Escuche lo que el mercado está diciendo sobre los demás,
no lo que los demás dicen sobre el mercado
RICHARD WYCKOFF
Allá por el 2009 colaboraba con Peio Zárate y Paco Gómez en la escuela de trading FHInversiones cuando, no recuerdo muy bien cómo, me topé con una web llamada https://wyckoffstockmarketinstitute.com. Allí encontré una sección llamada El Rincón de Craig (Craig’s Corner) en la que aparecían más de treinta artículos escritos por Craig F. Schroeder, quien había fallecido ese mismo año. En ellos se explicaban, de manera excepcional, las bases conceptuales del método de inversión de un tal Richard Wyckoff. Poco antes había tenido la suerte de leer y traducir otro libro de culto para aquellos a quienes nos gusta la especulación basada en la lectura de gráficos: Master the Markets. El autor es Tom Williams, CEO de www.tradeguider.com, un proyecto de formación de trading que enseña lo que ellos llaman Volume Spread Analysis (VSA), una técnica de comprensión del mercado basada también en las ideas originarias de Wyckoff.
Todo aquello, que me había pasado desapercibido durante mis tres o cuatro años de formación como trader, causó un gran impacto en mi forma de operar. El motivo no fue el carácter novedoso de lo que leí, sino que todo lo que Wyckoff dejó escrito hace más de cien años sobre el funcionamiento de los mercados financieros era exactamente lo mismo que Paco Gómez nos enseñaba todas las tardes mientras operábamos en el futuro del miniSP del mercado de Chicago.
No olvidemos que aquellos meses de 2009 fueron especialmente complicados para la operativa. Habíamos dejado atrás, aún sin saberlo, una de las mayores crisis bursátiles que se recuerdan desde el famoso crash del 29. Sesiones de más de 100 puntos de rango y más de dos millones de contratos negociados que en un producto como el futuro del miniSP, donde cada punto por contrato representa 50 dólares, es realmente mucho dinero. Pues en esas estábamos. Era mi primera crisis, y aún miro con orgullo las cicatrices que el mercado me dejó. Pero en aquellos meses tan difíciles para los pequeños operadores, había una persona que, cual galo en su aldea resistiendo siempre al invasor, no sólo no recibía el golpe de la volatilidad, sino que no había tarde en la que su cuenta de trading no se incrementase en, al menos, tres cifras. Ese hombre era (y es) el señor Paco Gómez, uno de los mejores operadores “de salón”1 que conozco y cuyo “secreto” para batir al mercado era (y es) algo tan sencillo y tan potente como entender mejor que nadie a leer un gráfico usando sólo las variables del precio y el volumen; es decir, lo mismo que hacía Wyckoff hace cien años.
Para mí, esa conexión entre Wyckoff y Paco fue como colocar la última pieza de un puzle que se te resiste. Descubrir que nada había cambiado en los mercados durante todo este tiempo y que “nada iba a cambiar en, al menos, otros cien años más”, como dice Tom Williams, fue clave para recuperar la confianza y consolidar mi operativa. Parece mentira, pero la mayoría de las técnicas de inversión que utilizamos hoy en día provienen, en menor o mayor medida, de los “descubrimientos” de los operadores de finales del siglo XIX y principios del XX.
El caso es que me empecé a interesar por los libros clásicos de bolsa, y en particular por los de Wyckoff, y poco a poco fui elaborando mis propios apuntes sobre su metodología. Son, en esencia, los apuntes que comparto con usted en esta humilde publicación. Me apetecía hacerlo porque apenas se ha publicado nada sobre Wyckoff en español, casi todo está en inglés, y ya iba siendo hora de que alguien se animase a hacerlo.
Quiero prevenirle de que no pretendo hacer una biografía de Wyckoff, aunque le dedico un pequeño apartado a su persona, ni tampoco trazar una extensa y densa radiografía de su legado: para eso sería mucho mejor traducir sus escritos. Mi intención consiste tan sólo elaborar un primer acercamiento a sus ideas operativas con la ilusión de alcanzar un doble propósito: en primer lugar, ayudarle a mejorar en su operativa, y en segundo, transmitirle la curiosidad por leer los originales de Wyckoff.
Si consigo lo primero, seguro que no tendrá dificultad en dar conmigo e invitarme a una buena cerveza en señal de agradecimiento. Si se anima a lo segundo, le sugiero que empiece por Wall Street Ventures and Adventures Through FortyYears, escrito por Wyckoff en 1930. Este es, en mi opinión, el mejor de sus libros, y no por ser de tipo técnico, sino porque en él cuenta sus vivencias en el mundo de la bolsa durante cuarenta años y es realmente motivador. Me recuerda mucho a otro clásico de la especulación como Recuerdos de un operador de acciones, de Edwin Ledvre, el libro que narra las aventuras de Jesse Livermore, a quien se considera el mejor especulador de todos los tiempos2 y a quien, por cierto, el propio Wyckoff tuvo la suerte de entrevistar para su revista3. Luego puede continuar con The Richard D. Wyckoff Method of Trading and Investing in Stock, escrito en 1934. Es un libro-curso donde encontrará las principales claves de su método. No olvide que está leyendo algo de hace muchos años, y que tendrá que hacer un pequeño esfuerzo de adaptación para sacarle todo su jugo. Si llegados a este punto le gusta lo que lee, enhorabuena, ya forma parte de la secta y puede continuar con Studies in the Tape Reading, su primer libro, escrito en 1908 bajo el seudónimo de Rollo Tape. Es del mismo estilo, más o menos, que Ventures and Adventures, pero sobre sus primeros años. Verá como el Wyckoff inversor de aquella época dista bastante del de los últimos años. También tiene mucho material en Stock Market Techniques - Number One y Stock Market Techniques - Number Two, dos publicaciones de 1933 y 1934 que recogen gran parte de los artículos escritos a lo largo de su vida.
Más allá de lo escrito por Wyckoff, también puede bucear en lo que otros autores e inversores han escrito sobre él, como los citados Craig Schroeder o Tom Williams, o también otros como Robert G. Evans4, Hank Pruden5, Gavin Holmes6, David Weis7 o Gary Dayton8, con publicaciones realmente interesantes y didácticas sobre su metodología. Incluso dentro del ámbito académico puede realizar un módulo oficial universitario sobre Wyckoff en la Golden Gate University de San Francisco, con profesores de la talla como Roman Bogomazov o Bruce Frase, éste último autor de un blog muy visitado sobre Wyckoff en la web de Stock-Charts.com (http://stockcharts.com/articles/wyckoff/), o aquí en España en la Universidad de Alicante donde yo mismo imparto un módulo sobre Wyckoff dentro del Curso de Experto Universitario en Bolsa y Mercados dirigido por el Dr. Pablo J. Vázquez. Como ve, tiene material de sobra para no aburrirse y, si se lo propone, no tiene excusa para no aprender.
En cualquier caso espero que este libro le guste y le aporte valor. Creo que contiene todas las claves necesarias para aprender su metodología y mi intención ha sido explicarlas una forma sencilla y sin rodeos, directo y al grano, apoyándome para ello en abundantes gráficos y citas de todo lo que afirmo, para que pueda acudir al origen y seguir investigando por su cuenta si así lo desea.
He querido evitar hacer un libro del tipo “Hágase rico en la bolsa” y cosas similares. No me gustan. Trasladan la idea de que el trading es coser y cantar, y no lo es. Me gustaría que sus palabras al terminar de leerlo fuesen del tipo “Me ha aportado grandes ideas para confeccionar mi sistema” o “Me ha dado buenos fundamentos para entender el mercado”. Con esto me conformo. Y, sinceramente, espero lograrlo. No hace mucho leí una frase de Ortega y Gasset que decía: “Cada vez que enseñes, enseña también a dudar de aquello que enseñas”. Y ese debería ser el espíritu con el que se adentrase en el libro. Es más, ese debería ser el espíritu cada vez que se adentra en cualquier disciplina, sobre todo en la especulación financiera, donde hay mucho ruido y se necesita ser muy crítico para quedarse con lo verdaderamente útil.
Con este libro no quiero convencerle de nada. Solo quiero aportarle ideas y buenos fundamentos sobre cómo funcionan los mercados financieros, fundamentos desde la óptica de lo que nos legaron los grandes inversores de los Estados Unidos de finales del siglo XIX y principios del XX, centrados evidentemente en la figura de Richard Wyckoff que, además de inversor y agente financiero, fue un gran divulgador y gracias a sus escritos hemos podido rescatar la esencia de la auténtica especulación financiera, disciplina que, en mi modesta opinión, se ha desvirtuado demasiado en los últimos años con la proliferación de excesivos indicadores, osciladores y “sistemas” que han adulterado la forma en la que se debe leer un gráfico.
Estoy convencido de que una vez termine de leerlo verá un gráfico como nunca antes se lo había planteado. Aun así, depende de usted poner todo lo aprendido en su propio contexto, probarlo y decidir si realmente le aportan valor, que espero que sí.
¿Y qué es el método Wyckoff?
El método Wyckoff es una forma de leer y operar en el mercado9, no un sistema de inversión con reglas concretas de entrada y salida, aunque en el bloque 2 daremos algunas claves en ese sentido. Un sistema de inversión se compone, básicamente, de dos elementos clave (es importante que lo entienda): el conocimiento del mercado a través de una filosofía especulativa determinada (en nuestro caso las ideas de Wyckoff) y el ajuste personal que tenemos que definir (siempre dentro del marco analítico que hemos definido), que nos diga cuándo entrar y salir de una operación, cuántas veces lo tenemos que hacer, cuánto dinero tenemos que arriesgar y en qué productos tenemos que operar, entre otros factores. Wyckoff se centra en lo primero, que no es poco. Lo segundo le corresponde definir a usted como trader en función de sus preferencias, gustos y características personales. La suma de ambos elementos es lo que llamamos sistema de inversión.
El método Wykcoff tampoco trata de adivinar lo qué hará el mercado. Como se suele decir: “Nadie sabe lo que pasará en la siguiente vela”. John J. Murphy decía que “el análisis técnico es el estudio de los movimientos del mercado con el propósito de pronosticar las futuras tendencias de los precios” (1999, p. 27), pero no estoy de acuerdo con esa definición. Nosotros no pronosticamos nada. Prefiero hablar de “esbozar un escenario de probabilidad”, ya que siempre que actuamos y tomamos decisiones lo hacemos con información pasada, en función de lo que tenemos “a nuestra izquierda”10 en el gráfico, y nunca en lo que pensamos que podría pasar. Esa es la diferencia entre tomar decisiones pensando en los resultados (invertimos porque esperamos que pase algo) y tomar decisiones por principios (invertimos porque ha sucedido algo y siempre que esto sucede tengo que operar, porque existen muchas posibilidades de que suceda algo concreto que me interesa).
Reconozco que la diferencia entre “pronosticar” y “esbozar un escenario de probabilidad” es demasiado estrecha, y tal vez sea hilar demasiado fino, pero merece la pena matizarlo para reflexionar al respecto. Si pretende que las ideas de Wyckoff le adelanten lo que pasará en el mercado, va mal encaminado. Ni Wyckoff ni nadie sabe qué va a pasar en la siguiente vela. Esa es la diferencia entre asumir que invertimos en un escenario de absoluta incertidumbre (lo que le proporcionará alguna probabilidad de tener éxito) y pretender que podemos atar todos los cabos para no fallar (lo que le convertirá en un absoluto perdedor).
Josep Codina es operador bursátil, director de Alpha Quantitative Investment Developments y profesor del Institut D’Estudis Financers. Dotado de una amplia experiencia en los mercados financieros, clasifica las estrategias de trading en dos tipologías: las predictivas, que son aquellas que tratan de anticipar al movimiento de los precios; y las reactivas, que son aquellas que “reaccionan” ante un determinado contexto. El método Wyckoff pertenece al segundo grupo, las reactivas, ya que su propósito no es anticipar nada sino, lisa y llanamente, esperar a que suceda algo y luego posicionarse. El que luego la operación sea buena o mala sólo es una cuestión de probabilidad que está fuera de nuestro control.
Tampoco me gustaría que perdiese de vista que “Wyckoff” es únicamente una de las tres patas del “éxito en el trading” (aunque también estaría bien que alguien me definiese qué es eso de tener “éxito en el trading”). Las otras dos son el famoso psicotrading y la gestión monetaria. El psicotrading es lo que mi abuela llamaría operar con cabeza y sentido común; y la gestión monetaria es actuar con una serie de criterios monetarios que le permitan hacer su trading sostenible, minimizando pérdidas y optimizando ganancias para no descapitalizarse a las primeras de cambio. Las tres son requisitos indispensables para operar bien. Si una de las tres flojea, lo tendrá muy complicado para dedicarse al trading. En cualquier caso, tampoco subestime la importancia del conocimiento de mercado, que, aunque no sea ni lo único ni lo más importante de todo, es una variable fundamental en esta ecuación.
Por último, también me gustaría que entendiese que las ideas de Wyckoff no pretenden denostar el análisis técnico tradicional ni cualquier otra técnica de inversión. En todo caso, las complementa. El mismo Wyckoff utilizó herramientas propias del análisis fundamental en sus primeros años. Le gustaba estudiar los números de las compañías e invertir sólo en las que entendía que tenían un buen negocio, aunque con el paso del tiempo llegase a la conclusión de que la mera lectura del gráfico era más que suficiente para detectar la acción del “dinero profesional” y ser capaz de juzgar con precisión el grado de oferta y demanda presente en cada momento.
Y esta es precisamente la parte de Wyckoff que más nos gusta y en la que nos centraremos en el libro: el análisis del mercado a través del uso de los gráficos. Para ello utilizaremos nada más y nada menos que el precio y el volumen, al igual que Wyckoff (y que Paco Gómez), prescindiendo de cualquier otra herramienta o filosofía analítica. No tendremos en cuenta el resto de propuestas, entre otras cosas porque el mismo Wyckoff llegó a la conclusión de que eran prescindibles y que bastaba con el uso correcto de los gráficos para tomar decisiones con fundamento y ganar dinero en los mercados. Pero insisto, nada impide que de lo que aquí aprenda no se pueda complementar con otras propuestas de inversión. Por ejemplo, puede haber operadores que se sientan cómodos filtrando posibles inversiones con parámetros propios del análisis fundamental y luego buscar las mejores candidatas basándose en las ideas de Wyckoff. Otros preferirán buscar la dirección del mercado basándose en datos macroeconómicos y luego posicionarse sólo en aquellos activos que presenten fortaleza desde el punto de vista “wyckoffniano”. Incluso los habrá que lo combinen con el uso de algún tipo de indicador o de sistema automático, para así tratar de reducir la exposición emocional en la operativa. Las combinaciones, como se puede imaginar, son infinitas. En todo caso, me gustaría que tuviese claro que las ideas de Wyckoff, aparte de ser suficientes para ganar dinero haciendo trading, no les restan valor a otras propuestas de inversión, que pueden ser tan válidas y compatibles como enriquecedoras. Pero este trabajo de investigación ya se lo dejo a usted, si me lo permite.
Asentadas las bases de lo que es y lo que no es el método Wyckoff, no queda otra cosa que hablarle de la estructura del libro:
He dividido el documento en tres grandes bloques. En el primero hablaremos de los fundamentos del método Wyckof, Empezaremos por ver quién era Richard Wyckoff. Me interesa que sepa que Wyckoff era un inversor y divulgador muy respetado de su época, y que tuvo la suerte de trabajar en importantes casas de brokerage, lo que le permitió tener una posición privilegiada a la hora de aprender, no sólo cómo y por qué se mueven los mercados financieros, sino también cuáles son los sesgos emocionales que diferencian a los buenos operadores de los malos operadores. También hablaremos de cómo era el Wyckoff inversor y cómo fue evolucionando su forma de analizar los mercados a lo largo de los años.
También hablaremos de las bases conceptuales de su método, de sus objetivos y del papel de los pools profesionales en los procesos de acumulación y distribución. Aprenderemos las tres leyes del mercado (ley de oferta y demanda, causa y efecto y esfuerzo-resultado) y las herramientas que Wyckoff utilizaba en sus análisis, como la famosa y desaparecida cinta (ticker tape) que tanto revolucionó la industria financiera de finales del siglo XIX, o los actuales gráficos de barras (o gráficos verticales como se les llamaba en aquellos años), o los de punto y figura (point and figure chart), que aunque están algo en desuso, aún conservan algunas características interesantes a la hora de analizar activos y que merece la pena poner en valor. Aprenderemos también qué uso les daba Wyckoff y cómo nos pueden ayudar en la operativa, tanto para determinar zonas importantes de soporte y resistencia como para esbozar escenarios de recorrido del precio.
El segundo bloque lo he llamado “El arte de leer el gráfico”, porque en definitiva de eso trata el método Wyckoff, de enseñarle a leer un gráfico como si de un idioma se tratase, el idioma del “dinero profesional”11. Para ello nos apoyaremos en las fases del mercado descritas por Hank Pruden, que por su “esquematicidad” y sencillez son perfectas para entender las bases del “juego”, y a través de las “posiciones primarias de trading” de Craig Schroeder, que serán las situaciones más interesantes desde el punto de vista operativo, es decir, nuestras “zonas calientes”: aquellas situaciones de mercado que tendremos que interiorizar para que, cuando las detectemos, sepamos que estamos ante una buena oportunidad de inversión.
Pero la potencia sin control no sirve de nada. Por eso veremos también cómo debemos jerarquizar la toma de decisiones, para evitar operar en momentos sin potencial de recorrido. Para ello explicaremos lo que Wyckoff denominó “los nueve pasos” y que más tarde Schroeder simplificó en tan sólo “cinco pasos”. Son sencillos filtros que nos permitirán calibrar si realmente estamos ante una buena oportunidad operativa. Si los respetamos, evitaremos operar en situaciones marginales y optimizar nuestros resultados cuando el mercado nos dé la razón. También hablaremos de lo que llamo “la secuencia indicio-test-confirmación”, una concatenación de sucesos que se tienen que dar en el gráfico antes de abrir una posición. Es otro complemento a los filtros que Wyckoff y Schroeder propusieron. Para cerrar este bloque, veremos alguna de las técnicas existentes para gestionar las salidas de nuestras operaciones: las digitales, las técnicas, las salidas parciales y la piramidación, con sus ventajas e inconvenientes. En definitiva, ideas que espero le ayuden a confeccionar su sistema basado en las ideas de Wyckoff.
Dedico el tercer bloque a responder algunas cuestiones que todo operador que utilice las ideas de Wyckoff ha tenido que hacerse alguna vez. Por ejemplo, ¿qué características deben tener los productos financieros para considerarlos “idóneos” para ser operados con las ideas de Wyckoff?, o ¿en qué medida el volumen ha de ser leído dada la diversidad de factores que pueden influir en él?, o ¿cuál es el papel del arbitraje o de las máquinas de alta frecuencia y cómo pueden (o no) adulterar los principios especulativos que estamos aprendiendo? Son preguntas pertinentes cuyas respuestas nos ayudarán a contextualizar las ideas de Wyckoff y seguirlas con mayor confianza, si cabe. También analizaremos algunos casos prácticos que nos ayudarán a ver matices y despejar las posibles dudas que quedasen en el tintero.
Para cerrar el documento rescataré, a modo de conclusión, algunas de las máximas que Wyckoff compartió en sus escritos, y que siguen totalmente vigentes en la actualidad. Mi deseo, con estas últimas palabras, es que afronte la especulación financiera con cabeza, sentido común, prudencia y paciencia, pero también con pasión. Siempre con los pies en el suelo, porque como Wyckoff dijo: “El mercado financiero es el mayor juego que existe, en el que intervienen las personas más ricas, expertas y poderosas del mundo, y como ellos, usted tendrá que ser igual de inteligente, astuto y perspicaz”. Así que ya sabe a lo que se enfrenta. ¿Le apetece seguir? Pues vamos allá...
1. Forma coloquial que utilizamos para diferenciar la actividad que realizamos los pequeños inversores/operadores, frente a la que desarrollan las grandes firmas de inversión (fondos de gestión, aseguradoras, entidades financieras, etc). También utilizamos con frecuencia el término home trader (operador de casa).
2. Ser considerado el mejor es, sin duda, una cuestión de opiniones. Además, Livermore acabó suicidándose después de haberse arruinando. Sin embargo, son muchos los inversores de su época que le reconocían un talento especial para la especulación. Por ejemplo, Wyckoff dijo de él que “era un hombre por encima de los demás” (A man who towers head and shoulders above all others in one particular field...the dominant leader of the field, as everybody knows, is Jesse Livermore) (2012). Por su parte, William Delbert Gann, que lo definió como “uno de los traders más espectaculares de la época” (Jesse L. Livermore, one of the most spectacular traders of his day, made millions of dollars in stock and the commodity markets) (1949).
3. The Magazine of Wall Street.
4. Evans fue discípulo de Wyckoff y referencia de su método durante la etapa 1940-1960, gran formador y precursor de Greig Schroeder al frente del Wyckoff Stock Market Institute.
5. Pruden es profesor de la School of Business de la Golden Gate University de San Francisco, California, y director ejecutivo del Institute of Technical Market Analysis (ITMA). Ha publicado el libro The Three Skills of Top Trading: Behavioral Systems Building, Pattern Recognition (Wiley, 2007).
6. Holmes es socio de Tom Williams y director de www.tradeguider.com. Ha publicado el libro Trading in the Shadow of the Smart Money (TradeGuider Systems International, 2011).
7. Weis es un operador particular con cuarenta años de experiencia en los mercados. Desempeña su labor divulgativa en www.weisonwyckoff.com y es autor del libro Trades About To Happen, A Modern Adaptation of the Wyckoff Method (John Wiley & Sons, 2013).
8. Dayton es psicólogo de trades y autor del libro Trade Mindfully (Wiley Ed. 2014). Escribe artículos para revistas como Stocks, Futures y Options Magazine y realiza talleres sobre mindfulness aplicado al trading (http://www.tradingpsychologyedge.com).
9. El mercado o cualquier activo o producto financiero que cumpla con los requisitos que tratamos en el capítulo 6.1. Con frecuencia trataremos al mercado y del activo como sinónimos a efectos de explicar la metodología. El activo suele referirse a la inversión en una empresa concreta y el mercado al movimiento del conjunto de todas las acciones, pero a la hora de entender cuáles son las claves que explican el movimiento de los precios, nos es indiferentes aplicarlas tanto al conjunto de acciones de una economía (que podrían estar representadas por el movimiento de un índice de referencia) como a los de una acción concreta.
10. Se suele hablar de “la izquierda del gráfico” para referirse a lo que ya ha sucedido en el mercado, y de “la derecha” para referirse a lo que está por suceder.
11. A lo largo del libro hablaremos del “dinero profesional”, “las manos fuertes” y “los profesionales” para referirnos a los grandes inversores. Éstos tienen capacidad financiera para provocar el movimiento de los precios con sus acciones de inversión. Frente a ellos están las “manos débiles”, los amateurs, los “pequeños inversores”. Al poseer poco capital, sus decisiones de inversión no afectan a los precios. Wyckoff llamaba a los del primer grupo strong holders, y a los del segundo, weak holders (“manos fuertes” y “manos débiles”).