
En este capítulo usted aprenderá:
▶ Los cinco pasos: preparación, primera ojeada, lectura pasiva, lectura activa, lectura selectiva
▶ A leer buscando niveles de significado
▶ A leer con un propósito
Una vez completados los cinco pasos del sistema, usted habrá
• explorado el material al menos tres veces,
• leído lo que necesitaba leer,
• integrado el nuevo conocimiento en lo que ya sabía,
• conseguido un recuerdo exacto de la información,
• encontrado la información que busca.
Sobre todo, habrá usado una fracción del tiempo que habría necesitado para aprender estas habilidades de otra forma.
Para evitar volver a viejos hábitos de lectura, siga estrictamente el sistema en cinco pasos presentado en este libro. Una vez que esté familiarizado con él, podrá adaptarlo a cualquier clase de lectura –artículos, diarios, memorandos, libros, revistas, etc.– combinando y omitiendo pasos.
El sistema de cinco pasos tiene una regla principal: Sepa siempre por qué está leyendo algo.
No importa cuál sea su motivo para estar leyendo algo; puede leer porque alguien se lo ha recomendado o sencillamente porque quiere, pero lo importante es tener un motivo.
Los cinco pasos del sistema son los siguientes:
1. Preparación
2. Primera ojeada
3. Lectura pasiva
4. Lectura activa
5. Lectura selectiva
Este sistema se basa en un proceso que simplemente le pide que destaque y elimine. A medida que va usando el sistema, su objetivo es destacar áreas que merecen mayor estudio y eliminar otras que está seguro que no va a necesitar.
Dependiendo de lo que quiera del libro, los pasos 1 a 4 podrían llevarle entre 5 y 40 minutos en el caso de un libro de 300 páginas. El tiempo dedicado al paso 5 dependerá de la cantidad de información detallada que quiere encontrar en el material.
Ahora veremos los pasos 1 a 5. Lea esta sección una vez y, a continuación, usando un libro que no sea de ficción sobre un tema de su interés, pruebe el sistema. Por el momento, olvídese de tratar de leer con rapidez; ya llegaremos a eso más tarde.
Una de las razones por las que leer puede ser frustrante es la falta de concentración y esto tiene tanto que ver con sus pensamientos como con su entorno. Una de las distracciones serias es la tensión. Enfrentado a un gran volumen de lectura, sobre todo si la materia le resulta nueva, puede aparecer tensión. Una forma de disminuir la tensión inicial es establecer que ya sabe algo sobre el tema; otra, a usar si es conciente de que no sabe mucho sobre la cuestión, es formular preguntas que le ayudarán a mejorar su conocimiento y alcanzar su objetivo.
El propósito principal del paso de la preparación es construir el marco dentro del que encajará todo lo que aprenda a medida que vaya leyendo. El marco puede estar formado por hechos o preguntas.
Experimento de pensamiento
Compare la experiencia de prepararse para leer un texto con la de ver algo que no ha visto nunca antes. Cuando usted ve algo nuevo, al principio se toma algo de tiempo para establecer qué está viendo. Durante ese tiempo de «discernimiento» usted compara lo que está viendo con lo que ya conoce hasta que encuentra algo que es similar, lo que le ayudará a comprender lo que está viendo. Si no encuentra nada que se acerque, naturalmente comenzará a hacer preguntas.
Prepararse para leer es hacer lo mismo. Cuando mire el título o la materia de lo que está a punto de leer, tómese un poco de tiempo para pensar en lo que ya conoce y que se acerca a lo que está viendo; si no encuentra nada, haga preguntas de forma estructurada.
Las preguntas son importantes, porque sin ellas no encontrará respuestas. Haga preguntas sobre cada elemento de información que coloque en su marco: quién, qué, dónde, cuándo, por qué, cómo. Las preguntas tontas no existen. Las preguntas así calificadas generalmente son las que resultan difíciles de contestar por algún motivo. Acuérdese de cuando era niño y hacía una pregunta perfectamente válida. Si sus padres no podían o no querían contestarla, generalmente le decían «no hagas preguntas tan tontas», ¿no es verdad? Y usted se quedaba frustrado e ignorante. Pregunte siempre. Es mejor no encontrar la respuesta que no hacer la pregunta. Cuanto más sepa y más preguntas haga, mejor entenderá la cuestión.
La etapa de preparación le ayuda a centrarse en la tarea:
• Ponga por escrito lo que ya sabe sobre la materia; basta con escribir palabras clave.
• Decida qué es lo que quiere del libro: ¿información general, datos suficientes para hacer un trabajo escrito o simplemente la respuesta a una pregunta concreta?
• Hágase siempre estas tres preguntas:
1. ¿Por qué estoy leyendo esto?
2. ¿Qué es lo que ya sé sobre el tema?
3. ¿Qué es lo que necesito saber?
Ponerse en un estado de aprendizaje es importante, porque esto le ayudará a alcanzar la máxima concentración. El capítulo 4, dedicado a la concentración, proporciona una serie de métodos que le ayudarán a centrarse en lo que tiene que hacer, aunque esté rodeado de distracciones en casa o en medio de un caos en el trabajo.
El objetivo de echarle una primera ojeada a un libro es familiarizarse con su estructura:
• ¿Cómo es el libro?
• ¿Tiene resúmenes o conclusiones?
• ¿Es todo texto?
• ¿Hay ilustraciones o fotos?
• ¿De qué tamaño es el tipo de letra?
• ¿La fuente elegida facilita la lectura?
• ¿El texto está repartido en secciones?
• ¿Es una serie de párrafos?
En el caso de un libro de 300 páginas, esa primera ojeada debería llevar alrededor de 10 minutos.
• Lea la cubierta y la contraportada, las solapas y el índice; échele una ojeada al glosario y la bibliografía.
• Determine la estructura del libro: títulos de los capítulos, subtítulos, fotos, gráficos, dibujos e imágenes.
• Elimine las partes del libro que está seguro que no necesita.
• Destaque las áreas que cree que necesita.
• Reafirme su decisión sobre lo que quiere obtener del libro.
• Si le queda claro que el libro no contiene lo que usted necesita, déjelo de lado. Se ahorrará así horas de trabajo.
Hay una gran cantidad de información que se puede obtener de cada una de las etapas de esta primera ojeada. He aquí algunas ideas sobre lo que debería interesarle durante esta etapa:
La cubierta es la primera llamada de un libro. Cualquier foto que aparezca en la cubierta está pensada para atraer su atención, así que es importante mirar más allá de la foto para descubrir si el libro le será útil o no.
Debería ser una buena indicación del contenido del libro. A menudo aparecen promesas del tipo «Leyendo este libro, usted conseguirá...». También podrá hacerse una idea de la facilidad de lectura del libro; si la palabrería que aparece en la contracubierta utiliza un lenguaje complejo, es probable que en el resto del libro pase lo mismo. Por el contrario, si los comentarios son claros, sencillos y fáciles de entender, hay más posibilidades de que el libro sea de lectura fácil.
Casi todos los libros tienen información en la parte interior de las cubiertas. Esta información generalmente consiste en resúmenes, información bibliográfica y una fotografía del autor. Todo esto le dará información sobre el autor y el punto de vista que refleja en el libro.
La introducción, que prácticamente nadie lee, es probablemente la sección más importante a leer en esta etapa de primer contacto con el libro. Generalmente la escribe otro experto en la materia y casi siempre contiene información sobre el autor y la experiencia que tiene en el campo sobre el que escribe.
El índice está pensado para ayudar al lector a encontrar lo que busca en un libro y probablemente sea la sección que consulta con mayor frecuencia. Al echar un primer vistazo al índice, vaya tomando notas. Si sabe que no necesita el contenido de un capítulo, anote por qué piensa que no lo necesita. En cuanto a los capítulos que sí le interesan, anote qué es lo que espera encontrar o las preguntas para las que busca respuesta.
Pueden ser excelentes fuentes de información. Contienen datos sobre el tema del libro en formato pictórico. Dado que casi todos nosotros recordamos mejor las imágenes que las palabras, le ayudarán a recordar lo que está leyendo. A los gráficos y fotografías no les eche simplemente un ligero vistazo; présteles atención, lea los títulos y las explicaciones y piense cómo encajarán en el marco que comenzó a construir en el Paso 1.
Son útiles pero a veces pueden resultar confusas si no se conocen las referencias relacionadas con su contenido. Mírelas brevemente sin tratar de memorizar o entender completamente lo que contienen. Si la tabla va acompañada de una breve explicación, léala pero sin dedicarle mucho tiempo. La información quedará más clara en el Paso 4, la lectura activa.
Es útil echarle un vistazo en esta primera etapa y ciertamente será muy útil en el Paso 3, dedicado a la lectura pasiva, que es cuando se estudia el lenguaje del texto. Al leer las secciones seleccionadas, el glosario resultará inestimable. Marque el comienzo de la sección de modo que cuando necesite conocer el significado de una palabra pueda encontrarlo rápidamente. Si el libro lo está usando para estudiar, mire si puede fotocopiar el glosario para ir añadiéndole notas fácilmente a medida que vaya trabajando.
La bibliografía generalmente indica los libros que el autor ha usado como referencia durante el desarrollo del libro. También dará una idea del nivel al que va dirigido. Si los libros mencionados en la bibliografía le resultan todos conocidos, tal vez el libro no sea lo suficientemente avanzado para sus necesidades. Si son nuevos para usted, entonces la bibliografía le servirá como una buena guía para futuros estudios.
En base a la información recogida durante este paso, podrá pensar con más claridad lo que el texto cubre. Repase su objetivo. ¿Sigue siendo el mismo que tenía antes de echarle un primer vistazo al libro o ha cambiado debido a lo que ha descubierto?
A estas alturas debería comenzar a serle posible ampliar su conocimiento y comprensión de lo que al autor está tratando de decir. Si el propósito del autor todavía sigue sin quedarle claro, trate entonces de discernir cuáles son los supuestos de los que parte.
Con demasiada frecuencia los especialistas escriben sobre el tema que dominan pero se olvidan de que muchas de las personas que leerán el libro no tienen la misma cantidad de años de formación, investigación y contacto con el tema que ellos. En consecuencia, el lenguaje puede ser complejo y las explicaciones básicas insuficientes. Si esto es así, considere qué preguntas necesita responder antes de seguir adelante con el texto. Con esas preguntas en mente, siga con el Paso 3.
Ahora que ya está preparado y conoce la estructura del libro, este paso lo familiarizará con otros dos aspectos, el lenguaje y la organización del libro. ¿Está lleno de jerga? ¿El autor es un «fanático de la lengua»? ¿Cómo está organizada la información? ¿Hay muchos ejemplos? ¿El libro propone un proceso paso a paso?
Saber cómo está organizado el libro le ayudará a identificar ideas y frases clave en el Paso 4, el de la lectura activa. La información puede estar organizada de distintas maneras:
• Cronológicamente. Primero, segundo, tercero, o por fecha.
• Con ejemplos. Si en el texto parece haber historias, entonces tal vez éstas son la evidencia de los argumentos que el autor expresa en la obra.
• Con ventajas y desventajas. Para descubrir esta estructura, busque palabras o expresiones como «pero», «por otro lado»y «sin embargo».
• Por un proceso. La actividad A lleva a la actividad B y luego a la actividad C.
• Destacando lo más importante/lo menos importante. ¿El autor coloca el núcleo de la información al comienzo o al final? Casi todas las noticias de los diarios presentan la información más importante al comienzo de la historia, seguida por los detalles necesarios para decir algo más sobre el tema y tal vez comentarios finales de personas implicadas o la opinión del periodista.
El paso de Lectura pasiva funciona mejor si se ha cumplido detalladamente el Paso 1: Preparación.
Leer un libro de 300 páginas de forma pasiva debe llevar sólo entre 10 y 15 minutos:
• Pasar la vista sobre las páginas a un ritmo de una página cada uno o dos segundos.
• Remarcar las palabras que destacan. Pueden ser nombres, palabras largas o técnicas, o palabras destacadas en negrita o cursiva.
• Decidir si el lenguaje es técnico, no técnico o sencillo. ¿Le resulta conocido?
• Buscar palabras que den pistas sobre cómo está estructurada la información. Comenzar a buscar las ideas principales.
• Fijarse dónde parecen estar los argumentos principales.
Un experimento y una nota importante
Si usted sabe lo que está buscando, lo encontrará. Si sabe por qué está leyendo el libro, sabrá qué es lo que está buscando. Se fijará en palabras relacionadas con su área de interés.
Pruebe a hacer lo siguiente: mire alrededor suyo y fíjese en todo lo que sea rojo. Sólo rojo. Observe cuántos tonos de rojo hay. Ahora cierre los ojos y recuerde todo lo que haya en la habitación y que sea azul... ¿Qué es lo que ha visto?
El principal objetivo de la lectura activa es identificar las ideas básicas de un texto y hay dos motivos para que sea todo un reto:
• Tal vez no conozca lo suficiente sobre el texto o el autor para reconocer cuáles son las ideas o argumentaciones. Esto es como que a uno le pregunten si tiene alguna duda sobre un tema del que no sabe nada; obviamente, sin saber de qué se trata, no sabremos qué preguntar. Cuanto más detenidamente cumpla con los Pasos 1 y 3 y más claro sea el propósito, más fácil resultará encontrar las ideas principales.
• El segundo reto es que tal vez usted no sepa en qué parte del texto es probable que se expliquen las ideas principales. Aunque la idea principal de casi todos los materiales bien escritos aparece en la primera frase del párrafo, puede estar en medio o incluso al final.
Conocer la clase de material que está leyendo le ayudará a determinar dónde es probable que esté la idea principal. Un texto escrito para informar probablemente tendrá la frase principal al comienzo del párrafo. Si el propósito es entretener, entonces la información clave es más probable que aparezca al final (como la frase o expresión graciosa de un chiste). Si el texto pretende disuadir al lector, la información principal puede aparecer al principio o en el medio. Durante los Pasos 1 y 3 busque la ubicación de la información principal, esto le ayudará a determinar la naturaleza del texto.
Ésta será la primera vez que haga algo parecido a leer:
• Determine la clase de material que está leyendo.
• Lea el primer párrafo de cada capítulo y la primera y última frase de cada párrafo.
• A medida que vaya adelantando con el texto, comience a identificar dónde es probable que aparezca la idea principal y centre más la atención en esas secciones.
• Evite leer párrafos enteros, porque esto le hará ir más lentamente.
La pregunta más importante de este paso es:
• ¿Qué es lo que quiere demostrar el autor?
Tache, destaque, subraye, trace círculos y tome notas a medida que vaya leyendo. Más adelante (ver página 80), aprenderá a hacer mapas mentales. Cuanto más detalladamente haga todo esto, más fácil le resultará seleccionar lo que realmente necesita leer.
Antes de entrar en el Paso 5, el de la lectura selectiva, deténgase un momento a pensar en lo que ha leído hasta el momento.
• ¿Ha tenido alguna dificultad con el contexto, el vocabulario o el contenido del libro?
• ¿El material que leyó le evocó pensamientos o sentimientos fuera de lo común?
• ¿Cuál era su actitud antes de comenzar a leer? ¿Ahora ha cambiado?
• A medida que fue cumpliendo con los Pasos 1 a 4, ¿su interés por el material disminuyó o aumentó?
• ¿Alguna sección le atrajo particularmente?
• ¿Encontró lo que estaba buscando?
• ¿Sus anotaciones son claras?
La tercera pregunta, sobre la actitud, es muy importante. Si se siente negativo con respecto a la tarea, la motivación y concentración disminuirán y seleccionar lo que necesita leer con precisión puede ser más difícil de lograr.
Antes de comenzar el paso siguiente, escriba preguntas a las que le gustaría encontrar respuestas en lo que tiene intención de leer. Por ejemplo:
• ¿Sobre qué trataba el material?
• ¿Cuáles eran las ideas principales que el autor intentaba transmitir?
Experimento de pensamiento (no lo lleve a cabo a no ser que esté dispuesto a perder mucho tiempo y malgastar gasolina)
Suponga que tiene que hacer un viaje de Londres a Edimburgo y que decide ir por carreteras secundarias todo el tiempo que sea posible. Suponga que nunca ha hecho un viaje así pero que igualmente decide no llevar ningún mapa. Al llegar a Edimburgo, compruebe el tiempo empleado en llegar, incluyendo el tiempo dedicado a dar vueltas y a preguntar para encontrar el camino. Vuelva a hacer el mismo viaje, pero en esta ocasión usando un mapa, y luego compare la diferencia de tiempo entre los dos viajes.
Lo mismo se puede aplicar a la lectura. Los primeros cuatro pasos, desde la preparación a la lectura activa, sirven para trazar el mapa a seguir. Una vez que sabe dónde va y cómo va a llegar a destino, la tarea es mucho más fácil de realizar.
El propósito de los cuatro primeros pasos es permitirle seleccionar lo que necesita o quiere leer y ayudarlo a leerlo inteligentemente.
Durante los cuatro primeros pasos usted ha decidido qué es lo que quiere leer, qué respuestas está buscando y cuál es su interés en el tema. Ha estudiado la estructura del libro, está familiarizado con el lenguaje que usa, ha leído parte del contenido y conoce bien qué elementos forman el libro. Ahora puede seleccionar las secciones que realmente necesita leer sin preocuparse si ha dejado algo de lado o no.
«Inteligentemente» se refiere al propósito inicial. Leer inteligentemente le ayudará a distinguir entre lo que necesita saber, lo que le gustaría saber y lo que sería divertido saber.
Para seleccionar lo que necesita saber para cumplir con el propósito establecido durante la preparación:
• Repase las notas que tomó en el Paso 1.
• Añada cualquier información relevante que haya obtenido durante la lectura.
• Conteste la pregunta «¿Ya tengo lo que buscaba?».
• Si responde que sí, deje de leer.
• Si responde que no, repase las palabras destacadas durante el Paso 3, el de la lectura pasiva, y vuelva a hacerse la pregunta «¿Ya tengo lo que buscaba?».
• Durante el Paso 4, el de la lectura activa, usted tomó notas. Repáselas y vuelva a preguntarse si ya tiene lo que buscaba.
• Si decide que necesita más información, ojee otra vez el libro y lea los trozos de texto identificado como relevante durante los cuatro primeros pasos.
• Si decide que necesita leer todo el libro, podrá leerlo con mucha mayor rapidez porque al haber completado los cuatro primeros del sistema de cinco pasos, sabrá lo que contiene el libro y lo que usted espera.
A estas alturas usted estará familiarizado con la presentación, el lenguaje y el contenido del libro. Le habrá dedicado aproximadamente entre 40 y 50 minutos y tendrá una idea bastante aproximada de cuál es su contenido.
Piense otra vez cuidadosamente qué es con exactitud lo que espera del material. El tiempo que le dedique al Paso 5 dependerá de lo que necesite. Tanto si usted quiere leer todo el libro o sólo un párrafo en una página de un capítulo, su decisión estará fundamentada y no habrá perdido el tiempo.
Piense en el sistema de cinco pasos y aplíquelo al resto de este libro.
Una de las mayores quejas sobre los libros de lectura rápida es que son demasiado grandes y leerlos lleva demasiado tiempo. Use lo que aprende a medida que lo aprende para aumentar la rapidez con la que lee este libro.
¿Lo sabía?
Si no sabe nada sobre un tema antes de comenzarlo, es prácticamente imposible recordar lo que lee. El sistema de cinco pasos le ayuda a construir un marco de conocimientos que facilita la retención y la memoria.
El objetivo del sistema de cinco pasos es permitirle reunir toda la información posible antes de seleccionar lo que quiere o tiene que leer. Dependiendo del material, las razones y el tiempo disponible, podrá usar el sistema de formas diferentes.
Cuanto más entienda el contenido de lo que está leyendo, mejor será su comprensión cuando lea en mayor profundidad. La naturaleza del significado obtenido del proceso de cinco pasos dependerá de lo que esté buscando. Se pueden sacar diferentes niveles de significado de un texto y cada nivel requiere un tipo de lectura diferente:
• Significado literal. Es el significado exacto del texto. Consiste principalmente en hechos, cifras, fechas y nombres. Esta información tal vez haya que memorizarla y no se puede cambiar ni interpretar de modo diferente.
• Significado implícito. Esta información no se expresa directamente y puede requerir análisis. Si el autor dice «Hacía calor y era un día hermoso», la información implícita es que el sol estaba brillando.
• Significado inferido. Requiere un poco más de análisis, cuestionando al autor y examinando más detenidamente lo que quiere decir.
Fíjese en esta frase:
La mente humana es como un ordenador, el problema es que el ordenador viene con un manual y nuestra mente no.
• El significado literal de esta frase es que los ordenadores vienen con manuales.
• El significado implícito es que hay una cierta similitud entre la forma en que funciona un sistema informático y la forma en que nuestra mente parece funcionar.
• El significado inferido es que sabemos cómo funciona un ordenador porque tenemos un manual como guía, pero nunca sabremos cómo funciona nuestra mente porque no tenemos una guía que nos conduzca por el intricado camino de sus funciones. Si existiera un manual, no tendríamos ningún problema.
El significado inferido puede ser tan diverso como la imaginación del lector; en cambio, el significado literal y el implícito son un poco más restringidos.
Para comprobar cómo difiere la lectura cuando se buscan diferentes niveles de significado, lea el texto siguiente tres veces. Primero, busque sólo significado literal; a continuación, el significado implícito y, por último, lea el texto con la mente completamente abierta buscando el significado inferido y dándole al texto tantas interpretaciones diferentes como sea posible.
«Un directivo necesita comprender que todas las personas son
diferentes.»
Morris Taylor (impreso con permiso del autor)
Quienes eligen Psicología como carrera normalmente estudian (o al menos están en el aula) lo poco que se sabe y se enseña sobre el tema de las Diferencias Individuales, una expresión que debería expresarse por sí misma.
También exploran variaciones del tema del condicionamiento clásico (del tipo del perro de Pavlov) y siguen –por mencionar sólo algunos temas– con las teorías conductistas, de comportamiento social y otras teorías importantes sobre cómo y por qué los humanos se comportan de determinadas maneras. Y también tal vez aprenden algo sobre la teoría de la personalidad y las conductas (buenas o malas) que tenemos en grupo.
Quienes estudian Antropología –en concreto, Antropología Cultural– leerán sobre los comportamientos observables (y no observables) que se pueden demostrar (¿realmente se puede demostrar?) que se dan en todos los grupos humanos o, como mínimo, en amplios grupos culturales.
¿Podría ser que, debido a las Diferencias Individuales (y también a las culturales) no hubieran tantos comportamientos universales como podríamos pensar en principio?
Emmanuel Kant (que espero me perdone el trabalenguas con que lo parafraseo) dijo que hacer «bien» sólo estaba «bien» si se hacía en aras de hacer «bien».
Antón Tolman discutía a Haywood: «...la verdadera motivación intrínseca es generada por la sensación psicológica e interna de realizar una tarea “porque sí...”».
John Seddon dijo: «...lo que más me preocupa es que cuando la maestra te da un premio, tú puedes sentirte bien, pero los otros niños de la clase podrían sentirse dejados de lado».
Solía ser el caso que cuando los psicólogos hablaban de variables independientes en sus experimentos, entre otras cosas mencionaban los «estímulos materiales». Ahora se habla más de «estímulo en contexto».
Shakespeare dijo: «Nada es bueno o malo excepto que el pensamiento lo haga así».
¿Así que podría ser que si la maestra pega una estrellita dorada en nuestro trabajo como premio, el hecho tenga poco o ningún significado excepto el que nosotros como grupo (y por ende culturalmente) decidimos asignarle? ¿Y eso me permitiría afirmar con sensatez que el significado de una estrella dorada tiene tanto que ver con influencias culturales como tiene que ver cualquier otra teoría del comportamiento humano? ¿Y el significado cualquiera que le otorgamos a una estrella dorada se puede aplicar universalmente a todos los que reciban una de premio aunque los contextos no sean similares?
O, como dijo Deming, ¿todo el mundo es diferente?
¿Y «ser diferente» podría ser un principio universal de comportamiento?
Y eso hace que me pregunte: ¿hay realmente alguna diferencia entre una estrella dorada y una cuenta roja?
Ojalá lo supiera... pero no lo sé.
(Fuente: Morris Taylor, 1997, extraído de discusiones sobre la Deming
Electronic Network)
Antes de seguir adelante, ¿cuál era la idea principal del texto? ¿El autor estaba tratando de informarle, persuadirle o entretenerle? ¿Dónde estaba la frase clave? ¿La frase clave cambiaba dependiendo del significado que usted estaba buscando?
Este ejercicio remarca que usted encontrará lo que quiera encontrar. Es fácil darle su propia interpretación a lo que está leyendo y luego impedir que eso interfiera con el motivo por el que está leyendo. Es importante asegurarse de tener un propósito claro.
Cuanto más definido sea su propósito, más fácil será la lectura. He aquí algunas cuestiones a tener presente mientras lee que le ayudarán a mantener y ajustar constantemente su propósito.
• Aplicación. Mientras vaya leyendo, piense por qué está leyendo ese texto. ¿Cuándo lo va a aplicar, cómo será aplicar la nueva información, qué cosas se verán distintas después de haberla aplicado? ¿Cuánto de su propio conocimiento será incluido en lo que está aprendiendo?
• Predicción. Mientras vaya leyendo, haga una predicción de lo que cree que el autor va a decir. Cuando comienza una línea argumental, prediga cuál será el desenlace. Esto es algo que hacemos naturalmente cuando leemos una buena novela de detectives, pero también se puede hacer con igual eficacia al leer material que no sea de ficción. Haga una predicción de lo que el autor está diciendo y compruebe su predicción.
• Interacción. Leer es una actividad de dos direcciones. El autor tiene un mensaje que usted podría simplemente aceptar pero que no necesariamente significaría que haya aprendido algo nuevo. Interactuar con el autor es la mejor manera de asegurarse de que aprende y que puede aplicar lo que lee. Sea crítico con lo que lee, pero con mentalidad abierta.
• Solución. Muchos libros de no ficción están escritos como solución a un problema. Este libro en concreto es sobre lectura rápida. El problema es: «¿cómo se puede aprender a leer cualquier material que uno se encuentre de forma rápida, fácil y eficaz?». Mientras vaya leyendo, trate de contestar la pregunta sin esperar que la respuesta le sea revelada. Deténgase un momento y pregúntese:
– En base a lo que he aprendido hasta este momento, ¿qué puedo hacer ahora para leer con mayor rapidez, más eficacia y mayor facilidad que no hiciera antes?
– ¿Qué puedo cambiar sobre mi forma de pensar y leer que haga de la lectura una experiencia satisfactoria?
– ¿Qué tiene de bueno mi forma de leer actual?
– ¿Qué es ineficaz?
– ¿A qué retos me enfrento?
– ¿Cómo puedo resolver estos problemas en base a lo que he aprendido hasta ahora?
• Evaluación. Dedique unos momentos a resumir lo que ha aprendido en cada capítulo. A medida que lee el libro piense cómo encaja lo aprendido en cada capítulo con el capítulo que acaba de leer. Cuantos más vínculos pueda crear entre capítulos e ideas mejor será su comprensión y memoria.
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Paso |
Tiempo para un libro de 300 páginas |
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1. Preparación |
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• Determine por qué está leyendo y exactamente qué quiere del libro. • ¿Cuál es su propósito? • ¿Cuándo usará la información? |
Este paso no debería llevar más de 5 minutos. |
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2. Primera ojeada |
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• Familiarícese con la estructura del libro. • Eche un vistazo rápido al libro; fíjese en su estructura, los párrafos, capítulos, ilustraciones, gráficos y presentación general. |
Aproximadamente de 5 a 10 minutos. |
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3. Lectura pasiva |
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• Un vistazo para encontrar palabras clave y familiarizarse con el lenguaje. Su familiaridad con el lenguaje es un factor que determina la velocidad a la que será capaz de leer. |
Aproximadamente de 10 a 15 minutos. |
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4. Lectura activa |
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• Para familiarizarse con el contenido del libro lea el primer párrafo de cada capítulo y la primera frase de cada párrafo (si hace falta). |
Aproximadamente 30 minutos. |
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5. Lectura selectiva |
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• Lea sólo lo que necesita leer. • Pregúntese siempre: – ¿Por qué estoy leyendo esto? – ¿Cuándo voy a usar la información? – ¿Tengo lo que necesito? |
20 minutos por vez. |