Al terminar mi carrera universitaria, entré a trabajar como técnico de ventas en IBM España en la sede que en 1968 tenía en el número cinco de la madrileña calle Serrano. Para domiciliar mi nómina, abrí una cuenta en la sucursal que BANESTO tenía en la misma calle, cerca de la Puerta de Alcalá. Fue mi primer contacto con BANESTO y la primera cuenta bancaria de mi vida.
Algo más tarde, IBM trasladó su sede a un nuevo edificio en el paseo de La Castellana 4 y trasladé mi cuenta y con ella mi nómina, a la sucursal que BANESTO tenía en Castellana 7, en la planta baja de la entonces sede del banco.
Pronto decidí casarme y para celebrar con mi familia y numerosos amigos tal acontecimiento necesitaba unos fondos que no tenía, ni siquiera para el clásico viaje de novios.
Pedí un crédito, lógicamente, al banco donde tenía domiciliada mi nómina y con el que operaba, BANESTO, de tres millones de pesetas y me avalaron mis amigos Jacobo Cano y Enrique Bardisa, ingeniero naval, excompañero del San Pablo y ya casado con mi amiga malagueña Pilar Yerón.
Fui amortizando dicho préstamo con mis nóminas e incentivos que por las ventas fui logrando en IBM. A los cuatro años, el presidente de IBM España, Fernando de Asúa, me nombra su adjunto y al año me hace responsable de la sucursal del sector público.
Años más tarde, Landelino Lavilla, a quien conocí durante mi estancia en el Colegio Mayor San Pablo, fue nombrado presidente de la Asociación de Antiguos Colegiales del San Pablo y tuvo a bien nombrarme secretario de su Junta Directiva.
En ese momento, Landelino, letrado del Consejo de Estado, era miembro de los servicios jurídicos de BANESTO, con despacho en Castellana 7, y allí le veía mensualmente para revisar las actas de las reuniones de la Junta Directiva de la Asociación de Antiguos Colegiales, preparar las cenas, los coloquios que organizábamos periódicamente en el Colegio, las asambleas anuales, etc.
Tras la muerte de Franco y el nombramiento de Adolfo Suárez como presidente de Gobierno, Alfonso Osorio es nombrado en 1976 ministro de la Presidencia y al poco tiempo llama al presidente de IBM España y le dice que quiere hablar conmigo. Cuando Asúa me lo transmite pienso que es algo relacionado con la informatización del ministerio. Conocía a Alfonso Osorio desde mis tiempos del Colegio Mayor San Pablo por nuestra común amistad con Jacobo Cano. Crucé La Castellana y Alfonso me ofrece nombrarme director de la Comisión Interministerial de Informática, dependiente de su ministerio. Sobre la marcha, le digo que él se supone que estará solamente varios años de ministro, pero que yo estaba en pleno desarrollo de mi carrera en IBM España. Nuestro amigo Jacobo Cano ya nos había dejado cinco años antes y puede que si viviera en aquel instante mi respuesta hubiera sido otra. Al volver a la oficina y contárselo a Fernando Asúa este no se creía que lo hubiera rechazado.
Como director del sector público fui el responsable de organizar la informatización de los resultados del referéndum que a finales de 1979 organizó el gobierno de Suárez sobre la Constitución. El centro de proceso de datos fue el ordenador de la Jefatura Central de Tráfico, situado en un edificio de la calle Cea Bermúdez e instalamos terminales de teleproceso en el Palacio de la Zarzuela, en el despacho de Adolfo Suárez en Castellana 3 y en la sala de prensa del Palacio de Exposiciones, frente al estadio Santiago Bernabeu. Lógicamente el gobierno me dio un pase especial para poder entrar a cada momento en todos estos sitios.
La noche del recuento, sobre las 23 horas me fui a la Zarzuela, al despacho donde habíamos instalado un terminal conectado al ordenador de Tráfico, terminal que estaba siendo operado por Fernando Lucini, técnico de mi total confianza. Fernando me dijo que aún era pronto para ver resultados significativos y que en la sala contigua estaban cenando los reyes, Adolfo Suárez y Amparo Yllana.
Cerca de las 24 horas se abrió la puerta y entraron los cuatro al despacho. Ya se podía empezar a analizar algunos resultados. El rey Juan Carlos le ofreció preguntar primero a Suárez, pero este declinó la invitación y le pidió que fuera Su Majestad el que empezara a preguntar. El Ferrol del Caudillo fue lo primero que preguntó y la respuesta ya era claramente favorable a la Constitución. Suárez preguntó, en su turno, por Cebreros y el rey preguntó a continuación por el total de España.
Landelino Lavilla, miembro también de la UCD, fue nombrado ministro de Justicia del mismo gobierno y ocupó su despacho en el edificio del ministerio en la calle San Bernardo y allí continuamos celebrando nuestras reuniones, despachando los temas de la Asociación de Antiguos Colegiales del San Pablo. Sus múltiples e importantes ocupaciones le llevaron a dejar la presidencia de la Asociación y la Asamblea General eligió una nueva Junta Directiva.
A finales de 1979, siendo ya director de operaciones de la Región Centro de IBM España, me asignan a IBM World Trade como adjunto al presidente, por lo que toda la familia nos trasladamos a vivir a Greenwich, Connecticut, y yo tenía mi despacho en White Plains, Nueva York.
Cuando a finales de 1981 terminaba mi estancia en Nueva York trabajando en la sede central de IBM World Trade Corporation, un vecino de nuestra urbanización, vicepresidente de Merry Lynch, me ofreció quedarme como director de Latinoamérica. Mi gratitud a IBM, donde llevaba una rápida carrera y que estaba invirtiendo tanto en mi formación, me llevó a rechazar, sin pensarlo mucho, tan atractiva proposición y me volví a Madrid como director comercial de IBM España, puesto que ocupé hasta 1986.
La Asociación de Antiguos Colegiales del San Pablo me nombró presidente cargo que ocupé hasta que, en 1986, IBM me nombra director de operaciones de IBM Europa y me traslado a vivir a París con Pili y nuestras tres hijas, pues mi hijo Eugenio se quedó en Madrid iniciando su carrera en ICADE.
Con constantes viajes a los países que dependían de mí: Suecia, Irlanda, Israel y Portugal, no tenía mucho tiempo de seguir al detalle la vida española. Incluso en vacaciones, o venía mi hijo Eugenio a Francia y visitábamos Normandía u otras bellas regiones francesas o íbamos todos a Málaga a ver a mis padres.
Justo antes de irme a París me llamó Enrique Used, alto directivo de Telefónica, cuyo presidente era en aquel momento Cándido Velázquez, a quien conocía hacía años pues había sido vecino en Málaga de mis padres. Enrique me propuso ser responsable de Grandes Clientes de Telefónica reportando a él directamente, pero por la misma razón de lealtad a IBM que apliqué al finalizar mi etapa en EEUU, le dije que no, que IBM me había nombrado director de operaciones de IBM Europa y agradeciendo mucho su confianza le recomendé a Guillermo Fernández Vidal, entonces director general de su filial ENTEL y con quien aún hoy día, después de una brillante carrera ocupando puestos de alta dirección en Telefónica y ya jubilado, mantengo buena amistad. Enrique fue ejecutivo de Telefónica Internacional y más tarde presidente de AMPER. Siempre continuamos siendo muy buenos amigos y finalmente murió de cáncer en el año 2010.
Pienso que de las asignaciones internacionales que me facilitó IBM toda la familia ha obtenido un gran beneficio, aprendiendo idiomas, conociendo otros países y sobre todo, viviendo muy unidos ante nuevas aventuras y situaciones. Hicimos muchos viajes juntos y aprovechamos para conocer dos grandes países como Estados Unidos y Francia. Nuestra hija Almudena, la menor, al nacer en mayo de 1980 en el Hospital de Greenwich, en Connecticut, tiene dos nacionalidades: la española y la norteamericana.
Acababa de volver de trabajar dos años en Nueva York y el día que intervinieron RUMASA, en febrero de 1983, siendo ya director de la División de Grandes Ordenadores en IBM España, nos convocó a su sala de juntas el presidente de IBM España.
Allí estaba reunido el Comité de Dirección y habían instalado una televisión. Nos avisó de que iban a anunciar la expropiación del Grupo RUMASA.
Los amigos de Fernando de Asúa eran Miguel Boyer, Mariano Rubio, Claudio Boada, Manuel de la Concha, etc. los llamados entonces «la beautiful people». Cuando terminó la emisión, sorprendido, solo pregunté: «¿Pero no es una empresa privada? Si va tan mal lo lógico es que quiebre...». Algunos de los presentes en la reunión me fulminaron con la mirada.
Años más tarde, cuando empecé a salir en la prensa relacionado con BANESTO, Fernando de Asúa hizo mutis por el foro de mi vida y nunca más supe de él, solo que hoy, una vez que dejó IBM y después de pasar por el Banco Hispano Americano, donde le llevo su amigo Claudio Boada, más tarde Banco Central Hispano y más tarde absorbido por el Banco Santander, ha sido, hasta el fallcimiento de Emilio Botín, nada más y nada menos que vicepresidente del Banco Santander con una participación accionarial simbólica.
Algunos de aquel beautiful grupo se vieron involucrados en el caso IBERCORP y pasaron por la cárcel.
RUMASA era para nosotros, en IBM, objetivo de una posible gran cuenta y José María Ruiz Mateos recibía al técnico de ventas que yo tenía asignado, Enrique Almagro y a mí, pero nunca quiso recibir al presidente.
Fernando de Asúa daba una cena todos los años antes del verano, en el jardín de la casa de campo que su padre tenía en Torrejón de Velasco, cerca de Madrid. A ella asistíamos el equipo directivo de IBM España y un selecto número de importantes clientes. En una de ellas, antes de irme a mi destino en París, coincidí con Juan Abelló, Mario Conde y sus respectivas mujeres. Fue la primera vez que les vi de cerca en mi vida. También estaban aquella noche en la cena José María Amusátegui, Manuel Azpilicueta, Manuel de la Concha, Alberto Salazar Simpson y Claudio Boada, que yo recuerde.
Recientemente, estando yo almorzando en el restaurante El Cacique con mi hermana Angelines que había venido a pasar unos días en Madrid, vi como Fernando de Asúa se levantaba a saludar a Mario Conde que, casualmente, también almorzaban allí con distintas personas que yo no conocía.
Con Ana Gamazo, la mujer de Abelló, coincidí pasados los años, cuando fui secretario general de la Confederación Española de Fundaciones, donde ella era vocal de la Junta Directiva, Isidro Fainé presidente y S. A. R. el infante don Carlos de Borbón-Dos Sicilias, presidente de honor.
Mientras estaba yo en París trabajando los años 1987 y 1988, como director de operaciones de IBM Europa, mi hijo Eugenio, que empezó su carrera de Empresariales en ICADE, se quedó en el Colegio Mayor Universitario San Pablo donde, tal como me ocurrió a mí, hizo muy buenos amigos y amplió su formación. Mientras el resto de la familia vivíamos en París, él venía en Navidad y Semana Santa.
En el San Pablo, desde siempre, se han organizado todo tipo de actividades en beneficio de la formación de los colegiales y en este periodo, Mario Conde, ya presidente de BANESTO y en plena cresta de la ola, fue invitado a dar una charla a los colegiales después de cenar. Al día siguiente mi hijo Eugenio me llamó a París y me contó la brillante y magnífica impresión que le causó, resumiéndome «papá, es difícil que haya un líder en España como este tío».
Al poco tiempo, se comentó en la oficina de París la gran inversión que BANESTO acababa de contratar con IBM España para renovar y actualizar sus sistemas informáticos para alcanzar el mayor nivel tecnológico. Se puso como ejemplo en el sector financiero y yo lo difundí entre los países que de mí dependían sintiéndome orgulloso, aunque yo nada tenía que ver entonces con el negocio en España, de que mi país fuera un ejemplo a seguir por hacer bien las cosas.
En 1988, al finalizar mi estancia en París, la situación era diferente. Se avecinaban unos años no tan buenos para la compañía, yo cumplía veinte años trabajando en ella, tenía cuarenta y seis y pensé que, si volvía a la organización de IBM España, fuera al puesto directivo que fuera, ya era para jubilarme allí.
Me lo pensé y lo hablé con Pili que, al ver las ganas que tenía de trabajar para mí mismo, aplicando en mi beneficio los conocimientos adquiridos hasta ese momento, me animó a ello, manifestándome su confianza y apoyo.
Vine a Madrid, hablé con mi padre que se sentía orgullosísimo de mi carrera en IBM, pero entendió perfectamente mi deseo de volar solo y pedí una entrevista a Fernando de Asúa. Le expuse mi decisión de dejar la compañía y me preguntó dos cosas: «¿Te ha fichado Guillermo de la Dehesa para el Banco Pastor? ¿Qué quieres de IBM?».Le respondí que si alguien me tratara de fichar, me quedaría a trabajar en IBM y que lo único que quería de la compañía era rescatar mi fondo de pensiones, creado durante veinte años, para ponerlo como capital de la empresa que iba a constituir para iniciar mi vida empresarial propia. Dio instrucciones al director financiero, José María Morilla, que me acompañó a firmar el rescate del fondo en Catalana Occidente y me escribió una carta personal muy cariñosa que guardo con gran aprecio.
Alquilé una pequeña oficina en la calle Fernando el Santo 24 y con el dinero de mi fondo de pensiones como capital constituí en abril de 1988 la sociedad EUMAN S. A. para lo cual me apoyé en el despacho Asesores en Derecho que estaba en la misma calle donde trabajaba la familia Gómez de Liaño. Allí me prepararon los estatutos de la sociedad. Mi notario fue José María Sánchez Ventura.
Algunos familiares, como mi hermano mayor Gerardo, mi primo Gonzalo Rico y algunos amigos como Andrés Muñoz o Enrique Bardisa, se interesaron por mi proyecto empresarial y me ofrecieron incluso la posibilidad de participar, pero por unas razones o por otras, con la excepción de una participación temporal del 10 % de Carlos Díaz Porgueres en EUMAN S. A., he sido siempre el accionista y administrador único de mis sociedades, desde las cuales he participado en diversos y múltiples sectores.
Había dejado IBM en 1988 y constituida EUMAN empecé a operar con ella. Con un crédito concedido por Caixa Vigo compré en 1990 un 40 % de la compañía ISOLUX. El plan de viabilidad que había preparado minuciosamente el equipo directivo de ISOLUX, cuyo presidente era Victoriano López Pinto y el consejero delegado, José Manuel Losada, no solo me pareció suficiente a mí y a mí socio minoritario en aquél momento en EUMAN, Carlos Díaz, ingeniero de caminos y con gran experiencia en construcción, sino también a los analistas de Caixa Vigo. Me concedieron 600 millones de pesetas con la garantía de las acciones de ISOLUX y en tres años devolví totalmente el crédito.
El 8 de marzo de 1991 todos los miembros del consejo de ISOLUX visitamos al rey Juan Carlos en el Palacio de la Zarzuela a su vuelta de un viaje a México donde inauguro una línea eléctrica construida allí por la compañía española.

Fue en 1992, en la inauguración de una nueva fábrica que ISOLUX construyó en A Coruña a la que asistimos todo el Consejo de la compañía, donde nos saludaron Mario Conde y Arturo Romaní, que también compartieron saludos con autoridades y clientes pues la Corporación BANESTO tenía la participación mayoritaria de ISOLUX.
Esa fue la última vez que vi a los dos en persona antes de verlos ya en el juicio en la Audiencia Nacional.
Al Juez Manuel García-Castellón le propuso la Audiencia Nacional a mediados de 1994 para llevar el caso BANESTO y el Consejo General del Poder Judicial lo rechazó.
Pero tres o cuatro meses después, justo un mes antes de que la Fiscalía presentara la querella, el Consejo General del Poder Judicial admitió su nombramiento ad hoc. ¿Qué argumentos habían cambiado? ¿Quién daba las órdenes al juez instructor?
Fui requerido por el Juzgado Central de Instrucción número 3 y por la Comisaría General de la Policía Judicial el 7 de junio de 1995 para que les explicara y aportara toda la información de todas las operaciones que mis sociedades EUMAN S. A., VALYSER S. A. e Inversiones Puerto Moral S. A., habían realizado antes de la intervención del Banco Español de Crédito. En julio de 1995 envié respuestas detalladas y exhaustivas al Juzgado y a la Policía Judicial de dichas operaciones, entre ellas de TELSON, Europa Management Consulting S. A., PROTECSA y Vehículos Blindados. Todas están en el tomo 98 de la documental.
Estas respuestas las volví a exponer de nuevo el 18 de marzo de 1996, en mi comparecencia como inculpado ante el juez García-Castellón.
De poco sirvieron tantas explicaciones y evidencias. Cuando el 27 de mayo de 1996 se abre el juicio oral, como si hubiera que imputarme de cuantas más operaciones mejor, se me inculpa también de TELSON y VEBLINSA, con la curiosidad, además, de que en septiembre de 1997, antes por tanto de celebrarse el juicio, Rafael Martín Sanz y otros empresarios, le habían comprado TELSON a BANESTO en 820 millones de pesetas. ¿Dónde estaba pues mi delito? ¿Dónde el daño a los accionistas de BANESTO?
En las cuestiones previas de las primeras sesiones del juicio oral, mi abogado, Juan García Alarcón, consiguió del Tribunal que estas dos imputaciones fueran archivadas, siendo de las pocas cuestiones previas atendidas por la Sala entre todas las expuestas por los abogados de todos los once imputados.
Solo me quedaron las operaciones de ISOLUX y Promociones Hoteleras, una esperanza y a la vez una inquietud…
El equipo formado por el juez García-Castellón, la Fiscalía Anticorrupción, los peritos del ICAC y los peritos-inspectores del Banco de España, tenían la necesidad de sentarme como fuera en el banquillo, aún a sabiendas de que había más que suficientes pruebas de que yo era inocente.
Aún hoy, más de diez años después, sigo asombrándome de las mentiras y falsedades escritas por tan altas instancias y de las barbaridades que contra mí, sin ninguna base cierta, dijeron en el Congreso los señores diputados.
En la documentación del juicio figura el informe que confeccionaron los peritos-inspectores del Banco de España con fecha del 31 de enero de 1994 y que está lleno de barbaridades, como se demostró en el juicio oral y en la sentencia, pero que sirvió como base para la querella que terminó en la instrucción y finalmente en mi imputación.
Algunas de las perlas del referido informe sobre las operaciones que imputaron a mis sociedades merece la pena recordarlas hoy día:
• «La situación patrimonial de ISOLUX era de práctica quiebra al 31 de diciembre de 1989».
ISOLUX, propiedad de BANESTO, estaba en situación de ser liquidada o de ser saneada. Y yo me pregunto, pero ellos no lo dicen, ¿quién tenía esa obligación de liquidarla o sanearla? ¿No era BANESTO?
• «VALYSER compró en julio de 1990 el 40 % de ISOLUX WAT».Frase que utilizó también el juez García-Castellón en el auto de prisión de Mario Conde.
¿Pero cómo iba a comprarse esa sociedad si en ese momento eran dos compañías totalmente independientes y WAT no fue comprada por ISOLUX y fusionada a continuación hasta 1992?
• «El beneficio de mis operaciones es obtenido por Mario Conde constituyendo un trasvase patrimonial desde el Grupo BANESTO a su grupo oculto».
¿En qué se basaron para aseverar tal falsedad?
• Reconocen que «VALYSER ingresa en ISOLUX 300 millones de pesetas para la recuperación de la compañía», pero luego dicen que «el 24 de julio lo recuperaron ¡porque estaba incluido en el precio de compra!» O sea que no quieren reconocer que era un anticipo a cuenta.
• «VALYSER estaba en quiebra técnica». Vaya por Dios. No pensaba así ni Caixa Vigo, que me concede un préstamo de 200 millones de pesetas con la única firma mía y de mi empresa VALYSER. Y lo mismo hace el Banco del Progreso que se supone supervisado por el Banco de España al que pertenecen dichos peritos-inspectores.
• «VALYSER no realiza ninguna aportación cuando ISOLUX compra WAT».
¡Pero si la que compra WAT es ISOLUX! ¿Por qué tienen que aportar nada los accionistas de ISOLUX?
• «Cuando ISOLUX hizo una ampliación de capital, VALYSER mantuvo su porcentaje sin desembolsar ninguna cantidad».
¿Es que no vieron que la ampliación fue por una capitalización de las reservas acumuladas de varios años en los que VALYSER había renunciado, como los demás accionistas, a repartir dividendos? ¿Es que aportaron algo CARTINMOSA, Portland Iberia o la propia Corporación Industrial de BANESTO?
• Hablando de la compra por la Metallgesellschaft dicen que «esta estaba interesada en la compra del 100 % de ISOLUX WAT». Luego no debía ser una mera sociedad pantalla, digo yo… pero en ningún sitio de su informe hablan de un valor de ISOLUX WAT, ignorando todas las valoraciones que tuvieron a su disposición como la de AXEL Group, Swiss Bank Corporation, BANCOTRANS, etc.
• Por supuesto, tampoco mencionan en su informe los peritos-inspectores del Banco de España, los folletos de la OPV de acciones de BANESTO que publicó el Banco de Santander en septiembre y noviembre de 1999 con la autorización del propio Banco de España en los que no se dicen más que bondades de ISOLUX WAT.
Sobre la operación Promociones Hoteleras los peritos-inspectores del Banco de España, Sres. Monge y Román, también dejaron en su informe del 27 de enero de 1995, plasmadas sus capacidades inspectoras y literarias con comentarios como los siguientes: «El precio de venta a Unión Internacional Inmobiliaria, filial de La Unión y El Fénix, es un precio de mercado, pero el beneficio viene originado por la segunda rehabilitación del edificio que es lo que se traduce en la pérdida».
¡O sea que si alguien compra un edificio y lo mejora a su gusto es una pérdida! Antes, reconocen que en las cuentas de 1993 de la Corporación Industrial de BANESTO se mencionan las mejoras en el edificio, pero que debido a la evolución del sector y a la crisis, se decidió no ejercer la opción de compra y seguir en alquiler.
Hay que resaltar que VALYSER vendió su participación en abril de 1991 y que las mayores obras de rehabilitación se hicieron en 1992 y 1993, siendo imposible que mi sociedad tuviera algo que ver en las pérdidas o los beneficios que se produjeran una vez vendida su participación.
En el informe previo de dichos peritos, de fecha 31 de enero de 1994, dicen que las letras de la compra de Promociones Hoteleras al Grupo EUSA fueron avaladas por BANDESCO, cuando en realidad lo fueron por el Banco Urquijo que nada tenía que ver con BANESTO. En su informe no cuestionan tampoco el precio de arrendamiento del edificio por parte de la Corporación BANESTO y en la página 159 reconocen que se realizó en el edificio una rehabilitación por valor de 595,5 millones de pesetas con anterioridad a su venta, aunque luego dicen que se trató de un simple revoco.
O sea que, además de peritos, los inspectores del Banco de España parece que son expertos aparejadores o arquitectos, experiencia que parece no aplicaron años más tarde en los activos tóxicos inmobiliarios que han ido generando bancos y cajas de España, lo que ha provocado tener que pedir ayuda a Europa por un global de decenas de miles de millones, ahora, de euros.
Dicen también que «la valoración del edificio que hace VASA tiene fecha del 31 de diciembre de 1992», cuando en realidad es del 31 de diciembre de 1991 y, lógicamente, en esa fecha no podían incluirse las obras de adaptación aún no ejecutadas.
Continúan diciendo, sin probar ni explicar nada, que «el trasvase patrimonial desde BANESTO hacia Mario Conde es el beneficio obtenido por VALYSER y ASNI, pues dado que se trata de una operación de interposición, lo único relevante es el beneficio obtenido por Mario Conde y, en su caso, la pérdida producida al Grupo BANESTO.
Es de destacar que el 52 % de las obras de la rehabilitación que hizo ISOLUX WAT, fueron en 1993 cuando ya VALYSER no era ni siquiera accionista de ISOLUX WAT.
Es destacable también que AGF-La Unión y El Fénix, cuyos directivos vinieron a testificar al juicio oral, no reclamaron nada a nadie por la compra de Promociones Hoteleras y que la nueva administración de BANESTO, una vez intervenido el banco, renovó el contrato de alquiler del edificio el 2 de marzo de 1999.
Un auténtico despropósito y esperpento el informe de los peritos-inspectores del Banco de España sobre las dos operaciones ISOLUX y Promociones Hoteleras, pero informe en el que se apoyaron el juez instructor, sus señorías del Congreso de los Diputados, los escritos de la acusación del fiscal, de BANESTO y de las demás partes acusadoras.
Al final, la sentencia dejó meridianamente claro que todo el informe no era cierto, que VALYSER no tenía nada que ver con Mario Conde ni con ningún otro imputado y que no había delito en ninguna de las dos operaciones absolviendo de ellas a mí y a Mario Conde, Arturo Romaní, Mariano Gómez de Liaño y Francisco Sitges.
Pero el informe de los peritos-inspectores del Banco de España, haciendo manifestaciones sobre mí y mis sociedades a lo largo de más de 150 páginas, aunque al final la sentencia dejara claro que todas esas manifestaciones eran falsas, quedó reflejado en los principales periódicos en sus ediciones digitales por lo que aún hoy, casi veinte años más tarde, sigo apareciendo como el testaferro de operaciones ilícitas según decían ellos en su informe y me pregunto ¿cómo se pueden borrar estas calumnias de la red y cómo se puede detener un tsunami provocado de esta dimensión?
Por otra parte el 1 de junio de 1997 se jugó la final de la Copa de Su Majestad de rugby, inaugurando el campo que nos había cedido el ayuntamiento de Alcobendas al Club La Moraleja. Jugaron el Getxo contra el Monte Ciencias de Sevilla y fue televisado en directo por TVE.
En los prolegómenos del partido, el párroco de La Moraleja bendijo el campo y las instalaciones y el Club de Rugby La Moraleja me entregó una placa de plata con la inscripción: «Eugenio, hombres como tú son la viva expresión del espíritu del rugby: esfuerzo, nobleza y compañerismo. Tú engrandeces y enorgulleces este deporte. El Club de Rugby de La Moraleja nunca olvidará lo que has hecho por nosotros, 1 de junio de 1997».
Cuando nos fuimos a vivir a París, mi hijo Eugenio se inició en el deporte del rugby, igual que me ocurrió a mí en mis años de colegial. Al volver de nuestra estancia francesa y reagruparnos de nuevo toda la familia en nuestra casa del Soto de La Moraleja, fundó junto con unos amigos de la urbanización el Club de Rugby La Moraleja. Como fueron creciendo y subiendo de categoría llegó un momento que no podía compaginar su tiempo para trabajar, entrenar, jugar y a la vez presidir el club y me pidió que yo lo presidiera.
Las reuniones de la Junta Directiva las celebrábamos en mi casa y fui costeando, en la medida de mis posibilidades, una cierta profesionalización del club, fichando incluso algunos jugadores extranjeros neozelandeses, argentinos, irlandeses o ingleses. Me involucré de tal manera que los fines de semana viajaba con el equipo en sus desplazamientos en tren o en autobús.
En la División de Honor, máxima categoría nacional, nos quedamos en la temporada 2001-2002 campeones de España y fuimos el primer equipo español de rugby que jugamos la Copa de Europa, concretamente contra el Parma italiano y el Burdeos francés. Llegamos a tener un gran equipo que abarrotaba las gradas del campo del polideportivo de Alcobendas.
Nos fusionamos con el Alcobendas y formamos el Moraleja Alcobendas Rugby Unión, teniendo equipos A, B, Juvenil, Cadete e Infantil. Mi afición llegó a tal punto que, cuando mi hija Almudena nos pidió que le regaláramos un perro cuando terminaba su carrera de odontología, le compramos un golden retrival color crema que a todos nos hizo mucha compañía, inteligente, cariñoso y realmente precioso al que le pusimos de nombre LOMU, en honor del famoso ala de los All Blacks neozelandeses, que jugó la final contra Sudáfrica en el Campeonato Mundial de Rugby, celebrado en aquel país con Nelson Mandela ya presidente. Era todo un espectáculo ver correr a este jugador, parecía un caballo al galope con sus grandes zancadas. Sufrió una importante lesión en un riñón y, aunque se operó y llegó a reaparecer, ya nunca fue el mismo, pero al menos nos quedó el otro LOMU en casa. Con el juicio y la enfermedad de mi mujer, tuve que dejar el Club de Rugby, pero siempre recordaré los buenos años vividos rodeado de tantos chicos jóvenes deportistas.
Que Eugenio hijo jugara al rugby y que yo le ayudara, nos hizo discrepar más de una vez a Pili y a mí, por el temor que ella tenía de que este deporte pudiera perjudicar el pie de Eugenio en el que tuvo, cuando era pequeño, un accidente y sufrió varias operaciones. Cuando al principio traté de persuadir a Eugenio vi que era en vano y decidí ayudarle, estar cerca de él y vigilar su evolución.
Normalmente una vez al mes Pili y yo salíamos a cenar con la pandilla de «los justos», llamada así porque según Juan Canut, el afamado ortodoncista, éramos ni uno más ni uno menos, los justos. La formábamos Juan y Rosalía, Vicente Pérez-Payá y Paz y Camilo Mira y Queca y cuando vinieron a vivir a Madrid, se incorporaron al grupo el director general de IBM España José Luis Dotti y su mujer Dolores. Juan Canut falleció en septiembre de 2013 y con él se fue un amigo, un profesor, una persona irrepetible que estoy seguro de que tuvo algo que ver en que mi hija Almudena también sea hoy día ortodoncista.
Cuando empezaron a salir noticias en la prensa, los tres amigos me hicieron comentarios preocupantes acerca de que yo apareciera, según la prensa, relacionado con el entorno de Mario Conde.
Rosalía y Juan, como buenos valencianos, eran amigos de la familia Serratosa, Vicente era amigo de Fernando Asúa y Camilo lo era de Matías Cortés, con quien compartí mesa en la boda en Almuñécar de Javier, el hijo de Queca y Camilo, que se casó con una chica que en el juicio fue abogada del Fondo de Garantía que me acusaba. Ella trabajaba en Clifford Chance y apoyaba a Cándido Conde-Pumpido, padre del que ha sido fiscal general del Estado y que representó durante el juicio al Fondo de Garantía.
Cuando al principio del juicio la vi en su puesto, la saludé educadamente, pero no respondió al saludo. No sé lo que pensará hoy día una vez demostrada mi inocencia.
Se me acusaba en los escritos de las partes de «cooperador necesario» y yo no hacía más que preguntarme ¿necesario por qué y para qué?, ¿cooperador con quién?
La sentencia, basándose en las pruebas y los testigos, dejó muy claro que esa figura no era apreciable en mi caso.
Desde que leí más de cien tomos preparando mi defensa se fue creando en mi subconsciente una especie de sistema inmunológico frente a la adversidad que tenía enfrente, evitando descapitalizarme a nivel humano y apoyándome además en mi sentimiento diario de eficiencia.
Tuve muy claro que tenía que prepararme con enorme disciplina, cuidando mi salud, descansar lo suficiente para tratar de mantener el capital intelectual y emocional que tuviera. Tenía que seguir leyendo otras cosas no relacionadas con el juicio, dedicar tiempo a mi familia y a otras actividades de algún tipo enriquecedoras que además mantuvieran también mi nivel espiritual.
Pienso que, en el fondo, no dejaba de haber en mis objetivos algún egoísmo, pues creo que ha sido una de las etapas de mi vida que más intensamente he acudido a Dios aunque el final quedó marcado para siempre un sentimiento de gratitud y fe. Tratar de cuidar a mi familia más de lo habitual no deja también de ser algo interesado. Merecerlo, lo merecían, pues todos sufrían y temían por mí pero, en el fondo, soy de los convencidos de que en cualquier enfermedad es importante que el cuidador del paciente esté sano y en buenas condiciones y mi familia tenía el papel de ser mi cuidador durante todo el proceso, que hubiera sido muy distinto sin su apoyo y cariño.
Mi madre había fallecido en el año 1991 víctima de la terrible enfermedad del alzhéimer y, quizás por tenerla más cerca espiritualmente, pues ella fue siempre una mujer tremendamente católica, me ofrecí a colaborar voluntaria y desinteresadamente con la Fundación Española del Alzheimer, cuyos directores eran el matrimonio de doctores franceses, Selmes. Les ayudé a buscar patrocinadores, a organizar eventos, a buscar locales apropiados en Madrid para establecer nuevos centros de acogida, de estancia diurna, de tratamiento, les facilité contactos en la medida de mis posibilidades, etc.
Años más tarde y mirando hacia atrás, veo claramente cómo ese tipo de acciones me ayudaron a mantener mi equilibrio emocional. En ningún momento durante el largo proceso de la instrucción y el propio juicio llegué a plantearme que era imposible terminar absuelto. Todo lo contrario, yo sabía que las acusaciones eran falsas, que era inocente y siempre estuve convencido y decidido a demostrarlo. Por mí, por mis padres, hermanos, mi mujer, mis hijos y por todos mis verdaderos amigos.
Tenía varios negocios en marcha. Además de las participaciones en algunas empresas como en ISOLUX WAT y en Promociones Hoteleras, era propietario de la empresa Granel Derivados, con una fábrica para la producción de colonias tomando como materia prima la resina en el pueblo vallisoletano de Alcanzaren y de la empresa NUTRIDIST, ubicada en Valladolid capital, comercializadora de huevos que producía en sus propias granjas de gallinas y que clasificaba con grandes máquinas en su propia sede.
Durante los años que había vivido en Estados Unidos, había visto que en los supermercados se vendían en botellas de plástico, huevo líquido pasteurizado que las familias compraban para cocinar, hacer mayonesa o huevos revueltos y tortillas. Todo menos huevos fritos. Monté en NUTRIDIST una máquina automática de cascar huevos, una batidora y una pasteurizadora. El huevo líquido final lo embotellaba y vendía en garrafas y contenedores a colegios, cadenas de restaurantes, cuarteles del ejército, hospitales, cadenas hoteleras, etc. La terminé vendiendo a un empresario de Valladolid llamado Carlos Molero que, pasados unos años, se la vendió a Nueva RUMASA.
Tenía también una correduría de seguros llamada Broker 2000, una empresa de limpiezas llamada Limpiezas GARMA, una pequeña empresa constructora que hacía reformas y promovió un bloque de viviendas en la calle Ferrocarril en el centro de Valladolid, una empresa de blindaje de automóviles situada en el pueblo madrileño de Loeches, llamada Vehículos Blindados, VEBLINSA, a la que doté de una máquina de oxicorte manejada por ordenador y que blindó los coches de ministros y empresarios del país amenazados o posibles objetivos de ETA. Se hacían también ambulancias y oficinas móviles que servían como bibliotecas, bancos de sangre, etc. Tuve una participación en Televisión y Sonido (TELSON), posteriormente integrada en el Grupo Vértice, que se dedicaba a la producción audiovisual en estudios y con unidades móviles propias. Nombré director general a unos de mis mejores amigos: Paco Lavilla, que trabajaba entonces como directivo en RENFE, una de las personas más inteligentes que he conocido en mi vida, fue mi primer amigo en el Colegio Mayor San Pablo donde residió mientras cursaba la carrera de Derecho.
Tuve una participación en la empresa de seguridad PROTECSA que adquirí mediante una ampliación de capital y que posteriormente fue adquirida por PROSEGUR.
Tuve una participación en la Consultora de Sistemas de Información Europa Management Consulting, de la que también eran socios S. A. R. el infante don Carlos de Borbón, Sol Bacharach, viuda del catedrático valenciano Manuel Broseta al que asesinó ETA, y varios exdirectores de Arthur Andersen como Julio Lage e Isidro Huesa con los que había hecho amistad durante mi estancia en IBM España.
Tuve también una participación en el astillero MEFASA y otra participación minoritaria en la empresa Inversiones del Condado S. A. El 100 % de las acciones lo teníamos entre los hermanos Mariano y Miguel Gómez de Liaño, Francisco Sitges, Carlos Díaz Porgueres y yo y esta sociedad compró una participación de Patentes TALGO a la propia familia Oriol entre mayo y junio de 1992, poniendo Inversiones del Condado 680 millones de pesetas financiados la mayor parte por Caixa Vigo y por BANDESCO, siendo ambos préstamos garantizados por la pignoración de las propias acciones de TALGO.
Me atraía la idea de poder sacarla a bolsa y asimismo internacionalizar esta patente española que ya había puesto, por esa época, un primer pie en EEUU. No fue fácil mover a la tradicional familia Oriol y, tres años más tarde, en enero de 1995, decidimos vender nuestra participación y cancelar los préstamos, suponiéndonos a Inversiones del Condado unas pérdidas de 125 millones de pesetas a los que habría que añadir los intereses pagados a las dos entidades financieras. Recientemente, ya en el 2013, Torreal, la empresa de Juan Abelló, ha tomado una participación minoritaria en Patentes TALGO.
Por último, también tenía una participación en la empresa familiar valenciana Carnes Estellés, matadero de cerdos que vendía las piezas y subproductos a grandes superficies. Había comprado esta participación una parte con recursos propios y otra con un crédito concedido por BANDESCO, siendo su director Ignacio Garnica, hijo de don Pablo Garnica, familia tradicional ligada a BANESTO antes de que Mario Conde viniera a este mundo. Conocía a Ignacio desde años atrás, gran aficionado a los toros, asiduo abonado del tendido 8 en Las Ventas de Madrid y banquero trabajador y escrupuloso.
Cuando un crédito no se paga, el banco lo ejecuta, y eso es lo que ocurrió: al estar yo embargado durante el juicio y no poder seguir pagando lo que quedaba del préstamo que me concedió en su día BANDESCO, este se quedó con mi participación en Carnes Estellés, aunque ningún representante del banco —lo supe por Ricardo Estellés— se interesó nunca por la marcha del negocio, ni siquiera acudían a las Juntas de Accionistas. Debe ser que a Alfredo Sáenz y a su equipo de BANESTO, con el que finalmente quedó fusionado BANDESCO, les gustaba el cerdo.
Una vez tuve la sentencia absolutoria y recuperé mi capacidad de operar, traté de recuperar mi participación en Carnes Estellés, ofreciéndole a BANESTO el pagar el préstamo pendiente incluyendo los intereses de demora. Se negaron rotundamente a ello y he tenido que dar por perdida mi participación, conservando únicamente mi amistad con la familia Estellés.
Sobre General Medical Merate, varios comentarios. Mariano Gómez de Liaño, que conocía mi experiencia multinacional, me ofreció en 1989 representar a Mario Conde en el consejo de Zenith, empresa italiana donde tenía una participación que se dedica a fabricar en Bergamo y en Bari, Italia, equipos de radiodiagnósticos médicos con la marca General Medical Merate. Otros socios eran los italianos Massimo Sordi, su sobrino Fabrizio du Chene, Juan Abelló y su cuñado Enrique Quiralte.
Massimo pertenecía a la Cámara de Comercio de Milán, Fabrizio era un gran empresario de la publicidad en Italia y su familia era propietaria de la empresa de moda ETRO, Enrique Quiralte era presidente de SNIACE y formar parte de aquél consejo era para mí una oportunidad, aunque no pagaban dieta alguna, simplemente me pagaban el billete de avión y el hotel cuando tuve que pernoctar alguna noche. Mariano me dijo que Mario Conde estaba súper ocupado y no podía asistir a los consejos.
Siempre que asistí a algún consejo, escribí un breve resumen de lo tratado y se lo entregaba a Mariano para que se lo hiciera llegar a Mario Conde y, o bien yo hacía muy bien los resúmenes o a Mario Conde no le importaba mucho esta pequeña sociedad, pues jamás me pidió ni una sola aclaración. Nunca tuve poderes y por tanto nunca firmé documentos, talones etc. En la filial española General Medical Merate España, durante un cambio de gerente, fui temporalmente administrador a petición del presidente Massimo Sordi, pero no tuve ni ocasión ni motivo para ejercer como tal, como bien explicó Massimo en su declaración como testigo en el juicio oral.
En cuanto a la instrucción, he visto como el fiscal de la Audiencia Nacional, Florentino Orti, instructor del caso BANESTO, dejaba la Audiencia y aceptaba una oferta del bufete de abogados Garrigues.
Muy al principio de ella, me enviaron una inspección de Hacienda a todas mis sociedades. Me catalogaron como ¡gran contribuyente! Los inspectores pertenecían al Grupo Especial ONI. Un honor a todas luces inmerecido. Mis sociedades se podían inspeccionar y auditar en una o dos semanas a lo sumo, pero dos inspectores estuvieron viniendo durante meses y más meses a un despacho que les habilité en mi oficina y alguna vez que otra me pedían algún documento o hacer fotocopia de alguna escritura.
Desconozco qué hacían todas las mañanas encerrados en aquél despacho. Un día mi secretaria, Sonia, me dice: «D. Eugenio, el Sr. José María Lacasa quiere hablar con usted». «Por favor, dígale que pase a mi despacho»le contesté. Nos sentamos y, después de rechazar un café que le ofrecí, me dijo que tenía que comunicarme que ya por fin, después de haber realizado exhaustivos cuadres y sumas sobre las compras y ventas de cerdos realizadas por mi sociedad, habían podido averiguar cómo había desviado dinero negro a Mario Conde pues, sencillamente, no cuadraba el número de unidades de cerdos compradas con las unidades de cerdos vendidas.
Con paciencia le expliqué que, después de haber vivido dos años en EEUU y comprobar que solo se vendía allí el prosciutto italiano y convencido del gran potencial que en aquél país podía tener el mercado del jamón del cerdo ibérico, llegué a comprar más de 5 000 cochinos en Extremadura, los estuve criando en varias granjas que alquilé en la provincia de Segovia, donde llegué a comprar una parcela y a hacer un proyecto para un secadero de jamones ibéricos con intención de exportar a EEUU a través de la sociedad Jabugo S. A., constituida por mí. Solo la aparición de un brote de la peste porcina me hizo desistir del negocio. Con los años ya se permite exportar y criar jamones en el país norteamericano y no tienen que venir a España de viaje para tomar este exquisito y único producto español, del cual no se conoce ningún caso que haya alguien que se haya indigestado comiéndolo.
El Sr. Lacasa me insistió: «¿Pero qué ha hecho usted con la diferencia de los cerdos comprados y los finalmente vendidos?».
Llamé a Sonia y le pedí que nos trajera la carpeta titulada «Veterinarios». En ella tenía archivados todos los certificados de baja por defunción de los cochinos durante el transporte a las granjas y durante su crianza. Los expertos inspectores de la ONI no habían tenido en cuenta que los cerdos son mortales y con estos certificados, que fotocopiaron uno a uno, pudieron cuadrar sus números.
Como había que seguir buscando cómo yo había enriquecido supuestamente a Mario Conde, tal como decía el Informe de los peritos-inspectores del Banco de España y el mismo auto de prisión de Mario Conde, siguieron meses encerrados en mi oficina y nunca emitieron acta ni escrito alguno.
Una vez que empezó el juicio oral, mi abogado tuvo que, para poderles citar a declarar como testigos, solicitar al juez que instara a la Agencia Tributaria a que cerraran de una vez la inspección que durante años venían realizando a todas mis sociedades.
El Sr. Lacasa vino a declarar como testigo al juicio oral y nunca confirmó en su declaración ni en ninguna de las diversas actas de inspección que hubiera en la contabilidad ni en los impuestos irregularidad alguna, pago de dividendos a terceras personas, facturas falsas, etc. Y no sería porque no lo intentó la Agencia Tributaria…
En otro apartado los peritos-inspectores del Banco de España remarcan en su informe que: «VALYSER no tiene empleados y que su principal actividad era la crianza y comercialización de cerdos». Y me pregunto ¿Cómo se pueden criar cerdos en diversas granjas? O bien comprándolas, o bien subcontratando su explotación como hice en varias granjas en las provincias de Valladolid y Segovia.
Los mismos peritos-inspectores, sin embargo, no pueden evitar comentar algunas realidades, como por ejemplo, en su informe del 27 de diciembre de 1995, que entre 1988 y 1993 hice obras con personal propio (doce personas) y subcontratado, no haciendo ninguna objeción a los precios facturados y márgenes obtenidos. Además de dichas obras, construí viviendas en Valladolid y compré solares en Somosaguas, Ronda, Estepona y Galapagar. Todo ello figura en las cuentas anuales inspeccionadas, sin destacar ninguna irregularidad por parte de la Inspección de Hacienda durante los cuatro años de inspección continua a la que sometieron mis sociedades.
En ese escenario inicial en el que se va creando opinión y alarma social, pendiente de que la Comisión Parlamentaria BANESTO, creada en el Congreso de Diputados, dicte sus conclusiones, Televisión Española emite un sábado por la noche del mes de noviembre de 1994 un programa de Infome Semanal sobre BANESTO. Lo presentó Mari Carmen García Vela con guion de Javier Gil Sanz. Hablaron Luis Ángel Rojo, gobernador del Banco de España, Alfredo Sáenz, nuevo presidente de Banesto, Juan Muñoz, presidente de la Comisión Parlamentaria BANESTO y el nuevo fiscal general del Estado, Carlos Granados. Se mencionan las actuaciones del nuevo juez de la Audiencia Nacional, Manuel García-Castellón y los estudios realizados por los peritos-inspectores del Banco de España y por el fiscal Florentino Orti, encargado del tema. Se dijeron cosas como que los teléfonos de Mario Conde estaban pinchados y que la noche de la intervención del banco salieron numerosos camiones cargados de toneladas de papeles. Yo estaba en mi casa tranquilamente, viendo la televisión con mi mujer y me llevé la gran sorpresa de oír y ver que de pronto se habla, entre otras operaciones que se mencionan como posibles irregularidades y con las que ni mis sociedades ni yo teníamos nada que ver, de una carpeta cuyo título rezaba «Grupo EUMAN VALYSER» y se comentó sobre ISOLUX mientras se proyectaba el siguiente gráfico:

«VALYSER compró a BANESTO el 40% de ISOLUX por 600 millones de pesetas y después de tres años y medio lo volvió a vender a BANESTO, con lo que VALYSER, empresa vinculada a Mario Conde, obtuvo un beneficio de más de 3 800 millones de pesetas».
Algo más tarde la voz del vídeo dice: «BANESTO también pagó comisiones millonarias en operaciones como la de 1 627 millones de pesetas pagadas por la venta de un edificio a La Unión y El Fénix». Me quedé de piedra porque yo había intervenido en esas dos operaciones y no era para nada verdad lo que allí se decía, como luego demostré en el juicio oral y se comprueba en la sentencia. Mi empresa VALYSER estuvo nunca vinculada a Mario Conde ni a nadie. Todo era mentira y el objetivo que se perseguía cada vez empezaba a verlo más claro
Habían intervenido BANESTO el 28 de diciembre de 1993 y el 24 de febrero de 1994, se crea en el Congreso una Comisión Parlamentaria sobre dicha intervención y a propuesta del Partido Popular.
Cuando recuerdo hoy este hecho, veo que desde el año 2009, en plena y aguda crisis mundial, todos los gobiernos de los países, incluido el de España, con bancos con problemas, la mayoría con problemas reales mucho más grandes que el que supuestamente tenía BANESTO a finales de 1993 cuando fue intervenido, han acudido en ayuda de esos bancos, beneficiando con esta ayudas pública a los accionistas privados y a los clientes de los referidos bancos.
El reciente caso de BANKIA es imposible no compararlo con el de BANESTO. ¿Por qué el Banco de España y la CNMV permitieron la salida a bolsa justo un año antes de su intervención? ¿Por qué el Sr. Montoro dice ahora lo contrario de lo que dijo en el Congreso sobre BANESTO y ahora el PP se opone a crear una Comisión Parlamentaria? ¿Y cómo es posible que un exvicepresidente de Economía y exdirector del FMI envíe las cuentas anuales de BANKIA a la CNMV sin tener aún el informe favorable de la auditoría?
En la primera sesión de la Comisión Parlamentaria BANESTO celebrada el día 11 de marzo de 1994, compareció el gobernador del Banco de España, Luis Ángel Rojo y esta fue la intervención de Cristóbal Montoro:
«Gracias al señor gobernador por su comparecencia en esta Comisión Parlamentaria, que se ha creado a iniciativa del Grupo Popular y que tiene como objetivo fundamental el ganar transparencia en esta crisis de BANESTO y en su evolución futura o en sus salidas.
El señor gobernador sabe perfectamente cuál ha sido nuestra actitud desde un principio. Ha sido una actitud de máxima responsabilidad para limitar lo que era una crisis de una entidad bancaria a su estricto sentido para que no se extendiera de tal forma que se provocara una crisis de confianza en el sistema bancario español. Además, ya le anuncio también nuestra disposición a encontrar y canalizar soluciones prontas para esa crisis de la entidad.
En lo que quiero insistir desde el primer momento es en nuestra máxima de transparencia, porque el señor gobernador ha mencionado precisamente un encuentro que tuvieron en el Banco de España, y de ese encuentro se derivaron informaciones periodísticas, que fueron también exageradas, que después provocaron o ahondaron en la crisis de entidades bancarias y que, en mi opinión, fueron bastante inconvenientes. Ese es un ejemplo de cómo hay que canalizar este tipo de comparecencias. Hay que hacerlas públicamente, hay que hacerlas con los taquígrafos actuando y hay que hacerlas ante los medios de comunicación, efectivamente, para que trasladen a la sociedad cual es la intención de los que promovemos este planteamiento de máxima transparencia. Su comparecencia hoy aquí, evidentemente, tiene un sentido más de análisis de lo que es el plan de saneamiento, aunque yo también quisiera aprovechar para precisar lo que son las decisiones adoptadas por el Banco de España durante este tiempo. Porque usted mismo no ignora los rumores abundantes que se han generado en estas últimas semanas, en estos últimos meses y que conviene despejar precisamente en aras de la máxima transparencia. Esto es, el Banco de España actúa con cautela pero, a veces, de ahí se deriva precisamente una impresión de ciertos pactos, de ciertos planteamientos, siendo conveniente precisar ante la opinión pública cual es el contenido exacto de los mismos…
Y con ello acabo. Quisiera preguntarle si, en su opinión, están garantizados los intereses de los pequeños accionistas en una operación de saneamiento del banco…».
El 18 de abril de 1994 comparece el subgobernador del Banco de España, Miguel Martín y Cristóbal Montoro se dirige a él.
«Gracias al señor subgobernador por su comparecencia en esta Comisión de seguimiento del asunto BANESTO.
El Grupo Parlamentario Popular había solicitado su presencia aquí, señor Martín, para formularle una serie de cuestiones que a continuación referiré, pero antes lo que no quiero es evitar un trámite necesario como es hacer una consideración general que se refiera al marco en el que se entienden las preguntas que después le formularé.
En primer lugar, en nuestra opinión, la crisis de BANESTO ya se encuentra en una fase, podemos decirlo, relativamente avanzada sin que se haya solucionado definitivamente, eso es cierto, pero en esta fase han desaparecido determinados riesgos, determinados peligros que inicialmente fueron muy graves, muy serios. Me refiero, en primer lugar, por ejemplo, al riesgo de falta de confianza en el sistema financiero. No es esto lo que ahora está en juego, no es eso lo que se está dirimiendo ahora. Se ha pasado la fase de la junta general y, por tanto, nos encontramos claramente en una fase en la que hay que realizar nuevas consideraciones, nuevas preguntas e insistir en líneas de investigación propiamente de esta Comisión
En esta fase, en mi opinión, es obligado comenzar a extraer lecciones, comenzar a extraer consecuencias, y es el momento en el que planteamientos algo genéricos, como los que hemos lanzado desde mi grupo parlamentario anteriormente, cobran más fuerza, más firmeza. Me refiero en primer lugar a la necesidad de identificar dónde se han producido los fallos en una crisis como esta y, a partir de ahí, dirimir responsabilidades, esclarecer, identificar responsabilidades. Este es un punto fundamental y hay que hacerlo, además, desde unos criterios de transparencia, de claridad ante la opinión pública, dejando ya esos miedos, esas cautelas iniciales, que por lo demás eran bastante propias, pero que no tienen sentido en el momento actual. Por tanto, insisto en que ahora es la oportunidad para comenzar a extraer lecciones, entendiendo por tales la interpretación de los fallos, la clarificación de los mismos y dirimir responsabilidades allá donde se hayan producido. Además es el momento de enfatizar, de subrayar la necesidad de reducir los costes de una crisis como la que se ha originado en el asunto BANESTO. Los costes para la sociedad tienen que reducirse y eso todavía es posible a raíz de la solución definitiva que se otorgue a este caso.
La solicitud de su comparecencia aquí era inevitable dado el alto protagonismo que ha tenido el Banco de España en este proceso. El Banco de España fue el responsable último de la decisión de intervención y el Banco de España está siendo también responsable último en la búsqueda de soluciones definitivas a la crisis de BANESTO… Estas semanas, estos días, a partir de las imputaciones achacadas al anterior gobernador, ha aumentado el descrédito social en una institución que es un pilar fundamental del correcto funcionamiento del sistema económico y del sistema financiero español. En esta Casa, en la Casa de representación popular tenemos que hablar en estos términos, puesto que ya no es dentro de nuestras fronteras, sino internacionalmente donde el Banco de España ha sufrido un revés en su crédito…Tengo que preguntarle cuál ha sido su función en las negociaciones con el anterior equipo de gestión, y en concreto con el señor Conde, antes del proceso de intervención, concretamente si usted ofreció, en un determinado día, la compra del paquete de acciones del señor Conde haciendo de intermediario de otra entidad y… también le voy a preguntar por un episodio ocurrido después de la intervención del Banco de España, usted estuvo en una cena con el señor Conde y es importante que explique a la opinión pública y a esta Comisión los contenidos de esa cena…
A continuación, también quiero preguntarle por su función en la Comisión Nacional del Mercado de Valores. Usted, en su condición de subgobernador del Banco de España, es miembro nato de esa Comisión, y, en nuestra opinión en el papel de esa Comisión en la crisis de BANESTO se ha producido un fallo, en tanto que no ha cumplido realmente con las funciones que le otorga la ley a la Comisión en lo que se refiere a la tutela del accionista.
Entendemos que ha habido un fallo de conexión entre lo que es la función de prevención de crisis bancarias del Banco de España y el rol adjudicable a la Comisión Nacional del Mercado de Valores. Por eso quiero preguntarle exactamente cuál es su papel como miembro nato del consejo de la Comisión Nacional del Mercado de Valores cuando se está gestando y, usted lo sabe, una crisis de esta envergadura; qué papel tiene a la hora de comunicárselo a la Comisión y forzar a esta a que advierta a los accionistas sobre lo que va a ser la evolución previsible de su inversión, del ahorro colocado en esas acciones… y, además, me gustaría conocer su criterio de cómo se puede perfeccionar para evitar circunstancias como las que se han producido…
Igualmente, no se puede pretender una neutralidad en decisiones que puedan significar la incorporación de BANESTO en la órbita de entidades públicas, puesto que eso significaría, en definitiva, una nacionalización de la entidad que tendría un significado bastante concreto, en nuestra opinión incluso desaconsejable, cara a la reorganización del sistema bancario español… Si una entidad pública participa en BANESTO, debe ser de acuerdo con una estrategia de política financiera del país y por tanto, los responsables máximos de esa política financiera del país, por supuesto, el Ministerio de Economía, la autoridad política máxima, y la autoridad monetaria y financiera tienen que explicar a la opinión pública qué se pretende con un proyecto de este tipo, que no puede ser nunca de naturaleza estrictamente técnica, tiene un gran contenido de política económica general».
El 26 de abril de 1994 comparece de nuevo el gobernador Luis Ángel Rojo y de nuevo interviene Cristóbal Montoro:
«Gracias al señor gobernador por su comparecencia esta mañana para informar a la Comisión de seguimiento de BANESTO sobre el resultado de la adjudicación de la subasta.
Como alguno de los intervinientes ya ha expresado, lo ideal sería que la hubiéramos celebrado antes, pero yo creo que es importante en sí mismo que lo hagamos con esta premura. Eso es lo que quería agradecerle, felicitándole por su disposición para acudir al Parlamento, porque en momentos como los que vivimos es importante todo lo que sea el fortalecimiento de las instituciones democráticas, la generación de la vida pública, a la que creo que contribuimos con labores como las que estamos llevando a cabo aquí esta mañana.
En nuestra opinión, la adjudicación ayer de la subasta al Banco de Santander abre una nueva etapa en la crisis de BANESTO, una crisis en la que, recordemos brevemente, se ha perjudicado gravemente el crédito internacional de España, en primer lugar, y se ha planteado una modificación importante del status bancario, es decir, se han puesto en juego dos cuestiones fundamentales: el crédito internacional de España, decía, y, en definitiva, el statu quo del sistema bancario.
Evidentemente, no se ha resuelto la crisis, sería prematuro decir esto, pero creemos que se ha encarrilado bien, y lo que quiero, en primer lugar, es mostrar la opinión de mi Grupo Parlamentario, mostrar la satisfacción expresa por varios, y entendemos que poderosos, motivos.
En primer lugar, porque era importante que en esta evolución de la crisis de BANESTO preserváramos el funcionamiento en España de un modelo de banca eminentemente privada, con un alto grado de competencia entre esas instituciones y, además, con una capacidad de operar en mercados internacionales y de hacerlo en lo que ya es el mercado financiero único europeo…
Quiero mostrar también mi satisfacción porque entendemos que se ha ganado credibilidad por parte del Banco de España. El Banco de España es una institución básica en nuestro ordenamiento económico y en nuestro ordenamiento democrático, es una institución clave desde la que tiene que emanar confianza y es una institución que como el propio gobernador había reconocido ya en unas anteriores comparecencias, como es lógico, se ha resentido de una crisis de tanta envergadura, de una crisis financiera en la que se ha puesto en cuestión la eficacia de la supervisión del sistema, y se han lanzado dudas de politización de lo que ha sido la intervención del Banco de España. Si a eso se añade el desdichado episodio del exgobernador del Banco de España, pues evidentemente estábamos ante una pérdida de credibilidad que a nosotros, como Grupo Parlamentario y como fuerza política, nos preocupa enormemente.
Creemos que hay que salvaguardar, ante todo, la credibilidad del Banco de España, y en este proceso lo que queremos es mostrar nuestra satisfacción porque entendemos que se ha dado un paso adelante en esa ganancia de credibilidad».
El 24 de mayo de 1994 compareció Emilio Botín, presidente del Banco Santander y de nuevo interviene Cristóbal Montoro:
«Mis primeras palabras también son de agradecimiento al señor Botín por su comparecencia en este día, ante la Comisión de seguimiento del caso BANESTO, agradeciéndole las explicaciones que nos ha dado sobre lo que son los planes del Banco Santander respecto de esa incorporación importarte para el futuro del Santander, que supone incluir a la entidad BANESTO.
El Grupo Popular valoró positivamente la solución alcanzada en la adjudicación de la subasta a la ampliación de capital, puesto que entendíamos, desde una estricta neutralidad y desde la comprensión de lo que es la salvaguarda de los intereses generales del país, que había que encauzar una crisis (y me alegro que hayamos coincidido en ese verbo, es el mismo que usted ha utilizado señor Botín) para resolver un triple aspecto de la crisis. En primer término, el aspecto importante de la crisis bancaria, una crisis de gran dimensión dentro del sector bancario español; en segundo lugar, era necesario encauzar el deterioro de credibilidad nacional e internacional experimentado por el Banco de España, por el conjunto del sistema de prevención de crisis bancarias, de ese sistema de vigilancia que se resintió, a partir de la crisis de BANESTO; y, en tercer lugar, había que encauzar el problema que suponían las participaciones accionariales y, en concreto, esas participaciones en medios de comunicación, que alteraban lo que era la naturaleza misma, el ser propio, del negocio bancario.
En nuestra opinión, no estamos en una solución definitiva pero sí estamos en vías de ello, y por eso nos felicitamos y hemos entendido como positivos los pasos que se están dando, en tanto que hemos conseguido, se están garantizando, en primer término, que en nuestro país haya un modelo de banca altamente competitiva y en manos del sector privado, lo que vemos coherente con lo que significa nuestra pertenencia al mercado financiero único. Esta es una primera razón para felicitarnos del encauzamiento de este proceso. La segunda razón de felicitarnos es que gracias al precio que ustedes decidieron pagar se haya reducido el coste que para el conjunto de la sociedad española supone la factura derivada del saneamiento de BANESTO; es positivo para todos los españoles que la parte de recursos públicos se reduzca al mínimo. En tercer lugar, es positivo que se haya evitado la politización que habría supuesto adjudicar esa subasta a una entidad pública. En cuarto lugar, también nos felicitamos por la recuperación de la credibilidad del Banco de España, del papel de este Banco de España en toda esta crisis. Usted mismo se ha referido a que ha sido una actuación ágil, una actuación diligente, como efectivamente correspondía a un caso de tanta gravedad como este. En quinto lugar, nos felicitamos de que la solución dada al caso BANESTO se haya conseguido y articulado sobre lo que ha sido —si me permite la expresión— una auténtica exhibición de fortaleza del sistema bancario español, es decir, que sea la banca española, y además la banca privada, la que corra con la parte más dura, más abrupta de la solución. Creo que esto es positivo para la imagen exterior de España, demostrando internacionalmente que nuestra banca tenía posibilidades de absorber, de ponerse enfrente de una crisis de tanta envergadura».
Hoy día las intervenciones aquí recogidas y la rápida constitución de la Comisión Parlamentaria BANESTO chocan tremendamente con todo lo ocurrido con respecto a la reciente intervención de BANKIA, por una cantidad seis veces superior a la de BANESTO, y la no organización de una Comisión Parlamentaria siendo ahora Cristóbal Montoro ministro de Hacienda del Gobierno y estando el sistema financiero español absolutamente cuestionado por Europa en ese preciso momento.
Siendo la misma persona parece que ni a él ni a su partido le interesa que se sepa y se hable de qué hicieron el Banco de España o la CNMW en el caso BANKIA, cuando diez meses antes de intervenirla fue sacada a bolsa.
Como en el caso BANESTO, los perdedores fueron y lo son ahora también, los accionistas y si allí el beneficiario fue el Santander aquí, en BANKIA, lo será el Estado. Antes y ahora, aunque no lo parezca, Cristóbal Montoro es la misma persona.
Allí los consejeros eran empresarios. Aquí eran políticos del PP, del PSOE, de Comisiones Obreras, etc. Y nadie dice ni hace nada y ya veremos la decisión final de los jueces.
Por la Comisión del Congreso fueron pasando una serie de personas relacionadas con BANESTO y yo me quedé con las ganas de que me llamaran y poder aclarar las cosas que los peritos-inspectores del Banco de España y algunos medios de comunicación estaban diciendo de mí y de mis empresas. Pero el guion de la Comisión no iba por ahí y no pude intervenir.
El 25 de mayo 1994 compareció Alfredo Sáenz como presidente de la Corporación Industrial y Financiera del Banco Español de Crédito, a petición del grupo catalán Convergència i Unió.
Su representante, Josep Sánchez i LLibre, le dice que a su grupo «le interesa obtener el máximo de información sobre estas operaciones que, básicamente, por las noticias que tenemos, se han realizado a través de los siguientes grupos económicos: Oasis, Dorna, Jacques Hachuel y EUMAN VALYSER».
Alfredo Sáenz dijo que entre las adquisiciones y ampliaciones de capital más importantes están, entre otras que cita, ISOLUX, donde en esa fecha la Corporación tiene un 91 %. Y sobre EUMAN VALYSER dijo que prepararía un dosier y lo enviaría a la mayor brevedad posible a la Comisión.
Si envió o no tal dosier, nunca lo supe, pues posteriormente toda la instrucción se hizo a mis espaldas y cuando, una vez ya imputado, pude acceder a toda la documentación del caso BANESTO, la misma no incluía ningún dosier sobre EUMAN ni VALYSER preparado por el banco.
Tanto en el Congreso como durante el proceso del juicio, las acusaciones, y algunos medios de comunicación, siempre se referían a EUMAN VALYSER, cuando en realidad las dos sociedades EUMAN S. A. y VALYSER S. A. eran y son dos empresas de mi propiedad, con actividades, propiedades y lógicamente, cuentas separadas. Pero quizás trataban de matar dos pájaros de un solo tiro. Y todos los tiradores: políticos, fiscales, acusadores, peritos-inspectores del Banco de España, periodistas, etc., tiraban con la misma pólvora.
Ya contaré más adelante la declaración testifical de Alfredo Sáenz en el juicio oral.
Sigo con las principales intervenciones en la Comisión del Congreso.
Contesta Alfredo Sáenz:
«¿Cuál es la situación actual de la Corporación? Es muy limitada. Antes estaba comentando que en este momento prácticamente tenemos dos grandes grupos de sociedades. Uno que podríamos llamar —es simplemente una forma de agrupación, no tienen ningún otro carácter— el grupo primero, por su volumen, que está constituido, dejando a un lado los medios de comunicación —que son inversiones muy importantes de las que me imagino que después hablaremos, básicamente de Antena 3— por Asturiana de Zinc, donde BANESTO todavía tiene —cuando digo BANESTO es la Corporación, a veces no preciso bien— un setenta y siete y pico por ciento; Tudor, donde también tenemos mayoría, con un cincuenta y siete por ciento, Agromán, donde tenemos una mayoría pequeña pero sobrepasa el cincuenta por ciento e ISOLUX, con un noventa y un por ciento. Estas son las grandes sociedades industriales».
¡O sea, que en mayo de 1994 ISOLUX es para el presidente de BANESTO una gran sociedad industrial…!
El 27 de junio de 1994, comparece ante la Comisión del Congreso el presidente de La Unión y El Fénix, Sr. Alberto de la Puente, a solicitud del Grupo Socialista y del Grupo Federal de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya.
La Diputada del PSOE, Mercedes Aroz Ibáñez, le preguntó sobre la operación llamada posteriormente en el juicio «Promociones Hoteleras».
«Pasaré ahora a otro capítulo que sería el de operaciones inmobiliarias. Dentro de las abundantes operaciones inmobiliarias del Grupo BANESTO cuyo objeto ha estado poco claro, una de ellas aparece incluida en el pliego de cargos del Banco de España. Se trata de la compra de La Unión y El Fénix, del edificio de la calle Fernando el Santo, 12, de Madrid, que fue adquirido a través de la compra de la empresa propietaria del mismo, la empresa Promociones Hoteleras S. A, al parecer por 3 218 millones de pesetas. Esta operación está considerada como una de las más oscuras en su trasfondo económico por los sucesivos cambios que se habían producido en el accionariado de la sociedad, por la participación de la misma de sociedades como el Grupo VALYSER, vinculadas al Grupo BANESTO y al expresidente de BANESTO y de La Unión y El Fénix, y la sospecha de utilización de personas interpuestas, ya que uno de los accionistas era el Sr. Mariano Gómez de Liaño, abogado del Sr. Conde. Quisiéramos, por una parte, que usted pudiera arrojar algo de luz sobre esta operación oscura, y fundamentalmente sobre su repercusión para La Unión y El Fénix y sus accionistas. Las preguntas concretas serían: ¿Cuál fue el precio realmente pagado por este inmueble? ¿Cuál fue el coste total de adquisición, teniendo en cuenta que, al parecer la Corporación ya había realizado desembolsos anteriores por opción de compra y rehabilitación del edificio que podían estar en torno a los 700 u 800 millones de pesetas? La adquisición, por tanto, ¿se produjo a precios de mercado? Y también, ¿qué beneficios produjo esta operación para las sociedades vendedoras?».
Le contestó el Sr. Alberto de la Puente y entre otras cosas le dijo:
«Operaciones inmobiliarias. Creo que ha sido la Sra. Aroz la que me ha preguntado sobre Fernando el Santo. La operación sobre Fernando el Santo ha sido muy polémica en los medios de comunicación. Yo solo hablo desde el punto de vista de La Unión y El Fénix.
En el caso de Fernando el Santo me han dado informaciones sobre el mismo, se han hecho valoraciones a la fecha y, sobre todo, tenía un buen caramelo, con lo cual la operación de Fernando el Santo es de las que se pueden suscribir porque también tiene un contrato a una rentabilidad inmobiliaria buena, a un 17 %, que es una cantidad buena y, además, revalorizable. Es decir, no es una operación mala para La Unión y El Fénix, es una operación típica dentro del grupo. A mí no me preocupa excesivamente esa operación en concreto por el daño patrimonial a La Unión y El Fénix».
El 20 de septiembre de 1994, el vicepresidente segundo de la Comisión, el Sr. Ramón Espasa Oliver del Grupo IU IC, le pregunta a Santiago Zaldumbide, nuevo consejero delegado de la Corporación Industrial y Financiera BANESTO:
«Quisiera saber si usted nos puede aportar algún dato más de lo que ahora obre en su poder, en su función de consejero delegado, de operaciones que hizo la Corporación respecto de ISOLUX WAT. Respecto de ISOLUX WAT, como he preguntado a otros comparecientes, aparece una sociedad, EUMAN VALYSER, que parece que es una sociedad del propio presidente del banco, el Sr. Mario Conde. ¿Qué sabe usted de eso? ¿Nos puede ilustrar sobre estas concomitancias?».
Santiago Zaldumbide le responde:
«El caso de ISOLUX WAT, por ser un asunto que se hizo con bastante anterioridad a mi entrada en la Corporación, no lo conozco en detalle, pero con mucho gusto daremos una nota explicando un poco este tema».
Al estudiar luego y muy detenidamente el sumario del juicio yo no encontré ninguna nota explicativa de BANESTO al Congreso sobre este tema.
Ese mismo día el Sr. Espasa Oliver le pregunto a Enrique Quiralte, exconsejero de la Corporación Industrial BANESTO con el mismo guion del informe de los peritos-inspectores del Banco de España:
«¿Qué conocimiento tiene del grupo EUMAN VALYSER? Parece ser que es una sociedad pantalla de don Mario Conde… La pregunta se hace porque el grupo VALYSER, entre julio de 1990 y enero de 1993, compra por 600 millones y vende por casi 4 000 el 40 % de ISOLUX WAT…».
El 7 de octubre de 1994 comparece en el Congreso Juan Carlos Rodríguez Cantarero, secretario del nuevo consejo de BANESTO y jefe del equipo jurídico que ha presentado la demanda. Lo hace a petición del Grupo Socialista y del Grupo Federal de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya.
La Sra. Aroz Ibáñez, del Grupo Socialista, le pide que concrete los «elevados riesgos y quebrantos para BANESTO, beneficios para terceros y descapitalización del banco y la Corporación Industrial que pudo originar, entre otros grupos, EUMAN VALYSER y que lo concrete con la máxima actualización de datos».
El Sr. Rodríguez Cantarero contesta:
«VALYSER le va a comprar acciones a la Corporación. En julio de 1990, la Corporación de BANESTO vende a VALYSER el 40 % del capital de ISOLUX WAT. ISOLUX WAT es una compañía resultante de la fusión entre ISOLUX y WAT, como su propio nombre indica. Julio de 1990, 40 % del capital de ISOLUX lo vende Corporación en 600 millones de pesetas.
En enero de 1992, año y medio después, VALYSER vende un 10 %, es decir, la cuarta parte de lo que había comprado en 600 millones, y lo vende en 1 100 millones. ¿Y a quién se lo vende? Se lo vende a Portland Iberia. ¿Y de quién es Portland Iberia? De BANESTO. Ahora ya no; entonces, sí. De manera que VALYSER, vendiendo una cuarta parte de lo que compró, paga todo el precio de su compra y le sobran 500 millones, más las tres cuartas partes de lo que compró.
Al año siguiente, enero de 1993, ese 30 % de ISOLUX WAT que le quedaba a VALYSER, también lo vende, y lo vende en 3 300 millones de pesetas, y se lo vende a IBISER. En julio de 1993, la Corporación recompra ISOLUX WAT. ¿En cuánto? En 3 576 millones de pesetas. De manera que lo que en 1990 la Corporación había vendido en 600 millones, en 1993 lo recompra en 3 576 millones de pesetas, en 3 576 el 30 %, porque el otro 10 % ya lo había comprado Portland, que era de BANESTO, en 1 100 millones de pesetas. VALYSER ha ganado aquí 3 800 millones de pesetas, aparentemente, maticemos. A lo mejor es que VALYSER, en el tiempo transcurrido entre el momento en que compró y el momento en que vendió hizo fuertes aportaciones de capital a la sociedad, de tal manera que su beneficio es falso; no lo sé.
No me importa tanto lo que ha ganado VALYSER —enhorabuena—, me importa lo que le pasa a la Corporación, que es el interés que yo tengo que defender. Por tanto, ¿razones bancarias o de un ordenado empresario para todas las operaciones que he narrado y por las que he sido preguntado? No las veo. ¿Riesgos? Ya se han visto. ¿Garantías? Ya se han visto. ¿Quebrantos? Pues no lo sé, porque hay quebrantos ya producidos en curso, y hay quebrantos en curso que a lo mejor con la gestión se minoran; no me atrevo a dar una cifra. A mí me parece, y es una opinión, que las provisiones que el Banco de España determinó como de necesaria constitución son provisiones mínimas. Esto es un pronóstico y, como todo pronóstico, con el riesgo de la equivocación, y por eso tampoco me gusta mucho hacerlo. No me atrevo a dar una cifra; creo, en lo global, que todo irá en línea con las provisiones efectuadas en los balances.
Finalmente, me pregunta la Sra. Aroz por las vinculaciones personales del Sr. Conde con estos grupos. Las desconozco; las desconozco absolutamente. En lo único que encuentro una relación que me permite hacer una afirmación es que, según me informan en el departamento de créditos de BANESTO, los riesgos crediticios que VALYSER mantenía con BANESTO estaban garantizados por una confort letter de Asebur Inversiones. Esto es todo lo que puedo afirmar. Lo demás serían conjeturas, y no quiero hacer conjeturas por no incurrir en responsabilidad».
Más tarde veremos su declaración como testigo en el juicio oral y lo que respondió a mi abogado. Y veremos como la sentencia confirmó que ni la operación fue así ni hubo quebranto alguno, ni Asebur garantizó NUNCA a VALYSER en sus créditos con Banesto.
El 11 de octubre de 1994 comparece en el Congreso Arturo Romaní, exconsejero de BANESTO, a petición del Grupo Parlamentario Popular y el Sr. Fernández de Trocóniz le pregunta:
«Existen dos operaciones extrañas y difíciles de comprender. Son las operaciones realizadas con el Grupo EUMAN VALYSER en relación a la primera venta de un 40 % de ISOLUX WAT a este grupo de 600 millones de pesetas, si no creo recordar mal, para su posterior recompra de un 10 % a través de Cementos Portland, por un importe de 1 100 millones de pesetas, para acabar comprando el último 30 % en 3 500 millones de pesetas, aproximadamente, también por parte de la Corporación Financiera».
El Sr. Moreno Monrove del Grupo Socialista le pregunta:
«También nos gustaría conocer muy concretamente, Sr. Romaní, qué razones llevaron a la Corporación Banesto a realizar una opción de compra sobre el inmueble de Fernando el Santo, que no fue utilizado, según mi información, en ningún momento y, además, si se renunció posteriormente a la opción compra».
El Sr. Espasa Oliver del Grupo Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya, le pregunta a Romaní:
«Relacionando la operación con lo que a usted, en tanto que como consejero de Banesto y consejero delegado de la Corporación, le afecta por ambos lados (me estoy refiriendo a ISOLUX WAT y a su relación con EUMAN VALYSER), según datos que tenemos en nuestro poder, la Corporación vende en 1990 el 40 % de la sociedad por 600 millones de pesetas y recompra esta misma sociedad en enero de 1993 por 4 545 millones de pesetas, con lo que EUMAN VALYSER se embolsa un beneficio (en una operación que no es exactamente esa, pero que usted conoce mejor que yo) bastante considerable en toda esta operativa. La pregunta es: ¿Por qué se vende a EUMAN VALYSER? ¿Por qué se recompra? ¿Por qué se revaloriza de forma tan importante y en tanto poco tiempo esta sociedad ISOLUX WAT? También referido a esto, cuál es su conocimiento del Grupo EUMAN VALYSER, quiénes están detrás, si podría estar el presidente de BANESTO, el Sr. Conde, y si, por tanto, podría haber habido un trato de favor desde la Corporación en la primera venta de este 40 % de la sociedad ISOLUX WAT a EUMAN VALYSER para después recomprársela».
Arturo Romaní contesta:
«En primer lugar comprendo que el procedimiento es tan complicado. Se ha hecho referencia por el Sr. Fernández Trocóniz a qué es ISOLUX WAT. En la primera fase es ISOLUX y en la segunda fase es ISOLUX WAT. La operación parte del siguiente aspecto. Cuando nosotros entramos en BANESTO, ISOLUX tenía de socios a unos franceses y hay grandes tensiones, unos pleitos. Los franceses dicen que las cuentas no son las que correspondían y entonces, ISOLUX pasa a una situación muy difícil. Hay quien dice que, dado cómo estaba ISOLUX en aquel momento, sería mejor pagar 3 500 millones de pesetas. Un consejero del banco dijo en 1987 o a principios de 1988 recién llegado: “Con tal de evitarme los líos con los franceses, preferiría que el Banco pagase a los franceses 3 500 millones de pesetas para que se queden con la empresa”.
No era esa nuestra opinión, la de otras personas del Grupo. Entonces, nosotros creíamos que ISOLUX tenía futuro. En ese momento lo que se hace es que se dice: pues vamos a lanzar la empresa y ya verán, señorías, cómo la evolución de las ratios de la empresa son suficientemente significativas. Inauguramos una factoría industrial en Galicia, intentamos lanzarla en la colocación de suministros y mantenimiento, etc.; pero la empresa necesitaba dinero. Lo que se hace entonces es una ampliación de capital o una venta de acciones —no lo recuerdo— a un grupo que paga 750 millones de pesetas, que está compuesto por el Grupo EUMAN VALYSER, que pone seiscientos y pico, y por los ejecutivos de la compañía, que ponen un 9 %, el 40 % y un 9 %.
La empresa desde ese momento sufre un aumento espectacular, y la ilusión dentro de la empresa es enorme porque la contratación, actividad y facturación, que son los tres aspectos, se multiplican y pasan de ser 8 000 millones a 40 000 millones al año. Entonces hay un momento en que Portland Iberia, que es una compañía del grupo cementero, en su Consejo de Administración, y debido a las fuertes inversiones que tiene que acometer, dice que, como en esas inversiones va a tener una gran participación un instalador tipo ISOLUX, le interesa tomar una participación del 10 % en ISOLUX. Entonces tenemos valoraciones hechas por J. P. Morgan, por UBS, por Axel Group, que dicen que el valor asignable a la empresa en su nueva perspectiva es de 15 000 a 18 000 millones de pesetas, pero observen una cosa, que cuando hablan de 15 000 a 18 000 millones no hablan ya de la primitiva ISOLUX sino de ISOLUX más WAT, porque en el ínterin se había hecho una fusión en la que todo el esfuerzo de WAT se unía al de ISOLUX y constituyen entonces una empresa mucho mayor. Luego ya no son comparables. En cualquier caso lo que repito es que tanto Axel Group como UBS y J. P. Morgan establecen entre 15 000 y 18 000 millones de pesetas el valor de ISOLUX WAT. Luego ya estamos ante otra empresa.
El Grupo EUMAN VALYSER en un momento determinado vende a Metallgesellschaft y, entonces, quien tiene un 30 % de ISOLUX es Metallgesellschaft. Metallgesellschaft no es una paper company, Metallgesellschaft es una industrial muy poderosa. Cuando nosotros acometemos la definitiva desinversión en ISOLUX —porque a ISOLUX le llega el turno como a cualquier otro—, entonces decimos: vamos a ver qué opina Rothschild. Rothschild emite un informe diciendo: vamos a acelerar el proceso de venta. Tenemos, evidentemente, posibles compradores. Dice que sería altamente interesante para ustedes que tomasen el 30 % que está en manos de Metallgesellschaft por los siguientes motivos que se especifican en el informe: primero, porque Metallgesellschaft es un socio incómodo que puede significar que tengan un espionaje; puede significar que ustedes no tengan el libre manejo de su empresa. Eso estaría bien, pero quizás no fuera suficiente. Quizás es mejor aguantar a Metallgesellschaft. Pero dice otra cosa, dice que en la venta del 90 % pueden obtener la gran plusvalía que van a obtener por el 60 % que ya tienen, más la plusvalía que obtendrán sobre ese 30 %. Es decir, Rothschild se está refiriendo a que sobre ese 30 % habría también una plusvalía, partiendo siempre de la base de que los precios que se han estado manejando para ISOLUX han sido de 15 000 a 18 000 millones de pesetas. Pasamos ahora a Fernando el Santo. He pretendido explicarles la idea de la Corporación. De lo que se trataba era de que en la Corporación participase con un 19 % el banco, en la fase final, y el resto repartido entre accionistas. Una corporación así es evidente que no puede estar en una oficina del banco y necesitaba una sede, y lo único que se hizo fue que se buscó. Esta sede estaba en Fernando el Santo, al lado del edificio de la Embajada Británica, en pleno centro financiero de Madrid, y con una prestancia suficiente, y se dijo: Vamos a tomar una opción de compra o un arrendamiento. Esto se llevó a la Comisión Ejecutiva y allí incluso hubo algún consejero que dijo que por qué no se compraba ya.
Esto se resolvió comprando el edificio La Unión y El Fénix. ¿Y por qué? Porque se producían las siguientes virtudes: primero, que la Corporación no desembolsaba el precio de un edificio, se limitaba a pagar un alquiler. Segundo, que La Unión y El Fénix tenía una inversión, computable como reservas técnicas, y que además le producía una rentabilidad más que adecuada, según han reconocido los propios responsables de La Unión y El Fénix. Es decir, la Corporación no pagaba el dinero, salvo el alquiler, y La Unión y El Fénix tenía invertido el dinero en un edificio que le producía una rentabilidad y que era computable como reservas técnicas».
Romaní continúa más adelante:
«En relación con ISOLUX WAT he omitido una cosa cuando he dicho que además del treinta por ciento de las valoraciones, y es que hay un informe —no sé exactamente por qué servicios fue emitido, pero el informe consta en los archivos de la compañía— en el que se determina que, además de la actividad ordinaria de la compañía, tiene unos valores urbanísticos, entre solares, naves y edificios, que no habían sido considerados en otras oportunidades, de 3 200 millones de pesetas de plusvalía implícita. Esto quiere decir que ese simple valor de estos terrenos ya casi equivale a lo que ha pagado la Corporación por la compra del treinta por ciento de la compañía.
¿Qué conocimiento tengo de la relación que pudiera tener en EUMAN VALYSER el Sr. Conde? Yo, absolutamente ninguno. Considero que el Sr. Conde no tiene ninguna relación con EUMAN VALYSER, al menos ninguna relación en sentido peyorativo o negativo o que pudiera ser mal interpretado».
El 19 de octubre vuelve a comparecer Mario Conde a petición de los grupos socialistas, Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya, Popular y Convergència i Unió e informa sobre la intervención del banco y dice:
«Con ello llegamos a la situación del banco, que es lo que realmente importa, el 28 de diciembre de 1993. Yo creo que, independientemente de que profundicemos en todos los aspectos, hay una cuestión que debe de quedar clara, y es: ¿la decisión del Banco de España tomada el 28 de diciembre de 1993 de intervenir BANESTO es una decisión que se ajusta a la realidad de nuestra situación patrimonial? ¿Dónde están las diferencias que existían y por qué se producen?
Yo les tengo que decir que la comparecencia del gobernador —y la he leído bastantes veces— el 30 de diciembre de 1993, ante la Comisión de Economía del Congreso, me parece clarísimamente insuficiente como para justificar la decisión de intervenir un banco como BANESTO, con todo lo que representaba en el sistema financiero nacional. Por tanto, creo que es necesario que yo informe a SS. SS. de los pasos previos.
¿Es verdad o no es verdad que en algún momento, entre octubre y diciembre, hubiéramos sido requeridos por la Inspección para practicar determinados saneamientos? No es verdad. No existe ningún documento oficial que dé esa constancia por escrito.
¿Es cierto o no es cierto que estuvimos discutiendo con la Inspección? Es absolutamente cierto que estuvimos hablando con la Inspección en el contexto de un plan de saneamiento. Es absolutamente cierto.
¿Es cierto que presentamos dos planes, como se ha dicho? No es cierto que presentáramos dos planes, como alguien ha dicho. Presentamos exclusivamente un solo plan, que estaba previamente consensuado en los niveles de la Inspección. Y digo previamente consensuado porque era así. La diferencia entre uno y otro plan es simplemente una cosa tan concreta como la siguiente: a sugerencia de la Inspección del Banco de España hecha a un funcionario de BANESTO, se nos informó acerca de la posibilidad de revalorizar el inmovilizado del banco, puesto que otros bancos lo habían revalorizado en los procesos de fusión y nosotros no. Y con cargo a esa revalorización, practicar en su caso dotaciones complementarias, como es el tema del fondo de pensiones. Esa es una sugerencia que nos vino de la Inspección. Pedimos dictámenes legales acerca de si eso era posible y se nos contestó que sí. Yo tengo que decirles a SS.SS. que, no sé si el día 15 o 16 de diciembre de 1993, hay una reunión entre el gobernador del Banco de España y yo, en la que yo recibo la sensación —y lo digo como es, porque no quiero utilizar una palabra más allá— de que el plan presentado está aprobado, y se me dice que va a ser elevado a la instancia política. Eso es lo que se me dice, y se me dice, además, que hasta ese momento las conversaciones las habíamos llevado específicamente entre el gobernador y yo, por un lado, y entre el director general de la Inspección Sr. Pérez y el Sr. Lasarte con la participación constante de la consejera de BANESTO, D. Paulina Beato, cuya presencia era, primero, por ser consejera, segundo por tener una relación particularmente directa en todos estos asuntos conmigo y, tercero, por tener una relación personal, particularmente directa, tanto con el gobernador como con el director general de la Inspección. Y en ese 15 de diciembre o 16, que no recuerdo, yo les puedo garantizar a SS. SS., que yo recibo la sensación de que ese plan está aprobado, y el día 21 de diciembre de 1993 existe un cambio. Lo que no sé es por qué razón se produce ese cambio. Eso es lo que no sé, eso es lo que yo no sé. El día 22 de diciembre de 1993 se celebra una reunión a la que asisten J. P. Morgan, para ser más exactos dos representantes de J. P. Morgan, el gobernador, subgobernador, el director general de la Inspección y yo, y ahí es donde se empieza a transmitir una imagen realmente complicada: se empieza a decir que el banco ha perdido su capital y reservas y que, por tanto, es urgente y necesario una nueva ampliación de capital, y si J. P. Morgan se compromete en ese mismo momento a poner o no los fondos necesarios. J. P. Morgan dice con claridad que en este momento no asume más compromiso que el que tenía, pero que cree que realmente la situación y el plan que nosotros tenemos es el que hay que llevar adelante.
Se celebra una reunión en Nueva York, y en esa reunión en Nueva York yo les garantizo que recibo el apoyo a nuestro plan de la Comisión Ejecutiva de J. P. Morgan transmitido expresamente por su presidente. El día 27 existe una nueva reunión con el gobernador, en la que se me comienza a hablar de medidas de emergencia, pero no se me concreta cuáles son esas medidas de emergencia, ni se me dice en qué consisten ni a dónde van. Y el día 28 es la primera vez en mi vida que yo oigo hablar de la posibilidad de intervenir BANESTO.
Tengo que dejarles claro una cosa, y lo digo aquí en el Congreso: en ese día 28, en el Banco de España, se habla de la posibilidad de que yo venda mis acciones de BANESTO, y yo digo que no, porque para eso sería necesario formular una opa a todos los accionistas del banco. Se me sugiere, además, que por qué no pido por escrito la intervención, que yo la pida por escrito. Y yo digo que no hay absolutamente ninguna razón para ello. Soy consciente de que estoy hablando en el Congreso de los Diputados, soy perfectamente consciente de lo que estoy diciendo».
En el posterior juicio oral en la Audiencia Nacional, tanto Paulina Beato, entonces miembro del Fondo Monetario Internacional, como el Sr. Roberto Mendoza, vicepresidente de J. P Morgan, confirmaron que la ampliación estaba aprobada y que la intervención impidió materializarla. El guion estaba escrito… y había que echar el telón final.
Pero volvamos al Congreso.
La diputada socialista Aroz Ibáñez le pregunta a Mario Conde y se produce el siguiente diálogo:
«SEÑORA AROZ: En esta comisión se ha analizado con profundidad, como usted bien sabe, los grupos Oasis, Dorna y otras operaciones relacionadas con otros grupos, y hoy quisiera preguntarle por algunas centradas en las sociedades EUMAN VALYSER. En relación con este grupo, el informe del Banco de España señala que existían vinculaciones entre sus sociedades y el expresidente de BANESTO, Sr. Conde. Dicho grupo, en el que el administrador único de EUMAN y presidente de VALYSER, sociedad participada al 100 % por EUMAN, era D. Eugenio Martínez Jiménez, tenía además otras sociedades como Inversiones Puerto Moral, Altas Cumbres, Inversiones del Condado, Veblinsa, que fue vendida a la corporación a través de ISOLUX WAT y Promociones Hoteleras, que fue vendida a La Unión y El Fénix a través del Fénix Inmobiliario. La primera pregunta, Sr. Conde, es si posee usted, o ha poseído, participaciones en algunas de las sociedades de este grupo.
SEÑOR CONDE: No. Me parece que aquí hay una referencia a cuáles son mis vinculaciones. Esto es muy serio ¿sabe? Porque se dice que existen vinculaciones, una palabra que no sé por dónde va. Dice: se trata de un grupo de sociedades en las que existen vinculaciones entre este grupo y el expresidente de BANESTO, Sr. Conde. ¿Cuáles son las vinculaciones? Son tan rotundas como la siguiente: La persona que aparece como administrador único de EUMAN y presidente de VALYSER es D. Eugenio Martínez, apoderado de Medical Merate en España. ¿Y eso qué tiene que ver? ¿En qué consiste una vinculación? Pero luego dice: sociedades de D. Mario Conde forman hoy parte de ese grupo. Vamos a suponer que eso fuera verdad. ¿En qué consisten las vinculaciones? Pero es que todavía hay más. Las dos sociedades a las que se refiere el Banco de España, son sociedades absolutamente inactivas, que nunca han tenido ningún tipo de actividad, que no han desarrollado nunca ninguna labor de negocios y que fueron adquiridas —según me ha informado mi abogado— sencillamente como alternativa a crear una sociedad. ¡Fíjese en las vinculaciones!
SEÑORA AROZ: Usted tenía acciones en algunas de las sociedades que formaban parte del Grupo VALYSER.
SEÑOR CONDE: ¿Por ejemplo?
SEÑORA AROZ: Inversiones Puerto Moral o Altas Cumbres o Inversiones del Condado. Había sido accionista de Veblinsa, por ejemplo.
SEÑOR CONDE: Sí. Pero vamos a ver las dos sociedades que dice usted: Inversiones Puerto Moral e Inversiones del Condado. Este es el extremo que cita el Banco de España. ¿A qué se dedican estas sociedades? ¿Cuál era su actividad? ¿Cuáles son sus beneficios? A lo mejor, la respuesta le sorprende, señoría. Estas sociedades no se dedicaban a ninguna actividad de ningún tipo, eran sociedades absolutamente inactivas que nunca habían hecho absolutamente ningún tipo de negocio. Entonces ¿cómo pasan a VALYSER? En febrero de 1989, EUMAN encargó a Asesores en Derecho la creación de una nueva sociedad y D. Mariano Gómez de Liaño les ofreció la posibilidad de comprar estas sociedades que son absolutamente inactivas, cuyo capital social, en un caso, es de 25 millones de pesetas y, en el otro, no lo recuerdo, pero creo que era como 2 millones de pesetas. Por tanto, no diga que son sociedades mías. Eran sociedades inactivas que jamás habían desarrollado ningún tipo de actividad y que son compradas como alternativas para crear una sociedad.
SEÑORA AROZ: No le preguntaba por la actividad de las empresas sino por su vinculación con ellas. Sr. Conde ¿El Sr. Mariano Gómez de Liaño ha sido abogado y representante de algunas de sus empresas?
SEÑOR CONDE: Creo que sí. Sobre todo en su despacho se llevaba la gestión de empresas como esta que, por ejemplo, dice usted, empresas que jamás han tenido…
SEÑORA AROZ: ¿Cuál era su relación con la sociedad Asebur Inversiones?
SEÑOR CONDE: Me debería acoger a… ¿cómo se llama eso? El derecho de la intimidad personal. ¿No es así?
SEÑOR PRESIDENTE: Puede acogerse, Sr. Conde.
SEÑORA AROZ: Es importante esta pregunta. Desde luego el Grupo Socialista tiene la constatación de que es así porque el Registro Mercantil es público, como se sabe. Yo lo que quería preguntarle es por qué garantizó Asebur Inversiones a la sociedad VALYSER.
SEÑOR CONDE: No garantizó. Por lo que yo sé y he visto, y he contestado al Banco de España, no garantizó, señoría. Existe una especie de confort letter, que me entero que da a VALYSER, que fue solicitada por Asesores en Derecho. La pregunta es: ¿hubo que utilizarla? ¿De alguna manera se utilizó mi garantía? ¿Se pagó el crédito por VALYSER? Todas estas informaciones las he ido sabiendo con posterioridad y le digo: no. El crédito a que hace referencia fue pagado por VALYSER y nunca hubo que ejercitar ninguna garantía proveniente de esa confort letter. Lo siento, es así.
SEÑORA AROZ: Yo no le pregunto si hubo que utilizarla, solamente le pregunto si existió esa confort letter.
SEÑOR CONDE: Sí. Me he enterado de que existió. Y que no fue nunca utilizada.
SEÑORA AROZ: ¿Coincidía usted con D. Massimo Sordi como socio en la sociedad Zenith 88 y quién era General Merate España?
SEÑOR CONDE: Sí, era esa, en la que tengo una participación.
SEÑORA AROZ: ¿Recuerda quién era el apoderado de esta Sociedad General Merate España?
SEÑOR CONDE: No.
SEÑORA AROZ: Pues el apoderado era D. Eugenio Martínez Jiménez, administrador de EUMAN y presidente de VALYSER.
SEÑOR CONDE: Puede ser. Todo esto que me está contando, señoría, me parece muy bien, pero no sé qué tiene que ver con vinculaciones o algo parecido. No lo sé.
SEÑOR PRESIDENTE: Sr. Conde, las conclusiones las extraerá la Sra. Portavoz.
SEÑORA AROZ: Bien, vamos a las operaciones de BANESTO, y voy acabando, señor presidente. Quisiera saber, Sr. Conde, cuáles son las razones por las que en julio de 1990 la Corporación vendió a VALYSER el 40 % del capital de ISOLUX por 600 millones de pesetas y lo recompró en dos fases, a través de varias operaciones, entre 1992 y 1993, por 4 545 millones de pesetas.
SEÑOR CONDE: Yo se lo explico. En abril del año 1988, el Grupo francés GTI compró un 50 % de ISOLUX en 500 millones de pesetas. Este grupo francés GTI compró un 50 % de ISOLUX en 500 millones de pesetas, no se correspondía con el verdadero valor de la empresa. Por tanto, nos planteó una serie de reclamaciones que nos llevaron a anular esa venta. El grupo francés había comprado 500 millones y le tuvimos que devolver. Hay un momento determinado incluso en el que alguien llega a plantear, no solo que le devolvamos los 500 millones sino que le devolvamos íntegramente ISOLUX y que le paguemos 3 000 millones de pesetas por ISOLUX. Sin embargo, nosotros creíamos que ISOLUX, que estaba saliendo de un proceso de suspensión de pagos, podía tirar adelante. Pero no era fácil encontrar compradores, entre otras cosas porque el grupo francés había pedido irse. En este contexto, nosotros vendimos el 40 % del capital de ISOLUX a VALYSER y el 9 % a la empresa CARTINMOSA, creada por los ejecutivos de ISOLUX, a los que de esta manera, en nuestro concepto, se les involucraba en el proceso. El precio total de la operación fue de 735 millones de pesetas. A partir de ese momento, señoría, ISOLUX —y los ratios están ahí— mejora claramente en todo. Su facturación en el año 1989 era de 8 337 millones y en 1992 de 33 000 millones de pesetas. Posteriormente, Portland Iberia —y le estoy leyendo porque todos estos datos los he tenido que pedir, porque me imaginaba que alguna pregunta existiría— acuerda adquirir el 10 % del capital de ISOLUX como parte de una estrategia de invertir en empresas con actividades relacionadas con la suya propia. El consejo de la compañía cementera analizó la operación y acordó la compra. El valor de ISOLUX en aquellos momentos se fijó en 11 000 millones de pesetas, pero ya no solo era ISOLUX, sino que se trataba de la empresa resultante de la fusión de ISOLUX y WAT. Este valor venía avalado por estudios de diversas empresas realizados al respecto. En julio de 1993, la Corporación BANESTO adquirió, valorando al mismo precio, el 30 % que estaba en poder de Metallgesellschaft, y las razones para ello fueron las siguientes: la Corporación Industrial recibía constantes presiones del Banco de España para proceder a desinvertir de sus empresas industriales. Segundo: la venta de ISOLUX a un tercero era muy difícil si su capital aparecía con una participación tan significativa de un grupo como Metallgesellschaft. En junio de 1993 se elabora un informe por la banca de negocios Rothschild, que sugiere la conveniencia de comprar ese paquete del 30 % para poder proceder a la venta y de todo el control de la empresa, previendo incluso, en ese informe de Rothschild, la posibilidad de obtener beneficios adicionales. Eso es lo que le puedo contestar.
SEÑORA AROZ: Sr. Conde, yo creo que siempre hay que buscar los resultados para valorar las operaciones. En esta operación por la cual ustedes venden el 40 % por 600 millones a VALYSER y lo recompra por 4 545 millones, VALYSER obtuvo un beneficio de 3 800 millones de pesetas. La Corporación revalorizó artificialmente su participación en ISOLUX WAT en 3 945 millones, pero esta revalorización la hizo con un desembolso real de ese importe, y de los ajustes realizados por el Banco de España a 30 de septiembre de 1993 en ISOLUX WAT resulta una minusvalía de 4 163 millones en la participación del 91 % que la Corporación tiene en la citada sociedad. La mayor parte de esta minusvalía se explica, según el Banco de España, por las operaciones especiales que con ella se realizaron.
SEÑOR CONDE: Pues, señoría, creo que no es así. Mire, BANESTO iba a obtener una pérdida de 3 800 millones de pesetas con ISOLUX en el año 1989. Las valorizaciones que nosotros tenemos se mueven en el entorno de los 11 000, 12 000 y 13 000 millones de pesetas. Por tanto, no se puede decir que se produce una revaloración artificial, salvo que lleguemos a la conclusión de que las valorizaciones efectuadas por terceros son artificiales. Y yo le digo: no es así.
SEÑORA AROZ: Sí, se hizo una fusión, evidentemente, que podía justificar esta revalorización. Yo dejaría para el presidente de BANESTO que nos explicase concretamente cuáles han sido las repercusiones para BANESTO de esa operación, pero yo creo que hay una cuestión que aparece con meridiana claridad y es que esa operación produjo un beneficio de 3 800 millones a la sociedad VALYSER.
Yo quisiera hacer una segunda pregunta en relación con este grupo. ¿Qué razones llevaron a la Corporación a adquirir una opción de compra sobre un inmueble en Fernando el Santo, números 12 y 14, de Madrid y llevar a cabo unos gastos de remodelación del mismo, pagar unos gastos de arrendamiento sin haberlo utilizado nunca?
SEÑOR CONDE: Se lo voy a contar pero para rematar. No sé exactamente los beneficios que se producen para el grupo VALYSER, pero no es esa mi preocupación, señoría. Lo que me preocupa es si esa operación era buena o mala para la Corporación Industrial, y le digo: era buena para la Corporación Industrial.
SEÑORA AROZ: Ya le he dicho, Sr. Conde, que esto se lo preguntaremos al presidente de BANESTO.
SEÑOR CONDE: Muy bien, pero yo tengo que contestarle, ¿no?
En cuanto a la operación de Fernando El Santo, el proyecto de creación de la Corporación Industrial se hizo sobre los pilares básicos: primero, implementar una estrategia del grupo industrial, independientemente de la puramente bancaria y, segundo, un proceso, que se lo he explicado, desinversor de acciones de la Corporación Industrial, entre otras razones por motivos de consumo de recursos propios. Para conseguir este último dato se preparó la operación de salida que ya se la he contado y no se la vuelvo a relatar. En esta idea, y según nuestro modelo, la Corporación Industrial era una empresa cabecera de un grupo industrial que estaría participada por numerosos accionistas que eran independientes de BANESTO. Por tanto, es lógico que una empresa de este tipo tenga su propia sede, independientemente de las oficinas de BANESTO en cuanto tal. Por ello se toma la decisión de buscar una sede adecuada para la Corporación Industrial. Se inicia la búsqueda por los servicios competentes y se llega a la conclusión de que el edificio está en la Calle Fernando El Santo, números 12 y 14, reúne las condiciones adecuadas. Se somete a decisión de la comisión ejecutiva de la Corporación Industrial celebrada el 18 de septiembre de 1990 en donde lo que se dice es que por qué en vez de comprar no lo arrendamos y, al final, lo compra El Fénix. Creo —no sé si es verdad o no, porque no he podido leerlo— que el presidente de El Fénix, nombrado con posterioridad a nuestra salida del Consejo de Administración, declaró que era una operación muy positiva para La Unión y El Fénix. No lo sé, solo tengo la sensación. Lo que le digo es que esa operación fue sometida a deliberación del Consejo de Administración de La Unión y El Fénix y que fue considerada altamente positiva.
La Corporación, por tanto, trata de arrendar un inmueble. ¿Es que arrendar un inmueble para su sede es algo extraño? Como consecuencia de la calidad del inmueble, se llega a la conclusión de que era preferible obtener una opción de compra. Al principio, nosotros no la queríamos. En la propia Comisión Ejecutiva de la Corporación Industrial se sugiere que exista una opción de compra. ¿Es que es algo raro que haya un arrendamiento con opción de compra? Pagamos 130 millones de pesetas por una opción. Se paga habitualmente dinero por una opción. La Corporación se hizo cargo de la rehabilitación del edificio. ¡Pues claro, señoría! Si nosotros nos íbamos a meter ahí teníamos que hacernos cargo de la rehabilitación del edificio. Por tanto, es un edificio que es comprado por La Unión y El Fénix, que se considera una buena operación para La Unión y El Fénix, que la Corporación necesitaba tener su sede, que lo arrienda en unas condiciones normales y que se hace cargo de la rehabilitación de un edificio, como se hace cargo cualquier arrendatario del mundo. Eso es lo que le puedo contestar.
SEÑORA AROZ: Yo le preguntaba por la Corporación, no por La Unión y El Fénix. Evidentemente esta sociedad fue vendida a La Unión y El Fénix. Yo le preguntaba por los gastos hechos desde la Corporación, unos gastos que no tuvieron contrapartida, Sr. Conde, porque ustedes pagaron unos gastos de arrendamiento. ¿Estuvieron en una situación de arrendamiento?
SEÑOR CONDE: Estuvimos para estar ahí y tuvimos que hacer la rehabilitación. Pero cuando el proceso se nos trunca y la Corporación entra en fase de liquidación, señoría, no nos vamos a trasladar a un edificio de esa categoría. Me parecía una medida de prudente administración.
SEÑORA AROZ: ¿Cuál era la composición accionarial de Promociones Hoteleras, sociedad que vendió ese inmueble a La Unión y El Fénix?
SEÑOR CONDE: No lo sé, señoría.
SEÑORA AROZ: No lo sabe. Le voy a refrescar la memoria. A partir de julio de 1990 eran VALYSER, en un 44,55 % el Sr. Gómez de Liaño, en un 4,45 % y una sociedad suiza que se había constituido un mes antes, ASNI Investment, con un 47 %. Las acciones de estos dos últimos se habían adquirido con afianzamientos de VALYSER y las cantidades a aplazar de los tres accionistas estaban avaladas por BANDESCO, filial de BANESTO. ¿Usted no recuerda nada?
SEÑOR CONDE: De la estructura accionarial, nada; absolutamente nada».
Las operaciones mencionadas en el Congreso de las sociedades General Medical Merate, Veblinsa, Inversiones Puerto Moral, Nutridist y Altas Cumbres, no fueron objeto del juicio BANESTO.
Los Sres. Fernández de Trocóniz y Sánchez i Llibre volvieron a insistir en los quebrantos producidos por el Grupo EUMAN VALYSER, tal como lo denomina el informe de los peritos-inspectores del Banco de España.
El 21 de octubre de 1994 comparece de nuevo el presidente de BANESTO, Alfredo Sáenz a solicitud del Grupo Socialista y a preguntas de la Sra. Aroz Ibáñez, responde Alfredo Sáenz:
«En el tema VALYSER, efectivamente se produjo un quebranto en la Corporación o en Grupo BANESTO, me da lo mismo. En julio de 1990, la Corporación vende a VALYSER el 40 % de ISOLUX por 600 millones. En enero de 1992, VALYSER vende un 10 % a Portland Ibérica, que era BANESTO, por 1 100 y, en enero de 1993, un año más tarde, vende el 30 % restante a una sociedad que se llama IBISER, que a su vez lo vende a la Corporación por 3 300. Es decir, desde julio de 1990 hasta julio de 1993, la Corporación vende por 600 millones y lo recompra, por diferentes vías, por 3 576 más 1 100 que había pagado vía Portland, es decir, 4 676. El quebranto es ese: 4 676 menos 600 millones de compra. ¿Por qué se vendió? Es la segunda pregunta. Pues no lo sé.
El tema de Promociones Hoteleras no lo tengo aquí, o sea que casi prefiero enviar una nota perfectamente identificada, porque, aunque me lo sé, no lo conozco con una gran precisión, y es un tema relativamente complicado. Lo que sí sé es que en el edificio famoso llegamos al acuerdo de que se lo quedase La Unión y El Fénix, porque en esa separación, en ese divorcio con La Unión y El Fénix hubo bienes que parte se quedaron ellos y parte nos quedamos nosotros».
Que yo sepa, hasta hoy día, Alfredo Sáenz nunca envió una nota sobre Promociones Hoteleras como ofreció en su comparecencia.
Y también el Sr. Sánchez i LLibre vuelve a insistirle acerca del importante quebranto producido por el Grupo EUMAN VALYSER siguiendo la estrategia de tratar de conseguir una verdad a fuerza de insistir y repetir mil veces una mentira.
Pero ya veremos como la sentencia determina que no hubo quebranto alguno en ninguna de estas dos operaciones
El 13 de diciembre de 1994 se produce el dictamen de la comisión, ya terminadas las comparecencias que es aprobado por unanimidad con textos como:
«De esta política se derivaron elevados riesgos y quebrantos para BANESTO, beneficios injustificados para terceros y la descapitalización del banco y la Corporación Industrial. Los grupos con los que se realizaron este tipo de operaciones fueron, entre otros, Oasis, Dorna, Hachuel, EUMAN VALYSER. (Pliego de cargos del Banco de España contra los administradores de BANESTO).
Del análisis realizado por la Comisión respecto al Grupo EUMAN VALYSER y de las manifestaciones efectuadas por el expresidente de BANESTO en su comparecencia parlamentaria del 19 de octubre de 1994, se confirma lo siguiente:
• La existencia de una vinculación personal del expresidente de BANESTO a través de participaciones accionariales, con sociedades del Grupo EUMAN VALYSER, en concreto con Inversiones Puerto Moral, Inversiones del Condado y Veblinsa.
• La existencia de una confort letter de la sociedad Asebur Inversiones, en la que esta respondía de la solvencia de VALYSER.
Con el Grupo EUMAN VALYSER, BANESTO realizó las siguientes operaciones:
• ISOLUX WAT, que produjo uno beneficios a VALYSER de 3 800 millones de pesetas, en detrimento de los accionistas de la Corporación, que finalmente recuperaron la participación vendida, tras haber sido revalorizada artificialmente por 3 942 millones de pesetas.
• Promociones Hoteleras, a la que realizaron pagos a fondo perdido por 765 millones de pesetas, por diversos conceptos, por la Corporación y que fue adquirida por La Unión y El Fénix por 3 218 millones de pesetas.
La estructura accionarial de la sociedad era la siguiente: VALYSER 48.55 %, Asni Investment 47.8 %, D. Mariano Gómez de Liaño, abogado del expresidente de BANESTO, el 4,45 %.».
Insistiendo a lo largo de su lectura el día 15 el Sr. Sánchez i LLibre en el quebranto producido por EUMAN VALYSER.
Es decir, de nada sirvieron las declaraciones de Mario Conde, de Arturo Romaní, del directivo de La Unión y El Fénix, etc. El guion escrito en el informe de los peritos-inspectores del Banco de España fue seguido cual burda pantomima por los diputados de los diferentes partidos. Si las empresas y los partidos los hacen las personas, ¿cómo es posible que no hubiera nadie que honestamente se preguntara si merecía la pena comprobar si dicho informe se tenía de pie?
Ocho días después de que en el Congreso se aprobara el dictamen de la Comisión BANESTO, el juez de la Audiencia Nacional, Manuel García-Castellón dicta auto de prisión y Mario Conde es encarcelado el día de Navidad de 1994 en la cárcel de Alcalá-Meco.
La hora del Congreso ha terminado y empieza la de la justicia. Veremos, años más tarde, lo que dice la sentencia sobre lo afirmado por los peritos-inspectores del Banco de España, por los diputados de la Comisión del Congreso, por los comparecientes a la misma y por el juez en el auto de prisión de Mario Conde.