Capítulo I
¿QUÉ SON LOS TRASTORNOS DEL COMPORTAMIENTO ALIMENTARIO?
Los TCA (trastornos del comportamiento alimentario) son trastornos mentales caracterizados
por un comportamiento patológico frente a la ingesta alimentaria y una obsesión por
el control de peso.
Los TCA constituyen un problema emergente en las sociedades occidentales. Han alcanzado
una especial relevancia en las tres últimas décadas, tanto por su creciente incidencia
como por la gravedad de la patología asociada y la resistencia al tratamiento; hoy
constituyen la tercera enfermedad crónica entre la población femenina adolescente
y juvenil en las sociedades desarrolladas y occidentalizadas.
Algunos investigadores la han calificado como epidemia, debido al aumento de su incidencia
y prevalencia. Según el Diccionario de la Lengua Española (Espasa-Calpe, 1992), epidemia
es una enfermedad que se propaga algún tiempo por un país, acometiendo simultáneamente
a un grupo de personas. Una epidemia cuenta con unas vías de difusión, un medio que
las propaga y favorece, unos agentes que transmiten la enfermedad y una población
susceptible de padecerla.
Este tipo de trastornos se caracterizan por una serie de síntomas que derivan de un
elevado nivel de insatisfacción corporal juntamente con la existencia de ideas distorsionadas
referentes al comer, al peso y a la imagen corporal. Son enfermedades multifactoriales:
factores genéticos, familiares y sociales y culturales.
Entre los factores personales destacan la baja autoestima, el alto nivel de autoexigencia
y de perfeccionismo, miedo a madurar, a crecer. La anorexia, por ejemplo, tiene mayor
incidencia y provoca serias alteraciones emocionales y restricciones alimentarias
muy severas para perder peso.
Entre los factores familiares también debemos mencionar los posibles conflictos, la
incomunicación, la autoexigencia sobre el cuerpo y el sobrepeso de la madre.
Entre los factores sociales y culturales debemos destacar los modelos sociales que
favorecen el culto a un cuerpo delgado, la influencia de la publicidad y de la moda.
Otros factores influyen en la precipitación de esta enfermedad, como por ejemplo la
práctica de dietas para adelgazar, problemas personales relacionados con el estrés
y también otras patologías psiquiátricas asociadas.
Por sexo, 9 de cada 10 enfermos son chicas, solamente un 10 % son chicos. Los estudios
de seguimiento de la evolución de la enfermedad una vez han transcurrido entre 5 y
12 años desde su inicio indican: alrededor del 50 % de los pacientes están completamente
recuperados y normalizados; alrededor de un 25 % mantienen síntomas como alteraciones
menstruales, oscilaciones excesivas de peso, etc.; alrededor de un 20 % siguen con
el trastorno; alrededor del 5 % mueren; alrededor del 20 % de los enfermos suelen
evolucionar hacia la bulimia nerviosa.
Estos datos se refieren a pacientes de todas las edades. Cuando estos pacientes son
adolescentes, la evolución satisfactoria de la enfermedad aumenta alrededor del 80
%. Esto supone la necesidad de tratar la anorexia y la bulimia cuanto antes y con
la máxima intensidad.
Por una parte, es preciso conocer con la mayor exactitud posible la frecuencia de
los trastornos alimentarios en nuestro país. La epidemiología en la población general
es imprescindible para la planificación y provisión de recursos sanitarios. La importancia
de la precisión en los estudios epidemiológicos es necesaria para establecer programas
preventivos eficaces.
Por otra parte, es importante sensibilizar a la comunidad educativa del riesgo de
los TCA. También es necesario realizar una detección precoz y dar herramientas pedagógicas
útiles a los educadores para que realicen una prevención eficaz.