Todas las construcciones, incluso la más sencilla, requieren un buen proyecto, una cuidadosa elección de los materiales y una minuciosa planificación del trabajo.
Cuando se quiere construir algo, lo primero que se debe hacer es trazar un esbozo general sobre papel; después, se pasa al proyecto propiamente dicho, escalándolo en papel cuadriculado.
Aunque no se sea un experto, es fácil determinar las dificultades que se van a presentar y la manera de resolverlas. Es muy importante tener claro cómo es el proyecto antes de pasar a su construcción, para no encontrarse con sorpresas a mitad del trabajo.
Un dibujo minucioso ayuda muchísimo, pero siempre debe tenerse en cuenta que la madera tiene sus limitaciones de uso tanto en las dimensiones como en el grosor.
PIEZAS NECESARIAS • 12 listones de abeto de 40 x 40 mm de 300 mm de longitud • 8 listones de abeto de 40 x 40 mm de 200 mm de longitud • 1 hoja de contrachapado de 30 mm • 1 hoja de contrachapado de 15 mm • 4 tablas de abeto de 250 x 35 mm y 1.800 mm de longitud • 4 tablas de abeto de 350 x 20 mm y 700 mm de longitud |
LISTA DE MATERIALES • 4 bisagras planas de 45 x 60 mm • 2 bisagras extensibles de 420 x 30 mm • Tornillos autorroscantes de bronce de 4 x 45 mm • Tornillos autorroscantes de 3 x 45 mm • Tornillos de 3 x 50 mm • Borde termosellador de 35 mm • Cola vinílica, fondo protector • Acabado transparente |
UTENSILIOS NECESARIOS • Sierra de vaivén • Taladro con brocas para madera • Sierra circular • Pistola térmica • Compresor • Lijadora orbital • Lijadora de banda • Pirógrafo • Pistola a presión |
Haga tres listas donde se enumeren: las piezas necesarias con sus correspondientes medidas; los materiales necesarios (pinturas, colas, tornillos, hierros, etc.); las herramientas necesarias para la construcción. Las dos primeras son imprescindibles; la tercera, a medida que el taller aumenta, resultará superflua.
En la preparación de las piezas que se necesitan, preste una especial atención a sus medidas: es mejor que sean generosas porque generalmente es fácil acortarlas, mientras que si son escasas, representan un problema.
Siempre que sea posible, en función del objeto que se construya, intente utilizar materiales de buena calidad.
Tenga en cuenta que gran parte del material antiguo puede ser reciclado: madera de muebles viejos, estantes, bancos, etc.; partes mecánicas, metales y otros materiales de viejos electrodomésticos se pueden encontrar en chatarrerías bien surtidas.
Cierta actividad de reciclaje inteligente es útil desde un punto de vista económico y también ecológico.
Uno de los elementos que más problemas plantea al constructor principiante es la medida de las diferentes piezas. Puede suceder que, para realizar una mesita, se proyecte una construcción con listones, por ejemplo, de 35 x 35 mm de sección. Una vez proyectada la construcción, se compran en la serrería los listones de dichas medidas y después se preparan y se lijan. Pero en el momento de ensamblar las piezas, se descubre que la sección ya no es de 35 x 35 mm, sino de 32 x 32 mm, porque al lijar los listones se ha eliminado material. Por este motivo, en la fase del proyecto siempre deben tenerse en cuenta no sólo las medidas «oficiales» de las piezas sino también las medidas «finales», tras la preparación, el cepillado y el lijado.
También es conveniente no olvidarse de aquellas partes de la construcción a las que hay que aplicar un fondo o que van selladas antes del ensamblaje. Estos materiales aumentan el grosor de las piezas y por ello deben tenerse en cuenta en la fase del proyecto.
El proyecto de la construcción en escala, sobre papel milimetrado, es un paso fundamental que no se debe saltar nunca. En esta fase, además de definir la forma y el tamaño de las piezas, se plantean y resuelven todos los problemas de ensambles, superposiciones, tipos de unión, etc.
Durante la fase de proyecto y elección de los materiales, hay que prestar mucha atención al tamaño de las piezas, porque tras el lijado y el cepillado medirán unos milímetros menos. Estas diferencias pueden provocar graves errores de construcción.
La madera de descarte es una valiosa fuente de materia prima para varias construcciones. Sin embargo, hay que prestar mucha atención a su calidad, a la presencia de nudos, a los alabeos y a las hendiduras. Un buen cepillado puede revelar un material perfectamente íntegro y válido.
No siempre es fácil decidir el tipo de material que vamos a usar, así como el grosor y las dimensiones. Por ejemplo: el lateral de un mueble de 65 cm de anchura y 95 de altura no se puede construir nunca con madera maciza, porque no existen árboles que permitan realizar tableros de dicha anchura. Mejor dicho, existen pero no se utilizan nunca para estos fines. Por lo tanto, es conveniente informarse sobre medidas de materiales alternativos como el contrachapado, los tableros alistonados, el aglomerado o el DMF.
Todos estos materiales tienen campos específicos de empleo, cualidades y defectos que los hacen más apropiados para una determinada utilización que para otra.
1. También hay contrachapado con hojas ya rechapadas de buena madera.
2. Aglomerado rechapado con canto redondo también laminado.
3. Aglomerado rechapado con canto sin chapar y borde de acabado.
4. Aglomerado chapeado en los cantos.
1. También hay contrachapado con hojas ya rechapadas de buena madera.
2. Aglomerado rechapado con canto redondo también laminado.
3. Aglomerado rechapado con canto sin chapar y borde de acabado.
4. Aglomerado chapeado en los cantos.
5. Lámina para aplicar al aglomerado para realizar un amplio plano.
6. El brillo es un elemento que hay que valorar en la elección de un material.
El acabado de la superficie de una construcción es muy importante.
Si se le aplica un pintura cubriente, la calidad y el veteado de la superficie no tendrán ninguna importancia (aglomerado, contrachapado, DMF), mientras que si quiere dejar la superficie vista con acabados transparentes se debe utilizar materiales con una superficie de buena calidad (madera maciza o laminada, aglomerados contrachapados, etc.).
Para elegir el material más apropiado también debe tenerse en cuenta la ubicación del objeto construido y su función. Los materiales que vayan a estar en contacto con agua o elementos húmedos (por ejemplo, floreros) no deben ser sensibles a la humedad, por ello se descartan aglomerados y contrachapados.
Las construcciones que estén sometidas a cambios de temperatura (por estar cerca de radiadores o expuestas al sol), es conveniente que se realicen con materiales estables (DMF, laminados) en lugar de madera maciza, ya que esta es mucho más susceptible de dilatarse y contraerse, provocando la aparición de fendas o hendiduras.
1-2-3. Los diversos accesorios que completan el mueble se deben elegir cuidadosamente, tanto en lo que se refiere al estilo como a los materiales y a la calidad. Evite la compra de herrajes baratos, porque seguramente durarán poco y pueden dañar la construcción. Generalmente, los herrajes se dividen en dos grandes familias: la destinada a permanecer a vista y la que desempeña su función en puntos no visibles. El primer tipo debe elegirse en función de la tipología del mueble, mientras que el segundo debe ser, sobre todo, robusto y funcional.
Un último elemento que incide en la elección de los materiales es la presencia más o menos relevante de herrajes (bisagras, cierres, juntas, brazos extensibles, etc.), porque en el montaje de dichas partes es necesario utilizar materiales sólidos de fibra compacta que no se partan bajo la acción de tornillos y clavos.
La madera maciza y la laminada, al igual que el resto de materiales alternativos, se encuentran disponibles en el mercado en diversos espesores. ¿Qué espesor debe elegirse para una determinada construcción? Siga esta sencilla regla: el producto acabado debe ser lo más ligero posible teniendo siempre en cuenta la robustez necesaria.
Por ejemplo, si quiere realizar una estantería en la que colocará libros, las repisas tienen que ser necesariamente de material robusto y de un grosor no inferior a 20 mm. Por el contrario, las paredes de un mueble zapatero pueden ser de contrachapado de 15 mm sin que la estructura se resienta.
1-2. Estos dos elementos (lateral de un mueble zapatero y estante de librería) están sometidos a esfuerzos de flexión completamente diversos. Esto implica una elección diferente de los materiales y un espesor adecuado a sus respectivas funciones. Cuando se proyecta una construcción, se debe valorar siempre los esfuerzos de flexión que algunas partes del mueble deberán soportar.
Para poder emprender cualquier tipo de construcción es imprescindible disponer de un pequeño rincón, como mínimo, para habilitarlo como taller.
En función del espacio del que disponga (puede tratarse de una bodega, un desván o un cuarto trastero) debe montar el taller de la mejor manera posible siguiendo criterios de orden y racionalidad, para que cuando realice cualquier trabajo sea realmente funcional.
Si cuenta con el espacio suficiente, debe organizar el local como si fuera un verdadero taller, dotándolo de repisas y armarios para disponer las herramientas y los materiales de manera ordenada y racional.
El taller debe estar bien iluminado. No tiene que faltar una robusta mordaza de apriete, y en lugar de tener un único banco de trabajo, es conveniente que disponga de dos o tres pequeños bancos para realizar trabajos diferentes (madera, encolados, barnizados, etc.).
Una pared bien equipada con estantes, cajones, elementos de suspensión, ganchos, soportes diversos, etc. le permitirá tener muchos materiales y utensilios necesarios en perfecto orden y a la vista.
El banco de trabajo es el elemento central e insustituible de cualquier taller.
Su forma, las dimensiones y la estructura general están condicionadas por dos factores: el espacio disponible y el tipo de trabajo que se realice con mayor frecuencia.
En el mercado se encuentran muchos tipos de bancos con características muy dispares: desde los fabricados únicamente con madera para los trabajos de carpintería hasta los «universales», en metal y con el sobre de madera; desde los de soldadura, realizados totalmente en metal, hasta los plegables y transportables.
Asimismo, en el mercado se encuentran portaherramientas con ruedas, provistos de cajones, compartimentos y repisas, que son muy prácticos, porque se pueden desplazar fácilmente a la zona de trabajo para tener a mano todo lo que se necesita.
El banco de trabajo con armazón metálico y plano en madera o DMF, provisto de mordaza y de tornillos de apriete, es extremadamente práctico para los trabajos de carpintería (sobre todo, si no dispone de demasiado espacio). Un banco de estas características es muy robusto y estable y permite fijar y trabajar piezas irregulares y de gran tamaño, se desplaza gracias a las ruedas y, cuando finaliza el trabajo, se puede doblar y apoyar contra la pared.
Es robusto y hermoso; está construido con madera de gran espesor. Suele estar provisto de la clásica prensa «paralela» de madera y de un sobre con «cavidades», en las que se introducen los bloques (de madera) contra los que se apoyan las piezas que se trabajan.
Para colocarlo necesita el espacio adecuado; es preferible no ubicarlo contra la pared sino en el centro del local, de manera que pueda moverse alrededor y trabajar las piezas por varias partes. Algunos modelos están provistos de cajones y estantes para herramientas y materiales.
1. En el mercado se encuentran los clásicos bancos de carpintería, muy robustos y estables. Es conveniente colocar el banco en el centro del local en el que se trabaja, en lugar de pegado a la pared, para tener acceso por todos los lados y poder trabajar más cómodamente.
Disponer de una buena provisión de utensilios es fundamental. Para que estén siempre ordenados y se puedan encontrar con rapidez, coloque una hoja de fibra de madera agujereada, fijándola con tornillos a la pared. Con los ganchos apropiados, podrá colgar los utensilios.
También es fácil construir uno mismo un portaherramientas de este tipo con paneles de aglomerado o contrachapado.
2. Algunos bancos metálicos llevan incorporados portautensilios muy prácticos.
La instalación eléctrica se tiene que poner a punto, siguiendo las disposiciones de seguridad vigentes. No debe faltar el interruptor diferencial y un sistema eficaz de toma de tierra, para protegernos de posibles fugas de corriente.
Durante los trabajos con producción de astillas, polvo y otros elementos peligrosos, debe ponerse siempre guantes, gafas y mascarilla. Evite las camisas con mangas acampanadas y las corbatas (las herramientas en movimiento las pueden aprisionar). Quítese siempre los anillos de los dedos y recójase el pelo.
Debe guardar bajo llave los materiales y las herramientas potencialmente peligrosos. También debe hacerlo con los materiales cáusticos o venenosos.
Los guantes y las gafas son absolutamente necesarios para proteger manos y ojos de posibles proyecciones de materiales durante los trabajos de corte. Si se produce polvo, es conveniente el uso de la mascarilla.
Botiquín de primeros auxilios
Si no está acostumbrado a realizar trabajos manuales, es fácil que pueda llegar a sufrir algún accidente. Por este motivo, es necesario adoptar todas las medidas de seguridad posibles. La instalación eléctrica debe estar provista obligatoriamente de un salvavidas y de una toma de tierra. Es conveniente que instale un sistema de control eléctrico que, si se produce un apagón mientras una herramienta está en funcionamiento, no permita que esta siga funcionado cuando vuelva la corriente.
Por último, en su taller nunca debe faltar un botiquín de primeros auxilios bien provisto de desinfectantes, hemostáticos, tiritas y todo lo que pueda ser útil en caso de heridas.
Una vez que disponga de todo el material necesario, puede proceder a la preparación de las piezas.
Tener a mano las herramientas y los utensilios necesarios mientras se trabaja es un buen hábito: es preferible que emplee más tiempo en la preparación del trabajo, a que después pierda mucho más buscando una herramienta o un material.
Trabaje siempre con mucha luz y adopte las medidas necesarias de seguridad: guantes de protección, gafas, si es necesario, una ropa resistente de manga larga y sin volantes ni accesorios: corbatas, cinturones y demás pueden quedar atrapados en los engranajes de una máquina.
Quítese los anillos y póngase una gorra en la cabeza.
Instale en su taller un salvavidas móvil (si la casa aún no dispone de uno).
Generalmente, es muy práctico que antes de encolar o atornillar las piezas se cerciore de que estas encajan bien.
Por este motivo, es aconsejable que realice un montaje provisional de toda la construcción o de algunas partes de esta, para comprobar la perfecta coincidencia de los ensambles, de los cierres y de las posiciones de las piezas. Cuando todo esté correcto puede proceder al ensamblaje final.
Siempre que sea posible, este ensamblaje debería iniciarse y acabar en una sola sesión de trabajo.
Si se trata de una construcción más laboriosa que comporta un largo tiempo de trabajo, es muy útil que en cada sesión se fije unos objetivos parciales y los cumpla. En otras palabras, es necesario prever fases constructivas completas que permitan realizar partes de la construcción general para que al final se puedan unir y ensamblar en una única sesión de trabajo.
Cada vez que interrumpa el trabajo, desenchufe las máquinas eléctricas de la corriente, limpie las herramientas y colóquelas en su lugar, sobre todo las que puedan resultar peligrosas en manos de personas inexpertas. Cuando la construcción está ensamblada por completo, hay que lijar, cepillar y pulir, y sólo después se debe someter a prueba.
Sea un juez severo y no dude en trabajar de nuevo en la construcción para evitar daños posteriores: algunos minutos perdidos en esta fase evitan graves problemas en el futuro.
Antes de proceder al encolado o el atornillado de las piezas de una construcción, pruebe un montaje preliminar juntando las piezas. A menudo, esta precaución elemental evita errores muy graves.
En el corte de los elementos, calcule siempre de más para disponer de un cierto margen que permita uniones y definiciones cómodas, sin el riesgo de estar «bajo medida».
Por lo general, tras haber finalizado el ensamblaje, la superficie de un objeto se trata tanto para protegerlo del moho y de los parásitos como para aumentar su valor estético.
Sin embargo, en ocasiones es necesario tratar previamente algunas piezas, porque cuando ya están ensambladas su superficie es inalcanzable.
En cualquier caso, es conveniente dar a cada material el tratamiento de protección y acabado más apropiado. No se aplica un barniz transparente a un aglomerado, al igual que no conviene aplicar una pintura cubriente a una bella madera laminada.
Recuerde que la madera vista es siempre muy bella, pero las pinturas cubrientes preservan los materiales derivados de la madera de forma muy eficaz.
Cuando acabe un trabajo limpie bien los utensilios. Limpie las hojas de los serruchos y engráselas. Cepille todas las máquinas eléctricas y elimine restos de cola de los utensilios manuales. Lave los pinceles y colóquelos en su sitio ya secos.
Para realizar cualquier trabajo es necesario disponer de utensilios manuales y eléctricos muy importantes.
Entre estos últimos cabe destacar el taladro, la sierra de vaivén, la lijadora orbital, la sierra circular, etc. Estas máquinas poseen numerosos accesorios, disponibles en los comercios del sector, que aumentan notablemente sus prestaciones.
Quién desee realizar construcciones en madera con mayor rapidez puede utilizar una máquina universal. Se trata de una máquina con uno o más motores eléctricos (y un amplio plano de trabajo) que puede realizar varias tareas: cortes, desbastes, cepillados, fresados, agujeros, acanalados, etc.
1. Un accesorio indispensable para un agujereado preciso es el soporte vertical de columna para taladro eléctrico. Existen varios modelos.
2. Soporte vertical de columna provisto de un plano móvil para realizar fresados de óptima precisión con el taladro.
3. Con el taladro también se pueden realizar bellos torneados, utilizando los correspondientes accesorios que se fijan en el borde del banco de trabajo.
4. La lijadora orbital es uno de los utensilios indispensables para lijar a la perfección cualquier superficie de madera o de sus derivados.
Cuando se quieren llevar a cabo pulidos más contundentes es necesario utilizar la lijadora de banda.
5-6. La sierra de vaivén, que se puede utilizar a manos libres o en colocación fija, realiza cortes perfilados en espesores de hasta 45-50 mm.
1. La sierra circular de banco es fundamental para cortar piezas con precisión siguiendo líneas rectas. La sierra circular portátil también se puede fijar en bancos especiales (como el de la imagen), que la transforman en sierra circular de banco.
2. La grapadora es un utensilio muy útil, sobre todo para «hilvanar» una construcción. Existen modelos manuales y eléctricos que pueden clavar grapas y también clavos.
3. Con las máquinas especificas para la elaboración de la madera se pueden realizar construcciones de manera rápida y precisa.