El arte de la guerra fue escrito por Sun Tzu, el científico militar más famoso y uno de los más hábiles comandantes de la antigua China. Las fechas exactas de su nacimiento y muerte no se conocen pero se sabe que vivió alrededor del año 500 a.C., por lo tanto, fue contemporáneo de Confucio. Según el Shi Ji: The Biography of Wu Zixu, Sun Tzu y su libro de trece capítulos sobre el arte de la guerra fueron recomendados por el general Wu Zixu a He Lu, el soberano del reino de Wu. Sabiendo que Sun Tzu era muy bueno en asuntos militares, He Lu nombró a Sun Tzu general del reino.
El arte de la guerra, fue escrito hace unos 2.400 años y es el primer libro y más completo sobre la estrategia de la guerra que existe en China. El libro actual es algo diferente del que apareció en las hojas de bambú, el original que se excavó de las montañas Yingue. Estas hojas de bambú datan de los primeros años de la dinastía West Han, unos 350 años después del final del Período de Primavera y Verano (770-476 a.C.), lo cual indica tres puntos importantes: 1) la fecha que se supone que fue escrito El arte de la guerra de Sun Tzu es correcta; 2) no hay duda de que el libro fue escrito por Sun Tzu y no por otros en su nombre como se ha sugerido alguna vez; 3) las discrepancias entre el contenido de la edición actual de El arte de la guerra de Sun Tzu en circulación y lo que apareció en las hojas de bambú demuestra que este clásico tratado sobre la guerra ha sido revisado por todas las dinastías, las cuales han ido incorporando nuevas ideas generadas del estudio de la obra por mariscales y generales.
De hecho, prácticamente todos los generales chinos que han estudiado El arte de la guerra han hecho sus propios comentarios y anotaciones. Entre éstos los más famosos son Sun Bin en el Warring States (475-221 a. C.), Zhang Liang y Han Xin en la dinastía West Han, Zhuge Liang y Cao Cao en el período de los Tres Reinos, Li Shiming y Li Ping en la dinastía Tang, Yue Fei y Li Gang en la dinastía Song, Yeluchucai en la dinastía Yuan, Liu Boweng en la dinastía Ming y Zhen Guofang en la dinastía Qin. Algunos incluso aportaron ideas únicas y originales.
Hay una serie de generales y mariscales contemporáneos del Ejército de Liberación Popular de China, famosos por haber estudiado El arte de la guerra de Sun Tzu. Mao Zedong, por ejemplo, elogió la obra al decir que la doctrina de Sun Tzu «Conoce al enemigo y conócete a ti mismo; en cien batallas nunca saldrás derrotado», es científicamente cierta. El mariscal Liu Bocheng estudió El arte de la guerra con tanta profundidad que incluso podía recitarlo y aplicó el libro con gran flexibilidad y excelencia. Personalmente tradujo uno de los capítulos, «La postura del ejército», del chino clásico al moderno. El manuscrito de Liu Bocheng se conserva todavía en los archivos militares.
Muchos expertos militares y comandantes del Ejército Popular de Liberación de China (EPL) han extraído doctrinas y principios de esta obra y los han aplicado en numerosas batallas guiados por Mao Zedong.
El arte de la guerra de Sun Tzu es una obra muy importante sobre la ciencia militar en la historia mundial, llegando a ser tan famosa en China como en el resto del mundo. Desde que se presentara en Japón en la época de la dinastía china Tang, han sido muchos los que se han dedicado a estudiarla antes que en Europa y América. El libro fue considerado la «Biblia del arte militar», el «Primer Arte de la Guerra del mundo» y el «Origen del arte de la guerra oriental».
Pero no fue hasta la dinastía Qing (1636-1911) que El arte de la guerra de Sun Tzu se dio a conocer a Europa y desde entonces fue traducido al inglés, francés, alemán, ruso y otras muchas lenguas. Napoleón estudiaba con frecuencia el libro durante las batallas. Cuando Guillermo II, después de haber sido derrotado en la primera guerra mundial dio con una frase de la obra, «un soberano no puede lanzarse a una guerra porque esté enfurecido, como tampoco un general puede librar una batalla porque esté resentido», el emperador alemán se lamentó diciendo: «Debería haber leído el libro 20 años atrás.»
Décadas después de la segunda guerra mundial, el famoso estratega militar británico capitán Sir Basil Liddell Hart escribió el prólogo a una nueva traducción al inglés de El arte de la guerra diciendo: «Hace tiempo que necesitábamos una traducción más moderna y actual de Sun Tzu, una que interpretara con más precisión sus ideas. Esta necesidad se ha incrementado con el desarrollo de las armas nucleares, potencialmente suicidas y genocidas.»
John Collins, en su libro La Gran Estrategia, Prácticas y Principios declara: «La primera gran mente para modelar el pensamiento estratégico... perteneció a Sun Tzu, quien produjo el primer tratado sobre el arte de la guerra entre los años 400 y 320 a.C. Sus trece pequeños ensayos están clasificados entre los mejores de todos los tiempos, incluyendo los de Clausewitz, quien los escribió veintidós siglos más tarde. Actualmente nadie tiene una idea más firme sobre las interrelaciones estratégicas, consideraciones y restricciones. La mayoría de sus ideas tienen tanto sentido en nuestro entorno como lo tuvieron en el suyo.»
Una publicación actual del ejército norteamericano sobre las operaciones militares empieza con el famoso consejo de Sun Tzu de «atacar al enemigo cuando esté menos preparado y actuar cuando no se lo espera».
Richard B. Foster, antiguamente encargado del centro de estudios estratégicos en el Stanford Research Institute (ahora SRI International) y el profesor japonés Osamu Miyoshi propusieron en una ocasión una nueva estrategia para mejorar el «equilibrio» entre Estados Unidos y la Unión Soviética siguiendo la «estrategia ofensiva» de Sun Tzu, y la denominaron «la estrategia nuclear de Sun Tzu».
A principios de los 60, el general mariscal de campo Bernard L. Montgomery de Gran Bretaña dijo durante su visita a China que se debería implantar un curso obligatorio sobre El arte de la guerra de Sun Tzu en todas las academias militares del mundo.
La prensa norteamericana informó de que el ex comandante norteamericano en la guerra de Vietnam, el general William C. Westmoreland, citó de El arte de la guerra: «No ha habido nunca una guerra prolongada que haya beneficiado a un país», para ratificar que Estados Unidos debería haberse retirado antes de esa guerra.
En 1888, el departamento de personal general del ejército ruso escribió artículos sistemáticamente para presentar El arte de la guerra. Durante la segunda guerra mundial, el gobierno soviético, en respuesta a una propuesta del Instituto Toroshilov, tradujo la obra del chino directamente al ruso y lo introdujo como un curso importante en la historia de la ciencia militar.
El arte de la guerra cubre muchas áreas, incluyendo legislatura sobre la guerra, filosofía, consideraciones estratégicas, políticas, economía, diplomacia, astronomía y geografía. El libro debería estudiarse desde un punto de vista moderno, seleccionando la esencia y descartando las irrelevancias, haciendo que el pasado sirva para desarrollar el presente. El estudio del libro ayudará a comandantes militares de todos los niveles a dirigir una guerra, organizar batallas, desarrollar sabiduría e incrementar la habilidad.
El mariscal Liu Bocheng, presidente de la Academia Militar China en los años 50, dijo en una ocasión que El arte de la guerra de Sun Tzu es un estudio de las reglas universales para dirigir una guerra. Contiene una serie de características marcadas que lo hacen ser único si lo comparamos con otras obras sobre el arte de la guerra:
1. Es un trabajo antiguo sobre las leyes universales de la guerra. Es una exposición profunda de los factores que llevan a la victoria y al fracaso y resalta la importancia de los cálculos (la decisión militar final antes de una guerra).
2. Destaca la relación entre la guerra y factores tales como la política, la economía, la diplomacia, la astronomía y la geografía. Se necesita a un comandante para juzgar, medir la situación y anticipar las decisiones del enemigo antes de lanzar o dirigir una guerra. Éste nunca actuará precipitadamente.
3. Enfatiza el derrotar al enemigo con decisiones estratégicas, no por la fuerza.
4. Expresa la creencia de que en una guerra «dominar al enemigo sin luchar es la máxima excelencia». Esto quiere decir que para dominar al enemigo se deberían utilizar medios de ámbito general, incluyendo los recursos políticos, diplomáticos, económicos y técnicos en lugar de los puramente militares.
5. Sostiene que en una guerra se debería guiar hábilmente la acción militar y poner en juego la iniciativa de cada uno para hacer que el enemigo avance ciegamente hacia su derrota.
6. Destaca que un comandante debería esforzarse al máximo por «arrastrar al enemigo al campo de batalla y no al revés» tanto en un sentido estratégico como táctico. El comandante debería en cualquier caso tener la iniciativa, sin la cual es muy probable que sea derrotado o incluso aniquilado.
7. También destaca la importancia de emplear flexiblemente las tropas, según sean las posiciones y condiciones del enemigo y la propia, y la topografía.
8. Concede mucha importancia a «conocer al enemigo y a uno mismo» para ganar una guerra. En el lenguaje actual esto quiere decir que se ha de ser realista y práctico y estar seguro de todas las situaciones antes de tomar la decisión final de atacar. Una suposición subjetiva y una acción precipitada seguramente le llevará a la derrota.
9. Defiende que el uso de las tropas tiene que ser imprevisible para el enemigo y pillarle por sorpresa. Destaca que cuando uno ataca, tiene que hacerlo con una superioridad arrolladora, como un tigre enfurecido que salta sobre su presa, y cuando quiera finalizar la batalla, hacerlo con la rapidez de un rayo.
Como presidente de la Academia Militar China en los años 50, el mariscal Liu Bocheng defendía ardientemente que El arte de la guerra de Sun Tzu tenía que ser el principal libro de texto para el curso titulado «Ciencia de campaña» que él mismo impartía. Liu Bocheng también esponsorizó un simposio sobre el libro en la Academia Militar. Aunque sus sermones no estaban limitados al libro, sí que es cierto que extraía de él lo esencial de los mismos, lo cual resumió en los seis puntos siguientes:
1. Consideraciones estratégicas
2. Postura del ejército
3. Fuerzas ordinarias y extraordinarias
4. Fallos y actualizaciones
5. Iniciativa y flexibilidad en el empleo de las tropas
6. Uso de los espías
El mariscal Liu citó brillantemente una serie de batallas, historias, experiencias personales y otros ejemplos para hablar de las leyes, de la filosofía y de las estrategias de la guerra en términos simples.
He escrito este libro a partir de mi estudio de El arte de la guerra de Sun Tzu haciendo referencias al archivo del simposio y del libro Postura del Ejército que el mariscal Liu tradujo y revisó del chino clásico.
Antiguamente muchos generales chinos escribieron sobre el arte de la guerra. Según La historia de la dinastía Sung, además de El arte de la guerra de Sun Tzu había otros trabajos tan conocidos como: El arte de la guerra de Wu Tzu, Los seis puntos de la estrategia militar, Las tres estratagemas de Huang Shi Gong Wei Liao Zi, La ley de Sima y El diálogo entre el emperador Tang Taizhong y Li Wei Gong. Muchas de estas obras están obsoletas hoy en día y pocas de ellas se pueden encontrar. Ninguna de ellas consiguió jamás la popularidad de El arte de la guerra de Sun Tzu, lo cual demuestra la vitalidad y valor práctico de la doctrina de Sun Tzu.
A la hora de dirigir una guerra moderna o tomar decisiones finales es importante, desde el punto de vista práctico, estudiar esta obra. Esta interpretación moderna de la obra despertó el interés de mucha gente y la atención tanto de los chinos en 1985 cuando se publicó por primera vez como en el extranjero cuando se publicó en inglés en Nueva York en el año 1987.
El arte de la guerra es un bien extremadamente valioso heredado de nuestros antepasados. Al estudiarlo deberíamos evitar cualquier dogmatismo y conservadurismo.
Al mismo tiempo, deberíamos adaptarnos a la época para así desarrollar un arte de la guerra universal.