afrontado una verdadera modernización tecnológica de la mano de la primera compañía informática del mundo, asignando el mayor presupuesto de inversión en equipos y aplicaciones avanzadas que nunca, hasta esa fecha, había ocurrido en la banca española. Cuando leí a fondo la querella y el Informe de los peritos-inspectores del Banco de España a raíz de la intervención de BANESTO, había algo que no me cuadraba: ¿Cómo es posible que se acuse de posibles «artificios contables» a un equipo directivo que ha modernizado tecnológicamente el banco de esa manera?

Todos los responsables de los sistemas de información, de contabilidad, etc. que pasaron a declarar por el juicio oral, negaron rotundamente haber recibido alguna instrucción de cambiar, modificar, maquillar, etc. etc., cualquier apunte contable de BANESTO. Pero aunque la sentencia no les condenó en esta operación, fue recurrida en casación por la acusación y Mario Conde y Enrique Lasarte fueron condenados, en el Supremo, por artificios contables sin que yo alcance a entender, dentro de mi ignorancia, en qué prueba se pudo basar el Alto Tribunal. A lo mejor es que, al tratarse de una operación clave para justificar la intervención del banco, si no eran condenados, algunos de los accionistas perjudicados con la intervención podían haber reclamado la devolución de sus acciones. Quizás, no lo sé… Y Enrique Lasarte debe ser un mago de los artificios, pues solo estuvo un año como consejero delegado de BANESTO, hasta su intervención...

Durante el juicio oral, los domingos no dejé de ir con mi hijo Eugenio al estadio Santiago Bernabéu a ver jugar al Real Madrid, como veníamos haciendo hacía años. Uno de esos domingos, en los asientos contiguos a nuestros abonos, coincidí con el abogado Matías Cortés y su hijo. Conocí a Matías años antes en una boda en Almuñécar de un hijo de mi amigo Camilo Mira, que se casó precisamente con una chica abogada que acompañó durante el juicio oral a Conde-Pumpido, abogados del Fondo de Garantía de Depósitos, que también me acusaba. Desde el siguiente día al que declaré en el juicio oral, esta abogada me dejó colgado el saludo y nunca me dirigió la palabra. No debí dejarle en buena posición cara a su cliente que en definitiva era quien le pagaba.

En el descanso del partido de fútbol, saludé a Matías Cortés y me dijo: ¿Puedo darte un consejo?»Siendo como era consejero de El País de Polanco, le escuché: «¡Sepárate todo lo que puedas de Mario Conde!», a lo que le contesté:«Matías, siempre voy a decir la verdad y toda la verdad pues, entre otras cosas, tengo claro que aquí la suerte ya está echada».

Al terminar mi declaración en el juicio oral el día 10 de septiembre de 1998, se me acercó Jacques Hachuel y me dijo: «Has estado muy sólido, firme y convincente. Cuando acabe el juicio, tenemos que hablar porque me gustaría que podamos trabajar juntos».

Terminó el juicio oral y Jacques me llamó y me invitó a comer a su casa, acompañado de su hijo Álvaro.

Me contó sus negocios y proyectos internacionales y me dijo que le gustaría que me incorporara a su grupo, dada mi experiencia internacional. Su secretaria me enseñó, después del café, el despacho que yo podría utilizar.

Lo más educadamente que pude le transmití a Jacques que yo estaba dispuesto a hacer negocios con él pero no a trabajar para nadie, pues si fuera así, continuaría trabajando en IBM.

Nos despedimos deseándonos suerte en la resolución de la sentencia y nunca más he tenido ocasión de verlo ni hablar con él, aunque siempre le estaré agradecido por la ayuda que me prestó en organizar la visita médica que hice con mi mujer al doctor Stanley Fahn del Columbia University Hospital en Nueva York, coincidiendo con el juicio oral.

Indudablemente, esta actitud y ayudas nos suponía la mejor inyección de fuerzas, como también era la de tantos médicos que la trataron, no solo como el doctor Fahn y su equipo, sino también el doctor Joaquín Carbonell, el doctor Manuel Serrano Ríos, el doctor García Yébenes y el extraordinario equipo de enfermeras, monjas, logopedas y fisioterapeutas que, durante siete largos años, atendieron a Pilar en nuestra casa con extraordinario cariño y profesionalidad, así como el personal médico y sanitario de la Clínica de la Concepción, Fundación Jiménez Díaz, donde estuvo internada en estado de precoma sus últimos días hasta que falleció el 28 de diciembre del 2003, rodeada de nuestras tres hijas, de su hermana gemela Marisa y de mí.

Mi padre, descendiente de familia riojana, se casó con mi madre, hija del rector de la Universidad de Granada y catedrático de Química don José Jiménez, y fue comerciante textil en Málaga, donde nacimos y crecimos los seis hermanos. Cuando ella cayó enferma de alzhéimer, falleciendo el 6 de agosto de 1991, empecé a colaborar estrecha y voluntariamente con la Fundación Española de Alzheimer.

También lo hacía con la Confederación Española de Fundaciones, cuyo presidente de honor era S. A. R. el infante D. Carlos de Borbón, a quien había conocido como accionista y consejero en la Consultora Informática Europa Management Consulting y quien me ofreció formar parte de la Junta Directiva de la Confederación Española de Fundaciones, cosa que no acepté hasta que se dictó mi sentencia absolutoria del juicio BANESTO. Fui nombrado secretario general, siendo presidente de la Confederación Isidro Fainé por la Fundación La Caixa y algo más tarde ocupé el mismo cargo de secretario general en la Confederación Iberoamericana de Fundaciones que, con sede en Madrid, fundamos con participación de España, Portugal y todos los países iberoamericanos, celebrando tres asambleas anuales en Madrid, La Habana y Panamá.

Al fusionarse en España la Confederación Española de Fundaciones con el Centro de Fundaciones, creando la Asociación Nacional de Fundaciones, cesé en mis cargos pero no mi colaboración, que tanto me reconfortó durante el juicio BANESTO y la enfermedad de Pilar, con las Fundaciones de Alzheimer, Española del Corazón, Jiménez Díaz, etc., y participé en la preparación de la constitución de nuevas fundaciones como la del Real Madrid que el entonces presidente del Club, Lorenzo Sanz, le encargó al directivo Carlos Escudero también entonces vocal de la Confederación de Fundaciones donde teníamos un magnifico grupo de colaboradores que dirigía Teresa Sanjurjo, hoy directora de la Fundación Príncipe de España.

Un día la secretaria me pasó la llamada de un tal señor Ortega que quería constituir una fundación. Hablé con él y me explicó los fines para los que la quería y le preparamos unos estatutos. Cuando fue al notario y la constituyó supe que se trataba de Amancio Ortega, el cual, a los pocos días, me llamó para agradecerme la gestión y decirme que mi labor no había terminado y que le gustaría que me incorporara a la Fundación Amancio Ortega como director. Se lo agradecí mucho, pero le explique que no podía, entre otras cosas por la grave enfermedad de mi mujer. Me pidió que le recomendara alguien de confianza y capacidad para poner en marcha su fundación. Le presenté a mi amigo y antiguo compañero de IBM Felipe Gómez Pallete y él puso en marcha tan apasionante proyecto desde la sede de Arteixo.

Después de varios años y una vez Felipe ya jubilado, me enviaron un billete de avión y me invitaron a conocer las instalaciones de INDITEX en Arteixo, donde saludé al señor Ortega y, después de almorzar, su coche me trasladó al aeropuerto de A Coruña para mi vuelta a Madrid.

En pleno juicio oral, estando con mi abogado en mi despacho una tarde en la que no había sesión y preparábamos las comparecencias de los testigos del día siguiente, llamó a la puerta Christian Barrios y mi secretaria le hizo pasar a mi despacho.

No nos conocíamos de nada. Él era en ese momento presidente de la empresa informática INFORMIX y me dijo que había seguido mi trayectoria en IBM, que no se creía lo que estaba leyendo de mí en los periódicos y que le gustaría que me incorporase al consejo de INFORMIX, le agradecí muchísimo su gesto pero le convencí de que, además de que no era bueno para su empresa, yo tenía que dedicar todos mis esfuerzos a demostrar mi inocencia.

Lo entendió y se despidió con un «cuando todo haya pasado, volveremos a hablar». Efectivamente, cuando la sentencia absolutoria fue firme, Christian volvió a llamarme. Ahora era presidente ejecutivo de SOFTWARE AG España y juntos organizamos un consejo asesor con Juan Soto, Julián García Vargas, Juan Iranzo, Luis Sánchez Merlo y Pascual Montañés.

Mi hija María, que ya había terminado su carrera, entró a trabajar en SOFTWARE AG España y al poco tiempo nombraron a Christian Barrios vicepresidente de SOFTWARE AG, responsable de Latinoamérica y me nombró director general de SOGTWARE AG Brasil, donde estuve yendo mensualmente durante dos años, hasta que abrí oficinas en Sao Paulo, Salvador de Bahía y Río de Janeiro y seleccioné un equipo totalmente brasileño de directores, vendedores, financieros, contables, auditores y agentes que cubrían también otros estados como Brasilia, Curitiba y Belo Horizonte.

Cuando el consejo de SOFTWARE AG en la central de Alemania aprobó el plan que presenté y decidió no renovar al representante que hasta entonces la compañía había tenido en Brasil, dejé paso al nuevo equipo con una facturación anual, solo de los mantenimientos de los productos ADABAS y NATURAL instalados, de unos 100 millones de dólares/año.

Al poco tiempo Christian inició el proyecto de crear su propia compañía y yo dejé el consejo asesor de SOFTWARE AG España.

Nuestra hija Pilar nos dijo que se casaba con un chico que había conocido en la piscina de nuestra urbanización, sobrino de unos vecinos. José era representante de una empresa francesa. Pilar, nuestra hija, había terminado brillantemente su carrera de económicas y era una chica monísima, elegante y de unos modales y educación exquisitos. Trabajaba en Morgan Stanley y podía casarse con el mejor príncipe azul, como unos padres normales desean para su hija.

Se casó en el Club de Golf de La Moraleja, el 30 de agosto de 1991, con todo perfectamente organizado. Pilar dejó su trabajo para ayudar a su marido y hoy tienen seis hijos y viven felices en Pamplona donde José ha constituido su propia empresa. Es muy trabajador, excelente marido y padre. Era y es su príncipe azul.

Nuestra hija María se casó con Alfonso, los dos con sus carreras universitarias y él, informático, hijo de una familia acomodada.

Preparando la ceremonia, durante un par de semanas, María y yo nos apuntamos a clases de vals y así aprendimos a bailarlo. Celebraron su boda el 24 de junio de 1995 en una finca de recreo que la familia de él tiene en Valdemorillo. Para su familia era la primera boda y para nosotros era la segunda y algo ya sabíamos de logística: parking en la finca, cocinas, servicios para los invitados, adornos florales en la bonita iglesia del pueblo, etc., pero faltaba un detalle importante: la previsión meteorológica que no era tan exacta y previsible como es hoy en día. Se me ocurrió llamar un par de meses antes al Centro de Meteorología de Houston que, recordaba de mis tiempos vividos en EEUU, era el que daba la previsión con sorprendente exactitud para aquellos años 1980 y 1981.

Me cobraron 2 dólares que me cargaron a mi tarjeta American Express y me dijeron: «El 24 de junio en toda la provincia de Madrid caerá por la tarde noche el diluvio universal».

Encargué unas carpas con dobles estructuras a prueba de rayos y truenos, eché cantos en el parking para evitar el barro, puse dos equipos de generadores por si se iba la luz, etc.

Amaneció un día típico de junio: ni una nube y caluroso. Cuando por la tarde llegué en el coche con mi hija a la Iglesia de Valdemorillo, no hacía más que decirme: «¡Hay que ver qué exagerado que eres y la que has armado!». Por supuesto sin el aire acondicionado del coche hubiéramos sudado del calor. Ella iba guapísima con un traje de Lorenzo Caprile. Terminó la ceremonia, nos fuimos a la finca, nos sentamos a cenar y… ¡el diluvio! Pero allí no se mojó nadie ni una gota, ni siquiera los camareros de José Luis que traían los platos desde la cocina a las carpas por un pasillo también cubierto por doble estructura. Se fue la luz y arrancaron los generadores suplentes y todo salió perfecto salvo que, al regreso a Madrid, algunos invitados tuvieron problemas al encontrase la M-30 cortada por inundaciones y que el amigo José Luis, del que fui padrino en su nombramiento como Caballero de Yuste, que asistió esa noche a la final de la Copa del Rey en el Santiago Bernabéu, no pudo pasarse por la boda, aunque lo intentó.

Al día siguiente di en mi casa un cóctel a mi familia de Málaga que había venido a la boda y lo sirvió Mallorca. El maître nos comentó: «¡No sabe la de carpas que se nos cayeron anoche en las bodas que teníamos!».

María y Alfonso viven hoy felices en Madrid con tres hijos en un piso de su propiedad.

La boda de nuestro hijo Eugenio, el 11 de septiembre de 1999, en Valladolid donde vivía su mujer María, la organicé con mucha ilusión y le dediqué mucho esfuerzo. Nadie tenía que notar lo que yo estaba pasando en pleno juicio. Era la tercera boda en casa, pues aunque él es el hermano mayor, antes se habían casado sus hermanas. Cada una fue diferente. Y, además, en esta, ya estaba enferma mi mujer.

Nuestra hija Almudena, la pequeña, se casó después de fallecer Pilar con Tito y hoy tienen ya dos hijos y ella trabaja en Madrid como ortodoncista.

Durante el juicio oral, que duró dos interminables años, además de mi hijo Eugenio que me acompañó muchos días, sobre todo cuando se trataba de mis declaraciones o de los testigos por mí propuestos, también solía acompañarme Luis Echevarría, Lichi para los amigos. Su despacho estaba justo frente al mío y éramos amigos y compañeros en la directiva del Club de Rugby La Moraleja.

La mayoría de mis familiares también estuvieron a mi lado aunque alguno, al encontrarse, por la calle en Málaga a mi abogado, le preguntó cómo veía el tema pues creía que era muy difícil probar mi inocencia.

Lo mismo me ocurrió con mis amistades. Algunos siempre me dieron su confianza y ánimos en el más largo juicio de la historia de España y otros dejaron de llamarme o de responder a mis llamadas, borrándose ellos mismos de la alineación titular.

La verdadera y definitiva alineación titular se hizo ella misma sola.

José Ramón Rigal Marcos, abogado del despacho Asesores en Derecho y que durante un periodo de tiempo fue secretario y abogado de mis sociedades EUMAN S. A. y VALYSER S. A., hizo una serie de comentarios malintencionados y tendenciosos al periodista Ernesto Ekaizer, una vez que había abandonado el despacho donde trabajaba y en plena instrucción del juicio BANESTO.

Cuando leí el libro que recogía sus comentarios, lo denuncié al Colegio de Abogados de Madrid, que abrió el oportuno expediente y acordó sancionarle.

José Ramón Rigal fue llamado, como testigo de las acusaciones, a declarar en el juicio oral y el Colegio de Abogados, sorprendentemente, dio traslado al Tribunal del expediente completo.

Años más tarde, el 17 de septiembre del 2001, el periódico El Mundo recogía unas declaraciones del aún decano del Colegio de Abogados de Madrid, Luis Martín Mingarro a Servimedia en la que rotundamente afirmaba que «los abogados nunca nos vamos a convertir en delatores».

El mismo día 17 de septiembre, le escribí la siguiente carta:

«Muy señor mío:

Con gran satisfacción he leído hoy en el diario El Mundo sus declaraciones realizadas ayer a Servimedia sobre el deber de los abogados de no quebrantar el secreto profesional de sus clientes, recordando por una parte que ello supondría dejarles en una completa indefensión por lo que no podrían tener un juicio justo ni mantener la presunción de inocencia y manifestando por otra que las pretensiones de Bruselas son, en su opinión, un retroceso en el funcionamiento del Estado de Derecho convirtiéndose en un peligro para los ciudadanos que podrían perder la garantía que tiene actualmente de que sus abogado no desvelaran sus asuntos privados.

Permítame unas breves líneas para explicarle el por qué de mi personal satisfacción.

En 1995, el abogado D. José Ramón Rigal Marcos, que lo era de mis empresas EUMAN S. A. y VALYSER S. A. hizo una serie de comentarios y declaraciones a terceras personas, destinadas a un libro que efectivamente se publicó y que figura en todas las bibliotecas y que nadie podrá borrar, motivando que denunciara el caso ante el Colegio de Abogados de Madrid, del cual usted ya era decano.

El Colegio consideró abrir un expediente sobre la actuación de dicho abogado, acordando finalmente sancionarle.

Algo más tarde se inició el juicio oral del caso BANESTO en el cual fui imputado y durante el mismo el Tribunal, a petición de las acusaciones, solicitó que el Colegio de Abogados le diera traslado del expediente completo que originó mi denuncia del Sr. Rigal.

Mi asombro fue grande cuando vi que la junta del Colegio, con su voto a favor, Sr. Martí Mingarro, accedió a ello dando publicidad a las manifestaciones del Sr. Rigal sobre su cliente que soy yo y que naturalmente estaban viciadas porque con ellas pretendía defenderse el Sr. Rigal en el expediente sancionador.

Le confieso que estos pilares de la justicia se tambalearon no solo ante mis ojos sino también ante los de los prestigiosos profesionales de la defensa de los acusados que no salían de su asombro más por la actitud del Colegio que por el contenido en sí de la manifestación de D. José Ramón Rigal Marcos.

Después de cuatro años de instrucción y dos de juicio oral, y pese a las manifestaciones contrarias a mí vertidas por mi propio abogado y que han resultado ser tan inciertas como para rechazarlas el Tribunal, le confirmo a usted que he recibido una sentencia totalmente absolutoria que no fue recurrida por ninguna acusación y que, además de restituirme la mal tratada presunción de inocencia, vino a demostrar, entre otras cosas, que era falso lo que el Sr. Rigal había manifestado sobre mí y mis empresas.

Por eso hoy al leer sus declaraciones sobre el secreto profesional he sentido una gran satisfacción y tranquilidad. No hemos tenido que esperar al Juicio Final para que usted me reconstruya aquellos pilares, devolviéndome la confianza en su Junta al ver que nunca es tarde para rectificar.

Me he permitido enviar por fax una copia de esta noticia de El Mundo a todos aquellos amigos y profesionales que no entendieron su actitud en aquella ocasión, para que ahora se alegren conmigo de sus declaraciones sobre un principio tan fundamental como el secreto profesional y todos juntos pidamos a la providencia le siga guiando muchos años por el sendero de la justicia.

Respetuosamente,

Eugenio Martínez Jiménez».

La declaración de José Ramón Rigal en el juicio oral fue realmente patética.

DECLARACIONES DE IMPUTADOS

El día 13 de abril de 1998 declaró como imputado en el juicio oral Mario Conde y a preguntas del fiscal le explicó cómo me conoció y así figura en el acta en las páginas 1638 y 39: Cuando se separó de Juan Abelló, Mario Conde se quedó con la participación que los dos tenían en la sociedad italiana Zenit y como él, ya presidente de BANESTO, no puede asistir a los consejos en Italia lo consulta con Mariano Gómez de Liaño y este le recomienda a un cliente de su despacho, Eugenio Martínez, que tiene experiencia internacional al haber trabajado en una multinacional. Mariano nos presentó y Eugenio, ya como consejero en Zenit en representación de sus acciones, hacía unos informes de los consejos a los que asistió y los enviaba a través de Mariano. Dice que antes no me conocía de nada y que puede que con Massimo Sordi nos hubiéramos visto después en un par de ocasiones,

Asimismo le respondió al fiscal que no había visto a José Ramón Rigal en su vida y sobre EUMAN VALYSER respondió textualmente (página 1 653 del acta):

«En el informe que hacen los dos inspectores del Banco de España que actúan como peritos designados por el Sr. García-Castellón, que tiene fecha del 30 de enero de 1994, hay un apartado que se llama “Causas” de la actual situación económica y patrimonial de BANESTO. Se llama ni más ni menos que “Causas”. O sea “Causas” de la actual situación económica y patrimonial de BANESTO. “Causas” ¿eh? Entonces, una de las causas por las cuales BANESTO llego a perder, según los inspectores ¿no?, 580 000 millones es EUMAN VALYSER. O sea, EUMAN VALYSER no es por ejemplo pues como Carburos Metálicos o como tal, o como cual; es que está mencionada expresamente dentro del informe de inspección de los dos inspectores del Banco de España que actúan como peritos como una de las causas de la situación económica y patrimonial de BANESTO, pues es una operación digámosle señor presidente que tiene quizás más, más trascendencia ¿no? más trascendencia porque es una de las causas. Nadie ha dicho que interviniera BANESTO por Carburos, ni por Cementeras, pero al estar expresamente mencionado con un título de “permeabilidad” entre los patrimonios de BANESTO y de alguno de sus consejeros pues es una operación que tiene mucho énfasis».

Sobre si tenía conocimiento de que Rigal hubiera elaborado unos documentos de fiducia en el que se le reconocía a Mario Conde como partícipe del Grupo EUMAN VALYSER, Mario Conde le respondió al fiscal y así consta en acta:

«Mire, por supuesto que eso es rotunda, total y absolutamente falso. Mire, señor fiscal, mire. Yo creo que si yo fuera de verdad el dueño de EUMAN VALYSER habría que meterme en la cárcel por tonto, no probablemente por otra cosa. Pero si encima tuviera el 8 % entonces ya es que la cosa sería de aurora boreal.

Si usted se lee el informe, y esto probablemente para que nos enteremos bien, el informe de los peritos del Banco de España dice que los beneficios que ha obtenido esta sociedad que se llama VALYSER me parece que son algo así como dos mil y pico millones de pesetas, dos mil y pico millones de pesetas, se han ido a un señor que se llama o a unas sociedades que se llaman Agustín Muñoz Sobrino —no lo digo yo ¿eh? Perdone— está en la página sesenta y algo me parece. O sea, que de los beneficios de VALYSER, dos mil y pico millones de pesetas se han ido a un tal Agustín Muñoz Sobrino o Muñoz Sobrino por aportaciones directas o por un negocio de Nutridist o no sé qué de cerdos o no sé qué historias. Bueno, pues yo al Sr. Muñoz Sobrino no lo conozco ni le he visto en mi vida y cuando uno lee que el presidente de BANESTO utiliza EUMAN VALYSER, que es una de las causas de la intervención de BANESTO, para ganar dinero y regalarle dos mil y pico millones de pesetas a un señor que no conoce de nada, ya es de locos. Porque si yo me quisiera ganar dinero, pues hubiera utilizado una sociedad que no hubiera perdido dos mil millones con cerdos y con jamones y con no se qué y con no sé que historias que cuenta. Pero si es que encima de eso, si encima de eso ya no me quedo con el resto —que queda muy poquito por cierto— si no que me quedo con el 12 % y si encima de eso no se sabe cómo me lo he quedado porque examinada la cuenta de EUMAN VALYSER ninguna peseta ha llegado a mí, entonces de verdad que es que eso ya… Y señores del Tribunal no estoy construyendo, estoy diciendo. Dos mil y pico millones de pesetas no lo digo yo, lo dicen los peritos del Banco de España. O sea señor fiscal, para nada, absolutamente para nada…».

Y refiriéndose a Rigal le dice al fiscal: «Si yo creo que lo que está haciendo en el fondo, en el fondo, en el fondo, en el fondo —si lo ve usted literalmente— es casi, casi, si me apura hasta un favor. Si usted ve lo qué dice el informe de los inspectores del Banco de España que han necesitado 168 páginas para llegar, dicen, a una conclusión técnica de la propiedad de EUMAN VALYSER. Y empiezan diciendo una cosa muy curiosa, dice: la conclusión podía estar al final pero por si acaso la ponemos al principio. Y entonces en la página número 2 de su informe dicen: Mario Conde es el único propietario del grupo EUMAN VALYSER y Eugenio Martínez es su testaferro.

Esto necesita 168 páginas. Pero no solo dicen eso. Por eso era importante… en la página 144 dicen —una cosa que es muy curiosa— dicen: “Si Mario Conde no fuera el único y verdadero propietario de EUMAN VALYSER, las operaciones realizadas por este Grupo con el Grupo BANESTO, aún en el caso que hubieran originado grandes pérdidas a BANESTO; no pasarían de ser operaciones de mala gestión, y la querella ni se ha presentado, ni se ha admitido por mala gestión”.

Primero, por tanto el presupuesto de que yo sea el único dueño de EUMAN VALYSER, para estos dos señores, es determinante de que una operación sea delictiva o no lo sea. Lo cual, dicho sea con todos mis respetos, no tiene nada que ver. Aunque yo no sea el dueño pueden ser delictivas y aunque lo sea pueden no serlo, pero bueno. Y añaden a continuación “la querella ni se ha presentado ni se ha admitido por mala gestión”. No sé cómo saben porque se presentó la querella y no sé como saben porque la admitió el juez, pero en fin. Por tanto ni más ni menos que eso. Es determinante que sea el único, y viene un tal Sr. Rigal Marcos y dice: No. Me parece que tuvo —o algo así— como un 8 o un 12 pero no lo vi firmado… En el fondo, señor fiscal, lo único que está diciendo este señor, que yo no sé si dice la verdad o dice la mentira, desde luego en relación conmigo ya le puedo decir que es absolutamente falso que yo haya tenido… es que no cabe en cabeza humana que yo tenga el 8 o el 12 %. Si los peritos del Banco de España necesitan 168 páginas para que yo sea el único dueño, por ejemplo hay un señor qué dice que el 8 o el 12».

El mismo día el fiscal preguntó a Mario Conde sobre la operación ISOLUX que finalmente la sentencia dejó perfectamente clara, pero Mario Conde expuso al fiscal la situación que venía arrastrando ISOLUX de continuas pérdidas y la fallida venta que BANESTO hizo del 50 % de la sociedad al grupo francés G. T. I. por 500 millones de pesetas en abril de 1988, dinero que tuvieron que devolverles en noviembre del mismo año, encontrándose con la sociedad en quiebra, con más de 1 000 empleados y con unas pérdidas acumuladas de 2 023 millones de pesetas y un capital social de 750 millones por lo que tenían la alternativas de liquidarla o sanearla y se decide esta última con la aportación de 600 millones por parte de VALYSER por el 40 % y de 135 millones por parte de CARTINMOSA por el 9 %».

Un poco más adelante el fiscal le pregunta también si sabía que ya en 1994, siendo BANESTO el único accionista ya de ISOLUX, Eugenio Martínez había seguido siendo consejero de la sociedad (página1 689) y Mario Conde le respondió: «Eso me contaron hace poco y todavía… o sea, todavía me hago los ojos chiribitas por lo que usted me acaba de decir. Fíjese que no pensaba sacarlo pero ya que lo ha sacado el Ministerio Fiscal… o sea, el cooperador necesario por testaferro de D. Mario Conde eh… la nueva administración de BANESTO, teniendo en cuenta que EUMAN VALYSER es una de las causas de la situación económica de BANESTO, lo mantiene de consejero de ISOLUX. Yo, la verdad, que es que no sé no entiendo mucho yo de estas cosas pero si para mí que a alguien se le acusa de estas cosas, mantenerlo de consejero… yo, yo creía que era mentira pero como usted lo dice pues, pues seguro que es verdad. Seguro que es verdad, si usted me lo cuenta. O sea, que lo mantiene BANESTO de consejero al cooperador necesario, el hombre que es capaz de conseguir la ocultación del Grupo EUMAN VALYSER de D. Mario Conde le mantiene de consejero».

El mismo día 14 el fiscal le preguntó también sobre la operación Promociones Hoteleras que, igualmente como hizo con la de ISOLUX, explicó detalladamente cosa que la sentencia confirmó al final del juicio. Pero es interesante mencionar el siguiente diálogo mantenido:

«SEÑOR FISCAL: ¿Sabe usted que estas sociedades, que inicialmente habían adquirido ese edificio, esa sociedad con el edificio, a EUSA y lo venden en estas fechas de abril del 91, nueve meses después, a La Unión y el Fénix, obtienen un beneficio de más de 1 000 millones de pesetas en nueve meses?

RESPUESTA: El beneficio, señores del Tribunal, de esta operación es una cosa que ha ido, como los hombres, con la edad menguando sucesivamente a medida que avanzaban los pasos de la instrucción. Si yo no recuerdo mal, cuando a mí… cuando se inicia toda esta operación, me parece que, probablemente, basado en alguna información del Banco de España, el beneficio que se decía que habían obtenido era de 2 200 millones de pesetas o 2 100. Bueno. Ya, la cosa se va perfilando un poco más y en el auto mío de prisión, en el auto mío de prisión, ya se me imputa a mí un beneficio… porque a mí me imputan el beneficio, en el auto de prisión, de VALYSER, de ASNI y de D. Mariano, o sea, yo soy el dueño también, de D. Mariano, —una cosa curiosa— ya son mil ciento y pico millones de pesetas, que es un poco lo que está diciendo el señor fiscal, que la diferencia que existe entre los 2 500 más los 1 200. Pero, he aquí, que en el año 1997, en el año 199, en la instrucción de la pieza separada, en la instrucción de la pieza separada, aparece a declarar un señor, un señor que se llama Aparicio Vals, Aparicio Vals. Bueno. Este señor se presenta… 1997, señor presidente, o sea, habían transcurridos tres años, prácticamente, desde que a mí me meten en la cárcel con el tema de ASNI, y se presenta a declarar en nombre del Grupo EUSA, que dicen que está vinculado con la Fundación General Mediterránea. Entonces, este señor se acuerda en ese momento, tres años después, de que en esa operación, a esos vendedores del Grupo EUSA les pagaron 500 millones de pesetas en Suiza. Y no solo se acuerda de que se les pagaron 500 millones de pesetas en Suiza, se acuerda de que los cobró. Y se acuerda de que los repatrió a España en el propio año 1990.Y tanto se acuerda, como que coge un montón de papeles que prueban que los cobró en Suiza a través de un tal Copa, un tal Peter Copa, y cuando se le pregunta que por qué los cobró estos 500 millones o 450 millones en Suiza, dice que es que tenían una opción de compra. Ya. Y cuando se le pregunta que esa opción de compra entre quien y quien, dice que era entre las propias empresas del Grupo. Bien. Y que, entonces, ese dinero lo pensaba utilizar en el exterior pero que hubo dificultades en España lo trajeron al interior y aporta los documentos de esos 500 millones de pesetas, 450, para ser exactos. Bueno. Yo, sinceramente, más de una vez me ha preguntado que cómo es posible que haya tardado tres años en decir esto. Este Sr. Vals… Aparicio Vals, Aparicio Vals, da una explicación al respecto ¿sabe?, y dice que no lo contó antes por la trascendencia social del hecho y por sus posibles responsabilidades tributarias. Es decir, en el año 1994, —digo— por poner las cosas en los fieles de la balanza, ¿no?, hay un hombre que anda por allí, por Alcalá Meco, con una imputación de 1 200 millones de pesetas suyas y en otro lado de la balanza está la trascendencia social del hecho y la responsabilidad tributaria. Y, aclara, en su propia declaración, este señor que una vez que ha llegado a la conclusión de que ya la trascendencia social del hecho y que la responsabilidad tributaria, pues, que no, pues, entonces, se ha decidido a contar que cobró 500 millones de pesetas. Bien. Yo, por supuesto, no lo sabía en el año 1994, ni en el 95, ni en el 96, porque es evidente que si lo supiera lo habría contado. Tiene bastante más importancia de lo que parece, señor presidente, esto que estoy contando. No tanto por quienes sean los hipotéticos dueños de Promociones Hoteleras y de Fundación General Mediterránea, no. Me parece que la trascendencia social versus un señor en otro lado, no es un mensaje muy… muy cristiano, ¿no? Pero, en fin, eso es lo que sucedió. Pero, fíjese que, señor presidente, si tiene importancia esto que en el informe de los inspectores del Banco de España…

SEÑOR PRESIDENTE: ¿Qué es lo cristiano, Sr. Conde, apellidarse Vals?

RESPUESTA: ¿Perdone usted?

SEÑOR PRESIDENTE: ¿Qué es lo cristiano?, ¿por qué hace usted referencia al cristianismo en este momento?

RESPUESTA: Porque soy muy aficionado y… soy muy aficionado a las lecturas esotéricas y, entonces, ahora mismo estaba pensando —y no sé por qué— estaba diciendo “poner en fiel de la balanza un concepto y otro”, pues, a lo mejor, se me ha ocurrido lo de que… lo que tenía que haber hecho yo en el caso de ASNI, según el mensaje cristiano, es que me metieran en la cárcel por haberme llevado 500, poner la otra mejilla para que, encima, me metieran una bofetada. A lo mejor, es que ese es el mensaje cristiano. Pero este señor… no tengo consciencia… Yo sé que se llama Vals pero lo que no sé es porque el señor presidente me pregunta que si Vals tiene algo que ver con el cristianismo. Eso no lo sé.

SEÑOR PRESIDENTE: Adelante.

RESPUESTA: Le decía, señor presidente, que tiene mucha importancia esto, más de lo que parece, porque en el informe de los inspectores del Banco de España, de los inspectores del Banco de España, cuando ven que ASNI con una participación… ASNI con una participación del cuarenta y algo, que no sé muy bien, cobra mucho más dinero —está escrito, señores, en el informe de los inspectores— dicen: “Esto está clarísimo lo que es. Es para sacar dinero fuera de España —y así lo publicó un determinado medio de comunicación— para sacar dinero fuera de España el verdadero propietario”. Obviamente, el verdadero propietario de ASNI soy yo porque está dicho, expresamente, en la página 2 del informe de estos señores, ¿no? Dicen que es para sacar dinero fuera de España el verdadero propietario. Pues no. En el 97 nos enteramos que no es para sacar dinero fuera de España el verdadero propietario sino que hubo un pago de 450 millones en Suiza que cobró un señor, unos señores, durante un tiempo pensaron que la trascendencia social —cito literalmente— y la responsabilidad tributaria del hecho les obligaba a mantener silencio al respecto.

SEÑOR FISCAL: ¿Me quiere usted decir que no está de acuerdo con que existiera un beneficio para estas tres sociedades —que yo le he dicho— de más de 1 000 millones de pesetas, que es distinta la versión…

RESPUESTA: Tiene usted que restarle… si usted, por ejemplo, paga en España 1 400 y en Suiza 500, si lo suma en total paga 2 000. El beneficio, por tanto, aceptando como buenos los 1 162 millones —me parece que es— le resta usted los 400 millones de pesetas o los 500, lo que cueste, y le queda un beneficio de 600 millones.

SEÑOR FISCAL: Bien. Corporación no llegó nunca a ocupar ese inmueble, ¿no?

RESPUESTA: Desgraciadamente. Desgraciadamente. Desgraciadamente.

SEÑOR FISCAL: Sin embargo, sí que estuvo pagando las rentas de alquiler desde el año 90, ¿no?

RESPUESTA: Hombre, sí. En Corporación solemos pagar las rentas de aquello que firmamos, sí, sí, sí.

SEÑOR FISCAL: Las pagaban.

RESPUESTA: Sí, sí, claro.

SEÑOR FISCAL: Muy bien. ¿Se gastó Corporación más de mil… 1 132 millones en rehabilitar ese edificio?

RESPUESTA: Por supuesto que no. En rehabilitar el edificio, por supuesto que no. El edificio estaba totalmente rehabilitado. Lo que invirtió Corporación, lo que invirtió Corporación, que no gastó, —y fíjese que matizo la expresión, usted sabe muy bien porqué— lo que invirtió fue un dinero, que no sé exactamente en cuanto consistió pero que me parece que puede ser que sea en esa cifra que dice usted, en adaptarlo a sus propias necesidades, ¿eh?

SEÑOR FISCAL: A unas necesidades que nunca se llegaron a utilizar.

RESPUESTA: No, pero espero que… que no… no nos culpe de la Guerra del Golfo, ¿no?

SEÑOR FISCAL: No, no les culpo…

RESPUESTA: Pues bien. Mire, se hubiera utilizado, a lo mejor, probablemente, antes si el Sr. Solchaga nos hubiera dado las exenciones fiscales bastante antes. Pero, en fin, estas cosas, en la vida, pasan y como resulta que vino la crisis y no nos compraba nadie acciones de la Corporación y desde el Banco de España, pues, nos presionaban para vender empresas, pues, qué le vamos a hacer… yo lo intenté por todos los medios, absolutamente por todos los medios, pero así son las cosas. Un proyecto que nos tenía que haber salido muy bien, desgraciadamente lo tuvimos que cortar. Y si ya no iba a existir la Corporación en…».

Al siguiente día 20 el abogado de BANESTO vuelve a preguntarle por las obras de rehabilitación y adaptación que la Corporación hizo en el edificio de Fernando el Santo donde tenía intención de instalar su sede y Mario Conde le respondió que, en definitiva, las obras quedaron en beneficio del Grupo BANESTO dado que el edificio era propiedad de La Unión y El Fénix de la cual BANESTO era propietario en su mayoría.

Y al abogado defensor de Arturo Romaní le explica que un par de meses después de poner en marcha la Corporación Industrial, se declara la guerra en el Golfo y con ella un descenso generalizado de los mercados bursátiles, la mayoría de las emisiones internacionales quedaron paralizadas, entre ellas la programada del 30 % de la propia Corporación y de acuerdo con la legislación del Banco de España se empieza a buscar inversores de paquetes de acciones significativos y es cuando entra en escena J. P. Morgan. El propio gobernador del Banco de España, Luis Ángel Rojo, que había sustituido a Mariano Rubio, le insta a que se vendan empresas de la Corporación Industrial y al final no se necesita y no se ocupa, lógicamente, el edificio.

El mismo día 20 el fiscal le preguntó a Mario Conde si en alguna ocasión me dio algún tipo de apoderamiento o representación para representarle en alguna operación financiera o mercantil y Mario Conde le explicó que, como consta en las diligencias, yo era consejero de la sociedad italiana Zenit 88 y como las acciones se iban a vender físicamente en Italia, me dio un apoderamiento específico para esa transacción.

El mismo día 20 y siguientes, a mi abogado en sus turnos, le respondió Mario Conde en su declaración como imputado que: No sabía ni donde estaban las oficinas de EUMAN VALYSER, que nunca recibió comunicación alguna, ni fax, ni carta de mí o de mis empresas a excepción de los informes que yo hice sobre los consejos de la empresa italiana Zenit a los que asistí en representación de sus acciones, que mis préstamos le fueron cancelados, junto con sus intereses, antes de ser intervenido BANESTO que mientras VALYSER fue accionista de ISOLUX nunca esta distribuyó dividendos, que siempre que un auditor hace un examen limpio implica una valoración de la sociedad auditada y por eso él considera la de CEMEX, otra valoración de ISOLUX, además de las de AXEL Group, de la Banca Rothschild y de Swiss Bank y que él se ha estudiado el sumario y no ha visto que ni los peritos del Banco de España en su informe, ni el fiscal, ni BANESTO, ni ninguna otra acusación se refieran a un valor de ISOLUX, simplemente dicen que, según todos ellos, el perjuicio para BANESTO es igual al beneficio de VALYSER y, así mismo, le confirmó que los pasivos ocultos de WAT, al fusionarse con ISOLUX, BANESTO se los pagó a esta después de ser intervenido el Banco.

Respecto a Promociones Hoteleras le confirmó a mi abogado que cuando los franceses compran La Unión y El Fénix no reclaman nada por la compraventa de Promociones Hoteleras.

El 1 de junio de 1998 declara, en el juicio oral, como imputado Enrique Lasarte, que fue presidente del Banco de Vitoria y consejero delegado de BANESTO.

En su turno, mi abogado le preguntó sobre mis operaciones y sus respuestas constan en el acta en las páginas 3 175 y siguientes:

Le confirmó que nadie, incluido los inspectores del Banco de España, le hizo nunca un solo comentario negativo de ISOLUX y Juan García Alarcón le aclaró que el crédito que el Banco de Vitoria concedió a VALYSER el 31 de octubre de 1992 con vencimiento del 13 de octubre de 1993 fue pagado por VALYSER un día antes de su vencimiento, tal como consta en la contabilidad de esta existente en los autos y en contra de lo que le había dicho el Ministerio Fiscal en su interrogatorio.

Sobre el aval que el Banco de Vitoria concedió a IBISER, Enrique Lasarte le comentó a mi abogado que ante las afirmaciones que, tanto el Ministerio Fiscal como el abogado de la acusación, hicieron el día anterior, revisó la información obrante en el sumario y comprobó que para el Banco de Vitoria fue una operación de libro sin ningún tipo de riesgo pues IBISER depositó en el banco mayor cantidad de dinero, concretamente 2 100 millones de pesetas, que el importe del aval que el Banco le concedió a IBISER, concretamente de 1 930 millones de pesetas.

Sobre un préstamo que BANESTO concedió a ISOLUX WAT de 2 000 millones de pesetas, cuando ya VALYSER no era accionista de ella, y sobre el que el fiscal también había preguntado a Enrique Lasarte, mi abogado le mostró el tomo III de la documental, folio 2 209 en el que el día 4 de abril de 1994 la Comisión Ejecutiva de BANESTO, ya con los nuevos administradores, renueva dicho crédito hasta el día 7 de enero de 1995, concediéndole a ISOLUX WAT una solvencia de más de 5 000 millones de pesetas. Evidentemente Enrique Lasarte ya no estaba en BANESTO.

Finalmente, Juan García Alarcón le pregunta a Enrique Lasarte si sabía que hay una providencia de la Sala de fecha 24 de abril de 1998, entregada a requerimiento mío, en la que figura un contrato del 18 de junio de 1996 firmado por BANESTO y por VALYSER en el que se reconoce que el Banco de Vitoria concedió a la segunda un crédito de 150 millones de pesetas el 2 de febrero de 1994 con vencimiento del 21 de febrero de 1996 y del que, evidentemente, Enrique Lasarte no sabía nada al haber dejado BANESTO el 28 de diciembre de1993, día de la intervención.

El 22 de junio de 1998 declaró, también como imputado, el abogado Rafael Pérez Escolar quien había sido juez, consejero de BANESTO y de varias sociedades. Mi abogado, en su turno, le preguntó para aclarar las confusas y mal intencionadas cuestiones que le habían planteado con anterioridad algunas acusaciones en sus informes y escritos de acusación.

Aunque nada tenían que ver con las operaciones analizadas en el juicio, quedó confirmado por Rafael Pérez Escolar que su despacho minutó a VALYSER una factura por el estudio que le encargó Fernando de Torres sobre la reducción y posterior ampliación de capital de la mercantil Granel y Muñoz, participada por VALYSER, así como sobre los beneficios fiscales que se podían derivar de esa operación. Dicha minuta de honorarios profesionales consta en la pieza documental.

Asimismo, Rafael Pérez Escolar también confirmó a Juan García Alarcón la factura que emitió a mi sociedad, VALYSER, por los trabajos que realizó su despacho para la adaptación, a la Ley de 1989, de los estatutos de todas las sociedades que formaban el Grupo VALYSER y cuya minuta profesional consta igualmente en la pieza documental.

El día 8 de septiembre de 1998 declaró como imputado en el juicio oral Mariano Gómez de Liaño y en sus respuestas al fiscal, al abogado defensor de Mario Conde, al de Arturo Romaní, al mío, etc. referente a mí y a mis sociedades, dijo:

Al fiscal le confirmó, entre otras cosas, que:

• Me conoció en el año 1985 en casa de Andrés Muñoz, amigo común de los dos, que me vuelve a ver en París, donde estoy trabajando para IBM y donde él pasaba unos días de turismo con Andrés y sus respectivas mujeres y que, finalmente, me volvió a ver cuando decidí dejar la compañía y establecerme por mi cuenta.

• Que inicié una relación de cliente con su despacho de abogados donde domicilié unos pocos meses mi empresa recién constituida, EUMAN, hasta que acomodo una oficina y me traslado a ella.

• Que, en su conocimiento, el único propietario real de EUMAN soy yo y que él, Mariano, nunca ha sido administrador de EUMAN.

• Que José Ramón Rigal mintió en su declaración cuando dijo que Mariano le había encargado redactar un contrato de fiducia de EUMAN y que aunque trató de hablar con él, Rigal no quiso. Que jamás le encargó tal cosa a Rigal ni para transmitir acciones a Mario Conde ni a nadie.

• Que cuando Luis Alfonso Díaz Orueta declara ante el juez instructor en diciembre de 1994 que, en su opinión, Eugenio Martínez era empleado de Mariano, se equivocó y al poco tiempo Luis Alfonso le fue a visitar a su casa, haciendo posteriormente una declaración voluntaria aclaratoria, estando seguro de que la confirmará en el juicio oral cuando venga a declarar como testigo.

• Que, efectivamente, él me presentó a Juan Abelló a instancias mías y que Torreal, por decisión de Abelló y sin tener nada que ver Mario Conde, me presta 150 millones de pesetas para que mi sociedad EUMAN pudiera comprar una participación de la sociedad PROTECSA, tal como le expuse a Abelló. Posteriormente, cuando Conde y Abelló deciden separarse, este préstamo queda en la parte de Conde y cuando este hace separación de bienes con su mujer, el referido préstamo queda en la parte de esta y a la que Eugenio le canceló dicho préstamo.

• Que, efectivamente, él me propuso como consejero de la empresa italiana Zenit 88 en representación de la participación minoritaria de Mario Conde y por ese motivo me lo presentó. Y que los informes que yo hacía de los consejos a los que asistía se los enviaba a él y él, a su vez, se los remitía a Mario Conde.

• Sobre Promociones Hoteleras le confirmó al fiscal que a él, para su despacho de abogados, el edificio que realmente le interesaba era el llamado «edificio viejo» que está adjunto al palacete pero que Promociones Hoteleras era dueña del conjunto de edificios y es cuando se plantea la compra de la sociedad.

• Que los propietarios tenían firmada una opción de compra con una sociedad extranjera a la que hubo que pagársela y que así lo explico más tarde el Sr. Aparicio.

• Que él destina a la operación 200 millones de pesetas de la venta de su piso en Fernando el Santo donde tenía su despacho y que como ese importe es insuficiente, le ofrece participar en la compra a VALYSER y a ASNI.

• Que el palacete efectivamente se alquila a la Corporación para instalar allí su sede, concediéndole una opción de compra que finalmente ejerció La Unión y El Fénix, que por la unidad única registral, compró el conjunto de edificios, no habiendo ningún perjuicio para el Grupo BANESTO dado el valor de los inmuebles.

• Que las conversaciones con La Unión y El Fénix las tuvo él con los señores Gelado y Pujol.

• Respecto a ISOLUX le confirmó al fiscal que, efectivamente, él me presentó a Victoriano López Pinto cuando los franceses se salen de ISOLUX y esta necesita buscar nuevos inversores para sacar adelante la empresa.

• Respecto a la confort letter que el Banco de Progreso le pidió a VALYSER, le confirmó que el Sr. Tendero, del Banco de Progreso, le llamó pidiéndole que me explicara que era simplemente una carta de presentación sin ningún compromiso jurídico, para poder completar el expediente crediticio que VALYSER estaba solicitando en el banco para adquirir una participación de ISOLUX. Que así lo hizo y que a sugerencia mía él también se lo explicó a Paco Cuesta y a Díaz Orueta para que me pudieran dar esa carta dadas las relaciones crediticias que ya tenían Asebur y VALYSER y que el Banco de Progreso conocía.

• Y, finalmente, le explicó que en la compra de la participación de VALYSER por parte de la Metallgesellschaft esta no era una empresa pantalla sino una compradora real y que IBISER fue un instrumento que permitió a VALYSER pagar los impuestos de una forma diferida. Y que cuando Gómez Zubeldía negocia un aval con el Bank of America hay que tener en cuenta que Asesores en Derecho actúa como abogados de la Corporación.

Al abogado defensor de Mario Conde le confirmó:

• Que, aparte de mi relación de consejero de Zenit en representación de sus acciones, no sabía de ninguna otra relación mía personal ni profesional con Mario Conde y que la sociedad Inversiones del Condado le fue comprada totalmente a Mario Conde antes de que un grupo de nuevos accionistas la utilizáramos para tomar una participación en Patentes Talgo o yo la usara con Enrique Lasarte para intentar hacer un negocio de letreros luminosos en Turquía.

• Que no le constaba ni que Mario Conde hubiera participado nunca en el capital de EUMAN VALYSER ni hubiera recibido nunca algún beneficio obtenido por este grupo.

• Respecto a ISOLUX, le confirmó que Gómez Zubeldia era el director del Departamento de Fusiones y Adquisiciones de Asesores en Derecho y que figura en el folio 16 377 exactamente el informe del Bank of America donde se refleja que había tanto una opción de compra como una opción de venta concedidas recíprocamente entre la Metallgesellschaft y la Corporación.

Al abogado defensor de Arturo Romaní le confirmó:

• Que por parte de la Corporación, en la operación ISOLUX para la opción recíproca de compra y venta entre la Metallgesellschaft y la Corporación, el que interviene en la parte jurídica es César Albiñana.

• Que Arturo Romaní no supo nada respecto a la existencia y papel que realizó IBISER en la operación.

• Que Arturo Romaní cuando se firma con Promociones Hoteleras el contrato de alquiler del edificio, no sabía para nada de la posterior venta de la sociedad a La Unión Inmobiliaria Internacional, ni que los accionistas de Promociones Hoteleras fueran Doña Ascensión S. A., ASNI y VALYSER.

A mi abogado le confirmó:

• Que respecto a los compromisos contraídos por mí o por mis sociedades nunca había conocido que no se hayan cumplido todas las obligaciones y que no ha sabido de ninguna reclamación.

• Que los préstamos que tenían mis sociedades no tuvieron relación alguna con la invitación a VALYSER para participar en la compra de Promociones Hoteleras.

• Que en ISOLUX solo interviene, aparte de presentarme a Victoriano López Pinto, en la intervención profesional de su despacho en la venta que se realiza por mi parte a la Metallgesellschaft.

• Que nadie reclamó nada por la venta de la sociedad Promociones Hoteleras a la Unión Inmobiliaria Internacional.

• Que la venta de ISOLUX por parte de VALYSER a la Metallgesellschaft fue pura, firme y definitiva.

El 10 de septiembre de 1998 declara como imputado en el juicio oral Francisco Sitges que fue, desde 1988, presidente de Asturiana de Zinc y posteriormente también de MEFASA, habiendo dedicado más de cuarenta años de su vida laboral al grupo BANESTO.

A preguntas de su abogado defensor, Ignacio Ayala, confirmó que suscribió un contrato privado con VALYSER por el cual mi sociedad le prestó 100 millones de pesetas que el ingresó en MEFASA para que esta pudiera terminar de construir su barco, pues MEFASA, de la que también VALYSER era accionista, estaba pasando una cierta tensión de tesorería. Operación que tampoco tenía nada que ver con BANESTO pero que las acusaciones la mencionaban repetidamente durante el juicio queriendo demostrar no se sabe el qué.

MEFASA terminó el barco de Francisco Sitges, este lo sacó y lo vendió y por supuesto se lo pagó a MEFASA y devolvió el préstamo a VALYSER.

A preguntas del fiscal confirmó que a mí me conoció cuando yo trabajaba en IBM y él en Asturiana de Zinc y que, además, los dos vivíamos en la misma urbanización. Le confirmó asimismo que mi sociedad VALYSER le compró a José Manuel Alperi sus acciones en MEFASA, la empresa de bienes de equipo y construcción naval situada en Asturias y que entramos en su consejo Carlos Díaz y yo. Por último también le confirmó que a través de la sociedad Inversiones del Condado, de la que éramos socios Mariano y Miguel Gómez de Liaño, Carlos Díaz, él y yo, tomamos una participación del 10 % de Patentes TALGO, pues pensamos que era muy interesante para MEFASA como proveedor en la construcción de sus trenes. Y, finalmente confirmó, que él le compró a VALYSER su participación en MEFASA y que no participó para nada ni en la operación ISOLUX ni en la de Promociones Hoteleras, no teniendo nada que ver con la sociedad ASNI.

DECLARACIONES DE TESTIGOS

El 28 de septiembre de 1998 declara, como testigo, en el juicio oral Martín Rivas que fue director general en BANESTO y consejero en el Banco de Vitoria. A preguntas de mi abogado confirma que la operación en la que IBISER depositó 3 000 millones de pesetas en el Banco de Vitoria y este le emite unos pagarés, no supuso ningún riesgo para el referido banco.

El día 6 de octubre de 1998 declara como testigo en el juicio oral, Mercedes Rodríguez, secretaria de Mario Conde en la presidencia de BANESTO. El abogado de la acusación del banco le preguntó por mí y como consta en el acta en las páginas 4 945 y siguientes le responde que «no recuerda haberme visto personalmente y que alguna vez llamé por teléfono en relación a la empresa italiana Zenit para que avisara a D. Mario que iba asistir a la Junta General en Italia, por si quería algo en concreto y luego, cuando asistía a las reuniones en Milán del consejo de esa compañía enviaba un informe que D. Mario veía cuando podía».

Tampoco pudo nunca probar nadie que yo figurara en los registros de las agendas de los agentes de seguridad del banco por haber hecho alguna visita a cualquier consejero o director del mismo.

El 14 de octubre de 1998 declaró como testigo Alfredo Sáenz, ya presidente de BANESTO, y al fiscal le reconoció que me conoció siendo él presidente de Banca Catalana y yo directivo de IBM España, en un viaje de una semana que hicimos a EEUU y que nunca me relacionó con Mario Conde.

Tanto al fiscal como a mi abogado les confirmó que BANESTO, siendo él ya presidente, pagó a ISOLUX WAT 2 460 millones de pesetas que esta les estaba reclamando por unos pasivos ocultos que tenía WAT cuando BANESTO se la vendió a ISOLUX en 1991.

Figura en el acta de un consejo de ISOLUX, que aporté a la causa, que cuando el consejero delegado, José Manuel Losada, nos propone estudiar la compra a BANESTO de la sociedad WAT para poder fusionarla con ISOLUX dadas las sinergias positivas que ello generaría, yo manifiesto al consejo que José Luis Reimunde me había propuesto, hacía unos meses, que mi empresa VALYSER comprara WAT, que yo analicé con mi asesor fiscal Fernando de Torres la posible operación y que la rechacé debido a unas claras contingencias fiscales que detectamos. Aconsejé al Consejo de ISOLUX, que si finalmente se compraba WAT a BANESTO, nos cubriéramos con una cláusula de cobertura de posibles pasivos ocultos. Así se hizo y cuando ISOLUX compró WAT y la auditó en profundidad se detectaron nada más y nada menos que esos 2 640 millones de pesetas que inmediatamente se reclamaron al BANESTO, presidido por Mario Conde y, sin embargo, es el BANESTO presidido ya por Alfredo Sáenz el que paga la referida reclamación. Es importante resaltar que yo ya había vendido meses antes la participación que VALYSER tenía en ISOLUX WAT con esa reclamación pendiente de cobrar y si BANESTO hubiera pagado esa reclamación a su debido tiempo el valor de mi venta hubiera podido ser mayor.

Alfredo Sáenz confirmó también a mi abogado, el siguiente día 15, que BANESTO no les había reclamado nada de estos pasivos ocultos a los antiguos accionistas de WAT que en su día le vendieron la sociedad a BANESTO.

También a preguntas de Juan García Alarcón sobre el folleto de oferta de venta de acciones de la Corporación, publicado por el Banco Santander en septiembre de 1994, Sáenz le confirmó que el responsable de los valores que allí figuran sobre ISOLUX WAT es quien firma y publica dicho folleto.

Igualmente confirmó que no intervino para nada en los préstamos que algún banco del grupo BANESTO concedió a EUMAN o a VALYSER siendo él ya presidente de BANESTO y que no recordaba que hubiera habido ningún problema con los créditos que mis empresas tuvieran al 31 de diciembre de 1993.

Asimismo le confirmó que la inspección de Hacienda no había detectado ninguna anomalía en las cuentas de ISOLUX WAT de los años 1991, 92 y 93 y que en ese momento de su declaración, octubre de 1998, BANESTO estaba reconsiderando la posibilidad de sacar a bolsa las acciones de ISOLUX WAT dado por una parte el nivel de beneficios y de facturación alcanzados por la compañía, pero que podría depender de la mejora en las perspectivas bursátiles.

Finalmente le reconoce a mi abogado que no sabe decirle cuanto valía ISOLUX WAT al cierre del ejercicio 1992, justo un mes antes de que vendiera VALYSER su participación.

Sobre Promociones Hoteleras le confirmó a Juan García Alarcón que cuando él es nombrado presidente de BANESTO, la Corporación siguió pagando a la Unión Inmobiliaria Internacional, filial de La Unión y el Fénix, los alquileres del edificio hasta mediados del año 1995 y que no recuerda ninguna reclamación que se hubiera tenido que hacer por la venta realizada de la sociedad Promociones Hoteleras.

Cuatro años antes, el 2 de marzo de 1994, Alfredo Sáenz, como nuevo presidente ejecutivo de BANESTO, había firmado un acuerdo con La Unión y El Fénix Español representada por su presidente, Alberto de la Puente, y con la Societe Centrale des Assurances Generale de France, representada por su director general, Ives Mansion, acuerdo que, aportado por BANESTO, fue incorporado a la pieza separada de Gómez de Liaño y que dice textualmente:

«El contrato de arrendamiento del edificio situado en Madrid, en la calle Fernando el Santo nº 14, suscrito entre LUFE y la Corporación Industrial y Financiera de BANESTO S. A. seguirá vigente hasta su expiración y se cumplirá íntegramente en los términos pactados».

A la salida de la declaración de Alfredo Sáenz, Juan García Alarcón me comentó que, dadas las respuestas de Alfredo Sáenz a sus preguntas, salía muy esperanzado cara a la opinión que se pudiera formar el tribunal.

En la pieza de responsabilidad civil seguida contra mí, se me exigió una fianza de 6 398 890 097 de pesetas y al no poder constituirla me embargaron el coche y las acciones de mis sociedades y el 19 de octubre de 1998 en un auto del Juzgado Central de Instrucción número 3 de la Audiencia Nacional, la jueza Teresa Palacios me declaró solvente parcial por la cantidad embargada de 16 770 539 e insolvente por el resto de la suma exigida para garantizar las responsabilidades civiles.

El 3 de noviembre de 1998 es mi cumpleaños. Cumplo 56 años, a Pilar, mi mujer, ya le han diagnosticado su grave enfermedad y asisto al juicio oral de BANESTO en calidad insólita de imputado.

Como todos los días, camino de mi casa al juicio, me paré unos minutos en la capilla del Santísimo de los jesuitas en la calle Maldonado y recé en silencio. Pensé en mi familia, en mis amigos, en mis enemigos, en mis compañeros del juicio, en mi abogado, en el Tribunal, en los políticos…

Ese día declaró como testigo José Miguel García Lombardía y tanto el fiscal como mi abogado le preguntaron por la acciones de Agromán que compró en bolsa mi sociedad VALYSER. Al fiscal le confirmó que la operación de compra de las referidas acciones se hizo a través suyo como agente de cambio y bolsa y que en aquel momento Agromán cotizaba en la Bolsa de Bilbao. Le añadió que no pidió provisión de fondos a VALYSER, pues no tenía costumbre de hacerlo con sus clientes ya que, de lo contrario, hubiera estado fuera del mercado y que recordaba que VALYSER se atrasó en el pago, pues en la fase de instrucción del caso BANESTO recibió un requerimiento por parte de la policía y tuvo que revisar sus registros. Que a veces estos retrasos existían con algunos clientes y que aunque eso era un cierto riesgo él, como agente, al menos tenía en su poder, durante el descubierto, los valores comprados. Le explicó en ese momento, fecha en que estaba declarando, los plazos se habían acortado sustancialmente, pero que en aquella fecha de la compra y más siendo en otra plaza como Bilbao, los plazos de liquidación eran más dilatados. Y le confirmó que me conoció por la relación profesional habida y mi vinculación con la sociedad EUMAN VALYSER.

A mi abogado le confirmó que remitió una carta sobre esta compraventa al Juzgado Central de Instrucción número 3 en el año 1995 y que con anterioridad a julio de 1989 nunca recibió instrucción alguna o control alguno de BANESTO, pues ello hubiera sido ilegal, dado que con anterioridad a esa fecha BANESTO era un simple cliente y es meses después de mi venta cuando se forma la sociedad de Valores BANESTO Lombardía Lacaci. Le confirmó asimismo que cuando VALYSER compra en marzo las acciones de Agromán lo hace al valor del 200 % y que en junio estuvieron al 641 % en un contexto alcista hasta la Guerra del Golfo en 1990 y que cuando VALYSER vendió en abril lo hizo al 285 % no habiendo bajado en ningún momento en que las tuvo en su poder por lo que su riesgo teórico no fue real nunca, habiendo incluso, en la liquidación final, cobrado intereses a VALYSER por la demora en el pago. Mi abogado, finalmente, le mostró su escrito al Juzgado y José Miguel García Lombardía reconoció su autenticidad.

El 16 de noviembre de 1998 declaró como testigo, propuesto por las acusaciones, el señor Sabau antiguo empleado del agente de cambio y bolsa Lombardía y Lacaci, más tarde BANESTO Lombardía y Lacaci y en respuesta a las preguntas de mi abogado sobre la compra que mi sociedad VALYSER hizo de acciones de Agromán y sobre cuya operación tanto venía insistiendo el abogado de BANESTO, entre otras cosas dijo:

• Que BANESTO Lombardía y Lacaci Sociedad de Valores y Bolsa entró en funcionamiento legalmente el 28 de julio de 1989.

• Juan García Alarcón le vuelve a mostrar su carta aportada a la causa y sobre la que momentos antes le había preguntado el abogado de BANESTO (tomo CXVI documental folio 35 246 de su comparecencia el 29 de marzo de 1995 ante la Unidad Central de la Policía Judicial) y le vuelve a leer lo que Sabau dice textualmente: «BANESTO Lombardía y Lacaci no prestó financiación porque no actuaba como financiera o prestadora» y Sabau le responde que seguro que se trata de una operación posterior al 28 de julio de 1989.

• Mi abogado le continúa leyendo su carta: «esta operación implicaba la relación entre ambos clientes y autorización expresa de la dirección de BANESTO Lombardía y Lacaci» y al preguntarle a continuación si está hablando de una operación una vez ha entrado en funcionamiento la sociedad BANESTO Lombardía y Lacaci Sociedad de Valores y Bolsa, Sabau le responde que, evidentemente, pues es incompatible en el tiempo dado que una vez que empieza a funcionar como sociedad de valores y bolsa no se puede funcionar como agente de cambio y bolsa.

• Finalmente, mi abogado le recuerda que VALYSER compró acciones de Agromán el 30 de marzo de 1989 y las vende, también a través del Agente de Cambio y Bolsa Lombardía y Lacaci, el 24 de abril de 1989 haciéndose la correspondiente liquidación y sin dejar ningún saldo pendiente. Sabau le reconoció a continuación que él en su carta y en su declaración al juez instructor era evidente que se refería entonces a otra operación realizada en fecha posterior y a otro cliente, distinto a VALYSER, que dejó un saldo pendiente con BANESTO Lombardía y Lacaci.

El Tribunal tomó buena nota de esta importante aclaración, pero, por lo visto, no fue suficiente para el abogado de BANESTO que siguió, en varios momentos posteriores del juicio, preguntando a diversos testigos si sabían que VALYSER había comprado unas acciones de Agromán. Como si eso estuviera prohibido o fuera delito.

El 23 de noviembre de 1998 declaró como testigo en el Juicio Salvador Salor que fue presidente y consejero delegado de Portland Iberia cuando esta compra el 10 % de ISOLUX WAT a VALYSER y que también lo era cuando, diez meses más tarde, se la vende a la Corporación BANESTO. Sus respuestas a las preguntas que le formularon tanto el abogado defensor de Arturo Romaní como el mío relacionadas con esta operación las reproduzco en el capítulo de Anexos páginas 299 y siguientes.

El día 1 de diciembre de 1998 vino al juicio oral a declarar como testigo el consejero y secretario del consejo de BANESTO, Juan Carlos Rodríguez Cantarero y como él declaró en la fase de instrucción cuando yo no estaba aun imputado y, por tanto, mi abogado no estaba ese día presente y las demás partes ni le preguntan por mí ni por las operaciones de mis sociedades EUMAN y VALYSER, Juan García Alarcón tuvo que referirse a su comparecencia en la Comisión BANESTO en el Parlamento el 7 de octubre de 1994, que era respecto a estos asuntos, la única declaración que constaba. Entonces, en el Congreso, no tuvo que jurar el decir la verdad como ahora tuvo que hacer al iniciar su declaración en el juicio. A preguntas de mi abogado contestó, entre otras cosas:

• En su comparecencia en las Cortes dijo que «Según me informan en el Departamento de Créditos de BANESTO, los créditos que VALYSER mantenía con BANESTO estaban garantizados por una confort letter de Asebur Inversiones, esto es todo lo que puedo afirmar, lo demás serían conjeturas y no quiero hacer conjeturas por no incurrir en responsabilidades» y al preguntarle ahora mi abogado si esta información ha podido constatarla para este juicio y nos puede confirmar si era así, contestó que no lo había confirmado, que no había visto ninguna confort letter y que dijo eso en Las Cortes por las referencias que tenía.

• Respondió, asimismo, que una confort letter no es un aval y que por tanto ni es exigible ni se inscribe en el registro de avales.

• Dijo desconocer que una vez intervenido BANESTO y por tanto ya con la nueva administración, VALYSER había obtenido financiación con bancos del Grupo BANESTO como el Vitoria, o el BANDESCO igualmente sin ningún tipo de confort letter.

• Reconoció que cuando en las Cortes dijo que la Corporación le vendió a VALYSER el 40 % de ISOLUX WAT en julio de 1990, fue un error pues era el 40 % de ISOLUX sola.

• Reconoció que ya intervenido BANESTO le pagaron a ISOLUX WAT los 2 460 millones del pasivo oculto de WAT y que no le habían reclamado nada a los antiguos accionistas de WAT que anteriormente vendieron estas acciones a BANESTO.

• Manifestó que no conocía el valor de ISOLUX WAT cuando VALYSER vende su participación en enero de 1993 y reconoció que VALYSER, en su opinión, ya no era responsable de los resultados de ISOLUX WAT una vez que vende sus acciones.

• Respecto a Promociones Hoteleras reconoció a mi abogado que si la sociedad se vendió a la Unión Inmobiliaria Internacional el 15 de abril de 1991 y las obras de adecuación se realizan en el edificio a partir de esa fecha, lógicamente estas obras no pueden influir en el precio de la venta.

• Y asimismo confirmó que no hubo ninguna reclamación por parte de La Unión y el Fénix, propiedad al 51 % de BANESTO y que la Corporación continuó pagando el arrendamiento del edificio tal como estaba acordado en un documento, incorporado a la causa, y que fue firmado el 2 de marzo de 1994 por Alfredo Sáenz en representación de BANESTO y por Alberto de la Puente en representación de La Unión y el Fénix.

• Ante las dudas que dijo tener de que VALYSER fuera realmente mía, Juan le argumentó que en un reciente escrito del 12 de junio de 1998 que BANESTO había presentado al Juzgado de Instrucción número 5 de Valladolid se dice que VALYSER es una sociedad cuyo administrador único es Eugenio Martínez, al que pertenecen la totalidad de las acciones.

El día 7 de diciembre de 1998 declaró como testigo en el juicio oral Francisco Javier Abad que había trabajado en ISOLUX en 1970 donde estuvo tres años y que, seleccionado por Spencer Stuart, entró a trabajar en BANESTO a finales de 1988 dependiendo del consejero delegado Juan Belloso. Había trabajado antes en el Banco Vizcaya, en el Banco Árabe Español y en el Banco Popular y en BANESTO era director general del Área Corporativa.

A preguntas de mi abogado, y así figura en el acta, manifestó que se enteró de la existencia de mis sociedades EUMAN VALYSER por el acta de inspección del Banco de España y antes le había confirmado también al fiscal que asistía regularmente a las reuniones de los lunes de la Comisión de Operaciones y allí nunca supo, cómo era lógico y natural, nada de mis sociedades y digo lógico y natural no porque se ocultara algo sino porque no había motivo para que mis empresas y operaciones figuraran en esa Comisión.

Mi abogado le mostró un informe de mayo de 1993 en el que se resalta el incremento de facturación de un 70 % experimentado por ISOLUX y la solidez accionarial de la empresa y Abad respondió que el crecimiento de ISOLUX era realmente muy significativo y que la solidez de la empresa Metallgesellschaft, la cual cinco meses antes había adquirido el 30 % de ISOLUX, también lo era.

El 15 de diciembre de 1998 declaró como testigo en el juicio oral el abogado César Albiñana que entró en junio de 1990 a trabajar en el Grupo BANESTO como secretario general y director de la asesoría jurídica de la Corporación Industrial y Financiera. Posteriormente fue nombrado consejero de la Corporación en diciembre de 1992 y como tal estuvo hasta diciembre de 1994 incluso hasta un año después de la intervención de BANESTO.

Respecto a ISOLUX le preguntó el abogado defensor de Mario Conde y figura en el acta que cree recordar que en enero de 1993 hubo una especie de encargo o mandato de venta al Banco Rothschild para que vendieran las participaciones mayoritarias o la totalidad de las acciones de las empresas de la Corporación, entre ellas ISOLUX, y que nunca vio en estas negociaciones a Eugenio Martínez ni nunca escuchó que pudiera ser el testaferro o fiduciario de Mario Conde.

A mi abogado le responde que cuando ISOLUX compra WAT a la Corporación y se fusiona con ella, la composición de accionistas de ISOLUX en aquel momento: BANESTO, VALYSER y CARTINMOSA no se altera y que cuando La Unión y El Fénix se vende a AGF no hubo ninguna reclamación por ninguna de las partes.

El día 21 de diciembre de 1998 vino al juicio oral a declarar como testigo Juan Miguel Villar Mir, exvicepresidente del Gobierno para Asuntos Económicos, exministro de Hacienda y gran empresario. En el momento de su declaración es consejero del Banco Santander de Negocios presidido por Emilio Botín y su hija, Ana Patricia Botín, es consejera delegada. A preguntas del abogado defensor de Mario Conde explicó que cuando su empresa familiar compró Ferroatlántica, el 4 de diciembre de 1992, se financió con un leasing que le concedió BANESTO y que al día de la fecha estaba repagado al día y totalmente ya en un 60 %. Dijo que desconocía absolutamente que su crédito hubiera sido vendido después de la intervención por BANESTO al Fondo de Garantía de Depósitos. Y yo me pregunté cuantos créditos habría en las mismas condiciones dentro del llamado importe de saneamiento.

Hoy día, en el año 2013, Juan Miguel Villar Mir es miembro del Consejo de Administración del Banco Santander y recientemente su empresa le ha comprado al banco la manzana de la plaza de Canalejas formada por varios edificios, entre ellos la antigua sede de BANESTO, para hacer un complejo hotelero y comercial en esa zona tan céntrica de Madrid.

La declaración de Villar Mir en el juicio me trae a la memoria la sentencia del Tribunal Supremo condenando a Alfredo Sáenz y el artículo del diario Cinco Días, al día siguiente de la sentencia, decía que la misma era injusta pues, entre otras cosas, «saneó a velocidad de vértigo las cuentas del intervenido BANESTO». Por ello le pagaron, creo, que unos 10 000 millones de pesetas en acciones y pienso que por esa cantidad y operaciones como la de Villar Mir, Antena 3, Asturiana de Zinc, etc., realmente fue lentísimo pues cualquiera, con esas bazas, en un par de días hubiera rematado la faena.

Ese mismo diario añadía el 11 de marzo del 2011, comentando la sentencia contra Alfredo Sáenz, que condenarlo es dar mala imagen institucional cara al extranjero y que esperaba que el Gobierno le indultara.

Creo que tenemos el país que nos merecemos. Acababan de dimitir, por esas fechas, dos ministros en Japón y en Alemania, uno de ellos por haber copiado en una tesis cuando era estudiante. Eso es dar precisamente ejemplo de imagen institucional y no el que dio Botín manteniendo en su puesto a un señor condenado que no dimitía. Me pregunto si fue tratado en el Consejo del Banco Santander y cómo no intervinieron antes el Banco de España o la FSA británica para apartarlo de sus cargos y responsabilidades bancarias. Hasta Manuel Conthe, autor del Código del Buen Gobierno de la CNMV, decía en su blog que debía dejar sus cargos.

El 25 de enero de 1999 declaró como testigo en el juicio oral Miguel Ángel Merodio, siendo ya en esa fecha presidente del Banco de Vitoria y respecto a los pagarés de IBISER le confirmó a mi abogado que todos se pagaron en sus fechas y que los importes de los pagarés emitidos por el Banco de Vitoria eran algo inferior a los pagarés pignorados por IBISER tal como figuran en el tomo 78 de la documental en los folios 16313 a 16316 y que le mostró mi abogado.

El 1 de febrero de 1999 declaró como testigo en el juicio oral Emilio Seisdedos que entró a trabajar en agosto de 1992 para la Corporación BANESTO como director económico. Hasta ese día trabajaba como auditor en Arthur Andersen y estuvo en la Corporación con ese cargo hasta julio de 1998, es decir cinco años más desde la intervención del Banco.

Mi abogado le preguntó sobre las operaciones Promociones Hoteleras e ISOLUX y, entre otras cosas respondió:

• Lo único que figura en un balance es un aval pero no un compromiso o una opción de compra.

• Que Promociones Hoteleras, como sociedad, sigue con el compromiso de la opción de venta del edificio de su propiedad aunque sus acciones cambien de dueño como ocurrió con Unión Inmobiliaria Internacional que fue la que compró Promociones Hoteleras y posteriormente la Unión Inmobiliaria Internacional fue vendida por La Unión y El Fénix a AGF.

• Que como director económico de la Corporación fue el representante ante la Inspección de Hacienda y aunque en principio no recuerda nada de la inspección realizada a ISOLUX, al mostrarle mi abogado el folio 1739 de la Agencia Tributaria que forma el tomo VI de la pieza separada de la documental relativa al Grupo EUMAN VALYSER reconoció que la Inspección le pidió todos los contratos, documentos, ampliaciones de capital, dividendos pasivos, relación de accionistas de WAT, etc., etc., que, aunque dice que no la había visto en su vida, mi abogado le muestra su firma en la diligencia del 6 de octubre de 1994 y no pudo evitar terminando reconocer que sí era su firma y que facilitó todos eso documentos a la Inspección.

• Reconoció, al mostrarle el folio 8002 que la inspección fiscal había cerrado los ejercicios de ISOLUX hasta el año 1994, terminado la inspección en el año 1996 sin ninguna objeción a las cuentas de ISOLUX WAT.

• Reconoció asimismo que, si VALYSER le vendió a PORLAND el 10 % de ISOLUX por 1 100 millones de pesetas, el 100 % de la compañía no podía valer nada más que 2 000 millones, confirmando que conocía las valoraciones de la Banca Rothschild y de AXEL Group que la valoraban entre 12 000 y 18 000 millones.

• Finalmente, reconoció que la ampliación de capital que hizo ISOLUX el 30 de mayo de 1992 por 3 750 millones de pesetas se hizo contra reservas y en el caso de la Corporación con una compensación del crédito que tenía por la aportación de WAT.

El 15 de febrero de 1999, a propuesta del fiscal, declaró como testigo María Dionisia Canelo, que fue en su día secretaria de Paco Cuesta, hombre que trabajaba y sigue haciéndolo para Mario Conde y sus empresas. Al preguntarle el fiscal si me conocía a mí o a mis empresas EUMAN y VALYSER, respondió que ni le sonaban.

El mismo15 de febrero de 1999, a propuesta del fiscal y de la acusación de BANESTO, declaró como testigo José María Alzola, quien había trabajado en HUARTE, en RUMASA y de donde pasó a BANESTO en el año 1985, siendo nombrado consejero de ISOLUX en 1989 y en la cual fue director regional de la Zona Centro, posteriormente director comercial y estuvo trabajando en el Grupo ISOLUX WAT hasta 1996.

Como directivo, formó parte de la sociedad CARTINMOSA que, aglutinando a los directores, toman el 9 % de ISOLUX cuando mi sociedad, VALYSER, también toma un 40 % de la sociedad. Le conocí al entrar yo en el consejo de ISOLUX y como director comercial que era, me pidió apoyos en conseguir obras fuera del ámbito de BANESTO, donde él no me necesitaba. A preguntas del fiscal, del abogado de BANESTO y de otros abogados, entre ellos el mío, declaró:

• Que la fusión de ISOLUX con WAT se debatió en el Consejo y que él la vio interesante y positiva porque eran empresas complementarias, creándose una sociedad mucho más competitiva en el mercado y mucho mejor.

• Que desconocía absolutamente si las sociedades EUMAN y VALYSER habían realizado negocios con el Grupo BANESTO.

• Que Arturo Romaní, a quien conoció en la Delegación de Hacienda de Alicante en el año 1970, nunca le habló de mí.

• Que cuando la Unión y el Fénix había adquirido el palacete de la Calle Fernando el Santo y la Corporación BANESTO se lo alquila para instalar allí la sede, el presidente de ISOLUX WAT, Victoriano López Pinto le pide que hable con Andoni Eizmendi, director general de la Corporación, para hacer unas obras de rehabilitación del referido palacete, declara al fiscal: «Para convertir ese palacete en la sede de la Corporación más importante en España, en Europa quizás y pensamos convertirla en un edificio inteligente, pues no estaba en las condiciones que la sede merecía».

• Que en el año 1988 ISOLUX tenía un volumen de obras de unos 5 000 millones de pesetas, con unos agujeros impresionantes y que en el 92 llegó a los 25 000 millones de facturación, siendo el total de las obras de rehabilitación del palacete unos 800 millones, que incrementaron el propio valor del edificio.

• Que tanto Carlos Díaz Porgueres como yo siempre representamos los intereses de VALYSER.

• Que yo ayudé a ISOLUX WAT a conseguir obras, siempre ajenas a BANESTO, entre 1 000 y 2 000 millones de pesetas.

• Que él sabía que VALYSER vendió Promociones Hoteleras, propietaria del palacete en 1991, a la Unión y el Fénix antes de que el 5 de diciembre de 1991 se firmara el contrato de obras de rehabilitación y que cuando las mismas se hacen por ISOLUX WAT, el propietario es La Unión y El Fénix y el arrendatario es la Corporación BANESTO para instalar allí su sede.

El 15 de febrero de 1999, a propuesta de las acusaciones, declaró como testigo Alberto de La Puente, presidente de La Unión y El Fénix, nombrado por la Dirección General de Seguros el 29 de diciembre de 1993, una vez intervenido BANESTO.

Dice lo mismo que declaró en la Comisión del Congreso pero esta vez bajo juramento: que por la operación de compra de Promociones Hoteleras, propietaria del palacete de la calle Fernando el Santo no tuvieron que hacer ningún ajuste contable, pues el activo era alto, según la ley, para cubrir las reservas técnicas.

Y le reconoce a mi abogado que según una valoración de la Dirección General de Seguros de fecha 20 de septiembre de 1993, el palacete vale 2 962 millones de pesetas y que mientras él continúa en La Unión y el Fénix hasta el 24 de junio de 1994, BANESTO, ya presidido por Alfredo Sáenz, no reclama nada y sigue pagando religiosamente el alquiler del palacete.

También el 15 de febrero de 1999, declara como testigo a propuesta de las acusaciones, Cándido Fernández Tendero, quien desde 1976 hasta 1991 trabajó en el Banco del Progreso, donde llegó a ser director regional y director comercial, llevó cuentas y tuvo relación con Mario Conde desde 1976, siendo Juan Abelló consejero del Banco del Progreso, como confirmó en el juicio el presidente del Banco, Carlos March Delgado. Dijo que sabía de mí y de mi sociedad VALYSER por lo que ha leído en la prensa y que nunca la vinculó con Mario Conde.

Cuando mi abogado le pregunta por una confort letter, como la bautizaron los peritos-inspectores del Banco de España, que se concedió en julio de 1990 a VALYSER y se la muestra, aunque él no intervino en dicha carta ni me conocía entonces, aclaró al Tribunal que eso es una carta de conocimiento, que si hubiera sido una garantía hubiera sido intervenida como póliza de afianzamiento mercantil y no lo era, a pesar de lo que dijera la prensa y, por tanto, no es ni ejecutiva ni exigible y el Banco de España no considera este tipo de cartas como soporte de nada. En su opinión bancaria, la carta no es de confort y le reconoce a mi abogado que el préstamo del Banco del Progreso a VALYSER de 300 millones de pesetas con la garantía de la pignoración de 15 000 acciones de ISOLUX, se renueva al año siguiente ampliando el importe del préstamo a 450 millones y, al año siguiente, vuelve a prorrogarse por la misma cantidad con la misma y única garantía de las acciones y ya sin ningún tipo de carta adicional, hasta que VALYSER lo canceló definitivamente en el año 1993, a su vencimiento.

Al decirle el fiscal que del Banco del Progreso, Mario Conde le lleva a BANDESCO (Grupo BANESTO), en pago de determinados servicios inconfesables prestados por él en el Banco del Progreso a Mario Conde, Cándido Fernández le dice que eso es una auténtica falsedad y que a él y a un grupo de personas del Banco del Progreso les fichan para hacer un proyecto similar de banca privada en BANESTO al que habían hecho en el Banco del Progreso y manifestó que nadie en ninguno de los bancos Progreso, BANDESCO y BANESTO le mencionó nunca que Mario Conde o sus sociedades estuvieran relacionadas conmigo o algunas de mis sociedades.

El 16 de febrero de 1999 declaró como testigo Francisco Gómez Zubeldía, subdirector general del BBV Interactivos y miembro del Instituto Español de Analistas Financieros y a preguntas del fiscal confirma que en diciembre de 1992 me pongo en contacto con él, como director entonces del Departamento de Fusiones y Adquisiciones del bufete Asesores en Derecho, para que me ayude a buscar comprador de la participación que mi sociedad VALYSER tenía en ISOLUX WAT, con mi deseo de que la venta sea a plazos, por conveniencia fiscal y a un precio superior a 3 000 millones de pesetas. Su declaración al fiscal, a los letrados del Fondo de Garantía de Depósitos, de BANESTO, al mío, al de Mario Conde y al de Arturo Romaní, por su claridad e interés la reproduzco literalmente en el capítulo Anexos, página 312 y siguientes.

Ese mismo día declara como testigo Roberto Warfield, consejero delegado de Metall Capital y por la transcendencia de su declaración sobre la operación ISOLUX, la reproduzco literalmente en el capítulo Anexos a partir de la página 340.

Roberto Warfield había declarado ante la Brigada Central de Delincuencia Económica y Financiera el 21 de febrero de 1995, ante el inspector Nº 18 404 quien vino igualmente a declarar al juicio oral el día 27 de abril, más tarde veremos sus respuestas a las preguntas de mi abogado. En aquella declaración, Roberto Warfield, deja muy clara , aunque luego la ignoren las acusaciones, la verdadera dimensión de la Metallgesellschaft que entre 1989 y 1993 invirtió más de 300 000 millones de pesetas comprando más de 400 empresas y que era accionista de algunas importantes empresas del propio BANESTO como ACERINOX o EXMINESA (filial de Asturiana de Zinc), habiendo intentado comprar también TUDOR y una participación de la propia Asturiana de Zinc.

A pesar de figurar todo esto en el sumario, la acusación decía que VALYSER había utilizado a la Metallgesellschaft como una sociedad pantalla. ¡Simplemente ridículo!

El 17 de febrero de 1999 declaró como testigo Juan Carlos Garay, consejero delegado del Deutsch Bank y por la intervención del banco en la operación ISOLUX, de la que fui imputado, resumo su declaración en el capítulo de Anexos a partir de la página 358.

El 22 de febrero de 1999 declaró como testigo el abogado Daniel Movilla, hombre serio, honrado y trabajador. Perteneciente al bufete Asesores en Derecho de Valladolid, fue, junto con José Ramón Rigal, abogado de las empresas que mis compañías EUMAN y VALYSER tenían en Valladolid y recibió una iguala desde 1988 hasta 1995 en que dejó el despacho de abogados. José Ramón Rigal llevaba los asuntos de mis mercantiles en Madrid. Daniel pasó a trabajar para la Junta de Castilla y León y posteriormente dirigió una importante fundación de dicha comunidad.

Daniel declaró en el juicio, a preguntas del fiscal y del abogado de BANESTO, que tanto EUMAN como VALYSER eran solo mías, que nunca se nombró para nada a Mario Conde en ninguna operación y que el mismo José Ramón Rigal, compañero del mismo bufete y también abogado de mis empresas, nunca jamás le habló de relación alguna con Mario Conde.

El mismo día declaró José Luis Reimunde Alfaro, hijo del fundador de WAT, quien le respondió al fiscal, al abogado de BANESTO y al mío, que la fusión de ISOLUX con WAT le pareció lógica y que como consejero de Portland aprobó la compra del 10 % de ISOLUX WAT que tenía VALYSER.

También ese día declaró D. Mario Nathan Moor del Banco Comercial Transatlántico, luego Deutsche Bank, que confirmó que él fue uno de los dos apoderados del banco que firmó un préstamo, aprobado en la sede central de Frankfurt, concedido a la empresa alemana Metallgesellschaft para comprar el 30 % de ISOLUX WAT con la pignoración de las acciones, un aval del Bank of America y con la inscripción en el libro de accionistas de la compañía. Confirmó, asimismo, que la empresa alemana tenía muy buena posición económica en ese momento y que es al año siguiente cuando empezó a tener problemas, viéndose obligada a desprenderse de sus participaciones en muchas empresas y a reorganizarse.

Ese día declaró como testigo Kevin Wood, director del Bank of America que concedió el aval a Metallgesellschaft y declaró que hubo un Put y un Call por el que esta empresa alemana podía vender a la Corporación BANESTO el 30 % de ISOLUXWAT que compraba a VALYSER o comprar el 61 % propiedad en la Corporación BANESTO.

En el descanso justo anterior a la declaración de Kevin Wood, estando tomando café en la cafetería Riofrío mi abogado me preguntó si me acordaba en qué tomo y folio estaba el aval del Bank of America. Mario Conde, que estaba con su abogado Juan Sánchez Calero cerca de nosotros, pues ya gozaba de cierto grado de libertad y solo tenía que ir a dormir a la cárcel, oyó la pregunta y dirigiéndose a nosotros nos dijo: «En el tomo 78 de la documental , folio 16377 y siguientes y está firmado por cinco directores del Bank of America». Le pregunté si estaba seguro y me contesto: «Tú cuando acabas aquí cada día las sesiones del juicio te vas a tu casa y allí tienes una mujer enferma que atender, hijos, etc. Yo en cambio me voy a Alcalá-Meco y sigo estudiando en la celda y sí estoy seguro que el aval está donde os digo».

El documento referido estaba exactamente en el tomo y folios que dijo Mario Conde y que nosotros teníamos localizado pero no memorizado como él, lo cual es todavía más destacable, pues yo estaba imputado de dos operaciones y él en once.

El 1 de marzo de 1999 declaró como testigo Francisco Aparicio, abogado de la sociedad EUSA, que fue la propietaria de la sociedad Promociones Hoteleras que EUSA vendió a Mariano Gómez de Liaño, VALYSER y ASNI y cuyo único activo era el palacete de la calle Fernando el Santo. A preguntas del fiscal y del abogado de Mario Conde, declaró que el precio que recibió su cliente fueron los mil cuatrocientos y pico millones que figuran en la escritura, más una hipoteca que tenía la sociedad de unos 700 millones y además 450 millones que se pagaron en Suiza por la renuncia de una opción de compra previa que tenía comprometida el vendedor y cuyo dinero transfirió el vendedor a España a los pocos meses después. Todo esto ya lo había declarado en el Juzgado durante la instrucción.

En pleno juicio oral, en febrero de 1999, el juez Javier Gómez de Liaño publicó su libro Pasos Perdidos que leí con mucho interés y al cruzármelo un día en el hall de la Audiencia Nacional y felicitarle por ello, pidiéndole que me lo dedicara, me comentó que, cuando yo terminara mi proceso, le pondríamos un fax a su padre, que había fallecido hacía algunos años, dándole las buenas noticias. Fue un gesto de afecto, pues él sabía lo que yo apreciaba a don Mariano padre. Algo más tarde su denuncia contra el Grupo Prisa, por el tema Sogecable, le costó perder su cargo en la Audiencia Nacional, pues por algo a Jesús Polanco le llamaban Jesús del Gran Poder.

Años más tarde, en 2008, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos condenó a España porque el juicio a Javier Gómez de Liaño no fue imparcial. Javier es hoy día juez en excedencia y abogado en ejercicio.

El 28 de julio de 2008 le escribí la siguiente carta:

Imagen 06

El mismo día 1 de marzo de 1999, declaró como testigo el Sr. Gutiérrez Herrero, consejero de La Unión y El Fénix desde febrero de 1989 hasta diciembre de 1993 y a preguntas del abogado de Mario Conde que le mencionó el acta del Consejo del día 29 de abril de 1991, confirmó que la operación de la compra de Promociones Hoteleras, la presentó al Sr. Pujol, consejero delegado y que ya lo era cuando él fue nombrado consejero, que de Mario Conde no recuerda ninguna intervención en dicha reunión del Consejo y confirmó que él tenía un 2 % de las acciones de La Unión y El Fénix y que, debido a ello, fue nombrado consejero a instancias de Juan Abelló.

Confirmó, asimismo, como gran experto inmobiliario que ha sido durante toda su vida, lo que se recoge en el acta: la bondad de la operación en términos de rentabilidad del mercado inmobiliario, entre un 6 % y un 7 %, lo cual era, en su opinión, una magnífica operación y que, además, La Unión y El Fénix, como compañía aseguradora tenía, por ley, que destinar obligatoriamente parte de sus reservas y recursos a la compra de inmuebles.

A preguntas del fiscal, dijo que en el Consejo que se aprobó la operación, no se mencionó quiénes eran los accionistas vendedores y que nunca lo supo.

En el escrito de calificación del fiscal de fecha 8 de abril de 1996 dice literalmente sobre esta operación: «Quizás no haya causado perjuicio a BANESTO por el valor que tiene el edificio, pero como no lo compra la Corporación BANESTO sino la Unión Inmobiliaria Internacional, hay un perjuicio para el Banco y un beneficio para Mario Conde».

¡¡¡Pero si la Unión Inmobiliaria Internacional era 100 % de La Unión y El Fénix y esta era de BANESTO!!!

¿Hay alguien que lo entienda?

Además, cuando la Unión Inmobiliaria Internacional (filial de La Unión y El Fénix) compra Promociones Hoteleras, el Grupo BANESTO recupera los 130 millones que la Corporación había pagado por la opción de compra, así como 160 millones pagados hasta la fecha por el arrendamiento del edificio pues los accionistas de Promociones Hoteleras no habíamos retirado absolutamente nada y todo ese dinero estaba en la sociedad.

El día 2 de marzo de 1999 declaró como testigo en el juicio oral Felipe Pujol, consejero delegado de La Unión y El Fénix cuando mi sociedad VALYSER le vende a esta su participación en Promociones Hoteleras. Por la trascendencia de su declaración, la reproduzco prácticamente íntegra en el capítulo Anexos, página 360.

El mismo día declaró como testigo en el juicio oral, el que fue consejero delegado de ISOLUX y de ISOLUX WAT antes y mientras mi sociedad VALYSER fue accionista, José Manuel Losada, el cual continuó siendo consejero delegado hasta septiembre de 1994, o sea nueve meses más después de la intervención de BANESTO y, además, continuó siendo accionista de ISOLUX WAT hasta la mitad de 1995. Por la importancia y trascendencia de su declaración se transcribe prácticamente íntegra en el capítulo Anexos, página 373.

En el año 1991, la Corporación BANESTO encargó a AXEL Group la valoración de todas sus empresas participadas. El informe final de AXEL Group, cuyo presidente era Joaquín Tamames, concluyó que la valoración del Grupo ISOLUX WAT, de la que mi sociedad VALYSER S. A. tenía el 40 %, valía entre 16 000 y 18 000 millones de pesetas. El día 3 de marzo de 1999 declaró como testigo Joaquín Tamames, fundador y presidente de AXEL Group y por su interés reproduzco su declaración en el capítulo Anexos, página 412.

El 15 de marzo de 1999 declaró como testigo Fernando de Torres, economista especializado en cuestiones fiscales y que fue el asesor tributario de mis sociedades EUMAN y VALYSER hasta 1998. Pertenecía al despacho de Asesores en Derecho de Mariano Gómez de Liaño y allí conoció a los abogados que llevaron mis asuntos como Isabel Martínez de Salas, inicialmente, y después Daniel Movilla y José Ramón Rigal. Supervisó todas las operaciones que hicieron mis sociedades y me ayudó con a la inspección de Hacienda a la que fuimos ganando uno tras otro todos los recursos que presentamos a las actas levantadas. Hoy día trabaja en el despacho de Garrigues en Valencia.

Entre otras cosas declaró, respondiendo a preguntas del abogado defensor de Mariano Gómez de Liaño, del fiscal, del abogado de BANESTO, del abogado defensor de Mario Conde o de mi propio abogado que:

• Nunca oyó que Mariano Gómez de Liaño fuera propietario del Grupo EUMAN VALYSER.

• Que nunca oyó ni tuvo conocimiento por él o a través de terceras personas de que Mario Conde o Arturo Romaní tuvieran acciones del Grupo EUMAN VALYSER.

• Que no le encajaba que Mariano Gómez de Liaño hubiera encargado a José Ramón Rigal un contrato de fiducia de relación con Mario Conde y que nunca oyó nada sobre el contrato a ninguno de los abogados del despacho.

• Que intervino en todos los aspectos fiscales de la venta que VALYSER hizo de sus acciones de ISOLUX y que fue él quien propuso que el cobro fuera a plazos con títulos que sirvan como garantía de préstamos para, haciendo liquidez, reducir el impacto fiscal, sin recibir indicaciones de nadie al respecto.

• Que no le extrañó que en los años 1994 y 1995 las sociedades EUMAN y VALYSER redujeran sus actividades al verse involucradas en este proceso.

• Que jamás me escuchó a mí manifestar que yo fuera fiduciario de Mario Conde.

• Que todos los préstamos y sus intereses recibidos por EUMAN y VALYSER figuraban en sus dos respectivas contabilidades, que todos se declararon a Hacienda y que todos fueron finalmente amortizados y cancelados.

• Que en las inspecciones concluidas por Hacienda, después de más de cuatro años en EUMAN y VALYSER, se ha tenido que regularizar nada haciendo uso del concepto de vinculación ni con Mario Conde ni con nadie, ni se ha puesto de manifiesto hechos no declarados. Las discrepancias habidas lo han sido en el tratamiento tributario y han originado recursos de no conformidad de los contribuyentes.

• Que él, a finales de 1990, analizó, a petición mía, la sociedad WAT y me aconsejó que no acudiera a una ampliación de capital que me habían ofrecido pues había unos pasivos fiscales no regularizados.

Ese mismo día 15 de marzo de 1999 declaró Isabel Martínez de Salas, abogada de Asesores en Derecho y que fue la letrada que me ayudó a constituir EUMAN cuando yo decidí dejar IBM y dedicarme a mis propios negocios. Declaró estar convencida de que yo soy el único accionista de EUMAN, que José Ramón Rigal nunca le comentó nada de un posible contrato de fiducia con Conde o Romaní, que nunca José Ramón Rigal le comentó que Mario Conde tuviera una participación de EUMAN o de VALYSER y que ella tampoco lo sospechó o imaginó pues para ella en todo momento el que ha figurado como administrador y accionista único he sido yo, no viendo nunca firmado contrato alguno de fiducia.

El mismo día 15 de marzo de 1999 también declaró como testigo Ramón Díaz Porgueres, ingeniero técnico de obras públicas y abogado colegiado. Su hermano Carlos y él trabajaron para mí como empleados de EUMAN y juntos tuvimos varias sociedades como Limpiezas GARMA, Bróker 2000 Correduría de Seguros, Altas Cumbres o Consorcio Ecológico de Servicios. Su hermano Carlos, no vino a declarar al juicio oral pues presentó un certificado médico de una grave enfermedad cardiaca que padecía y de la que finalmente murió años más tarde, el 21 de febrero del 2011.

Ramón trabajó conmigo desde 1988 a 1994 y se ocupó de llevar la gerencia de NUTRIDIST en Valladolid y el control de las obras que realizamos desde EUMAN. Confirmó a preguntas de mi abogado, del fiscal o del abogado de BANESTO:

• Que nunca tuvo conocimiento de que en el Grupo EUMAN VALYSER existiera un contrato o pacto de fiducia con Mario Conde.

• Que de las obras que realizó BANESTO en sus oficinas, rechazamos algunas por ejemplo las de Galicia y que hicimos otras como la de la oficina principal de Valladolid porque la presupuestamos y nos la adjudicaron las consultoras de Ingeniería Austin y Petra, comentando además que nuestro capataz de obras trabajó antes, en otra constructora que había trabajado para BANESTO por toda España, antes de que Mario Conde llegara al banco.

• Que el negocio de EUMAN y su grupo de empresas no estuvo nunca sostenido por BANESTO.

• Que en EUMAN VALYSER no había ninguna vinculación ni con Mario Conde ni con Arturo Romaní, ni con Mariano Gómez de Liaño, ni con Andrés Muñoz.

• Que la Inspección de Hacienda ha tratado de descubrir alguna vinculación suya con las personas citadas y al no hallar nada, firmó las actas en conformidad.

• Que José Ramón Rigal no le dijo nunca que pudiera existir un contrato de fiducia de las acciones de EUMAN.

• Que su hermano Carlos tuvo en un momento dado, un 10 % a su nombre en el capital de EUMAN y que lo vendió pues solo quería ser empleado a sueldo.

• Que siempre recibió instrucciones solamente de mí.

• Que él había trabajado ocho años en Dragados y luego en el Grupo Muñoz hasta que esta suspendió pagos.

El 16 de marzo de 1999, compareció como testigo Dª Ana María Villa Calderón, que declaró que fue la secretaria de mi sociedad, EUMAN, desde septiembre de 1991 hasta febrero o marzo de 1997, que era mi secretaria personal, que yo figuraba como único dueño y accionista de las sociedades EUMAN y VALYSER como administrador único de las mismas, que ella recogía las llamadas, llevaba la agenda de la oficina, recogía la correspondencia, pasaba la de los bancos al departamento de contabilidad y que nunca se recibió ninguna llamada de Mario Conde ni de Arturo Romaní, ni yo le pedí que me pusiera con Mario Conde, al que tampoco recuerda que se le enviara informe o nota sobre la actividad de mis sociedades EUMAN y VALYSER, ni tampoco a Arturo Romaní.

Dijo que conocía a Mariano Gómez de Liaño como presidente del bufete de Asesores en Derecho, que era el despacho que llevaba los asuntos mercantiles de las sociedades EUMAN y VALYSER, concretamente los abogados José Ramón Rigal y Daniel Movilla y los asuntos fiscales los llevaba Fernando de Torres, también de Asesores en Derecho.

También negó haber visto envío de fondos, cheques o transferencias a favor de Mario Conde, Arturo Romaní o al mismo Mariano Gómez de Liaño, aparte de las minutas normales a su bufete.

Lo mismo declaró el día que compareció la que había sido secretaria de Mario Conde en BANESTO.

Tampoco pudo probar nadie que yo figurara en las agendas de los vigilantes de seguridad del Banco, de haber hecho alguna visita a Conde o a Romaní, ni que figurara en alguna de sus registros por visitas realizadas o llamadas realizadas.

El 16 de marzo de 1999 también declaró como testigo en el juicio oral, Jesús Martín, que fue contable mío desde 1989 hasta 1995. Conoció perfectamente todas las operaciones realizadas por mis sociedades EUMAN y VALYSER durante esos seis años y posteriormente, ya no como empleado pero sí como miembro del despacho CONTAFES que me llevaba mis asuntos fiscales personales. Hoy día Jesús Martín es el director financiero en España de la importante multinacional de ropa deportiva DÉCIMAS.

Por su profundo conocimiento de los asuntos tratados en el juicio respecto a mis sociedades, resumo aquí sus respuestas a las preguntas de mi abogado, del fiscal y del abogado de BANESTO:

• A mi abogado le confirmó que él estuvo presente en toda la reunión que mantuve en mi oficina, con el abogado, del despacho Asesores en Derecho, José Ramón Rigal, que llevaba los asuntos de EUMAN, en la que me preguntó por unos supuestos contratos de fiducia que José Ramón decía había visto sin firmar y Jesús confirmó que yo le respondí que no sabía de la existencia de esos referidos supuestos contratos que Ernesto Ekaizer mencionó en su libro.

• Respecto a Mario Conde le respondió a mi abogado que nunca fue accionista de ninguna sociedad de mi Grupo EUMAN VALYSER, que el Grupo nunca repartió beneficios ni a Mario Conde ni a nadie y que las empresas que mi Grupo compró en alguna ocasión, para evitar tener que crear una nueva, estaban siempre inactivas como él comprobó.

• Respecto a la inspección que Hacienda hizo de mi Grupo, Jesús confirmó que él personalmente les facilitó toda la documentación que fueron requiriendo así como también preparó la información para las explicaciones que nos solicitó la Audiencia Nacional sobre cada una de mis sociedades y sobre cada una de las operaciones realizadas por ellas.

• Le confirmó así mismo que nunca preparó informe alguno ni para Mario Conde, ni para Arturo Romaní ni para Mariano Gómez de Liaño pero sí preparó para mí un análisis comparativo de ISOLUX, COBRA Y ELECNOR desde que yo invierto en la primera hasta que me salgo y donde se demuestra el gran progreso de ISOLUX en ese periodo de actividad.

• Le confirmó también que todos los estudios encargados por mi Grupo a Arthur Andersen, LONGANOR, Cooper & Lybran, FICSA, etc., estaban en mi oficina.

Sorprendente el interrogatorio a Jesús Martín que le hizo el fiscal y de la que extraigo algunos párrafos:

«SEÑOR FISCAL: ¿Usted tuvo, a pesar de que se incorporara en abril del 89, usted tuvo conocimiento de los balances referidos al ejercicio del año 88?

RESPUESTA: Es que en abril del 89 me incorporo y es que no había balances, estaba la documentación desde la constitución, lo que hice fue contabilizar desde el principio y presentar el balance, en julio, que era la fecha de la presentación. En julio del 89 presenté los balances del 88.

SEÑOR FISCAL: ¿Pero cerrados en su caso a 31/12/88?

RESPUESTA: Por supuesto.

SEÑOR FISCAL: Ya. En el año 88 EUMAN desembolsa 188 millones de pesetas para suscribir una ampliación de capital de una sociedad llamad PROSATEC. ¿Usted sabía de dónde venía la financiación para este desembolso?

RESPUESTA: La financiación como tal, en el pasivo de la sociedad figuraba un préstamo de Torreal.

SEÑOR FISCAL: Un préstamo de Torreal ¿ese préstamo de Torreal no se refleja en ese balance a 31/12/88 como préstamo recibido por EUMAN?

RESPUESTA: ¿Perdón?

SEÑOR FISCAL: Ese préstamo que recibe EUMAN de Torreal no aparece en el balance de EUMAN a fecha de 31/12/88, de los préstamos que ha recibido EUMAN en ese periodo.

RESPUESTA: Está usted equivocado. El préstamo de Torreal se contabilizó con la fecha que se entregó y figura en el balance que se ­cancela.

SEÑOR FISCAL: ¿Sí?

RESPUESTA: Sí, sí.

SEÑOR FISCAL: Y cuando en el balance figura una partida de 100 millones de pesetas bajo la rúbrica “aportaciones para futura ampliación de capital”. ¿A qué se está refiriendo?

RESPUESTA: ¿Dónde?

SEÑOR FISCAL: En el balance de EUMAN cerrado a 31/12/88, hay una partida en la que aparecen 100 millones bajo la rúbrica “aportaciones para la futura ampliación de capital”. ¿No sabe a qué se refieren esas aportaciones?

RESPUESTA: Es que eso me lo está contando usted, pero yo no lo he visto nunca, si me lo exhibe.

SEÑOR FISCAL: Está en el balance en la pieza separada, presentada por el propio Eugenio Martínez.

RESPUESTA: Si es que el capital de EUMAN ha sido de 50 millones de pesetas, desde su constitución se desembolsa el 25 % y no hay ningún movimiento que afecte al capital a lo largo de los años. Digo de la constitución hasta ahora. No sé a qué se refiere, yo no lo he visto nunca, yo no he contabilizado eso, vamos».

Esperpéntico también el interrogatorio del letrado de la acusación particular de BANESTO a Jesús Martín, por ejemplo:

«SEÑOR LETRADO: Ya ha dicho que conocía D. Fernando de Torres, ¿sabe si este señor era el asesor fiscal del grupo EUMAN?

RESPUESTA: Era el asesor fiscal.

SEÑOR LETRADO: ¿Sabe si este señor cobraba una cuota mensual, una remuneración por ese asesoramiento?

RESPUESTA: Sí, una factura mensual pasaba.

SEÑOR LETRADO: ¿Sabe quién se la pagaba?

RESPUESTA: Pues yo le mandaba el talón o transferencia.

SEÑOR LETRADO: ¿Recuerda si esos importes venían de Suiza?

RESPUESTA: ¿Cómo?

SEÑOR LETRADO: Que si los importes que eran los pagos de D. Fernando de Torres venían de Suiza.

RESPUESTA: Pero si era una minuta de ciento y pico mil pesetas, se extendía un talón de un banco de EUMAN.

SEÑOR LETRADO: ¿A cargo de que cuenta, recuerda?

RESPUESTA: Pues se mandaría de fondos. Bankinter normalmente era la cuenta con la que trabajaba EUMAN para los pagos cotidianos, la mayor parte seguramente era de Bankinter oficina principal, aquí».

El día 16 de marzo de 1999 también declaró como testigo Francisco de Borja Guerra y a preguntas de mi abogado confirmó que en enero de 1989 alquiló el piso vacío propiedad de la sociedad BROPONS, de la que él era administrador, ubicado en Fernando El Santo 24-2º a mi sociedad EUMAN acordando las condiciones conmigo y que más tarde, también conmigo, acordó la venta a la sociedad de mi grupo Bróker 2000 Correduría de Seguros.

Ese día también declaró como testigo José María Olarreaga, quien fue consejero delegado del Banco de Vitoria, del Grupo BANESTO, desde 1988 hasta diciembre de 1992 y director General de BANESTO en 1993 y 1994.Y a preguntas de mi abogado:

• Confirmó que mis sociedades EUMAN y VALYSER eran clientes del Banco de Vitoria de operaciones de activo que cumplían regularmente sus obligaciones y que no tenía nada especial que señalar respecto a ellas, que siempre las representé yo y que nunca originaron problema alguno.

• Confirmó que en la venta que VALYSER hizo de su 10 % de ISOLUX WAT a JAMUNA, esta pagó a VALYSER con un pagaré avalado por un banco suizo, que sirvió a VALYSER para conseguir un préstamo en el Banco de Vitoria con la garantía de ese pagaré avalado y que todo fue pagado y cancelado a su debida fecha sin el menor problema.

• Confirmó que cuando VALYSER vendió a IBISER su 30 % de ISOLUX WAT e IBISER, hizo la operación con el Banco de Vitoria dejando allí un depósito, fue una magnífica operación para el banco por el diferencial que ganó sin correr riesgo alguno y que en este caso la operación la llevó el Sr. Irigoyen, director general de tesorería del Banco de Vitoria, directamente con Francisco Gómez Zubeldía, propietario de IBISER, sin tener nada que ver ni yo, ni su relación con Enrique Lasarte, presidente del Banco de Vitoria, ni para nada Mario Conde.

• A preguntas del fiscal contestó que a mí me conoció porque nos presentó el director del Banco de Vitoria en Madrid, Martín Amezola, y que luego sí intervino conmigo para denegarme un préstamo que mi empresa de alimentación de Valladolid, NUTRIDIST, pidió en aquella dirección regional. Mis sociedades eran clientes del Banco de Vitoria antes de que él entrara en el banco.

• Aclaró que el Banco de Vitoria no tenía que informar previamente a BANESTOde operaciones que no sobrepasaran los 500 millones de pesetas, cosa que el abogado de BANESTO debía saber perfectamente pero siempre hacía torticera y repetidamente la misma pregunta.

El día 17 de marzo de 1999 declaró como testigo Antonio Pérez de la Cruz, catedrático de Derecho Mercantil, abogado en ejercicio, exrector de la Universidad de Málaga y exsecretario del Consejo de Administración de ISOLUX.

A preguntas de mi abogado, del fiscal, del abogado del Fondo de Garantías y del abogado defensor de Mario Conde, dijo que:

• «Asesoró a BANESTO en un arbitraje ante una cámara francesa sobre un litigio entre el banco y una compañía francesa con motivo de una compraventa de unas acciones de ISOLUX».

• «Él personalmente fue quien redactó el contrato que se firma en marzo de 1990 entre Arturo Romaní, en representación de BANESTO pues todavía no estaba constituida la Corporación que agruparía a las empresas participadas por el banco y por parte de mi sociedad VALYSER, firmó como apoderado Carlos Díaz Porgueres».

• «Era una opción de compra y posteriormente una compra con un precio nominal de las acciones más una prima que se tenía que ingresar en el patrimonio de ISOLUX para darle mayor robustez a la sociedad ISOLUX, cuyas acciones adquiría el comprador».

• «La compañía ISOLUX había estado prácticamente vendida a una sociedad francesa que después se arrepintió, lo que motivó el pleito y al volver a España, se organizó esta forma de venta, que era mantener el 51 % BANESTO y venderse el 49 % restante en dos grupos, uno el 40 % y otro el 9 % a los altos empleados».

• En el contrato «se concedió una opción de compra a VALYSER y a CARTINMOSA y si la ejercitaban y después de haberla ejercitado BANESTO se echaba atrás, entonces BANESTO tenía que pagarles una indemnización como consecuencia de ese posible incumplimiento de BANESTO después de haber hecho ellos uso de sus derechos de comprar, BANESTO les dijera que no vendía».

• Cuando él redacta el contrato de compraventa de acciones «pretendía poner de relieve que había una organización de cooperación entre un financiero que sería BANESTO que se quedaba con el 51 % de la sociedad y una organización comercial que la proporcionaba VALYSER que sería la que buscaría contratos en el exterior».

• Él me conocía desde que éramos jóvenes, aunque había perdido el contacto conmigo, pero que sabía, a través de su amigo Fernando Asúa, director General de IBM, que yo había sido director comercial de IBM y desempeñado otros cargos en IBM fuera de España.

• Respecto a un informe que él emitió y aportado por mí a la causa, referente a una carta que mi sociedad presentó al Banco del Progreso para que me concediera un préstamo y que las acusaciones insistían en llamarla confort letter, él, catedrático de Derecho Mercantil de la Universidad de Alcalá de Henares, dijo: «Dada la forma de redacción, el contenido mismo y las palabras que se dicen no vinculan de modo alguno al firmante de conformidad con el alcance que se le suele dar a estas cartas. El Código de Comercio español tiene una figura muy semejante que aunque aquí se le llama confort letter, se llama orden de crédito y señala que las cartas órdenes de crédito deberán tener unos requisitos y las que carezcan de ellos se entenderán como carta de recomendación que es lo que yo digo que es esta carta».

• Confirmó que cuando el Banco de Progreso y mi sociedad VALYSER elevan a documento público el préstamo concedido, con la intervención de corredor de comercio, tal intervención no se extiende a la carta de patrocinio, por lo que no es ejecutable al supuesto fiador si hay incumplimiento de pago por parte de VALYSER que no fue el caso pues pagó a su debido tiempo. Y que la carta de recomendación, además, ni siquiera acreditaba los poderes del firmante.

• «Nunca estuvo a sueldo en ISOLUX, siendo abogado externo desde 1986 por su amistad con el director General Sr. Losada y con otros altos ejecutivos de ISOLUX y que fue nombrado consejero independiente en 1990, sin representar a nadie en concreto».

• «Los ejecutivos de ISOLUX no representaban en ningún caso los intereses de VALYSER».

• «Se formó un nuevo Consejo al quitar a los franceses, permaneciendo el presidente Victoriano López Pinto, el director general José Manuel Losada, él mismo propuesto por López Pinto o por Losada y Carlos Díaz Porgueres y Eugenio Martínez por VALYSER, cuando ya esta había entregado 300 millones de pesetas. Asimismo entraron en el nuevo Consejo el Jefe de Personal Alfonso Antón Pacheco en representación del 9 % que tenía CARTINMOSA y José Luis Dotti, de Barcelona y amigo de Victoriano López Pinto».

• «Fui yo, Antonio Pérez de la Cruz, el que preparé la escritura de constitución de CARTINMOSA, formada por unos 15 o 20 directivos de ISOLUX para tomar el 9 % y que CARTINMOSA no acudió a las ampliaciones de capital de ISOLUX porque no tenía dinero para ello».

• Sobre el dictamen que se le encargó en diciembre de 1997 sobre la llamada por las acusaciones confort letter, «yo no he cobrado ningún tipo de honorarios porque no he pasado factura alguna y sobre este tipo de cartas hay editado un libro de un discípulo mío con mi prólogo y quizás por eso me pidieron el dictamen y en este caso el que forma la carta presenta a una sociedad como buena pero sin responsabilidades ni compromisos vinculantes al no tener obligación jurídica, pues suelen ser recomendaciones de empresas multinacionales o simplemente de relaciones de amistad, que nunca el banco le pidió garantías al firmante de la carta y que no era una oferta pues no hubo aceptación de nada concreto por las partes como dice el Código Civil».

• «No conozco ninguna sentencia del Tribunal Supremo ni ninguna jurisprudencia que reconozca validez a las cartas de confort».

• «Los derechos políticos de votos en un Consejo los ejercen los consejeros desde el momento en que son nombrados y esto lo sabe usted(al abogado Juan Sánchez Calero, defensor de Mario Conde) que también es catedrático como yo».

El 17 de marzo de 1999 declaró como testigo Victoriano López Pinto. Explicó que desde 1969 trabajó en el Banco Coca como subdirector general y después, cuando el Banco Coca fue absorbido por el Banco Español de Crédito, fue, después de un periodo trabajando en el sector público industrial, director general adjunto del Banco Español de Crédito, BANESTO, ocupándose del área industrial y de las empresas participadas, primero en el banco y posteriormente, cuando se crea la Corporación, en ella como director adjunto del consejero delegado, Arturo Romaní. Un hombre de BANESTO y donde en representación del banco formó parte del Consejo de Administración de varias empresas participadas como Bodegas AGE donde fue presidente ejecutivo.

Explicó que en la Corporación tenían un asesor financiero, un asesor jurídico, un asesor fiscal, un asesor en materia de auditoría y que al tener empresas participadas también por terceros, llevaban las relaciones con estos, con instituciones, con las federaciones españolas de organizaciones empresariales, con centros de enseñanza, etc.

Fue también presidente no ejecutivo de ISOLUX sin ningún tipo de facultades para realizar la gestión de la empresa. El día de su declaración todavía era empleado de BANESTO y en ese momento, 1999, se encontraba negociando su jubilación anticipada, o sea que después de la intervención aún llevaba cinco años trabajando en el banco. Un resumen de su declaración se recoge en el capítulo Anexos en la página 430.

El 22 de marzo de 1999 declaró como testigo Andrés Muñoz Suárez. Declaró a preguntas del fiscal:

• Que me conoció en los años 60 como estudiante en el Colegio Mayor San Pablo.

• Que conoció a Mariano Gómez de Liaño cuando su empresa familiar suspendió pagos en el año 1983 y que ambos pensaron entrar como socios míos en EUMAN si aportaban capital o negocios y que ello finalmente no ocurrió por lo que ni él ni Mariano llegaron a tener nunca participación en EUMAN.

• Que él colaboró con EUMAN en algunas gestiones inmobiliarias concretas y que nunca oyó hablar en EUMAN de Mario Conde, al que ha visto por primera vez hoy en la sala del juicio.

• Que él dejó de trabajar con su empresa familiar en 1986 y que por deudas que esta empresa llegó a tener con EUMAN, yo les hice firmar ante notario un reconocimiento de deuda de la cual nunca llegué a recuperar la totalidad.

Un testigo más, llamado por el fiscal, que nada tenía que ver con el caso BANESTO.

El día 5 de abril de 1999 declara como testigo Valentín Hernández y como agente de la propiedad inmobiliaria confirmó la factura que hizo el 4 de enero de 1989, que figura en el tomo VI de la pieza separada de Mariano Gómez de Liaño, por su intermediación a EUMAN en el arrendamiento de la oficina de Fernando el Santo 24 2º B contradiciendo con ello a José Ramón Rigal que dijo en su escrito al Colegio de Abogados que estuve trabajando varios años en el despacho de Asesores en Derecho desde que yo volví de París en marzo de 1988 cuando deje IBM Europa.

El mismo día 5 de abril de 1999, declara como testigo Raúl Rodríguez González, empleado ese día por el Grupo Prisa y quien desde 1988 a 1999 fue subdirector de Banca Comercial de Madrid del Banco del Progreso, que nada tenía que ver con el Grupo BANESTO, a preguntas del fiscal que cuando el Banco del Progreso concedió en julio de 1990 un préstamo a mi sociedad VALYSER de 300 millones de pesetas con la garantía de 15 000 acciones de ISOLUX, él ni conocía mi sociedad ni a mí, ni ligaba a VALYSER con nadie y que como cualquier otra operación, esta se hizo según la disciplina y práctica bancaria a través de los procedimientos de concesión de créditos y de riesgos que tiene la banca, o sea, analizándola a instancias superiores en los Comités de Riesgos y de Créditos del banco, trasladando la decisión final al cliente. Como posteriormente trabajó en BANDESCO, también le respondió al fiscal en relación con la operación Promociones Hoteleras, en la que intervino mi sociedad VALYSER, que en su opinión, ni Mariano Gómez de Liaño ni la sociedad ASNI formaban parte de mis sociedades EUMAN y VALYSER.

El 19 de abril de 1999, declara como testigo el empresario italiano Massimo Sordi, que juró y declaró en castellano, idioma que hablaba desde hacía 14 años. Massimo vive en Milán, de cuya Cámara de Comercio ha sido vocal y su familia política tiene también importantes negocios en los sectores de publicidad y de la moda, como una participación en la cadena de moda ETRO. Él, por su parte, ha estado siempre ligado a la industria farmacéutica, con una empresa propia llamada NEOFARMEN y trató en Madrid con la empresa ABELLÓ por su actividad en alergias. Allí conoció a Mario Conde en el año 1978. Juan Abelló vendió su compañía a MERCK en 1983 y Massimo también vendió la suya a MERCK en 1984. Tres años más tarde, según explicó Massimo Sordi en el juicio al abogado defensor de Mario Conde, se presentó la oportunidad de comprar una compañía italiana, General Medical Merate, que fabrica aparatos de rayos X y como los tres habían vendido NEOABELLOALERGIA a MONTEDISON y mantenían una relación de amistad y confianza mutua, deciden comprar esta empresa italiana con dos fábricas, una en Bérgamo y otra en Bari, con cuarenta años de existencia y una gran actividad internacional. Massimo Sordi compró el 30 %, Juan Abelló otro 30 %, a través de su empresa Torreal, Mario Conde otro 30 % y un sobrino de Massimo, Fabricio du Chene, propietario de una gran compañía de publicidad, el 10 % restante.

Como declaró Massimo, él conocía desde los tiempos de la empresa Antibióticos a Mariano Gómez de Liaño y su despacho le ayudaba en las gestiones legales de la filial de General Medical Merate en España. A través suyo me conoce y entro a formar parte del Consejo de Zenit 88 S. R. L., holding de GMM y sus filiales, en representación de Mario Conde en abril de 1989.

Massimo respondió al abogado de Conde, al fiscal y a mi propio abogado que yo iba cada mes a Milán para asistir a las reuniones del Consejo de Zenit, que le ayudé muchísimo con los problemas que le surgieron cuando su representante en España estafó a la compañía, que tuvo que trasladar la sede de Zaragoza a Madrid y hasta que encontró una nave, alquiló seis meses a precio de mercado, un chalet propiedad de mi empresa VALYSER, que yo nunca vi un duro como consejero, que yo nunca le hablé de Mario Conde ni de supuestas relaciones mías con él y sí le presenté en mi oficina a mi socio Carlos Díaz y le hablé en varias ocasiones de mis propios negocios, que nada tenían que ver con Mario Conde.

• Confirmó que en un momento dado, Mario Conde vendió un 10 % de su participación y que me dio un poder notarial para ese fin concreto, venta que se hizo en Milán aprovechando un viaje mío para asistir a una reunión del Consejo.

• Asimismo, confirmó que cuando se vio obligado a reemplazar al delegado de GMM España, me dio un poder mancomunado con un directivo de la empresa italiana, por si era necesario, pero que nunca tuve que hacer uso del poder.

• Ratificó que mi experiencia anterior con IBM le fue de gran ayuda a la compañía para su expansión internacional y que dimití de mi puesto en el Consejo en el año 1994, para dedicar toda mi atención a mis negocios.

• Declaró, asimismo, que para él yo no tenía con Mariano Gómez de Liaño más relación que la de amistad y abogado de mis empresas y todos mis negocios eran también cosa mía.

El 20 de abril de 1999, declaró como testigo al abogado José María Ramírez Pomatta, que respondió a preguntas de mi abogado:

Confirmó que durante los años 1988 a 1990, fue accionista de la sociedad PROTECSA, que en una ampliación de capital de dicha compañía, la sociedad EUMAN, representada por mí y suscribiendo nuevas acciones, tomó una participación de un 25 % entrando yo mismo a formar parte del Consejo de Administración, que le fui presentado por los otros accionistas Juan Martín, Arturo Baldasano y el inspector fiscal Miguel Fernández, que la relación de PROTECSA con BANESTO, como cliente de servicios de seguridad, fue mínima, que yo le ayudé mucho al desarrollo de la compañía pero que no facilité ni aporté ningún contacto ni contrato con BANESTO o su grupo de empresas, que en 1990 se encargó un cuaderno de venta al City Bank Corp., que él llevó personalmente la negociación de venta con Helbert Gut, propietario de PROSEGUR, muy interesado en la compra de PROTECSA, vendiéndole la mayor parte de la compañía en 1990. La participación de EUMAN la compró OCISA del grupo de Florentino Pérez, que vino de la mano del Sr. Gut el día de la firma en el notario y el propio José María Ramírez Pomatta vendió un 10 % de sus acciones a BANESTO, cliente de PROSEGUR.

Ignacio Garnica, Directivo de BANDESCO, banco propiedad de BANESTO, hijo y nieto de la familia Garnica a los que Juan Abelló y Mario Conde desplazaron del banco a su llegada, declaró como testigo el 26 de abril de 1999, con enorme valentía y profesionalidad, la verdad de los hechos, confirmando las versiones de los acusados:

• Explicó los trámites que seguía la aprobación de un crédito en BANDESCO de donde era director general: una vez presentada la documentación al Departamento de Riesgos, se celebraba un Comité de Riesgos y luego se informaba a BANESTO los que eran superiores a 300 millones. Este procedimiento debía ser semejante al que se siguiera en el BANCO de VITORIA y por eso este informó a BANESTO a posteriori del Aval que concedió a IBISER en la operación de la compraventa de ISOLUX WAT.

• Sobre EUMAN VALYSER dijo que era un cliente de BANDESCO formado por un grupo de sociedades que tenían inversiones, siendo la más importante la participación en ISOLUX WAT.

• Y confirmó que un crédito concedido a mi empresa, NUTRIDIST con garantía de pignoración de acciones fue cancelado sin ningún problema.

• Sobre la solvencia de EUMAN VALYSER respondió que recordaba una valoración de ISOLUX WAT, por un órgano independiente, en torno a 15 o 20 mil millones de pesetas con lo cual el 40 % que tenía valía unos 8 000 millones.

• Dijo que a mí me presentó, hacía años, Andrés Muñoz y que para él, EUMAN VALYSER no ha tenido más propietarios que yo y Carlos Díaz. Que nunca ha pensado que Mario Conde o Mariano Gómez de Liaño tuvieran algo que ver con EUMAN VALYSER y que jamás yo le he dicho que representara intereses o tuviera alguna relación con Mario Conde.

• Que tanto la inspección del Banco de España que hubo en BANDESCO, como las auditorías internas nunca le dijeron que el banco no cumpliera las normas sobre los avales, préstamos, etc.

• Confirmó que en las operaciones de VALYSER los interlocutores éramos Carlos Díaz Porgueres o yo.

• Que ASNI era un cliente del despacho Asesores en Derecho.

• Aclaró al fiscal que para él ASNI, Dª Ascensión y VALYSER no eran realmente un Grupo. Para él eran sociedades independientes que se consideró como una unidad económica en la operación Promociones Hoteleras.

• Sobre TALGO dijo que el interlocutor de Inversiones del Condado fue Mariano Gómez de Liaño y que trató la operación con él personalmente.

• Sobre el pagaré de JAMUNA por la venta de ISOLUX, domiciliado en BANDESCO, respondió que lo que recuerda es que todos los riesgos fueron cancelados.

• A mi defensor le confirmó que a VALYSER nunca le avaló ni ASNI ni Mariano Gómez de Liaño. Lo único fue que tenían una relación de negocio.

• Y volvió a definir un grupo: cuando hay una posición de dominio o bien en el capital o bien en los órganos de gestión y control de la sociedad. Nunca le ha constado que esto se cumpliera entre las tres sociedades y por eso habló de unidad económica, por la interrelación en diferentes operaciones que han tenido. Pero técnicamente no son consideradas un grupo.

El día 27 de abril de 1999 declaró como testigo el inspector del Cuerpo Nacional de Policía nº 18404 y, entre otras cosas, le dijo a mi abogado, sobre el informe que elaboró a instancias del juez instructor y que figura en la causa, que no vio ninguna irregularidad de VALYSER, que no miró de dónde venían los fondos que utilizó esta para comprar las acciones de ISOLUX, que analizó cómo se revalorizaron estas acciones pero no por qué lo hicieron, que no analizó si el precio de venta de las acciones de ISOLUX WAT cuando VALYSER las vende corresponde con la realidad.

Ante su afirmación, que figura en su informe, de que la CORPORACION BANESTO impuso a PORTLAND la compra del 10 % de ISOLUX WAT mi abogado le demostró lo que dice el acta del Consejo de PORTLAND donde figura el acuerdo por unanimidad.

El inspector le confirmó que cuando le tomó declaración a José Luis Reimunde este no le dijo que era consejero de PORTLAND en el momento que esta decide comprar las referidas acciones.

Y sobre lo afirmado en su informe de que yo fui el que firmó la compra a la CORPORACION BANESTO de las acciones de ISOLUX, mi abogado le demostró que en realidad fue Carlos Díaz Porgueres quien firmó el contrato en representación de VALYSER. O sea que ni se había molestado en comprobarlo. Por su interés, se recoge a partir de la página 457 del capítulo Anexos su declaración a mi abogado.

El mismo día 27 de abril de 1999 declaró como testigo Javier Cuadrado, abogado responsable del departamento jurídico de ISOLUX y más recientemente secretario de la Cámara de Comercio de Madrid. A preguntas de mi abogado le respondió que:

• Trabajó en el Grupo ISOLUX desde 1987 a 1998.

• Durante el proceso de fusión de ISOLUX con WAT fue unos meses, en 1991, consejero de WAT participando en la formulación de cuentas de esta y en las cuales hubo algunas salvedades del auditor Arthur Andersen y algunas contingencias fiscales.

• El también consejero de WAT y antiguo accionista de esta, Manuel Reimunde no quiso firmar dichas cuentas.

• La fusión de ISOLUX y WAT se hizo por recomendación de la consultora INDEVO y que no fue a través de una ampliación de capital sino que fue una fusión por absorción, entrando la compañía absorbida, WAT, a formar parte del patrimonio de ISOLUX, beneficiando a los accionistas de esta en la misma proporción que tenían como accionistas.

• Él fue quien diseño la posterior ampliación de capital con cargo a reservas las cuales venían de los anteriores beneficios depositados en la compañía ISOLUX, aplicando BANESTO a esta ampliación un préstamo exigible que tenía con ISOLUX.

• Tanto ISOLUX como más tarde ISOLUX WAT nunca distribuyeron dividendos por los beneficios habidos en cada ejercicio.

• Eugenio Martínez era un consejero muy activo comercialmente y que él nunca tuvo la impresión de que Eugenio reportara a nadie ni recibiera instrucciones de nadie,

• Él participó en la redacción de las actas de los Consejos ya siendo la Metallgesellschaft accionista de ISOLUX WAT.

El día 3 de mayo de 1999 declaró como testigo en el juicio oral Paulina Beato Blanco, que lo hace desplazándose desde Washington donde trabaja como representante del Gobierno español en el Banco Mundial. Fue consejera de BANESTO desde diciembre de 1988 hasta la intervención del banco. Afiliada al Partido Socialista.

Independientemente de sus interesantes respuestas a preguntas tanto del fiscal como del abogado defensor de Mario Conde, confirmando que ni siquiera la tarde anterior a la intervención los directivos del Banco de España le dijeron ni comentaron que BANESTO estuviera en quiebra y tenía que ser intervenido, ciñéndome a mis operaciones, declaró que no conocía que pudiera existir ninguna relación especial entre BANESTO y EUMAN y VALYSER, que tenía la sensación de que Mariano Gómez de Liaño y yo éramos amigos pero no conoció que hubiera alguna otra relación entre nosotros. Y que siempre pensó que yo solo representaba mis propios intereses, desconociendo la posibilidad de que yo en algún caso pudiera representar a Mario Conde o a alguna otra persona o consejero de BANESTO. Sobre la operación Promociones Hoteleras dijo que recordaba que la Corporación BANESTO alquiló y reformó el palacete propiedad de Promociones Hoteleras para instalar allí su sede independiente, lo cual le pareció muy adecuado y necesario pero que, en su opinión, no se llegó a llevar a cabo debido a la no salida a bolsa de la Corporación BANESTO, como estaba previsto inicialmente.

Sobre mi sociedad, VALYSER, dijo conocerla solo por lo que había leído en los periódicos y sobre la fusión de ISOLUX con WAT dijo que le pareció lógica pues, en su opinión, eran complementarias en el tipo de trabajo y productos que ofrecían al mercado. Y que recuerda que en un momento difícil de ISOLUX se buscaron socios que ayudaran a desarrollarla y que dos o tres años después se pensó en aumentar la participación de la Corporación en ISOLUX dados los buenos resultados de esta.

Aunque nada tenía que ver con mi imputación por las operaciones ISOLUX y Promociones Hoteleras, a pregunta del fiscal, contestó que fue ella, como máxima ejecutiva de ELERCO, quien negoció directamente conmigo la venta de una participación que esta sociedad tenía en la consultora de tecnología Europa Management Consulting de la que yo era ya consejero por mi amistad con su presidente y mayor accionista, Julio Lage, exsocio de Arthur Andersen y al que conocía desde mis tiempos de IBM. Mi sociedad, EUMAN, compró esa participación en Europa Management Consulting y también compraron acciones los también consejeros Sol Bacharach, viuda del profesor Manuel Broseta, asesinado por ETA siendo consejero del Banco Central y S. A. R. don Carlos de Borbón Dos Sicilias.

Una vez más el fiscal creía ver agua en el desierto.

El siguiente día, 4 de mayo de 1999, declaró como testigo Luis Ducasse Gutiérrez, abogado de estado, exconsejero de BANESTO, de la Corporación y presidente de Agromán. Confirmó al fiscal que ni me conocía, ni había oído hablar de mí ni de mis sociedades EUMAN y VALYSER.

Lo mismo ocurre el mismo día con la declaración de Carlos Cuervo-Arango, quien fue director general económico financiero de BANESTO desde 1988 hasta 1993, cuando es intervenido el banco. Contestó, a preguntas del fiscal, que jamás durante su estancia en BANESTO, ni jamás en su vida oyó hablar de mí o de mis sociedades EUMAN y VALYSER.

El 4 de mayo de 1999, en pleno juicio oral, mientras BANESTO me acusa de estafa por haberle vendido ISOLUX WAT, el diario Expansión publica que BANESTO vende ISOLUX a un consorcio liderado por el NATWEST y DINAMIA con la financiación de Société Générale.

Lo mismo había ocurrido con el edificio de Fernando el Santo propiedad de Promociones Hoteleras y que por cuya venta a La Unión y El Fénix también yo fui imputado: justo dos meses y medio antes de empezar el juicio oral, El País publicó, el 17 de septiembre de 1997, que AGF La Unión y El Fénix lo había vendido a la sociedad Menonu.

El 10 de mayo de 1999 declaró como testigo, Juan Abelló, a propuesta de la UGT, de la Asociación de Estudios Penales y de la Asociación para la Defensa del Accionista.

Desde finales de 1987 hasta principios de 1989, fue vicepresidente de BANESTO y al salir vendió su paquete de acciones.

Declaró que dejó el Banco al no estar de acuerdo con la organización pues era partidario de desvincular la parte del Grupo industrial de la parte bancaria. Conoció a Mario Conde en el año 1976 cuando le contrató para trabajar en Abelló, primero en el área jurídica y después fue nombrado director general adjunto.

Posteriormente, Mario Conde ocupó el puesto en Antibióticos que ocupaba el padre de Juan Abelló, donde Juan era vicepresidente y la familia tenía tres puestos en el Consejo: su padre, él y uno más. Mario Conde sustituyó a Abelló padre ya mucha de edad.

En ese momento, la familia Abelló tenía un 30 % de Antibióticos y como Juan Abelló le explicó al fiscal fueron adquiriendo acciones a otros accionistas hasta alcanzar el propio Juan Abelló el 46.50 % y Mario Conde el 23.25 %.

Narró cómo fueron incorporándose al Consejo de Antibióticos en 1985, Ramiro Núñez que venía del Banco Mundial como secretario, en 1986 Fernando Garro al que él conocía personalmente con anterioridad, Mariano Gómez de Liaño como abogado y Arturo Romaní con quién confirmó tuvo una relación más estrecha que con los demás.

Explicó por qué decidieron vender Antibióticos después de hablar con el ministro de Industria y el presidente del Gobierno.

El Gobierno pensaba que Antibióticos podía ser el núcleo de un gran grupo multinacional farmacéutico español y él y Conde creían que no reunía condiciones para ello, pues aunque tenía unos buenísimos procedimientos de obtención de antibióticos y unos procesos biológicos muy rentables, carecía de producción de cepas nuevas que hubieran podido crear nuevos antibióticos y junto con la estrechez natural del mercado español farmacéutico de entonces que no facilitaba que las empresas pudieran capitalizarse y convertirse en multinacionales, decidió vender Antibióticos contando con la opinión y visión de Mario Conde.

Al poco de vender, en la primavera de 1987, compran la sociedad Torreal que cotiza en bolsa, hacen dos opas de exclusión y se quedan como propietarios Juan Abelló como mayoritario, Mario Conde y Enrique Quiralte, casado con una hermana de Juan Abelló.

Al poco tiempo entran en BANESTO Mario Conde y él. El Banco Bilbao hace una opa hostil que Mario Conde se encargó de defender muy bien. Juan Abelló pensaba que la fusión de los dos bancos hubiera tenido sentido pero no a través de una opa hostil. Pablo Garnica le ofreció a Juan Abelló ser entonces presidente de BANESTO pero él dijo que no y que tenía toda su confianza en Mario Conde para que fuera un gran presidente del banco.

Conde se ocupa entonces del banco y Abelló de la Unión y El Fénix como presidente.

Explicó que cuando vendieron Antibióticos, hablaron Mario Conde y él y analizaron que no había en aquél momento grandes grupos industriales, que lo único que había eran grupos bancarios y que tenían amigos dentro de BANESTO donde veían ciertos problemas de liderazgo y problemas con actuaciones de bancos anteriores, como el Banco Coca y el Banco Madrid. Ellos dos creían que había una oportunidad al contar BANESTO, además, con un grupo industrial que no estaba bien gestionado y podía ser optimizado notablemente.

Tenían una cantidad importante de dinero de la venta de Antibióticos y queriéndolo invertir en empresas españolas, lo invirtieron en BANESTO.

Siendo ya presidente de La Unión y El Fénix, mi abogado y amigo Mariano Gómez de Liaño me presenta a Juan Abelló el 22 de julio de 1988 en su despacho y, como él mismo declaró al fiscal, le expliqué mis proyectos en mi sociedad EUMAN y decide prestarme, desde Torreal, 150 millones de pesetas para una industria de granjas en Valladolid que mi sociedad iba a poner en marcha. Que nunca habló de este tema con Mario Conde y que para él, Juan Abelló, la sociedad EUMAN era exclusivamente de Eugenio Martínez, quien le parecí, según dijo, un empresario dinámico y emprendedor.

Finalmente explicó que cuando deja La Unión y El Fénix y vende en la bolsa sus acciones de BANESTO, liquidó sus participaciones conjuntas con Mario Conde, quedándose Abelló con aquellas que tuvieran liquidez a corto plazo, razón por la cual el préstamo de Torreal a mi sociedad EUMAN terminó en Mario Conde, a quien al poco tiempo EUMAN devolvió íntegramente dicho préstamo como más tarde comprobó la Agencia Tributaria en la exhaustiva inspección a que sometió a mi sociedad, quedando así acreditado en la propia fase documental del juicio BANESTO. Juan Abelló declaró, para mí, en el juicio como lo que es, un señor y un gran empresario.

El mismo día 10 de mayo de 1999 declara como testigo Andoni Eizmendi, que entró en marzo de 1990 a formar parte del Consejo del Banco de Vitoria, presidido por Enrique Lasarte y poco más tarde fue nombrado director general de la Corporación Industrial BANESTO cuando esta se constituyó agrupando sus participaciones industriales.

A preguntas del fiscal respondió:

• Que nunca llegó a conocerme ni a oír de mí y que sí supo de la existencia de las sociedades EUMAN y VALYSER cuando esta compró el 40 % de ISOLUX.

• Sobre ISOLUX dijo que se vendió a un grupo francés que no cumplieron las condiciones y que la sociedad volvió a BANESTO, aunque el Sr. Belloso prefería que se la quedaran gratis.

• Que en el momento de la creación de la Corporación, recuerda que se vendió el 40 % de ISOLUX a VALYSER en una operación que explicó el presidente de ISOLUX Victoriano López Pinto.

• Que respecto a WAT recuerda que pertenecía mayoritariamente al Grupo ELERCO el cual tenía una situación económica muy delicada con un enorme endeudamiento y que él contrató una compañía de asesoramiento sueca llamada INDEVO que estudió la viabilidad de ELERCO, viéndose que sus diferentes negocios tenían pocas sinergias y pocas posibilidades de mejorar sus resultados por sí solos y les pareció que tenía más sentido poner a WAT cerca de ISOLUX para lo cual se tuvo que hacer una oferta de compra de acciones a todos los accionistas de WAT para después poder fusionarla con ISOLUX, cosa que primero lógicamente se comentó con la dirección de esta.

• Que el tema se presentó bastante soportado a la Comisión Ejecutiva de la Corporación del 26 de marzo de 1991 y que el plan de fusión elaborado por INDEVO lo llevaron a cabo los ejecutivos de ISOLUX y de WAT.

• Que en ningún momento se planteó el que fuera WAT la que comprara ISOLUX pues el tamaño de esta era mayor y la marcha de sus negocios era mucho mejor que la de WAT.

• Sobre Promociones Hoteleras declaró que conoció a Mariano Gómez de Liaño porque este tenía su despacho en la calle Fernando El Santo, enfrente del palacete que compró La Unión y El Fénix que tenía un edificio anexo ocupado por una Escuela de Peritos el cual le interesaba a Gómez de Liaño para trasladar allí su firma de abogados.

• Que él personalmente fue a ver el palacete y vio que había que hacer obras de remodelación y propuso que se hicieran valoraciones de precio comparando con otros edificios que se hubieran vendido en la zona.

• Que él nunca supo quiénes eran los accionistas de Promociones Hoteleras, propietaria del palacete que lo había comprado La Unión y El Fénix una vez que el Sr. Pujol comprobó que el inmueble servía para las provisiones exigidas por la Dirección de Seguros y La Unión y El Fénix se lo arrendó a la Corporación para que esta pusiera allí su sede social.

• Que él mismo escogió al arquitecto para las obras de remodelación necesarias, obras que no llegó a ver terminadas pues él dejó el Grupo BANESTO en diciembre de 1991.

• A preguntas de mi abogado contestó que no recordaba que WAT tuviera unos pasivos ocultos cuando la compró ISOLUX como se puso de manifiesto más tarde.

El día 11 de mayo de 1999 declaró como testigo José Corral López, responsable del Departamento de Créditos del BANESTO desde la intervención hasta mediados de 1997. A preguntas del letrado defensor de Rafael Pérez Escolar, confirmó que a su sociedad familiar TEBACO, el Banco Santander le vendió a 400 pesetas hasta 612 659 acciones de BANESTO, con un valor aproximado de unos 1 500 millones de pesetas, cuando el Santander se adjudicó el concurso de BANESTO y que por un error en la comunicación a la Comisión de Valores, tal como figura en la Dirección Central de Valores, Registro Central de Accionista de BANESTO, esa adquisición se realizó en concepto de herencia.

Mi abogado le recordó que hacía poco BANESTO le había concedido un préstamo de 1 000 millones de pesetas, pignorando el 37 % de las acciones, a la sociedad Aguas de Fuensanta, propiedad de la familia Rato, cuando el beneficio del año 1997 fue de 21 millones de pesetas, lo que suponía una valoración con un PER del 130. Después oí que la familia Rato no pudo pagar el préstamo y BANESTO se quedó con las acciones y la familia Rato con el préstamo ya cobrado y no devuelto.

Asimismo a mi abogado, refiriéndose a un préstamo que BANDESCO concedió a VALYSER con pignoración de acciones de Carnes Estellés, le respondió que lo normal cuando se constituye una prenda en un préstamo es que las acciones que se pignoran tengan más valor que el préstamo en sí. Por último dijo que no sabía la valoración que tendría la sociedad ISOLUX WAT cuando la Corporación la adquirió en 1993 ni tampoco el que pudiera tener ahora que se estaba procediendo a su venta.

El mismo día 11 de mayo de 1999 declaró como testigo Juan Delibes y a preguntas de mi abogado, confirmó que el Consejo de Administración de BANESTO había comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores que se ha recibido una oferta de 14 500 millones de pesetas por la compra del 100 % de ISOLUX WAT habiendo tenido unos beneficios en el año 1998 de mil y pico millones de pesetas. La oferta era por el 100 %, incluyendo las participaciones del Natwest y de los directivos. O sea, el mismo importe que ofertó en 1994 por el 100 % de ISOLUX WAT, José Manuel Losada, y que fue rechazada. ¿Alguien puede entender lo que me estaban reclamando a mí? También afirmó que no sabía los parámetros ni la valoración que tenía ISOLUX WAT a 31 de diciembre de 1992 cuando VALYSER se desprendió de ella.

Siendo consejero de BANESTO también confirmó a mi abogado que en mayo de 1998 se vendió la empresa Radiotrónica, que cotizaba en bolsa, en un valor inferior al de cotización y que efectivamente a los pocos días la cotización de Radiotrónica subió mucho en bolsa.

El mismo día 11 de mayo de 1999 declaró como testigo Álvaro Echániz Ucelay que fue subdirector general de Control Operativo de BANESTO durante el año 1993 y antes trabajó en el Banco de Vitoria llevando la administración de inmuebles, contabilidad, auditorías y el control de gastos generales. A preguntas del fiscal respondió que no me conocía, que nunca supo de relación mía alguna con Enrique Lasarte ni con el secretario del Consejo del Banco de Vitoria, Luis Alfonso Díaz Orueta, ni conoció crédito alguno que el Banco de Vitoria concediera a VALYSER, ni conocía nada de las sociedades JAMUNA o IBISER

El día 12 de mayo de 1999 declaró como testigo Juan José de Abaitua y a preguntas del fiscal dijo que mientras fue consejero de BANESTO nunca oyó hablar de las sociedades EUMAN o VALYSER de las cuales oyó hablar posteriormente. Asimismo, le contestó que ni me conoce ni oyó hablar jamás de mí ni de que la Corporación BANESTO hubiera participado con sociedades mías en ninguna operación societaria.

El mismo día 12 de mayo de 1999 declaró también como testigo David Arce que fue director general del Banco Santander responsable de auditoría del Grupo y a partir de agosto de 1994 fue nombrado consejero de BANESTO. A preguntas de mi abogado dijo que no recordaba nada del folleto de OPV de acciones de BANESTO, ni que en 1998 se contemplara la posibilidad de sacar a bolsa las acciones de ISOLUX, ni que se hubiera recibido ahora una oferta de compra por ISOLUX, ni qué valor puede tener esta en 1998 aunque confirmó que los beneficios de ISOLIUX que figuraban publicados en la memoria del Banco Santander tenían que ser ciertos. No recordaba en absoluto la valoración de ISOLUX WAT en diciembre de 1992 y como consejero de BANESTO no sabía el contenido ni el alcance de la acción penal que BANESTO estaba ejerciendo contra mí. Por último comentó que si en las cuentas anuales de ISOLUX WAT de los ejercicios 95, 96, y 97 figuraban activados créditos fiscales serían ciertos.

En noviembre de 1994 la Administradora de títulos S. A., filial 100 % del Banco Santander, emitió un folleto informativo reducido de oferta pública de venta de acciones del BANESTO que es inscrito el 1 de diciembre de 1994 en los Registros Oficiales de la Comisión Nacional del Mercado de Valores y que formó parte del tomo 8 de la documental en la pieza separada de Mario Conde. Y en sus páginas 92 y 93 esto es lo que decía referente a ISOLUX WAT:AT:

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El 17 de mayo de 1999 declaró como testigo en el juicio oral Juan Fernández-Armesto, presidente en aquel momento de la CNMV. Fue nombrado en octubre de 1996 y lo fue hasta finales del año 2000. A preguntas de mi abogado sobre el anterior folleto de la OPV de acciones de BANESTO que emitió el Banco Santander dijo:

• Que como presidente de la CNMV, para él, el responsable del contenido del folleto es el emisor u oferente y que los responsables figuran en el folleto.

• Que todo folleto de OPV tiene como finalidad que los compradores de acciones (en este caso acciones de BANESTO) estén debidamente informados sobre todo lo que atañe al emisor de los valores, a su grupo y al oferente. Confirmando con ello la información sobre ISOLUX reflejada en el folleto.

Ese mismo día 17 de mayo de 1999 declaró también como testigo Rodrigo Echenique quien era consejero delegado del Banco Santander cuando este se adjudicó BANESTO. A preguntas de mi abogado sobre el anterior folleto de OPV de acciones de BANESTO publicado por el Banco Santander y refiriéndose en concreto a la información reflejada en el mismo sobre ISOLUX WAT manifestó que «toda la información que se da a los inversores se verifica por los servicios y se comprueba que es cierta».

El fiscal, en repetidas ocasiones durante el juicio, sacaba y preguntaba sobre créditos que mis sociedades tenían del Banco de VITORIA, BANDESCO o del propio BANESTO. Trataba siempre de crear un escenario que hiciera pensar al Tribunal en un trato de favor hacia mis sociedades por el Grupo BANESTO, presidido por Mario Conde.

Desde el día, ya lejano, que entré a trabajar en IBM en marzo de 1968, todas mis nóminas las cobraba a través de BANESTO, allí tenía mis tarjetas de crédito y allí me dieron mi primer préstamo para ayudar a mis padres en mi boda y organizar mí viaje de novios, como ya he contado.

Mis sociedades EUMAN y VALYSER obtuvieron desde 1988 hasta 1993, año de la intervención de BANESTO, 1 849 millones de financiación de bancos ajenos al Grupo BANESTO, como Banco Urquijo, Bankinter, Banco de Comercio, Caixa Vigo y Banco del Progreso y las dos operaciones por las que fui imputado fueron financiadas: ISOLUX por Caixa Vigo y Banco del Progreso y Promociones Hoteleras por el Banco Urquijo.

¿Dónde estaba la relación o apoyo o trato de favor de Mario Conde?

Una vez intervenido BANESTO en diciembre de 1993, ya presidiendo Alfredo Sáenz y sin Enrique Lasarte presidiendo ya el Banco de VITORIA, este banco concede a mi sociedad VALYSER, el 2 de febrero de 1994, un préstamo de 150 millones de pesetas y yo me pregunto: ¿No tuvieron en cuenta Alfredo Sáenz y los directores del Banco de VITORIA, perteneciente al Grupo BANESTO, lo que decían los peritos-inspectores del Banco de España sobre Mario Conde y mi sociedad VALYSER, propietaria de ISOLUX WAT en esa fecha, habiendo sido el informe de dichos peritos-inspectores la base para la intervención de BANESTO meses antes?

¿Cómo le conceden un préstamo de ese importe al supuesto testaferro del defenestrado Mario Conde, justo unos días después de que el ministro de Economía, Pedro Solbes, el presidente del Banco de España, Luis Ángel Rojo y el presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, Luis Carlos Croissier, hubieran comparecido ante la Comisión de Economía y Hacienda del Congreso preparando la petición de los partidos políticos para constituir una «Comisión no permanente sobre la intervención del Banco Español de Crédito», cuya creación quedó cerrada por la Mesa del Congreso el 24 de febrero?

Tan buenas eran las relaciones que, aunque yo había vendido ISOLUX WAT en 1993, con la llegada del nuevo equipo de Alfredo Sáenz al frente del Grupo BANESTO, propietario mayoritario de ISOLUX WAT, no se me pide que cese como consejero de la sociedad sino que soy yo, el 2 de junio de 1994, el que mandé una carta al Consejo de Administración de ISOLUX WAT dimitiendo y renunciando a seguir siendo consejero.

¿Por qué no habían cesado al supuesto hombre de Mario Conde, con todo lo dicho en el Congreso, en el Informe de los peritos-inspectores del Banco de España, etc.?

¿Inexplicable? En aquél momento sí, posteriormente quedó muy ­claro.

Pero es que es aún más relevante que ese año de 1994, con la querella presentada, acusándome BANESTO por la operación de ISOLUX, ellos mismos, los nuevos administradores, aprueban las cuentas del ejercicio 1993 sin hacer ningún tipo de salvedad. ¿Cómo es posible tanto despropósito e incoherencia?

He visto como el abogado de BANESTO sacó en el juicio operaciones de compra de acciones realizadas en bolsa por mi sociedad VALYSER.

En otro informe de los peritos-inspectores del Banco de España de diciembre de 1995, mencionan, por ejemplo, la compra de unas acciones de Agromán que compré en marzo de 1989 a través de la Bolsa de Bilbao, pues no cotizaba aún en la de Madrid, por mediación del agente de cambio y bolsa José Miguel García Lombardía. Los peritos-inspectores dicen textualmente en su informe que «la operación Agromán es un claro ejemplo de corrupción y más que un caso de información privilegiada, es un caso de manipulación de la cotización».

El escrito de acusación de BANESTO cara al juicio lo refleja asimismo diciendo además que la Sociedad de Valores Lombardía y Lacaci estaba en la fecha de la operación vinculada a BANESTO y el fiscal en mi declaración en 1996, antes del juicio, también me pregunta por ella. Y todo ello a pesar de que José Miguel García Lombardía había enviado un escrito en septiembre en 1995 aclarándolo todo. Vendí las referidas acciones en abril de 1989 y BANESTO no entró en el capital de Lombardía y Lacaci hasta el 29 de julio de 1989, como tanto los peritos-inspectores del Banco de España, como el fiscal, como el propio abogado de BANESTO, conocían perfectamente con suficiente antelación. Por supuesto, pagué al agente la compraventa de las acciones, que por cierto, siguieron subiendo y subiendo. ¡Quién lo hubiera intuido!

¿Dónde está la corrupción, la manipulación de las acciones y la relación con BANESTO y Mario Conde?

El 22 de mayo de 1998, el letrado de BANESTO, durante el juicio oral, le preguntó a Arturo Romaní: «¿Usted sabía que VALYSER había sido un adquiriente de paquetes importantes de sociedades integradas en la Corporación, concretamente en Asturiana de Zinc, en Agromán, en Acerinox y que incluso VALYSER tuvo una participación importante en el propio Banco Español de Crédito?».

Yo tenía como empleado en aquellos años a Carlos Díaz Porgueres, ingeniero de caminos y gran aficionado personalmente a invertir en bolsa. Aconsejado por él, mis Sociedades EUMAN y VALYSER habían comprado, y así figuraba en el sumario, acciones en la bolsa de: Agromán, Asturiana de Zinc, Acerinox, URBIS, BANESTO, MAPFRE, PRIMA Inmobiliaria, PETROMED, HIDROLA, NISSAN, Banco Atlántico, INVERLENDO, así como bonos del estado (23 millones), letras del tesoro (70 millones) y deuda pública (200 millones) y todo ello con diversos agentes: Lombardía, Bravo Garayalde, Osuna y Marco, José María Baldasano, etc. En algunas tuve beneficios y en otras, como en los casos de Asturiana de Zinc y Acerinox, tuve pérdidas como figura en las cuentas de mis sociedades, en las declaraciones de impuestos a Hacienda y en la documentación aportada al Juzgado y que figura en el sumario del juicio.

Cuando los peritos-inspectores del Banco de España informan de las compras en bolsa que algunas veces hizo VALYSER solo se refieren a las acciones de Agromán y evitan mencionar por ejemplo las de Asturiana de Zinc o Acerinox por la simple razón de que en estas operaciones de compraventa tuve perdidas pues, lógicamente no, siempre se gana en la bolsa.

Lo de «importante paquete de BANESTO» que tuvo VALYSER sobre el que preguntó el letrado del banco, es simplemente de chiste. El 17 de abril de 1990, VALYSER compró 790 acciones, por un importe de 2 800 000 pesetas, a través del agente Bravo Garayalde y las vendió dos meses después, también con su intervención, obteniendo un beneficio de 272 038 pesetas, o sea, menos de 3 000 euros actuales.

¿Es que VALYSER no era libre de invertir en bolsa en la compañía o banco que considerara oportuno? ¿Cuál es el delito? ¿Dónde estaba la conexión? Absolutamente ridículo.

¡Sin comentarios! Pero me pregunto por qué no investigaron a todos los inversores que compraron acciones de BANESTO, mientras Mario Conde fue su presidente.

En su Informe del 27 del 12 de 1995 los peritos-inspectores del Banco de España dicen: «Se han constatado graves irregularidades fiscales entre VALYSER y Mario Conde».

A nuestro escrito de defensa de EUMAN y VALYSER presentado, y que figura en la pieza separada, contestó la Agencia Tributaria (Oficina Nacional de Inspección) el 25 de mayo de 1998 diciendo que:

• La inspección se inició en junio1994 en VALYSER y en diciembre 1994 en EUMAN.

• Han intervenido cinco inspectores.

• Han enviado veintitrés diligencias en VALYSER (que es la sociedad que invirtió en ISOLUX y en Promociones Hoteleras) y ochenta y seis diligencias en el resto de sociedades del grupo EUMAN VALYSER.

O sea, que después de 4 años de intensa inspección, Hacienda no ha detectado ni una sola irregularidad fiscal en el Grupo EUMAN VALYSER con Mario Conde, como afirmaban los peritos-inspectores del Banco de España y no han podido demostrar que EUMAN VALYSER sea el grupo oculto de nadie.

El 21 de julio de 1998 levantaron actas provisionales, firmadas en disconformidad por mi representante y el siguiente día 2 de septiembre entregaron el informe ampliatorio para hacer alegaciones y para que dichas actas tuvieran validez.

Estoy pues en periodo de inspección mientras se celebra el juicio oral pero es claro que si durante la inspección hubieran detectado alguna anomalía, en línea con lo que apuntaron en su día los peritos-inspectores, la hubieran puesto de manifiesto al Tribunal a la velocidad de la luz.

Veremos en el capítulo Acontecimientos Posteriores cómo terminaron estas actas provisionales en el Tribunal Supremo y como este me terminó dando la razón en todas y cada una de mis alegaciones.

Lógicamente, durante los dos años del juicio oral, dediqué todo mi esfuerzo y dedicación desde el momento que fui inculpado a estudiar los argumentos de los escritos de las partes acusadoras, del fiscal, de BANESTO, el informe de los peritos-inspectores del Banco de España, etc., y a preparar mi defensa, cesando mis otras actividades empresariales.

El juicio mediático, abanderado por el periódico El País, tuvo rápidamente una gran repercusión dada la figura de Mario Conde y mis sociedades notaron mi falta de atención produciéndome el llamado lucro cesante, aumentado además por los embargos que sufrieron las cuentas y saldos que estas empresas tenían en varias entidades financieras, por cierto ninguna de ellas relacionadas con BANESTO.

Mis gastos se incrementaron durante esos años, pues a los pagos que tuve que ir haciendo a mi abogado y al procurador, se añadieron los elevados gastos, que sumados a los normales de la casa, suponían los costes de médicos, medicamentos, pruebas, enfermeras, fisioterapeutas, etc., que conllevó la grave enfermedad de mi mujer. Y por último los gastos de la boda de mi hijo Eugenio en septiembre de 1999. Todo ello me obligó a rescatar el plan de pensiones que durante años, poco a poco, había ido constituyendo en el Banco Santander y que por motivos claros de fuerza mayor tuvieron que devolverme, lo cual me permitió sufragar todos esos gastos, aunque no quedara remanente alguno para ayudar a vivir mi vejez.

Hoy tengo mi pensión y con 72 años sigo trabajando un mínimo de 12 horas diarias para tratar de mantenerme activo y vivir dignamente. Soy vicepresidente del Patronato de la Fundación Jiménez Díaz y doy asesoramiento comercial a un par de empresas.

¡Cuántas veces me han venido a la memoria mis relaciones con BANESTO! Es curioso. Jacobo Cano me consigue y avala, junto con mi amigo Enrique Bardisa, un pequeño préstamo en la oficina de BANESTO donde IBM ingresaba mensualmente mis nóminas, préstamo que me permitió afrontar los gastos de la boda en la Iglesia del Colegio del Pilar de Madrid, donde di una copa con aperitivos servida por José Luis para nuestras familias y amigos, así como para un corto viaje de novios a Palma de Mallorca en un permiso militar durante mis prácticas de milicias y además pagar la fianza del alquiler de nuestro primer piso. Conseguí devolver el préstamo en tres años y BANESTO fue siempre mi banco durante mis veinte años en IBM.

El juicio mediático originado en paralelo a la instrucción y al propio juicio oral me mostró la peculiar manera de cómo se entiende la justicia penal en España, en total desacuerdo con lo que establece el artículo 24.2 de la Constitución respecto a la presunción de inocencia.

Las acusaciones del fiscal y de las demás partes, aceptadas en principio por el juez, divulgadas a bombo y platillo por la televisión, la radio y la prensa, antes de convertirse en imputaciones concretas, ya originaron en la opinión publica un veredicto de culpabilidad totalmente anticipado a cualquier veredicto judicial, lo que obliga al inculpado a demostrar sus inocencia en claro desacuerdo con la ley que rige en España que establece en el acusador la carga de la prueba.

Pero España es, también, diferente en temas judiciales y máxime en un juicio con tanta carga política como este de BANESTO y Mario Conde, que incluso fue televisado diariamente desde la propia sala de la Audiencia Nacional.

En algunos países desarrollados como Reino Unido o Estados Unidos la filtración por un juez instructor de un documento declarado secreto es castigada. En este caso ni cuando se publicó en El País el auto de prisión de Mario Conde en pleno secreto sumarial declarado por el juez de la Audiencia Nacional García-Castellón, ni con el programa de Informe Semanal emitido por TVE, ni por el constante bombardeo de artículos publicados principalmente por El País, tratando claramente de presionar e influir a la justicia, pasa absolutamente nada, permitiendo la formación del veredicto anticipado de la opinión pública y destruyendo con ello la presunción de inocencia.

El juicio, entre otras cosas, consiguió confundir incluso a mi propio hijo Eugenio. Tanto se escribía y decía de mí que él llegó a pensar que yo podía tener mucho dinero y un día me organizó un almuerzo con Miguel Belloso, hijo de Juan, para que me aconsejara… ¡cómo constituir y operar una SICAV!

Un fin de semana, en mitad del proceso judicial y de la terrible enfermedad de mi mujer, me sentí mareado, empecé a sudar y como con un agobio en el pecho. Mi hijo Eugenio me llevó en su coche a urgencias de la Fundación Jiménez Díaz y me atendió el cardiólogo Borja Ibáñez que estaba de guardia, quedándome internado en observación hasta el domingo por la tarde. El lunes me incorporé de nuevo a las sesiones en la Audiencia Nacional. Gracias a Dios fue el único bajón físico que tuve en esos largos y duros años.

Uno de los tres jueces del tribunal que me juzgó fue el magistrado de la Audiencia Nacional José Antonio Choclan. Años más tarde, dejó la magistratura para ejercer como abogado y, entre otros casos conocidos, lleva la defensa de un presunto testaferro de Roca en el caso Malaya juzgado en Málaga.

Algunas tardes, camino a casa desde la oficina, me paraba en casa de mi amigo de la infancia, también malagueño, José María Leiva, enfermo de un cáncer terminal. Separado de su mujer, le hacía compañía en su soledad y hasta que falleció le alegraba con nuestros recuerdos de adolescentes.

BANESTO, tanto en sus escritos como durante el juicio oral, argumentó desconocer la sociedad alemana Metallgesellschaft y la quería considerar como mero instrumento incapaz de tener por sí sola una participación de ISOLUX WAT S. A. como la que le compró a mi sociedad. La realidad era muy distinta y desmontaba el argumento de BANESTO: figuraba en las actuaciones del juicio, un informe de la Comisión Nacional del Mercado de Valores de fecha 22 de abril de 1998 en el que se certifica que la sociedad Metallgesellschaft S. A. mantuvo una participación en la sociedad española cotizada en bolsa, Duro Felguera S. A., desde el 17 de diciembre de 1992 al 14 de diciembre de 1999, fecha en que se tenía un 9,70 % del capital de Duro Felguera justo al mismo tiempo que también el propio BANESTO tenía otra participación del capital de dicha sociedad industrial española.

El 16 de septiembre de 1998 envié un escrito a la Audiencia Nacional destacando esta realidad y poniendo una vez más de relieve los argumentos sin fundamento que planteaba constantemente la acusación de BANESTO.

En el Informe Anual del año 1993 de la Corporación BANESTO firmado en 1994 ya por los nuevos administradores que sustituyeron al equipo de Mario Conde cuando fue intervenido el banco en 1993, se dice, refiriéndose al edificio comprado en su día por Promociones Hoteleras y vendido a La Unión y El Fénix: «La Corporación BANESTO tiene una opción de compra de 130 millones sobre un edificioen el que se han realizado mejoras durante los ejercicios 92 y 93 por importes de 220 y 912 millones de pesetas, respectivamente. Debido a la evolución del sector inmobiliario en los últimos ejercicios se ha decidido no ejecutar dicha opción».La Corporación dirigida por estos nuevos administradores, continuó pagando los alquileres del edificio arrendado a La Unión y El Fénix hasta el año 1995, incluso después de haber presentado la querella y decir que esta era una operación fraudulenta.

El 30 de marzo de 1999 el procurador de BANESTO Sr. Ibáñez de la Cadiniere presentó a la Audiencia Nacional un escrito firmado por el abogado del banco José Antonio Jiménez, como respuesta a un requerimiento, y que figura en el tomo 51 de la pieza separada de la prueba documental, que dice textualmente: «Hemos conseguido las memorias correspondientes a los informes anuales de 1991de la firma La Unión y El Fénix Español y de 1994 de la sociedad AGF-Unión Fénix (es decir tras la venta de BANESTO a AGF),en cuyas páginas números 77 y 39 respectivamente, se pueden apreciar dentro de las sociedades dependientes y asociadas incluidas en la consolidación al 31 de diciembre de 1991 y al 31 de diciembre de 1994, respectivamente, el valor neto en sus libros de la sociedad Promociones Hoteleras S. A.(que en buena lógica coincidirá con el valor de la adquisición) que se fija en 3 128 millones de pesetas, sin que se produzca modificación alguna en cifra entre los años 1991 y 1994».

O sea que el mismo BANESTO reconoce que vendió Promociones Hoteleras a AGF (en 1994) al mismo precio que la compró (en 1991) y eso lo dice justo cuando está diciendo y manteniendo en el juicio oral que cuando compró fue estafado. ¿Dónde estaba el perjuicio?

En pleno juicio oral, el 27 de julio de 1999, el diario Expansión publicó que ISOLUX se había adjudicado en México y Nicaragua contratos importantes en concursos públicos. Como venía haciendo en los últimos cinco años, gracias a la expansión latinoamericana que inicio el equipo directivo que dirigió José Manuel Losada como consejero delegado hasta 1994. Y en pleno juicio oral, el 30 de julio de 1999, publicaba también que ISOLUX WAT había firmado un contrato con la Administración Nacional de Acueductos y Alcantarillados de El Salvador por valor de 28 millones de euros para la ampliación de la capacidad de tratamiento de la potabilizadora del área metropolitana de San Sal­vador

El 31 de mayo de 1999 comparecen en el juicio oral los inspectores del Banco de España, don Juan Sebastián Román Quiñones y don Juan Carlos Monje García, que prometieron por su honor desempeñar el puesto de peritos. Dado su gran interés, en la páginas 475 y siguientes del capítulo Anexos se reproducen literalmente sus respuestas a las preguntas que, en lo que a mí y mis sociedades atañe, respondieron al abogado de Rafael Pérez Escolar, del fiscal, del abogado defensor de Mario Conde y de mi propio abogado.

PERITOS DEL ICAC

Los peritos del Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas del Ministerio de Economía y Hacienda, habían manifestado en su informe escrito: «El préstamo facilitado por la Caixa Vigo (tomo III documental, páginas 747 y 751 doc. 39), está garantizado por la pignoración de 15 000 acciones de las que VALYSER “es titular” de ISOLUX y cuyo valor nominal asciende a 150 millones de pesetas».

El día 22 de junio de 1999, declaran en el juicio oral los peritos Sra. Purificación Gramal Martín y Sr. Cándido Gutiérrez García del ICAC.

A pesar de que en la fecha del préstamo facilitado por la Caixa Vigo a VALYSER esta no había ejercitado aún la opción de compra, y por tanto, el titular de las acciones de ISOLUX no es VALYSER sino BANESTO, cuando declaran en el juicio oral el 22 de junio de 1999 le responde, D. Purificación Gramal, a mi abogado y así figura en el acta:

«SEÑOR LETRADO D. JUAN GARCÍA ALARCÓN: Ustedes han comentado que este préstamo inicial de 200 millones de pesetas, se obtiene de la Caixa Vigo con una pignoración anticipada de 15.000 acciones de ISOLUX. ¿Mantienen ustedes esta afirmación?

RESPUESTA: (Dª Purificación Gramal): Pues es lo que figura en el documento que tenemos de referencia.

SEÑOR LETRADO: Pero el documento que tienen de usted... termine.

RESPUESTA: Si quiere podemos mirar el documento, porque lo tenemos aquí.

SEÑOR LETRADO: Sí, porque posiblemente aclare algo.

RESPUESTA: Sí, vamos a verlo. Tenemos un documento anexo al 2 de abril del año 91. ¿No?

SEÑOR LETRADO: No sé. Usted lo tiene a la vista.

RESPUESTA: Efectivamente, está firmado a esa fecha.

SEÑOR LETRADO: ¿Cuándo se hace uso del préstamo de 200 millones concedido por la Caixa Vigo?

RESPUESTA: El 3 de abril del 90.

SEÑOR LETRADO: Luego en esa fecha, evidentemente, no estaba constituida la pignoración.

RESPUESTA: No, es verdad, tiene usted razón.

SEÑOR LETRADO: Entonces me interesaría aclarar definitivamente, al cabo de año y pico de juicio, que es cierto que el préstamo de Caixa Vigo, lo obtiene VALYSER exclusivamente mediante un préstamo con garantía personal.

RESPUESTA: Pues de la documentación que estamos examinando, sí. Tiene usted razón.

SEÑOR LETRADO: Es así. Y por tanto ustedes, en este sentido, modifican, si no sus condiciones, pero al menos modifican lo que han comentado en el informe.

RESPUESTA: Vamos a mirar, pero yo creo que es así, tendríamos que examinar este punto concreto... Si me permite usted, este préstamo de 200 millones que es del 90, me parece que tiene un plazo de vencimiento de un año ¿no? Plazo de vencimiento, aquí tenemos... ¿Qué plazo de vencimiento tiene este préstamo, recuerda usted?

SEÑOR LETRADO: Creo recordar que un año.

RESPUESTA: ¿Y en el 91 tiene otro préstamo?

SEÑOR LETRADO: Posiblemente sea el mismo... pues no lo sé. Ustedes lo tienen. Creo que es el mismo que se renueva o al menos el efecto es similar a la renovación.

RESPUESTA: Ya. Pues si hay otro préstamo en el año 91 y estas acciones se anexan... perdón, y este... a ver...Tendríamos que mirar este extremo, ¿eh?

SEÑOR LETRADO: SÍ, pero me interesaría muchísimo, señora perito, que lo mirara, con la venia de la presidencia, hasta que se pudiera aclarar.

RESPUESTA: Muy bien. ¿Tenemos aquí la documentación? De los préstamos... este, es este... 1990… 3 de abril... Con los documentos que tenemos aquí. En principio, tendría usted razón. No podríamos concluir de otra manera.

SEÑOR LETRADO: No pretendo tener razón, sino que prevalezca la realidad.

RESPUESTA: No, no. Pero efectivamente, según estos documentos que tenemos incorporados. Lo que pasa es que tendríamos que examinar más documentos de la causa. No puedo pronunciarme de otra manera, nada más que con los documentos que yo tengo incorporados a mi anexo.

SEÑOR LETRADO: A mí me basta, por ahora y con ello terminamos el asunto, que compruebe si es cierto que la póliza de pignoración tiene fecha de marzo de 1991.

RESPUESTA: Yo creo que tiene fecha de 2 de abril de 1991.

SEÑOR LETRADO: Del 91, ¿y qué?

RESPUESTA: 2 de abril.

SEÑOR LETRADO: 2 de abril. Y que en el 91 ya naturalmente VALYSER es titular del 40 % de las acciones de ISOLUX, representada por 30 000 acciones, 15 000 de las cuales se pignoran en este momento.

RESPUESTA: Es verdad, es verdad».

Y yo me sigo hoy día preguntando: ¿No pudo un perito representante del Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas, asegurarse de este hecho antes de emitir un informe por escrito?

Y ese mismo día, en el interrogatorio a los peritos, mi abogado pone de manifiesto que en su informe sobre ISOLUX ignoran hechos tan significativos como que la Corporación BANESTO pagó a ISOLUX 2 685 millones de pesetas en 1994 por los pasivos ocultos de la venta de WAT por parte de la Corporación a ISOLUX, pago que veníamos reclamando desde ISOLUX WAT desde que dichos pasivos se pusieron de manifiesto y que si la Corporación BANESTO hubiera pagado a su debido tiempo el valor de la sociedad cuando yo la vendí hubiera sido, lógicamente, superior. Pero la Corporación del BANESTO presidido por Mario Conde no lo paga y sí lo hace cuando ya preside Alfredo Sáenz.

No recordaban tampoco los peritos haber visto las valoraciones que sobre ISOLUX hicieron, antes de que yo la vendiera, Swiss Bank Corporation de 12 666 millones de pesetas, del valor de 17 000 millones que le da el Bank of America. Le reconocen también a mi abogado no haber dado relevancia a las declaraciones del representante legal en España de la Metallgesellschaft, tanto en el juzgado como ante la policía, Roberto Warfield en las que manifestaba el interés cierto de que esta sociedad alemana tenía de comprar el 100 % de ISOLUX WAT, como luego confirmó en su declaración como testigo en el juicio oral, así como otras participaciones importantes que habían realizado en varias empresas españolas. Todo tuvo Juan que ir recordándoselo a los peritos a lo largo de su interrogatorio.

Fui acusado, basándose en el informe de los peritos-inspectores del Banco de España, por el fiscal, por BANESTO, por las demás partes acusadoras y por supuesto por la prensa preparada al efecto.

Aporté a la causa tres informes encargados por mí a los peritos Jesús Quintas y José Luis Collantes, uno sobre la actividad desarrollada, en el periodo 89 a 93, por mi Grupo EUMAN VALYSER, otro a propósito del Informe de los peritos-inspectores del Banco de España y el tercero específicamente sobre la operación ISOLUX.

Sobre EUMAN VALYSER dicen textualmente, entre otras cosas: «Para que quepa imputar racionalmente que EUMAN VALYSER ha constituido un instrumento utilizado por alguno de los antiguos administradores de BANESTO para perjudicar a esta entidad deben cumplirse conjuntamente estos 5 requisitos:

1. Que EUMAN VALYSER sea propiedad de uno o más de los anteriores administradores de BANESTO (o, al menos, que esté controlada/dirigida por ellos).

2. Que EUMAN VALYSER haya realizado operaciones destacables con BANESTO(en las que los anteriores administradores hayan tenido intervención o influencia).

3. Que EUMAN VALYSER haya obtenido beneficios en dichas operaciones.

4. Que BANESTO haya obtenido pérdidas en dichas operaciones

5. Que las pérdidas sufridas por BANESTO no resulten justificadas, con arreglo a criterios económicos racionales.

Añadiendo que la posición del Informe de los peritos-inspectores del Banco de España de 27 de diciembre de 1995 no resulta consistente, ni parece objetiva puesto que trata de “desvelar una realidad” preestablecida, renunciando a descubrir otras y considerando irrelevante que puedan refutarse no solo algunos, sino la totalidad de los indicios por ellos aportados. Resultando imposible o inútil cualquier argumentación o prueba en contrario».

Como se demostró a lo largo del juicio oral y reflejó, contundentemente, la sentencia dichos requisitos no se cumplían en el caso de mis sociedades.

Por otra parte las acusaciones trataban de destacar la financiación obtenida por mis sociedades con los bancos del Grupo BANESTO: Banco de Vitoria, BANDESCO y el propio BANESTO.

Aporté a la causa todas las cuentas anuales de todas mis sociedades así como copias de todas las pólizas y créditos firmados con estos tres bancos y con todos los demás bancos y cajas de ahorro con las que operé y que nada tenían que ver con BANESTO. Los peritos Jesús Quintas y José Luis Collantes resumen la financiación de VALYSER en la página 27 de su primer informe:

Imagen 11

Concluyendo que: el grupo BANESTO no fue el mayor financiador, que todas las retribuciones fueron retribuidas en condiciones de mercado, proporcionando ingresos a los financiadores y que no existe, pues, irregularidad o indicio algunos que lleven a pensar en una interposición.

Toda esta información la había aportado, a requerimiento del juez García-Castellón, en enero de 1995 y por tanto las acusaciones tenían que conocerla en el momento de hacer sus escritos de acusación pero intencionadamente la ignoraron entonces y durante el juicio oral.

Y aunque los peritos-inspectores del Banco de España dicen en su informe que: «En general no se han investigado los préstamos y créditos obtenidos en entidades de crédito por mi grupo de empresas y en particular no se han investigado los obtenidos en los bancos del Grupo BANESTO», la realidad es que sí lo hicieron exhaustivamente pero las conclusiones que sacaron no les fueron útiles para usarlas en sus propósitos.

El día 5 de julio de 1999 comparecieron los peritos, propuestos por mi defensa, José Luis Collantes y Jesús Quintas y dado el interés de sus intervenciones estas se reproducen en la página 535 y siguientes del capítulo Anexos.

El día 12 de julio de 1999 comparecen en el juicio oral los peritos propuestos por las defensas y nombrados por el Colegio de Economistas Sres. Leandro Cañibano, Joaquín Díaz Fuentes e Ignacio Garrido.

Por su interés, se reproducen literalmente en la página 584 y siguientes del capítulo Anexos, sus respuestas a las preguntas que, sobre mis operaciones, les formularon el fiscal, el abogado de BANESTO y mi propio abogado.