EL NIÑO ARIES
Aries Periodo: del 21 de marzo al 20 de abril Elemento: fuego Cualidad: cardinal, masculino Planeta: Marte Longitud zodiacal: de 0º a 30º Casa zodiacal: primera Color: rojo Día: martes Piedra: rubí Metal: hierro Flor: geranio Planta: romero Perfume: madreselva |
Vitalidad, exuberancia y espíritu de iniciativa son las cualidades-clave de Aries, por pequeño o grande que sea: una auténtica concentración de energías, que se manifiestan sin término medio desde la más tierna edad. Si su bebé será un pequeño «hijo de Marte», deberá estar entrenado: tendrá que correr un poco para poder seguir a este terremoto en miniatura. Bromas aparte, su carácter independiente no tardará en manifestarse y desde recién nacido intentará imponer sus gustos personales: cuando empiece a mamar rechazará los horarios fijos y chillará de una forma potente y prolongada si su voluntad es contrariada; de hecho, en esa cunita rosa o azul palpitan los bramidos de rebeldía... Apenas haya aprendido a gatear, no deberá quitarle nunca el ojo de encima: detesta estar confinado o limitado al espacio de un parque —y aún menos se quedará sentado en su sillita entretenido con algún juguete— y, además, tiene un verdadero talento para meterse en líos.
Dotado de un temperamento de pionero, además de poseer un notable coraje, le gusta aventurarse por cada rincón inexplorado, adueñarse de cualquier objeto desconocido (que no tardará en romper), y le atraen mucho las máquinas (electrodomésticos incluidos) y todo lo que ve comer a los mayores. El espíritu de imitación, muy acentuado en todos los niños, en él (o ella) está particularmente arraigado: quien nace bajo el primer signo del Zodiaco también quiere ser el primero en la vida, quemar las etapas, conquistar lo más pronto posible su lugar, su autonomía. Así pues, el niño Aries será un niño precoz, muy poco enmadrado o mimoso (a no ser que tenga fuertes valores en signos como Tauro, Piscis o Cáncer). Entendámonos: no es que los pequeños Aries no sean afectuosos, al contrario, son muy expansivos y capaces de tener arrebatos muy afectivos, pero son más bien rudos en sus manifestaciones, poco inclinados a la ternura y muy «físicos» en demostrar sus afectos.
De temperamento alegre y proclive al entusiasmo, básicamente son sinceros, directos y no saben disimular sus estados de ánimo —ni de mayores serán buenos contando mentiras—: sienten una gran satisfacción en afirmar su personalidad, su voluntad, para esconderse detrás del mezquino expediente de una mentira. Desde sus primeros años, el niño Aries tenderá a imponerse abiertamente, enfrentándose a las prohibiciones de los padres e intentando asumir el rol de «jefe», ya sea con los hermanos o hermanas o con los demás niños. Por lo tanto, puede ser un poco difícil educarlo: vivaz como es, no será fácil conseguir que se esté quieto o que se calle cuando sea necesario, y no hablemos de enseñarle los buenos modales. De hecho, la extrema franqueza de su carácter no le permitirá nunca besar a alguien a quien deteste o pedir perdón a un amigo cuando está convencido de que él tiene razón. Así pues, es necesario poner freno a su exuberancia, ya sea para vivir más tranquilo, ya sea para habituarlo a relacionarse armónicamente con los demás.
Aries tiene un fuerte sentido del Yo, lo que le hace instintivamente poco sensible a las exigencias de los demás; por lo que es necesario intentar suavizar un poco las asperezas de su carácter. Lo mejor será, entonces, establecer desde un principio los límites de su autonomía, sin mostrarse débil o condescendiente solamente para aplacar sus gritos. Luchador nato, él estará midiendo su fuerza contra la suya, y si le da a entender que está dispuesto a ceder, se lanzará a otra batalla seguro de su victoria final. Por otra parte, cambia mucho de gustos, y raramente algo le interesa más de media hora: si usted consigue controlar los caprichos momentáneos, al cabo de un rato él ya se habrá olvidado. Una firmeza serena parece ser la mejor arma para atajar sus reivindicaciones. Siempre que sea posible deberá intentar explicarle los motivos, motivarle, pero siempre haciéndole sentir su autoridad como padre/madre.
Aries tiene muy desarrollado el sentido de la jerarquía (por ello es el signo asociado con los militares), lo que en una edad adulta le puede ser muy útil para «saber permanecer en su sitio»; por lo tanto, necesita tener delante un cuadro de lo que puede o no puede hacer, y de las consecuencias de sus posibles transgresiones. El niño Aries soporta mal los castigos, que son una herida para su amor propio; pero cuando infringe gravemente las reglas es preciso castigarlo, sin por ello reprimir su contenida independencia. Nada de amenazas ni reprimendas, pues, es fácil que no se las tome en serio, pero si lo hiciese podría perder aquel entusiasmo, aquella confianza en sí mismo que son algunas de las cualidades más hermosas, también en la edad adulta, que posee. En otras palabras, conviene estimular su sentido de la responsabilidad haciendo hincapié en su autonomía: los resultados pueden ser sorprendentes.
Sociables y nada tímidos, los niños Aries no temen los conflictos, al contrario, van a buscarlos con sus compañeros, y puesto que piensan primero en ellos mismos no tienen escrúpulos a la hora de apropiarse de los juegos o meriendas de los demás: un auténtico «botín de guerra» de su pequeño universo. Tampoco se echan atrás cuando se trata de «levantar la mano», al contrario, a menudo suelen ser ellos los primeros en comenzar una pelea para afirmar, sin medias tintas, su supremacía, incluso con sus compañeros más mayores. Por lo tanto, conviene acostumbrarlos desde pequeños a vivir pacíficamente con los demás, enseñándoles con paciencia las reglas propias del civismo y vigilándolos en el caso de que se olviden de ellas. Sin embargo, no son egoístas, al contrario, tienen un corazón muy generoso: es el espíritu de conquista lo que los motiva, no el deseo de posesión.
Son exuberantes, necesitan moverse y jugar constantemente, preferiblemente al aire libre, y puesto que prefieren los juegos «físicos» es conveniente que dispongan de un espacio donde puedan correr, saltar, gritar y desahogar su vitalidad. Son muy temerarios, pero no temen los pequeños infortunios: en las eventualidades, los exhiben con cierto orgullo y no tardan en cimentarse nuevamente sobre las mismas empresas que los han causado para demostrar así su fuerza y su desprecio por el peligro. Sin embargo, será muy difícil obligarlos a que realicen actividades sedentarias, juegos de paciencia, invitarlos al dibujo o a la lectura; no obstante, pueden apasionarse por los juegos mecánicos, de montar y desmontar, por no hablar de pistas de coches, batallas imaginarias u otras actividades en las que poder manifestar la aventurera combatividad de su temperamento. Estos juegos, por lo general «masculinos», gustan también a las niñas Aries, que no son muy distintas de sus compañeros. Ellas también prefieren los juegos dinámicos en los que poder desarrollar su rol de líder. Salvo excepciones (o excepto padres que repriman sus instintos independientes), no son niñas miedosas ni vanidosas, y en cuanto al impulso de independencia no tienen nada que envidiar a los niños; quizá se comporten de manera distinta, intentando imitar a su madre en sus actividades y mostrándose precozmente responsables para ganar mayor autonomía, pero siempre tenderán a mandar, a hacer de guía de sus amigas, impulsar empresas y juegos nuevos, además de alguna que otra travesura.
Para todos los niños en general, y sobre todo para estos pequeños torbellinos, la ropa debe ser lo más cómoda y deportiva posible. Si desea vestir a su pequeña Aries con adornos femeninos, hágalo desde muy pequeña, porque luego le convendrá optar por soluciones más simples e... indestructibles.
El deporte es muy adecuado para desahogar la gran energía de los pequeños Aries, mejor aún si se trata de un deporte en equipo que, junto con la disciplina, puede enseñarles la importancia de colaborar con los demás, de comprometerse juntos para alcanzar un resultado colectivo.
Puede llamarlo...
Después de este breve retrato, ya puede comprender hasta qué punto es importante elegir nombres adecuados para pequeños tan vivaces, pero lo suficientemente susceptibles como para ofenderse si alguien está dispuesto a tomarles el pelo debido a un nombre anticuado o inapropiado.
Por lo tanto, sería una buena idea escoger un nombre corto —quién sabe cuántas veces deberá llamarle antes de que le responda, absorto como estará en sus aventuras...—. Los nombres de flores no son muy apropiados, salvo algunas excepciones, como por ejemplo Dalia, flor dedicada a Marte, planeta-guía del signo y determinado por el número 9.
Entre los nombres femeninos, son muy adecuados Rosa o Rosana, que aluden al color rojo de Aries, o bien Marta, que significa dedicada a Marte. También resultan muy adecuados Alida («noble en batalla»), Vera (que alude a la pureza del alma de Aries), Anita (que refleja un temperamento fuerte y altruista), Carmen (que denota un espíritu libre y enemigo de los compromisos), Electa («destinada a sobresalir»), Liuba (que significa «amor»), Novella («nueva», en sintonía con la estación de Aries, que da inicio a la primavera).
Para los niños son muy adecuados Andrés, nombre viril por excelencia que se adapta muy bien a los valores masculinos de Aries. Si le gusta la idea de subrayar el carácter audaz de su bebé y le atraen los nombres importantes, puede elegir Aquiles, Atila o Ciro, apelativos «guerreros» que no necesitan presentaciones, o bien Hermán («nombre de guerra») o Martín («dedicado a Marte»).
Y como nombres más exóticos recordamos Ariel (es el nombre de un espíritu del aire), Jamil (apelativo árabe que significa «fascinante»), Drago y David (el primero es eslavo y el segundo hebreo, ambos significan «amado»).
La importancia del ascendente
Consulte las explicaciones de la página * para descubrir en qué signo cae el ascendente de su hijo y poder así completar su retrato.
Aries ascendente Aries
Subraye los rasgos que más destacan del retrato-tipo y tendrá los de su bebé: un concentrado de energías e impulsos, que requerirá mano dura y sanos principios para inculcarle ya desde el principio, pero que también le contagiará su entusiasta alegría de vivir.
Aries ascendente Tauro
Este niño está dotado de un temperamento más tranquilo, fiable y reflexivo, es menos agresivo, pero notablemente más obstinado. Afectuoso, pero celoso y posesivo, pretenderá constantes demostraciones de su amor, pero también se mostrará sensible a los pequeños incentivos materiales.
Aries ascendente Géminis
Es un niño particularmente curioso y vivo, sobre todo mentalmente: deberá ser estimulado constantemente con la finalidad de evitar que se aburra. Sociable y hablador, no le resultará difícil hacer amigos; y puesto que es inconstante, deberá ser guiado en todo momento para que no desperdicie sus numerosas cualidades.
Aries ascendente Cáncer
Tiene un carácter lunático y contradictorio. Es sensible, emotivo y su humor es muy variable. Necesita muchos mimos y reafirmaciones, a las que responderá con gran afecto. A veces mostrará cierta agresividad, que se manifestará de manera caprichosa.
Aries ascendente Leo
Orgullo, egocentrismo, una extrema vitalidad y tendencia a mandar ya desde muy pequeño caracterizan a este niño, colmado de grandes dotes creativas, carisma personal, coraje y generosidad. Su innata presunción deberá ser oportunamente mitigada para que no se convierta en arrogancia.
Aries ascendente Virgo
Tímido, prudente y nervioso, este niño se deja convencer fácilmente por el razonamiento, además de con pequeñas recompensas por sus progresos. Está dotado de un agudo sentido crítico, que deberá ser reafirmado con frecuencia ya que eventuales fracasos pueden angustiarlo.
Aries ascendente Libra
Los impulsos agresivos son menos evidentes, ya que están mitigados por el autocontrol y el sentido de la medida. Es un niño tranquilo y dócil, pero que sabe hacer valer sus propias razones: de hecho, tiene un gran sentido de la justicia. Ama la compañía y los juegos en grupo.
Aries ascendente Escorpio
Tiene un temperamento fuerte, temerario e imprudente. Tiende a imponerse y a rebelarse sin medida. Es muy posesivo en los sentimientos. Siente una pasión desenfrenada por la exploración y el reto, y cuando tiene un objetivo preciso que desea alcanzar, nada lo detiene.
Aries ascendente Sagitario
Es de carácter alegre, sociable, sincero, entusiasta y muy vivaz tanto física como mentalmente. Necesita un espacio propio, movimiento y practicar deporte, además de estímulos intelectuales. Su idealismo deberá ser guiado con lecciones de sentido práctico.
Aries ascendente Capricornio
En este caso, la precocidad de Aries se manifiesta con un desarrollado sentido de la responsabilidad. Es un niño serio, fiable y no demasiado sociable. La educación y el ambiente familiar serán una impronta decisiva en su futuro, por lo que es preciso que sean de óptima calidad.
Aries ascendente Acuario
¡El motor de este pequeño es la libertad por encima de todo! Es muy imaginativo e independiente, pero un poco egoísta. Insensible a las obligaciones, busca siempre actuar a su manera; más que en familia, se encuentra mejor entre amigos, con los cuales se siente más libre.
Aries ascendente Piscis
En este caso, aumentan la sensibilidad y la intuición y disminuye la violencia. Su carácter es un poco inestable, pero afectuoso, con tendencia a tener detalles que le hacen perdonar cualquier capricho. Debe ser guiado para que aprenda a conciliar la dulzura con la fuerza.
EL NIÑO TAURO
Tauro Periodo: del 21 de abril al 20 de mayo Elemento: tierra Cualidad: fijo, femenino Planeta: Venus Longitud zodiacal: de 30º a 60º Casa zodiacal: segunda Color: verde Día: viernes Piedra: zafiro Metal: cobre Flor: rosa Planta: cereza Perfume: rosa |
El niño Tauro tiene un carácter tranquilo y siempre está dispuesto a disfrutar de todos los placeres. Si su bebé será un pequeño «protegido por Venus», deberá saber que el alimento es su primer gran amor, a través del cual establece un vínculo estrecho e indisoluble con la madre, sobre todo si esta le da el pecho. La regularidad y la abundancia de sus comidas serán sus primeros puntos de referencia. Durante los primeros meses de vida bastará con asegurárselas con mimos en una ambiente tranquilo y relajado, y si se encuentra bien no se quejará de nada y se dormirá tranquilo y feliz. Pero cuando sea más mayor la relación con la comida será una constante en su carácter: la falta de apetito será un síntoma de infelicidad o malestar, mientras que la glotonería (sobre todo de dulces) con frecuencia será una válvula de escape para paliar sus pequeñas desilusiones. Ávido de amor y seguridad, el niño Tauro ama los mimos, los abrazos y las cordialidades; pretende tener la exclusiva de su mamá y de su papá, y sólo con cierto esfuerzo acepta «compartirlos» con sus hermanos y hermanas.
Normalmente no resulta problemático ocuparse de estos niños: de carácter tranquilo y amantes del buen vivir, tienen ritmos lentos, son un poco perezosos y no dejan oír su presencia; raras veces son vivos y curiosos, al contrario, son más bien prudentes y a la larga se preservan de los peligros gratuitos. Toman contacto con el mundo a través del placer, experimentando olores y sobre todo sabores: todos los niños tienden a meterse en la boca cualquier objeto, pero lo que realmente guía a los pequeños Tauro es un instinto irreprimible, hasta el punto de que la tentación de probar cualquier cosa puede resultar para ellos la principal fuente de «incidentes». Y el placer, la palabra clave del temperamento de los Tauro, va unido a la posesión; de modo que cualquier cosa que les gusta debe forzosamente ser de su propiedad, principio que aplicarán con tenaz intransigencia durante toda su vida. Así pues, será preciso estimular su generosidad, enseñarles a dar y compartir. Como son de naturaleza afectuosa, el amor es el resorte que desencadena la disponibilidad para dar; la lógica es: «Esta cosa es mía, te la doy porque te quiero y, por lo tanto, tú también eres un poco mío».
Su extrema testarudez y la escasa adaptabilidad pueden ser un obstáculo para hacerle digerir a este niño algo que no le guste: sus «quiero» y «no quiero» son inamovibles como un monolito y es capaz de insistir sin piedad hasta que no sean satisfechas sus exigencias. Pero pese a ello, en el fondo no es difícil obtener de él aquello que se desea, porque no tiende al conflicto ni a la desobediencia, y está colmado de sensatez: la dulzura y el razonamiento son los métodos adecuados para afrontar y resolver cualquier problema. Y en el caso de que eso no fuera suficiente, es raro que se rebele ante imposiciones impartidas con autoridad. Sin embargo, no conviene aprovecharse de su carácter tranquilo, pues pese a ser manejable tiene una memoria infalible y no olvida una injusticia o una promesa no cumplida, de la que se quejará durante largo tiempo. Cuando un pequeño Tauro se enfada se recluye en un mutismo obstinado y vengativo: privar a los demás de su amor es su manera de manifestar su descontento. Pero no siempre se queda aquí: si se le provoca sin remisión, puede perder la calma y estallar en ataques de ira tan furiosos como infrecuentes. Por lo tanto, lo mejor es evitar enfrentamientos y, sobre todo, proceder de un modo que no alimente rencores. Los niños Tauro tienden a acumular sentimientos negativos, que, cuando hayan crecido, se podrán manifestar con rebeldías radicales y definitivas.
Su naturaleza serena se manifiesta del mejor modo posible cuando puede contar con afectos y situaciones seguras: signo fijo, el Tauro detesta los cambios y necesita certezas que, en un primer momento, encuentra en las cosas tangibles, materiales. Por lo tanto, los momentos de cambios forzados, como el comienzo de la escuela, pueden resultar un tanto delicados: tener que cambiar los horarios y las costumbres y buscar nuevos puntos de referencia puede significar un problema para él. Pero una vez superado el escollo inicial y construido un nuevo conjunto de seguridades, se las apaña mejor que nadie: es ordenado y metódico, se entrega sin discutir a sus deberes y se muestra como un alumno disciplinado. Es poco competitivo, y es su amor propio lo que lo motiva: no se preocupa de competir con los demás, pero se encarga de que lo consideren bueno y aplicado. En el estudio avanza con cierta lentitud, pero una vez ha aprendido algo no se le olvida nunca; es más concreto que brillante; en general, es mejor en las materias prácticas, en matemáticas y en trabajos manuales. Es de naturaleza más bien sedentaria, no le resulta difícil estar inmóvil en los bancos del colegio o en la mesa de casa haciendo los deberes; sin embargo, puede ser duro apartarlo de los encantos televisivos, un cómodo pasatiempo en el que suele caer fácilmente, probablemente comiendo alguna golosina. Así pues, es imprescindible estimularlo para que reaccione ante la pereza y siga sus intereses personales: cualidades, por lo demás, no le faltan.
Tanto los niños como las niñas demuestran a menudo inclinaciones por el dibujo y la pintura: dotes de Venus que enaltecen la creatividad y el gusto artístico, un auténtico y verdadero talento. Así pues, conviene reforzar su potencial de artista con papeles, lápices, pinceles y colores en cantidad y no reñirle si «decora» involuntariamente su ropa o si deja trazos de colores por toda la casa. Y no olvide exponer en las paredes de casa alguno de sus trabajos o llevar consigo, en el bolso, una pequeña obra suya. La sensibilidad musical es otro de los regalos de Venus: intente educar musicalmente el oído de su hijo, así como a reconocer los ritmos y los instrumentos, y déjelo cantar a viva voz; si se percata de que tiene buena voz y entona, puede inscribirlo en un coro, o bien ponerle un instrumento en sus manos y observar (o mejor, escuchar) qué es capaz de hacer con él.
El especial sentido estético de los pequeños Tauro a menudo se manifiesta en cierta complacencia con la elección de la ropa y el cuidado del propio aspecto; simples, pero para nada desarrapados, aceptan gustosos la ropa bonita y no se escapan cuando su madre los peina y los perfuma.
Otro de los aspectos más destacados del temperamento de los Tauro es el amor por la naturaleza, que por desgracia para muchos niños de hoy en día resulta penalizado por la vida en la ciudad. Si vive en un apartamento y el balcón es su único espacio verde, intente que el niño se interese por las plantas encargándole su riego diario; y siempre que sea posible, llévelo a visitar parques y jardines donde no sólo podrá jugar sino aprender a reconocer flores y árboles. Pero sobre todo intente llevarlo al campo, donde Tauro se encuentra a sus anchas, donde podrá disfrutar de los animales y de los frutos de la tierra. Un poco de deporte también le sentará bien a este niño, que a menudo come mucho y no suele mostrar demasiado dinamismo. Intente estimularlo para que se mueva, preferiblemente al aire libre y en contacto con la naturaleza. El materialismo del signo se halla a sus anchas cuando puede tocar con la mano el valor de su esfuerzo: es por esto que, vencido su amor por la pereza, el Tauro adulto es casi siempre un trabajador eficaz y responsable. Los incentivos materiales son, por lo tanto, un medio perfecto para asegurarse su colaboración ya desde pequeño, naturalmente sin exagerar: una vez determinados los deberes que hay que cumplir «gratis», otórguele pequeñas responsabilidades mediante una recompensa y regálele una hucha en la que guardar el dinero ganado. Salvo en algunos casos, mostrará un gusto precoz por el ahorro y le gustará acumular monedas, que sólo gastará para comprarse algo que le guste mucho.
Puede llamarlo...
Ahora que ya sabe algo más sobre los gustos y las predisposiciones de estos afectuosos y mimosos «hijos de Venus», probablemente le surgirá de un modo espontáneo un nombre dulce, que evoque serenidad y reclame las bellezas de la naturaleza; evite los nombres duros, que signifiquen «guerrero», y agresivos. Son muy adecuados los nombres de flores, sobre todo los consagrados a Venus, el planeta-guía del signo: Violeta, Rosa, Jasmine, Margarita (o su diminutivo sueco, Greta), y para un niño, Mirto, arbusto sagrado de la diosa del amor y de la belleza. Flor, Flora, Florencia y Florencio son otros nombres adecuados para los pequeños Tauro para establecer la sintonía con la naturaleza, para celebrar la estación florida en la que han nacido. Otro nombre apropiado es Jade, la piedra verde (color del Tauro), también de dominio venusiano.
También en armonía con las vibraciones venusianas para las niñas sugerimos Miranda (significa «digna de admirar», por lo que es un augurio de belleza), o bien Melisa (que significa «abeja» y augura «trabajo»), o Aida, heroína de la homónima ópera de Verdi, en sintonía con las inclinaciones musicales de Tauro. Pero también son apropiados Yedra, otro nombre procedente de la naturaleza y que alude a la tenaz fuerza de carácter de los Tauro, y Verónica (patrona de los fotógrafos: la fotografía es una de las artes aplicadas más adecuadas al signo de Tauro). Para los niños, Fabio (otro nombre de origen vegetal ya que deriva del latín faba, es decir, «haba»), Furio (nombre que denota una predisposición a la pintura y a la música, además de una gran sensualidad), Emilio (racional, práctico, muy interesado por la estética y la armonía), Sebastián (metódico y ponderado, pero muy vinculado a los placeres de los sentidos), Tomás (desconfiado, conservador, quizá demasiado flexible) y Remo (muy sensible a lo bello, además de a los impulsos de la pasión).
La importancia del ascendente
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Tauro ascendente Aries
La prudente reflexión de Tauro asume aspectos más dinámicos y su carácter se llena de vitalidad, optimismo y entusiasmo. Este es un niño emprendedor, con un decisivo espíritu de afirmación dirigido a conquistar objetivos prácticos y bien definidos.
Tauro ascendente Tauro
En esta combinación se acentúan las características-tipo, con un temperamento muy obstinado y reacio a los cambios; satisfacción por los propios deseos instintivos e irrenunciables. Este niño es muy afectuoso pero también muy celoso: necesita amor constantemente. Deberá aprender a ser un poco más condescendiente.
Tauro ascendente Géminis
Tiene una personalidad avispada y divertida, más adaptable y menos estática que el tipo medio. Se relaciona fácilmente con los demás y tiene un espíritu liviano, vivaz y curioso; siempre necesita estímulos nuevos. Ama conversar y leer, y tiene un acusado sentido del humor.
Tauro ascendente Cáncer
Tiene un carácter suave, dulce y afectuoso; es goloso y perezoso, le gusta hacer lo que le apetece. Emotivamente es muy sensible, y necesita muchos mimos y caricias. Su agresividad es escasa y está sustituida por una serie de resistencias pasivas ante las dificultades.
Tauro ascendente Leo
Desde pequeño manifiesta un carácter tenaz, egocéntrico, ambicioso y autoritario. Es expansivo y tiene buenas dotes creativas, pero también una acusada necesidad de aparentar, de recibir halagos y admiración. Es capaz de tener impulsos protectores y es muy celoso y posesivo.
Tauro ascendente Virgo
Es un niño cauto y colmado de sensatez, poco inclinado a la fantasía. Su fuerte necesidad de seguridad se manifiesta con un apego a las cosas materiales. Tiene un desarrollado sentido crítico y es modesto y pragmático. Muestra interés por el estudio, pero también por la naturaleza y los animales.
Tauro ascendente Libra
Venus gobierna ambos signos, con lo que se acentúan las dotes creativas y artísticas. Es un niño que posee un carácter dócil, tranquilo y sociable, y un vivo deseo de complacer a los demás. Es indeciso y siempre quiere salirse con la suya. Es poco agresivo y tiende a huir de los problemas.
Tauro ascendente Escorpio
Tiene una personalidad fuerte y compleja no fácil de manejar. Ya desde pequeño hace lo que quiere, persiste y no cede hasta que no obtiene aquello que desea. Es agresivo y tiende a llevar la contraria, pero también necesita mucho afecto y compañía.
Tauro ascendente Sagitario
Es un niño simpático y emprendedor, de carácter bueno y generoso. Le gustan las cosas simples y detesta las complicaciones. Es un pequeño al que le gusta disfrutar de los placeres de la vida. Posee una particular inclinación por el deporte y un interés por los animales y la naturaleza.
Tauro ascendente Capricornio
Desde pequeño, este niño ya se manifiesta serio, autónomo y dotado de mucha fuerza de voluntad. Se implica hasta el fondo en sus actividades sin pedir ayuda a los adultos y le gusta asumir pequeñas responsabilidades. Es poco expansivo y un poco cerrado de carácter.
Tauro ascendente Acuario
Esta es una combinación llena de contrastes. En realidad, este niño vive bien con su familia, pero su espíritu independiente lo impulsa a ser rebelde; no le gustan para nada las sorpresas. A veces es mejor dejar que haga lo que él quiera, al fin y al cabo nadie podrá disuadirlo de sus convicciones.
Tauro ascendente Piscis
Este niño tan dulce conquista a todo el mundo con su ternura. Es sensible, afectuoso y hay que mimarlo, pero también estimularlo porque es más bien perezoso, poco emprendedor. Sabe defenderse él solito y tiende a inclinarse por la música.
EL NIÑO GÉMINIS
Géminis Periodo: del 21 de mayo al 21 de junio Elemento: aire Cualidad: móvil, masculino Planeta: Mercurio Longitud zodiacal: de 60º a 90º Casa zodiacal: tercera Color: gris Día: miércoles Piedra: esmeralda Metal: platino Flor: mimosa Planta: avellano Perfume: canela |
Los «gemelitos» son unos de los niños más alegres y animados del Zodiaco. De apariencia frágil, a menudo nerviosos y muy caprichosos, tienen un auténtico talento para conquistar a los adultos con una variadísima gama de expresiones, bromas y adorables zalamerías. Mientras sea un bebé, le hará pasar más de una noche en blanco con sus movimientos agitados o su inapetencia; intente no perder la calma y pasearlo mucho, puesto que ya desde niño no le gusta sentirse encerrado y necesita estímulos variados y numerosos. Su insaciable curiosidad lo conducirá a explorar precozmente el mundo, a adueñarse de los objetos con la furtiva destreza de sus manitas y a vagabundear a gatas por los rincones más remotos de la casa. Pero el verdadero salto de calidad lo realiza cuando empieza a hablar: cuando aprenda no estará nunca callado. Los sonidos son sus primeros compañeros de juego: se divierte con los sonajeros, reproduciendo las palabras que siente e inventando otras nuevas; a través de la palabra el niño establece los primeros contactos sociales y ya desde el principio los usa para seducir. Le encanta ser el centro de atención y divertir a su público con animadas exhibiciones. Perspicaz y espontáneo, es un gran observador, muy rápido en descubrir los puntos débiles de sus padres y en aprovecharse de sus ventajas. A estos pequeños, Mercurio los dota de una innata astucia, que saben emplear con habilidad para obtener sus propios fines. Además, con ellos no se puede ser severo, bastará una broma o un gesto para estallar en una carcajada y olvidar en seguida el enfado por una de sus frecuentes travesías o tomaduras de pelo.
Son niños precoces, dotados de una notable capacidad de aprendizaje e imitación: perciben rápidamente los estados de ánimo y las actitudes de quienes les rodean, por lo que es muy importante que vivan en un ambiente sereno; en caso contrario, absorberían sus vibraciones negativas y somatizarían la tensión en una serie de trastornos nerviosos o, peor aún, aprenderían las malas costumbres de los adultos. Por lo tanto, ante ellos es fundamental comportarse de la manera adecuada para evitar dañar su tierna personalidad. A menudo, la autoridad no funciona: es preferible intentar no imponer modelos abstractos, órdenes sin motivo. Con su agudo sentido crítico, inmediatamente descubrirían la incongruencia y la pondrían en evidencia con su sagaz espíritu de contestación. Sin embargo, pueden ser guiados correctamente con inteligencia y siempre con el ejemplo, para no correr el riesgo de que lo consideren una broma.
El pequeño Géminis está muy bien dotado intelectualmente: sus «¿por qué?» son muy frecuentes, y para acallar sus preguntas no basta con respuestas vagas; sin embargo, una vez satisfecha su curiosidad, su interés se desvanece en seguida y apunta hacia otra dirección. Su mente brillante y ecléctica lo abarca prácticamente todo: tanto en la escuela como en la vida, aprende con rapidez y sabe utilizar con astucia sus conocimientos, que con frecuencia hace que parezcan más amplios de lo que son en realidad. Está especialmente capacitado para las materias literarias y para las lenguas extranjeras, que le permiten ampliar sus posibilidades de comunicación; pero también tiene facilidad para los números, sobre todo si las matemáticas se le enseñan como un juego que siempre consigue ganar (basta con estar atentos para no equivocarse).
No obstante, se aburre con facilidad y no soporta la monotonía: tanto en los juegos como en los estudios, siempre va en busca de estímulos nuevos y empieza empresas que luego deja de lado si se da cuenta de que le cuestan demasiado esfuerzo. De hecho, siempre intenta obtener el máximo resultado con el mínimo esfuerzo: su carácter más bien superficial deberá educarse para que aprenda a profundizar, a encontrar una verdadera motivación en las cosas. Si por un lado su carácter desenfrenado es uno de sus aspectos más fascinantes, por otro lo induce a no tomarse demasiado en serio las exigencias de los adultos y sus eventuales reproches; es preciso inculcarle el sentido del respeto y de la responsabilidad, sin por ello cortarle las alas y someterlo a esquemas educativos demasiado rígidos. Casi siempre de buen humor, es más bien caprichoso y se irrita con facilidad cuando sus deseos son contrariados. Pero es difícil verlo enfadado, ya que basta un pequeño pretexto para distraerlo y hacerle recuperar el buen humor. La tristeza es para él casi una desconocida, porque desde niño sabe tomarse la vida con alegría, y tiende más a reír que a llorar, y no dramatiza las pequeñas derrotas.
Sin embargo, hay que destacar su tendencia a decir mentiras, algo que no es insólito entre los niños, los cuales a menudo suelen confundir la realidad con la fantasía; pero en el caso de este pequeño mercuriano adquiere connotaciones más conscientes, como una cómoda escapatoria para evitar una reprimenda o como un astuto recurso para ganarse un mérito o aprobación. Por lo tanto, tiene que hacerle entender que es más listo que él y no mostrar condescendencia alguna por sus «invenciones»: el oportunismo y la tendencia a mentir a menudo son defectos en los Géminis adultos.
Sociable y nada tímido, es cariñoso y afectuoso, pero raras veces «mimoso» (a no ser que tenga una gran influencia de Cáncer), incluso cuando es muy pequeño no se muestra excesivamente dependiente de su papá y mamá. Busca gustoso la compañía de sus compañeros y ya, a muy tierna edad, establece sus amistades de manera autónoma, aunque no llegan a ser muy estables: cuando los «viejos» amigos le aburren, los abandona sin miramientos y escoge otros nuevos, algo para él nada difícil vista su innata capacidad para resultar agradable y simpático a todos.
Le gustan los juegos en grupo, las conversaciones, los recitales y la lectura de libros y periódicos, y su natural eclecticismo lo hace muy apto para una gran variedad de juegos y pasatiempos, preferentemente para aquellos que estimulan la mente; excursiones, paseos y breves viajes serán para él una ocasión de aprendizaje muy apreciada. No le gusta estar demasiado tiempo solo, pero cuando un juego o un deber le exigen mucho esfuerzo prefiere concentrarse en sus cosas. Le gusta conversar, observar y tomarle el pelo a los demás. Cuando está enfadado con alguien, se dedica a acribillarlo con críticas y despechos, pero voluble como es, su ira no dura demasiado; los impulsos agresivos, poco desarrollados, se manifiestan sobre todo con la antipatía y con el rechazo a la comunicación. El nerviosismo de su temperamento aflora en los momentos difíciles, y en la infancia puede manifestarse con trastornos del apetito. Por lo general, no es un entusiasta de la comida: se distrae con facilidad con cualquier cosa que atraiga su atención y dice que se siente saciado antes de haber vaciado el plato. Le gustan más los pedacitos que los platos llenos, y para estimularlo a comer deberá ofrecerle platos variados. Sin embargo, descubrirá que en la escuela o en casa de los amigos come de todo sin ofrecer reparo alguno: es la compañía la que hace posible el milagro.
En general, afronta con desenvoltura los cambios, como el inicio del colegio o un traslado familiar, y también la llegada de un hermanito o de una hermanita, que no lo turbará demasiado. Es poco celoso por naturaleza (a no ser que tenga una gran influencia de Tauro) y hará todo lo posible para mantener la atención de los que le rodean y, en cuanto le sea posible, extenderá su influencia también sobre el bebé, haciéndolo cómplice de sus actividades; pero, sobre todo, se aprovechará de la poca vigilancia de los padres para poder hacer lo que quiera.
Puede llamarlo...
Ahora que ya hemos descubierto algo sobre estos adorables pequeños, pero un poco traviesos, intentemos elegir con cuidado el nombre más apropiado: hay que tener precaución para prevenir las respuestas que su sentido crítico no ahorraría ante un nombre que no les guste. En primer lugar proponemos Hermes (nombre griego de Mercurio, protector del signo) y Lara, la ninfa de la cual dicho dios, según la mitología, se enamoró, y a la que Zeus hizo cortar la lengua por haber hablado demasiado acerca de sus lances amorosos. Una leyenda que se adapta muy bien a las características de los Géminis...
Entre los nombres femeninos hay que destacar Ada, Ana y Hebe, que tienen la curiosa característica de poder ser leídos en ambos sentidos; además de poseer un particular valor esotérico, remiten a las «dos caras» del signo. Hilaria o Hilario significan «contento, con tendencia a la sonrisa» y se adaptan muy bien a la desenvoltura de carácter de los nativos de este signo.
También son totalmente apropiados los siguientes nombres. Para los niños: Gabriel, el arcángel que anunció a María su embarazo, por lo tanto prototipo del mensajero divino; Daniel (uno de los cuatro profetas mayores), que se caracteriza por una personalidad briosa y rica de ingenio; Fabricio (significa «artífice»), que denota un espíritu libre, simpático e inteligente, pero disperso; Marcos (patrón de los intrépidos), bromista, frívolo y versátil pero con un ápice de melancolía; Pablo («pequeño»), inquieto y muy curioso; Iván (forma rusa de Juan), de temperamento creativo y humor inestable; Silvio («bosque, selva»), diplomático pero inaprensible y habilísimo en los negocios. En cambio, para las niñas: Brigitta (patrona de los viandantes y de los tartamudos, se la invoca cuando los niños tardan en hablar), de carácter caprichoso pero autoritario; Lucrecia, con el temperamento de una fascinante robacorazones; Lavinia (la segunda esposa de Eneas), de carácter curioso y desprendido y que detesta la rutina; Ornella, de espíritu libre e independiente; Tecla («resplandeciente, divina»), inquieta, aventurera, creativa y a menudo insatisfecha; y por último Selma, curiosa, comunicativa e impaciente.
La importancia del ascendente
Consulte las explicaciones de la página * para descubrir en qué signo cae el ascendente de su hijo y poder así completar su retrato.
Géminis ascendente Aries
A la vivacidad mental de los Géminis se añade la exuberancia física de los Aries: un conjunto realmente simpático pero extenuante cuando se trata de irle detrás. Desenvuelto, audaz y muy comunicativo, este niño va continuamente en busca de nuevas aventuras.
Géminis ascendente Tauro
Tiene un temperamento más tranquilo, metódico, confiable y se concentra en aquello que le interesa. En este tipo disminuye la volubilidad, mientras que aumentan la afectuosidad, el apego a sus cosas y el gusto por la comida. Además es parsimonioso y sensible a las recompensas materiales.
Géminis ascendente Géminis
En este caso se hallan potenciadas las características-tipo, es decir, una intensa movilidad de carácter, extrema locuacidad, gran curiosidad e inclinación a los caprichos. Este es un niño inteligente y fascinante, pero es conveniente intentar inculcarle valores precisos con el fin de que no desperdicie sus numerosas dotes.
Géminis ascendente Cáncer
Es un niño sensible e impresionable, a veces un poco cerrado en sí mismo. Muy afectuoso y susceptible, se siente a sus anchas en familia, mientras que con los extraños es más bien tímido. Necesita ser reafirmado, pero a medida que crezca aprenderá a resolver solo sus problemas.
Géminis ascendente Leo
Tiene una personalidad ecléctica y creativa y ya a tierna edad demuestra con seguridad sus cualidades. De carácter expansivo, alegre y generoso, tiende al entusiasmo y le gustan las amistades. Muestra una notable confianza en sí mismo que puede dar lugar a la presunción, a equivocarse por ingenuidad.
Géminis ascendente Virgo
Esta combinación de dos signos mercurianos señala las dotes intelectuales y el espíritu crítico. La despreocupación de los Géminis está marcada por matices ansiosos, por lo que este niño será muy nervioso y estará sujeto a malestares psicosomáticos. Es brillante en los estudios.
Géminis ascendente Libra
Se trata de un niño gracioso, cautivador, que resulta simpático a todos por su temperamento sereno, sociable y dispuesto a comunicarse. Tiene un comportamiento ligero, despreocupado y tiende a la frivolidad, a la superficialidad. Está muy capacitado para la creatividad y el gusto estético.
Géminis ascendente Escorpio
Es un niño de inteligencia penetrante, curioso por descubrir y experimentar. Dotado de una fuerte personalidad y más bien prepotente, no teme los peligros, al contrario, a veces va a buscarlos. El gusto por lo secreto limita su transparencia. Tiene una fuerza de voluntad particularmente desarrollada.
Géminis ascendente Sagitario
Gran vivacidad, tanto física como espiritual, es la que caracteriza a este niño, que inspira gran simpatía por su forma de actuar simple y cordial. Le gusta moverse, hacer amistades y estar siempre ocupado en cosas nuevas. Abierto y generoso, tiende a protegerse benévolamente de los demás.
Géminis ascendente Capricornio
Es una combinación un poco fría emotivamente, pero muy prometedora a nivel intelectual, y que deja presagiar una buen resultado en la edad adulta. Este niño tiene un carácter poco expansivo, a veces conflictivo, pero muestra un precoz sentido de la responsabilidad y una gran fuerza de voluntad, que le llevarán a persistir en sus empeños.
Géminis ascendente Acuario
Es un niño independiente, con un temperamento imaginativo y extravagante, curioso y lleno de ideas. Su libertad está por encima de todo, y en ese sentido puede mostrar una vena de egoísmo y oportunismo. Muestra una afectividad desenvuelta.
Géminis ascendente Piscis
De carácter muy inestable, es caprichoso, emotivo y requiere una buena dosis de paciencia. Afectuoso y sensible, absorbe todo lo que le rodea pero tiende a crearse un mundo de fantasía en el que refugiarse cuando la realidad le aparece dura y difícil.
EL NIÑO CÁNCER
Cáncer Periodo: del 22 de junio al 22 de julio Elemento: agua Cualidad: cardinal, femenino Planeta: Luna Longitud zodiacal: de 90º a 120º Casa zodiacal: cuarta Color: blanco Día: lunes Piedra: perla Metal: plata Flor: nenúfar Planta: sauce Perfume: lila |
Una gran sensibilidad caracteriza a estos «tiernos hijos de la Luna», que son criados con mucho cuidado y con abundantes dosis de amor. Cáncer es, de hecho, el signo consagrado a la infancia, y más de uno puede estar condicionado en la edad adulta por la educación recibida cuando era pequeño y por el bagaje de recuerdos que lleva consigo. La impronta familiar queda grabada de un modo indeleble en el inconsciente del Cáncer; aunque esa herencia sea negada o constatada con palabras, esta ejercerá igualmente la misma influencia, sea positiva o negativa. Así pues, la figura materna tiene una especial importancia, sobre todo en los niños que, incluso de mayores, estarán siempre muy unidos a la madre, el verdadero punto de referencia afectivo. Las madres de los pequeños Cáncer, ya sean niños o niñas, deberán realizar un esfuerzo extra: ya en la primera infancia hay muchas probabilidades de que el niño requiera de un modo exclusivo su presencia, y que se adapte de mala gana a los padres y abuelos, por no decir a las canguros. Si está nervioso o de mal humor, o si le molestan o es interrumpido por cualquier cosa cuando está tomando el pecho, este bebé tan receptivo se dará cuenta de inmediato, y entonces también su humor se resentirá y no tardará en comunicarlo con un llanto irritado e... irritante. Durante los primeros momentos, es preferible hacerle ver que aún está unido a su madre por el cordón umbilical manteniéndolo junto al cuerpo; disfrute de la magia de esta relación tan particular que, sólo poco a poco, irá disminuyendo. Y como los pequeños Cáncer son extremadamente afectuosos y tienen necesidad de continuas demostraciones de amor, no escatime en mimos, caricias y reafirmaciones.
Normalmente tienen un carácter dócil y tranquilo, no son demasiado emprendedores, al contrario, raras veces exhiben precozmente manifestaciones de independencia, ya sea porque no se aventuran fuera del confortable núcleo familiar o porque su ingrata pereza les retiene a hacer por sí solos aquello que otros (es decir, los padres) pueden hacer en su lugar. Sin embargo, no se preocupe si su hijo tarda en andar o hablar, o si no quiere renunciar a los pañales o al chupete; eso sólo es debido a que no tiene ganas de crecer, y quizás inconscientemente desea retrasar cada acontecimiento que lo aleje de sus padres y de su tutela. A pesar de ello, con dulzura y paciencia se le puede conducir de la mano para que dé los pasos necesarios hacia su autonomía e impulsarlo con amable firmeza a separarse poco a poco del ala protectora de los padres para afrontar por sí solo los pequeños retos de la existencia. Verdaderamente emotivos, los niños Cáncer son realmente impresionables: absorben constantemente los humores de las personas, el clima del ambiente circundante, y «sienten» de manera acusada las eventuales desarmonías con respecto a la familia, su nido y su refugio. Por lo tanto, conviene prestar mucha atención para prevenir o menguar posibles situaciones traumáticas: susceptibles como son, basta una discusión entre los padres para impresionarlos. Una palabra fuera de lugar puede ofenderlos, un grito puede convertirse en un pequeño drama: de hecho, con su desenfrenada imaginación tienden a «perfilar» al máximo las cosas, y con su puntillosa memoria no olvidan jamás un detalle. Cáncer está particularmente ligado a los recuerdos, y cuando son adultos, los nacidos bajo este signo tienden a idealizar el pasado. Por lo tanto, para ellos es muy importante que la infancia sea una edad feliz, que puedan recordar con alegría y tal vez también con un poco de melancolía. Su educación, de hecho, es una responsabilidad delicada: es preciso lograr transmitir los valores y reglas de la vida sin herirles la sensibilidad, aunque sin ceder demasiado ante los constantes caprichos para evitar, después de algunos años, encontrarse con adolescentes viciados que lo quieren todo y rechazan toda responsabilidad.
La cambiante Luna confiere a sus pequeños protegidos un temperamento lunático: la risa y el llanto aparecen con gran facilidad en su rostro y se manifiestan con la misma intensidad emotiva y participación interior. Estos niños dan lo mejor de sí mismos sólo cuando están completamente a gusto, y es entonces cuando manifiestan su rico potencial de afecto y simpatía. Las pequeñas Cáncer, románticas y muy femeninas, pueden convertirse en deliciosas cómplices de sus madres: copiar sus actitudes y el modo de vestir, intentar imitarlas en sus habilidades, domésticas o menos, y «conquistar» a papá; los niños, sin embargo, casi siempre están muy «enmadrados» y ven al padre como un rival, que desde luego hay que imitar, pero siempre como un rival.
Muy susceptibles y un poco egocéntricos, a los Cáncer les gusta ser mimados y si se sienten relegados a un segundo plano tienden a encerrarse en una desdeñosa reclusión, en el interior de su coraza protectora. Tímidos y desconfiados con los extraños, cuando se sienten ofendidos o amenazados se refugian en su mundo interior: una vía de salida que a menudo los mantiene apartados de las situaciones peligrosas, pero que puede convertirse en una escapatoria para huir de la realidad cuando algún problema se asoma en el horizonte. Generalmente son poco agresivos, tienden a la resistencia pasiva: no hacen lo que consideran que no va con ellos o rechazan la comida si, por ejemplo, se les contradice su voluntad. Más que verdaderos enfados, son reacciones emotivas ante las ofensas, verdaderas o presuntas, a sus sentimientos o a sugestiones creadas por su propia fantasía. Pero la ausencia de instintos rebeldes (salvo en algunos casos) no es un síntoma de un carácter flexible: el amor está bastante desarrollado en este signo y a menudo es el motivo principal que impide que estos niños contesten a sus padres. Para obtener lo que quiere, el pequeño Cáncer utiliza medios bien distintos, desde gritos a estrépitos: lágrimas, silencios y reclamos afectivos son sus tácticas favoritas, lo que puede crear algún problema cuando se trata de afrontar separaciones breves pero inevitables (por ejemplo, el inicio del colegio puede ser un momento crítico). Una vez más será conveniente conjugar dulzura y firmeza: reafírmele en seguida e intente transmitirle serenidad; también conviene que le haga entender que no puede cambiar la situación, y sobre todo no se deje cautivar por sus chantajes. En sus relaciones con el mundo exterior, los niños Cáncer deben aprender a vencer sus temores, y con la ayuda de sus padres lo conseguirán. De hecho, están dotados de una inteligencia aguda y de gran intuición, que les guiará en cualquier circunstancia. Tienen las cualidades para salir airosos en el estudio, pero su fuerza de voluntad depende de la energía: saben ser precisos y ordenados, pero pueden abandonarse al desorden total, según sus lunas. Con sus compañeros deberán aprender a no sucumbir, a no dejarse llevar por los más espabilados. En general, son los estímulos afectivos los que les estimulan. Así pues, en la escuela obtendrán mejores resultados con profesores amables y comprensivos, y entre sus amistades elegirán cuidadosamente a algunas personas en las que depositar su confianza y con las que establecerán relaciones estrechas y muy afectuosas. Se mostrarán muy tiernos y protectores con los hermanos y hermanas pequeños, aunque no sin antes haberse asegurado de que su amor por él no ha disminuido lo más mínimo; en caso contrario, sufrirían mucho y no tardarían en manifestar su disgusto.
La desorbitada imaginación de los niños Cáncer es su principal compañera de juegos. De hecho, saben divertirse solos inventándose historias fantásticas o viviendo como el protagonista de un mundo fabuloso sólo para ellos. Tanto los niños como las niñas no son excesivamente vivaces (a no ser que posean fuertes valores planetarios en signos contrarios) y están muy capacitados para desarrollar actividades creativas y juegos de fantasía, más que los de movimiento. Por eso hay que estimularlos a salir de casa, a hacer deporte, mejor si no es de competición. A las niñas les gustan las clásicas muñecas y todos aquellos juegos que les permiten interpretar un rol femenino y maternal; pero también los niños se dejan implicar gustosos en juegos de tipo «familiar».
Puede llamarlo...
Estas criaturas tan delicadas merecen un nombre acorde con su carácter dulce, fantasioso y un poco pasivo. Así pues, hay que excluir los de tono agresivo. Pueden ser adecuados los apelativos que refuerzan la voluntad y el coraje, valores clave de la simbología de Cáncer, al igual que los tradicionales de la patria y de la familia.
Para los niños sugerimos los siguientes nombres: Darío (nombre de tres reyes persas), que denota un temperamento simple y afectuoso, amante de los mimos y de la vida cómoda; César (título honorífico de jefe de la nación), de carácter romántico pero fuerte; Enrique (significa «poderoso en patria»), de carácter reflexivo y susceptible, devoto en el amor; Héctor («regidor del pueblo»), idealista pero decidido a emerger, o Marcelo, que indica un temperamento reflexivo pero cambiante, fantasioso y sentimental. Si busca un nombre insólito, Efrén, Nelson y Nevio serán muy apropiados.
Para las niñas puede escoger entre la amplia gama de nombres que aluden a la Luna, planeta-guía de Cáncer, y a la luminosidad del color blanco: como Selena, divinidad lunar griega; Diana, nombre latino de Artemisa, diosa de la Luna y de la caza; Alba, romántica y soñadora; Aurora, astuta y buena ama de casa; Blanca, fascinante y seductora; Gwendolin («blanca luminosa»), que era el nombre de la mujer del mago Merlín; Belinda, que significa «dulcemente luminosa»; Perla, precioso don del mar que es la yema del signo; o bien Titania, apelativo de la reina de las hadas. También para los niños hay un nombre lunar, el árabe Sharar.
La importancia del ascendente
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Cáncer ascendente Aries
Además del carácter emprendedor, audaz y deportivo del tipo medio, este niño esconde su sensibilidad bajo actitudes un poco rudas, pero no por ello es menos susceptible. La casa es su auténtico refugio y la familia ejercerá en él una importancia notable.
Cáncer ascendente Tauro
En este caso, la fantasía y la realidad están equilibradas: el carácter está muy reforzado y adquiere sensatez y tenacidad, sin perder la dulzura ni la afectuosidad. Es este un niño dotado de sentido creativo y artístico, pero también goloso y perezoso.
Cáncer ascendente Géminis
Es un niño de temperamento vivaz y comunicativo, menos emotivo y espabilado que el Cáncer puro; sin embargo, es un poco «alérgico» al trabajo, por lo que se le debe enseñar a tomar responsabilidades. Simpático y conversador, no tiene problemas a la hora de hacer amistades.
Cáncer ascendente Cáncer
Tiene un carácter delicado e hipersensible, indeciso y más bien introvertido. Necesita mucho amor y constantes reafirmaciones, pero también se le debe estimular a que haga lo que quiera. Gracias a una intuición muy desarrollada, a menudo adivina con facilidad el estado de ánimo de sus seres queridos.
Cáncer ascendente Leo
Se desvanece la emotividad y la timidez, se reaviva la confianza y la seguridad personal. Este niño tiene un comportamiento generoso y protector y necesita ser admirado y alabado. Es susceptible y tiene una alta opinión de sí mismo, que puede desembocar en presunción.
Cáncer ascendente Virgo
Se trata de un niño metódico y ordenado, con temor a equivocarse y, por lo tanto, muy atento para hacer las cosas lo mejor posible. Tiene un buen sentido práctico y necesita tener unas directrices precisas que seguir. La razón controla la emotividad, lo cual puede desembocar en tendencias ansiosas.
Cáncer ascendente Libra
Tiene un temperamento dócil, tranquilo, remisivo, pero no débil. Amable y sociable, sabe cómo gustar al prójimo y alcanzar su autonomía de forma gradual. La sensibilidad artística y creativa le permite manifestar, de manera armónica, las sugestiones de la emotividad.
Cáncer ascendente Escorpio
Una pizca de dureza refuerza su carácter, mientras que la intuición es todavía más aguda. Es un niño que sabe lo que quiere y que no tiene miedo de conquistar espacios más amplios fuera de la familia. La emotividad se alimenta de sensaciones fuertes, el corazón es posesivo.
Cáncer ascendente Sagitario
Alegría y exuberancia hacen desaparecer la timidez: así pues, a este niño no le resulta difícil salir del cascarón. Emprendedor y vivaz, ama el movimiento y el deporte, y tiene un espíritu optimista que le ayuda a superar ansias y temores. Siente predilección por la comodidad y el bienestar.
Cáncer ascendente Capricornio
Es un niño quieto, por lo general, serio, al que le puede costar manifestar sus exigencias afectivas. Posee grandes cualidades, pero debe ser estimulado para que se abra. No le gusta estar solo y necesita la compañía de los demás, aunque debe aprender a tener confianza en sí mismo y a hacerse valer.
Cáncer ascendente Acuario
Tiene una personalidad fascinante, pero indescifrable, tímida y desenvuelta al mismo tiempo. Le gusta mucho la comodidad y tiende a hacer sólo lo que quiere. Su desbordante fantasía puede inducirle a crearse una realidad del todo suya.
Cáncer ascendente Piscis
De carácter sentimental y romántico, soñador e impresionable, muestra una pasividad dócil pero un poco caprichosa. Su vida interior es rica y la intuición y la imaginación las tiene muy desarrolladas. Reacio a asumir determinadas responsabilidades, este niño demuestra una afectividad dulce, sensible y generosa.
EL NIÑO LEO
Leo Periodo: del 23 de julio al 23 de agosto Elemento: fuego Cualidad: fijo, masculino Planeta: Sol Longitud zodiacal: de 120º a 150º Casa zodiacal: quinta Color: amarillo-naranja Día: domingo Piedra: diamante Metal: oro Flor: girasol Planta: cedro Perfume: incienso |
Orgulloso, impetuoso y tremendamente vital: este es el temperamento de Leo, que se manifiesta desde la más tierna infancia. Así pues, los gemidos de este bebé serán imperiosos, como rugidos en miniatura, porque más que pedir, lo que hacen es exigir una total dedicación por parte de los padres, que en seguida se darán cuenta de que tienen una gran responsabilidad entre sus manos, aunque desde luego muy gratificante. Los «leoncitos» son criaturas feroces, activas y emprendedoras, de carácter alegre, pero muy obstinadas. Ya desde muy pequeños demuestran tener una voluntad muy acusada que resulta difícil de manipular. El Sol, estrella-guía del signo, es el astro alrededor del cual giran los planetas del sistema solar. Del mismo modo, Leo se siente en el centro del universo, consciente de su propia importancia, y pretende que el mundo exterior gire a su alrededor conforme a sus exigencias. Pretenderá adueñarse de los padres y doblegar su voluntad según sus caprichos. Así pues, prepárese para cualquier prueba cuando llegue la hora de establecer los límites de su «fuerza». Por otro lado, sin embargo, al igual que el Sol, que con sus rayos da vida a la Tierra, Leo compensa generosamente sus defectos. Es expansivo, cálido y lleno de energía, y ofrece su amor incondicionado, que le llenará de numerosas satisfacciones.
Afectuoso, espabilado y voluntarioso, nace con la convicción de saber hacerlo todo mejor que los demás. Se interesará muy pronto por lo que hacen sus padres, procurando entrometerse en el ritmo familiar y, aunque apenas sepa ponerse los zapatos, intentará hacer todas las cosas y resolver a su manera los problemas con la generosidad que le caracteriza. Y naturalmente, puede crear algún problemilla... Por lo tanto, conviene vigilarlo atentamente con el fin de que no ocasione algún percance con su buena voluntad.
Es cierto que a todos los niños les gusta ser el centro de atención, pero el niño Leo, más que cualquier otro, tiene la necesidad de sentir en cada momento lo importante que es, debe sentirse el más amado, e ignorarlo significaría ofenderlo, relegarlo, que para él es el castigo más humillante. Escúchelo con entusiasmo cuando le hable de cualquier nuevo descubrimiento, admire sus pequeñas obras de arte (es un niño muy creativo), reafírmele con satisfacción cada progreso que haga, no deje de abrazarlo y de alabarlo (naturalmente sólo cuando se lo merezca); de esta formará conseguirá que se sienta muy feliz.
Tanto de niño como de adulto, Leo es extremadamente susceptible. Detesta que le tomen el pelo o, peor aún, que lo pongan en ridículo. Por eso conviene no reírse nunca de sus errores, ni tomarse a broma lo que él considera un aspecto muy serio: su corazoncito apasionado se encendería de rabia y podría estallar de diversas maneras. Aunque es cierto que la seriedad con la que se enfrenta a los adultos puede suscitar más de una sonrisa: dotado de consistentes dosis de autoestima y no sintiéndose en absoluto débil o inferior, se erigirá en su minúscula estatura y se dirigirá a los mayores de tú a tú con una impresionante seguridad.
Exuberante e impulsivo, el pequeño Leo tiende a infravalorar los peligros y a sobrestimar sus capacidades: valiente pero ingenuo, lo ve todo fácil y lineal, por lo que conviene vigilarlo para que no se meta en líos por su inconsciencia. Su manera de ser es clara y sincera, es incapaz de imaginar engaños y subterfugios, y la mentira es para él algo despreciable, aunque de pronto le aflorará una en la mente; pero sabe perfectamente que él nunca se escondería detrás de una mentira. Por otra parte, no teme herir al prójimo ni imponer su punto de vista. Sin embargo, sabe admitir sus errores (aunque sin darles demasiada importancia) y cuando reconoce que se merece un castigo, raras veces intenta rehuirlo, por orgullo desde luego, pero sobre todo por su sentido de la lealtad. Del mismo modo es muy altruista, está dispuesto a dar, a proteger, a defender a los niños más pequeños. Y cuando descubre que no todos son leales y generosos como él —por ejemplo, en el caso de un juego que ha prestado pero que no le han devuelto, o si el amigo o amiga de su corazón lo traiciona revelando a los demás sus confidencias— sufre una gran desilusión. Habrá que enseñarle, pues, alguna que otra astucia para que pueda desenvolverse mejor ante los contratiempos de la vida, sin por ello cambiar el idealismo o el sentido de la justicia que siempre serán, incluso de adulto, sus cualidades más preciadas.
Los pequeños Leo tienen un sentido innato del bien y del mal y necesitan seguir una línea de conducta precisa: intente hacerle entender a su hijo qué espera de él y, sobre todo, intente corregir desde el principio la prepotencia de su carácter si quiere evitar que se convierta en un pequeño tirano al que tendrá que servir y reverenciar mientras lo tenga en casa. Exigente y vanidoso como es, pretenderá sacar el máximo provecho de sus padres: juegos, entretenimientos, ropa… todo debe ser a su gusto. La presunción es otra característica típica del temperamento de Leo, y puede causarle problemas en la relación con sus compañeros, además de grandes desilusiones en las inevitables derrotas de la vida. Así pues, conviene que el niño Leo sea educado con sabiduría para que dosifique su fuerza y respete a los demás. El espíritu de liderazgo lo tiene muy acusado, y ya desde muy joven lo demostrará poniéndose a la cabeza del grupo de amigos y compañeros con indiscutible autoridad. Es muy raro que adopte una actitud gregaria, y sólo acepta órdenes e imposiciones de las pocas personas que él considera dignas de ello. Gracias a su ilimitada confianza en sí mismo no conoce los obstáculos. Le gustaría no equivocarse nunca y toda demostración de lo contrario es una profunda herida a su amor propio. Afronta con entusiasmo cualquier situación que marque un paso adelante en su independencia: el inicio de la escuela nunca constituye un momento difícil, al contrario, lo vive como un ingreso en la «palestra», en donde aprenderá a ejercitar sus capacidades, su fascinación y su poder.
En el estudio, el niño Leo tiene muchas probabilidades de salir airoso, porque además de estar dotado de una inteligencia brillante no soporta quedar mal, y se empeña en obtener buenos resultados, excelentes si es posible, para recibir la admiración de los compañeros y profesores. Pero, a decir verdad, no le gusta mucho el esfuerzo, así que cuando haya obtenido la consideración que desea, se relajará, se dormirá en los laureles, disfrutará de la situación y vivirá de las rentas hasta que pueda. Por lo tanto, conviene observarlo con mucha atención e intentar que se implique en el estudio con el desarrollo de intereses colaterales: llévelo con usted a conocer las maravillas de la naturaleza, o la majestuosidad de los monumentos históricos, y hágale descubrir la belleza del arte, la magia del cine y del teatro. Y como Leo es un pequeño muy capacitado y las banalidades de la vida cotidiana pueden aburrirlo, necesitará fuertes estímulos que golpeen su encendida imaginación y le hagan soñar emocionantes aventuras, además de sugerirle qué puede hacer de mayor.
Juega con mucho entusiasmo, con todas sus energías: es un apasionado inventor de fantasiosas aventuras, de las cuales, naturalmente, es el indiscutible protagonista, rey o reina, fascinante o intrépida princesa o caballero sin miedo. Desahoga su exuberancia en juegos de movimiento y a menudo destaca en el deporte; casi nunca de una forma tímida, sino un poco exhibicionista, le gusta recitar, cantar y bailar. En definitiva: en un escenario se encuentra a sus anchas. La tenacidad y el sentido del deber afloran en seguida cuando crece y realiza sus propias elecciones. Aunque sólo sea por obstinación, nunca dejará una empresa a medias y se propondrá, por honor, respetar las responsabilidades tomadas.
Puede llamarlo...
Para estos pequeños «hijos del Sol» es preciso escoger apelativos que impriman fuerza, luminosidad y claridad. Son muy adecuados nombres como: Augusto, por su tendencia a destacar y dominar; Leonardo, por su temperamento original y fascinante; Diamante, por su voluntad indomable, o Anastasia, impulsiva y llena de ganas de vivir. Sin embargo, es conveniente evitar aquellos nombres que puedan disminuir su fuerte personalidad (por ejemplo, nunca hay que llamar Modesto a un Leo).
Entre los nombres femeninos destacamos: Clara (que significa «ilustre»), por su espíritu idealista y perspicaz; Lucía, de corazón apasionado e instintivo; Lucinda, alegre y vanidosa, o Luz, reflexiva y racional; en general, todos los nombres que aluden a la luz y al esplendor del Sol, al igual que Helena (que nos remite al griego hélios, es decir, «Sol»), que refleja un carácter determinado y aventurero.
Para los niños, Elio es el nombre que deriva directamente del Sol y denota un temperamento alegre y polifacético, pero amante de la vida tranquila.
La lista continúa con Sonia (diminutivo de Sofía, «sabiduría»), por su personalidad intensa y contrastante; Armida, de carácter vivaz y autoritario; Patricia, que sabe imponerse sobre cualquiera, y Rebeca, enérgica y orgullosa, Cordelia («corazoncito»), de carácter tenaz y generoso; Ginebra (nombre de la esposa del rey Arturo), por su personalidad enérgica pero notablemente afectuosa.
En cuanto a los nombres masculinos sugerimos Alberto («resplandeciente de nobleza»), líder amable y simpático; Fausto, inquieto e insatisfecho; Raúl, por encima de las ambiciones materiales; Fulvio, egocéntrico y vanidoso, pero un hábil profesional; Daniel, ambicioso y orgulloso, pero mediocre; Manlio, dinámico y afortunado; Rogelio («altivo glorioso»), que siempre quiere salir vencedor; y Valerio, pasional e impulsivo, pero muy sensible al juicio de los demás.
La importancia del ascendente
Consulte las explicaciones de la página * para descubrir en qué signo cae el ascendente de su hijo y poder así completar su retrato.
Leo ascendente Aries
Vitalidad, exuberancia e impulsividad son sus cualidades características. Así pues, este niño posee energía para dar y vender y se lanza a cualquier empresa con un enorme entusiasmo. Siempre quiere sentirse el protagonista y a veces se mete en líos por ello. ¿Los defectos? Presunción, prepotencia y tendencia a la exageración.
Leo ascendente Tauro
En esta combinación la fuerza de los Leo adquiere tonos más contenidos en pro de la sensatez y la prudencia. Es un niño dulce y afectuoso, sobre todo en familia, pero excesivamente celoso, posesivo y sobre todo muy obstinado. Sus ambiciones quedan encubiertas por cierta pereza.
Leo ascendente Géminis
Es un niño espabilado, fascinante, más bien vanidoso y con una gran necesidad de aprobación y simpatía. Más listo que el Leo típico, sabe cómo obtener lo que desea. Le gustan las novedades, los viajes y la lectura, y ya desde pequeño le encanta entablar contactos sociales y personales.
Leo ascendente Cáncer
De temperamento afectuoso y creativo, pero también lunático, este niño puede dar la impresión de no saber bien qué es lo que quiere. Es muy susceptible y también egocéntrico. Así pues, habrá que tratarlo con cuidado para no herir su orgullo.
Leo ascendente Leo
Es una combinación que acentúa las cualidades y los defectos propios del signo, como la vitalidad, la fascinación, la generosidad; tiende a doblegar al prójimo según sus propias exigencias y se impone con prepotencia. No es un niño fácil de manejar, pero apunta en seguida a la autonomía.
Leo ascendente Virgo
Menos expansivo y más reflexivo que los Leo tipo, es cauto, controlador y un poco temeroso de lo que desconoce, pero sabe hacer bien sus cuentas. Cierta inseguridad en su personalidad tiene el benéfico efecto de limitar su presunción y estimular su cuidado perfeccionismo.
Leo ascendente Libra
Tiene una personalidad dotada de un buen equilibrio interior y se complace agradando a los demás. El despotismo característico de los Leo está, en este caso, doblemente acentuado y este niño se muestra gentil, tolerante, idealista y se completa a través de la amistad. Tiene un especial talento artístico.
Leo ascendente Escorpio
Tiene un buen carácter, rebelde y precozmente autónomo. Testarudo y peleón, no se deja doblegar por nada ni por nadie. Está dotado de una terrible fuerza con la que afronta las situaciones más difíciles que, en modo alguno, le asustan (al contrario, casi va a buscarlas).
Leo ascendente Sagitario
Alegre, generoso y extravertido, es un niño simpatiquísimo, tal vez un poco presuntuoso, pero lleno de buena voluntad. Optimista y altruista, ayuda gustoso al prójimo y tiene un espíritu aventurero que lo mantiene en constante actividad, pero que puede inducirlo a meterse en líos.
Leo ascendente Capricornio
Es un Leo reservado, poco expansivo y también un poco esquivo. Pero sabe muy bien lo que pretende y tiene grandes ambiciones, que demostrará cuando sea mayor. De pequeño dará muestras de compromiso y sentido del deber, pero necesita a los adultos para superar sus inseguridades y melancolías.
Leo ascendente Acuario
Se trata de una personalidad contradictoria, llena de sorpresas: independiente y con una gran inventiva, este niño sabe salirse airoso de cada situación. Nada calculador, es bastante hábil en conseguir lo que quiere. Ama la compañía de los demás, pero es muy celoso de su libertad.
Leo ascendente Piscis
La intrepidez de los Leo pierde en este caso fiereza y se recubre de sentimental dulzura. Este niño es orgullo pero inseguro, a veces torpe, y da la impresión de que necesita protección. Es un poco perezoso y cuando decide actuar muestra sus brillantes dotes emprendedoras.
EL NIÑO VIRGO
Virgo Periodo: del 24 de agosto al 22 de septiembre Elemento: tierra Cualidad: móvil, femenino Planeta: Mercurio Longitud zodiacal: de 150º a 180º Casa zodiacal: sexta Color: gris Día: miércoles Piedra: jade Metal: plata Flor: gardenia Planta: limón Perfume: lavanda |
Tímido y tranquilo, el pequeño Virgo entra en el mundo sin un gran clamor: si está bien de salud y no hay nada que lo ponga nervioso, es un bebé tranquilo y fácil de criar. El temperamento del signo es rutinario y ordenado, no resulta difícil acostumbrarlo a horarios fijos para las comidas, o a repetir pequeños «rituales» cotidianos: desde el baño a los cambios de pañales, se convierten para este bebé en una rutina agradable y reafirmante a la que se aficionará con rapidez. La personalidad de estos niños se manifiesta gradualmente y de manera tranquila, nunca de un modo ruidoso e irresponsable; poco exuberantes, pero agudos observadores, aprenden sin que se note: la innata curiosidad, inspirada por Mercurio, los estimula a interesarse por la realidad que los rodea y a intentar comprender cómo funciona el mundo para poder adecuarse mejor a él. Estas palabras pueden parecer un poco exageradas si nos referimos a niños de pocos años, pero en realidad son muy precoces, tienen una inteligencia muy viva y están dotados de un agudo sentido crítico, que al crecer no tardarán en demostrar.
De carácter más bien inseguro y a menudo ansiosos, sólo se encuentran a sus anchas en ambientes conocidos y con personas de las que se fían, por eso al principio puede que muestren alguna resistencia a separarse de mamá y papá, a salir de paseo con la canguro o a abandonar la cuna. Normalmente no son demasiado expansivos y tienden a avergonzarse un poco de sus emociones; puede pasar que no comuniquen su malestar, salvo para desarrollar algún trastorno psicosomático (son muy frecuentes los dolores de barriga o los tics nerviosos, señales todas ellas de que hay algo que no va bien). Tienen una enorme necesidad de sentirse amados y apreciados, aunque raras veces lo pidan abiertamente. Harán cualquier cosa para ganarse el afecto de sus padres: intentarán no desilusionar y ser obedientes, capaces y dignos de confianza. Así pues, no conviene dejar al pequeño Virgo solo (no en sentido literal, es decir, bajo este perfil se muestra más bien confiado, prudente y poco aventurero): siempre debe «sentir» afecto y protección, que lo acompañan y lo guían para corregir amorosamente sus errores, alabar sus éxitos y contener a la larga todos sus miedos.
No obstante, aunque sea un tipo racional, a menudo se siente asaltado por temores y sentimientos de culpa: tiende a infravalorarse y puede temer perder el amor de los padres si no es bastante «bueno», culpabilizarse por una pelea entre mamá y papá, sentirse en deuda con ellos por alguna pequeña falta o sólo por el hecho de darles tanto trabajo y que él les cueste tanto dinero (este es un signo que da mucho valor al dinero y revela cierta parsimonia desde muy joven). Y la ansiedad de perder sus puntos de referencia puede desencadenar trastornos irracionales: miedo a la oscuridad, a las sombras, a las pesadillas. De hecho, las cosas que no tienen explicación son las que tienden a preocuparle más, pero apoyándose en su innato sentido común se le podrá estimular a hacer frente a las dudas y a desarrollar la seguridad en sí mismo: bastará invitarlo a abrirse y a manifestar sus cualidades sin miedo a equivocarse o a hacer el ridículo.
La autoridad con él no es efectiva: tal vez pueda asumirla sin rebelarse, pero una educación demasiado severa puede acentuar sus inhibiciones y sus sentimientos de culpabilidad, y crear un individuo reprimido y acomplejado. Es preciso prestar atención a determinados comportamientos en su presencia: su penetrante inteligencia hace que perciba con claridad las contradicciones en las actitudes de los adultos, y con su agudo sentido crítico no dejará de condenar, en su interior, cualquier incoherencia e injusticia. Por otra parte, con su sentido común podrá comprender el porqué de las reglas y separaciones, es más, para su psicología resultan especialmente útiles porque le suministran puntos de referencia precisos y le facilitan la tarea de tener que crearse esquemas mentales y morales, a los que los nacidos bajo este signo tienden a adecuarse por naturaleza. Si un niño (o una niña) Virgo crece en un ambiente desordenado y sin que le presten atención, de mayor le faltará el orden interior, que le resultará muy necesario y que intentará reemplazar por una excesiva dependencia de los bienes materiales, o con tendencias obsesivas hacia la limpieza, la salud, el perfeccionismo en el trabajo…; de cualquier modo, podrá interiorizar el desorden hasta el punto de ser totalmente inestable y descuidado, como una curiosa forma de autocastigo.
Así pues, la personalidad de este niño es simple sólo en apariencia. Sin embargo, no es difícil despertar su interés, motivar su afecto. Para ganar su confianza, demuéstrele que lo ama tal y como es, no sólo porque se porta bien y es obediente y aplicado, y procure que no se sienta excluido, hágalo partícipe de las pequeñas cosas cotidianas, implíquelo en la rutina familiar y otórguele alguna responsabilidad que cumplir. Intente estimular su fantasía con cuentos, fábulas, anécdotas… Para saciar su deseo de aprender, ofrézcale siempre estímulos adecuados: son muy apropiadas las lecturas o una hermosa excursión instructiva, pero sobre todo apreciará que le enseñe algo especial que usted sepa hacer.
De carácter reflexivo y prudente, el pequeño Virgo no está muy capacitado para los juegos violentos, ni para el deporte en equipo, prefiere ocuparse de sus pequeñas cosas, que con frecuencia suele tener escrupulosamente ordenadas. Dotado de precisión y espíritu práctico, tiene una acusada predisposición por las materias lógicas, como las matemáticas, además de para los trabajos manuales. Es muy hábil en los juegos de montaje (barcos, aviones, casitas…), en hacer puzles y le gusta coleccionar y catalogar (muñecas, postales, objetos en miniatura, etc.). Sin embargo, le falta valor para abrirse, para estar en compañía de sus coetáneos, y poco a poco va almacenando eventuales complejos de inferioridad. En el colegio casi siempre es un alumno aplicado y metódico, y con los otros niños tiende a construirse un estrecho círculo de amigos bien seleccionados, a los que cuenta sus pequeños secretos y con los que comparte intereses y exhibe su sentido del humor.
El amor por la naturaleza y por los animales es otra de las características de casi todos los Virgo. En cuanto sea posible, no le niegue a su hijo la compañía de un animal doméstico, que lo ayudará a manifestar su ternura y afecto y a desarrollar su innata inclinación por el cuidado de los seres que dependen de sus atenciones.
Modesto y reflexivo, el niño que nace bajo este signo no es, por lo general, muy agresivo, suele interiorizar conflictos y frustraciones, estrujándose el cerebro acerca del porqué y cómo de cada problema. Sin embargo, está dotado de un notable espíritu polémico, que, sumado a su sentido crítico, lo convierten en un poco pedante y caviloso. Con él (o ella) las discusiones son infinitas, y si algo no le convence replicará con una serie de preguntas, cada vez más detalladas; en definitiva, se dejaría colgar antes que aceptar las razones porque sí. Cuando se enfade de verdad, se desahogará con palabras punzantes y críticas crueles que darán sin piedad en el blanco. De hecho, la palabra es su arma más afilada, con la que se defiende de aquel que pretende tomarle el pelo.
A veces puede sorprender con repentinos ataques de desorden y reacciones exageradas ante circunstancias de poca importancia. Es posible que quiera ponerle a prueba para comprobar que lo ama de la misma manera, o ponerse a prueba a sí mismo para ver si es capaz de infringir los límites que tanta seguridad le otorgan y que tanto necesita.
Puede llamarlo...
Después de todo lo dicho, sería conveniente escoger para estos niños críticos e inteligentes, pero un poco inseguros, un nombre que sugiera serenidad, que tenga un hermoso significado y, sobre todo, que no se preste a que les tomen el pelo. Para las niñas es muy apropiado Violeta, graciosa flor, símbolo del pudor y la modestia, que denota un carácter simple y altruista, en constante búsqueda de la perfección; o bien su variante Iole (del griego ion, que significa precisamente «violeta»). También son adecuados: Tosca, que con su carácter práctico, ordenado y razonable, pero con tendencia a ataques de nerviosismo, refleja las características del signo; Serena, que además de ser un auspicio de serenidad señala la inteligencia y la sensatez de Virgo; Esther («estrella»), de espíritu refinado, precisa y amante de las pequeñas cosas; Noemí («alegría»), concreta, altruista, que siempre desea mejorar y, por ello, nunca está satisfecha.
Para los niños son muy adecuados: Roberto, que bajo una apariencia jovial y sociable adolece de cierta inseguridad y necesita reafirmarse; Norman, concreto, metódico y amante de las seguridades materiales; Samuel, de personalidad recta y simple, pero un poco introvertida; Jordán, esquivo, trabajador y un poco tacaño, aunque no sabe sacar partido de sus cualidades; y Denis, introvertido y muy capacitado para las ciencias exactas.
La lista de nombres continúa con: Mauro, curioso, dinámico y nervioso, amante del juego y de la competición; Teresa, expansiva, sensible y activa; Sofía («conocimiento»), nerviosa y dinámica, que cultiva pocos sueños pero que tiene el don de saberlos realizar; y también Mariano y Mariana, buenos representantes del sueño, porque son amables y racionales, pero que con su innato sentido práctico saben tener los pies siempre en el suelo.
Sin embargo, si quiere darle a su niño un nombre que haga de «impulso» para su afirmación en sí mismo, es muy adecuado Máximo, de claro significado, que denota un carácter serio, escrupuloso y honesto, aunque un poco expansivo; para una niña será perfecto Ariadna («santa, casta»), que acentuará las dotes de orden, racionalidad y eficacia, y reforzará el equilibrio íntimo y la tenacidad.
La importancia del ascendente
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Virgo ascendente Aries
Más vivaz e impulsivo que el tipo medio, es posible que este niño le haga correr más de una vez en su ayuda, pues cuando se mete en un lío no sabe cómo salir. Sin embargo, se compromete hasta el final con las cosas que le interesan.
Virgo ascendente Tauro
Es un niño de carácter sereno y bonachón. Prudente y ordenado, es reflexivo y aplicado y necesita seguridad a su alrededor. Muy apegado a sus cosas, es muy goloso. Muestra un gran amor por la naturaleza y los animales, y posee una afectuosidad espontánea, aunque encubierta por los celos.
Virgo ascendente Géminis
La doble influencia de Mercurio hace que este niño sea muy agudo, listo e inteligente, y siempre dispuesto a decir la suya. Voluble en los gustos y un poco oportunista, es muy hábil en manipular las situaciones y llevarlas a su terreno, y no descarta alguna que otra mentira.
Virgo ascendente Cáncer
En este caso la emotividad de Cáncer desequilibra la ordenada racionalidad de Virgo, y acentúa ansiedades y temores irracionales. Con este niño, sensible y susceptible, se requiere mucha paciencia: mimos y reafirmaciones deberán ir acompañados de válidos estímulos para su intelecto.
Virgo ascendente Leo
Con esta combinación la timidez desaparece y es sustituida por una satisfactoria confianza en sí mismo. Es un niño emprendedor y concreto, capaz de sacar provecho de sus cualidades, de las que está orgulloso, y de abrirse camino en la vida. Muestra un vivo deseo de seguridad y posesión.
Virgo ascendente Virgo
Tiene un temperamento nervioso, ansioso e hipercrítico pero bien decidido a imponerse, al menos en edad adulta, hasta que el pequeño no haya adquirido mayor seguridad y se le haya estimulado a ser más valeroso y espontáneo. Haga hincapié en su aguda inteligencia para que supere sus inseguridades.
Virgo ascendente Libra
Es un tipo tranquilo, más bien delicado y que detesta la vulgaridad. Es un poco indeciso, lento y perezoso, y más amable, afectuoso y menos crítico y nervioso que el tipo medio. Tiene una aguda sensibilidad artística y cierta tendencia al perfeccionismo.
Virgo ascendente Escorpio
Impulsos de rebeldía se agitan en el ánimo de este niño: el carácter adquiere fortaleza, aumenta el espíritu crítico y polémico y el deseo de conocer y experimentar en un sistemático desafío a sus miedos. Tiene tendencias transgresoras.
Virgo ascendente Sagitario
El optimismo y la bondad, característicos de su carácter, hacen desaparecer los complejos y temores, pero a su vez disminuyen la astucia y la lógica de este niño, que se muestra físicamente exuberante y con una predilección por los animales, la naturaleza, los viajes y el deporte. Es generoso y tiene un espíritu independiente, que apuesta con entusiasmo por la autonomía.
Virgo ascendente Capricornio
Tiene un carácter extremadamente concreto y lleno de sentido común, pero emotivamente es reservado, poco sociable y poco expansivo. Tiene las ideas muy claras y suficiente capacidad para superar tranquilamente los estudios y, más adelante, para convertirse en un buen profesional.
Virgo ascendente Acuario
He aquí un Virgo que puede sorprender por su originalidad: imaginación y fantasiosa inventiva enriquecen su personalidad de espíritu abierto, sociable y propenso a hacer amistades y a relacionarse. Posee una capacidad innata para las materias técnicas y científicas, pero también gusto por las cosas extrañas y misteriosas.
Virgo ascendente Piscis
De temperamento voluble e indeciso, este niño siempre está a caballo entre la razón y el sentimiento. Es sensible e influenciable y a menudo es asaltado por miedos irracionales, sueños e ilusiones. Tiene una enorme necesidad de amor y de compañía y manifiesta una sociabilidad un poco tímida, pero muy afectuosa.
EL NIÑO LIBRA
Libra Periodo: del 23 de septiembre al 22 de octubre Elemento: aire Cualidad: cardinal, masculino Planeta: Venus Longitud zodiacal: de 180º a 210º Casa zodiacal: séptima Color: rosa Día: viernes Piedra: coral rosa Metal: cobre Flor: jacinto Planta: melocotonero Perfume: verbena |
Desde los primeros días de vida, el niño Libra debería mostrar un temperamento dócil y amable: si goza de buena salud, comerá sin problemas, se adaptará con bastante facilidad a los horarios de las comidas y raramente llamará la atención con gritos prolongados (un esfuerzo fatigoso para un signo que pretende hacer las cosas con el menor esfuerzo posible). Muy sensible al ambiente circundante, se siente tranquilo y a gusto si a su alrededor goza de un ambiente tranquilo y armónico. Una música relajante de fondo le resultará agradable a su oído inexperto, pero ya agudo. Por lo general, es poco ruidoso, incluso cuando sea mayor raras veces se pondrá en evidencia ni tendrá manifestaciones de afecto demasiado exuberantes. De hecho, es afectuoso y expansivo, aunque sin exagerar, y desde pequeño muestra ese digno sentido de la medida, que será una de las características principales de su carácter cuando sea adulto. Sin embargo, no hay que infravalorar su necesidad de amor, pese a que no lo proclame a los cuatro vientos: Venus, planeta-guía del signo, pone el amor por encima de todo en su escala de valores, y para sentirse amado y querido, para complacerle a usted y a todos los que le rodean, su bebé dará lo mejor de sí.
A no ser que tenga fuertes valores planetarios de signos opuestos (Escorpio, Aries), el niño nacido bajo el signo de Libra es muy poco agresivo, no molesta a nadie y, naturalmente, espera que los demás se comporten de la misma manera con él, dejándolo en paz en su mundo tranquilo. De carácter sociable, le gusta estar en compañía, pensar, jugar con los otros niños y mostrar a los adultos sus habilidades; y cuando se encuentra solo, se deja llevar por la fantasía, con la cual embellece su mini universo personal.
Las condiciones en las que crecen estos «hijos de Venus» influyen notablemente en su carácter: muy atentos a los valores y comportamientos de sus padres, familiares y compañeros, también pueden asumir las actitudes negativas, imitándolas, o bien somatizar las desarmonías con trastornos físicos o con un pésimo rendimiento escolar. Sin embargo, si se sienten comprendidos y bien tratados, crecerán de forma tranquila y armoniosa, sin preocupar a los padres con demasiadas travesuras: poco pasionales por naturaleza, es difícil que vayan en busca de los problemas, incluso en las primeras conquistas de sus primeros años muestran cierta prudencia. La sumisión, por lo demás, es un rasgo característico del temperamento de los Libra, determinada por la exigencia de sentirse aceptados y apreciados tanto en casa como fuera. Y eso puede ser muy cómodo para los padres y educadores, pero no conviene aprovecharse de ello ni pensar que estos niños no están en condiciones de juzgar los hechos por ellos mismos.
El sentido de la justicia está muy desarrollado en su ánimo y en seguida les alerta cuando hay algo que no va bien; su susceptibilidad puede herirse fácilmente con un reproche, una palabra o un rechazo demasiado brusco. Si se le trata con dulzura, el niño Libra responde con dulzura; ante la rudeza, en cambio, responde encerrándose en sí mismo y huyendo de aquel que le ha suministrado el reproche o el castigo.
La falta de comunicación es lo peor que le puede pasar: el suyo es el signo de la unión, por lo que la falta de armonía con el prójimo le causa un profundo malestar. Si se le acostumbra a un trato duro o injusto, aparentemente aceptará la situación pero comenzará a desarrollar un comportamiento falso, a decir mentiras para huir de los castigos y sanciones. Es perezoso, indeciso e inconstante, por lo que debe ser estimulado con lógica y ternura. No es nada irracional y frente a argumentos convincentes es fácil de convencer. Es muy poco caprichoso: si se comporta de manera extraña será por algún motivo serio que no desea revelar, y necesitará ser tratado con buenas maneras para no obtener el efecto contrario.
Amante como es de la vida tranquila, pocas veces tolera despechos gratuitos o que le tomen el pelo, y menos aún que amenacen o peguen a los otros niños; al contrario, a menudo, les enseñará a defenderse porque, sea niño o niña, los Libra no están hechos para la lucha ni la competición, sino para la paz y la serenidad. Si se le provoca, no reacciona de malas maneras de forma inmediata, sino que durante un momento hace ver que no pasa nada e intenta escaquearse del «agresor». Si alguien se porta injustamente con él, lo más probable es que lo borre de su vida, que lo aparte de su mundo, que no debe ser «invadido» por personas o factores que lo disturben.
Tranquilo e imperturbable, siempre amable y dispuesto a sonreír, el pequeño Libra se hace querer con facilidad por sus compañeros y adultos. A todos les gusta tenerlo como amigo porque es simpático, siempre está dispuesto a colaborar y es capaz de inspirar confianza y tranquilidad a su alrededor. Por lo tanto, no es un alborotador, al contrario, siempre busca estar de acuerdo con todos, no crear conflictos ni imponerse de una manera evidente; cuando es preciso, protege a los más débiles y suele hacer de mediador en los conflictos, pero si es posible prefiere no tomar partido y quedar bien con todo el mundo.
Además de su amor por la paz, Venus inspira a estos niños un precoz gusto estético y una innata atracción por aquello que es hermoso y agradable, que a menudo se manifiesta con auténticas dotes artísticas. El dibujo y todas las actividades creativas que permiten emborronar con formas y colores, gustan muchísimo a los pequeños Libra, como también los libros llenos de ilustraciones, que le harán soñar con los ojos abiertos. De hecho, posee una gran fantasía, llena de matices románticos, a la que le basta un apropiado estímulo visual para pintar escenarios fantásticos y aventuras de color de rosa. Es más, a veces va tan lejos que se imagina que el mundo está hecho como el de su imaginación. De vez en cuando hay que llamarlo para que vuelva a la realidad y hacerle comprender con tacto que hay que distinguir entre la realidad y la fantasía para evitar desilusiones cuando comience a crecer. Otra aspecto inspirado en Venus es la vanidad, tan presente en las niñas como en los niños. Les gusta pavonearse en el espejo, vestirse y adornarse a su gusto y recibir los cumplidos y halagos necesarios. No les basta con sentirse «buenos» chicos, sino que quieren sentirse admirados por su aspecto.
Por lo general, afrontan las fases importantes de la infancia con su característica calma, al menos en apariencia: poco posesivos, los Libra no se sentirán demasiado celosos con la llegada de un hermanito o hermanita, pero no deben ver disminuida en lo más mínimo la atención por parte de los padres. La escuela es una agradable ocasión para estar junto a sus compañeros, pero el gusto por las relaciones sociales puede convertirse en algo primordial y puede dejar de lado los deberes del colegio. Poco proclives a implicarse a fondo, tienden a estudiar sólo las materias que les gustan (por lo general, las humanidades, las literarias y artísticas) y dejan de lado las demás; por ello conviene vigilarlos con firmeza y atención.
De constitución muy robusta y de naturaleza poco exuberante, son más bien sedentarios, por lo que es preciso estimularlos para que se muevan y para que hagan deporte. Son muy aptos los deportes de equipo, que les enseñarán a educar su capacidad de cooperación y a tomar responsabilidades con respecto al grupo; pero también son adecuadas las disciplinas más «agresivas», como el judo o las artes marciales en general, útiles para aprender a mantener un enfrentamiento cara a cara y para defenderse sin hacerse daño. El sugestivo mundo de la danza atraerá notablemente a la niña Libra, aunque la parte menos poética de los duros entrenamientos la hará desistir fácilmente de ponerse un glamuroso tutú.
Puede llamarlo…
Estos niños, de gustos refinados ya a una edad temprana, merecen un nombre cautivador, elegido con cuidado y que manifieste valores de belleza, armonía y serenidad; así pues, habrá que evitar los nombres de sonido demasiado «guerrero» o que aludan a la idea de la fuerza física (como Atila, Sansón o Hércules). Tampoco son adecuados los excesivamente «corrientes», que no tengan un toque de distinción, como María Rosa, Conchita o similares.
Es mucho más adecuado un nombre con un significado sugestivo, y mejor aún si alude a la idea de la gracia y la belleza.
Para una niña son adecuados: Aglaya (significa «resplandeciente de belleza), nombre de una de las tres Gracias, divinidades menores de la época clásica relacionadas con Afrodita (es decir, Venus); o bien Esmeralda, que alude a la preciosa piedra verde (color de Venus, junto al rosa).
Y si le gustan los nombres insólitos, para un niño puede escoger: Ulrico («poderoso, rico») o Tiberio (nombre del dios al que se dedicó el río Tevere), ambos de carácter tranquilo y romántico; o bien Leandro, mítico enamorado que cada noche realizaba una larga travesía a nado para encontrarse con su amada y que terminó ahogándose.
Si le gustan los nombres extranjeros, puede escoger nombres breves y agradables, como los franceses Aimée («amada»), Joel (que alude a «joya») o el anglosajón Kevin («bello desde el nacimiento»).
Otros nombres adecuados son: Alfredo («sabio en la paz»), Juan «(Dios ha tenido misericordia»), en armonía con el carácter tranquilo de Libra, al igual que el tranquilo y tolerante Jacobo, el siempre imperturbable Lorenzo y el sociable y fascinante Vasco.
Para las niñas sugerimos: Camila, Carola y su diminutivo Carolina, con sus deliciosos sonidos que recuerdan el romanticismo del siglo xix, o bien Morgana, el hada hermana del rey Arturo, o Diana, Melba y Nausica, en deliciosa armonía con el número 6.
La importancia del ascendente
Consulte las explicaciones de la página * para descubrir en qué signo cae el ascendente de su hijo y poder así completar su retrato.
Libra ascendente Aries
Es un niño impulsivo, vital y exuberante; un Libra típico. Sociable y abierto al mundo exterior, es emprendedor y espontáneo, pero sin perder la concienciación y el sentido de la medida. En él, la pereza deja lugar al amor por el deporte.
Libra ascendente Tauro
Tiene un aspecto físico muy agradable y un carácter tranquilo y conciliador. A este niño le gusta vivir en paz para disfrutar sin demasiado esfuerzo de todo lo que le agrada. Sus defectos principales son la lentitud, la pereza y la glotonería; en cambio, está muy capacitado para la música y tiene un agudo sentido estético y artístico.
Libra ascendente Géminis
Esta es una armónica fusión de la mente y el corazón, que da vida a un niño atractivo, simpático y vivaz, de compañía muy agradable. Es menos convencional que los otros Libra, pero también más voluble en los gustos; es sociable y sobre todo muy curioso.
Libra ascendente Cáncer
Posee un temperamento sensible, susceptible, tímido e indeciso. Entre sus «defectos» hay que destacar su exasperada lentitud, la indolencia y su escaso espíritu combativo, además de un desmesurado amor por las propias comodidades. Sin embargo, es un espíritu poético y soñador que apuesta por la familia, a la que le da una importancia capital. Deberá ser tratado con dulce firmeza para que adquiera responsabilidades.
Libra ascendente Leo
Desde pequeño, este niño demuestra una gran seguridad en sus propias capacidades y una brillante creatividad: sabe valorar sin falsos pudores y de mayor sabrá «relacionarse» con las personas adecuadas. Un poco egocéntrico, pero expansivo y caluroso, puede proporcionar grandes satisfacciones a los que le rodean.
Libra ascendente Virgo
De naturaleza aparentemente tranquila, pero en realidad nervioso e inseguro, a este niño siempre le asaltan las dudas, que frenan su espontaneidad. Perfeccionista y escrupuloso, necesita puntos concretos de referencia y vivir de una manera ordenada, donde la armonía venga dada por el hecho de que cada cosa está exactamente en su lugar.
Libra ascendente Libra
Es un niño atractivo y gracioso, que resulta simpático a todos por su temperamento sereno, dócil y sociable. Bastante sensible, debe ser tratado con mucha amabilidad, pese a que a veces necesita que se le estimule con determinación.
Libra ascendente Escorpio
Tiene un carácter bastante distinto al del tipo medio. Es introvertido y un poco huraño, lo observa todo con sentido crítico pero tiende a disimular sus emociones y a mantener en secreto lo que piensa. Es combativo y a veces rebelde; si se le provoca puede mostrar insólitos instintos agresivos.
Libra ascendente Sagitario
Tiene un temperamento abierto, cordial y generoso y resulta simpático a primera vista. Es expansivo, espontáneo y sincero. Es muy celoso de su libertad y en seguida busca su espacio de autonomía con respecto a la familia. Le gusta viajar, el movimiento, el deporte y los animales.
Libra ascendente Capricornio
Es un niño digno y reservado que tiende a controlar sus emociones. Más serio y menos alocado que el Libra medio, tiene un carácter más firme y una voluntad más tenaz, y de mayor será capaz de realizar sus elecciones con racionalidad.
Libra ascendente Acuario
Tiene un temperamento imaginativo que puede sorprender por su inventiva, la curiosidad por las cosas nuevas y el interés por temas que parecen complicados para su edad. Se adapta a cualquier situación hasta el oportunismo, pero cuando se obstina en algo es muy difícil hacerle cambiar de opinión.
Libra ascendente Piscis
Sensibilidad y ternura emotivas hacen a este niño muy dulce, pero vulnerable e indeciso. Necesita mucho afecto y seguridad, y a menudo tiende a infravalorarse, pero en el fondo se las arregla bastante bien con la ayuda de los demás. Deberá aprender a ser más firme y menos pasivo.
EL NIÑO ESCORPIO
Escorpio Periodo: del 23 de octubre al 22 de noviembre Elemento: agua Cualidad: fijo, femenino Planeta: Marte y Plutón Longitud zodiacal: de 210º a 240º Casa zodiacal: octava Color: rojo oscuro y negro Día: martes Piedra: amatista Metal: hierro Flor: clavel rojo Planta: pino y abeto Perfume: sándalo |
Un pequeño Escorpio parece hecho para poner a prueba a sus padres, por lo que tarde o temprano usted deberá hacer uso de todos sus recursos para mantenerlo a raya. Con los primeros días usted ya se dará cuenta de su fuerte carácter: mientras duerme todo parece estar en calma, pero cuando abre los ojos, su mirada penetrante e inquisidora le hará entender en seguida con quién está tratando. Testarudo y obstinado, siempre intentará imponer su voluntad replicando a todas las decisiones. Es el típico recién nacido que duerme durante todo el día, come con avidez, lo que le provoca hipo, y luego se obstina en permanecer despierto durante toda la noche, mientras sus padres están deseosos de poder ir a dormir. Entendámonos: no es que todos los Escorpio sigan este inquietante ritmo, pero en líneas generales hay que decir que en ellos funciona la compleja psicología de este signo, dominado por el guerrero Marte y el oscuro Plutón. Desde muy pequeño, cuando aún depende de todo y para todo, el niño se contentará con pretender imperiosamente la presencia de sus padres con llantos desconsolados que podrían hacer pensar en algún trastorno serio; pero cuando empiece a moverse por sí mismo, comenzará a explorar el mundo circundante con pasión y espíritu indagador, se dirigirá a los rincones más remotos de la casa, se meterá en los armarios o debajo de las camas en busca de quién sabe qué (los lugares escondidos, cerrados y en penumbra son el hábitat ideal de este signo).
Su innata curiosidad, unida a un intrépido coraje, con frecuencia puede ponerlo en situaciones potencialmente peligrosas, por lo que conviene vigilarlo con mucha atención y disuadirlo con firmeza cuando se obstine en hacer algo prohibido. Obstinado como es, no cede fácilmente cuando se le mete algo en la cabeza: y todo es porque es de naturaleza rebelde y las prohibiciones no consiguen más que hacerle más interesante el objeto anhelado. De hecho, más que desear, quiere, pretende, y se enfada mucho ante un rechazo; sus caprichos, enérgicos y extenuantes para quienes están cerca, a menudo son motivados, más que por el objetivo inmediato, por la intención de hacerse valer. Así pues, conviene que se arme de sangre fría y no se deje impresionar por sus caprichos: un buen «no» con firmeza y sin tapujos es el mejor remedio para estas melodramáticas escenas. Sin embargo, cuando no se trata de simples caprichos, deberá tomar sus peticiones muy en serio: teniendo en cuenta que no se olvida de nada, antes o después rendiría cuentas de los rechazos inmotivados o de los posibles errores cometidos con él. Ya desde muy pequeño resulta complicado engatusarlo: quiere darse cuenta de todo, «penetrar» en los numerosos misterios del mundo; y las explicaciones superficiales no le convencen: detesta que le tomen el pelo y su estima con respecto a sus padres perdería muchos puntos si se diera cuenta de que no saben (o no quieren) responder a sus preguntas. Del mismo modo, se quedará desconcertado ante una actitud incoherente por parte de los adultos que él ha tomado como modelo: dotado de un agudo sentido crítico, su juicio será implacable.
Pero no es sólo su mente la que hierve como un volcán en actividad: de hecho, es un niño vivo, despreocupado, sobre todo cuando está de buen humor, que se presta encantado a los juegos impetuosos y necesita mucho ejercicio y compañía para desahogar su energía física y ahuyentar las sombras que, a veces, encubren su ánimo infantil. Complicado por naturaleza, tiende más al pesimismo que al optimismo y a menudo se atormenta por nada; no le sobra coraje, pero puede faltarle serenidad, una ausencia que ya desde niño puede manifestarse con miedos irracionales, inquietudes y pesadillas nocturnas. Así pues, es preciso intentar iluminar estos rincones oscuros de su alma, evitar que pase demasiado tiempo solo y acompañarlo en sus juegos y exploraciones, así como invitarle a que cuente lo que le preocupa (entre otras cosas: la simbología de Escorpio está muy relacionada con el sexo, y estos niños a menudo son sexualmente precoces). Conviene invitarlo a abrirse, aunque no resulte fácil, porque el Escorpio ama los secretos, y también de adulto le gustará hacerse el misterioso. La introversión es una constante de su carácter que dejar «entrever» sólo si él quiere. Obtener su confianza es, pues, un acto de gran estima.
Mientras es un niño, resulta muy fácil descubrir sus tretas y proceder como es debido, sin demasiadas escenas melodramáticas pero con firmeza. Aunque sepa perfectamente que tiene razón o que se ha equivocado, el niño Escorpio soportará mal los reproches y no tendrá miedo de reaccionar con gritos y contestaciones. De hecho, tiene un gran espíritu polémico y siempre está dispuesto a clavar el aguijón de su sarcasmo. Además, es muy hábil detectando las debilidades de los demás, con un sentido casi diabólico, pero aún es más astuto en aprovecharse de ellas. Así pues, su educación es una gran responsabilidad, aunque este niño perspicaz, ingenioso y combativo también da mucho a aquellos que ama. Es incapaz de medias tintas, está dispuesto a todo por aquellos pocos elegidos que gozan de su amor exclusivo, profundo y celoso. Deberá ser educado con mucho cuidado: enseñarle con el ejemplo a tener respeto hacia los demás (de hecho, tiende a considerarse «distinto» y a despreciar a aquel que no considera digno de sus intereses), pulir las aristas de su carácter con amor y paciencia y «entrenarlo» para la tolerancia y la comprensión; al mismo tiempo, se deberá estimular su inteligencia, su necesidad de conocer. Atraído por los secretos de la naturaleza, investigaciones y descubrimientos, le gusta experimentar y desmontar objetos; a menudo llega a destruirlos en su tentativa por descubrir los mecanismos más recónditos, pero también por gusto. Para que pueda aprender las enseñanzas que se le imparten debe profesar una profunda estima por los padres y educadores; en caso contrario, será del todo imposible que los escuche, y si se procede con fuerza y autoridad no se le podrá transmitir nada, salvo inspirarle rencor y antipatía.
Su ya desarrollado espíritu competitivo no necesita estímulos extra, pero debe ser sabiamente enderezado para que no se manifieste de un modo demasiado agresivo; niño o niña, el pequeño Escorpio sabe hacerse respetar, imponiéndose con naturalidad sobre sus compañeros y usando métodos más fuertes cuando el carisma personal no funciona. Por lo general, no tiene muchos amigos. Es muy suyo y no se adapta fácilmente a la compañía de cualquiera, y menos aún le gusta estar en grupo y ser un número más. Sin embargo, cuando encuentra a alguien que realmente le interesa, en seguida establece una relación profunda, exclusiva, y concentra en el nuevo amigo o amiga toda su atención; es posesivo y celoso y se ofende much