5. LA SONRISA TRAVIESA

El mayor afrodisíaco que existe es potenciar la vanidad de la persona que queremos seducir. Si se siente deseada, guapa, cuidada y mimada a tu lado, siempre querrá estar cerca de ti.

El segundo afrodisíaco más eficaz es la risa. Atendiendo a la premisa anterior, no sólo es hacer reír, sino más bien que la otra persona note que te hace reír. Es decir, que su presencia y su conversación sean lo suficientemente divertidas como para que no puedas dejar de sonreír e, incluso, de reírte.

Pues bien, la sonrisa traviesa es una píldora fácil de comprender, poderosa en su resultado, pero algo complicada en su ejecución, ya que debe trabajarse mucho para parecer natural o quedará forzada y sin efecto.

La píldora consiste en lo siguiente: imagina que tienes una enorme sonrisa en tu boca que quiere salir, pero que tus labios están pegados con pegamento e intentas mantenerte serio. Sin embargo, cuando sabes que esa persona te está mirando, la sonrisa intenta salir tirando de las comisuras de tus labios hacia las mejillas y tú luchas por volver al gesto serio. En esa lucha, la otra persona pensará que tiene poder sobre ti y se planteará si es capaz de ganar esa batalla y provocarte la esperada sonrisa, mientras fija en ti su mirada.

Finalmente, y tras varios intentos, mientras confirmas que la otra persona te está mirando, baja la mirada como si te avergonzaras de lo que va a suceder y despliega tu enorme sonrisa. Mantén un par de segundos la radiante sonrisa y luego vuelve a mirar a esa persona a los ojos.

IMPORTANTE: No utilices esta píldora cuando seas el centro de una conversación seria o parecerá que no tienes el interés o la concentración necesarios.