En este capítulo aprenderás:
– Sobre los cuatro pilares de la PNL
– El modelo de los niveles neurológicos
– Sobre las presuposiciones de la PNL
Como toda forma de psicología aplicada, la PNL está sujeta a un marco de creencias y actitudes que, en conjunto, forman un modelo coherente. Muchas de las ideas de la PNL están encarnadas en una serie de presuposiciones, que se discutirán en detalle más adelante en este capítulo, junto con el modelo de comportamiento de los Niveles Neurológicos. Un punto de partida útil, sin embargo, son cuatro aspectos fundamentales de la PNL, que a menudo se conocen como los «Cuatro Pilares».
Primer pilar: resultados
¿Qué es lo que quieres? Es una pregunta sencilla, pero mucha gente realmente nunca se la hace. En vez de eso, van por la vida sin ninguna dirección clara, como yendo a la deriva de una cosa a otra. Por eso, saber lo que quieres es algo esencial para poder conseguirlo. En la vida diaria hablamos de tener un objetivo, pero en la PNL se usa el término de resultado, y el gran valor de saber tu resultado de cualquier situación en particular es la razón de que sea uno de los pilares sobre los que se construye la PNL. Concentrándote en lo que quieres, ayuda a orientar todos tus recursos hacia la consecución de tu objetivo.
Los resultados pueden ser pequeños, como aprender a tocar una canción con una mandolina en Navidad o cambiar la alfombra del baño, o más grandes, como encontrar la pareja de tus sueños o jubilarte a los cincuenta siendo multimillonario. En momentos concretos mucha gente tendrá resultados muy diversos relacionados con varios aspectos de sus vidas, algunos a corto plazo, otros que van a durar más tiempo.
Además, la PNL ofrece un proceso amplio para refinar los resultados y hacer que estén «bien formados», describiéndolos en detalle e imaginando cómo sería el hecho de ya tenerlos. Cuanto más claro sepas lo que quieres, más probable será que lo puedas conseguir. Acabarás explorando resultados bien formados al final de este libro.
Segundo pilar: agudeza sensorial
La agudeza es «la capacidad de observar o detectar pequeños detalles», y el segundo pilar de la PNL, la agudeza sensorial, se refiere a usar tus sentidos para ser consciente de lo que ocurre a tu alrededor. La gente varía mucho a la hora de darse cuenta de lo que ve, escucha y siente. Algunas personas son extremadamente observadoras, mientras que otras parece que se fijan más en sus propios pensamientos. Cierra los ojos unos momentos y luego describe con la máxima precisión posible lo que te rodea. ¿De qué color son las paredes? ¿Y el suelo? ¿Qué forma y diseño tienen los muebles? ¿Hay más gente a tu lado? ¿Qué ropa llevan? ¿Cómo se mueven cuando caminan? ¿De qué color son sus ojos? Este sencillo ejercicio visual puede hacer hincapié en el hecho de que a menudo no somos conscientes de muchas de las cosas que tienen lugar a nuestro alrededor.
La agudeza sensorial se considera muy importante en la PNL, porque te proporciona información sobre si lo que estás haciendo te reporta lo que quieres, esto es, dirigirte lo más posible a tus resultados. Si estás intentando vender un producto, por ejemplo, o llevando adelante una propuesta para que la aprueben, el hecho de prestar una atención especial a las reacciones de tus clientes (sus expresiones, el lenguaje corporal, el tono de voz, etc.) puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso. A lo largo de este libro llevaremos tu atención hacia las diversas maneras en que puedes desarrollar la agudeza sensorial, y saber con mucha más precisión lo que piensan y sienten los demás.
Tercer pilar: flexibilidad en el comportamiento
El primer y segundo pilar son los primeros pasos de un bucle que nos proporciona información sencilla pero crucial. Cuando empiezas a saber cuáles son tus resultados y utilizas tu agudeza sensorial para observar lo que está sucediendo, la información que obtienes te permite realizar ajustes en tu comportamiento, si es necesario. Si los actos que realizas no te llevan en la dirección en la que quieres ir, es obvio que deberías intentar algo diferente, pero a mucha gente le falta esa flexibilidad en el comportamiento y sencillamente insisten en hacer lo mismo.
Si tu resultado deseable es cerrar una venta y percibes que con el despliegue realizado durante la presentación del producto lleno de ejemplos no pareces haberte ganado al público, quizás necesites cambiar y utilizar un estilo más breve y directo para hacer llegar tu mensaje. Y si tu cliente está sentado con los brazos cruzados, está claro que necesitas cambiar de rumbo si quieres tener la oportunidad de tener éxito.
Los tres primeros pilares (resultado, agudeza sensorial y flexibilidad en el comportamiento) te permitirán conseguir en buena medida lo que quieres, a menos que otra gente también esté involucrada. En ese caso vas a necesitar su cooperación, y para eso necesitas una relación basada en la confianza mutua y el entendimiento. El secreto para establecer y mantener una relación así es la compenetración, el cuarto pilar de la PNL.
La compenetración se puede considerar como el pegamento que une a la gente. La mayoría de las veces ocurre de manera natural, automáticamente, instintivamente. Algunas de las personas que conocemos parece que estén «en nuestra onda», o que «nos dan buenas vibraciones», mientras que con otras personas parece que «no conectamos».
Pero la PNL considera la compenetración como una habilidad que puede ser aumentada y desarrollada, así que vamos a ver diversas maneras de hacerlo, como por ejemplo adaptando nuestra manera de comunicarnos a la de la otra persona o alterando nuestro lenguaje corporal para encajar mejor. Simplemente escuchando a otra persona y respetando su punto de vista puede ser un poderoso acto de reconocimiento.
Pero existe otra dimensión de la compenetración que no es tan obvia, y es la compenetración que tenemos con nosotros mismos, en concreto la compenetración entre nuestra mente consciente y la inconsciente. A veces nos sentimos como partidos en dos, con una parte de nosotros queriendo hacer una cosa y la otra queriendo hacer otra cosa completamente diferente. Cuanta más compenetración tengas con los diversos aspectos de tu vida, más paz interior experimentarás.
La PNL tiene una reputación por haber presentado algunas herramientas poderosas para el cambio personal, y uno de los modelos más prácticos es el de los Niveles Neurológicos, desarrollado por Robert Dilts a partir del trabajo de Gregory Bateson. Aporta un marco para entender los temas relacionados con el cambio personal y hace que sea más fácil saber cuándo es mejor intervenir a la hora de trabajar solos o con otras personas.
Entorno (dónde, cuándo y con quién haces cosas)
Este nivel trata del ambiente exterior (que incluye donde estás, el entorno físico, la gente con la que estás, la sociedad y la cultura de la que formas parte) y las coacciones que potencialmente ejerce sobre ti. Para que tenga lugar el cambio en este nivel vas a hacer preguntas del tipo «dónde» y «cuándo». Si estás al mando de un equipo, por ejemplo, quizás quieras preguntar si tu entorno laboral fomenta un buen trabajo en equipo.
Comportamiento (lo que haces o dices)
El nivel de comportamiento afecta a lo que la gente hace en su entorno, y eso incluye lo que piensa, dice, escucha, cómo reacciona y las acciones conscientes que toma con la intención de conseguir algo. Si tú te retiras de una situación, de alguna manera sigues siendo influyente. Por ejemplo, puedes participar activamente en tareas de grupo y ayudar a crear un buen espíritu de equipo o ignorar a los demás e ir a la tuya. Cuando formas parte de un equipo, tu comportamiento hará mella para bien o para mal en tus colegas, y afectará la atmósfera del entorno en el que todos trabajéis.
Capacidad (cómo lo haces)
Este nivel está relacionado con las habilidades, estrategias, talentos y recursos que guían nuestro comportamiento y nos permiten pasar a la acción. Tiene que ver con cómo hacemos las cosas y las habilidades y procesos que nos permiten saber que podemos tirar adelante una tarea o acción de una manera determinada. Cuando aprendemos algo nuevo, como ir en bicicleta o tocar un instrumento musical, en este nivel empezamos de cero y vamos acumulando conocimientos hasta llegar a un punto en que podemos hacer esa tarea sin tener que pensar en ella. Ya que la capacidad es algo que podemos hacer de manera confiada, constante y repetidamente, a menudo no somos conscientes de ello, porque lo damos por hecho.
Creencias y valores (lo que es importante para ti)
Lo que valoramos y las creencias que tenemos sobre la vida influyen en la manera en que pensamos y actuamos. Si no crees que seas bueno dirigiendo reuniones, es probable que eso afecte tu capacidad y sea evidente para los demás debido a tu manera de comportarte. Y a la inversa, si desarrollas tus habilidades y fortaleces tu confianza en ese aspecto, quizás te sorprendas al notar que tu creencia sobre esa habilidad ha cambiado. A veces tenemos creencias sobre nosotros mismos que «nos limitan». Las creencias y los valores generalmente actúan «entre bambalinas», sin ser conscientes, y es por ello por lo que la gente tiene puntos de vista fuertes que influyen en todo lo que hacen y dicen.
Lo que aprecias y consideras importante ha ido evolucionando a lo largo de tu vida. Cada experiencia que has tenido y cada persona que has conocido de alguna manera habrán dado forma a tus valores y creencias. Muchas organizaciones tienen un conjunto de valores que representan lo que es importante para ellas. Allí donde exista una incompatibilidad entre los valores de una empresa y un empleado, o entre dos colegas, hay potencialmente un conflicto.
Las personas tampoco son siempre consecuentes y pueden defender a la vez creencias que son contradictorias, por lo que puede que se sientan divididos hacia dos direcciones opuestas o en conflicto con uno mismo.
El nivel de identidad incluye tu propio sentido de quién eres (tu papel o papeles en la vida), y también quién no eres. A veces la gente cae en la trampa de confundir el comportamiento (lo que hacen) con la identidad (quiénes son). Este nivel tiene que ver sobre tu objetivo en la vida. Una manera en la que puedes pensar sobre tu identidad es en el contexto de liderar un equipo. Puedes preguntarte a ti mismo, «¿Quién soy yo como líder?», o «¿Qué tipo de líder soy yo?».
Tu identidad se ha ido creando a partir de toda la información y las influencias que has ido incorporando y aprendido durante tu vida y que te han dado forma hasta convertirte en la persona que crees ser.
Espiritualidad / conexión (tu propósito último / tu contribución al mundo)
No todo el mundo se siente cómodo con la palabra espiritualidad, pero mucha gente se siente conectada o que forma parte de alguna manera de un sistema más grande. Este nivel tiene que ver sobre tu propósito último y lo que tienes para ofrecer a la sociedad y al mundo en general. No importa en qué inviertas tu tiempo, al final tu contribución de alguna manera será experimentada por los demás.
Niveles neurológicos en la práctica
Una manera de pensar en los niveles neurológicos es considerar el modelo como un sistema. Si haces un cambio en un nivel habrá un efecto ola a lo largo de toda la jerarquía. Puede que empiece desde abajo y vaya subiendo, o viceversa. Cuando vayas acumulando experiencia en este aspecto puedes comprobar las consecuencias a lo largo de los niveles. Si alguien te pide que le hagas partícipe de un secreto, por ejemplo, y lo haces, eso puede provocarte un conflicto con tus valores sobre la integridad y el respeto a los demás. Puede que te sientas incómodo por lo que acabas de hacer porque no tiene que ver con el tipo de persona que crees ser.
A lo largo de este libro acabarás por volver de alguna manera muchas veces al tema de los cuatro pilares y los niveles neurológicos. Los cuatro pilares son los fundamentos básicos de la PNL, complementan y refuerzan un amplio conjunto de creencias que sustentan todo el enfoque. El hecho de ser consciente del modelo de los niveles neurológicos te permite considerar cada trozo de información que iremos presentándote en un contexto más amplio.
Tal y como vimos en el capítulo 1, a la hora de formular la PNL Richard Bandler y John Grinder se basaron en varias disciplinas, incluyendo la teoría de sistemas, la cibernética, la gramática transformacional, la semántica en general y el positivismo lógico, sin mencionar los muchos campos de terapia que estudiaron. Con esto abrazaron muchos de los conceptos subyacentes de estos diversos enfoques, que sintetizaron en lo que se acabó conociendo como las «presuposiciones» de la PNL.
Debido a la manera natural en que surgieron, no existe un inventario definitivo ni los posibles «diez mandamientos» de la PNL. Muchos educadores y especialistas han hecho una lista de entre diez y veinte presupuestos, a menudo con otras añadidas de cosecha propia. Las quince que se han escogido aquí están ampliamente aceptadas, dando cuerpo a los principios fundacionales y creencias fundamentales de la PNL y su esencia hoy en día. Y lo mejor de ellas es que son declaraciones perspicaces y contundentes, fáciles de recordar y utilizar.
¿Qué quiere decir que algo sea una «presuposición»? Cuando presuponemos algo es darlo por sentado, sin ninguna prueba, y eso es de lo que hablamos aquí. De hecho, tampoco se pretende que las presuposiciones de la PNL sean ciertas, aunque existen evidencias bastante palpables para respaldar muchas de ellas. Lo que se considera más importante es que son «útiles», que actuando a partir de ellas te llevan a conseguir los resultados deseables.
Algunas de las presuposiciones quizás te suenen e inmediatamente las aceptes, quizás porque reflejan cosas que ya habías entendido. Con otras puede que no te sientas tan familiarizado, y quizás te lleve un tiempo el poder ver cómo encajan en tu experiencia. Algunas incluso puede que te parezcan equivocadas al principio, pero si estás dispuesto a superar tu incredulidad y actuar «como si» fueran ciertas, casi con seguridad acabarás sintiéndote, con el tiempo, cómodo con ellas.
Mientras cada una de las presuposiciones se aguanta por sí misma, juntas forman una matriz de pensamiento interconectada e interdependiente. Pero no deberían considerarse como una filosofía abstracta y como un «aperitivo» de la «comida» de la PNL que ha de venir. Son un conjunto práctico y vibrante de «principios con los que vivir» (Dilts) que pueden, en sí mismos, proveer una plataforma de crecimiento personal y profesional significativo. Más allá de eso, son el marco teórico que apuntala muchos de los patrones, modelos, técnicas de cambio y perspectivas de la PNL.
El mapa no es el territorio
Esta metáfora está en el corazón de la PNL. De la misma manera que un menú no es una comida y una partitura no es un fragmento musical, nuestra experiencia del mundo no es el mundo en sí mismo. El «mapa» es tu mente, o tu propia percepción, y el «territorio» es la realidad, el mundo físico que existe independientemente de la experiencia que tengas de él. Mucha gente cree que su mapa interno es la verdadera representación de la realidad, cuando de hecho se trata sólo de una representación.
Todo el mundo vive en su modelo personal del mundo
Tendemos a pensar que los demás son como nosotros, pero teniendo en cuenta que «el mapa no es el territorio», se supone que cada uno de nosotros debe tener su propio modelo interno del mundo, y eso es por lo que existe tal variedad de maneras en que la gente se comporta y piensa. Si meditas por un momento sobre la gente que conoces o que trabajan contigo, serás capaz de reconocer cómo su enfoque es distinto del tuyo. Una persona puede pensar que su jefe tiene «un gran criterio» mientras que otro piense que es «sumamente quisquilloso». El hecho de cómo reaccionamos ante cualquier situación se basa en nuestras percepciones subjetivas. Tres personas pueden presenciar el mismo hecho, leer el mismo libro o comer lo mismo, y las tres tendrán experiencias muy diferentes. Sólo tenemos nuestra propia versión de la realidad. De manera natural creemos que nuestra versión es la correcta, y a menudo cuando la gente discute es porque sus mapas son diferentes, aunque el mapa de cualquier persona es igualmente válido.
La experiencia posee una estructura
La PNL está basada en la premisa de que la experiencia posee una estructura: que las distinciones que hacemos a través de nuestros cinco sentidos, la manera en que filtramos y fijamos la realidad, y cómo «codificamos» las cosas, como el tiempo, las emociones y los recuerdos en nuestro cerebro y en nuestro cuerpo no se producen al azar, sino de una manera coherente y sistemáticamente organizada. Una vez entiendes la manera en que alguien estructura su experiencia, puedes ayudarla a que haga cambios.
La vida, la mente y el cuerpo son un único sistema
Mientras tendemos a pensar en nosotros mismos como individuos aislados y autónomos, en realidad, «nadie es una isla». Robert Dilts, líder en el desarrollo de la PNL, lo expresó elegantemente al decir que «nuestros cuerpos, nuestras sociedades y el universo forman una ecología de sistemas y subsistemas complejos que interactúan e influyen unos en otros».
El Universo es un sistema compuesto por galaxias y planetas. La sociedad es un sistema consistente en culturas y subculturas compuesto de gente. La gente interactúa con la sociedad y a la vez contiene sistemas en sí misma. El modelo de los niveles neurológicos es un sistema en el que cada nivel interactúa con los demás.
El cuerpo humano en sí mismo es un buen ejemplo de un sistema en acción, con los diversos órganos funcionando separadamente y al mismo tiempo interactuando para dar lugar a una unidad global. En la PNL, la mente y el cuerpo se consideran como un único sistema, cada uno influenciando directamente al otro. Por ejemplo, puedes cambiar la manera en que sientes por lo que piensas, y lo que ocurre en el interior de tu cuerpo afecta los pensamientos que tienes. Un ejemplo: cuando estás pensando en hacer la presentación de un proyecto es probable que tus músculos se tensen, que tu respiración se vea afectada y que ciertas emociones entren en juego.
La vida, la mente y el cuerpo son un solo sistema es una de las presuposiciones centrales de la PNL, porque es importante entender que no es posible aislar sólo una parte del sistema. Igualmente, cuando cambias un aspecto del sistema, de alguna manera habrás cambiado el resto. La gente inevitablemente afecta a los demás con sus acciones y a su vez se verá afectada por las acciones de los demás. A la hora de trabajar en tus propios asuntos o con los demás, has de ser consciente de los sistemas más amplios que van a entrar en juego.
El significado de la comunicación es la reacción que obtienes
¿Has tenido alguna vez la experiencia de decir o hacer algo que pensabas que era inocuo pero que la reacción que obtuviste fue inesperada, sorprendente y quizás también te pareció desproporcionada? Eso es porque el mensaje que intentamos comunicar no es siempre el que los demás reciben. Lo que parece aceptable desde nuestro «mapa» puede que no lo sea para los demás. Existen dos razones básicas.
La primera es que tus comunicaciones están canalizadas a través de los filtros personales de percepción que tienen los demás, lo que significa que su propia interpretación entra en juego. Así que si alguien es sensible a los gritos de los demás, no importa lo que digas si hablas con un tono de voz fuerte, ya que la reacción va a ser la misma.
La segunda es que tu comunicación o mensaje quizás no sea tan «claro» como tú pensabas. Si, por ejemplo, estabas elogiando a un miembro de tu equipo pero de un modo brusco, el resto quizás piense que estabas siendo falso y van a reaccionar de acuerdo con esa impresión.
El gran valor de este presupuesto es que pase lo que pase estamos obligados a responsabilizarnos de nuestros mensajes, lo que significa que ya no podemos culpar a los demás por no escucharnos o por reaccionar de una manera «equivocada». Ésa es una de las razones por las que la agudeza sensorial es tan importante. Has de ser consciente de la reacción para saber si tu mensaje ha tenido éxito, o si necesitas adaptar tu enfoque.
No puedes dejar de comunicarte
Es obvio que cuando hablas te estás comunicando, pero de hecho todo lo que haces afecta a la gente a tu alrededor. Las investigaciones han mostrado que más del 70% de la comunicación que hacemos es no verbal, que inconscientemente elegimos matices en nuestras posturas, gestos y expresiones a la hora de interactuar con los demás. Y cuando hablamos, los demás son conscientes del ritmo, el tono y la inflexión, así como de las palabras que decimos. Incluso el silencio puede ser interpretado como algo significativo. Si puedes mirar a una persona que está sentada sola, en sólo unos segundos acabarás por tener impresiones precisas sobre esa persona. Nuestra mente y nuestro cuerpo forman parte del mismo sistema, así que los pensamientos que tenemos afectan a nuestra fisiología y se «filtran» de manera no verbal. Ya que no puedes dejar de comunicarte, es esencial que te comuniques lo más clara y precisamente que puedas, en vez de dejarlo al azar. Una manera de ilustrar esto es imaginar que estás en una reunión de empresa y dos personas empiezan a discutir. Lo que digas o hagas puede considerarse como una señal de que estás tomando partido o de que eres neutral. Si quieres seguir siendo neutral has de asegurarte de que las maneras verbales y no verbales que utilizas para comunicarte están lo más conjuntadas posible para dar una imagen coherente.
Debajo de cada comportamiento existe una intención positiva
A veces resulta difícil entender porqué la gente se comporta de una manera extraña o destructiva. ¿Cuál es la causa de que una persona beba excesivamente, destruya sus relaciones o actúe agresivamente contra los demás? Según la PNL, el comportamiento humano no es fortuito. Siempre existe un propósito, una razón, «una intención positiva» detrás, que surge cuando el comportamiento se ha establecido por vez primera. Mucha gente, por ejemplo, empieza a fumar a los catorce años para tener la sensación de haber crecido e impresionar a sus amistades. Sin embargo, muchos años después ven que les resulta difícil dejarlo, porque aunque la situación ha cambiado, la «parte» responsable aún está activa. A veces la intención positiva dista muy lejos de ser obvia, y eso es por lo que continúa operando, como ocurre a menudo, fuera de nuestro control consciente.
Un buen número de «técnicas de cambio» de la PNL incluyen el descubrir la intención positiva de un comportamiento y encontrar maneras alternativas de satisfacerla.
La gente elige las mejores opciones que tiene a su disposición
De acuerdo con este presupuesto, cualquier comportamiento, no importa lo extraño que pueda parecer, es la mejor opción disponible para esa persona en ese momento dado, teniendo en cuenta su vida hasta ese momento, sus conocimientos, creencias y recursos, y todo ello visto desde su punto de vista. Quizás consideres que se haya equivocado, que no se haya comportado debidamente o que estaba mal informada y seguramente esa persona habría hecho algo diferente en la misma situación, quizás con resultados más efectivos. Por consiguiente, seguro que ha habido momentos en tu vida en que otra persona hubiese resuelto una situación mejor de lo que tú lo hiciste. Lo que pasa es que la gente, incluido tú mismo, hace lo mejor que puede en ese momento y probablemente lo haría mejor si fueran conscientes de las otras opciones disponibles. Examinando la manera en que actuamos, nuestras creencias y los procesos mentales, nos permite acceder a nuevas maneras de hacer las cosas en el futuro.
No existe eso denominado fracaso, sólo feedback
Cuando los bebés aprenden a hacer cosas nuevas, como gatear, levantarse o caminar, no tienen la sensación de fracaso. Simplemente se limitan a intentarlo y si no lo consiguen lo intentan de nuevo, repitiendo el proceso hasta que consiguen lo que se proponían. Si la gente intentase levantarse por primera vez y cayesen dándose un golpe y decidiesen que fracasaron, entonces nadie sería capaz de andar. Lo que tienen los bebés es un feedback, una respuesta sobre lo que funciona y lo que no, y entonces insisten en lo que sí funciona. Mucha gente, al llegar a la edad adulta, considera que no quieren hacer «equivocaciones» ni quieren arriesgarse a «fracasar», quizás porque eso les llevará a pensar en ellos mismos como fracasados. Parece que esperan hacer las cosas bien inmediatamente, llegando a la conclusión de que no pueden hacerlas de ninguna manera, en vez de utilizar cada contratiempo como un feedback, una respuesta a sus actos y una oportunidad para aprender.
Eliminar lo que no funciona puede ser una manera efectiva de averiguar lo que sí funciona. Thomas Edison utilizó este enfoque cuando estaba buscando el material adecuado para usarlo en una bombilla. En vez de considerar cada intento que no funcionaba como un fracaso, consideraba un éxito el hecho de que iba reduciendo el número de maneras que quedaban de intentarlo.
Este presupuesto es uno de los más liberadores, porque una vez que lo adoptas puedes intentar todas las cosas que antes tenías miedo de hacer. Cuantos más «fracasos» tengas, más aprenderás. ¡Así que una estrategia para aprender podría ser el hecho de «fracasar» más a menudo!
Si lo que estás haciendo no funciona, haz otra cosa
Si probases una llave en una cerradura y descubrieses que no puedes abrir la puerta, ¿qué harías? ¿Probar una y otra vez la misma llave en la misma cerradura? Sorprendentemente, eso es lo que muchos hacemos en algunos aspectos de nuestras vidas, como una mosca golpeándose insistentemente contra un cristal, en un esfuerzo por salir al exterior, cuando hay una salida sólo unos centímetros más allá. En vez de eso, probarías otra llave u otra cerradura hasta que dieses con la combinación que funciona. «Si siempre haces lo que siempre has hecho», como dice el dicho, «siempre conseguirás lo que siempre has conseguido». La flexibilidad es un componente esencial para conseguir el resultado que deseas. Si intentas una manera de abordar un problema y no obtienes los resultados que esperabas, intenta algo diferente, y sigue variando tu comportamiento hasta que consigas la respuesta que estabas buscando.
Tenemos los recursos dentro de nosotros para conseguir lo que queramos
¿Has oído alguna vez la expresión «no sabía que tenía esa cualidad»? Muchos de nosotros estamos limitados por lo que creemos que es posible que podamos conseguir y luego nos sorprendemos cuando lo llevamos a cabo. Este presupuesto afirma que la gente puede provocar los cambios o conseguir sus objetivos usando el fructífero pozo de recursos interiores que ya tiene disponibles en su interior, hecho a partir de la experiencia vital. Todo lo que se necesita es acceder a esos recursos en los momentos y lugares adecuados. Si se ha de resolver un problema podría ser que el enfoque que eligieras a la hora de abordarlo te proveyese de la solución perfecta.
Si una persona puede hacer algo, todo el mundo puede aprender a hacerlo
Este presupuesto nos anima a ampliar nuestras actuaciones y romper las barreras de lo que pensamos que sería posible realizar. No se trata sólo del miedo al fracaso lo que nos hace echarnos atrás, sino también la conciencia de nuestros propios límites. Pero los límites que percibimos en nosotros no son nuestros límites verdaderos; en realidad, tenemos un potencial virtualmente infinito. Aunque no sea absolutamente cierto decir que si una persona puede hacer algo, cualquiera puede hacerlo (a veces existen razones físicas, prácticas o psicológicas por las que eso no es posible), el espíritu del presupuesto sigue siendo poderoso. A veces se trata simplemente de quitarnos de encima las creencias que nos limitan o añadir más recursos. También existe una conexión con el proceso de la PNL de modelar la excelencia. Si quieres que te publiquen un artículo, por ejemplo, podrías fijarte en alguien que sea brillante escribiendo y «modelar» la manera en que lo hace.
La gente trabaja perfectamente
Las personas con fobias, problemas sociales o que simplemente no hacen las cosas de la manera en que querrían, a menudo se piensa en ellas como «defectuosas», de alguna manera. Pero ésa no es la manera en que la PNL ve las cosas: nadie está «equivocado» o «estropeado», la gente trabaja perfectamente. Así que si una persona se siente desesperada por no saber seguir una dirección, la perspectiva de la PNL sería que esa persona es buena perdiéndose o encontrando otro camino diferente. Por supuesto, seguramente no se trate del objetivo que tenga esa persona en mente, y en ese caso puede que sea necesario examinar cosas como sus estrategias y creencias para que puedan ser más efectivas. En la PNL, la valía personal de una persona se considera una constante con una clara distinción entre la persona y su comportamiento.
En cualquier sistema, la persona con mayor flexibilidad controlará el sistema
Este presupuesto deriva de los sistemas de pensamiento, y se conoce como la Ley de la Variedad de Requisitos. La palabra «control» quizás exagera la situación; a veces hay otros factores en juego, y una mejor manera de expresar el sentimiento es: «la persona con más flexibilidad tiene más probabilidades de conseguir lo que quiere». La flexibilidad te proporciona más opciones. Quizás la solución que tenías para un problema funcionaba bien en esa cultura específica, entorno o contexto, pero no necesariamente va a ser igual de efectivo en otra. Las situaciones cambian, no puedes limitarte a repetir lo que hiciste anteriormente. Cuanto más complejo sea el sistema, más flexibilidad se requiere.
Elegir es mejor que no tener ninguna opción en absoluto
Richard Bandler, uno de los precursores de la PNL, dijo una vez: «De lo que trata básicamente la PNL es de tener más opciones», y muchos de los presupuestos, así como muchas de las técnicas, tienen que ver con aumentar el número de opciones disponibles en cualquier situación que se presente. Tener sólo una opción es no tener ninguna opción en absoluto. Eso es lo que ocurre con las fobias: cada vez que ves una araña te coge un ataque de pánico y no crees que tengas otra opción. Cuantas más opciones tengas, más libertad tienes para poder pilotar tu vida.
LA PNL EN ACCIÓN
– Empieza considerando cómo puedes aplicar los principios que hay detrás de los cuatro pilares (resultados, agudeza sensorial, flexibilidad en el comportamiento y la compenetración) en tu vida cotidiana.
– Revisa tu papel en el trabajo o la principal actividad que estés realizando y evalúala en función de los niveles neurológicos. ¿Cuándo y dónde la realizas? ¿Qué es lo que haces? ¿Cómo lo haces? ¿Qué es importante para ti de esa actividad? ¿Cuál es tu propósito al hacer esa actividad? ¿Por qué haces lo que estás haciendo? Haciendo esto obtendrás una comprensión más clara sobre cómo funciona el modelo.
– Busca ejemplos de presupuestos en el resto de este libro. Verás que aparecen de varias formas en casi cada capítulo.