Los amuletos más eficaces

 

 

 

La utilidad del amuleto depende, en gran medida, de la confianza que se deposita en él, puesto que la actitud genera una serie de vibraciones energéticas positivas que vuelven más accesibles los fines que se persiguen. Sin embargo, de entre los millares de objetos que el ser humano ha utilizado para protegerse, el paso de la historia ha realizado una sabia selección: muchos de ellos han caído en desuso y hoy permanecen ignorados, mientras que otros fueron salvados del olvido y conservados a través de las generaciones precisamente por su eficacia.

Los amuletos pueden ser llaves o anillos, brazaletes o colgantes. Muchas veces, ni siquiera están en contacto directo con la piel y es suficiente con que el individuo los lleve encima. Pero, de entre los numerosos testimonios de este vínculo humano con las fuerzas no visibles, los más eficaces son los que se enumeran a continuación.

Todos ellos son factibles, es decir, pueden ser realizados u obtenidos sin grandes esfuerzos; se considera que carece de valor el conocimiento de un objeto que, por ser sumamente difícil su obtención, resulta inaccesible.

 

 

Cada forma, un secreto

 

Cada amuleto posee un secreto, un don que le es propio, y es utilizado, por tanto, con una finalidad específica. Por ello, es importante saber verdaderamente qué es lo que se desea en el momento de realizar la elección.

Abanico. La moda de llevar un colgante con la forma de un pequeño abanico de oro o plata obedece a que es un símbolo de poder. También puede ser de cobre o bronce, pero siempre de metal. Puede colgar de pulseras, cadenas o llaveros. Tradicionalmente, se considera que conserva la belleza en las mujeres maduras. Se emplea como protector, puesto que asegura salud y bienestar a quien lo lleva.

Acebo. Es tradicional adornar la casa con hojas de acebo en vísperas de Navidad y dejarlas hasta después de Año Nuevo. En algunos países se considera que deben permanecer en la vivienda hasta que haya pasado la noche de Reyes. El motivo de este ritual procede de la creencia de que el acebo trae felicidad para la familia. Si está presente el primer día del año, se considera que asegura la unión familiar en los 364 días restantes. Una vez pasada la fecha, conviene quitar una hoja —ya seca— y llevarla siempre en la cartera o monedero, pues ayuda en las relaciones sociales.

Amatista. Puede decirse que es el mejor amuleto que se conoce. Nada se le puede comparar en poder y eficacia. Su fuerza es tal que se considera que trae suerte a toda persona que lo lleve, independientemente de cuál sea su situación. Desde luego, este poder es mayor en los nacidos bajo el signo de Piscis, pues la amatista es su piedra. Durante siglos, su fama estuvo tan extendida que se la llamaba indistintamente por su nombre o por el de piedra benéfica. Este amuleto trae buena suerte a los amantes, a los hombres de negocios, a los deportistas y a los cazadores. Absorbe las energías positivas en el campo afectivo, y quien lo lleve se sentirá más seguro de sí mismo, ya que la amatista tiene el don de eliminar los temores y las angustias que generan los sentimientos de inseguridad. Asimismo, es el amuleto más poderoso que se conoce para evitar que una persona se embriague, y también resulta muy eficaz en las neuralgias y otras afecciones nerviosas.

Balanza. Colgar de una cadena o de una pulsera una pequeña balanza protege contra la injusticia. Este amuleto no requiere el contacto con la piel y tampoco importa el material con que haya sido confeccionado. Basta con llevarlo a todas partes para gozar de su protección.

Campana. Figura siempre entre los adornos navideños más clásicos porque es considerada un símbolo de alegría. Antiguamente, en las comarcas rurales, se llevaba a los niños recién nacidos al campanario y se aguardaba allí hasta que comenzaban los tañidos. Se creía que su sonido atraía a los espíritus benignos. Tener una pequeña campana que suene en casa ahuyenta la adversidad y facilita la recuperación de personas débiles o enfermas. Los colgantes en forma de campana son buenos protectores si poseen badajo, y, por tanto, repican, aunque su sonido sea muy débil.

Candado. Se puede comprar un candado muy pequeño y convertirlo en llavero o incluirlo en el que ya tengamos. Puede ser de oro o plata y llevarlo como colgante, pues es símbolo de larga vida, buena salud y felicidad. Si se emplea como cierre de una pulsera, simboliza que quien lo regaló posee el afecto de quien recibió el regalo.

Colgante de papel. Con una cuerda o un trozo de tela, se hace un delgado collar o una pulsera y se cuelga de él un pequeño trozo de papel o pergamino con una invocación. Debe llevarse durante un periodo total de nueve días y nueve noches consecutivas. En la última noche, hay que desanudar la cuerda, con mucho cuidado, sin romperla, quitar el papel y arrojarlo por la ventana, hacia el viento, lanzándolo por encima del hombro izquierdo. Este amuleto resulta muy útil en etapas difíciles, ya que protege de la adversidad a quien lo lleva.

Colmillo. No todo el mundo sabe que un colmillo recto es un mal augurio, por lo que conviene apartarse de él. Uno curvo, por el contrario, es un imán de atracción de energías positivas. Un pequeño colgante realizado con un colmillo de tigre no sólo protege de los accidentes, sino que favorece la fecundidad; también proporciona fuerza y destreza, y es un buen aliado de quienes suelen practicar juegos de azar, pues emite influencias positivas para tentar a la suerte. Un colmillo de león puede resultar de mucha ayuda en periodos de convalecencia por enfermedades prolongadas.

Cuerno. Comprar un cuerno de animal o un colgante de metal en forma de cuerno es un indicio funesto y atrae influencias negativas. Pero encontrarlo o recibirlo como regalo protege contra la envidia, hace desaparecer las conspiraciones o las malas jugadas que pueden estar tramándose contra quien lo lleva y anula el mal de ojo.

Diamante. Además de las explicaciones detalladas que se ofrecen sobre esta gema en el capítulo «Las piedras mágicas», su inclusión en esta lista se justifica porque es uno de los amuletos más poderosos si se lleva sobre la parte izquierda del cuerpo. Esta es la causa por la que tradicionalmente las mujeres lucen anillos de diamantes en el anular izquierdo. En general, se considera de buen augurio que, por las características de su engarce, la gema se halle en contacto permanente con la piel. El diamante es la piedra natal de Escorpio y Aries, y de todas aquellas personas que se encuentran bajo la influencia del planeta Marte. Su poder es tal que protege contra todo tipo de males, imparte valor e intensidad a las acciones, y perseverancia a la voluntad de triunfar. Es el símbolo de la tenacidad, puesto que es la piedra preciosa más dura y resistente que se conoce.

Diente de tejón. Es el amuleto favorito que suelen llevar un buen número de jugadores. Ha de coserse en el forro de la chaqueta o de la americana el mismo día que tenga lugar el partido o competición. La suerte se pondrá de parte de quien lo lleve.

Disco. Una moneda agujereada en su centro, es decir, en forma de disco, es muy propicia para quienes desean tentar al azar. Debe ser de oro, plata o cobre y de curso legal, pero no de aleaciones de níquel, por lo que las monedas corrientes no sirven. Si se trata de una moneda antigua, es preferible que su año de acuñación termine en número impar. Si se confecciona, nunca será útil para quien la cree, sino para aquella persona a la que se regale, pues sólo recibida como obsequio o encontrada tiene su propio valor y otorga buena suerte en todos los juegos de azar.

Elefante. En general es un símbolo de buena suerte, siempre que lleve la trompa en alto. Un colgante en forma de elefante sirve para tomar decisiones acertadas en los momentos en que es necesario elegir, a la vez que asegura prosperidad. Por el contrario, si el elefante tiene la trompa baja atrae las influencias negativas. Si se posee uno con la trompa alta como objeto de adorno, el día 29 de cada mes hay que colgar de ella un billete de curso legal de bajo valor, doblado seis veces a lo largo. Este acto asegura éxito en los negocios y, si el 29 es viernes, promete dinero inesperado para el hogar.

Endrino. Es un árbol que goza de especial respeto, ya que es considerado un amuleto muy potente. Poseer un endrino en el jardín asegura la vida afectiva de los que viven en la casa. Antiguas tradiciones europeas aseguraban que si un hombre le declaraba su amor a una mujer bajo un endrino, el matrimonio sería duradero y feliz. Los cíngaros llevaban bastones de madera de endrino, pues creían que les ayudaba a regresar junto a sus seres queridos sin riesgos de ataques insospechados. Asimismo, en algunos pueblos aún se cree que todo lo que se anhele bajo la copa de este árbol tarde o temprano se convertirá en realidad. Un trozo de madera de endrino en contacto permanente con la piel sirve para neutralizar los malos augurios, y una hoja en la billetera suele resultar muy eficaz en el campo afectivo.

Escalera. En tiempos remotos, se creía que el espíritu de los difuntos ascendía desde las oscuras tinieblas hacia la luz salvadora mediante una larga escalera. Desde entonces, se considera que un colgante en forma de escalera —que llegó a estar muy de moda en otros tiempos— es augurio de paz espiritual.

Escarabajo. Se trata de uno de los amuletos más difundidos. Se pueden encontrar escarabajos incrustados en anillos, pulseras y colgantes. Proviene de Egipto, donde, en épocas remotas, se consideraba que tenía la propiedad de resucitar a los muertos; y de ahí procede la tradición de que es un amuleto que asegura una larga vida y una muerte pacífica. Los arqueólogos los hallaron frecuentemente colocados como adorno en los pectorales de las momias egipcias, y aún hoy, en Egipto, se venden como recuerdo turístico. Sea cual sea su diseño y color, es importante que alguna parte del cuerpo esté pintada de negro o tenga manchas negras para que cumpla su efecto de protección.

Herradura. Es uno de los amuletos más poderosos que existen y, por tanto, uno de los más conocidos y apreciados. La popularidad de la que goza proviene, seguramente, de su origen: las herraduras que llevan los caballos. El hierro es el metal más potente que se conoce contra el mal de ojo; su poder es tan grande que antiguamente, cuando se quería ahuyentar a una bruja o a una hechicera de una comarca, se echaba una herradura de hierro al fuego, ya que se consideraba que el calor que emanaba del metal candente bastaba para alejar los malos espíritus. Actualmente, se utilizan colgantes en forma de herradura o auténticas herraduras de caballo como amuleto de buena suerte. Sin embargo, es bueno saber que la herradura siempre debe estar colgada con las «extremidades» hacia abajo y cerca de la puerta de entrada —cuando se trata de un hogar— o cerca del corazón —cuando se trata de una persona—. Esta tradición proviene de una antigua creencia, según la cual los malos espíritus no pueden ascender, sino sólo reptar, por lo que se ven obligados a permanecer encerrados dentro del círculo abierto que forma la herradura.

Imagen de Isis. Según la mitología egipcia, la diosa Isis protegía a las mujeres y a todas las criaturas jóvenes. En Egipto, era tradicional que las mujeres llevaran medallas con la efigie de la diosa grabada. A través de los siglos, la representación más popular ha sido la de Diana, cuya imagen, llevada en una medalla, protege a las mujeres de accidentes fuera del hogar y de agresiones externas. Pero, para que su eficacia sea real, es preciso que se reciba como regalo o que se encuentre; además, tiene que estar en contacto permanente con la piel.

Llave. Este objeto, cuya tradición proviene de la América latina, tiene la virtud de ayudar a superar los obstáculos, es decir, «abre la puerta» hacia la consecución de los objetivos deseados. Cuando dos enamorados intercambian pequeñas llaves de oro como colgantes, se considera que cada uno abre al otro las puertas de su corazón. No es necesario que la llave sea de oro, pero debe ser de metal. Es fundamental que no tenga utilidad, es decir, que no abra ninguna puerta conocida, aunque se la incluya en el llavero con las de uso diario. Por este motivo, habitualmente la gente utiliza como amuletos llaves antiguas o con diseños bonitos.

Madrépora. En general, se emplea para combatir la calumnia y protegerse de la envidia. Pero si se incrusta en un pequeño colgante de plata en forma de corazón, resulta muy eficaz para ayudar a los niños y los ancianos a superar problemas de la piel.

Mano. Los amuletos en forma de mano son los más potentes que se conocen. Pero sus significaciones varían según el modo en que estén colocados los dedos y la palma. La llamada mano hindú, un adorno que estuvo de moda como colgante en la época de los hippies y los movimientos pacifistas, presenta los dedos extendidos y separados y atrae, sobre quien lo lleva, bondad, magnanimidad y ecuanimidad de espíritu. Representada en un tapiz o en cualquier otro objeto que se tenga en casa, actúa como protectora del hogar. La mano en forma de puño con el índice y el meñique extendidos como cuernos de toro es, como se sabe, un poderoso amuleto contra la mala suerte. En realidad representa, desde épocas antiguas, los cuernos de Satanás: se utilizaba contra el mal de ojo y el acecho de las desgracias. El puño cerrado con el dedo pulgar entre el índice y el corazón conforma la célebre figa de Brasil, que en España y otros países hispanoparlantes suele llamarse higa. Este amuleto, para ser eficaz, debe haber sido tallado por manos humanas, hasta darle su forma perfecta. En sus orígenes, protegía contra el mal de ojo, pero en la actualidad se le considera útil contra todas las influencias negativas que obstaculizan el camino hacia una meta ansiada. Puede llevarse como colgante o utilizarse como objeto de adorno en el hogar. Los más comunes son de madera con base de plata, bronce o cobre, o de piedras preciosas o semipreciosas con base de oro o plata. La llamada mano de Fátima presenta los dedos —tres, cuatro, cinco, pero frecuentemente seis— extendidos, y lleva una piedra en mitad de la palma, generalmente azul o verde. Proviene de Marruecos y es un augurio de buena suerte. Si la piedra tiene forma de ojo, protege contra las enfermedades.

Medialuna. Es el símbolo de lo femenino, de la diosa Isis, de los niños y de los enfermos jóvenes. Un amuleto con este diseño evita las discusiones, la violencia, las agresiones y los imprevistos peligrosos en las mujeres y los niños, pero carece de valor para los hombres.

Ojo. La representación de un ojo en piedras de diverso valor resulta eficaz para prevenir accidentes. Este amuleto está muy difundido en Centroamérica. En México, por ejemplo, es posible encontrar pulseras, anillos, colgantes y demás adornos realizados en forma de ojo y en diferentes tamaños.

Pelo de elefante. Recibir como regalo un anillo o una pulsera confeccionados con pelo de la cola de un elefante —generalmente se venden engarzados con pequeños cierres de oro o plata— constituye un amuleto de buena suerte. Protege a quien lo lleva.

Pez. Es un amuleto que contribuye a fortalecer los sueños, ya que intensifica las fuerzas que se ponen en acción para convertirlos en realidad. Es el símbolo de las ideas consecuentes y del ansia de superación a través de la perseverancia, y resulta eficaz en momentos en que se acomete una gran empresa. Si es de plata y tiene el cuerpo vertebrado y móvil, favorece la constancia en las acciones que se están llevando a cabo en ese momento.

Pie de liebre. Este difundido símbolo de la suerte no tiene los atributos que generalmente se le otorgan. En realidad, se trata de un amuleto inocuo, salvo que sea el pie de una liebre cazada un viernes del mes de marzo y puesta a secar al sol. En este caso, es un buen amuleto para infundir valentía y combatir la envidia. A nivel popular, existe la creencia de que es eficaz contra el lumbago.

Piedras. Las piedras halladas de manera ocasional junto al lecho de los ríos o a la orilla del mar pueden tener valor de amuleto. Si tienen un agujero, conviene recogerlas y colocarlas junto a la cama en la que se duerme habitualmente, pues aseguran buenos sueños. Si la piedra tiene un dibujo en colores contrastados y en forma de estrella, augura éxitos notables en el plano económico y protege contra los desastres financieros. Si aproximadamente la mitad es de un color y la otra, de otro, garantiza una buena vida afectiva. Una piedra plana con un hueco o una hendidura en su superficie debe guardarse cerca de la puerta de la casa, pues protege contra robos y accidentes.

Piel de serpiente. Una pulsera o un anillo de piel de serpiente con un engarce o cierre de oro —es fundamental que la piel y el oro estén en contacto permanente— es un amuleto muy poderoso para protegerse contra las enfermedades.

Punta de flecha. Las antiguas piedras pulidas que se usaban como puntas de flecha resultan una buena protección contra la envidia, siempre y cuando se coloquen sobre una superficie de madera. En general, también protegen contra el mal de ojo, pero sólo si han sido encontradas o recibidas como obsequio.

Rubí. Símbolo del fuego, posee un valor excepcional para las personas aficionadas a las ciencias ocultas, dado su poderoso influjo protector. El calor ardiente del rubí es fuego que vence al agua, por lo que resulta un buen amuleto contra los accidentes marítimos, las riadas y las inundaciones. Como colgante, protege del peligro de morir ahogado y de las tempestades. En contacto con la piel, el rubí —del que se hablará más detalladamente en el capítulo «Las piedras mágicas»— es un eficaz amuleto contra los envenenamientos. Cuando dos enamorados se intercambian rubíes de regalo, aseguran su felicidad futura, pues el fuego de la pasión será incesante y las discusiones fogosas irán seguidas de reconciliaciones volcánicamente apasionadas.

Ruda. Es una planta silvestre, de olor característico y muy fácil de encontrar en el campo. Si se guarda una hoja en una pequeña bolsa de tela, resulta eficaz para protegerse contra cualquier brujería; llevarla en la cartera atrae la buena suerte. En un hogar donde se está atravesando una mala época, es ideal que un amigo o familiar del sexo masculino regale una planta de ruda. Si a pesar de los cuidados muere, significa que la energía negativa es demasiado fuerte y es preciso combatirla de otra manera. Pero si vive, quiere decir que ha logrado ahuyentar la mala suerte. El efecto de la ruda abarca a hombres y a mujeres, siempre que estas últimas no sean quienes recojan las hojas, compren las plantas o las rieguen. En ese caso, su efecto positivo queda neutralizado.

Rueda. Una rueda de carromato empleada como adorno en el hogar es un amuleto que sirve para cambiar el camino de la suerte en los malos tiempos. Si las cosas van bien, la rueda debe mantenerse en la ubicación en la que se halla; pero si se atraviesa por un periodo funesto, conviene girarla. También se utiliza en pequeña escala como colgante para atraer la suerte.

Selenita. Esta extraña piedra lunar tiene asombrosos poderes cuando se trata de tomar decisiones importantes y no se halla el camino correcto. Pero, para que cumpla su función de amuleto, es necesario aguardar a que la luna desaparezca del cielo. En ese momento, hay que colocarse en la boca un trozo de selenita y concentrarse en el asunto sobre el que es preciso tomar la decisión durante cinco minutos. A continuación, se extrae la piedra de la boca y se guarda en un lugar oscuro. Por entonces, la mente ya se ha esclarecido y es capaz de escoger el camino más adecuado.

Serpiente. Los adornos en forma de serpiente suelen despertar el rechazo de muchas personas, ya que los consideran portadores de mala suerte; es un grave error. Desde tiempos remotos, tanto para los egipcios como para los aztecas, siempre ha sido un símbolo de sabiduría, longevidad y eternidad. La tradición exige que la serpiente esté hecha de oro. Una serpiente de plata o de cualquier otro material puede resultar bonita, pero como amuleto es ineficaz. Un anillo o una pulsera de oro en forma de serpiente son portadores de buenos actos, sagacidad y vida afortunada para quien los luzca, salvo en el campo amoroso, donde carecen de valor para atraer energías positivas.

Tegashiwa. Este es el nombre de una planta de origen chino que puede obtenerse fácilmente en los comercios especializados en productos dietéticos. La infusión que resulta de la cocción de sus hojas debe ser ingerida antes de realizar un largo viaje. En Oriente, y según una tradición milenaria, esta planta protege contra accidentes e imprevistos en los viajes. Asimismo, si un ser querido ha de ausentarse durante mucho tiempo, es recomendable colocar algunas hojas de esta planta en el dintel de la puerta, como amuleto que asegure un regreso sin inconvenientes.

Tortuga. Todo lo que está relacionado con este animal simboliza larga vida. Regalar un amuleto hecho con el caparazón de una tortuga equivale a desearle una vida prolongada. Poseer un objeto en forma de tortuga —preferentemente de marfil o bronce— protege contra el mal de ojo y la magia negra.

Trébol. No es probable que exista un amuleto más conocido que el trébol de cuatro hojas. Es usual llevarlo como colgante, hecho en oro o plata, como símbolo de buena suerte. Obsequiar este amuleto implica atraer la suerte a favor de la persona que lo recibe. Encontrar un trébol de cuatro hojas en el campo no es sólo un buen augurio, sino que asegura buena suerte.

Amuleto judeocristiano